martes, 5 de junio de 2018

CRUZADOS








Chrétien de Troyes

Del año 1170 al 1174 Federico Barbarroja pretendió llevar a cabo una alianza con el soberano de Constantinopla Manuel Comneno y propuso que su hijo se casara con la princesa griega. Enrique el León, duque de Sajonian y Bavaria, se sintió desplazado con estas negociaciones y desató las hostilidades con Barbarroja.
(Cligés)


Salisbury

Enrique I (1100-1135), sucesor del soberano de los ingleses Guillermo el Rojo, soberano memorable, al cual se llamó león de la política y a quien temían las ciudades y castillos franceses, venció e hizo huir en batalla al soberano francés Luis VI, volvió tras la liberación de Jerusalén y entró a los confines del reino bajo nombre supuesto. Roberto, primogénito de Guillermo el Conquistador.
(Policraticus)


Giraldus Cambrensis

Guy de Lusignan fue coronado rey de Jerusalén el año 1186.
Ricardo Corazón de León rey de los ingleses replicó al sacerdote francés Fulke que legaba a los Templarios y Hospitalarios y a los del Císter.
La mano prematura y fatal de la muerte arrestó al rey de Sicilia el cual había sido el principal soberano para el suministro de grano y provisiones de la Tierra Santa durante el periodo de su angustia.
(El Itinerario del arzobispo Baldwin a Gales)


Chanson de Guillaume

Apolicant procede de una secta maniquea de Armenia con referencia a la literatura de la primera cruzada.


El Libro del Castellano de Coucy

Marchar a las cruzadas, tomar la cruz, partir a ultramar.
Hacer planes respecto de su futuro en Tierra Santa.
Ricardo Corazón de León dirigió la Tercera Cruzada (1189-1192). Ha hecho anunciar por Inglaterra un torneo, que será memorable. Una vez terminado el torneo, el soberano habrá de predicar la Cruzada. Se hará cruzado, lo que incitará a muchos caballeros a imitarle.
Plantar guerra a los paganos en Tierra Santa.
Cuando el torneo terminó, se predicó la cruzada y Ricardo, el cual no es infiel ni cobarde, tomó la cruz. Acto seguido, la tomaron todos los otros caballeros, los cuales también se cruzaron.
En Marsella, el soberano inglés, acompañado de todos sus caballeros, ultimaba los preparativos del viaje. Apenas la flota estuvo dispuesta para zarpar, se hicieron a la mar todos. Cuando llegaron a Acre, cuyo puerto estaba libre, los habitantes les recibieron con alborozo. Ansiaban su ayuda, porque los paganos les tenían un gran odio y cada día les amenazaban con una triste y dolorosa muerte. Algunos caballeros se alojaron en la ciudad, pero la mayoría plantaron sus tiendas en el campo. El propio Ricardo, el cual día tras día no reflexionaba más que en ganar honor, gloria y renombre, lejos de permanecer ocioso, se apresuró a reunir un gran contingente de hombres y se lanzó en persecución de los sarracenos hasta darles alcance y combatir. Fue una batalla muy peligrosa, aunque la verdadera historia nos garantiza que el soberano obtuvo la victoria.
El soberano condujo con éxito su empresa, ocupando Ascalón, Cesarea y Tiro.


Von Eschenbach

Gylstram, lugar imaginario de Occidente.
Ranculat, lugar imaginario de Oriente.
Propina. Las buenas noticias solían ser generosamente recompensadas.
Gran tumulto. El suelo con surcos quedó como una era y las espadas hicieron de peines.
Reivindiqué visiblemente mi facultad. La ventaja se hace visible al tomar un objeto de la parte opuesta, como símbolo del país reivindicado.
Proverbio. Quien cabalga sin rumbo, encuentra el hacha. Referido al juego consistente en lanzar el hacha, que podía perderse en el bosque, o al hacha de los leñadores.
Los troncos, en posición horizontal al lado de la muralla, se hacían descender de punta sobre los enemigos, con los cables y las poleas.
Los erizos ayudaban a romper la muralla, los gatos tenían un techo y se desplazaban sobre ruedas. Estas máquinas ya eran usadas por los romanos.
Era muy rico en miseria.
Hacía de mesa redonda una tela de seda de Acrabon. Gran ciudad imaginaria de Oriente, supuestamente la mayor con Babilonia.
Fuente de la tristeza, tumba de la alegría.
Los caballeros del Grial tienen semejanzas, aunque también diferencias con los templarios, creados el año 1119 y que llegaron a su esplendor en el siglo XIII.
La hora nona, las tres de la tarde, nueve horas después de las seis de la mañana.
Monte Acremonte, cerca del Etna.
Los mensajeros eran una de las fuentes de información de las sociedades sin una verdadera comunicación social.
El díctamo, planta marrón sobre fondo blanco, se estimaba apropiado con referencia a las flechas.
Drianthasmé, material emparentado con el latín medieval triacontasium, que según se explicaba en la época, contenía oro.
Se aromatizaba el aire para eliminar el hedor de la herida con trementina, almizcle, teriaca, ámbar gris, cardamomo, clavo, nuez moscada.
En el fondo de la historia final de Lohengrin está el Caballero del Cisne, presunto abuelo de Godofredo de Bouillon, libertador de Jerusalén (1058-1100), y el deseo de hacer descender de los Anjou a los reyes de Jerusalén.
(Parzival)


Huon de Burdeos

Huon y Garyn y su tripulación hicieron su peregrinación al Santo Sepulcro y ofrecieron su devoción sobre sus rodillas desnudas.
En una pequeña capilla del monte Calvario yace Godofredo de Bouillon y Balduino su hermano.


La carta del Preste Juan

Grifón, animal mítico híbrido de águila y león, lo emplearon el año 1190 los cronistas Ricardo de Devizes, "De Rebus Gestis Ricardi Primi" y Ambrosio, "Estoire de la guerre sainte" los dos bajo Ricardo I Corazón de León, de Inglaterra para denostar a los griegos de Sicilia por cuyas venas según los normandos corría la sangre de los sarracenos; el mote referido al término graeculi se extendería a los pueblos del Mediterráneo oriental dominados por los griegos.
Este relato se le ocurrió traducirlo en romance a Gilberto el copero, peregrino y palmero el cual visitó Jerusalén y la ciudad de Belén acompañado de Guillermo de Ver su querido patrono. Guillermo de Vere, patrono del tipógrafo Gilberto (Guillerbers) fue obispo de Hereford los años 1186 y 1199 durante los cuales pudo visitar Tierra Santa y Oriente en compañía de gente armada con ocasión de la Tercera Cruzada (1189-1192). La fecha de la redacción de la Carta se hallaría próxima al año 1192.
El tiempo de las Cruzadas el Árbol Seco situado en Ebrón, el primero del mundo en nacer, era obligado punto de referencia de los territorios asiáticos. "Huon de Burdeos".


De Rémi

Perfidia y pericia.
Cada pájaro en su latín canta dulces maitines a la nueva estación.
Reposo ocioso.
Mentiras piadosas.
Aunar fama, honor y gloria.
Decisión, el colmo de la insensatez.
Error y traición.
Vacío de la ausencia.
Grado de dolor.
Traición sorprendente.
Sufrir de forma inhumana
Experimentar el mutuo desconsuelo.
Conducta errática.
Las noticias vuelan.


Mandeville

La cruz de palma, cedro, ciprés y olivo.
Aquel tiempo salió el rey de Inglaterra (Ricardo) con otros muchos que guardaban el paso del soberano porque Saladin no pudiese pasar.
El rey de Francia San Luis peleó con el soldán y fue preso. Otro soldán soltó a San Luis a troque de uno de sus comunes.
El buen rey Segismundo (Eduardo) de Inglaterra invadió el reino de Suria, el cual hizo un gran daño a los moros.
La isla de Corfú era de los genoveses y hoy es de los venecianos.
La iglesia del Santo Sepulcro donde yace Godoffre de Bullon y Balduino y otros que fueron reyes de Jerusalén.
(Libro de las maravillas del mundo)


Sir Tryamour

La Primera Cruzada los caballeros hicieron votos para luchar con los infieles de Tierra Santa. Como señal llevaban cruces rojas cosidas a sus sobrevestes.
Las cruzadas y las peregrinaciones a Tierra Santa eran anímica y geográficamente análogas e históricamente vinculadas.


Villani

Robert Guiscardo retornó a Normandía trayendo noticias de las delicias y riquezas de Apulia. Prestó fiel ayuda al duque de Apulia frente a Godofredo duque de los normandos. 
Ricardo Guiscardo después de haber hecho muchas cosas en Apulia se propuso y deseó como devoción ir en peregrinación a Jerusalén y le fue dicho con una visión que moriría en Jerusalén. Por tanto habiendo encomendado su reino a Roger su hijo embarcó para viajar a Jerusalén y llegando a Grecia al puerto que más tarde se llamó Puerto Guiscardo comenzó a enfermar y con la manifestación que le había sido hecha de ninguna manera temió perecer. Murió el año 1110.
Tancredo duque de Tarento era sobrino de Roberto Guiscardo a través de la hermana consorte de Boemundo príncipe de Antioquía. Tancredo tomó el reino de Sicilia instruido con su ingenio natural estaba lleno de sabiduría.
La gran cruzada sobre los mares.
Federico Barbarroja llamado el Grande o el Primero, de la casa de Suabia y de apellido Staufen cuando hubo recibido los votos fue coronado en Roma el año 1154 y reinó 37 años. La traición de los Colonna los cuales estuvieron con Federico y opuestos al papa Alejandro a causa de lo cual los romanos expulsaron a los Colonna de Roma y destruyeron su antigua y hermosa fortaleza de La Gosta (1167).
Federico Barbarroja viéndose muy desposeído de su soberanía pretendió reconciliarse con la Iglesia. El papa Alejandro como enmienda y penitencia le impuso y él prometió cruzar los mares como auxilio de Tierra Santa ya que Saladino había retomado Jerusalén. Habiendo tomado la cruz el año 1188 partió de Alemania con una inmensa hueste y fue por tierra a través de Hungría hasta Constantinopla y hasta Armenia (Pisidia) pero siendo el verano muy caluroso mientras se bañaba para su solaz en un riachuelo llamado río de Ferro se ahogó miserablemente.
El rey Felipe de Francia y el rey Ricardo de Inglaterra cruzaron los mares como auxilio de Tierra Santa esta época.
El año 1188 vino a Florencia el arzobispo de Ravena como legado del Papa y muchas buenas personas de Florencia tomaron la cruz. Los florentinos con un gran numero formaron un ejército sobre los mares y con la toma de la ciudad de Damieta trajeron un estandarte carmesí.
Federico II rey de Sicilia con la hija del rey Juan de Jerusalén tuvo al rey Giordano y con otra tuvo al rey Federico de quien desciende el linaje de los llamados de Antioquía.
La Iglesia mandó una cruzada a través de los mares de la que era capitán Federico II.
Federico cruzó los mares, hizo la paz con los suldanos y recuperó Jerusalén opuestamente a la voluntad de la Iglesia.
El soberano retornó de ultramar porque el Reino se había rebelado y volvió a iniciar la guerra con la Iglesia.
El rey Luis de Francia fue derrotado y hecho prisionero por los sarracenos en la Monsura en Egipto. 
Encontrando la Iglesia muy derrotada con el poder de Manfredo el cual ocupaba la mayor parte de Italia y había estacionado las huestes de sus sarracenos de Nocera en las tierras del patrimonio de S. Pedro, el papa Clemente IV predicó una cruzada.
Fue apresado el marqués de Montferrat prisionero de los de Alejandría.
La ciudad de Acre antiguamente se llamaba en las Escrituras Ptolemaicas y hoy se llama Acon en latín. El año 1291 el soldán de Babilonia (El Cairo) vino a sitiarla y la tomó segun nos contaron nuestros conciudadanos y los comerciantes que estaban en Acre ese momento. Debido a que los sarracenos habían tomado la ciudad de Antioquía, Trípoli, Tiro y muchas otras ciudades a la orilla del mar la ciudad de Acre había aumentado mucho de pueblo y de poder de manera que los reyes de Jerusalén y de Chipre y los príncipes y las hermandades de los Templarios y Hospitalarios y los legados del papa y los reyes de Francia y de Inglaterra los cuales habían pasado los mares todos reunidos en Acre había allí diecisiete señoríos hereditarios lo que era una gran confusión. Y aquel momento hubo una tregua y eran allí más de 18.000 peregrinos y como no les llegaba la paga, una parte que eran hombres salvajes y sin ley no tuvieron escrupulos para romper la tregua y robar y matar a los sarracenos que estaban en Acre con sus mercancías y víveres. El soldán y su ejército tomaron la torre Maldita. Pero no pudieron tomar la ciudad defendida por el sabio y valiente hermano del Temple Guillaume de Beaujeu. Pero fue baleado en el combate con una flecha envenenada que penetró las articulaciones de su coraza de cuya herida murió poco después y a causa de su muerte la ciudad se conmovió y tuvo miedo y hubo discordia de la guardia y defensa de la ciudad refugiándose cada uno en las naves y otras embarcaciones del puerto. Hubo más de 60.000 muertos y prisioneros y la pérdida de materiales y el botín fue infinita. Con la pérdida de Acre no quedó en tierra Santa ninguna de las buenas ciudades comerciales.
El año 1307 el rey de Francia hizo apresar a los Templarios y secuestrar sus iglesias, mansiones y posesiones de gran poder y riqueza y en París fue apresado el maestre del Temple Jacques de Molay de Borgoña con sesenta frailes y caballeros acusados de unos artículos de herejía; fueron quemados reducidos a cenizas. El maestre fue reservado con Hugo de Pairaud y fueron llevados a Poitiers ante el papa y aceptaron el gran error. Fueron martirizados hasta ser destruidos. Confiscadas sus posesiones fueron concedidas a la hermandad de los Hospitalarios, pero se les exigió recuperar y redimir al rey de Francia. Fue destruida y reducida a la nada la rica y poderosa Comunidad del Temple de Jerusalén el año 1310.
El maestre del Hospital tomó la isla de Rodas.
(Nueva Crónica)


Petrarca

Bagdad, a la que se proclamó la cruzada, el 26 de julio de 1333.
(Cancionero)


Chaucer

El viernes era un día maldito. Ricardo Corazón de León fue muerto en viernes.
(Cuentos de Canterbury)


Rabelais

Beber como templarios.
Hago mi pacotilla con estas cruzadas.
Godofredo de Bullón hacía dominós.
De lejos diríais que era el propio Jean Bourgeois. El año que viene predicaré aunque no sea más que una vez la cruzada.
Cojón güelfo.
Estando Federico Barbarroja ausente, los milaneses se habían rebelado y arrojaron a la emperatriz fuera de la ciudad ignominiosamente montada sobre una mula vieja a horcajadas y al revés.
(Gargantúa y Pantagruel)


Maquiavelo

Los venecianos alimentaban las sectas de güelfos y gibelinos en las ciudades de su dominación y no les permitieran derramar sangre, alimentaban las rencillas a fin de que, ocupados los ciudadanos en sus diferencias, no se unieran en su frente. Derrotados en Vaila, de pronto, una parte de esas facciones tomó aliento y les quitó el poder.


Campanella

Los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén fueron fundados el año 1099, después de la invasión de la Ciudad Santa por los cruzados, y tenía por finalidad atender a los peregrinos que llegaban. Pronto esta atención se hizo también con las armas. Ante la presión de los musulmanes, hubieron de retirarse, primero a Acre, luego a Rodas y finalmente a Malta, donde se establecieron el año 1530, los Caballeros de Malta.
(La ciudad del sol)


Böhme
Al odio se le llama Cruz y al amor celeste Paciencia.
(Las Confesiones)


Burton

Cuando Ricardo I y Felipe de Francia eran compañeros de armas en el sitio de Acon de Tierra Santa y Ricardo se había probado como el más valiente y los ojos de todos los hombres estaban puestos en él, irritó mucho a Felipe el cual puso reparos a todos sus procedimientos y finalmente cayó bajo abierto desafío; no pudo contenerse sino que se apresuró a volver a casa, invadió sus territorios y declaró la guerra abierta.
Conradino de Hohenstaufen duque de Suavia (1252-1268) fue rey de Sicilia y de Jerusalén. Luchó para recuperar el trono de Sicilia pero fue derrotado por Carlos de Anjou quien mandó su decapitación. Valiente príncipe suevo llegó con un ejército preparado al reino de Nápoles; fue hecho prisionero por el rey Carlos y ejecutado en la flor de su juventud. Poco después el hijo del rey Carlos con doscientos nobles fue hecho prisionero y decapitado de idéntica manera.
¿Qué hizo que miles viajaran desde Francia y Gran Bretaña a Tierra Santa, gastaran sumas muy grandes de dinero, hicieran una peregrinación familiar a Jerusalén, se arrastraran y agacharan sino una superstición sumisa?
(La anatomía de la melancolía)


Butler

Caballeros con las piernas cruzadas / Famosos con sus luchas guerreras / Con el caníbal sangriento / A quien destruyeron.
La bestia llevando al duro Squire como un saco / O al robusto rey Ricardo sobre su espalda.
(Hudibras)


Leibnitz

El año 1095, en el Concilio de Clermont, Urbano II proclamó la primera Cruzada.
Missi dominici. Burócratas especiales, nombrados por Carlomagno, los cuales vigilaban el cumplimiento de las capitulaciones y los mandatos municipales. Origen de los Güelfos, los cuales, probablemente, provienen de la raza real de Baviera.
Enrique el León (1139-1189), primo de Federico Barbarroja, de quien fue aliado, gobernó Baviera y Sajonia. Tomó Roma, 1155, y funda Munich.
Mouien o Morienus, nacido en Roma, en el siglo XII, vivió en Egipto, donde aprendió química y física y falleció como ermitaño en Jerusalén.


Shaftesbury

En estos tiempos, los ultimos del ingenio, el humor del tipo del amor, la galantería o los caballeros andantes ha periclitado. Las Cruzadas, la liberación de Tierra Santa y proezas fervorosas de ese estilo despiertan menos atractivo que en otro tiempo.
(Carta sobre el entusiasmo)

La visión fría con la que nuestros antepasados europeos asistieron a la destrucción de un cuerpo político, los caballeros templarios, que habían llegado a tener más poder que el soberano.
(Sensus Communis)


Mandeville

Alfonso III (reinado de 1158 a 1214), llamado generalmente Alfonso VIII, planeó una coalición ante los moros, a la cual el papa Inocencio III otorgó los privilegios de una cruzada.
(La Fábula de las Abejas)


Gibbon

La librería de Trípoli atesoraba el numero increíble de tres millones de volúmenes y en la toma de aquella ciudad, el conde Beltrán de S. Gilles, entrando en la primera estancia, que sólo contenía el Alcorán, dispuso que se quemase todo como efecto del falso profeta. Wilken, "Historia de las Cruzadas".
Desde el tiempo de Carlo magno hasta el de las Cruzadas, yacía el orbe en manos de tres grandes potencias; Griegos, Sarracenos y Francos.
Las invasiones de los Normandos y la soberanía de los Turcos tendrán por obvio paradero las Cruzadas memorables a Tierra Santa y el vuelco de la ciudad de Constantino.
Una partida de Normandos, al volver de Tierra Santa, habían librado la ciudad de Salerno del ataque de una numerosa escuadra de Sarracenos. Gaimar, príncipe Lombardo de Salerno quiso quedárselos y tomarlos bajo su sueldo. Replicaron, <<Combatiremos por nuestra Religión y no por el dinero.>> Gaimar les suplicó que enviasen algunos caballeros Normandos a su Corte. Este es el origen de la conexión de los Normandos con Italia.
El valeroso Bohemundo tuvo que reducirse a la herencia de su espada; y de esa manera anduvo hasta que la primera cruzada con los infieles del Oriente le despejó un campo más anchuroso de glorias y de invasiones.
El mar Caspio, paraje solariego de los turcos, ante quienes se asestó la primera cruzada.
El nombre de los Georgios, derivado de su agricultura, aparece sólo desde las Cruzadas, entre los latinos y orientales y se tomó devotamente de S. Jorge de Capadocia.
Nuestro mejor fondo para la historia de Jerusalén, desde Heraclio hasta las Cruzadas, se halla en dos pasos extensos y originales de Guillermo, arzobispo de Tiro, "Gesta Dei per Francos". Guignes ha compuesto una erudita "Mémoire sur le comerce des François dans le Levant avant les Croisades".
La invasión más sonada de los turcos selyúcidas fue la de Jerusalén. A tropel acudieron peregrinos a visitar el santo Sepulcro y la iglesia de la Resurrección, con especialidad por la temporada de Pascua y Griegos y Latinos, Nestorianos y Jacobitas, Armenios y Georgianos, estaban manteniendo las capillas.
Se apropiaron los Francos, por su numero y denuedo, la ansiada preeminencia con el poderío de Carlomagno. Al ir decayendo la soberanía carolingia fue la republica de Amalfi la promovedora de las ultimas transferencias comerciales y teológicas en Oriente. Sus bajeles llevaban y traían los peregrinos occidentales con sus cargamentos provechosos. Se instituyó una feria anual sobre el monte Calvario y los traficantes italianos llegaron a fundar el convento y hospital de San Juan de Jerusalén, que vino después a reinar en las islas de Rodas y Malta. El engaño devoto inventado en el siglo nono, del encendimiento de la llama milagrosa en la víspera de Pascua sobre el santo Sepulcro, cundió apasionadamente entre los Cruzados latinos.
Hakem arrasó el templo del orbe, la iglesia de la Resurrección.
Atónitos e inconsolables los países de Europa, en vez de armarse para el recobro y defensa de Tierra Santa, se contentaron con desterrar y quemar a los Judíos, por consejeros reservados del bárbaro desalmado.
El afán de la peregrinación sobresalió entre los Francos. Se desentendían príncipes y prelados de sus posesiones y aquellas redobladas caravanas estaban encabezando las huestes que en el siglo X se encuadronaron bajo las banderas de la Cruz. Como treinta años antes de la primera cruzada, el arzobispo de Metz, los obispos de Utrecht, Bamberg y Ratisbona, emprendieron un viaje muy agotador desde el Rin hasta el Jordán, ascendiendo la muchedumbre de sus comitivas a siete mil personas. Ingulfo, secretario de Guillermo el conquistador, se halló en esta romería.
Los condes de Bolonia, los campeones de la primera cruzada.
Según la novela de Turpin, Carlomagno había invadido ya Tierra Santa. Juan Tilpino o Trupino era arzobispo de Reims el año 773. Después del año 1000 se compuso este romance en su nombre, por un monje de los confines de Francia y España, y tal era la idea del mérito escolástico, que se describe como un sacerdote peleando y bebiendo.
Infinitos clérigos y seglares estamparon en su ropa la señal de la cruz. Lo más común sobre los hombres en oro, seda o paño, cosido sobre sus vestidos, en la primera cruzada; eran encarnadas en la tercera. Sólo los franceses mantuvieron aquel color, mientras las cruces verdes fueron adoptadas por los Flamencos y las blancas por los Ingleses. Sin embargo, en Inglaterra el encarnado asoma siempre como el predilecto, es el color de las insignias y uniformes.
Ventajas de los Crucesignati. Libertad de deuda, usura, injuria, justicia secular.
Descuella ante todos los aventureros Godofredo de Bouillon y venturosos fueran los cruzados si en él cifraran su mando; valientemente cabal y digno representante de Carlomagno, de quien descendía por línea materna. Era su padre de la alcurnia esclarecida de los condes de Buloña; el Brabante, provincia inferior de Lorena, era la herencia de su madre y por dignación le revistieron con el título ducal, trasladado indebidamente a su territorio de Bouillon, en las Ardenas. Era el alférez mayor de Enrique IV y atravesó de un lanzado al rebelde reyezuelo Rodolfo. Fue Godofredo el primero que trepó las murallas de Roma, lo que revalidó su resolución temprana de visitar el santo Sepulcro con ínfulas de libertador. Acompañaban al protagonista del Taso sus dos hermanos, Eustacio el mayor, el cual sucedió en el condado de Boloña, y el menor Balduino, de índole y bizarría más dudosa.
La pujanza sobresaliente de los cruzados estribaba en su caballería y en su reseña por las llanuras de Bitinia fueron, entre jinetes y ayudantes en grupa, completamente armados con celadas y cotas de malla, hasta cien mil combatientes.
Emigraron de Europa hacia Asia más de seis millones.
Rehacen a Bohemundo, Tancredo y Roberto de Normandíalas banderas revividoras del duque Godofredo, el cual vuela con el conde de Vermandois en su auxilio, capitaneando sesenta mil caballos y siguiéndolos, Raimundo de Tolosa, el obispo de Puig y el ejército entero, queda solucionada la contienda con Solimán.
El belfredus, de donde deriva belfrey, era la torre movible.
A los cuatrocientos sesenta años de la invasión de Omar, quedó la Ciudad santa rescatada del yugo mahometano.
Godofredo de Bouillon, el gran fundador del reino de Jerusalén, Barón y defensor del santo Sepulcro.
Jerusalén fue abastecida del torrente Kedron, seco en el verano, del escaso manantial o arroyuelo de Siloe y del acueducto que venía del riachuelo Tekoe o Etham.
Reducidas las ciudades marítimas de Laodicea, Trípoli, Tiro y Assalon, a donde acudieron poderosamente las escuadras de Venecia, Génova y Pisa, incluso de Flandes y Noruega, aquella tirada de costa desde Escanderem hasta la raya de Egipto quedaba expedita para los peregrinos.
El valladar incontrastable de Jerusalén se cifraba en los caballeros del hospital de San Juan y del templo de Salomón, con su asociación extraña de vida castrense y monástica sugerida por el fanatismo y luego comprobada por la política.
Los hijos de los primeros peregrinos se llamaban por irrisión Poullains, Pullani, y su nombre nunca se pronuncia sin menosprecio.
El Hospital era mater; el Templo filia.
Mateo Paris señala a los Hospitalarios 19.000, a los Templarios 9.000 maneria, palabra de mayor entidad en el idioma inglés, que en el francés. Manor es un feudo, manoir una vivienda.
El desenfado voluntarioso, que descuella en el sistema feudal, sobresalía con pujanza en los guerreros de la Cruz, quienes encumbraban para su jefe el más benemérito de sus iguales.
Compuso Godofredo el "Fuero de Jerusalén", monumento para la jurisprudencia feudal. Las Assises de Jerusalén.
Se sujetaron los soberanos de Jerusalén a una dependencia nominal y en las fechas de sus rótulos anteponían acatadamente el nombre del soberano bizantino Alexio al suyo.
Conrado III y Luis VII emprendieron la segunda cruzada, para mantener la situación menguada de los Latinos. Luego, Federico Barbarroja, congeniando con sus hermanos de Francia y de Inglaterra en condolerse del malogro común de Jerusalén, mandó la gran división de la tercera cruzada.
El formalizar una historia de las Cruzadas, por más esplendorosas que aparezcan, tienen que parar en la cantinela idéntica de sus causas y efectos y los empeños redoblados por defender o recobrar la Tierra Santa han de derivar como trasladados lánguidos y desabridos de un solo original.
Tras Godofredo de Bouillon y sus acompañantes dignísimos, tremolaron sus banderas los duques de Borgoña, Baviera y Aquitania, descendiente el primero de Hugo Capeto y cabeza el segundo de la alcurnia de Brunswick. Trasladó el arzobispo de Milán los tesoros y ornamentos de su iglesia y palacio y los cruzados veteranos Hugo el Grande y Esteban de Chartres se aferraron de nuevo a redondear su voto descalabrado. Aquella mole descomunal y revuelta de secuaces se fue moviendo en dos columnas y si la primera se componía de doscientas sesenta mil personas, vendría la segunda a constar de sesenta mil caballos y cien mil infantes.
No fue muy crecida la hueste de la tercera cruzada, al mando de Federico Barbarroja, por cuanto Ingleses y Franceses se atuvieron a la navegación por el Mediterráneo.
Cupo a la segunda y a la tercera cruzada el reinado de Manuel Comneno y luego de Isaac Angelo. El primero solía ser disparado y maligno y el segundo hermanaba su cobardía innata con una índole malvada.
Se pactó entre el príncipe bizantino y el pueblo el exterminio o, por lo menos, retraer a los peregrinos con todo género de insultos o tropelías, aunque habían pactado los soberanos occidentales tránsito y mercado expedito.
San Bernardo guió la segunda cruzada.
El objeto de San Bernardo en su expedición a Alemania fue atajar la persecución horrenda e inhumana de los Judíos, que se estaba aparatando por el monje Rodulfo, para renovar los pavores que antecedieron a la primera cruzada por las ciudades de las orillas del Rin.
Tras los dos primeros Balduinos, el hermano y el primo de Godofredo de Bouillon, pasó el cetro por sucesión femenina en Melisenda, hija del segundo Balduino y su marido Fulk, conde de Anjou, padre por un primer matrimonio de los Plantagenet ingleses. Sus dos hijos, Balduino III y Amaury, guerrearon valerosa y prósperamente con los infieles; pero el hijo de Amaury, Balduino IV, quedó imposibilitado con la lepra, don de las cruzadas memorables. Era su hermana Sibila, madre de Balduino V, su heredera, quien tras la muerte sospechosa de su niño coronó a su segundo marido, Guy de Lusignan, primer aventajado, pero de muy ruin concepto, que su hermano Jefrey vino a prorrumpir. Tacharon todos la votación y el sometido más poderoso, Raimundo, conde de Trípoli, excluido de la sucesión y la regencia, abrigaba encono implacable hacia el soberano, exponiendo su pundonor a las tentaciones del sultán.
Un soldado de fortuna, Reginald de Chastillon, se había apoderado al confín del desierto de una fortaleza, desde la cual está salteando las caravanas.
Trémula estaba la reina Sibila por su esposo prisionero y los barones y caballeros, huidos, se aferraron en sus banderías y desbarros divididos. El Santo Sepulcro agolpaba una muchedumbre menesterosa, sin armas ni alimento, que vivía exclusivamente de la limosna. La hueste victoriosa abrió una brecha en Jerusalén.
Con la llegada de Conrado de Monferrato se fue coordinando aquella muchedumbre revuelta y desmañada.
En la primavera del segundo año, anclaron en la bahía de Acre las escuadras regias de Francia y de Inglaterra y estrecharon el sitio con su emulación juvenil los dos soberanos, Felipe Augusto y Ricardo Platagenet.
Los fallecidos ante San Juan de Acre. Ferres, conde de Derby, Mandevil, Fiennes, San Juan, Scrope, Bigot, Talbot.
Felipe Augusto y Ricardo I habían actuado bajo idénticas banderas. Pero aquella intimidad sagrada vino a desquiciarse con los celos patrióticos, pues los dos bandos que prohijaron en Palestina estaban más enconados mutuamente, que con el enemigo común. El soberano de Inglaterra, aunque de menor suposición, aventaja al francés en dineros y en pericia bélica; y si la valentía se cifra en el denuedo feroz e irracional, se encumbrará Ricardo Plantagenet entre los valientes de aquel siglo.
Rendido Acre y faltando Felipe, encabezó el soberano de Inglaterra a los cruzados, para el recobro de la costa, añadiendo las ciudades de Jafa y Cesarea a los trozos del reino de Lusignan.
Se emprendieron dos cruzadas, la cuarta y la quinta, al llamamiento de Inocencio III. Pero fuera de un soberano de Hungría, príncipes de segunda categoría mandaron a los peregrinos. La cuarta cruzada se encaminó a Constantinopla. En la quinta, hasta doscientos mil Francos vinieron a desembarcar a la boca oriental del Nilo.
Escudaban los papas personas, familias y haberes de todo peregrino y aquellos ayos se apropiaron el encargo de mandar las operaciones y robustecer el desempeño de sus votos. Federico II, nieto de Barbarroja, vino a ser, sucesivamente, alumno, enemigo y víctima de la Iglesia. Se cruzó a los veinte años, obedeciendo a su ayo Inocencio III y su enlace con la heredera de Jerusalén le comprometió para siempre en la defensa del reino de su hijo Conrado. Pero creciendo Federico en edad y madurez, se arrepintió de aquel empeño. Los papas lo estrecharon con encarecimientos y amigos. Aparata en las bahías de Sicilia y Pulla una escuadra de cien galeras y bajeles, para el transporte y desembarco de dos mil quinientos jinetes con sus caballos y dependientes; sus seguidores de Nápoles y de Alemania componían una hueste poderosa y se abultó el numero de los cruzados ingleses hasta sesenta mil. Por fin da la vela de Brindis. Entra Federico triunfante en Jerusalén y toma la corona del altar del santo sepulcro. Alcanza Federico la devolución de Jerusalén, Belén, Nazareth, Tiro y Sidón. Se restablecen las iglesias y a los quince años ascienden a seis mil los Latinos de Jerusalén.
De las siete cruzadas, emprendió las dos ultimas Luis IX de Francia, quien perdió la libertad en Egipto y la vida en las costas de África.
Eduardo I se cruzó en vida de su padre Enrique. Capitanea el vencedor venidero de Gales y Escocia mil soldados y liberta la ciudad de Acre de un sitio; marcha hacia Nazaret con una hueste de nueve mil hombres, compite en nombradía con su tío Ricardo, impone con su valor una tregua de diez años.
Finó el principado Latino. Perdida Jerusalén, Acre, distante veinticinco leguas, ascendía a metrópoli Latina; se realzó con edificios esplendorosos y fuertes, acueductos, puerto artificial y muralla doble. Pero encerraba la ciudad varios soberanos y carecía de poder político, ejerciendo su mando independiente los soberanos de Jerusalén y de Chipre, de la casa de Lusignan y los grandes maestres del Hospital, del Temple y los Teutónicos, las republicas de Venecia, Génova y Pisa, los soberanos de Francia y de Inglaterra.
Los primeros cruzados, con sus escrúpulos, desatendieron la ocasión de garantizar, con la presión de Constantinopla, su rumbo hacia Jerusalén; pero luego, sus agitaciones internas brindaron y casi redujeron a Franceses y Venecianos, al extremo de redondear la invasión romana en Oriente.
Eslabonándose con extrañeza los acontecimientos, el acero del inglés Ricardo regala el reinado de Chipre a la casa de Lusignan por compensación ventajosa del malogro de Jerusalén.
Inocencio III pregona por Italia, Alemania y Francia la obligación de una nueva cruzada. Derrama indulgencias plenarias a cuantos combatiesen en Palestina un año personalmente, o dos por sustituto. Federico II era un niño y ansiaban su reino de Alemania las familias opuestas de Brunswick y de Suabia, las banderías memorables de Güelfos y Gibelinos. Felipe Augusto planteó gustoso un fondo para la defensa de Tierra Santa. Ricardo de Inglaterra se adelantó a escarnecer el ahinco de Fulko de Neuilly, misionero viandante.
Teobaldo, conde de Champaña; Luis, conde de Blois y de Chartres. Mateo de Montmorency; Simon de Monfort; Geoffrey de Villarduino, mariscal de Champaña; Balduino, conde de Flandes. Adalides, compromisarios, pasaron a Venecia en demanda fundada sobre los auxilios.
Los móviles de los cruzados.
La cruzada de los condes de Flandes, Balduino y su hermano Henrique.
Con la autoridad del dogo Enrique Dandolo, los cruzados franceses dispondrían de barcos chatos o palandras, para el embarque de cuatro mil quinientos jinetes y veinte mil infantes, escoltando la republica el armamento con una escuadra de cincuenta galeras. Se pactó que los peregrinos pagarían ochenta y cinco mil marcos de plata y que los logros de mar y tierra se repartirían con igualdad entre los confederados. Capitanea la empresa Bonifacio, marqués de Monferrato (1203).
Hubo que hacer cuantiosos desembolsos para acudir a las urgencias y acallar las importunidades de los cruzados.
La codicia empedernida de los Cruzados.
Mientras los cruzados se mantuvieron reunidos en Constantinopla, la memoria de su prepotencia y el pavor de sus armas sellaron los labios; al desparramarse, manifestaron la cortedad de sus fuerzas y las nulidades de su sistema y algunos desmanes y tropiezos sacaron a la luz el secreto de que no eran invencibles.
En aquella temporada caballeresca, el rumbo más expedito para encumbrarse un particular al solio de Jerusalén o de Constantinopla era el de la valentía y había a la sazón recaído el reino titular de Jerusalén, por falta de varones, en María, hija de Isabel y de Conrado de Monferrato y nieta de Almerico o Amaury. Se había enlazado con Juan de Briena (1229), de alcurnia esclarecida de Champaña, a impulsos de la voz publica y el concepto de Felipe Augusto, quien lo calificó de primer prohombre en Tierra Santa.
El móvil de las cruzadas era un fanatismo bravío y su consecuencia de más entidad se hermanaba con su arranque. El afán de todo peregrino se cifraba en cargar para su casa con despojos sagrados, con reliquias.
El establecimiento de la inquisición, los monjes y las órdenes mendicantes, el rematado abuso de las indulgencias y el extremado progreso de la idolatría fue dimanando de la fuente envenenada de la guerra Santa. La índole eficaz de los Latinos se ceba en lo íntimo de su racionalidad y de sus creencias; y si los siglos noveno y décimo sobresalieron en lobreguez, el décimo tercio y el décimo cuarto fueron los de la fábula y el desvarío.
Entre los volcadores del edificio gótico sobresalen los cruzados, desplomándose las baronías y feneciendo sus alcurnias en aquellas expediciones azarosas y costosísimas.
Desde el reinado de Roberto, hijo de Hugo Capeto, los barones de Curtenay, en el distrito de Gatinois, descuellan cercanos a la corona; y Joselin, nieto de Aton, asoma alistado en la primera cruzada. Un entronque casero (hermanas eran las madres) lo comprometieron en la bandera de Balduino de Brujas, conde segundo de Edesa.
Reinaldo de Curtenay, después de dar su hija al hijo del soberano, desamparó sus posesiones en Francia. Enrique II siempre distinguió en sus reales y en sus consejos un Reinaldo, del nombre, armas y como se permite conceptuar, de la alcurnia castiza de los Curtenays de Francia. Reinaldo de Curtenay se granjeó un establecimiento grandioso en Devonshire. Balduino de Brionis, barón normando, proporcionó a Hawisa, esposa de Reinaldo, el timbre de Okehampton y hasta las hembras estaban preparadas para los cargos varoniles de vizcondes hereditarios o cherifes y capitanes del castillo real de Exeter. Se enlazaron con las alcurnias más encumbradas, los de Veres, Despenser, San Juan, Talbot, Bohun y Platagenet.
Ni un par de Inglaterra tiene por qué envidiar  a los soberanos de Constantinopla, peregrinando por Europa en busca de limosnas, para mantener su boato y reservar su capital.
Las armas primitivas de Curtenay eran or, tres, torteux, gules, que denotan un entronque con Godofredo de Bouillon y los Condes de Bulogne.
(Historia de la decadencia y ruina de Roma)


Austen

Enrique IV ascendió al trono de Inglaterra el año 1399, después de haber persuadido a su primo y predecesor, Ricardo II, de que renunciara y se retirara al Castillo de Pomfret, donde fue muerto. Tras enfermar, su hijo, el Príncipe de Gales hizo su aparición y le arrebató la corona. El soberano falleció y le sucedió su hijo Enrique, quien había derrotado a Sir William Gascoigne.
(Amor y amistad)


Godwin

Las cruzadas con los infieles.
(Investigación respecto de la justicia política)


Bentham

Cuando se hizo preciso pagar a Austria un enorme rescate por un soberano que había sido hecho prisionero, entonces pudo haber habido para Inglaterra una balanza desfavorable de comercio, una exportación de dinero sin rendimiento. Pero aquellos eran tiempos de calamidades y miseria extraordinaria cuando el empobrecimiento de un país se debía a causas políticas muy independientes del curso habitual del comercio.
(De la Balanza Comercial)


Saint-Simon

Las cruzadas ocasionaron dispendios muy apreciables a los aristócratas francos: sus ingresos fueron insuficientes para satisfacerlos. Se vieron obligados para conseguir las sumas que precisaban a vender franquicias a los galos que se hallasen en condiciones de pagarlas. Los galos que adquirieron la mayor parte de tales franquicias fueron los artesanos que habían tenido más que los otros ocasiones y materiales para hacerse con un peculio. Los francos también vendieron tierras a los galos que con cualesquiera materiales habían conseguido dinero; y de esta manera fue como las cruzadas marcaron la formación de la capa industrial cuanto una capa distinta de la bélica. La economía y la actividad de dicha capa acrecentaron en seguida su importancia desde la ultima cruzada al advenimiento de Luis XI. Y también fueron las cruzadas las que decidieron el perfeccionamiento y acrecentamiento en extensión y numero de los trabajos industriales. Los nobles que habían ido a la ruina con sus expediciones asiáticas trajeron a Francia el gusto del lujo, el placer de la galantería y particularmente el muy vivo deseo de poseer bellas armas. La galantería de los hombres desarrolló la coquetería de las mujeres las cuales gustaron del lucimiento. Las muestras de los bellos tejidos fabricados en Asia inspiraron al bello sexo el deseo de poseer otros semejantes; de aquí el origen del comercio exterior y de la fabricación de los objetos confortables para una población apta para saborear los goces delicados.
Cuando los descendientes de los francos embarcaron para las cruzadas se vieron obligados a vender una parte de sus tierras para procurarse el dinero que precisaban y ocurrió que enajenaban también una porción de su soberanía; porque por mucho que se esforzasen para despojar de los derechos de soberanía las tierras que vendían, todo el territorio estaba imbuido de tal forma de feudalismo que los nuevos propietarios aunque fuesen carreteros de origen se transformaron como nobles de poca monta.
(Catecismo político de los industriales)


Malte-Brun

Más afortunados los cruzados, el año 1217 lograron apoderarse de Damieta, no obstante la empeñada resistencia de los musulmanes.
Mansurah se presenta sobre la costa oriental de Damieta, 50 kilómetros arriba de esta ciudad. Es célebre por la batalla dada bajo sus muros el año 1250, donde fue hecho prisionero S. Luis, habiendo sido teatro de otra victoria obtenida sobre los cruzados.
(Geografía)


Stendhal

Cruzada del Luis el Joven, el año 1147.


