domingo, 7 de junio de 2020

ANDRÉ ANTOINE. LE COUPABLE, 1917








La bruma negra del proceso legal. Se reanuda la audiencia del caso de Chrétien Forgeat. La primera prueba material es un reloj de bolsillo.
El abogado general Lescuyer (el fiscal) aprecia su ejercicio útil para la defensa social. Hoy no tiene la aptitud de requerir al criminal y suplica por su vida. Porque el joven es hijo suyo. He aquí el remordimiento de su existencia. Es el hijo de una mujer a quien había cobardemente abandonado. Permitir que un hijo de su carne venga solo al mundo es exponerlo al peor destino. Entregó un bastardo a la miseria y al crimen.
Pertenecía a una familia de magistrados normandos. Durante la comida del domingo el padre había sentado a su lado la joven que le había destinado. Sumergido con los libros al final de la carrera de leyes acepta las juergas de los amigos incomodado. Con los estudiantes del Quartier Latin había encontrado un compañero del colegio, François Donnadieu, un futuro escultor. Los días libres le sacaba de la habitación de estudiante para ir a su "campiña" de un suburbio. Llega la amistad del escultor, Héloïse, una modista viva y alegre con la amiga, Perrinette Forgeat, también bonita aunque más reservada. Perrinette era florista. Eran felices, tenían veinte años. El leguleyo vivió con Perrinette dos años de felicidad.
Cuando recibió el doctorado los camaradas lo cogieron como una broma. Perrinette prevé el fin. Satisfecho del éxito el padre le envía dos billetes de mil para solventar las escapadas juveniles. A la vuelta de París la casa familiar se le antojaba lúgubre.
La notificación de Pierrette de un niño suyo y la condición nada envidiable de una joven madre preocupan a Lescuyer, aunque elude cualquier decisión. Fue cobarde, consiente el matrimonio ventajoso. Hoy experimenta la vergüenza de haber huido del deber y de la felicidad.
Para criar al hijo la joven obrera trabajaba a domicilio. Disfrutaba del buen aire con su vástago adorado.
La joven madre había entablado amistad con un carpintero de mayor edad, alguien serio. Perrinette vivió pronto maritalmente con él con la ilusión de dar un padre al niño. Desgraciadamente el padrastro dio signos de crueldad hacia este fruto del amor. Esta valiente joven fue arrastrada por la tisis y el hijo descuidado.
El adolescente prefería pasar el día a la orilla del río con otro chico. Vivían bajo techos abandonados y libres a lo largo de la ciudad. Un día fueron pillados en un rincón. Chrétien fue conducido al juzgado de guardia. El alegato de brutalidad y la paternidad informal le envían hasta la mayoría de edad a un reformatorio, La Colonia Agrícola de Plateau. Un convicto de diez años falto de afecto, golpeado y destinado a sufrir y trabajar.
El fiscal apunta que durante ese tiempo su vida personal era un fracaso. Los colegas podían envidiar el éxito de su carrera cuando se hallaba solo. Había quedado viudo y sin hijos y casi no tenía amigos, excepto la familia del escultor.
El joven Forgeat había encontrado un amigo liberado también de la colonia y que figuraba con la troupe del Châtelet. 
Un pendiente perdido por la primadona durante una actuación fue encontrado por el amigo de Forgeat, al cual encarga venderlo a un prestamista. Sin empleo y hambriento decide volver a la tienda del usurero y empeñar el reloj, el regalo que le quedaba. Ataca al viejo.
Después de su locura, Forgeat yerra sin rumbo encuentra una joven que se lamenta. Con motivo de una tela que había bordado manchada por la hija, a Louise Rameau se le negó el empleo. El capataz incluso exige que reembolse el material. Forgeat ofrece prestarle el dinero y Louise le invita a la buhardilla. Forgeat recuerda la madre y cuánto le quería.
Cuando iba a vender por algunas monedas la ropa a una tienda de segunda mano fue visto por un viejo guardián de la colonia que lo hizo arrestar.
El fiscal visita al presidiario al cual devora la fiebre. Seguía la investigación personalmente y le llega una carta de la bordadora, la cual desea testificar.
La declaración de Lescuyer no es suficiente. Admite al procesado como hijo. Si le envían al cadalso será el padre de un decapitado. Si le envían a presidio el de un condenado. Su vergüenza es creación suya. Abandona la acusación. Su plaza es a su lado. Reclama decencia. 
La ley de suspensión temporal permite al joven partir con el padre.



Ana Kontroversy
















































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