viernes, 5 de abril de 2013

LUIS BUÑUEL. LA MUERTE EN ESTE JARDÍN, 1956






Un país de Sudamérica. El lock-out es decidido en una mina de diamantes y de oro. La explotación debe cesar, según un decreto del gobernador. Los echan a patadas.
Una delegación de cuarenta trabajadores, pretende hablar con el capitán Ferrero, al mando de la guarnición del lugar. Tienen que entregar las armas para ser recibidos. Al negarse, los soldados cargan los fusiles y disparan al aire. Consiguen dispersar a los hombres.
Reunidos en un bar, los jornaleros no consienten que amarguen su existencia. También aquí se halla Shark (Georges Marchal), un viajero europeo en busca de fortuna. Conoce a María (Michèle Girardon), una joven sordomuda, la cual prueba unas botas. Un malentendido provoca que el padre, Castin (Charles Vanel), la defienda. Los terrenos diamantíferos pertenecen a quienes los trabajan. El misionero Lizardi (Michel Piccoli) pretende disuadirlos, será una matanza.
Shark quiere descansar en una cama y, por encargo del dueño del bar, llama a la puerta de Djin (Simone Signoret), la madame de un antro. Al no recibir respuesta, accede por una ventana y busca el reposo. Despierta con la mujer al lado. Shark tiene el dinero pegado al cuerpo con un adhesivo. La dama explica que Djin es el nombre de un pájaro en la selva de los indios. Retozan unidos. Pero la mujer busca a los guardias y capturan a Shark. Requisan el fajo de dinero. Amenaza  a Djin al marchar.
Escoltado, traspasan la iglesia durante el oficio. Golpeado con el fusil para que se arrodille, derribado, María ayuda al viajero a incorporarse. En el interrogatorio, el capitán duda de que el dinero le pertenezca. El banco de una villa próxima fue atracado, y un falso testigo asegura haberle visto en la ciudad. Resuelven devolver al preso para que sea encarcelado.
Una emboscada a un camión escoltado, y la muerte de un cabo, inician una serie de actos con tintes de rebelión.
María camina descalza por la casa. El padre toca un pequeño acordeón. Rompe unos platos, pero solucionan el desliz con unas sonrisas y un beso. Castin explica que aquí no pintan nada. Proyecta volver a su país, Francia. Tienen dinero y buscará quien la cure. Una dama, a la que el padre ama, los acompañará. Es Djin. Pretende abrir un restaurante en Marsella.
Los guardias se apresuran en su actividad. Inspeccionan el bar que regenta Djin. Alberto, un amigo, los desarma y los inutiliza.
Lizardi visita la prisión. Un herido en la revuelta, casi desangrado, comparte la celda con Shark. Pide al misionero que consiga papel y pluma, quiere escribir a la madre, a Europa. Lanza la tinta a los ojos de los carceleros y escapa.
El hombre herido es fusilado a medianoche. Los que presenciaron la ejecución, disparan a los guardias. Shark recoge una pistola. Levantan una barricada. Con un bidón de gasolina, el protagonista hace volar por los aires el depósito de municiones.
El caos es generalizado, los derrumbamientos arruinan la villa. A causa del motín y de la explosión, es proclamada la ley marcial. Premiarán con una recompensa a quienes entreguen a Castin y a Shark, considerados los provocadores.
Castin se refugia en casa de Djin. Lizardi tiene que hablarle. En realidad, no tomó parte en el motín. Si en veinticuatro horas no dan con él, fusilarán a cuatro rehenes. Tiene que rendirse, pero es inocente, ni siquiera  se encontraba armado. Algunos del pueblo sospechan la presencia del viejo y acuden a prenderlo. Djin niega haberle visto. Sólo encuentran a Lizardi.
Djin planea escapar en un barco, cuyo capitán congenia con los militares. Pero entregaría a Castin. Castin ofrece a la mujer una bolsa con diamantes, con la condición de que la hija embarque.
Ocultado Castin en la bodega del barco, la dama habla con el otro. Es cuestión de dinero. Shark accede al bote como polizón. María y Lizardi completan la expedición. Descubren a Shark y el patrón, armado con una pistola, manda llamar a los soldados. Castin lo derriba con un golpe en la nuca.
Inician el viaje. Los soldados disparan desde la orilla del río. Una lancha patrullera los persigue. Provistos de armas y municiones, y también de provisiones, echan el resto por la borda. Escuchan un motor cercano. Tienen que desembarcar.
Penetran en la jungla. Una lluvia torrencial los obliga a buscar refugio en una caverna. Djin arroja los diamantes a Castin y abofetea a María. El viejo sufre una decepción. Shark ata al patrón, con las manos por delante, por consejo del misionero.
Encuentran las cuerdas cortadas del prisionero. Escapó y las provisiones que transportaban desaparecieron. El patrón del barco contacta con la patrulla y persiguen a los fugitivos. Provisto de una escopeta con visor, Shark consigue reducirlo.
La selva es impenetrable. María enreda los cabellos en unas ramas. La constante lluvia obstaculiza la marcha. Sin alimento, con la espesura de la jungla, no hay forma de cazar un animal. Sólo árboles, ningún claro. Castin se muestra desmoralizado.
Buscan un paso en la exótica maraña. Terminan por matar un constrictor de la especie grande. Pero las hormigas rojas pronto dan cuenta del reptil.
Agotados, descubren los restos de una hoguera, que mantiene el calor. Podrían encontrar ayuda. Pero María exhibe una postal que el padre había roto. Fueron quienes encendieron la fogata. No hicieron más que andar en círculos. Si no se mueven, es su perdición.
Shark emprende una exploración en solitario. Si sobrevive, volverá.
Regresa con provisiones. Tienen que recuperar las fuerzas. Encontró un avión derribado. Y llegan al límite de la jungla, a la orilla de un lago. Se imaginan protegidos y proyectan construir una balsa. Shark decide perdonar a Djin. María topa con unas joyas, pero Lizardi las confisca, con el fin de devolverlas a los auténticos dueños. Castin lanza los diamantes al lago.
Djin luce un elegante vestido negro y rescata las joyas que Lizardi escondió. Shark aclara que tiene el propósito de recoger a la joven desvalida, en vista de la debilidad del padre. La mujer reprueba tal decisión. En el curso de esta conversación, un disparo derriba inesperadamente a Djin. Nieve intertropical. El autor del disparo es Castin, el cual se propone exterminar al grupo superviviente. El sacerdote desea hablar con él,  aunque no permite que se acerque. Shark decide suprimirlo. Los ruegos y los sollozos de la hija, desvían tal propósito.
Shark acompaña a María a bordo de una barca flotador. Sin embargo, cuando recoge las provisiones, Castin no cesa de  disparar. Tiene que rematarlo.
Sólo quedan Shark y María. Y marchan en la pequeña embarcación, a través del llano y tranquilo lago.


Ana Kontroversy



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