Scott

La balada alemana del noble Moringer gira sobre el tópico del cruzado que regresa y la amada de su corazón se casaba con un protector.
(Waverley)

Ultimos años del reinado de Ricardo I. Largo era el cautiverio del soberano y sus fieles se veían sometidos a una férrea opresión. Los nobles por las armas, cuyo poder se había acrecentado de forma extraordinaria durante el reinado de Esteban y a los cuales la prudencia de Enrique II había impuesto alguna sumisión, recobraron y aumentaron después su predominio.
En Palestina avasallando salvajes turcos e infieles sarracenos.
La Hermandad de los Caballeros Templarios. Finalidad de recobrar el Santo Sepulcro. Mitad monje, mitad soldado.
La situación de los miembros de la nobleza inferior, franklins o hidalgos, los cuales, en virtud de la letra de la Constitución inglesa vivían independientes de la tiranía feudal, se había hecho incierta y peligrosa. Si aceptaban alguna prebenda feudal y se ponían a la prestación de los poderosos, les obligaba a sacrificar su independencia.
Ceñida blusa con mangas, hecha de piel curtida de animal -medieval vestimenta-, llegaba de la garganta a las rodillas.
Comendador de la esforzada y venerable Hermandad de los Caballeros Templarios. Cruz de ocho puntas, manto blanco.
Cruzados disolutos y peregrinos hipócritas.
Nuevas de Palestina. confirmación de que se ha firmado una tregua con Saladino.
Caballeros templarios, más amantes de la herencia de los judíos que de su compañía.
Adoradores de Termagaunt.
Ricardo Corazón de León. Toma de San Juan de Acre.
Honor, armas, renombre y dignidad. Ingleses de Palestina. Ricardo, soberano de Inglaterra, el conde de Leicester, Thomas Multon de Gisland, Sir Foulk Doilly, Sir Edwin Turneham, Ivanhoe.
El rey Ricardo se hallaba preso en un país extranjero, bajo el poder del pérfido y cruel Duque de Austria. El príncipe Juan, aliado con Felipe de Francia, mortal enemigo de Corazón de León, empleaba todo tipo de argucias, para prolongar el exilio y cautividad de su hermano Ricardo. Pretendía aumentar sus recursos, para desplazar en la sucesión del trono a Arturo, duque de Britania, hijo de Geoffrey Plantagenet y legítimo heredero, al tiempo que su hermano mayor. Atrajo el favor de los fuera de la ley con sus ilusiones de rápido enriquecimiento depositadas en la guerra. Rey de paja.
Insoportable opresión feudal.
Los caballeros templarios y los hospitalarios (de San Juan) eran enemigos declarados del rey Ricardo; habían tomado partido a favor de Felipe de Francia, durante la secuela de disputas en Palestina. Las consecuencias más evidentes de estas discordias consistieron en que las repetidas victorias de Ricardo fueron infructuosas y fallidas sus románticas pretensiones de sitiar Jerusalén. El provecho de la gloria adquirida se redujo a una vaga tregua con el sultán Saladino.
Jerusalen communis mater.
Los cruzados mandados por Ricardo no habían llegado más lejos de Askalón, ciudad filistea, que no poseía ninguna de las prerrogativas de la Ciudad Santa.
Lord Hastings, primer chambelán de Inglaterra y una de las primeras víctimas de la tiranía de Ricardo III.
Roger de Quincey, conde de Winchester, en Tierra Santa.
Gobelete. Copa.
Roberto era valiente caballero, buen jefe, generoso con sus amigos, cruzado del Santo Sepulcro y, a pesar de todo, falleció ciego y miserable, prisionero en el castillo de Cardiff, porque osó enfrentarse a los deseos del pueblo.
Privilegios concedidos por dispensa del gran maestre.
Canción en el habla de oc, lay en el habla de oui, virelai llamado balada en inglés vulgar.
Lucas de Beaumanoir, gran maestre de los templarios, pidió ayuda al rey Felipe, para ir a luchar con el sultán Saladino. Se ensañó con los hijos de Judá.
Fundadores del Temple. Hugh de Payen, Godfrey de Saint-Omer.
La Hermandad del Temple pendiente de una tremenda crisis. Renunciar a las riquezas.
Autoridad que le es dada al maestre con el símbolo del báculo, para sujetar las debilidades de los débiles, la vara para corregir las faltas de los delincuentes.
Preceptor del establecimiento de la Hermandad.
Buhoneros, afiladores errantes, peregrinos, clérigos incultos, juglares sajones y bardos galeses.
Los derechos de Ricardo a la corona proceden de Matilda, sobrina de Edgard Atheling e hija de Escocia. Pero aunque de sangre real sajona, nunca fue heredera de la soberanía.
Cetro de Bromeholm.
Sagrado estandarte de Le Beau-seant, insignia y grito de guerra de los templarios.
Las trompetas tocaron la marcha salvaje de carácter oriental, que era la señal de avance usada por los templarios.
Ricardo, famoso debido a sus buenas prendas personales y a su fama castrense. Sin embargo, su administración fue lamentablemente descuidada y pronto demasiado indulgente, como inclinada al despotismo.
Muerte prematura del valeroso corazón de León ante el castillo de Chaluz, cerca de Limoges. Generoso, pero temerario y romántico soberano.
(Ivanhoe)


Shelley

Castillos pertenecientes a las baronías de Bohemia, construidos según una extraña mezcla de cánones góticos y bárbaros.


Hegel

Las cruzadas fueron emprendidas como un todo unido, para un fin. Pero este conjunto sólo estuvo unido una vez, para el rescate del Santo Sepulcro y los reinos se separaron después de logrado, o más bien fracasado su propósito y volvieron a aislarse.
(Lecciones sobre la Filosofía de la Historia)


Schopenhauer

La bárbara Edad Media y su absurdo, el más depravado clericalismo y la brutal fatuidad del feudalismo.

El pérfido e infinito Felipe IV de Francia, famoso especialmente por haber atormentado y ajusticiado cruelmente a los templarios, tuvo como hija a Isabel, esposa de Eduardo II de Inglaterra, la cual se alzó armada frente a este, lo encarceló y tras hacerle abdicar y fracasar el intento de matarlo durante su prisión a través de brutales vejaciones le hizo matar de una manera atroz.
(El mundo como voluntad y representación)


Lyell

Las cruzadas pueden haber transportado muchas plantas de una parte del mundo a la otra.
(Principios de Geología)


Balzac

Realeza formidable inventada por los judíos en el siglo XII.
Habla feudal -Pulchré sedens, meliùs agens- de los Beauséant. Des partem leonis!, de los d´Espard. ¡No se vende!, de los Vandenesse.

Devorantes. Sectas de compañeros, que pertenecieron a la gran asociación mística formada entre los obreros, para reedificar el templo de Jerusalén.
Compañeros del Deber, rivales de los devorantes.
(Historia de los Trece)


Dickens
En el Temple, categorías de escribientes curiales. El escribiente distinguido, habiendo pagado pensión, aspira a la procuraduría, un escribiente del ocio. El escribiente asalariado, interno o externo. El amanuense entrado en años, con larga descendencia, derrotado y borracho. Y los mozos de despacho.
(Pinckwick)


Hugo

Alfredo, rey de Inglaterra, triunfó de Gitro, rey de los daneses, y Ricardo Corazón de León pudo salir de la prisión de Losenstein.
(William Shakespeare)

Puertas secretas formadas como las de las viejas tumbas de los soberanos de Judá, de una gran piedra que giraba sobre su eje, se abrían y al cerrarse se confundían con las otras piedras del muro, moda arquitectónica que, con la ojiva, trajeron los cruzados.
(El 93)


Chateaubriand

La querella del Pontificado y de la Soberanía de la Edad Media era la lucha de dos reglas sociales, la lucha de la libertad con el poder. Los papas, favoreciendo a los güelfos, se declaraban por los poderes políticos de los pueblos. Los soberanos, adoptando a los gibelinos, tendían al poder de los notables. Era el papel que habían representado en Grecia los atenienses y los espartanos. Por eso los papas se declaraban en favor de los soberanos; cuando se hicieron gibelinos perdieron su poder porque se separaron de su regla natural. Como por una razón opuesta y, sin embargo análoga, los monjes han visto disminuir su autoridad cuando se ha restituido directamente a los pueblos su libertad política, porque estos pueblos no han sentido el menester de ser reemplazados por los monjes, sus representantes.
(Memorias de Ultratumba)

De Corfú salió aquel ejército de los cruzados que colocó un caballero francés sobre el trono de Constantinopla.
No leemos peregrinación ninguna a Tierra Santa que no comience con la descripción de algunas rocas de las islas de Grecia.
Los caballeros de San Juan de Jerusalén se apoderaron de la isla de Rodas el año 1304, 1308 y 1319 hasta casi dos siglos, cuando la hubieron de rendir a Solimán II el 25 de diciembre de 1522.
Las costas que recorrieron Godofre de Bullon, Raymundo de San Giles, Tancredo el Bravo, Roberto el Fuerte, Ricardo Corazón de León y San Luis. 
A lo largo de los valles de Ascalón hallaba los recuerdos de las cruzadas y las sombras de los campeones del poema de la Jerusalén.
Jafa se llamaba antes Jope, lo que significa hermosa y graciosa, puchritudo aut decor, expresa Adrichômio.
El anónimo que comenzó la colección "Gesta Dei per Francos" cuenta que hallándose el ejército de los cruzados bajo las murallas de Jerusalén, Godofre de Bullón envió a Raymundo Pilet, Acardo de Mommenllu y Guillermo de Sabran para que guardasen los navíos genoveses y pisanos que habían llegado al puerto de Jafa. Qui fideliter custo dirent homines et naves in portu Jafa. El judío Benjamín de tudela menciona la ciudad con el nombre de Gapha. Saladino echó de Jafa a los cruzados y Ricardo Corazón de León echó luego a Saladino. La primera vez que San Luis fue a Tierra Santa ya no estaba esta ciudad bajo el poder de los infieles, sino de Gautiero de Briena, quien tomaba el título de conde de Jafa, según Joinville.
La reina, esposa de San Luis, dio a luz en Jafa una niña a la cual dio el nombre de Blanca y recibió el santo la noticia de la muerte de su madre.
Santa Helena hizo un viaje a Jerusalén y contribuyó mucho a restablecer los Santos Lugares.
El gozo y admiración de los cruzados y peregrinos al ver por primera vez Jerusalén.
Se ve sobre el Monte Calvario la vieja espada de Godofre de Bullón que semeja estar guardando el Santo Sepulcro.
El Sepulcro remata con una media naranja.
Los cruzados ganaron la ciudad de Belén, la que volvió a caer bajo el yugo de los infieles cuando Jerusalén, pero siempre ha sido venerada por los peregrinos.
La descripción de Deshayes de la iglesia del Santo Sepulcro, enviado el año 1621 por Luis XIII a Palestina.
El origen de la iglesia del Santo Sepulcro es muy remoto. El autor del "Epítome de las Guerras Sagradas" mantiene que después que Vespasiano y Tito destruyeran Jerusalén lograron permiso de Adriano para edificar o mejor reedificar un templo sobre el sepulcro y de contener dentro de las murallas de la nueva ciudad los demás pasajes que veneran y añade que Santa Helena ensanchó y reparó este templo.
Según Sozomeno, San Jerónimo, Severo, Necéphoro y Eusebio, los paganos cercaron con una muralla los Santos Lugares y levantaron sobre el sepulcro una escultura a Júpiter y otra a Venus sobre el monte Calvario y dedicaron un bosque a Adonis sobre el paraje donde nació el Salvador. 
A pesar de un pasaje muy sospechoso de Guillermo de Tiro, nada indica que los cruzados hiciesen construir una iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén y es probable que la iglesia que fundó Constantino ha permanecido cual se halla hoy día, a lo menos la parte material del edificio como se evidencia con el género de su arquitectura. 
Habendo ganado los cruzados Jerusalén el 15 de julio de 1099, libertaron el sepulcro de manos de los infieles y permaneció ochenta y ocho años bajo el poder de los sucesores de Godofre de Bullon. Cuando Jerusalén volvió a caer bajo el yugo de los musulmanes, los sirios rescataron a precio de oro la iglesia del Santo Sepulcro y los religiosos vinieron a defender con sus oraciones unos parajes inútilmente confiados a las armas de los soberanos.
Los sepulcros de Godofre y de Balduino están enfrente de la puerta de la iglesia y pegados a las paredes del coro.
Los escritores del siglo XVIII han querido hacer odiosas las Cruzadas, pero yo he sido uno de los primeros que se han opuesto a esta ignorancia o injusticia. Con las guerras de las Cruzadas se pretendía rescatar el Santo Sepulcro y decidir qué culto dominaría el mundo, el genio docto y destruir la esclavitud. 
Las Cruzadas dieron salida a aquel exceso de población que tarde o temprano causa la ruina de los países.
Godofre llegó a las fronteras de Palestina el año 1099. Le acompañaban Balduino, Eustaquio, Tancredo, Raymundo de Tolosa, los condes de Flandes y de Normandía; Etoldo, el primero que subió las murallas de Jerusalén; Guichero, célebre por haber partido un león; Gaston de Fox, Gerardo del Rosellón, Rembaldo de Orange, San Pablo y Lamberto. Y al frente de estos caballeros iba Pedro el Ermitaño con su bordón de peregrino. Tomaron primero Rama y Emaús, mientras Tancredo y Balduino del Burgo penetraban hasta Belén. Pronto pusieron sitio a Jerusalén y el estandarte de la cruz flameó sobre sus murallas un viernes 15 y según otros el 12 de junio de 1099 a las tres de la tarde. 
Los cruzados votaron como soberano de la santa ciudad a Godofre, pues aquel tiempo se veía a los caballeros pasar de la brecha de una plaza al trono del país invadido. Godofre rehusó poner la hermosa corona que le ofrecían diciendo que no quería llevar una corona de oro sustituyendo una de espinas.
Naplusa abrió sus puertas al vencedor y el ejército del Soldán de Egipto fue derrotado en Ascalón. Es probable que Godofre muriera en Jafa cuyas murallas hizo levantar. Le sucedió su hermano Balduino, conde de Edesa y este expiró con sus victorias y entregó el año 1118 el reino a su sobrino Balduino del Burgo. 
Melisendra, hija mayor de Balduino II, se casó con Fulques de Anjou, 1140, llevando como dote el reino de Jerusalén y habiendo muerto Fulques de una caída de caballo le sucedió su hijo Balduino III. Reinando este Balduino se verificó la segunda cruzada predicada por San Bernardo y mandada por Luis VII de Francia y por el soberano Conrado. Habiendo reinado Balduino veinte años pasó la corona a su hermano Amaury, el cual la tuvo once y sucediéndole luego su hijo Balduino IV.
Entonces fue cuando apareció el célebre Saladino. Comenzó por ser vencido y terminó por ser vencedor echando de los Santos Lugares a los cruzados.
Balduino casó a su hermana Siblia, viuda de Guillermo Larga Espada, con Guido de Lusiñan y como este compromiso causase celos de los grandes del reino le sucedió su sobrino Balduino V, hijo de Sibila y de Guillermo Larga Espada. El joven soberano con solo ocho años murió el año 1186 de una enfermedad aguda y su madre Sibila hizo que se diese la corona a Guido de Lusiñan, su segundo marido. El conde de Trípoli hizo traición al nuevo soberano, con lo que cayó bajo Saladino durante la batalla del Tiberiades. 
La corona de este reino ya casi perdido pasó a Isabela, hija de Balduino, hermana de Sibila, la cual había muerto, y mujer de Eufredo de Turena. Felipe Augusto y Ricardo Corazón de León llegaron tarde para defender la santa ciudad, pero tomaron Tolemaida o San Juan de Acre. Fue muy célebre el valor de Ricardo. Mucho tiempo después de su muerte decían los sarracenos cuando un caballo temblaba que había visto la sombra de Ricardo. Ricardo rivalizó con Saladino, volvió de Palestina a Europa y fue encerrado dentro de un castillo de Alemania, lo que dio motivo a varias aventuras que los trovadores han cantado con sus baladas o romances.
El título de soberano de Jerusalén o esta corona había pasado de Isabela a Enrique, conde de Champaña, su nuevo esposo y de este a Amaury, hermano de Lusiñan, quien se casó por cuartas nupcias con Isabela y de la que tuvo un hijo que murió niño. María, hija de Isabela y de su primer marido Conrado, marqués de Monferrato, heredó este reino imaginario. Juan, conde de Briena, se casó con María y tuvo una hija llamada Isabel o Yolanda, la cual se casó después con Federico II. Habiendo este venido a Tiro hizo paces con el soldán de Egipto, siendo las condiciones que Jerusalén se dividiría y Federico II vino a tomar la corona de Godofre al altar del Santo Sepulcro, se coronó y volvió al instante a Europa. Veintisiete años después, San Luis, hallándose prisionero de Egipto, vio degollar los ultimos herederos de la familia de Saladino.
Los mamelucos baharitas especularon sacar de la esclavitud a San Luis y nombrarle su soldán, tal era el alto aprecio que le hacían y el santo soberano dijo a De Joinville que habría admitido esta corona si los infieles se la hubieran prometido.
El año 1291 terminaron de perder la Tierra Santa donde se habían mantenido durante ciento noventa y dos años, habiendo reinado ochenta y ocho Jerusalén.
El título de rey de Jerusalén pasó a la casa de Sicilia con la persona de Carlos, conde de Provenza y de Anjou, hermano de San Luis, quien reunió los derechos del soberano de Chipre y de la princesa María, hija de Federico, príncipe de Antioquía. Los caballeros de San Juan de Jerusalén, llamados luego de Rodas y por ultimo de Malta y los caballeros teutónicos que dominaron el norte de Europa y fundaron el reino de Prusia son al día los restos de aquellas Cruzadas que hicieron temblar África y Asia y ocuparon los tronos de Jerusalén, Chipre y Constantinopla.
El castillo o torre de los Pisanos está edificado sobre las ruinas del castillo de David y ocupa el pasaje de la torre Psephina.
El sitio de Jerusalén. El padre Roberto es de todos los historiadores de las Cruzadas quien merece la preferencia por su latín menos bárbaro, su arreglada opinión y su brillante imaginación. El ejército se situó a lo largo de Jerusalén. Los condes de Flandes y de Normandía pusieron sus tiendas por el lado del norte; Godofre y Tancredo se situaron a la parte de occidente; el conde de San Gil al sur sobre el monte de Sión. Mientras las tropas descansaban de las fatigas del camino e iban construyendo las máquinas para el combate, Raimundo Pelez y Raimundo de Turona salieron del campo con mucha gente para explorar las cercanías, temerosos de que los enemigos sorprendiesen a los cruzados antes de estar todo dispuesto. El segundo día de la tercera semana, que lo fue el 13 de junio de 1099, los franceses asaltaron Jerusalén, pero no la pudieron tomar aquel día aunque no fue vana su tarea, pues derribaron el antemuro y pusieron las escalas al muro principal. Nuestro ejército estuvo diez días sin pan, hasta que llegaron a Jaffa los buques que lo traían y fue más excesiva la sed, pues la fuente de Siloé al pie del monte Sión no daba agua bastante para los hombres y era menester llevar los caballos y acémilas a beber a seis millas del campamento defendiéndolos con numerosa escolta.
Los generales hacían traer de muy lejos grandes maderos para construir torres y máquinas de guerra y luego que todo estuvo terminado Godofre puso su torre a la parte oriental de la ciudad y el conde de San Gil la suya, que era del todo semejante, a la parte del sur. El 12 de julio las tropas escogidas subieron a las torres y plantaron las escalas de los muros de Jerusalén. Godofre estaba a lo alto de su torre cual si fuese un qrquero. Cual dos leones cerca de un gran león estaban a su lado sus dos hermanos Balduino y Eustaquio. Mientras con encarnizamiento se combatía y estuvo dudosa la pelea, un guerrero llamado Letoldo, el cual peleaba sobre la torre de Godofre, se arrojó el primero sobre las murallas de la ciudad. Le siguió Guichero, aquel que otro tiempo abatió un león y el tercero que se tiró a la muralla fue Godofre y tras su jefe se precipitaron los demás caballeros y abandonando los arcos y las flechas apelaron a las espadas, visto lo cual los enemigos abandonaron las murallas perseguidos con gran vocería de los soldados. 
El conde de San Gil precipitadamente se acercó a la puerta cerca del castillo de David y llamando a los de dentro los intimidó a que se rindieran. 
Godofre fue más terrible al combate que con el que tuvo con el gigante del puente de Antioquía. Era un sarraceno de gigantesca estatura al cual Godofre de una cuchillada partió. Guichero y muchos miles de los escogidos combatientes abrían a los sarracenos desde la cabeza o los rebanaban. Cuando declinaba el día los soldados penetraron al templo de Salomón. 
Las espuelas y la espada de Godofre de Bullón.
La fortaleza que hace a las gentes como insensibles a los pesares.
La media naranja del Santo Sepulcro.
San Luis sitió Túnez el año 1270.
Cuando los viejos peregrinos habían cumplido el viaje a Tierra Santa abandonaban su bordón en Jerusalén y para la vuelta tomaban un bastón de palma, símbolo de gloria.
(De París a Jerusalén)


Musset

Una castellana cautiva, cuyo amante partiese para Palestina.
(El lunar)


Humboldt

La pregunta de si el contacto de las Cruzadas enriqueció la poesía alemana con nuevas imágenes de la naturaleza general solo se puede negar. Los cruzados contactaron con los sarracenos, de hecho vivían una gran tensión incluso con otros pueblos que luchaban por una idéntica causa. Uno de los poetas líricos fue Friedrich von Hausen. Murió en el ejército de Barbarroja. Sus canciones contienen muchas referencias al cruzado, pero solo expresan creencias religiosas o el dolor de estar separado de un ser querido. Él y los que tomaron parte de las Cruzadas como Reinmar el Viejo, Rubin, Neidhart y Ulrich von Lichtenstein no encontraron motivos para decir nada sobre el país. Reinmar llegó a Siria como peregrino con el séquito del duque Leopoldo VI de Austria. Se queja de que la memoria del hogar no lo suelta.
El búfalo indio no se importó a Europa hasta la época de las Cruzadas.
El uso de la aguja magnética se hizo común el siglo XII a través de los cruzados que contactaron con Egipto y el actual Oriente después de 1096 para la navegación europea.
El poema político-satírico de Guyot de Provins (1199) menciona la brújula marina como una herramienta utilizada desde hace mucho. Poeta, se enroló con la tercera cruzada.
(Cosmos)


Gautier

Peinados a lo Henin. Peinado medieval de doncellas y donceles, pajes y escuderos, vagabundos y soldadotes, caballeros galantes y castellanos feroces.    


Macaulay

Viejas lanzas y yelmos de Strawbwry Hills de los templarios y hospitalarios.
(Horace Walpole)


Motley

Las cruzadas hicieron una gran mejora de la condición de los sumisos. El que se convirtió como soldado de la cruz quedó libre a su vuelta y muchos fueron lo suficientemente aventureros como para comprar la libertad a un precio honorable. Muchos otros fueron vendidos o hipotecados por los caballeros cruzados deseosos de transformar sus materiales como oro antes de emprender su empresa.
Las imponentes formas románticas de Baldwin Bras de Fer o de Godofredo de Bouillon.
Lamoral, conde de Egmont trazaba su descendencia a través de una línea de caballeros cruzados.
Un viejo cruzado ardiente en el campo.
Los soberanos luchadores bebedores, cruzados y filibusteros de Holanda y Frisia.
Tumbas adornadas con las efigies de cruzados con cota de malla cubrían el suelo de la iglesia de Nuestra Señora de Amberes.
(El ascenso de la Republica Holandesa)


Pauly-Wissowa

Antarados, ciudad de la frontera norte de Fenicia, durante la Edad Media la ciudad llamada Tortosa jugó un papel importante con las Cruzadas. Hoy Tartus.
Askarata. La Tercera Cruzada, 9 de abril de 1190, la región de Hadrianutherai de la Mysia Asiática.
Atapirión, la montaña de Galilea inferior, el monte Tabor con forma de cono truncado es el lugar de la transfiguración, razón por la cual los cruzados construyeron iglesias.

La ciudad de Beroia sufrió mucho con las Cruzadas.
Bethphage, "casa de los higos" en el Monte de los Olivos de la época de los cruzados. Kafr et-Tûr.
Bohemundo desembarcó en Buthroton, ciudad de Epiro, el año 1081 como precursor de la invasión de Robert Guiscard, 1804. 

Durante las Cruzadas hubo mucha controversia sobre la ciudad de Cesarea de Panias y su fortaleza Kal´at es-Subebe construida por los francos.
Los cruzados de Balduino I invadieron la ciudad de Caesarea Stratonis el año 1001; con el rico botín estaba el cuenco del Grial. La ciudad pasó de manos varias ocasiones durante las Cruzadas hasta que Beiban la destruyó, 1265.
(Realenciclopedia)


Ainsworth

Los caballeros de San Juan, también llamados Hospitalarios, tuvieron su maestrazgo de Rodas hasta el año 1522, cuando los otomanos les expulsaron de la isla. Entonces mudaron su sede a Malta.
(Rockwood)


Engels

Las fuertes sangrías de las Cruzadas.
El feudalismo era el órgano del que se valía la nobleza por las armas para tener sujetos a los campesinos.
(El origen de la familia)


Flaubert

Cheminots. Bollos, panecillos pesados con forma de turbante que se comen por cuaresma con mantequilla salada, ultimo vestigio de los alimentos góticos que se remonta al siglo de las cruzadas y de los que los robustos normandos se atiborraban antaño creyendo ver sobre la mesa, al resplandor de las antorchas amarillas, entre los jarros de hipocras y las gigantescas tajadas, cabezas de sarracenos que devorar.
(Madame Bovary)

Síntesis amplia y espontánea de la Edad Media.
(Bouvard y Pécuchet)


Melville
Es menester dar algo con lo que saciar los apetitos más corrientes y cotidianos, puesto que ni los exaltados y caballerosos cruzados se limitaban a recorrer dos mil leguas por tierra para combatir por su Santo Sepulcro sin cometer de pasada tal cual robo, ratería y análogos gajes piadosos por el estilo. De habérseles compelido a limitarse a su romántica finalidad no habrían sido pocos los que lo habrían abandonado decepcionados.
(Moby Dick)


Whitman
Las sombrías columnas a medianoche de los ejércitos cruzados que se desvanecen con la aurora.
Tancredo de Hauteville (1072-112) un líder normando de la Primera Cruzada.
Veo los cruzados marchar portando la cruz a lo alto al retumbar marcial de los / címbalos.
Veo los revueltos ejércitos Cruzados; oíd cómo retumban los címbalos, / ved los monjes que encabezan la marcha portando la cruz.
La cruz y la corona ha sido el emblema de los caballeros templarios y de los Estudiantes de la Biblia.
(Hojas de Hierba)


Wagner
Hidalgo proviene de honrado y libre de abolengo.

El traje de los caballeros del Gral y el de los escuderos era como el de los templarios. Armaduras blancas y capas, pero sustituyendo la cruz roja una paloma volando bordada sobre el escudo y la capa.
(Parsifal)


Burckhardt

Durante la Edad Media, los ejércitos enemigos o los príncipes y nobles por las armas enemistados tenían por costumbre provocarse mutuamente con insultos simbólicos y al grupo derrotado se le cubría de simbólicos ultrajes.
Las sátiras dirigidas a las capas, categorías, poblaciones, toman un tono didáctico. Romance del Zorro.
El poeta más notable del siglo XII es el autor del "Carmina Burana", desenfrenada alegría hacia el mundo y sus placeres, cuyos genios protectores vuelven a ser los dioses paganos. Gauthier de Lille o Chatillon.

Gentes que tenían cuentas con la justicia y que querían pagar sus deudas con el martirio, en el sentido de aquellos millares de ladrones y criminales, que tomaron parte en la primera cruzada.
(La época de Constantino el Grande)


Beecher Stowe

La espada de Ricardo Corazón de León brillaba siempre en lo mejor de la batalla o al frente de la lucha.


Tillier

Peregrinos de otros tiempos hacían votos de ir a Jerusalén, avanzando tres pasos y retrocediendo dos.
(Mi tío Benjamín)


Mistral

Pabellones del campo de Bellcaire, cuando Simón y la Cruzada francesa y el legado que los mandaba, vinieron impetuosos como una horda salvaje a degollar Provenza y al conde Raimundo.
Martega, Venecia provenzal, patria de Gérard Tenque, fundador de los Hospitalarios de San Juan de Jerusalén.
Aguas-Muertas, aldea de Camarga, donde embarcó en dos ocasiones San Luis para Tierra Santa.
(Mireya)


Nietzsche

Los valorres de la aristocracia caballeresca están condicionados a una constitución física poderosa, salud floreciente, rica y desbordante, con lo que determina el mantenimiento de esta, la guerra, aventuras, caza, danza, luchas, implica la actividad fuerte, libre y alegre.
Cuando los cruzados se encontraron en Oriente con la invencible Orden de los Asesinos, la Orden de ánimos libres por excelencia, cuyos grados más bajos practicaban una obediencia no alcanzada por ninguna regla monástica, supieron la frase que les prestaría de símbolo y lema a los que ostentaban las más altas graduaciones. <<Nada es verdad, todo está permitido>>.
(Genealogía de la moral)

Durante la Edad Media, el signo auténticamente distintivo de la humanidad superior radicaba en la facultad de ver visiones, de ser afectado por un profundo trastorno cerebral.
Época de las inocentes falsificaciones medievales.
(Aurora)

Arcuballista, la ballesta provista de arco, dio en alemán, a partir de la primera Cruzada, Armbrust, también ballesta, pero que se compone de Arm (brazo) y Brust (pecho).
(Más allá del bien y del mal)


Eça de Queiroz

Rencores feudales.


Carlyle

Corazón de León no era un popinjay (demasiado orgulloso de su apariencia) teatral con grebas y casco de acero, sino un ser humano que vivía de los víveres no importados de la Tarifa Peel. Se cruzó con Jocelin de Brakelond en St. Edmundsbury para rescatarlo de la cárcel del Danubio.
(Pasado y Presente)


Ruskin

Lanzando sin tregua su fuerza, salida de las montañas, por encima del Báltico, Escandinavia, que por un momento llegará a mandarlo todo y bajo el nombre de normandos, verá su autoridad incontestada, desde Cabo Norte a Jerusalén.
(La Biblia de Amiens)


Rundle Charles

Las historias de caballeros y soldados, de cruzados y barones.
La verdadera cruzada la llevarán a cabo los tipos negros de la imprenta mucho mejor que las lanzas.
Historias extrañas, hermosas de jardines encantados y de cruzados.
Su vida burguesa ha destruido el ánimo valiente de sus antepasados cruzados.
Los Gersdorf pelearon la época de las Cruzadas con los infieles.
(Crónicas de la familia Schönberg-Cotta)


Jammes

El soplo que refresca el corazón durante las oraciones, cual un beso, inflaba las velas de los cruzados.
(Rosario al sol)


France

Aliado de Manfredo, el hijo del César, el soberano de Sicilia, el amigo del sultán de Luceria, del astrólogo, del renegado, del excomulgado, socorrió a Siena gibelina.
Güelfos de Florencia.
Infantes gibelinos bajo el mando del conde Giordano.
Los güelfos de Florencia eran muchos más, pero había falsos güelfos que sólo esperaban la hora de poderse mostrar gibelinos, mientras que entre los gibelinos no había ni un solo güelfo.
La Dieta gibelina, convocada en Empoli por el conde Giordano, resolvió destruir a Florencia.
(Cuentos de Dalevuelta)


Gauguin

Larga historia feudal.


Machen

Títulos feudales.


Eucken

El misticismo de la Edad Media era más pasiva e insinuante, que activa y creadora, por lo que los elementos sensibles constituían parte integrante de los valores y desarrollos anímicos y sólo por la aportación de aquellos semejaban estos poder llegar a la total madurez.
Decían en la Edad Media, que el ser humano está en los límites del tiempo y la eternidad.


Grahame

Sigurd, soberano de Noruega, llegó hasta Constantinopla con sesenta barcos y él y sus hombres pasaron por sus calles cubiertas con baldaquinos de oro y púrpura.
(El viento en los sauces)


Hardy

La familia Paridelle derrochó hace siglos en Palestina sus facultades.
(Tess D´Urberville)


Yeats

Fue la santidad traída de la primera cruzada o de la España árabe o de una Provenza y una Sicilia casi asiáticas la que dio origen al relato de caballería.
(Una visión)


Symons

Villliers de L´Isle Adam nacido el año 1464, Gran Maestre de la Hermandad de San Juan de Jerusalén, defendió Rodas frente 200.000 turcos un año entero; obtuvo de Carlos V la concesión de la isla de Malta para la Hermandad de los Caballeros de Malta.
La era de los cruzados, una abstracción metafísica.
La actitud ante los misterios del mundo anímico, la curiosidad prohibida que había turbado la obediencia de los Templarios.
(El movimiento simbolista en la literatura)


Jaurès

En la economía de la Edad Media había una producción fija y específica pero pequeña; cada productor era dueño propio y no de las cosas.


Lee

Ni las loterías ni los impuestos sobre la sal ni siquiera una vergonzosa cruzada lograron reunir el dinero preciso.
(El Príncipe Alberico y la Dama Serpiente)


Fontane

León güelfo y caballo enarbolado. Animales heráldicos de Hannover y Braunschweig.
Hannover, patria güelfa. Kalenberg, lugar de origen de la dinastía güelfa.
(La designación del capitán Schach)

El acto de comer y beber, en cuanto presta ayuda sólo para satisfacer un simple menester vital, debe transformarse en un arte simbólico. En épocas de la Edad Media tardía, los centros de mesa y los fruteros importaban más que el banquete.


Proust

El pueblo piadoso de la Edad Media, en el recinto de la iglesia, representaba las farsas y los pasos.
El castillo explicaba la iglesia que, a su vez, porque la iglesia había sido un lugar de peregrinación, explicaba la canción de gesta.


Joyce

Abstrusidades medievales.


T. Mann
La Edad Media, entregada al desprecio del ser humano y a la superstición, hundida en una especie de vergonzosa ausencia de formas bellas.
(La montaña mágica)


Forster

Visión trascendente de la gente de la Edad Media.
Maliciosidad medieval.


Eucken

Decían en la Edad Media, que el ser humano está en los límites del tiempo y la eternidad.


Somerset Maugham

Los señores de la Edad Media decidieron valerse de la fuerza de sus brazos, para hacer que los más débiles se encaminaran por el sendero de la virtud.


Stoker

En la Edad Media, el mundo de los charlatanes era competitivo, como pueda serlo hoy el mundo del deporte.


Kropotkin

Abolición de la propiedad, igualdad real. La idea penetra en todos los cerebros, domina todos los corazones, como en otro tiempo los dominó el sueño de la tierra rica y libre de Oriente, para cuya defensa corrían a afiliarse en las cruzadas.
(Palabras de un rebelde)


Conan Doyle

Un joven paladín (el príncipe) con sus lanzas y arqueros, ponía sitio a Ascalón o asaltaba Jerusalén.
San Luis fue un cruzado bueno, Sin embargo, su ejercito sucumbió en Mansurah y él en Túnez.
(Sir Nigel)


Rider Haggard

El puerto de Limassol de Chipre, el soberano Isaac de Chipre.
La gran torre cuadrada de Colossi.
(La Hermandad)

Edad Media. Tiempos rudos y groseros.
Guy de Lusignan se había proclamado rey de Jerusalén, al fallecer el joven Baldwin, y Raymond de Trípoli, el cual se negaba a reconocerlo, estaba sitiado en Tiberíades.
El príncipe Arnat de Kerak, al cual los francos llaman Raynald de Châtillon, ha roto la paz establecida por Saladino con el rey de Jerusalén, matando a los mercaderes y robando sus mercancías.
La batalla de Hattin terminó con el reino cristiano de Oriente.
Un eclipse ensombreció Palestina y causó terror en Jerusalén, el 14 de septiembre de 1187, el día de la rendición de Ascalón.
Jerusalén. Puertas de San Esteban y de David. Allí se alzaban las poderosas fortalezas del Castillo de los Pisanos y la torre de Tancredo.


Wassermann

Un resabio feudal.


Giraudoux

La cruz roja de los Cruzados.
(Simón el patético)


Ball

Las partes donde el orientalismo ha prevalecido con las influencias de las Cruzadas han surgido soberbias creaciones con las que las cosas visibles de la vida se transforman artísticamente y aquellas que la vida desconoce son creadas para su deleite.
Los planes de expansión de los tiempos de las Cruzadas.
La historia de la Cruzada de Godofredo de Bouillon.
(La huida del tiempo)


Heidenstam

Los guerreros cruzados de Balduino ceñidos de brillante armadura.
Bibar, el guerrero que fue el terror de los cruzados.
Las indígenas bandas de los saqueadores del tiempo de las Cruzadas habían puesto el fundamento a todo el odio, a todo el fanatismo que vivía Oriente clamando venganza.
La leyenda de que el califa Harum el-Raschid había enviado a Carlomagno las llaves del Santo Sepulcro.
Las bandas de forajidos de las Cruzadas.
(Endimión)


J. Huxley

El Medievo juzgó al universo desde el punto de vista del ser humano.


