Anatole France
Las aguas amarillentas del Sena.
Galanterías oxidadas como la chatarra que despliegan los buhoneros, entre las cuales incluía algunas flores secas de las antologías.
Lo que ya no es no fue nunca.
Bastante advertida de la tristeza de todo.
Viento negro.
Sabía que el vivir no merece demasiada inquietud ni ilusión; es algo común y corriente.
El estrecho brazo del Sena, haciendo correr sus aguas trágicas.
No sabemos qué hacer de esta vida demasiado corta.
Una acción no prueba nada. Es la masa de las acciones, su peso, la suma, lo que constituye el valor del ser humano.
Como la piedra que cae desea caer.
Esqueleto de flores.
Quiero ver, lanzarme, empaparme de las cosas.
Se le negó la razón.
Un bohemio, un borracho.
El grupo político al que pertenezco está a dos dedos del poder.
La pasión es un desierto árido, una Tebaida ardiente. La pasión es el ascetismo profano, duro como el ascetismo.
Amores donde abismarse deliciosamente.
Viejo niño perdido, lleno de vicios sinceros y de inocencia.
Los ramos violetas de los árboles despojados por el invierno y las cortinas de álamos al borde de los plateados ríos.
El fino sol de invierno la envolvía en oro pálido.
Grandes árboles tristes.
Esas influencias atmosféricas, que hacen vivir o perecer.
Miradas de cortesano.
La eternal perla.
Su existencia sería una realización artística hermosa y escondida.
La tortura de la idea fija.
Lienzo del río.
Invasión del furor.
Pobre caricatura, juguete de la vida.
Abismo de extrañeza.
El porvenir es siempre desconocido y vago y oscuro ante mí.
Lago desolado y hermoso.
Abolición de los impuestos y del servicio militar.
Los cazadores suelen amar a los animales.
Amar a una mujer en todo el esplendor de su belleza y de su ingenio, dueña de sus deseos, la cual sabe lo que quiere y es, por tanto, más deseable, cuya selección es libre, voluntaria y sagaz.
¿Qué sería de nosotros, si las mujeres no tuviesen la piedad de la locura?
El ensueño que colorea la negrura de la pena.
El amor preserva la belleza.
Pabellón de las cabras y las ninfas.
El color del universo.
Hoyuelos como nidos de besos.
Para crear una figura viva hay que tomar al modelo como materia vil, de la cual extraer la belleza que se amasa, para obtener su esencia.
Cualquier criatura humana es un ser diferente en cada uno de quienes la ven.
Las ideas negras vienen a sentarse en círculo a mi alrededor.
Pequeño círculo de íntimos.
El ligero aire de septiembre.
Geometría verdeante.
Loco desorden.
Un grupo de juncos plomizos en el centro de una copa de mármol rosa.
Perspectiva del parque.
Rostro herpético cubierto con una barba sucia.
El verdadero apoyo de un Gobierno es la oposición.
Modelar un perrito con la miga de pan.
Un político no debe adelantarse a las circunstancias.
Las más finas astucias de la política.
El océano de las cosas.
No hay que separarse nunca cuando se ama.
Ramas negras de un árbol de Judea.
El hambre, el amor y la muerte.
Los pueblos creen que tienen otros jefes y otros ministros, que sus miserias, sus deseos y su imbecilidad.
Las alhajas hermosas tienen un aire de espléndida crueldad.
Martillo de fuego.
Pronta voluntad para la nada.
La agobiante inmovilidad del tiempo.
Las noches son muy largas en diciembre.
Relámpago de odio.
Mundo horriblemente banal.
La rabia oscura del deseo.
(La azucena roja)
Con el título de "La reina Pedanca" (la mujer del rey Roberto, "La reina Pantoja" de la versión española) ha publicado Anatole France una de sus novelas.
Proust
Ese brujo de Anatole France.
Preguntaría a Anatole France cómo puede creer en la unidad de estilo, cuando las sensibilidades son singulares. Incluso la belleza del estilo es el signo infalible de una imaginación elevada, que ha enlazado las conexiones entre los objetos, cuya contingencia los mantenía separados.
Mansfield
Su rostro destacaba sonrosado sobre los enlutados ropajes, con esa encantadora dignidad del mundo de antaño. Le veía rememorando a Rembrandt y a Anatole France.
Wells
"Le Lys Rouge".
Preguntaría a Anatole France cómo puede creer en la unidad de estilo, cuando las sensibilidades son singulares. Incluso la belleza del estilo es el signo infalible de una imaginación elevada, que ha enlazado las conexiones entre los objetos, cuya contingencia los mantenía separados.
Mansfield
Su rostro destacaba sonrosado sobre los enlutados ropajes, con esa encantadora dignidad del mundo de antaño. Le veía rememorando a Rembrandt y a Anatole France.
Wells
"Le Lys Rouge".
U. Sinclair
Thibault, su nom de plume era Anatole France.
Una acaudalada dama parisina, Madame de Caillavet, había hecho rico y famoso a Anatole France, procurándole un salón, para la exhibición de sus talentos.
"El lirio rojo", una historia de amor, que transcurría en los círculos de alta sociedad, salpicada de la juguetona burla característica del hombre de mundo. La heroína se veía envuelta con tres hombres sin saber qué hacer.
Dos Passos
"La Révolte des Anges".
Savinio
Anatole France desastrado personaje de las letras francesas.
Dos Passos
"La Révolte des Anges".
Savinio
Anatole France desastrado personaje de las letras francesas.
A. Huxley
"Thaïs" de Anatole France es un libro elemental para chicos.
Lukács
Con la cuestión de la defensa de la dignidad humana pisoteada, de la defensa frente los obstáculos opuestos al pleno desarrollo humano Anatole France es más radical y decidido que Émile Zola.
El ánimo humanista y la rebelión humanista penetran los libros de Anatole France.
Goldmann
En una ocasión, Anatole France dio una definición famosa. "La ley reconoce a los millonarios y a los clochards o vagabundos igual ventaja a dormir debajo de los puentes de París".
Radbruch
En el drama vive, generalmente, el conflicto entre dos valores que pugnan, entre la personalidad y el mandato jurídico; pero la literatura nos revela, en vez del equilibrio antinómico entre dos fuerzas encontradas, la primacía de uno de los factores; el escepticismo mundano o el pathos religioso pueden poner en duda y hasta negar el valor de la Ley respecto a lo humano, la finalidad como vehículo de la humanidad. No creemos que haya ningún libro de la literatura, en el que la corrosión escéptica de los valores legales cobre rasgos impresionantes, como en el relato de Anatole France titulado "Crainquebille". El exponente literario de la negación de la ley por la emoción religiosa, como fruto de lo que podríamos llamar una interpretación radical del Sermón de la Montaña, lo tenemos en "Resurrección", la novela de Tolstoy. Todo jurista debiera debatirse interiormente con esta actitud de negación radical de la Ley.
Goldmann
En una ocasión, Anatole France dio una definición famosa. "La ley reconoce a los millonarios y a los clochards o vagabundos igual ventaja a dormir debajo de los puentes de París".
Radbruch
En el drama vive, generalmente, el conflicto entre dos valores que pugnan, entre la personalidad y el mandato jurídico; pero la literatura nos revela, en vez del equilibrio antinómico entre dos fuerzas encontradas, la primacía de uno de los factores; el escepticismo mundano o el pathos religioso pueden poner en duda y hasta negar el valor de la Ley respecto a lo humano, la finalidad como vehículo de la humanidad. No creemos que haya ningún libro de la literatura, en el que la corrosión escéptica de los valores legales cobre rasgos impresionantes, como en el relato de Anatole France titulado "Crainquebille". El exponente literario de la negación de la ley por la emoción religiosa, como fruto de lo que podríamos llamar una interpretación radical del Sermón de la Montaña, lo tenemos en "Resurrección", la novela de Tolstoy. Todo jurista debiera debatirse interiormente con esta actitud de negación radical de la Ley.
Bon
Salones favorables a Dreyfus. El de la señora Strauss y el de la señora De Caillavet, frecuentado por A. France.
Salones favorables a Dreyfus. El de la señora Strauss y el de la señora De Caillavet, frecuentado por A. France.
Jakob Wassermann
Impecable organización.
Obligada conversación.
Valor, argumento.
Conversación trivial.
Apasionadas controversias.
Solía terminar la conversación sin compromiso, deslizándose hacia un mortificante vacío.
Fantasía, actos interiores, conversaciones imaginarias.
Fama tumultuosa.
El asunto había trascendido la publicidad, dando alas al habitual aplauso.
Adoptar una actitud de indiferencia.
Decisiones enérgicas.
Desprenderse con sofística de rábula (abogado indocto y charlatán).
Ingenuo, campechano, avispado.
Ingenuo laconismo científico.
Cuando uno tiene una teoría, no hay fuerza humana con aptitud de arrancarle.
Primeramente entabló la conversación en broma. Desvió luego sin esfuerzo la conversación por senderos más serios.
Inmóvil como la piedra para el ojo animado.
Conversar dócilmente.
Una absorbente conversación.
Había fuertes corrientes subterráneas en favor del acusado.
Existen ilusos, que examinan un mártir al pobre Gaspar Hauser.
Redactar obituarios para los periódicos.
Rumor de la conversación.
El que tiene fantasía siempre cosecha cuanto da y recoge donde enseña.
Provenir rencoroso como sólo pueden serlo los caracteres inferiores y, en ocasiones, los superiores.
Lo más indicado es analizar los hechos animadamente; toma de decisión, apreciación, ponderación. Si se consiste en realizaciones, entonces entendimiento intelectual, lentitud metódica.
En el ardor de la conversación.
Un tono de reservada perplejidad.
Una indecible acusación.
Las personas que se permiten arrastrar por las palabras se encuentran en peor situación, que aquellas a quienes acusan con buenas razones de sus actos.
Fatalidad, fracaso, discordancia.
Una entrevista adusta y solemne.
La conversación se deslizaba sin mayor trascendencia.
Decisión, libre voluntad.
Peso de la acusación.
Jugador, león de los salones.
La soberana ligereza de su conversación.
Soberana generosidad.
Murmullo de una conversación.
El encanto no reside en la voz ni en la selección de las palabras, sino en la exactitud de la expresión, en la superioridad de la postura.
Diferencia grande entre los míseros fragmentos y un todo práctico.
La conducta del acusado antes de su apresamiento.
Las imposiciones y los razonamientos de la existencia.
La conversación se movía en el terreno de las cosas prácticas.
Se sentía abandonada, like a single shoe, como zapato desparejado.
Carácter oficial de la conversación.
Contestó con la estereotipada inclinación de cabeza; era como la cortesía de un pingüino.
Es incumbencia del acusado escoger el defensor.
Iniciar pronto una conversación.
Actitud reservada.
Las cosas tienen una verdad más profunda de lo que se puede ver y entender.
No hay ninguna existencia firmemente concentrada, que no permita abierto un camino de acceso, si se sabe buscarlo con inteligencia y astucia.
La ida a la visita tenía que ser como un vuelo ausente de la voluntad, llevado en alas de un elemento.
Reconocer la generosidad de la casualidad.
Hablar receloso y amenazador, opuesto a benevolente y falsamente afable.
Demostrar con gran abundancia de argumentos, cuidadosamente meditados.
Un elegíaco parpadeo.
Empezar de manera convencional la conversación.
No fue precisa más que la acusación, para que fuera culpable.
Pesar una acusación.
Recelosa indiferencia.
Poroso y frágil.
Es imposible retener una ola; cada emoción es arrastrada por otra más fuerte, más oscura, más temerosa y salvaje.
Control severo sobre las conversaciones particulares.
Inquietante y breve conversación.
Un entusiasmo biológico, analítico.
Con controversias no se conmueve ninguna realidad.
Una realidad provista de los más persuasivos detalles, un relato ruso.
La voluntad configura el rostro.
El intacto depósito de pasadas generaciones.
Un carácter misterioso, desconocido, oscuro, en el que todo ha de comenzar por ser descifrado con un mínimo de experiencia y un máximo de abnegación.
Efecto ridículo de las caricaturas de Eisele y Beisele. Figuras simbólicas de la revista humorística <<Kladderadalch>>, representadas por un sujeto grande y otro pequeño, que discuten.
Se desencadenó, furioso, el huracán de frases de sedimentados conflictos.
Sólo el que desprecia la posesión puede jugar una gran puesta.
La gente humilde no exige un patrón de etiqueta; ve en las demás personas algo oscilante, ya que oscilan también sobre las profundidades.
Sospechoso, écrasant.
Aperçus, partos tardíos de la experiencia; puedo hacer entender poco la esencia.
Las comillas de la cultura.
La rapidez, como el ojo, divisa y la razón capta.
Un libro de grabados, raro como aniquilador de los nervios.
Blanco cemento.
Acusar de falsificación de documentos.
La gran oriflama del pasado.
Catarata de facundia.
Un cínico estribillo.
La conversación iniciada seguía su curso.
Aniquiladoras conversaciones.
Piadosas mojigaterías.
Dibujar el lugar, la situación, con delicadeza literaria.
El valor preciso para acusar.
Argumentos serenos y adecuados.
Andamiaje de la existencia.
Jugar va banque.
Ribetes de egoísmo.
Arrojar una acusación.
En lo imaginado hay siempre enfrente una persona; hecho, el más natural del mundo, por cuanto es imaginada; el más inesperado y desconcertante cuando esa persona se presenta en realidad.
Inficcionado por la atmósfera del hombre-sombra.
La manera de incitar la conversación.
Mantener la acusación.
Cauchemar. Pesadilla.
La injusticia y el dolor de la tierra tienen su fundamento en que las experiencias no pueden ser transmitidas a los demás. A lo sumo, comunicadas. Entre lo mesurado y lo insoportable, se halla el mundo de la experiencia, que sólo uno puede darse.
El cerebro humano es un absurdo établissement.
Surgen recuerdos como ígneos dragones.
Proponer sutiles argumentos.
El desarrollo de los hechos.
Desviar la conversación hacia terreno neutral.
Terriblemente importante como el Metro.
Michael Kolhaas es la figura más odiosa de la tierra; ninguna persona fuera de Alemania entiende sus ideas prusianas. Personaje del libro de H. von Kleits.
Vaciló el fiscal en promover la acusación.
Le malheur de una inspiración.
El tiempo, cuando cubre misericordioso las cosas o cuando las destapa cruelmente, tiene unos modales soberanos, para mostrar en su mezquindad la verdadera referencia de lo que aparece al ojo humano como inextricable laberinto y misteriosas profundidades.
Letárgica estupefacción.
La llama de la persuasión.
Frase de barro.
Barreras del respeto.
Regente de oscuros destinos.
(El caso Maurizius)
Temores y goces.
Las personas con remordimientos suelen hablar en sueños y prefieren dormir de día antes que de noche, cuando acostumbran aflorar las reflexiones.
Malhumor desilusionado.
Suave ironía, arma de los experimentados frente a los entusiastas.
El verdadero punto de partida, la palabra con la aptitud de despertar el recuerdo, de descorrer el velo que envolvía la sucesión de causas y efectos.
Rayos del sol, fulgor de la luna.
Dormir sin sueño, velar sin soñar.
Sueño febril, opuesto a realidad.
Un animal raro e intrigante.
Curioso monstruo.
Acritud de un príncipe ofendido.
Profundo asombro, terror agudo.
Reprimendas de lo político.
Temida resistencia.
Infundir ánimo en las cosas.
Las horas son un tiempo dividido.
Del simple escuchar nacía el verbo.
Muchas palabras tienen rostros; o resuenan como las campanas en la oscuridad; o son como llamas entre la bruma.
Saborea la palabra, la siente amarga o dulce. Era largo el camino entre el objeto y la palabra.
¿Por qué? Asombrado, codicioso, irrespetuoso.
Este permanente movimiento no respeta límites.
Subyugado por la voluntad de saber.
Apuntando a lo aparentemente inescrutable, la burda y torpe imaginación.
La realidad, opuesto a las tinieblas de lo sobrenatural.
Puro el instinto, no pervertido por la serpiente del saber.
De ordinario, los sueños están conectados con algo fortuito, juegan sin trabas con los presentimientos, los deseos y el miedo.
Sueños como emisarios, como aves marinas, que depositasen en lejanas costas restos de un buque naufragado.
Nimbo del ánimo.
Pagano que jura por sus ídolos.
Un príncipe dado de lado.
Parco y severo formulismo.
El cuerpo humano es atacado frecuentemente por enfermedades pasajeras, de las que deviene más sencillo desprenderse por materiales homeopáticos. Dosis de silícea.
Viejo proverbio. El médico astuto toma el remedio de donde proviene la enfermedad, apaga el fuego por las llamas. Vosotros, hijos de la naturaleza, haced poco de mucho y actuad mucho con poco.
Poderosos encerrados y libres en la jaula dorada de la filosofía.
Superchería de la ley.
Las gentes que se mueven dentro de las esferas superiores se solidarizan ante el temor de que les destapen los demás, les disgusta transformar sus círculos en un mercado, permitiendo que sus asuntos privados sean pasto de la curiosidad publica.
Su voluntad se había anticipado a la coacción.
Jeroglífico, misterio, lema, conjuro.
La vida nos enseña a diferenciar entre lo malo de verdad y lo que nos fuerzan a hacer las circunstancias.
Establecer una corriente metafísica. Exigir mentalmente atender los deseos.
Infantil franqueza y cordialidad.
Rostro del presidente, alterado por sus reflexiones y preocupaciones, por el esfuerzo de una actitud vigilante, como por el fuego de su apasionado temperamento, semejante al de un enfermo o un poseído.
Densas tinieblas de las circunstancias y del tiempo.
Trama delictiva.
Camino intermedio entre la publica denuncia y el cobarde silencio, que satisficiera su amor propio.
La autoconciencia bastante manchada, para impedirle protestar.
Irresistible fuerza de la palabra. Fluye la verdad e incita a proseguir.
La linajuda estirpe había visto extinguirse sus descendientes masculinos, frente cualquier suposición humana, para dar sitio a una rama nacida de un matrimonio morganático.
Los rumores, a menudo provienen de fuentes veraces.
Mundo de la corte, en el que la astucia y la alevosía aparecían envueltas por una nube de perfume, donde la infamia aturdía a sus víctimas con hipócritas adulaciones. Aquellos para quienes la historia no significaba más que su árbol genealógico, la religión una letanía, la filosofía un maldito jacobinismo, la política un remedio para miopes, la economía publica una especulación matemática sin comprobante, los derechos humanos un juego de prendas, el soberano un escudo de su propia grandeza, la patria una finca arrendada y la libertad el error temerario de unos miserables locos.
Fantástico pesimismo.
Novelas francesas. Exacerbado sentimentalismo y ansia de aventuras.
Arte e inteligencia de disimular.
Turbias aguas de pasiones novelescas y licenciosas.
Alegría de una familiaridad íntima.
Su alegre espera semejaba un sueño.
El pavo real esconde su cola al ver sus asquerosas patas.
Cofres y utensilios de viaje.
Halo de mundanidad y simpatía.
En sus ademanes mostraba orgullo y reserva.
Integrado, perfecto, renacido, creado a semejanza divina.
Sinrazón e injusticia.
Se le abrían las puertas del cielo y le era mostrada la mano que todo lo podía.
Seres de sus sueños, que el verbo, lleno de vida y pasión, iba creando.
Dichos y refranes propios de la ciudad.
Atrevimiento de un beodo.
La fuerza es inmoral.
Acusar de ser promotor de falta de disciplina.
Hálito de un libre y amplio mundo.
Fuego del deseo.
Señorial independencia de su inmensa mansión.
El destino, en melodramática actividad, perseguía de país en país a los hijos de su estirpe, maldita.
Estrechamente vigilado, lo cual le impulsó a actuar.
Palabras extrañas, monstruosas, de un melodrama.
Las pequeñas partículas de cal que se desprendían de las paredes le hacían recordar la muerte.
Los príncipes no lloran.
Superior menester que eleva el destino de los hombres y que los vincula misteriosamente.
La pasión vencida eleva al ser humano.
Peso de la autoridad.
Nimbo de simpatía.
Desarrollo del asunto.
Exquisita y obligada humildad y devoción.
Al margen de la acusación.
Un proceso legal plagado de trámites y de instancias.
Hilos de sus intrigas.
Cada hora del presente era como la ruina del pasado; cada día, la tumba de un dorado sueño.
Paga al cuchillo de algún bravo.
Rostro jupiterino.
Ojos de un poseído o de un fugitivo.
Cortés atención.
Justificación atávica.
Voluntad que se desarrollaba dominantemente.
Me consagré a la ley. Desdeñé las palabras, para enaltecer el sentido. El ser humano tenía más importancia que las frases escritas.
Regla con la aptitud de discernir entre instinto y responsabilidad.
Obraba con la horrible tranquilidad de un sonámbulo.
Sólo merecería ser ahorcado el ladrón sin una gota de filosofía en el cuerpo.
La noche quiere sueño.
Asoman palabras que no han sido conjuradas, despiertan tenebrosos rasgos.
Viendo el vacío con entristecida terquedad.
Formidables fuerzas que habían formado su destino.
Pero una cosa significa la sospecha presentida y otra muy distinta la verosimilitud angustiante.
Calabozo del ánimo, silencio.
Duplicidad de caracteres.
El ánimo es el verdadero elemento por el que el ser humano reconoce al ser humano.
Curiosidad de un sonámbulo, al que hicieran cosquillas en los pies.
Lindes de la cortesía.
Pasiva sabiduría oriental y gracia andaluza.
Desarrollar actividad.
Experiencia de las leyes, las constituciones y las organizaciones publicas.
Dos rostros. El uno demasiado sabido y odiado, el otro impreciso y vago como las sombras de la noche, lejano como la luna.
La vida transcurre en un puente entre dos noches. Lo que un día regala lo recobra al siguiente.
Sustancias puras del ánimo.
Manifestación extemporánea de afectos rebuscados.
Sombra de sombrío pesar.
Indomable encadenamiento de las circunstancias por las que se le ofreciera un destino muy poco corriente.
Acusar de impotencia ante todos, de la debilidad que ya no podía esconder.
Calcular en los comensales el grado de devoción que sentían por el plato.
Juego del faraón en el casino.
Adquirir práctica del cálculo.
Firmamento de los numerosos mundos planetarios.
Soldados analfabetos.
Hilos del crimen.
Pretensiones manifiestas.
Fantasía pervertida.
Idilios de Gessner. Escritor suizo del siglo XVIII.
Terca lucha con las fuerzas instintivamente estimadas omnipotentes y sobrenaturales.
Moral guerrera.
Fuerza serena y mayestática.
En el tejado del castillo había un arpa de viento.
En las personas de carácter habitualmente serio, su alegría deriva en grosería.
Frente jupiterina.
Los colosos gigantes llevan látigos de trillar.
Tener apego al oro.
Parpadeo de las personas de vista cansada.
Rígido como una cariátide.
Límites que permite un saber superficial.
Tela cortada para las conversaciones.
Estela de entusiasmo.
Preservar las maneras propias de la justicia, dando a las más inocentes palabras un doble sentido.
Refrán. Quien siempre miente, nunca engaña ni es creído.
Visiones alevosas.
Mandato expreso del alcalde, extender el protocolo sobre la cuestión.
La opinión publica, cobarde como intangible, acostumbra pronunciar sus veredictos con las espaldas bien guardadas.
Envidiable y descollante situación.
Blancura deslumbrante de la llama del magnesio.
Semilla de la vida, que guarda la naturaleza.
Fuerza creadora de los elementos.
(Caspar Hauser)
Esfera de la corrección y del estricto convencionalismo.
Tabla de valores.
Disfrutar de un corto plazo de gracia.
Actitud de excitación.
Pocas caras acusaban la autoconciencia del peligro.
Un rictus de terror.
Crecer el miedo.
Un compromiso tácito.
Aumentar el activo de la cuenta.
Unos bravos pagados casi me matan a porrazos.
Las bacanales de las brujas.
Violación, ilusoria fantasía y bajeza.
Tergiversar las palabras, argucias del leguleyo, defender con gran lujo de elocuencia cosas evidentes.
El camino que conduce a las llamas recónditas.
Valor del silencio.
Actitud sumisa.
Los ojos cuestionadores de un niño.
Le impresionó como un ente intocable, que se retuerce como el humo y que se diluye en la nada cuando se tienden los brazos hacia él.
El sol se había puesto entre vahos, indicio de mal tiempo.
Cuadros martirizantes y torturantes de una pesadilla.
Sentir una tensión sofocada.
Hacer una reverencia cínica.
Renacer el temblor.
Montar en una cólera loca.
Proceder como Martín el sangriento.
(Golovin)
Temores y goces.
Las personas con remordimientos suelen hablar en sueños y prefieren dormir de día antes que de noche, cuando acostumbran aflorar las reflexiones.
Malhumor desilusionado.
Suave ironía, arma de los experimentados frente a los entusiastas.
El verdadero punto de partida, la palabra con la aptitud de despertar el recuerdo, de descorrer el velo que envolvía la sucesión de causas y efectos.
Rayos del sol, fulgor de la luna.
Dormir sin sueño, velar sin soñar.
Sueño febril, opuesto a realidad.
Un animal raro e intrigante.
Curioso monstruo.
Acritud de un príncipe ofendido.
Profundo asombro, terror agudo.
Reprimendas de lo político.
Temida resistencia.
Infundir ánimo en las cosas.
Las horas son un tiempo dividido.
Del simple escuchar nacía el verbo.
Muchas palabras tienen rostros; o resuenan como las campanas en la oscuridad; o son como llamas entre la bruma.
Saborea la palabra, la siente amarga o dulce. Era largo el camino entre el objeto y la palabra.
¿Por qué? Asombrado, codicioso, irrespetuoso.
Este permanente movimiento no respeta límites.
Subyugado por la voluntad de saber.
Apuntando a lo aparentemente inescrutable, la burda y torpe imaginación.
La realidad, opuesto a las tinieblas de lo sobrenatural.
Puro el instinto, no pervertido por la serpiente del saber.
De ordinario, los sueños están conectados con algo fortuito, juegan sin trabas con los presentimientos, los deseos y el miedo.
Sueños como emisarios, como aves marinas, que depositasen en lejanas costas restos de un buque naufragado.
Nimbo del ánimo.
Pagano que jura por sus ídolos.
Un príncipe dado de lado.
Parco y severo formulismo.
El cuerpo humano es atacado frecuentemente por enfermedades pasajeras, de las que deviene más sencillo desprenderse por materiales homeopáticos. Dosis de silícea.
Viejo proverbio. El médico astuto toma el remedio de donde proviene la enfermedad, apaga el fuego por las llamas. Vosotros, hijos de la naturaleza, haced poco de mucho y actuad mucho con poco.
Poderosos encerrados y libres en la jaula dorada de la filosofía.
Superchería de la ley.
Las gentes que se mueven dentro de las esferas superiores se solidarizan ante el temor de que les destapen los demás, les disgusta transformar sus círculos en un mercado, permitiendo que sus asuntos privados sean pasto de la curiosidad publica.
Su voluntad se había anticipado a la coacción.
Jeroglífico, misterio, lema, conjuro.
La vida nos enseña a diferenciar entre lo malo de verdad y lo que nos fuerzan a hacer las circunstancias.
Establecer una corriente metafísica. Exigir mentalmente atender los deseos.
Infantil franqueza y cordialidad.
Rostro del presidente, alterado por sus reflexiones y preocupaciones, por el esfuerzo de una actitud vigilante, como por el fuego de su apasionado temperamento, semejante al de un enfermo o un poseído.
Densas tinieblas de las circunstancias y del tiempo.
Trama delictiva.
Camino intermedio entre la publica denuncia y el cobarde silencio, que satisficiera su amor propio.
La autoconciencia bastante manchada, para impedirle protestar.
Irresistible fuerza de la palabra. Fluye la verdad e incita a proseguir.
La linajuda estirpe había visto extinguirse sus descendientes masculinos, frente cualquier suposición humana, para dar sitio a una rama nacida de un matrimonio morganático.
Los rumores, a menudo provienen de fuentes veraces.
Mundo de la corte, en el que la astucia y la alevosía aparecían envueltas por una nube de perfume, donde la infamia aturdía a sus víctimas con hipócritas adulaciones. Aquellos para quienes la historia no significaba más que su árbol genealógico, la religión una letanía, la filosofía un maldito jacobinismo, la política un remedio para miopes, la economía publica una especulación matemática sin comprobante, los derechos humanos un juego de prendas, el soberano un escudo de su propia grandeza, la patria una finca arrendada y la libertad el error temerario de unos miserables locos.
Fantástico pesimismo.
Novelas francesas. Exacerbado sentimentalismo y ansia de aventuras.
Arte e inteligencia de disimular.
Turbias aguas de pasiones novelescas y licenciosas.
Alegría de una familiaridad íntima.
Su alegre espera semejaba un sueño.
El pavo real esconde su cola al ver sus asquerosas patas.
Cofres y utensilios de viaje.
Halo de mundanidad y simpatía.
En sus ademanes mostraba orgullo y reserva.
Integrado, perfecto, renacido, creado a semejanza divina.
Sinrazón e injusticia.
Se le abrían las puertas del cielo y le era mostrada la mano que todo lo podía.
Seres de sus sueños, que el verbo, lleno de vida y pasión, iba creando.
Dichos y refranes propios de la ciudad.
Atrevimiento de un beodo.
La fuerza es inmoral.
Acusar de ser promotor de falta de disciplina.
Hálito de un libre y amplio mundo.
Fuego del deseo.
Señorial independencia de su inmensa mansión.
El destino, en melodramática actividad, perseguía de país en país a los hijos de su estirpe, maldita.
Estrechamente vigilado, lo cual le impulsó a actuar.
Palabras extrañas, monstruosas, de un melodrama.
Las pequeñas partículas de cal que se desprendían de las paredes le hacían recordar la muerte.
Los príncipes no lloran.
Superior menester que eleva el destino de los hombres y que los vincula misteriosamente.
La pasión vencida eleva al ser humano.
Peso de la autoridad.
Nimbo de simpatía.
Desarrollo del asunto.
Exquisita y obligada humildad y devoción.
Al margen de la acusación.
Un proceso legal plagado de trámites y de instancias.
Hilos de sus intrigas.
Cada hora del presente era como la ruina del pasado; cada día, la tumba de un dorado sueño.
Paga al cuchillo de algún bravo.
Rostro jupiterino.
Ojos de un poseído o de un fugitivo.
Cortés atención.
Justificación atávica.
Voluntad que se desarrollaba dominantemente.
Me consagré a la ley. Desdeñé las palabras, para enaltecer el sentido. El ser humano tenía más importancia que las frases escritas.
Regla con la aptitud de discernir entre instinto y responsabilidad.
Obraba con la horrible tranquilidad de un sonámbulo.
Sólo merecería ser ahorcado el ladrón sin una gota de filosofía en el cuerpo.
La noche quiere sueño.
Asoman palabras que no han sido conjuradas, despiertan tenebrosos rasgos.
Viendo el vacío con entristecida terquedad.
Formidables fuerzas que habían formado su destino.
Pero una cosa significa la sospecha presentida y otra muy distinta la verosimilitud angustiante.
Calabozo del ánimo, silencio.
Duplicidad de caracteres.
El ánimo es el verdadero elemento por el que el ser humano reconoce al ser humano.
Curiosidad de un sonámbulo, al que hicieran cosquillas en los pies.
Lindes de la cortesía.
Pasiva sabiduría oriental y gracia andaluza.
Desarrollar actividad.
Experiencia de las leyes, las constituciones y las organizaciones publicas.
Dos rostros. El uno demasiado sabido y odiado, el otro impreciso y vago como las sombras de la noche, lejano como la luna.
La vida transcurre en un puente entre dos noches. Lo que un día regala lo recobra al siguiente.
Sustancias puras del ánimo.
Manifestación extemporánea de afectos rebuscados.
Sombra de sombrío pesar.
Indomable encadenamiento de las circunstancias por las que se le ofreciera un destino muy poco corriente.
Acusar de impotencia ante todos, de la debilidad que ya no podía esconder.
Calcular en los comensales el grado de devoción que sentían por el plato.
Juego del faraón en el casino.
Adquirir práctica del cálculo.
Firmamento de los numerosos mundos planetarios.
Soldados analfabetos.
Hilos del crimen.
Pretensiones manifiestas.
Fantasía pervertida.
Idilios de Gessner. Escritor suizo del siglo XVIII.
Terca lucha con las fuerzas instintivamente estimadas omnipotentes y sobrenaturales.
Moral guerrera.
Fuerza serena y mayestática.
En el tejado del castillo había un arpa de viento.
En las personas de carácter habitualmente serio, su alegría deriva en grosería.
Frente jupiterina.
Los colosos gigantes llevan látigos de trillar.
Tener apego al oro.
Parpadeo de las personas de vista cansada.
Rígido como una cariátide.
Límites que permite un saber superficial.
Tela cortada para las conversaciones.
Estela de entusiasmo.
Preservar las maneras propias de la justicia, dando a las más inocentes palabras un doble sentido.
Refrán. Quien siempre miente, nunca engaña ni es creído.
Visiones alevosas.
Mandato expreso del alcalde, extender el protocolo sobre la cuestión.
La opinión publica, cobarde como intangible, acostumbra pronunciar sus veredictos con las espaldas bien guardadas.
Envidiable y descollante situación.
Blancura deslumbrante de la llama del magnesio.
Semilla de la vida, que guarda la naturaleza.
Fuerza creadora de los elementos.
(Caspar Hauser)
Esfera de la corrección y del estricto convencionalismo.
Tabla de valores.
Disfrutar de un corto plazo de gracia.
Actitud de excitación.
Pocas caras acusaban la autoconciencia del peligro.
Un rictus de terror.
Crecer el miedo.
Un compromiso tácito.
Aumentar el activo de la cuenta.
Unos bravos pagados casi me matan a porrazos.
Las bacanales de las brujas.
Violación, ilusoria fantasía y bajeza.
Tergiversar las palabras, argucias del leguleyo, defender con gran lujo de elocuencia cosas evidentes.
El camino que conduce a las llamas recónditas.
Valor del silencio.
Actitud sumisa.
Los ojos cuestionadores de un niño.
Le impresionó como un ente intocable, que se retuerce como el humo y que se diluye en la nada cuando se tienden los brazos hacia él.
El sol se había puesto entre vahos, indicio de mal tiempo.
Cuadros martirizantes y torturantes de una pesadilla.
Sentir una tensión sofocada.
Hacer una reverencia cínica.
Renacer el temblor.
Montar en una cólera loca.
Proceder como Martín el sangriento.
(Golovin)
Guillaume Apollinaire
Rigidez alemana.
Obsequiosidad itálica.
Milagro manifiesto.
La mañana, hora de los sueños verídicos.
El amor humano es infame.
Sucumbir por la ruptura de un aneurisma.
Diez gradaciones demoníacas. Tres grados tenebrosos, siete atrios del infierno.
Reconocer la verdad con humildad y sumisión.
En valón, nunca se usa el tuteo.
Ronca afirmación germánica.
Renacer las fuerzas.
Las perlas mueren.
Leyes del tacto a distancia.
(El Heresiarca y Cía)
D. H. Lawrence
Escuchar antes de reformar la ley.
Después de algunas generaciones de roce, la gente del comercio adquiere un aspecto distinguido.
Extraño refinamiento y entusiasmo.
Mercaderías de un gusto irreprochable.
La muchedumbre odiaba la excelencia.
Originalidad y buen gusto.
Liquidaciones. Rumbosa generosidad.
Timoneaba el pobre barco doméstico. Peso, garantía y reposo, al tambaleante y aturdido hogar.
Percibir el despecho humano.
Hombrecillo arribista, que no soportaba el análisis.
Nueva liquidación de éxito.
Plácido y sugestivo poder.
Atender al publico, mostrando gran paciencia y un leve atisbo de desprecio.
Venganza del Cielo.
Elemento repulsivo del amor.
Velocidad de un cablegrama.
Obstinada por la presión.
Criatura egoísta, sensual.
Acendrada ternura.
Hojas en blanco o tipos vulgares.
Leve gesto de impaciencia con la mano.
"The Lancet". Revista médica.
Manifestar la pretensión de partir.
Cavilar o reflexionar sobre las cosas.
Asistir a conferencias y demostraciones.
Abyección brutal, estúpida indiferencia.
Aire de frío desdén.
Adorable maravilla.
Furioso poder amazónico.
Completar el acto total.
Construir sofismas y desear.
Grandes ilusiones materiales.
Cálculo modesto.
La razón es obvia.
Contenido éxtasis.
Sabiduría de antes, de permitir pasar y no reflexionar.
Orgánicamente inevitable.
Fría independencia.
Cálido río de los afectos.
Linda suposición.
Tener reglas y establecer un modelo.
Perorata discriminativa, disertación humana, intimidación y estrechez de la mente.
Cualidad de sigilosa reserva.
Luminosidad sustancial.
Mayólica atmósfera.
Nostalgia de los repulsivos Midlands, curiosa, oscura, inexplicable e insaciable intensidad.
Escándalo injusto.
Barajar ideas y gastos.
Si uno crea la oferta crea la demanda.
Remeros en la pequeña rompiente de la pasión.
Aspecto de sombra, absorbida.
Aerorresonantes orejas.
Mecánica insistencia.
"Tommy and Grizel", de J. M. Berrie. Estudio de un ser humano, que no puede salir de su persona, concentración que traba a las personas y les impide la libertad de acción.
Su amor a la conversación había degenerado en una pasión espasmódica por la charla.
Suave y emotiva armonía del crepúsculo.
Lo malo era que su barco no bogaba. Rodaba cargado de agua en el estancado puerto de la casa.
Caer en la nostalgia y el temor.
Porvenir oscuro.
Extraño e inhumano elemento en el que nadaba.
La más vulgar, sórdida y humillante de las formas de esclavitud. La mecánica.
Fiebre de apresuramiento.
Reflexión aunque rápida, pedestre; desprovista de alas.
Ser humano de una sensibilidad peculiar en las cosas materiales.
Materia de diversiones.
Mercado flamante.
Guía en materia de gustos.
Esa alegría y actitud gallarda le costaban un gran esfuerzo.
Pesado y cansador camino.
Cuestión de los gastos.
Conversación rápida y secreta.
Parte financiera.
Disponer de fondos en efectivo.
Puesto de gerente con un salario fijo.
Opción de asociarse al negocio, sobre un convenio mutuo.
Hacer producir el negocio. Reducir los gastos desde el comienzo.
No empezar economizando.
Iluminado por el fuego de la batalla.
Concentrar ingenio y vivacidad.
Ganga. El beneficio era ganancia neta.
Diluvio de frases.
Formal despedida.
Desmayo. Síntomas de la histeria.
Abstracciones, trances.
Salario. El que trabaja merece que le paguen.
Intimidad puramente verbal, descriptiva.
Recomendable en materia de negocios.
Enamorado en forma epicúrea de su propio cuerpo.
Su ingenuidad despertó el colmillo viperino.
Polvo y herrumbre de las alfarerías y fundiciones, donde no podría abrirse la flor de ninguna ilusión.
La gente del pueblo siente celos si alguien hace algo que no pueden hacer.
Margen de beneficio.
Declassée. Haber perdido su distinción.
Plantel de estrellas.
Suscitar emociones profundas.
Farsa amorosa de color subido.
Ojos pardoamarillentos, que semejaban haber sido puestos allí por un dedo sucio, según la expresión vulgar.
Gracia llena de latente crueldad.
Mueca napolitana, chasqueando los dedos de una mano extendida en el aire, como si dijera, "¡Esa es la cosa!"
Hombres que se han disfrazado para ganar dinero.
El drenaje del utilitarismo.
Visita de ceremonia o negocios.
"Ana Karenina", ridícula, hace infeliz a todos, cuando tiene al que la quiere y que le sobra el dinero; es una tonta, con ideas prácticas y tribulaciones, ideas no trágicas, cosas sin sentido, disparates, insensatez.
Modo lento y burlón.
Saltó como un demonio, blanco de rabia.
Bastante razonable, para comprimir el temperamento.
Temperamento de un demonio, peor que el de un animal.
Gesto napolitano de cerrar la mano en el aire.
Dar un corte a futesas.
No estaba satisfecho y quería una transformación.
Persona fuertemente constituida e imperturbable.
Rabia, lágrimas y amargo disgusto.
Caminar con la cabeza inclinada, en esa forma casi rústica y sensual de los italianos.
Ojos negros de rabia, negro inescrutable.
Manera negligente y muscular,
Papel de guerrero.
El relámpago de deleite se trocó en un sollozo de angustia mortal.
Clave de la acción.
Gesto definitivo.
Lado avariento.
Bondad desacostumbrada y súbita.
Hileras de volúmenes encuadernados en cuero.
Reserva que no quería expansionar.
Alzó los blancos y desolados párpados en un gesto fantasmal.
Inclinar la cabeza a un lado con una mueca de desprecio y superioridad.
Rápido parloteo de aflicción.
Ritmo de la casa alterado.
Relámpago de temor y pena.
Sumisión nueva y fatal.
Involuntariamente, sin alma, como una víctima.
Besar delicadamente, con una fineza de experiencia.
Hundir la cabeza entre las rodillas, como en un paroxismo.
Vigor vital.
Expresión obstinada y burlona.
Pétrea desconfianza y atracción.
Significado en los sonidos. Sonidos buenos, hechos para la vida, para la creación. Sonidos malos, hechos para la destrucción.
Prójimo, Humanidad.
Patológicamente sensible a la impresión de los colores.
Horrible futuro.
Fiel a su padre, en una forma peculiar, reservada.
Se vive para aprender y para perder.
Dar una orientación para mayor éxito.
Ingenua y patética.
Insoluble futuro.
Zumbido y excitación causados por su futuro material.
Transformarse la excitación en irritación.
Asfixiado en una enredada tela de indecisiones.
Vivacidad extraña.
Talón, billete del equipaje.
Gesto secreto, aire de triunfo.
Raro gesto de alegría mezclado de mofa.
Predominio, pesado y muscular.
Quería hacerla su esclava y la derribaba y sofocaba como una ola.
El aspecto denotaba fragilidad y ternura.
Gesto de triunfo afectuoso, pero vulgar.
Actitud arrogante.
Fría satisfacción.
Alegría convencional.
Farsante de fina calidad.
Quinta rueda.
Orgullo abofeteado.
Lloró llena de angustia, irritada entre la humillación y el deseo.
Parpadear con desdén y fastidio.
Expresión traviesa.
Proceder a calcular.
Periódico "Lloyds".
Presión inmensamente poderosa.
Ademanes y exclamaciones agregaron expresión a sus palabras.
Confortar con la reflexión.
Llevar a cabo una fatal decisión.
Penetrado de súbito disgusto.
Instante de inefable serenidad.
Remotísima y vedada existencia.
Enigmático y ansioso.
Aspecto espléndido.
Las demandas frente los bienes excedían el valor aproximado.
Cálculo aproximado del valor de los bienes.
Idea concreta.
Valoración y preparación de la venta.
Decisión irrevocable.
Detalles profesionales.
Experimentar el sabor de la calculada benevolencia de la población.
A cada día le bastan sus tribulaciones.
Es inútil enojarse como emocionarse.
Dinero asentado en los libros.
Cordialidad. Joie de vivre.
Encargo ficticio.
Inteligente deducción.
Repulsiva reserva y poder de las autoridades.
Íntima reserva.
Sibilante sonido de desdén.
En ocasiones la suerte actúa rápidamente y sin tropiezos.
Demasiado mandón de palabra y tono, para poseer una buena condición humana.
Gracia salvadora.
Sueño de amor delicioso.
Íntima conexión.
Odioso problema de las dificultades materiales, no debía decidirse con prisas.
Expresión temerosa y culpable.
Rostro ciego de rabia, como un sol caliente y rojo.
Voluntad indecisa, como un resorte que se agarra en alguna parte.
Libertad de huir.
Vaga sombra de vulgar familiaridad.
Potencialidad mágica y cantidad sabida y fichada.
Se despojaban de la vestidura de las conveniencias.
Ocurren muchas cosas fuera de nuestra imaginación. Allí es donde el cuerpo nos domina.
Manos, aleteo de inevitabilidad.
Ansia apasionada.
Animal encadenado, sujeto a la fatalidad.
Transpirando de dolor.
Masa de fuerzas sin inteligencia, a las cuales los seres inteligentes tienen que someterse, prostituirse.
Su igual, intelectualmente.
Mentalmente, un hallazgo.
Atavismo, hundirse en la extinción, extraña y dormida sumisión.
Vasta, eterna y velada soledad.
Extraña, dulce, ponzoñosa indiferencia.
Despreocupación profunda, como el sueño.
Un probado orgullo sombrío, como de leopardo, en su arrogancia, algo que el pueblo inglés examinaba.
Respeto afable, un valor en el haber de la familia.
Aplomo inglés.
Triunfo sutil y desafiante.
Orgullo furtivo, como de leopardo.
Sombras y potencia.
Emancipación inglesa y subordinación italiana.
Amor cálido y envolvente, inconmensurable.
Confusión libre, humana, nada oficial, actividad barullenta, que no tenía nada de inglesa.
Serio y artístico acto de llenar un formulario.
Ansiosa anticipación.
Tren largo y pesado.
Frenesí de París.
Amaba la despreocupada holgazanería del tren.
Desplante de aptitud verbal.
Gesto muy italiano de indiferencia.
Sórdida campagna.
Sonar a través del cristal del aire.
Miedo horrible a que estuviera profetizando la verdad.
Racimo de casas.
Cansadoras sendas.
Maravilloso crepúsculo invernal.
Grito semiarticulado de los animales.
Frases coaguladas.
Destello mágico.
Miserables dominios.
Proceder con método.
Manchas de estearina de las velas.
La propia nada sin ilusión.
Cruda falta de comodidades y salvaje inferioridad del lugar.
Tensión del dinero, difícil de obtener.
Amaba casi humanamente, elementalmente.
Extensión del mercado.
La sensación le gorgoteaba en la autoconciencia.
Acomodarse a las circunstancias.
Deseo doloroso.
Olas de negra envidia.
Sus relatos eran, o simples, francos, estoicos, con un toque de dignidad; o satíricos, maliciosos, con tendencia al escarnio y la burla. Derivaba repelente.
En lo intelectual, obtuso.
Actividades extemporáneas.
Apasionada nostalgia.
(La mujer perdida)
Limitado mundo de las letras.
Genio fuerte, rayando en la rudeza.
Deliciosa pasión espontánea.
Ánimo del mundo de los negocios.
Sensación de dependencia monetaria.
Dinero. Marca de fuego, llama de ira.
Buen carácter, apasionado.
Fría y odiosa sombra ocasional. Lentamente empezaban a llenar el espacio empírico.
Sana vena de astucia.
Poder exclusivo de su ciego yo.
Demasiado inteligente, para crear leyes y dominar en lo abstracto.
Resplandor de blanca luz mundana.
Viejo fulgor de autoridad.
Negación del poder. Negación de la responsabilidad.
Escrutar a la cara con amarga acusación.
Aspecto encogido, ser humano que se halla en falta.
Péndulo del dolor.
Náusea del esfuerzo de volver hacia atrás. Fragmentos de la memoria.
(Inglaterra mía)
El idioma germánico abstracto y la manera de filosofar.
Los primeros griegos al experimentar que tenían cerebros razonadores.
Nieve del egoísmo.
Los primeros griegos al experimentar que tenían cerebros razonadores.
Nieve del egoísmo.
La vieja casa semejaba una cosa independiente del tiempo.
Borracho consuetudinario.
Borracho consuetudinario.
Vulgaridad de las palabras.
Dura impermeabilidad y completo aislamiento, como la nevada cumbre del Matterhorn.
Neuralgia de los nervios cardíacos producida como las demás neuralgias por una disposición de decaimiento, por vivir de los nervios bajo la presión de la voluntad. Descanso de aquella disposición de la tensión.
Neuralgia de los nervios cardíacos producida como las demás neuralgias por una disposición de decaimiento, por vivir de los nervios bajo la presión de la voluntad. Descanso de aquella disposición de la tensión.
Acusar de huir.
Maravillosa magia de la fantasía.
Mineros violadores del dominio.
Vigilaba con ojos de lince su alimentación.
Simple inquietud comercial.
Despotismo físico.
Despotismo silencioso, justo y puro del ánimo.
La naturaleza humana, bajo la muerta superficie de las costumbres es como la tierra, volcánica; empieza un día a convulsionarse cuando la presión interior es demasiado poderosa o se produce un llamado desde el exterior.
Haras antiséptico.
A la guerre comme à la guerre: et depuis la guerra comme depuis.
Haras antiséptico.
A la guerre comme à la guerre: et depuis la guerra comme depuis.
Ir diluyéndose con el ritmo inflexible del tiempo.
En Inglaterra no están divididos, todos los ingleses están unidos.
Temor social por los compatriotas.
En Inglaterra no están divididos, todos los ingleses están unidos.
Temor social por los compatriotas.
Rápido paso de la impaciencia.
Categórica oposición del fuego y el agua.
Amabilidad animal y maldad semi-domesticada.
Oídos de lince.
El viento traía bajo sus alas la lluvia.
La estrellita de su autoconciencia.
Sombrío esplendor.
Ese peculiar lazo de los clanes escoceses permite las cosas de los miembros de la familia que nunca se personalizan unos con otros, sino que son todo momento simples integrantes de la tribu. Aquel ánimo de tribu constituía a la vez la fuerza y la debilidad de los escoceses.
Ese peculiar lazo de los clanes escoceses permite las cosas de los miembros de la familia que nunca se personalizan unos con otros, sino que son todo momento simples integrantes de la tribu. Aquel ánimo de tribu constituía a la vez la fuerza y la debilidad de los escoceses.
En París no se sentía como en Inglaterra ese dominante menester de estar al día.
La caza del zorro, un entretenimiento tonto con el cual solo se satisfacen los instintos atávicos.
La eternidad es un don de la Esfera Eterna y los seres humanos no pueden heredarla.
La caza del zorro, un entretenimiento tonto con el cual solo se satisfacen los instintos atávicos.
La eternidad es un don de la Esfera Eterna y los seres humanos no pueden heredarla.
Esfera transformable de los seres humanos distinguidos.
Muchedumbre temporal.
Biarritz, lo más intenso de su season.
Biarritz, lo más intenso de su season.
Emerjo al relativo paraíso de Plotino o de Hegel y respiro con alguna libertad una vez más.
Culebreante pez del secreto humano.
No hay huida del mundo. La unica manera de ir adelante es hacer lo que hay que hacer, sea cual sea el final.
Mundo decadente hecho para el ser humano y con el cual tienen que vivir todos.
Extraña y remota Francia.
Nervioso dolor de la vida decadente.
La influencia de las poblaciones los iba apretando con sus tentáculos.
Pesado y aplastante aparato de la ley.
Pesado y aplastante aparato de la ley.
Acusar de actos vergonzosos y abominables.
Ojos inquietos del gentleman inglés.
Batalla de voluntades.
Autoconciencia terrena.
Rincones filosóficos o analíticos.
Volviéndose acusador.
Acciones de las minas de carbón que tiene el Duque de Oakwood.
Acciones de las minas de carbón que tiene el Duque de Oakwood.
Con la capa profesional uno puede llegar a percibir el propósito de su maldad, mientras que con las categorías elevadas no es posible.
Mecanismo del sistema materialista.
Manifiesta alegría.
Técnico adulterio.
(La primera Lady Chatterley)
El crepúsculo se iba extinguiendo sigilosamente.
Silencio y empeño del niño.
Oscuridad incierta.
Jugar concentrados con imaginación.
Alguien gritó afuera, el suspense se erizó dentro de la habitación.
Una herida que con el carbón se había puesto azul como un tatuaje.
Categórica exageración de la pregunta.
Lujo sentimental.
Apartaron la vista como con un comentario desesperado.
Inocente dignidad de la muerte.
La vida con su humeante brillo.
(Olor a crisantemos)
Materiales gananciales.
Indiferencia lacónica.
Un tipo de sorpresa la recorrió con su disposición de embeleso.
Piel clara y fina, sensibilidad natural, intensa y valiente cualidad.
Aspecto malévolo.
Brote de fortaleza.
Cualidad del ingenio.
Silenciosos y estoicos, inflexibles.
Ver por encima del hombro física y mentalmente.
(Tu me acariciaste)
Paisaje negro y fabril.
Aire de temeridad propio de los marineros.
(Billetes, por favor)
El mar semejaba palpitar como la serpiente del caos que desde siempre ha existido.
Ritmo férreo y profundo de la costumbre, las costumbres de una vida, de los años, la profunda marca del poder hostil
Pequeña angustia del deseo.
Foco de miedo, recelo, miedo al sol.
Tensión humanizada de su frente.
Extraña naturaleza agreste y vívida de los lugares pasados de la experiencia humana, una condición agreste donde no hay desolación.
Ánimo de la timidez discreta de las referencias humanas.
Aire de tranquila superioridad que pertenece a los seres singulares, no a su capa social.
Extraño silencio con el que trajinan escondidos, facultad de los animales salvajes.
Dolor firme de consciencia del cuerpo.
Como réplica un borbotón de fuego.
Fatal cadena de la persistencia.
(Sol)
Yeats
El crepúsculo se iba extinguiendo sigilosamente.
Silencio y empeño del niño.
Oscuridad incierta.
Jugar concentrados con imaginación.
Alguien gritó afuera, el suspense se erizó dentro de la habitación.
Una herida que con el carbón se había puesto azul como un tatuaje.
Categórica exageración de la pregunta.
Lujo sentimental.
Apartaron la vista como con un comentario desesperado.
Inocente dignidad de la muerte.
La vida con su humeante brillo.
(Olor a crisantemos)
Materiales gananciales.
Indiferencia lacónica.
Un tipo de sorpresa la recorrió con su disposición de embeleso.
Piel clara y fina, sensibilidad natural, intensa y valiente cualidad.
Aspecto malévolo.
Brote de fortaleza.
Cualidad del ingenio.
Silenciosos y estoicos, inflexibles.
Ver por encima del hombro física y mentalmente.
(Tu me acariciaste)
Paisaje negro y fabril.
Aire de temeridad propio de los marineros.
(Billetes, por favor)
El mar semejaba palpitar como la serpiente del caos que desde siempre ha existido.
Ritmo férreo y profundo de la costumbre, las costumbres de una vida, de los años, la profunda marca del poder hostil
Pequeña angustia del deseo.
Foco de miedo, recelo, miedo al sol.
Tensión humanizada de su frente.
Extraña naturaleza agreste y vívida de los lugares pasados de la experiencia humana, una condición agreste donde no hay desolación.
Ánimo de la timidez discreta de las referencias humanas.
Aire de tranquila superioridad que pertenece a los seres singulares, no a su capa social.
Extraño silencio con el que trajinan escondidos, facultad de los animales salvajes.
Dolor firme de consciencia del cuerpo.
Como réplica un borbotón de fuego.
Fatal cadena de la persistencia.
(Sol)
Yeats
Lawrence, "El arco iris", "Mujeres enamoradas". Las pasiones contienen crueldad y engaño que han de expiarse con el sufrimiento y el sometimiento.
Galsworthy
Lawrence, John Nicholson, Chamberlayne, Sandeman cimentaron la idea del inglés valiente y leal.
Galsworthy
Lawrence, John Nicholson, Chamberlayne, Sandeman cimentaron la idea del inglés valiente y leal.
A. Huxley
Aquello que D. H. Laurence llamaba el <<sexo de la cabeza>>. Como pasión heroica es una de las ultimas enfermedades de las mentes distinguidas; como sensualidad de la imaginación es una de las primeras de la mente insana. Para cualquiera de los casos si estamos libres del cuerpo y de las limitaciones que a nuestras ideas y caprichos les imponen la fatiga, el fastidio y el esencial desatino de muchos acontecimientos también podemos planear a lo largo del infinito.
Hay una sexualidad elemental inocente y hay una sexualidad elemental que moral y estéticamente es sórdida. D. H. Lawrence ha escrito muy bellas páginas de la primera.
Los dioses opacos -como los denominó Lawrence- pueden transformar su signo y hacerse luminosos.
Magee
Nietzsche siempre tuvo una gran influencia sobre los escritores, incluso sobre algunos de los más eminentes del idioma inglés. Shaw, Yeats y Lawrence.
Poirier
Patrones bíblicos de Lawrence, hostigamiento.
J. P. Stern
La cuestión de la autenticidad, como Lawrence la concibe, es un tipo de autenticidad muy diferente de la que Nietzsche tenía en la mente; es social y sexual y, por supuesto, estos aspectos son secundarios en la mente de Nietzsche. Lawrence empezó a leer a Nietzsche gracias a su mujer, Frieda. La historia que Lawrence cuenta en "The Man Who Died", se deriva de la psicologización que hace Nietzsche.
Magee
Nietzsche siempre tuvo una gran influencia sobre los escritores, incluso sobre algunos de los más eminentes del idioma inglés. Shaw, Yeats y Lawrence.
Poirier
Patrones bíblicos de Lawrence, hostigamiento.
J. P. Stern
La cuestión de la autenticidad, como Lawrence la concibe, es un tipo de autenticidad muy diferente de la que Nietzsche tenía en la mente; es social y sexual y, por supuesto, estos aspectos son secundarios en la mente de Nietzsche. Lawrence empezó a leer a Nietzsche gracias a su mujer, Frieda. La historia que Lawrence cuenta en "The Man Who Died", se deriva de la psicologización que hace Nietzsche.
Julien Green
Los vastos jirones de tinieblas, que se removían en el techo y sobre las paredes, como si buscasen a alguien a quien cubrir y asfixiar.
Actitud de paciencia.
Un gesto de asombro.
Un gesto de impaciencia.
Había extendido las piernas y cruzado los pies, en actitud de abandono.
Un instante de reflexión.
Colmo de la sorpresa.
Expresión colérica.
La actitud encorvada aumentaba la indefinible impresión de candor y de humildad.
Fue uno de esos hombres tristes y reservados, que semejan haber pasado entre el bien y el mal como entre los setos de un camino espacioso.
El tiempo transcurría sin aportar modificaciones aparentes a su manera de ser.
En algunas ocasiones la emoción la hacía llorar.
Sus adquisiciones tenían un carácter de baratura y utilidad.
Los comercios donde se especula, sobre todo, con la vanidad de los compradores y con su menester de rodearse de cosas bellas.
No era aficionado a la conversación ni precisaba revelarse al prójimo.
Un gesto de persona adulta.
Demostración de ternura.
El rostro atento de una persona que atisba un espectáculo
Su cabeza se erguía y se echaba hacia adelante en actitud del que escucha.
Presa del vértigo.
Qué actitud convenía adoptar.
Arrebatos de súbito pánico.
Con una expresión majestuosa.
Se dedicó a escuchar la conversación.
Gesto de estupor.
Hacer economías por puro gusto, como el que se desliza por la pendiente de una pasión, o economizar por menester y frente a las inclinaciones.
Decidida actitud.
Se acusaba duramente.
Carácter hipócrita y autoritario a un tiempo, avidez, impaciencia.
Reflexiones y confidencias.
Hablar con emoción y placer.
Actitud acogedora.
Burlona expresión, que añadía un sentido especial a las palabras que empleaba.
Batallaba con gran ardor, como si consistiera en defender su propia existencia.
Ese carácter de menester, que domina las existencias limitadas, hasta en los actos más insignificantes.
Sombrías reflexiones.
Expresión de triunfo en los ojos.
Conversación a medias palabras.
Un acceso de despecho o de impaciencia.
Feroces odios de enfermo.
La fuerza y la persistencia de una obsesión.
En sus actitudes había un aire de desafío.
Argumento poderoso.
Expresión de cólera.
Se sentía en presencia de una realidad fría y grave, que la privaba de ilusión.
Repasaba en su mente las horribles circunstancias de su pesadilla.
Impulso de desesperación.
Prudente reserva mental.
El inseguro testimonio de la memoria.
Acusarse de distracción.
Expresión de sufrimiento.
Enlazar las manos en actitud meditativa.
Absorta en sus reflexiones.
Arrastrada por un impulso irresistible.
Expresión atemorizada.
Pretendió reanudar su lectura, pero una frase que leyó al azar se le antojó ridícula, porque la reflexión del autor estaba muy lejos de las que tenía en aquel momento.
Actitud desafiante.
Se distinguía lo aparente de lo real en la expresión insatisfecha.
Carácter desabrido.
Severa expresión.
La actitud de una persona agotada y harta de todo.
La emoción le oprimía la garganta.
Expresión extraviada y casi despavorida que, de cuando en cuando, daba paso a un aire absorto.
Violencia que constituía el fondo de su carácter.
Expresión de inquietud
Debilidad del carácter.
Un gesto tenso y absorto.
Elementos novelescos que amaba.
Expresión de inquietud.
Actitud impasible.
El temor manifiesto de haber disgustado.
Actitud glacial.
Conversar con una despreocupación que les rejuvenecía.
Una extraña emoción la hacía llorar en silencio.
Atrevimiento de las solteronas, que se permiten esas manera a causa de su edad.
Aspecto extraviado, que tienen las personas cuando reflexionan con amargura.
Reserva en las palabras.
Una mueca cruel.
Una indefinible expresión de sufrimiento y malignidad.
Abnegación instintiva.
Casas de cartón, que los niños construyen y que iluminan por detrás.
(Mont-Cinère)
Satisfecho de su bienestar y de sus costumbres.
Triste y banal aventura, que perseguía asiduamente.
Extraño placer, que se siente al dominar un impulso.
Lo que actúa como inteligencia entre los seres racionales, una profunda adivinación.
Tono a la vez paciente e irritado, que temen los niños.
Impaciencia del amor.
Extraña parsimonia del tiempo, que distribuye nuestros males sobre las horas y los días y no nos da más que un poco de estos cada vez, como para no matarnos con demasiada rapidez.
Luna. Astro mágico.
Respirar exigentes hábitos de bienestar.
Profundidad en la maldad de la suerte.
Levadura de rencor, germinar y dilatarse.
Peso de una cruz impía.
Espantoso aburrimiento, que viene a ser la condenación del rico.
Angustia, agitación moral, alternativas de alegría y de inquietud.
Remozamiento de energía.
Terrible capricho de la suerte.
El azar no existe; no hay más que la perversidad de la suerte y sus perfidias preparadas de antemano, y si adquieren una apariencia fortuita, es porque se nos escapan sus misterios.
Escasez de memoria de las personas.
El silencio era muy profundo, semejaba un rumor inmenso.
(Leviathan)
Una mañana de otoño azul y oro.
Especie de seres.
La Secesión, la voluntad de sobrevivir, de no ser absorbido por un país demasiado vasto.
Los sicómoros agitaban sus grandes manos de oro y púrpura por encima de nuestras cabezas como unos locos con la actitud de bendecirnos.
Fantasmas de las leyendas inglesas que no hablan si no les dirige antes la palabra.
Rostro de una palidez de camelia.
Tejado de cola de milano.
La vida es una vieja farsante.
La Secesión, la voluntad de sobrevivir, de no ser absorbido por un país demasiado vasto.
Los sicómoros agitaban sus grandes manos de oro y púrpura por encima de nuestras cabezas como unos locos con la actitud de bendecirnos.
Fantasmas de las leyendas inglesas que no hablan si no les dirige antes la palabra.
Rostro de una palidez de camelia.
Tejado de cola de milano.
La vida es una vieja farsante.
George Du Maurier, "Peter Ibbetson".
Lo que no queremos ver porque lo percibimos peligroso se beneficia de cualquier tipo de transformaciones imaginarias que lo embellecen.
Huysmans, "En route".
Echar el té con vasos, a la rusa.
Echar el té con vasos, a la rusa.
Lanzar un drive enérgico para obtener dinero, una campaña.
Havelock Ellis aventajaba con precisión erótica los dibujos de Giulio Romano y del Albane.
Diccionario monumental de Andrews.
Es un hecho, que nos adherimos a los lugares donde hemos experimentado la tristeza.
Vigoroso como un ángel, debía tener la aptitud de violentas cóleras.
Vigoroso como un ángel, debía tener la aptitud de violentas cóleras.
Georges Brandes, "Nietzsche".
Tristan Bernard, "Amantes y ladrones".
(Tierra lejana)
Benjamin
Green ha bajado de veras al infierno. Sus libros son pinturas nocturnas de las pasiones. Hacen saltar en todos los sentidos el círculo de la novela psicológica. La serie de antepasados de este creador se remonta a las grandes figuras que han interpretado la "passio". Este autor entierra hondamente a sus criaturas en la provincia y las fuerzas que las mueven son soterráneas.
Benjamin
Green ha bajado de veras al infierno. Sus libros son pinturas nocturnas de las pasiones. Hacen saltar en todos los sentidos el círculo de la novela psicológica. La serie de antepasados de este creador se remonta a las grandes figuras que han interpretado la "passio". Este autor entierra hondamente a sus criaturas en la provincia y las fuerzas que las mueven son soterráneas.
Eliade
La atmósfera sobrecogedora, extraña, casi fantástica de los libros de Julien Green.
La sensibilidad profana de Green demuestra haber permanecido intacta y muy rica. Muestra una acentuada inclinación ante los paisajes exóticos y melancólicos (los Estados Unidos de América), la lucidez, los libros clásicos, la musica sobria. Aunque los elementos extrarracionales estén omnipresentes a lo largo de su vida como de su creación estos no llegan a afectar ni a la economía ni al equilibrio habitual de la una o de la otra. Para la autoconciencia de Julien Green lo fantástico ha ganado su derecho a la existencia: la experiencia fantástica no anula ni invalida las demás posibles experiencias de la condición humana.
Las valiosas obsesiones, un leitmotiv fantástico. En sus libros la idea del miedo o de cualquier otra emoción intensa semeja estar inexplicablemente referida con una escalera. El motivo de las escaleras (peldaños, ascensión).
Ernest Hemingway
Al llegar el invierno la lluvia trajo el cólera.
What the bell. ¿Y eso qué diablos importa?
Pasión y lujuria, opuesto a cuando se ama, se pretende, se quiere hacer algo por el que se ama. Sacrificarse, protegerlo.
Osos del Gran Sasso de Italia.
El otoño, la época de las cacerías a través de los castañares.
Ocupaciones radiográficas. Después de la operación hacer mecanoterapia.
Hay que permitir que se enquisten los cuerpos extraños y que la sinovia se vuelva a formar. Solo entonces se podrá operar con plena garantía de éxito.
Pantanos y hornagueras.
Los que padecen de asma tienen las aletas de la nariz y las comisuras de los labios marchitas.
Según el sentido biológico siempre se siente uno cogido dentro de la trampa.
What the bell. ¿Y eso qué diablos importa?
Pasión y lujuria, opuesto a cuando se ama, se pretende, se quiere hacer algo por el que se ama. Sacrificarse, protegerlo.
Osos del Gran Sasso de Italia.
El otoño, la época de las cacerías a través de los castañares.
Ocupaciones radiográficas. Después de la operación hacer mecanoterapia.
Hay que permitir que se enquisten los cuerpos extraños y que la sinovia se vuelva a formar. Solo entonces se podrá operar con plena garantía de éxito.
Pantanos y hornagueras.
Los que padecen de asma tienen las aletas de la nariz y las comisuras de los labios marchitas.
