Por una corta semana de cada año, los molinos
de Lancashire se encuentran silenciosos y los esclavos del algodón experimentan el éxtasis
de la libertad.
Tras el desayuno, la señora Hawthorn (Marie
Ault) arenga al marido, Chris (Humberstone Wright). Siempre con miedo de
Jeffcote, mientras que podría haber sido su socio estos quince años, en vez de
sólo su cardador.
Fanny Hawthorn (Estelle Brody) tiene el
equipaje dispuesto.
Los engranajes de las máquinas de la fábrica
textil de Jeffcote se hallan en marcha, antes de la excursión a Blackpool.
El Alcalde Farrar visita al jefe, Nat Jeffcote
(Norman McKinnel). La hija, Beatrice Farrar (Gladys Jennings), comprometida con Allan Jeffcote (John Stuart), un amigo sugiere que, ya que
Beatrice viaja a Londres, Allan podría ir a Blackpool.
En una consulta técnica, Nat Jeffcote recuerda
a Chris Hawthorn, que equivocó el camino cuando no quiso poner las economías con
las suyas. Replica que nunca lo habría conseguido con un socio, le gustan
demasiado las maneras propias.
Blackpool es una feria de atracciones de un alto nivel.
Fanny y Allan son presentados y pronto
congenian. La montaña rusa es una excitante experiencia. El bailongo del Palace
posee animación cósmica. Blackpool nocturno. Luces, el País de las Hadas,
Romance.
Es el final de un día pleno de eventos. Fanny
acepta las galanterías de Allan. El joven la invita a Llandudno el resto de las
vacaciones. Fanny encarga a Mary Hollins (Peggy Carlisle), amiga y compañera de
habitación, echar al correo una postal al terminar la semana, para que los
padres la sitúen en Blackpool.
Cuando sólo quedaban unos días de libertad, y
las máquinas se encuentran inmovilizadas, el corazón de Hawthorne figura al
lado del negocio, igual que el de Jeffcote.
El padre de Mary Hollins, preocupado, recibe
un telegrama. Mary se ahogó en un accidente. La señora Hawthorn tiene la ilusión de que Fanny se halle a salvo. Los padres de Fanny son informados de
que la ultima vez que la vieron, bailaba emparejada con Allan Jeffcote. Y, en
las pertenencias de Mary, aparece la postal, que no había enviado. Fanny y
Allan disfrutan su romance en la campaña. Es prudente pasar por Manchester
y tomar el tren de vuelta a casa.
Fanny regresa de noche. La madre, crispada,
aguarda el momento de sonsacarla. Al preguntarle por Mary, contesta que la perdió de vista un momento. Ilusionada, cuenta las felices vacaciones y repara en el
silencio y la seriedad de los cabizbajos padres. Lo que cuenta son mentiras. La
tarjeta no tiene sello. Cuando la informan que Mary pereció ahogada, Fanny
prorrumpe en lágrimas. Como la madre no obtiene información satisfactoria, la golpea. Forzada, sentencia que podría haberse ahogado con Mary; pero fue a Llandudno con
Allan. La señora Hawthorn indaga si él prometió casarse. Pero eso es asunto
de Fanny.
La señora Hawthorn incita al esposo a
despabilar, si quieren sacar lo mejor del asunto. Tiene que concertar el
matrimonio con Nat Jeffcote.
Jeffcote es reclamado de su descanso. Hawthorn
aclara que el asunto no tiene conexión con la fábrica, sino con la hija. Jeffcote entiende que el sujeto es alguien empleado en la fábrica.
Muchas parejas se encuentran felizmente casadas de esa manera. Y si no se casa
con Fanny lo despedirá. Estupefacto ante la desorientación, Hawthorn decide
informarle, que la persona es Allan. Jeffcote tacha al hijo de tonto. Sin embargo, la culpa
es de los dos. Cuestión de sangre caliente.
Cuando llega Allan, Hawthorn lo recibe con
gestos de reproche. Al ausentarse, el padre expresa que pudo encontrar en su
corazón una correa y tomarla para él. Tiene que casarse con la joven. Aunque
falta estimar el compromiso con Beatrice. El matrimonio habría unido las
dos mayores fábricas de Lancanshire.
En Los Cedros, la residencia de Sir Timothy
Farrar, la familia Jeffcote es portadora de la desagradable noticia, que
infunde de desesperación a Beatrice. Allan apunta que no desea trocarla por
Fanny, aunque el padre lo desmiente. Fanny sólo fue un pasatiempo. Pero decide
casarse.
Jeffcote concierta una conferencia con los
Hawthorn. La señora Hawthorn saborea el éxito del compromiso. Fanny se presenta
vestida corrientemente, sin dar importancia al tema.
La señora Hawthorn, una matrona tradicional,
exige el casamiento. No estará satisfecha con menos. Fanny asiste al encuentro
de brazos cruzados, sentada de costado. Las madres discuten. Jeffcote golpea la
mesa con el puño, para imponer armonía. La señora Jeffcote plantea que tiene
que ser una boda discreta, en una oficina de registro. La señora Hawthorn se
muestra inflexible. Tiene que ser en la iglesia, con amonestaciones y todo. El
asunto ya es bastante irregular. Es entonces cuando Fanny toma la palabra,
semisonriente y sin dar importancia a la cuestión. Pregunta si contrató al
párroco, si va a hacer todos los arreglos. La madre se apresura a silenciarla. Fanny no tiene intención de casarse con Allan. ¿Por qué debería hacerlo? Enfrentada a
la prepotencia del industrial, habla en serio. Dará problemas. Jeffcote comenta
con Allan su timidez y que averigüe cómo actuar.
La pareja a solas, Allan no puede
entender que una joven no salte hacia él cuando tiene la ocasión. Él mantiene que deben casarse, o disgustará al padre. Es como si la regalasen, tal
como una libra de té. Unas caricias calman a Allan. Le gustaría entender su
punto de vista. Un romance es agradable, pero el matrimonio sería un fracaso.
Y Fanny pasa delante de todos sin mirarlos, y
sale de la mansión. Allan no pierde el tiempo en comunicar a Beatrice que
siguen comprometidos.
Cuando los Hawthorn vuelven al humilde hogar,
no tienen que poner en la calle a la hija. Fanny recogió las cosas y los
abandona. Se hallará sola en el futuro. La autoritaria madre no la preocupa.
Para el padre tiene una dulce despedida.
La joven obrera de la fábrica se reincorpora a
la acción de las pesadas máquinas.
Ana Kontroversy
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