martes, 18 de mayo de 2021

JOHN GUILLERMIN. THE WHOLE TRUTH, 1958




Las sombrías y polvorientas callejuelas de un pueblo mediterráneo camuflan la fuga de Max Poulton (Stewart Granger). El reloj da las dos y media de la madrugada.

Había ido al rodaje del film del cual era el productor. Gina Bertini, la prima donna, echaba a perder todos los sets con sus caprichos. Poulton desatiende los coqueteos y la califica como una bruja conspiradora. Es rescatado por Carol (Donna Reed), la mujer.

Gina le espera dentro del descapotable con el asiento ocupado de las cuatro docenas de langostas para la cena. La conduce al hotel. Al paso del lugar de las localizaciones del film recuerda el pequeño y solitario chalet de la aldea de Saint Paul. Max había olvidado recoger sus cosas. Antepone el amor de Carol aunque se hallaran separados con una larga distancia. A pesar de las negativas acompaña a Gina a tomar una copa.

Max llega tarde a la fiesta de Carol. Había olvidado las langostas. Carol encuentra una mancha de sangre adherida al puño de la camisa. Se encuentran decididamente enamorados.

Carliss (George Sanders) se suma a los invitados con el pretexto de un asunto personal importante. Enseña la documentación de Scotland Yard. Unas preguntas respecto de la Bertini. Pretende encontrar al que la apuñaló hasta matarla en la habitación del hotel. Max no sabía que era casada. El deportivo aparcado largo tiempo delante del hotel induce a sospechar.

Poulton aprovecha silenciosamente la oscuridad para recoger las pertenencias del chalet. El tiempo justo para volver a la fiesta sin notar la falta del marido. Desliza una copa de brandy al suelo cuando ve a Gena Bertini como una invitada del party. Totalmente ebria, es preciso que marche. De nuevo Max la acompaña. La nostalgia de Saint Paul persuade a Max a volver al viejo nido. Solo el tiempo de encender las luces del chalet y encuentra a Gina desfallecida, apuñalada por la espalda.

El inspector Simon no sabía nada de Carliss ni del plan que Carol y Max sugieren. Manifiestan alegría cuando aparece Carliss, la versión del cual es muy diferente. Acusa a Max de matar a la esposa. Le había escrito a Londres y notificado una aventura amorosa opresiva. Tergiversa y miente.

Bajo sospecha, Max puede volver a casa.

Carliss convoca a Poulton a un bar de los bajos fondos. Agarra al impostor de las solapas. Carliss admite haber matado a Gina. Habían decidido mantener el matrimonio secreto. Gina emprendía su carrera cinematográfica. Hubo muchos otros amantes. No significaba nada para la actriz e impactaba las sórdidas aventuras. Actores, gigolós, play-boys, citas de barras de bar. Se instala el odio. Si le mata se libera de todos los otros.

Una entrometida mujer que paseaba su perra por los contornos del chalet identifica a Max y hallan los objetos que había recogido. Es el móvil para el inspector. Deseaba mantener oculta la aventura a los ojos de la mujer. Carol coge un encendedor con una dedicatoria navideña, una prueba de que Carliss fue a casa de Gina antes del crimen.

Carol acude al hotel de Carliss sin éxito. La esperaba dentro de la casa. Mientras urden trasladar a Poulton al presidio de Niza, el criminal expone que ha sido víctima de las circunstancias. Carliss recupera el mechero. Finge cuando llama el inspector. Con la excusa de nuevas pruebas implica a Carol.

Max escapa por la ventana de la comisaría. Roba un coche y a gran velocidad se cruza con Carol y Carliss, los cuales se dirigen al chalet. El criminal afirma que le espera el inspector. Había destrozado las cosas de Gina a la busca del encendedor.

El instante de matar a la mujer aparece Max.

Carliss escapa con gran desconcierto y, conductor pésimo, es abatido con los disparos y el coche volcado e incendiado.

La despedida de Carol y Max experimenta un ultimo estupor. Una vedette vestida con los atributos de la anterior. 


Ana Kontroversy























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