Según el sentido biológico siempre se siente uno cogido dentro de la trampa.
La serpiente de la razón, o la manzana que era la razón.
Frutos de la victoria.
Góndolas. Vagones bajos y abiertos enganchados a vagones de mercancías.
Bretzels de sabor salado, dan buen gusto a la cerveza.
Los cazadores de gamuzas del Dent de Jaman llevan aretes de oro porque dicen que oyen mejor.
Usar los forceps tiene el peligro de destrozar la carne, además de que también puede herirse a la criatura. Con la cesárea hay mucho menos peligro de infección que con un parto con forceps.
Góndolas. Vagones bajos y abiertos enganchados a vagones de mercancías.
Bretzels de sabor salado, dan buen gusto a la cerveza.
Los cazadores de gamuzas del Dent de Jaman llevan aretes de oro porque dicen que oyen mejor.
Usar los forceps tiene el peligro de destrozar la carne, además de que también puede herirse a la criatura. Con la cesárea hay mucho menos peligro de infección que con un parto con forceps.
(Adiós a las armas)
Si el aspecto de un país y el curso de los acontecimientos pueden competir con un libro de imaginación.
El kudu de cuello poderoso gris y cuernos en espiral.
Joachim Ringelnatz (1883-1934) autor y pintor alemán.
La caza en los lamederos de sal.
Robert y Nathaniel Benchley.
La suerte se transformará y se conseguirá la ocasión que se busca.
La forma de cazar es hacerlo el tiempo que se viva y y mientras se sepa que existe tal o cual animal.
Escribir cuanto uno exista y disponga de papel y lápiz o tinta o una máquina y cualquier cosa sobre lo que a uno le apetezca escribir; uno se siente imbécil si lo hace de otra manera.
La piojosa sal.
No le gustaba matar al margen, matar por matar con propósitos ornamentales, solo cuando lo deseaba más que no matar cuando era preciso para demostrar que seguía el primero en su oficio.
Shamba. Una plantación.
El ánimo de organización europeo.
El naturalista Thoreau. No puedo leer a los naturalistas a menos que sean muy exactos y nada literarios. Los naturalistas deberían trabajar solos y otras personas encargarse de comparar sus hallazgos.
Los escritores de Nueva York son como gusanos encerrados en una botella que pretenden extraer experiencia y nutrición de su mutuo contacto y de la botella. Algunas ocasiones la botella es arte formativo, otras economía y religión. Pero se sienten solitarios fuera de la botella.
Los buenos escritores son Henry James, Stephen Crane y Mark Twain.
Crane escribió dos excelentes cuentos. "The Open Boat" y "The Blue Hotel". El segundo es el mejor.
Acusar de deslealtad.
Hasta dónde puede llevarse la prosa si uno es lo bastante serio y tiene suerte. Existe una cuarta y quinta dimensión que pueden ser alcanzadas.
Una prosa sin trucos ni engaños. Sin nada malo que siga después.
El concepto claro de lo que un escritor puede ser y una autoconciencia total e invariable para evitar las debilidades. Debe ser inteligente y desinteresado y sobre todo debe sobrevivir. Las cosas actuales concretas que perjudican al escritor son la política, las mujeres, la bebida, el dinero, la ambición.
El menester de poner mil cosas intangibles en una sola frase.
Disentería verbal.
Una serie de tiros rabiosos.
Ver con expresión vacía.
Las apreciaciones profesionales se hacen día a día y requieren una serie sin pausa de acontecimientos para tener algun significado.
El pardo Rift Valley y el resplandor del lago Mangara.
El gamo era el animal que no tenía ningun valor como carne comestible.
Nunca se falla cuando la pieza es verdaderamente importante era uno de sus dogmas.
Tono de desesperación.
La malicia, la falta de sentido comun y el orgullo.
Tuneles de rinoceronte en la alta hierba.
Los escritores se forjan con la injusticia igual que se forja una espada.
Lleno de rabia invadido de una rabia violenta.
El cuerno de rinoceronte se levantaba y doblaba formando una bonita curva. De unas treinta pulgadas.
Hablábamos como personas que estuvieran a punto de marearse en una barca o que hubieran sufrido alguna pérdida financiera importante.
Decir algo agradable y animoso.
Una sucia chiripa.
No actuar con ánimo de competición.
Un aspecto sombrío y lleno de prejuicios.
Como suele ocurrir con todos los matrimonios se produjo una disputa con la que las dos partes tenían razón.
Las botas españolas de caza eran demasiado cortas de puntera.
La categoría de seres despreciables que se creen justos y que tienen razón.
Las raíces surgían formando costurones redondos como arterias; semejaban los árboles de tronco verde amarillento de un bosque francés un día de invierno después de la lluvia.
Las cañas gruesas y enhiestas del trigo.
Subir a la orilla y vadear el torrente.
Sintiendo el gran fusil pesado y poco familiar sobre el hombro.
La alegría y exaltación nerviosas que produce la bebida, la exaltación que la subita superabundancia absurda de caza produce a los cazadores.
"Spanish Gold" de George A. Birmingham.
Un país finalmente se desgasta y el polvo se lo lleva el viento, las personas mueren y ninguna tuvo ningun valor permanente excepto los que practicaron las artes y hoy estos no quieren seguir con su empeño porque es un esfuerzo demasiado duro y además no está de moda. Mil años transforman la economía como una cosa estupida y una creación artística aguanta pero es muy difícil de crear y hoy no está de moda.
El mejor jubilo de todos, el que precede a una verosímil acción futura, acción de la cual uno forma parte cuando hay algo que hacer.
Tono afectado.
Una expresión grave de no gustarle el asunto.
Manchado con la decadencia.
Atrayentes, inteligentes y exactos historiadores.
Solo precisamos que la suerte comience a ayudarnos.
Vencer lo que influya la suerte.
Una maravillosa suerte.
Tranquilo, amistoso, amable y delicado.
Despreocupado y casual.
Una admiración histórica.
Generuk. Antílope de cuello largo semejante a la mantis religiosa con su forma de moverse.
Un paraguas como símbolo de superioridad.
Discutiendo de dinero.
Un genio de las finanzas.
No estropear la suerte.
No oponerse a la suerte es solo la forma de que la suerte favorezca a uno.
La condenada suerte.
La cabeza levantada y la vigilancia mantenida de los animales que ramonean en los bosques. Los animales de las llanuras pueden ver desde muy lejos y pacen la hierba de manera muy diferente.
Enseñar los dientes con expresión de rabia ante los elementos.
Un tono de gran odio.
Fracasado o anonadado con mis problemas.
Los libros de safaris de Streeter y de Chales Curtis.
Stewart Edward White escribió sobre Andy Burnett.
No había ninguna razón para esperar que tuviéramos más suerte que la que habíamos tenido hasta entonces.
Estaba cansado y me deslizaba rápidamente al resentimiento y la amargura.
La actitud que hace que las personas se sientan hermanas, la garantía inexpresada pero instantánea es una actitud ignorante y las personas no sobreviven.
Gozar la irresponsabilidad de la victoria.
Un recuerdo no destruye al siguiente.
Conversaciones alegres y animadas.
La barrera del idioma.
Los prismáticos de ocho aumentos.
La vista de los carneros es potente y pueden verte desde la distancia aunque no los veas; un ante no puede verte a doscientos metros de distancia a menos que te muevas.
Existía la costumbre de las cabras de que los machos vivieran formando rebaños hasta muy adelantado el invierno cuando se reunían con las hembras; a finales del verano se encontraba también a los antes machos en rebaños antes de la época de celo y más tarde volvían a reunirse formando rebaños los machos con las hembras.
No se puede buscar la caza cuando no se cree su existencia.
Permitiendo que la falta de fe me penetrara como un líquido reconfortante.
El terreno era demasiado grande y no tuvimos ninguna suerte.
Mi antagonismo con la muerte ancestral provocada con el ciclo del tiempo que no cesaba nunca era muy minuciosa y no me causaba sensación ninguna de culpabilidad.
El exceso de saber hacer una cosa y luego omitir uno de los pasos de la realización definitiva.
Las nubes tomaron un aspecto denso y amenazador. Las nubes pesadas y algodonosas diez millas de camino de algodón negro.
La cara de expresión vacía.
El tono ponía las cosas más claras que si hubiese visto el diccionario antes de hablar.
Poseído con un frenesí de mandatos y consejos.
Si podía llamarse a los castaños en flor candelabros de cera. Estupidas discusiones literarias.
Las cosas falladas son culpa de uno si es que uno vale algo.
Sufrir de agua negra.
El resplandor del disparo rasgó la oscuridad como un cuchillo y produjo un gran estruendo.
Envenenado con la envidia.
Derrotar de manera alevosa.
(Las verdes colinas de África)
Dedicatoria a Martha Gellhorn.
Era una mala señal, según su valoración, haber olvidado su nombre.
De una arista de granito limpia se veía brotar el torrente.
Solo al dar importancia a lo que pudiera suceder a uno si era atrapado era lo que hacía la cosa arriesgada. Eso y saber con quién saber trabar amistad.
Lo que importa es volar el puente a una hora señalada cuando se desencadene la ofensiva.
Quién me garantiza que los mandatos no sean trastocados, anulada la ofensiva, retrasada.
Hacerse cargo de las dificultades y de la importancia de la actividad.
Inquietarse era como tener miedo. Hacía las cosas más difíciles.
Una admiración casi irrespetuosa.
Justificar la identidad.
Hablar con gran rapidez y con tono furioso. Como si leyese a Quevedo.
Hablaba sin hostilidad, pero con tristeza.
Cuando empiece a disimular que está echándose a perder será porque ha tomado una decisión.
Estás empezando a ser como los demás, a ponerte sombrío y protocolario.
Su estómago se estremecía de menester.
El escrúpulo de suicidarse.
Nervios de acero.
Comieron del plato sin hablar, según es costumbre de España.
Los mandamientos que rigen con los españoles; hay que dar tabaco a los hombres y tranquilidad a las mujeres.
Con la garganta demasiado oprimida para aventurarse a hablar.
La gracia de un animal joven.
El alto cielo de España.
Irse un nombre de la memoria.
Una expedición seria.
Ver el futuro a lo inglés.
Comentar irónicamente.
La locomotora tumbada de costado como un gran animal herido.
Un golpe muy duro, pero de mucha emoción.
Depender de la gravedad de la situación.
La cosa podía conseguirse tranquila, científica y correctamente.
Se sentía satisfecho al tener por fin el problema al alcance y satisfecho de poder entregarse a él.
Ya no había sol que pudiera arrancar ningún reflejo.
Un sólido paredón de roca.
Los gitanos creen que el oso es hermano del ser humano porque roba por divertirse.
Para los gitanos no es pecado el matar fuera de la tribu.
Llevado de la intimidad que creaban las sombras de la noche y el día que habían pasado unidos.
Los hechizos de los gitanos sobre la fraternidad con los animales.
Entonces no hay cuestión. Haré lo que sea con tal que me lo manden.
La fingida elegancia del anglosajón y la bravuconería del mediterráneo.
Estudiar y simplificar el problema.
Instrumentos del deber.
Se movía con torpeza como si viese algo que lo estorbase, algo que fuera visible aunque no lo era porque estaba solo dentro de su mente.
Disciplina de guerrilla.
Reflexionó que aburrimiento era una palabra que ningún campesino del mundo usaría. Y sin embargo, era la palabra más corriente de un español de cualquier capa.
Soplar la mecha del yesquero.
La palabra grosera que había salpicado la conversación.
Escuchando el pulso de la noche.
Un aplauso coreado.
La dulzura de la noche.
Se corre un grave riesgo con no aprovechar el momento.
Para un extranjero matar donde tiene que garantizarse luego la colaboración de las gentes es mal asunto.
Cuando se bromea mucho las cosas comienzan a estropearse.
Paladeando la voluptuosidad que le originaba su fatiga.
Se permitió caer a plomo bajo el más profundo sueño.
El cielo se había llenado del mugido martilleante de los motores.
Las sombras de los tiburones sobre un banco de arena al fondo del océano.
Actitud de dignidad ofendida.
Come para que tu estómago pueda soportar otros rumores.
La dignidad innata.
Las gentes de Valencia todo lo que hacían era gritarse "che" los unos a los otros.
Simplón, cara de monja.
Ir a pie es bueno para el hígado.
Lloraba de una manera entrecortada, fea como hacen los hombres, como si tuviese dentro un animal que le estuviera sacudiendo.
Expresión de disgusto.
Voluntad para la acción.
La energía, la resolución y la retirada.
Inteligencia, talento y material.
Cosas bellacas, incluso las gloriosas.
Viva yo y viva la anarquía.
Los caballos gritan con un incendio.
Una estampa garbosa.
Describía mejor que Quevedo.
Coger un gran numero de casos y sacar una consecuencia apropiada.
Sacar jugo de la materia.
Pretender dominar la expresión del rostro.
Demasiadas emociones me fatigan.
Una parejita sentimental.
Ojos amarillos de los gatos, aplastados de los reptiles.
Garantizado hasta un grado verosímil.
La regla pide que no hables nunca de tus propias hazañas o pericias.
Un técnico formidable.
Que inventen y realicen algo sobre el papel.
Proverbio. El papel no sangra.
Haciendo con el brazo ese ademán rápido que al estilo español quiere decir un saludo, aunque más semeja la manera de arrojar una piedra a lo lejos; como si para saludar se quisiera resolver de golpe un asunto.
El penoso vacío del deseo.
Todo fue rojo naranja, rojo dorado con el sol que le daba a los ojos.
Una nada sin fin.
Un estrecho e inconformista baptista de caparazón duro.
El fanatismo era una cosa extraña. Para ser fanático hay que tener la total persuasión de la razón y nada infunde esa garantía como la continencia. La continencia es el enemigo de la herejía.
Cuando hay algo que escapa queda de la memoria como un colgajo y no hay manera de quitarlo de encima.
Con la luna de mayo vienen los primeros bancos de sardinas, se aparejan los bous y los arenques van al Norte.
Los alemanes emplean la palabra Sturm (tormenta) para designar un asalto.
Un gesto de desconsuelo.
Oír caer el silencio.
Sabía mientras hablaba que todo había sucedido antes; tenía la impresión de que representaba un papel que había aprendido de memoria y que era algo que había leído o soñado y sentía girar las cosas a través de un círculo preestablecido.
La estrecha línea de la boca de un pez.
El francés es el idioma de la diplomacia; el español es el idioma de la burocracia.
Quedaba sobre el rostro la sombra que la conversación de los ojos arrancados había extendido.
Golpear ligeramente con un gesto indagador.
Tono amistoso.
Calcular la parte técnica.
Calcular las fórmulas.
La Escuela Berlitz de ruso.
Talento, dignidad interior, insolencia y humor.
¿Huele el tubito a almendras amargas como dicen las novelas policíacas?
Tono incrédulo.
El odio del combatiente hacia el que no combate.
Su magnífica gueule de conspirateur, jeta de conspirador y su extraordinaria treta de llegar siempre de otra parte donde es muy importante.
Cuando el que tiene miedo ve una señal de mal agüero representa su propio fin e imagina que lo está viviendo cuando realmente no hace más que imaginarlo.
El olor de la sidra del trapiche.
Una angustia súbita.
Sentido político y disciplina.
Las pesadillas aguardan para hacerse realidad.
Podía calcular la gravedad de un asunto con el menester de hablar que sentía luego.
Con la política como con todo lo primero es seguir viviendo.
La porción de la charla excesiva que sigue a una gran tensión nerviosa.
El miedo que acomete antes de la acción.
El estallido plúmbeo de las bombas.
Una frase de humor español. <<Hay que tomar la muerte como si fuera una aspirina>>.
La boca seca de un miedo que sobrepasaba la sed habitual de la batalla.
Vivir era un campo de trigo balanceándose a impulsos del viento del flanco de una colina.
La sensación de vacío que sigue a la acción.
Un asunto grave.
La asombrosa memoria de las personas que no saben leer ni escribir.
El general manda una división y una división son dos brigadas.
Si existe realmente una condenada tontería como el más allá.
Mentir para ahuyentar el desencanto.
Entregarse repentinamente al lujo de las cosas irreales.
Escuchando la quietud de la noche.
Volvió a rendirse y se permitió llevar de sus ensueños sintiendo la voluptuosidad de la entrega a las cosas irreales. Una voluptuosidad que era como una aceptación sexual de algo que puede venir solamente por la noche cuando no juega la razón y queda solo la delicia de la entrega.
Saturado de odio.
No son nunca buenas las ultimas nadas. Sí, las ultimas palabras son buenas algunas ocasiones.
Aire desolado.
Los pulidos restos de un naufragio.
También tiene su lado agradable un hecho del que solo se ha visto el aspecto penoso.
Tono despectivo.
Paciencia casi sublime.
El elemento de la sorpresa.
Expresión de incredulidad.
Con aire cansado.
Apretar la boca con un gesto de resolución.
Sus ojos brillaban con la humedad que provocan la rabia y el despecho.
Tenía una sensación de irrealidad de que todo lo que decía lo había dicho antes y que aquello era como un tren que marcha y que él estuviese sobre el andén.
El rítmico resoplar del tren.
Las desilusiones, las amarguras domésticas y políticas y la ambición defraudada.
Su cara semejaba modelada con esos desechos que se encuentran debajo de las patas de los leones muy viejos.
Un error de grado.
Esa mezcla de horror y de satisfacción que posee la aptitud de experimentar un ser humano al saber que su peor rival ha muerto de un accidente de coche particularmente atroz, o que una persona que odiaba y cuya probidad no dudó nunca terminaba de ser acusada de desfalco.
Expresión cortés y desdeñosa.
Un velo de bruma.
La bruma ligera que subía del lecho del río.
Un ataque para ir aguantando.
Actitud de alerta.
Hallar el eco con el diafragma.
La cólera, la sensación de vacío y el odio.
Aceptar lo que había pasado y permitir que el odio se disipara.
Los que corren más peligro son los que van después.
Expresión de verdadero disgusto.
Expresión seria y grave.
(Por quién doblan las campanas)
La muerte de cualquiera a mí me mengua, pues me hallo inmerso con la humanidad. Por lo que no envíes que te den recado de por quién dobla la campana. Dobla por ti. El fragmento de la Meditación 17 de John Donne de alta calidad poética. La novela de Hemingway "Por quién doblan las campanas" traduce al plural el original singular; la campana que con su toque de difuntos avisaba una muerte, especialmente los momentos de las recurrentes plagas de peste, como el soneto LXXI de Shakespeare.
S. Lewis
William Rollins (1898-1950), novelista de izquierdas, formó parte del círculo de Hemingway y Loeb. Novela, "The Shadow Before".
Michael Gold atacó a Hemingway, a quien llamaba "perturbado mental".
Fischer
Ernest Hemingway, discípulo de Gertrud Stein, refleja la técnica de la huida de la realidad con los quince libros de juventud del volumen "In Our Time". Inserta breves párrafos con los que recoge los acontecimientos catastróficos de nuestra época -guerra, crímenes, torturas, sangre, crueldad-, lo que los oscurantistas modernos pretenden apartar diciendo que la historia no tiene sentido; los relatos son una serie de incidentes aparentemente sin importancia ni contenido que ocurren al margen de lo que realmente mueve el mundo; a un tiempo este más allá se reputa como la existencia real.
La actitud de Hemingway es una expresión típica de una disposición de ánimo muy extendido del mundo burgués moderno. Millones de personas, jóvenes especialmente, pretenden escapar a sus empleos insatisfactorios, a sus vidas vacías, a un aburrimiento proféticamente analizado por Baudelaire, a las obligaciones y las ideologías sociales, lejos, tripulando motos ruidosas, intoxicadas con una velocidad que consume los sentimientos.
Bataille
Hemingway apoyó la moral del patrono.
Della Volpe
Hemingway escritor sensual y escasamente reflexivo.
Williams
Casa colonial española de Hemingway de Whitehead Street.
Hemingway, un ser humano dotado de una timidez enternecedora.
Las dotes de gourmet de Ernest Hemingway.
Williams
Casa colonial española de Hemingway de Whitehead Street.
Hemingway, un ser humano dotado de una timidez enternecedora.
Las dotes de gourmet de Ernest Hemingway.
Kreouac
Un relato breve hemingwayano.
Hemingway puro.
"La verdes colinas de África" es lo mejor de Hemingway.
Le dije siguiendo la imitación de Hemingway. Apunta desde aquí y veremos lo que pasa.
Yevtushenko
La obligada foto de Hemingway con su jersey de cuello alto hasta la barbilla, de capitán mercante.
Eco
Hay una literatura que nos tiene habituados a la cosa convenida de que cuando uno se encuentra solo bebiendo en un bar le ocurre algo. Con Hemingway un encuentro menos sensacionalista, un diálogo, una manifestación de la nada
Zinn
La amargura y la desilusión se reflejó en la literatura de la década de la postguerra. Ernest Hemingway escribió "A Farewell to Arms".
Wilson
Hemingway. Actitud conveniente, amarga, decidida, dura.
Wilson
Hemingway. Actitud conveniente, amarga, decidida, dura.
Ford
Libros que se me antojan secretamente sobre mi vida de joven. "Las historias de Nick Adams".
JOHN DOSS PASSOS
Apretujándose y estrujándose como las manzanas, al caer del saetín a la prensa.
La inmensidad del río, brillante como un cuchillo.
Fuera, el aire huele a muchedumbre, está lleno de ruidos y de sol. No soy más que una aguja en un montón de heno.
El estruendoso pavimento donde el sol, atravesando la armazón del tren elevado, traza en la calle azul franjas de un amarillo cálido.
Las nubes flotaban hacia el este, apiñadas como enormes edificios traspasados por la luz del sol, blanca y brillante como papel de estaño.
Selva de vigas de hierro.
Tirar el dinero como si fuera confetti.
Unas narizotas como apagavelas, una cara larga color cigarro.
Semejar una comadreja con dientes de oro.
Un hampón irlandés.
El alba color limón.
Encontrar con influencia o dinero.
Soplar un viento agresivo.
De todos los rincones salían sombras, que uniendo sus alas se enlazaban.
Todo negro, menos los dos hilos de luz como una L invertida en el ángulo de la puerta.
Una cara cuadrada de bistec.
Una mujer desnuda, quieta como un huevo duro sobre un plato de espinacas.
Expresión de intensa preocupación.
Consecuencias legales.
Negligencia culpable y criminal, poner pleito a la empresa, un proceso legal por las pérdidas habidas.
Presa de vértigo.
Un cielo moteado de nubecillas con cola.
Uangnaan, nainainai, hacían las gaitas entre el centeno.
La boca le sabía a calderilla.
Rojos ferry-boats iban y venían como lanzaderas.
La luz crema del sol.
Las ostras se vuelven cuero en el estómago, bebiendo alcohol.
El lóbrego cielo se bañaba en un resplandor naranja.
Por los cristales estriados de lluvia, veía los paraguas ondular en el lento remolino de gente que fluía.
La fina boca plegada en un gesto de simpatía.
Un entrecortado murmullo de angustia.
Una oscuridad espesa y silenciosa.
Jamón de Westfalia.
Un libro de leyes, encuadernado en becerro.
Estaba leyendo "La isla de coral" y me quedé dormido.
El crepúsculo permitió caer un silencio de plomo.
¡Con que yo me atreviera a correr el riesgo!...
Bajo la presión de la noche, los arcos voltaicos derraman leche brillante. La luz chorrea, colorea toneladas de cielo.
Cansado estoy de violetas,
lleváoslas.
Hay una gloria del sol y una gloria de la luna y otra gloria de las estrellas; porque una estrella difiere de otra estrella en su gloria.
Todo el frío de su cuerpo le crispaba el estómago.
Con la bajada brusca del ascensor, el estómago da un salto mortal.
Sombras empolvadas de añil.
El viejo con barba de cáñamo.
Plúmbea modorra.
Una franja de sol turbio.
Una inextricable maraña de ruidos chirriantes como de dientes de sierra.
Intrusión incalificable.
La esclavitud industrial.
Comida. Fooyong y chowmein.
La oficina olía a manifiesto.
El sol se hundía en tumultuosas olas de azafrán.
Arder el hueco del estómago.
Había empezado a bajar, con una caída brusca de montaña rusa, al abismo estremecedor de la angustia.
Un papel en Honeysuckle.
Actitud insultante.
El arte de manufacturar papel.
Libros. "Younth´s Encounter", "Imaginary Conversations", "Aphrodite", "Les Chansons de Bilitis", el "Oxford Book of French Verse".
Viento rutilante.
El murmullo de la ciudad, un océano rugiente.
Un espécimen de ciudadano con ánimo de solidaridad.
Más triste que un cangrejo.
Criminalmente estúpido.
Tono áspero.
Un río ridículamente melodramático bordeado de mangles.
Afectó un paso vivo, como si fuera a alguna parte.
Fría y distante, fuera de alcance, como un faro.
Hacia el noroeste, subían las nubes abriéndose compactas como coliflores.
Un beso de pájaro.
Había llegado a la muerte de Oliver, en "Jean Christophe", y leía con un nudo en la garganta. En su memoria persistía el murmullo del Rin, royendo sin cesar el pie del jardín de la casa donde Jean Christophe había nacido. Europa era, en su mente, un parque verde lleno de músicas, de banderas rojas, de multitudes en marcha.
Los ojos turbios y ardientes de leer.
Por qué sigo yo arrastrando una existencia miserable en esta ciudad imbécil y epiléptica.
Cada frase, cada palabra, cada signo de puntuación que aparece en la prensa publica, está examinado, tachado y raspado, en interés de los publicitarios y accionistas.
La luna nueva ríe en lo alto.
Las ráfagas de un domingo muerto soplan polvo a la cara, el polvo de un crepúsculo borracho.
Las enormes ampollas de luz crepuscular, rojizas, moradas, verdes.
Revivir las emociones.
Límites legales.
Un cielo de pizarra aprisionado entre los altos edificios, escupía sobre las aceras monedas de cincuenta centavos.
Una densa sábana de agua avanzando.
Distinguir de valores.
Hablar con un sonsonete confidencial.
Un pánico es el momento propicio, para que una persona de sangre fría haga dinero.
Dar un puesto de corresponsal.
Altas murallas de ceniza crujían y se desmoronaban en su interior.
En la noche de mármol brillaba la luna entre nubes. Los sapos sonaban en las cunetas como cascabeles.
Llamaban cantonnières a aquellas mujeres que seguía a los ejércitos.
Un relámpago violeta.
La extensión de la agonía de las historias del sexo.
Las gentes dormían retorcidas, enredadas, estranguladas como raíces de plantas en una maceta.
La alta noche de los meteoros septembrinos.
Los purpúreos y sedosos corredores del sueño.
Apretar el capullo del sueño.
Conceder el decreto.
El inconveniente es que yo no valgo para meterme en cuestiones.
Crepúsculo de plomo.
El horno palpitante, la incandescencia de los letreros luminosos.
Da a su boca un gesto de sobriedad.
El metro fétido y trepidante. El expreso descendente pasó rugiendo, como un relámpago.
Los sucios bloques de ladrillo y piedra se sucedían monótonamente como los días de su vida.
La fría nostalgia del otoño.
Atmósfera histórica.
El cielo, sobre los edificios de cartón, forma una bóveda de plomo batido.
Máscara de fatiga.
Volver al centro de las cosas.
El rumor de la calle rompe como la resaca en una concha de palpitantes agonías.
Botiquín de profilaxia.
En este mundo no se va a ninguna parte sin presentar las cosas como se debe.
En la noche de hierro colado el viento soplaba más frío.
Los amarillos ayeres.
La noche primaveral surge del mar, noche africana, que los envuelve amenazante.
Ayer, anteayer y anteanteayer.
Trenes-luciérnagas.
Puerto de laca.
Bórax en el lago.
Formar un comité de agitación.
El vaho de la cocina le redujo el estómago.
Una oscuridad de horno.
Un parásito en el drama de la vida.
Hundirse en un ensueño brumoso.
¡Voto al chápiro!
Limpiar el soborno, la corrupción y la intriga existente en el Ayuntamiento.
Ola de crímenes.
El mercado hecho pedazos.
Le ha curado un psicoanalista y está sublimado.
Las prohibidas selvas de tu hermosa cabellera.
Esas zarandajas de danzas plásticas y literatura y radicalismo y psicoanálisis.
La noche era un negro bloque de frío cortante.
Los ojos pesados de sueño.
Un dirigible, brillante cigarro de estaño.
El cielo azul como un huevo de petirrojo.
Derroche de dorada suculencia, primavera.
Acusados de anarquía criminal.
Una pastelería italiana. En cada torta ornamentada con flores y estrías de anilina había un cordero pascual de azúcar y el estandarte de la Resurrección.
Ninguno sabe lo que quiere. Por eso somos una generación desgraciada.
Saber los secretos de la Bolsa.
Sinceridad atávica, sinceridad de lo negro.
Punto de vista del interés humano, piedad y lágrimas.
Un cielo de inconcebible acritud.
Los minutos le colgaban del cuello pesados como horas.
Si no estamos locos es porque los numeros son fríos, indiferentes.
Con pasión irresistible.
Sentir un frío glacial infiltrarse como cocaína.
La amargura, como una invisible cinta de seda, le apretaba el cuello, la estrangulaba.
Preguntar con un ronrón benévolo.
Un chef de primera, un cordon bleu.
Un niño bien con cara de papel mascado.
Apadrinar para alcalde en una candidatura fusionada.
Una virgen de escayola.
La ventaja de la banca. Incluso en caso de deficit hay dinero que manejar, garantías. En las empresas comerciales, existe siempre un margen de riesgo.
Un ser tosco, un yachtsman.
Noche de fiesta (fogonazo de la instantánea).
Dar un toque de atención.
En las pruebas y tribulaciones, sereno entre las negras aguas del desprecio o indiferente a los veloces rabiones de la estimación general, entre las calladas y breves horas de la noche y el estruendo de los millones a las doce del día.
Un Cupido con orejas arriba.
Agudo, claro, muy lejano.
Lo que los charlatanes periodistas llamarán circunstancias atenuantes.
La piedad mal aplicada es, a menudo, crueldad a la larga.
La vaga región de las náuseas.
Vírgenes almidonadas.
Un ramo de madroños. Los bosques de mayo se derritieron en su boca como azúcar.
A través del sueño que va hilando, blancos dedos le hacen señales. El tul tiene un fulgor extraño. Surgen del tul manos rojas.
Es ridículo vivir con una tensión nerviosa, que todo semeja rechinar como la tiza que araña el encerado.
Campeones de esquina.
Abrigar sospechas.
En la vacía y oscura bruma del río, el embarcadero bosteza de pronto, negra boca con una garganta de luz.
(Manhattan Transfer)
La Iglesia orientaba hacia el culto de los dioses tribales.
Un mundo invadido por la Iglesia, regido a través de la mente y el ánimo, donde no existirá la fuerza.
Una sociedad para la propagación y la protección del comercio. El país.
El coste del poder político durante cualquier época, desde que el ser humano abandonó las tribus vagabundas. El poder político debería ser puramente utilitario. Es un material para lograr paz y comodidad, aunque es un mal método. La protección de los materiales es su razón de existir. El desmedido afán por los materiales ha empujado a nuestros países de Occidente a arrojarse hacia atrás, en las simas de la barbarie. Suprimamos el deseo de coger y poseer y no tendremos menester de un gobierno que nos proteja.
Libertad, dignidad humana.
De las esclavitudes la esclavitud de la guerra, la de los ejércitos, la más amarga y deplorable.
(Iniciación de un hombre)
Lukács
JOHN DOSS PASSOS
Apretujándose y estrujándose como las manzanas, al caer del saetín a la prensa.
La inmensidad del río, brillante como un cuchillo.
Fuera, el aire huele a muchedumbre, está lleno de ruidos y de sol. No soy más que una aguja en un montón de heno.
El estruendoso pavimento donde el sol, atravesando la armazón del tren elevado, traza en la calle azul franjas de un amarillo cálido.
Las nubes flotaban hacia el este, apiñadas como enormes edificios traspasados por la luz del sol, blanca y brillante como papel de estaño.
Selva de vigas de hierro.
Tirar el dinero como si fuera confetti.
Unas narizotas como apagavelas, una cara larga color cigarro.
Semejar una comadreja con dientes de oro.
Un hampón irlandés.
El alba color limón.
Encontrar con influencia o dinero.
Soplar un viento agresivo.
De todos los rincones salían sombras, que uniendo sus alas se enlazaban.
Todo negro, menos los dos hilos de luz como una L invertida en el ángulo de la puerta.
Una cara cuadrada de bistec.
Una mujer desnuda, quieta como un huevo duro sobre un plato de espinacas.
Expresión de intensa preocupación.
Consecuencias legales.
Negligencia culpable y criminal, poner pleito a la empresa, un proceso legal por las pérdidas habidas.
Presa de vértigo.
Un cielo moteado de nubecillas con cola.
Uangnaan, nainainai, hacían las gaitas entre el centeno.
La boca le sabía a calderilla.
Rojos ferry-boats iban y venían como lanzaderas.
La luz crema del sol.
Las ostras se vuelven cuero en el estómago, bebiendo alcohol.
El lóbrego cielo se bañaba en un resplandor naranja.
Por los cristales estriados de lluvia, veía los paraguas ondular en el lento remolino de gente que fluía.
La fina boca plegada en un gesto de simpatía.
Un entrecortado murmullo de angustia.
Una oscuridad espesa y silenciosa.
Jamón de Westfalia.
Un libro de leyes, encuadernado en becerro.
Estaba leyendo "La isla de coral" y me quedé dormido.
El crepúsculo permitió caer un silencio de plomo.
¡Con que yo me atreviera a correr el riesgo!...
Bajo la presión de la noche, los arcos voltaicos derraman leche brillante. La luz chorrea, colorea toneladas de cielo.
Cansado estoy de violetas,
lleváoslas.
Hay una gloria del sol y una gloria de la luna y otra gloria de las estrellas; porque una estrella difiere de otra estrella en su gloria.
Todo el frío de su cuerpo le crispaba el estómago.
Con la bajada brusca del ascensor, el estómago da un salto mortal.
Sombras empolvadas de añil.
El viejo con barba de cáñamo.
Plúmbea modorra.
Una franja de sol turbio.
Una inextricable maraña de ruidos chirriantes como de dientes de sierra.
Intrusión incalificable.
La esclavitud industrial.
Comida. Fooyong y chowmein.
La oficina olía a manifiesto.
El sol se hundía en tumultuosas olas de azafrán.
Arder el hueco del estómago.
Había empezado a bajar, con una caída brusca de montaña rusa, al abismo estremecedor de la angustia.
Un papel en Honeysuckle.
Actitud insultante.
El arte de manufacturar papel.
Libros. "Younth´s Encounter", "Imaginary Conversations", "Aphrodite", "Les Chansons de Bilitis", el "Oxford Book of French Verse".
Viento rutilante.
El murmullo de la ciudad, un océano rugiente.
Un espécimen de ciudadano con ánimo de solidaridad.
Más triste que un cangrejo.
Criminalmente estúpido.
Tono áspero.
Un río ridículamente melodramático bordeado de mangles.
Afectó un paso vivo, como si fuera a alguna parte.
Fría y distante, fuera de alcance, como un faro.
Hacia el noroeste, subían las nubes abriéndose compactas como coliflores.
Un beso de pájaro.
Había llegado a la muerte de Oliver, en "Jean Christophe", y leía con un nudo en la garganta. En su memoria persistía el murmullo del Rin, royendo sin cesar el pie del jardín de la casa donde Jean Christophe había nacido. Europa era, en su mente, un parque verde lleno de músicas, de banderas rojas, de multitudes en marcha.
Los ojos turbios y ardientes de leer.
Por qué sigo yo arrastrando una existencia miserable en esta ciudad imbécil y epiléptica.
Cada frase, cada palabra, cada signo de puntuación que aparece en la prensa publica, está examinado, tachado y raspado, en interés de los publicitarios y accionistas.
La luna nueva ríe en lo alto.
Las ráfagas de un domingo muerto soplan polvo a la cara, el polvo de un crepúsculo borracho.
Las enormes ampollas de luz crepuscular, rojizas, moradas, verdes.
Revivir las emociones.
Límites legales.
Un cielo de pizarra aprisionado entre los altos edificios, escupía sobre las aceras monedas de cincuenta centavos.
Una densa sábana de agua avanzando.
Distinguir de valores.
Hablar con un sonsonete confidencial.
Un pánico es el momento propicio, para que una persona de sangre fría haga dinero.
Dar un puesto de corresponsal.
Altas murallas de ceniza crujían y se desmoronaban en su interior.
En la noche de mármol brillaba la luna entre nubes. Los sapos sonaban en las cunetas como cascabeles.
Llamaban cantonnières a aquellas mujeres que seguía a los ejércitos.
Un relámpago violeta.
La extensión de la agonía de las historias del sexo.
Las gentes dormían retorcidas, enredadas, estranguladas como raíces de plantas en una maceta.
La alta noche de los meteoros septembrinos.
Los purpúreos y sedosos corredores del sueño.
Apretar el capullo del sueño.
Conceder el decreto.
El inconveniente es que yo no valgo para meterme en cuestiones.
Crepúsculo de plomo.
El horno palpitante, la incandescencia de los letreros luminosos.
Da a su boca un gesto de sobriedad.
El metro fétido y trepidante. El expreso descendente pasó rugiendo, como un relámpago.
Los sucios bloques de ladrillo y piedra se sucedían monótonamente como los días de su vida.
La fría nostalgia del otoño.
Atmósfera histórica.
El cielo, sobre los edificios de cartón, forma una bóveda de plomo batido.
Máscara de fatiga.
Volver al centro de las cosas.
El rumor de la calle rompe como la resaca en una concha de palpitantes agonías.
Botiquín de profilaxia.
En este mundo no se va a ninguna parte sin presentar las cosas como se debe.
En la noche de hierro colado el viento soplaba más frío.
Los amarillos ayeres.
La noche primaveral surge del mar, noche africana, que los envuelve amenazante.
Ayer, anteayer y anteanteayer.
Trenes-luciérnagas.
Puerto de laca.
Bórax en el lago.
Formar un comité de agitación.
El vaho de la cocina le redujo el estómago.
Una oscuridad de horno.
Un parásito en el drama de la vida.
Hundirse en un ensueño brumoso.
¡Voto al chápiro!
Limpiar el soborno, la corrupción y la intriga existente en el Ayuntamiento.
Ola de crímenes.
El mercado hecho pedazos.
Le ha curado un psicoanalista y está sublimado.
Las prohibidas selvas de tu hermosa cabellera.
Esas zarandajas de danzas plásticas y literatura y radicalismo y psicoanálisis.
La noche era un negro bloque de frío cortante.
Los ojos pesados de sueño.
Un dirigible, brillante cigarro de estaño.
El cielo azul como un huevo de petirrojo.
Derroche de dorada suculencia, primavera.
Acusados de anarquía criminal.
Una pastelería italiana. En cada torta ornamentada con flores y estrías de anilina había un cordero pascual de azúcar y el estandarte de la Resurrección.
Ninguno sabe lo que quiere. Por eso somos una generación desgraciada.
Saber los secretos de la Bolsa.
Sinceridad atávica, sinceridad de lo negro.
Punto de vista del interés humano, piedad y lágrimas.
Un cielo de inconcebible acritud.
Los minutos le colgaban del cuello pesados como horas.
Si no estamos locos es porque los numeros son fríos, indiferentes.
Con pasión irresistible.
Sentir un frío glacial infiltrarse como cocaína.
La amargura, como una invisible cinta de seda, le apretaba el cuello, la estrangulaba.
Preguntar con un ronrón benévolo.
Un chef de primera, un cordon bleu.
Un niño bien con cara de papel mascado.
Apadrinar para alcalde en una candidatura fusionada.
Una virgen de escayola.
La ventaja de la banca. Incluso en caso de deficit hay dinero que manejar, garantías. En las empresas comerciales, existe siempre un margen de riesgo.
Un ser tosco, un yachtsman.
Noche de fiesta (fogonazo de la instantánea).
Dar un toque de atención.
En las pruebas y tribulaciones, sereno entre las negras aguas del desprecio o indiferente a los veloces rabiones de la estimación general, entre las calladas y breves horas de la noche y el estruendo de los millones a las doce del día.
Un Cupido con orejas arriba.
Agudo, claro, muy lejano.
Lo que los charlatanes periodistas llamarán circunstancias atenuantes.
La piedad mal aplicada es, a menudo, crueldad a la larga.
La vaga región de las náuseas.
Vírgenes almidonadas.
Un ramo de madroños. Los bosques de mayo se derritieron en su boca como azúcar.
A través del sueño que va hilando, blancos dedos le hacen señales. El tul tiene un fulgor extraño. Surgen del tul manos rojas.
Es ridículo vivir con una tensión nerviosa, que todo semeja rechinar como la tiza que araña el encerado.
Campeones de esquina.
Abrigar sospechas.
En la vacía y oscura bruma del río, el embarcadero bosteza de pronto, negra boca con una garganta de luz.
(Manhattan Transfer)
La Iglesia orientaba hacia el culto de los dioses tribales.
Un mundo invadido por la Iglesia, regido a través de la mente y el ánimo, donde no existirá la fuerza.
Una sociedad para la propagación y la protección del comercio. El país.
El coste del poder político durante cualquier época, desde que el ser humano abandonó las tribus vagabundas. El poder político debería ser puramente utilitario. Es un material para lograr paz y comodidad, aunque es un mal método. La protección de los materiales es su razón de existir. El desmedido afán por los materiales ha empujado a nuestros países de Occidente a arrojarse hacia atrás, en las simas de la barbarie. Suprimamos el deseo de coger y poseer y no tendremos menester de un gobierno que nos proteja.
Libertad, dignidad humana.
De las esclavitudes la esclavitud de la guerra, la de los ejércitos, la más amarga y deplorable.
(Iniciación de un hombre)
Lukács
Dos Passos plasma sobre el ritmo vital y sus consecuencias artísticas; la manifestación de la peculiaridad se reduce a sus acciones abstractas con la lucha social.
Zinn
La amargura y la desilusión se reflejó en la literatura de la postguerra. La novela de Dos Passos sobre la muerte de John Doe.
Schwarnitz
Musil "El hombre sin cualidades" influencia de las novelas de Dos Passos.
Schwarnitz
Musil "El hombre sin cualidades" influencia de las novelas de Dos Passos.
John Steinbeck
Con expresión sardónica.
Actitud de espera.
Una expresión confundida.
Extendió su mano y examinó la palma como si estuviera leyendo un libro.
Expresión de desamparo.
Desnuda honradez.
Otros adoraban las matemáticas, porque les proporcionaba un refugio frente la reflexión y el sentimiento.
Un ser humano herido y perplejo podía volverse furioso, incluso frente a los que ama.
Los tractores llegaron por los caminos y se metieron en los campos, reptiles inmensos, que se movían como insectos, con la fuerza increíble de los insectos. Tractores Diesel, que escupían mientras estaban ociosos, que tronaban al moverse y que luego paraban en un rugido ahogado. Monstruos de nariz chata, que levantaban la tierra y clavaban sus dientes por el campo.
El monstruo que construyó el tractor y el que lo envió, se habían apoderado de las manos del conductor, cubierto su cerebro, enmudecido su voz, embozado su percepción, ahogado sus protestas.
Expresión exaltada.
Recoger la experiencia.
Un numero viejo del "Ledger".
Expresión de asombro.
La expresión truculenta de un niño perverso.
Cobarde como una comadreja.
Remota e infalible como una diosa.
El rostro delataba esa contestación, que siempre disimulaban las palabras.
Aleccionado para no indicar nada en un guardia, ni resistencia ni sumisión.
Somos todo lo que ha sido. La ira de un momento, las mil imágenes.
Expresión de seriedad y de responsabilidad.
Expresión de tristeza y cansancio.
El ser humano, el cual es más que la química, el cual camina sobre la tierra, evita con su arado una piedra, suspira por su cosecha, se arrodilla en la tierra, para comer su almuerzo; ese ser humano, el cual es más que sus elementos, experimenta la tierra, que significa más que su análisis.
El 66 es el sendero de los que huyen..., refugiados del polvo y de la tierra agotada, del trueno de los tractores y de la propiedad perdida, de la lenta invasión del desierto, de los vientos que sacuden Texas, de las inundaciones que nada aportan a la tierra y que roban sus pocas riquezas. De todo eso huye la gente y llegan al 66 desde los caminos tributarios, de las simples huellas de la tierra y de los caminos rurales. El 66 es el camino madre, el camino de la fuga.
Expresión de enojo.
Expresión de horror.
La creciente unidad de los profesionales; atacando los nuevos impuestos, los nuevos programas, sin saber que estas cosas son consecuencias, no causas.
El ultimo cumplimiento claro y definido de un ser humano -músculos que se tuercen dolorosos en la actividad, cerebros que se afanan en crear más allá de los menesteres primordiales- es el ser humano. Porque el ser humano, a diferencia de cualquier otra cosa orgánica o inorgánica, crece más alto que su actividad, asciende las escalas de sus conceptos, surge de sus exploraciones.
Contestar con humildad inflexible.
Había abandonado su resistencia al cansancio.
Expresión de desconcierto.
Expresión de fiereza.
Pones el parche antes de la herida; siempre temes que puedan culparte de algo.
Estaba en actitud vigilante y rodeado de peligros, escudriñando la expresión de los rostros.
Mantener una cortés conversación.
La madre se vio las manos, estrechadas sobre su falda como amantes fatigados.
El terror cerval, el ansia royente y febril por la tierra, por el agua, por el cielo.
Cuando la mayoría del pueblo tiene hambre y frío, tomarán por la fuerza lo que precisen.
Expresión de tristeza y desconsuelo.
Una expresión idiota e indiferente.
Comportarse con reserva y dignidad convenientes.
Una decisión silenciosa, una ferocidad oculta.
Un gesto de condescendencia.
Si quiere emplear hombres, que dé un mandato firmado, diciendo cuánto va a pagar. No puede contratar hombres si no tiene licencia.
Es muy delgada la línea que separa el hambre de la ira.
Con gesto suficiente.
Su rostro se endureció con una expresión de recelo.
Expresión amistosa.
Expresión de ira.
Gesto de impotencia.
Actitud llena de dignidad y condescendencia.
Sus ojos adquirieron una expresión fiera.
Gesto amenazador.
Expresión de impotencia.
Ojos como navajas.
Expresión gozosa.
La expresión de sus ojos acerados era severa.
Expresión de seriedad.
Purty Boy, slang por Pretty Boy, Niño Bonito.
Gesto de ánimo.
Una expresión permanente de asombro y espanto.
Expresión de ruego.
Expresión de cansancio.
Actitudes resueltas.
Las plantas de algodón de color verde oscuro están fibrosas, y los copos pesados se arraciman en las cápulas.
La limpieza de un silbido.
Expresión altiva.
Expresión sombría.
Debajo de la súplica y debajo de la humildad, comenzó a formarse una ira desesperada.
Resignarse a una sombría inactividad.
Expresión de fatiga.
Con la boca abierta, en una expresión de sorpresa incrédula.
Sentada, con una expresión reflexiva retratada en el rostro.
(Las uvas de la ira)
Las historias que se relatan mucho y que están en los corazones de las gentes, sólo tienen cosas buenas y malas, negras y blancas, virtuosas y malignas y nada intermedio.
Acercarse con humildad.
Ola de vergüenza.
Publica humillación.
Cangrejos violinistas.
Verde hierba anguila.
El mar y la tierra tenían las ásperas claridades y la vaguedad de un sueño.
Precisión óptica.
Magia de la plegaria. Obligar a la suerte.
Destello fantasmal.
No es bueno querer demasiado una cosa.
Gran perla, perfecta como la luna, atrapaba la luz y la refinaba y devolvía en una incandescencia de plata. Grande como un huevo de gaviota. Su curva era perfecta.
Un pueblo es algo distinto de todos los demás pueblos, de manera que no hay dos pueblos iguales.
Nervios de la ciudad.
La noticia siguió su avance inexorable.
Aparentar que existía la competencia.
Los seres humanos nunca están satisfechos, se les da algo y quieren algo más. Es una de las mejores cualidades que posee la especie, que la ha hecho superior a los animales, que están satisfechos con lo que tienen.
Calor y garantía de la familia.
Futuro fundado.
Odio y miedo. Cientos de años de opresión.
La riqueza altera la cabeza.
La enfermedad sólo ocupa el segundo puesto en la lista de enemigos de los pobres, cuando se la compara con el hambre.
Es maravillosa la manera que que un pueblecito se mantiene al compás de su propia existencia y de cada uno de sus miembros.
Actuar y conducirse, según un modelo experimentado, en el cual se tiene familiaridad.
Todos los hombres del mundo dan lo mejor en su actividad y nadie hace menos de lo que puede.
Signo de hostilidad.
Gravedad de la ocasión.
Parte del beneficio.
Castillo del Universo.
Monstruo de desconocimiento. La capital.
Ensoñación del futuro. Real.
Su mente retornaba a una profunda participación en las cosas, don que debía a su pueblo.
Transformación e inquietud en el aire.
Pánico de huida.
El discurso hizo mella en el cerebro.
Debilidad, miedo, irresolución.
Oscuridad honda y negra.
Era una luna vieja y maltrecha, pero arrojaba luz neta y sombra neta.
Frío y mortífero como el acero.
Largas sombras. Torres de oscuridad.
Experiencia humana.
Rodeados de columnas de negro miedo.
Ciudad de piedra y argamasa.
(La Perla)
Libre origen de la esclavitud.
Microbio de la histeria.
Agua de espliego.
Hermoso azul del firmamento.
Granos de sen-sen.
Los negocios no tienen que ver con la educación y el idioma, sino con lo que se puede producir. Lo que uno puede hacer es lo que cuenta.
Furia ilógica e incontrolable.
Quejido de bienestar.
Un odio físico frente a todos le sofocaba.
(El ómnibus perdido)
El suave viento semejaba celebrar la pérdida de algo alegre con una tierna y delicada elegía.
La noche cayó como un manto negro.
Una vieja casa de piedra y bálago.
Veía cansinamente su existencia asediada por las pequeñas frustraciones que la escarnecían.
La necedad de las abstracciones.
Indecisión o decisión en el rostro.
Una expresión de gran alivio.
Someter a una prueba delicada y terrible.
Transformar la expresión con un esfuerzo consciente.
Las palabras eran una necedad grata.
Con la mente perdida en un futuro incierto.
Los sucesos y circunstancias del mundo.
El tiempo puro y el tiempo futuro.
El veneno que llevo dentro, en la sangre y en el cerebro, me está exprimiendo como una vieja naranja.
Cuando pesa sobre nosotros algún presagio o el menester o la pena, te escondes en las palabras.
Matará los sueños con las flechas implacables de su voluntad.
Aplastar las reflexiones estrafalarias con una firmeza de sentido común.
Hablar con una triste gravedad.
Expresión ceñuda.
Taza dorada de la luna.
Un fracasado; los demás se dan cuenta y son amables y cariñosos; el paño de la trivialidad.
El que guarda en las manos una luciérnaga que ha atrapado al pretender alcanzar la luna está doblemente solo.
Puedes identificar los sueños por esa cualidad que llamamos incongruencia.
Adquirir una profunda sabiduría silenciosa.
Una fuerza de atracción y de repulsión hacía oscilar su deseo como una caña batida por el viento.
Manifestación del cariño.
La idea se estrellaba en el muro desierto de una imaginación pobre.
Su mente siempre había sido un escalpelo de la realidad, su imaginación abordaba exclusivamente los bordes concretos de las cosas.
Volvía a deslizarse quedamente en su grato futuro.
Actitud despreocupada.
Desentrañar los laberintos del pasado, para componer un futuro organizado, relatable.
Corrió una gruesa cortina sobre su pasado.
Carecer de sueños y de voluntad.
La tempestad había pasado, pero la brisa suspiraba en las esquinas con una tristeza fantasmagórica infinita.
El tiempo se había transformado en un gusano indolente, que se arrastraba hacia delante una insignificancia, se demoraba, movía la cabeza ciega y volvía a avanzar.
No hay hombres como los irlandeses para la amabilidad brutal.
Soltar una estruendosa carcajada.
Expresión apenada.
Land´s End, la punta del mentón de Gran Bretaña.
Los perros aulladores del viento.
Tenía los ojillos azules fijos, al estilo de los marineros, clavados más allá de los confines de las cosas.
Podían los finlandeses desencadenar una tempestad espantosa para vengarse.
Si veías al terrorífico y viscoso kraken no volvías a ver tierra.
Los barcos fantasmas que surcaban incesantes el océano buscando el puerto perdido, guiados por tripulaciones de esqueletos pálidos.
Tono apocado, como si temiera que le refutasen.
Artera hipocresía.
No es fácil que un ser humano haga leyendas de lo que come.
Concebir ideas, darles vida palpitante y soltarlas luego a un mundo pasmado.
Experimentos variados y amplios.
Hoscos desdichados andrajosos, que estaban pagando alguna felonía ya olvidada a la corona.
Manifestar un hosco rencor.
Ver más allá, por encima del borde del presente. Un deseo torturante recorría sus horas de sueño y de vigilia como un fino hilo rojo.
La curvada orilla lejos en el mar.
De la tierra de su amor brotaron fuertes enredaderas de miedo asfixiante.
Tono suplicante.
Desdén cortés.
Era difícil engranar una conversación en aquel terreno de cortesía casi burlesca.
Vanas conjeturas.
Conversación ociosa.
Tono cortante.
Lágrimas de rabia.
Tener miedo hasta de la sombra.
Una buena nave muy marinera y rápida.
Temía lo que le olía a autoridad.
Medroso, avaro.
Invadir el entusiasmo.
El alto casco rojo de un buque mercante.
Tragedias anónimas de la mar de las que hablan los marineros.
El fruto de la cuidadosa estrategia.
Muerte relampagueante.
Poner el deber por encima de la admiración.
Su voluntad había sido como una veleta de hierro.
Extraña turbación infantil.
Un gran rumor nebuloso.
Cuando eres viejo detestas las cosas inquietantes.
Los personajes de los libros no son del todo reales, aunque lo son lo suficiente para ser recordados.
Desechar el tiempo igual que una prenda de vestir.
La victoria o la suerte semeja hallarse oculta en unos pocos.
Un radical ha de ser encerrado y ahorcado.
Un saco de pérdidas.
El rumor tiene alas de murciélago.
El crimen, el suicidio y los campos de gloria, para combatir el pequeño ridículo doloroso.
Reflexionar como una serie de pinturas brillantes.
Conversación animada y nerviosa.
El sol volvió a salir, una blanca úlcera febril en el cielo.
Un fallo, un momento de indecisión dispersaría sus victorias como palomas.
Los ojos como cristal poco profundo y un brillo intenso, como de locura inminente.
El rostro encendido por la furia.
Su tono era amargo como sus palabras.
El secreto que hace de la tierra un camaleón gigantesco.
Alzó los estandartes de su vanidad.
Un alba amarillenta.
Agresión a las ideas previas.
El tono torpe y monótono del sueño.
Buscar en la memoria.
Una circunstancia aciaga.
Tono lastimero.
Un tono de pecador temeroso.
Tono entrecortado.
Tono jactancioso y cruel.
Estentórea acusación de robo.
Disparatada actitud.
El parto es de menester, pero desagradable y nada decorativo.
Tono jocoso.
Tono abatido.
Un horizonte vivo.
Las cosas han de valer lo que se paga o no habría comercio.
El sistema económico de emociones y personas.
Fluctuar el valor en las corrientes económicas.
La sinceridad publica puede ser una escala hacia un crimen más alto, más valioso; la veracidad como materia para un disimulo más sutil.
Escrutar ansioso el horizonte.
Tono oficial.
Sabio, práctico y algo cínico.
La locura y la visión distorsionada son los fundamentos de la grandeza.
El don de ser sutilmente ofensivo.
Acusación de incontinencia.
Levemente agitado por la inquietud.
La atmósfera de la habitación era densa, cargada y sofocante, el ambiente de la habitación de un moribundo.
Su cariño era una cosa eficaz, pero su amor era espantoso.
La dulce y profunda pulsación del Tono.
(La Taza de Oro)
Libre origen de la esclavitud.
Microbio de la histeria.
Agua de espliego.
Hermoso azul del firmamento.
Granos de sen-sen.
Los negocios no tienen que ver con la educación y el idioma, sino con lo que se puede producir. Lo que uno puede hacer es lo que cuenta.
Furia ilógica e incontrolable.
Quejido de bienestar.
Un odio físico frente a todos le sofocaba.
(El ómnibus perdido)
El suave viento semejaba celebrar la pérdida de algo alegre con una tierna y delicada elegía.
La noche cayó como un manto negro.
Una vieja casa de piedra y bálago.
Veía cansinamente su existencia asediada por las pequeñas frustraciones que la escarnecían.
La necedad de las abstracciones.
Indecisión o decisión en el rostro.
Una expresión de gran alivio.
Someter a una prueba delicada y terrible.
Transformar la expresión con un esfuerzo consciente.
Las palabras eran una necedad grata.
Con la mente perdida en un futuro incierto.
Los sucesos y circunstancias del mundo.
El tiempo puro y el tiempo futuro.
El veneno que llevo dentro, en la sangre y en el cerebro, me está exprimiendo como una vieja naranja.
Cuando pesa sobre nosotros algún presagio o el menester o la pena, te escondes en las palabras.
Matará los sueños con las flechas implacables de su voluntad.
Aplastar las reflexiones estrafalarias con una firmeza de sentido común.
Hablar con una triste gravedad.
Expresión ceñuda.
Taza dorada de la luna.
Un fracasado; los demás se dan cuenta y son amables y cariñosos; el paño de la trivialidad.
El que guarda en las manos una luciérnaga que ha atrapado al pretender alcanzar la luna está doblemente solo.
Puedes identificar los sueños por esa cualidad que llamamos incongruencia.
Adquirir una profunda sabiduría silenciosa.
Una fuerza de atracción y de repulsión hacía oscilar su deseo como una caña batida por el viento.
Manifestación del cariño.
La idea se estrellaba en el muro desierto de una imaginación pobre.
Su mente siempre había sido un escalpelo de la realidad, su imaginación abordaba exclusivamente los bordes concretos de las cosas.
Volvía a deslizarse quedamente en su grato futuro.
Actitud despreocupada.
Desentrañar los laberintos del pasado, para componer un futuro organizado, relatable.
Corrió una gruesa cortina sobre su pasado.
Carecer de sueños y de voluntad.
La tempestad había pasado, pero la brisa suspiraba en las esquinas con una tristeza fantasmagórica infinita.
El tiempo se había transformado en un gusano indolente, que se arrastraba hacia delante una insignificancia, se demoraba, movía la cabeza ciega y volvía a avanzar.
No hay hombres como los irlandeses para la amabilidad brutal.
Soltar una estruendosa carcajada.
Expresión apenada.
Land´s End, la punta del mentón de Gran Bretaña.
Los perros aulladores del viento.
Tenía los ojillos azules fijos, al estilo de los marineros, clavados más allá de los confines de las cosas.
Podían los finlandeses desencadenar una tempestad espantosa para vengarse.
Si veías al terrorífico y viscoso kraken no volvías a ver tierra.
Los barcos fantasmas que surcaban incesantes el océano buscando el puerto perdido, guiados por tripulaciones de esqueletos pálidos.
Tono apocado, como si temiera que le refutasen.
Artera hipocresía.
No es fácil que un ser humano haga leyendas de lo que come.
Concebir ideas, darles vida palpitante y soltarlas luego a un mundo pasmado.
Experimentos variados y amplios.
Hoscos desdichados andrajosos, que estaban pagando alguna felonía ya olvidada a la corona.
Manifestar un hosco rencor.
Ver más allá, por encima del borde del presente. Un deseo torturante recorría sus horas de sueño y de vigilia como un fino hilo rojo.
La curvada orilla lejos en el mar.
De la tierra de su amor brotaron fuertes enredaderas de miedo asfixiante.
Tono suplicante.
Desdén cortés.
Era difícil engranar una conversación en aquel terreno de cortesía casi burlesca.
Vanas conjeturas.
Conversación ociosa.
Tono cortante.
Lágrimas de rabia.
Tener miedo hasta de la sombra.
Una buena nave muy marinera y rápida.
Temía lo que le olía a autoridad.
Medroso, avaro.
Invadir el entusiasmo.
El alto casco rojo de un buque mercante.
Tragedias anónimas de la mar de las que hablan los marineros.
El fruto de la cuidadosa estrategia.
Muerte relampagueante.
Poner el deber por encima de la admiración.
Su voluntad había sido como una veleta de hierro.
Extraña turbación infantil.
Un gran rumor nebuloso.
Cuando eres viejo detestas las cosas inquietantes.
Los personajes de los libros no son del todo reales, aunque lo son lo suficiente para ser recordados.
Desechar el tiempo igual que una prenda de vestir.
La victoria o la suerte semeja hallarse oculta en unos pocos.
Un radical ha de ser encerrado y ahorcado.
Un saco de pérdidas.
El rumor tiene alas de murciélago.
El crimen, el suicidio y los campos de gloria, para combatir el pequeño ridículo doloroso.
Reflexionar como una serie de pinturas brillantes.
Conversación animada y nerviosa.
El sol volvió a salir, una blanca úlcera febril en el cielo.
Un fallo, un momento de indecisión dispersaría sus victorias como palomas.
Los ojos como cristal poco profundo y un brillo intenso, como de locura inminente.
El rostro encendido por la furia.
Su tono era amargo como sus palabras.
El secreto que hace de la tierra un camaleón gigantesco.
Alzó los estandartes de su vanidad.
Un alba amarillenta.
Agresión a las ideas previas.
El tono torpe y monótono del sueño.
Buscar en la memoria.
Una circunstancia aciaga.
Tono lastimero.
Un tono de pecador temeroso.
Tono entrecortado.
Tono jactancioso y cruel.
Estentórea acusación de robo.
Disparatada actitud.
El parto es de menester, pero desagradable y nada decorativo.
Tono jocoso.
Tono abatido.
Un horizonte vivo.
Las cosas han de valer lo que se paga o no habría comercio.
El sistema económico de emociones y personas.
Fluctuar el valor en las corrientes económicas.
La sinceridad publica puede ser una escala hacia un crimen más alto, más valioso; la veracidad como materia para un disimulo más sutil.
Escrutar ansioso el horizonte.
Tono oficial.
Sabio, práctico y algo cínico.
La locura y la visión distorsionada son los fundamentos de la grandeza.
El don de ser sutilmente ofensivo.
Acusación de incontinencia.
Levemente agitado por la inquietud.
La atmósfera de la habitación era densa, cargada y sofocante, el ambiente de la habitación de un moribundo.
Su cariño era una cosa eficaz, pero su amor era espantoso.
La dulce y profunda pulsación del Tono.
(La Taza de Oro)
Leduc
Saint-John Perse, Dos Pasos, Steinbeck.
El universo de Steinbeck.
Saint-John Perse, Dos Pasos, Steinbeck.
El universo de Steinbeck.
Greenberg
Artistas y escritores ambiciosos modifican su creación bajo la influencia del kitsch, si no sucumben enteramente. Y aparecen sorprendentes casos extremos como los novelistas Simenon y Steinbeck. La consecuencia final es un detrimento de la verdadera experiencia humana.
Haldeman
Steinbeck. Instrumentos de reforma social.
Marcel Schwob
Móneras, los seres más simples, hechos de protoplasma; logran justicia en la distribución de su alimentación; cuando una mónera abandona la colonia, le es suficiente cortar los filamentos que la unen a su pueblo; flotará hacia aguas nuevas, entre las móneras libres o saprófitas.
La sensación humana es como el logaritmo de la excitación.
Sabéis las diferencias agradables por vuestra imaginación, pero aprendéis a confundirlas en la prolongación de las semejanzas, que hacen las leyes explicativas, por el ejercicio de vuestra razón. No dais menos garantía a las que os muestran incoherencia o las diferencias personales o la libertad en el universo, de las que os exponen su persistencia o sus reglas.
El mundo no es más que signos, y signos de signos. Como las máscaras son el signo de los rostros, las palabras son el signo de las cosas. Y las cosas el signo de lo incomprensible.
Luna aérea, máscara amarilla.
Llanura sombría de las reflexiones.
Lince de ojos insondables, que ve todo sobre la tierra.
Condenados a la mazmorra, hasta el sumario, con el mendrugo y el agua acostumbrados de la justicia eclesiástica.
Falsos rostros. Máscaras negras, chatas, de labios rojos, o con largos picos arqueados, o erizadas de siniestros bigotes, o con barbas abigarradas, que caían sobre su cuello.
El color de los ojos da el sentido a la reflexión profunda.
Largas flores de la digital, dedos de muerto.
Brulotes en el mar, bruma, rojos y movedizos.
Menear la cabeza a la manera de los alienados.
Seres fugitivos como la sombra del humo.
Saludar sindicalmente.
(El rey de la máscara de oro)
Jaroslav Hasek
Contestar a una pregunta capciosa con una prudencia excepcional.
Tono suficientemente significativo.
Carácter puro.
El pelo y la barba erizados de horror.
Hay que añadir algún terror al duelo, para que sea esplendoroso.
El delito de perturbación, sucedido en un local publico.
Una impresión inmejorable.
Estar en el séptimo cielo.
Con solemnidad y orgullo.
Declarar idiota notorio.
Hacer un gesto de desesperación con la mano.
Acometer un ataque de comunicatividad.
Sucumbir a esa disposición mental desagradable, en la que uno se siente devorado por los remordimientos.
Refinadamente malicioso.
Expresión turbada.
Astutas estratagemas.
Apabullar con un torrente de reproches.
Lavados de estómago con un litro de agua caliente.
Hablar con ironía matizada transmitía un efecto eficaz.
Soltar una filípica llena de bellas y sabias sentencias.
Grados de tortura.
Barba erizada del ladrón criminal Babinsky.
Un aparato jurídico magnífico sólo podía existir en la vigilia de la decadencia general; política, económica y moral. El esplendor del poder y de la extinta gloria mantenía los tribunales, la gendarmería y la escoria de los denunciantes.
Tácitos reproches.
Expresión amable.
Machar. Escritor checo de tendencia anticlerical.
Pesar la sospecha.
Comentar con plena satisfacción.
La alimentación deficiente provocaba un mal proceso orgánico digestivo y soltaban ventosidades con la calma nocturna.
Dañar el estómago con la col y las patatas.
Sois unos tramposos, no me vengáis con martingalas.
El comportamiento distinguido se puede encontrar en las novelas, pero trasladarlo a la prisión sería una burrada.
Imaginación desbordante.
Por un fenómeno digno de estudiar, los rechonchos suelen ser optimistas bondadosos; los espigados, por regla general, son más escépticos.
Nacer en viernes.
Los gorditos, además del optimismo, tienen una marcada tendencia al epicureísmo.
Alrededor de la Luna se forman círculos.
Fase comunicativa.
Un ataque de generosidad.
Un buen licor de nueces, eso me pondría el estómago a tono.
Expresión desesperada.
Expresar una sospecha.
Aventurero degenerado.
Una buena dosis de imaginación.
Bebió un trago y puso los ojos como naranjas.
Reflexiones filosóficas.