A. Huxley

La esperanza sería una cruzada de locura; yo estoy dispuesto si algún día llega esa cruzada a tañer la pandereta con los que metan más ruido, aunque al tiempo me sienta avergonzado.
Las épocas ordinarias cuando la temperatura mínima de una Cruzada sea juzgada como malsana.
(Los escándalos de Crome)

Vagando por el jardín con una cruzada sin fin con las malas hierbas.
(Contrapunto)

El odio del cruzado.
Los que emprenden una cruzada dentro propiamente con el demonio que hay de los otros nunca alcanzan el éxito de transformar mejor el mundo, sino que el mundo queda como estaba o manifiestamente peor de lo que era antes de empezar la cruzada.
(Los demonios de Loudun)


Scott Fitzgerald

Feudal silueta.


Braudel

Ya antes de que el año 1099, Jerusalén cayese en manos de los cruzados, los judíos estaban familiarizados con la letra de cambio, la suftaya, y el cheque, sakn, los Geniza de el Cairo, que eran de uso corriente.
En el siglo XIII, las ferias de Champaña son el centro de la economía de Occidente. Los judíos no faltan a estas citas, concertadas en las ciudades y pueblos de Champaña. Están comprometidos en la vida agrícola y, en mayor término, en la vida artesana de la región. Poseen prados, viñas, bienes raíces y casas, que compran o venden pero son, ante todo, mercaderes y prestamistas. Les gusta más prestar que comerciar.

Como son superficies, el Mediterráneo de Augusto y Antonio, de las Cruzadas o de las flotas de Felipe II, tiene cien mil porciones las dimensiones que nos manifiestan nuestros viajes.
(El mar)

Los conflictos, unos breves (Maratón, Lepanto), otros largos (las cruzadas), ponen de relieve los choques sordos, violentos y repetidos que se dan las bestias que son las decadencias de las civilizaciones.
(La Historia)


Woolf

Las tumbas de los cruzados de las catedrales.
(La habitación de Jacob)


Croce

La raison y el impulso generoso, que se podría rastrear en la Edad Media de la caballería y de las cruzadas y que irrumpió el año 1789.
Una cruzada por la libertad y la independencia de los pueblos.
(Historia de Europa en el siglo XIX)


Wolfe

Las ceremonias nupciales de Berenguela de Navarra con Ricardo I.
Heraldos de slogans y cruzadas.
Los grandes días perdidos de la primera cruzada.
La abundancia de su corazón puro, lanzado a la cruzada.
Luchar con el alma, paladeando la inspiradora jerga de la cruzada.
Exaltar la cruzada.
Arturo y Barbarroja vuelven a oír los tambores del menester y del peligro.
(El ángel que nos mira)


Dempf

"Speculum universale", de Radulfo Ardens, desaparecido desde la cruzada del año 1101. Libro de sentencias extraescolares. Moralista y predicador de la cruzada.
El contacto efectuado a través de las Cruzadas, de los jóvenes pueblos occidentales con los pueblos orientales, superiores en el terreno de la ciencia, trajo la consecuencia de un poderoso desarrollo. Ensanchó el horizonte intelectual, en una forma que sólo admite parangón con el Renacimiento occidental y con el acceso, iniciado por el romanticismo, de la literatura. Se estudiaron los libros de Aristóteles en su original griego, gracias a una enérgica actividad de traducciones.
(La concepción del mundo en la Edad Media)


Mumford

Durante la Edad Media, las conexiones espaciales tendían a ser organizadas como símbolos y valores. Fábulas y mitos.
La guerra feudal se hacía sobre el fondo de una prestación de cuarenta días. Menesterosamente interrumpida y, por tanto, ineficiente, aparte los demás retrasos y suspensiones ocasionales por la lluvia o el frío o la tregua.
A partir del siglo VII, el feudalismo en Europa occidental había compartido el poder con los pacíficos monasterios, un pilar del sistema social. Desde el XII, los señores feudales habían sido refrenados y mantenidos en su lugar por las ciudades libres.
El lujo particular no se consideraba favorablemente durante la Edad Media. Apenas existía una vida privada. Con su tendencia a simbolizar, utilizaba el oro, las joyas y la actividad artística como emblemas de poder.


Genicot

Los feodati (vasallos), hommes de fief o hommes d´alleu, que vivían en un feudo o un alodio, clérigos (sacerdotes), oficiales, ballesteros y artesanos especializados (mineros), constituían un grupo privilegiado. En la cúspide, los cerocensuales o sainteurs, pertenecientes a un santo, tenían un status propio; los manantes en las zonas de franquicia y los sumisos constituían el nivel más bajo. En muchos pueblos, existió la distinción entre la gente que disfrutaba de derechos de utilización sobre las tierras comunales y la gente que no. Los primeros eran mansionarii, masuirs, Hüber y Markgenoten, y los segundos manentes.
El fenómeno que ejerció una influencia más profunda en la comunidad rural fue la creación de la seigneurie banale, porque estaba fundada en el bannum o permiso de mandarar y prohibir, bajo pena de una sanción. Inconcebible sin un fundamento territorial, el señorío banal requería la posesión del aire que respiraban las personas. Luft macht eigen, Luft macht frei, El aire hace a uno sumiso, el aire hace a uno libre.
Los derechos señoriales se denominaban male consuetudines, malae inventiones. Malas, nuevas, puesto que, para la mentalidad medieval, cada innovación era indebida e ilegítima. Los documentos ingleses hablan de costumbres abusivas. No obstante, algunas de las consuetudines procedían de la ley publica.


Moravia

El recuerdo atávico de la Edad Media es un recuerdo de ignorancia, infelicidad, tosquedad, retraso y miseria.
Fondac, enclave rodeado de muros medievales, donde los mercaderes se refugiaban durante la noche, dominado por una torre.


Morante

Un lugar feudal, lúgubre y sagrado, prohibido.
Un paladín valiente, con aptitud de defender de cualquier ataque.
(La isla de Arturo)


Dinesen

Siempre alerta, como un cruzado ante la media luna.
(Siete cuentos góticos)

El verdadero amor a los automóviles no se puede conseguir en los corazones humanos en un momento. Lleva siglos producirlo y han sido precisos Sócrates, las Cruzadas y la agitación francesa.
(Memorias de África)


Gombrich

Siglo XII. El siglo de las Cruzadas. Contacto con el arte de Bizancio. En ninguna otra época se aproximó el arte europeo a estos ideales del arte oriental como en la plenitud del estilo románico. Como el artista pedía prescindir de la ilusión espacial y de la acción dramática, podía distribuir sus figuras y formas, según las líneas puramente ornamentales. La pintura se hallaba realmente en camino de transformarse en una forma de escribir en torno de imágenes; pero esta vuelta a métodos de representación más simplificados confirió al artista de la Edad Media una nueva libertad para hacer experiencias con más complejas formas de composición (com-posición = poner unido).
(Historia del arte)


Lowry

Ritmo medieval de beber con desmesura.


Greene

Europa en la Edad Media, país de barones rebeldes.


Febvre

Durante la edad media, la acción poderosa de una organización, un proselitismo, una devoción, una reflexión, una filosofía y una política dentro del mundo occidental, que lleva a chocar con oriente (las cruzadas), dificultó la formación de patrias sólidas.
El año 1096 tiene lugar la primera Cruzada. El Mediterráneo se abre de nuevo, el comercio se reanuda. Los mercaderes reaparecen, primero en el sur y, por reflejo, en el norte, gracias al Splügen, al San Bernardo o al Brennero.
Godofredo de Bouillon parte para la primera cruzada, tiene menester de fondos, vende con arreglo a retracto su alodio de Bouillon, al obispo de Lieja, Otberto, por 1.300 marcos de plata y 3 marcos de oro.
Hasta el siglo XIII, cuando la balanza comercial de occidente se equilibró, se reanudó el comercio entre occidente y oriente. Después de los cruzados, el trigo, la madera, las telas (paños) manufacturadas en occidente, se encaminaron a las escalas de levante. Entonces, el oro no salió de occidente sin compensación.
El conflicto entre el ánimo laico de los príncipes y el ánimo religioso de los jefes de la Iglesia encarna la historia de las cruzadas. A un lado el odio, la reconquista, la liberación de la tumba, al otro la dominación, porque el jefe de la cruzada es el jefe religioso, al otro lado la ganancia, porque la cruzada es una verdadera ganga para los mercachifles de todos los pelajes, sin cuya contribución activa (pero consistente) no hay cruzada. La cruzada es un buen negocio que el desinterés aporta al dinero, que la religión aporta a la política, a esos barones que ganan indulgencias empuñando la lanza, pero también ganan principados y que salidos de algún rincón apacible y olvidado de nuestros campos, de la noche a la mañana se transforman en duques de Atenas o príncipes del Peloponeso. La gran mezcla que lleva a cabo la cruzada, que posibilita a muchos hombres de distintas procedencias la solidaridad, no hay instrumento más poderoso y más fuerte de unificación europea. La cruzada favorece una unificación política y económica. Es creadora o renovadora de prósperas corrientes comerciales. Da nuevos bríos al tráfico marítimo y crea métodos nuevos, internacionales. Precisa importantes adelantos de dinero y genera un industrialismo internacional.
(Europa)


Duby

El segundo renacimiento, en el siglo XII, fue la expansión del primero. El auge de la economía ayudaba a resaltar mejor el valor de la herencia y la expansión en España, el sur de Italia. Tierra Santa lo enriquecía con nuevas adquisiciones.
El resurgimiento comenzó desde que los marineros de Pisa, Génova y Venecia se hubieron lanzado con éxito a la guerra santa y a los tráficos exploradores.
(La herencia)


Laski

La idea medieval, de que una buena ley es prueba ante los tribunales.


Lampedusa

Madonna de Trapani.
(Recuerdos de infancia)

Caballeros de Malta. Estatutos de la Soberana Hermandad Jerosolimitana de San Juan.
Proudhon. La culpa de que todo vaya mal la tiene el feudalismo.


Grass

Soplo de la Edad Media.


Greiner

La práctica de las indulgencias remontaba a los tiempos de las Cruzadas, en las que, para reclutar hombres y acumular dinero, la Iglesia había juzgado pertinente ofrecer a los que partían la posibilidad de redimir con dinero algunas penas del purgatorio.


Lévi-Strauss

La distinción medieval entre feudos y oficios.
La distinción medieval entre la raza y la tierra.


Genet

Armas de los Lusignan. El blasón es de plata y de azur con diez piezas honorables, con un león de gules ornado y linguado de oro sedante. Sobre la cimera Melusina. Familia que cuenta con soberanos de Jerusalén y príncipes de Chipre. Su castillo bretón lo construyó Melusina.
(Santa María de las flores)


Le Goff

Durante la alta Edad Media, siglos V al XI, nos es difícil especificar una cronología precisa. Se registró una especie de repudio o represión de lo maravilloso. A la inversa, en los siglos XII y XIII, hubo una irrupción de lo maravilloso en los eruditos.
Lo maravilloso está profundamente integrado en esa busca de la identidad personal y general del caballero idealizado. Irrupción en la época gótica. Mirabilis, magicus, miraculosus, mirabilia.
Una de las raras creaciones del Occidente medieval es el tema del país de Cucaña. Aparece en el XIII. Un mundo al revés, trastocado. Idea de un paraíso terrestre y de la "Edad de Oro", que están por detrás, un retorno al pasado.
Ascendencia "melusiniana" de los Plantagenet. Transformados en soberanos de Inglaterra. Según Giraud de Cambray, comienzos del XIII, la dinastía de los Plantagenet habría tenido por antepasada, en el XI, una mujer demonio. Ricardo Corazón de León utilizaba la leyenda en su política. Felipe Augusto pretendió utilizar ese mito frente a Juan sin Tierra, cuando preparó el fallido desembarco de su hijo Luis en Inglaterra.
El desierto representaba los valores opuestos a los de la ciudad.
Selva, desierto en los cantares de gesta. Ciclo de Guillermo de Orange. En Renaud de Montauban, "Los cuatro hijos de Aymon" y en Girard de Roussillon, libros de fines del XII, cuya acción tiene lugar en el bosque de las Ardenas y que expresan la huida del mundo de una aristocracia guerrera, amenazada por la nueva sociedad.
En el Occidente medieval, la gran oposición no es la de ciudad y el campo como antaño (urbs-rus de los romanos, con los desarrollos semánticos urbanidad-rusticidad). El dualismo se expresa a través de la oposición entre lo construido, cultivado y habitado (ciudad, castillo, aldea) y lo propiamente salvaje (mar, bosques), universo de los hombres en grupos y universo de la soledad.
Gesto característico de la gestualidad regia en la Edad Media. El soberano sentado con las piernas cruzadas, gesto de superioridad y cólera regias.
Hubo un tiempo, anterior al siglo XII, que experimentó una oposición entre el guerrero equipado y el arquero aislado, salvaje. Tal fue el caso de la Grecia arcaica y clásica.
Los cantares de gesta aparecieron antes que las novelas cortesanas, pero en el siglo XII, los dos géneros literarios se estorban y hacen competencia.
Marc Bloch. Momento de la segunda época feudal, cuando la nobleza se transforma de "estrato de hecho" en "estrato de derecho" y se ve súbitamente amenazada por el aumento de la autoridad real y el desarrollo urbano.
El siglo XIII es una época de profundas mutaciones en los contactos con los judíos, gran periodo de repudio de las comunidades judías.
A fines del VI, el judío no estaba disuelto en la imagen de una comunidad generalmente malvada.
El antijudaísmo está a punto de transformarse en antisemitismo. Antes del XII y a pesar de los pogroms, que marcaron el comienzo del XI y de las primeras cruzadas, las transacciones y la frecuentación recíproca eran habituales. El movimiento que segregó a los judíos y que comenzó a fines del XII se manifiesta especialmente en la prohibición impuesta a los laicos de discutir con los judíos asuntos teológicos.
Esa sociedad del siglo XIII, que inaugura la estrella amarilla para los judíos, a quienes encierra en el ghetto, mantiene una actitud ambigua. con el propósito de la conversión más o menos forzada. Siglo misionero.
A partir del XIII, las expresiones ocioso y mendigo válido se hacen etiquetas injuriosas aplicadas a algunos marginados.
La periodización en la Edad Media se inició cuando las iglesias comenzaron a tener campanas, en el siglo VI. Campanarios de Flandes.
Objetos que constituían los signos característicos del poder en la Edad Media. Corona, trono, globo, cetro, mano de la justicia.
Alrededor del año 1000, los señoríos territoriales o de bienes raíces, fundados en impuestos sobre la tierra y sobre su explotación económica, fueron dando lugar a señoríos fundados en el poder de liderazgo, organización, administración de justicia. Señoríos banales, de ban, nombre de este tipo de poder feudal. La estructura feudal asume un color político.


Daninos

Gourdon desollado vivo por Ricardo Corazón de León.


Runciman

Aunque los normandos fueron rechazados, se perdió la Italia bizantina; además, los bizantinos tuvieron que abandonar las tierras que les proporcionaban los soldados y los mayores contingentes de víveres; las llanuras interiores de Anatolia. En lo sucesivo, Bizancio quedaba entre dos fuegos y esta posición se vio complicada por el movimiento de las Cruzadas. Los bizantinos simpatizaron con los cruzados. Empero, su dilatada experiencia política les había enseñado a mostrarse tolerantes con los infieles. La guerra santa, tal como la hacían los occidentales, la veían peligrosa y quimérica. Con todo, esperaban obtener ventaja, pues los intermediarios sólo están garantizados si son fuertes.
Bizancio pretendió reprimir el ardor de los cruzados, mientras que los cruzados se sentían ofendidos por su indiferente actitud hacia la guerra santa.
Surgió la crisis cuando el ejército de cruzados, seducidos por la ambición de sus jefes, la recelosa codicia de sus aliados venecianos y el resentimiento de los occidentales con la Iglesia bizantina, se volvió ante Constantinopla, se apoderó de la ciudad y la saqueó, estableciendo una Soberanía Latina sobre sus ruinas. La Cuarta Cruzada, 1204, terminó con la vieja Soberanía Romana Oriental.
La cruzada de 1396, que se puso en marcha bendecida por dos papas rivales y que sucumbió a causa de la insensatez de sus jefes en Nicópolis, al lado del Danubio, fue una réplica a las súplicas del soberano de Hungría, más que a las de Manuel II, aunque el mariscal francés Boucicault acudió a su llamamiento con un pequeño contingente de tropas en favor de Constantinopla, 1399.
La tarea de Solimán fue perturbada por las guerras e intrigas y el apoyo prestado a Bizancio por los soldados de la Primera Cruzada.
La decadencia de Bizancio, hacia el final del siglo XII, y el desastre de la Cuarta Cruzada.
Cahen, "A History of the Cruzades".
La Cruzada de Varna. El papa, satisfecho del éxito del Concilio de Florencia, organizó una cruzada. Ladislao de Hungría se apresuró a aceptarla. El déspota serbio Jorge Brankovich consintió ayudar a los húngaros. El jefe albanés Jorge Castriota, apodado Skanderberg, declaró la guerra al sultán.
(La caída de Constantinopla)


Abbagnano

Cicerón. La res publica es cosa del pueblo y el pueblo es una reunión de gente asociada por convención mutua, para mantener la justicia y por comunidad de preferencias. Esta concepción, desde el siglo IX, constituye la regla teórica, a la que se hizo referencia en las luchas políticas. La política no tiene más dignidad o poderes, que los que las personas le hayan reconocido o conferido y su unidad significa la unidad de un pacto o convención y vale sólo dentro de los límites de validez del pacto.


Cipolla

El molino de viento se originó durante el siglo VII. En Europa apareció hacia finales del IX, traído por los cruzados. Sin embargo, el molino europeo fue distinto. Mientras el oriental tenía las alas montadas sobre un eje vertical, el europeo tuvo la estructura con las alas montadas sobre un eje horizontal. Inicialmente se construyeron para moler cereales, pero con el paso del tiempo la energía mecánica producida se aplicó a diversas elaboraciones industriales y metalúrgicas.
Los cruzados afluidos al norte de Italia para ir a la Cuarta Cruzada llevaron notables cantidades de plata para comprar barcos, vituallas y pagar a los marineros. En Venecia y Génova se batieron unos 1200 múltiplos del dinero, monedas de plata grossi cuya ley recordaba los dineros de Carlomagno.
Por el frente meridional los normandos pusieron fin a la dominación árabe de Sicilia, entre los años 1061 y 1091, mientras Europa desencadenó durante el curso de los siglos XI y XII una serie de ataques, las Cruzadas, ante los territorios de Oriente. Occidente logró implantar principados sobre puntos estratégicos.
(Historia Económica de la Europa Preindustrial)

A finales del siglo XII Europa se había transformado, de un continente atrasado y amenazado desde el exterior, a una región dinámica fecunda de innovaciones del campo tecnológico, financiero e intelectual y dotada de una poderosa carga expansiva que se tradujo políticamente como las Cruzadas, el Drang nach Osten (empuje hacia el este) de los pueblos alemanes hacia los países eslavos y la Reconquista de la península ibérica. Como consecuencia del desarrollo y la modificación del sistema económico, a partir del siglo XII la documentación económica empezó a ser más abundante y diversa. Desaparecieron los polípticos y las demás fuentes señoriales y surgió una gama amplia y variada de fuentes. Distinguir las fuentes publicas, semipublicas y privadas. La administración publica se consolidó y extendió decididamente ampliando su esfera de actuación.
Desde Juan XXII (m. 1334), el papa reservó la herencia de todos los grandes poseedores de beneficios eclesiásticos al fallecer estos. Con los registros de ingresos están los de gastos. Para expediciones bélicas, subvenciones para las cruzadas, embajadas y viajes de los legados pontificios, construcciones, mantenimiento de la corte pontificia, incluyendo la compra de alimentos, vino, paño. Los documentos proporcionan información respecto de las monedas que circulaban a través de los países de Europa, los tipos de valor, los tipos de dividendo pagados o cobrados, los costes y los tiempos de transporte de mercancías y el movimiento de los hombres y el dinero, la actividad y las operaciones de los bancos florentinos y sieneses encargados de la transferencia de fondos a Europa y sobre precios, sueldos y salarios. Además, el papa acuñaba moneda propia, información contenida dentro de la serie Introitus et Exitus.
(Entre la Historia y la Economía)


Eliade

El siglo XII fue una época fecunda. Las cruzadas, el nacimiento de los municipios, el apogeo del arte románico y los inicios del gótico y la vulgarización de la literatura.
(La isla de Eutanasius)

Hallamos símbolos y alusiones a ritos iniciáticos con los enjuiciamientos de los caballeros templarios o de otros herejes e incluso con los de las brujas. Pero esas iniciaciones afectaron solo a círculos restringidos rodeados del más puro secretismo. Presenciamos el eclipse casi final de las iniciaciones.
(Nacimiento y Renacimiento)


Bellow

La magna cruzada sindical.
La cruzada en pro de un destino digno.
Una cruzada en chancletas.
Estaban llenas de bote en bote las calles de Clermont cuando predicaba Pedro el Ermitaño. Ticosos, rengos, gentes de armas o braguero, cojos de muletas, inspectores de zócalos, personas en silla de ruedas con la cabeza vendada, hedor y llaga y flores narcóticas brotadas de la grasa, de coloridos, horrores y profundos sumideros.
(Las aventuras de Augie March)


Friedan

Las feministas siguieron su cruzada.
La psicología obsesionada con los minuciosos experimentos de laboratorio que daban la ilusión de reducir la complejidad humana a la simple y calculable conducta de las ratas de un laboratorio fue transformada como una cruzada vivificadora que se extendió a los campos estériles de la mente norteamericana.
La prudencia terapéutica y la superioridad intransigente típicas de muchos sociólogos norteamericanos. Una cruzada justa antagónica a la evolución.
Los nuevos pedagogos de la educación sexual dirigida se aprecian como unos cruzados que combaten los viejos valores del intelecto antifuncionales y antiterapéuticos, la antigua educación exigente para todos los estudiantes sin distinción de sexo que se consagraba a la vida del ánimo y a la persecución de la verdad.
(La mística de la feminidad)


Greiner

La práctica de las indulgencias remontaba a los tiempos de las Cruzadas, en los que, para reclutar hombres y acumular dinero, la Iglesia había juzgado oportuno ofrecer a los que partían la posibilidad de redimir con dinero algunas penas del purgatorio. La indulgencia se apoyaba en una doctrina sólidamente trazada. En virtud de la comunión de los santos y de la reversibilidad de los méritos, la Iglesia se veía como una especie de banca del ánimo.
(Lutero)


Eco

Juan XXII había apoyado a Felipe el Hermoso frente a los caballeros templarios, a los que había acusado de delitos ignominiosos, para poder apoderarse de sus bienes.
(El nombre de la rosa)

Estilita. La columna era de piedra blanca y como una casa de dos pisos. En lo alto se ensanchaba en una pequeña terraza cuadrada, rodeada por un parapeto formado por escasas columnas y una barandilla también de piedra. En el centro se erguía un pequeño pabellón. Lo que sobresalía de la columna era poco; si uno estaba sentado en la terracilla, tenía que permitir colgar las piernas; el pabellón contenía, a duras penas, a un ser humano acurrucado y encogido. Portezuela a los pies de la columna, que daba a una escalera de caracol, que subía hasta la terraza.
Tarea del estilita es ver llegar desde lejos sus propias reflexiones.

El año 1307 Felipe el Hermoso decide arrestar a todos los templarios de Francia.
La primera cruzada. Godofredo adora el gran sepulcro y absuelve el voto; Balduino es el primer rey de Jerusalén. Pero una cosa es controlar Jerusalén, otra el reino de Palestina. El año 1118 durante el reinado de Balduino II llegan nuevos personajes guiados por Hugo de Payns y constituyen el nucleo de una Fraternidad de los Pobres Caballeros: una fraternidad monástica pero de espada y armadura. Los tres votos clásicos, pobreza, castidad, obediencia más el de defender a los peregrinos. El soberano y el obispo en Jerusalén proporcionan ayuda con dinero, los alojan y los instalan en el claustro del viejo Templo de Salomón y se transforman como los Caballeros del Temple. Hugo y los ocho primeros son unos idealistas fascinados con la mística de la cruzada. Pero después serán segundones a la busca de aventuras. El nuevo Jerusalén es un sitio para hacer fortuna.
Guillermo de Tiro no pierde ocasión para denigrar a los templarios porque se vuelven demasiado poderosos y muy aprisa.
San Bernardo predica la cruzada.
Hay un maestre y una serie de jerarquías inferiores hasta llegar a los mariscales, los escuderos, los fámulos y los sumisos.
La frase beber y blasfemar como un templario.
El rey de Francia, el soberano alemán, Balduino III de Jerusalén y dos grandes maestres de los templarios y de los hospitalarios deciden sitiar Ascalon. Ascalon estaba defendida con ciento cincuenta hombres y sus habitantes preparados para el asedio habían abierto troneras en las casas. Los templarios constituyen arietes y torres de madera. Los templarios son masacrados.
Hacía ciento cincuenta años que existían los templarios y las cruzadas se habían ido sucediendo hasta agotar todo ideal. Desaparecidas como fantasmas las figuras heroicas de la reina Melisenda y de Balduino el rey leproso, comenzadas las luchas intestinas del Líbano ensangrentado, caída una vez Jerusalén, ahogado Barbarroja en Cilicia, derrotado y humillado Ricardo Corazón de León el cual retorna a su patria disfrazado de templario occidente es basto, zafio, bárbaro y germánico.
Luis el rey santo el soberano que tiene como comensal al Aquinate cree en la cruzada; los templarios le siguen. Luis ataca Damietta desde el mar, decide desembarcar a cualquier precio, el desembarco es un éxito. La decisión sabia habría sido dirigirse a Alejandría. Pero en la expedición había un genio maligno, el hermano del soberano, Robert d´Artois, megalómano, ambicioso, sediento de gloria instantánea como buen segundón. Aconseja dirigirse a El Cairo. El de Artois murió y otros valientes caballeros y doscientos ochenta templarios. En la pluma de Joinville aquellas batallas o escaramuzas se transforman como pantomimas airosas. Muere el gran maestre Guillaume de Sonnac abrasado con el fuego griego. El ejército es víctima del escorbuto y pierden Damietta. 
En San Juan de Acre, Luis es recibido como triunfador.
El año 1291 los moros conquistan San Juan de Acre. El reino de Jerusalén ha terminado.
Los templarios viven espléndidamente en sus capitanías de Europa y en el Temple de París y sueñan con la explanada del Templo de Jerusalén, con la hermosa iglesia de Santa María de Letrán ceñida de un fervor de fraguas, talabarterías, graneros, pañerías.
Los templarios se dedicaban a administrar sus inmensas riquezas. El soberano contratista Felipe el Hermoso los miraba con malos ojos. El gran maestre administraba un patrimonio inmobiliario inmenso. Los templarios eran los depositarios, los procuradores, los administradores de una cuenta corriente cuyo titular oficialmente era el soberano. Se negaron a admitir a Felipe como miembro honorario. Entonces sugirió el papa que fusionase los templarios y los hospitalarios. El gran maestre del Temple Jacques de Molay llegó con gran pompa desde Chipre donde residía como un soberano en el exilio y señaló que los Templarios eran más ricos que los Hospitalarios.
Detrás de Felipe se mueven sus dos ángeles de las tinieblas Marigny y Nogaret.
El 14 de septiembre de 1307 el soberano envía mensajes sellados a sus bailes locales y senescales mandando la detención en masa de los Templarios y la confiscación de sus riquezas.
Jacques de Molay transmite el mando y las instrucciones secretas a su sobrino el conde de Beaujeu el cual se transforma como el jefe oculto del Temple.
Los templarios y Hugo de Payns proceden de Champagne, próximo de Troyes. Y en Champagne manda Hughes de Champagne quien el año 1125 se les une en Jerusalén. Después vuelve y se pone en contacto con el abad de Calteaux. Los rabinos de la alta Borgoña son invitados a Calteaux al monasterio de los benedictinos blancos de San Bernardo para estudiar los textos que Hugo ha encontrado en Palestina. Y Hugo regala a los monjes de San Bernardo un bosque en Bar-sur-Aube donde surgirá Clairvaux. San Bernardo se hace patrocinador de los templarios. Con el apoyo económico de los condes de Champagne crea una hermandad que en Tierra Santa contacta con las sectas secretas árabes y hebreas y establece una red de poder independiente de la jurisdicción real.
El siglo XI la residencia del conde de Champaigne es Provins y constituye una zona donde el poder central no puede meter las narices. Allí los templarios están como en su casa. Desde los tiempos prehistóricos una red de galerías subterráneas se extiende debajo de la colina, verdaderas catacumbas.
El nueve es el numero de los primeros caballeros que constituyen el nucleo del Temple en Jerusalén. El gran nombre divino como se expresa en el tetragrammaton tiene setenta y dos letras y siete y dos son nueve. Segun la costumbre pitagórica que la Cábala retoma (o inspira) la suma de los numeros impares de uno y siete da dieciseis y la suma de los numeros pares de dos y ocho da veinte y veinte más dieciseis son treinta y seis.
Los templarios, la Cábala, la lotería y el poso del café.
Godofredo de Bouillon establece en Jerusalén el Gran Priorato de Sión.
El nucleo secreto de los templarios se refugia en Escocia en la corte del rey Robert the Bruce al cual ayudan a ganar la batalla de Bannock Burn. 
Los teutónicos fueron creados en Palestina por los soberanos alemanes para desvirtuar a los templarios, pero pronto tuvieron que marchar al norte para frenar la invasión de los bárbaros prusianos. Fundan Koenigsberg, son derrotados por Alexander Nevski en Estonia y establecen la capital de su reino en Marienburg.
Los cruzados se encuentran con los paulicianos en Antioquía durante la primera cruzada y en el sitio de Constantinopla donde la comunidad pauliciana de Filipópolis pretende entregar la ciudad al zar bulgaro Joannitza, cuenta Villehardouin.
Todo el fabular alquímico, el descenso atómico de la obra en negro, la descarga eléctrica de la obra en blanco solo eran símbolos transparentes para los iniciados de esa auscultación milenaria cuya consecuencia final habría tenido que ser la obra en rojo, la experiencia total, el dominio fulgurante del sistema planetario de las corrientes. El verdadero secreto alquímico y templario consistía en detectar el Manantial de ese ritmo interno dulce, tremendo y regular como la palpitación de la serpiente Kundallini preciso como un reloj de la verdadera Piedra, la Gran Madre Tierra.
Los primeros relatos de los templarios de Gérard de Strasbourg y Joinville.
En Provins sobre todo se vendían piezas de tela, los draps o dras. El segundo producto eran las rosas rojas que los cruzados habían traído. Eran muy famosas y cuando Edmund de Lancaster se casa con Blanche d´Artois y adquiere el título de conde de Champaigne pone la rosa roja de Provins en su escudo de armas y este es el porqué de la guerra de las dos rosas ya que los York tenían una rosa blanca en su blasón.
Rosas de los cruzados para hacer una jonchée (queso fresco).
(El péndulo de Foucault)

Cuando era duque de Suabia, Federico había tomado la cruz y había participado en la segunda expedición de ultramar, para ir en socorro del reino de Jerusalén. Y mientras el ejército avanzaba con fatiga, cerca de Adrianápolis uno de sus nobles, el cual se había alejado de la expedición, fue asaltado y muerto por bandidos del lugar. Había ya mucha tensión entre latinos y bizantinos y Federico tomó lo ocurrido como una afrenta.
Los príncipes germánicos han sido misericordiosos con los judíos, más que los demás soberanos. Cuando Edesa fue reconquistada por los infieles y muchos príncipes tomaron de nuevo la cruz siguiendo la predicación de Bernardo de Claraval (y fue esa la vez que Federico tomó la cruz también), el monje Rodolfo había incitado a los peregrinos a que masacraran a los judíos de las ciudades que atravesaban. Y fue una matanza. Pero entonces muchos judíos pidieron protección al soberano, el cual les permitió vivir en la ciudad de Nuremberg.
El año 1187, Saladino había lanzado el ultimo ataque a Jerusalén. Había vencido. Se había portado generosamente, permitiendo salir ilesos a aquellos que podían pagar una tasa y se había limitado a decapitar delante de las murallas a los caballeros templarios, porque ningún jefe podía rescatar la tropa escogida de los enemigos invasores y los templarios sabían que si se dedicaban a ese oficio, aceptaban la regla de que no se hacen prisioneros. El mundo quedó trastornado por el fin de aquel reino franco de ultramar que había aguantado casi cien años. El papa había hecho un llamamiento a los soberanos de Europa para una tercera expedición de crucíferos que liberasen la Jerusalén reconquistada por los infieles.
Federico, cansado e inseguro, había pacificado Italia, pero temía que, de alejarse habría perdido las ventajas ganadas. Después el soberano afirmó que verdaderamente era preciso partir. Una expedición debe prepararse con cuidado. Durante el año siguiente Federico envió embajadores a Saladino y solicitó encuentros con los embajadores del príncipe serbio Esteban Nemanja, del basileo bizantino y del sultán selyúcida de Iconio, para preparar la travesía por sus territorios. Mientras los soberanos de Inglaterra y Francia decidían partir por mar, en mayo de 1184, Federico se movió por tierra desde Ratisbona con quince mil caballeros y quince mil escuderos. Unos decían que en las llanuras de Hungría había pasado revista a sesenta mil caballeros y cien mil soldados de infantería. Otros habían hablado de seiscientos mil peregrinos. Podía ser un total de veinte mil hombres. En cualquier caso un gran ejército. Para evitar las matanzas y saqueos de las expediciones previas, el soberano no quiso que lo siguieran esos tropeles de desheredados que cien años antes habían derramado mucha sangre en Jerusalén. Debía ser una partida bien formada, por gente que sabe cómo se hace una guerra. Federico admitió  a los que podían mantenerse durante dos años y los soldados pobres recibieron tres marcos de plata cada uno para alimentarse durante el viaje. Muchos italianos se habían unido a la empresa; estaban los cremoneses con el obispo Sicardo, los brescianos, los veroneses con el cardenal Adelardo, incluso algunos alejandrinos. Fue una salida fastuosa, siguiendo el Danubio hasta Viena. Y en junio, en Bratislava, Federico se encontraba con el soberano de Hungría. Entonces entraron en la selva búlgara. En junio encontraron al príncipe de los serbios, quien solicitaba una alianza frente a Bizancio. Este encuentro preocupó al basileo Isaac. Llegaron a Serdica y no encontraron los avituallamientos prometidos. En los alrededores de Filipópolis se enfrentaron las tropas. Durante el viaje el soberano recibió una carta de Sibila, la ex reina de Jerusalén, la cual lo avisaba de cómo Saladino, para frenar el avance, había enviado al soberano de Bizancio fanegas de trigo envenenado y un vaso de vino intoxicado. Cuando Federico envió embajadores a Constantinopla, el basileo hizo que se quedaran en pie y los encarceló.
Después de que entraron en Filipópolis encontraron a la comunidad armenia. Son cismáticos. Hablaron en nombre de un príncipe León, garantizando el paso y la asistencia a través de su país. En Adrianópolis llegó una embajada del sultán selyúcida de Iconio, quien se proclamaba jefe de los turcos, sirios y armenios. Kilidj pretendía debilitar la supremacía de Saladino. Isaac, a quien escocía la derrota sufrida a manos de los selyúcidas en Miriocefalo, esperaba que Federico se enfrentase a Kilidj y a los armenios, prometiéndole cruzar la Propóntide. El basileo Isaac les dio naves o bajeles.
Encontraron una embajada que venía en nombre de León. Dos dignatarios, Constante y Balduino de Camardeis, con propósitos inciertos. Uno anunciaba como inminente la llegada en pompa magna de León y del catholicos Gregorio; el otro hacía notar que el príncipe armenio no podía mostrar a Saladino que abría el camino a sus enemigos.
Falleció el soberano y nada más llegar a Palestina falleció también el joven Federico, consumido por el dolor y las asperezas del viaje. Tampoco Ricardo Corazón de León y Felipe Augusto llegaron nunca a Jerusalén. Fue una empresa aciaga para todos.
1198. Después de la calamitosa consecuencia de Jerusalén emprendida por Federico y los soberanos de Francia y de Inglaterra, los latinos habían querido, al cabo de más de diez años, probar de nuevo, bajo la guía de grandes príncipes como Balduino de Flandes y Bonifacio de Montferrato. Pero precisaban una flota y se la encargaron a los venecianos. Los latinos habían recibido sus naves, pero no tenían el dinero para pagarlas y el dux veneciano Dandolo, el cual era ciego, les pidió que, para saldar su deuda antes de ir a Tierra Santa lo ayudaran a someter Zara. Los peregrinos aceptaron y fue el primer crimen, porque no se toma la cruz para ir a invadir una ciudad para los venecianos. Mientras, Alejo, hermano de Isaac el Ángel, lo había privado de la vista, exiliándolo a orillas del mar y se había proclamado basileo. El hermano de Isaac se había transformado en Alejo III, pero había también un Alejo, hijo de Isaac, el cual consiguió huir y fue a Zara, ya en manos de Venecia, y pidió a los peregrinos latinos que lo ayudaran a reconquistar el trono de su padre, prometiendo ayuda para la campaña de Tierra Santa. Alejo III habría debido entender que su poderío corría peligro, pero estaba cegado por la desidia y la corrupción que lo rodeaba. Quería hacer construir otras naves de guerra, pero los guardianes de las selvas no habían permitido que cortaran los árboles. Miguel Estrifino, general de la armada, había vendido velas y jarcias, timones y otras piezas de las naves existentes, para llenar sus arcas. En Zara, el joven Alejo era saludado como soberano por aquellas poblaciones y en junio del año pasado los latinos llegaron a Constantinopla, ante la ciudad. Ciento diez galeras y setenta naves, que transportaban mil hombres de armas y treinta mil soldados, con los escudos en los flancos, los estandartes al viento y los confalones en los alcázares, desfilaron por el Brazo de San Jorge, haciendo resonar las trompetas y redoblar los tambores. Sólo cuando los latinos atracaron justo delante de Pera, aquel enajenado de Alejo III hizo salir el ejército. Los latinos rompieron la cadena que defendía la entrada del Cuerno y que unía una orilla a la otra, entraron en el puerto y desembarcaron el ejército delante del palacio de las Blaquernas. El ejército salió fuera de las murallas, guiado por el soberano, pero en lugar de atacar, volvió a entrar en la ciudad. Días después, los venecianos atacaron las murallas desde el mar, algunos latinos consiguieron escalarlas y prendieron fuego a las casas cercanas.
Alejo III, con nocturnidad, puso diez mil monedas de oro en una nave y abandonó la ciudad. Y volvió al trono Isaac, pero ya estaba viejo y ciego y los latinos le recordaron que debía compartir el poder con su hijo, el cual se había transformado en Alejo IV. Con ese chiquillo los latinos había hecho varios pactos. Bizancio volvía a la obediencia católica y romana, el basileo daba a los peregrinos doscientos mil marcos de plata, víveres para un año, diez mil caballos para marchar sobre Jerusalén y una guarnición de quinientos caballeros en Tierra Santa. Isaac se dio cuenta de que no había bastante dinero en el tesoro y no podía ir a contar al clero y al pueblo que, de repente, se sometían al papa de Roma. Empezó una farsa que duró meses. Isaac y su hijo expoliaban las iglesias para recoger dinero, fundían lo que encontraban de oro y plata.
En abril, había habido una oposición dramática entre el dux Dandolo, erguido en la proa de una galera, y Murzuflo, quien lo apostrofaba desde tierra firme, imponiendo a los latinos que abandonaran sus tierras. La mañana del viernes de Ramos, los latinos habían empezado a atacar desde el mar, entre las Blaquernas y el monasterio del Benefactor, en la zona de Petria, al norte de las murallas de Constantino. Las naves de los peregrinos estaban erizadas de construcciones obsidionales. Murzuflo estaba en una pequeña colina detrás de la muralla con sus jerifaltes y cortesanos, estandartes y trompeteros. El lunes, los peregrinos retomaron el asalto. Las escalas de las naves venecianas habían conseguido engancharse a las torres de las murallas, los crucíferos habían entrado. Murzuflo se había dado a la fuga, abandonando su ejército, los peregrinos habían desfondado y superado las murallas; el tercer incendio.
Federico, acostumbrado a nadar por los ríos, se ahogó en el Kalikadnos.
(Baudolino)


Fo

El diezmo, el contrato que en la Edad Media unía a los campesinos con el patrono, tenía sólo el significado de contrato. Después, sabiendo que no podían aguantar solos, se asociaban los campesinos de la zona y, entendiendo que había que ampliar la unión, para que tuviera más fuerza, se unían con los artesanos menores, con los asalariados. Llegaron a la organización de una extraordinaria comunidad. Amistosamente se llamaban comuneros. Como centro de organización tenían la credencia.


