viernes, 1 de febrero de 2013

ALFRED HITCHCOCK. EASY VIRTUE, 1927







La virtud solícita es la recompensa de la sociedad por una reputación virtualmente fácil.
Una legalización de divorcio. Causa de divorcio, Filton, v. Filton y Robson. El fiscal (Ian Hunter) acusa intimidatoriamente a la señora Filton (Isabel Jeans). No puede negar un asunto amoroso con el demandado. Larita es una mujer de mente abierta, ante unos indagadores extraños y un publico ruidoso. Debe repetir la declaración con la atención fija en una licorera.
Larita permanece majestuosa cuando Claude Robson (Eric Bransly Williams) pinta el retrato de la elegante señora. El marido, Aubrey Filton, utiliza la jarra constantemente, vacilantes los gestos.
Iluminada la pintura, el artista toma las manos de la mujer, y promete que en el taller nunca habrá bebida. La piedad es cercana al amor.
En una carta, Claude tacha a Filton de bruto loco y ofrece lo que tiene por hacer feliz a Larita. Quiere convencerla, aunque la señora se muestra indiferente y alejada. En esa actitud son descubiertos por Filton. Desafía al pintor, quien coge de un cajón un revólver y dispara. Filton le muele a bastonazos, hasta que lo abandonan las fuerzas y se desmaya. Larita declara lo ocurrido. El marido recobra el conocimiento y halla la carta de Claude.
El jurado delibera. La atractiva mujer pasaba el día con otro hombre, quien la amaba. Y el demandante había dejado el dinero a la señora.
El veredicto. Encuentran a Larita Filton culpable de adulterio con Claude Robson. La mujer manifiesta desolación.
Reporteros, fotógrafos, publicidad. Larita buscó olvidar todo aquello en las tolerantes costas del Sur de Francia. Firma en la hoja del hotel con el apellido Grey.
Larita pudo esconder su dolorido corazón, pero no su magnético encanto y pronto llegaron atenciones que había deseado evitar.
Conoce al joven John Whittaker (Robin Irvine) cuando jugaba al tenis, y la pelota impactó en el pómulo de la turista. En la terraza del hotel, con el paisaje marino de fondo, degustan un cocktail. Un duque le envía rosas.
Larita encontró la tranquilidad en la devoción de John. Era como una brisa que barría los espantosos recuerdos del pasado. Irresistiblemente enamorado, es todo lo que le importa. Podrían casarse y directamente ir a ver a la parentela, a la cual la mujer tiene que hechizar.
La llegada de Larita a Moat House, la mansión de los Whittaker en las Tierras Altas, desconcierta a la estirada madre de John. A la hermana le extrañó que la invitada no fuese morena y con aspecto extranjero. A la cena asiste Sara, la prometida de John.
El enfrentamiento de la matrona Whittaker puso a John en el compromiso de contar que se había casado con Larita. La señora insiste en que vio esa cara antes.
Los días que siguieron la señora Whittaker hizo de la vida de Larita una prueba, en privado. Pero era plena de sonrisas y dulzuras en publico.
El encuentro con el fiscal Green, amigo de los Whittaker, coge desprevenidos a los dos. El sitio ataca los nervios de la protagonista. Pero se quedó y sufrió.
La angustia y la acción de la generación impactan con el descubrimiento, a través de los ecos de sociedad, de la personalidad de Larita. La madre lo llama un vil secreto. A pesar del apoyo de papá Whittaker, John sufre una decepción. Les preocupa ser la comidilla de la conversación. Larita apunta que el ambiente al que pertenece no entiende este código de relajada y fácil virtud.
En la celebración de un elegante party, los invitados quieren conocer a la recién casada. Aparece resplandeciente, con un abanico de plumas. Sospecha que el fiscal les informó de lo ocurrido. Se arrepiente de haberse casado. Decide marchar esa noche.
A las puertas del tribunal, la famosa en divorcios Larita Filton, tienta a los fotógrafos a que disparen. No queda nada que puedan matar.
  




Ana Kontroversy







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