Expresión de estricta seriedad.
Con la cortesía comercial adecuada.
Su aspecto expresaba tenacidad y malicia.
Expresión tozuda y malvada.
Cara ennegrecida por la asfixia.
La máscara de la simpatía.
El asistente no es más que un objeto, un muñeco de desahogo, un criado bueno para todo.
Episodios de pánico.
Expresión de marcada inocencia.
Manifiesta desesperación.
Expresión estúpida.
Un paquete de cigarrillos Menfis.
Recuperar y manifestar energía.
En los horizontes de los campos de batalla resplandecía el fulgor de las ciudades y los pueblos incendiados.
Telegrama muy breve y lacónico.
Triste fenómeno.
Expresión amable.
Malcriados y viciados como un arzobispo.
Disfrutar de la adhesión de personas notables.
Conversación lisonjera.
Colmar de insultos.
Inmerso en una conversación.
Expresión tonta.
Equilibrio anímico.
Novela, un retablo histórico de una época concreta.
Un ataque de furia.
Gesto desconsolado.
Expresión beata y satisfecha de un recién nacido.
Tono confidencial.
Fantásticas conjeturas, propias del nerviosismo en tiempos de guerra.
Candidatos al sufrimiento.
Sorpresa ingenua.
Salir el gendarme como una araña que vigila su tela.
Gesto amistoso.
Un documento secreto marcado <<rigurosamente confidencial>>.
Las acusaciones recogidas.
Seguir el hilo de una idea precisa y al final expresar.
La máscara de una perfecta tranquilidad.
Resolver, finiquitar la cuestión.
Vivir una experiencia terrorífica, que la marcaría para siempre.
Grado de lealtad.
Claveles de organdí negro.
Actitud recalcitrante.
Cruda ironía.
No hay que sobrepasar los límites, porque después vienen las lágrimas.
No sabía hacer la O con un canuto.
Las nubes cubrían el horizonte.
Gesto grave.
Con aire de experto.
Los palos telegráficos huían en dirección opuesta.
Horizonte intelectual.
Actitud desafiante.
Los periodistas, siempre dispuestos a amotinar a la gente.
Intelectuales podridos.
Océano de incertidumbre.
Actitud de respeto.
Un ataque de generosidad.
Expresión de fatiga.
Expresión radiante y tranquila.
Prismáticos acromáticos.
La exactitud de una vieja alcahueta.
Preso de un humor excelente.
Manifestar un gran odio.
Hay que tener mucho estómago, todo se arreglará.
Taras hereditarias.
Tono enigmático.
Los ojos manifestaban con ternura afligida.
Dosis de ironía.
La expresión de un fantasma del bosque.
Velo del silencio.
Cada vez que llegaban tarde les dolía el estómago.
Atmósfera nocturna, mística y sugestiva.
Ludwig Ganghofer, novela "Los pecados de los padres".
Expresión de menosprecio y desaprobación.
Caos inútil.
Una novela de terror sobre Rosza Sandor, del bosque de Bakony.
El peso del destino.
Su estómago no estaba acostumbrado a la miseria.
"El puño de acero", libro de Greinz.
Sufrir dolor de estómago.
Manifestar lealtad.
El triángulo de los burros.
La ingenuidad infantil típica de los viejos.
El punto de la mendicidad.
Expresiva blasfemia.
Un fantasma del reino de la cuarta dimensión.
Con el estómago vacío es inútil ir al retrete.
Gesto impaciente.
Las golondrinas, unas al lado de las otras sobre los cables telegráficos, cuando en otoño se preparan, para volar a África.
Una novela de Ruzena Jesenská (1863-1940).
Percibir la gravedad de la situación.
Un espléndido neologismo alemán.
Envuelto en casualidades y desgracias, equivocaciones y malentendidos.
Gesto resuelto.
La antípoda de un planeta remoto.
El velo del porvenir.
Gesto de desdén.
Tono confidencial y amistoso.
Dicho. <<Veamos dónde el carpintero ha colocado el agujero>>. Veamos dónde está la puerta, para huir.
Tono estrictamente confidencial.
El desarrollo de las ideas.
Gesto de aprobación.
Los horizontes se ensanchaban.
En el mundo hay muchas cosas, que no están permitidas, pero que se hacen. Cada uno debe probar suerte; quien no arriesga no gana.
Un sello de Helgoland.
Escritora Venceslava Luzická.
Manifestar la opinión.
El fantasma de un supuesto peligro.
Hacer con la mano el signo internacional de la horca.
Desarrollarse y formarse, para poder entrar en las altas esferas de un mundo más inteligente y lleno de amor.
Gesto desconsolado.
He leído muchas novelas y cuentos, pero en ningún libro he leído una historia como esta, que el novio se presente de esta manera.
La expresión de una persona con mucha actividad.
Calidad de alojador.
Ataque de obstinación.
Manifestar una estupidez hasta entonces oculta.
Era muy buen encuadernador, pero siempre tardaba mucho, ya que primero leía el libro y después lo encuadernaba, según el contenido. Si le ponía tapas negras, no hacía falta ni leerlo, en seguida se sabía que la novela terminaba mal.
Reflexionar sobre la manera de acelerar el procedimiento.
Garras del diablo.
Poner como excusa estar enfermo del estómago.
Esbozo del discurso.
Flotar como un ser fantasmal.
Tentáculos del demonio.
Con el estómago revuelto.
Caras grotescamente asustadas.
Hacer memoria de las obligaciones.
Expresión vacía.
Oscuras amenazas.
Salpicar el discurso de expresiones incomprensibles.
Veía con desesperación su estómago desinflado.
Los hesicatos pasaban días enteros mirándose el ombligo, hasta que aparecía una aureola.
Grado de la perfección.
Un repentino ataque de piedad.
Hacer disecar un recuerdo.
Repasar en la memoria.
Exclamar de manera agresiva.
Es un misterio cómo el ánimo humano, en el menester, encuentra los recursos más variados, cómo aparecen nuevos horizontes.
(Las aventuras del buen soldado Svejk)
Baudrillard
"El soldado Schweik", novela de Jaroslav Hasek.
Baudrillard
"El soldado Schweik", novela de Jaroslav Hasek.
Shólojov
Se puso verde de coraje.
Estoy leyéndolo y, aunque soy un hijo de cosacos labradores y aborrezco, por tanto, a los privilegiados, me ha hecho sentir lástima hasta el llanto esta casta condenada a sucumbir. Estuve a punto de sentirme un propietario rural. Llego a admirar su ideal de la mujer, siento en mi corazón sus intereses, es para perder la cabeza. He aquí lo que significa un escritor genial. Puede convertir a cualquiera.
El resto del año vivía modestamente, no disfrutando de otro placer que la lectura. Amaba el libro, quería llegar al entendimiento de las cosas por la luz de su propio razonamiento agudo y recto como un dardo.
Una historia novelesca.
Una palabra vergonzosa, pesada como una piedra.
Usted ha empezado a hablar en el idioma de los personajes de Turgueniev. Procure explicarse en términos más sencillos.
Hay un pasaje en "La guerra y la paz", de Tolstoi, en el que habla de la línea que separa a dos ejércitos enemigos. Es la línea de lo <<desconocido>>, que separa a los vivos de los muertos. El escuadrón de Nicolás Rostov cargaba sobre el enemigo, y Rostov pretendía definir esta línea con la imaginación.
"Pedro y Alejo", novela de Merejkovski. Después de ser torturado, el zarevich Alejo dijo a su padre: <<Mi sangre caerá sobre todos tus descendientes...>>
Se daba cuenta de que no podía oponer un argumento persuasivo a las pruebas poco complicadas, pero espontáneamente sencillas, con las que le había acorralado.
El sol brillaba sobre el techo herrumbroso de un depósito.
Ponderados argumentos.
Con expresiones ricas de pathos.
Dándose cuenta de que afanosamente estaba buscando cualidades negativas en el carácter y el aspecto, sintió que estaba al borde de una gran pasión.
Una mujer excelente. Una de aquellas mujeres descritas por Turgueniev. Ahora ya no existen.
Su corazón, cansado de la vida guerrera, vivida hora a hora, deseaba algo encantado, irreal. Y cuando quedaba solo, razonaba como el protagonista de una novela clásica, hurgando a la búsqueda de sentimientos elevados, que nunca había experimentado por alguien, pretendiendo evidentemente embellecer y velar con eso la cruda desnudez de una vulgar sensualidad. Y sin embargo, la fábula tocaba la realidad con una de sus alas; era un deseo sensual y un hilo invisible e indefinido lo que lo ataba a la mujer, que por casualidad se había atravesado en su camino. Se daba confusamente cuenta de los propios sentimientos, pero una sola cosa era perfectamente clara; mutilado, echado para siempre fuera de su camino, estaba como antes bajo el poder de su desenfrenado y salvaje instinto, que podía resumirse en estas palabras, <<todo lo puedo>>.
La habitación estaba colmada de mujeres y muchachos. Estaban allí como un muro compacto, escuchaban los relatos y en sus rostros resaltaban, oscuras como fosos, las bocas abiertas de par en par.
El olor característico de un largo viaje, que impregna al viajero.
Envuelto en un silencio negro crujiente como la seda.
En aquel lugar, en primavera, no germinaría la flor amarilla y azul de la separación.
En forma bastante oscura habló, dando vueltas en torno al argumento.
Les habían enseñado a empuñar la esteva y no a leer libros.
Avanzas con tus compañías cual el Taras Bulba de la histórica novela de Gógol, lo pasas todo a hierro y fuego y no haces prisioneros.
Como suele decirse, el error no debe ser tenido en cuenta.
De escogida calidad.
Gritó con tono de consejo.
Oponía un mutismo obstinado a sus preguntas.
Objetar razonablemente.
Las obscenas reflexiones de los hombres.
Intensa reflexión.
Su contento llegó al colmo.
Recoger agallas de roble para la fabricación de tinta.
Contar jadeante.
Prosa de una especie de terror místico.
Expresión de disgusto.
Expresión maliciosa.
Expresión amorosa y sumisa.
Renacer el silencio.
Expresión hostil.
Le insultaba, llamándole búho y sarnoso.
Un silencio transparente.
Plantas de la estepa. El ajenjo gris azulado, la hierba, el meliloto, el sérpol de cabeza abatida.
Tropezar con el frío acero de la desconfianza.
Expresión inquieta.
La angustia y el espanto.
El perro en el heno. Frase rusa, equivale al perro del hortelano.
Sachka, diminutivo despectivo de Alejandro.
Consumirse en una angustia devoradora.
La madeja de los días empozoñados por el dolor persistente se desenrollaba con lentitud.
Expresión entontecida.
El miedo y la angustia que se apoderaban, la hacían amarillear.
Oprimida por el dolor como por un círculo de hierro.
La larga línea azul de un bosque cortaba el horizonte.
Como un ternero cariñoso el sol, rojo y tibio, acariciaba la tierra deshelada, que se henchía.
Una angustia templada y pesada como la piedra.
Ocas de Holanda.
Abrumado por el peso de su desgracia.
El abanico desparramado y estridente de las balas.
Un peso aplastante.
Expresión respetuosa.
Por la tarde caía la penumbra color de ópalo.
Inmóvil en su actitud.
El sudor, amargo como jugo de absenta.
Ansia incesante.
La luna nueva, similar a una hoja de sable.
Oprimido por una angustia interior, pesada y persistente.
La muerte prefiere los fogosos.
Una escritura inclinada y nudosa.
Una huella angustiosa.
Una expresión grave y reflexiva.
Restablecer el equilibrio precedente.
Pánico morboso.
Un silencio denso y angustioso pesó sobre el bosque.
Velo del sueño.
Expresión de voluntad indomable.
Reserva inaccesible.
Expresión sombría.
La línea verde del horizonte.
Vago como un sueño.
Preguntaba con cínica franqueza.
Oprimida por una angustia inexpresable.
¿Cómo van los asuntos? Blancos como el hollín. Expresión rusa, para indicar que van mal.
La memoria guardó la imagen.
Aquel episodio le volvía a la memoria como un siniestro recuerdo.
Atacar a la manera francesa, a oleadas.
El invisible teclado del terror.
Ladear la cabeza, tocada por el hálito ardiente de la locura.
Su memoria revivía el pasado y en las reminiscencias fragmentarias de su vida se entrelazaban, como un sutil hilo azul, los recuerdos de la infancia.
El influjo se ponía claramente de manifiesto en el carácter y la mentalidad.
Exclamar con vehemencia.
Terror inconsciente.
Acusadoras huellas.
Firmar un pagará en garantía de préstamo.
Como un albaricoque de un amarillo rosado, se levantaba el disco del sol.
Han inventado el telégrafo, el alambre.
Una expresión de molestias y de inquietud.
Un ser humano de carácter férreo.
Emoción contenida.
Esperar una ocasión propicia.
Sombra impenetrable, detrás de la cual la mayoría de los hombres oculta su verdadera faz a las visiones ajenas.
Encerrado en una impenetrabilidad asiática.
Dura expresión del semblante.
Expresar plenamente la reflexión.
El frenesí de la multitud.
Un amargo escenario de desolación.
La hoja de papel, con las palabras alteradas por la transcripción telegráfica, circuló entre manos sudorosas.
Entornar los ojos en actitud de espera.
La memoria, como animada por estar dirigida hacia un camino sabido, se puso a hacer resurgir con insistencia briznas de recuerdos. Caras, retazos de paisajes desvaídos por el tiempo, reflexiones inexpresadas pero, a saber por qué, guardadas en la memoria, una melodía brillante y un dibujo casi borrado, la boca dolorosamente bella de la mujer amada en tiempos; y de nuevo, recuerdos de guerra.
Expresión de amargura.
El arrebato de odio casi le ahogaba, venenoso como fases asfixiantes, y palideció.
Trasponiendo la invisible frontera, la noche acosaba al crepúsculo.
El colmo de la agitación.
La hilera de postes telegráficos, semejante a una alta empalizada.
Su memoria, debilitada y reticente, le ocultaba el fondo de muchas cosas.
Logró demostrar su no común aptitud.
Con la cara blanca de angustia.
Cruda expresión de dolor humano.
En los postes telegráficos blanqueaban como azúcar los aisladores de porcelana, entre los ovillos de alambre arrancado.
Determinar el alcance de la pena.
La expresión bondadosa de un ser humano saciado, contento de él y del mundo entero.
El sueño había cubierto a muchos con su negra ala.
El rostro expresaba una exasperada tensión.
Expresión de odio.
Avidez en el carácter.
Expresión afectuosa.
La línea confusa del horizonte, sutil como un hilo.
El duro caparazón de una indiferencia obtusa.
Una expresión radiante, otra de cuidadosa indiferencia.
Indistinto sueño, fábula.
Expresión de sombría frialdad.
Llevó al colmo la estima que experimentaba.
Una agitación semejante al miedo.
Ala negra de la muerte.
La superficial galantería y la meliflua amabilidad francesa.
No por casualidad, sino por mandato de sus superiores.
Llamar telegráficamente por la línea directa Novocherkask-Vechenskaia.
El telégrafo, tras haber repiqueteado insistentemente, fijó una breve contestación. La delgada cinta de papel, punteada de signos de color pardo, que serpeaba deslizándose entre los dedos del telegrafista.
Cinismo inconsciente.
Gruesa caldera polaca.
Aplastado por un enorme peso, pesadillas infantiles.
En la balanza de la discusión puso su palabra, decisiva.
Expresión desorientada.
Los ojos se cerraron casi en una expresión astuta.
Proverbio. Una inteligencia razona bien, y dos ...incluso peor.
La razón, secundándole maliciosamente, le sugirió hipótesis y pruebas.
Expresión enfurecida.
El rayo de los recuerdos.
La sublevación se extendía semejante a un devorador incendio.
Los días de abril eran apacibles y transparentes, como si fueran de cristal.
El violento brazo de la tempestad.
El guerrero proferirá un grito salvaje, un grito de liebre, semejante al de un niño.
Dicho. Por cada azotado se requieren dos, que no lo estén.
Expresión de burla.
Una tensión espasmódica de la voluntad y de las ultimas fuerzas, que empezaban a faltarle.
Una expresión de fingida sorpresa.
Por fin, pasó por su mente un relámpago de genio.
Con una atención cuajada de desdén.
Una actitud de marcada independencia.
Un idealista, un voluntario.
Vámonos, las despedidas prolongadas son lágrimas inútiles.
Debatirse en las angustias de la desesperación.
Buscar un pretexto verosímil.
Afectado, artificial.
Sentir intensamente el peso de la pérdida.
Su memoria resucitaba obstinadamente episodios lejanos, a menudo insignificantes, brida de la solícita memoria.
Dar pruebas de insubordinación manifiesta.
Beber a escala homérica.
Orgullo satánico.
Las comisiones médicas no admitían más motivos de inutilidad, que los achaques manifiestos.
Hinchado como una araña.
Actitud violentamente hostil.
El viento silbaba tristemente en los cables del telégrafo.
Otra impresión se había preservado como un sueño en la memoria.
Fingida indiferencia.
Indiferencia embotada.
Un relámpago de angustia pasó por los ojos húmeros y brillantes.
Angustia lacerante.
Con las viudas, ya se sabe. Quien tema al lobo, que no vaya al bosque.
Recoger agallas.
La humildad horrorizada de los animales inteligentes, torturados por una enfermedad.
El telegrama cifrado.
¿Por qué ese menester de dar libre curso a la memoria, para reavivar los recuerdos?
Dicho. Cuando la cárcel está cerrada, el diablo está contento.
Loco de rabia.
Terror animal.
Presa de una angustia desgarradora.
La congoja de los recuerdos.
Expresión de disgusto.
Expresión maliciosa.
Expresión amorosa y sumisa.
Renacer el silencio.
Expresión hostil.
Le insultaba, llamándole búho y sarnoso.
Un silencio transparente.
Plantas de la estepa. El ajenjo gris azulado, la hierba, el meliloto, el sérpol de cabeza abatida.
Tropezar con el frío acero de la desconfianza.
Expresión inquieta.
La angustia y el espanto.
El perro en el heno. Frase rusa, equivale al perro del hortelano.
Sachka, diminutivo despectivo de Alejandro.
Consumirse en una angustia devoradora.
La madeja de los días empozoñados por el dolor persistente se desenrollaba con lentitud.
Expresión entontecida.
El miedo y la angustia que se apoderaban, la hacían amarillear.
Oprimida por el dolor como por un círculo de hierro.
La larga línea azul de un bosque cortaba el horizonte.
Como un ternero cariñoso el sol, rojo y tibio, acariciaba la tierra deshelada, que se henchía.
Una angustia templada y pesada como la piedra.
Ocas de Holanda.
Abrumado por el peso de su desgracia.
El abanico desparramado y estridente de las balas.
Un peso aplastante.
Expresión respetuosa.
Por la tarde caía la penumbra color de ópalo.
Inmóvil en su actitud.
El sudor, amargo como jugo de absenta.
Ansia incesante.
La luna nueva, similar a una hoja de sable.
Oprimido por una angustia interior, pesada y persistente.
La muerte prefiere los fogosos.
Una escritura inclinada y nudosa.
Una huella angustiosa.
Una expresión grave y reflexiva.
Restablecer el equilibrio precedente.
Pánico morboso.
Un silencio denso y angustioso pesó sobre el bosque.
Velo del sueño.
Expresión de voluntad indomable.
Reserva inaccesible.
Expresión sombría.
La línea verde del horizonte.
Vago como un sueño.
Preguntaba con cínica franqueza.
Oprimida por una angustia inexpresable.
¿Cómo van los asuntos? Blancos como el hollín. Expresión rusa, para indicar que van mal.
La memoria guardó la imagen.
Aquel episodio le volvía a la memoria como un siniestro recuerdo.
Atacar a la manera francesa, a oleadas.
El invisible teclado del terror.
Ladear la cabeza, tocada por el hálito ardiente de la locura.
Su memoria revivía el pasado y en las reminiscencias fragmentarias de su vida se entrelazaban, como un sutil hilo azul, los recuerdos de la infancia.
El influjo se ponía claramente de manifiesto en el carácter y la mentalidad.
Exclamar con vehemencia.
Terror inconsciente.
Acusadoras huellas.
Firmar un pagará en garantía de préstamo.
Como un albaricoque de un amarillo rosado, se levantaba el disco del sol.
Han inventado el telégrafo, el alambre.
Una expresión de molestias y de inquietud.
Un ser humano de carácter férreo.
Emoción contenida.
Esperar una ocasión propicia.
Sombra impenetrable, detrás de la cual la mayoría de los hombres oculta su verdadera faz a las visiones ajenas.
Encerrado en una impenetrabilidad asiática.
Dura expresión del semblante.
Expresar plenamente la reflexión.
El frenesí de la multitud.
Un amargo escenario de desolación.
La hoja de papel, con las palabras alteradas por la transcripción telegráfica, circuló entre manos sudorosas.
Entornar los ojos en actitud de espera.
La memoria, como animada por estar dirigida hacia un camino sabido, se puso a hacer resurgir con insistencia briznas de recuerdos. Caras, retazos de paisajes desvaídos por el tiempo, reflexiones inexpresadas pero, a saber por qué, guardadas en la memoria, una melodía brillante y un dibujo casi borrado, la boca dolorosamente bella de la mujer amada en tiempos; y de nuevo, recuerdos de guerra.
Expresión de amargura.
El arrebato de odio casi le ahogaba, venenoso como fases asfixiantes, y palideció.
Trasponiendo la invisible frontera, la noche acosaba al crepúsculo.
El colmo de la agitación.
La hilera de postes telegráficos, semejante a una alta empalizada.
Su memoria, debilitada y reticente, le ocultaba el fondo de muchas cosas.
Logró demostrar su no común aptitud.
Con la cara blanca de angustia.
Cruda expresión de dolor humano.
En los postes telegráficos blanqueaban como azúcar los aisladores de porcelana, entre los ovillos de alambre arrancado.
Determinar el alcance de la pena.
La expresión bondadosa de un ser humano saciado, contento de él y del mundo entero.
El sueño había cubierto a muchos con su negra ala.
El rostro expresaba una exasperada tensión.
Expresión de odio.
Avidez en el carácter.
Expresión afectuosa.
La línea confusa del horizonte, sutil como un hilo.
El duro caparazón de una indiferencia obtusa.
Una expresión radiante, otra de cuidadosa indiferencia.
Indistinto sueño, fábula.
Expresión de sombría frialdad.
Llevó al colmo la estima que experimentaba.
Una agitación semejante al miedo.
Ala negra de la muerte.
La superficial galantería y la meliflua amabilidad francesa.
No por casualidad, sino por mandato de sus superiores.
Llamar telegráficamente por la línea directa Novocherkask-Vechenskaia.
El telégrafo, tras haber repiqueteado insistentemente, fijó una breve contestación. La delgada cinta de papel, punteada de signos de color pardo, que serpeaba deslizándose entre los dedos del telegrafista.
Cinismo inconsciente.
Gruesa caldera polaca.
Aplastado por un enorme peso, pesadillas infantiles.
En la balanza de la discusión puso su palabra, decisiva.
Expresión desorientada.
Los ojos se cerraron casi en una expresión astuta.
Proverbio. Una inteligencia razona bien, y dos ...incluso peor.
La razón, secundándole maliciosamente, le sugirió hipótesis y pruebas.
Expresión enfurecida.
El rayo de los recuerdos.
La sublevación se extendía semejante a un devorador incendio.
Los días de abril eran apacibles y transparentes, como si fueran de cristal.
El violento brazo de la tempestad.
El guerrero proferirá un grito salvaje, un grito de liebre, semejante al de un niño.
Dicho. Por cada azotado se requieren dos, que no lo estén.
Expresión de burla.
Una tensión espasmódica de la voluntad y de las ultimas fuerzas, que empezaban a faltarle.
Una expresión de fingida sorpresa.
Por fin, pasó por su mente un relámpago de genio.
Con una atención cuajada de desdén.
Una actitud de marcada independencia.
Un idealista, un voluntario.
Vámonos, las despedidas prolongadas son lágrimas inútiles.
Debatirse en las angustias de la desesperación.
Buscar un pretexto verosímil.
Afectado, artificial.
Sentir intensamente el peso de la pérdida.
Su memoria resucitaba obstinadamente episodios lejanos, a menudo insignificantes, brida de la solícita memoria.
Dar pruebas de insubordinación manifiesta.
Beber a escala homérica.
Orgullo satánico.
Las comisiones médicas no admitían más motivos de inutilidad, que los achaques manifiestos.
Hinchado como una araña.
Actitud violentamente hostil.
El viento silbaba tristemente en los cables del telégrafo.
Otra impresión se había preservado como un sueño en la memoria.
Fingida indiferencia.
Indiferencia embotada.
Un relámpago de angustia pasó por los ojos húmeros y brillantes.
Angustia lacerante.
Con las viudas, ya se sabe. Quien tema al lobo, que no vaya al bosque.
Recoger agallas.
La humildad horrorizada de los animales inteligentes, torturados por una enfermedad.
El telegrama cifrado.
¿Por qué ese menester de dar libre curso a la memoria, para reavivar los recuerdos?
Dicho. Cuando la cárcel está cerrada, el diablo está contento.
Loco de rabia.
Terror animal.
Presa de una angustia desgarradora.
La congoja de los recuerdos.
(El Don apacible)
Lukács
"El Don apacible" termina desde el punto de vista de la perspectiva; después de varios años de guerra la aldea cosaca se ha reconciliado con el socialismo, con el poder soviético y aspira a vivir en paz con él.
Yevtushenko
Cejas negras como las de Axinia el personaje de Shólojov.
Yevtushenko
Cejas negras como las de Axinia el personaje de Shólojov.
Joyce Cary
Su cara de insecto tiene una expresión muy humana, de aburrimiento.
Inconfundible alegría de la gente resentida ante la desgracia ajena; una mezcla de satisfacción y de crueldad instintiva.
Ola de crimen.
Confusión, caos, crepúsculo de la decadencia.
Indiferencia ante la fatalidad y la devoción.
(Mister Johnson)
Maxim Gorki
Para la ciencia se suelen representar también papeles de conejillo de Indias.
El sentido del humorismo.
Es preciso hacer de todo para poder cruzar por fin las puertas del templo de la sabiduría.
Pelmeni. Albondiguillas de carne.
Los complicados trucos de la química casera.
Ya no contaba con el auxilio exterior ni esperaba ningún acontecimiento próspero; desarrollaba gradualmente una voluntad testaruda y cuando más adversas eran las circunstancias de mi vida más listo y fuerte me imaginaba.
Una plenitud de vivas y candentes impresiones.
Me agradaba su encono ante la vida, su posición de burlona hostilidad frente a todo y todos y su falta de preocupaciones propias. Mi experiencia directa me atraía hacia aquella gente y me invitaba a imaginarme bajo aquel ambiente corrosivo. Los libros de Bret Harte y la cantidad enorme de novelas de bulevar que leía despertaron cada vez mayor simpatía hacia aquellas gentes.
El sentido y el corazón del libro.
Intelectual es el ser humano que no tiene envidia de nada y que solo quiere saberlo todo.
Hablar con un estilo especial, casi métrico y emplear comparaciones sorprendentes y giros singulares.
Grandes malvados que al final de una novela, postrando turulato al lector se manifiestan súbitamente como valientes magnánimos.
Uno a quien las tinieblas de la noche semejan aplastar bajo el suelo.
Además de los libros del humano Bret Harte había leído bastantes libros serios que habían despertado el impulso de hacer algo muy vago, pero más importante que cuanto veía a mi alrededor.
Seres de existencia sombría y desmoralizada.
La geometría es una jaula, una ratonera.
Corrector nocturno de un periódico.
Me torturaba la gramática con sus abominables, estrechas y trasnochadas categorías. No podía forzar nuestro idioma lleno de vida, ágil, humorísticamente flexible y penetrar aquellas categorías escolásticas.
Perseguir como un acreedor implacable o como un espía policíaco.
Densas sombras hostiles.
Hermoso como un diablo.
Bulliciosa colonia de hombres pasados y futuros.
Lo misterioso suele divertir casi siempre.
Tenía aspecto de arrancado antes de tiempo, como si tuviera mucha prisa por creerse un ser humano hecho y derecho.
Expresión de ofendido.
Soplaba un fuerte viento terral.
El huracán de la actividad profesional.
Un corredor perteneciente a la secta de los escopzos. Secta de eunucos rusos.
Gruesos cuadernos manuscritos. Las "Cartas históricas" de Lavrov, artículos de Pisarev, "El Rey Hambre" y "La mecánica astuta".
Experimentar una confusión extraña y una violenta conmiseración.
Lleno de miedo como una liebre.
Una cara de muñeca de madera.
Logomaquias. Las teorías se perdían con el remolino de las palabras.
La presión de la potencia que dirigía el desarrollo de mi ánimo.
Tono grosero.
Expresión imponente.
La búsqueda pertinaz de una verdad fija.
Conciliar a Nietzsche con Marx.
Memoria sagrada de los mártires de la razón.
Carácter taciturno.
Con cuánta frecuencia se esconden ideas lastimosas o hipócritas detrás de las palabras violentas.
El Jogol, mote de los ukranianos o pequeños rusos.
Tono desapasionado.
Ideas inciertas y pavorosas.
Lúgubre hervor del caos plomizo.
Tono del que lee una cosa mal escrita.
Receloso, con la expresión de un ser humano embrujado.
El progreso no es más que un invento para darse tono. La vida es irracional, absurda. Sin esclavitud no hay progreso.
Oír hablar de lo absurdo de la vida, de la falta de finalidad profesional a peregrinos incultos, a vagabundos sin patria, a tolstoyanos.
La impertérrita sinceridad que solo poseen los rusos.
Los intelectuales se complacen con la inquietud, se rebelan por una utopía. El idealista se rebela; pero con él van la nulidad, la vulgaridad y la villanía.
Nadie sabe desfigurar honda y audazmente como los rusos la vida hasta el absurdo.
Ayuda material.
Expresión de irónico asombro.
Lo insólito es una realidad que existe.
Cuando se ve la conducta que sigue una persona que está sola siempre la imagina uno tonta.
Al otro lado de la esquina me está espiando una desgracia.
Había leído muchos libros duplicados por el procedimiento hectográfico, pero habían sido muy aburridos y no se debían mencionar.
Reproducir hectográficamente hojas volantes.
Se esponjaba como un pavo real.
Tono bajo y enfático.
Soltar un fuego graneado de chistes.
Un libro sedicioso.
Zumba rabiosa de la ciudad.
No me gustan las disputas que no puedo sufrir; es difícil seguir los saltos caprichosos de la mente excitada y me encoleriza el egoísmo de los contendientes. Un folleto litografiado.
Tono de admonición.
Con énfasis y gravedad.
Los aldeanos modelos de los relatos de Karonin y Slatovratskii.
La "Fragata Pallas" de Goncharov.
El "Leviathan" de Hobbes fue quemado por la censura.
Aprender con ahínco y con fruto.
Ingenuidad simpática y conmovedora transparencia infantil.
La miga de los relatos.
Las convulsiones agitadoras de los pueblos.
Es mejor proceder solo con la inteligencia. La inteligencia no emprende nada sin objeto y cuando hay objeto el negocio marcha con buen pie. El corazón es un mal consejero.
El pope era un viejo malicioso con cara de topo.
La soñolienta aldea y los campos donde reina un silencio sin emoción.
El brillo de las estrellas perfora la oscuridad de la noche.
Las ventajas de la ciudad, su sed de dicha, la investigación audaz de la inteligencia, la diversidad de fines y misiones.
El Volga fluye lento y majestuoso, profusamente dorado por los rayos del sol invisible reflejados por la muerta luna.
Mente audaz y penetrante.
Lo leído de los libros se desarrolla con raras fantasías, la imaginación teje sin cesar imágenes de incomparable hermosura y nadamos a través del suave aire nocturno detrás de la corriente.
Una conversación sesuda.
La organización de un artel, un sistema de actividad.
Un desaliñado, un matasiete, haragán, charlatán y vago y peregrinador.
Una refrescante ola de alegría invadió mi ser.
La excitación, sobre todo si es de alegría aumenta el numero de las fuerzas.
El gaznate de las tinieblas.
Los cegarrutos ojos de topo.
Solo veía la verdad fuera de lo real.
Kazapos. Apodo de los grandes rusos.
El delirio del entusiasmo.
Un entusiasmo casi devoto.
Si encuentro la palabra justa se me van las ideas. Y cuando las ideas ocupan su sitio son las palabras las que me faltan.
El fanatismo del saber.
Odio furioso.
Intelectuales indeseables políticos.
En Rusia está prohibido sembrar lo racional, lo bueno y lo eterno.
¿Cómo es posible permitir que se acerquen a uno esas gentes? Deberían llevarlos a todos a islas desiertas entre Robinsones.
Piter, San Petersburgo.
Un relato dulzón y de una emoción postiza.
Prosa santa y honrada, la verdadera literatura.
Espeso humo de la prosa.
Soñar con hazañas, con los abigarrados placeres de la vida.
Reflexiones bondadosas.
La vida de los bravos y listos intelectuales se me antojaba tediosa, desabrida; fluía haciendo ruido al margen del necio y oscuro ajetreo que constituía el viscoso contenido de los días completamente iguales. Los intelectuales no se percataban de su aislamiento de la pequeña y sucia ciudad donde todos procedían mutuamente como seres extraños y hostiles, donde nadie quería saber nada de Mijailovskii ni de Spencer ni se daba la menor importancia al papel importante que una personalidad representa dentro del proceso orgánico histórico.
Ver revivir claramente la memoria.
Miopes ratones de biblioteca, unos vastos y esquinados y, por tanto, inasequibles, al paso que otros estaban alisados por la plancha de los libros.
La angustiosa sensación del apartamiento de la intelectualidad -como regla de la razón- y el elemento popular me ha atormentado con más o menos pertinacia a lo largo de la vida.
Una epopeya, una vida de arranque épico.
Movimientos cautelosos del ser humano forzudo.
La "Historia de las Ciencias inductivas" de Whewell.
Bondadosos ojos de oso.
Turbios ojos de hambre.
Había tenido que padecer por su defensa altruista de la verdad y había sido despeñado por sus amigos al abismo de la vida.
Semejanza de los justos con las figuras de cera.
Alegrar con aforismos de una perversidad de lobo.
Levantada cola de un diablo.
Inspiraba una lastimosa emoción por su inerme amargura y producía el efecto de un erizo por las púas de sus cáusticas palabras.
Manifestaban con su composición de palabras e imágenes obscenas una fantasía verdaderamente satánica y una corrupción sin límites.
Sombría gravedad de criminales.
Ir a Yamovniki a visitar a León Nikolaievich Tolstoy y a su esposa Sofía Andreievna.
El curso de mi variada existencia, nada llana.
Medroso como una liebre.
Los hombres de experiencia directa sienten un verosímil recelo de los hombres de libros.
El corifeo del tolstoísmo.
Propender al tolstoísmo. Viendo una manera de retirarme a un rincón tranquilo de la vida para poder meditar mis aventuras.
Expresión de tristeza y cansancio.
Ensayo de Sechenov de los reflejos cerebrales.
Enfrascarse con una animada conversación.
Un indeseable político.
El ruso es muy rico y posee todos los recursos para expresar las sensaciones más finas y los más delicados matices de las ideas.
Humorismo de brocha gorda.
Obligados a modificar la buena y grave actitud.
El fuego todo lo purifica.
Autores. Karonin, Machtet, Sasodimsky, Potapenko, Mamin-Sibiriak.
Las predicaciones religiosas de Tolstoy se juzgaban una suerte de chifladuras de un ser distinguido.
Korolendo, "El sueño de Makar". Sus relatos tenían algo sospechoso e insólito para el sentimiento y el ánimo del vulgo. Escribe y se permite arrastrar por la inteligencia, pero el pueblo solo puede entender el alma. Uno de los de su círculo, Angel Bogdanovich, escribió una parodia ingeniosa de este relato.
La descripción del acto fisiológico generador es un asunto de la literatura especial.
Muchos pobres de ánimo derramaban una ola de calumnias.
El círculo de Korolenko era llamado como broma la sociedad de los filósofos que ayunan. Annensky, Yelpatiewsky, Ivanchin-Pisarev, Saveliev, Apollon Karelin.
Un tolstoyano apóstol de la sobriedad.
Korolenko, "El año del hambre".
Una figura de la novela de Boborykin, "Cuarto menguante", ridículo y borrachín, pero de grandes prendas y mucho talento.
El libro de Lojvitsky sobre las "Constituciones".
La novela "El discípulo" de Bourget.
Sedlov, "Saschenka", "Hombres nuevos".
Martingalas polémicas.
Brillar la memoria.
Tono blando y reflexivo.
Intelectuales Perovskaia y Sheliabov.
La "Historia de la Filosofía" de Lewes.
Sócrates gustaba de hablar preguntando.
Las persuasiones de los hombres cultos son conservadoras como los senderos trillados de la mentalidad inculta de la masa supersticiosa del pueblo.
La humanidad hasta el fin de sus días describirá hechos y de sus descripciones sacarán consecuencias más o menos falsas respecto de la existencia de la verdad, o sin contar con los hechos erigirá sencillamente edificios fantásticos.
Un largo montante medieval de verdugo, flexible como un látigo.
Alegría serena.
Un buen gesto del destino.
Tono indolente.
Novelas de Xavier de Montepin.
Binet, Richer. La higiene del cerebro.
Estilos de ira furiosa hasta el de amistoso reproche, muestras de epistolografía artística.
Sentimental y ridículamente cargado de bagaje científico.
La sombría embriaguez del deseo.
El abigarrado caos de las impresiones y aventuras vividas.
Dentro de mí fermentaba la torturante curiosidad del ser humano que por algún motivo tiene que ver todos los rincones de la existencia y penetrar lo más hondo de los secretos de la vida.
Una clave para los enigmas de la existencia.
Expresión de solicitud.
Tono de cuchicheo.
La aguda hoz de la luna cortaba las nubes con jirones.
¿No creó uno el mundo / de minúsculos átomos arremolinados?
El excelente libro sobre París de Maxime du Camp.
Palabras muy ligeras como trazos de un lápiz muy afilado.
Tono dogmático.
El sychug, estómago de vaca relleno de grasa de ganso y alforfón triturado.
Tenía verrugas el falso Demetrio.
Despertar emociones de calidad no muy elevada.
Paul Feval, Octave Feuille, Paul de Kock y, sobre todo, "Mademoiselle ma femme".
Yo creía que cuando se hablaba serenamente de una cosa triste la tristeza tenía que desaparecer.
Oldenberg, "Buda, su vida, su doctrina, su comunidad".
El placer buscado de la persona a quien llaman la atención, el policromo ajetreo de la vida, las confusas referencias tragicómicas de los hombres, el torrente de acontecimientos menudos que titilan al pasar como polvillo de sol.
Dándose tono como una grulla.
Grave sagacidad.
Levantamiento de Kosma Minin.
Tono de pura amistad.
El Baal de la política.
Saber pintar los caracteres. Los personajes hablan y actúan por su propio ser. Entender el arte de no influir sobre el curso de sus ideas, sobre el juego de sus sentimientos.
Tono burlón, admonitorio, severo, pero amistoso.
Gesto de pesar.
San Petersburgo, la ciudad de las líneas rectas y de los hombres irresolutos.
Extensión de la paciencia.
(Mis universidades)
Grietas. Miradas de ratero poltrón.
El sentido del humorismo.
Es preciso hacer de todo para poder cruzar por fin las puertas del templo de la sabiduría.
Pelmeni. Albondiguillas de carne.
Los complicados trucos de la química casera.
Ya no contaba con el auxilio exterior ni esperaba ningún acontecimiento próspero; desarrollaba gradualmente una voluntad testaruda y cuando más adversas eran las circunstancias de mi vida más listo y fuerte me imaginaba.
Una plenitud de vivas y candentes impresiones.
Me agradaba su encono ante la vida, su posición de burlona hostilidad frente a todo y todos y su falta de preocupaciones propias. Mi experiencia directa me atraía hacia aquella gente y me invitaba a imaginarme bajo aquel ambiente corrosivo. Los libros de Bret Harte y la cantidad enorme de novelas de bulevar que leía despertaron cada vez mayor simpatía hacia aquellas gentes.
El sentido y el corazón del libro.
Intelectual es el ser humano que no tiene envidia de nada y que solo quiere saberlo todo.
Hablar con un estilo especial, casi métrico y emplear comparaciones sorprendentes y giros singulares.
Grandes malvados que al final de una novela, postrando turulato al lector se manifiestan súbitamente como valientes magnánimos.
Uno a quien las tinieblas de la noche semejan aplastar bajo el suelo.
Además de los libros del humano Bret Harte había leído bastantes libros serios que habían despertado el impulso de hacer algo muy vago, pero más importante que cuanto veía a mi alrededor.
Seres de existencia sombría y desmoralizada.
La geometría es una jaula, una ratonera.
Corrector nocturno de un periódico.
Me torturaba la gramática con sus abominables, estrechas y trasnochadas categorías. No podía forzar nuestro idioma lleno de vida, ágil, humorísticamente flexible y penetrar aquellas categorías escolásticas.
Perseguir como un acreedor implacable o como un espía policíaco.
Densas sombras hostiles.
Hermoso como un diablo.
Bulliciosa colonia de hombres pasados y futuros.
Lo misterioso suele divertir casi siempre.
Tenía aspecto de arrancado antes de tiempo, como si tuviera mucha prisa por creerse un ser humano hecho y derecho.
Expresión de ofendido.
Soplaba un fuerte viento terral.
El huracán de la actividad profesional.
Un corredor perteneciente a la secta de los escopzos. Secta de eunucos rusos.
Gruesos cuadernos manuscritos. Las "Cartas históricas" de Lavrov, artículos de Pisarev, "El Rey Hambre" y "La mecánica astuta".
Experimentar una confusión extraña y una violenta conmiseración.
Lleno de miedo como una liebre.
Una cara de muñeca de madera.
Logomaquias. Las teorías se perdían con el remolino de las palabras.
La presión de la potencia que dirigía el desarrollo de mi ánimo.
Tono grosero.
Expresión imponente.
La búsqueda pertinaz de una verdad fija.
Conciliar a Nietzsche con Marx.
Memoria sagrada de los mártires de la razón.
Carácter taciturno.
Con cuánta frecuencia se esconden ideas lastimosas o hipócritas detrás de las palabras violentas.
El Jogol, mote de los ukranianos o pequeños rusos.
Tono desapasionado.
Ideas inciertas y pavorosas.
Lúgubre hervor del caos plomizo.
Tono del que lee una cosa mal escrita.
Receloso, con la expresión de un ser humano embrujado.
El progreso no es más que un invento para darse tono. La vida es irracional, absurda. Sin esclavitud no hay progreso.
Oír hablar de lo absurdo de la vida, de la falta de finalidad profesional a peregrinos incultos, a vagabundos sin patria, a tolstoyanos.
La impertérrita sinceridad que solo poseen los rusos.
Los intelectuales se complacen con la inquietud, se rebelan por una utopía. El idealista se rebela; pero con él van la nulidad, la vulgaridad y la villanía.
Nadie sabe desfigurar honda y audazmente como los rusos la vida hasta el absurdo.
Ayuda material.
Expresión de irónico asombro.
Lo insólito es una realidad que existe.
Cuando se ve la conducta que sigue una persona que está sola siempre la imagina uno tonta.
Al otro lado de la esquina me está espiando una desgracia.
Había leído muchos libros duplicados por el procedimiento hectográfico, pero habían sido muy aburridos y no se debían mencionar.
Reproducir hectográficamente hojas volantes.
Se esponjaba como un pavo real.
Tono bajo y enfático.
Soltar un fuego graneado de chistes.
Un libro sedicioso.
Zumba rabiosa de la ciudad.
No me gustan las disputas que no puedo sufrir; es difícil seguir los saltos caprichosos de la mente excitada y me encoleriza el egoísmo de los contendientes. Un folleto litografiado.
Tono de admonición.
Con énfasis y gravedad.
Los aldeanos modelos de los relatos de Karonin y Slatovratskii.
La "Fragata Pallas" de Goncharov.
El "Leviathan" de Hobbes fue quemado por la censura.
Aprender con ahínco y con fruto.
Ingenuidad simpática y conmovedora transparencia infantil.
La miga de los relatos.
Las convulsiones agitadoras de los pueblos.
Es mejor proceder solo con la inteligencia. La inteligencia no emprende nada sin objeto y cuando hay objeto el negocio marcha con buen pie. El corazón es un mal consejero.
El pope era un viejo malicioso con cara de topo.
La soñolienta aldea y los campos donde reina un silencio sin emoción.
El brillo de las estrellas perfora la oscuridad de la noche.
Las ventajas de la ciudad, su sed de dicha, la investigación audaz de la inteligencia, la diversidad de fines y misiones.
El Volga fluye lento y majestuoso, profusamente dorado por los rayos del sol invisible reflejados por la muerta luna.
Mente audaz y penetrante.
Lo leído de los libros se desarrolla con raras fantasías, la imaginación teje sin cesar imágenes de incomparable hermosura y nadamos a través del suave aire nocturno detrás de la corriente.
Una conversación sesuda.
La organización de un artel, un sistema de actividad.
Un desaliñado, un matasiete, haragán, charlatán y vago y peregrinador.
Una refrescante ola de alegría invadió mi ser.
La excitación, sobre todo si es de alegría aumenta el numero de las fuerzas.
El gaznate de las tinieblas.
Los cegarrutos ojos de topo.
Solo veía la verdad fuera de lo real.
Kazapos. Apodo de los grandes rusos.
El delirio del entusiasmo.
Un entusiasmo casi devoto.
Si encuentro la palabra justa se me van las ideas. Y cuando las ideas ocupan su sitio son las palabras las que me faltan.
El fanatismo del saber.
Odio furioso.
Intelectuales indeseables políticos.
En Rusia está prohibido sembrar lo racional, lo bueno y lo eterno.
¿Cómo es posible permitir que se acerquen a uno esas gentes? Deberían llevarlos a todos a islas desiertas entre Robinsones.
Piter, San Petersburgo.
Un relato dulzón y de una emoción postiza.
Prosa santa y honrada, la verdadera literatura.
Espeso humo de la prosa.
Soñar con hazañas, con los abigarrados placeres de la vida.
Reflexiones bondadosas.
La vida de los bravos y listos intelectuales se me antojaba tediosa, desabrida; fluía haciendo ruido al margen del necio y oscuro ajetreo que constituía el viscoso contenido de los días completamente iguales. Los intelectuales no se percataban de su aislamiento de la pequeña y sucia ciudad donde todos procedían mutuamente como seres extraños y hostiles, donde nadie quería saber nada de Mijailovskii ni de Spencer ni se daba la menor importancia al papel importante que una personalidad representa dentro del proceso orgánico histórico.
Ver revivir claramente la memoria.
Miopes ratones de biblioteca, unos vastos y esquinados y, por tanto, inasequibles, al paso que otros estaban alisados por la plancha de los libros.
La angustiosa sensación del apartamiento de la intelectualidad -como regla de la razón- y el elemento popular me ha atormentado con más o menos pertinacia a lo largo de la vida.
Una epopeya, una vida de arranque épico.
Movimientos cautelosos del ser humano forzudo.
La "Historia de las Ciencias inductivas" de Whewell.
Bondadosos ojos de oso.
Turbios ojos de hambre.
Había tenido que padecer por su defensa altruista de la verdad y había sido despeñado por sus amigos al abismo de la vida.
Semejanza de los justos con las figuras de cera.
Alegrar con aforismos de una perversidad de lobo.
Levantada cola de un diablo.
Inspiraba una lastimosa emoción por su inerme amargura y producía el efecto de un erizo por las púas de sus cáusticas palabras.
Manifestaban con su composición de palabras e imágenes obscenas una fantasía verdaderamente satánica y una corrupción sin límites.
Sombría gravedad de criminales.
Ir a Yamovniki a visitar a León Nikolaievich Tolstoy y a su esposa Sofía Andreievna.
El curso de mi variada existencia, nada llana.
Medroso como una liebre.
Los hombres de experiencia directa sienten un verosímil recelo de los hombres de libros.
El corifeo del tolstoísmo.
Propender al tolstoísmo. Viendo una manera de retirarme a un rincón tranquilo de la vida para poder meditar mis aventuras.
Expresión de tristeza y cansancio.
Ensayo de Sechenov de los reflejos cerebrales.
Enfrascarse con una animada conversación.
Un indeseable político.
El ruso es muy rico y posee todos los recursos para expresar las sensaciones más finas y los más delicados matices de las ideas.
Humorismo de brocha gorda.
Obligados a modificar la buena y grave actitud.
El fuego todo lo purifica.
Autores. Karonin, Machtet, Sasodimsky, Potapenko, Mamin-Sibiriak.
Las predicaciones religiosas de Tolstoy se juzgaban una suerte de chifladuras de un ser distinguido.
Korolendo, "El sueño de Makar". Sus relatos tenían algo sospechoso e insólito para el sentimiento y el ánimo del vulgo. Escribe y se permite arrastrar por la inteligencia, pero el pueblo solo puede entender el alma. Uno de los de su círculo, Angel Bogdanovich, escribió una parodia ingeniosa de este relato.
La descripción del acto fisiológico generador es un asunto de la literatura especial.
Muchos pobres de ánimo derramaban una ola de calumnias.
El círculo de Korolenko era llamado como broma la sociedad de los filósofos que ayunan. Annensky, Yelpatiewsky, Ivanchin-Pisarev, Saveliev, Apollon Karelin.
Un tolstoyano apóstol de la sobriedad.
Korolenko, "El año del hambre".
Una figura de la novela de Boborykin, "Cuarto menguante", ridículo y borrachín, pero de grandes prendas y mucho talento.
El libro de Lojvitsky sobre las "Constituciones".
La novela "El discípulo" de Bourget.
Sedlov, "Saschenka", "Hombres nuevos".
Martingalas polémicas.
Brillar la memoria.
Tono blando y reflexivo.
Intelectuales Perovskaia y Sheliabov.
La "Historia de la Filosofía" de Lewes.
Sócrates gustaba de hablar preguntando.
Las persuasiones de los hombres cultos son conservadoras como los senderos trillados de la mentalidad inculta de la masa supersticiosa del pueblo.
La humanidad hasta el fin de sus días describirá hechos y de sus descripciones sacarán consecuencias más o menos falsas respecto de la existencia de la verdad, o sin contar con los hechos erigirá sencillamente edificios fantásticos.
Un largo montante medieval de verdugo, flexible como un látigo.
Alegría serena.
Un buen gesto del destino.
Tono indolente.
Novelas de Xavier de Montepin.
Binet, Richer. La higiene del cerebro.
Estilos de ira furiosa hasta el de amistoso reproche, muestras de epistolografía artística.
Sentimental y ridículamente cargado de bagaje científico.
La sombría embriaguez del deseo.
El abigarrado caos de las impresiones y aventuras vividas.
Dentro de mí fermentaba la torturante curiosidad del ser humano que por algún motivo tiene que ver todos los rincones de la existencia y penetrar lo más hondo de los secretos de la vida.
Una clave para los enigmas de la existencia.
Expresión de solicitud.
Tono de cuchicheo.
La aguda hoz de la luna cortaba las nubes con jirones.
¿No creó uno el mundo / de minúsculos átomos arremolinados?
El excelente libro sobre París de Maxime du Camp.
Palabras muy ligeras como trazos de un lápiz muy afilado.
Tono dogmático.
El sychug, estómago de vaca relleno de grasa de ganso y alforfón triturado.
Tenía verrugas el falso Demetrio.
Despertar emociones de calidad no muy elevada.
Paul Feval, Octave Feuille, Paul de Kock y, sobre todo, "Mademoiselle ma femme".
Yo creía que cuando se hablaba serenamente de una cosa triste la tristeza tenía que desaparecer.
Oldenberg, "Buda, su vida, su doctrina, su comunidad".
El placer buscado de la persona a quien llaman la atención, el policromo ajetreo de la vida, las confusas referencias tragicómicas de los hombres, el torrente de acontecimientos menudos que titilan al pasar como polvillo de sol.
Dándose tono como una grulla.
Grave sagacidad.
Levantamiento de Kosma Minin.
Tono de pura amistad.
El Baal de la política.
Saber pintar los caracteres. Los personajes hablan y actúan por su propio ser. Entender el arte de no influir sobre el curso de sus ideas, sobre el juego de sus sentimientos.
Tono burlón, admonitorio, severo, pero amistoso.
Gesto de pesar.
San Petersburgo, la ciudad de las líneas rectas y de los hombres irresolutos.
Extensión de la paciencia.
(Mis universidades)
Grietas. Miradas de ratero poltrón.
Jeroglíficos con los que el tiempo había escrito su historia sobre la casa.
Golpe de gracia.
Razón meritoria.
Tono artificialmente severo.
Techo hospitalario.
El agradecimiento debe ser animado porque se encuentra raras ocasiones con los hombres.
Autoconciencia de que la bebida lo había transformado.
Menester es ver todo con indiferencia sin amargarte la vida con preguntas filosóficas. Filosofar es sucio y cuando duelen los cabellos es una acción sin nombre.
Dientes. Instrumento reforzador.
Senda de la sobriedad y la virtud.
Ser humano comme il faut, profesional modesto perseguido por la suerte.
Las gentes juzgan por la forma; la esencia de las cosas les es inaccesible a causa de su innata necedad.
Nadie sabe su justo puesto de la vida y todos nos enganchamos a collares que no están hechos para nosotros.
La vida nos agita como una baraja y pasará mucho tiempo hasta que hallemos nuestro puesto verdadero.
Experiencia intelectual.
Distinguido, educado con la costumbre que de razonar había adquirido.
Sabemos apiadarnos de nosotros.
Ignominia de la debilidad de la voluntad.
Careta de mentor y moralista.
Los niños son las flores vivas de la tierra.
Asamblea de decadentes.
Horas de libertad.
Cosas prodigiosamente innobles y fantásticamente obscenas.
Aspecto bastante vago.
Posible es que los mejores del estrato cultivado sean superiores a los mejores de la capa aldeana, pero un ser humano de ciudad, una vez viciado, es mucho más innoble y envilecido, que un viciado del campo.
Sumido en un sueño hasta la inconsciencia.
Desagradable y sucia autoconciencia fugitiva.
Muestra reciente de un ser humano arrojado del campo por la miseria.
Poseído de indignación opresora e irritante.
Aldeano lleno de temor y desorientado.
Cuanto es costumbre escribir de lo que ocurre en el campo y que le hace semejar desgraciado, necio y malo.
Piedad, satisfacción.
En la prisión se adquiere razón.
Puede sucumbir un ser humano, no un pueblo, del cual es el arquitecto.
Palabra terrible y poderosa; la ironía, la indignación y la creencia profunda se desprendían.
Extraña fuerza de las palabras, que le oprimía.
Le embarcó con rumbo hacia el dinero.
Singular rasgo de aquellas gentes. En su íntimo contacto aspiran semejar peores de lo que son en realidad.
El ser humano que no tiene nada bueno propio, en ocasiones gusta de presumir con sus maldades.
La evaluación de los inmuebles, hecha ha más de quince años, hasta la fecha sigue ayudando para la percepción del impuesto sobre inmuebles, en provecho de la ciudad.
Gaceta, crónica local y judicial.
El comerciante es un aldeano ladrón, grosero, necio, no goza de la vida, no tiene idea de la patria, no sabe otra cosa que de su oro.
Desde que los nobles empezaron a sucumbir de hambre con los demás, los verdaderos hombres desaparecieron de la vida.
Rojo de cólera.
Avaros incapaces de adornar con nada la vida.
Escándalo en la vía publica.
Necedades, sueños.
Manera de reflexionar en su pasado, racional.
En la mayoría de las gentes, el recuerdo debilita la energía para el presente, minando la ilusión en el porvenir.
Habitantes aplanados por la miseria y la desgracia.
La ciudad os despelleja con sus impuestos y cuando consiste en discutir vuestros derechos, ni votar permite el cabildo.
Humor diabólico.
Existencia triste y llena de tinieblas.
Rabia de fieras, exasperación de gentes acosadas, maltratadas por su suerte implacable.
No os consumáis, todo tiene un fin, cualidad de la existencia.
Desesperación de brutos lúgubres.
Rugido triunfal del viento.
Todo es relativo en este bajo mundo y posición ninguna es la peor.
Parásito que se agrega a algo para chupar.
Tirar de la visera de su gorra. Simular un saludo.
El dinero pide que se le haga entrar en movimiento y por tal razón le doy vida.
El comerciante guiña sus ojos de traviesa manera.
El oro llega cuando empieza a huir la autoconciencia.
La tierra acepta cualquier podredumbre.
El sol vierte sus rayos con prodigalidad.
En los momentos graves, el ser humaano ha de ser más enérgico.
Con aire modesto.
Queja legal y ganaréis.
Y vos pereceríais como el sueco de Poltava. Refrán ruso.
Tiempo preciosísimo.
Mejor abandonarse a la generosidad del enemigo.
Carencia de libertad, privado de libertad en mis movimientos.
La ciencia es la luz.
Refrán. quien quiere engañar se engaña propiamente.
Tono puerilmente caprichoso, que gradualmente subía hasta la rabia.
Horribles animales, creados por cualquier potencia fantástica y grosera, para ridiculizar al ser humano.
Fuerza misteriosa, generalmente destructora, llamada muerte.
Actividad profesional impasible.
Verdadero fin de la existencia. El ser humano vive para perecer.
Reinó largo silencio, que donde hay muertos toma un carácter solemne y misterioso.
(Los Ex Hombres)
Locura de la ganancia.
Por la primavera, cuando un encanto de belleza transfigura la tierra y del cielo ruso semejan descender acariciantes insinuaciones.
Refrán. Ama a tu mujer como a ti y sacúdela como un peral.
Encaje compacto y sombrío de los viejos y robustos tilos.
Los ronquidos y la respiración activa de los que duermen.
Familiaridad infantil.
Los tesoros de la memoria y la fantasía.
Tono persuadido.
Satanás avariento.
La mano terrible y celosa del Destino.
Piedad indulgente.
Dar una razón de peso.
El veneno enervante y dulce de los sueños.
Por el fuego es como se prueba el oro.
Tono decidido.
Orgulloso de la responsabilidad que pesaba sobre él.
Dicho. El hambre no es una madre.
Una onda de fuego, un flujo de sangre hirviente.
Llegaban rumores de la conversación.
Tristeza, manifestación odiosa.
La nueva fase donde entraba la conversación.
La tetera roncaba como un gato viejo y enviaba al aire una columna de vapor.
Desesperado y rojo de emoción.
Su postura acusaba una lasitud infinita, como si hubiese sido incapaz de movimiento.
Un peso indefinible y doloroso.
No se estima sino a aquellos a quienes se teme.
Sus ojos perdidos hacia vagos horizontes.
Trozos de conversación semejantes al vuelo de mariposas nocturnas.
El peso que le oprimiera.
Tono de mordaz ironía.
Su continente era el de un ser humano que se siente culpable y que no espera ningún perdón.
Gentes arrolladas por la ola furiosa.
Se deslizó con un instinto de celos odiosos.
Exclamó quedo y con un tono lleno de desprecio.
Su cerebro creaba imágenes vagas con diferentes fases de su aparición.
El trigo echado a la campana receptora del molino.
Levadura de devoción.
Una actitud de humildad afectada y confusa.
El fuego completamente solo.
Sonidos secos de vidrio.
El colmo de las ambiciones.
Tener la energía, la fuerza de cumplir la realización.
Bórax para destruir arañas.
Tono penetrante.
Su actitud acusaba una grave preocupación.
El paraíso es para los muertos y los vivos deben seguir sus negocios.
Progreso del dolor.
Algodón fofo y tibio.
Actitud irritada.
Es preciso saber soportar las palabras, como la acusación del profeta.
Un gigante destruyendo monstruos.
Experimentaba una angustia dolorosa y un disgusto inmenso.
(Tomás Gordeieff)
Actitud apacible y humilde.
Redondo topo.
El aullido del odio salvaje que incita al crimen.
Su existencia se deslizaba uniforme y tranquila.
El temor al peligro desarrollaba la facultad de experimentación.
Una impresión compleja de sorpresa y envidia.
Rasgos acusados.
Un enigma indescifrable.
El cerebro se iba llenando de ese polvo viscoso de la banalidad.
Accesible a la piedad.
Una enorme serpiente de metal negruzco y monstruosa cabeza, provista de tres ojos flamígeros se deslizó sobre los carriles con un feroz rechinamiento de hierro, rompió con silbidos estridentes y rabiosos llenando el aire de una densa humareda blanca, masa de hierro sensible y viviente.
Agentes, espías.
El género de las conversaciones.
Impresiones terroríficas.
El dueño de la vida, llamado Miedo, era del color plomizo de las nubes y fuerte como el empuje de un proceloso río.
Pavoroso enigma.
Proclamas clandestinas agitadoras.
La existencia recobró su curso acostumbrado.
El desarrollo irresistible de la cólera popular.
Actitud de orgullo.
Germinar las ideas.
Una existencia apacible y gozosa.
Marea tempestuosa.
Un rimero de leña.
El odio vacilante y la sed de venganza del esclavo empujado a abandonar su efímera ilusión de libertad.
La muchedumbre, un anillo ondulante y sucio.
El ominoso yugo del terror.
Una exclamación vigorosa llena de soberano desprecio doloroso.
Emoción y angustia.
Defenderse ante el atropello que nos corroe la existencia.
Tono displicente.
El disco enrojecido y amenazador de la luna rodeado de un vapor violáceo.
Un miedo progresivo le envolvía de pies a cabeza impidiéndole respirar.
Un pánico irresistible le hacía nacer alas.
Gaya y vibrante agitación de las aves.
Lágrimas de impotencia y humillación.
Existencia estrambótica e insensata.
(El espía)
Locura de la ganancia.
Por la primavera, cuando un encanto de belleza transfigura la tierra y del cielo ruso semejan descender acariciantes insinuaciones.
Refrán. Ama a tu mujer como a ti y sacúdela como un peral.
Encaje compacto y sombrío de los viejos y robustos tilos.
Los ronquidos y la respiración activa de los que duermen.
Familiaridad infantil.
Los tesoros de la memoria y la fantasía.
Tono persuadido.
Satanás avariento.
La mano terrible y celosa del Destino.
Piedad indulgente.
Dar una razón de peso.
El veneno enervante y dulce de los sueños.
Por el fuego es como se prueba el oro.
Tono decidido.
Orgulloso de la responsabilidad que pesaba sobre él.
Dicho. El hambre no es una madre.
Una onda de fuego, un flujo de sangre hirviente.
Llegaban rumores de la conversación.
Tristeza, manifestación odiosa.
La nueva fase donde entraba la conversación.
La tetera roncaba como un gato viejo y enviaba al aire una columna de vapor.
Desesperado y rojo de emoción.
Su postura acusaba una lasitud infinita, como si hubiese sido incapaz de movimiento.
Un peso indefinible y doloroso.
No se estima sino a aquellos a quienes se teme.
Sus ojos perdidos hacia vagos horizontes.
Trozos de conversación semejantes al vuelo de mariposas nocturnas.
El peso que le oprimiera.
Tono de mordaz ironía.
Su continente era el de un ser humano que se siente culpable y que no espera ningún perdón.
Gentes arrolladas por la ola furiosa.
Se deslizó con un instinto de celos odiosos.
Exclamó quedo y con un tono lleno de desprecio.
Su cerebro creaba imágenes vagas con diferentes fases de su aparición.
El trigo echado a la campana receptora del molino.
Levadura de devoción.
Una actitud de humildad afectada y confusa.
El fuego completamente solo.
Sonidos secos de vidrio.
El colmo de las ambiciones.
Tener la energía, la fuerza de cumplir la realización.
Bórax para destruir arañas.
Tono penetrante.
Su actitud acusaba una grave preocupación.
El paraíso es para los muertos y los vivos deben seguir sus negocios.
Progreso del dolor.
Algodón fofo y tibio.
Actitud irritada.
Es preciso saber soportar las palabras, como la acusación del profeta.
Un gigante destruyendo monstruos.
Experimentaba una angustia dolorosa y un disgusto inmenso.
(Tomás Gordeieff)
Actitud apacible y humilde.
Redondo topo.
El aullido del odio salvaje que incita al crimen.
Su existencia se deslizaba uniforme y tranquila.
El temor al peligro desarrollaba la facultad de experimentación.
Una impresión compleja de sorpresa y envidia.
Rasgos acusados.
Un enigma indescifrable.
El cerebro se iba llenando de ese polvo viscoso de la banalidad.
Accesible a la piedad.
Una enorme serpiente de metal negruzco y monstruosa cabeza, provista de tres ojos flamígeros se deslizó sobre los carriles con un feroz rechinamiento de hierro, rompió con silbidos estridentes y rabiosos llenando el aire de una densa humareda blanca, masa de hierro sensible y viviente.
Agentes, espías.
El género de las conversaciones.
Impresiones terroríficas.
El dueño de la vida, llamado Miedo, era del color plomizo de las nubes y fuerte como el empuje de un proceloso río.
Pavoroso enigma.
Proclamas clandestinas agitadoras.
La existencia recobró su curso acostumbrado.
El desarrollo irresistible de la cólera popular.
Actitud de orgullo.
Germinar las ideas.
Una existencia apacible y gozosa.
Marea tempestuosa.
Un rimero de leña.
El odio vacilante y la sed de venganza del esclavo empujado a abandonar su efímera ilusión de libertad.
La muchedumbre, un anillo ondulante y sucio.
El ominoso yugo del terror.
Una exclamación vigorosa llena de soberano desprecio doloroso.
Emoción y angustia.
Defenderse ante el atropello que nos corroe la existencia.
Tono displicente.
El disco enrojecido y amenazador de la luna rodeado de un vapor violáceo.
Un miedo progresivo le envolvía de pies a cabeza impidiéndole respirar.
Un pánico irresistible le hacía nacer alas.
Gaya y vibrante agitación de las aves.
Lágrimas de impotencia y humillación.
Existencia estrambótica e insensata.
(El espía)
Apasionado amateur de todo tipo de incidentes.
Cólera concentrada.
Discutir de manera imparcial.
Poddvenka. Traje ruso, de terciopelo de algodón, sin mangas.
Existencia sencilla y descuidada.
La vida se manifestaba.
En invierno, cuando el estómago pide más alimento.
En verano, por economía, no se encendía fuego.
Vacío y fastidio de su sombría existencia.
Falta de impresiones exteriores y de interés, que comunica vida a la existencia.
La actividad profesional incesante y después el fastidio sin límites.
Extenderse en lamentaciones.
Acostumbrados y aniquilados.
Vida dolorosamente absurda.
Negro como un horno.
Cal, limpieza frente a la humedad.
Misión que cumplía con sencillez y valentía.
Trabaja y paga los impuestos. Depuración.
Excitación simple de los niños, al comunicar una impresión por vez primera recibida y escuchada con sorpresa.
Se le fijó agua en el vientre, como sucede con el arsénico.
Impresión propia del miedo.
Lo esencial de las enfermedades es la limpieza del cuerpo y la del aire que respiráis.
Prosiguió en diapasón más elevado.
Transformación de la existencia.
Actividad profesional repugnante.