Plath

Las cruzadas de Pedro el Ermitaño y Gualterio el Pordiosero.
(La Campana de Cristal)


George

El templo romano, a su vez, había sucedido al hogar de un culto anterior. El ágora o el foro cedieron el paso al castillo, y del viejo mercado nacieron los barrios de los mercaderes y los artesanos de la Edad Media.
La ciudad medieval se repliega y se deriva un estrechamiento espacial y cuantitativo.
En la Edad Media, el papel del comercio en el crecimiento de las ciudades valoriza las condiciones favorables a la circulación y el comercio de mercancías.


Pacaut

Un hecho importante marcó la vida de Barbarroja; haber tomado poco antes del fallecimiento de su padre (1147) la cruz de cruzado para participar con la expedición que su tío Conrado y el soberano de Francia Luis VII decidieron llevar a Tierra Santa con objeto de ayudar a los occidentales establecidos de los ataques turcos. Dicha cruzada mal preparada, mal planeada, entorpecida con los manejos del soberano bizantino Manuel Comneno fue un fracaso. La expedición alemana, que salió la primera delante de las huestes del Capeto, encontró dificultades por parte de las poblaciones balcánicas a quienes reprimió muy duramente y por parte de las autoridades griegas e incluso por parte de las avanzadillas francesas. Al llegar a Asia Menor se lanzó a perseguir a los turcos y sufrió una sangrienta derrota cerca de Doriles (octubre de 1147). Conrado y sus caballeros volvieron a Bizancio y desde allí ganaron San Juan de Acre por mar, mientras la infantería conducida por Otón de Freising era derrotada cerca de Laodicea. Conrado desanimado retornó a Alemania el otoño de 1148.
Bohemia y Dinamarca siguieron a Victor IV, pero Hungría, Aragón y Castilla se pusieron al lado de Alejandro III secundados por Tierra Santa el año 1161.
El Welf Enrique el León volvía de Tierra Santa, donde el año 1172 dirigió una cruzada para socorrer al reino de Jerusalén y fue recibido con honores casi regios, lo cual le había envanecido.
Enrique el León dirigió el año 1172 a Tierra Santa su cruzada y fue recibido por el soberano de Jerusalén y los altos señores de los países latinos con honores regios, lo cual era intolerable.
La asamblea de Verona ocupa para la Historia general un puesto importante por el hecho de la pretensión proclamada conjuntamente de ocuparse de manera activa de la organización de una Cruzada ardientemente deseada por Alejandro III el año 1179.
La resolución de Federico Barbarroja de la Dieta abrió al papado y a los que de la curia o el resto de Occidente estaban angustiados con la situación de Tierra Santa el camino que semejaba cerrado. Era la consecuencia de prolongados esfuerzos diplomáticos de la Santa Sede dirigidos al comienzo a la Francia de los Capetos y a la Inglaterra de los Plantagenet. Alejandro III tras Venecia previó que el Staufen se pusiese al frente de una cruzada; después de él Lucio III no temió sugerirlo oficialmente. El patriarca de Jerusalén y las Hermandades estuvieron presentes en Verona, donde suplicaron al soberano que actuase. Federico prometió ocuparse activamente del asunto.
Pero prudentemente declinó la idea de que se pudiese comerciar con la cruzada o que tuviese que solucionar frente a sus propias preferencias las cuestiones italianas para salir con precipitación hacia el Oriente. Cuando Gregorio VIII y luego Clemente III se mostraron dispuestos al entendimiento y no disimularon que su preocupación primordial era Tierra Santa, hizo publica su decisión.
Esta llegaba con ocasión, el momento era grave. Después del fracaso de la expedición de Conrado III y de Luis VII el año 1148, los países Latinos de Oriente (el reino de Jerusalén, el principado de Antioquía, el condado de Trípoli) experimentaron horas de peligro pese a los esfuerzos del incansable rey Amaury, muerto el año 1174. Las dificultades eran internas, ya que las rivalidades de los clanes, las casas, los jefes y los dirigentes de las hermandades religiosas y bélicas exponían a paralizar al poder político. Pero el peligro exterior era mayor. Al no poder contar con Bizancio, los francos habían de enfrentarse con el Islam y los turcos. Atendiendo al llamamiento de Amaury, Enrique el León dirigió una cruzada muy agradecida por Oriente, pero no consiguió contener el avance enemigo. Saladino cogía como una tenaza los territorios Latinos el momento que desaparecía Amaury, quien designaba como heredero un niño de trece años, Balduino IV, aquejado de lepra, al cual tramarían mil intrigas.
El preludio fueron las disensiones estalladas de la corte de Jerusalén con motivo de la sucesión al trono a falta de herederos directos tras la muerte el año 1186 de Balduino V, sobrino del rey leproso, quien también desapareció el año anterior y la imprudencia del gran maestre de los templarios.
El combate decisivo se desarrolló el 4 de julio en la llanura de Hattin, al noroeste de la ciudad de Tiberíades. Fue un desastre para los latinos, pues cayó prisionero el rey de Jerusalén. El 10 de julio capituló Acre. La primavera de 1188, el momento de tomar la cruz Federico, solo quedaban Tiro, Trípoli y Antioquía.
L. Alphandéry, uno de los más inteligentes y sensibles historiadores de la cruzada.
Federico escogió la vía terrestre para dirigirse a Oriente. De un lado porque no disponía directamente de una flota y carecía de los materiales de obtener la ayuda costosa de Génova, ya solicitada por Francia e Inglaterra. De otro, temía que de aquí a la llegada de la expedición a Tierra Santa cayesen los puertos bajo el turco. Con la experiencia de los años 1147-1148 evitaría las emboscadas de la vía terrestre.
Para el plano diplomático se preocupó de la comunicación con los soberanos de los diversos países que debía atravesar. Dirigió mensajes corteses al soberano de Hungría, al supán de Serbia, al soberano bizantino Isaac el Ángel. Exigió que solo se armasen cruzados los que lo hicieran por su cuenta y subviniesen a sus menesteres durante dos años. De esta manera impidió  a los de a pie y a la gente del pueblo incorporarse a la expedición, ya que esta era una empresa de caballeros. Por lo que respecta a los mercaderes que habían de seguir las huestes les previno que se los vigilaría estrechamente.
Una vez promulgadas dichas resoluciones convocó a los cruzados para la primavera de 1189 en Ratisbona, a orillas del Danubio. Su plan de ruta era sencillo. Una primera etapa había de conducirle, desconfiando de los posibles ataques de las guerrillas, hasta Bizancio por haber consentido Isaac el Ángel prestar su ayuda y abastecimiento con la promesa de Federico de que no se llevaría a cabo o toleraría ninguna operación bélica sobre los territorios o las conveniencias griegas. Luego una segunda fase durante la cual se apresuraría la marcha con el ejército alerta de encontrar tropas enemigas permitiría llegar a Armenia Menor. Entonces se iniciaría la ultima operación constituyente del objeto de la cruzada; el ataque de los territorios sujetos a Saladino. A comienzos de mayo se concentraron en Ratisbona unos veinte mil hombres. Era una fuerza temible formada de aguerridos caballeros.
El 11 de mayo el soberano dio la señal de partir con batallones de unos quinientos hombres. Surgieron dificultades cuando se adentraron las tropas por los desfiladeros sobre el valle del Morava que bajan hacia la región de Sofía. Aquí los atacaron bandas de serbios y búlgaros que cortaron el camino. Faltaron los víveres y las enfermedades extenuaron a muchos caballeros. Sin embargo, al llegar la cruzada el mes de agosto a los confines del territorio bizantino no había motivos para ser pesimistas.
Fue entonces cuando aparecieron los verdaderos peligros a causa de la política de Isaac el Ángel. Temió los desmanes de la soldadesca germánica y el recuerdo de su paso el año 1147 y había contactado con Saladino.
Tras largas conversaciones se firmó un pacto el 21 de enero de 1190. Federico prometió no pasar por Constantinopla y desviarse por Gallípoli y que el Ángel le suministrase víveres y navíos para atravesar el estrecho.
Los cruzados alcanzaron Armenia Menor. Aquí fue donde el 10 de junio de 1190 el soberano conducido por guías armenios y al querer vadear el Selif para llegar a la ciudad de Seleucia no pudo hacerse con el caballo, que perdió la cabeza y dio un traspiés. El soberano arrastrado por la corriente se hundió. Cuando le sacaron del agua había abandonado la existencia.
Esta súbita desaparición provocó a los cruzados una consternación que estuvo a punto de terminar como una desbandada. Federico de Suabia logró mantener la disciplina y conducir el ejército hasta Antioquía. Los restos de la magnífica expedición alemana engrosaron los contingentes francoingleses de San Juan de Acre.
Los minnesinger de la corte de Staufen incorporaron a sus lieder la valentía cortés, cantaron los valores caballerescos germánicos que Barbarroja esclareció. Las poesías compuestas por Heinrich von Wladeck, Walter von der Vogelweide, Federico von Hausen, muerto durante la cruzada y después Wolfran von Eisenbach.
(Federico Barbarroja)


Deane

Durante los tiempos de las haciendas feudales, los terratenientes eran teóricamente responsables de las rutas generales que pasaban al lado de sus tierras, pero sólo cuando jugaba el mantenimiento de la ley el poder medieval se injería para exigir dicha responsabilidad y hacer pagar tributos.
Restricciones medievales. Estatuto de Aprendices.


Godelier

Descendencia, estructura de una rama, término medieval.


Aronson

Los cruzados, camino de Tierra Santa, mataban a los judíos europeos, en el nombre del Príncipe de la Paz.


Orton

Montar una cruzada.
(Diario)


Uris

Montrichard, montaña de Ricardo Corazón de León, en recuerdo del soberano de Inglaterra, el cual paró aquí al regresar de las Cruzadas.
(Topaz)


Romano-Tenenti

El final de las Cruzadas frena el impulso mercantil, en cuanto vuelve la invasión de las ciudades antes sojuzgadas. Toma de San Juan de Acre, en 1291.
Tipos de beneficios papales, el pregón de las Cruzadas, que el pontífice autoriza ante los infieles de cualquier laya.
El XII y el XIII, siglos de cruzadas y de catedrales, de escolástica y de órdenes regulares.
Puesto que el poder de proclamar la Cruzada está reconocido al jefe de la Iglesia, Urbano VI proclama una frente a su rival. La guerra se enciende en varios puntos y bajo esta bandera, decenas de millones de ingleses desembarcan en Flandes, el año 1383, devastando su territorio, en la lucha con los cruzados de Clemente VII, que les oponen fuerte resistencia.
Bonifacio VIII. La excomunión de los Colonna significa la destrucción de su fortaleza de Palestina.
(Los fundamentos del mundo moderno)


Sciascia

La normanda Constancia había dado a luz a Federico bajo una tienda de la plaza de Jesi rodeada de mujeres.
(Cándido o un sueño siciliano)


Morichau

19.000 leproserías existentes el año 1244. Focos endémicos de Grecia, Turquía y la Península Ibérica.


Ondaatje

Boca arriba, posición en la que yacen los muertos medievales.


Mialaret

Después de haber significado acción de escoger, el término francés elite se aplica, en el siglo XII, a lo escogido y designa mercancías de calidad superior. De una forma general, designa una parte de la población estimada notable, según pautas de educación, fortuna o tipo de vida. La noción de elite se vincula a la de poder. Descansa en una idea de una desigualdad de dones y aptitudes, que justifica la selección.


Maquet

Cuando se habla de sistema feudal, se entiende un conjunto más amplio que la institución del pacto feudal, que contiene una parcelación  extrema de la propiedad, una jerarquía de los derechos sobre la tierra nacidos de esa parcelación, la sujeción campesina, la supremacía de un grupo de guerreros especializados.
(Sociedad y poder en África)


Vonnegut

Charles Mackay, "Extraordinarios errores populares y la locura de las multitudes", 1841. La historia nos informa en sus solemnes páginas, que los cruzados no fueron otra cosa que hombres ignorantes y salvajes, movidos sólo por un fanatismo inmoderado y que su camino era el de la sangre y el llanto. Sin embargo, los relatos han exaltado siempre su piedad y su valentía, retratando con sus más ardientes y vehementes matices su magnanimidad y el imperecedero honor que prestaron. La consecuencia de esas luchas fue que Europa perdiera gran parte de sus tesoros y la sangre de dos millones de sus hombres. Y todo para que un puñado de caballeros pendencieros retuvieran la posesión de Palestina durante cerca de un siglo.
La Cruzada de los Niños había empezado el año 1213, cuando dos monjes tuvieron la idea de reclutar ejércitos de niños en Francia y Alemania, para venderlos como esclavos en el norte de África. Se presentaron treinta mil niños voluntarios, creyendo que irían a Palestina. Eran niños abandonados, de esos que generalmente abundan en las grandes ciudades, de esos que se nutren del vicio y la desvergüenza y que están dispuestos a cualquier cosa.
(Matadero cinco)


Chevalier

En la edad media, los arcángeles cooperan en los peligros, las guerras, las cruzadas.
En la edad Media, los nueve paladines llevan barba de oro en testimonio de su valentía e inspiración.
Según los cruzados, la espada es un fragmento de la Cruz de Luz.
Existía un control de la autoridad sobre la ley de las monedas, competencia de los templarios.
(Diccionario de los Símbolos)


Peters

La cruzada de Godofredo de Bouillon de Antioquía, cuando los sarracenos se rindieron.
Cuando el rey de Jerusalén mandaba a lo largo de la costa de Tierra Santa.
La ciudad santa de Jerusalén se encuentra coronada de torres y constelada de cúpulas al interior de sus murallas blancas.
Holywell. Fuente Santa.
(Un dulce sabor a muerte)


Deschamps

La primera Cruzada (1096-1099), invadidas Siria, Líbano, Palestina y Transjordania, se fundó el reino de Jerusalén, el condado de Trípoli, el principado de Antioquía.
El castillo de Saona y el Crac de los Caballeros.
La caída del puerto palestino de San Juan de Acre, el año 1291, marca el fin del poder Latino de Tierra Santa.
A fines del siglo XII, los señores de Lusignan, originarios de Poitiers, se instalaron en la isla de Chipre, en la que fundaron un reino. Su dinastía duró hasta el siglo XV. Catedral de Famagusta, de arquitectura gótica.
Los años 1309-1310, los caballeros hospitalarios tomaron posesión de la isla de Rodas. Permanecieron hasta el año 1522. Gran Hospital y residencias de los caballeros, esplendor del arte amable de fines de la Edad Media.
Balduino, primer soberano de Jerusalén, durante sus campañas organizó la fuerza bélica y el desarrollo económico de los territorios ganados.
Raimundo de Saint-Gilles, uno de los grandes jefes de la primera Cruzada, asentó el poder en Líbano.
Etienne de Milly y Beatriz de Saona.
En Oriente, Bizancio estaba gravemente amenazado por los turcos. Diógenes fue vencido y apresado el año 1071.
Los papas, desde Alejandro II hasta Calixto II, hicieron esfuerzos para alentar las Cruzadas en España. Dominio de los territorios por los grandes barones.
Dinastía de Tancredo de Hauteville, una familia de corredores de aventuras y exploradores, de los siglos XI y XII.
En la primera Cruzada hubo disturbios a la llegada a Francia (1095-1096) del papa Urbano II, el cual llama a los guerreros para un levantamiento en masa, a fin de tomar de nuevo Jerusalén. Tomarán parte gloriosa Bohemundo y sus sobrinos Tancredo y Ricardo de Salerno.
Adelaida de Montferrato, viuda de Rogelio I de Sicilia (ultimo hijo de Tancredo), arribó el año 1113 con una magnífica escolta, en San Juan de Acre, para casarse con Balduino I de Jerusalén.
Los motivos de la primera Cruzada a Tierra Santa. En el siglo XI, en la tierra de Oriente, vive bajo el yugo del Islam una numerosa población. El año 1095, Urbano II predica la Cruzada en el concilio de Clermont. La realización de la Cruzada fue una actividad esencialmente francesa. Los franceses del reino tenían al frente a Hugo de Vermandois, Esteban de Blois, Roberto, duque de Normandía, Roberto, conde Flandes. Raimundo de Saint-Gilles, conde de Tolosa y marqués de Provenza, mandaba un ejército compuesto de cruzados del Languedoc y de Provenza. Los señores del Nordeste, las tropas alemanas, se habían reunido bajo Godofredo de Bouillon. Este era duque de la Baja Lorena, de Brabante, por herencia de un tío materno; en consecuencia, feudatario Latino. Pero era hijo de un notable francés, Eustaquio, conde de Boulogne-sur-Mer y nació y se educó en esta ciudad. Sus hermanos, Balduino y Eustaquio le acompañaban. Los normandos de Italia meridional y Sicilia proporcionaron ayuda. Bohemundo, Tancredo y Ricardo de Salerno mandaban un poderoso ejército (treinta mil hombres). La flota genovesa prestó a la expedición un apreciable concurso. Después de una terrible campaña, llena de tremendas pruebas y grandes pérdidas, los que sobrevivieron vieron un día aparecer Jerusalén. El 15 de julio de 1099, haciendo un supremo esfuerzo, tomaron la Ciudad Santa. Un numero reducido de cruzados se instala en Palestina, constituyendo un país franco de Ultramar.
Godofredo de Bouillon, duque de la Baja Lotaringia o las Ardenas, de Henao, Brabante, etc., era hijo del conde Eustaquio II de Boulogne-sur-Mer y de Ida (Santa), hermana del anterior duque de la Baja Lotaringia, Godofredo III. Partió con sus hermanos Eustaquio II y Balduino, con su primo Balduino de Burcq, hijo del conde de Henao y con una caballería de esas comarcas. Balduino se mostró muy independiente durante la expedición y desde septiembre del 1097, abandonó el ejército de los cruzados. Balduino y el normando Tancredo, con sus contingentes, se dirigieron al Sur, hacia la llanura de Cilicia. Ocuparon Tarso. Una flota compuesta de marinos flamencos, frisones y daneses, mandada por un pirata boloñés, Guynemer, al enterarse de que Balduino era hijo de su patrón, Eustaquio II de Bolonia, le ofreció la ayuda de sus tripulaciones, alejando al enemigo de los puertos de Alejandreta y Latakia (Laodicea). Balduino creó el condado de Edesa. El patriarca de Jerusalén, Daimbert, habría deseado imponer una autoridad eclesiástica, pero reservaron una entusiasta acogida, hacia el 9 de noviembre, a Balduino, la caballería palestina y la población francesa e indígena.
Fuerza hercúlea de Godofredo.
Le coronaron el día de Navidad de 1100, en la basílica de Belén.
El 15 de abril, llegó al puerto de Jaffa una flota genovesa, que venía de Laodicea. El soberano estableció un contrato con los genoveses, quienes se comprometieron a ayudarle. Puerto de Arsuf, puerto de Cesarea.
En abril de 1104, como una flota genovesa con un poderío de setenta galeras secundó al conde de Tolosa, Raimundo de Saint-Gilles, a tomar el puerto de Biblos, Balduino pidió ayuda para invadir el puerto de Acre.
El año 1105, Balduino construye el castillo de Arnoul, pequeña fortaleza de la llanura, que vigilaba la ruta de los peregrinos que iban de Jaffa a Jerusalén por Rambh y Lydda.
Con Beltrán, hijo de Raimundo de Saint-Gilles en el sitio de Trípoli y Beirut, navíos genoveses y pisanos organizaban el bloqueo, 1110.
Castillo de Mont-Royal o Shobak, en el mar Muerto.
Línea de fortalezas. Fuerte de Ailat, gran castillo de Kerac o Crac de Monreal, Ahamant, Tafilete, Hormoz, li Vaux Moïse y Sela. Fortaleza de Scandelion.
Conflicto entre Raimundo de Saint-Gilles, conde de Tolosa y Bohemundo, el cual se obstinaba a que renunciara a sus pretensiones sobre Antioquía.
Raimundo mandó la construcción de la fortaleza de Mont-Pèlerin, en Trípoli, con el apoyo de Alejo Comneno, el cual hizo enviar, mediante el gobernador de Chipre, Eumathius Philocales, una flota con obreros y materiales de construcción.
Bohemundo en el sitio de Antioquía, octubre de 1097 a junio de 1098.
El 15 de julio de 1099, después de un violento asalto, los cruzados entran en Jerusalén. Tancredo toma parte activa en esta victoria.
Se organizan cuatro territorios en Oriente. El reino de Jerusalén, el condado de Trípoli, el principado de Antioquía y el condado de Edesa.
Tancredo, lugarteniente de Godofredo de Buillon, detrás de ochenta guerreros, inicia la invasión de Galilea.
Cavea. Puesto de vigilancia.
Zalin. Grutas, vigías.
El castillo de Montferrand proviene del recuerdo de la VI Legión romana Ferrata, que permaneció en la ciudad de Rafanée.
El castillo del Ruge, lugar de reunión de los jefes de los cruzados y sus tropas.
El ataque de Sheïzar por los grandes jefes, Balduino III, Thierry de Alsacia, el conde de Flandes, el conde de Trípoli, el príncipe de Antioquía y el príncipe armenio de Cilicia, Thoros II.
El 25 de diciembre de 1157. Una fortaleza construida sobre un montículo poco elevado de tierra acarreada, un Tell artificial.
Chaz, castilletes movibles.
En junio de 1147, Luis VII de Francia partió de Metz, para la segunda Cruzada en Tierra Santa. Hugo de Vaudemont (monumento funerario), su cuñado Reinaldo, conde de Bar, los obispos de Metz y Toul marcharon con el soberano.
Aimery de Limoges, patriarca de Antioquía, defensor civitatis, un gran personaje eclesiástico, ejerció el mando de un territorio franco, para reemplazar al príncipe, actuando como un obispo del tiempo de las grandes invasiones.
Guillermo de Tiro, "Historia hierosolimitana".
Constanza, princesa de Antioquía, la cual enviudó a los veintidós años, al fallecer su marido en un combate, se enamoró de un simple caballero muy pobre, Reinaldo de Châtillon, adversario del sultán Saladino. Cuatro años más tarde, obtenía una victoria en Hattin, ante el soberano de Jerusalén, matando con su propia mano a Reinaldo.
Con frecuencia, las divisas evocan una palabra de un soberano dirigida a un antepasado o un acontecimiento histórico sobrevenido a este.
Saladino y Reinaldo en Kerak.
Al partir para la tercera Cruzada, Felipe Augusto y Ricardo Corazón de León hicieron escala en Sicilia. Luego, el soberano de Francia volvió a hacerse a la mar en Mesina, el 30 de marzo de 1191 y desembarcó delante de San Juan de Acre el 20 de abril. Ricardo desembarcó en Limasol, puerto de Chipre, el 6 de mayo. Esta isla era un país griego independiente, bajo el mando del príncipe Isaac Comneno, el cual se había separado de Bizancio. Habiéndose mostrado hostil a los cruzados, a los que obstaculizaba el aprovisionamiento, Ricardo Corazón de León le atacó y derrotó a sus tropas en Kolossi. En aquel tiempo, el soberano destronado de Jerusalén, Guy de Lusignan, hijo de Hugo VIII de Lusignan, conde de La Marca, desembarcó en Limasol y vino a ponerse bajo la protección de Ricardo, del cual los Lusignan eran sumisos por sus feudos del Poitou. Emprendieron la invasión de Chipre. Tomaron los puertos de Larnaca y Famagusta, luego marcharon sobre la capital, Nicosia, el 21 de mayo de 1191. La ocupación de Chipre garantizó el abastecimiento del ejército que sitiaba Acre. Se le enviaba frutas y verduras, que llegaban al día siguiente. Guy de Lusignan fue dueño de Chipre, 1192. Su hermano Amaury tomó el título de soberano de Chipre, dinastía que se mantuvo tres siglos.
El puerto de Famagusta tuvo una actividad relevante. Los consulados de las grandes ciudades comerciantes de Europa -Venecia, Génova, Narbona y Montpellier- tenían cerca del puerto, en una calle equidistante del mar, la sede de su jurisdicción. Los locales estaban en pleno centro de los negocios, al lado de Bancos, Bolsas y notarías. Pergolotti, agente de la casa Bardi de Florencia, quien permaneció en Chipre los años 1324-1327 y 1335, compuso una lista de los cargamentos traídos de Oriente. Piedras preciosas, perlas horadadas, oro, plata, marfil, madera de áloe, sándalo de Decán, en la India y la isla de Timor, en el océano Índico, alcanfor de Sumatra, jengibre de China, índigo, especias, cardamomo, pimienta, nuez moscada, canela, clavos de las Molucas, perfumes, ámbar gris, bálsamo, benjuí, almizcle de Tonkín. Perfumes <<oyselets de Cypre>>, bolas de perfume a las que se daba la forma de pájaros recubiertos de plumas; se perforaban para obtener el perfume.
En Nicosia y Famagusta se fabricaban tisúes de oro de Chipre, briscados  trencillados de metal. Existía la seda cruda, el algodón, los camelotes, abrigos de piel de cabra o de camello. Exportaba sal y azúcar de caña. Estas cañas se cultivaban en Limasol y Pafos.
Tal actividad del tráfico chipriota duró el tiempo que los Lusignan estuvieron en el Poder, hasta el año 1372, cuando Famagusta y una parte de la isla fueron tomadas por la Republica de Génova.
Después de la toma de San Juan de Acre (12 de julio de 1191), el ejército de la tercera Cruzada, al mando de Ricardo Corazón de León, se puso en marcha hacia Caifa y Arsouf, el 22 de agosto.
La cuarta Cruzada logró la toma de Constantinopla (1204) y la fundación de una Soberanía Latina. Fue designado Balduino IX, conde de Flandes. El dominio latino cayó el año 1261. Esta Cruzada tuvo como consecuencia durable la invasión de Grecia. Cada región estaba dividida en baronías, divididas en feudos tenidos por caballeros.
Guillermo de Villehardouin, acertado mando del principado de Morea.
Batalla de Arsouf, 7 de septiembre de 1191. Tres personajes de la tercera Cruzada, el conde Roberto de Dreux y su hermano Felipe de Dreux, obispo de Beauvais y el caballero Guillermo de Barres.
Ernoul en la batalla de Montgisard, librada ante Saladino, el 25 de noviembre de 1177. Quinientos caballeros, ayudados por San Jorge, derrotaron a 60.000 sarracenos. En Lidia, donde se creía que había sido martirizado bajo Diocleciano, los cruzados levantaron una catedral. San Jorge fue representado en las iglesias de Francia, combatiendo a un dragón y rescatando en Silène, Libia, a una joven que el monstruo iba a devorar.
Caída de San Juan de Acre, con los hospitalarios y los templarios como defensores.
Expansión del comercio asiático, gracias a las casas de comercio de Venecia, Génova, Pisa, Amalfi, los comerciantes de Marsella y Narbona y los negociantes catalanes. Comercio de tejidos, damascos floreados, bouquerans en tela de algodón, tafetanes de Tiro, candels, brocados de Antioquía, telas de seda tejidas de oro, para ornamentos de iglesia, muarés de Trípoli, camelotes (de khamla), se fabricaban en Tortosa y Trípoli. El año 1283, se contaban en la ciudad de Trípoli 4.000 telares de seda y camelote. Algodones de Bam, túnicas de algodón tejidas en Egipto, en los telares de Damieta y Tanis. Especias, plantas medicinales y drogas, bálsamos, el sen, la escamonea, un purgante empleado en la Edad Media, jarabes, electuarios de Acre, cirobálano, un digestivo.
Los venecianos en Acre, Tiro y Antioquía.
Fondacos o alhóndigas, especie de Bolsas de comercio, estancos mercados análogos a los zocos.
Tarbea del castillo, lugar destinado a las recepciones de los invitados de calidad, banquetes, consejos de guerra.
Cinturón de fuertes. Ibelin, Blanche-Garde, Bethgibelin.
En el curso del siglo XII, los castillos cedidos por los francos -el formidable Crac de los Caballeros y los castillos de Margat, Akkar, Bervoir- se poblaron con una guarnición de hospitalarios con capas negras ostentando una cruz blanca y en la gran ciudadela de Tortosa, el Castillo Blanco (Safitha), el Castillo del Peregrino (Athlit), Arima, Saphet. Los caballeros del Temple vigilaban, revestidos con su capa blanca signada con una cruz roja.
A comienzos de la tercera Cruzada, Ricardo Corazón de León tomó la isla de Chipre a un príncipe bizantino, Isaac Comneno.
Tripolinos, monedas de Acre o de Tiro.
Zetouni, sederías de China.
(En tiempo de las Cruzadas)


Renault

Ricardo Corazón de León perduró con la memoria de los árabes como el coco con el que las madres amenazaban a los niños.
Halicarnaso. Capital de la satrapía del difunto Pixidaro. Imponente fortaleza reconstruida por los seléucidas y los cruzados.
(Alejandro Magno)


Procter

El matrimonio de Fernando III el 30 de noviembre de 1219 con Beatriz de Suabia y el de su hermana Berenguela con Juan de Brienne, rey de Jerusalén, 1224, se celebraron durante asambleas de la curia plena. Rodrigo de Toledo llamó a la curia de 1219 <<curia nobilissima>> y el autor de la "Crónica latina" se refirió como <<celeberrima curia>> y dijo que no se había visto una curia igual de Burgos desde hacía muchos años.
Se ha dicho que los representantes de las ciudades asistieron a la curia de San Esteban de Gormaz de 1187 o a la de Carrión de 1188. Estas afirmaciones se fundan sobre el texto del pacto matrimonial de Seligenstadt de 23 de abril de 1188, que termina con el nombre de algunos obispos y nobles por las armas de las cincuenta ciudades y villas cuyos hombres principales ("mayores") habían jurado cumplir el pacto. Sin embargo, todo lo que sabemos sobre esta curia está contenido con la afirmación de la cláusula de datación de un documento de 21 de mayo de 1187 para que el enviado de Federico Barbarroja negociase el casamiento entre el hijo del soberano y la hija de Alfonso VIII, pero sin ninguna referencia a la presencia de los "mayores" de las ciudades y villas.
O´Callagham cree que los representantes fueron llamados a la asamblea que rindió homenaje al heredero del trono el mes de marzo de 1222 y que posiblemente asistieron a la curia de 1224 para el matrimonio de Juan de Brienne con la hermana de Fermando III, doña Berenguela. Los acontecimientos que produjeron el matrimonio de Juan de Brienne y doña Berenguela están explicados con detalle con la "Crónica latina" que termina su relato, <<Celebrata est igitur curia Burgis, et tradita est puella predita regi sepedicta solemniter in uxorem>>.
El "ayuntamiento" de Almagro tuvo lugar poco antes del 28 de marzo de 1273 cuando Alfonso X desde Toledo atestiguó que a petición de la reina Violante, el infante don Fernando, los infantes don Fadrique y don Manuel, los maestres de las Hermandades de Calatrava, Alcántara y de los Templarios y aquellos nobles, infanzones, caballeros e hidalgos que eran leales de Almagro, había condonado dos de las cuatro prestaciones que restaban hasta llegar a los seis otorgados por Burgos el año 1269 y que aboliría los derechos de aduanas sobre las importaciones y exportaciones tras un periodo de seis años.
(Curia y Cortes de Castilla y León)


Mackay

Una generación de historiadores identificó las actividades de los monjes de Cluny con la política de Gregorio VII y los orígenes de la cruzada con la España islámica. Hay pocos eruditos hoy día que apoyen completamente esta explicación, pero puede seguir siendo útil para una exploración de lo que había detrás de las políticas opuestas de Bernardo y Sisnando.
Aunque los conceptos de cruzada se formaban lentamente, los elementos para la predicación de una guerra santa existían ya mediado el siglo XI. Con el concilio de Clermont (1095) la llamada del papa Urbano II a los voluntarios para luchar con el Oriente provocó un estímulo entusiasta y de allí partió la primera de las cruzadas hacia Tierra Santa.
La primera cruzada. Gaston de Bearn, Centulo de Bigorre, Bernard de Atón, el vizconde de Carcassonne.
Cuando el año 1158 los templarios se declararon incapaces de seguir defendiendo la villa de Calatrava (Ciudad Real) de los ataques de los almohades, un grupo de caballeros y monjes del Cister capitaneados por Raimundo de Fitero tomaron a su cargo esta tarea y defendieron la villa.
Hasta Toledo llegaron casi 70.000 caballeros y soldados franceses, provenzales e italianos bajo caudillos eclesiásticos y laicos, como los arzobispos de Narbona y Burdeos, el obispo de Nantes, el conde Centulo de Astarac, el vizconde Raimundo de Tourraine y Teobaldo de Blazon. Pero una vez que los ejércitos salieron de Toledo la unidad duró poco. Los cronistas e historiadores han explicado el abandono de los cruzados extranjeros de varias formas. Los extranjeros no estaban acostumbrados al clima del sur de Toledo y es verosímil que les fue difícil soportar las altas temperaturas, la falta de agua y las enfermedades ocasionadas por estos factores. Pero antes que nada la falta de unidad se debió a las diferentes actitudes que sobre la frontera tenían españoles y franceses. Los franceses se escandalizaron de la tolerancia y quisieron pasar a todos los infieles a cuchillo y apoderarse de sus tierras y materiales. La campaña de 1212 empezó como una cruzada internacional cuidadosamente preparada, pero cuando al final se hubieron de enfrentar los cristianos y los almohades en las Navas la victoria se debió al poder combinado de los ejércitos hispánicos. Fueron los obispos españoles -Rodrigo de Toledo, Tello de Palencia, Rodrigo de Sigüenza, Melendo de Osma, Domingo de Plasencia y Pedro de Ávila- quienes dirigieron el "Te Deum Laudamus" sobre los cadáveres de los musulmanes vencidos.
Al lento crecimiento de la población hispana del Norte debe añadirse los soldados y colonos que vinieron de otras regiones. Durante los siglos IX y X centenares de mozárabes emigraron al Norte desde al-Andalus y muchos colonos y burgueses e igualmente cruzados atravesaron los Pirineos y entraron a España durante los siglos XI y XII.
A diferencia de San Luis, Fernando III no se permitió arrastrar sencillamente a planes de cruzada grandiosos pero irrealizables.
De especial atractivo para el desarrollo de la poesía lírica provenzal es una prueba que une a Guillermo IX y a su padre con la frontera española. El año 1064 acompañado de sus sumisos de Limousin y Poitou participó con la <<cruzada>> y ganó el Barbastro musulmán. Guillermo VIII fue enterrado en Santiago de Compostela. Por esta época las hermanas de Guillermo IX se habían casado respectivamente con Pedro I de Aragón y Alfonso VI de Castilla y León. Guillermo IX era demasiado joven para participar con la invasión de Toledo por Alfonso VI, pero el año 1125 acompañó a Alfonso I de Aragón (el Batallador) a una campaña de Granada.
(La España de la Edad Media)


Ludlum

La búsqueda de poder se transforma como una cruzada personal.
(Trece en Zurich)

Un cruzado que nunca había viajado a pie.
(El caos Omega)

Esos imbéciles que viven una cruzada.
Hombres más peligrosos muertos porque donan legados. Se transforman como mártires para los cruzados. Se transforman como símbolos.
(Y nada más que la verdad)


Puzo

Las cuatro capillas de la catedral de Palermo. La primera albergaba el sepulcro de Roger I, la siguiente la tumba de Federico II, la tercera el sarcófago de Enrique IV y la cuarta custodiaba las cenizas de Constanza, madre de Federico II. Los sarcófagos eran de mármol blanco con hermosas incrustaciones de mosaico.
(El Siciliano)


Stern

Federico II (1197-1250), Fridericus Romanorum Imperator semper augustus Hierusalem et Siciliae Rex.
Delle Vigne, canciller de Federico.
Gesto grandilocuente, intencionada oscuridad de las ideas y acritud del ataque, que caracteriza la época.
Manfred, hijo de Federico y Bianca Lancia.
Fridericus, con la efigie estampada en las monedas de oro augustales.
Dinero francés con el que había dotado a Federico Felipe Augusto frente a Otto, el cual era sobrino de Ricardo Corazón de León, enemigo de Francia.
Delle Vigne, logoteta de idioma y protonotario de pluma latina.
Godofredo de Bouillon, primer soberano de Jerusalén, no quiso llevar la corona real jerosolimitana del altar de la iglesia del Santo Sepulcro, en el lugar donde Jesús llevó la corona de espinas.
El güelfo Otto IV, de pobreza intelectual, no había sido más que un primus inter passeres, el primero entre los gorriones.
Reino gibelino y riqueza güelfa.
(El hombre de Apulia)


Benoit

La enseñanza que reciben los hijos de la aristocracia en los inicios del medievo, impartida por el retórico, se describe en el estudio de Marciano Capella, "Bodas de Mercurio y el Sol", leído en la Edad Media.                                           
Siglo XI. La expansión espacial se asienta en mutaciones técnicas, que si no tienen vínculo directo con la evolución de las ciencias, modifican los bienes materiales. El arado de reja asimétrica reemplaza al arado común. Desde su utilización, el aire y el agua circulan libremente y los rendimientos aumentan.


Jennings

En las filas de los cruzados hay muchos capellanes que son hombres duros, acostumbrados a la vida dura.
En San Zuàne de Acre están acampados los cruzados.
Una gran galeazza de carga llevaba armas y pertrechos a los cruzados.
Acre, la ciudad de los cruzados, valiente por sus famosas hazañas, sus terribles secretos, sus damiselas vestidas de seda y su vida voluptuosa.
Los cruzados que consiguieron llegar vivos a casa hicieron todo lo posible para persuadirse de que sus fútiles misiones tuvieron algún valor y se pusieron a fanfarronear contando las maravillas que habían visto, las sorpresas de tierras lejanas. Casi sólo pudieron traer un ataque de scolamento penoso, que apenas podían aguantarse sobre la silla.
Acre, o Akko, como le llaman sus habitantes nativos.
El comandante de los cruzados.
La Octava Cruzada fue la que Eduardo de Inglaterra dirigía con saltos.
Las tierras de ensueño, el país de Cucaña, descritas por los primeros cruzados.
(El viajero)


Brodsky

Si las aserciones de Eusebio son correctas, Constantino fue el primer cruzado.
(Menos que uno)


Ladero quesada

Los Rôles d´Oléron.


Roberts

Tribus enteras comenzaron a enrolarse como federados -foederati, palabra que se empleó por primera vez el año 406- y entraron dentro del territorio romano para luchar con otros bárbaros bajo los mandatos de sus jefes.


Stamer

Forma medieval del gusano-dragón.


