Es fama que el diablo no puede nunca penetrar en la buena villa de Pimprelune, gracias a la protección de una escultura milagrosa.
Otra curiosidad de Primpelune era la "Torre Gris", una vieja construcción perteneciente a la comuna. En este nido de ratas y de búhos vivía, tolerado por el publico, el apodado "El Iluminado". Una figura amistosa, porque preparaba las drogas mejor que los más peritos boticarios. Además, predecía el futuro; esta ciencia abstracta le valía mucho respeto.
Un año, cuando los peajes eran escasos, la ciudad se hallaba endeudada y era preciso subastar las propiedades comunales, en las cuales se encontraba la Torre Gris. El alguacil preside la subasta. Nadie ansiaba adquirir la desvencijada torre vieja. De repente, un extraño. Eleva a dos mil libras la suma inicial y los habitantes, como azotados por esta intrusión, sobrepujan. Un viento apaga la vela y la torre es adjudicada al extranjero por seis mil libras.
Da su nombre, Marc Herner (Léon Mathot), es un viajero, el país le gusta y quiere fijar su residencia. Volverá dentro de una semana para tomar posesión de la Torre Gris. El alguacil distingue a Marc Herner, el famoso alquimista. Los lugareños cuentan con que el oro no se halle adulterado. La noticia se extendió como un reguero de pólvora; veían al alquimista como un animal venido de la luna.
No fue una mera fantasía lo que condujo a Marc Herner a comprar la Torre Gris. Mientras caminaba, recordó el evento que había trastornado su vida.
Hace algún tiempo, de paso por la ciudad, había ido a la Iglesia a la hora del oficio. Una voz celeste había golpeado su oído. El canto de una joven. Perseguido por la agraciada visión había decidido instalarse en la villa.
El alguacil, el cual detestaba al Iluminado, se preparaba con una alegría traicionera a expulsarle de la Torre. El Iluminado hizo la predicción más singular que era posible escuchar. Acusa a Marc Herner de ser un maldito que ha pactado con el Diablo y que no viene, sino a vender sus almas y volverlos locos.
En la ciudad renacentista vivían dos huérfanas. Blanche y Rose. Las dos eran las pupilas del archivista Bonifacius, un ser avaro y supersticioso. A su casa llega el Iluminado con su odio a Marc Herner.
La expectación preside la llegada del personaje.
El protagonista identifica la joven preferida, una de las huérfanas.
Invitado a una fiesta, Marc se preguntaba ansiosamente si encontraría a su bella. Las danzas comienzan. Reservadamente, manifiesta haber venido por ver a Blanche.
Los grimorios y los instrumentos de alquimia desconciertan a las gentes y para redoblar los terrores, un huracán se abate sobre la ciudad, que destroza la escultura protectora, un estilizado ángel alado. El Iluminado sugiere cazar al Mago maldito.
Esa noche, las calles de Pimprelune fueron embrujadas por extraños fantasmas. Encapuchados de blanco y negro recogen los restos de la escultura y envían una nota de advertencia del peligro a Marc Herner. Más tarde, una nueva y ruidosa aparición. Los escombros de la escultura atraviesan los cristales de las viviendas.
El domingo, el miedo flotaba sobre la pequeña ciudad alucinada. Las negras garras del diablo. Los pedazos de la escultura habían desaparecido, a excepción de la cabeza. Las imaginaciones se dispararon y comenzó lo inexplicable. Proliferan los locos. El alguacil evitaba la molestia de tomar una decisión. Recomiendan visitar la guarida del mago, aunque hasta los regidores habían abandonado los asientos.
Marc Herner, lejos de ese desorden, encuentra en el cajón de un mueble las manos de la escultura. Se pregunta qué genio maléfico actúa a la sombra.
Blanche, atrapada por una extraña ansiedad, pretende huir en la lúgubre noche. Los ciudadanos enloquecidos tiran piedras al mago y quieren lapidarlo. Blanche defiende su inocencia ante una iglesia en trance de ser profanada.
Desde el amanecer, numerosos habitantes emprenden la partida en semejante circunstancia.
Habían pasado dos días y Marc erraba por las calles dispuesto a cualquier imprudencia por ver a Blanche, quien aguanta las recriminaciones de la hermana y recibe un billete lanzado por la ventana. En el jardín de la casa del archivista la joven, ante la efusividad del enamorado, le previene del peligro si no abandona la Torre.
El doctor apremia al alguacil a tomar una decisión. Alcanzado por otra piedra, el médico se añade a la lista de los locos.
Marc Herner espía al Iluminado cuando desliza una gran losa de un muro, que encamina a un depósito de sal, alcohol y lana. Zarandeado, acusa la trama de un complot. Los traficantes pasaban del escondrijo por la torre para penetrar en la ciudad.
La ciudad se encuentra en su apogeo. Marc Herner tiene que huir. La farsa de los publicanos locos tuvo éxito. El alquimista vapulea a los farsantes, los conmina a abandonar las muecas y los tilda de simuladores y bribones.
Decidida a marchar, Blanche aprecia el ardiente deseo de Marc. La villa deshonrada, la discreción y el silencio requieren una vuelta de la usanza. Los jóvenes esposos se alejaron.
Pesada apuesta de Germaine Dulac. PEACE FLOWERS
Pesada apuesta de Germaine Dulac. PEACE FLOWERS
Ana Kontroversy
No hay comentarios:
Publicar un comentario