Ambulantes de la guerra.
Caos, opuesto a la realización de una gran fuerza razonable.
Sueño de muerte.
Estimulado por su ambición, deseo de ejecutar proezas generosas.
Peligrosos actos de fuerza.
Sencillez. Cinismo.
Acción útil, redundaría para la humanidad un bien.
Flujo de piedad y ternura.
Vivir de manera razonable.
Extender su creciente influencia.
Asido por la cruel persuasión de su impotencia ante la muerte.
Deducción absurda.
Soñar con una existencia tranquila, afectuosa, amante y rechazar la amenaza del presentimiento.
El pasado resucitó en imágenes claras.
Aquella humillación obró sobre él.
Severa revista del pasado.
Combatir la cólera. Desinfección con ayuda de una iluminación.
(El matrimonio Orlof)
Otoño, melancólico poema.
Porquecú. A las orillas del Don, zapatos hechos de un solo trozo de cuero.
Peregrinos, dulzona suavidad e hipócrita unción.
En Odesa, durante el invierno, los salteadores de caminos comen ratas y en Rostoff se hace gran consumo de caracoles.
Los habitantes de París, durante el sitio de 1871, engullían con deleite las mayores porquerías.
La institución del Registro judicial.
Estundistas y campesinos soñadores.
Firme, estoico, no se quejaba de la existencia.
Expulsado administrativamente de Petersburgo.
Un producto de la vida de la ciudad, un vagabundo cínico e inteligente que vive a costa de un mujick, un lobo persuadido, garantizado de su fuerza bruta.
Usufructuar una pensión fuerte.
Temperamento volcánico.
La seriedad del ahorcado.
El autor de todo libro es un ser humano como los demás.
No hay libro que atienda a otra finalidad que esta. Probar que lo bueno es bueno y que lo malo es malo.
Un ataque de sinceridad. Cólera.
Garras de la inteligencia.
Lo esencial no son los hechos, sino las disposiciones. Los hechos son inmundicias y escombros. Se pueden realizar los hechos más diversos si la disposición del ánimo lo permite; esa disposición crea las ideas y los ideales.
Sólo con las novelas se desarrolla regularmente el hilo de los acontecimientos; además las novelas reportan dinero.
Refrán. Abrir diez puertas donde se cierran siete.
Colonias tolstoyanas.
(El vagabundo filósofo)
La actividad representa más valor que el de las monedas de cobre o de plata con las que se le retribuye. El dinero pasa, pero la actividad queda.
(Hace milagros el amor)
Otoño, melancólico poema.
Porquecú. A las orillas del Don, zapatos hechos de un solo trozo de cuero.
Peregrinos, dulzona suavidad e hipócrita unción.
En Odesa, durante el invierno, los salteadores de caminos comen ratas y en Rostoff se hace gran consumo de caracoles.
Los habitantes de París, durante el sitio de 1871, engullían con deleite las mayores porquerías.
La institución del Registro judicial.
Estundistas y campesinos soñadores.
Firme, estoico, no se quejaba de la existencia.
Expulsado administrativamente de Petersburgo.
Un producto de la vida de la ciudad, un vagabundo cínico e inteligente que vive a costa de un mujick, un lobo persuadido, garantizado de su fuerza bruta.
Usufructuar una pensión fuerte.
Temperamento volcánico.
La seriedad del ahorcado.
El autor de todo libro es un ser humano como los demás.
No hay libro que atienda a otra finalidad que esta. Probar que lo bueno es bueno y que lo malo es malo.
Un ataque de sinceridad. Cólera.
Garras de la inteligencia.
Lo esencial no son los hechos, sino las disposiciones. Los hechos son inmundicias y escombros. Se pueden realizar los hechos más diversos si la disposición del ánimo lo permite; esa disposición crea las ideas y los ideales.
Sólo con las novelas se desarrolla regularmente el hilo de los acontecimientos; además las novelas reportan dinero.
Refrán. Abrir diez puertas donde se cierran siete.
Colonias tolstoyanas.
(El vagabundo filósofo)
La actividad representa más valor que el de las monedas de cobre o de plata con las que se le retribuye. El dinero pasa, pero la actividad queda.
(Hace milagros el amor)
Torrente oscuro de la vida monótona.
Consagrado a algo misterioso y terrible.
Descargar el pesar de la existencia.
La gente vive para la codicia y la envidia. Cuando empieces a acusarles y juzgarlos te aborrecerán, te perderán.
Viejo dicho ruso. El huésped importuno es peor que el tártaro.
Jojol, de la ciudad de Kániev. Denominación del idioma ucraniano.
Jojol, de la ciudad de Kániev. Denominación del idioma ucraniano.
Reino futuro de la bondad sincera.
Angustiosos jadeos de la fuerza con un ansia imprecisa de espacio, retadores gritos de la audacia arrogante dispuesta a aniquilar indiferentemente lo bueno como lo malo.
Abigarradas alas del rumor publico.
Carácter adusto.
Sumariado por delito político.
Fuego del ensueño sobre la verdad.
Acusadas facciones y expresión obstinada.
Refrán. Cuanto menos se sabe, mejor se duerme.
Repartir equitativamente lo que ha elaborado la razón y producido las manos.
El temor y la envidia, prisioneros de la codicia y la estupidez.
Martillo para aturdir al pueblo.
Se sucedían los días, diversos, distintos.
Menesteres caseros.
Actividad para transformar el sistema existente; que se desarrolle con mayor éxito.
Rico, como una estrella con sus rayos.
Hecho penoso y grosero.
De una causa secreta no hay honor.
Meter un erizo dentro del cráneo.
Fuerza de la verdad.
Ola blanda y fuerte.
Reneguemos del mundo caduco.
Valor férreo.
Causa sagrada.
Cantar el gorigori. Canto lúgubre de los funerales.
Ola de hielo.
Fábrica. Colosal araña.
Libertad de crecer la autoconciencia.
Torturas por broma.
Acusarse mutuamente.
Seco tono ejecutivo.
Insolente oro.
Agitador opuesto a las reformas.
Cegar la fuente de todos los males de nuestra patria, la fuerza malhechora que la oprime, la autocracia.
Atamán. Jefe de banda.
Cegar la fuente de todos los males de nuestra patria, la fuerza malhechora que la oprime, la autocracia.
Atamán. Jefe de banda.
Actuar como un topo, sin ruido ni descanso.
Semillas de la razón y la verdad.
Presentar una demanda a la justicia por suplicio.
Moho secular de la mentira.
La riqueza es como la arena movediza; no puede permanecer quieta y se desparrama otra vez por cualquier parte.
Energía mecánica producida por el aumento del oro.
Renacer los cuchicheos y serpentear.
Ávidas fauces del monstruo insaciable que devora al pueblo ruso.
Todo lo próximo vale poco, lo que está lejos es lo que tiene valor.
Oleada de excitación alentadora.
Fuego de las emociones.
Haber reproducido con un hectógrafo copias de un discurso claro, legible.
Fiscal suplente.
Oleada de excitación.
Anegar la razón con sangre.
(La madre)
Symons
Symons
Máximo Gorki transforma como valientes campesinos y vagabundos conscientemente con una autoafirmación mental dándoles ideas que ha encontrado de Nietzsche.
Fischer
Fue Gorki quien acuñó el término realismo socialista, para oponerlo al realismo crítico. El concepto de realismo socialista se ha deformado frecuentemente, aplicándolo a pinturas histórico-académicas y convencionales y a novelas y dramas apoyados, de hecho, en idealizaciones propagandística. Por esta razón, el término arte socialista es más adecuado. Se refiere a una actitud -no a un estilo- y pone de relieve la visión socialista, no el método realista. El realismo crítico y, en general, la literatura y el arte burgueses implican la disertación de la realidad social circundante. El realismo socialista implica la armonía del artista o del escritor con los obreros y el mundo socialista ascendente.
Fischer
Fue Gorki quien acuñó el término realismo socialista, para oponerlo al realismo crítico. El concepto de realismo socialista se ha deformado frecuentemente, aplicándolo a pinturas histórico-académicas y convencionales y a novelas y dramas apoyados, de hecho, en idealizaciones propagandística. Por esta razón, el término arte socialista es más adecuado. Se refiere a una actitud -no a un estilo- y pone de relieve la visión socialista, no el método realista. El realismo crítico y, en general, la literatura y el arte burgueses implican la disertación de la realidad social circundante. El realismo socialista implica la armonía del artista o del escritor con los obreros y el mundo socialista ascendente.
Lukács
El humorista socialista Gorki.
Gorki no da nunca simplemente la consecuencia cruda de lo que ha muerto con el industrialismo sino que plasma lo que muere y cómo muere, con qué especie de lucha es destruido. Muestra la belleza humana, la tendencia orgánica hasta la armonía, hasta el despliegue de facultades más ricas aunque más oprimidas deformadas y extraviadas.
Gorki. El hallazgo de lo típico con lo excepcional.
Bashevis Singer
Gorki escribió sobre los brodyagi, hombres a quienes les gusta hundirse.
Yevtushenko
"Pensamientos inoportunos", el primer libro de Gorki.
Gorki visitó el canal de Belomor sólo para que Stalin le permitiera salir al extranjero y poder contar al mundo entero la verdad sobre los campos de concentración. Pero Stalin adivinó lo que Gorki pretendía y mandó que lo mataran.
Bashevis Singer
Gorki escribió sobre los brodyagi, hombres a quienes les gusta hundirse.
Yevtushenko
"Pensamientos inoportunos", el primer libro de Gorki.
Gorki visitó el canal de Belomor sólo para que Stalin le permitiera salir al extranjero y poder contar al mundo entero la verdad sobre los campos de concentración. Pero Stalin adivinó lo que Gorki pretendía y mandó que lo mataran.
Alberto Moravia
Onda muerta del rencor, negra y sin espuma.
Ráfaga de odio.
Aburrimiento y mezquino disgusto de lo cotidiano.
Mezquinas vorágines de la vanidad y la indiferencia.
Cosas más fuertes que el tiempo.
Desnuda oscuridad.
Los Bancos sólo prestan dinero con garantías evidentes.
Cuestión vital protestar.
Cercado por un torrente de acusaciones.
Grado de cólera sincera.
Innoble coincidencia, rivalidad.
Instante de sentimental inmovilidad.
Sin humildad, impaciente.
Sensación de inutilidad en sus esfuerzos.
Profunda verdad.
Acusado de holgazán y de incapaz.
Acusaciones que habían seguido al llanto sincero.
Velo de lágrimas.
Pesadilla de indiferencia.
Escepticismo acusado sobre la formalidad de su repulsa.
Valor de la posesión.
Viajar, no conocer límites de la propia actividad y deseos.
Idea precisa en la mente.
Luz hospitalaria y suntuosa.
Instantáneamente el runruneo de las conversaciones se extendió por el salón.
Las mentiras tienen las piernas muy cortas.
Peso material.
Cuerpo, pasión y ánimo.
Grosero, materialista.
Su oprimida fantasía rechazaba el sarcasmo y la caricia, pretexto para imaginar apasionados actos.
Imagen ideal o material.
Límite de la paciencia y la razón, más allá sólo queda la locura.
Tristeza vaga y aventurera, que acompaña las acciones graves.
Nudo de miedo y asombro.
Personas que creen poseer peligrosas reservas de malicia, ponen poca en sus palabras, pasan inadvertidas.
Acusada injustamente.
Culpable de lo que le acusaba.
El sol ponía de manifiesto esta soledad.
El perdón es la venganza más refinada.
Perdón afectuoso, alegre o despreciativo.
Perdón con desprecio, con fría y tenaz memoria, humillando.
Aristócratas del ocio, que no quieren intimar con cualquiera, cerrados en su círculo.
Malestar hipocondríaco.
La vida intensa, dividida entre los negocios y las diversiones.
La carrera de la ilusión corta la respiración, abandonándonos en la mediocre realidad plástica y dura.
Centro de indiferencia.
Desdén adecuado y sincero.
Sensación de humillación y tedio.
Incomodidad que se siente en una numerosa reunión, cuando todos imaginan una cosa de la cual nadie se atreve a hablar.
Atmósfera provisional y descorazonadora.
Prueba de sinceridad.
Oscuridad de la fatiga del placer.
Provechosa y culpable combinación.
Indiferente simplicidad, que se refiere a todo fenómeno natural.
Restablecer los valores en su habitual perspectiva.
Progreso frente a las condiciones presentes.
Movimiento demostrativo.
En aquel absurdo residía la eficacia del anuncio.
Incómodo por el tono acusador.
Calmar el gesto acusador.
Fijeza demente en los ojos, que hace ver doble y triple, como a través de un cristal defectuoso.
Hechos e imágenes.
Razonar, usar un sistema.
Sueño en el sueño, fantasmas.
Referencias del acusado y la víctima amistosas.
Acusar de instigador del delito.
Repetir la acusación.
Acusar de corromper.
Haber aguantado vigorosamente la tesis de la premeditación.
Calma de delincuente inveterado.
Los fiscales, en sus discursos, se creen con la ventaja de tutear a los acusados.
Abogado, nueva lumbrera, nuevo Demóstenes. Describir las turbias figuras del proceso legal.
Cuestión de dinero, tiempo y circunstancias.
Selva de la vida intrincada, ciega.
(Los Indiferentes)
Humores y opiniones del pueblo.
Vicios secretos, pasiones ilícitas, conductas deshonestas, escándalos sofocados, extravagancias nunca oídas, intrigas, traiciones, corrupción, venalidad. Meros procesos legales expeditivos, simples elencos criminales.
Instrumento. La ficción.
Crear un partido político secreto agitador, violento y afiliar personas descontentas o exaltadas. finalidad, mantener tranquilas personas peligrosas.
Masa desocupada y ávida de fiestas sobre la que se suelen apoyar los poderes políticos reaccionarios. Corrompían al pueblo sano y agitador.
Los mejores propagandistas se reclutan entre los braceros, quienes gracias a su vida vagabunda poseían la aptitud de desarrollar una actividad difusa y capilar.
Reprochar alimentar un afecto indigno de un agitador hacia su propietario, garantía e insensibilidad del traidor de profesión.
Evacuar diariamente el cuerpo para no intoxicarse.
Odiaba las creencias porque barruntaba una debilidad que quería hacerse pasar por fuerza.
Inconmensurable imbecilidad de las masas.
El general consagrado a la muerte se rescata algunas ocasiones y gana la batalla.
Vida egoísta y epicúrea.
Haciendo señas con la cabeza como hacen los fantasmas.
Indeciso entre la envidia y la obsequiosidad, la sátira y la adulación.
Gran sombrero de catite, de paja.
Rostro firme y duro como un perfil de medalla.
Venalidad manifiesta.
Instinto de una gran dignidad formal.
Calidad queda y ambigua de los sueños.
La causa precisa mártires y víctimas. Praxis agitadora.
Los sumisos, a diferencia de los campesinos y los obreros carecen de autoconciencia social. Están con una posición similar a la de los intelectuales.
Mecánica resolución.
Ritmo superior, regulado, hermético de su jornada de político.
(La mascarada)
Humores y opiniones del pueblo.
Vicios secretos, pasiones ilícitas, conductas deshonestas, escándalos sofocados, extravagancias nunca oídas, intrigas, traiciones, corrupción, venalidad. Meros procesos legales expeditivos, simples elencos criminales.
Instrumento. La ficción.
Crear un partido político secreto agitador, violento y afiliar personas descontentas o exaltadas. finalidad, mantener tranquilas personas peligrosas.
Masa desocupada y ávida de fiestas sobre la que se suelen apoyar los poderes políticos reaccionarios. Corrompían al pueblo sano y agitador.
Los mejores propagandistas se reclutan entre los braceros, quienes gracias a su vida vagabunda poseían la aptitud de desarrollar una actividad difusa y capilar.
Reprochar alimentar un afecto indigno de un agitador hacia su propietario, garantía e insensibilidad del traidor de profesión.
Evacuar diariamente el cuerpo para no intoxicarse.
Odiaba las creencias porque barruntaba una debilidad que quería hacerse pasar por fuerza.
Inconmensurable imbecilidad de las masas.
El general consagrado a la muerte se rescata algunas ocasiones y gana la batalla.
Vida egoísta y epicúrea.
Haciendo señas con la cabeza como hacen los fantasmas.
Indeciso entre la envidia y la obsequiosidad, la sátira y la adulación.
Gran sombrero de catite, de paja.
Rostro firme y duro como un perfil de medalla.
Venalidad manifiesta.
Instinto de una gran dignidad formal.
Calidad queda y ambigua de los sueños.
La causa precisa mártires y víctimas. Praxis agitadora.
Los sumisos, a diferencia de los campesinos y los obreros carecen de autoconciencia social. Están con una posición similar a la de los intelectuales.
Mecánica resolución.
Ritmo superior, regulado, hermético de su jornada de político.
(La mascarada)
Vanidad filial.
Atención afligida y trémula.
Orgullo, vanidad, emoción.
Actitud reflexiva e indiferente.
Puso de manifiesto su extracción popular.
Su rostro daba con brutal estupidez la razón de aquella insólita camaradería.
Encontrar el hilo perdido de la memoria.
Dolor o bienestar.
Vanidad de propietario.
Parodiar la supuesta humildad.
Alegría ebria y patética.
Las cosas de que lo acusaban habían sucedido en realidad.
Formas imprecisas y amenazadoras.
Demostrar amistad.
Piscina popular.
Nervudo, desproporcionado, plebeyo y escuálido.
Repugnante e hipócrita vanidad de esclavo.
Cualidad de las cosas, su maciza e indigesta importancia.
Límites de la acostumbrada galantería cortés.
Disposición confusa e híbrida.
Confusión del sueño.
Actitud, haber adquirido un aspecto definitivo, fundamentada en una persuasión y un juicio estético inquebrantables.
Manifiesto y funesto favor.
Humillante y despiadada conducta.
Sutil analogía entre las dos acusaciones.
Condición humillante.
Voluntad consciente.
Menesteres urgentes.
Proponer un apólogo moral.
Una idea obstinada, manifestaba una singular vitalidad.
Sábanas impregnadas de sueño.
Términos de la comparación.
El dinero suele ayudar para adquirir objetos bien definidos y de calidad susceptible de comparación.
Violencia impetuosa, alegría enardecida.
Inconsciente resurgir de su pasada condición.
Condición impersonalmente urbana.
Hoz de luna roja y ahumada.
Experiencia liberadora.
(Agostino)
Tedio. Diversión, en cuanto provoca distracción y olvido. Especie de insuficiencia, incapacidad o escasez de la realidad. El sentimiento del tedio nace en mí del absurdo de una realidad insuficiente o incapaz de persuadirme de la propia existencia efectiva. Es incomunicabilidad e incapacidad de encontrar una salida. Caos.
Tedio. Falta de referencia con las cosas.
Tono íntimo y científico.
Idea de un lujo sustancioso y de buena calidad.
Coquetería particular, que simula aversión.
Gafas de monja, sin montura, con varillas de oro.
Máscara carnavalesca o sátiro pompeyano. Cabellos blancos, tez rubicunda, cejas negras, nariz prominente, boca grande, mentón en punta.
Vivir en el tedio, sin referencias directas y concretas con la realidad.
El beso es un contacto simbólico, en el cual el placer es más psicológico que sensual.
La simplicidad del sentido común tiene algo de diáfano.
Punto de participación, de verdad, que comporta cualquier mentira.
El amor no tiene motivo; pero la calidad del amor lo tiene. Se ama sin motivo, pero si se ama con tristeza o alegría, tranquilidad o inquietud, celos o familiaridad, se oculta detrás algún motivo.
El tedio tenía algo de limpio y esencial.
Hipocresía del sadismo. El sádico pretende castigar a su víctima, cuando en realidad busca el goce a través de los sufrimientos que le inflige con el pretexto del castigo.
Rollos de acciones industriales.
Garantía de la traición.
Forma psicológica propia de aquellas facciones del rostro, en las cuales se refleja el carácter de una persona.
Sin cumplido, con la mala educación involuntaria propia de los sanos en su referencia con los enfermos.
Desnudez y lobreguez casi silvestres, propias de los lugares y parajes oscuros o cuevas, habitados por animales salvajes, una desnudez de casa de pobre y, sobre todo, de guarida.
Auricular de ebonita negra.
Evolución general de una pasión.
Perversidad consciente.
Punto de los celos, en el que un ultimo resto de dignidad impide espiar a la persona de quien se está celoso.
El celoso padece un sentido exagerado de la propiedad, sospecha que otros quieren apoderarse de su mujer y la obsesión de esta sospecha le inspira imaginaciones extravagantes y puede empujarle hasta el delito. El celoso tiende a confirmar el sometimiento.
Frenéticos impulsos de los celos.
Rutinarias personas carentes de imaginación.
Reflexionar con organización y lucidez.
Parte inocente de la verdad, que no falta nunca en cualquier acción culpable.
Imaginaciones de un celoso, que fundándose en un pequeño y falso indicio, construye un castillo de hipótesis.
Tiempo tranquilo, garantizado y regular del amor.
Tiempo rabioso y desigual de los celos.
Invisibilidad propia de las cosas, que siendo evidentes para los sentidos, escapan a la mente.
Silencio no hostil ni ofendido de un animal.
Inaccesible. Personajes de fábula, que son invisibles y que hacen invisibles las cosas que tocan.
Agredir con violencia racional, indagación policíaca.
Invencible y abstracta pereza.
Su tono económico y descolorido era el justo.
Uno es lo que hace.
Engañar, una regla moral.
Ambigüedad de un reclamo.
Rollos de títulos.
Descargó la mano sobre el hombro, en un gesto de piedad campesina.
Intimidado tono lastimero de campesino taimado, especulador y falso.
Un pájaro entre su bandada o un pez en su banco.
Determinación económica.
Tentaciones del sueño, que en ocasiones, frente a nuestra voluntad, nos hacen soñar que resistimos al sueño y que estamos despiertos, mientras en realidad ya nos hemos dormido.
(El tedio)
Tedio. Diversión, en cuanto provoca distracción y olvido. Especie de insuficiencia, incapacidad o escasez de la realidad. El sentimiento del tedio nace en mí del absurdo de una realidad insuficiente o incapaz de persuadirme de la propia existencia efectiva. Es incomunicabilidad e incapacidad de encontrar una salida. Caos.
Tedio. Falta de referencia con las cosas.
Tono íntimo y científico.
Idea de un lujo sustancioso y de buena calidad.
Coquetería particular, que simula aversión.
Gafas de monja, sin montura, con varillas de oro.
Máscara carnavalesca o sátiro pompeyano. Cabellos blancos, tez rubicunda, cejas negras, nariz prominente, boca grande, mentón en punta.
Vivir en el tedio, sin referencias directas y concretas con la realidad.
El beso es un contacto simbólico, en el cual el placer es más psicológico que sensual.
La simplicidad del sentido común tiene algo de diáfano.
Punto de participación, de verdad, que comporta cualquier mentira.
El amor no tiene motivo; pero la calidad del amor lo tiene. Se ama sin motivo, pero si se ama con tristeza o alegría, tranquilidad o inquietud, celos o familiaridad, se oculta detrás algún motivo.
El tedio tenía algo de limpio y esencial.
Hipocresía del sadismo. El sádico pretende castigar a su víctima, cuando en realidad busca el goce a través de los sufrimientos que le inflige con el pretexto del castigo.
Rollos de acciones industriales.
Garantía de la traición.
Forma psicológica propia de aquellas facciones del rostro, en las cuales se refleja el carácter de una persona.
Sin cumplido, con la mala educación involuntaria propia de los sanos en su referencia con los enfermos.
Desnudez y lobreguez casi silvestres, propias de los lugares y parajes oscuros o cuevas, habitados por animales salvajes, una desnudez de casa de pobre y, sobre todo, de guarida.
Auricular de ebonita negra.
Evolución general de una pasión.
Perversidad consciente.
Punto de los celos, en el que un ultimo resto de dignidad impide espiar a la persona de quien se está celoso.
El celoso padece un sentido exagerado de la propiedad, sospecha que otros quieren apoderarse de su mujer y la obsesión de esta sospecha le inspira imaginaciones extravagantes y puede empujarle hasta el delito. El celoso tiende a confirmar el sometimiento.
Frenéticos impulsos de los celos.
Rutinarias personas carentes de imaginación.
Reflexionar con organización y lucidez.
Parte inocente de la verdad, que no falta nunca en cualquier acción culpable.
Imaginaciones de un celoso, que fundándose en un pequeño y falso indicio, construye un castillo de hipótesis.
Tiempo tranquilo, garantizado y regular del amor.
Tiempo rabioso y desigual de los celos.
Invisibilidad propia de las cosas, que siendo evidentes para los sentidos, escapan a la mente.
Silencio no hostil ni ofendido de un animal.
Inaccesible. Personajes de fábula, que son invisibles y que hacen invisibles las cosas que tocan.
Agredir con violencia racional, indagación policíaca.
Invencible y abstracta pereza.
Su tono económico y descolorido era el justo.
Uno es lo que hace.
Engañar, una regla moral.
Ambigüedad de un reclamo.
Rollos de títulos.
Descargó la mano sobre el hombro, en un gesto de piedad campesina.
Intimidado tono lastimero de campesino taimado, especulador y falso.
Un pájaro entre su bandada o un pez en su banco.
Determinación económica.
Tentaciones del sueño, que en ocasiones, frente a nuestra voluntad, nos hacen soñar que resistimos al sueño y que estamos despiertos, mientras en realidad ya nos hemos dormido.
(El tedio)
Azul vincapervinca.
Amarillo polenta.
Amarillo polenta.
Sutil diafragma de la singularidad.
Superficial forma personal.
Nivel ferino de la vida humana. Perteneciente a la fiera, tos convulsiva.
Entusiasmo anticipado y promiscuidad premeditada.
Frágil, fastidiosa y superflua distinción personal.
Safari, según el idioma franco del África oriental, viaje.
El motivo económico no explica nada. La esclavitud es un hecho humano, psicológico, religioso.
La esclavitud es un misterio, como el mal total, la desventura total.
El motivo económico no explica nada. La esclavitud es un hecho humano, psicológico, religioso.
La esclavitud es un misterio, como el mal total, la desventura total.
La curiosidad casi científica ante un mensaje oscuro que se esté descifrando.
Optimismo empírico.
Sequedad y aridez de las fórmulas de transacción comercial.
Orugas ojosas.
Varna. La casta y el color de la piel de la India.
Acusación de espionaje.
El baobab, el árbol más humano.
Baobabs hidrópicos.
Simbiosis. Comensalismo, mutualismo, inquilinismo, parasitismo, según la simbiosis sea para el provecho de uno solo de los animales, de los dos o sólo reporte un provecho indirecto.
Sequedad y aridez de las fórmulas de transacción comercial.
Orugas ojosas.
Varna. La casta y el color de la piel de la India.
Acusación de espionaje.
El baobab, el árbol más humano.
Baobabs hidrópicos.
Simbiosis. Comensalismo, mutualismo, inquilinismo, parasitismo, según la simbiosis sea para el provecho de uno solo de los animales, de los dos o sólo reporte un provecho indirecto.
Sentido receptivo. Admirar y entender, experiencia que ensancha nuestros horizontes.
Diafragmas de las experiencias humanas.
Regla. Los enemigos de mis enemigos son mis amigos.
La masa está sensibilizada respecto al poder al cual aspira o que ya detenta. Por eso no gusta de divertirse con los sufrimientos y privaciones de los que por ser poderosos se sentiría responsable.
Siniestamente sardónico.
El capricho personal da una ventaja de existencia a las excepciones singulares.
Experiencia humana de consumo.
Trueque de productos manufacturados por materias primas.
Trueque de productos manufacturados por materias primas.
La razón. La actividad mental que distingue al ser humano de la Naturaleza.
(¿A qué tribu perteneces?)
Desesperación estable, opuesto a razonamiento e inevitable salida del suicidio.
Emotividad incontrolada.
Parte expansiva y privada de la conversación.
Solución del suicidio, ya como liberación de la angustia, ya como salida inevitable de la falta de ilusión. Solución racional y humana. En la crónica negra de los periódicos, <<acción de demente>>.
Equilibrio entre desesperación y deseo.
Desesperación y consiguiente tentación suicida. Sensación de la eternidad.
Intensidad, opuesto a cálculo.
Expresión afligida y meditabunda, característica del humor negro, disposición de ánimo desesperado.
Inmóvil y desesperado fantasear.
Suicidio a lo Kleist. Se dio muerte a orillas del lago Wannsee, al lado de su amante Enriqueta Vogel. Suicidio con pistola.
Exigencias eróticas oscuras, complicadas con los mitos de la subcultura.
Kleist, víctima de una desesperación total, que abarcaba todos los aspectos de su vida. Enriqueta, enferma de un cáncer de útero.
Kleist, enamorado de una manera ingenua y romántica.
Actitud acusadora.
Enhebrar en el estrecho ojo de la aguja de su memoria, el casi invisible hilo de un recuerdo.
Idea de una persona confusa y aproximativa.
El espía busca la verdad; el provocador la construye.
Grueso rubí rojo oscuro, sangre de paloma.
Límites de la prudencia.
Palabras descoloridas y precisas, de tipo burocrático.
Peregrina y misteriosa aventura.
Manifestar con frialdad.
Los histriones no proceden seriamente, tienen en reserva alguna escapatoria.
Rechazo anímico. Sadismo.
Fantasía o razón.
Herida cicatrizada de Mensur, el duelo habitual estudiantil, sentido del honor.
El exceso era el carácter típico de la invención respecto a lo real, la mesura de lo real respecto a la invención.
Expresión de inmóvil y reflexiva cordura.
(1934)
El origen del novelista significa la esquizofrenia, el hecho de ponerse sobre el lugar de otro y anularte a ti.
La escritura de la novela puede ir de un máximo de idioma personal, a un máximo de despersonalización, pero tiene que ser imparcial y comunicativa. La novela es raramente de vanguardia. Con las novelas la diferencia respecto a las realidades es mínima. El novelista al escribir no puede abandonar el contar con una realidad que le limita y que se refleja con el escrito.
Describir la sociedad es una finalidad de la novela. Se nace fabulador con vocación de contar y luego, a fuerza de talento y de un innato sentido artístico, se transforma uno como escritor. La acción es una consecuencia racional.
Con una novela, los personajes deben estar siempre actuando. Cuando reflexionan tiene que ser como si actuasen, tienen que reflexionar de una manera impelente. Cuando actúan dan pasos. Si reflexionan, tienen que hacer igual; una idea tras otra, echaînant.
Lebeche. Viento fuerte que corta el aliento y que barre el cielo.
Clásicos días de siroco romano, el cielo color trapo sucio, el aire pesado y la desgana.
Inscripciones garabateadas de las paredes con sus vivas y mueras.
El Tíber lustroso, henchido y amarillo con las casitas flotantes de los clubs náuticos.
Refrán. Hermanos, puñaladas.
Copa de la reconciliación.
Decir la ultima palabra, proterva.
Dientes de la trampa.
De la indiferencia a la pasión.
Clásicos días de siroco romano, el cielo color trapo sucio, el aire pesado y la desgana.
Inscripciones garabateadas de las paredes con sus vivas y mueras.
El Tíber lustroso, henchido y amarillo con las casitas flotantes de los clubs náuticos.
Refrán. Hermanos, puñaladas.
Copa de la reconciliación.
Decir la ultima palabra, proterva.
Dientes de la trampa.
De la indiferencia a la pasión.
Disposición de las ideas.
Lívido cielo de siroco.
Doble, muñeco, fantoche, sosía ocasional.
Cálculo, opuesto a pasar la raya, tornarse obsceno.
Despechados suicidas.
Nacer vaso de hierro, ser vaso de barro. Creerse vaso de vidrio.
Ambicioso, avaro, obstinado e ingenioso usurero.
La ley del mercado se regula según la demanda y la oferta.
La reflexión puebla el cerebro.
Bufón, imbécil, ignorante, payaso.
Fiumaroli. En Roma, los nadadores del río.
Avaro es aquel a quien le duele gastar.
La avaricia es un defecto horrible.
Mal agüero.
Navaja de pastor.
Lívido cielo de siroco.
Doble, muñeco, fantoche, sosía ocasional.
Cálculo, opuesto a pasar la raya, tornarse obsceno.
Despechados suicidas.
Nacer vaso de hierro, ser vaso de barro. Creerse vaso de vidrio.
Ambicioso, avaro, obstinado e ingenioso usurero.
La ley del mercado se regula según la demanda y la oferta.
La reflexión puebla el cerebro.
Bufón, imbécil, ignorante, payaso.
Fiumaroli. En Roma, los nadadores del río.
Avaro es aquel a quien le duele gastar.
La avaricia es un defecto horrible.
Mal agüero.
Navaja de pastor.
Obelisco de Aksum.
Queso pecorino.
Hermoso brillante, límpido, perfecto.
Hermoso brillante, límpido, perfecto.
Fuente de pollo a la romana con salsa de tomales y ajíes.
Las cosas que terminan no vuelven a comenzar.
El jettatore perjudica sin motivo, al azar, esparciendo las desgracias.
Dicho. Por la mañana se sabe el día.
Poner de manifiesto un pésimo carácter.
Acusación falsa e injusta.
Carácter reñidor.
Cuando uno actúa significa que lo había reflexionado antes.
La autoconciencia es el miedo, la inconsciencia es el valor.
Confirmar la acusación.
Despierto como un grillo.
La claridad de la luna se identificaba con el miedo.
El tipo que buscaba el pelo del huevo.
Las cosas que terminan no vuelven a comenzar.
El jettatore perjudica sin motivo, al azar, esparciendo las desgracias.
Dicho. Por la mañana se sabe el día.
Poner de manifiesto un pésimo carácter.
Acusación falsa e injusta.
Carácter reñidor.
Cuando uno actúa significa que lo había reflexionado antes.
La autoconciencia es el miedo, la inconsciencia es el valor.
Confirmar la acusación.
Despierto como un grillo.
La claridad de la luna se identificaba con el miedo.
El tipo que buscaba el pelo del huevo.
Ciocie. Sandalias regionales de Ciociaria
Refrán. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Hablar con sencillez como un abogado.
Refrán. La vida se configura como una escalera.
No hay nada peor para ofender que denigrar la familia o burlarse del físico.
Desesperado, mi vida es una odisea.
Ignorante que no paraba de pontificar.
Dicho. Persona avisada, casi rescatada.
Ojos negros como bayas de laurel.
Entusiasta, crédulo, desavisado.
Escéptica, amargada, prudente.
Locales de mala fama frecuentados por gente de avería.
De la razón nace la muerte.
Dicho. Me puso una pulga al oído.
Las ideas son como las pulgas. Caminan solas y cuando menos lo espera uno le pican y le hacen saltar.
El amor propio lo es todo para la vida.
Changadores. Mozos de cuerda o cargadores.
Soñar pasear desnudo.
Sugestión de las conversaciones.
Lanzado por la pendiente de la mentira.
Con la vida hagamos lo que hagamos siempre nos equivocamos.
Refrán. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.
Hablar con sencillez como un abogado.
Refrán. La vida se configura como una escalera.
No hay nada peor para ofender que denigrar la familia o burlarse del físico.
Desesperado, mi vida es una odisea.
Ignorante que no paraba de pontificar.
Dicho. Persona avisada, casi rescatada.
Ojos negros como bayas de laurel.
Entusiasta, crédulo, desavisado.
Escéptica, amargada, prudente.
Locales de mala fama frecuentados por gente de avería.
De la razón nace la muerte.
Dicho. Me puso una pulga al oído.
Las ideas son como las pulgas. Caminan solas y cuando menos lo espera uno le pican y le hacen saltar.
El amor propio lo es todo para la vida.
Changadores. Mozos de cuerda o cargadores.
Soñar pasear desnudo.
Sugestión de las conversaciones.
Lanzado por la pendiente de la mentira.
Con la vida hagamos lo que hagamos siempre nos equivocamos.
Piel oscura y pelo crespo del Negus de Abisinia.
¿De qué vale cumplir el propio deber cuando la gente le odia a uno? No vale más que para tener la autoconciencia tranquila.
Asunto de la sorpresa, cuestión de la timba. Partida de un juego de azar.
La urgencia de hambre no se puede comparar con la de otros menesteres.
Aturdido de puro bienestar.
Cara de salchichero. Los salchicheros son cosa vieja, de otros tiempos; durante el invierno vendían carne de cerdo y embutidos y durante el verano sombreros de paja.
Comer a destajo, sin límite de cantidad.
Con el amor hasta las cosas mínimas semejan importantes; sobre todo cuando el amor queda a los comienzos y no logra alcanzar el debido término.
Vacilaciones de un árbol aserrado antes de caer.
Atmósfera de precaución y luto.
Expresión plácida.
Atmósfera dulce.
La ley de la competencia es una ley de hierro y nadie puede rehuirla. Los compradores salen favorecidos. Lo bueno de la ley de la competencia; te obliga a favorecer a los compradores. La prepotencia no ayuda con el comercio; te meten a la cárcel y quiebras más rápidamente. Con el comercio sólo vale la competencia.
Solicitud e hipocresía.
Menos sensible y dispuesta que una escultura.
El instinto nunca se equivoca.
Hedor de la miseria.
Experimentar una sensación de celos.
Lo más sabe de lo menos.
(Cuentos romanos)
Sublimado, silencioso, mudo, ausente, un ser humano de una sola pieza, sin dualismos, sin laceraciones, sin diálogo.
Placer en la visión del progreso de la integridad a la corrupción, de la alacridad a la descomposición.
Acostumbrada, optimista, tenaz voluntad de que de una cosa nazca otra.
Refinamiento cerebral.
Tono didáctico.
Desublimado. Medianía, aproximación, autodidactismo, veleidad, conformismo, tocar de oído.
Sueño de frustración.
Juego de la morra china. Se juega con tres elementos; papel, tijeras y piedra.
Los técnicos se unen para formular y ejecutar una programación.
Dinero, símbolo distinguido.
Ver con manifiesto, halagador interés.
Llevar directamente el diálogo.
Soberanos impacientes, prepotentes.
Excusa de la ignorancia.
Tono justo científico.
Hay personas impasibles, cuya impasibilidad se debe a una completa falta de expresión. Hay otras, que son impasibles porque, aunque son enormemente expresivas, tienen una sola expresión, siempre idéntica, pase lo que pase.
Un ser humano intelectual, cualquier recurso a la violencia me repugna, discuto, pretendo razonar, persuadir.
Sueños realistas o simbólicos.
Simbolismo, lo indirecto, lo mediato, el enigma, la adivinanza.
Tomar la representación simbólica al pie de la letra, sin buscar su significado.
Estupidez que se expresa en la presunción y la falta de tacto.
Científico, distante y contenido.
Los soberanos no temen a nadie.
Contestar de manera exhaustiva y científica.
No podemos soportar un deseo que se prolongue inalterable y sin satisfacción, más allá de un límite de tiempo.
Tono científico.
Baterías de la ciencia.
Como ocurre justamente en los sueños, no consigo hablar.
Gestos tranquilos, precisos, exactos, todo frío, científico.
Pruebas de hecho o psicológica.
Pozo tenebroso de la insondable desublimación.
Zancadillas de la desublimación.
Tono distante, científico.
La vida es sublimación, la muerte desublimación. Si sublimo, viviré. De otra manera, pereceré en mi humanidad. Seré un desublimado, desgraciado, inferior, incapaz, impotente, todo sexo y nada creación. Formaré parte, irremediablemente, de la raza inferior, sometida, que existe en el mundo y que se caracteriza por la congénita incapacidad de sublimar.
Haber encontrado el equilibrio que la ira había comprometido.
Diagnóstico preciso y científico.
Sublimación, éxito. Desublimación, fracaso.
Gritar, aullar el mensaje.
Verano romano, luminoso, candente, seco, sobre un fondo de embriagadora ventilación marina, provoca el deseo de aventura, intenso, fulminante, imprevisto.
Categoría social satisfecha, destacada.
Maneras de caballero, recursos indagadores, autoritarios, de careo de tercer grado.
Quien tiene el poder disfruta haciéndolo sentir a quien no lo tiene.
Habitual falsísima afabilidad urbana del ser mundano.
Expropiación. Contestación. La contestación es, sobre todo, un hecho intelectual.
El sublimado esconde la inteligencia, el desublimado la exhibe, la airea.
Parvenu del saber, autodidacta.
Complicidad dolorosa propia de los celos.
Dar achares (celos).
El verdadero amor, diferente y alejado del erotismo y del afecto, del que habla la gente, el amor que debe ser la finalidad más alta que el arte, de una perfecta sublimación, puede hacer que quien ama no se sienta, cuando se encuentra en presencia de la persona amada, ni encima ni debajo, sino de manera inconfundible e irracional a igual nivel, en una condición de identificación completa.
Proteiforme. Alguien que hace muchas cosas a la vez y que está omnipresente.
Sueños e historietas están hechos de material caduco y superado.
Yo me expreso en los sueños con lo falso, convencional, inauténtico.
Recomendaciones sutiles y sofísticas.
El amor es respetuoso.
Circunstancia similar.
Invención que justifica una ilusión.
Manifiestamente en condición de exaltación.
Sufrir los límites y restricciones de tu caso propio.
Tu singularidad constituye para mí una jaula, un lecho de Procusto, una fuente de molestias y mortificaciones.
Ver con la satisfacción despreciativa e irónica del vencedor.
Quieto, presa de un mal humor profundo, que lo paraliza.
Referencia de causa-efecto.
Tres alternativas de contestar a las acusaciones. Primera. Hacer frente a las acusaciones con firmeza, dignidad, inteligencia, negándolo todo, disculpándome, declarándome inocente. Segunda. Agredirlos a mi vez, declarar la emboscada, insultarlos, marchar dando un portazo. Tercera. Hacer lo que se me pide que haga, reconocer mi culpabilidad, someterme al reconocimiento de los errores, declararme arrepentido. De los tres comportamientos, el primero es el que prefiero a nivel intelectual. Al segundo, me siento llevado por la indignación. Pero el tercero es el que me atrae, aunque de una manera oscura, inexplicable, turbia. Es el modo de conducta inferior y masoquista del desublimado frente al sublimado, de quien está debajo frente a quien está encima. Pero es también una manera de entenderme, de explicarme.
Pantalones de gruesas rayas de un campesino de las Antillas.
Serpiente de la energía creativa.
La zorra y las uvas de la fábula. Renunciar clamorosamente a algo que ya me ha sido negado.
Viejo y probado método de la autointimidación sistemática.
Estar bajo acusación.
Arrebato repentino de impaciencia.
Placer del poder.
El poder es propio de la sublimación, la potencia de la desublimación. El poder comienza el momento que ya no se dicen las cosas llanamente.
Tableaux vivants, happenings.
Monedas del tiempo de la esclavitud. Táleros de María Teresa, cequíes, doblones de España, ducados, luises.
Cara de médico, sorprendido y, sin embargo, científico.
El tirapiés era el ayudante del verdugo. Su nombre viene de su actividad, que era tirar materialmente de los pies a los ahorcados.
Las cualidades intelectuales y morales, para desarrollarse, precisan ser cultivadas.
Generosidad de la naturaleza, don.
Rufianesca charla de propaganda.
Silencio. Consenso.
La necrofilia no se improvisa. Tiene menester de una larga preparación psicológica.
Las cosas, opuesto al ser humano.
El gesto, opuesto a la toma de autoconciencia.
La antorcha significa la agitación; la taza en la que ha caído, el industrialismo; el agua en la que se ha apagado, la corrupción con la cual el industrialismo procura y cree apagar la agitación.
Porvenir, agitación.
Ritos anónimos.
En los valles alpinos, durante las noches sin luna, se dibujan sobre el fondo del cielo más claro las sombras de los montes, de una manera cilíndrica, puntiaguda.
Cuerpo inmóvil de un ajusticiado en el suplicio español del garrote. Las manos unidas sobre el regazo, la cabeza gacha, los ojos dirigidos al vientre.
Cretino. No entender la situación, ni a fondo ni superficialmente.
Tentación del delito y la consiguiente del suicidio.
(Yo y Él)
Personaje de Svevo, provinciano del norte, decadente y culto, pero a la antigua, neurótico e introverso.
Vida en germen, opuesto a desarrollos.
Relatos cosmopolitas de Paul Morand.
La literatura ya no es cultural, es un producto industrial.
Movimientos literarios. Voce, Ronda.
El understatement en las conversaciones, opuesto a claras y explícitas.
Los salones intelectuales del Bloomsbury Set, Londres, han colaborado a destruir los convencionalismos victorianos.
Desorientado, como si me hubiese desdoblado y me estuviera viendo vivir.
El esnobismo francés va unido a la cultura.
Montale, Landolfi, Delfini, Penna, Saba.
El origen del novelista es la esquizofrenia, el hecho de ponerse en el lugar de otro y anularte.
Manzoni, Nievo, Verga, Fogazzaro, D´Annunzio. Pavese, Vittorini.
Buques fabricados en Inglaterra, Conte Rosso y Conte Verde, hacían ida y vuelta Trieste-Shangai.
Viajar distrae, relaja, enriquece. Surge el problema del tiempo. Viajar es un programa situado en el futuro, que hace que, mientras dura el viaje, el tiempo exista, sea de verdad tiempo. Aunque si estás quieto también se para el tiempo.
La escritura de la novela puede ir de un máximo del habla personal a un máximo de despersonalización, pero tiene que ser imparcial y comunicativa. La novela raramente es de vanguardia. En las novelas, la diferencia en cuanto a las realidades es mínima.
El novelista, al escribir, no puede abandonar el tener en cuenta una realidad imparcial, que le limita y que se refleja en el escrito.
El italiano no tuvo la gran conmoción del iluminismo. Se quedó como era en el Renacimiento, de manera que, en Italia, puede ocurrir que sean contemporáneos e igualmente válidos escritores que escriben como Alberti o Leopardi, y escritores que escriban como Svevo.
Los traumas son traumas, porque no se desahogan con palabras.
El terror empieza con el silencio, que consigue el doble propósito de no comprometerse con las víctimas y tampoco con el sistema que las ha matado.
Elsa Morante, "Mentira y sortilegio". Pannunzio, Brancati, De Feo.
El existencialismo es la idea de que el ser humano existe y que la existencia es una energía indestructible.
Pobreza no quiere decir miseria. Quiere decir no tener lo superfluo.
La realidad nunca es periodística.
Carlo Levi, Carlos Cassola, Paolo Volponi, Mario La Cava, Franco Lucentini. Fenoglio, "Los ultimos días de Alba".
Queneau, "Ejercicios de estilo".
Perec, Chiaromonte, Silone, Vincenzo Cardarelli, Savinio.
Fait divers. Hecho de la crónica de sucesos.
La mejor combinación para escribir una buena novela, profundamente sentida y completamente inventada.
Tran-tran cotidiano.
Ngugi Wa Thiong, "Pétalos de sangre". Escritor keniata.
Dino Buzzati, Butor, Nathalie Sarraute.
Novelista Agnus Wilson.
Las novelas de Pasolini están a mitad de camino entre el naturalismo y el esteticismo filológico.
Faire dodo. Dormir.
(Vida de Moravia)
Pocket-books, libros de bolsillo.
Slogan de Kipling, The white man burden, El fardo del hombre blanco.
Fórmula, juicio slogan.
Europa no es religiosa. Ese continente donde el ser humano está persuadido de existir y de estar en el centro del mundo; al pasado se le llama historia y se prefiere la acción a la contemplación; se cree que la vida vale la pena vivirla y el sujeto y el objeto conviven en armonía; se toman en serio las ilusiones, la ciencia y la política y la realidad no esconde nada, aunque no por eso sea nada.
Albert Schweitzer define las dos actitudes fundamentales del ser humano. Afirmación del ser humano y de la vida, concepción que prevalece en Europa, y negación del mundo y de la vida, en la India.
¿De qué vale cumplir el propio deber cuando la gente le odia a uno? No vale más que para tener la autoconciencia tranquila.
Asunto de la sorpresa, cuestión de la timba. Partida de un juego de azar.
La urgencia de hambre no se puede comparar con la de otros menesteres.
Aturdido de puro bienestar.
Cara de salchichero. Los salchicheros son cosa vieja, de otros tiempos; durante el invierno vendían carne de cerdo y embutidos y durante el verano sombreros de paja.
Comer a destajo, sin límite de cantidad.
Con el amor hasta las cosas mínimas semejan importantes; sobre todo cuando el amor queda a los comienzos y no logra alcanzar el debido término.
Vacilaciones de un árbol aserrado antes de caer.
Atmósfera de precaución y luto.
Expresión plácida.
Atmósfera dulce.
La ley de la competencia es una ley de hierro y nadie puede rehuirla. Los compradores salen favorecidos. Lo bueno de la ley de la competencia; te obliga a favorecer a los compradores. La prepotencia no ayuda con el comercio; te meten a la cárcel y quiebras más rápidamente. Con el comercio sólo vale la competencia.
Solicitud e hipocresía.
Menos sensible y dispuesta que una escultura.
El instinto nunca se equivoca.
Hedor de la miseria.
Experimentar una sensación de celos.
Lo más sabe de lo menos.
(Cuentos romanos)
Sublimado, silencioso, mudo, ausente, un ser humano de una sola pieza, sin dualismos, sin laceraciones, sin diálogo.
Placer en la visión del progreso de la integridad a la corrupción, de la alacridad a la descomposición.
Acostumbrada, optimista, tenaz voluntad de que de una cosa nazca otra.
Refinamiento cerebral.
Tono didáctico.
Desublimado. Medianía, aproximación, autodidactismo, veleidad, conformismo, tocar de oído.
Sueño de frustración.
Juego de la morra china. Se juega con tres elementos; papel, tijeras y piedra.
Los técnicos se unen para formular y ejecutar una programación.
Dinero, símbolo distinguido.
Ver con manifiesto, halagador interés.
Llevar directamente el diálogo.
Soberanos impacientes, prepotentes.
Excusa de la ignorancia.
Tono justo científico.
Hay personas impasibles, cuya impasibilidad se debe a una completa falta de expresión. Hay otras, que son impasibles porque, aunque son enormemente expresivas, tienen una sola expresión, siempre idéntica, pase lo que pase.
Un ser humano intelectual, cualquier recurso a la violencia me repugna, discuto, pretendo razonar, persuadir.
Sueños realistas o simbólicos.
Simbolismo, lo indirecto, lo mediato, el enigma, la adivinanza.
Tomar la representación simbólica al pie de la letra, sin buscar su significado.
Estupidez que se expresa en la presunción y la falta de tacto.
Científico, distante y contenido.
Los soberanos no temen a nadie.
Contestar de manera exhaustiva y científica.
No podemos soportar un deseo que se prolongue inalterable y sin satisfacción, más allá de un límite de tiempo.
Tono científico.
Baterías de la ciencia.
Como ocurre justamente en los sueños, no consigo hablar.
Gestos tranquilos, precisos, exactos, todo frío, científico.
Pruebas de hecho o psicológica.
Pozo tenebroso de la insondable desublimación.
Zancadillas de la desublimación.
Tono distante, científico.
La vida es sublimación, la muerte desublimación. Si sublimo, viviré. De otra manera, pereceré en mi humanidad. Seré un desublimado, desgraciado, inferior, incapaz, impotente, todo sexo y nada creación. Formaré parte, irremediablemente, de la raza inferior, sometida, que existe en el mundo y que se caracteriza por la congénita incapacidad de sublimar.
Haber encontrado el equilibrio que la ira había comprometido.
Diagnóstico preciso y científico.
Sublimación, éxito. Desublimación, fracaso.
Gritar, aullar el mensaje.
Verano romano, luminoso, candente, seco, sobre un fondo de embriagadora ventilación marina, provoca el deseo de aventura, intenso, fulminante, imprevisto.
Categoría social satisfecha, destacada.
Maneras de caballero, recursos indagadores, autoritarios, de careo de tercer grado.
Quien tiene el poder disfruta haciéndolo sentir a quien no lo tiene.
Habitual falsísima afabilidad urbana del ser mundano.
Expropiación. Contestación. La contestación es, sobre todo, un hecho intelectual.
El sublimado esconde la inteligencia, el desublimado la exhibe, la airea.
Parvenu del saber, autodidacta.
Complicidad dolorosa propia de los celos.
Dar achares (celos).
El verdadero amor, diferente y alejado del erotismo y del afecto, del que habla la gente, el amor que debe ser la finalidad más alta que el arte, de una perfecta sublimación, puede hacer que quien ama no se sienta, cuando se encuentra en presencia de la persona amada, ni encima ni debajo, sino de manera inconfundible e irracional a igual nivel, en una condición de identificación completa.
Proteiforme. Alguien que hace muchas cosas a la vez y que está omnipresente.
Sueños e historietas están hechos de material caduco y superado.
Yo me expreso en los sueños con lo falso, convencional, inauténtico.
Recomendaciones sutiles y sofísticas.
El amor es respetuoso.
Circunstancia similar.
Invención que justifica una ilusión.
Manifiestamente en condición de exaltación.
Sufrir los límites y restricciones de tu caso propio.
Tu singularidad constituye para mí una jaula, un lecho de Procusto, una fuente de molestias y mortificaciones.
Ver con la satisfacción despreciativa e irónica del vencedor.
Quieto, presa de un mal humor profundo, que lo paraliza.
Referencia de causa-efecto.
Tres alternativas de contestar a las acusaciones. Primera. Hacer frente a las acusaciones con firmeza, dignidad, inteligencia, negándolo todo, disculpándome, declarándome inocente. Segunda. Agredirlos a mi vez, declarar la emboscada, insultarlos, marchar dando un portazo. Tercera. Hacer lo que se me pide que haga, reconocer mi culpabilidad, someterme al reconocimiento de los errores, declararme arrepentido. De los tres comportamientos, el primero es el que prefiero a nivel intelectual. Al segundo, me siento llevado por la indignación. Pero el tercero es el que me atrae, aunque de una manera oscura, inexplicable, turbia. Es el modo de conducta inferior y masoquista del desublimado frente al sublimado, de quien está debajo frente a quien está encima. Pero es también una manera de entenderme, de explicarme.
Pantalones de gruesas rayas de un campesino de las Antillas.
Serpiente de la energía creativa.
La zorra y las uvas de la fábula. Renunciar clamorosamente a algo que ya me ha sido negado.
Viejo y probado método de la autointimidación sistemática.
Estar bajo acusación.
Arrebato repentino de impaciencia.
Placer del poder.
El poder es propio de la sublimación, la potencia de la desublimación. El poder comienza el momento que ya no se dicen las cosas llanamente.
Tableaux vivants, happenings.
Monedas del tiempo de la esclavitud. Táleros de María Teresa, cequíes, doblones de España, ducados, luises.
Cara de médico, sorprendido y, sin embargo, científico.
El tirapiés era el ayudante del verdugo. Su nombre viene de su actividad, que era tirar materialmente de los pies a los ahorcados.
Las cualidades intelectuales y morales, para desarrollarse, precisan ser cultivadas.
Generosidad de la naturaleza, don.
Rufianesca charla de propaganda.
Silencio. Consenso.
La necrofilia no se improvisa. Tiene menester de una larga preparación psicológica.
Las cosas, opuesto al ser humano.
El gesto, opuesto a la toma de autoconciencia.
La antorcha significa la agitación; la taza en la que ha caído, el industrialismo; el agua en la que se ha apagado, la corrupción con la cual el industrialismo procura y cree apagar la agitación.
Porvenir, agitación.
Ritos anónimos.
En los valles alpinos, durante las noches sin luna, se dibujan sobre el fondo del cielo más claro las sombras de los montes, de una manera cilíndrica, puntiaguda.
Cuerpo inmóvil de un ajusticiado en el suplicio español del garrote. Las manos unidas sobre el regazo, la cabeza gacha, los ojos dirigidos al vientre.
Cretino. No entender la situación, ni a fondo ni superficialmente.
Tentación del delito y la consiguiente del suicidio.
(Yo y Él)
Personaje de Svevo, provinciano del norte, decadente y culto, pero a la antigua, neurótico e introverso.
Vida en germen, opuesto a desarrollos.
Relatos cosmopolitas de Paul Morand.
La literatura ya no es cultural, es un producto industrial.
Movimientos literarios. Voce, Ronda.
El understatement en las conversaciones, opuesto a claras y explícitas.
Los salones intelectuales del Bloomsbury Set, Londres, han colaborado a destruir los convencionalismos victorianos.
Desorientado, como si me hubiese desdoblado y me estuviera viendo vivir.
El esnobismo francés va unido a la cultura.
Montale, Landolfi, Delfini, Penna, Saba.
El origen del novelista es la esquizofrenia, el hecho de ponerse en el lugar de otro y anularte.
Manzoni, Nievo, Verga, Fogazzaro, D´Annunzio. Pavese, Vittorini.
Buques fabricados en Inglaterra, Conte Rosso y Conte Verde, hacían ida y vuelta Trieste-Shangai.
Viajar distrae, relaja, enriquece. Surge el problema del tiempo. Viajar es un programa situado en el futuro, que hace que, mientras dura el viaje, el tiempo exista, sea de verdad tiempo. Aunque si estás quieto también se para el tiempo.
La escritura de la novela puede ir de un máximo del habla personal a un máximo de despersonalización, pero tiene que ser imparcial y comunicativa. La novela raramente es de vanguardia. En las novelas, la diferencia en cuanto a las realidades es mínima.
El novelista, al escribir, no puede abandonar el tener en cuenta una realidad imparcial, que le limita y que se refleja en el escrito.
El italiano no tuvo la gran conmoción del iluminismo. Se quedó como era en el Renacimiento, de manera que, en Italia, puede ocurrir que sean contemporáneos e igualmente válidos escritores que escriben como Alberti o Leopardi, y escritores que escriban como Svevo.
Los traumas son traumas, porque no se desahogan con palabras.
El terror empieza con el silencio, que consigue el doble propósito de no comprometerse con las víctimas y tampoco con el sistema que las ha matado.
Elsa Morante, "Mentira y sortilegio". Pannunzio, Brancati, De Feo.
El existencialismo es la idea de que el ser humano existe y que la existencia es una energía indestructible.
Pobreza no quiere decir miseria. Quiere decir no tener lo superfluo.
La realidad nunca es periodística.
Carlo Levi, Carlos Cassola, Paolo Volponi, Mario La Cava, Franco Lucentini. Fenoglio, "Los ultimos días de Alba".
Queneau, "Ejercicios de estilo".
Perec, Chiaromonte, Silone, Vincenzo Cardarelli, Savinio.
Fait divers. Hecho de la crónica de sucesos.
La mejor combinación para escribir una buena novela, profundamente sentida y completamente inventada.
Tran-tran cotidiano.
Ngugi Wa Thiong, "Pétalos de sangre". Escritor keniata.
Dino Buzzati, Butor, Nathalie Sarraute.
Novelista Agnus Wilson.
Las novelas de Pasolini están a mitad de camino entre el naturalismo y el esteticismo filológico.
Faire dodo. Dormir.
(Vida de Moravia)
Pocket-books, libros de bolsillo.
Slogan de Kipling, The white man burden, El fardo del hombre blanco.
Fórmula, juicio slogan.
Europa no es religiosa. Ese continente donde el ser humano está persuadido de existir y de estar en el centro del mundo; al pasado se le llama historia y se prefiere la acción a la contemplación; se cree que la vida vale la pena vivirla y el sujeto y el objeto conviven en armonía; se toman en serio las ilusiones, la ciencia y la política y la realidad no esconde nada, aunque no por eso sea nada.
Albert Schweitzer define las dos actitudes fundamentales del ser humano. Afirmación del ser humano y de la vida, concepción que prevalece en Europa, y negación del mundo y de la vida, en la India.
Eco
Escribía Moravia a propósito de "La dolce vita" que sus novelas podían definirse como abiertas con lo numeroso y la movilidad que permitían.
Elsa Morante
Expresión maravillada.
Expresión clara y encantada de los ojos de algunos animales.
Expresión arrogante y lejana.
Relámpago de celosos secretos.
Conmoción cósmica.
Abrumado por la náusea de la agonía.
Actitud blanda y caprichosa.
Límite de la suerte.
Expresión distraída de quien está lejos.
Animales enloquecidos, caídos de la luna.
Visiones maravillosas y novelescas.
Expresión distraída y descontenta.
Dormir era una fiesta de gala, una aventura novelesca, una segunda vida.
Expresión cariñosa.
Vulgares bellezas de café-concierto o de tarjeta postal.
Gesticular al contar novelerías.
Un lindo discurso de circunstancias, digno de una novela.
Actitud distraída y negligente.
Expresión inquieta.
Un ultimo argumento para la defensa.
El argumento supremo.
Mostrar una actitud en consonancia con la circunstancia.
Oír el correr de los minutos a través de distancias fabulosas de tiempo.
Expresión resuelta.
Era un desgraciado sin honor y un usurpador del poder.
Expresión tolerante.
Actitud de descaro.
Diablesa, hembra del tigre.
Actitud sentimental.
Novela de la madre mártir y el hijo sin corazón.
Acciones fascinantes, como afrontar impávido una tempestad.
Expresión ausente y cándida.
Las flores viven por la respiración.
Expresión hosca y amarga.
La respiración, la vida de los vegetales.
Escribir con expresión meditabunda e inspirada.
Expresión grave y misteriosa.
Gravidez, expresión madura.
Se olvidan las presencias seculares, inevitables, iguales, esas que uno ya no ve.
En el tenue sopor, las impresiones mínimas de la realidad se transformaban en fantasías semejantes a fragmentos de una fábula, que semejaban querer envolverse cándidamente.
Soledad borrascosa.
Reserva desdeñosa.
Los viajes son una fiesta, un placer maravilloso.
Tono perentorio.
Expresión infernal.
Grito de las gaviotas, silbido de los búhos.
Expresarse con autoritarios refunfuños y pomposos oráculos.
La indiferencia de las cosas.
Tener los honores de la crónica, como dicen los escritores.
Ideas sobre el valor de las cosas, que no se adecuan con la realidad.
Argumento fatal.
Expresión rabiosa y, a un tiempo, piadosa.
Con diversa expresión, con hosquedad y sagacidad.
Reservas de la audacia.
Humor indiferente y enigmático.
Contenida por una reserva extrema.
Humor reconcentrado y tétrico.
Pupilas oblicuas y coruscantes.
Negro humor.
Diálogo absurdo y divino.
Pasividad humana.
Hosco y soberbio como un reproche viviente.
Los hijastros de las novelas, alejándose de la madrastra inhumana, para ir en busca de aventuras.
Las infames mudanzas de la suerte.
Ultimo, oscuro confín.
Debilidad sentimental.
Tienda levantina.
La claridad maravillosa de la realidad.
El límite extremo del horizonte.
El don de la orientación.
Una frescura primaveral, blanda y maravillosa.
Ocio fiel y apasionado.
Equivocación casual.
Grado máximo y más brillante de la invención.
Estupor inerme.
Ánimo agresivo y feroz.
Apoyarse de costado, con la actitud que adoptan los guapos en alguna viñeta de los bajos fondos.
Impasibilidad de la actitud.
Expresión insolente, despreciativa e insultante.
Actitud azorada.
Expresión reticente, mezcla de reproche y sumisión.
El primer amor, del que se habla en las novelas y las poesías.
Recorrer con la memoria las caprichosas vicisitudes.
Actitudes desvergonzadas.
Actitudes de superior fatuidad.
Se iluminan con un fulgor resplandeciente las metamorfosis de la alquimia, que transforman lo negro en oro.
Arcana justificación.
Alada elegancia.
Prejuicios novelescos.
La actitud ostentada.
La solemne inquietud de los sueños.
Parodia. Imitación burlesca de una pieza de literatura, en la cual lo serio se hace ridículo, o cómico, o grotesco.
Alzar los hombros con expresión de disgusto.
Manifiesta complacencia.
Actitud indiferente y sarcástica.
Borrascosa impaciencia.
Actitud agresiva y despiadada.
La magnificencia y la alegría, la complicidad y los veredictos supremos; la doblez y la fatuidad y el estrago.
Estupidez inconmensurable, peor que el infinito.
Depósitos de aparejos.
Inmovilidad, como si fuera transformándome en una gigantesca tortuga de mar, dentro de una coraza de piedra negra.
Cada vez que en un relato o en un poema, lo imprevisto sucede en armonía con alguna secreta pretensión de la suerte, de muy buen grado acusamos al escritor de novelero.
Efecto novelesco, alucinación.
Linternillas de candela.
(La Isla de Arturo)
Stefan Zweig
Al escritor que ha relatado mucho le será referido más. El autor, en vez de hallar e inventar, sólo tiene que permitirse hallar por figuras y acaecimientos, que sin interrupción lo buscan, para que vuelva a contarlos, siempre que haya preservado la aptitud superior de la visión y la atención.
Francés, gaffe, torpeza, majadería inocente.
La conversación ya se apagaba lentamente.
Ojos aterciopelados, de color de venado.
Nube de cumplimientos.
Murmurar en tono de excusa.
Temor cerval.
Como las flores crecen más rápida y tropicalmente en los viveros, crecen las ideas desvariadas en la oscuridad.
Sobre rectangular, de papel inglés, azul, delicadamente perfumado y con un escudo impreso en relieve en la solapa.
Un motivo bienvenido para la conversación.
Paulatinamente se logró una conversación corriente, ligera, en la que desaparecía insensiblemente aquella tensión molesta.
Conversación verdaderamente interesante y grata.
Pretender iniciar por la fuerza una conversación.
Expresión de reto.
Colaborar en las conversaciones sin asomo de cortedad.
Infantil presunción.
El éxito siempre entusiasma al escritor.
Inclinar la cabeza en señal de inteligencia.
Noche tenue.
Tono de soberbia.
Confuso y deseoso de poner fin a la conversación.
Mantener las formas severas, que constituyen una garantía.
Establecer el contacto entre la simple ejecución óptica y la reflexión consciente.
Viejo subterfugio de una inspección sorpresiva de remonta.
Paroxismos de ira.
Llevar la conversación a un punto, como por casualidad.
Siempre es motivo de vanidad el saber que sólo dos personas cuidan un secreto.
Brutalidad típica de los médicos.
Acusar de una monstruosidad.
Conversación tranquila y confidencial.
Una conversación sin testigos.
Manifiesto propósito de evitar una intromisión.
Solicitudes y formularios, para los impuestos de los pequeños comerciantes.
Un factor, un ser humano que comercia en todo, que consigue todo y que tiende un puente entre la oferta y la demanda.
Las sabias Paralipómenas, de Schopenhauer, sobre lo que uno es o simplemente representa.
Los tacaños economizan también su tiempo.
La malicia hace clarividente.
La conversación se desvió hacia tópicos generales.
Tono de rectificación.
Dirección competente de la propiedad.
Haber aprendido a comprar y vender, imponer y rechazar.
Eternos pleitos, abogados, citaciones, reuniones y escándalos.
Con aquel desdoblamiento que le es dado a nuestro cerebro en algunos segundos de gran tensión, reflexionaba simultáneamente con él propio y hablaba con lentitud calculadora a otra persona, en el sentido opuesto.
Manifestar con sincera sorpresa.
El azar se complace en socorrer y ayudar al jugador.
Recorrió la escala de los argumentos hasta llegar al acorde final.
Velocidad huracanada.