Rutherfurd

Aulnage, estatuto instituido por el rey Ricardo, impuesto sobre el paño, con reglas que establecían el tipo que debían tener los paños.
Tabula. Cosidos en el pecho dos rectángulos de tela blanca, de cuatro cm de ancho y seis de largo, insignia que representaba las dos tablas de piedra, en las que estaban inscritos los Diez Mandamientos. Los judíos, en Inglaterra, pertenecían al soberano. Procedían del norte de Francia, y el Conquistador como sus hijos Guillermo II el Rojo y Enrique, les habían animado a establecerse. Aunque tenían prohibido poseer tierras y dedicarse al comercio, gozaban dentro del sistema feudal normando de una situación protegida, en calidad de financieros y prestamistas. Los mercaderes italianos y los Caballeros Templarios se dedicaban a prestar dinero, pero los judíos eran los prestamistas, en una época que el soberano precisaba dinero, para financiar sus cruzadas, guerras en el extranjero y mercenarios de habla francesa cultos; los líderes judíos, aunque fuera de la casta feudal, se asemejaban a aristócratas del ocio.
Los cruzados habían fomentado los prejuicios hacia aquellos que pudieran ser acusados de infieles, y durante los preparativos de la cruzada del rey Ricardo, se habían producido revueltas antijudías, que culminaron con el terrible episodio de York, cuando ciento cincuenta judíos, atrapados en el castillo en el que se habían refugiado, prefirieron suicidarse, antes que correr una suerte peor a manos de la muchedumbre armada. Pero Ricardo puso fin a esos conflictos. Cuando Ricardo fue capturado a su regreso de Tierra Santa y los ingleses tuvieron que pagar un rescate por su liberación, se asignó a la comunidad judía unos impuestos por valor de cinco mil marcos. Y bajo su sucesor Juan, los impuestos alcanzaron niveles más elevados. Se había creado un tribunal de Hacienda específico para la comunidad judía y en numerosas poblaciones, los documentos oficiales de las transacciones prestamistas se guardan en las archae, las grandes arcas, que contenían esos documentos caligrafiados.
Cuando los desastres del reinado de Juan desembocaron en la revuelta de sus barones y el contrato de la Carta Magna, Stephen Langton aconsejó moderación a los barones y demostró su talla de estadista, al redactar esa Carta, cuyas sabias cláusulas protegían a las gentes humildes.
En la facción puritana de la vieja Iglesia católica de Inglaterra había surgido un movimiento encabezado por el riguroso y erudito Grosseteste, obispo de Lincoln.
Enrique firmó la paz con Luis IX, se casó con la hija del rey de Castilla y se comprometió con el Papa en una guerra santa en Sicilia, donde la dinastía Hohenstaufen estaba arraigada.
En 1258, los magnates redactaron las Estipulaciones de Oxford, una nueva carta de libertades, que constituía una gigantesca ampliación de la Carta Magna del reinado anterior. Una de las condiciones consistía en la formación de un consejo compuesto por magnates ingleses, además de los amigos íntimos del soberano, los Lusignan. El líder de ese movimiento era Simon de Montfort.
Durante el proceso legal del estatuto Quo Warranto, se alcanzó otro hito histórico cuando, el 18 de julio de 1290, Eduardo I y su consejo, reunidos en Westminster, expulsaron a los judíos del reino. Casualmente, esa fecha coincidía con el ayudo del noveno día del Ab en el calendario judío, el aniversario de la destrucción de Jerusalén y muchos desastres posteriores. El plazo concedido a la comunidad judía, para marchar, llegaba hasta la fiesta de Todos los Santos. El día siguiente a Halloween partirían bajo la protección real, sin ser molestados.
Fue Eduardo el primero en establecer las aduanas y los aranceles. Y en 1294, instituyó un impuesto sobre el consumo llamado maltote.
(Sarum)


P. D. James

Los Templarios se disolvieron el año 1312.
(Una cierta justicia)


Tremayne

Monasteriolum, parte de la abadía destinada al estudio y la enseñanza. Dentro del monasteriolum se hallaba la biblioteca, bibliothiccae praefectus.


Gaarder

Hildegard von Eibingen (1098-1179), monja del valle del Rin, predicadora, botánica y científica. Cuenta que Sophia (lado femenino de la divinidad) se le apareció vestida con una túnica dorada decorada con valiosas joyas.


Werber

Godofredo de Bouillon se puso al frente de la segunda cruzada, para liberar Jerusalén y el Santo Sepulcro. Cuatro mil quinientos aguerridos caballeros escoltaban al centenar de miles de peregrinos. Eran jóvenes hijos menores de la nobleza, privados de todo feudo en razón de la primogenitura. So capa de creencia, esperaban ganar castillos extranjeros y poseer tierras. Cada vez que se apoderaban de un castillo se instalaban en él abandonando la cruzada. El príncipe Bohemundo de Tarento decidió apoderarse de Antioquía para su uso personal. Los cruzados tuvieron que luchar con los suyos, para persuadirse de que siguieran en la cruzada. Para lograr sus fines hubo nobles occidentales que firmaron alianzas con los emires orientales, para vencer a sus camaradas de lucha. Olvidaron la meta original de la cruzada.
(El día de las hormigas)


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Las historias de los Templarios parten de su fundación por Hugh de Payns, 1119.
Se ha sugerido que el actual Papa debe pedir perdón por las cruzadas.
El año 630 Heraclio llevó de vuelta la Vera Cruz a Jerusalén.
Los mercaderes amalfitanos construyeron un hospital en Jerusalén para acoger a los peregrinos enfermos.
Urbano II fue a Le Puy, cuyo obispo era el prelado Adhemar de Monteil, quien había peregrinado a Jerusalén unos años antes y pudo brindar al papa el beneficio de su experiencia.
La manera más sencilla de viajar a Palestina era por mar en los barcos de los mercaderes amalfitanos, pero implicaba los peligros de la piratería y el naufragio. El viaje por tierra derivó más sencillo por la conversión de Hungría a comienzos del siglo XI. La ruta de 2.400 kilómetros a través de Bizancio desde Belgrado hasta Antioquía fue relativamente garantizada.
La expresión más importante del siglo XI -originada en Cluny- fue el peregrinaje penitencial y uno encuentra algunos de los más famosos villanos de la época, como Fulk Nerra de Anjou o Roberto el Demonio, conde de Normandía, huyendo a Jerusalén para escapar del castigo divino por sus crímenes. Fulk, como la esposa de Bath de Chaucer, en tres ocasiones.
Sólo unos treinta años antes que el papa Urbano se arrodillara ante la tumba del abad Mayeul, el arzobispo de Maguncia, con los obispos de Utrecht, Bamberg y Ratisbona había conducido desde el Rin hasta el Jordán un grupo de siete mil peregrinos que, al ser emboscados por los musulmanes cerca de Ramleh, en Palestina, se habían visto obligados a luchar para defenderse.
Los primeros contingentes del tipo de ejército que había concebido el papa Urbano comenzaron a reunirse en Constantinopla. El primero en llegar fue el conde Hugo de Vermandois, un primo del soberano de Francia, el cual había llegado por mar con un pequeño grupo de caballeros y hombres de armas. El 23 de diciembre de 1089 arribó una flota más fuerte comandada por Godofredo de Bouillon, duque de la Baja Lorena, sus hermanos -Eustaquio, conde de Boulogne y Balduino de Boulogne- y su primo Balduino de Le Bourg.
Descendiente por vía paterna y materna de Carlomagno (y según una leyenda posterior, de un cisne), esas cuatro figuras eran paradigmas clásicos del guerrero franco vencedor de la Iglesia. Godofredo había asumido el ducado de la Baja Lorena bajo el mandato de Enrique IV, pero el hecho de que vendiera sus propiedades y su castillo de Bouillon para financiar su expedición en la cruzada sugiere que no pretendía regresar a casa, aunque queda poco claro si su fin era alcanzar un principado en Oriente o la corona del martirio.
Llegó después un contingente de normandos desde el sur de Italia al mando de Bohemundo de Taranto, de cuarenta años, hijo mayor de Robert Guiscard. Mientras sitiaba Amalfi, Bohemundo había tomado la cruz. Se le unió su gallardo y joven sobrino Tancredo.
Idéntica ruta había seguido un grupo de poderosos hombres de armas del norte de Europa. Roberto II, conde de Flandes, cuyo padre había luchado bajo Alejo; Roberto, duque de Normandía, hermano del soberano inglés Guillermo Rufus; y Esteban, conde de Blois y yerno de Guillermo el Conquistador. Mientras, el mayor contingente, el de los provenzales y burgundios comandados por el conde Raymond de Toulouse, tomaba una ruta por la costa dálmata, cruzando luego desde Dyrrachium hasta Tesalónica y cruzando hasta Constantinopla. Con él iba Adhemar de Le Puy, a quien Urbano II nombró legado de la cruzada.
Las tropas cruzadas al mando de Adhemar de Le Puy, el 21 de octubre de 1097, llegaron a la ciudad de Antioquía, una ciudad de cinco kilómetros de largo y dos de ancho, con cuatrocientas torres en los muros erigidos por Justiniano, arrebatada por los turcos a los bizantinos hacía veinte años. Raymond de Toulouse aceptó que Bohemundo se quedara con Antioquía a condición de que cooperara en el asalto a Jerusalén.
Los príncipes convinieron designar a Raymond de Toulouse comandante en jefe. El ejército cruzado salió de Antioquía el 13 de enero de 1099.
El 7 de junio el ejército cruzado levantó el campamento frente a los muros de la Ciudad Santa. El califa de El Cairo ocupaba Jerusalén.
Algunos barcos de Inglaterra y dos galeones de Génova habían llegado al puerto de Jaffa. Su cargamento abasteció al ejército con comida, clavos y provisiones. Tancredo y Roberto de Flandes se acercaron hasta Samaria a buscar madera apropiada y los carpinteros de los galeones genoveses construyeron torres móviles, catapultas y escaleras para trepar a los muros.
La noche del 13 de julio comenzó el asalto.
El 17 avanzaron por las calles hasta el Santo Sepulcro.
Los años que siguieron a la captura de Jerusalén fueron creados cuatro países diferentes, que en Europa occidental se llamaron de Outremer, ultramar. En el norte se hallaba el principado de Antioquía bajo el normando del sur de Italia Bohemundo de Taranto. Al este el condado de Edesa bajo Balduino de Boulogne. Al sur de Antioquía el condado de Trípoli reclamado por Raymond de Saint-Gilles, conde de Toulouse, quien murió mientras sitiaba la ciudad, 1105. Y el reino de Jerusalén bajo Godofredo de Bouillon quien, no queriendo llamarse rey, adoptó el título de <<defensor del Santo Sepulcro>>.
El papa Urbano II había muerto en Roma, pero había nombrado un arzobispo pisano, Daimberto, como sucesor de Adhemar de Le Puy. Daimberto se convirtió en patriarca de Jerusalén y a la muerte de Godofredo, 1100, pretendió ocupar su lugar como soberano. Los caballeros francos no lo aceptaron y llamaron al hermano de Godofredo, Balduino de Boulogne, en Edesa. Balduino tuvo menos escrúpulos para aceptar el título real y el día de Navidad de 1100, en la iglesia de la Natividad, en Belén, el derrotado Daimberto lo coronó soberano de Jerusalén.
Útiles para Balduino fueron los escuadrones navales de las republicas marítimas italianas -Pisa, Venecia y Génova-, que viendo las ocasiones que ofrecían las posesiones latinas del litoral oriental del Mediterráneo ofrecieron su apoyo en el sitio de los puertos por ventajas comerciales.
El año 1104, el conde Hugo de Champagne llegó a Tierra Santa con su séquito de caballeros. Desde Troyes, en la cuenca superior del Sena, mandaba un extenso y rico principado que había formado parte del reino franco occidental de Carlos el Calvo. Hugo era un devoto y desdichado en su matrimonio. Entre sus sumisos se contaba el caballero Hugo de Payns, el cual tenía el beneficio de Montigny y era oficial en casa del conde.
El año 1108 el conde Hugo regresó a Europa, pero el 1114 se hallaba de nuevo en Jerusalén. Balduino de Le Bourg había sucedido a su primo Balduino I; y Warmund de Picquigny al patriarca Daimbert. Les propusieron Hugo de Payns y el caballero Godofredo de Saint-Omer la formación de un ejército de caballeros que se dedicarían a la protección de los peregrinos.
La propuesta fue aprobada y el día de Navidad de 1119, en la iglesia del Santo Sepulcro, Hugo de Payns y otros ocho caballeros -con Godofredo de Saint-Omer, Archambaud de Saint-Aignan, Payen de Montdidier, Geoffrey Bissot y el caballero Rossal o Roland- hicieron ante el patriarca los votos de pobreza, castidad y obediencia. Balduino II les proporcionó el Templum Salomonis. Por esta razón se les llamó <<Los caballeros del Templo de Salomón>>, <<los Templarios>> o sencillamente <<El Temple>>. Es posible que la pretensión original de Hugo de Payns fuera crear una hermandad laica equiparable a la del hospital de San Juan, que los mercaderes de Amalfi habían fundado en Jerusalén antes de la primera Cruzada para asistir a los peregrinos.
El año 1120, el poderoso magnate del centro de Francia Foulques de Anjou llegó en peregrinaje hasta Tierra Santa y se inscribió como socio de los pobres soldados. A su regreso dotó la hermandad de un ingreso regular. El año 1125 Hugo, conde de Champagne, volvió a Jerusalén en su tercer y ultimo viaje. Cedió su condado de Champagne a su sobrino Teobaldo e hizo voto como pobre soldado.
El año 1127, Hugo de Payns y Guillermo de Burres fueron enviados por Balduino II en misión diplomática a Europa occidental. Su encargo era persuadir a Foulques de Anjou de casarse con la hija de Balduino, Melisenda, transformándose en heredero del trono de Jerusalén y reclutar fuerzas para un ataque a Damasco. Hugo tenía un tercer propósito; conseguir reclutas y la aprobación papal para los caballeros del Templo.
Arrastrada a la reconquista ibérica hubo una hermandad de monjes bélicos con raíces en Tierra Santa; los caballeros del Hospital de San Juan. En sus inicios una comunidad seglar dedicada al cuidado de los peregrinos pobres, había sido fundada por los monjes de Santa María de los Latinos, un monasterio erigido en Jerusalén antes de la primera Cruzada por los mercaderes de Amalfi, quienes en ese momento ejercían el monopolio del comercio occidental en Levante. Los caballeros construyeron un hospital en el lugar donde un ángel había anunciado la concepción de san Juan Bautista.
Una bula papal del año 1113, en la que se aprueba la hermandad menciona al hermano Gérard como su fundador. Tras la captura de Jerusalén el año 1099, su piedad y aptitud generó donaciones de Godofredo de Bouillon y sus sucesores y de europeos devotos impresionados por lo que escuchaban de los soldados y peregrinos que regresaban.
El hermano Gérard falleció el año 1120 y fue sucedido por Raymond de Le Puy, un ex caballero franco que había quedado en Jerusalén después de la primera Cruzada. Los caballeros del Hospital como los Templarios se transformaron en fuerzas bélicas.
Sin herederos, Alfonso de Aragón, el Batallador, redactó un testamento en octubre de 1131, en el que legaba su reino a los canónigos del Santo Sepulcro de Jerusalén, a los Hospitalarios y los Templarios, la concesión de las tierras, clérigos y laicos, magnates, burgueses, judíos. Refrendado por Ramón Berenguer, conde de Barcelona.
La atracción de Tierra Santa. Hay casos de caballeros que habían viajado a Palestina por su propia cuenta, como el primo de Roger, obispo de Worcester.
La eterna apelación a la camaradería masculina en situaciones difíciles y peligrosas fue una importante característica de las cruzadas.
Veinticinco descendientes de Guy de Monthéry y de dos generaciones tomaron la cruz.
La primera fortaleza concedida a los Hospitalarios (1136) fue Bethgibelin, situada entre Hebrón, en las colinas de Judea, y Ascalón, sobre la costa. En la Cisterna Rubea, en el camino de Jerusalén y Jericó, los Templarios construyeron un castillo, una estación vial y una capilla. Había una torre templaria más cerca de Jericó, en Bait Jubr at-Tahtani; un castillo y un priorato en la cima del Monte de la Cuarentena y un castillo en la orilla del río Jordán. La primera fortaleza importante asignada a los Templarios se hallaba en las montañas de Amanos.
El año 1130, el príncipe de Antioquía Bohemundo II fue muerto mientras combatía a los turcos danishmendos. La viuda de Bohemundo, Alicia de Jerusalén, era la segunda de las tres formidables hijas de Balduino de Le Bourg  y de Morfia, una princesa armenia; su hermana mayor, Melisenda, la heredera de Jerusalén, estaba casada con Foulques de Anjou. La hija de Alicia, Constanza, heredaba el trono de su padre en Antioquía pero, al enterarse de la muerte de su esposo, Alicia usurpó su lugar. Planeaba desheredar a su propia hija y frustrar la jugada de su padre, Balduino de Jerusalén, para ejercer sus derechos como regenta. Alicia envió un emisario al gobernador sarraceno de Alepo. Balduino contuvo al mensajero y lo hizo ahorcar. Alicia cerró a su padre las puertas de Antioquía; pero los barones franceses no la respaldaron. Padre e hija se reconciliaron; no obstante, Alicia fue desterrada al puerto de Latakia. Balduino fue admitido como canónigo en la iglesia del Santo Sepulcro.
El año 1136 murió Hugo de Payns. El cabildo general de los Templarios se reunió en Jerusalén para votar un nuevo gran maestre, Roberto de Craon, <<el Borgoñés>>, el candidato favorito de Foulques. Consiguió privilegios adicionales y excepcionales del papa Inocencio II, publicados en una bula del año 1139, "Omne datum optimum". El Temple estaba sujeto sólo al Papa. Incluso el patriarca de Jerusalén perdía la autoridad sobre la fraternidad.
El papa Eugenio III dirigió una bula, "Quantum praedecessores", a Luis VII, soberano de Francia, pidiéndole que tomara la cruz. Por primera vez un soberano europeo aceptó el desafío de una cruzada. Convocó a sus barones a reunirse en Bourges la Navidad de 1145. Su consejero Suger, abad de Saint-Denis, argumentó frente la idea de la cruzada. Luis se dirigió a Bernardo de Clairvaux. El 31 de marzo juraron en Vézelay Luis VII, su hermano Robert, conde de Dreux, Alfonso Jordán, conde de Toulouse, Guillermo, conde de Nevers, Thierry, conde de Flandes, casado con la hijastra de la reina Melisenda y Enrique, heredero del conde de Flandes. Se unieron Amadeo, conde de Saboya, Archimbaldo, conde de Bourbon y los obispos de Lanfres, Arras y Lisieux.
En mayo de 1147 un ejército de unos veinte mil hombres salió de Regensburg para seguir la ruta terrestre tomada por la primera Cruzada. Luis VII iba acompañado por su vehemente esposa Leonor de Aquitania.
Ansioso por avanzar, Conrado III cruzó el Bósforo con su ejército de germanos. En Nicea se les unieron los franceses. Los dos soberanos mantuvieron escaramuzas con los bizantinos.
Una cálida bienvenida aguardaba a Luis y los cruzados franceses cuando llegaron a Antioquía. El príncipe reinante era Raymond de Poitiers, un hijo menor del duque Guillermo de Aquitania, casado con Constanza, la joven heredera del principado. Era, por tanto, tío de Leonor de Aquitania y cabalgó hasta el puerto de San Simeón para el recibimiento. El coqueteo de Leonor fue claramente percibido por su tío y en la corte de Antioquía comenzaron a circular rumores de que el afecto que se profesaban había traspasado los límites de lo permitido.
En junio de 1148, se reunió en Acre una gran fuerza de Europa occidental. A los soberanos Conrado y Luis se unieron las tropas del marqués de Montferrat y de los condes de Auvernia y Saboya. Una fuerza provenzal llegó por mar al mando de Alfonso Jordán. También llegó por mar el resto de un contingente de cruzados ingleses, flamencos y frisios; habían sido desviados en route por Alfonso Henriques, soberano de Portugal, para que le ayudaran a reconquistar Lisboa, a la sazón en poder de los moros.
El 24 de junio, la asamblea de latinos de Europa y Outremer fue presidida por el joven soberano de Jerusalén Balduino III, quien ostentaba el poder con su madre, Melisenda. Entre los visitantes se hallaban Conrado y sus hermanos, el duque de Austria y el obispo de Freisingen; sus sobrinos Federico de Suabia, güelfo de Baviera, y los poderosos obispos de Metz y Toul. Con Luis estaban su hermano Roberto de Dreux, Enrique de Champagne y Thierry, conde de Flandes.
Conrado abandonó disgustado Tierra Santa. Quedó sellada una alianza por el matrimonio del hermano de Conrado con la sobrina de Manuel Comneno.
Se estimuló un apreciable comercio, financiado en una divisa latina, el besant, la primera moneda de amplia circulación, acuñada un siglo antes que los florines y los ducados de Italia.
Los escultores templarios construyeron la tumba real más minuciosamente decorada para Balduino IV.
El estandarte blanco y negro del Temple, el confanon baucon, era el punto de concentración de la batalla. Era portado por el mariscal.
Para Balduino III, la rendición de Ascalón (1153) significó un premio extraordinario de su reinado.
Los cargos de codicia de los Templarios fueron hechos por cronistas que tenían una preferencia personal en el tema, como Guillermo de Tiro y Walter Map.
En la década de 1140, Melisenda había llevado el reino de Jerusalén al borde de una guerra por una discusión con su esposo, Foulques de Anjou, prefiriendo a su amigo de la infancia, el apuesto dueño de Jaffa Hugo de Le Puiset. Como un favor a su hermana Hodierna había hecho envenenar a Alfonso Jordán, el joven conde de Toulouse, el cual falleció súbitamente en Cesarea en tiempos de la segunda Cruzada. Alfonso Jordán tenía mayor acceso hereditario a reclamar el condado de Trípoli que el esposo de Hodierna, el conde Raymond.
El año 1152, le llegó a Balduino III el turno de irritar a su madre cuando, nueve años después de ser coronado, pretendió el mando. Sus diferencias condujeron primero a una división de facto del reino y, posteriormente, a un conflicto abierto. Sitiada por las fuerzas de Balduino en la fortaleza de Jerusalén, Melisenda fue finalmente persuadida a rendirse y vivir con su hermana, la abadesa Joveta, en el convento de Betania.
Para sellar el pacto con Bizancio, a Balduino III se le había prometido una princesa bizantina, Teodora, la sobrina del soberano, de quince años, con un inmensa dote que volvería a llenar las drenadas arcas del reino. La boda se celebró en Jerusalén el año 1158.
En febrero de 1160, Balduino III falleció a la edad de treinta y tres. No tenía heredero; su mujer, la reina Teodora, se retiró a Acre.
A Balduino lo sucedió su hermano Amalrico, de veinticinco, alto y apuesto como Balduino, pero carente del saber y el magnetismo de este.
1174. Muerte de Amalrico de Jerusalén. Su estrategia para garantizar la supervivencia latina de Palestina fue una alianza con Bizancio a través del matrimonio de su prima María de Antioquía con el soberano Manuel y por su propio matrimonio con la hija del soberano, también llamada María, con la que tuvo una hija, Isabela. Su admiración por Bizancio quedó demostrada cuando, al regresar de una visita a Constantinopla, adoptó en su corte de Jerusalén el atuendo ceremonial del soberano bizantino.
En los reinos latinos ya no se cuestionaba la regla hereditaria y Amalrico fue sucedido por Balduino IV, el hijo que había tenido con su primera esposa, Agnes de Courtenay. Balduino IV tenía trece años y padecía de lepra. Hasta que alcanzó la mayoría de edad actuó de regente su primo el conde Raymond III de Trípoli.
En marzo de 1185 falleció el joven soberano leproso Balduino IV. Le sucedió su sobrino de siete años Balduino V, el hijo de su hermana Sibila con su primer marido Guillermo de Montferrat. Raymond de Trípoli, el cual había desempeñado el cargo de bailli (primer ministro) se transformó en regente de Balduino V. Pactó con Saladino una tregua de cuatro años. Pero la autoridad de Raymond se vio debilitada cuando al año siguiente el joven soberano falleció sin que hubiese un heredero evidente.
El año 1186 Sibila fue coronada reina por el patriarca Heraclio. Sibila colocó una segunda corona sobre la cabeza de su esposo Guy, hermano de Amalrico de Lusignan.
Tras la derrota de Hattin, la palabra crucesignata se hace de uso común. Los emblemas heráldicos blasonaban escudos y estandartes.
Uno de los primeros príncipes europeos en atender al llamamiento de Gregorio VIII fue Ricardo, conde de Poitou, el hijo de Enrique II de Inglaterra y Leonor de Aquitania. El matrimonio de Leonor con Luis VII de Francia había sido anulado el año 1152, tres años después de su regreso de la catástrofe de la segunda Cruzada.
Ricardo sentó fama de guerrero feroz, mandatario despiadado y, tras tomar la supuestamente inexpugnable fortaleza de Taillebourg a los veintiún años, de brillante estratega y general.
El año 1183 la muerte de Enrique, el hermano mayor de Ricardo, transformó a este en heredero del trono de Inglaterra, del ducado de Normandía y el condado de Anjou.
De manera impulsiva, Ricardo tomó la cruz en la nueva catedral de Tours. Felipe Augusto, el sucesor de Luis VII, protestó; se suponía que Ricardo iba a casarse con su hermana Alicia; pero él también tomó la cruz. Enrique II, el cual llevaba años enviando importantes sumas de dinero al reino de Jerusalén, se vio forzado a unirse a los dos jóvenes príncipes. Pero Enrique murió. Ricardo, soberano de Inglaterra, tenía enormes recursos a su disposición y planeó meticulosamente su cruzada.
Un conjunto de príncipes menores se anticipó y unió al ejército que sitiaba Acre. Enrique, conde de Champagne, nieto de Leonor de Aquitania; Teobaldo, conde de Blois y Ralph, conde de Clermont; los condes de Bar, Brienne, Fontigny y Dreux; Esteban de Sancerre y Alan de Saint-Valéry. Había germanos como Luis, margrave de Turingia; las poderosas flotas de Génova y Pisa; italianos de Rávena comandados por su arzobispo Gerardo; los arzobispos de Messina y Pisa y Balduino de Canterbury con 3.000 galeses; el archidiácono de Colchester; caballeros de Flandes, Hungría y Dinamarca y un contingente de Londres, que en route ayudó al soberano portugués Sancho a tomar la fortaleza de Silves.
En Germania, Federico I de Hohenstaufen, llamado Barbarroja, había sido designado soberano de Germania el año 1152 y coronado por Adriano IV el año 1155. De joven había acompañado a su tío Conrado en la calamitosa segunda Cruzada. En mayo de 1189, partió de Regensburg con un gran ejército personal.
Mientras cruzaban el río Cydnus, Federico cayó al agua y se ahogó, impedido por el peso de su armadura. Su hijo, el duque Federico de Suabia siguió hacia Antioquía. En Palestina, al menguado ejército se incorporaron contingentes que habían arribado por mar con Luis de Turingia y Leopoldo de Austria. Para atender a los enfermos y heridos un grupo de cruzados de Lübeck y Bremen fundaron en Jerusalén un hospital, el cual formó los Caballeros Teutónicos, 1196.
El año 1190, Conrado de Montferrat derrocaba a Guy de Lusignan como soberano de Jerusalén. La solución de los barones era anular el matrimonio de Isabela, la hija de Amalrico, con Humfredo y casarla con Conrado de Montferrat. La viuda madre, María Comnena, vio las ventajas políticas y persuadió a su hija de acatar el plan.
El destronamiento de Guy fue protestado por Ricardo de Inglaterra.
Ricardo llegó a Acre el 20 de abril de 1191.
Felipe Augusto II de Francia había llegado siete semanas antes. Los dos soberanos salieron de Vézelay en julio de 1190; Felipe y su ejército embarcaron en Génova, mientras Ricardo se reunía con su flota inglesa en Marsella. Los dos se dirigieron a Messina para visitar al soberano Tancredo de Sicilia; una disputa entre Ricardo y Tancredo dio como consecuencia que los soberanos invitados tomaran la ciudad de Messina y se pelearan luego por la distribución del botín.
En la primavera, Felipe Augusto abandonó Messina y arribó a la ciudad de Tiro. El viaje de Ricardo fue menos sencillo; su flota se vio obligada a hacer escala en Creta y llevada luego por los vientos a Rodas. El barco en el que navegaba su prometida Berengaria de Navarra debió refugiarse en el puerto de Limassol.
El autonombrado gobernador de Chipre, un príncipe bizantino renegado, Isaac Ducas Comneno, encarceló a los náufragos cruzados. Berengaria declinó la oferta de bajar a tierra. Ricardo embarcó en una invasión relámpago de la isla.
Después de pasar la Navidad en el monasterio de Latrun, en las colinas de Judea, Ricardo condujo su ejército hacia Jerusalén.
Impaciente por volver a Europa, Ricardo fue entregado a su enemigo el duque Leopoldo de Austria. Felipe Augusto y el hermano de Ricardo, Juan, presionaron para que mantuviese cautivo a Ricardo, pero Ricardo ganó apoyo y en febrero de 1194 fue liberado.
La presencia de la cruzada en la Europa medieval fue, más que cualquier otra cosa, la de ejércitos de recaudadores, banqueros y burócratas que se ocupaban de reunir y distribuir dinero, sin el cual no se podía hacer nada.
Avanzado el siglo XII dos ingleses, los cronistas Walter Map y Ralph Niger, cuestionaron el uso de la fuerza para extender la religión. Walter Map, un enemigo de los cistercienses, criticó a los Templarios por su avaricia y extravagancia, comparando esos vicios con la pobreza y caridad de su fundador, Hugo de Payns.
La cuarta Cruzada salió al requerimiento de ayuda a Tierra Santa hecho por Inocencio III; estuvo encabezada por un grupo de líderes secundarios con experiencia en las cruzadas, como el conde Luis de Blois, el conde Balduino de Flandes y el conde Teobaldo de Champagne. Los enviados fueron a Venecia para organizar un viaje por mar. El dux de Venecia, Enrique Dandolo pactó que, por la suma de 85.000 marcos de plata la republica suministraría una flota de cincuenta galeras y que transportaría 4.500 caballeros, 9.000 escuderos y 20.000 soldados de infantería con manutención para un año. El conde Teobaldo falleció a comienzos de 1201 y el alto mando de la expedición seleccionó como nuevo líder al marqués Bonifacio de Montferrat.
En abril de 1203, los cruzados asaltaron Constantinopla. Eso fue suficiente para asustar y hacer huir a Alejo III y poner en el trono al candidato de los cruzados, Isaac Angelo. Despreciado por los griegos, el nuevo soberano no pudo recaudar el dinero prometido a los cruzados y en enero de 1204 fue depuesto y muerto, al igual que su hijo, por la enfurecida población. Lo reemplazó Alejo V Ducas. El 12 de abril de 1204, los cruzados atacaron la ciudad y la invadieron en menos de un día. Balduino de Flandes fue coronado en la catedral de Hagia Sofía y recibió tierras bizantinas. Constantinopla fue subdividida en sectores y a los venecianos se les concedió casi la mitad de la ciudad.
El soberano de Jerusalén era un anciano caballero de Champagne, Juan de Brienne. Cuando se casó, 1210, él tenía sesenta y la princesa María, la heredera del reino, diecisiete. Dos años más tarde, María falleció tras dar a luz una hija, Isabella, llamada Yolanda. Juan reinaba como regente de su hija.
El 7 de septiembre de 1228, Federico de Hohenstaufen desembarcó en Acre para asumir el mando de la cruzada. Tenía treinta y seis y se había labrado la extraordinaria reputación que le valdría el título de stupor mundi et inmutator mirabilis.
Federico mantenía un harén y engendró una serie de hijos ilegítimos, entre los cuales se hallan Manfredo, futuro soberano de Sicilia y Violante, la condesa de Caserta.
La joven princesa Yolanda de Jerusalén fue coronada reina y marchó hacia Europa, donde se casó con Federico de Hohenstaufen en la catedral de Brindisi, el 9 de noviembre de 1225.
El 17 de marzo de 1229 Federico hizo una entrada ceremonial en la Ciudad Santa. En la iglesia del Santo Sepulcro tomó  la corona del reino de Jerusalén y se la puso en la cabeza.
El legado de Federico a Tierra Santa fue una Jerusalén liberada, aunque muy vulnerable estratégicamente, que seguía siendo una ciudad abierta; con una administración a cargo del mariscal Ricardo Filangieri y que permanecía en guerra con los barones locales de Palestina y Chipre, dirigidos por Juan de Ibelin. El soberano titular de Jerusalén era Conrado, hijo de Federico II y la reina Yolanda; pero Conrado, aunque alcanzó la mayoría de edad, no fue a Oriente a reclamar su corona, lo que llevó a los barones a declararla confiscada y a derrocar a Filangieri, expulsándolo a Tiro. La Suprema Corte de Jerusalén designó como regenta a Alicia de Chipre, pero el reino estaba en realidad regido por una oligarquía de la nobleza por las armas franca. En Outremer no había universidad y no tenía otros eruditos u hombres de letras aparte de Guillermo de Tiro.
Acre se había transformado en un centro comercial con Constantinopla y Alejandría; el ingreso anual que aportaba Acre a los soberanos de Jerusalén se estimaba en 50.000 libras de plata. Buena parte del azúcar que se consumía en Europa se exportaba de Acre, con una gran variedad de productos exóticos que crearon un mercado de artículos de lujo en Occidente. A su vez, los 250.000 habitantes de Outremer proporcionaban un mercado para exportaciones europeas, como las capas y boinas de Champagne y el hierro, la madera, las telas y las pieles.
Francisco de Asís no desaprobó las cruzadas. Admiraba los valientes de Roncesvalles que describía la "Chanson de Roland", estimaba mártires aquellos que morían combatiendo al infiel, aceptaba la ventaja sobre Tierra Santa y especulaba que podía deducirse de los Evangelios que la cruzada era un acto de legítima réplica a la invasión de territorios.
Ricardo, conde de Cornwall, sobrino de Ricardo Corazón de León, hermano de Enrique III y cuñado de Conrado II, llegó a Tierra Santa. Había ganado reputación por su coraje y aptitud. Llegó con suficientes recursos y la plena autoridad concedida por el soberano quien, tras la muerte de la desdichada Yolanda de Jerusalén, se había casado con la princesa Isabella de Inglaterra.
Había un solo soberano europeo en posición de conducir una nueva cruzada y ese era Luis IX de Francia. Hijo de una madre metódica, Blanca de Castilla y casado con Margarita de Provenza, Luis había heredado el trono en su infancia, guardándolo gracias a la vigorosa regencia de su madre.
Recaudó el dinero de su expedición mediante un impuesto del veinte por cien sobre los recursos de la Iglesia y subvenciones de las ciudades. Como el puerto de Marsella se hallaba bajo el poder de Federico, Luis construyó una nueva salida al Mediterráneo, el puerto de Aigues Mortes. Desde allí embarcó a Tierra Santa el 25 de agosto de 1248. Se sumaron cruzados extranjeros, como Juan de Joinville, el senescal de Champagne.
La derrota del ejército de Luis en el delta del Nilo significó el fin de las ambiciones latinas de recuperar Jerusalén. Luis mandó la refortificación de las ciudades costeras de Acre, Jaffa, Cesarea y Sidón.
Bajo Gregorio X, entre aquellos que respaldaban una nueva cruzada, había amplio consenso en que no debía fundarse en una leva popular como se vio en la primera Cruzada -el passagium generale- sino, como proponía Gilbert de Tournais, en una fuerza expedicionaria de soldados profesionales, el pasagium particulare.
Los dos ríos, el de la piedad y el de la caballería.
El mallorquín Ramón Lull, poeta, místico, misionero y teórico de las Cruzadas, aunque inicialmente dubitativo, terminó aceptando que los cargos imputados a los Templarios eran verosímiles. Lull, como Felipe el Hermoso, estaba fanáticamente empeñado en la fusión de las dos hermandades.
Los caballeros del Grial en el "Parzival" de Wolfram von Eschenbach son descritos como Templarios, pero en su poema no hay ninguna evidencia de que él, un pobre caballero germánico, poseyera algún saber secreto del Temple, que en ese momento tenía pocas propiedades en Germania.
Andrew Ramsey, un jacobita escocés exiliado en Francia y que fuera director de la Gran Logia Francesa en la década de 1730, mantenía que los primeros masones habían sido picapedreros de los países cruzados, que habían aprendido los rituales secretos y alcanzado la sabiduría especial del mundo primitivo. En Germania otro exiliado escocés, George Frederick Johnson, fabricó un mito que transformaba los Templarios en profetas caballerescos ilustrados y sabios, que habían usado su estancia en Tierra Santa para recuperar los secretos profundos de Oriente y emanciparse de la credulidad católica medieval.
Diderot, en la entrada a las cruzadas de su "Enciclopedia", describe el Santo Sepulcro como <<un pedazo de roca que no vale una simple gota de sangre humana>>; para él, los cruzados estaban motivados por la codicia, la imbecilidad y un falso fervor. Según el filósofo escocés David Hume, constituyeron <<el más notable y duradero monumento a la locura humana que nunca haya aparecido en cualquier época o país>>.
A Runciman le indignaba el saqueo que los latinos hicieron de Constantinopla y expresó que nunca hubo un crimen a la humanidad mayor que la cuarta Cruzada. Para el historiador israelí Joshua Prawer, el reino de Jerusalén fue una temprana prueba del colonialismo europeo.
(Los Templarios)


Abécassis

Signum Solomonis. Firma de los templarios, una estrella de David inscrita dentro de una rosa de cinco pétalos.
Baucéant. Bandera negra y blanca de los templarios.
Grito de batalla. ¡A mí, Beau Sire! ¡Beaucéant al rescate!
(El tesoro del templo)


Robin

El siglo XIII es un siglo de cruzadas, de zorros frente a lobos.
Francisco de Asís va a Palestina a hablar de una divinidad a la cual enojan las multitudes y aburren las iglesias. Permanece algunos meses en aquella luz. Luego regresa a Europa, donde le precisan.
(El Bajísimo)


Markale

Reclusos. durante la Edad Media personas que por penitencia se encerraban bajo las celdas.

Juego del tejón dentro de la alforja. Practicado durante la Edad Media, era meter al adversario dentro de un saco.
(El hada Morgana)

Versión cisterciense de la Búsqueda, tradición de Gautier Map.
(Perceval el Galés)


Linder

Los soberanos ingleses y franceses cooperaron en las cruzadas. Pero, el año 1154, surgió el primer problema. El francés Enrique Plantagenet, del condado de Anjou, subió al trono de Inglaterra. Sin embargo, como consorte de Leonor, duquesa de Aquitania, Enrique se tramsformó en duque de la inmensa y rica región de la costa meridional de Francia, que era el ducado de Aquitania con su capital Burdeos. Como soberano, era su dueño, pero como duque seguía siendo súbdito de Francia. Aquitania se transformó en la manzana de la discordia entre Inglaterra y Francia. El año 1337, Eduardo III llegó a elevar su pretensión a la corona de Francia. Semejante pretensión no carecía de fundamento, por cuanto nueve años antes el Carlos IV había fallecido sin un heredero varón. Sus posibles sucesores eran Felipe de Valois y Eduardo III, el primero por ser primo del difunto soberano y el segundo por ser su yerno. El congreso optó por Felipe, porque había nacido en suelo galo. Felipe IV ocupó el ducado. La jugada de Eduardo III fue exhibir la artillería más pesada a su disposición y se proclamó soberano de Francia. Comenzó la Guerra de los Cien Años. En el antepuerto de la ciudad flamenca de Brujas, empezaron a batir a cañonazos la flota naval francesa inmovilizada; de doscientos navíos sólo quedaron cuarenta.
Jacques de Molay, el ultimo Gran Templario, acosado por Felipe el Hermoso, encarcelado en el castillo de Chinon y quemado en la hoguera por hereje brujo.


