jueves, 15 de febrero de 2018

GIOVANNI PASTRONE. IL FUOCO, 1916








La Chispa

La poetisa ilustre prueba en las cañaveras el estro poético, que permita transparentar la inspiración.
El pintor ignoto escoge idéntico escenario, aunque no había visto a la mujer, la cual se acerca sigilosa; verosímilmente, a la caza del ratón, según indica el extraño sombrero, que semeja un búho. Cual los soberanos, la visión del rostro prohibida. 
Una puesta de sol de fuego descrita por la poetisa era retratada por el pintor.
El pintor vive humildemente con la avejentada madre.
Con el ánimo de volver a encontrarla, en esta ocasión ve sin ser notado. La joven lo tilda de tonto villano. Cuando el automóvil de la mujer marcha, el artista recoge un poema prendido de una hierba. Un misterioso poema, que habla de la jungla en el misterio y la oscuridad y de una prueba para llegar al cielo. Lirismo que emociona al poeta.

La Espera.

Mario Alberti (Febo Mari) decora el taller de aromáticos bouquets. Pero la oscuridad ya desciende sobre la ilusión. Con la negra noche, la duquesa (Pina Menichelli) había penetrado en la casa y juega con el ingenuo enamorado. Compara el amor con una lámpara, que da escasa luz y que ilumina una noche. Aunque si la rompe, como la pasión, su llama se eleva hacia el cielo, sólo por un momento. Estrella la lámpara encima de la mesa con un fuego diabólico, que quema el ánimo.
La duquesa acoge al pintor, quien despide a la madre con un simple aviso de no buscarle. Vuela hacia el sueño.
Llegan al magnífico castillo. El castillo de los búhos, aquí se halla el nido.

El Resplandor

Pasean su idilio por jardines y estanques.
Con el fin de que realice una creación artística, su velo es el misterio y la mujer la inspiración -el modelo-, la protagonista. Y de los destellos del fuego que encendió, poseía luz para la creación.
La pintura completada prepara la victoria. De las pinturas expuestas, el lienzo de Mario Alberti no tiene formas fantásticas, sino las de una mujer famosa reconocible.
En espera de que el eco del mundo llegue al nido, la duquesa recibe la noticia del retorno del duque. Enigmática, memoriza que el resplandor dura un minuto y que lo han visto. Desconcertado, Mario vislumbra el término del romance.
El ultimo giro. La duquesa mezcla en la bebida de Mario un potente somnífero.
La llama se apaga. La duquesa marcha sin más explicaciones.

La Ceniza

Con el nuevo día, el despertar. El arrendamiento del castillo había sido cancelado. 
El precio. La duquesa había firmado un cheque de 30.000 liras.
Dolor que nada consuela. La obsesión aniquila al artífice. Nada valieron los apoyos maternales.
De camino por la ciudad, Mario distingue una suntuosa recepción. Y vuelve a encontrar a la duquesa, ante la cual se hace notar. Esta dama, soñadora y altiva a un tiempo, ofrece un gesto desdeñoso. Todo fue una simple aventura. Retiran a Mario, los ojos en blanco de la locura.
¿Quién ostentaba un valor real? ¿Aquel que no tenía el poder de expresar lo que no debe ser nombrado, o quien puede argumentar lo que desea?



Ana Kontroversy














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