Dificultades artificiales.
Acusar recibos de importes.
Intranquilidad respetuosa y angustiada.
El escribano publico no tiene obligación de poner sobreaviso al comprador o vendedor, cuando se le presenta un contrato de venta. Le incumbe poner un sello, registrar el acta y cobrar los derechos.
Le arrastró la ola persistente de la calle.
Tono de sincero pesar.
Costumbre de calcular, pesar y aprobar.
Justificar involuntariamente.
Animar el miedo.
Suavidad tímida.
Inteligencia penetrante.
La locura permite adivinar la grandeza de una pasión.
Mano blanda, con gesto tranquilizador, de médico.
Veinticinco, la edad dichosa en la que no se ha aprendido a desconfiar al primer impulso de lo extraño.
Un caso grave, rebelde.
Concreto y preciso.
Viento de temor.
Placer de la exageración.
Nube de polvo en espiral.
Apresuramiento confuso y alado.
Después de las fuertes emociones el sueño suele ser intenso y profundo.
Ola entusiasta de gratitud.
Cuerno de abundancia de las sorpresa.
Embriaguez transformada en tensa vigilia.
Una carta kilométrica, un expreso.
Explicar la situación escueta y positivamente.
Arte del engaño consciente.
En Viena, cuando alguien experimenta una gran alegría, se expresa que queda sin habla.
Mantener el tono ligero de la conversación.
Estallido elemental.
Mauvais sujet.
Embotamiento de los sentidos con el que se ven a través de un cristal los objetos de un escaparate.
Simple acuse de recibo.
El envoltorio negro del sueño.
La zarpa maldita de la piedad.
Una ventaja al estómago.
Pálido y verde de rabia.
Dar a las primeras letras el ímpetu patético adecuado.
Ver delante de los ojos, plásticamente, en la imaginación.
Una realización trae alegría.
Prisa diabólica.
Afuera había cerrado la noche.
Tono perentorio de un examinador.
Instintos invencibles.
Burla bonachona, y sin embargo, mortificante, típica de los austriacos.
El debate subió de tono.
Bienestar gozoso, distraído.
Reflexionar con prontitud.
Fulgor de cariño.
Olas juguetonas en la alta y la baja marea.
El afán del sediento.
Justificarse en la ultima hora ante un obcecado, esa inconsecuencia absurda es propia de los suicidas, que diez minutos antes de convertirse en cadáveres desfigurados, ceden a la vanidad de salir de la vida (que ya no compartirán) totalmente limpios, que se afeitan y ponen ropa limpia antes de perforar su cabeza con una bala.
Deseo de no desaparecer en la nada, sin organización y vejado.
El terror de la exactitud.
Diluvio de denuestos.
Amar con agradecimiento y humildad.
Hundirse en el sueño como en un precipicio.
Acusar de haber esparcido mentiras infames.
Ciudadano arraigado.
Nieve tupida, blanca, pesada, capa protectora.
(Impaciencia del corazón)
Bertolt Brecht
Seriedad sangrienta.
En el mundo comercial se obtienen beneficios con un método meticuloso.
Condiciones materiales e ideas.
La gente escribe sus memorias al final de su vida, cuando tiene la perspectiva adecuada y sabe expresarse con tacto.
Libros de la serie Reclam.
La ciencia admite que la transición de una época a otra se realiza con una rapidez impetuosa. Durante mucho tiempo, se producen mínimas variaciones, discordancias y deformaciones, que van preparando la transformación brusca. Pero esta se presenta con una subitaneidad dramática.
Fair play, benevolencia e interés.
Frío y Hambre. Opresión.
Se puede hablar de cualquier cosa en un tono interesante, pero no todo merece nuestro interés.
Actividad remunerada.
Expresión berlinesa. <<¡Cómo te has transformado, Emil!>>
La búsqueda del placer es una de las mayores virtudes.
Argumento racional.
Virtudes agotadoras, patriotismo, sed de libertad, bondad y altruismo.
La filosofía actual se ocupa exclusivamente de la reflexión pura, y los hechos ya son vistos como impurezas.
La naturaleza no permanece idéntica, sobre todo cuando la transforman.
Capitán de la industria.
Se equiparan los conceptos de dominar y administrar, con fines confusionistas.
Gobernar es comparado con regular el cauce de un río. Tarea precisa, sobre todo en tiempos pasados.
La primavera se representa con un ala de pájaro o una planta que surge del suelo. Es el signo de la producción, que se libera.
(Diálogos de refugiados)
Profesionales de la mente, discernidores, diferenciadores, formuladores.
Hilo del discurso.
En los sueños todo se confunde.
Las derrotas tienen de bueno que inspiran alguna demencia con el enemigo, ese valor que los grandes filósofos han exigido siempre, excepto con sus enemigos entre los propios filósofos.
Garantizar la sucesión, prohibir la usura.
(La novela de los tuis)
Thomas Wolfe
Ficción no es realidad, pero la ficción es una realidad seleccionada y asimilada; la ficción es una realidad organizada y provista de un designio.
Eral de perplejidad en los ardientes laberintos.
Cada momento es una ventana sobre el tiempo.
Su vida había sido canalizada por una serie de accidentes.
La extrañeza del destino.
La obsesionante eternidad de las montañas.
El fantasma de la vieja vehemencia.
Burlona expresión de reproche.
Expresión lastimosa de perro apaleado.
Ojos de rara expresión infantil.
Egocéntrica delicia.
Extraño y reflexivo afán.
Énfasis de una aversión profunda.
Expresión pasmada.
Desarrollo de una tacañería insensata.
Courting, cortejar, hacer la corte y actuar ante el tribunal.
Su conversación pasó de la tosca jocosidad a la muerte y los entierros.
La casa era una propiedad, cuyo valor apreciaba sagazmente, un inicio de su abundancia.
Perdió la paciencia, su torturado egotismo rompió las cadenas.
Cálido aliento leonino de deseo y de furia.
Superstición escocesa. Ser creado para un fin.
Reflexiva satisfacción.
Recoger de manos de la locura, lo que esta no había sabido nunca guardar.
Soportar el horror con blanca y ominosa placidez.
Honradez escrupulosa.
Acusaciones de infidelidad.
Grávido silencio.
Invocar la memoria.
Detrás de la expresión intensamente bonachona de su rostro, los ojos eran duros.
Tranquila, pero ominosa gravedad.
Recobrarse a tiempo.
Burla implícita.
Gutural satisfacción.
Atacando un epigrama, la criatura tardó un tiempo excesivo en nacer.
Si el perro no se hubiese parado para levantar la pata, habría pillado al conejo.
Vibraciones cósmicas, presagio.
El rompecabezas de la sensación.
La casa, una enorme estructura de color castaño de nogal y tejado triangular, daba la impresión de tener muchos ángulos y ningún plano.
Poner de manifiesto el antagonismo.
Actitud destructora.
Fruncir reflexivamente los labios.
Súbito horror, nacido del recuerdo.
Expresión maligna.
Bulliciosa selva de ruidos y figuras, rica opulencia y variedad de la Feria.
La lenta y terrible órbita de la Noria.
Las locas fantasmagorías del carnaval.
La selvatiquez irreal de la fantasía infantil.
Oh fantasma perdido, batido por el viento, ¡vuelve!
Silencio pulsátil.
La inutilidad, la confusión, el incierto accidente de la vida.
La giratoria y olvidada ceniza de esta tierra.
La candente vitalidad del fuego.
Yendo al grano de su acusación.
Su turbulenta e indisciplinada retórica había adquirido, gracias a su convencional y regular empleo, parte del vigor y la contundencia de la filípica clásica.
La singularidad no garantiza la inflexible lealtad.
Raras y forzadas exhibiciones de afecto.
Expresión de extrema angustia.
Adoptando un tono caviloso y filosófico, hablaba de la vanidad de los esfuerzos humanos.
Odio a la propiedad inmueble.
Alejarse en el tiempo.
Plaza horriblemente concreta, como un sueño.
Los ilimitados prados de la sensación.
Su equipo sensorial era muy completo; en el momento de la percepción de una cosa, se formaba todo un fondo de color, de calor, de olor, de sonido y de sabor.
Conveniente reflexión ulterior.
Indiferencia al debate razonado.
Pulidas y pesadas páginas de Stoddard.
La fuerza reflexiva de la imaginación.
Vigorosa memoria visual.
El rebaño, infalible en su instinto gregario.
Salvajes exigencias.
Exultante en el negro y victorioso aislamiento, que todo lo ve.
La infernal y corrompida cara verde de la perversa muerte.
Cruzar el mundo entre las fragantes columnas del deleite.
Las puertas entreabiertas del deseo.
Leer con hambre atroz.
Seguía a Nick Carter por los laberintos del crimen metropolitano, a Fred Fearbot.
Al comienzo, el amor le interesaba menos que los éxitos materiales; los convencionales personajes femeninos de los libros infantiles, seres de cabellos largos, ojos ingenuos y virtuosas opiniones, de bondad y vacuidad impecables, le satisfacían completamente.
Presbiterianismo dominguero.
Elevado por su fantasía a un alto mundo interior, borró pronto y enteramente todos los sucios tiznajos de la vida.
Viejos mitos, donde la voluntad y la acción no eran apreciados con negros matices.
Timidez infantil, inarticulada.
Iniciado en la ética del éxito.
El colmo de la infamia.
La atormentadora paradoja de la generosidad interesada, del desprendimiento egoísta.
Los profundos resortes del deseo.
Peso equilibrador o restrictivo.
La digestión literal de las instrucciones.
El orgullo precede a la caída.
Impulsada por una casi ciega, pero inevitable gravitación, hacia el centro del deseo.
Flotar en el limbo.
Sus destrozados nervios la llevaban al colapso físico.
Expresión dolida, amargada, histérica.
El clamor de las conversaciones.
Comentar con cesárea sequedad y concisión.
Frenética por alguna transformación repentina de su disposición nerviosa.
La sofocante cárcel de la vida.
Suavizante ola de afecto.
Su ocasional vulgaridad era una simple manifestación de su inquieta energía.
Afecto sincero, estratégico y útil.
Reserva, silencio y oscuridad.
Vio la ciudad, no con los pardos matices de la realidad, sino como el que abre una ventana sobre el fantástico espectáculo del mundo.
Como el que encuentra en un viaje la prolongación de las imágenes fabulosas de los libros.
Abruptos montes, fronteras de lugares encantados, portales de un país fantástico fuera del tiempo, eterno.
Los personajes de Chambers, de Phillips, novelistas de sociedad. En estos libros, la gente amaba elegantemente; su manera de hablar era sutil, delicada, exquisita.
La perezosa contricción de los pródigos.
La primavera yacía ingrávida sobre la tierra, como un fragante manto de gasa; la noche era una taza fresca de oscuridad morada, llena de dulces aromas de los huertos.
Ojos calamocanos, amables.
Comadrona oficial.
Eficacia, economía, poder.
Sentarse describiendo una órbita.
Vigorosas manos de plástico.
Apreciar la distinguida arquitectura de la prosa.
Loca proximidad de una visión.
La causa fluía eternamente en la causa.
La parda lobreguez del pasado.
El enorme y casual impulso de un accidente.
Caos del accidente.
Confusión, esfuerzo inútil.
Los despeñaderos como castillos encantados de Graustark.
Una fea casa victoriana de ápice agudo.
Expresión dolida y amarga.
Actitud involuntariamente resignada.
La noche, susurro de innumerables alas diminutas.
Los muros carcelarios del yo; emparedado por el poder moldeador de la imaginación.
Bulliciosas fantasías.
El bosque laberíntico del tiempo.
Sobre el filo de un impulso codicioso, el destino pesó de nuevo.
La punta del dedo índice plana, de los tuberculosos.
Embellecer plásticamente todo lo bueno.
Frío horror.
Un toque de pasión transformadora.
El camino trillado del método y la memoria.
Los harapos de la obediencia, del reverente pavor.
Expresión sesgada de burlona madurez.
Vigor carnal acusadamente sensual.
Tono tranquilo, pero terriblemente acusador.
Un portador de la antorcha en la mitad del día.
Acusada violencia terrenal.
El blanco de los ataques concentrados.
Profundas transformaciones en las posiciones, gracias a la química inexorable de la atracción y la repulsión.
Tabúes de la fraternidad.
Un momento de afecto trágico y de unión, frente el insensato nihilismo de la vida.
La excitación de los rumores y las sugerencias.
Caminar alegremente sobre la costra de un volcán, percibiendo sólo el olor de la libertad, de la transformación y de la aventura.
La opaca lasitud invernal.
Una larga y minuciosamente rellenada reminiscencia.
La hipocresía, el sentimentalismo y las simulaciones de los niños.
La indolencia propia de la edad y de la decadencia se apoderaba de él.
El momento de triunfo que sienten todos cuando alguien ha muerto.
La luna se cernía ya, como su propio fantasma, en el claro y limpio cielo de la tarde.
Cuando el dosel purpúreo de la aurora había sido arrebatado por los rayos del sol invasor.
El resplandor del calcio del farol.
La villa, cercada de escarcha, yacía helada bajo las estrellas, en un trance cataléptico.
La química del descaecimiento.
Los ojos de la ansiedad, el cálido aliento del deseo.
Era incapaz de sentir la agradable ironía con la que el ánimo filosófico se burla de una locura, de la que ya no puede disfrutar.
La aguda y temblorosa exhalación del dolor físico, real e innegable.
Previsión de estadista.
Furiosos anatemas.
Expresión hosca y respetable.
Expresión de dignidad ofendida.
Una extraña y desafiadora comunión.
Una expresión infantil de credulidad, de asombro, de escepticismo y de inocencia herida.
Métodos aleatorios; quería tenerle a su disposición, para mandados ocasionales.
Fatigosa impresión.
Sentir el tedio y el horror del tiempo.
La estructura famosa de los sueños.
Beber el sueño con sed insaciable.
En el comienzo era el verbo. Sobre la frontera de la tierra de verdes bosques sin fronteras.
El telón de la noche.
Grabar en la memoria.
Retorcida anarquía del cuadro.
Rudo, jovial, cínico.
Sueño tropical.
El largo y cavernoso ronquido de los trópicos.
En otoño, la tardía luna roja surcaba bajo el cielo hasta la mañana.
Un átomo blanco de furia incipiente.
Maravillosa visión de las esencias.
Ojos oscuros como el humo.
La dulzaina del éxtasis demoníaco.
¡Oh, dulce contento!
Le escribía puntualmente en dos ocasiones a la semana; un azul, pero copioso cuaderno de existencia.
Mentalidad aguda, brillante y superficial, inflexiblemente dogmática.
Expresión afectadamente grave.
Las playas del pasado afán.
Conversando, uno se olvida del tiempo.
Sugerir tristemente.
La fresca hondonada de la tarde.
No tenía amigos ni allegados. Era un mito.
Un estertor flemático reveló su pánico.
Suspirar como currucas.
Con ruda, pero afectuosa camaradería.
Orgullosa y ominosa cara.
"La gran ilusión", de Norman Angell.
"El viejo agravio", de Owen Wister.
Fuerte oleaje de la retórica.
Horrible parodia de vanidad.
Ondulantes piernas de ámbar.
Soñar en remotas filantropías.
Mantener una desesperada neutralidad.
El delirio de la gloria prometida.
Periódicos, selva de letra impresa.
Ojos pitarrosos.
Donald Hankey, "Un estudiante en armas".
Fina moderación inglesa.
Estoy cansado de plantar margaritas aquí. Quiero hacerlo en otra parte.
La triste y monótona magia de las ruedas del vagón. Traca-trac.
Encontrar la puerta del mundo perdido.
Un breve gesto olvidado.
Las verdes paredes de la fantasía.
Fuertes rayas de luz tiñeron el horizonte.
El manto impoluto del día.
El tiempo zumbaba como una amodorrada mosca de octubre.
Guardar silencio un momento expectante.
Extraer la ultima destilación del deseo.
Potencia del miedo a la ignorancia, a la experiencia.
Captar el sentido de la sugerencia.
Los ojos en blanco, expresión de inocente lujuria.
Apretar el cinturón sobre los orgullosos estómagos.
Cálido viento de comienzos de otoño.
El cielo era una cúpula sin nubes.
Retroceder con histriónico entusiasmo, señalando una nada invulnerable.
El brillante aire de octubre.
Meliflua serenidad.
El mes de junio, consagrado a Himeneo.
Mensaje de prosperidad y desarrollo.
Sombra de fastidio.
Fantásticas gansadas.
Su menester de independencia había aumentado. Su renuncia a asumir obligaciones con los otros era agresivo. Daba más de lo que recibía.
Caprichosa brisa.
Tener la impresión de decir algo importante.
Una acción de ataque modificado y de pillaje restringido.
Peso pontifical.
Vivacidad metálica.
Fuerza de la tensión esencial.
Mecanismo digestivo.
Guardar la comida en el estómago.
Laureles políticos.
Calor de la imaginación.
Inflexible decisión.
La gloria y el carisma del genio.
La desequilibrada visión y el hinchado egotismo del introvertido.
Son tontos los que se jactan de su astucia.
Actitud burlona de buen sabedor.
Rebajarse miserablemente ante un emblema.
Genio amable e indolente.
Sofocada y misteriosa conversación.
Noche vasta y curiosa.
La cálida sombra del afecto.
El buche de la noche.
Afectuosa preocupación.
Luz lechosa del sol invernal.
La dura insolencia del dinero.
Guasón, bullebulle.
Jugar a black cows.
El gran ojo de serpiente de la sabiduría y del horror.
Impresión de júbilo.
Saludo negligente.
Capa de orgullo y de indiferencia.
La evasión y la simulación.
La edad de la soledad y la oscura percepción.
La luna cruzaba suavemente el cielo.
Profética animación.
Una brusca pausa reflexiva.
La luz de la luna caía sobre la tierra como un rocío mágico e irreal. Barría la aspereza, ocultaba las llagas.
Verde palidez de la luz de la luna.
Las brillantes úlceras en carne viva de los suburbios.
El día era de oro y de zafiros; brillaban rápidos fulgores y destellos, intangibles y variados sobre la tierra, como la luz del sol sobre un mar embravecido.
Edén de cultivos y de pastos.
Una divinidad entre sus enemigos, armada de una hoz de luz.
Columbrando a través de la alta y verde y trémula fronda el cielo caribe, con su flota de barcos nubosos.
Triste satisfacción.
El cabo de vela goteante del tiempo.
Aguantar con la desesperación del Viejo de los Mares.
Reflexionar con ávida satisfacción.
La sombra grande de su avidez.
Reconocer la validez del argumento.
La alta y apasionada congoja de las estrellas.
Llegó septiembre, con rumor de alas viajeras.
La luz crepuscular de un esfuerzo sombrío.
La unión de lo ordinario con lo milagroso es lo que hace la maravilla.
Reservar los anatemas, para los atracones de ostras.
Actitud locuaz, protectora y cínica.
Los fenómenos de la existencia.
El esplendor que envuelve al personaje.
Una impresión de disolución inminente.
Convenientes marbetes de farmacia.
Dominados por el fatigoso y degradante egotismo de la vida, blandamente filosófico cuando consiste en la muerte de otros, pero que ve en la propia un quebrantamiento de las leyes naturales.
Los ojos fijos en una página de Torts.
Visión hipnótica de esa serpiente, la ley.
Oír los ecos lejanos de una idea.
Contento salvaje.
Expresión de enfurruñada estupefacción.
Con el poder añadido y el refinamiento exquisito de la sensación.
Callada concha de carne.
Las náuseas y la congoja.
Enmurriada satisfacción.
Sumirse en un pozo de sueño agitado.
Actitud estudiada de perdón.
Sembrar flores de dulzura y de luz.
Viento del histerismo, oleadas del temperamento.
Encerrado en una concha de murria y silencio.
Enigma de dolor y confusión.
Expresión de inquietud y frustración.
Indulgentes periódicos.
La vida ronroneaba como una dinamo oculta, con la gran excitación de diez mil amenazas gloriosas.
Ronca emoción.
Estruendo enorme de los Liberties.
El bárbaro caleidoscopio de mil calles, un millón de luces y la cegadora confusión y el estridente ruido del carnaval.
Infecunda, sin rumbo, furiosa, como una enorme ola rompiendo sobre la tierra árida.
El fantasma, el desconocido, subiendo y bajando las mil calles de la vida, sin encontrar ninguna puerta.
El duro y blanco anillo de las caras.
Torpe caligrafía gótica.
Furioso anatema de amargura y de ira.
Creciente ola de pasión.
Mantener alta la Antorcha.
Expresiones rotundas y acerbas.
En sus empapados ojos negros centelleaban los cuchillos del miedo.
Un arranque de euforia.
Miedo acusador de los ojos.
Expresión ofendida e irritada.
El erial del pasado.
En el enorme silencio, donde se reúnen el dolor y la oscuridad, despertaban algunos pájaros.
Estaban integrados en el brillante mecanismo de la vida. La vida, una vida con timón, que no fracasaría, empezaba su enésima singladura.
Fuerte sentido del dinero.
Idealismo fanático, inquebrantable materialismo.
La cruel estratagema de la Muerte.
Salir del naufragio de las cosas menudas.
Mi sangre es mi elixir sutil.
Saltar con el gozo frenético del sátiro.
El pálido fantasma de la luna.
Fraguar un crimen.
Sentir náuseas por el tedio rancio y polvoriento del pasado.
Las grandes lunas de finales de la rica primavera.
Desesperadas acusaciones.
Se volvió loco a causa del whisky y el veronal.
Farfullar, maldecir, suplicar y acusar.
Con una impresión de horror irreal y de incredulidad, escuchó sus bramidos acusadores.
Epidemia de dinero y de codicia.
Menester de una presión instantánea, para decidirse.
Su impresión de frustración le enloquecía.
Grave cara de zorro.
Cruzadas flojamente las manos sobre el estómago.
La capa trivial de las palabras.
El silencio lunar.
Sarcasmo mordaz.
Los ojos brillantes de luna.
Los raíles del destino.
El breve fulgor de cohete de los siglos.
Desde los bordes del silencio iluminado por la luna.
La madeja de las calles.
Plantado sobre el risco de la noche.
Los años fantasma le arrebataron su visión.
(El ángel que nos mira)
La fealdad de la industria.
El agónico resplandor de aquella agotadora jornada.
Bajo el silencioso hechizo de la luna.
Elevado silencio de la luna.
Quietud fantasmal de la tierra.
Embrujado por el conjuro inmenso del tiempo.
El sonido evocó un millón de imágenes.
La leyenda de los tiempos oscuros.
Remoto, tenue y solitario sueño.
La extrañeza interna del regreso.
Repentina, ciega y furiosa como su errar, se presentaba el retorno.
Átomo innominado en el portentoso enjambre humano de la vida urbana.
El ojo afilado y calculador.
Los años corren como el agua y un buen día los hombres vuelven a casa.
La tierra bañada por la luna.
Fulgor iridiscente.
Instantánea visión, irrecuperable.
Sensación de reconocimiento instantáneo.
Intuitiva sensación de extrañeza y reconocimiento.
Gesto tenso y confuso, en los momentos de fuerte agitación.
Expresión trémula, casi jocosa.
Agudo tono de sorpresa.
Menear la cabeza con gesto enfático.
Gesto desdeñoso.
Información fragmentaria y explosiva.
Torrencial obsesión.
La instantánea y veloz concentración de un pájaro.
Ciega confusión.
Amablemente, con un tono de tortuosa súplica, casi cómico, entre la paciencia y la exasperación.
Expresión atónita y maravillada.
Los grandes jefes del negocio inmobiliario, los chorizos y matarifes del negocio de bienes raíces.
Expresión sombría y perpleja.
La ilimitada y exultante locura de sus grandes carcajadas.
Una forma de vida extraña y enloquecida, furia salvaje.
Los rostros de la gente arrojaban su luz como puertas evocadas.
En los rostros ardía un fulgor ebrio, un jolgorio demencial.
La energía galopante de alguna poderosa droga.
Exuberancia inquieta y atropellada.
Un ánimo de ebrio derroche y salvaje destrucción.
El desolado horror del duro hormigón blanco.
Cháchara abrupta y fragmentaria, febril y excesivamente enfática.
Tono despectivo, con insinuación de superioridad.
Ser un millonario de papel.
Dinero de la especulación, o dinero que se puede gastar.
Indolencia principesca.
Ideas sobre la gloria financiera y profesional.
Trayectoria tétrica, azarosa y desgraciada.
Asediado por el fantasma del <<dinero fácil>>.
Regentar una destilería clandestina.
Desintegración física y mental notoria.
Los apostadores del hipódromo frotan la chepa de un jorobado, para que les traiga suerte.
Arriesgadas especulaciones.
En Rusia, la gente idolatraba al tonto del pueblo.
Actitud suplicante y obsequiosa.
Actitud devota y suplicante.
Gesto de pasmo y asombro.
Silencio meditativo.
Tono de refinamiento delicado y melindroso.
Bloques de hormigón del boom inmobiliario.
Gesto de desprecio y abatimiento.
Curiosa y fragmentaria expresión de desinterés, que no era, para nada, desinteresada.
Gesto de repulsión.
Gesto decidido.
Pálido fantasma.
La serena satisfacción de los seres omniscientes.
La soporífera y menguante luz de la tarde.
Las figuras humanas tenían una cualidad casi fantasmal, como sacadas de un sueño.
Esfera celestial.
Gesto cálido, enérgico y suave a la vez.
Expresión fatal.
Grandes cosas reservadas; grandes progresos, grandes inventos.
Triunfar de los ruinosos percances y azares de la vida.
Ciudad, realización rutilante y explosiva de la furia destructiva del ser humano.
Extraño y salvaje apetito por una vida mejor.
Gestos estériles y confusos.
Rutina, repeticiones de una idiota monotonía.
Frenética prisa y salvaje extravagancia.
Una oleada de energía ruinosa y destructiva.
Las líricas inmensidades de la tierra salvaje.
Idílicas colonias, para artistas y escritores.
La súbita apertura de una puerta mágica, que los condujera a una vida secreta, rica y más exultante.
Rutilantes atrocidades residenciales de estuco y ladrillo a la vista.
Cráteres y escombros de terribles explosiones de ladrillo y hormigón.
Una luz vieja y trágica del fin del día ardía como la luz de un sueño, sobre un riachuelo pedregoso.
Mucho tiempo atrás, en su infancia, durante un instante previo a la memoria.
En busca de un tren, de otras ciudades; de las aguas doradas de la mañana, los mares, los puertos, la magia de los barcos.
(Especulación)
S. Lewis
Thomas Wolfe, William Rollins, John Strachey, Stuart Chase.
Elsa Morante
Expresión maravillada.
Expresión clara y encantada de los ojos de algunos animales.
Expresión arrogante y lejana.
Relámpago de celosos secretos.
Conmoción cósmica.
Abrumado por la náusea de la agonía.
Actitud blanda y caprichosa.
Límite de la suerte.
Expresión distraída de quien está lejos.
Animales enloquecidos, caídos de la luna.
Visiones maravillosas y novelescas.
Expresión distraída y descontenta.
Dormir era una fiesta de gala, una aventura novelesca, una segunda vida.
Expresión cariñosa.
Vulgares bellezas de café-concierto o de tarjeta postal.
Gesticular al contar novelerías.
Un lindo discurso de circunstancias, digno de una novela.
Actitud distraída y negligente.
Expresión inquieta.
Un ultimo argumento para la defensa.
El argumento supremo.
Mostrar una actitud en consonancia con la circunstancia.
Oír el correr de los minutos a través de distancias fabulosas de tiempo.
Expresión resuelta.
Era un desgraciado sin honor y un usurpador del poder.
Expresión tolerante.
Actitud de descaro.
Diablesa, hembra del tigre.
Actitud sentimental.
Novela de la madre mártir y el hijo sin corazón.
Acciones fascinantes, como afrontar impávido una tempestad.
Expresión ausente y cándida.
Las flores viven por la respiración.
Expresión hosca y amarga.
La respiración, la vida de los vegetales.
Escribir con expresión meditabunda e inspirada.
Expresión grave y misteriosa.
Gravidez, expresión madura.
Se olvidan las presencias seculares, inevitables, iguales, esas que uno ya no ve.
En el tenue sopor, las impresiones mínimas de la realidad se transformaban en fantasías semejantes a fragmentos de una fábula, que semejaban querer envolverse cándidamente.
Soledad borrascosa.
Reserva desdeñosa.
Los viajes son una fiesta, un placer maravilloso.
Tono perentorio.
Expresión infernal.
Grito de las gaviotas, silbido de los búhos.
Expresarse con autoritarios refunfuños y pomposos oráculos.
La indiferencia de las cosas.
Tener los honores de la crónica, como dicen los escritores.
Ideas sobre el valor de las cosas, que no se adecuan con la realidad.
Argumento fatal.
Expresión rabiosa y, a un tiempo, piadosa.
Con diversa expresión, con hosquedad y sagacidad.
Reservas de la audacia.
Humor indiferente y enigmático.
Contenida por una reserva extrema.
Humor reconcentrado y tétrico.
Pupilas oblicuas y coruscantes.
Negro humor.
Diálogo absurdo y divino.
Pasividad humana.
Hosco y soberbio como un reproche viviente.
Los hijastros de las novelas, alejándose de la madrastra inhumana, para ir en busca de aventuras.
Las infames mudanzas de la suerte.
Ultimo, oscuro confín.
Debilidad sentimental.
Tienda levantina.
La claridad maravillosa de la realidad.
El límite extremo del horizonte.
El don de la orientación.
Una frescura primaveral, blanda y maravillosa.
Ocio fiel y apasionado.
Equivocación casual.
Grado máximo y más brillante de la invención.
Estupor inerme.
Ánimo agresivo y feroz.
Apoyarse de costado, con la actitud que adoptan los guapos en alguna viñeta de los bajos fondos.
Impasibilidad de la actitud.
Expresión insolente, despreciativa e insultante.
Actitud azorada.
Expresión reticente, mezcla de reproche y sumisión.
El primer amor, del que se habla en las novelas y las poesías.
Recorrer con la memoria las caprichosas vicisitudes.
Actitudes desvergonzadas.
Actitudes de superior fatuidad.
Se iluminan con un fulgor resplandeciente las metamorfosis de la alquimia, que transforman lo negro en oro.
Arcana justificación.
Alada elegancia.
Prejuicios novelescos.
La actitud ostentada.
La solemne inquietud de los sueños.
Parodia. Imitación burlesca de una pieza de literatura, en la cual lo serio se hace ridículo, o cómico, o grotesco.
Alzar los hombros con expresión de disgusto.
Manifiesta complacencia.
Actitud indiferente y sarcástica.
Borrascosa impaciencia.
Actitud agresiva y despiadada.
La magnificencia y la alegría, la complicidad y los veredictos supremos; la doblez y la fatuidad y el estrago.
Estupidez inconmensurable, peor que el infinito.
Depósitos de aparejos.
Inmovilidad, como si fuera transformándome en una gigantesca tortuga de mar, dentro de una coraza de piedra negra.
Cada vez que en un relato o en un poema, lo imprevisto sucede en armonía con alguna secreta pretensión de la suerte, de muy buen grado acusamos al escritor de novelero.
Efecto novelesco, alucinación.
Linternillas de candela.
(La Isla de Arturo)
Stefan Zweig
Al escritor que ha relatado mucho le será referido más. El autor, en vez de hallar e inventar, sólo tiene que permitirse hallar por figuras y acaecimientos, que sin interrupción lo buscan, para que vuelva a contarlos, siempre que haya preservado la aptitud superior de la visión y la atención.
Francés, gaffe, torpeza, majadería inocente.
La conversación ya se apagaba lentamente.
Ojos aterciopelados, de color de venado.
Nube de cumplimientos.
Murmurar en tono de excusa.
Temor cerval.
Como las flores crecen más rápida y tropicalmente en los viveros, crecen las ideas desvariadas en la oscuridad.
Sobre rectangular, de papel inglés, azul, delicadamente perfumado y con un escudo impreso en relieve en la solapa.
Un motivo bienvenido para la conversación.
Paulatinamente se logró una conversación corriente, ligera, en la que desaparecía insensiblemente aquella tensión molesta.
Conversación verdaderamente interesante y grata.
Pretender iniciar por la fuerza una conversación.
Expresión de reto.
Colaborar en las conversaciones sin asomo de cortedad.
Infantil presunción.
El éxito siempre entusiasma al escritor.
Inclinar la cabeza en señal de inteligencia.
Noche tenue.
Tono de soberbia.
Confuso y deseoso de poner fin a la conversación.
Mantener las formas severas, que constituyen una garantía.
Establecer el contacto entre la simple ejecución óptica y la reflexión consciente.
Viejo subterfugio de una inspección sorpresiva de remonta.
Paroxismos de ira.
Llevar la conversación a un punto, como por casualidad.
Siempre es motivo de vanidad el saber que sólo dos personas cuidan un secreto.
Brutalidad típica de los médicos.
Acusar de una monstruosidad.
Conversación tranquila y confidencial.
Una conversación sin testigos.
Manifiesto propósito de evitar una intromisión.
Solicitudes y formularios, para los impuestos de los pequeños comerciantes.
Un factor, un ser humano que comercia en todo, que consigue todo y que tiende un puente entre la oferta y la demanda.
Las sabias Paralipómenas, de Schopenhauer, sobre lo que uno es o simplemente representa.
Los tacaños economizan también su tiempo.
La malicia hace clarividente.
La conversación se desvió hacia tópicos generales.
Tono de rectificación.
Dirección competente de la propiedad.
Haber aprendido a comprar y vender, imponer y rechazar.
Eternos pleitos, abogados, citaciones, reuniones y escándalos.
Con aquel desdoblamiento que le es dado a nuestro cerebro en algunos segundos de gran tensión, reflexionaba simultáneamente con él propio y hablaba con lentitud calculadora a otra persona, en el sentido opuesto.
Manifestar con sincera sorpresa.
El azar se complace en socorrer y ayudar al jugador.
Recorrió la escala de los argumentos hasta llegar al acorde final.
Velocidad huracanada.
Dificultades artificiales.
Acusar recibos de importes.
Intranquilidad respetuosa y angustiada.
El escribano publico no tiene obligación de poner sobreaviso al comprador o vendedor, cuando se le presenta un contrato de venta. Le incumbe poner un sello, registrar el acta y cobrar los derechos.
Le arrastró la ola persistente de la calle.
Tono de sincero pesar.
Costumbre de calcular, pesar y aprobar.
Justificar involuntariamente.
Animar el miedo.
Suavidad tímida.
Inteligencia penetrante.
La locura permite adivinar la grandeza de una pasión.
Mano blanda, con gesto tranquilizador, de médico.
Veinticinco, la edad dichosa en la que no se ha aprendido a desconfiar al primer impulso de lo extraño.
Un caso grave, rebelde.
Concreto y preciso.
Viento de temor.
Placer de la exageración.
Nube de polvo en espiral.
Apresuramiento confuso y alado.
Después de las fuertes emociones el sueño suele ser intenso y profundo.
Ola entusiasta de gratitud.
Cuerno de abundancia de las sorpresa.
Embriaguez transformada en tensa vigilia.
Una carta kilométrica, un expreso.
Explicar la situación escueta y positivamente.
Arte del engaño consciente.
En Viena, cuando alguien experimenta una gran alegría, se expresa que queda sin habla.
Mantener el tono ligero de la conversación.
Estallido elemental.
Mauvais sujet.
Embotamiento de los sentidos con el que se ven a través de un cristal los objetos de un escaparate.
Simple acuse de recibo.
El envoltorio negro del sueño.
La zarpa maldita de la piedad.
Una ventaja al estómago.
Pálido y verde de rabia.
Dar a las primeras letras el ímpetu patético adecuado.
Ver delante de los ojos, plásticamente, en la imaginación.
Una realización trae alegría.
Prisa diabólica.
Afuera había cerrado la noche.
Tono perentorio de un examinador.
Instintos invencibles.
Burla bonachona, y sin embargo, mortificante, típica de los austriacos.
El debate subió de tono.
Bienestar gozoso, distraído.
Reflexionar con prontitud.
Fulgor de cariño.
Olas juguetonas en la alta y la baja marea.
El afán del sediento.
Justificarse en la ultima hora ante un obcecado, esa inconsecuencia absurda es propia de los suicidas, que diez minutos antes de convertirse en cadáveres desfigurados, ceden a la vanidad de salir de la vida (que ya no compartirán) totalmente limpios, que se afeitan y ponen ropa limpia antes de perforar su cabeza con una bala.
Deseo de no desaparecer en la nada, sin organización y vejado.
El terror de la exactitud.
Diluvio de denuestos.
Amar con agradecimiento y humildad.
Hundirse en el sueño como en un precipicio.
Acusar de haber esparcido mentiras infames.
Ciudadano arraigado.
Nieve tupida, blanca, pesada, capa protectora.
(Impaciencia del corazón)
Bertolt Brecht
Seriedad sangrienta.
En el mundo comercial se obtienen beneficios con un método meticuloso.
Condiciones materiales e ideas.
La gente escribe sus memorias al final de su vida, cuando tiene la perspectiva adecuada y sabe expresarse con tacto.
Libros de la serie Reclam.
La ciencia admite que la transición de una época a otra se realiza con una rapidez impetuosa. Durante mucho tiempo, se producen mínimas variaciones, discordancias y deformaciones, que van preparando la transformación brusca. Pero esta se presenta con una subitaneidad dramática.
Fair play, benevolencia e interés.
Frío y Hambre. Opresión.
Se puede hablar de cualquier cosa en un tono interesante, pero no todo merece nuestro interés.
Actividad remunerada.
Expresión berlinesa. <<¡Cómo te has transformado, Emil!>>
La búsqueda del placer es una de las mayores virtudes.
Argumento racional.
Virtudes agotadoras, patriotismo, sed de libertad, bondad y altruismo.
La filosofía actual se ocupa exclusivamente de la reflexión pura, y los hechos ya son vistos como impurezas.
La naturaleza no permanece idéntica, sobre todo cuando la transforman.
Capitán de la industria.
Se equiparan los conceptos de dominar y administrar, con fines confusionistas.
Gobernar es comparado con regular el cauce de un río. Tarea precisa, sobre todo en tiempos pasados.
La primavera se representa con un ala de pájaro o una planta que surge del suelo. Es el signo de la producción, que se libera.
(Diálogos de refugiados)
Profesionales de la mente, discernidores, diferenciadores, formuladores.
Hilo del discurso.
En los sueños todo se confunde.
Las derrotas tienen de bueno que inspiran alguna demencia con el enemigo, ese valor que los grandes filósofos han exigido siempre, excepto con sus enemigos entre los propios filósofos.
Garantizar la sucesión, prohibir la usura.
(La novela de los tuis)
Thomas Wolfe
Ficción no es realidad, pero la ficción es una realidad seleccionada y asimilada; la ficción es una realidad organizada y provista de un designio.
Eral de perplejidad en los ardientes laberintos.
Cada momento es una ventana sobre el tiempo.
Su vida había sido canalizada por una serie de accidentes.
La extrañeza del destino.
La obsesionante eternidad de las montañas.
El fantasma de la vieja vehemencia.
Burlona expresión de reproche.
Expresión lastimosa de perro apaleado.
Ojos de rara expresión infantil.
Egocéntrica delicia.
Extraño y reflexivo afán.
Énfasis de una aversión profunda.
Expresión pasmada.
Desarrollo de una tacañería insensata.
Courting, cortejar, hacer la corte y actuar ante el tribunal.
Su conversación pasó de la tosca jocosidad a la muerte y los entierros.
La casa era una propiedad, cuyo valor apreciaba sagazmente, un inicio de su abundancia.
Perdió la paciencia, su torturado egotismo rompió las cadenas.
Cálido aliento leonino de deseo y de furia.
Superstición escocesa. Ser creado para un fin.
Reflexiva satisfacción.
Recoger de manos de la locura, lo que esta no había sabido nunca guardar.
Soportar el horror con blanca y ominosa placidez.
Honradez escrupulosa.
Acusaciones de infidelidad.
Grávido silencio.
Invocar la memoria.
Detrás de la expresión intensamente bonachona de su rostro, los ojos eran duros.
Tranquila, pero ominosa gravedad.
Recobrarse a tiempo.
Burla implícita.
Gutural satisfacción.
Atacando un epigrama, la criatura tardó un tiempo excesivo en nacer.
Si el perro no se hubiese parado para levantar la pata, habría pillado al conejo.
Vibraciones cósmicas, presagio.
El rompecabezas de la sensación.
La casa, una enorme estructura de color castaño de nogal y tejado triangular, daba la impresión de tener muchos ángulos y ningún plano.
Poner de manifiesto el antagonismo.
Actitud destructora.
Fruncir reflexivamente los labios.
Súbito horror, nacido del recuerdo.
Expresión maligna.
Bulliciosa selva de ruidos y figuras, rica opulencia y variedad de la Feria.
La lenta y terrible órbita de la Noria.
Las locas fantasmagorías del carnaval.
La selvatiquez irreal de la fantasía infantil.
Oh fantasma perdido, batido por el viento, ¡vuelve!
Silencio pulsátil.
La inutilidad, la confusión, el incierto accidente de la vida.
La giratoria y olvidada ceniza de esta tierra.
La candente vitalidad del fuego.
Yendo al grano de su acusación.
Su turbulenta e indisciplinada retórica había adquirido, gracias a su convencional y regular empleo, parte del vigor y la contundencia de la filípica clásica.
La singularidad no garantiza la inflexible lealtad.
Raras y forzadas exhibiciones de afecto.
Expresión de extrema angustia.
Adoptando un tono caviloso y filosófico, hablaba de la vanidad de los esfuerzos humanos.
Odio a la propiedad inmueble.
Alejarse en el tiempo.
Plaza horriblemente concreta, como un sueño.
Los ilimitados prados de la sensación.
Su equipo sensorial era muy completo; en el momento de la percepción de una cosa, se formaba todo un fondo de color, de calor, de olor, de sonido y de sabor.
Conveniente reflexión ulterior.
Indiferencia al debate razonado.
Pulidas y pesadas páginas de Stoddard.
La fuerza reflexiva de la imaginación.
Vigorosa memoria visual.
El rebaño, infalible en su instinto gregario.
Salvajes exigencias.
Exultante en el negro y victorioso aislamiento, que todo lo ve.
La infernal y corrompida cara verde de la perversa muerte.
Cruzar el mundo entre las fragantes columnas del deleite.
Las puertas entreabiertas del deseo.
Leer con hambre atroz.
Seguía a Nick Carter por los laberintos del crimen metropolitano, a Fred Fearbot.
Al comienzo, el amor le interesaba menos que los éxitos materiales; los convencionales personajes femeninos de los libros infantiles, seres de cabellos largos, ojos ingenuos y virtuosas opiniones, de bondad y vacuidad impecables, le satisfacían completamente.
Presbiterianismo dominguero.
Elevado por su fantasía a un alto mundo interior, borró pronto y enteramente todos los sucios tiznajos de la vida.
Viejos mitos, donde la voluntad y la acción no eran apreciados con negros matices.
Timidez infantil, inarticulada.
Iniciado en la ética del éxito.
El colmo de la infamia.
La atormentadora paradoja de la generosidad interesada, del desprendimiento egoísta.
Los profundos resortes del deseo.
Peso equilibrador o restrictivo.
La digestión literal de las instrucciones.
El orgullo precede a la caída.
Impulsada por una casi ciega, pero inevitable gravitación, hacia el centro del deseo.
Flotar en el limbo.
Sus destrozados nervios la llevaban al colapso físico.
Expresión dolida, amargada, histérica.
El clamor de las conversaciones.
Comentar con cesárea sequedad y concisión.
Frenética por alguna transformación repentina de su disposición nerviosa.
La sofocante cárcel de la vida.
Suavizante ola de afecto.
Su ocasional vulgaridad era una simple manifestación de su inquieta energía.
Afecto sincero, estratégico y útil.
Reserva, silencio y oscuridad.
Vio la ciudad, no con los pardos matices de la realidad, sino como el que abre una ventana sobre el fantástico espectáculo del mundo.
Como el que encuentra en un viaje la prolongación de las imágenes fabulosas de los libros.
Abruptos montes, fronteras de lugares encantados, portales de un país fantástico fuera del tiempo, eterno.
Los personajes de Chambers, de Phillips, novelistas de sociedad. En estos libros, la gente amaba elegantemente; su manera de hablar era sutil, delicada, exquisita.
La perezosa contricción de los pródigos.
La primavera yacía ingrávida sobre la tierra, como un fragante manto de gasa; la noche era una taza fresca de oscuridad morada, llena de dulces aromas de los huertos.
Ojos calamocanos, amables.
Comadrona oficial.
Eficacia, economía, poder.
Sentarse describiendo una órbita.
Vigorosas manos de plástico.
Apreciar la distinguida arquitectura de la prosa.
Loca proximidad de una visión.
La causa fluía eternamente en la causa.
La parda lobreguez del pasado.
El enorme y casual impulso de un accidente.
Caos del accidente.
Confusión, esfuerzo inútil.
Los despeñaderos como castillos encantados de Graustark.
Una fea casa victoriana de ápice agudo.
Expresión dolida y amarga.
Actitud involuntariamente resignada.
La noche, susurro de innumerables alas diminutas.
Los muros carcelarios del yo; emparedado por el poder moldeador de la imaginación.
Bulliciosas fantasías.
El bosque laberíntico del tiempo.
Sobre el filo de un impulso codicioso, el destino pesó de nuevo.
La punta del dedo índice plana, de los tuberculosos.
Embellecer plásticamente todo lo bueno.
Frío horror.
Un toque de pasión transformadora.
El camino trillado del método y la memoria.
Los harapos de la obediencia, del reverente pavor.
Expresión sesgada de burlona madurez.
Vigor carnal acusadamente sensual.
Tono tranquilo, pero terriblemente acusador.
Un portador de la antorcha en la mitad del día.
Acusada violencia terrenal.
El blanco de los ataques concentrados.
Profundas transformaciones en las posiciones, gracias a la química inexorable de la atracción y la repulsión.
Tabúes de la fraternidad.
Un momento de afecto trágico y de unión, frente el insensato nihilismo de la vida.
La excitación de los rumores y las sugerencias.
Caminar alegremente sobre la costra de un volcán, percibiendo sólo el olor de la libertad, de la transformación y de la aventura.
La opaca lasitud invernal.
Una larga y minuciosamente rellenada reminiscencia.
La hipocresía, el sentimentalismo y las simulaciones de los niños.
La indolencia propia de la edad y de la decadencia se apoderaba de él.
El momento de triunfo que sienten todos cuando alguien ha muerto.
La luna se cernía ya, como su propio fantasma, en el claro y limpio cielo de la tarde.
Cuando el dosel purpúreo de la aurora había sido arrebatado por los rayos del sol invasor.
El resplandor del calcio del farol.
La villa, cercada de escarcha, yacía helada bajo las estrellas, en un trance cataléptico.
La química del descaecimiento.
Los ojos de la ansiedad, el cálido aliento del deseo.
Era incapaz de sentir la agradable ironía con la que el ánimo filosófico se burla de una locura, de la que ya no puede disfrutar.
La aguda y temblorosa exhalación del dolor físico, real e innegable.
Previsión de estadista.
Furiosos anatemas.
Expresión hosca y respetable.
Expresión de dignidad ofendida.
Una extraña y desafiadora comunión.
Una expresión infantil de credulidad, de asombro, de escepticismo y de inocencia herida.
Métodos aleatorios; quería tenerle a su disposición, para mandados ocasionales.
Fatigosa impresión.
Sentir el tedio y el horror del tiempo.
La estructura famosa de los sueños.
Beber el sueño con sed insaciable.
En el comienzo era el verbo. Sobre la frontera de la tierra de verdes bosques sin fronteras.
El telón de la noche.
Grabar en la memoria.
Retorcida anarquía del cuadro.
Rudo, jovial, cínico.
Sueño tropical.
El largo y cavernoso ronquido de los trópicos.
En otoño, la tardía luna roja surcaba bajo el cielo hasta la mañana.
Un átomo blanco de furia incipiente.
Maravillosa visión de las esencias.
Ojos oscuros como el humo.
La dulzaina del éxtasis demoníaco.
¡Oh, dulce contento!
Le escribía puntualmente en dos ocasiones a la semana; un azul, pero copioso cuaderno de existencia.
Mentalidad aguda, brillante y superficial, inflexiblemente dogmática.
Expresión afectadamente grave.
Las playas del pasado afán.
Conversando, uno se olvida del tiempo.
Sugerir tristemente.
La fresca hondonada de la tarde.
No tenía amigos ni allegados. Era un mito.
Un estertor flemático reveló su pánico.
Suspirar como currucas.
Con ruda, pero afectuosa camaradería.
Orgullosa y ominosa cara.
"La gran ilusión", de Norman Angell.
"El viejo agravio", de Owen Wister.
Fuerte oleaje de la retórica.
Horrible parodia de vanidad.
Ondulantes piernas de ámbar.
Soñar en remotas filantropías.
Mantener una desesperada neutralidad.
El delirio de la gloria prometida.
Periódicos, selva de letra impresa.
Ojos pitarrosos.
Donald Hankey, "Un estudiante en armas".
Fina moderación inglesa.
Estoy cansado de plantar margaritas aquí. Quiero hacerlo en otra parte.
La triste y monótona magia de las ruedas del vagón. Traca-trac.
Encontrar la puerta del mundo perdido.
Un breve gesto olvidado.
Las verdes paredes de la fantasía.
Fuertes rayas de luz tiñeron el horizonte.
El manto impoluto del día.
El tiempo zumbaba como una amodorrada mosca de octubre.
Guardar silencio un momento expectante.
Extraer la ultima destilación del deseo.
Potencia del miedo a la ignorancia, a la experiencia.
Captar el sentido de la sugerencia.
Los ojos en blanco, expresión de inocente lujuria.
Apretar el cinturón sobre los orgullosos estómagos.
Cálido viento de comienzos de otoño.
El cielo era una cúpula sin nubes.
Retroceder con histriónico entusiasmo, señalando una nada invulnerable.
El brillante aire de octubre.
Meliflua serenidad.
El mes de junio, consagrado a Himeneo.
Mensaje de prosperidad y desarrollo.
Sombra de fastidio.
Fantásticas gansadas.
Su menester de independencia había aumentado. Su renuncia a asumir obligaciones con los otros era agresivo. Daba más de lo que recibía.
Caprichosa brisa.
Tener la impresión de decir algo importante.
Una acción de ataque modificado y de pillaje restringido.
Peso pontifical.
Vivacidad metálica.
Fuerza de la tensión esencial.
Mecanismo digestivo.
Guardar la comida en el estómago.
Laureles políticos.
Calor de la imaginación.
Inflexible decisión.
La gloria y el carisma del genio.
La desequilibrada visión y el hinchado egotismo del introvertido.
Son tontos los que se jactan de su astucia.
Actitud burlona de buen sabedor.
Rebajarse miserablemente ante un emblema.
Genio amable e indolente.
Sofocada y misteriosa conversación.
Noche vasta y curiosa.
La cálida sombra del afecto.
El buche de la noche.
Afectuosa preocupación.
Luz lechosa del sol invernal.
La dura insolencia del dinero.
Guasón, bullebulle.
Jugar a black cows.
El gran ojo de serpiente de la sabiduría y del horror.
Impresión de júbilo.
Saludo negligente.
Capa de orgullo y de indiferencia.
La evasión y la simulación.
La edad de la soledad y la oscura percepción.
La luna cruzaba suavemente el cielo.
Profética animación.
Una brusca pausa reflexiva.
La luz de la luna caía sobre la tierra como un rocío mágico e irreal. Barría la aspereza, ocultaba las llagas.
Verde palidez de la luz de la luna.
Las brillantes úlceras en carne viva de los suburbios.
El día era de oro y de zafiros; brillaban rápidos fulgores y destellos, intangibles y variados sobre la tierra, como la luz del sol sobre un mar embravecido.
Edén de cultivos y de pastos.
Una divinidad entre sus enemigos, armada de una hoz de luz.
Columbrando a través de la alta y verde y trémula fronda el cielo caribe, con su flota de barcos nubosos.
Triste satisfacción.
El cabo de vela goteante del tiempo.
Aguantar con la desesperación del Viejo de los Mares.
Reflexionar con ávida satisfacción.
La sombra grande de su avidez.
Reconocer la validez del argumento.
La alta y apasionada congoja de las estrellas.
Llegó septiembre, con rumor de alas viajeras.
La luz crepuscular de un esfuerzo sombrío.
La unión de lo ordinario con lo milagroso es lo que hace la maravilla.
Reservar los anatemas, para los atracones de ostras.
Actitud locuaz, protectora y cínica.
Los fenómenos de la existencia.
El esplendor que envuelve al personaje.
Una impresión de disolución inminente.
Convenientes marbetes de farmacia.
Dominados por el fatigoso y degradante egotismo de la vida, blandamente filosófico cuando consiste en la muerte de otros, pero que ve en la propia un quebrantamiento de las leyes naturales.
Los ojos fijos en una página de Torts.
Visión hipnótica de esa serpiente, la ley.
Oír los ecos lejanos de una idea.
Contento salvaje.
Expresión de enfurruñada estupefacción.
Con el poder añadido y el refinamiento exquisito de la sensación.
Callada concha de carne.
Las náuseas y la congoja.
Enmurriada satisfacción.
Sumirse en un pozo de sueño agitado.
Actitud estudiada de perdón.
Sembrar flores de dulzura y de luz.
Viento del histerismo, oleadas del temperamento.
Encerrado en una concha de murria y silencio.
Enigma de dolor y confusión.
Expresión de inquietud y frustración.
Indulgentes periódicos.
La vida ronroneaba como una dinamo oculta, con la gran excitación de diez mil amenazas gloriosas.
Ronca emoción.
Estruendo enorme de los Liberties.
El bárbaro caleidoscopio de mil calles, un millón de luces y la cegadora confusión y el estridente ruido del carnaval.
Infecunda, sin rumbo, furiosa, como una enorme ola rompiendo sobre la tierra árida.
El fantasma, el desconocido, subiendo y bajando las mil calles de la vida, sin encontrar ninguna puerta.
El duro y blanco anillo de las caras.
Torpe caligrafía gótica.
Furioso anatema de amargura y de ira.
Creciente ola de pasión.
Mantener alta la Antorcha.
Expresiones rotundas y acerbas.
En sus empapados ojos negros centelleaban los cuchillos del miedo.
Un arranque de euforia.
Miedo acusador de los ojos.
Expresión ofendida e irritada.
El erial del pasado.
En el enorme silencio, donde se reúnen el dolor y la oscuridad, despertaban algunos pájaros.
Estaban integrados en el brillante mecanismo de la vida. La vida, una vida con timón, que no fracasaría, empezaba su enésima singladura.
Fuerte sentido del dinero.
Idealismo fanático, inquebrantable materialismo.
La cruel estratagema de la Muerte.
Salir del naufragio de las cosas menudas.
Mi sangre es mi elixir sutil.
Saltar con el gozo frenético del sátiro.
El pálido fantasma de la luna.
Fraguar un crimen.
Sentir náuseas por el tedio rancio y polvoriento del pasado.
Las grandes lunas de finales de la rica primavera.
Desesperadas acusaciones.
Se volvió loco a causa del whisky y el veronal.
Farfullar, maldecir, suplicar y acusar.
Con una impresión de horror irreal y de incredulidad, escuchó sus bramidos acusadores.
Epidemia de dinero y de codicia.
Menester de una presión instantánea, para decidirse.
Su impresión de frustración le enloquecía.
Grave cara de zorro.
Cruzadas flojamente las manos sobre el estómago.
La capa trivial de las palabras.
El silencio lunar.
Sarcasmo mordaz.
Los ojos brillantes de luna.
Los raíles del destino.
El breve fulgor de cohete de los siglos.
Desde los bordes del silencio iluminado por la luna.
La madeja de las calles.
Plantado sobre el risco de la noche.
Los años fantasma le arrebataron su visión.
(El ángel que nos mira)
La fealdad de la industria.
El agónico resplandor de aquella agotadora jornada.
Bajo el silencioso hechizo de la luna.
Elevado silencio de la luna.
Quietud fantasmal de la tierra.
Embrujado por el conjuro inmenso del tiempo.
El sonido evocó un millón de imágenes.
La leyenda de los tiempos oscuros.
Remoto, tenue y solitario sueño.
La extrañeza interna del regreso.
Repentina, ciega y furiosa como su errar, se presentaba el retorno.
Átomo innominado en el portentoso enjambre humano de la vida urbana.
El ojo afilado y calculador.
Los años corren como el agua y un buen día los hombres vuelven a casa.
La tierra bañada por la luna.
Fulgor iridiscente.
Instantánea visión, irrecuperable.
Sensación de reconocimiento instantáneo.
Intuitiva sensación de extrañeza y reconocimiento.
Gesto tenso y confuso, en los momentos de fuerte agitación.
Expresión trémula, casi jocosa.
Agudo tono de sorpresa.
Menear la cabeza con gesto enfático.
Gesto desdeñoso.
Información fragmentaria y explosiva.
Torrencial obsesión.
La instantánea y veloz concentración de un pájaro.
Ciega confusión.
Amablemente, con un tono de tortuosa súplica, casi cómico, entre la paciencia y la exasperación.
Expresión atónita y maravillada.
Los grandes jefes del negocio inmobiliario, los chorizos y matarifes del negocio de bienes raíces.
Expresión sombría y perpleja.
La ilimitada y exultante locura de sus grandes carcajadas.
Una forma de vida extraña y enloquecida, furia salvaje.
Los rostros de la gente arrojaban su luz como puertas evocadas.
En los rostros ardía un fulgor ebrio, un jolgorio demencial.
La energía galopante de alguna poderosa droga.
Exuberancia inquieta y atropellada.
Un ánimo de ebrio derroche y salvaje destrucción.
El desolado horror del duro hormigón blanco.
Cháchara abrupta y fragmentaria, febril y excesivamente enfática.
Tono despectivo, con insinuación de superioridad.
Ser un millonario de papel.
Dinero de la especulación, o dinero que se puede gastar.
Indolencia principesca.
Ideas sobre la gloria financiera y profesional.
Trayectoria tétrica, azarosa y desgraciada.
Asediado por el fantasma del <<dinero fácil>>.
Regentar una destilería clandestina.
Desintegración física y mental notoria.
Los apostadores del hipódromo frotan la chepa de un jorobado, para que les traiga suerte.
Arriesgadas especulaciones.
En Rusia, la gente idolatraba al tonto del pueblo.
Actitud suplicante y obsequiosa.
Actitud devota y suplicante.
Gesto de pasmo y asombro.
Silencio meditativo.
Tono de refinamiento delicado y melindroso.
Bloques de hormigón del boom inmobiliario.
Gesto de desprecio y abatimiento.
Curiosa y fragmentaria expresión de desinterés, que no era, para nada, desinteresada.
Gesto de repulsión.
Gesto decidido.
Pálido fantasma.
La serena satisfacción de los seres omniscientes.
La soporífera y menguante luz de la tarde.
Las figuras humanas tenían una cualidad casi fantasmal, como sacadas de un sueño.
Esfera celestial.
Gesto cálido, enérgico y suave a la vez.
Expresión fatal.
Grandes cosas reservadas; grandes progresos, grandes inventos.
Triunfar de los ruinosos percances y azares de la vida.
Ciudad, realización rutilante y explosiva de la furia destructiva del ser humano.
Extraño y salvaje apetito por una vida mejor.
Gestos estériles y confusos.
Rutina, repeticiones de una idiota monotonía.
Frenética prisa y salvaje extravagancia.
Una oleada de energía ruinosa y destructiva.
Las líricas inmensidades de la tierra salvaje.
Idílicas colonias, para artistas y escritores.
La súbita apertura de una puerta mágica, que los condujera a una vida secreta, rica y más exultante.
Rutilantes atrocidades residenciales de estuco y ladrillo a la vista.
Cráteres y escombros de terribles explosiones de ladrillo y hormigón.
Una luz vieja y trágica del fin del día ardía como la luz de un sueño, sobre un riachuelo pedregoso.
Mucho tiempo atrás, en su infancia, durante un instante previo a la memoria.
En busca de un tren, de otras ciudades; de las aguas doradas de la mañana, los mares, los puertos, la magia de los barcos.
(Especulación)
S. Lewis
Thomas Wolfe, William Rollins, John Strachey, Stuart Chase.
Kerouac
Las estupideces románticas de Wolfe.
J. B. Priestley
Echó una vista hacia fuera rápida, decisivamente.
Silencio insondable.
Trabar conversación.
Silencio insondable.
Trabar conversación.
Oscuros ojos atrevidos.
Mirada de descaro.
Mirada de descaro.
Abrigar una objeción violenta, pero callada.
Una disposición de excitación desesperante.
Sensible, respetable biología.
Manera brillante y decidida de expresarse.
Le dirigió una dura mirada, que al punto se transformó como otra de indulgente simpatía.
Le dirigió una dura mirada, que al punto se transformó como otra de indulgente simpatía.
Una exaltación humorística.
Alguna baladronada del poder político invitándonos a ser diligentes y cumplir nuestros deberes, según la fórmula.
Ver con una mezcla de admiración y de irritación.
Ver con una mezcla de admiración y de irritación.
Volúmenes franceses de lomo amarillo.
Ver fijamente.
Una visión a la vez expresiva y misteriosa.
Una rápida y ansiosa vista.
Ver fijamente.
Una visión a la vez expresiva y misteriosa.
Una rápida y ansiosa vista.
Viejo y encogido, como una manzana guardada demasiado tiempo.
Vista penetrante de curiosidad.
Vista penetrante de curiosidad.
Con un tiento no desprovisto de ironía fue repitiendo palabra por palabra el mensaje.
Aburrir con dificultades absurdas.
Un país presa de burócratas, chiflados de pelo largo y de la escoria de las ciudades industriales.
Un viejo huesudo con una habitual expresión de sombría cautela del rostro.
Era un devoto metodista wesleyano de la vieja escuela, desaprobaba o examinaba con oscura suspicacia las actividades humanas, excepto la rutina de las faenas de la granja, comprar y vender, hacer dinero, economizar dinero, manifestar indignación moral y comer. De suerte que con aquella jovialidad quedaba al ser humano muy poco de carácter.
Vistas cordiales y admirativas.
Era difícil dar una sensación exacta.
Vistas cordiales y admirativas.
Era difícil dar una sensación exacta.
A semejanza de los hombres huesudos y de gran talla comía como un lobo.
Fue una visión casi inesperada porque habría podido ser la de un extraño.
Vistas de curiosidad, desconfiadas y sorprendidas.
Tono grave e importante.
Fue una visión casi inesperada porque habría podido ser la de un extraño.
Vistas de curiosidad, desconfiadas y sorprendidas.
Tono grave e importante.
Mantener una conversación seria.
Cuando se ponía a perorar le gustaba extenderse cumplidamente.
Un extraño suspicaz y glacial.
Astuta vista.
Astuta vista.
Un imponente aspecto de exaltación y angustia.
Su furor era manifiesto, como el de un ser humano presa de un sueño angustioso con el cual rostros familiares y lugares familiares transformasen el aspecto como algo extraño y remoto.
Una cantera, un perfilado rostro de roca viva.
Visión penetrante.
Beber su escudilla de té.
Vista llena de desesperación.
Una rápida mirada de terror.
Una cantera, un perfilado rostro de roca viva.
Visión penetrante.
Beber su escudilla de té.
Vista llena de desesperación.
Una rápida mirada de terror.
Conversaciones agradables.
Para hacer muchas cosas es menester simpatizar con los demás, sentir agrado con la gente para la cual actuamos.
Tono dominante.
Para hacer muchas cosas es menester simpatizar con los demás, sentir agrado con la gente para la cual actuamos.
Tono dominante.
Poseer valores manifiestos, característicos, aspectos maravillosamente atractivos.
La justicia es algo abstracto, cosa de hombres cultos.
Una desconcertante tensión de angustia.
No tomamos el hábito de ser previsores hasta que comenzamos a tener grandes materiales y propiedades.
Siempre había sido una figura extravagante, pero hoy de viejo solitario y original llegaba casi a ser un personaje fantástico.
Tono impaciente.
Siempre había sido una figura extravagante, pero hoy de viejo solitario y original llegaba casi a ser un personaje fantástico.
Tono impaciente.
La violencia del viento del Sudoeste.
Arthur Binstead, "Pitcher in Paradise".
Forzado a nivelarse con un molde rígido y muerto de un término sin gusto y perfectamente estúpido.
Arthur Binstead, "Pitcher in Paradise".
Forzado a nivelarse con un molde rígido y muerto de un término sin gusto y perfectamente estúpido.
Un punto de seriedad.
Ver lleno de indignación.
Ver lleno de indignación.
No abandonaba el ser un terrible poseur cuya apreciación no tenía importancia.
El bandido rudo, pesado, carnoso, de colorada nariz.
Se hallaba bajo aquella disposición de ánimo que la vida semeja a punto de tornarse radiante de promesas o casi intolerable.
Se hallaba bajo aquella disposición de ánimo que la vida semeja a punto de tornarse radiante de promesas o casi intolerable.
Esqueleto galvanizado de Fleet Street.
Agua de Evian.
Murciélago corto de vista.
Agua de Evian.
Murciélago corto de vista.
Conversación contenida.
Aquella gozosa constatación con la que dos mundos tenidos como opuestos se encuentran, de pronto, representaba la exquisita imagen del amor, la verdadera forma y color que había tomado con el viejo embeleso y que semejaba recuperar el frescor de la vida.
Aquella gozosa constatación con la que dos mundos tenidos como opuestos se encuentran, de pronto, representaba la exquisita imagen del amor, la verdadera forma y color que había tomado con el viejo embeleso y que semejaba recuperar el frescor de la vida.
Conversaciones imposibles de analizar.
Tras aquel alborozo se escondía una verosímil turbación del ánimo, una amenaza de sufrimiento y miserias, como una noche lluviosa amenaza unos fuegos artificiales y que solo aguarda el momento de apagarlos.
Semejaba Nimue o Morgan La Fay bajo un ramo de manzano eternamente florecido de Avalon.
visión acerada y penetrante.
Visión profunda e indagadora.
Tras aquel alborozo se escondía una verosímil turbación del ánimo, una amenaza de sufrimiento y miserias, como una noche lluviosa amenaza unos fuegos artificiales y que solo aguarda el momento de apagarlos.
Semejaba Nimue o Morgan La Fay bajo un ramo de manzano eternamente florecido de Avalon.
visión acerada y penetrante.
Visión profunda e indagadora.
Era un personaje que se escuchaba al hablar.
Llevaban más dentro la cabeza que bajo los pies.
Dar un pretexto para cortar la conversación.
Una cabeza de puente.
Con la deliberación de un ser humano que está realizando algo que le es de mucho más menester de lo que declara.
Tildar de locura.
Era manifiesto que se comunicaban como si fuesen muy amigos.
Una cabeza de puente.
Con la deliberación de un ser humano que está realizando algo que le es de mucho más menester de lo que declara.
Tildar de locura.
Era manifiesto que se comunicaban como si fuesen muy amigos.
Imaginación exaltada.
¿Por qué buscar más argumentos?
Conversaciones perfectamente estúpidas.