Townson

El año 1089, Guillermo el Rojo reclamó Normandía y fue ingenuamente asistido el año 1096 por el papa Urbano II, quien había hecho un llamamiento a la cruzada para recuperar Jerusalén. El hijo mayor de Guillermo, Roberto, quería acudir, pero carecía del dinero preciso y cedió en prenda Normandía a su hermano.
Roberto regresó de las Cruzadas y el año 1101 invadió Inglaterra, reclamando el trono. Decidido a recuperar Normandía, Enrique sale victorioso en la batalla de Tinchebray (1106), captura a Roberto y este pasará los ultimos veintiocho años de su vida prisionero de su hermano.
Ricardo Corazón de León (1189-1199) era totalmente francés, componía poesías en ese idioma y en su testamento expresó el deseo de que lo inhumaran en Poitou y que su corazón fuera enterrado en la catedral de Ruán, en Normandía. En cuanto se enteró de la victoria que había obtenido Saladino en Hattin, el año 1187, tomó la cruz y partió hacia Tierra Santa, en la tercera cruzada con Felipe Augusto, el año 1190. Ricardo actuó con particular fiereza y mató a los 2.700 rehenes de Acre, porque Saladino se estaba retrasando en pagar el rescate. Aunque no consiguió reconquistar Jerusalén, luchó con valentía, lo cual le valió el nombre de Corazón de León. Con los pactos de Jaffa, firmados por él el año 1192, los países cruzados consiguieron sobrevivir cien años. A la vuelta de las cruzadas cayó prisionero del duque de Austria, desde diciembre de 1192 a febrero de 1194. Mientras estaba en prisión, Juan regresó a Inglaterra desde Irlanda con un ejército personal y organizó una corte propia, aunque los barones de Ricardo contuvieron la rebelión. Ricardo fue liberado tras pagar un elevado rescate de 34 toneladas de oro, el triple de lo recaudado anualmente por la Corona. Falleció de un disparo de ballesta en el sitio de Chalus. Ricardo no tuvo hijos legítimos y las distintas secciones del territorio angevino votaron poderes políticos distintos.
Eduardo I (1272-1307) fue el primer soberano inglés desde el año 1066 con nombre inglés y de habla inglesa. Como Ricardo Corazón de León era de gran fuerza física, por lo que sus caballeros le apodaban <<el de las largas calzas>>. El año 1270, se enroló en las Cruzadas y se hizo famoso por exterminar la población de Nazaret.
Enrique I optó por acercarse a Foulques de Anjou, para proponerle el matrimonio de Matilde con Godofredo de Plantagenet, hijo y heredero de aquel. El año 1128, Matilde se casó con el joven, el cual tenía 14 años, primer paso de la apropiación angevina del territorio anglo-normando. El sobrino de Enrique, Esteban (1135-1154), se trasladó a Inglaterra desde Bolonia y fue coronado. Enrique, hijo de Godofredo y Matilde, consiguió expandir sus territorios de Normandía y Anjou, al casarse, el año 1152, con Leonor de Aquitania, divorciada de Luis VII. Y al fallecer Esteban, subió al trono. La dinastía angevina o Plantagenet reinó en Inglaterra de 1154 a 1485. Referencia al tallo de la retama, que Godofredo el Bello, conde de Anjou y padre de Enrique II, llevaba en el casco; denominación que comienza a utilizarse en 1450.
La Inglaterra de los Plantagenet estuvo dirigida por prelados como Herbert Walter, el cual actuaba en calidad de representante de la justicia, legado papal, arzobispo impuesto al rey Juan y virtual arquitecto de la Carta Magna.
El año 1086, la población ascendía a 1,5 millones de habitantes (estimación del "Domesday Book"). Para 1300, alcanzaba cuatro millones.
(Breve historia de Inglaterra)


Sardou

Luis IX había creado los Caballeros de Túnez, tras instituir la caballería de Geneste, mientras agonizaba víctima de la peste al pie de las murallas de Túnez, durante su segunda cruzada. Con aquel gesto el soberano de Francia había ungido a seis de sus mejores cruzados. Sus vidas habían sido escritas e iluminadas sobre vitela. Los seis legendarios compañeros de San Luis. Eudes de Bretaña, un gigante, fue quien cruzó los muros de la fortaleza de Mansurah; Simeon Lambal negoció en secreto la compra de la corona de espinas con los venecianos de Bizancio; Oreyac de Tolosa blandió el primer mangual a la salida de Aigües-Mortes; Daniel el Sabio secundaba a Luis bajo el roble de la justicia; Luis IX hacía justicia a la sombra de un roble del bosque de Vincennes; Ore de Saxe propició la evasión de mil cruzados, durante la primera cruzada del reino; Enguerran III de la Gran Cilla, el Caballero Azul.
El "Libro del Tiempo", una crónica legendaria sobre el Temple, de autor anónimo.
(La herejía)


Brown
El Priorato de Sión. Fascinación por la iconografía de la diosa, el paganismo, las divinidades femeninas y el desprecio por la Iglesia. La costumbre del Priorato de proseguir el culto a la diosa se funda con la creencia de que durante los primeros tiempos los representantes religiosos engañaron al mundo y propagaron mentiras que devaluaron lo femenino y decantaron la balanza a favor de lo masculino.
El Priorato de Sión lo fundó en Jerusalén el soberano francés Godofredo de Bouillon el año 1099, instantáneamente después de haber invadido la ciudad. Ese soberano tenía bajo su poder un secreto que había reservado su familia desde los tiempos de Jesús. Temeroso de que se perdiera a su muerte, fundó la hermandad secreta a la que encargó la misión de velar por él, tansmitiéndolo de una generación a otra. Durante sus años de Jerusalén el Priorato tuvo el acceso de una serie de documentos enterrados debajo de las ruinas del templo de Herodes, construido a su vez sobre las del templo de Salomón.
Para poder rescatar los papeles el Priorato creó un brazo armado, un grupo de nueve caballeros llamado la Hermandad de los Pobres Caballeros y del templo de Salomón, los Caballeros Templarios. La idea de la protección de los peregrinos era el disfraz bajo el que los templarios llevaban a cabo su misión. Los templarios estuvieron por los Santos Lugares durante la Segunda Cruzada. Aunque no recibían sueldo ninguno y hacían voto de pobreza informaron al rey Balduino que tenían menester de algún lugar donde guarecerse y le pidieron permiso para instalarse por los establos bajo las ruinas del templo. Creían que los documentos que buscaba el Priorato estaban enterrados bajo el Sanctasanctorum. Les había costado nueve años, pero al fin llegaron a la roca. Sacaron el tesoro del templo y regresaron a Europa, donde su influencia se acrecentó. El papa Inocencio II promulgó una insólita bula papal por la que se concedía a los caballeros un poder ilimitado, un ejército autónomo independiente de cualquier intrusión de soberanos o clérigos, de cualquier forma de poder político o religioso.
A comienzos del siglo XIV la autorización del Vaticano había permitido que amasaran tal poder, que el papa Clemente V con la colaboración del soberano francés Felipe IV ideó un ingenioso plan para neutralizar a los Caballeros del Temple y hacerse con sus tesoros, pasando a obtener el control sobre sus secretos. Con una maniobra bélica Clemente envió prescripciones selladas a todos sus soldados distribuidos por el territorio europeo, que no debían abrirse hasta el viernes 13 de octubre de 1307. Aquel día se apresó un gran numero de caballeros de la hermandad, se les torturó y fueron quemados acusados de herejes.
Pero los documentos los poseían los arquitectos a la sombra de los templarios, los miembros del Priorato de Sión. Se sacó una noche los documentos de la iglesia de París donde los escondían y los llevaron a unos barcos templarios anclados en La Rochelle. La serie de documentos, su poder y el secreto que manifiestan han pasado a llamarse con un nombre, el Sangreal. Los documentos del Sangreal son la mitad del tesoro del Santo Grial. Están enterrados con el propio Grial y manifiestan su verdaderos significado.
A finales del siglo VII, con el crimen de Dagoberto la dinastía merovingia prácticamente desapareció. Por suerte su hijo Sigeberto logró escapar secretamente al ataque y propagó el linaje, que incluyó a Godofredo de Bouillon.
(El Código Da Vinci)


Rubenstein

Alrededor del año 1000, un nuevo camino a Tierra Santa se abrió de improviso. Tras el ascenso al trono de Hungría de Esteban I, la ruta por tierra se hizo accesible.
La primera cuasi-cruzada tuvo lugar el año 1009. El califa de Egipto mandó destruir el Santo Sepulcro. Culpados los judíos, los detalles del pogromo proceden de dos fuentes; Rodolfus Glaber, "Histories" y Adémar de Chabannes, "Chronicon".
El conde Fulco Nerra de Anjou realizó tres peregrinaciones a Jerusalén, dos antes y una después de la destrucción del Sepulcro. El duque Roberto I de Normandía viajó como penitente el año 1034 y falleció durante el camino de regreso, teniendo un hijo bastardo de nombre Guillermo (más tarde <<el Conquistador>>) como heredero de su ducado. Las grandes peregrinaciones de los años 1026 y 1033, o la peregrinación fracasada del obispo Liberto de Cambrai, el año 1054, estaban formadas por grandes grupos, posiblemente miles de personas. La mayor y la más famosa de estas expediciones partió el año 1064, cuando miles de germanos se unieron, para visitar Tierra Santa, entre los cuales se hallaron Sigfrido de Maguncia y el formidable Gunter de Bamberg, con sus atributos episcopales. Creían que el 25 de marzo tendría lugar el Apocalipsis.
En la década de 1090, las plagas sobrenaturales fueron una manera de describir las cruzadas. Llegado el año 1130, la cruzada se había transformado en una imagen de las plagas del Viejo Testamento.
Urbano II iba a predicar publicamente la cruzada el 27 de noviembre de 1095, en un concilio eclesiástico que se celebraría en Clermont.
Habría que esperar un siglo hasta que los escritores latinos sintieran el menester de acuñar el término <<cruzada>>. Lo que apremió a los guerreros fue seguir el iter, <<el camino>>, una descripción inocua de una guerra que transformaría Europa.
El abad Balderico, quien participó en el concilio de Clermont, hacía rimar el término turco con la palabra latina para sucio, Turci spurci.
Otberto de Lieja contribuyó a financiar la cruzada de Godofredo de Bouillon.
Ademar, obispo de le Puy, había participado en la planificación de la cruzada, cuando Urbano II le había consultado, en agosto de 1095.
La iglesia de San Miguel de la Aguja, en le Puy, en el camino hacia el santuario de Santiago.
Raimundo de Saint-Gilles, conde de Toulouse, había prometido ir a Jerusalén. Era un poderoso, cuya autoridad condal se extendía al sur de Francia, la región llamada en la Edad Media Occitania.
Dos llamamientos a la cruzada se extendieron por Europa. La cruzada del norte era la de Pedro el Ermitaño, un movimiento violento, apocalíptico y acéfalo, que tenía sus raíces en la ilusión de la llegada del final de los tiempos y de una batalla inminente con el Anticristo, que tendría lugar en Jerusalén. En el sur, la cruzada de Urbano II era un asunto organizado con gran meticulosidad. Dependía de la participación de los príncipes y del reclutamiento de hombres entre las casas distinguidas y su entorno de caballeros. Las dos cruzadas hacían hincapié en el menester de liberar Jerusalén y el mensaje supo explorar y aprovechar las ilusiones proféticas y emociones similares.
En febrero del año 1096, el conde Fulco de Anjou se une a la expedición. Era un notable potentado, influyente, a quien se atribuía haber escrito una breve historia de su condado. Aunque prefirió permanecer en su tierra y preocuparse de su gente, que se enfrentaba a la consecuencia de una prolongada hambruna.
La avaricia o la mera ambición terrenal, motivos para unirse a la cruzada.
El líder cruzado cuyos motivos han semejado más mundanos era un gigante, uno de los hombres más altos del mundo. Su nombre era Marcos, pero cuando era niño, a su padre, Roberto Guiscardo, o Roberto <<el Astuto>>, duque de Puglia y de Calabria, le había dado por llamarle Bohemundo, nombre extraído de una leyenda que hablaba de un gigante.
Roberto de Normandía y Roberto, conde de Flandes, tomaron la cruz.
Godofredo de Bouillon era el hermano menor de Eustacio, conde de Boloña (quien también viajó a Jerusalén, pero en el séquito de Roberto de Flandes). Como el hijo menor, Godofredo no podía reivindicar ninguna de las posesiones de su familia. Por fortuna para él, a la edad de quince años había heredado las posesiones y el título de su tío, Godofredo el Jorobado, duque de la Baja Lotaringia. El jorobado Godofredo fue un aliado leal de Enrique IV en sus guerras con el papa Gregorio VII (pese a que su esposa, Matilde de Toscana, fuera una de las más firmes partidarias de Gregorio). En campaña cerca de Amberes, Godofredo el Jorobado fue herido y nombró heredero a su sobrino adolescente Godofredo. Se rumoreó que el que anduvo tras la muerte del Jorobado había sido Roberto el Frisón, conde de Flandes quien, diez años después de este crimen, peregrinaría a Jerusalén en penitencia por sus muchos crímenes y quien inspiraría a su hijo Roberto a unirse a Godofredo en la cruzada.
La fortuna del joven Godofredo sería efímera. Enrique IV de Alemania le confiscó su título ducal y las tierras que lo acompañaban y las concedió a su hijo de dos años, Conrado. Godofredo tuvo que contentarse con el título de marqués de Amberes. Permaneciendo fiel a la política de su tío, combatió con el papa en las filas del soberano alemán. Al final los dos llevaron la guerra hasta las puertas de los dominios de Gregorio VII, pusieron asedio a Roma los años 1083 y 1084 y sentaron en el trono pontificio a Clemente III, el antipapa estúpido. Al finalizar esta campaña, Enrique se autoproclamó soberano romano y ascendió a su hijo Conrado al trono de Alemania. Devolvió a Godofredo el título de duque de la Baja Lotaringia.
La iglesia más importante para Godofredo era la abadía de San Huberto, en lo que hoy es Bélgica, situada a unos cuarenta kilómetros al noroeste del castillo de Bouillon.
Forma arquitectónica redonda, la estructura de la iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.
Urbano II describía al obispo Otberto de Lieja como el abanderado del Anticristo y la mula de Satanás.
Godofredo decidió que debía visitar el auténtico Santo Sepulcro, en Jerusalén. Para financiar la enorme fortuna que costaba esta empresa acudió al obispo Otberto de Lieja. En un arreglo similar al firmado entre Roberto de Normandía y su hermano Guillermo, Godofredo entregó a Otberto el control sobre su castillo de Bouillon por la transferencia de mil trescientas libras de plata. A quien Urbano II había calificado de <<sumiso del Anticristo>> era el que hizo posible la cruzada del futuro soberano de Jerusalén.
El año 1099, Godofredo se haría cargo de la cruzada, pero el año 1096, quien tenía más posibilidades de hacerlo era Hugo de Vermandois, el general con el sobrenombre de <<Hugo el Grande>>, el hermano menor de Felipe de Francia. Pese a la vieja animosidad entre el soberano y el papa, Hugo quedó contagiado por la fiebre de la cruzada tras el concilio de Clermont. Es posible que ya, durante las Navidades del año 1095, hiciera planes provisionales para participar, puesto que en febrero de 1096, dirigía un concilio en París, en el que se debatieron los propósitos de la misión. Aunque su fortuna no igualaba la de Raimundo de Saint-Gilles, era miembro de la realeza y eso tenía un gran valor.
Una oca, cuya propietaria afirmaba que el ave le indicaba el camino de Jerusalén, aparece en las crónicas judías.
Acompañaban a Pedro el Ermitaño, Gualterio de Sansavoir y su pariente Gualterio de Poissy.
El historiador alemán del siglo XII Alberto de Aquisgrán.
Godofredo Burel, uno de los capitanes de infantería de Pedro.
Otro ejército, capitaneado por el sacerdote Gottschalk.
El ejército de Emico de Flonheim estaba bien financiado, gracias al botín que Emico había capturado y a la incorporación de destacados nobles a su cruzada, Tomás de Merle, Drogo de Nesle, Clarembaldo de Vendeuil y Guillermo de Melun, apodado <<el Carpintero>>, por la manera que cortaba en dos a sus enemigos, como si fueran un tronco de leña.
La compañía de Emico se reunió con Hugo de Vermandois, llamado Hugo el Grande, hermano de Felipe de Francia, el cual conducía un pequeño, pero rico ejército de caballeros.
El ejército de Hugo era probablemente una de las primeras y mejor organizadas huestes aristocráticas, que salieron de Francia en la fecha propuesta por Urbano II, el 15 de agosto de 1096. El ejército se dirigió a Bari, al sur de Italia, donde tenía la pretensión de hacerse a la mar con rumbo a Durazzo (Durrës, en la moderna Albania).
Los griegos apresaron a Hugo y a sus hombres y los escoltaron, sometidos a una estrecha vigilancia, hasta Constantinopla.
En octubre de 1096, los príncipes de Francia, Roberto de Normandía y Roberto de Flandes, se reunieron en Chartres con el primo de Roberto de Normandía, Esteban de Blois, un destacado y rico conde.
En el ejército de Esteban viajaba un capellán llamado Fulquerio de Chartres, el cual, alrededor del año 1102, comenzó a componer un libro titulado "Historia Hierosolymitana" (historia de Jerusalén).
Godofredo había salido de su tierra natal a la cabeza de un ejército de <<príncipes ilustres>>, según Alberto de Aquitania, aunque eran parientes de Godofredo o miembros de su casa. Uno de los más destacados era el hermano menor de Godofredo, Balduino. Se pusieron en marcha el 15 de agosto, la fecha oficial de salida, en la época que Hugo el Grande salía de Francia.
La extraordinaria fortuna de Raimundo de Saint-Gilles le permitió financiar un ejército mucho mayor que el de cualquiera de los otros príncipes. Teóricamente adscritos a la corona francesa, los peregrinos occitanos o provenzales de Raimundo formaban un grupo diferenciado en el seno del grueso ejército. Una característica distinguía a estos provenzales de sus compañeros cruzados, la insólita cantidad de hombres y mujeres pobres, que decidieron seguirles.
Además de algunos castellanos y príncipes provenzales, en el ejército de Raimundo viajaban varios destacados eclesiásticos, el legado pontificio, el obispo Ademar de le Puy y el obispo Guillermo de Orange. A la larga, el más importante e influyente sería un oscuro clérigo llamado Raimundo de Aguilers. Era un capellán perteneciente a la casa del conde Raimundo, el cual había desempeñado algún papel de escasa importancia en el diseño de los planes de salida. Raimundo pretendió controlar la historia escribiéndola. Recabó la ayuda del caballero Pons de Balazun y, alrededor del otoño del 1098, empezaron a escribir un libro, que lleva el sencillo título de "Liber".
El grito de guerra del conde Raimundo, <<¡Toulouse! ¡Toulouse!>>
Ana Comnena, "Alexiad", confirma que la política de Alejo fue la de seguir a los cruzados y en ocasiones enzarzarlos en pequeñas escaramuzas.
Tancredo, el sobrino de Bohemundo, llegó a Constantinopla con el resto del ejército italo-normando. Sus tropas se unieron a las de Godofredo, Hugo y Roberto de Flandes.
La primera batalla importante de la cruzada, el asedio de Nicea.
La referencia de las esculturas que cobran vida procede de una crónica de la cruzada, por el caballero Roberto de Clari, el cual describe las esculturas del Hipódromo, "La Conquista de Constantinopla".
El caballero Anselmo de Ribemont.
Un historiador contemporáneo, Raoul de Caen, el biógrafo de Tancredo.
La crónica de Hugo de Fleury.
Durante la ausencia de Balduino, su esposa Godehilda, de origen inglés, había fallecido de una enfermedad que circulaba entre los soldados. Que acompañara a Balduino en la cruzada y que le transfiriera el cuidado del ejército a través de Cilicia, permite intuir que mantenían un vínculo muy estrecho.
Durante el asedio de Antioquía (octubre de 1097-enero de 1098), la cruzada se transformó en una guerra santa.
El cronista Guiberto de Nogent.
Balderico de Bourgueil, un escritor urbano y mundano, nunca viajó a Oriente, pero fundó su crónica en testimonios presenciales.
El caballero Anselmo de Ribemont, un historiador epistolar.
El capellán de Balduino de Boulogne, el admirado historiador Fulquerio de Chartres.
Balduino terminaría su peregrinación a Jerusalén en diciembre de 1099 y unos meses más tarde se transformaría en el soberano de Jerusalén. Sin embargo, después de haber conspirado y manipulado hasta conseguir alzarse con el poder en Edesa, 1098, Balduino era un mandatario armenio. También se había apartado de la cruzada. Le correspondería a su hermano Godofredo hacer que se cumpliera el apocalipsis.
Ofrecer un tributo de cráneos era una de las costumbres de la diplomacia oriental, que los francos habían aprendido en el transcurso de la guerra.
El 4 de marzo, una flota inglesa cargada de provisiones llegó a San Simeón. El barco traía alimentos, madera y otros materiales de construcción y carpinteros y artesanos. En consecuencia, los francos podían ampliar el bloqueo de Antioquía.
La cruzada constituía una singular guerra religiosa, porque el guerrero luchaba con una unidad de propósito sólo concebible en la poesía épica. La cruzada era un fenómeno nuevo; ofrecía a los guerreros la manera de rescatar su alma a través del combate y era un nuevo tipo de guerra completa con su propio conjunto de reglas y su propio código moral.
Balderico de Bourgueil, un escritor de alrededor del año 1107.
Bohemundo, el genio diplomático y bélico residente de los cruzados.
El caballero Gouffier de Lastours, famoso por tener un león como animal de compañía.
El periodo aparentemente sin rumbo surgía de la crisis en curso entre los comandantes. Sin Ademar de le Puy no había nadie con la aptitud de unir las diferentes facciones regionales y de idiomas. Se estaba gestando una nueva disputa, surgida de la personalidad de cada uno de los príncipes y de las discrepancias cada vez más visibles entre los provenzales y los europeos del norte.
Se suponía que la Lanza Sagrada había pertenecido a uno de los soldados de Pilato.
La lanza se había transformado en una reliquia demasiado provenzal y en una herramienta política del conde Raimundo.
Desde Belén, Tancredo y sus hombres cabalgaron deprisa hacia la Ciudad Santa, adonde llegaron un poco antes que el grueso del ejército.
Tancredo, descendiente de Roberto Guiscardo, el padre de Bohemundo, ante cuyas amenazas Grecia temió.
La batalla empezó el 14 de julio de 1099. Por el norte, alrededor de la torre de Godofredo y a cubierto de las rocas que disparaban las catapultas, los francos maniobraron un inmenso ariete y lo colocaron en posición ante la muralla.
Al terminar el día, las tropas de Godofredo habían logrado derribar a golpe de ariete una sección de la muralla exterior de Jerusalén.
Letoldo, Engelberto, Bernardo o Godofredo y Tancredo se apoderaron de una sección de la muralla de Jerusalén cercana a la torre y consolidaron su posición.
Tancredo, tras entrar en Jerusalén, lanzó un asalto hacia la estructura más impresionante de la ciudad, la Cúpula de la Roca (donde había oído que podía encontrarse la mayor riqueza de Jerusalén) y, acto seguido, empezó a despojarla de todo su oro.
Mientras arreciaban los combates, Godofredo de Bouillon, un descendiente de Carlomagno, el candidato ideal para ostentar el título de Ultimo Soberano, se retiró del combate, se despojó de su armadura y salió de la ciudad con tres compañeros. Caminaron alrededor del perímetro de la ciudad. En el Santo Sepulcro Godofredo derramó unas lágrimas y rezó.
En las primeras fases de la batalla del 15 de julio, Raimundo concentró sus tropas en la ciudadela de la Torre de David, en el lado occidental de la ciudad. Empezó a almacenar en la torre las provisiones, armas y dinero que había conseguido saquear, como si se preparara para otra guerra, en esta ocasión con Tancredo o Godofredo, por el control de la ciudad.
El 22 de julio del año 1099, Godofredo aceptó la corona de Jerusalén.
Según la historia, Godofredo igualó la humildad de Raimundo, rechazando el título de soberano y prefiriendo mandar bajo la denominación de <<defensor del Santo Sepulcro>>. Venerable leyenda, por la que los franciscanos guardan la espada y las espuelas de Godofredo en Jerusalén.
Godofredo adoptó una solución de compromiso; aceptó el cargo y el título, pero se negó a llevar la corona.
Ida de Boulogne, la madre de Godofredo, había soñado con el sol. El sol semejaba descender de los cielos y se instalaba en su regazo; un auspicio de la buena fortuna que esperaba a sus hijos.
Arnulfo de Chocques, el capellán de Roberto de Normandía, fiscal ante Pedro Bartolomé y excéptico, dudaba de la Lanza Sagrada, había sido designado patriarca de Jerusalén.
Los normandos y los provenzales cantaron una nueva canción, que hablaba de la batalla de Jerusalén, acompañados por flautas, instrumentos de cuerda y gaitas.
Balduino, el hermano de Godofredo, y Bohemundo, el sobrino de Tancredo, fueron los príncipes cruzados que lograron hacer una carrera realmente larga e impresionante. Balduino fundó el primer país cruzado con sede en la ciudad de Edesa. Dos años más tarde, en el 1100, a la muerte de su hermano, reivindicó el trono de Jerusalén y se atrevió a autoproclamarse soberano de Jerusalén y detentó el poder desde el Templo de Salomón.
Tancredo, a partir del año 1100, tras el encarcelamiento de Bohemundo, asumió la regencia de Antioquía. Su eficaz administración contribuye a explicar por qué su tío abandonó Levante, para marchar a Europa. Tancredo falleció el año 1111, debido a su mala salud.
La primera cruzada fue un catalizador de las transformaciones sociales, intelectuales y económicas subsiguientes.
El siglo XII fue una época en la que surgió y se desarrolló una nueva fascinación por las cuestiones de psicología, de motivaciones y de la vida anímica interna.
Mientras el <<nuevo Israel>> de Carlomagno se centraba en su personalidad como un nuevo David, los cruzados tuvieron su David, Godofredo, hasta después de su llegada a la Tierra Prometida. Sus victorias pertenecían al pueblo en su totalidad y el pueblo fue alentado a celebrar este hecho, a ver la raza generosa y brillante cuyas victorias serían ensalzadas por docenas de cronistas de la cruzada.
Según Guiberto, el excesivo calor de Oriente hacía que la muerte de los hombres fuera más transitoria, menos estable y poco fija. Guillermo de Malmesbury mencionó la importancia del clima.
Tres historias de las cruzadas especialmente importantes. La "Gesta Francorum", o "La gesta de los francos" es un texto compuesto, varias historias reunidas por un autor anónimo, en el transcurso de la campaña. El segundo testimonio presencial fue escrito por un clérigo provenzal llamado Raimundo de Aguilers. Al comienzo cooperó con un caballero llamado Pons de Balazun, pero Pons falleció el año 1099 y Raimundo tuvo que escribir solo el texto. El tercer libro, identificado con el escritor lotaringio Alberto de Aquisgrán, tuvo acceso a crónicas de la cruzada.
Otras fuentes, Bartolfo de Nangis, Pedro Tudebode.
(Los ejércitos del cielo)


Flori

Ricardo Corazón de León contribuyó a forjar la ideología caballeresca y Leonor de Aquitania la noción de amor cortés, tal vez sin saberlo.
El lento movimiento de fondo que, en los planos político, teológico e ideológico, llevó a la cruzada a finales del siglo XI.
Sin Bohemundo Antioquía no habría sido tomada, probablemente el ejército habría sido exterminado y la primera cruzada habría terminado allí.
El cronista de Bohemundo de Antioquía, el Anónimo normando, autor de las "Gesta Francorum".
El difícil problema de las referencias entre las fuentes de las "Gestas" y Tudebode.
Los jóvenes caballeros errantes, exiliados o desheredados, pobres o segundones de las familias, protagonistas de epopeyas y romances que florecen en la naciente literatura francesa del siglo XII. Sólo por sus proezas guerreras se casan con una rica heredera o la hija de un soberano y adquieren por su valor señorío o reino. Este tipo de campeón expresa la aspiración de la caballería que nace en la segunda mitad del siglo XI.
Bohemundo es hijo de Roberto Guiscardo, de la saga familiar de los hijos de Tancredo de Hauteville.
Los guerreros normandos con sus incomparables navíos de guerra drekar. Plural dreki, evoca los dragones que adornaban la proa de los grandes navíos de guerra.
La unión more danico (a la manera danesa) permite a los duques mantener oficialmente una concubina vista como legítima con la esposa a quien les une un matrimonio de carácter esencialmente político. Para librarlos de las máculas, la Iglesia preconiza la peregrinación que, en los siglos X y XI desempeña ya un papel preponderante en la sensibilidad de los hombres. Jerusalén, más que Roma, atrae a su camino a numerosos peregrinos por vía terrestre o por mar.
Los normandos, encaminándose hacia el Santo Sepulcro, toman la vía Francigena, que les lleva a los santuarios de Roma, siguen la vía Apia y la vía Triana hacia Italia del Sur, donde pueden embarcar hacia Tierra Santa o atravesar el Adriático, entre Bari y Durazzo, para llegar a Constantinopla por la vía Egnatia y luego alcanzar Jerusalén por Anatolia y Siria.
Por los alrededores del año mil algunos peregrinos normandos, al regreso de Jerusalén, se dirigen al santuario dedicado al arcángel san Miguel en el monte Gargano.
Amado de Montecasino, "L´Ystoire de li Normant" (1080).
Guiscardo habría hecho a sus caballeros un verdadero discurso de cruzada incitándoles a vencer al soberano griego y liberar Jerusalén de los sarracenos. Precisaba seleccionar como jefe al mejor de la tierra; a su hijo Bohemundo. La liberación de Jerusalén exige meter en cintura al basileus.
La ideología de cruzada que impregna los ánimos en el siglo XII.
Dos cronistas del siglo XII, Guillermo de Malmesbury, "Gesta regum anglorum" y Pedro Bechin "Chronicon", canónigo de Saint-Martin de Tours.
El abad de Mont-Saint-Michel, Roberto de Torigny, "Gesta Normannorum Ducum", inserción a Guillermo de Jumièges.
Raúl de Caen, "Gesta Tancredi".
Durante el sitio de Amalfi los primeros cruzados se acercan a Apulia. En noviembre de 1066, en Clermont, Urbano II ha lanzado su llamada, reiterada durante una gran gira de propaganda por Francia, sobre todo al sur del Loira. Otros predicadores han inflamado también a la muchedumbre más al norte, especialmente Pedro el Ermitaño. Los normandos de Normandía han atendido también. Son numerosos entre los primeros contingentes que, pasando por Roma, llegan a Apulia para embarcar allí (como hacían antes los peregrinos) con el fin de ir a combatir con los turcos en Jerusalén. Bohemundo se siente atraído instantáneamente por el asunto. Hace de prisa sus preparativos y arrastra con él a gran numero de caballeros, que abandonan Apulia para invadir Jerusalén. Bohemundo entiende que la cruzada le abre nuevas perspectivas. Caballero sin tierra, en Oriente se permiten grandes ilusiones a ese valeroso cuadragenario, gigante rubio de ojos azules.
¿El autor anónimos de las "Gesta Francorum" es, como creen la mayoría de los historiadores de la cruzada, un caballero de Bohemundo? ¿O como sugiere Colin Morris, un clérigo de su ejército que compartía la afición de la aristocracia del ocio a las canciones de gesta? La versión definitiva fue difundida el año 1106 por el entorno de Bohemundo durante su gira de propaganda por la cruzada de Francia.
Podemos dudar de semejante espontaneidad del cruzado modelo. Algunos historiadores han discutido incluso a Bohemundo la sinceridad del cruzado.
Desde el mes de marzo de 1095, en Italia del Norte, Urbano II ha celebrado un concilio en Piacenza. Una embajada del basileus Alejo pidió allí al papa que instara al envío de mercenarios latinos para reforzar los ejércitos bizantinos en su lucha con los turcos. Esta petición sigue a varias cartas enviadas con igual propósito por el basileus a los príncipes de Occidente. La predicación de la cruzada es, en parte, consecuencia de esta petición. El concilio de Clermont, ocho meses más tarde, repercute en esta llamada; pero el papa la amplía haciendo hincapié en la liberación de Jerusalén como finalidad de la expedición, transformando su carácter y magnitud.
Poseemos tres misivas incitando a la cruzada, dirigidas a los flamencos, a los boloñeses y a los monjes de Valumbrosa en los Apeninos. También la carta del papa a los genoveses (septiembre de 1096), que sería la primera llamada destinada a los italianos.
Guillermo de Malmesbury atribuye un papel importante en el origen de la cruzada predicada por Urbano II en la Galia, en estrecho compromiso con Bohemundo.
Cuando los primeros ejércitos de cruzados, los de Gualterio Sin Haber y Pedro el Ermitaño, llegan a Constantinopla el 1 de agosto de 1096, encuentran allí ya reunidos algunos normandos del Sur (los longobardos).
Bohemundo, a la cabeza de su contingente normando, desembarca en Avlona el 1 de noviembre.
Los demás príncipes actúan de igual manera, lo que les lleva a hacer grandes sacrificios. Godofredo de Bouillon, para financiar su viaje, vende tierras y empeña por mil quinientas libras su fortaleza de Bouillon; Roberto de Normandía pone como prenda su ducado y recibe de su hermano diez mil marcos de plata. Raimundo de Saint-Gilles, conde de Toulouse, el más rico de los jefes cruzados, procede a diversas concesiones a las iglesias. Generalmente todos los cruzados -a excepción de los más pobres, que cuentan con la generosidad de los ricos- proceden a hacer concesiones, que son ventas o préstamos disfrazados.
La cruzada deriva muy cara. Se ha podido evaluarla, para un caballero de la primera cruzada, en cuatro o cinco cantidades su beneficio anual. Mucho más para los príncipes, que mantienen a la vez a sus sumisos, los caballeros de su mesnada, infantes y gran numero de criados. Este elevado coste lleva a la familia del cruzado a endeudarse, lo que aniquila la vieja tesis, según la que la cruzada habría sido una cómoda salida para los segundones sin tierra. Existían móviles ideológicos, incluso materiales.
En agosto de 1096, Bohemundo autoriza a Guillermo, su catapán de Bari, a vender o disponer de sus posesiones en esta ciudad, lo que podría ser indicio de una pretensión de obtener dinero para su partida.
Alberto de Aix evalúa los efectivos de las tropas reunidas por Bohemundo en diez mil jinetes y un gran numero de infantes, probablemente exagerado, como las estimaciones globales de la Edad Media. Igual ocurre con el efectivo total de la cruzada, cuyas cifras varían entre trescientos mil y seiscientos mil hombres. Tras un minucioso estudio de los numeros mencionados en las crónicas latinas de cruzada, admito como plausible un total de cien mil a ciento veinte mil participantes llegados a Constantinopla, y entre doce mil a quince mil caballeros. Una magnitud que subrayan todos los cronistas; la primera cruzada lanzó a los caminos inmensas multitudes.
La cruzada no nace ex-nihilo; es una culminación de la lenta formación de la idea de guerra santa a la que contribuyeron la paz divina y la Reconquista española; la cruzada tiene la aptitud de proporcionar el estatuto y la palma de los mártires. Es también una peregrinación por su propio destino. En Piacenza sólo era cuestión de favorecer el envío a Constantinopla de mercenarios latinos. Las recompensas materiales, salario, botín, invasión son perfectamente legítimos. En Clermont, Urbano II modificó esta ideología, haciendo hincapié en la liberación del Santo Sepulcro. Convierte una expedición de guerra santa a Oriente en una cruzada, una peregrinación. El cruzado penitente se distingue del caballero de la guerra santa. Bohemundo, aunque fue un cruzado sincero, semeja un cruzado-invasor y no un peregrino penitente.
Bohemundo va a vincularse con la dinastía Capeta al casarse con Constanza, hija de Felipe I, 1106.
La cruzada representa para Bohemundo una empresa guerrera que concilia afortunadamente el hambre de invasión de la caballería y el ideal de guerra santa predicado por la Iglesia. Esta fusión de los dos ideales, según Raúl de Caen, sedujo a Tancredo, el sobrino de Bohemundo.
Las pandillas alemanas peregrinas llegan a Constantinopla el 11 de agosto de 1096, conducidas por Pedro el Ermitaño, su carismático jefe, un visionario fanático que se afirma investido con una misión divina, ir a liberar el Santo Sepulcro. Alejo lo recibe con benevolencia y reconstituye su tesoro hurtado por el camino.
Las tropas de Bohemundo. Tancredo, el sobrino, Ricardo del Principado, primo de Bohemundo, Renuldo su hermano y el conde de Rosignolo y sus hermanos Hermann de Cannas y Onofre de Montescaglioso.
Tancredo es hijo de Odón <<el Buen Marqués>> y de Emma, hija de Roberto Guiscardo.
Godofredo de Bouillon ha sido avisado de que Alejo tenía prisioneros a Hugo de Vermandois, Drogon y Clarembault. El soberano corta los víveres a los cruzados y el 10 de enero de 1097 los ejércitos de Godofredo se libran de nuevo al saqueo.
Godofredo habría rechazado el ofrecimiento de Bohemundo. Las razones de su negativa son las de un cruzado-peregrino.
Godofredo, con su hermano Balduino de Bolonia tras él, acepta hacia el 20 de enero de 1097, un pacto con Alejo.
Raimundo de Saint-Gilles permanece dos semanas en Constantinopla tras su <<pacto de no-agresión>>.
Antes de la llegada de Bohemundo, los cruzados padecían una hambruna que hacía aumentar exageradamente el precio del pan.
Tancredo exige que le entreguen la tienda soberana en Nicea, llena de dinero por añadidura, como precio por su juramento. Jorge Paleólogo, indignado, se arroja sobre él a pesar de la intromisión de Alejo. Por su lado, Bohemundo contiene a su sobrino y le alecciona, no es conveniente mostrarse insolente con los íntimos del soberano.
Los cruzados abandonan Nicea y vuelven a ponerse en camino. El asedio ha durado más de siete semanas y ha costado la vida a numerosos cruzados, muertos en combate o de hambre.
La marcha hacia Antioquía durará cuatro meses, del 26 de junio al 22 de octubre, a través de la hostil Anatolia. Bohemundo con sus normandos va en vanguardia del inmenso ejército, acompañado por Tancredo, Roberto de Normandía, Esteban de Blois, Roberto de Flandes y el general Tatikios. El resto del ejército, dirigido por Raimundo de Toulouse, agrupa a los meridionales y a los lorenos.
Tamcredo debe ceder su lugar e inclinarse ante Balduino.
Balduino exigirá Edesa en principado, abril de 1098.
Antioquía cierra la puerta de Palestina. La ciudad está fortificada con gruesas y altas murallas provistas de más de trescientas torres. Tatikios sugería aguardar al ejército griego para sitiar la ciudad. Bohemundo se coloca al lado de Tatikios, frente a la opinión del conde de Toulouse que, sin embargo, prevaleció. Bohemundo es el primero en establecer su campamento cerca de la puerta de San Pablo, al nordeste, el 20 de octubre de 1097. Godofredo cae enfermo y el conde de Normandía también. Bohemundo toma la dirección de las operaciones con Roberto de Flandes. Raimundo de Saint-Gilles propone la creación de una <<cofradía>>, una confraternidad destinada a la gente del conde de Toulouse. La iniciativa del conde privaba a Bohemundo y a Tatikios de sus argumentos y fortalecía su prestigio y su influencia. Se advierten defecciones de pobres y de guerreros de todo rango, que huyen vergonzosamente. Las fuentes mencionan la del vizconde de Melun Guillermo el Carpintero, pariente de Hugo de Vermandois y oficial de palacio y la de Pedro el Ermitaño. Guillermo, alcanzado por Tancredo, es humillado publicamente y ha de jurar que no volverá a hacerlo, lo que no le impedirá huir. Infamante huida de Guido el Rojo, conde de Rochefort, íntimo de Felipe I, con cuya hija iba a casarse Bohemundo, 1106. En Antioquía la hambruna crece y hace que el precio de los víveres aumente.
La defección de Tatikios y su contingente griego fue de incalculables consecuencias. Una maniobra de Bohemundo para obtener la marcha de Tatikios confirma el clima de hostilidad y desconfianza que reinaba entre los príncipes y el representante del soberano. La partida arregla las cosas a Bohemundo sin debilitar realmente las fuerzas cruzadas, pues el contingente griego era mínimo, unos dos mil hombres. Balduino de Bolonia abandona el campamento con sus tropas, para apoderarse de Edesa. Se celebró un consejo reuniéndose alrededor de Ademar del Puy. Sabiendo que unos navíos ingleses han llegado al puerto de San Simeón, Raimundo de Saint-Gilles propone a los jefes acudir para atraer a los hombres precisos. Bohemundo se ofrece a acompañarles.
La pseudo-información del canibalismo de los cruzados.
En abril de 1098, Tancredo destaca de distintas maneras. Ofrece a los cruzados, que han construido un castillo ante la ultima puerta de Antioquía no vigilada, ocuparse con sus hombres de guarnecerla si le pagan cuatrocientos marcos (cien a cargo de Raimundo de Toulouse). Y captura un convoy que se disponía a avituallar la ciudad. Desde entonces, esta se halla realmente aislada por un bloqueo eficaz. El 25 de mayo, Bohemundo ofrece un pacto al consejo de los príncipes; que se conceda la ciudad a quien sepa tomarla de una manera u otra, por las armas o por la astucia. El 2 de mayo, Esteban de Blois, por cobardía o porque estaba enfermo, decide abandonar el campamento con su gente y se retira a Alejandreta, en la costa. La diplomacia de Bohemundo triunfa. El 3 de junio el normando es dueño de Antioquía.
A gran profundidad en la catedral de Antioquía, Pedro Bartolomé encuentra la Santa Lanza, en presencia del conde de Toulouse, el obispo de Orange, Pons de Balazun, Fernando de Thouars y Raimundo de Aguilers. Se pasa de la astucia muy humana de Bohemundo al milagro divino de la Invanción de la Santa Lanza por uno del conde de Saint-Gilles. Este salto cualitativo valoriza al clan provenzal y al conde de Toulouse.
Raimundo de Toulouse, sin embargo, no aprovechará plenamente su ventaja. Está de nuevo enfermo, como Ademar del Puy. Los cruzados han prometido obedecer a Bohemundo. Él es quien tendrá que velar por la custodia de la ciudad y tomar sus disposiciones para el combate.
Bohemundo se comporta como dueño de Antioquía. El 14 de julio, firma una carta por la que concede a los genoveses -cuyo papel marítimo es esencial- treinta casas, una iglesia y una plaza en la ciudad. Los genoveses se comprometen a avituallar y ayudar a la gente de Antioquía ante los que les ataquen <<a excepción del conde de Saint-Gilles>>.
Un canibalismo de supervivencia, sin sentido mágico o ritual ninguno.
Mientras Bohemundo pretende por la fuerza y la diplomacia hacerse dueño de la ciudad de Antioquía, los <<peregrinos>> marchan hacia Jerusalén. También Tancredo prosigue su viaje. Va a aprovecharlo, a comienzos de junio de 1099, para <<liberar>> Belén y apoderarse de la ciudad antes de emprender la invasión de Galilea. Tancredo, al igual que Balduino de Bolonia, actuaba como <<conquistador>> por cuenta propia.
Las fuentes ven en Tancredo un guerrero celoso de su independencia con respecto a Bohemundo, mucho más intransigente que él e inclinado a discutir su actitud, vista como demasiado tolerante, demasiado conciliadora con los griegos, demasiado política y no lo bastante cercana al pueblo llano peregrino.
La toma de Jerusalén el 15 de julio de 1099, y luego la victoria decisiva sobre el ejército egipcio cerca de Ascalón, el 12 de agosto.
Como Raúl de Caen, Alberto de Aix precisa que Tancredo es el primero que entra en la ciudad y se abalanza hacia la Cúpula de la Roca. Va más allá y lo muestra <<empujado por su codicia>>, apoderándose de los tesoros que contenía, oro y plata que recubrían los muros, respetando sólo un cuenco que contenía una preciosa reliquia, una urna de oro que albergaba la sangre sagrada (iba a excitar la imaginación de quienes vieran en él al Santo Grial). Raimundo de Toulouse, también empujado por su codicia, recibe grandes sumas de dinero ofrecidas como precio de su protección por los sarracenos que se habían refugiado en la torre de David, tomada por él. Otros sarracenos con igual propósito se habían atrincherado en el tejado de la mezquita. Tancredo les había entregado su estandarte en señal de protección. Pero allí, numerosos cruzados indignados ante aquella promesa los masacraron. La codicia los impulsó a protegerlos por la entrega de fuertes sumas de dinero.
La cuestión de la designación de un patriarca latino de Jerusalén es una prueba de la clara aceptación de la ruptura con Bizancio por unos territorios que, desde el siglo VII, ya no pertenecen a Bizancio. La cuestión de la designación de un soberano refleja idéntica voluntad de constituir en Tierra Santa unos poderes políticos latinos laicos independientes de Bizancio. Los clérigos se oponen al nombramiento de un soberano. El consejo de jefes que se celebró el 22 de julio desemboca en el nombramiento de Godofredo de Bouillon. Príncipe de la ciudad, o primero, princeps civitatis. Y se designa patriarca a Arnulfo. Según Raimundo de Aguilers, el consejo ofreció primero la corona a Raimundo de Saint-Gilles. Godofredo acepta el mando de la ciudad sin referencias al título de soberano, por razones que dependen a la vez de su real humildad, de su voluntad de concesión al poder de los clérigos y de la tensión escatológica que existe en aquel momento. Raimundo de Toulouse, enconado decide, hacia finales de agosto de 1099, abandonar la región por otras tierras que ambiciona, entre Jerusalén y Antioquía. Roberto de Normandía y Roberto de Flandes acompañan a Raimundo en su marcha. Godofredo sólo puede contar en Jerusalén con sus magras tropas y las de Tancredo, el cual se instala en Galilea.
Un elemento modifica los datos del conflicto; la llegada de Daimberto de Pisa, partidario de la reforma gregoriana y de la guerra santa, cercano a Bohemundo.
Daimberto de Pisa desembarca en septiembre de 1099, a la cabeza de una flota pisana y genovesa. Con su ayuda, Bohemundo se apodera de la ciudad de Laodicea, ciudad creyente, perseguida por el odio y la codicia de Bohemundo. Atacar a los heréticos era, para Daimberto, un acto loable. Bohemundo se ve obligado a abandonar el asedio. Los tres condes entran en la ciudad con las banderas desplegadas.
Bohemundo decide acompañar a Daimberto a Jerusalén. Al tomar la cruz, Bohemundo entraba en la categoría de los <<peregrinos>> y debía ir hasta el Sepulcro. También Balduino, por idéntica razón.
Daimberto sabe que el nombramiento de Arnulfo de Choques no es válida en el plano canónico. Balduino, hermano de Godofredo, puede esperar obtener la herencia de su hermano, algo que se producirá, en efecto. Por lo que a Bohemundo se refiere, su apoyo a Daimberto puede valerle el reconocimiento oficial por la Iglesia latina del principado de Antioquía, que él está constituyendo. Daimberto es elevado a la dignidad del patriarcado, en lugar de Arnulfo, depuesto.
Godofredo, víctima de la peste, expira el 18 de julio.
A finales del mes de julio, a una llamada del gobernador armenio Gabriel de Melitene, Bohemundo acude en su ayuda frente al emir danisméndida. Cae en una emboscada. Hacia el 15 de agosto, es apresado en compañía de Ricardo de Salerno. Su cautividad durará tres años.
Es Daimberto quien, en Belén, el día de navidad del año 1100, corona a Balduino soberano de Jerusalén. Esta vez es una coronación real, con diadema y título de soberano; pero al escoger Belén, Balduino elude recibir la corona en Jerusalén.
Temas caballerescos. Tema del socorro a las <<doncellas desconsoladas>>, tema de la proeza; motivo del desafío en singular combate; tema de la prestación a la dama, recurso a la generosidad de los príncipes para con los buenos caballeros; disfrutar con la deliciosa carne de cerdo, elemento cómico también presente a menudo en la epopeya; ofrecer tesoros de gran valor, tema de la justa remuneración de la proeza caballeresca y del enriquecimiento posible en el combate con los infieles.
Anna Comneno añade a la leyenda de Bohemundo un curioso episodio con respecto a su viaje de regreso hacia Italia del Sur. Para eludir la vigilancia de los oficiales bizantinos, Bohemundo habría hecho correr por Antioquía el rumor de su muerte. Allí se prepara ostensiblemente un ataúd, se le coloca en un birrete para llevarlo a Apulia y sus compañeros de viaje se deshacen en cada puerto en fúnebres lamentos. En el mar, Bohemundo sale de su ataúd para respirar aire puro; pero al acercarse a los puertos vuelve a él. Para descartar cualquier sospecha, se ha colocado con él un gallo estrangulado; desprende un olor infecto que semeja proceder del cuerpo del normando.
Pascual II confiere a Bohemundo el vexillum sancti Petri (el estandarte de san Pedro) en señal de aprobación pontificia a la futura cruzada y hace que Bruno de Segni le acompañe para predicar en Occidente, especialmente en Francia.
Según Orderico Vital, Bohemundo llega a Francia en febrero o marzo de 1106. Ha enviado un mensaje al soberano de Inglaterra Enrique I, para avisarle de su próxima llegada y pedir ser recibido en su corte.
A Bohemundo le gustaba mucho relatar en publico sus aventuras. De las que se compusieron los miraculum transcritos.
En el lindero del siglo XII se inicia el florecimiento social e ideológico de la caballería.
Bohemundo obtiene de Felipe I, para Tancredo, la mano de Cecilia, hija adulterina de Felipe y de Bertrada de Montfort, y para él la de Constanza, hija legítima de Felipe y de Berta de Holanda.
Tras su gira triunfal por Francia, Bohemundo se prepara a invadir las tierras bizantinas, primer propósito de la cruzada que lleva a cabo para socorrer su principado de Antioquía.
Regresando con su mujer Constanza y un importante ejército de caballeros a sus tierras de Apulia, en agosto de 1106, Bohemundo consagra el año siguiente a terminar la construcción de su flota en Brindisi. Embarca en Brindisi el 9 de octubre con una flota que el cronista anónimo de Bari evalúa en doscientos barcos pequeños y treinta galeras, que transportan a su costa treinta y cuatro mil hombres, caballeros e infantes mezclados. Podemos identificar a Guido, hermanastro de Bohemundo, a Hugo de Puiset, vizconde de Chartres, quien le sucedió, a Guillermo Claret.
El pacto terminado en Durazzo, llamado <<pacto de Deabolis>> (o de Devol) es un documento entregado por Bohemundo y firmado por los participantes; Bohemundo habría recibido una crisobula firmada por el soberano, de igual cariz. Bohemundo garantizó paz y fidelidad y Alejo que permitiría pasar a los peregrinos.
Balduino de Bourcq, capturado por Bohemundo, fue liberado el año 1108 sin ninguna ayuda por parte de Tancredo. Sólo recobró Edesa tras un largo conflicto con él y Ricardo del Principado. Su reconciliación fue impuesta por Balduino I el año 1110, a quien sucederá el año 1118 en el trono de Jerusalén.
Como él, los siete príncipes de Antioquía se llaman Bohemundo, hasta Bohemundo VII, muerto sin heredero el año 1287, a quien sucedió su hermana Lucía. Pero Antioquía cae el año 1268 y los Latinos desaparecen tras la caída de Acre, 1291.
(Bohemundo)


Tyerman

La primera llamada a las armas, para la reconquista de Jerusalén, lanzada por Urbano II, el año 1095.
Steven Runciman, "Historia de las Cruzadas", publicada en tres volúmenes, entre 1951 y 1954.
La historia del episodio de la Primera Cruzada y el rescate de Jerusalén (1095-1099), se cimenta en una costumbre historiográfica del siglo XII, extraordinariamente limitada.
El año 1084, Enrique IV invadió y capturó Roma, obligando a Gregorio VII a buscar refugio con los normandos del sur de Italia. El contexto de la Primera Cruzada se halla en este conflicto, puesto que Urbano II quería utilizar la movilización de esta expedición como tapadera, para recuperar la posición del papa en Italia y demostrar su liderazgo, independiente de los soberanos laicos. El año 1095, el lema de las reformas papales, <<libertas ecclesiae>>, <<derechos y libertad de la iglesia>>, constituía el atractivo de la convocatoria.
Enrique II, el primero de los soberanos ingleses de la casa de Anjou (Anjou constituía su patrimonio), poseía más territorios franceses que su supuesto soberano francés, Luis VII; Normandía, Maine, Anjou, Turena, Bretaña, Poitou, el ducado de Aquitania, el Lemosín, Gasconia y partes de Auvernia, además de reivindicaciones insatisfechas sobre zonas del Languedoc. Estas posesiones francesas fueron transmitidas a su hijo Ricardo I, hecho que hizo que las referencias con su compañero en la Tercera Cruzada (1190-1191), Felipe de Francia fueran, cuando menos, delicadas.
Formado en el siglo X, a partir de las invasiones de los soberanos de Wessex de los territorios vecinos del norte, Inglaterra desarrolló un sistema político, en el cual la justicia publica, la moneda, los mercados, los impuestos y la defensa, descansaban en la autoridad real, igual que el control de la iglesia. Empleados locales, una burocracia relativamente eficaz y sofisticada y un denso patrón de patrocinios, mediaban la autoridad del soberano.
A partir del siglo XII, las cruzadas proporcionaron a los escandinavos la útil combinación de guerra legítima y de ideología de supremacía y colonialismo, que les permitiría expander sus intereses hacia el este, los daneses hacia Estonia y los suecos hacia Finlandia.
Tancredo (muerto el año 1112), sobrino-nieto del saqueador normando Roberto Guiscardo, se alzó desde su nobleza sin tierra a la posición de príncipe de Antioquía.
Tras fracasar en las carreras de clérigo y de noble anglonormando, Balduino de Boulogne (muerto el año 1118) utilizó sus pericias bélicas de general, para instalarse como soberano de Edesa, antes de asumir la corona de Jerusalén.
La imagen en cera, en pintura, escultura, vitrales, poesía y efigies funerarias del caballero armado, se transformó en la representación icónica establecida de la aristocracia bélica.
Los posteriores arcos largos, long bow.
La coacción, la lealtad, los incentivos económicos y el idealismo, reunían los ejércitos medievales. El estamento de los caballeros abastecía habitualmente los tres primeros. En las cruzadas, también proveyó el cuarto.
En un famoso pasaje, Raimundo de Aguilers, capellán de Raimundo IV, conde de Tolosa -uno de los jefes de la Primera Cruzada, el cual fue testigo de la caída de Jerusalén, el año 1099-, describió la masacre desencadenada en el Templo de la Montaña.
Pacto entre la abadía germana de Göttweig y Wolkfer de Kuffern, quien había decidido unirse a la marcha hacia Jerusalén, el año 1096.
El comitatus (warband, banda de guerreros dependientes).
La "Chanson d´Antioche", poema del siglo XII sobre la Primera Cruzada.
Foulques Nerra (el Negro), conde de Anjou, salpicó su sangrienta carrera de engrandecimiento teritorial en el valle del Loire, con el paso del milenio, con tres peregrinajes a Jerusalén.
Los movimientos de la Paz y la Tregua Divinas, por esporádicos, locales, regionales e inútiles que fueran suministraron, si no un modelo para el laicado, un patrón para el clero, que influyó de forma directa en el comienzo de la Primera Cruzada. El papel del caballero se formulaba en unos términos muy positivos, en calidad de protector de la paz, en especial, de la iglesia y sus intereses.
Las bandas callejeras de Milán, los patarinos, implicados en una lucha violenta y prolongada por la erradicación de los abusos clericales, las décadas de 1060 y 1070.
La movilidad de la aristocracia del ocio del siglo XI y el ágil arribismo ocasional, que alimentó la Primera Cruzada.
En una atmósfera estridente de pasiones, carnalidades, belicismo y piedad, se nutrió la mentalidad de los combatientes del año 196, añadiendo al embriagador brebaje del hedonismo, la brutalidad, la culpa, la obligación, el ánimo y el remordimiento.
La Primera Cruzada se desarrolló en un tiempo de transformaciones de fortuna a lo largo de las fronteras, lo cual brindó la ocasión de reflexionar en campañas agresivas.
Muchos aspectos de la guerra santa de Reconquista en la Península Ibérica, fueron consecuencia de la Primera Cruzada y no a la inversa.
Glaber, un benedictino de Cluny, con un interés prolongado y directo en el fomento del peregrinaje, salpicó sus crónicas con relatos de peregrinaciones a Jerusalén -que temía habrían sido maltratados, como mero accesorio a la moda, por aquellos que buscaban prestigio, en lugar de penitencia-.
La versión derivada de las crónicas contemporáneas, que reflejaban las experiencias y puntos de vista de los contingentes y los comentaristas de la zona del norte y el sur de Francia, combinadas con un punto de vista característico de la Lorena, describe una serie de ejércitos, que partió desde Occidente, entre la primavera y el otoño del año 1096, como réplicas explosivas a la inspiradora y novedosa prédica de Urbano II. El lugar señalado para el encuentro era Constantinopla, a la que todos habían llegado a finales de mayo de 1097. Los ejércitos de la cruzada, con disciplina, pericia, contactos diplomáticos y presupuesto económico, estaban capitaneados por los duques de la baja Lorena y Normandía, los condes de Tolosa, Boulogne, Flandes y Blois, los hermanos del soberano de Francia y el conde de Apulia y acompañados por destacados eclesiásticos, un nutrido grupo de caballeros, dependientes y libres y los acompañantes de los ejércitos y peregrinos con subvención.
Con la ayuda financiera de Bizancio, tras el extraordinario sitio de Antioquía (de octubre de 1097 a junio de 1098), con numerosas deserciones, tras discusiones internas sobre la primacía y la distribución de la tierra, los dirigentes se unieron a la marcha final, que bajó por Palestina, en mayo de 1099, hasta llegar a Jerusalén, el 7 de junio. Después de un asedio desesperado, en la aridez del pleno verano, la ciudad fue asaltada de forma sangrienta el 15 de julio y su ocupación se vio confirmada por una victoria inesperada en Ascalón, al cabo de un mes. Plantaron una guarnición en Jerusalén, bajo el mando de Godofredo de Bouillon y el grueso de las tropas, con sus promesas cumplidas, regresó a casa, la mayoría por vía marítima.
Flotas occidentales de genoveses y de angli (ingleses) se unieron al <<gran movimiento>> (motio valida).
Urbano II había expuesto su programa oriental a Raimundo IV de Saint-Gilles, conde de Tolosa, un veterano de las guerras en la península Ibérica, y a Ademar de Monteil, obispo de Le Puy, los dos personajes centrales de la expedición; también al obispo de Cahors, al arzobispo de Lyon, al abad de Cluny y a Daimberto, arzobispo de Pisa, el cual, años más tarde, fuera patriarca de Jerusalén, después de su reconquista, el año 1099.
El chismoso escritor inglés Guillermo de Malesbury, "Gesta Regum Anglorum".
Símbolos característicos del peregrinaje, el cendal, la burjaca y el bordón.
La Jerusalén del siglo XI aludía a una ciudad terrenal e ideal. Se mantenía como metáfora, <<la Ciudad Santa, la celestial Jerusalén>>, según rezaba un documento de la realeza inglesa, datado el año 1093. Su alejamiento -loca remotíssima- y su vinculación, garantizaron a la ciudad su posición como el más meritorio propósito de peregrinaje.
El uso de la cruz como estandarte bélico, enseña personal y símbolo místico; en parte reliquia, en parte tótem y en parte uniforme.
Como los centros religiosos eran poseedores de lingotes y dinero, los monasterios actuaron como la banca de la Primera Cruzada. Los santos guerreros deseaban ser objeto de sus plegarias y también poder utilizar su capital. El gasto financiero de la expedición, para cada terrateniente, aumentaba su cosecha anual, sobre todo, si se tiene en cuenta que, a mediados de la década de 1090, se atravesó una depresión agrícola.
El legado pontificio destinado a las provincias anglo-normandas, el abad de Saint-Béugue, en Dijon, negoció a comienzos del año 1096, un pacto entre Guillermo II de Inglaterra y su hermano, el duque Roberto de Normandía, en virtud del cual Roberto entregaba en garantía su ducado a Guillermo, durante tres años, en pago por diez mil marcos de plata; era una cifra enorme, que equivalía a un cuarto de los ingresos de la realeza, de los que se podía disponer a través de grandes tributos sobre las tierras. Este impopular gravamen hizo saber de la cruzada.
Doce meses después de Clermont, abandonaron sus casas y marcharon hacia Oriente, entre setenta y ochenta mil personas. Los cruzados venían de una amplia extensión, de Dordoña hasta Flandes. El castellano, el patrón o el conde eran capitales en el crecimiento del campo, los <<de mejor categoría>> (meliores), como indicó un investigador genovés; fueron a la cabeza de las ciudades y las capitales. Godofredo de Bouillon obtuvo mil piezas de plata, al extorsionar a las comunidades judías establecidas en Colonia y Maguncia.
El conde Roger de Foix partió felizmente hacia Palestina, a finales de abril de 1095. El peregrinaje del normando Odardo coincidió con la cruzada.
Un cruzado empezaba su viaje con pérdidas de capital, al transformar la propiedad de tierras en dinero y pertrechos bélicos.
Los caballeros aprovecharon la ocasión que les brindaba la expedición de Jerusalén, para resolver disputas pendientes con monasterios de la localidad, algunos de los cuales habían sido perseguidos con un salvajismo notable; lo que hicieron Bertrand de Moncontour y Nivelo de Fréteval en el norte de Francia, o los castellanos de Mezenc en el sur, cuya crueldad con los aldeanos locales sorprendió al endurecido Ademar de Le Puy quien, sin embargo, los absolvió con tal que realizasen el viaje a Jerusalén.
Es costoso reconciliar la historia del siglo XI con la idea de que miles de poderosos notables armados sufrieran extenuantes complejos de culpa que, de repente, estallaban en una crisis.
Siendo en parte evangélico, político y una búsqueda de la liberación y la renovación personal, el llamamiento a Jerusalén alcanzó el éxito, porque atrapó la imaginación de una sociedad que no estaba preparada para llevarlo a cabo, pero contaba con el equipamiento psicológico y material, para replicar a esa llamada.
Los aprovechados de buenos contactos, como Tancredo, el cual fue permutando sus apoyos con su tío Bohemundo, con Raimundo de Tolosa y con Godofredo de Bouillon.
De manera paradójica, el primer mandatario occidental que partió hacia Jerusalén fue el hermano del soberano, al cual Urbano II había excomulgado en Clermont. Hugo, conde de Vermandois, era el hermano menor de Felipe I el Gordo. Sin más distinción que la de su sangre, Hugo incluyó al condestable del soberano (Walo de Chaumont-en-Vexin) y su senescal (Gilberto de Garlande).
Su viaje estaba cuidadosamente planeado. Antes de partir, probablemente a finales de agosto, escribió a Alejo I, para informarle del itinerario que preveía recorrer.
El flujo de peregrinos devino una avalancha, acentuada por la extraordinaria cosecha del otoño de 1096.
Poco antes de la Navidad de 1096, Godofredo de Bouillon, duque de la Baja Lorena, llegó a la capital griega con un ejército notable, venido de Lotaringia y los Países Bajos. Demostró ser un huésped extraño. Era el hermano menor del acaudalado conde Eustaquio III de Boulogne y su carrera había prosperado tras tomar partido por Enrique IV. Aunque antes de partir había acuñado monedas con la inscripción <<Godefridus Ierosolimitanus>>, nunca renunció a su ducado, ni siquiera tras ser nombrado, el año 1099, gobernador de un enclave en Palestina. Con él estaban dos de los futuros soberanos de Jerusalén; su hermano menor, Balduino, de carácter ambicioso, y su primo de idéntico nombre, Balduino de Le Bourcq. También le acompañaban los condes de Toul y Hainaut (o Hainault); otros parientes, Enrique y Godofredo de Esch y más de un centenar de caballeros adicionales.
El mote de Bohemundo aludía a un gigante legendario.
El ultimo ejército en alcanzar la capital bizantina incluía los contingentes dirigidos por Roberto de Normandía y su cuñado Esteban de Blois. Habían viajado con el conde Roberto de Flandes cuyo padre, Roberto I el Frisio, tras haber emprendido un peregrinaje a Jerusalén había luchado, para Alejo, antes del año 1090. El abuelo de Roberto II de Normandía, Roberto I el Diablo (o el Magnífico, según el gusto de las fuentes), había fallecido durante su peregrinaje a Jerusalén, el año 1035; su padre fue Guillermo el Conquistador. Roberto era un político incapaz, pero un jefe eficiente. Con el apoyo de los diez mil marcos aportados por su hermano menor, Guillermo II Rufo, soberano de Inglaterra, Roberto era el jefe de una fuerza sustancial de nobles anglo-normandos, incluidos varios representantes de las familias de Montgomery, Grandmesnil, Gournay y Percy. Es probable que Eustaquio III de Boulogne, hermano mayor de Godofredo de Bouillon y Balduino y propietario de muchas tierras en Inglaterra, viajara con él. En Italia, algunos emigrados normandos, como Roger de Barneville, se unieron a su dueño ancestral.
El duque Roberto adquirió una fama brillante en las cruzadas, al protagonizar papeles de importancia crucial en los enfrentamientos de Dorilea (julio de 1097), Antioquía, Jerusalén y Ascalón (agosto de 1099). Esta reputación es opuesta a su carrera política, totalmente desastrosa, que terminó con veintiocho años de prisión (1106-1134), impuestos por su hermano menor, el soberano Enrique I de Inglaterra.
Distintos grados de legitimidad en el control.
Godofredo de Bouillon fue atacado y herido por un oso.
El asedio de Antioquía, que se prolongó de octubre de 1097 a junio de 1098, fue celebrado en verso, prosa y canto, conmemorado en piedra y vidrio, como episodio central de prueba y valentía en la épica romántica de la Primera Cruzada.
Para solventar la crisis de enero de 1098, Raimundo de Tolosa pagó quinientos marcos al fondo común, destinados a que los caballeros renovaran sus monturas. Estas disposiciones hicieron hincapié en la particular identidad corporativa, que había crecido durante la crisis y a través de las experiencias compartidas.
En una reunión de crisis del alto mando, el 29 de mayo de 1098, se volvió a encomendar la dirección a Bohemundo.
De la crisis extrema emergió la política visionaria, que caracterizó el resto de la campaña hasta la toma de Jerusalén.
La importancia de lo milagroso, atestiguada por la correspondencia de los cruzados, no radica sino en el poder de transformación que habita en lo que se percibe como trascendente.
El 8 de julio de 1099, los cruzados pasearon descalzos alrededor de las murallas de Jerusalén, haciendo caso omiso de las burlas de la población local. Al completar el recorrido, la hueste recibió una arenga en el Monte de los Olivos. Hablaron Raimundo de Aguilers por los provenzales; Arnulfo de Chocques, el capellán del duque de Normandía y Pedro el Ermitaño, bajo el mecenazgo de Godofredo de Bouillon y los loreneses. El conde Raimundo y Tancredo se reconciliaron publicamente.
El asalto final de Jerusalén comenzó el 13 de julio, de forma desesperada. Se lanzaron ataques en dos frentes. Por un lado, los provenzales, en el estrecho paño de muralla, que se alzaba al lado de la Puerta de Sión, en el sur; y por el otro bando del norte, Godofredo de Bouillon, Roberto de Normandía, Roberto de Flandes y Tancredo. Fueron erosionando las defensas con una táctica centrada en acercar la torre de asalto a la muralla. Los defensores utilizaron catapultas. Se mantenía contacto entre los dos grupos de asalto, mediante emisores de señales, que empleaban reflectores. Los hermanos Ludolfo y Enguelberto de Tournai arrojaron planchas de acceso desde la plataforma.
La ciudad sufrió un pillaje exhaustivo. Oro, plata, caballos, alimentos, el contenido doméstico de las casas, fue saqueado con la minuciosidad de los pillajes medievales.
El 22 de junio, Raimundo de Tolosa rechazó una oferta de vestir la corona de Jerusalén, tal vez por sugerencia clerical. Pero entonces tuvo que ver cómo su rival, Godofredo de Bouillon, era elevado como soberano secular de la ciudad con el título de advocatus (lo cual implicaba autoridad eclesiástica).
La expedición de la Primera Cruzada formaba parte de la apertura del Mediterráneo oriental a los aventureros, mercaderes, peregrinos y mercenarios de Occidente.
Una incursión de socorro occidental, imponente, aunque infructuosa, la Segunda Cruzada.
El escapismo, el exotismo y las ocasiones de una Palestina colonial. El peregrinaje a Jerusalén se había transformado casi en una obligación, una costumbre de masas, para los fieles europeos.
La secta del Hospital de San Juan -los hospitalarios-, reconocida el año 1113, aunque asumió propósitos marciales, nunca perdió su obligación de cuidar a los débiles y enfermos, en su mayoría visitantes. La secta del Templo de Salomón -los templarios- se inició hacia el año 1120, como fraternidad entregada a la vigilancia y protección de las rutas de peregrinaje a Jerusalén.
Aunque seguía partiendo una corriente de occidentales, que se encaminaban a Oriente -en las ciudades marítimas de Italia, tras embarcar otra flota genovesa, el año 1100-, la expedición del año 1101 constituyó una operación independiente. El reclutamiento se desarrolló en un contexto en el que los combatientes eran ya plenamente conscientes de que Jerusalén estaba en manos de los occidentales.
El desfile de mandatarios seculares incluía veteranos avergonzados, como Esteban de Blois y Hugo de Vermandois; a Guillermo IX, duque de Aquitania; el conde de Nevers; el duque Odón y el conde Esteban de Borgoña; Güelfo IV, duque de Baviera; y Conrado, condestable de Enrique IV de Germania.
El rescate occidental abarcaba una estrecha franja de Tierra en Judea y Samaria, que discurría a lo largo de la orilla oeste del río Jordán, desde el mar de Galilea al Mar Muerto, que incluía Tiberíades, Nablús, Jerusalén, Belén y Hebrón, que estaba unida al mar por un cuello de tierra, que rodeaba el camino de la Ciudad Santa. El naciente reino de Jerusalén, conducido por Godofredo de Bouillon, con la ayuda de Tancredo de Lecce.
Pisanos, genoveses y venecianos lograron un acceso aventajado a los puertos y los mercados y recibieron extensas propiedades y derechos de jurisdicción sobre sus propios ciudadanos, lo cual les permitiría crear zonas más o menos inmunes en las ciudades en las que los mercaderes podían comerciar. Tal fue la importancia de los genoveses en la creación del reino de Jerusalén, bajo su primer soberano, Balduino I.
Los genoveses privatizaron sus posesiones, entregando los beneficios a la familia Embriaco, mientras los venecianos transfirieron las posesiones rurales a los Contarini.
El año 1100, Balduino de Boulogne sucedió a su hermano Godofredo como soberano de Jerusalén.
El conde Balduino accedió al trono de Jerusalén el año 1118, en parte gracias a las intrigas de Joscelin de Courtenay.
El rey Foulques de Jerusalén (1139).
Tras la muerte del príncipe Roger, acaecida el año 1119, la regencia de Balduino II de Jerusalén garantizó que la sucesión favorecería a Bohemundo II, a la sazón un niño. Tras su llegada, el año 1126, Bohemundo casó con la hija de Balduino, Alicia. Pero Bohemundo falleció en combate, el año 1130. Su hija Constancia era de corta edad. El nuevo soberano de Jerusalén, Foulques de Anjou, asumió la tarea de regente y seleccionó a un francés, Raimundo de Poitiers, hijo del viejo cruzado Guillermo IX de Aquitania, el cual casó con Constancia, el año 1136. En Occidente, las afinidades de Raimundo lo acercaban a Enrique I de Inglaterra, cuya hija Matilde se casó con un hijo de Foulques de Jerusalén, Godofredo.
Cuando Raimundo III ejerció su influencia y autoridad, al actuar como regente de Jerusalén, las décadas de 1170 y 1180, lo consiguió de sus referencias familiares, pues era bisnieto de Balduino II y nieto de la reina Melisenda y se había desposado con la heredera más rica del reino solimitano, Esquiva de Galilea.
A lo largo del siglo XII, Jerusalén siguió siendo el alma emocional, política y estratégica de Outremer.
Balduino de Boulogne creó el reino de Jerusalén. Era el hijo menor de Eustaquio II de Boulogne, el cual siempre pretendió sacar tajada de las circunstancias. Se casó en tres ocasiones con voluntad de medro mundano. Se le pidió que rigiera Jerusalén y demostró ser un jefe extraordinario, además de -a diferencia de su hermano Godofredo, el cual fue algo abúlico- un político astuto y de ideas claras.
Entre las herencias que legó Balduino I a su primo Balduino II se hallaban un control estricto en el nombramiento de feudos; el dominio de la iglesia, de una forma que se veía poco adecuada en los círculos de moda de Occidente; la persuasión de que era importante mantener el equilibrio diplomático. El generalato siguió siendo fundamental para el poder de los soberanos, situado en el corazón de la estructura legal y política. La esencia del sistema de hegemonía real de Balduino I sobrevivió hasta el año 1187.
Los soberanos mantuvieron como feudo propio Judea y Samaria. En su dominio, el soberano ejercía la jurisdicción por mediación de vizcondes y recogía o encargaba recoger los impuestos sobre el comercio y la industria (la producción de azúcar). Las referencias formales con sus comenderos se celebraban en el Alto Tribunal (Haute Cour). Aparte de los ingresos generados por sus dominios, disfrutaba de los beneficios de acuñar moneda, cobrar peajes y aduanas en los puertos.
En el aspecto legal, Balduino II logró mantener la pena de confiscación para delitos prescritos frente a sus derechos y posición, como feudal y soberano, mediante el "Establissement du roi Baudoin".
La actividad de los dragomanni -trujamanes, intérpretes- se empleaba, sobre todo, en la administración de las haciendas, más que en la traducción.
Desdén hacia los poulains, como se denominaba, despectivamente, a los habitantes de Outremer.
Hubo visitas de los grandes magnates, como el conde Teodorico de Flandes, en cuatro ocasiones; algunos fueron a luchar, como el conde Felipe de Flandes, el año 1177; otros, como Enrique el León, duque de Sajonia, para orar y financiar, el año 1172.
Sólo dos escritores relativamente modernos estaban representados en la biblioteca de la catedral de Nazaret; el teólogo Anselmo de Canterbury y el canonista Ivo de Chartres.
El cantar de gesta de la "Chanson de Chétifs", referido a las expediciones del año 1101, se escribió en Oriente, pero fue escrito para el príncipe inmigrante Raimundo de Antioquía (muerto el año 1149).
Dividían las parcelas en carrucatae, como en Occidente. Cálculo de superficie equivalente al área que pueden labrar en un año ocho bueyes y un arado.
La Segunda Cruzada (1146-1148).
La Tercera Cruzada (1188-1192).
La Cuarta Cruzada (1202-1204).
Los cronistas de la Primera Cruzada se inspiraban el los recuerdos de los veteranos que regresaban a Occidente. Guiberto de Rogent recogió las memorias de su amigo Roberto de Flandes. La historia de Alberto de Aquisgrán tomó como fuente el testimonio de los miembros que formaban el contingente de Godofredo de Bouillon y que consiguieron volver a su patria.
Eric I de Dinamarca, los años 1102-1103, y Sigurdo de Noruega, 1107-1110, marcharon hacia Oriente bajo la guisa de peregrinos y de guerreros, siendo su propósito marcial el de expandir el apoyo que Escandinavia prestaba a Bizancio, que actuó como anfitrión de los dos soberanos.
El invierno de 1102-1103, el soberano germánico Enrique IV, el que fuera el más odiado e implacable de los enemigos papales, anunció su pretensión de viajar a la Ciudad Santa, probablemente como peregrino. Desde Inglaterra a Sicilia, forajidos políticos como los que quisieron matar a Guillermo I de Sicilia (1160) y los que mataron de verdad a Thomas Becket (1170), arreglaron sus billetes de vuelta a la respetabilidad o hallaron una forma más distinguida de exilio en el viaje a Jerusalén. Entre los distinguidos peregrinos del siglo XI encontramos al sangriento Foulques Nerra de Anjou, al duque Roberto I <<el Diablo>>, de Normandía, y al criminal anglo-normando Sweyn Godwinson, hermano mayor del ultimo soberano de Inglaterra.
Se desarrolló un vínculo claro entre los peregrinos nobles y las hazañas bélicas, realzado por la creación en Jerusalén, el año 1119, de los Caballeros del Templo de Salomón, los templarios, a quienes visitaron notables como el conde Foulques de Anjou (1120), los cuales se les unían de forma temporal.
Tras haber sido armado caballero, antes del año 1111, Carlos de Dinamarca, sobrino de Roberto II de Flandes, realizó un peregrinaje en el que combatió con los paganos. El año 1124, Conrado de Hohenstaufen -el futuro soberano Conrado III y jefe de la Segunda Cruzada- asumió los votos para ir a Jerusalén como soldado; fue el soberano europeo que luchó en Tierra Santa en dos ocasiones. El interés por Oriente afectó a familias enteras, como las de la Borgoña condal (Franche Comté), los señores de Montlhéry y Le Puiset.
El conde Hugo I de Troyes viajó a Oriente en tres ocasiones, 1104-1108, 1114 y 1115. En la visita final ingresó en los caballeros templarios. El año 1131, cuando el soberano sin descendencia, Alfonso I de Aragón (muerto el año 1134) redactó un testamento, en el que legaba sus posesiones conjuntamente a los canónigos del Santo Sepulcro, los hospitalarios y los templarios se habían establecido como instituciones y se combinaba la piedad con la violencia, la vocación con el combate. Establecieron permanentemente el idealismo de la guerra penitencial, un mecanismo para su expresión y una presencia física, que recordaba las dificultades de Tierra Santa.
Los hospitalarios surgieron de un hospital amalfitano fundado en Jerusalén, el año 1080, para ofrecer cuidados a los peregrinos pobres y enfermos. Tras la toma del año 1099, ascendió de condición y su patrón fue Juan Bautista.
La actividad primera de los templarios fue bélica pero, como los hospitalarios, su propósito se derivaba de los menesteres de los peregrinos de Jerusalén. El año 1119, un grupo de caballeros, que se encontraba en Jerusalén, capitaneado por Hugo de Payns (de la Champaña) y un picardo, Godofredo de Saint-Omer, fundaron una fraternidad, para proteger las rutas de peregrinaje desde la costa a Jerusalén y desde allí a Jericó. Fueron alojados en zonas de la plataforma del Temple; de aquí deriva el nombre del Templo de Salomón. Reclutaron al conde Foulques de Anjou, el cual, de regreso a Occidente, donó un ingreso anual de treinta livres anjou. Entre los años 1117 y 1129, Hugo de Payns viajó por Europa occidental, para conseguir donaciones y nuevos miembros. Consiguió numerosas donaciones de tierras, arrendamientos, derechos arancelarios, materiales de guerra y, por parte de los condes de Flandes, la recaudación de los tributos de toma de posesión de los feudos, que debían satisfacer los herederos de un feudo vacante. Los contactos de Hugo incluían a Hugo de Troyes y otros mecenas fueron Guillermo Clito y Teodorico de Alsacia (condes de Flandes, de manera sucesiva) y el conde Teobaldo de Blois. El concilio de Troyes, enero de 1129, al que asistió el abad Bernardo de Claraval, confirmó su fundación y los dotó de su Regla, un código de conducta sistematizado. La amplia red de fincas pronto se reorganizó en commanderies regionales (dignidades y beneficios otorgados a los caballeros). En Inglaterra, los patronos de los templarios fueron el soberano Esteban, hijo de Esteban de Blois y su esposa la reina Matilde.
La asociación de los templarios con la Primera Cruzada se vio reforzada por el hecho de que sus combatientes pudieron exhibir la cruz roja sobre sus ropajes blancos.
A pesar de la afinada retórica, del decidido ánimo que prestaban los grandes, las dudas persistían y nunca logró acallarse por completo el derramamiento de sangre, hasta la supresión y la abolición de los templarios, a comienzos del siglo XIV.
La hermandad danesa, establecida los años 1151-1152 por Vetheman, un acaudalado mercader de Roskilde, para defender el mar de los piratas, a menudo paganos.
Los conceptos de peregrinación desarmada y guerra penitencial armada. Los crucesignati llevaban el báculo y la burjaca del peregrino; los peregrinos exhibían cruces y portaban armas. Los dos compartían el léxico de la peregrinatio, una parte de los beneficios y una condición próxima a la de los eclesiásticos. En los documentos del siglo XII, raras ocasiones se puede distinguir entre las dos actividades.
Fueron las peregrinaciones y, más adelante, los hospitalarios y los templarios, los que ofrecieron el punto de contacto entre las dos partes, no las cruzadas. Sin embargo, seguían produciéndose pretensiones esporádicas de levantar el entusiasmo por la vieja causa.
El dogo veneciano, Domenico Michiel (o Michele) tomó la cruz con otros prominentes venecianos, el año 1122, antes de embarcar con una nutrida flota hacia el Mediterráneo. En la expedición veneciana de los años 1122-1124, se resumieron muchos de los distintos motivos, que llevaron a los occidentales a Oriente. El comercio, los saqueos, las aventuras bélicas, la expansión colonial, los beneficios, la piedad y la sed de reliquias.
La cruzada proporcionó a Luis VII de Francia (1137-1180) la ocasión de actuar como soberano de los francos occidentales. Entre los dividendos políticos figuraba un censo real, una descriptio generalis preparatoria, para la exaccción de un impuesto, que sufragara la expedición sin excluir <<ningún sexo ni rango>>. Estos impuestos extraordinarios ayudaban a reconocer la autoridad real en un nivel hasta entonces desconocido, como hizo su presencia, en calidad de comandante cruzado, en áreas situadas fuera de sus tierras soberanas. Bernardo de Claraval apoyó la cruzada.
La organización de la segunda cruzada, muy elaborada y compleja, fue pareja a su vasta escala geográfica y humana. Las expediciones de los soberanos se apoyaron en la colaboración de las grandes casas, con sus especificidades bélicas (financieras como políticas) y cada una con sus respectivas lealtades, cohesión e identidad personal y regional. Sin embargo, mientras los ejércitos del año 1096, mantuvieron separadas sus identidades regionales hasta el final, Conrado III y Luis VII, por deferencia y conveniencia a un tiempo, lograron imponer un sentimientos de unidad; para bien o para mal, ocuparon la jefatura y posición de liderazgo del alto mando de los barones. En cuanto organizadores, dirigieron la diplomacia preparatoria; negociaron con los soberanos locales durante la marcha; determinaron el calendario de partida y los lugares de congregación; y aportaron dinero y hombres.
Los contingentes navales y terrestres se pusieron en camino a Oriente, entre abril y junio de 1147 y llegaron a Tierra Santa un año más tarde. Detrás de las grandes congregaciones de ejércitos -de Dartmouth, en mayo de 1147, de Ratisbona o de Metz, un mes más tarde- no hubo azar, sino planificación.
La flota que zarpó del estuario de Dart (en Devon), el 23 de mayo de 1147, sumaba doscientos barcos, venidos de Renania, Brabante-Limburgo, Flandes, Boulogne, Normandía, Lincolnshire, Anglia Oriental, Londres y los puertos del sur de Inglaterra, Dover, Hastings, Southampton y Bristol. Zarpaban con rumbo a Jerusalén. La fuerza inglesa ascendía a unos cuatro mil quinientos hombres. El conjunto del ejército sería de unos diez mil. Los grupos reconocían como jefe al conde Arnoldo III de Aarschot, sobrino de Godofredo de Bouillon. Los de Colonia llegaron a Dartmouth el 19 de mayo, donde los aguardaba el conde Arnoldo de Brabante-Limburgo. Los contingentes anglo-normandos se organizaban en cuatro grupos; los de Norfolk y Suffolk, encabezados por un terrateniente local, Hervey de Glanvill; los de Kent con Simon de Dover; la sección de Londres y el resto, dirigidos por Saher de Archel, con tierras en Lincolnshire. Existía una camaradería especial entre los de Southampton y los de Hastings, que habían formado parte de una expedición similar, el año 1142, que pretendió invadir Lisboa, sin éxito. En la campaña del año 1147, con sus portavoces (unos mercaderes que comerciaban a uno y otro lado del Canal, los hermanos Veil) y los hombres de Bristol, demostraron ser compañeros muy extraños.
Alfonso Enríquez (1128-1185) batallaba por forjar el principado de Portugal en la costa Atlántica.
El éxito de los cruzados en Lisboa confirmó los temores de los dubitativos. Había hecho emerger lo mejor y lo peor de los combatientes.
Los cruzados habían topado con un grave choque constituyente, entre el joven Balduino III y su madre, la reina Melisenda quien, desde la muerte de su marido, acaecida el año 1143, había actuado como reina coronada, cada vez más indispuesta frente las pretensiones de su hijo de ocupar el trono.
El amargo regusto del fracaso de la Segunda Cruzada socavó la idea y la práctica de este método de guerra, al poner en duda sus motivos y su moralidad.
Los ciclos vernáculos de poemas épicos sobre las cruzadas y los romances del siglo XIII.