Avanzar con la conversación.
Tono de desconsuelo.
Dar la vuelta a la llave de la radio.
Habladurías y viles y astutas palabras.
Relumbre de terror y enojo de los ojos.
El peso espantoso de su desdicha.
Té macerado.
La guerra ha significado una interrupción de nuestra vida habitual.
Laguna de silencio.
Mirar indignado con dureza.
Mirar enfurecido.
Tono importante.
Tono de desconsuelo.
Dar la vuelta a la llave de la radio.
Habladurías y viles y astutas palabras.
Relumbre de terror y enojo de los ojos.
El peso espantoso de su desdicha.
Té macerado.
La guerra ha significado una interrupción de nuestra vida habitual.
Laguna de silencio.
Mirar indignado con dureza.
Mirar enfurecido.
Tono importante.
Actitud agresiva.
La sangrante y atroz miseria que se escondía dentro de su interior semejó estallar.
Una postrera visión llena de reprobación.
La sangrante y atroz miseria que se escondía dentro de su interior semejó estallar.
Una postrera visión llena de reprobación.
Quedaba como si hubiese tomado parte de alguna tremenda conspiración y permitiese que le acusasen y se acusase él.
Miradas hostiles.
Una prudente visión de viejo.
Miradas hostiles.
Una prudente visión de viejo.
La misteriosa maldad de las cosas.
Ver con una afectuosa atracción.
Pasos de viejo oso.
El camino serpenteaba entre festones de lilas.
Las colinas semejaban recortadas con un terciopelo verde espolvoreado de oro.
El cielo era infinitamente lejano, puro, sereno.
Tono de suspicacia.
Ver como reflexionando.
Ver con angustia.
Carencia de absurdos.
Ver con una afectuosa atracción.
Pasos de viejo oso.
El camino serpenteaba entre festones de lilas.
Las colinas semejaban recortadas con un terciopelo verde espolvoreado de oro.
El cielo era infinitamente lejano, puro, sereno.
Tono de suspicacia.
Ver como reflexionando.
Ver con angustia.
Carencia de absurdos.
Prensa libre y sin cadenas.
Adivinar por instinto.
Rápida visión de aviso.
Por lo que se refiere a las colonias, a los Dominios, existen sólo con el fin de perpetuar los trazos más desagradables de la vida y el carácter ingleses (los tés encopetados, los trajes interiores de lana, las actitudes de tienda o de capilla, la falta de ingenio, de jovialidad y de auténtico refinamiento, la farsa y la hipocresía).
Rápida visión de aviso.
Por lo que se refiere a las colonias, a los Dominios, existen sólo con el fin de perpetuar los trazos más desagradables de la vida y el carácter ingleses (los tés encopetados, los trajes interiores de lana, las actitudes de tienda o de capilla, la falta de ingenio, de jovialidad y de auténtico refinamiento, la farsa y la hipocresía).
Encendido como un clavel.
Descansar con un elevado nivel de alegre irresponsabilidad.
Protagonistas de las novelas de gran éxito de la pausa de las dos guerras.
Muchachos sensibles pero perfectamente acorazados con su falta de responsabilidad, que peregrinan de una reunión a otra, de un asunto a otro como visitantes de otro planeta.
Tono excitante.
Muchachos sensibles pero perfectamente acorazados con su falta de responsabilidad, que peregrinan de una reunión a otra, de un asunto a otro como visitantes de otro planeta.
Tono excitante.
Efluvio de pasión.
Perezoso diablo.
Ver con solemnidad.
Perezoso diablo.
Ver con solemnidad.
Un súbito desdén casi furioso.
Una visión desesperada de auxilio.
Los dorados velos de la tarde.
Una visión retórica.
Ver con aire de reto.
Tono de excusa.
Ilusión racional.
La mayoría de los hombres tienden hacia la estupidez, a ser cortos de alcances y perezosos.
Una visión desesperada de auxilio.
Los dorados velos de la tarde.
Una visión retórica.
Ver con aire de reto.
Tono de excusa.
Ilusión racional.
La mayoría de los hombres tienden hacia la estupidez, a ser cortos de alcances y perezosos.
Conversar con placer y compartir ideas.
No hemos de pretender libertar para nosotros algo especial que la masa del pueblo no pueda tener. He aquí el error de los colaboracionistas de los países ocupados.
No hemos de pretender libertar para nosotros algo especial que la masa del pueblo no pueda tener. He aquí el error de los colaboracionistas de los países ocupados.
Nos hallamos dentro de una gran embarcación y, o remamos todos hacia la playa cercana, o nos hundimos.
El problema que debemos solucionar, si no queremos que la esfinge nos devore, es esencialmente la manera de usar esta aptitud de la actividad profesional humana lo más amplio posible, una realización que creen los seres humanos conjuntamente.
(Tres hombres vuelven del frente)
Relatar una especie de sección puente.
Recuerdo o reflexión literaria.
Engreída reticencia.
Tímida humildad.
Perspectiva del éxito.
El embrujo del hábito, esa gran palabra mágica inglesa.
Imaginación, gama de sensaciones.
La hospitalidad inesperada.
Prestley, "Los buenos camaradas".
Imaginación viva e impaciente, que se irritaba cuando había que insistir sobre un punto.
Vista de fulgor de fuego.
Destellos de humor y un aguzado filo en la conversación.
Imaginación viva.
H. G. Wells trajo a colación el sexo, en "Ann Veronica".
Proceso orgánico educativo tinieblas-claridad.
Enseñar, aconsejar, guiar.
Crítica austera y falta de imaginación.
Rectitud peculiar del West Riding, que insistía en que hay que ganarse la vida.
Capa trabajadora, licenciosa y libre.
Ricos comerciantes en lana cruda.
Vacaciones en Scarborough o Morecambe.
Signo de perspicacia.
Reporteros de afectación satánica.
Aquellos años de libertad, antes de que la ley se injiriese en los gratos sistemas comerciales.
Un simpatizante secreto, una pequeña quinta columna opuesta al negocio.
Aspiraciones literarias.
Color verde cromo claro.
Aspecto metropolitano, aire de maciza opulencia.
Víctimas de una idea del industrialismo victoriano.
Priestley, "Un día radiante".
Monotonía del cristal y el hormigón.
Oficinas, que en el comercio se denominaban salas de mercado.
En la página mecanografiada hay una fría imparcialidad, que conviene al escritor. El ser humano no se enamora de su escritura a máquina, como puede hacerlo de su preciosa letra o como se enamoran de una voz los que leen. A diferencia de la pluma, la máquina de escribir no pretende excusar vuestras faltas; su página se acerca más a lo impreso, a lo cual aspiran los autores.
Los recuerdos de los lejanos tiempos, a diferencia de los recientes, comienzan a revelársenos si vamos en su busca.
Calculador y frío.
Andorrear por el mundo.
La suerte, que sólo el genio, pero no el talento, puede menospreciar.
Amplio y refinado en la conversación.
Mar del olvido.
Encumbrada altura de desdén.
Verdadera conversación, discusión turbulenta y encendida, opuesto a anodino palique social.
Oliver Onions, novelista sociológico.
Priestley, "Eden End".
Leyendas, los elementos míticos y simbólicos que encierran, su profundidad psicológica.
Relato en verso blanco.
Existen formas de causa y efecto, que no acertamos a entender y aparentamos que no existen.
Hablar en tono alto y categórico.
Espesura de la tristeza.
Una manera de destruir una queja justificada a la autoridad es asfixiarla bajo una serie de frívolas lamentaciones respecto a la persona.
Humoristas, W. W. Jacobs y Wodehouse.
Una novela legible.
El material de la novela o de la comedia, puesto a la disposición de la idea, la materia elemental a la que ha de darse forma, la propicia un depósito central, ya que la imaginación la ha venido acumulando allí, después de varios años de experiencia y especulación, en el exterior como en el interior.
Un periódico de provincias de tercera categoría.
Las migajas de la existencia.
Sulfúreos dragones.
Priestley, "Llama un inspector".
Cínica prostitución.
Abrir un túnel a través de una montaña de farsa y de hipocresía.
Rebeldes díscolos y extraños.
Timidez, huir de la exhibición y respeto por el sentir de los demás.
Un genio declarado, arrastrado por el demonio, cree que los demás existen, para entender y apreciar lo que a él le apetezca crear.
Nuestra cualidad natural interior, el verdadero yo, nos expone que los demás existen con sus reglas, que les estamos reclamando un tiempo y una atención, que son valiosos como los nuestros, que hemos desalojado un espacio y que estamos en el centro de él.
Feroz y cerradamente político.
Pequeños barcos de vapor, denominados salseras, que hacen la prestación regular entre Goole y Copenhague, llevando generalmente cargamento de mantequilla.
Pasar del Skagerrak al Kattegat.
Una explosión de ira, que pronto se olvida puede tolerarse, y también un gesto hosco, sin escándalos y sin perder los estribos; pero no la cólera seguida de la hosquedad.
La "Vie de Bohême", de Murger, es una fantasía de los jóvenes que vivieron en París en 1840.
Las simas de lo inconsciente tiene un tiempo propio y un hoy más amplio del que experimenta la autoconciencia.
Racional y consciente.
Falló algo más que una intimación extraña.
Vacío harto extenso.
Es curioso el factor tiempo.
Tiempo perceptible.
Priestley, ""Mr. Kettle and Mrs. Moon".
Priestley, "La literatura y el hombre occidental".
El terror entra primero por los oídos.
Vender, sacudir.
Actitud fija del consumidor.
Terrible azote de <<el gato de las nueve colas>>, de inspiración sádica, con el que bastan unos cuantos golpes, para abandonar reducida la espalda de un ser humano a unas túrdigas rojas.
Vista torcida y desorbitada de los hombres cansados de la excesiva actividad, vencidos y hambrientos.
Acusar el golpe.
Acusar de falta de aplicación y diligencia.
Tema de los leones conducidos por asnos.
Actitud empinada, viendo por encima del hombro.
Cortina de recuerdos y novelas de guerra, debidos a Graves, Sassoon, Blunden, Williamson, Aldington.
Escribir una novela, animado de una eficacia creadora y unificadora del inconsciente, en la que las naves que se queman permiten un grato perfume.
Priestley, "Pasatiempos breves".
Crítico Edmund Gosse.
Mundo místico de la publicidad.
Eficacia del poder adquisitivo del dinero.
Lectores que creen que los autores no deben ocuparse en economía, que se alimentan de néctar y beben leche del paraíso.
J. C. Squire, periodismo literario.
Sinceridad elemental en la que se funda la amistad.
Ardua labor solitaria, que exigen los libros de algún tamaño.
Rezongar irlandés.
Vanos y pretenciosos políticos.
La creación es hermosa, pero fijarla sobre el papel es ardua tarea.
Sunderland Lewis, "Cubwood", un complicado relato sobre unos niños, profundamente imparcial, al que puso prólogo Walter de la Mare.
Labor de lector.
Thomas Love Peacock, novelista y poeta inglés, 1785-1866.
Arnold Bennett, novelista antiguo.
Hacer labor de zapa para un impresor literario.
Idea del XIX, de que escribir o leer novelas es una ocupación frívola, buena para mujeres, pero indigna de hombres.
Periódicos y revistas, que representan la opinión, que publican artículos con consecuencias. Los periodistas políticos no podían prescindir de las consecuencias, como los periodistas rara vez huyen sin más rodeos.
H. M. Tomlinson, "Tidemarks", literatura de viajes.
Gigantones que van en zancos en las procesiones de carnaval.
Tolstoi es un experto del relato que fluye suavemente, sin forzar. Este don singular es patrimonio del novelista nato, el cual actuará con sencillez, sin tener que preocuparse de transformar el lugar de la acción ni el transcurso del tiempo.
Simpatizar con los experimentadores, con los modificadores de la forma.
La novela sigue siendo una forma concreta, aunque susceptible de muchas variaciones.
La novela es una forma permanente, aunque no inmutable, y existen escritores que son fundamentalmente novelistas, como otros son en esencia poetas líricos.
Grub Street, la calle de los escritores menesterosos.
Concederse esa vacación lejos de la angustia, de la tensión y de las circunstancias trágicas.
Pocillo gigantesco, chorro de oro.
Podemos dividir a los escritores en dos categorías. Los que escriben por su singularidad se acercan al mundo como de soslayo. La creación es compensación; de una niñez desgraciada, de una triste figura, de una vista débil o de algún defecto sexual. Desadaptados, saben lo que significa el sentimiento de lástima, aunque queda algún elemento vengativo en sus relatos. Pero tienen originalidad, singularidad, intensidad, lo que exige el movimiento moderno. Lo que nunca tienen es algo que los críticos de ese movimiento no piden ni echan de menos; sentimiento. Los escritores del signo opuesto se acercan al mundo con honradez. Escriben por una vulgaridad exaltada. Tienen sensaciones y sentidos más agudos, más energía y vitalidad y disfrutan utilizando palabras.
Barrie pertenecía a un mundo interior melancólico y fantasmagórico.
El hecho meritorio, una excelente labor para la eternidad.
Escribía con perspicacia y sabiduría de la irritabilidad en privado de los hombres, que podían hacer sacrificios por el bien publico.
Labor creadora.
Reto técnico.
Salvo cuando está informando, el escritor debe alejarse todo lo posible del lugar que pretende describir, porque lo que la memoria preserva es lo que precisa entender el lector.
Priestley, "El sábado, de día", 1943, novela planeada con gran cuidado.
El talento puede ser inconscientemente imitativo, tal como el genio no lo es nunca.
Imaginar algo intensamente es acrecentar la experiencia.
El lejano extremo de los campos del paraíso.
Tonos de angustia y de éxtasis.
A hombres diferentes, diferentes métodos.
Escritor holandés Jan de Hartog.
El poder se ejerce de tal manedra -una inclinación de cabeza aquí, un guiño allá-, que no se le puede desafiar.
A las personas se las hace salir de los cargos publicos, no por motivos políticos, sino porque se destapa que no es un buen chico, justo y cabal.
Bienhechores de ojos rutilantes.
Para un autor, escribir es hacer; cuando ha escrito ha realizado una acción.
El escritor ha de decidir sólo el alcance y la profundidad de su compromiso. No se le debe obligar a que escriba o abandone escribir sobre los asuntos publicos.
(Recuerdos y reflexiones de un escritor)
Heard
Heard
<<Todo geología de día, todo astronomía de noche>> como dijo sucintamente Priestley.
Eliade
La novela de Priestley "They Walk in the City".
Burgess
Clásicos en una vitrina. Cosas como J. B. Priestley y Nevil Shute y "Sin Orquídeas".
El ser humano ha nacido libre y en cualquier parte está encadenado, como expone J. B. Priestley.
Orton
Un personaje local, como el concejal Albert Parker, de "When We Are Married", de J. B. Priestley.
Burgess
Clásicos en una vitrina. Cosas como J. B. Priestley y Nevil Shute y "Sin Orquídeas".
El ser humano ha nacido libre y en cualquier parte está encadenado, como expone J. B. Priestley.
Orton
Un personaje local, como el concejal Albert Parker, de "When We Are Married", de J. B. Priestley.
Gilbert Cesbron
Tono definitivo.
Con la tormenta, las casas se erguían temerosas, los árboles comenzaban a enloquecer.
Una bella lágrima tibia.
Mudar de conversación.
Forjar fantasías.
Preferencia por las frases solemnes.
El viento se lanzó por la avenida.
A las ciudades les huele mal la boca.
Grandes inmuebles presos por el hielo.
El penetrante grito de un tren desgarró el aire.
Ansiosos de mantener las distancias, como si fuese un carrusel.
Razonaba por instinto, como las personas mayores.
Aire de no ir nunca a un sitio, sino de volver.
Actitud indiferente.
Las frías manos del viento.
Hablar apasionadamente con grandes ademanes de pájaro atrapado.
Pretender visiblemente justificarse.
De un codazo, le hizo alterar la actitud.
En actitud de exclamar.
Vivía voluntariamente una existencia demasiado lenta.
Helado de vergüenza.
El estremecido perfume de después de la lluvia.
El inmenso e incierto océano de los arrabales.
Fue como un fantasma que se suicidara, lanzándose desde lo alto de una torre.
Hablaba sin ilación, sin terminar nunca, como si tuviese miedo de que sus recuerdos se le escapasen, al igual que los sueños cuando quiere uno referirlos.
Empezó a inventar la novela, que por la noche contaría a los demás.
Por fin su instinto, cansado del juego, le abandonó de súbito, arrastrando consigo su memoria y todo sentido de orientación.
El chiquillo tenía un sueño profundo, incluso la idea de la muerte le mecía con dulzura.
Sueño de plomo, que pesaba en sus hombros como esa esclavina, que se vuelve a usar el primer día de invierno.
Emocionante ceremonia.
Sintió que su sangre ágil le subía a la frente, latía cálida en sus sienes y corría hasta la punta de sus dedos, repleta de historias.
La ciudad roncaba por instantes sobre sus cabezas.
Impreciso recuerdo.
No separarse nunca, es el reglamento de las patrullas.
En los grabados de los libros alcanza el agua de lluvia canales subterráneos.
El fondo de un gran naufragio de recuerdos.
Palabras de ataque.
Un fondo de inmensa perspectiva de tormenta.
Un excelente, aunque vago relato.
Una oleada de desesperación.
Vio sus ojos de expresión dura, que no pestañeaban y su expresión de lagarto, que infundía miedo.
Simular estar furioso.
La Noche era verdaderamente un país extraño.
El transcurso de una agitada noche.
Con los ojos cerrados y la expresión de quien está en éxtasis.
Con una sacudida se derrumbaron las murallas del sueño.
Desear volver a los húmedos besos del retorno.
Actitud justa de los transeúntes.
Expresión indecisa.
Actitud distraída.
La mutua presencia los hacía soñadores y graves.
Levantar barricadas.
Enrojecer de disgusto.
Cae en forma de zigzag el rayo.
El colmo de la humildad.
Una inspiración genial.
Acongojada actitud.
Llenar el saco hasta el colmo.
Llevaban barba los capitanes y los lores de los grabados de las novelas de Julio Verne.
Llevaban barba los capitanes y los lores de los grabados de las novelas de Julio Verne.
¿Se encuentran las ciudades en mitad de los campos, o son los campos los que se hallan en mitad de las ciudades?
Los remos batallaban con fantasmas de plomo.
En las novelas de aventuras, los salvajes atacantes fijaban la vista hacia lo alto con temor y, tras señalar el cielo con un dedo, nadaban hacia la orilla con braza larguísima.
En las novelas de aventuras, los salvajes atacantes fijaban la vista hacia lo alto con temor y, tras señalar el cielo con un dedo, nadaban hacia la orilla con braza larguísima.
Con el ceño fruncido por la reflexión.
Furioso por su sedentario papel.
Reflexionar hasta tener jaqueca.
Larga reflexión.
Proporcionar conversación.
Tono mundano.
En realidad estaba perdiendo el freno de la discreción.
Manifestar desaprobación.
Un hermoso cuchillo suizo de doce hojas, de utilidad.
Un rojo y dorado premio de excelencia.
Experimentar uno de esos estremecimientos, que semejan volvernos a la vida.
Cuanto tocaba estaba perdido, desarmado, desencantado.
Actitud digna.
El cobrador arregla su depósito de billetes.
Manifestar en tono jovial.
Con aire de resumir las cosas.
Desesperada cólera.
Las hortensias de color de rosa semejaban nubes de la puesta de sol.
Ademán de payaso, que se quita un sombrero demasiado alto.
Exponer el caso de manera lacónica.
Con los ojos cerrados y el ceño fruncido, reflexionó.
Invadir la angustia.
La point-du-jour, los confines del mundo.
Blanca furia de la lluvia.
Algo angustioso e irreal, como una pesadilla o uno de esos momentos, que creemos haber vivido ya.
La grandiosa mansión del sueño y el silencio.
(Los inocentes de París)
Sentir el estómago vacío.
La tranquilidad de los niños existe cuando hablan las personas mayores.
El lazo de las grandes palabras.
La apariencia de bondad es el lazo preferido por las personas mayores.
Proteger como un ala azul.
Sólo ganan al bridge los que saben esperar mucho antes de manifestarse.
A qué capítulo del presupuesto se llevaría el gasto.
Decidir la orientación de los acogidos.
La espera es mucho mejor que la realidad.
Reducirse el estómago.
La marea marca un ribete sobre la arena.
La cisterna del otoño.
Cataratas de silencio.
Una indiferencia calculada.
La luna, altivo rompehielos.
Cogida con el lazo de su generosidad, de su familiaridad.
Con la falsa persuasión de los mixtificadores y el tono dócil con el que hablan a los visitantes desconocidos.
Mezcla de altivez y humildad propia de los mendigos.
Tibio baño de sueño.
Piedad desdeñosa.
Un vuelo de perdices asciende pesadamente hacia el sol.
La actitud de la súplica.
Cuchitriles, paro forzoso o salarios de hambre.
Unos ojos verdes a los cuales daba la inquietud fulgores de tempestad.
Una emoción brutal.
Semejante a algunos pájaros nocturnos, cuando no veía claro, por lo menos sentía la presencia del obstáculo y sabía rodearlo.
La complicidad misteriosa de las personas mayores preocupa y aleja a los niños.
Tono indiferente.
¿Quién puede distinguir un grito de dolor de un grito de rabia?
Los primeros copos de nieve del invierno buscan planeando su camino.
Piedad, curiosidad, reprobación e ilusión.
Morgue quiere decir orgullo.
El sol de marzo había venido a dar un paseo por diciembre.
Con la cara vuelta hacia el sol como las flores.
La pleamar de la cólera ahogaba su desesperación.
Un ojo azul, inmóvil y brillante como un cielo de verano.
Vista sombría de gitano.
La alegría del niño.
Afirmación opuesta a reserva.
El factor que entrega un paquete.
Una dicha nunca viene sola.
Los que amamos envejecen cuando les volvemos la espalda.
Retirar la acusación.
Valorar al niño por lo que sea y no por lo que ha hecho. No es un ser humano pequeño, sino una parte de los hombres. Está lleno de buenos deseos, pero no tiene voluntad.
Velar por el niño; respetar hasta su vanidad; siente que tiene que crecer.
Encontrar el sentido de la fragilidad de los seres.
Forzar los argumentos.
La gracia de la amnistía.
Niños oprimidos entre el detectivismo de la asistencia social, el fatalismo del médico, el optimismo del educador.
Perezosa visión de carnero.
Emplear argumentos ya alegados.
Un chico precisa perspectiva, programas.
Prisa del desertor.
Meticulosidad del jubilado.
El azul es alegre.
Los bebés si se acuestan sobre el vientre pueden ahogarse.
Por el cielo la tenebrosa peregrinación de las nubes proseguía silenciosa.
La luna, luna obstinada, como un barquito afrontaba aquella marea nocturna.
Frágil y terca imagen de la Esperanza.
La ilusión, ventaja de los niños y de los pobres.
(Perros perdidos sin collar)
Se sabe el instante exacto de una muerte violenta, porque el reloj de la víctima se rompe con el golpe.
La Razón, diligente para tapar las brechas.
Rechazar de antemano con un gesto soberano, solitario.
Expandirse en el campo profesional.
Horrorosa lotería del suicidio.
La familia detrás de sus velos negros.
Separar como la espada de Tristán.
Pesados, no sentirse pesados, es el secreto de los trenes para no descarrilar.
Experimentar el vértigo del suicidio.
La muerte, ese peñasco negro.
Muerte, sol negro.
Violencia, erotismo, miedo, ganancias.
El vidrio se vuelve a pegar, el cristal no.
Otros se permiten perecer, una manera elegante de suicidarse.
El coma bienhechor.
El instante inhumano es aquel que se acepta la sentencia de muerte. El instante que se decide que uno va a perecer como los demás.
El celo de los médicos.
Occidente indigno, la frivolidad y el lodazal de nuestro Occidente.
El niño que se fuga porque tiene vergüenza de sus padres.
Publicidad que, a la manera de los tiranos, no sabe nunca ser demasiado acuciante o demasiado lisonjera, derroche de falsos menesteres, de falsas pautas.
Ajustar botones.
Por ósmosis, contagio, complicidad, uno se ha transformado en un ersatz (sustituto) propio.
Todo lo cómico de la época es cómico sin saberlo por otra parte, la cual define lo ridículo; y el humor es negro, nunca tierno. Este Carnaval laborioso es una flor del aburrimiento y tal vez también la de una extraña nostalgia.
La pequeña tribu matutina de los traperos ha cedido el lugar al inmenso pueblo de los rompetodo.
Los secretos, tristes monopolios de las grandes personas.
Las largas sombras comunican el crepúsculo.
El reencuentro que significa la Gracia.
Rebaño timorato perseguido por los perros del tiempo, desdichada gente enloquecida por obligaciones fútiles, que ve como sus deberes. O por el grave menester de dar cada día cien justificativos irrisorios a una vida a la cual ya no sabe o no osa dar un sentido.
Una galaxia de pequeños deseos.
Pesado sueño.
El puzzle paciente, el ingenioso mecano que representa el Occidente.
La curva estadística de los suicidios.
El tren ha arrancado nuevamente, lleno de compañeros dormidos sobre sus programas. El tren está ya lejos con su calor, sus luces, su prisa ciega.
Se nos antoja que nuestra patria es esta alborada de algodón, de silencio transido.
La forma de buscar es esperar.
El tiempo nos desmantela, nos mancha como una fruta.
La rendición de cuentas.
(Carta abierta a una joven suicida)
Puertas entreabiertas y cortinas aguantadas por manos invisibles.
Se extendía un horizonte cerrado y en lo alto la forja del sol naciente encendía silenciosamente el negro metal del cielo.
En busca del sueño de los justos.
Ojos color de avellana, de ardilla.
Tono casi afirmativo.
Embarazoso silencio.
Tono indiferente.
Anuncios falaces.
Las nubes, que habían terminado su jornada, se apretujaban sucias, impacientes y taciturnas.
Cada Metro entregaba su hermoso y ajado cargamento a la tarde estremecida.
Gesto de cansancio.
En su soledad, había tomado la costumbre de contestarse.
Tonillo de sorna.
Pelambrera de cordero sucio.
Las olas de la vida.
Una figura encorvada, paciente y sumisa como la de un viejo animal.
Decidido a no permitirse amilanar por la adversidad.
Los niños tienen idéntica sangre que las personas mayores.
Tono de gran desenvoltura.
La gracia de una lluvia primaveral que cayera de un cielo despejado.
Como acorralado por la adversidad, un pobre arbolillo se había refugiado en un rincón del terreno.
Lentitud propia de los animales enfermos.
Las gamas y matices de la ilusión y el desespero.
Tímido gesto escolar.
La rudeza de un médico.
Tono de desafío.
Tono brusco.
Tono seco, cortante.
Lentitud digna de un médico.
Un atestado de la Alcaldía.
Seguir como una sombra desgraciada.
En cuyas manos se mezclaba la tinta de la noche con la grasa de la tarde.
Con la boca abierta, como para devorar el sueño.
Ver el final del túnel, un túnel sin fondo, algo más allá de mis fuerzas.
Su cuerpo le pesaba enormemente, como un fardo inútil.
Expresión infantil de chiquillo apaleado.
Gesto de agradecimiento.
Un tipo mal educado se abre paso a codazos y una persona educada empuja a los demás diciendo perdón.
Expresión infantil y candorosa.
Llegada la noche las cosas se abandonaban, como hacen los enfermos y los ancianos cuando la muerte que dormita los impregna de un olor especial.
Unas nubes que presagian nieve empujan al sol hacia el horizonte.
Las bromas de un chansonier.
Una nube de angustia.
Era de noche, el momento que sólo los invasores están despiertos.
Lo opuesto de inquieto es alegre.
El tono que se emplea para mandar a los animales.
Lágrimas escondidas en la gruta del Tiempo.
La cara mal afeitada, los párpados caídos, igual que un desertor.
El silencio tenía una extraña calidad de cosa viva.
Todo lo que se usa se gasta.
La verdad está a ras de tierra.
El triste final de una feria.
Innoble expresión.
Todo se arregla por el camino.
La desconfiada simpatía con la que se ve a los extranjeros.
Grandes teorías. La evolución del mundo, la sociología, el fatalismo de la economía.
Expresión de profunda gravedad.
El ritmo de las cosas.
No hay una vida humana que no guarde un secreto absurdo.
Gesticulando de una manera desaforada.
Viejo anarquista.
Reanudar la conversación.
Un cero a la izquierda, un mito.
Firmar de una manera lenta y autoconcienzuda.
Extrañamente aliviado.
Marcada desconfianza.
Rechazar el negocio.
Un movimiento de admiración general.
Disfrutar las delicias de una ducha de vapor.
Hacer callar con un gesto.
Una vieja valija de cartón.
Abriendo los ojos simulando un gran asombro.
Lo esencial de la cuestión.
Había nevado por la noche y seguidamente llovía; la tristeza sucedía a la pureza.
Ir de un lado a otro trazando sobre la nieve la pista de un animal encadenado.
Unas manos duras, cerradas, como dos herramientas.
Demostrar un convencional afecto.
La muerte no distingue sus víctimas.
Uno siempre es el pobre de alguien.
Una niña fascinada por las llamas, indiferente y transfigurada por el fuego, como un árbol.
Expresión huraña.
Con más familiaridad que indiscreción.
El sueño avaro de sus horas espera con puntualidad.
Los pordioseros, los pintores de la desesperación.
El desinterés y la fraternidad.
Ganar dinero limpio y sin mancha.
Respeto humano.
Una gran nuez que semejaba un ascensor.
El desierto poco acogedor museo de febrero.
Vivir como el tiempo al borde del deshielo.
Oponer al Tiempo las grandes barricadas de las demás jornadas de actividad.
Los símbolos tienen rostro.
Su pasajera experiencia había sido algo decisivo.
Náuseas morales.
Fingir alegría.
Estremecido de buena voluntad.
Estaba a la sombra de la muerte y galleaba.
Rara angustia.
Se soñaba y cuando se confrontaban los sueños se disputaba.
Ojos azules y descoloridos como una vieja blusa.
La nuez subía y bajaba angustiosamente.
Gritó con una ansiedad que semejaba implicar remordimiento.
Un barrio desgarrado y pobre en su traje nuevo, en su coche americano y en su sotabarba.
La mayoría de los farmacéuticos no son más que tenderos pretenciosos.
Profunda expresión de desgracia.
Los duros y los solitarios son los que siempre mandan.
Agradecimiento. Qué palabra más estúpida. Sólo importa el éxito final.
Tono jocoso.
Transformado en un muñeco sanguinolento y dislocado.
Las formalidades del entierro fueron largas y enojosas.
El mar en cualquier parte es igual.
Se sentía libre, con la culpable libertad de los que sobreviven.
La impaciencia insoportable del perseguido.
Hilo de angustia.
Llegar desde el fondo de la ausencia, hacer volver del país donde uno sólo se aventura a ir sin compañía.
La fuente petrificadora del sueño.
De humanidad frágil.
El silencio es un excelente signo de la amistad.
Los hombres siempre visten el Menester, la Desgracia y el Placer con dos o tres unicos ropajes. Cuartel, hospital o prisión; candilejas, burdel o fiesta campestre siempre son los decorados. Verdaderamente no hace falta tener imaginación.
Comenzó a llorar y las lágrimas brotaron de su cara deformada como de un abrupto manantial rocoso. Lloraba de la manera que se sangra; sin pena, pero con creciente extenuación.
¿Quién sabe si la libertad existe en cantidad limitada como el dinero? ¿Y quién sabe si al disfrutar de la libertad tomamos una porción que podría ser de otro?
Surgir del fondo del tiempo.
Franquear otra esclusa hacia la muerte.
Rara expresión de gravedad.
Tono de chanza.
El instante de ilusión que se vive cuando suena la ultima campanada de Navidad.
Circunstancias familiares dolorosas.
Gesto de impotencia.
Un gesto brutal.
Actitud deliberada.
(Los santos van al infierno)
Sentir el estómago vacío.
La tranquilidad de los niños existe cuando hablan las personas mayores.
El lazo de las grandes palabras.
La apariencia de bondad es el lazo preferido por las personas mayores.
Proteger como un ala azul.
Sólo ganan al bridge los que saben esperar mucho antes de manifestarse.
A qué capítulo del presupuesto se llevaría el gasto.
Decidir la orientación de los acogidos.
La espera es mucho mejor que la realidad.
Reducirse el estómago.
La marea marca un ribete sobre la arena.
La cisterna del otoño.
Cataratas de silencio.
Una indiferencia calculada.
La luna, altivo rompehielos.
Cogida con el lazo de su generosidad, de su familiaridad.
Con la falsa persuasión de los mixtificadores y el tono dócil con el que hablan a los visitantes desconocidos.
Mezcla de altivez y humildad propia de los mendigos.
Tibio baño de sueño.
Piedad desdeñosa.
Un vuelo de perdices asciende pesadamente hacia el sol.
La actitud de la súplica.
Cuchitriles, paro forzoso o salarios de hambre.
Unos ojos verdes a los cuales daba la inquietud fulgores de tempestad.
Una emoción brutal.
Semejante a algunos pájaros nocturnos, cuando no veía claro, por lo menos sentía la presencia del obstáculo y sabía rodearlo.
La complicidad misteriosa de las personas mayores preocupa y aleja a los niños.
Tono indiferente.
¿Quién puede distinguir un grito de dolor de un grito de rabia?
Los primeros copos de nieve del invierno buscan planeando su camino.
Piedad, curiosidad, reprobación e ilusión.
Morgue quiere decir orgullo.
El sol de marzo había venido a dar un paseo por diciembre.
Con la cara vuelta hacia el sol como las flores.
La pleamar de la cólera ahogaba su desesperación.
Un ojo azul, inmóvil y brillante como un cielo de verano.
Vista sombría de gitano.
La alegría del niño.
Afirmación opuesta a reserva.
El factor que entrega un paquete.
Una dicha nunca viene sola.
Los que amamos envejecen cuando les volvemos la espalda.
Retirar la acusación.
Valorar al niño por lo que sea y no por lo que ha hecho. No es un ser humano pequeño, sino una parte de los hombres. Está lleno de buenos deseos, pero no tiene voluntad.
Velar por el niño; respetar hasta su vanidad; siente que tiene que crecer.
Encontrar el sentido de la fragilidad de los seres.
Forzar los argumentos.
La gracia de la amnistía.
Niños oprimidos entre el detectivismo de la asistencia social, el fatalismo del médico, el optimismo del educador.
Perezosa visión de carnero.
Emplear argumentos ya alegados.
Un chico precisa perspectiva, programas.
Prisa del desertor.
Meticulosidad del jubilado.
El azul es alegre.
Los bebés si se acuestan sobre el vientre pueden ahogarse.
Por el cielo la tenebrosa peregrinación de las nubes proseguía silenciosa.
La luna, luna obstinada, como un barquito afrontaba aquella marea nocturna.
Frágil y terca imagen de la Esperanza.
La ilusión, ventaja de los niños y de los pobres.
(Perros perdidos sin collar)
Se sabe el instante exacto de una muerte violenta, porque el reloj de la víctima se rompe con el golpe.
La Razón, diligente para tapar las brechas.
Rechazar de antemano con un gesto soberano, solitario.
Expandirse en el campo profesional.
Horrorosa lotería del suicidio.
La familia detrás de sus velos negros.
Separar como la espada de Tristán.
Pesados, no sentirse pesados, es el secreto de los trenes para no descarrilar.
Experimentar el vértigo del suicidio.
La muerte, ese peñasco negro.
Muerte, sol negro.
Violencia, erotismo, miedo, ganancias.
El vidrio se vuelve a pegar, el cristal no.
Otros se permiten perecer, una manera elegante de suicidarse.
El coma bienhechor.
El instante inhumano es aquel que se acepta la sentencia de muerte. El instante que se decide que uno va a perecer como los demás.
El celo de los médicos.
Occidente indigno, la frivolidad y el lodazal de nuestro Occidente.
El niño que se fuga porque tiene vergüenza de sus padres.
Publicidad que, a la manera de los tiranos, no sabe nunca ser demasiado acuciante o demasiado lisonjera, derroche de falsos menesteres, de falsas pautas.
Ajustar botones.
Por ósmosis, contagio, complicidad, uno se ha transformado en un ersatz (sustituto) propio.
Todo lo cómico de la época es cómico sin saberlo por otra parte, la cual define lo ridículo; y el humor es negro, nunca tierno. Este Carnaval laborioso es una flor del aburrimiento y tal vez también la de una extraña nostalgia.
La pequeña tribu matutina de los traperos ha cedido el lugar al inmenso pueblo de los rompetodo.
Los secretos, tristes monopolios de las grandes personas.
Las largas sombras comunican el crepúsculo.
El reencuentro que significa la Gracia.
Rebaño timorato perseguido por los perros del tiempo, desdichada gente enloquecida por obligaciones fútiles, que ve como sus deberes. O por el grave menester de dar cada día cien justificativos irrisorios a una vida a la cual ya no sabe o no osa dar un sentido.
Una galaxia de pequeños deseos.
Pesado sueño.
El puzzle paciente, el ingenioso mecano que representa el Occidente.
La curva estadística de los suicidios.
El tren ha arrancado nuevamente, lleno de compañeros dormidos sobre sus programas. El tren está ya lejos con su calor, sus luces, su prisa ciega.
Se nos antoja que nuestra patria es esta alborada de algodón, de silencio transido.
La forma de buscar es esperar.
El tiempo nos desmantela, nos mancha como una fruta.
La rendición de cuentas.
(Carta abierta a una joven suicida)
Puertas entreabiertas y cortinas aguantadas por manos invisibles.
Se extendía un horizonte cerrado y en lo alto la forja del sol naciente encendía silenciosamente el negro metal del cielo.
En busca del sueño de los justos.
Ojos color de avellana, de ardilla.
Tono casi afirmativo.
Embarazoso silencio.
Tono indiferente.
Anuncios falaces.
Las nubes, que habían terminado su jornada, se apretujaban sucias, impacientes y taciturnas.
Cada Metro entregaba su hermoso y ajado cargamento a la tarde estremecida.
Gesto de cansancio.
En su soledad, había tomado la costumbre de contestarse.
Tonillo de sorna.
Pelambrera de cordero sucio.
Las olas de la vida.
Una figura encorvada, paciente y sumisa como la de un viejo animal.
Decidido a no permitirse amilanar por la adversidad.
Los niños tienen idéntica sangre que las personas mayores.
Tono de gran desenvoltura.
La gracia de una lluvia primaveral que cayera de un cielo despejado.
Como acorralado por la adversidad, un pobre arbolillo se había refugiado en un rincón del terreno.
Lentitud propia de los animales enfermos.
Las gamas y matices de la ilusión y el desespero.
Tímido gesto escolar.
La rudeza de un médico.
Tono de desafío.
Tono brusco.
Tono seco, cortante.
Lentitud digna de un médico.
Un atestado de la Alcaldía.
Seguir como una sombra desgraciada.
En cuyas manos se mezclaba la tinta de la noche con la grasa de la tarde.
Con la boca abierta, como para devorar el sueño.
Ver el final del túnel, un túnel sin fondo, algo más allá de mis fuerzas.
Su cuerpo le pesaba enormemente, como un fardo inútil.
Expresión infantil de chiquillo apaleado.
Gesto de agradecimiento.
Un tipo mal educado se abre paso a codazos y una persona educada empuja a los demás diciendo perdón.
Expresión infantil y candorosa.
Llegada la noche las cosas se abandonaban, como hacen los enfermos y los ancianos cuando la muerte que dormita los impregna de un olor especial.
Unas nubes que presagian nieve empujan al sol hacia el horizonte.
Las bromas de un chansonier.
Una nube de angustia.
Era de noche, el momento que sólo los invasores están despiertos.
Lo opuesto de inquieto es alegre.
El tono que se emplea para mandar a los animales.
Lágrimas escondidas en la gruta del Tiempo.
La cara mal afeitada, los párpados caídos, igual que un desertor.
El silencio tenía una extraña calidad de cosa viva.
Todo lo que se usa se gasta.
La verdad está a ras de tierra.
El triste final de una feria.
Innoble expresión.
Todo se arregla por el camino.
La desconfiada simpatía con la que se ve a los extranjeros.
Grandes teorías. La evolución del mundo, la sociología, el fatalismo de la economía.
Expresión de profunda gravedad.
El ritmo de las cosas.
No hay una vida humana que no guarde un secreto absurdo.
Gesticulando de una manera desaforada.
Viejo anarquista.
Reanudar la conversación.
Un cero a la izquierda, un mito.
Firmar de una manera lenta y autoconcienzuda.
Extrañamente aliviado.
Marcada desconfianza.
Rechazar el negocio.
Un movimiento de admiración general.
Disfrutar las delicias de una ducha de vapor.
Hacer callar con un gesto.
Una vieja valija de cartón.
Abriendo los ojos simulando un gran asombro.
Lo esencial de la cuestión.
Había nevado por la noche y seguidamente llovía; la tristeza sucedía a la pureza.
Ir de un lado a otro trazando sobre la nieve la pista de un animal encadenado.
Unas manos duras, cerradas, como dos herramientas.
Demostrar un convencional afecto.
La muerte no distingue sus víctimas.
Uno siempre es el pobre de alguien.
Una niña fascinada por las llamas, indiferente y transfigurada por el fuego, como un árbol.
Expresión huraña.
Con más familiaridad que indiscreción.
El sueño avaro de sus horas espera con puntualidad.
Los pordioseros, los pintores de la desesperación.
El desinterés y la fraternidad.
Ganar dinero limpio y sin mancha.
Respeto humano.
Una gran nuez que semejaba un ascensor.
El desierto poco acogedor museo de febrero.
Vivir como el tiempo al borde del deshielo.
Oponer al Tiempo las grandes barricadas de las demás jornadas de actividad.
Los símbolos tienen rostro.
Su pasajera experiencia había sido algo decisivo.
Náuseas morales.
Fingir alegría.
Estremecido de buena voluntad.
Estaba a la sombra de la muerte y galleaba.
Rara angustia.
Se soñaba y cuando se confrontaban los sueños se disputaba.
Ojos azules y descoloridos como una vieja blusa.
La nuez subía y bajaba angustiosamente.
Gritó con una ansiedad que semejaba implicar remordimiento.
Un barrio desgarrado y pobre en su traje nuevo, en su coche americano y en su sotabarba.
La mayoría de los farmacéuticos no son más que tenderos pretenciosos.
Profunda expresión de desgracia.
Los duros y los solitarios son los que siempre mandan.
Agradecimiento. Qué palabra más estúpida. Sólo importa el éxito final.
Tono jocoso.
Transformado en un muñeco sanguinolento y dislocado.
Las formalidades del entierro fueron largas y enojosas.
El mar en cualquier parte es igual.
Se sentía libre, con la culpable libertad de los que sobreviven.
La impaciencia insoportable del perseguido.
Hilo de angustia.
Llegar desde el fondo de la ausencia, hacer volver del país donde uno sólo se aventura a ir sin compañía.
La fuente petrificadora del sueño.
De humanidad frágil.
El silencio es un excelente signo de la amistad.
Los hombres siempre visten el Menester, la Desgracia y el Placer con dos o tres unicos ropajes. Cuartel, hospital o prisión; candilejas, burdel o fiesta campestre siempre son los decorados. Verdaderamente no hace falta tener imaginación.
Comenzó a llorar y las lágrimas brotaron de su cara deformada como de un abrupto manantial rocoso. Lloraba de la manera que se sangra; sin pena, pero con creciente extenuación.
¿Quién sabe si la libertad existe en cantidad limitada como el dinero? ¿Y quién sabe si al disfrutar de la libertad tomamos una porción que podría ser de otro?
Surgir del fondo del tiempo.
Franquear otra esclusa hacia la muerte.
Rara expresión de gravedad.
Tono de chanza.
El instante de ilusión que se vive cuando suena la ultima campanada de Navidad.
Circunstancias familiares dolorosas.
Gesto de impotencia.
Un gesto brutal.
Actitud deliberada.
(Los santos van al infierno)
Graham Greene
Lime, cal, se utilizaba en las prisiones, para destruir los cadáveres de los ahorcados.
Underground, secreto, clandestino.
Hotel Sacher´s de Viena.
Publico amplio, pero poco beneficioso.
Fondo de propaganda.
Humor ácido.
Nunca nos acostumbramos a ser menos importantes para los demás, de lo que son para nosotros.
Críptico recado.
Fina y paciente nieve.
Son los falsos apenados y los falsos amantes lo que echan la ultima ojeada.
Cuenta de gastos.
Ideas fantásticas.
No hay por qué demostrar valor físico en cualesquiera situaciones.
Ratería con la gasolina.
Exagerado sentido de la jerarquía.
Libras en vales.
Estilo sutil, complejo y fluctuante.
Aire de apaciguamiento.
Diminuta pausa, en la que su cerebro registró el error.
Costar tiempo y dinero.
Las manos de los culpables no tienen por qué temblar; sólo en las novelas la agitación se trasluce permitiendo caer una copa.
A menudo, la tensión se demuestra en acciones estudiadas.
Empleo del tiempo pasado, deliberado o no.
Puerta de lo consciente.
El aficionado tiene otra ventaja sobre el profesional. Puede ser temerario. Puede contar innecesarias verdades y proponer teorías disparatadas.
Curiosidad insana.
La lisa pared del engaño no había mostrado ninguna grieta a los dedos que la palpaban.
Propiedad requisada.
Materia sin vida, un gas, putrefacción.
La técnica de la novela contemporánea.
Tipo de persona humanitaria, que aparece en una epidemia de tifus.
Informes de la investigación.
Expresión de triste paciencia.
Pasar la mano con gesto hastiado por la frente.
Mentalidad de los anglosajones.
Los amantes reconstruyen los más mínimos detalles si encuentran a alguien que los escuche.
Manifestación política. Reunión política.
Imaginación de escritor.
Rasgos anticuados, deslustrados, serios y joviales de los lectores habituales.
Aire de paciencia triste.
Trazar un panorama lúcido, equilibrado y sin prejuicios, de la novela inglesa contemporánea.
Aspectos técnicos. El punto de vista, el paso del tiempo.
Zane Grey, "Jinetes de la pradera roja".
Corriente de la autoconciencia.
Crimen sórdido, repugnante.
Irritación del temor.
Ojos como cuentas de un loro encadenado a una percha.
Tráfico ilegal de penicilina.
Respetable asalariado.
Una banda de delincuentes actúa como un partido totalitario.
Penicilina empleada con la meningitis.
Mundo de amistad sencilla, de veneración a un valiente, de tranquilidad.
Contaminarse como la tierra de una ciudad afectada por la radiactividad.
Dispuesto a saltar antes de ver.
Capital harapienta de una harapienta Europa.
Humor violento.
Estúpidas sabidurías.
Nadie teme la influencia de los arruinados y derrotados.
Información útil.
Actividad rutinaria. Cuántas ocasiones, súbitas intuiciones se pierden simplemente porque una actividad se ha convertido sólo en una actividad.
Periodista melodramático. Terror silencioso.
La oscuridad nunca es nuestra casa.
Novelas del Oeste. Truco de la tensión.
(El Tercer Hombre)
Se sentía casi insoportablemente solitario.
Bebía muy lentamente porque no tenía otra cosa que hacer, excepto retornar a su escuálida y sofocante habitación y leer una novela o un poema.
Sus gestos eran románticos. Ante el publico sólo permitía ver su Edgar Wallace.
Cara color de heno.
Censor de telegramas.
La primera expresión de irrazonable mal humor.
Un amplio edificio de piedra como grandilocuente vanagloria de la debilidad del ser humano.
La idea directora era simple como una choza.
El olor de la injusticia y la ruindad humanas.
La expresión tranquila y amable a fuerza de experiencia.
Tras quince años la amabilidad de un rostro es desplazada por la experiencia.
Excepcional para conseguir enemigos, como Arístides el Justo.
La culpa y la inocencia eran relativas como la riqueza.
La guerra inextinguible por el alojamiento.
Años de ansiedad y de amor.
El matiz amarillomarfilino que da la atabrina. Remedio semejante a la quinina.
Un jamón envuelto de tul.
Nunca se perdía nada con la postergación de las cosas.
Un telegrafista que tiene una novela ante los ojos podía desatender cualquier señal, excepto el símbolo del barco y el S.O.S.
Clemence Dane, novelista y dramaturgo.
El calmo, raso e infecto mar.
Una nerviosa tentativa de jovialidad.
Inútil pretensión de frivolidad.
La amarga píldora del registro.
Tirante e incoherente conversación.
Uno puede mantener una guerra sin cuartel ante lo hermoso, lo inteligente y lo exitoso, pero no ante lo feo.
La historia era suficientemente irracional como para ser verídica.
Imperdonable desesperación.
Abrir la puerta a la desesperación.
El terrible soplo del futuro.
Evasiones, un centro ciclónico.
Acusar con enojo.
El coágulo de palabras fue suspendido por el tamiz de su cerebro.
Un breve estallido de energía.
Un estómago europeo o un estómago de avestruz.
La picardía de un viejo elefante.
Un leproso que proclamara su miseria.
Un matiz de ansiedad.
El sufrimiento que inseparablemente acompaña cualquier referencia humana; el sufrimiento soportado y el sufrimiento infligido.
La orilla donde la vida termina.
Espetar una nerviosa pregunta.
La "Historia Constitucional" de Maitland, Henry Maine, "El Santo Poder Romano" de Bryce, los "Doomsday Records of Little Wittington", Somerset Maugham, Edgar Wallace, Hoster, "La Muerte en Locksmith House".
Los hombres que están por perecer se vuelven sencillamente locuaces respecto de sus manifestaciones íntimas.
La Peine forte et dure pesaba sobre la frente.
Las circunstancias lo habían obligado.
Era una persona de dimensión humana con su propio sentido de la responsabilidad; no era el simple objeto de sus cuidados y atenciones.
Burbujear de falsa bonhomie.
Una inofensiva mentira.
Los profundos tonos del silencio.
La enorme grieta que la piedad había abierto sobre su integridad.
Los pies de los angarilleros se movían con garantía de mulas.
¿Todo sería igual cuando uno llegaba a lo que llaman el fondo de la cuestión?
La cara convulsa de un minero por el esfuerzo.
La visión brillante e inteligente de la fiebre.
Un verdadero crimen con claves y persecuciones.
Los piratas dan ocasión a los marineros para que pasen a formar parte de su banda.
Su extraordinario rubor delator se extendió por la cara.
El maldito y evasivo Pimpinela Escarlata.
Tono adecuado, apropiado.
La ansiedad y el sufrimiento.
Tristemente, como una marea crepuscular, sentía que la responsabilidad lo llevaba hacia la costa.
Moviendo influencias.
La fealdad momentánea de las criaturas.
Los largos argumentos legalistas de la simulación.
Tono de despecho.
La lealtad que se siente por la desdicha.
Detrás de la barrera de su Edgar Wallace.
Sumido por una náusea de desagrado.
Irritar como una acusación que no podía replicar.
Una expresión de súplica indefinida.
Una náusea inundaba su cabeza.
Somnífero luminal.
Conversación repugnante.
El sello del retorno.
La árida verdad.
La extraordinaria cantidad de derivaciones imprevistas que puede tener una situación.
El buen humor forzado, la broma con los labios secos se mantenían fatigosamente.
El feo ascetismo de los no deseados.
Su personalidad se desmoronaba con la lenta disgregación de las mentiras.
El amor que uno siempre siente por lo que ha perdido, ya sea una criatura, una mujer y algunas ocasiones un sufrimiento.
Ver con hambriento embarazo.
Oh lírico amor, casi ángel, casi pájaro.
Con el amor humano nunca hay nada que pueda llamarse una victoria; sólo algunos éxitos tácticos de importancia secundaria que preceden la derrota final de la muerte o de la indiferencia.
El río subterráneo que había seguido Alla Quatermain navegando dentro de un bote llevado por la corriente hasta llegar a la ciudad perdida de Milosis.
Una de las cualidades del engaño es que uno pierde el sentido de la familiaridad.
Los buitres golpeando sus alas como paraguas rotos.
El tiempo pasa de manera muy distinta para dos personas diferentes; rápido o despacio. Según el grado de su amistad.
Mentalidad prosaica.
Ojos como telescopios vacíos y brillantes.
Imprecación deliberada.
Proverbio. El fin es el comienzo.
La cara vencida, rota, sin piedad como un vidrio trizado.
Con las novelas siempre hay un confidente.
Doloroso afecto, lealtad, piedad.
Estudiada frivolidad.
El filo del silencio.
(El revés de la trama)
Se sentía casi insoportablemente solitario.
Bebía muy lentamente porque no tenía otra cosa que hacer, excepto retornar a su escuálida y sofocante habitación y leer una novela o un poema.
Sus gestos eran románticos. Ante el publico sólo permitía ver su Edgar Wallace.
Cara color de heno.
Censor de telegramas.
La primera expresión de irrazonable mal humor.
Un amplio edificio de piedra como grandilocuente vanagloria de la debilidad del ser humano.
La idea directora era simple como una choza.
El olor de la injusticia y la ruindad humanas.
La expresión tranquila y amable a fuerza de experiencia.
Tras quince años la amabilidad de un rostro es desplazada por la experiencia.
Excepcional para conseguir enemigos, como Arístides el Justo.
La culpa y la inocencia eran relativas como la riqueza.
La guerra inextinguible por el alojamiento.
Años de ansiedad y de amor.
El matiz amarillomarfilino que da la atabrina. Remedio semejante a la quinina.
Un jamón envuelto de tul.
Nunca se perdía nada con la postergación de las cosas.
Un telegrafista que tiene una novela ante los ojos podía desatender cualquier señal, excepto el símbolo del barco y el S.O.S.
Clemence Dane, novelista y dramaturgo.
El calmo, raso e infecto mar.
Una nerviosa tentativa de jovialidad.
Inútil pretensión de frivolidad.
La amarga píldora del registro.
Tirante e incoherente conversación.
Uno puede mantener una guerra sin cuartel ante lo hermoso, lo inteligente y lo exitoso, pero no ante lo feo.
La historia era suficientemente irracional como para ser verídica.
Imperdonable desesperación.
Abrir la puerta a la desesperación.
El terrible soplo del futuro.
Evasiones, un centro ciclónico.
Acusar con enojo.
El coágulo de palabras fue suspendido por el tamiz de su cerebro.
Un breve estallido de energía.
Un estómago europeo o un estómago de avestruz.
La picardía de un viejo elefante.
Un leproso que proclamara su miseria.
Un matiz de ansiedad.
El sufrimiento que inseparablemente acompaña cualquier referencia humana; el sufrimiento soportado y el sufrimiento infligido.
La orilla donde la vida termina.
Espetar una nerviosa pregunta.
La "Historia Constitucional" de Maitland, Henry Maine, "El Santo Poder Romano" de Bryce, los "Doomsday Records of Little Wittington", Somerset Maugham, Edgar Wallace, Hoster, "La Muerte en Locksmith House".
Los hombres que están por perecer se vuelven sencillamente locuaces respecto de sus manifestaciones íntimas.
La Peine forte et dure pesaba sobre la frente.
Las circunstancias lo habían obligado.
Era una persona de dimensión humana con su propio sentido de la responsabilidad; no era el simple objeto de sus cuidados y atenciones.
Burbujear de falsa bonhomie.
Una inofensiva mentira.
Los profundos tonos del silencio.
La enorme grieta que la piedad había abierto sobre su integridad.
Los pies de los angarilleros se movían con garantía de mulas.
¿Todo sería igual cuando uno llegaba a lo que llaman el fondo de la cuestión?
La cara convulsa de un minero por el esfuerzo.
La visión brillante e inteligente de la fiebre.
Un verdadero crimen con claves y persecuciones.
Los piratas dan ocasión a los marineros para que pasen a formar parte de su banda.
Su extraordinario rubor delator se extendió por la cara.
El maldito y evasivo Pimpinela Escarlata.
Tono adecuado, apropiado.
La ansiedad y el sufrimiento.
Tristemente, como una marea crepuscular, sentía que la responsabilidad lo llevaba hacia la costa.
Moviendo influencias.
La fealdad momentánea de las criaturas.
Los largos argumentos legalistas de la simulación.
Tono de despecho.
La lealtad que se siente por la desdicha.
Detrás de la barrera de su Edgar Wallace.
Sumido por una náusea de desagrado.
Irritar como una acusación que no podía replicar.
Una expresión de súplica indefinida.
Una náusea inundaba su cabeza.
Somnífero luminal.
Conversación repugnante.
El sello del retorno.
La árida verdad.
La extraordinaria cantidad de derivaciones imprevistas que puede tener una situación.
El buen humor forzado, la broma con los labios secos se mantenían fatigosamente.
El feo ascetismo de los no deseados.
Su personalidad se desmoronaba con la lenta disgregación de las mentiras.
El amor que uno siempre siente por lo que ha perdido, ya sea una criatura, una mujer y algunas ocasiones un sufrimiento.
Ver con hambriento embarazo.
Oh lírico amor, casi ángel, casi pájaro.
Con el amor humano nunca hay nada que pueda llamarse una victoria; sólo algunos éxitos tácticos de importancia secundaria que preceden la derrota final de la muerte o de la indiferencia.
El río subterráneo que había seguido Alla Quatermain navegando dentro de un bote llevado por la corriente hasta llegar a la ciudad perdida de Milosis.
Una de las cualidades del engaño es que uno pierde el sentido de la familiaridad.
Los buitres golpeando sus alas como paraguas rotos.
El tiempo pasa de manera muy distinta para dos personas diferentes; rápido o despacio. Según el grado de su amistad.
Mentalidad prosaica.
Ojos como telescopios vacíos y brillantes.
Imprecación deliberada.
Proverbio. El fin es el comienzo.
La cara vencida, rota, sin piedad como un vidrio trizado.
Con las novelas siempre hay un confidente.
Doloroso afecto, lealtad, piedad.
Estudiada frivolidad.
El filo del silencio.
(El revés de la trama)
La muerte destruye la vanidad.
Estandartes y turíbulos.
Valor de la rareza.
Tiesuras coloniales.
En la política no existe la gratitud.
Aislacionista.
Hay un momento grave, cuando uno se transforma, momento de emoción.
La suerte no dura.
El sufrimiento no aumenta con la cantidad de los que sufren; un cuerpo puede contener todo el sufrimiento del mundo.
(El americano impasible)
Hitchens
El traje color hueso que vestía Graham Greene.
Graham Greene comunista católico.
Pinker
"El poder y la gloria" cuyo protagonista reflexiona sobre su hija.
Jean-Paul Sartre
Las transformaciones conciernen a los objetos.
Falsa humildad.
El tiempo es demasiado ancho, no se permite llenar. Todo lo que uno sumerge en él se ablanda y estira.
Tiempo donde está varado el mundo.
Encadenamiento riguroso de las circunstancias.
El tiempo desnudo viene lentamente a la existencia.
Deslizamiento, roces del tiempo.
Mis recuerdos son como las monedas en la bolsa del diablo; cuando uno la abre, sólo encuentra hojas secas.
Magia de las aventuras.
Idea. Gran masa blanca. Dura lo que un relámpago.
El fin transforma todo.
Feliz protagonista de novela.
Límites de lo verosímil.
Formas inmutables de las especies animales.
La cantidad de energía se mantiene íntegra en el universo.
Ventaja de ser bien educado en una familia unida, ventaja de heredar un nombre sin tacha.
Una regla es la otra cara de un deber.
Razón del prestigio.
Familia, patria, propiedad, los valores más sagrados.
Simplicidad de una idea.
Misteriosa debilidad de los rostros humanos, carácter de menester.
Instalar en la existencia histórica.
Las cosas son en su totalidad lo que semejan, y detrás no hay nada.
Las reflexiones son más insulsas que la carne. Y además, dentro de las reflexiones están las palabras inconclusas, las frases esbozadas, que retornan sin interrupción.
Omelette. Surprise.
El humanista radical es particularmente amigo de los burócratas. El humanista de izquierda estima su cuidado velar por los valores humanos; no pertenece a ningún partido, porque no quiere traicionar lo humano, pero sus simpatías se inclinan a los humildes, a los cuales consagra su bella cultura clásica. Por un curioso fenómeno de mimentismo, se asemeja al pobre Ghéhenno.
Cegadora evidencia. Náusea.
De ordinario, la existencia se oculta, está alrededor, es nosotros y finalmente queda intocada. Ser, pertenencia, forma vacía, que se agrega a las cosas desde afuera, sin modificar su cualidad. Es una sumisión.
La vista es una invención abstracta, una idea limpia, simplificada, una idea del ser humano. Lo esencial es la contingencia.
Por definición, la existencia no es el menester. Existir es estar allí, simplemente; los existentes aparecen, se permiten encontrar, pero nunca es posible deducirlos. Los movimientos son pasos intermediarios entre dos existencias, tiempos débiles.
Calidad rara y preciosa. Estilo.
La situación es la materia; esta exige un desarrollo.
Autoconciencia de estar de más.
(La Náusea)
La seda de la mañana le acariciaba el rostro.
Esta jornada triunfal que se anunciaba, blando viento matutino de los álamos, sol de las doce del día en los trigales, perfume de la tierra recalentada al anochecer, tendría que ser muerta por partes, minuto por minuto.
En el rostro alegre la angustia revoloteaba sin conseguir posarse en parte alguna.
Nervioso, indignación del débil.
Terrible ola de la guerra.
Pánico del asco de la vida civil.
Color sangre de buey.
Estaba a punto de hacer explosión y, de pronto, me robaron la muerte.
Mariposas de hollín.
Píldora histórica.
Cogollo de la jornada.
Tranquila superficie de la Nada.
Eternidad de escultura.
Rechazaban los consuelos de la grandeza por lucidez austera. Se negaban hasta el mérito de sufrir.
Predestinados, ni eso, porque el mundo es un azar.
Inhumanos, demasiado humanos, más allá y más aquí de la desesperación.
Las bocas se abrieron un momento hacia el azul con el reproche de sus negras llagas.
Armisticio consagrado.
El tiempo pasaba suavemente como una infusión hecha tibia por el sol.
Actitud de quien formula una paradoja.
La vida subía, bajaba y giraba rápidamente en el árbol azul de sus venas.
Se sentó como un patrono bajo el cielo bélico.
Presión magnética del silencio.
París se poblaba de pequeñas derrotas-minutos que brotaban y eran reabsorbidas.
El bulevard Saint-Michel, ayer larga colada de oro hacia el sur, era esta ballena reventada.
Ala inmunda del tedio.
Proceso en desarrollo.
Ángeles exterminadores del odio y la cólera.
La angustia comenzó prudentemente como una caricia y después se instaló modesta y de la casa en el hueco del estómago.
Vacío en uno y vacío alrededor.
El Tiempo se derrumbó con su gran futuro. Un espantapájaros. No quedó más que una vacilante y pequeña duración local.
Futuro minúsculo.
Restituido el Tiempo, la perlita de futuro se diluyó en un futuro inmenso y siniestro.
Silencio planetario.
Suicidio meditado.
Veneno fulminante.
Rumor que contribuye a hacer el silencio.
Hora que los objetos abandonan sus contornos y se funden en la bruma algodonosa del anochecer.
Olor a violeta del silencio.
La noche era dulce y feroz; la carne de la noche, en muchas ocasiones desgarrada, se había cicatrizado. Una noche llena y virgen, hermosa noche sin hombres, hermoso rubí sin manchas.
Hiel de los sufrimientos futuros.
Tenía menester de discutir la mente de los demás para adquirir autoconciencia de la suya.
Mundo oscuro de su infancia, bosque de las preguntas sin contestaciones.
Despertar de la Ciencia, la Industria y la Moral.
Insinceridad manifiesta.
Sueño pastoso.
Celo cómico del niño.
La Libertad es el terror.
Libre como el aire.
Conviene administrar las fuerzas.
Con el anochecer ha caído sobre los hombres la gran paciencia bélica. Esperan.
Una huelga proporciona a los huelguistas la autoconciencia de su fuerza.
Vuelve el mundo de los hombres con sus leyes, constancias y prohibiciones. La organización humana.
Sabia pegajosa, interioridad.
Cuerpo moral, bosque de deseos.
Infancia, amor, interioridad no eran nada. Apenas un sueño de iniciación.
Lenta sensatez campesina.
Juego de las fuerzas mecánicas.
Discordias, conflictos de preferencias, relajamiento de las costumbres.
Sórdido materialismo.
El materialismo es una condición del ser humano que se ha separado de Dios.
El tiempo pasa tenso y sagrado.
Nariz de rico, aguileña, a cincel.
Hay leyes naturales y los inmuebles tienen la costumbre de mantenerse en pie si han sido construidos según esas leyes.
Brillo sádico e innoble de la caridad.
Expresión de ausencia de las muchedumbres que van a llamear de cólera.
(La muerte en el alma)
Reflexiones de soledad, frescas, umbrías y tímidas, que antaño se deslizaban con la vivacidad furtiva de los peces.
Amar con lucidez, compañero, testigo, consejero, juez.
Neto y limpio, huele a colada.
Sombra, inútil, vacilante, equívoco, tórrido.
Propósito opuesto a material.
La noche había amortajado la mayor parte de las autoconciencias.
Impresión de gozar de un pequeño fragmento de tiempo, infinitamente precioso.
Generosidad triste.
Môme, chiquillo.
Aire de inteligencia, instruido, no simpático.
¡A buen puerto iba por agua!
El deseo chupaba las ideas negras.
Vértigo rojo y voluptuoso.
Aire de afuera, universo sano, corto y empecinado, de revueltas y violencias, de actividad manual, esfuerzo paciente, disciplina.
Partido abstracto.
Vida lenta, silenciosa y rumorosa de una muchedumbre.
Complicidad embadurnada que uno siente por los aplastados, accidentados, enfermos de flemones y úlceras.
Escuchar con cortesía helada.
La amistad no ha sido hecha para discutir, sino para dar familiaridad.
Humildad turbadora y voluptuosa que provocaba un sigiloso deseo de hacerle daño, de agobiarle de vergüenza.
Verano, el cielo invadía la calle, era un fantasma mineral.
Ciudad de vidrio hilado.
Ligero como un hilo de la Virgen.
Énfasis filosófico.
Ser libre, ser causa propia, poder decir, soy porque lo quiero, ser mi propio comienzo.
Las cosas eran presencias sofocantes y cómplices, amplios remolinos que la penetraban hasta su carne.
Sabor de catástrofe.
Amor rotundo, sencillo, con sus deseos simples y conductas triviales.
En el aire un horror fijo, un horror de las doce del día.
Inerte y siniestro destino.
Aire animado y alegre de quien traga una droga.
Silencio metálico.
Relámpago de odio.
Visión dura y falsa de los alucinados.
Relámpago de alegría.
Tranquilidad profética.
La hora central del día, fija y redonda como un ojo.
Gata de albañal.
Infierno. Una visión que lo penetraría todo, con la que uno vería hasta el cabo del mundo, hasta el fondo propio.
Existir con olor, sombra, pasado.
Tono razonable e invasor.
Pasta espesa del sueño.
Tono de optimismo superficial y animoso que enfurece a la gente.
Un aire divertido y sensato, muy alejado de la discusión como de la indulgencia.
Una persuasión es una cosa que se forma.
Tentador sueño.
Aspecto raro y limitado de las alubias.
El provecho del robo era completamente racional, según los viejos espartanos. Era una ascesis.
Reconocer por ánimo de honestidad.
Ternura de propietaria.
Aire de digresión desolada.
Piedad lodosa.
Ánimo de justicia.
Horror por las economías y ese magro rollo que se albergaba en su cartera.
Dicha humilde y cobarde.
Cabeza de tribuno, voluminosa y publica, empastada por un tono de importancia política.
Penoso fantasma del sufrimiento.
Racionalista, carece de misterio.
Sueño opaco y triste, mundo opaco que esperaba en silencio.
Soledad angélica.
Sentido vago y vacilante de las cosas naturales.
Dolor humilde y refrescante.
Disposición de exaltación alegre, que una nada basta para transformar en furor.
Satisfacción obstinada y mala voluntad de cangrejo.
Tumulto amenazante, opinión publica.
Tiras de gasa Velpeau.
Mancha ciega. La muerte.
Relámpago de tristeza.
Indestructible mineral.
Una vida es algo hecho con el porvenir, como los cuerpos están hechos con el vacío.
Humillante derrota.
Panne. Rajado.
Obligaciones inciertas y temibles que imponen los muertos, opuestas a los deberes serios de familia.
Se mantenía muy derecho, fúnebre y correcto, como un testigo de duelo.
Las cosas son algo sumiso, dócil, manejable.
Atroz, débil y moribundo desprecio propio.
Insoportable dulzura de existir.
Justificación del acto.
Préstamo forzoso.
Rigidez ciega de una catástrofe.
Aire desconfiado y astuto de campesino.
pesado olor de Chipre.
Ver con estupor fijo, a la manera de los viejos.
(Los caminos de la libertad I. La edad de la razón)
Olor a papel de Armenia.
Polvo de oro de la tarde.
La muerte está inscrita en los hombres, la rutina en las cosas.
Ajolio, ajiaceite.
Ruido y movimiento son una pequeña distracción.
Un rayo salvaje que hiciera estallar esa dulzura, que labrara horriblemente esas campiñas, ahuecara esos campos como embudos, moldeara esas tierras planas y monótonas a semejanza de un mar irritado, la guerra, la hecatombe de los hombres de buena voluntad, la matanza de los inocentes.
Van a desgarrar con sus manos ese cielo puro.
Mar de odio.
Obstinación vacilante de la naturaleza.
Sentido de las actividades de los hombres.
Mundo de la cólera y la revuelta.
Futuro y seco dolor de los insomnios.
Emigrados. Consejo de verificación.
Gárgaras con agua de Bottot.
Stewart. Mayordomo del barco.
Ojos despreciativos de la noche.
Agujero negro surcado de cohetes, la guerra.
Un día de vergüenza, reposo, miedo, el sol salía un domingo.
Calles ejecutadas por el domingo, calles de guerra.
Ese tejido de bruma que brota de las cosas, a través de las paredes, de los campos y los bosques.
La guerra estaba abajo, en el extremo de los rieles y no molestaba; él se sentía amenazado por una catástrofe más inminente; las muchedumbres, que son frágiles, pero sobre las cuales planea alguna desgracia.
Humanidad llena. Sin una laguna, sin un vacío.
La humanidad no está llena más que propiamente, nadie le falta y no espera a nadie.
Chalet normando.
Recuerdos verticales.
Aire astuto y huidizo de enfermo.
El verdadero lujo debe ocultarse.
Hechizo del pasado.
Olor a vainilla de la marea.
Guerra de cardenillo.
Querida, estrella de cabellos de oro pálido.
Saber descifrar signos.
Lentitud campesina.
Una bola de angustia en la garganta.
Negociaciones, transferencia de opiniones, opuesto a la violencia.
Mundo austero y práctico de los utensilios.
Blancas escamas de la noche.
Aplastado silencio, tinieblas comprimidas que constituyen el interior de las cosas.
Mis manos. La inapreciable distancia que me evidencia las cosas y que me separa para siempre.
Fuera del mundo, del pasado, de mí. La libertad es el destierro y yo estoy condenado a ser libre.
Costra de un astro muerto.
Pasaporte Nansen.
Peso de la guerra.
Odio activo.
Racionalista limitado.
Visión, material general.
Esencia eterna.
Tardes perdidas en el oro rojo de esa tarde vana.
Tenían un destino, como los soberanos, como los muertos.
(Los caminos de la libertad II. El Aplazamiento)
Ser esquemático y definible según su finalidad como con la ley administrativa o según su situación y sus actos como con el Código.
Atraídos, intrigantes, pesados, pegajosos, sin tacto.
El todo es más y otra cosa que la suma de sus partes; ese todo decide el sentido y la esencia profunda de las partes que lo componen.
La mímica arrebatada, rápida, inagotable del marsellés.
(Reflexiones sobre la cuestión judía)
La seda de la mañana le acariciaba el rostro.
Esta jornada triunfal que se anunciaba, blando viento matutino de los álamos, sol de las doce del día en los trigales, perfume de la tierra recalentada al anochecer, tendría que ser muerta por partes, minuto por minuto.
En el rostro alegre la angustia revoloteaba sin conseguir posarse en parte alguna.
Nervioso, indignación del débil.
Terrible ola de la guerra.
Pánico del asco de la vida civil.
Color sangre de buey.
Estaba a punto de hacer explosión y, de pronto, me robaron la muerte.
Mariposas de hollín.
Píldora histórica.
Cogollo de la jornada.
Tranquila superficie de la Nada.
Eternidad de escultura.
Rechazaban los consuelos de la grandeza por lucidez austera. Se negaban hasta el mérito de sufrir.
Predestinados, ni eso, porque el mundo es un azar.
Inhumanos, demasiado humanos, más allá y más aquí de la desesperación.
Las bocas se abrieron un momento hacia el azul con el reproche de sus negras llagas.
Armisticio consagrado.
El tiempo pasaba suavemente como una infusión hecha tibia por el sol.
Actitud de quien formula una paradoja.
La vida subía, bajaba y giraba rápidamente en el árbol azul de sus venas.
Se sentó como un patrono bajo el cielo bélico.
Presión magnética del silencio.
París se poblaba de pequeñas derrotas-minutos que brotaban y eran reabsorbidas.
El bulevard Saint-Michel, ayer larga colada de oro hacia el sur, era esta ballena reventada.
Ala inmunda del tedio.
Proceso en desarrollo.
Ángeles exterminadores del odio y la cólera.
La angustia comenzó prudentemente como una caricia y después se instaló modesta y de la casa en el hueco del estómago.
Vacío en uno y vacío alrededor.
El Tiempo se derrumbó con su gran futuro. Un espantapájaros. No quedó más que una vacilante y pequeña duración local.
Futuro minúsculo.
Restituido el Tiempo, la perlita de futuro se diluyó en un futuro inmenso y siniestro.
Silencio planetario.
Suicidio meditado.
Veneno fulminante.
Rumor que contribuye a hacer el silencio.
Hora que los objetos abandonan sus contornos y se funden en la bruma algodonosa del anochecer.
Olor a violeta del silencio.
La noche era dulce y feroz; la carne de la noche, en muchas ocasiones desgarrada, se había cicatrizado. Una noche llena y virgen, hermosa noche sin hombres, hermoso rubí sin manchas.
Hiel de los sufrimientos futuros.
Tenía menester de discutir la mente de los demás para adquirir autoconciencia de la suya.
Mundo oscuro de su infancia, bosque de las preguntas sin contestaciones.
Despertar de la Ciencia, la Industria y la Moral.
Insinceridad manifiesta.
Sueño pastoso.
Celo cómico del niño.
La Libertad es el terror.
Libre como el aire.
Conviene administrar las fuerzas.
Con el anochecer ha caído sobre los hombres la gran paciencia bélica. Esperan.
Una huelga proporciona a los huelguistas la autoconciencia de su fuerza.
Vuelve el mundo de los hombres con sus leyes, constancias y prohibiciones. La organización humana.
Sabia pegajosa, interioridad.
Cuerpo moral, bosque de deseos.
Infancia, amor, interioridad no eran nada. Apenas un sueño de iniciación.
Lenta sensatez campesina.
Juego de las fuerzas mecánicas.
Discordias, conflictos de preferencias, relajamiento de las costumbres.
Sórdido materialismo.
El materialismo es una condición del ser humano que se ha separado de Dios.
El tiempo pasa tenso y sagrado.
Nariz de rico, aguileña, a cincel.
Hay leyes naturales y los inmuebles tienen la costumbre de mantenerse en pie si han sido construidos según esas leyes.
Brillo sádico e innoble de la caridad.
Expresión de ausencia de las muchedumbres que van a llamear de cólera.
(La muerte en el alma)
Reflexiones de soledad, frescas, umbrías y tímidas, que antaño se deslizaban con la vivacidad furtiva de los peces.
Amar con lucidez, compañero, testigo, consejero, juez.
Neto y limpio, huele a colada.
Sombra, inútil, vacilante, equívoco, tórrido.
Propósito opuesto a material.
La noche había amortajado la mayor parte de las autoconciencias.
Impresión de gozar de un pequeño fragmento de tiempo, infinitamente precioso.
Generosidad triste.
Môme, chiquillo.
Aire de inteligencia, instruido, no simpático.
¡A buen puerto iba por agua!
El deseo chupaba las ideas negras.
Vértigo rojo y voluptuoso.
Aire de afuera, universo sano, corto y empecinado, de revueltas y violencias, de actividad manual, esfuerzo paciente, disciplina.
Partido abstracto.
Vida lenta, silenciosa y rumorosa de una muchedumbre.
Complicidad embadurnada que uno siente por los aplastados, accidentados, enfermos de flemones y úlceras.
Escuchar con cortesía helada.
La amistad no ha sido hecha para discutir, sino para dar familiaridad.
Humildad turbadora y voluptuosa que provocaba un sigiloso deseo de hacerle daño, de agobiarle de vergüenza.
Verano, el cielo invadía la calle, era un fantasma mineral.
Ciudad de vidrio hilado.
Ligero como un hilo de la Virgen.
Énfasis filosófico.
Ser libre, ser causa propia, poder decir, soy porque lo quiero, ser mi propio comienzo.
Las cosas eran presencias sofocantes y cómplices, amplios remolinos que la penetraban hasta su carne.
Sabor de catástrofe.
Amor rotundo, sencillo, con sus deseos simples y conductas triviales.
En el aire un horror fijo, un horror de las doce del día.
Inerte y siniestro destino.
Aire animado y alegre de quien traga una droga.
Silencio metálico.
Relámpago de odio.
Visión dura y falsa de los alucinados.
Relámpago de alegría.
Tranquilidad profética.
La hora central del día, fija y redonda como un ojo.
Gata de albañal.
Infierno. Una visión que lo penetraría todo, con la que uno vería hasta el cabo del mundo, hasta el fondo propio.
Existir con olor, sombra, pasado.
Tono razonable e invasor.
Pasta espesa del sueño.
Tono de optimismo superficial y animoso que enfurece a la gente.
Un aire divertido y sensato, muy alejado de la discusión como de la indulgencia.
Una persuasión es una cosa que se forma.
Tentador sueño.
Aspecto raro y limitado de las alubias.
El provecho del robo era completamente racional, según los viejos espartanos. Era una ascesis.
Reconocer por ánimo de honestidad.
Ternura de propietaria.
Aire de digresión desolada.
Piedad lodosa.
Ánimo de justicia.
Horror por las economías y ese magro rollo que se albergaba en su cartera.
Dicha humilde y cobarde.
Cabeza de tribuno, voluminosa y publica, empastada por un tono de importancia política.
Penoso fantasma del sufrimiento.
Racionalista, carece de misterio.
Sueño opaco y triste, mundo opaco que esperaba en silencio.
Soledad angélica.
Sentido vago y vacilante de las cosas naturales.
Dolor humilde y refrescante.
Disposición de exaltación alegre, que una nada basta para transformar en furor.
Satisfacción obstinada y mala voluntad de cangrejo.
Tumulto amenazante, opinión publica.
Tiras de gasa Velpeau.
Mancha ciega. La muerte.
Relámpago de tristeza.
Indestructible mineral.
Una vida es algo hecho con el porvenir, como los cuerpos están hechos con el vacío.
Humillante derrota.
Panne. Rajado.
Obligaciones inciertas y temibles que imponen los muertos, opuestas a los deberes serios de familia.
Se mantenía muy derecho, fúnebre y correcto, como un testigo de duelo.
Las cosas son algo sumiso, dócil, manejable.
Atroz, débil y moribundo desprecio propio.
Insoportable dulzura de existir.
Justificación del acto.
Préstamo forzoso.
Rigidez ciega de una catástrofe.
Aire desconfiado y astuto de campesino.
pesado olor de Chipre.
Ver con estupor fijo, a la manera de los viejos.
(Los caminos de la libertad I. La edad de la razón)
Olor a papel de Armenia.
Polvo de oro de la tarde.
La muerte está inscrita en los hombres, la rutina en las cosas.
Ajolio, ajiaceite.
Ruido y movimiento son una pequeña distracción.
Un rayo salvaje que hiciera estallar esa dulzura, que labrara horriblemente esas campiñas, ahuecara esos campos como embudos, moldeara esas tierras planas y monótonas a semejanza de un mar irritado, la guerra, la hecatombe de los hombres de buena voluntad, la matanza de los inocentes.
Van a desgarrar con sus manos ese cielo puro.
Mar de odio.
Obstinación vacilante de la naturaleza.
Sentido de las actividades de los hombres.
Mundo de la cólera y la revuelta.
Futuro y seco dolor de los insomnios.
Emigrados. Consejo de verificación.
Gárgaras con agua de Bottot.
Stewart. Mayordomo del barco.
Ojos despreciativos de la noche.
Agujero negro surcado de cohetes, la guerra.
Un día de vergüenza, reposo, miedo, el sol salía un domingo.
Calles ejecutadas por el domingo, calles de guerra.
Ese tejido de bruma que brota de las cosas, a través de las paredes, de los campos y los bosques.
La guerra estaba abajo, en el extremo de los rieles y no molestaba; él se sentía amenazado por una catástrofe más inminente; las muchedumbres, que son frágiles, pero sobre las cuales planea alguna desgracia.
Humanidad llena. Sin una laguna, sin un vacío.
La humanidad no está llena más que propiamente, nadie le falta y no espera a nadie.
Chalet normando.
Recuerdos verticales.
Aire astuto y huidizo de enfermo.
El verdadero lujo debe ocultarse.
Hechizo del pasado.
Olor a vainilla de la marea.
Guerra de cardenillo.
Querida, estrella de cabellos de oro pálido.
Saber descifrar signos.
Lentitud campesina.
Una bola de angustia en la garganta.
Negociaciones, transferencia de opiniones, opuesto a la violencia.
Mundo austero y práctico de los utensilios.
Blancas escamas de la noche.
Aplastado silencio, tinieblas comprimidas que constituyen el interior de las cosas.
Mis manos. La inapreciable distancia que me evidencia las cosas y que me separa para siempre.
Fuera del mundo, del pasado, de mí. La libertad es el destierro y yo estoy condenado a ser libre.
Costra de un astro muerto.
Pasaporte Nansen.
Peso de la guerra.
Odio activo.
Racionalista limitado.
Visión, material general.
Esencia eterna.
Tardes perdidas en el oro rojo de esa tarde vana.
Tenían un destino, como los soberanos, como los muertos.
(Los caminos de la libertad II. El Aplazamiento)
Ser esquemático y definible según su finalidad como con la ley administrativa o según su situación y sus actos como con el Código.
Atraídos, intrigantes, pesados, pegajosos, sin tacto.
El todo es más y otra cosa que la suma de sus partes; ese todo decide el sentido y la esencia profunda de las partes que lo componen.
La mímica arrebatada, rápida, inagotable del marsellés.
(Reflexiones sobre la cuestión judía)
El semblante expresa sufrimiento.
Dormir con expresión tensa.
Expresión preocupada.
Rostro grave y preocupado, aunque infantil.
Tono fastidiado.
Gesto fatalista.
Desesperación sincera y profunda, pero pueril y egoísta de una niña mimada.
Un destacamento del Regente.
Amplia manifestación hostil.
Actitud desaprensiva.
Gesto colérico.
Tono seco.
Lágrimas de odio y vergüenza.
Gesto lleno de dulzura.
Simular un leve asombro.
Débil violencia.
Un gesto maligno saturado de odio.
Progresiva tensión.
Gesto amenazador.
La actitud apresurada de los transeúntes.
Moverse sin ruido con el sueño.
Una casa vetusta y sórdida.
Actitud divertida.
Señalar con discreto gesto.
Encogerse de hombros con gesto fatalista.
La cara expresa ansiedad.
Unir las manos con un gesto de impotencia.
Componer una cara de circunstancias.
Los muertos son totalmente libres.
Inmóvil con actitud digna.
Expresión de animal perseguido.
Disimular la emoción cerrándose dentro de un aparente cinismo.
La puerta monumental del Palacio del Regente.
El Regente es un miserable usurpador sin talento ninguno.
Un educado gesto de incomprensión.
Un comandante viste un uniforme similar al del Regente.
Un indignado sobresalto.
Se fracasa con la vida desde el momento que se muere.
Un accidente deplorable.
Escuchar con expresión tensa.
Escuchar con semblante grave.
Romper el pesado silencio.
Mimosidad infantil.
Gesto de lástima y ternura.
Un ademán de impotencia.
Esbozar un vago gesto.
Abrir los brazos con un ademán de triste resignación.
Tono de regaño afectuoso.
Aire contrito de empleado.
Nada de responsabilidades. Nada de deseos materiales. Una libertad total. Distracciones escogidas.
Explicar la actitud.
Una concurrencia mundana.
Complicada con la broma.
Oportos flips.
Vivir una completa existencia humana.
Una mezcla de alegría y temor que se traduce como una tímida aquiescencia.
Retroceder con gestos torpes.
Expresión de ilusión y envidia.
Expresión compuesta.
Un ademán de ternura protectora.
Actitud firme y desafiante.
Con grave ternura y una ligera ironía.
Concentrada, un poco vacilante como si todo girase a su torno.
Un gesto de desmoralización.
Instintiva inquietud.
Sombría expresión.
Mantener la adusta expresión.
Estudiada displicencia.
Examinar con impertinente curiosidad.
Expresión, ademán amenazante.
La gente de nuestra categoría no anda a golpes como un cualquiera.
Aire irónico y triunfante.
Las sencillas palabras desbordan sus lágrimas contenidas.
Permitir conducir pasivamente.
Persistir la añoranza.
Insinuar el gesto de levantarse para saludar.
Gesto de simpatía.
Una visión de reprobación.
Un resignado encogimiento de hombros.
Súbita resolución.
Simular un aire de sorpresa.
Tono enérgico.
¿No sabe que el Regente prohíbe cualquier provocación por parte de los miembros del ejército?
Ahogado con la amargura.
Encoger los hombros con tristeza.
Dulcificar el tono.
Gesto indiferente.
Un imprevisto impulso.
Seres miserables y criaturas harapientas.
Disimulado disgusto.
Convocar todo el valor.
Gesto afectuoso.
Gesto flojo.
Expresión sombría y tensa.
Con expresión grave como si presintiera un peligro.
Expresión resuelta, concentrada, de expectativa.
Una mezcla de firme resolución y angustia.
Un verosímil terror resignado.
Cogido con la fiebre de la agitación, ansioso pero alegre.
El gran reloj de reclamo de la calle.
El rostro grave y atento.
El deleite de la abstracción.
Sin saber qué actitud adoptar.
Expresión reflexiva y atenta.
El gesto atento.
Actitud expectante.
Gesto de impotencia y desesperación.
Tono inseguro.
Vehemente desesperación.
Reflexionar concentrado.
Mezcla de miedo y dignidad ofendida.
Descarga con rabia su revólver.
Inferioridad manifiesta de los conspiradores.
Ganada por la indiferencia de la muerte.
Agradecer con un gesto silencioso.
Pasos vagamente inquietos.
(La suerte está echada)
Expresión angustiada.
Silencioso desprecio.
Gesto circular.
Inmunda tiranía.
Expresión inquieta.
Gesto resignado.
Una enorme ola semeja levantar al publico que lanza aullidos.
Manifestar una verosímil atracción.
Lo insuficiente de la producción agrícola y la escasez de divisas extranjeras, la causa del hambre padecida.
Educación y propaganda.
Un gesto de angustia cansada y opresiva.
Despedir con un gesto.
Expresión sombría.
Represión horrenda.
Recusar al testigo.
Chismes de oficio.
Con aire sorprendido como un sueño.
Gesto de fastidio.
Encogerse de hombros resignado.
Un vago signo de aprobación.
Expresión seria y preocupada.
Actitudes equívocas.
Expresión discretamente triunfal.
La brigada oficial de aclamadores. El verdadero publico ha quedado silencioso.
Retener con un gesto.
Las cosas peligran ir más allá de lo que se supone.
Ambiente ceremonioso y tenso.
Fingida distracción.
Pálido de rabia.
Silencio de estupor y malestar.
Sacudir la cabeza con expresión de no saber qué hacer.
No se puede defender un acusado que calla y que se burla de su defensor.
La argumentación ha impresionado a todos.
El publico irritado con su actitud lo recrimina.
El publico sigue con sus manifestaciones.
Tono firme e insistente.
Expresión ausente.
Una información precisa plagada de términos técnicos, de cifras, de estadísticas, de nombres de pueblos.
Silencio hostil.
Fingida indiferencia.
Dirigir la acusación.
Obsequioso gesto.
Expresión tierna y desolada.
El rostro encendido de odio.
Todo está abandonado; hay huelga.
Tono insolente.
Tono voluble y poco franco.
Se encoge de hombros significando que no lo sabe.
El hilo de las ideas de un escritor.
Expresión de deseo.
Un rápido gesto de triunfo.
Velado cinismo.
Expresión preocupada.
Tono incisivo.
Expresión impasible.
Los ojos enloquecidos con la sospecha.
Un rumoreo de simpatía.
Tristeza profunda.
Acusación política.
Calidad de testigo y no de acusada.
Organizar el sindicato.
La táctica del sabotaje y la huelga.
Gesto desolado.
Entonación triste y altiva.
Con la agitación se insinúa el pánico.
Gesto de incertidumbre.
Actitud pasiva.
Expresión inquieta.
Íntimamente tranquilizada.
Tierna ironía.
Mutuo desafío.
Expresión hoscamente irónica.
Política de resignación.
Expresión absorta y preocupada.
Expresión desolada.
La huelga pasiva.
Expresión irónica.
Expresión alterada.
Expresión de sufrimiento.
Aire alegre y casi combativo.
Actitud embarazada.
Organizar el movimiento clandestino.
Gesto de cólera.
Expresión concentrada.
Precisar valor.
Dolorosa indignación.
Otro aspecto de la cuestión.
Aspecto de emoción y fatiga.
Un tono que se esfuerza por ser cordial, pero que evidencia mal humor.
Gesto de impaciencia.
Expresión irritada y sombría.
Ternura inquieta.
Decretos injustos y tiránicos.
Expresión desesperada.
Inquietud febril.
Expresión ausente.
Simpatía emocionada.
Dominado con la emoción.
Expresión de cortesía insolente.
Expresión preocupada que trasluce una vaga inquietud.
Desviar la cólera del pueblo.
Prosigue con vehemencia una conversación comenzada mucho antes.
Una mezcla de admiración amistosa por su pureza y de ironía por su ingenua experiencia.
Tono conciliador.
Un gesto de excusa.
Apasionada gratitud.
Su rostro expresa una lasitud empalagosa próxima al asco.
Acusar de engañar.
Triunfar y derrocar al Regente.
Ruidosas manifestaciones.
Insolente cortesía.
Encogerse de hombros con un gesto de impotencia.
El rostro ardiente de indignación.
Un gran clamor hostil.
Violencia de la cólera.
Aire de animalidad resignada.
(El engranaje)
Braudel
Jean-Paul Sartre. <<Busca perdidamente la Venecia secreta, la verdadera Venecia, el misterio tranquilo de la otra orilla>>.
Leduc
Yo había leído "La Náusea", me había apasionado el texto de la raíz, el del nacimiento de un aire de jazz. Virutas de acero caían de las páginas. Su talento, un revulsivo.
Los labios de Sartre son flores y son abscesos saludables. Son el desarrollo del don prodigioso de entenderlo todo.
El rostro de Sartre tiene la franqueza de un volcán en erupción.
Camus
Esa incalculable caída ante la imagen de lo que somos, esa náusea, como la llama un autor de nuestros días, es también lo absurdo.
Bataille
La inclinación de la literatura por la desgracia. Si el escritor evoca el placer, un sentimiento oscuro le lleva a prestarle un sentido terrible. Miller sucumbe a este doblegamiento, del cual Sartre dio las formas más tristes.
La opción existencialista de Sartre está extrañamente suspendida entre la acción (lo ético) y la poesía (que significa menos lo estético que lo religioso).
El rostro de Sartre tiene la franqueza de un volcán en erupción.
Camus
Esa incalculable caída ante la imagen de lo que somos, esa náusea, como la llama un autor de nuestros días, es también lo absurdo.
Bataille
La inclinación de la literatura por la desgracia. Si el escritor evoca el placer, un sentimiento oscuro le lleva a prestarle un sentido terrible. Miller sucumbe a este doblegamiento, del cual Sartre dio las formas más tristes.
La opción existencialista de Sartre está extrañamente suspendida entre la acción (lo ético) y la poesía (que significa menos lo estético que lo religioso).
Sartre es el mayor de los literatos-parásitos de la burguesía. Lo que muestra la vanidad de la estrechez de visión. El mundo vicioso es sagrado y la humanidad común profana.
Fromm
Los esfuerzos de Sartre de desarrollar un análisis humanista de orientación marxista padecen las consecuencias de su escasa experiencia clínica y enfocan la psicología superficialmente, aunque con una fraseología brillante.
Fromm
Los esfuerzos de Sartre de desarrollar un análisis humanista de orientación marxista padecen las consecuencias de su escasa experiencia clínica y enfocan la psicología superficialmente, aunque con una fraseología brillante.
Milosz
Jean-Baptiste Clamence, el hablador protagonista de la ultima novela de Camus, "La caída", invierte las palabras; ofrece el consejo <<Juzgad y no seréis juzgados>>. Podría ser, tengo motivos para sospechar, Jean-Paul Sartre.
Edwards
Las dos figuras del existencialismo francés, Jean-Paul Sartre y Albert Camus, fueron ateos declarados y con su ensayo programático Sartre incluye a Heidegger con los ateos.
Sartre rechazó el teísmo porque este es incompatible con la voluntad libre, según el sentido peculiar con el que la toma como un hecho respecto de los seres humanos. La idea de Sartre es que con el ser humano, la existencia precede a la esencia. Lo cual significa que los seres humanos no tienen una esencia hasta haber escogido su inicial <<programa fundamental>>, el término de Sartre para los rasgos del carácter. La dificultad de tal concepción está en que, con independencia del alcance y poder de nuestras voliciones, en ultima instancia, somos la consecuencia de nuestra herencia y de un entorno anterior. Como muchos otros filósofos, Sartre se las arregla para no ver este perturbador, pero ineludible hecho, que puede ser compatible con la voluntad libre, en algún sentido, pero incompatible con la concepción sartriana de que nuestro carácter es escogido por nosotros.
Edwards
Las dos figuras del existencialismo francés, Jean-Paul Sartre y Albert Camus, fueron ateos declarados y con su ensayo programático Sartre incluye a Heidegger con los ateos.
Sartre rechazó el teísmo porque este es incompatible con la voluntad libre, según el sentido peculiar con el que la toma como un hecho respecto de los seres humanos. La idea de Sartre es que con el ser humano, la existencia precede a la esencia. Lo cual significa que los seres humanos no tienen una esencia hasta haber escogido su inicial <<programa fundamental>>, el término de Sartre para los rasgos del carácter. La dificultad de tal concepción está en que, con independencia del alcance y poder de nuestras voliciones, en ultima instancia, somos la consecuencia de nuestra herencia y de un entorno anterior. Como muchos otros filósofos, Sartre se las arregla para no ver este perturbador, pero ineludible hecho, que puede ser compatible con la voluntad libre, en algún sentido, pero incompatible con la concepción sartriana de que nuestro carácter es escogido por nosotros.
Amis
Un personaje que sentía la pena moverse interiormente como una náusea.
Quinton
La influencia de Sartre el tiempo de la liberación de Francia transformó el existencialismo y la fenomenología con los que estaba asociado como noticia general.
Nooteboom
Sartre expone que hemos de sacar las ultimas consecuencias del hecho de que Dios no existe.
Dos descreídos pasaban bajo los tilos con la cabeza llena de Sartre el uno y el otro con la cabeza llena de nada.
El existencialismo. Sartre, la libre opción, Juliette Greco, bodegas a la luz de los cirios, jerséis negros, condiscípulos que habían podido ir a París y que habían traído Gauloises, camembert frío y pan de baguette. Andaban sueltas la desesperación y la náusea. El ser humano había sido arrojado del mundo. Peregrinas abstracciones que no le sugerían nada. Un mundo absurdo al que te han echado, una existencia que no tenía más sentido que el que cada cual le quería dar.
Según Sartre, el ser humano ha sido arrojado al mundo, está solo, somos responsables de lo que somos.
Según Sartre, si no tienes padre tampoco tienes que cargar con un superego. Sin padre a cuestas se prescinde de ese factor coercitivo-regulador de tu vida. No hay nada con lo que estar opuesto, nadie a quien odiar, ningún paradigmático punto de referencia de la conducta.
Bok
La paradójica concepción de Sartre de "El ser y la nada", de que como engañador, yo debo saber la verdad que me oculté como engañado.
Warnock
Iris Murdoch el año 1954 escribió el primer libro inglés sobre Jean-Paul Sartre combinando su filosofía inicial con su teatro y sus novelas.
Sharpe
Para el siglo XX las novelas de Sartre han presentado temas existenciales de manera más memorable y vívida que sus escritos filosóficos.
Dunayevskaia
Raia Dunayevskaia, "Existencialism. A Critical Appraisal of Jean-Paul Sartre. Sartre´s Philosophical Works and Developments".
Schaff
La variante de la concepción autónoma del ser humano, corporizada en el existencialismo ateo de Sartre, rechaza la heteronomía y constituye su autonomía humanista, tomando como punto de partida al ser humano singular, concebido como una mónada de voluntad, autoconciencia, emoción. Está aislado, "condenado a la libertad" o "condenado a la elección" y no recibe ayuda. Pero en el curso de este proceso orgánico se ha omitido la sociedad y los lazos que surgen dentro de su estructura. Sartre busca una salida y pretende conciliar el existencialismo con el materialismo histórico, pero sin éxito.
Prúcha
La agudización extrema de la oposición entre el ser y la autoconciencia, que figura en la filosofía de Sartre, deriva de la desaparición de las oposiciones entre el ser humano y el mundo, porque su alienación recíproca se hace total y las opciones internas están escindidas de las condiciones materiales, dentro de las cuales devienen imposibles. Optimismo superficial.
Sartre formula el problema de la concepción filosófica del ser humano como ser interno, sólo como una paradoja. La incapacidad de concebir el ser humano imparcial y ubicarlo en el mundo real, desemboca en una concepción de la existencia asentada sobre la alienación recíproca del yo y el mundo. De aquí la caracterización de la esencia humana como foco de sentimientos de ansiedad, disgusto, hastío.
Según Sartre, el ser humano no tiene esencia; sólo tendrá una esencia después de muerto.
Kosik
Sartre argumenta frente la concepción de la libertad como reconocimiento del menester.
Pejovic
Danilo Pejovic tradujo al croata los libros de Sartre.
Quinton
La influencia de Sartre el tiempo de la liberación de Francia transformó el existencialismo y la fenomenología con los que estaba asociado como noticia general.
Nooteboom
Sartre expone que hemos de sacar las ultimas consecuencias del hecho de que Dios no existe.
Dos descreídos pasaban bajo los tilos con la cabeza llena de Sartre el uno y el otro con la cabeza llena de nada.
El existencialismo. Sartre, la libre opción, Juliette Greco, bodegas a la luz de los cirios, jerséis negros, condiscípulos que habían podido ir a París y que habían traído Gauloises, camembert frío y pan de baguette. Andaban sueltas la desesperación y la náusea. El ser humano había sido arrojado del mundo. Peregrinas abstracciones que no le sugerían nada. Un mundo absurdo al que te han echado, una existencia que no tenía más sentido que el que cada cual le quería dar.
Según Sartre, el ser humano ha sido arrojado al mundo, está solo, somos responsables de lo que somos.
Según Sartre, si no tienes padre tampoco tienes que cargar con un superego. Sin padre a cuestas se prescinde de ese factor coercitivo-regulador de tu vida. No hay nada con lo que estar opuesto, nadie a quien odiar, ningún paradigmático punto de referencia de la conducta.
Bok
La paradójica concepción de Sartre de "El ser y la nada", de que como engañador, yo debo saber la verdad que me oculté como engañado.
Warnock
Iris Murdoch el año 1954 escribió el primer libro inglés sobre Jean-Paul Sartre combinando su filosofía inicial con su teatro y sus novelas.
Sharpe
Para el siglo XX las novelas de Sartre han presentado temas existenciales de manera más memorable y vívida que sus escritos filosóficos.
Dunayevskaia
Raia Dunayevskaia, "Existencialism. A Critical Appraisal of Jean-Paul Sartre. Sartre´s Philosophical Works and Developments".
Schaff
La variante de la concepción autónoma del ser humano, corporizada en el existencialismo ateo de Sartre, rechaza la heteronomía y constituye su autonomía humanista, tomando como punto de partida al ser humano singular, concebido como una mónada de voluntad, autoconciencia, emoción. Está aislado, "condenado a la libertad" o "condenado a la elección" y no recibe ayuda. Pero en el curso de este proceso orgánico se ha omitido la sociedad y los lazos que surgen dentro de su estructura. Sartre busca una salida y pretende conciliar el existencialismo con el materialismo histórico, pero sin éxito.
Prúcha
La agudización extrema de la oposición entre el ser y la autoconciencia, que figura en la filosofía de Sartre, deriva de la desaparición de las oposiciones entre el ser humano y el mundo, porque su alienación recíproca se hace total y las opciones internas están escindidas de las condiciones materiales, dentro de las cuales devienen imposibles. Optimismo superficial.
Sartre formula el problema de la concepción filosófica del ser humano como ser interno, sólo como una paradoja. La incapacidad de concebir el ser humano imparcial y ubicarlo en el mundo real, desemboca en una concepción de la existencia asentada sobre la alienación recíproca del yo y el mundo. De aquí la caracterización de la esencia humana como foco de sentimientos de ansiedad, disgusto, hastío.
Según Sartre, el ser humano no tiene esencia; sólo tendrá una esencia después de muerto.
Kosik
Sartre argumenta frente la concepción de la libertad como reconocimiento del menester.
Pejovic
Danilo Pejovic tradujo al croata los libros de Sartre.
Abbagnano
La doctrina del amor sexual o profano de Sartre. Apreciar al amor como una tentativa de realizar la unidad o la asimilación del yo y del otro. El amor es querer ser amado. La voluntad de ser amado es valer para el otro el infinito. Pero es preciso que el otro pueda querer, que sea libre. La posesión física es para el amor insatisfactoria y desilusionante. Con el amor cada uno quiere ser para el otro el objeto total, el mundo, la totalidad infinita, pero es menester que el otro quede como interioridad libre y total. La consecuencia es un conflicto. Y como el amor puede tender al masoquismo como hacia una ilusoria solución de su conflicto, el deseo sexual tiende al sadismo, a la falta de reciprocidad de las prácticas sexuales. Es el programa de la fusión total de dos infinitos y dos infinitos no pueden más que excluirse.
Sartre entiende como contingencia el hecho de que la libertad "no puede no existir".
El cuerpo representa la experiencia de lo sobrepasado y de lo pasado.
La filosofía de Sartre representa un ateísmo pesimista. Ambigüedad radical, incertidumbre de la existencia humana arrojada al mundo y dependiente de la propia libertad que la condena al descalabro. Según Sartre, hay un ser que programa, el ser humano. Programa del acto de la libertad humana y el destino, que la condena a la quiebra.
Posibilidad, trascendencia y traslación son los términos con los cuales la existencia es analizada por Sartre, el cual la concibe románticamente como la aspiración al infinito.
Para el existencialismo de Sartre, la posibilidad ultima de la realidad humana, su selección originaria, es el programa fundamental con el cual vuelven a entrar todos los actos y las voliciones particulares de un ser humano. Tal programa es fruto de una libertad sin límite, total e incondicionada que hace del ser humano una especie de creador de su mundo y lo hace responsable del propio mundo. Pero es una divinidad ausente. Su impulsión se decide para cada caso como un fracaso. Lo que con la doctrina de Heidegger y Jaspers es elaborado por el menester factual que limita y destruye la posibilidad de trascendencia del hecho, está para la doctrina de Sartre realizado con la infinidad de posibilidades que se eliminan y destruyen con un juego ocioso y vano que provoca la náusea, ya que ninguna posee mayor validez que la otra y es imposible seleccionar, excepto que se haga ciegamente.
Desde Heidegger y Sartre se ha llamado éxtasis, estar fuera o salir fuera las tres dimensiones del tiempo, pasado, presente y futuro, por cuanto cada una se mueve hacia la otra, el presente hacia el pasado, el presente hacia el futuro, el futuro hacia el presente. Sartre expone la referencia extática interna como la fuente de la temporalidad.
La fenomenología es entendida por Sartre y Merleau-Ponty como la referencia de la apariencia y el ser. Con la ontología fenomenológica no se modela sobre la referencia tradicional de apariencia y realidad.
Hegel ha atribuido al por sí, o para sí un significado como ser actual o efectivo (opuestamente al ser posible) y como un ser que se ha desarrollado con la reflexión y la autoconciencia. La autoconciencia es para sí porque ha anulado otra cosa (el objeto externo) y la ha solucionado con su contenido interno. Sartre ha retomado el concepto, denominando ser para sí la autoconciencia por cuanto es una anulación o la nada del objeto.
Sartre expresa el concepto de trascendencia al afirmar que la autoconciencia trascendiendo hacia el ser no hace más que anularse para manifestar y afirmar el ser.
"Demostraremos que el yo no está ni formal ni materialmente con la autoconciencia; está fuera, a lo largo del mundo. Es un ser del mundo como el yo de otro".
Sartre ha insistido respecto de la insignificancia de la muerte. La muerte no concierne propiamente a la existencia humana.
Eco
Sartre recuerda cómo lo existente no puede referirse a una serie finita de manifestaciones porque cada una se refiere a un sujeto de permanente transformación. Un objeto presenta diversos perfiles y son posibles diversos puntos de vista de un perfil.
Los escritores del nouveau roman se encontraban alienados con Sartre el momento de firmar manifiestos de compromiso político, hecho que sumía a Sartre en la perplejidad y lo llevaba a afirmar que no entendía por qué unos literatos que se desinteresaban de los problemas de la historia podían después ponerse a su lado a la hora de comprometerse personalmente con la historia.
Laing
La filosofía existencial establecida de Kierkegaard, Jaspers, Heidegger, Sartre, Binswanger y Tillich.
El uso filosófico de la palabra ontología que hacen Heidegger, Sartre y Tillich y el sentido empírico derivado adverbial o adjetivo del ser.
Si uno experimenta al otro como agente libre se ve amenazado con la posibilidad de transformarse como no más que una cosa del mundo del otro sin vida propia. Según tal angustia el acto de experimentar al otro cuanto persona se entiende como suicida. Sartre analiza esta experiencia brillantemente con la tercera parte de "El ser y la nada".
Como comenta Sartre a propósito de Heidegger el otro no puede amar por mí ni tomar mis decisiones y yo de igual manera no puedo hacerlo por él. Él no puede ser yo y yo no puedo ser él.
Magee
El existencialista Jean-Paul Sartre se ha esforzado en extender las ideas del existencialismo fuera de los confines de la filosofía académica. El título de uno de los libros filosóficos de Sartre, "El ser y la nada" (publicado en 1943), es una alusión y un homenaje a "El ser y el tiempo", de Heidegger.
Merleay-Ponty y Sartre fueron muy amigos; fundaron y publicaron el periódico "Les Temps Modernes".
Me supone difícil creer que Sartre vaya a ser recordado como filósofo, aunque creo que pasará a la historia como dramaturgo o como novelista.
Vilar
Afirmación de Sartre, quien reduce las ciencias humanas a un no-saber.
Dreyfus
Sartre comenzó siendo husserliano y, como fenomenólogo, escribió una novela titulada "Náusea", una descripción en primera persona de un mundo que se viene abajo. Seguidamente leyó a Heidegger y se transformó a lo que él concebía como existencialismo heideggeriano. Pero como husserliano y francés, sentía que tenía que modificar la mentalidad de Heidegger y hacerla más cartesiana. De manera que parte del sujeto consciente, pero escribe respecto de la muerte, la ansiedad, la inautenticidad, el ser y la nada. La consecuencia, "El ser y la nada", es una fantástica mala interpretación de "El ser y el tiempo". Lo que Sartre escribió fue una versión existencialista muy interesante de Husserl. La autoconciencia de Sartre es como el ego trascendental de Husserl, un sujeto que da significado a todo, mediante su intencionalidad. Dado que la autoconciencia da un significado a todo, cualquier cosa puede tener un significado para la autoconciencia.
Utilizando los términos de Sartre, soy pura espontaneidad, pura ligereza, pura nada, absurdamente libre. Sartre mantiene que esa autoconciencia está más allá de la libertad y que el ser humano es una pretensión absurda e inútil de encontrar algún significado a la vida.
Merleau-Ponty replica a Sartre. No somos totalmente libres, cada uno se ve limitado a un cuerpo de un concreto tamaño, aptitud para moverse, el idéntico tipo de cuerpo que tienen los demás. Es una ironía de la historia de la filosofía continental el hecho de que Merleau-Ponty -el cual pretendió contestar a Sartre, el cual era como Husserl- hiciera una nueva versión de Heidegger.
Inwood
Para Sartre, el ser específicamente humano representa la nada o la autonegación; razón por la que podamos discernir realidades negativas, como la ausencia de un invitado.
Kraus
Bibliotecas de ensayos sutiles respecto del sentido de la libertad, desde Aristóteles hasta Sartre, no han podido evitar el decrecimiento de la anotación de la libertad.
Las filosofías de Heidegger y Sartre destacan los caracteres de una teología negativa y hacen reflexionar sobre la nada como forma negativa del concepto divino, que se manifiesta a través del no conocer como paradoja, de manera inevitable y evidente.
Downie
A un existencialista como Jean-Paul Sartre, no le agradaría la idea de que estaba ofreciendo una versión de la ética kantiana, aunque Sartre está enormemente influido por Kant. Con Sartre, la voluntad autónoma de Kant, libre, pero constreñida por su esencia racional, se transforma hacia la voluntad sin trabas, que crea sus propios valores con una opción tendenciosamente libre.
Priest
En la filosofía de Sartre y de Merleau-Ponty, la pura o husserliana fenomenología experimenta una transformación heideggeriana. Notablemente, la tesis husserliana de que el marco de la actitud natural (el sentido común) puede ser suspendido, para propiciar una descripción fenomenológica de la autoconciencia, es rechazada y sustituida por la noción existencial de ser-en-el-mundo. El ego trascendental husserliano es eliminado por no ser fenomenológicamente alcanzable y la noción de la internalidad corporal viene a reemplazarlo (en "El ser y la nada", de Sartre).
La fenomenología existencial de Sartre se halla expuesta en los ensayos filosóficos y en sus dramas, novelas, relatos breves y folletos políticos.
Uno de los más ambiciosos programas de la filosofía francesa de postguerra fue la pretensión de Sartre, en "Crítica de la razón dialéctica" (1960), de sintetizar el existencialismo y el marxismo.
Richard Schacht, "Hegel y después: Estudios sobre filosofía continental entre Kant y Sartre", 1975.
Gabriel Marcel, en "Existencia y libertad", emplaza a Sartre por su negativismo dogmático (por el pesimismo respecto a las perspectivas humanas), una acusación, que Sartre pretende repudiar en su maligno, pero brillante discurso del año 1946, <<El existencialismo es un humanismo>>.
Solomon
Revolviéndose ante Jean-Paul Sartre, quien siguió a Descartes al insistir en que la libre interioridad (como autoconciencia) era la esencia ontológica del ser humano, Michel Foucault y Jacques Derrida han rechazado la noción de <<el sujeto>> e insistido en que lo que erróneamente es identificado por ese nombre, es una construcción de la política y la cultura.
O´Grady
Sartre invoca le visqueux (el limo o fango, lo pegajoso, lo viscoso), para analizar de qué manera los sentimientos, actos, rasgos de carácter, llevan incrustado algo material, mientras que, de igual manera, la sustancia material está cargada de significado afectivo.
Leys
La intelligentsia progresista francesa bajo el pontificado de Sartre-Beauvoir.
Bernasconi
Maurice Merleau-Ponty (1907-1961). Fenomenólogo y cofundador con Sarte de la filosofía existencial. El blanco de Merleau-Ponty era el dualismo sujeto-objeto del cartesianismo, que plausiblemente siguió dominando el existencialismo de Sartre.
Petrovic
Teoría que reduce la libertad a una pura autodeterminación interior, a una simple condición previa de la actividad libre. Ha sido elaborada con muchas variantes diferentes, Kant, Sartre.
D´Ormesson
Comunicaciones misteriosas mantenidas por Sartre con los fenomenólogos y los existencialistas alemanes.
Baldwin
Abandono. Término retórico usados por filósofos existencialistas como Heidegger y Sartre, para describir la ausencia de cualquier fuente de autoridad ética, fuera de uno. Para Sartre, este sentimiento de abandono es sólo el preludio de un reconocimiento de que los valores éticos pueden estar fundados en el interior de un entendimiento reflexivo de una disposición, que permite alcanzar la autenticidad de la vida.
En la filosofía de Sartre, la <<selección original>> del programa fundamental de uno es absurda, puesto que, aunque las selecciones se hacen por razones concretas, esta selección trasciende el ámbito de la razón, porque las razones están fundadas en la persona. Puede argumentarse que este caso muestra que Sartre está equivocado, al suponer que las razones para la selección están a su vez fundadas en una selección; y es posible argüir que otros casos que envuelven la experiencia del absurdo, son en realidad una reducción al absurdo de los supuestos que producen esta consecuencia.
Sartre presenta explícitamente el existencialismo como una doctrina ética. Afirma que escogemos nuestras emociones igual que cualesquiera otros aspectos de nuestra vida y que los propósitos gravitan en torno a un programa, que a su vez es un producto de una selección fundamental que, puesto que nos suministra nuestras motivaciones, tiene que ser a su vez inmotivada o absurda.
La teoría ética de Sartre es similar. Aunque celebra lo absurdo de la libertad existencialista, sólo recomienda aquellos ejercicios de esta libertad, que muestran respeto por la libertad de otros. Da la impresión que mantiene que los valores existencialistas han de obedecer el requisito de ser valores de aquel cuya vida es auténtica y que la autenticidad sólo puede ser alcanzada en el seno de una comunidad que practique el respeto mutuo. El precio que Sartre tiene que pagar, respecto a proporcionar algún contenido social a su ética existencialista, constituye una importante cualificación del énfasis sobre la situación del ser humano aislado.
Jean-Paul Sartre (1905-1980). Después de haber consumido su infancia de niño provinciano -si es que hemos de dar garantía al cautivador ensayo autobiogáfico, "Las palabras"- en la biblioteca de su abuelo, estudió filosofía. El año 1931, pasó a ser profesor de filosofía en la ciudad de El Havre, a la que odiaba (El Havre es Bouville, en "La náusea"). El año 1937, se trasladó a París y, al siguiente, vio la luz esa brillante novela filosófica, "La náusea". Muchos de los temas de dicha novela recurren en su primer libro filosófico importante, "L´imaginaire", 1940. Pero mientras, había estallado la guerra. Sartre fue movilizado e hizo prestación como meteorólogo. Se comprometió profundamente con los "Condenados de la guerra" (el título del libro de Fanon, para el que Sartre escribió un elocuente prefacio). El año 1940, fue capturado y encarcelado. Puesto en libertad un año después, su deseo de cooperar con la Resistencia se vio complicado por su reluctancia a comprometerse con los comunistas o con los gaullistas y dedicó su tiempo a escribir su libro filosófico "El ser y la nada", 1943.
Con la liberación, su optimista conferencia del año 1945, "El existencialismo es un humanismo", cautivó la fantasía de una generación.
Libros psicológicos de Sartre. "Baudelaire", 1946. "San Genet: actor y mártir", 1952.
Sartre aclara, en "La náusea", que al abandonar Roquentin su programa, ese abandono trae consigo el fin de su interioridad. Cabe preguntarse si la interioridad no envuelve también una referencia a otras personas; tal vez, como Hegel suponía, al reconocimiento que estas realizan del estatuto de uno como sujeto.
Labin
Jean Paul Sartre. El infierno de "la mirada de los otros".
Magee
El existencialista Jean-Paul Sartre se ha esforzado en extender las ideas del existencialismo fuera de los confines de la filosofía académica. El título de uno de los libros filosóficos de Sartre, "El ser y la nada" (publicado en 1943), es una alusión y un homenaje a "El ser y el tiempo", de Heidegger.
Merleay-Ponty y Sartre fueron muy amigos; fundaron y publicaron el periódico "Les Temps Modernes".
Me supone difícil creer que Sartre vaya a ser recordado como filósofo, aunque creo que pasará a la historia como dramaturgo o como novelista.
Vilar
Afirmación de Sartre, quien reduce las ciencias humanas a un no-saber.
Dreyfus
Sartre comenzó siendo husserliano y, como fenomenólogo, escribió una novela titulada "Náusea", una descripción en primera persona de un mundo que se viene abajo. Seguidamente leyó a Heidegger y se transformó a lo que él concebía como existencialismo heideggeriano. Pero como husserliano y francés, sentía que tenía que modificar la mentalidad de Heidegger y hacerla más cartesiana. De manera que parte del sujeto consciente, pero escribe respecto de la muerte, la ansiedad, la inautenticidad, el ser y la nada. La consecuencia, "El ser y la nada", es una fantástica mala interpretación de "El ser y el tiempo". Lo que Sartre escribió fue una versión existencialista muy interesante de Husserl. La autoconciencia de Sartre es como el ego trascendental de Husserl, un sujeto que da significado a todo, mediante su intencionalidad. Dado que la autoconciencia da un significado a todo, cualquier cosa puede tener un significado para la autoconciencia.
Utilizando los términos de Sartre, soy pura espontaneidad, pura ligereza, pura nada, absurdamente libre. Sartre mantiene que esa autoconciencia está más allá de la libertad y que el ser humano es una pretensión absurda e inútil de encontrar algún significado a la vida.
Merleau-Ponty replica a Sartre. No somos totalmente libres, cada uno se ve limitado a un cuerpo de un concreto tamaño, aptitud para moverse, el idéntico tipo de cuerpo que tienen los demás. Es una ironía de la historia de la filosofía continental el hecho de que Merleau-Ponty -el cual pretendió contestar a Sartre, el cual era como Husserl- hiciera una nueva versión de Heidegger.
Inwood
Para Sartre, el ser específicamente humano representa la nada o la autonegación; razón por la que podamos discernir realidades negativas, como la ausencia de un invitado.
Kraus
Bibliotecas de ensayos sutiles respecto del sentido de la libertad, desde Aristóteles hasta Sartre, no han podido evitar el decrecimiento de la anotación de la libertad.
Las filosofías de Heidegger y Sartre destacan los caracteres de una teología negativa y hacen reflexionar sobre la nada como forma negativa del concepto divino, que se manifiesta a través del no conocer como paradoja, de manera inevitable y evidente.
Downie
A un existencialista como Jean-Paul Sartre, no le agradaría la idea de que estaba ofreciendo una versión de la ética kantiana, aunque Sartre está enormemente influido por Kant. Con Sartre, la voluntad autónoma de Kant, libre, pero constreñida por su esencia racional, se transforma hacia la voluntad sin trabas, que crea sus propios valores con una opción tendenciosamente libre.
Priest
En la filosofía de Sartre y de Merleau-Ponty, la pura o husserliana fenomenología experimenta una transformación heideggeriana. Notablemente, la tesis husserliana de que el marco de la actitud natural (el sentido común) puede ser suspendido, para propiciar una descripción fenomenológica de la autoconciencia, es rechazada y sustituida por la noción existencial de ser-en-el-mundo. El ego trascendental husserliano es eliminado por no ser fenomenológicamente alcanzable y la noción de la internalidad corporal viene a reemplazarlo (en "El ser y la nada", de Sartre).
La fenomenología existencial de Sartre se halla expuesta en los ensayos filosóficos y en sus dramas, novelas, relatos breves y folletos políticos.
Uno de los más ambiciosos programas de la filosofía francesa de postguerra fue la pretensión de Sartre, en "Crítica de la razón dialéctica" (1960), de sintetizar el existencialismo y el marxismo.
Richard Schacht, "Hegel y después: Estudios sobre filosofía continental entre Kant y Sartre", 1975.
Gabriel Marcel, en "Existencia y libertad", emplaza a Sartre por su negativismo dogmático (por el pesimismo respecto a las perspectivas humanas), una acusación, que Sartre pretende repudiar en su maligno, pero brillante discurso del año 1946, <<El existencialismo es un humanismo>>.
Solomon
Revolviéndose ante Jean-Paul Sartre, quien siguió a Descartes al insistir en que la libre interioridad (como autoconciencia) era la esencia ontológica del ser humano, Michel Foucault y Jacques Derrida han rechazado la noción de <<el sujeto>> e insistido en que lo que erróneamente es identificado por ese nombre, es una construcción de la política y la cultura.
O´Grady
Sartre invoca le visqueux (el limo o fango, lo pegajoso, lo viscoso), para analizar de qué manera los sentimientos, actos, rasgos de carácter, llevan incrustado algo material, mientras que, de igual manera, la sustancia material está cargada de significado afectivo.
Leys
La intelligentsia progresista francesa bajo el pontificado de Sartre-Beauvoir.
Bernasconi
Maurice Merleau-Ponty (1907-1961). Fenomenólogo y cofundador con Sarte de la filosofía existencial. El blanco de Merleau-Ponty era el dualismo sujeto-objeto del cartesianismo, que plausiblemente siguió dominando el existencialismo de Sartre.
Petrovic
Teoría que reduce la libertad a una pura autodeterminación interior, a una simple condición previa de la actividad libre. Ha sido elaborada con muchas variantes diferentes, Kant, Sartre.
D´Ormesson
Comunicaciones misteriosas mantenidas por Sartre con los fenomenólogos y los existencialistas alemanes.
Baldwin
Abandono. Término retórico usados por filósofos existencialistas como Heidegger y Sartre, para describir la ausencia de cualquier fuente de autoridad ética, fuera de uno. Para Sartre, este sentimiento de abandono es sólo el preludio de un reconocimiento de que los valores éticos pueden estar fundados en el interior de un entendimiento reflexivo de una disposición, que permite alcanzar la autenticidad de la vida.
En la filosofía de Sartre, la <<selección original>> del programa fundamental de uno es absurda, puesto que, aunque las selecciones se hacen por razones concretas, esta selección trasciende el ámbito de la razón, porque las razones están fundadas en la persona. Puede argumentarse que este caso muestra que Sartre está equivocado, al suponer que las razones para la selección están a su vez fundadas en una selección; y es posible argüir que otros casos que envuelven la experiencia del absurdo, son en realidad una reducción al absurdo de los supuestos que producen esta consecuencia.
Sartre presenta explícitamente el existencialismo como una doctrina ética. Afirma que escogemos nuestras emociones igual que cualesquiera otros aspectos de nuestra vida y que los propósitos gravitan en torno a un programa, que a su vez es un producto de una selección fundamental que, puesto que nos suministra nuestras motivaciones, tiene que ser a su vez inmotivada o absurda.
La teoría ética de Sartre es similar. Aunque celebra lo absurdo de la libertad existencialista, sólo recomienda aquellos ejercicios de esta libertad, que muestran respeto por la libertad de otros. Da la impresión que mantiene que los valores existencialistas han de obedecer el requisito de ser valores de aquel cuya vida es auténtica y que la autenticidad sólo puede ser alcanzada en el seno de una comunidad que practique el respeto mutuo. El precio que Sartre tiene que pagar, respecto a proporcionar algún contenido social a su ética existencialista, constituye una importante cualificación del énfasis sobre la situación del ser humano aislado.
Jean-Paul Sartre (1905-1980). Después de haber consumido su infancia de niño provinciano -si es que hemos de dar garantía al cautivador ensayo autobiogáfico, "Las palabras"- en la biblioteca de su abuelo, estudió filosofía. El año 1931, pasó a ser profesor de filosofía en la ciudad de El Havre, a la que odiaba (El Havre es Bouville, en "La náusea"). El año 1937, se trasladó a París y, al siguiente, vio la luz esa brillante novela filosófica, "La náusea". Muchos de los temas de dicha novela recurren en su primer libro filosófico importante, "L´imaginaire", 1940. Pero mientras, había estallado la guerra. Sartre fue movilizado e hizo prestación como meteorólogo. Se comprometió profundamente con los "Condenados de la guerra" (el título del libro de Fanon, para el que Sartre escribió un elocuente prefacio). El año 1940, fue capturado y encarcelado. Puesto en libertad un año después, su deseo de cooperar con la Resistencia se vio complicado por su reluctancia a comprometerse con los comunistas o con los gaullistas y dedicó su tiempo a escribir su libro filosófico "El ser y la nada", 1943.
Con la liberación, su optimista conferencia del año 1945, "El existencialismo es un humanismo", cautivó la fantasía de una generación.
Libros psicológicos de Sartre. "Baudelaire", 1946. "San Genet: actor y mártir", 1952.
Sartre aclara, en "La náusea", que al abandonar Roquentin su programa, ese abandono trae consigo el fin de su interioridad. Cabe preguntarse si la interioridad no envuelve también una referencia a otras personas; tal vez, como Hegel suponía, al reconocimiento que estas realizan del estatuto de uno como sujeto.
Labin
Jean Paul Sartre. El infierno de "la mirada de los otros".
Massé
Sartre, con "Les Mots", ha hecho sensible el abismo que separa el cuadro de una vida terminada, de su realidad vivida a cada instante.
Themerson
Era bastante probable que los grandes hombres, Brentano, Husserl, Sartre se hubieran encogido desdeñosamente de hombros ante sus enseñanzas que seguían las apariencias como pantallas y que ocultan la esencia de las cosas que existen detrás, la esencia que (gracias a nuestra intuición) nuestra autoconciencia puede ver directamente.
Pinker
La diferencia de explicar la conducta y excusarla queda reflejada con el refrán <<Entender no significa perdonar>> con la que ha insistido el filósofo Sartre.
Simone De Beauvoir
Es tonto el muérdago, es redondo, es histórico; y además es un parásito.
Una pipa de barro, una garra de pájaro aguantando un huevo.
Aroma del té.
Confeccionar ponche.
Limitar los gastos.
Es menester que alguna vez sea fiesta; si no ¿para qué valdrían las victorias?
Encanallarse con la minoría intelectual.
La verdad viene pronto.
Sánscrito, poemas herméticos.
En sus ojos había la arrogancia de los criminales dichosos.
Es ocioso encerrar a la gente con dilemas; la vida siempre los hace estallar.
Con política el comienzo es lo más duro; después todo se arregla.
La nostalgia debe ser inútil.
Me besó la mano, cosa que detesto. Una mano es algo más desnudo que un rostro, me molesta que la exploren de cerca.
Clima moral.
Ni un descanso; sólo existe el porvenir y retrocede indefinidamente. Y eso es lo que se llama actuar.
Los intelectuales tienen una balanza sobre el lugar del corazón y un pequeño cerebro donde la picha. Nunca hablan a la gente de igual a igual; tienen una generosidad que significa dominación y una imparcialidad que supone suficiencia.
Brujas la Muerta.
Sobrevivir, habitar del otro lado de la vida de uno. Después de todo es muy confortable; no se espera nada más, no se teme nada más y la horas semejan los recuerdos.
Ruido de roedor, ruido de inquietud dentro de mi pecho.
Lenin decía <<Hay que soñar>>. Pero a condición de creer seriamente el sueño. Allí está el problema.
Lágrimas ácidas de rabia.
Hablaba sin énfasis, con una racionalidad apremiante que semejaba la violencia. No proponía un programa. Nos decretaba deberes urgentes que no podíamos sustraernos de cumplirlos. La victoria estaba garantizada con su propio menester.
Evolucionar ante conjuntos, no por casos particulares.
La metamorfosis de los signos impresos daba lo que ninguna creación da. La realidad.
Metamorfosis, ebanescencias.
Viajamos porque reflexionamos que los paisajes no son ilusiones ópticas.
Nunca son indiscretas las preguntas, sino las réplicas.
Tema de oro.
Desprecio de los hombres, tiranía.
Se pueden hacer libros hermosos sobre temas políticos. Pero no me parece deseable que a la literatura pura le sean devueltos sus derechos. Es una palabra peligrosa. Sabemos a dónde conduce querer aislar la literatura del resto. Hoy tenemos ventaja de nuevo a escribir gratuitamente, sólo por placer.
La gente que tiene mucho dinero aparenta ser frívola; realmente tienen el sentido de los verdaderos valores. El lujo es muy inteligente.
Con las lágrimas se pierde una ilusión.
Rostro descansado y recto que sólo se encuentra con los pillos de gran envergadura; los que son bastante ricos para comprar su autoconciencia.
Una especie de testimonio doblemente sospechoso. Primero porque el acusador se adaptó al sistema que denuncia; luego porque una vez que se ha separado de él no se puede esperar que calcule sus ataques.
Espontaneidad. Ignoraba las frases hechas y los ritos de la cortesía; sus atenciones las improvisaba y semejaba los inventos de la ternura.
Garantía de sonámbula.
Trocar injuriosas manifestaciones.
Escribo porque no de pan vive el ser humano y creo el menester de lo superfluo. Escribo para auxiliar lo que la acción descuida; las verdades del momento, lo personal, lo inminente. A la hora actual, la literatura que tiende a dar a los hombres algo más que pan es explotada para demostrar que pueden privarse de pan.
La historia antigua ocultada tras la cómoda cortina que confunde el pasado, la ausencia y la nada.
Microbios que solo se pueden exterminar destruyendo el organismo que devoran.
Enorme olor a plantas enamoradas.
Mar monótono e infinito como la ausencia; sus aguas azules me sabían azucaradas.
Lo que define al coleccionista es el catálogo.
Fuego alegre de la impaciencia.
Mensajes milagrosos.
Uno se refuta forzosamente cuando está obligado a querer algo distinto de lo que quiere.
Existen esperas apacibles y la soledad puede ser leve.
Cuando la acción es una realidad viva, cuando uno cree los fines la palabra justicia tiene un sentido y a un traidor se le mata.
El solo momento que los problemas tienen solución es cuando no se plantean.
La guerra es como la muerte, de nada vale prepararse. No se contiene una guerra con palabras; pero la palabra no pretende forzosamente transformar la historia; es también una verosímil manera de vivirla.
Y yo veía sus dientes. Solo eso era leal de su cuerpo. Los dientes, donde el esqueleto aparece.
La razón mantiene la organización; el pasado atrás, el porvenir delante, invisible, la luz separada de las tinieblas, ese mundo emergiendo victoriosamente de la nada.
(Los Mandarines)
Saca el cabo de su pluma fuerte.
El amor también es liso, higiénico, rutinario.
Encontrar argumentos satisfactorios.
Le gustan las novelas que cuentan historias, los recuerdos de infancia, le gusta hacer preguntas, caminar sin objeto.
¿A quién imita en este momento? La pregunta que hacía Freud a propósito de una histérica.
Adora los libros que no hablan de nada. Lo que hay de formidable en estos autores nuevos es que no escriben para contar una historia; escriben por escribir, como si amontonaran piedra sobre piedra por su propio placer. Pero las novelas que le recomienda hablan de personas, de acontecimientos alejados de su vida, como Monteverdi.
Existimos. Consiste en no advertirlo, tomar impulso, ir de un tirón hasta la muerte.
Pretexto torpe.
Detrás de mí, un largo día lleno de lentejuelas de menudos placeres, y afuera el mundo, inmenso y misterioso.
En sus ademanes hay una gracia sinuosa.
Ha permitido que la conversación tome un sesgo tontamente sentimental y no le será fácil irse.
Emociones sosegadas, que forman parte del trantrán cotidiano.
Al menos había algo que lamentar, algo que valía su peso en desgracia.
La espesura de la noche.
Se ha abierto camino en la vida a golpes de hacha, aplastando, haciendo a un lado todo aquello que la molestaba.
Hay en su cabeza una masa espesa de preocupaciones, que la absorben por completo. En realidad, es algo que está en la atmósfera.
Premios Goncourt, Renaudot.
A menudo, las personas cuando conversan, recitan artículos de revistas y diarios. Es menester que obtengan sus informaciones de alguna parte.
La denigración sistemática me da náuseas.
Colección de la Pléiade.
Leer, reflexionar.
En las novelas de antes, encienden cigarrillos todo el tiempo. Es artificial. Pero lo hacemos a menudo en la vida cuando tenemos menester de darnos firmeza.
Reflexionar, calcular.
Prefiero ser odiosa que ridícula.
Con piedras en el pecho y humaredas de azufre en la cabeza.
Durante años, ha usado las personas como obstáculos que hay que abatir y ha triunfado; ha terminado por ignorar que los demás existen por su cuenta; que no obedecen forzosamente a sus planes. Obstinada en sus histerias, sus comedias. Imitando siempre a alguien por no saber inventar conductas adaptadas a las circunstancias. La toman por una mujer firme, eficaz.
Fiscalizar con cuidado y equilibrio.
A las personas solitarias no les gustan las fiestas.
Una compensación, un símbolo, un sucedáneo.
El peso de las cosas no dichas, de las frases vanas; la distancia, la ausencia, bajo la cortesía de los ritos.
Aquí llega lo que más teme. Uno de esos momentos en losque todo se hunde; su cuerpo es de piedra, quisiera aullar; pero la piedra no tiene voz; ni lágrimas.
Se sentía solo, se aburría; los libros, la música, la cultura, es algo muy bonito, pero que no llena una existencia.
Sobre su rostro ha pasado una expresión soñadora, que armonizaba con los jacintos, con las prímulas.
No ignoraba la vanidad de las cosas y había encontrado la serenidad más allá de la desesperación.
(Hermosas imágenes)
Una vida significa la reasunción de un destino por una libertad.
Lo imaginario es una de las imágenes de lo imposible.
Fabricar la realidad con lo imaginario. Un acto propio de artistas y escritores.
Libros brillantes y sólidos, encerraban bajo sus tapas satinadas mundos en los que lo imposible se torna posible.
La primavera tímida.
Su escrupulosa honestidad tiene el valor de una acusación.
Forma superior de comunicación. Una creación artística.
(Prólogo de "La Bastarda")
Leduc
Una vida significa la reasunción de un destino por una libertad.