El poeta germano Walter von der Vogelweide (1170-1230) y el versificador francés, tal vez normando, de la historia de la Tercera Cruzada, Ambrosio.
El glamuroso francés Reinaldo de Châtillon, el cual se casó con Constanza, el año 1153.
A partir del tercer cuarto del siglo XII, la sociedad política de Outremer, próspera a ojos de los occidentales, pero también extravagante, distraída, dividida y corrupta, sufrió una crisis acumulativa debida, sólo en parte, a los errores de sus dirigentes. En el reino de Jerusalén, la estabilidad política estaba cada vez más desgastada, debido a la rápida sucesión de soberanos, desde un posible bígamo (Amalarico), a un leproso (Balduino IV), un niño (Balduino V) y una mujer (Sibila) casada con un arribista de mala fama (Guido). Entre los años 1174 y 1186, la disputa por controlar la regencia, los reyes enfermos o menores de edad y el patrocinio real distrajeron la atención de otros problemas más complejos e ingratos, como las defensas y las finanzas.
El año 1183, se llevó a cabo una inspección global de las tierras del reino (el census), para contar con un apoyo de cara a un nuevo cálculo de las obligaciones bélicas. Un nuevo impuesto sobre todos los habitantes, con independencia del idioma, la religión, la raza o el sexo. Este proceso legal de censo de tierras, seguido por una imposición fiscal, es una reminiscencia de la <<inspección de Domesday>>, practicada en Inglaterra, el año 1086. El impuesto -el 2 por cien de los ingresos superiores a los cien besantes y del 1 por cien del valor de las tierras, si este superaba igualmente los cien besantes-, con un impuesto progresivo sobre los hogares en los casos inferiores, recordaba al del año 1166 y presagiaba las imposiciones inglesas en el siglo XIII; en parte, por el elemento de consentimiento explícito.
Con la réplica a la pérdida de Jerusalén (1187) se reinventaron las cruzadas.
En los registros del Tesoro Publico inglés, crusiatus apareció los años 1188-1189 y la primera entrada para crucesignatus data de los años 1191-1192. Los equivalentes vernáculos, como los verbos croisier y croiser, empezaron a hacer su aparición en los poemas sobre cruzados que partían a Oriente. En adelante, el iter Jerosolymitanum dio paso a eufemismos de más cabida, como negotium Terrae Sanctae o, incluso, el sencillo negotium sanctum, el asunto de Tierra Santa, la santa empresa.
Con el apoyo eclesiástico oficial, los contactos políticos, sociales y personales, ejercieron una presión similar. Tras el encuentro de Gisors, en enero de 1188, los soberanos de Francia y de Inglaterra resolvieron imponer un tributo especial del 10 por cien de los bienes muebles, que pronto fue apodado <<diezmo de Saladino>>. El proceso legal de recaudación de este impuesto, comenzado la primavera de 1188, difundió las noticias de la empresa con mayor eficiencia que cualquier campaña de predicación. Puesto que quienes habían tomado la cruz quedaban exentos del pago del impuesto, este tributo tuvo que actuar como un eficaz agente de reclutamiento.
El tono moral de vergüenza, sacrificio y caballería, tiñe una canción compuesta el año 1188 o 1189, por Conon de Béthune, un importante de Picardía, el cual combatió en la Tercera y la Cuarta Cruzadas.
Ricardo pudo acceder a grandes sumas del diezmo y contaba, además, con sus propios ardides para recaudar fondos, lo cual le permitió disponer, los años 1189-1190, de un ejército real, que llegaba a los seis mil hombres, a la vez que subvencionaba una flotación de cien navíos, que podrían haber llevado nueve mil soldados y marinos, algunos de los cuales estaban a sueldo directamente del soberano, <<contratados>>. Al llegar a Tierra Santa, el año 1191, Ricardo I y Felipe II de Francia compitieron en los sueldos que ofrecían a las tropas independientes y al final se impuso el ancho bolsillo de Ricardo. Aquello garantizó a Ricardo el dominio de la siguiente campaña de Palestina, para lo que liberó de sus apuros económicos al conde de Champaña y pasó cinco mil marcos al comandante de las tropas francesas restantes, Hugo de Borgoña.
Las disposiciones de la bula de Gregorio VIII, del diezmo, la deuda francesa y el mandato hipotecario de marzo de 1188, daban por sentado que los cruzados, por lo general, clérigos, caballeros y miembros de una comunidad, obligados a la prestación del patrono, contaban con propiedades de las que disponer.
Cuando Ricardo hubo partido a las cruzadas, el año 1190, su hermano Juan conspiró para hacerse con el poder, que estaba en manos de burócratas. La cruzada del soberano no logró evitar una cruda lucha por el poder, que desembocó en el derrocamiento del canciller de Ricardo, Guillermo Longchamp, el año 1191.
La profundidad del compromiso angevino fue espectacular. El círculo interior de los reclutamientos provenía de la élite administrativa y política; representantes del alto clero, guiados por el sobrino del regente Glanvill, Huberto Gualterio, obispo de Salisbury; los poderosos condes de Leicester y Ferrers, Nigel de Mowbray y Ricardo de Clare; viejos responsables de condados, como Roberto de Glanvill, ministros, como el hermano de Roger, el regente Ranulfo, cuya destitución le permitió cumplir con los votos; amigos del soberano, colaboradores, empleados de la casa real y burócratas, varios de los cuales -entre quienes se encontraban Geraldo de Gales y el futuro regente Godofredo FitzPeter- recibieron la absolución de sus votos sin llegar a cumplirlos.
Las asociaciones rurales, como las urbanas, otorgaron una estructura propia al reclutamiento en Inglaterra, igual que sucedió en el resto de Europa. Los buques de Londres formaron un grupo aparte en la gran flota del norte de Europa, que se reunió en Darmouth, en mayo de 1189, y que tomó a los moros la ciudad de Silves, en Portugal, en septiembre. Al año siguiente, lo siguió un barco con ochenta londinenses. Lo encabezaban personajes de la oligarquía mercantil de la ciudad, como Godofredo el Orfebre y Guillermo FitzOsbert, apodado <<el Barbudo>>, además de miembros de la catedral de San Pablo. Otra fuente de unidad radicaba en que estos ciudadanos habían adoptado un santo patrón, Tomás Becket, un compatriota londinense.
A comienzos de septiembre de 1189, llegó una flota de frisios y daneses, en cincuenta cocas, dirigidas por nobles daneses; eran embarcaciones de vela, grandes y redondeadas, con la amplitud de transportar compañías de más de cien hombres cada una.
Poco después, llegó una armada de Flandes y el norte de Francia. La dirigía Jacques de Avesnes.
Enrique II, conde de Champaña, desde el año 1181, era uno de los más ricos y con mejores contactos de Europa occidental, sobrino a un tiempo de Felipe II y Ricardo I. Su flota trajo una selección de matériel y las máquinas de guerra del soberano francés, en secciones prefabricadas. Lo acompañaban sus tíos, el conde Teobaldo de Blois, senescal de Francia, y el conde Esteban de Sancerre, con el conde Roberto de Clermont, condestable de Francia. Asumió la dirección del ejército.
El minnesinger Federico de Hausen.
Para indicar que la finalidad ultima de su empresa no se había modificado, Federico Barbarroja pidió a Enrique VI, hijo suyo y regente, que pactara con sus burócratas y el banquero veneciano Bernardo el Germano, la transferencia de fondos. Las exigencias de Federico son indicio de que la expedición gozaba de un importante fondo fiscal y un aparato financiero apreciable.
Cuando Felipe II y Ricardo I partieron definitivamente de Vézelay, unidos, el 4 de julio de 1190, miles de franceses ya habían desembarcado en Outremer, en las flotas de Jacques de Avesnes y Enrique de Champaña, como los barones de Felipe II, el conde de Dreux y los condes de Blois, Clermont y Sancerre. Ingleses y anglo-normandos, Guillermo Ferrers, conde de Derby y Raul Hauterive, arcediano de Colchester. Representantes de la élite comercial de Londres, oleadas cívicas, como la de Godofredo el Orfebre y Guillermo FitzOsbert, los cuales tuvieron que hipotecar parte de sus propiedades en la ciudad, para costear el viaje.
Felipe II envió algunas máquinas de asalto y un numero de tropas; la fuerza cuyo transporte pagó a los genoveses, el año 1190, para que fuera trasladada a Tierra Santa, ascendía a seiscientos cincuenta caballeros y mil trescientos escuderos. Ricardo equipó una armada propia, de más de cien embarcaciones, y alquiló una flota menor en Marsella, de diez buques de carga y veinte galeras. El ejército que transportaba ascendía a diecisiete mil hombres. Ricardo fue el primer soberano cruzado que pertrechó y condujo su flota y su armada una de las mayores enviadas.
La flota conjunta del ejército de Ricardo y los contingentes del arzobispo Balduino y de Ranulfo Glanvill, que partió de Mesina, el año 1191, estaría integrada por 219 embarcaciones, con diecisiete mil hombres, entre soldados y marinos.
El recorrido de la flota da pruebas de que Ricardo controlaba la planificación de la cruzada. Hubo tres bloques distintos en su armada. Uno partió de Inglaterra, de Dartmouth, en abril de 1190; otro, dirigido por Ricardo de Camville (caballero destacado de la curia real inglesa) y Roberto de Sablé (un poderoso barón angevino), zarpó de la desembocadura del Loira, en junio; y una tercera escuadra, de treinta y tres barcos, al mando del poitevino Guillermo de Fors, levó anclas en Oléron, en julio. Aunque era una empresa cooperativa, la flota cruzada angevina no se habría podido reunir de una manera organizada si la corona no hubiera aportado dirección y financiación.
Ricardo llevaba consigo un gran numero de administradores y burócratas; el vicecanciller Roger Maceal se ahogó frente a Limassol (Lemesós, en Chipre), en abril de 1191, mientras portaba el sello real en torno del cuello (sello que se recobró). Un torrente de mensajeros mantenía al soberano vinculado con lo que ocurría en sus dominios.
Ricardo resolvió el matrimonio con Berenguela de Navarra, hija de Sancho VI. Berenguela llegó a Mesina a finales de marzo de 1191, escoltada por la inagotable femme fatale de la Segunda Cruzada, Leonor de Aquitania.
Ricardo prometió no meter en prisión a Isaac Comneno <<entre hierros>> (grilletes), por lo que, con un toque característicamente ricardiano, lo encarceló con cadenas forjadas en plata.
El asedio de Acre estuvo dominado por la contienda de las escaleras de asalto, los zapadores, las catapultas y los artefactos de asedio. Cada comandante disponía de un gran fundíbulo. El duque de Borgoña, los templarios, los hospitalarios y los pisanos tenían uno cada uno. Felipe II contaba con varias máquinas, siendo la <<Malvoisine>> (Mala vecina) la mejor. El conde de Flandes manejaba dos, que al fallecer fueron tomadas por Ricardo I, quien construyó otras dos, además de dos catapultas "mangonel" y una torre de asalto.
A los pocos días de la llegada de Ricardo, los dos soberanos fueron abatidos por lo que los contemporáneos llamaron <<arnaldia>> o <<Leonardia>>, un tipo de escorbuto o enfermedad de las trincheras, que provocaba la caída del pelo y las uñas del afectado.
Ricardo había embarcado en las cruzadas con la que, según garantizaba, era Excalibur, la espada de Arturo. Los magníficos ropajes, el brioso corcel con fastuosa silla y la espada decorada con oro y plata, estaban cuidadosamente preparados, para demostrar que era un caballero excepcional. Ricardo aparecía en publico con un aspecto deliberadamente idéntico al de los guerreros épicos, con lo que ganó el apelativo de Corazón de León.
El estandarte real, el emblema del dragón, enseña de los soberanos ingleses desde Harold Godwinson.
Ricardo zarpó de Acre el 9 de octubre. Pasó más de trece meses encerrado en una prisión germana. Tras naufragar cerca de Venecia fue apresado en Viena, el 21 de diciembre, por su enemigo Leopoldo de Austria, mientras buscaba encontrar un camino de regreso a Normandía y a Inglaterra, de incógnito. A las pocas semanas lo entregaron a Enrique VI de Germania, bajo cuya custodia permaneció hasta febrero de 1194.
En el lado material del balance de la cruzada, la toma de Acre terminó representando un triunfo, pues dotó al reino de Jerusalén -aquejado, por lo general, de ateliosis- de un centro comercial de importancia internacional.
La "Canción de Palestina", del poeta lírico Walter von der Vogelweide.
La cruz, con su particular vínculo a Jerusalén, confirió a la cruzada una plasticidad casi infinita de aplicación, asociación, significado y metáfora, al tiempo que reservaba su punto de referencia central con exactitud.
Las listas de cruzados ingleses, análogas a otras de los archivos de políticas seculares, pusieron de manifiesto dos rasgos muy importantes de las cruzadas de finales del siglo XII; su amplio espectro social y la creciente burocratización del proceso legal.
En Inglaterra, el llamado <<plazo de los cruzados>>, durante el cual las ventajas eran efectivas, se dispuso en tres años, el año 1188; pero cincuenta años después, algunos juristas lo revisaron y concedieron un término de cinco años, o indefinido. Los recaudadores de impuestos tenían menester de instrucciones, para eximir las propiedades de los cruzados, además de métodos para determinar quiénes eran.
Una onza troy contiene 31,1 gramos de oro. Una libra son doce onzas y equivale, por tanto, a 3+3,2 gramos.
La inesperada muerte de Ricardo, en abril de 1199 -por culpa de una herida que le había causado una flecha, durante el asedio de un castillo rebelde en Chalus, en el Limosín- y la consiguiente crisis de sucesión en las tierras de Anjou, que se prolongó hasta la firma de un pacto entre Felipe II y Juan, en Le Goulet, en mayo de 1200, descartó más implicaciones reales.
El invierno de 1199-1200, un grupo de grandes del norte de Francia, íntimamente ligados, aceptó tomar la cruz. Los condes de Champaña y Blois lo hicieron durante un torneo en Ecry-sur-Aisne, el primer domingo de Adviento (28 de noviembre); los condes de Flandes y Brujas, el miércoles de Ceniza (23 de febrero). Teobaldo de Champaña y Luis de Blois eran primos. Balduno de Flandes estaba casado con María, hermana de Teobaldo.
Las cruzadas se habían transformado en una gran empresa cooperativa. Los grandes costeaban los gastos de su séquito y el numero de mercenarios que quisieran contratar. La Cuarta Cruzada se desarrolló durante un periodo de transformación, en el que se pasaba de expediciones sufragadas por los participantes, a otras, en las que los fondos eran aportados por los jefes y la iglesia. La experiencia de la Cuarta Cruzada abandonó de lado las concepciones sentimentales del fondo material de la aventura y su curso fue marcado por las finanzas y el menester de obtener recursos.
El conde Balduino era uno de los hombres más ricos del continente, porque su condado se hallaba en el centro de una industria de telas de algodón y su comercio, que se extendía de las islas británicas al Mediterráneo.
Los venecianos se comprometían a proporcionar embarcaciones especiales (uissiers), para el transporte de cuatro mil quinientos caballeros y nueve mil escuderos y también naves (nes), para cuatro mil quinientos caballeros y veinte mil infantes, con provisiones de un año, para los hombres -agua, vino, trigo, harina, fruta, verdura- y para los caballos. Los cruzados pagarían cuatro marcos por caballo y dos por persona, hasta un total de ochenta y cinco mil marcos. Los venecianos aportarían su propia armada de cincuenta galeras, a condición de que se compartieran de forma igualitaria, por tierra y por mar los logros del contrato. Para que la construcción de la flota se iniciara inminentemente, los embajadores cruzados tomaron prestados cinco mil marcos, que depositaron en manos del dogo, Enrico Dandolo (1192-1205).
La armada levó anclas en Venecia, en octubre de 1202.
El ejército de la Cuarta Cruzada se llamaban los <<comunes>>.
La Quinta Cruzada -cuyos planes comenzaron a perfilarse el año 1213 y que habría de ser puesta en marcha el año 1215, dando lugar a una serie de expediciones, entre los años 1217 y 1229- señaló el punto culminante de la cooperación entre el papa y el poder laico (los Hohenstaufen).
La organización y la dirección de la Quinta Cruzada quedó sometida a una burocracia creciente. En sintonía con la evolución de los acontecimientos en la política y en las leyes laicas, la cruzada estaba transformándose en un fenómeno dominado por la redacción de textos. El reclutamiento y la gestión económica se sustentaban en la teneduría de cuentas, que se organizaba en el plano central y en el local, en la confección de listas de crucesignati, de asientos contables con la referencia del dinero recaudado y el desembolsado y en las autorizaciones escritas, en las que se estipulaban las ventajas jurídicas y fiscales de las personas.
La organización de algunos contingentes, como el caso de las flotas procedentes de los mares del norte de Europa, giraba en torno al juramento de las comunas y era consecuencia del establecimiento de amplios consejos entre los grupos sociales, de una dosis de debate general e, incluso, del consenso publico. El compromiso general con la cruzada, puesto de manifiesto en las ceremonias comunales de consagración celebradas en las ciudades -de Londres a Colonia, pasando por Venecia-, hallaba elementos de correspondencia en el desarrollo de los periódicos ritos parroquiales de fervor y respaldo.
Juan de Brienne, soberano de Jerusalén, regente de la ciudad en nombre de su hija, Isabel II de Jerusalén, instaba apremiantemente a una nueva cruzada.
Abrazaron la cruz Juan sin Tierra y Federico II de Alemania y Sicilia. Leopoldo VI de Austria y Andrés II de Hungría se habían convertido en crucesignati.
El Concilio de Letrán, 1215.
Las gentes de Flandes acostumbraban a saltar los pequeños canales con una garrocha o pértiga.
Entre los cruzados que partían figuraron, entre los años 1218 y 1221, algunos rebeldes, como los condes de Hereford y de Winchester, además del cabecilla insurrecto Robert FitzWalter y también los que apoyaban al soberano, como el conde de Chester y leales, como el capitán Savarico de Mauleon.
A finales de mayo y primeros de junio de 1217, varias flotillas procedentes de Frisia, los Países Bajos y Renania zarparon de sus puertos, para reunirse en Darmouth. Encabezada por Guillermo, conde de Holanda y por Jorge, conde de Weid, la flota conjunta, en la que también viajaba el oficial encargado del reclutamiento, Oliver de Paderborn, estaba compuesta por un numero de naves, entre las doscientas cincuenta y las trescientas unidades, incluyendo numerosas carracas con la aptitud de embarcar a quinientas personas cada una. La expedición volvió a ajustarse a los precedentes sabidos, ya que organizó el equivalente de una comunidad, y se resolvieron nuevas leyes concebidas para garantizar la calma. Pese a que a un tiempo se nombró comendador al conde de Weid, en su calidad de jefe, las decisiones y los desacuerdos posteriores se verificaban en el marco de la estructura comunal. Una comuna juramentada.
Humphrey Bohun, conde de Hereford, estuvo en el Vístula el año 1363. También había acompañado al soberano de Chipre en la toma de Satalia, el año 1361, e igualmente había hecho uno de los camaradas que estuvo con él en Prusia, Richard Waldegrave, oriundo de Bures, en Suffolk y futuro presidente de la Cámara de los Comunes inglesa (1381).
El escritor, mercader, diplomático y propagandista de las cruzadas, el veneciano Marino Sanudo Torsello (1270-1343), visitó Jerusalén la década de 1280.
Los italianos proporcionaban la marina mercante, que transportaba peregrinos, además de mercancías y la fuerza naval de Jerusalén. Sus centros comerciales atraían importantes inversiones de Italia. Las ventajas comerciales y legales de los italianos, la mayoría de los cuales se remontaba al siglo XII, planteaban a las autoridades locales incómodos problemas de política, de aduanas, finanzas y justicia. Sin su apoyo, las ciudades no habrían podido aguantar. Carentes de una sólida organización central, estas poderosas corporaciones bélicas y comerciales se transformaron en los componedores de los asuntos políticos.
El criminal que atacó a Eduardo I de Inglaterra durante su estancia en Acre, los años 1271-1272, era un converso reciente, que Eduardo mantendría como espía. Eduardo, al no ser un pullanus, precisaba un traductor, pero desde un punto de vista verbal, muchos habitantes locales estaban mejor adaptados.
La red de espionaje dirigida por por el Gran Maestre del Temple, Guillermo de Beaujeu (1273-1291).
La imagen de Ultramar difundida en Occidente era una imagen, sobre todo, de rivalidad, crisis y amenaza, pero la realidad en Tierra Santa era algo diferente.
Después de la cruzada de Luis IX de Francia (1284-1254), la ayuda occidental consistía en pequeñas cruzadas y el envío de contingentes armados profesionales. Luis IX había puesto al jefe de su guardia personal, Godofredo de Sergines, al mando de una guarnición de cien caballeros, el año 1254. El año 1259, Godofredo alcanzó el grado de bailli (bailío), regente efectivo y, a su muerte, el año 1269, Olivier de Termes asumió el mando francés. Más tarde, se estimó que, entre los años 1254 y 1270, la corona francesa había gastado cuatro mil livres tournois al año, la moneda francesa de la época, en hombres y subsidios, para Tierra Santa. Eduardo de Inglaterra plantó una guarnición pagada en Acre, el año 1272.
El "Livre des assises", de Juan de Jaffa, pretende describir un sistema legal de armonía, claridad y eficacia. Seguía los precedentes del "Livre au Roi" (1200), del "Assises d´Antioche", del casi contemporáneo "Livre des assises de la cour des Bourgeois" de Acre, del ensayo de Godofredo le Tor y del "Livre de forme de Plaint" (1250-1260), de Felipe de Novara. La atracción por compilar libros de leyes era compartida, en el siglo XIII, donde la ley no se había transformado en algo exclusivo de los abogados profesionales (según sucediera de forma precoz en Inglaterra). Igual que ocurriera con aquel otro texto legal de la época, "Laws of England", de Bracton, la construcción de un libro de leyes crea ley.
Acre-Jerusalén albergaba una serie excepcional de talleres, donde se producían manuscritos suntuosamente iluminados, que testimoniaban un estilo artístico característico y sintético, pero que no derivaba de las formas locales, griegas y occidentales.
Cuando se abrió la tumba de pórfido de Federico II en Palermo, el año 1782, se vio que el cuerpo del soberano germánico llevaba en el hombro izquierdo su cruz de cruzado.
Los sentimientos que expresaban los versos permeaban la literatura y la retórica diplomática.
Algunos participantes, como el conde Amaury de Montfort, habían saldado sus deudas, mientras que a otros, como el conde de Champagne, los subsidios les permitieron tomar parte en la cruzada. El participante más importante, el hermano de Enrique III, Ricardo, conde de Cornualles, se hallaba en una categoría diferente. Desde Cornualles recibía grandes ingresos procedentes de la floreciente industria del estaño, lo que le transformaba en el más rico de Europa. No obstante, estaba ansioso por aumentar sus recursos y pagar de esta manera el equipamiento, mantenimiento y transporte de un pequeño ejército a Tierra Santa.
Ricardo de Cornualles taló y vendió sus bosques tras tomar la cruz, el año 1236. Su cuñado y compañero crucesignatus, Simon de Montfort, el hermano menor de Amaury y conde de Leicester, recibió mil libras por la venta de su bosque en Leicester. Otros cruzados fueron financiados por el soberano, especialmente el séquito de Ricardo de Cornualles. Al jefe mayor del conde, el prior de los Hospitalarios, Thierry de Nusa, se le prestaron mil libras. Los burócratas reales que habían tomado la cruz recibieron adelantos sobre su sueldo o regalos. Otros crucesignati pudieron conseguir hipotecas de la corona. Los cruzados que marchaban a Tierra Santa y que conseguían el dinero gracias a la venta de sus tierras, proporcionaron un fuerte impulso al mercado de bienes raíces que, si materialmente no puede cuantificarse, es evidente.
Superficialmente, los cruzados franceses se dividían en amplios grupos. Burócratas reales, como Amaury de Montfort, el condestable y mayordomo, Robert de Courtnay y círculos de nobles unidos por lazos de sangre o de lealtad hacia algunos de los grandes que habían tomado la cruz; el duque Hugo IV de Borgoña, Teobaldo de Champaña y el conde Pedro de Bretaña. Tomar la cruz formaba parte del proceso legal de reconciliación con Luis IX y su madre, la poderosa regente Blanca de Castilla.
En Inglaterra, el acto simbólico de tomar la cruz, que realizaban los políticos importantes, el año 1236, representaba una pretensión de reconciliar a los disidentes con la corte, tras haber rozado la guerra, los años 1233 y 1234, cuando el soberano y sus consejeros extranjeros, bajo el mando del vejo cruzado Pedro de Roches, se enfrentaron a una coalición mandada por Richard y Gilbert Marshal. Al tomar la cruz, se consolidaba la alianza entre Ricardo de Cornualles y su cuñado Gilbert Marshal. La cruzada abarcaba complejas corrientes de hostilidad personal y entre facciones, como la del proscrito Richard Siward, enemigo del conde Ricardo y quien organizó su arresto, el año 1236, Simon de Montfort. En Northampton, el año 1239, los crucesignati, incluidos los capitanes reales que habían participado en los combates con los Marshal, como Henry de Turbeville, juraron no desviarse de su finalidad de la expedición a Tierra Santa. Los que embarcaron el año 1240, incluían desde aliados cercanos y familiares del soberano, hasta los que anteriormente habían sido enemigos acérrimos, como Robert Tweng o Philip Basset.
La aportación inglesa estaba dividida en tres ejércitos diferenciados. Uno al mando de Ricardo de Cornualles, que inició su marcha en junio de 1240 y que zarpó de Marsella; otro al mando de Simon de Montfort, que partió de forma independiente y que zarpó de Brindisi y un tercero al mando de Guillermo de Forz, que partió el año 1241. Cada uno atraía una circunscripción de seguidores. A Ricardo le acompañaba su amplia "familia", cortesanos, familiares cercanos y aliados, su primo William Longspee y su hermanastro Eudo.
Un poeta cruzado, Philip de Nanteuil-le-Hardouin.
Los cruzados aparecieron por turno como espectadores y marionetas manipulados, según las ambiciones y rivalidades.
La cruzada, al transformarse en asuntos que atañían a la política, ofrecían mayores perspectivas de éxito y, a un tiempo, una mayor vulnerabilidad a las distracciones políticas, una de las paradojas de las cruzadas a Tierra Santa, a partir de finales del siglo XIII.
El incentivo de la nostalgia, a causa de la difusión de los poemas de aventuras vernáculos, llamados del Ciclo de las Cruzadas, que transmutaron los acontecimientos de la Primera y Tercera cruzadas en cantares épicos de caballerías.
Jean de Joinville, senescal de Champaña, cuya extraordinaria crónica de la cruzada de Luis IX pervive como la descripción personal más detallada y vívida de cualquier cruzada.
Desde el año 1245, se inició el proceso legal de sustitución de los agentes fiscales y los administradores locales de la corona (baillis en el norte, sénéschaux en el sur) por los <<apagafuegos>>, expertos en detectar y solucionar problemas, transformación que redujo la independencia de los agentes, mejoró su sensibilidad a los intereses y demandas de la corona, enfatizó su responsabilidad e incrementó los ingresos que llegaban a las áreas reales. Los ingresos procedentes de las heredades del soberano se incrementaron de una forma extraordinaria, al tiempo que la cruzada actuaba como una justificación conveniente y no del todo falaz. Estas investigaciones se llamaron apanages.
La mezcla de pragmatismo y de ritualidad característica de las cruzadas.
Aunque su poder no debería ser exagerado, la política del siglo XIII poseía herramientas más poderosas de organización fiscal, política, administrativa y de control, que sus predecesoras. Luis IX poseía todo el vigor administrativo, la bravura personal y la estudiada piedad asociada al cruzado ideal.
La actividad de Marino Sanudo Torsello, cuyo plan (diseñado los años 1306-1321) se apoyaba en un extenso estudio histórico sobre las campañas orientales.
Eduardo de Inglaterra permaneció un año en Tierra Santa donde, en septiembre de 1271, se le unió su hermano Edmundo.
El creciente volumen de programas de planificación teórica o de consejos prácticos escritos a partir de la década de 1270, empezó a exponer con claridad las dificultades materiales a las que se enfrentaba cualquier expedición a Oriente.
Iban apareciendo pequeñas compañías al mando de cruzados, que venían a reforzar temporalmente las guarniciones occidentales permanentes, financiadas por soberanos europeos preocupados, tal vez culpables. La condesa Alicia de Blois y el conde Florent de Holanda, 1287, Juan de Grailly, 1288, y el amigo íntimo de Eduardo I, Othon de Grandson, 1290. La pretensión de Carlos de Anjou de anexionar el reino de Jerusalén, 1277, sólo puso en peligro la unidad de Ultramar y provocó una dañina guerra en Occidente, la guerra de las Vísperas Sicilianas, después que Sicilia se rebelara frente al dominio angevino, 1282. La guerra de las Vísperas Sicilianas enfrentó el reino de Aragón con Carlos de Anjou y sus aliados franceses.
La mentalidad de la cruzada en la Baja Edad Media, transmitida a través de hábitos establecidos desde hacía tiempo, la liturgia del momento, la renovación en las llamadas a dar limosnas, pagar tributos, comprar indulgencias y en ocasiones las armas, establecieron un marco en el que entender el mundo.
Uno de los géneros literarios más característicos de la Edad Media podría ser descrito como <<literatura de recuperación>>, libros, panfletos e informes, que mostraban preocupación por la cruzada y la restauración de Jerusalén.
El viejo canciller de Chipre, Felipe de Mézières (1327-1405), dirigía un cuerpo de propagandistas y suministraba un flujo de panfletos y de escritos más extensos. Marino Sanudo Torsello escribió un gran volumen histórico en apoyo de sus informes y comprometió a un scriptorium muy activo a producir mapas y otra literatura de cruzadas, además de explotar sus amplios vínculos con miembros de las cortes de Inglaterra, Francia, Aviñón, Nápoles y Bizancio.
La tendencia de los autores y de los grupos de presión a formular sus planes en el más amplio contexto de la reconciliación internacional, indicaban la razón por la que sus ideas no se llevaban a cabo.
La gran historia de la Primera Cruzada escrita por el canciller florentino Accolti (1464-1466).
El poeta y músico de moda, Guillaume de Machaut, en su poema épico en verso, "La Prise d´Alexandre", retrató una crónica vívida, aunque política y moralmente sesgada, de la cruzada de Pedro I, 1362-1365.
En Francia, el Temple de París actuaba, el siglo XIII, como una especie de banco, estrechamente integrado al apoyo de las finanzas de la corona. En Inglaterra, los priores del Hospital pertenecían a la Cámara de los Lores y algunos, incluso llegaron a ejercer las actividades de tesorero real, como Joseph Chancy (1273-1280), o Robert Hales (1381), el veterano del ataque a Alejandría, el cual pagó con su vida su compromiso político; falleció a manos de los rebeldes en Londres, durante la Revuelta de los Campesinos del año 1381.
El sórdido proceso legal de disolución, empezando con la prisión de todos los Templarios en Francia, el viernes 13 de octubre de 1307 (hecho al que se atribuye el origen de la leyenda de los malos augurios asociados con los viernes 13) y marcado por la tortura, las retractaciones y las quemas, fue dirigido por burócratas del soberano de Francia. Pudiera ser que el ambicioso, pero esporádico derrochador Felipe IV, quisiera el control de la fortuna y de las posesiones de los Templarios.
La Cámara de los Comunes inglesa, a finales del siglo XV, temía que las invasiones pudieran entorpecer el suministro de varas de madera de tejo, para fabricar sus arcos, que venían de Crimea.
Algunas familias, los Beauchamp, Mowbray o Percy de Inglaterra, o la familia Brienne en Champaña, alardeaban de una estirpe de guerra santa, que se extendía desde el siglo XII hasta finales del XIV.
Bertrand du Guesclin, el comandante en jefe y estratega de Carlos V, pretendió enaltecer su status, cuando combatía con los aliados de Francia en España, el año 1366. Incluso fue coronado <<rey de Granada>> por Enrique II de Castilla, quien lo había contratado.
Juan de Mandavila, "Libro de las maravillas del mundo", siglo XIV, un éxito internacional de ventas.
El año 1378, Carlos V de Francia invitó a Carlos IV de Alemania a asistir a una fastuosa representación en París del sitio de Jerusalén, de la que Felipe de Mézières podría haber sido el director.
El siniestro legado de las cruzadas en el sur de Italia y en Sicilia infectó la política de la Península durante generaciones. Los opositores a los intereses del papa fueron llamados gibelinos (ghibellini), un apodo que derivaba del grito de guerra de los Hohenstaufen, del siglo XII, <<Waiblingen>>, el nombre de una posesión familiar en Suabia. Los seguidores del papa y los antiimperialistas fueron llamados güelfos, en reconocimiento a la oposición a los Hohenstaufen de la familia Welf.
Un moderno historiador, J. Le Goff, redujo la aportación de las cruzadas a la importación del albaricoque.
Bédier, "Les chansons de croisade", 1909.
Brundage, "The Cruzades: A Documentary Survey", 1962.
Riley-Smith, "The cruzades: Idea and Reality" 1095-1274", 1981.
(God´s War)


Doerr
Viejos aristócratas presenciando desde las tribunas un fortín en guerra de la época de las cruzadas.
(La luz que no puedes ver)



Mrs Jones
















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