Lo imaginario es una de las imágenes de lo imposible.
Fabricar la realidad con lo imaginario. Un acto propio de artistas y escritores.
Libros brillantes y sólidos, encerraban bajo sus tapas satinadas mundos en los que lo imposible se torna posible.
La primavera tímida.
Su escrupulosa honestidad tiene el valor de una acusación.
Forma superior de comunicación. Una creación artística.
(Prólogo de "La Bastarda")
Leduc
El nombre de Simone de Beauvoir es una cuadriga. Nunca separé su nombre de su apellido. Cómo podría separar el azul del cielo. Su nombre y su apellido en mi boca, la púdica pepita en el corazón.
Simone de Beauvoir, "La invitada". Una mujer escribía en lugar de millones de mujeres, como si las mujeres tuvieran la aptitud de escribir.
Simone de Beauvoir escribía por las mañanas en el Café de Flore.
Simone de Beauvoir inspiraba actitudes, apreciaciones.
Milosz
Una de las compañeras de estudios de Simone Weil fue Simone de Beauvoir.
O´Grady
Simone de Beauvoir (1908-1986). Filósofa existencialista francesa, teórica feminista y novelista, compañera de Jean-Paul Sartre. Se tenía por una de sus discípulas y cita como suyos libros de Sartre.
En sus ensayos "Pyrrhus et Cinéas" (1944) y "Para una moral de la ambigüedad" (1974), pretendió reconciliar su posición con la de Sartre, distinguiendo dos tipos de libertad; la aptitud para trascender y alterar las circunstancias en las que uno se encuentra inmerso y la aptitud para dominarlas y utilizarlas de la manera más completa posible.
"La vejez", a la que llamaba la nivelación de "El segundo sexo", de características más políticas, acusa la pobreza y explotación creciente de los viejos. Con Sartre, Merleau-Ponty y Aron, Beauvoir encabezó la revista de izquierdas "Les Temps Modernes", que tomó consistentemente una postura polémica en la cuestión del feminismo y que condenó la invasión de Hungría y de Checoslovaquia por el ejército de la Unión soviética.
De Beauvoir supo escapar suficientemente del complejo de Edipo, como para producir filosofía inopinadamente.
Simone de Beauvoir inspiraba actitudes, apreciaciones.
Milosz
Una de las compañeras de estudios de Simone Weil fue Simone de Beauvoir.
O´Grady
Simone de Beauvoir (1908-1986). Filósofa existencialista francesa, teórica feminista y novelista, compañera de Jean-Paul Sartre. Se tenía por una de sus discípulas y cita como suyos libros de Sartre.
En sus ensayos "Pyrrhus et Cinéas" (1944) y "Para una moral de la ambigüedad" (1974), pretendió reconciliar su posición con la de Sartre, distinguiendo dos tipos de libertad; la aptitud para trascender y alterar las circunstancias en las que uno se encuentra inmerso y la aptitud para dominarlas y utilizarlas de la manera más completa posible.
"La vejez", a la que llamaba la nivelación de "El segundo sexo", de características más políticas, acusa la pobreza y explotación creciente de los viejos. Con Sartre, Merleau-Ponty y Aron, Beauvoir encabezó la revista de izquierdas "Les Temps Modernes", que tomó consistentemente una postura polémica en la cuestión del feminismo y que condenó la invasión de Hungría y de Checoslovaquia por el ejército de la Unión soviética.
De Beauvoir supo escapar suficientemente del complejo de Edipo, como para producir filosofía inopinadamente.
Jean Genet
Los ángeles me causan horror por estar compuestos de esta suerte. Ni ánimo ni materia, blancos, vaporosos y espantosos como el cuerpo translúcido de los fantasmas.
Criminales muertos, astros de luto.
Los desiertos están cercados y no comunican con el infinito.
Vacío enhiesto, sensible y orgulloso como una alta dedalera.
Aspereza perversa de un campanario atravesando una nube de tinta.
La materia del recuerdo es porosa.
La dama de picas, la viuda de mala influencia.
La verosimilitud significa la retractación de las razones inconfesables.
Las cosas (revólver) son las instigadoras de un acto y deben ser las portadoras de la terrible aunque ligera responsabilidad de un crimen.
Todos los reclusos son niños y los niños solo son tortuosos, retraídos, claros y confusos.
Cada crimen premeditado lo preside un ceremonial preparatorio y siempre después una ceremonia propiciatoria. El sentido de uno y otra escapa a la autoconciencia del criminal.
Se abomban los párpados de los ascetas.
Placenta de nobleza.
El terciopelo negro del que están hechos el antifaz de Fantômas y el de las dogaresas.
Topero. Ladrón que roba los pisos vacíos y que suele entrar con fractura.
Como se saben sin haberlas aprendido cosas de los sueños.
El frescor del escándalo es el frescor de un viento matutino.
Rodillas paganas de una belleza tal que reflejarían la inteligencia desesperada del rostro de los místicos.
Al pobre Demiurgo no le queda más remedio que hacer su criatura a su imagen y no inventó a Lucifer.
Los dedos de las noches.
La gravedad despiadada de los bosques marchando.
Como la coca vaporosa hace que floten los contornos de su vida, que boguen sus cuerpos, son inaprensibles.
Dele la abyección embriagarnos si no queremos que su intensidad nos mate.
La manera de evitar el horror del horror es ceder a él.
Trapacerías de la suerte.
El amor utiliza las peores trampas. Las menos distinguidas. Las más raras. Explota las coincidencias. Se burla, hijo de la gran ciudad, de los escrúpulos de los campesinos.
Pudor de la mueca de la cara y del cuerpo a la que obliga el esfuerzo.
Ponen la radio que fluye.
Esperar con una angustia intolerable el efecto del acto increíble y admirar lo maravilloso de un acto locamente irremediable que arrastra detrás el fin del mundo, que de un gesto de muy poco peso se desprende.
Pomo de veneno.
Periodos de vértigo.
Instantaneidad de los sueños.
Flotaba con los sueños pintados.
Si estando enfermo me curara un milagro no sobreviviría. El milagro es inmundo.
Tardé mucho para saber sacar partido del hechizo de estos poderes inferiores que me atraían por los pies, que sacudían a mi alrededor negras alas que latían como pestañas de vampiresas y que me hundían sus dedos de boj dentro de los ojos.
La moral con su Bien y su Mal.
Más allá del bien y del mal, el lugar donde el santo debe vivir.
El misterio que el lujo segrega.
Los hoteles de lujo como los antros de las brujas mantienen cautivos hechizos agresivos que uno de nuestros gestos, del mármol, de las alfombras, del terciopelo, del ébano, del cristal puede liberar.
El tiempo que requiere una instalación discreta y suntuosa.
Ha dominado los hechizos y apeado el lujo.
Brillante teorema.
Pretexto, ocasión.
La reflexión, un dragón que hunde las zarpas a la espalda.
Rapidez despiadada de las desgracias.
Verdadera noche de los astros.
Asco físico de primera hora del criminal por su víctima.
El criminal ha pasado por una experiencia poco frecuente, se erige como divinidad. El criminal consciente, cínico, que se atreve a cargar con el hecho de dar la muerte sin querer remitirse a ningún poder, pues el soldado que mata no compromete su responsabilidad, ni el loco ni el celoso ni el que sabe que conseguirá el perdón. Pero sí aquel que recibe el nombre de réprobo, que frente a frente consigo vacila con verse al fondo de un pozo al que con los pies unidos con un salto de risible audacia, curioso y explorador se ha lanzado. Un ser humano perdido.
Peso atroz de la justicia de toga.
Verosimilitud fruto de la lógica.
La alegría que precede a los suicidios.
Raza de los niños perseguidos, prematuramente arrugados, volcánicos.
Las emociones devastan los rostros, arrancan la paz, hinchan los labios, pliegan las frentes, agitan las cejas con estremecimientos y convulsiones sutiles.
Los niños son los habituales mensajeros de las noticias emocionantes.
El centeno y el trigo metálicos.
Misterio de la nada y del no.
Gesto vertiginoso, solar.
Cualidad del sol, la malevolencia.
Control moral.
Fantasmas solapados que desgarra el sol.
Los fantasmas no son ni de humo ni de un fluido opaco o translúcido. Son claros como el aire. Los atravesamos sobre todo durante el día. Algunas ocasiones se perfilan con rasgos de pluma sobre nuestros rasgos, sobre una de nuestras piernas cruzando sus muslos sobre los nuestros con uno de nuestros gestos.
La leyenda es viento.
Embotamiento que la noche causa.
Una cerilla consumida, apagada, negra y flaca como una cigarra.
Los dedos crispados con forma de ganchos criminales del vampiro de Düsseldorf de las tapas de las novelas.
Mordedura que da el desprecio.
Una niñita como esas creaciones que desde hace mucho han abandonado a su autor. Como no son ya instantáneamente carne de su carne no gozan ya de su ternura materna.
Crónica-refrán. Araña de la mañana disgusto. Araña de la tarde ilusión.
Amargos celos físicos.
Es difícil desembarazarse de esta turbulencia de robar a los almacenes, un movimiento browniano muy poblado y movedizo, conmovedor como el embotamiento matutino.
Aterrador silencio eterno de los espacios ignotos.
Ser más cazurro que el destino.
Un joyeux. Soldado de los Batallones de África.
Para llegar a sus fines el destino emplea un método bajo.
Decapitación. Se volverá cual san Dionisio con su cabeza cortada entre las manos.
Dentro del Palacio de Justicia la muerte no es más que un ala negra sin cuerpo, un ala hecha con varios retales de estameña negra urdida por una fina osamenta de varillas de paraguas, un estandarte de piratas sin mástil.
El mayor agradecimiento a las potencias carnales. La valentía.
La deliberación es secreta como la selección de un jefe de bandidos enmascarados, como la ejecución de un traidor por el seno de una cofradía.
La grandeza de un ser humano según sus facultades, inteligencia, dones. La forman también las circunstancias que lo han seleccionado para ayudarles de soporte. Un ser humano es grande si tiene un gran destino; pero esta grandeza es de la categoría de las grandezas visibles, calculables. Representa la magnificencia vista desde fuera. Miserable tal vez vista desde dentro, es entonces poética.
El movimiento ínfimo del dedo de la bailarina de Bali es un signo que puede aportar movimiento a un mundo porque procede de un mundo cuyo sentido numeroso es inconfesable.
La muchedumbre no tiene noción de lo grandioso, no obedece a esta conminación dramática.
Sólo una búsqueda proporciona por su dificultad la autoconciencia del juego.
(Santa María de las Flores)
Escribir es escoger de diez materiales que nos ofrecen uno.
Criminales muertos, astros de luto.
Los desiertos están cercados y no comunican con el infinito.
Vacío enhiesto, sensible y orgulloso como una alta dedalera.
Aspereza perversa de un campanario atravesando una nube de tinta.
La materia del recuerdo es porosa.
La dama de picas, la viuda de mala influencia.
La verosimilitud significa la retractación de las razones inconfesables.
Las cosas (revólver) son las instigadoras de un acto y deben ser las portadoras de la terrible aunque ligera responsabilidad de un crimen.
Todos los reclusos son niños y los niños solo son tortuosos, retraídos, claros y confusos.
Cada crimen premeditado lo preside un ceremonial preparatorio y siempre después una ceremonia propiciatoria. El sentido de uno y otra escapa a la autoconciencia del criminal.
Se abomban los párpados de los ascetas.
Placenta de nobleza.
El terciopelo negro del que están hechos el antifaz de Fantômas y el de las dogaresas.
Topero. Ladrón que roba los pisos vacíos y que suele entrar con fractura.
Como se saben sin haberlas aprendido cosas de los sueños.
El frescor del escándalo es el frescor de un viento matutino.
Rodillas paganas de una belleza tal que reflejarían la inteligencia desesperada del rostro de los místicos.
Al pobre Demiurgo no le queda más remedio que hacer su criatura a su imagen y no inventó a Lucifer.
Los dedos de las noches.
La gravedad despiadada de los bosques marchando.
Como la coca vaporosa hace que floten los contornos de su vida, que boguen sus cuerpos, son inaprensibles.
Dele la abyección embriagarnos si no queremos que su intensidad nos mate.
La manera de evitar el horror del horror es ceder a él.
Trapacerías de la suerte.
El amor utiliza las peores trampas. Las menos distinguidas. Las más raras. Explota las coincidencias. Se burla, hijo de la gran ciudad, de los escrúpulos de los campesinos.
Pudor de la mueca de la cara y del cuerpo a la que obliga el esfuerzo.
Ponen la radio que fluye.
Esperar con una angustia intolerable el efecto del acto increíble y admirar lo maravilloso de un acto locamente irremediable que arrastra detrás el fin del mundo, que de un gesto de muy poco peso se desprende.
Pomo de veneno.
Periodos de vértigo.
Instantaneidad de los sueños.
Flotaba con los sueños pintados.
Si estando enfermo me curara un milagro no sobreviviría. El milagro es inmundo.
Tardé mucho para saber sacar partido del hechizo de estos poderes inferiores que me atraían por los pies, que sacudían a mi alrededor negras alas que latían como pestañas de vampiresas y que me hundían sus dedos de boj dentro de los ojos.
La moral con su Bien y su Mal.
Más allá del bien y del mal, el lugar donde el santo debe vivir.
El misterio que el lujo segrega.
Los hoteles de lujo como los antros de las brujas mantienen cautivos hechizos agresivos que uno de nuestros gestos, del mármol, de las alfombras, del terciopelo, del ébano, del cristal puede liberar.
El tiempo que requiere una instalación discreta y suntuosa.
Ha dominado los hechizos y apeado el lujo.
Brillante teorema.
Pretexto, ocasión.
La reflexión, un dragón que hunde las zarpas a la espalda.
Rapidez despiadada de las desgracias.
Verdadera noche de los astros.
Asco físico de primera hora del criminal por su víctima.
El criminal ha pasado por una experiencia poco frecuente, se erige como divinidad. El criminal consciente, cínico, que se atreve a cargar con el hecho de dar la muerte sin querer remitirse a ningún poder, pues el soldado que mata no compromete su responsabilidad, ni el loco ni el celoso ni el que sabe que conseguirá el perdón. Pero sí aquel que recibe el nombre de réprobo, que frente a frente consigo vacila con verse al fondo de un pozo al que con los pies unidos con un salto de risible audacia, curioso y explorador se ha lanzado. Un ser humano perdido.
Peso atroz de la justicia de toga.
Verosimilitud fruto de la lógica.
La alegría que precede a los suicidios.
Raza de los niños perseguidos, prematuramente arrugados, volcánicos.
Las emociones devastan los rostros, arrancan la paz, hinchan los labios, pliegan las frentes, agitan las cejas con estremecimientos y convulsiones sutiles.
Los niños son los habituales mensajeros de las noticias emocionantes.
El centeno y el trigo metálicos.
Misterio de la nada y del no.
Gesto vertiginoso, solar.
Cualidad del sol, la malevolencia.
Control moral.
Fantasmas solapados que desgarra el sol.
Los fantasmas no son ni de humo ni de un fluido opaco o translúcido. Son claros como el aire. Los atravesamos sobre todo durante el día. Algunas ocasiones se perfilan con rasgos de pluma sobre nuestros rasgos, sobre una de nuestras piernas cruzando sus muslos sobre los nuestros con uno de nuestros gestos.
La leyenda es viento.
Embotamiento que la noche causa.
Una cerilla consumida, apagada, negra y flaca como una cigarra.
Los dedos crispados con forma de ganchos criminales del vampiro de Düsseldorf de las tapas de las novelas.
Mordedura que da el desprecio.
Una niñita como esas creaciones que desde hace mucho han abandonado a su autor. Como no son ya instantáneamente carne de su carne no gozan ya de su ternura materna.
Crónica-refrán. Araña de la mañana disgusto. Araña de la tarde ilusión.
Amargos celos físicos.
Es difícil desembarazarse de esta turbulencia de robar a los almacenes, un movimiento browniano muy poblado y movedizo, conmovedor como el embotamiento matutino.
Aterrador silencio eterno de los espacios ignotos.
Ser más cazurro que el destino.
Un joyeux. Soldado de los Batallones de África.
Para llegar a sus fines el destino emplea un método bajo.
Decapitación. Se volverá cual san Dionisio con su cabeza cortada entre las manos.
Dentro del Palacio de Justicia la muerte no es más que un ala negra sin cuerpo, un ala hecha con varios retales de estameña negra urdida por una fina osamenta de varillas de paraguas, un estandarte de piratas sin mástil.
El mayor agradecimiento a las potencias carnales. La valentía.
La deliberación es secreta como la selección de un jefe de bandidos enmascarados, como la ejecución de un traidor por el seno de una cofradía.
La grandeza de un ser humano según sus facultades, inteligencia, dones. La forman también las circunstancias que lo han seleccionado para ayudarles de soporte. Un ser humano es grande si tiene un gran destino; pero esta grandeza es de la categoría de las grandezas visibles, calculables. Representa la magnificencia vista desde fuera. Miserable tal vez vista desde dentro, es entonces poética.
El movimiento ínfimo del dedo de la bailarina de Bali es un signo que puede aportar movimiento a un mundo porque procede de un mundo cuyo sentido numeroso es inconfesable.
La muchedumbre no tiene noción de lo grandioso, no obedece a esta conminación dramática.
Sólo una búsqueda proporciona por su dificultad la autoconciencia del juego.
(Santa María de las Flores)
Escribir es escoger de diez materiales que nos ofrecen uno.
Un altar cargado con las flores de un jardín segado.
Recia y reluciente suntuosa dalia.
La escasa sensibilidad que demuestran los actos de los hombres.
El profundo silencio que se reserva para los enfermos.
Según el sentido que se expone, esta reseda me aturde.
La inconcreción de las cosas.
Me hallaba bajo una iluminación cruel, ante la visión despiadada de las cosas, que como saben leer todos los indicios, las reflexiones secretas, me condenarían por la menor pretensión.
Las palabras no transforman nada los hechos.
La luna se tornó sagrada, prohibida.
Vivir con una altísima tensión.
Es asombroso con qué simplicidad acuden a la pluma algunas palabras, para definir concretas formas de ser y qué felicidad siente el autor al poder hablar de sus personajes.
Una ola ininterrumpida de amor pasaba de mi cuerpo al suyo, que recobraba la vida, la agilidad.
Ríos de amor.
Las ventajas del juego, que consiste en burlar el destino.
La pared verde del estómago.
Los intestinos azules.
El novelista puede abordar cualquier tema, hablar de cualquier personaje con una exactitud rigurosa y conseguir la diversidad.
Reserva de piedad.
Los ríos rápidos y sin orillas de la verde rabia.
Engranajes de las cerraduras o de las leyes.
Mador estival. Ligera humedad.
Las puertas de bronce del instante.
Los marselleses emplean la palabra funeral igual que puñetas.
Mente sometida a disciplinas marxistas.
Dogmas políticos.
El desorden humano de una composición.
Arreglo novelesco.
La dulzura que hay en la tristeza.
El juego es una actividad sin meta.
El ladrón soporta su oficio por el atractivo novelesco que posee, pero si no fuera algo preciso, el oficio no tendría atractivo. Este menester arrastra al ladrón hacia la aventura, donde el juego no tiene cabida.
Los grillos del silencio.
Un soporte tranquilizador.
Simular un falso movimiento como los de las personas dormidas.
Los dedos de la mano se le separaban, como se separan al sol los sépalos de la mimosa.
Velo de vergüenza y de luz.
Desconfío de las expresiones brillantes. Su fulgor frena el ingenio, las fija y lo abarcan por completo. Se las tilda entonces de ingeniosas. Pero es porque son una cárcel para la mente, que las dora y se niega a evadirse.
Lápiz verde de la marca Koo-Hi-Nour.
El metro corría con la solidez y la rapidez de un friso en torno a un templo griego.
El arma más peligrosa, la ironía.
Una satisfacción furibunda.
El metal noble es el que más pasa por el fuego, el acero.
Patronatos piadosos.
Irrealidad física y realidad humana.
Las imágenes que escapan de la pupila cuando se está muy cansado y engendran un mundo auténticamente fantástico.
Tono declamatorio, debido a la repetición.
La conversación en tono de ánimo, algo pánfilo, me calmó el sufrimiento.
Amor loco, violento, devorador.
Un sueño no puede fijarse. Corre como el agua y cada una de sus imágenes se transforma, puesto que sólo existe en el tiempo y no en el espacio. Luego, el olvido, la confusión, pero lo que puedo contar es la impresión que me dio.
Mecanismo de amor, precedencia, odios, que dirige, teje y desteje las intrigas palaciegas.
Escribir -y antes de empezar a escribir, entrar en posesión de esa condición de gracia, una especie de levedad, de falta de adherencia al suelo, a lo que suele llamarse real-, escribir me obliga a una especie de extravagancia en la actitud, en los gestos e incluso en las palabras.
Formular en su fuero interno una reflexión de admirable audacia.
Lo surcaban los ríos de la verde ira.
Tiembla la barbilla a los niños tristes.
Una confusión próxima al retruécano.
(Pompas fúnebres)
Leduc
El "poeta-ladrón" Jean Genet. La etiqueta marchitaba la poesía. Genet, etiquetado de esta manera, se me aparecía con la gran corbata flotante de Aristide Bruant.
La alquimia de Genet, cuando transforma las cadenas en pulseras de flores. Cierro el libro, una cosecha de azul en el cielo se aleja. ¿Por qué las obscenidades?, decía yo en otro tiempo. Hoy digo, ¿para qué maquillar la palabra pija, cuando la palabra se pierde en la mirra y el incienso de Genet? Cada libro de él es la conmemoración de sufrimientos transfigurados.
Leduc
El "poeta-ladrón" Jean Genet. La etiqueta marchitaba la poesía. Genet, etiquetado de esta manera, se me aparecía con la gran corbata flotante de Aristide Bruant.
La alquimia de Genet, cuando transforma las cadenas en pulseras de flores. Cierro el libro, una cosecha de azul en el cielo se aleja. ¿Por qué las obscenidades?, decía yo en otro tiempo. Hoy digo, ¿para qué maquillar la palabra pija, cuando la palabra se pierde en la mirra y el incienso de Genet? Cada libro de él es la conmemoración de sufrimientos transfigurados.
Genet, una especie de aventurero emperifollado y de visita, el cual se dignaba descender hasta nosotros, cruzaba las piernas, colocaba su mano enguantada de gamuza gris sobre el muslo.
Genet, "Miracle de la Rose". Harcamone, una especie de gran pétalo mitológico por encima de las prisiones.
Genet es encantador cuando duda. Sensible como una hoja de álamo.
Humores, cóleras, estallidos, comedias, juegos de Genet.
¿Por qué no nos desmoronábamos bajo el peso de las rosas cuando comíamos con Genet?
Su higiene. Su comodidad. Su soberbia. Su desenvoltura. Su tono perentorio. Su presencia, terminada como un nudo bien hecho. Su presencia definitiva. Una borrasca que barría nuestras miasmas. Genet aireaba la ciudad, el departamento, mi existencia.
Genet detesta a los literatos. Prefiere los artesanos. Tiene los pies en la tierra. No es soñador.
Genet, ¿entraba en calor? Lo dudo.
Milosz
La literatura moderna atestigua una especie de rabia dirigida al mundo que semeja haber abandonado la acción como un relojero sabio. El humor de esta literatura (Beckett, Ionesco, Genet), caso de ser humor, es un desdeño, un ricanement, arrojado a la cara del universo.
Genet, ¿entraba en calor? Lo dudo.
Milosz
La literatura moderna atestigua una especie de rabia dirigida al mundo que semeja haber abandonado la acción como un relojero sabio. El humor de esta literatura (Beckett, Ionesco, Genet), caso de ser humor, es un desdeño, un ricanement, arrojado a la cara del universo.
A. Huxley
Jean Genet ha hablado con tonos patéticos y horripilantes de la sexualidad elemental que moral y estéticamente es sórdida. La sexualidad del albañal tiene el poder de arrastrar más allá de los límites del aislado yo. Pero esta variedad, la más corriente, toma a aquellos que se permiten atrapar hasta hundirlos bajo la zona de lo infrahumano y les da el sentido de una completa enajenación mucho más intensa que la enajenación de la sexualidad elemental inocente.
Orton
"Querella de Brest", de Genet. Jean Genet es el mejor humorista inconsciente activo desde Marie Corelli. La combinación de delicadeza y crudeza es siempre grotesca. Pese a todo, Genet es un novelista compulsivo, aunque tal vez sea sólo el tema lo atractivo.
Los temas de Genet. Criminales guapos y jóvenes, sodomía, traición, agentes brutales y retorcidos y robo.
Orton
"Querella de Brest", de Genet. Jean Genet es el mejor humorista inconsciente activo desde Marie Corelli. La combinación de delicadeza y crudeza es siempre grotesca. Pese a todo, Genet es un novelista compulsivo, aunque tal vez sea sólo el tema lo atractivo.
Los temas de Genet. Criminales guapos y jóvenes, sodomía, traición, agentes brutales y retorcidos y robo.
Violette Leduc
Se habría dicho que caminaba en el aire, que había llegado por una baba del diablo.
La indolencia de un junco.
El deseo de gustar quitaba violencia a su expresión.
Los rasgos endurecidos por la falta de sueño.
Su cara, una luna aceitosa.
Golosa y enojada, se contentaba con rebotar en su asiento como una pelota abollada.
Las casas estilizadas con tres peldaños, que dibujan los niños en sus cuadernos.
Exteriorizaba su emoción con la punta del paraguas.
La sombra y el hastío me lanzaban sobre su conversación.
Mentón huidizo de cobarde.
Gran casa con el parque bien peinado.
Llegaba una lluvia tímida, esperada como una bendición.
La veía al resplandor de los picos de gas. Sus rasgos duros discordaban con la blandura de su actitud.
La plaza era una isla de dulzura.
No se juega con la noche, con el hambre, con la fatiga, con los misterios de una madre.
Pronunciaba palabras informes. Era una tristeza ruidosa, espesa. Chirriaban la sustancia del ser que la padecía. Chirriaban la rebelión, la cólera, el fracaso, el pesar.
La atmósfera cobraba espesor.
Semejaba tristemente satisfecho.
Estaba desesperado, vencido eternamente, aunque vencedor de la aventura, la cabeza y la nuca ofrecidas a un verdugo, que no vendría.
Noticias que toman un sesgo catastrófico.
El pueblo era incoloro e inodoro.
El tiempo pasa más ligero cuando tenemos algo que comer.
Besé su mejilla, que olía a ciudad.
Frases azucaradas.
Tenía una hermosa cabeza de tribuno.
Quería algo muy diferente de esas frases disecadas, que alineaba desde que llegó.
Lo evaluaba con la desvergüenza de su edad.
El rostro colmado de placer.
Se acercaba gesticulante, injusta.
Me escapé por el corredor y me permití caer detrás de la puerta, como un animal.
A través de los vidrios yo seguía sus movimientos.
Nieve deshecha sobre su galera, nieve deshecha sobre su gabán, nieve deshecha sobre sus gruesos bigotes de crin.
El cielo se nubló de golpe. Ese impulso malhumorado del verano. Contorneábamos los charcos, bajo un cielo satinado de color azul petróleo. Los evitábamos como epidemias.
Sacó el cepillo de grama de su bolso. Llevó hacia adelante la amplitud de su falda. Semejaba prepararse para subir en coche. Dispersó las estrellas de barro.
Sobre la verja corría la campanilla vivaz y glotona de luz. Su trompa cremosa lisonjeaba los rayos del sol. Sus hojas se ahuecaban. En ocasiones, la enredadera se estremecía.
El premio de excelencia de la sensación.
Secreta entrada de una caverna.
Obtener la entrega del pedido.
Satisfacer la curiosidad doméstica.
Patines de fieltro rojo, guirnaldas de resbalamiento.
Caja de magdalenas de Commercy.
La experiencia y la desenvoltura de un lustrador profesional.
Colmar de una insoportable voluptuosidad.
Inflada de pena como un globo que asciende.
Las emanaciones de los tilos por la noche.
Velo del silencio.
Es hermosa la suficiencia del espacio.
Expresión candorosa.
El calor se tendía como un arco.
Las tenazas del deseo.
Actitud perezosa.
Peso de calor.
Había una coalición de nubes. Triunfaba el sol. Algunos velos grises perla, que desgarrar. Un cortejo de nubes solapadas resbalaba con un ritmo lento, arrastrando cataclismos domesticados.
Ademán inútil de los pobres paisanos, que saludan un ferrocarril que atraviesa la campiña.
Cielo cómplice, nubes malhumoradas.
La buena alumna de mármol.
Una lluvia perversa punzaba la tierra.
El criminal imaginario.
Gran lluvia apasionada.
Oír en el cielo un redoble de argumentos.
La enana oscilaba entre el despecho y el orgullo.
Umbelíferas, parasoles de encaje.
Un lecho de hojas crujientes en un arroyo seco, una silla al final de un baile, una calesa en un museo, un carricoche inclinado sobre un prado, un colchón echado en un huerto, una escalera horizontal en un circo vacío.
Avanzaba como un gato, que resbala lentamente hasta el sueño.
Maniobras absorbentes y turbadoras.
El renacimiento del apetito.
Sueltas las bridas de su impaciencia, empezaba a tener hambre.
Un murciélago hipócrita, que aterciopela con sus grandes círculos los espacios en torno de una casa.
Había reflexionado y daba vueltas discutiendo consigo.
Esperaba que mejoraran nuestras actitudes y aquella situación insolente.
Los ancianos representaban lo cotidiano.
La emoción era razonable.
La expresión confortablemente extraviada de alguien que sale del baño.
Un acceso de crueldad por parte del sol.
Un fardo de calor.
Las palabras de terciopelo eran severas.
La curiosidad, esa atmósfera crepitante.
La hora circulaba de boca en boca, deformada como una calumnia.
Las catástrofes imaginarias rompían como las olas.
Vistos de cerca, los paisajes nos decepcionan con sus senderos barrosos, sus edificios vulgares.
A menudo estaba en la luna, en una luna sabia. La ausencia de centenares de seres pesaba en el establecimiento. El día declinaba. Los pájaros tomaban el fresco en las ramas. Eran mundanos. Hablaban de arquitectura, de nidos, de migajas, de esposos veleidosos, de un ruiseñor irresistible por el cual otro ruiseñor se había suicidado sobre el hilo del telégrafo.
Me levanté huraña con ese domingo infinito delante de mí.
Cuán tentadoras son las casas que no habitamos. Las cabañas, los hangares, las casitas de los pasos a nivel son trampas.
La indiferencia es hermosa.
(La asfixia)
Recordar con precisión de relojero.
Un sueño de puritanismo, de obediencia, de autoridad.
La lámpara azul lavanda que nos impone la noche.
Era un amor definitivo, era una grada hacia el sacrificio.
No quiero ver sobre tus rasgos el huracán de los años.
La hora en el reloj chato.
Qué aptitud de aburrimiento tienen los niños, cómo amplifica el aburrimiento.
El ciprés, su color se me antojaba una antorcha de cólera.
Meandros del olvido, revancha de la inocencia.
Los médicos aconsejaban los huevos para el crecimiento, la tuberculosis, la anemia y los síncopes.
Huevos, gusanos redondos.
En francés, el participio concuerda con el sujeto que lo precede.
Los animales de La Fontaine me daban la sensación de demasiado pomposos y emperifollados. A pesar de las explicaciones, no creía en las cualidades y los defectos de los hombres en los animales. ¿Por qué rebajar los animales a nuestro idioma? Tienen sus quejas, gritos, placeres, dramas, abandonos y hambres, sus angustias y mala suerte.
Programa, ambición, inteligencia, reflexión.
Beau-père. Suegro y padrastro.
El caracol del cerebro.
Si me pongo en actividad podría reconquistar el paraíso perdido del esfuerzo, de las buenas notas, de las recompensas, de las felicitaciones.
Ojos oscuros con brillo de inteligencia.
Color marron glacé.
No creo en el Diablo. Si la Divinidad existe no puede tener rival. El infierno es nuestra ambición del mal.
La vida no es exclusivamente libros nocturnos y gamas cromáticas.
Un químico recomienza su experimento.
Haber volado al país de la adoración.
Mundo de la dulzona desolación.
Sábanas, frazadas.
El amor es una invención agotadora.
La caricia es al estremecimiento lo que el crepúsculo al relámpago.
Un beso violeta, casi sangriento.
Presión de la amistad.
El verano encantaba a la primavera.
Las noches. La idéntica leyenda sin personajes.
El tiempo, el indiferente verdugo.
Lo veía sobre una araña diminuta, negra y vivaz, que corría por el suelo oscuro.
Afuera, la suave noche avanzaba con la elemental suavidad de una barca a la deriva.
La indiferencia de los telegrafistas será siempre devastadora.
El bebé dormía con el sueño ideal; el de una margarita en pleno campo, al fresco de las siete de la tarde.
Las sombras de la decepción.
Cuando nos sentimos desdichados nos dirigimos hacia los indiferentes.
Agilidad de animal.
Fardo de tristeza.
Hay victorias que son presentimientos.
Los Estoicos no daban nada, no exhibían nada.
Visión pesada del ganado.
Pesadez de un oráculo que se espera.
Hay seres que son nuestro mayor riesgo.
Sin drama ni pose, con una pena monocorde.
El orgasmo, el ánimo.
La cripta de la locura.
El dulce verde de la desolación.
Color hoja muerta.
El verde linimento de las encuadernaciones.
Colección Garnier de literatura.
El arco iris de un charco en el suelo.
Perecer en el paraíso de la ignorancia.
Un otoño de dulzura uniforme.
Virtuosismo de un mecánico.
El azul abstracto de la lavanda sobre el tallo.
Revista "Europa", dirigida por Jean-Richard Bloch, revista literaria internacional, la vanguardia de la literatura de izquierda; la tapa leonada y las letras negras resaltaban; un revulsivo para el ánimo.
Gabriel Marcel creaba la colección "Feux Croisés". Rosamond Lehmann, Aldous Huxley, Jacob Wassermann.
Desear es un sufrimiento azul turquesa.
Quietud de la homosexualidad.
La tierra prometida de la despreocupación.
El paraíso de mi avaricia, de mi mala verosimilitud, de mi coquetería.
Grito de sorpresa, reconocimiento y alegría.
La persistencia y generosidad de la infancia.
La bruma del candor.
La serenidad, la quietud y la disponibilidad de los nenúfares.
El tiempo irreprochable. Una columna negra.
Nos sumergíamos en nuestro azur habitual.
La arena rubia y desprendida.
La prolongación de la ola.
El hermoso amor del objeto y del dinero.
Columbré a los testigos del paraíso que perdía.
Ver con la piedad de los animales, cuando no se les escapa ninguna de nuestras desgracias.
Yo gemía, buscaba piedad.
Una aurora, un volver a empezar.
Letra incisiva.
Menester del invierno, para el sueño de la tierra.
Hay piedades desgarradoras.
La lechuga viva en la ensaladera.
Un cielo claro, sin adornos, invitaba a una rabona con el infinito.
El sol crepitaba en sus arterias.
La geometría de los pintores de los frentes, la bicicleta aérea de un telegrafista, el triciclo de un repartidor, las cajas de un mensajero.
La hora del color granza en la sangre, la hora de la circulación.
Una momia, una fatalidad.
Teorema sobrio y riguroso.
El secreto de un rojo cereza inspiraba un acto de amor.
La persuasión del artesano, el cual aprecia su hallazgo.
Tono de excusa.
El verano se permitía amar, aventar, acariciar.
Habiendo perdido la partida, se nos vedaba el gasto.
Ibis, Ibiza, pronunciar Ibisa.
El lujo nos enseña a soñar con el lujo.
Azul frío.
Marrón, color del puré de castañas, cuando se prepara la torta de Navidad.
Hundirse en la cuna de las ilusiones.
Franca tabla de multiplicar.
Gradas del desaliento.
La delicadeza, lo aterciopelado y la fatalidad de un ala de murciélago.
Unión del cielo y la tierra, del río con el mar, del arco iris y del metal plateado. La trucha con su profusión de pecas.
Las lágrimas son armas.
Un recurso, la alegría es un cebo.
Hay estremecimientos proféticos.
El amor no es una fábrica.
Para aliviarse con lo que fue, hay que eternizarlo.
La desgracia consiste en rechazar la prueba que nos cae sobre la cabeza.
Corona de los déspotas.
Los avisos son el bálsamo Tranquilo de los animosos y de los perezosos.
La simpatía nace de la claridad.
La visión, una llama generosa.
Llama de la inteligencia y de la visión.
Actitud versátil.
Tono de burla.
Nuestros deseos más profundos son deformes.
Cae el otoño sobre la tierra, para entristecerla más.
El horizonte con sus resplandores.
Aquella noche, París era una noche fatigada.
Colores bayadera.
Recepción, hospitalidad perfecta.
Gesto de cansancio.
Un sol para convalecientes.
La desgracia planeaba.
Gastos de restaurante.
Silencio espeso.
La fuerza y el empecinamiento de un huracán.
Hay campeones de la derrota.
Mistral glacial.
Vértigo de confort.
Pequeña balanza de boticario.
Resplandor de ilusión.
Ve, arcángel, ve a picotear mi prosa a la sombra de un sifón.
Paraíso de los jardines abiertos.
Un frío de perros.
Pequeña canasta de España.
Vuelo dislocado de una golondrina.
Libros sicalípticos.
Tono de una confidencia grave.
La barca del tiempo avanza al lado de las cosas.
Magnificencia de las retamas.
El azul fluido del cielo está lánguido.
La brisa pasa con delicadeza de enfermera.
Ver fijamente con ojos de castaña y terciopelo. Los enfermos tienes esta visión, para volver al mundo de los que se sienten bien, para respirar el aire puro de alguien que viene de la calle.
Ántrax formado después de una septicemia y después de las sulfamidas.
Presa de una neurosis, inconsciente.
Al tocar la barba hacía un leve ruido de papel de esmeril.
Hermoso impulso de la independencia.
Llorar con el pobre ánimo de un chico pescado en falta.
Perfume del muguet salvaje.
Titubeante camino de la vanidad.
La hora que la tarde se abre como un abanico.
Es más lenta la vida que aquello que contamos en un cuaderno. Una vida son millones de páginas por llenar; son todos los insectos que se han encontrado o aplastado, las briznas de hierba que se han rozado, las tejas y pizarras que se han visto, las toneladas de alimentos que se han absorbido, comprado kilo por kilo, cuarto por cuarto. Y las caras y los olores y las sonrisas y los gustos y las ráfagas de viento y las lluvias y la vuelta de las estaciones.
Relatar su vida recordando sólo los colores amados, estudiados, despreciados.
Pereza, indiferencia, senilidad, prudencia, horror a gastarse.
Los parientes son inferiores a los animales, porque estos se separan de sus hijos pronto y para siempre.
Si el tiempo que marcan nuestros relojes no envenenaran nuestras veladas.
La máquina infernal de los minutos y los segundos.
Escribir era luchar, era ganarme la vida como los creyentes ganan el paraíso.
Progresos de la curación.
La bondad es también vanidad.
Velas de la amabilidad.
Especialista en estadísticas.
Culto de la abnegación y de la amistad.
Goma del tiempo.
Papel de Armenia.
Color agua de lluvia.
Los lagos de tristeza de sus ojos.
Tierno brioche del éxito.
La tristeza puede suprimirnos, puede volvernos invisibles.
Los niños están dispuestos a creer que nos burlamos cuando tenemos atenciones especiales.
Los torpes son seres generosos.
Cesar de golpe una tormenta.
Paraíso del amor imposible.
Inocencia de un comienzo.
Las hojas aleonadas, herrumbradas, violáceas, cobrizas, bronceadas, verde-gris, rosa viejo, anaranjado, ciruela, rubí y mirtilo, nos preparaban todos los días una sorpresa.
Banda azul de la censura.
Incisivo lápiz del invierno.
Venir al mundo con alas en los talones.
Paname. París.
Valentía fatalista.
Los escépticos calculaban el beneficio que su país podría obtener con la situación.
El dinero, ¡qué tutor!
La biblioteca, mullida ciudadela.
Poder afrodisíaco de las ideas que se transfieren.
La discusión filosófica significa la tierra prometida, que nunca alcanzaré.
Entristecer una derrota.
Discreto como una sombra.
El silencio, todo oxígeno.
Afilada vista de un gangster.
La cocina. Un vientre con silencio.
El silencio. Un niño que se formaba.
Las cosas velaban bajo el párpado de la noche.
Lujo y redundancia del péndulo, el tiempo bullía.
Estrago, pasión de la rueda que agita el agua del molino.
El silencio tiene tesoros.
Acusar de infidelidad.
El día comenzaba, semejaba un hermoso papel.
El olfato de un desequilibrado inventa, tiene apariciones.
Tinta Parker lavable.
La expresión azul de polvo de un florero.
Estancada en el pantano de mis sufrimientos.
Los diagnósticos nos renuevan.
Nuestro cuerpo también tiene menester de franqueza.
Canto del pájaro, implacablemente inconsciente.
El viento enamorado del árbol.
Un arco iris, el arco del tiempo.
Ese hermoso y altivo luis de oro de la flor de diente de león en un prado.
En la Bolsa gritaban, ladraban.
Unas nubes pasaban pesadas como merovingios.
Morderé el fruto de mis desolaciones.
Un planteo crucial.
Envejecer es perder lo que se ha tenido.
La ardiente catedral del verano.
(La Bastarda)
Recordar con precisión de relojero.
Un sueño de puritanismo, de obediencia, de autoridad.
La lámpara azul lavanda que nos impone la noche.
Era un amor definitivo, era una grada hacia el sacrificio.
No quiero ver sobre tus rasgos el huracán de los años.
La hora en el reloj chato.
Qué aptitud de aburrimiento tienen los niños, cómo amplifica el aburrimiento.
El ciprés, su color se me antojaba una antorcha de cólera.
Meandros del olvido, revancha de la inocencia.
Los médicos aconsejaban los huevos para el crecimiento, la tuberculosis, la anemia y los síncopes.
Huevos, gusanos redondos.
En francés, el participio concuerda con el sujeto que lo precede.
Los animales de La Fontaine me daban la sensación de demasiado pomposos y emperifollados. A pesar de las explicaciones, no creía en las cualidades y los defectos de los hombres en los animales. ¿Por qué rebajar los animales a nuestro idioma? Tienen sus quejas, gritos, placeres, dramas, abandonos y hambres, sus angustias y mala suerte.
Programa, ambición, inteligencia, reflexión.
Beau-père. Suegro y padrastro.
El caracol del cerebro.
Si me pongo en actividad podría reconquistar el paraíso perdido del esfuerzo, de las buenas notas, de las recompensas, de las felicitaciones.
Ojos oscuros con brillo de inteligencia.
Color marron glacé.
No creo en el Diablo. Si la Divinidad existe no puede tener rival. El infierno es nuestra ambición del mal.
La vida no es exclusivamente libros nocturnos y gamas cromáticas.
Un químico recomienza su experimento.
Haber volado al país de la adoración.
Mundo de la dulzona desolación.
Sábanas, frazadas.
El amor es una invención agotadora.
La caricia es al estremecimiento lo que el crepúsculo al relámpago.
Un beso violeta, casi sangriento.
Presión de la amistad.
El verano encantaba a la primavera.
Las noches. La idéntica leyenda sin personajes.
El tiempo, el indiferente verdugo.
Lo veía sobre una araña diminuta, negra y vivaz, que corría por el suelo oscuro.
Afuera, la suave noche avanzaba con la elemental suavidad de una barca a la deriva.
La indiferencia de los telegrafistas será siempre devastadora.
El bebé dormía con el sueño ideal; el de una margarita en pleno campo, al fresco de las siete de la tarde.
Las sombras de la decepción.
Cuando nos sentimos desdichados nos dirigimos hacia los indiferentes.
Agilidad de animal.
Fardo de tristeza.
Hay victorias que son presentimientos.
Los Estoicos no daban nada, no exhibían nada.
Visión pesada del ganado.
Pesadez de un oráculo que se espera.
Hay seres que son nuestro mayor riesgo.
Sin drama ni pose, con una pena monocorde.
El orgasmo, el ánimo.
La cripta de la locura.
El dulce verde de la desolación.
Color hoja muerta.
El verde linimento de las encuadernaciones.
Colección Garnier de literatura.
El arco iris de un charco en el suelo.
Perecer en el paraíso de la ignorancia.
Un otoño de dulzura uniforme.
Virtuosismo de un mecánico.
El azul abstracto de la lavanda sobre el tallo.
Revista "Europa", dirigida por Jean-Richard Bloch, revista literaria internacional, la vanguardia de la literatura de izquierda; la tapa leonada y las letras negras resaltaban; un revulsivo para el ánimo.
Gabriel Marcel creaba la colección "Feux Croisés". Rosamond Lehmann, Aldous Huxley, Jacob Wassermann.
Desear es un sufrimiento azul turquesa.
Quietud de la homosexualidad.
La tierra prometida de la despreocupación.
El paraíso de mi avaricia, de mi mala verosimilitud, de mi coquetería.
Grito de sorpresa, reconocimiento y alegría.
La persistencia y generosidad de la infancia.
La bruma del candor.
La serenidad, la quietud y la disponibilidad de los nenúfares.
El tiempo irreprochable. Una columna negra.
Nos sumergíamos en nuestro azur habitual.
La arena rubia y desprendida.
La prolongación de la ola.
El hermoso amor del objeto y del dinero.
Columbré a los testigos del paraíso que perdía.
Ver con la piedad de los animales, cuando no se les escapa ninguna de nuestras desgracias.
Yo gemía, buscaba piedad.
Una aurora, un volver a empezar.
Letra incisiva.
Menester del invierno, para el sueño de la tierra.
Hay piedades desgarradoras.
La lechuga viva en la ensaladera.
Un cielo claro, sin adornos, invitaba a una rabona con el infinito.
El sol crepitaba en sus arterias.
La geometría de los pintores de los frentes, la bicicleta aérea de un telegrafista, el triciclo de un repartidor, las cajas de un mensajero.
La hora del color granza en la sangre, la hora de la circulación.
Una momia, una fatalidad.
Teorema sobrio y riguroso.
El secreto de un rojo cereza inspiraba un acto de amor.
La persuasión del artesano, el cual aprecia su hallazgo.
Tono de excusa.
El verano se permitía amar, aventar, acariciar.
Habiendo perdido la partida, se nos vedaba el gasto.
Ibis, Ibiza, pronunciar Ibisa.
El lujo nos enseña a soñar con el lujo.
Azul frío.
Marrón, color del puré de castañas, cuando se prepara la torta de Navidad.
Hundirse en la cuna de las ilusiones.
Franca tabla de multiplicar.
Gradas del desaliento.
La delicadeza, lo aterciopelado y la fatalidad de un ala de murciélago.
Unión del cielo y la tierra, del río con el mar, del arco iris y del metal plateado. La trucha con su profusión de pecas.
Las lágrimas son armas.
Un recurso, la alegría es un cebo.
Hay estremecimientos proféticos.
El amor no es una fábrica.
Para aliviarse con lo que fue, hay que eternizarlo.
La desgracia consiste en rechazar la prueba que nos cae sobre la cabeza.
Corona de los déspotas.
Los avisos son el bálsamo Tranquilo de los animosos y de los perezosos.
La simpatía nace de la claridad.
La visión, una llama generosa.
Llama de la inteligencia y de la visión.
Actitud versátil.
Tono de burla.
Nuestros deseos más profundos son deformes.
Cae el otoño sobre la tierra, para entristecerla más.
El horizonte con sus resplandores.
Aquella noche, París era una noche fatigada.
Colores bayadera.
Recepción, hospitalidad perfecta.
Gesto de cansancio.
Un sol para convalecientes.
La desgracia planeaba.
Gastos de restaurante.
Silencio espeso.
La fuerza y el empecinamiento de un huracán.
Hay campeones de la derrota.
Mistral glacial.
Vértigo de confort.
Pequeña balanza de boticario.
Resplandor de ilusión.
Ve, arcángel, ve a picotear mi prosa a la sombra de un sifón.
Paraíso de los jardines abiertos.
Un frío de perros.
Pequeña canasta de España.
Vuelo dislocado de una golondrina.
Libros sicalípticos.
Tono de una confidencia grave.
La barca del tiempo avanza al lado de las cosas.
Magnificencia de las retamas.
El azul fluido del cielo está lánguido.
La brisa pasa con delicadeza de enfermera.
Ver fijamente con ojos de castaña y terciopelo. Los enfermos tienes esta visión, para volver al mundo de los que se sienten bien, para respirar el aire puro de alguien que viene de la calle.
Ántrax formado después de una septicemia y después de las sulfamidas.
Presa de una neurosis, inconsciente.
Al tocar la barba hacía un leve ruido de papel de esmeril.
Hermoso impulso de la independencia.
Llorar con el pobre ánimo de un chico pescado en falta.
Perfume del muguet salvaje.
Titubeante camino de la vanidad.
La hora que la tarde se abre como un abanico.
Es más lenta la vida que aquello que contamos en un cuaderno. Una vida son millones de páginas por llenar; son todos los insectos que se han encontrado o aplastado, las briznas de hierba que se han rozado, las tejas y pizarras que se han visto, las toneladas de alimentos que se han absorbido, comprado kilo por kilo, cuarto por cuarto. Y las caras y los olores y las sonrisas y los gustos y las ráfagas de viento y las lluvias y la vuelta de las estaciones.
Relatar su vida recordando sólo los colores amados, estudiados, despreciados.
Pereza, indiferencia, senilidad, prudencia, horror a gastarse.
Los parientes son inferiores a los animales, porque estos se separan de sus hijos pronto y para siempre.
Si el tiempo que marcan nuestros relojes no envenenaran nuestras veladas.
La máquina infernal de los minutos y los segundos.
Escribir era luchar, era ganarme la vida como los creyentes ganan el paraíso.
Progresos de la curación.
La bondad es también vanidad.
Velas de la amabilidad.
Especialista en estadísticas.
Culto de la abnegación y de la amistad.
Goma del tiempo.
Papel de Armenia.
Color agua de lluvia.
Los lagos de tristeza de sus ojos.
Tierno brioche del éxito.
La tristeza puede suprimirnos, puede volvernos invisibles.
Los niños están dispuestos a creer que nos burlamos cuando tenemos atenciones especiales.
Los torpes son seres generosos.
Cesar de golpe una tormenta.
Paraíso del amor imposible.
Inocencia de un comienzo.
Las hojas aleonadas, herrumbradas, violáceas, cobrizas, bronceadas, verde-gris, rosa viejo, anaranjado, ciruela, rubí y mirtilo, nos preparaban todos los días una sorpresa.
Banda azul de la censura.
Incisivo lápiz del invierno.
Venir al mundo con alas en los talones.
Paname. París.
Valentía fatalista.
Los escépticos calculaban el beneficio que su país podría obtener con la situación.
El dinero, ¡qué tutor!
La biblioteca, mullida ciudadela.
Poder afrodisíaco de las ideas que se transfieren.
La discusión filosófica significa la tierra prometida, que nunca alcanzaré.
Entristecer una derrota.
Discreto como una sombra.
El silencio, todo oxígeno.
Afilada vista de un gangster.
La cocina. Un vientre con silencio.
El silencio. Un niño que se formaba.
Las cosas velaban bajo el párpado de la noche.
Lujo y redundancia del péndulo, el tiempo bullía.
Estrago, pasión de la rueda que agita el agua del molino.
El silencio tiene tesoros.
Acusar de infidelidad.
El día comenzaba, semejaba un hermoso papel.
El olfato de un desequilibrado inventa, tiene apariciones.
Tinta Parker lavable.
La expresión azul de polvo de un florero.
Estancada en el pantano de mis sufrimientos.
Los diagnósticos nos renuevan.
Nuestro cuerpo también tiene menester de franqueza.
Canto del pájaro, implacablemente inconsciente.
El viento enamorado del árbol.
Un arco iris, el arco del tiempo.
Ese hermoso y altivo luis de oro de la flor de diente de león en un prado.
En la Bolsa gritaban, ladraban.
Unas nubes pasaban pesadas como merovingios.
Morderé el fruto de mis desolaciones.
Un planteo crucial.
Envejecer es perder lo que se ha tenido.
La ardiente catedral del verano.
(La Bastarda)
Tiritaba en el cristal del invierno.
Las tenazas del hambre hunden y arrancan los clavos en el estómago.
Oía resonar el címbalo de una presencia entre larvas y enmohecimientos.
Los grandes diarios como delantales sobre su estómago.
Su hambre pronto será un tumor en su estómago.
Canturreaba, se creía una mariposa antes de la tormenta.
La multitud, como un amante, la reprende.
Es una sombra que ladra, tiene hambre.
Los recuerdos son pavadas, son como vendas, la momifican a una.
¿Qué instante no es ya un recuerdo?
La mejilla devorada por la publicidad.
Un acercamiento, una corriente de simpatía.
Prefería el avión cariñoso sobre los lagartos.
París está en un manguito cuando nieva.
Era una calle casta como un secreto.
Envejecer es disfrazarse, para vagabundear por nuestras catacumbas privadas.
Para colmo se hacía rogar.
Su porvenir se acerca como una epidemia.
Sentencia de monotonía.
El tiempo es un collar, cada perla ilumina su tumba.
Oye zumbidos enmarcados en silencios; las marchas y altos de la vida.
Una costumbre es más intensa que un amor.
Seguirá viviendo sobre los vidrios de los desconocidos.
El río, ese viejo monje, pasaba.
La calle, en la iluminación indigente de los faroles, era más que una calle; una novela en otra vida, entre los dos muros del cementerio.
¿En qué mundo recuerda, que descansar permitiéndose flotar es más agradable que dormir?
Buscar sin encontrar es una manera de gozar.
Montón de algas negruzcas, que el mar ha abandonado en un cuarto, sobre un colchón en el suelo.
Querer el reposo del ruido.
La rutina supera la realidad.
El silencio adora la noche.
¿Su equipaje? Una medialuna de manteca.
El tren pasa frívolo como el humo.
Cantando, los hombres rectificaban el nudo de su existencia. Mantenían a salvo la vida sin desconfiar de nada. Se perfeccionan, se delinean, para mostrarse al que llegará.
El metropolitano aéreo rueda en su torrente de chatarra.
Lo que amamos es frágil al comienzo del día.
Tomaba un tren temprano, en la mañana; no se atrevía a espiar a los ropavejeros de frente ni a molestarlos.
Un cuadrado lívido de un anuncio a la puerta del almacén.
Arroyos de lágrimas de amor.
Le vuelve la memoria, está herida.
¿Qué le prepara la calle?
Satisfecho con su actitud hacia su limosna, marchó. Después de todo, la ignorancia será siempre una promesa.
El dinero es obediente. Lo silba una y acude.
El dinero recibido en la calle partía como diarrea.
Los globos son los árboles y los frutos de un sueño.
Alimentarse después de haber tenido hambre, eso es como curarse después de haber sufrido.
Nuestras pesadillas, lluvias de confites.
El movimiento, la fragilidad, la emoción de las luces reflejadas en el agua del Sena.
Ese movimiento de la luz sobre el agua es el volumen y el peso de un seno en una natividad. París, con millares de destellos de luz ofrece su pecho al río.
Su brazo roza el candado de los puestos de libros.
Ya no llueve, la hora en el reloj es hinchazón de tórtola.
En el colmo de la velocidad está el silencio.
La fidelidad de los objetos no es más que nuestra infidelidad.
Pasado, presente, porvenir, un solo tobogán, en el cual apretaba la barra con las dos manos.
El estruendo, el invasor que no se contiene, que le vuelve a uno todo a la memoria.
Un estómago no es una regla de gramática, aceptemos de donde venga.
(La mujer del zorrito)
Apoyé los codos, soñé en el silencio avaro de un patio entre dos edificios.
Ya no contemplaba mi dinero, era un cangrejo.
Yo creía librarme adquiriendo dinero, saliendo de mi escafandra de perezosa.
Desmoronarse tras haber rodeado con los brazos una catedral de oxiacantas, recibido la lluvia de los manzanos en flor.
Veía, sin mirar, las cortinas nerviosas de los curiosos, escuchaba el murmullo de los disimulados.
Qué menester tiene el tiempo antes de agarrarnos y torturarnos.
El frío, ramos de acero frente a mis sienes.
¿Por qué ayer se asemeja a hoy, por qué estoy presa en las mallas del pasado?
Los escritores encontraban en los cafés el calor, las bebidas calientes que faltaban en sus casas.
¿Qué soy yo cuando lo recuerdo? Un centinela a las puertas de la literatura.
Simulo desprendimiento, preocupación.
El ojo izquierdo se cierra sobre mi miseria, el ojo derecho señala coraje a mi valija.
Yo me enrosco en mi angustia.
Es menester, para tener suerte, el cuidado, la discreción.
Enamorada martirizada y agradecida.
Si se carece de humildad no devolvemos lo que se termina por darnos.
Se demoraban como se demoran las esculturas.
Escritoras, Colette Audry, Nathalie Sarraute.
Nathalie Sarraute expresaba su drama y su pasión por la literatura con sobreentendidos lejanos, indecisiones enigmáticas, silencios indagadores, visiones escrutadoras, puntos suspensivos prometedores. Cavaba al explicar, cavaba antes de explicar, cavaba al precisar, cavaba al cuestionar, avanzaba con pasos contados sobre las ruinas y las migajas, sobre la escarcha, sobre los andamios podridos, sobre las frágiles construcciones, sobre las demoliciones en suspenso, sobre las reparaciones traidoras, arriesgaba caer y no volver a levantarse.
Yo prefería la tristeza, los tormentos, las torturas, los abatimientos, los sobreentendidos, las fluctuaciones, las fatigas de Nathalie Sarraute, a la robustez física y moral, a las claridades de inteligencia, a las aberturas constructivas de Colette Audry.
Hay viejos escritores juguetones, afables, bromistas, pimpantes, prueban a los aspirantes, que escribir siempre mantiene. Es posible, pero los aspirantes prefieren terminar como Nerval, o en el tráfico de armas.
Afelpamiento de desterrado, discreción de prohibición de un lugar, sobriedad de un joven diplomático.
Colección Espoir, de Gallimard.
Jacques-Laurent Bost, "El ultimo de los oficios".
Colette Audry, "Jugar a perder".
Violette Leduc escribió "Tren negro", para "Les Temps Modernes".
¿Por qué su vocabulario no se arruga?
Gran descalabro negro y blanco de la nieve y de la actividad profesional.
El silencio. Colosal como una nube de Holanda. Me fulmina cuando divago, me quema cuando monologo.
Sus manos creadas para despertar decretos, esos que protegen el Deber, la Obediencia.
Novelas de Alexandre Arnoux.
El trueno y el temblor de tierra de la literatura actual.
Los críticos escribían sus artículos sobre los pizarrones negros de los valores, yo era una escritora cotizada.
El golpe de címbalo de la joven literatura.
Jacques-Laurent Bost, "Dernier des Métiers".
Colette Audry, "On joue perdant".
Las fortalezas de la literatura moderna.
Violette Leduc, "La hambrienta".
Mis noches saludables, con sus negros océanos sin movimiento, debía recrearlas.
Buscar la palabra justa es concentrarse, es también perderse en los laberintos de la impotencia.
Pluma Blanzy-Poure.
Un vértigo de puntualidad.
Un golpe de lanza en el vientre.
Prefiero que se escondan las angustias de escribir.
La reserva y la economía de Nathalie Sarraute, su porte, su manera de hablar, su prudencia de gran carnívoro a la caída de la noche.
Novelas de Louise de Vilmorin.
Esa tristeza que nos vuelve inexpresivos.
El estremecimiento que precede a una tempestad.
Escribir es perseverar.
Fui atravesada por una de esas ideas meteoro, que entran y se van.
Nuestros recuerdos, al comienzo, cuando elaboramos un libro de amor, nuestros primeros recuerdos, son inocentes.
Los ríos son lentos, las lanchas van a tirar los diccionarios al mar, la letra "r" de la palabra razón va a sumergirse.
Richard Wright, "Black Boy".
Es un verdadero gorrión de Ménilmontant.
El ómnibus se hacía esperar, reminiscencia.
Un personaje salido de un libro de Senancour, de Fromentin, de Benjamin Constant, un impalpable, un púdico, un encerrado, como para preparar y hacer saltar en uno la demencia, la sinrazón.
Librería de Paul Morilieu.
Cocteau dibujaba efebos desnudos con grandes trazos de pluma sobre grandes hojas de papel.
Cocteau, brujo buscador de agua, Cocteau animador, Cocteau entrenador. Fotos de Cocteau en "Comoedia", croquis de Serge Diaghilev, de Ninijnsky, de Stravinsky con Cocteau, penachos del faquir Cocteau, sus exploraciones retorcidas. Fórmulas endiabladas de Cocteau, "Opium" de Cocteau, perfil agudo de Cocteau, nariz ascética de Cocteau, "Enfants Terribles" de Cocteau, "Parents Terribles" de Cocteau, electricidad de Cocteau, dinamita de Cocteau, magnetismo de Cocteau, largos dedos, largas manos elocuentes de Cocteau, Cocteau y Radiguet sobre la playa de Mimizan.
El lector es también un rosal, sus flores se abren para recibir.
La tinta negra es el escritor unido a lo que escribe.
Paul Morihen, el librero impresor.
Fromentin, "Maîtres d´autrefois".
Permitiendo derretir mi terrón de azúcar en la boca. Una costumbre del Norte.
Libélulas celestes volaban por encima de sus muñecas apretadas en seda celeste.
Caminábamos entre los rosales y los follajes de bledos.
Estaba gris, Cocteau, su cabellera electrizada blanqueaba.
Horizontes distendidos.
La fineza de las amapolas rojas y anaranjadas.
Descorazonado Lautréamont.
No soy ambiciosa y, sin embargo, tengo gran ánimo de lograr cuando escribo, colocar la palabra relampagueante en el lugar que la espera.
El alhelí enloquece al muro.
Era grave la enfermedad de Artaud. Un genio calcinado desaparecía. Leer "Héliogabale" y el fulgurante texto sobre Van Gogh.
Los genios son aventureros riquísimos, que se arruinan después. Nos dan lo que han cosechado.
El "Diario" de Benjamin Constant. ¡qué cocción de tilo en ebullición es ese Benjamin Constant!
Boquilla copiada del "Journal du séducteur", de treinta centímetros de largo.
Yves Lévy ha psicoanalizado "La asfixia" en un artículo notable.
El molino de la fatiga.
El crepúsculo con sus infiltraciones de hechicero.
La confidencia no es en manera alguna amable.
Se tiene fuego en la cabeza cuando se toca demasiado, me había dicho un matemático en un café.
Fatigada de ese sadismo de dos centavos.
Trepé con "L´Affamée" el escalón superior de la falta de éxito.
Las cascadas de perlas generosas.
La pusilanimidad, qué azucaramiento.
La noche desciende con sus silencios de gran carnívoro.
La noche tiene piedad con sus dulzuras insinuantes.
Nudista y campamentero.
La lectura de "Nourritures Terrestres", una embriaguez.
El comedor estaba lleno de onomatopeyas de gata lánguida.
Pellizcar con la uña, simple signo, pequeño signo de rabia y malignidad.
Me muestra su cólera, es el pliegue de la etiqueta.
Escribir es una carga, un castigo, un grillo que arrastramos en el pie.
Mis borradores inconscientes, mis adjetivos blanduzcos, mis frases asmáticas, mi amaneramiento de pacotilla me proporcionarán carnes jugosas, medialunas.
Enterarnos por otro de lo que ya sabemos, nos ayuda.
La brisa es una Scheherazade, que encanta al follaje.
Mi texto está lleno de imágenes. "Thérèse et Isabelle". Mis rosas, mis nubes, mi pulpo, mis hojas de lilas, mi molienda, mi paraíso de podredumbre, no los niego. Yo tendía a mayor precisión, esperaba palabras sugestivas y no comparaciones aproximativas.
Tragué dos gardenales, caí en el pozo del sueño.
Unas olas apenas formadas, trazadas con tiza rosa... son mis verbos y mis adjetivos hebrosos.
Soy la araña rosa, ondulo.
Yo había leído a Pavese, había bebido, al leerlo, el vino de las aldeas que describe. Pavese da vida a un tomate, a una costra de pan, a una cebolla.
El borrón de un paisaje es la noche sin un paso en falso, es el refrán de una dulce luz.
La bahía de Nápoles, ¿será una ensenada de frescura?
Nápoles. Una colmena, tal vez un avispero.
Yo era robusta, tenía un aire altivo. Hoy soy una flema, un pulpo leucémico.
Bailar la danza del furor.
La literatura me abruma. Me inspira pereza, horas huecas, pretextos para haraganear.
Doy relieve a dramas convertidos en naderías con los años.
Una escritora con muletas, una enamorada loca, una chiflada, que no llega al fondo.
Escribir es indicar.
Escribir es coquetear, es venderse. Cada palabra es un pase. ¿Vienes, adjetivo?
Escribir es empapar la pluma en agua de mar el primer día de vacaciones. El resto son combinaciones. El diamante en bruto pertenece a todos, es el sol cuando abrimos la ventana. Cualquiera ve el cielo, cualquiera es escritor. Lo demás son juegos de espejos. Cualquiera es poeta cuando cae el día y cuando se encienden las lámparas. Correr de una manera, para atrapar una mariposa, es tener estilo.
Escribir la palabra imposible en la curva de un arco iris.
(La locura ante todo)
PAUL BOWLES
Las somnolencias ligeras, momentáneas, que suelen suceder a un sueño largo y profundo.
Un puro acto reflejo.
Conversar tranquilamente, como las gentes que tienen tiempo de sobra para todo.
Mientras el turista se apresura a regresar a su casa al cabo de algunos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud, durante años, de un punto a otro de la tierra.
Una afable satisfacción.
Una inflexión de fingida inocencia.
El ciego, masivo deseo de vivir.
Una sensación infantil de triunfo.
Gestos característicos de impaciencia, casi de indignación.
Tono ofendido.
Tono brusco.
La eficacia de su sistema de presagios se alteraba totalmente.
Comentarios con todo el veneno de un humor execrable.
Esfuerzo consciente.
Expresión distraída.
Vacher recorrió Francia despedazando niños.
Tono exasperado.
Tenía una ligera indigestión, no acidez, sino la promesa de un dolor, que por el momento era sólo una minúscula infidelidad física, en algún centro no localizable.
Tensión desagradable.
Un vago disgusto.
Alcance intelectual.
Elemento inaccesible de una idea.
Una actitud de resignación divertida, aunque ligeramente ofendida.
En tono afligido, como si capitulara.
Un sueño simple, clásico.
Para no tener que aplicar valores relativos, había llegado a despojar la existencia de todo sentido; era más sencillo y reconfortante.
Gesto torvo.
La humanidad es todos excepto uno. Tu no eres nunca la humanidad; tu sólo eres tu propio yo desesperadamente aislado.
La parte más profunda de su inteligencia percibía la verdad.
Llegar por fin a una decisión precisa.
El ruido pastoso de una radio.
Libertad para expresar las preferencias.
Gesto de amenaza.
Tono que traslucía la mayor atracción.
Leve sospecha.
Una marca de respeto.
Hacer el gesto correcto o el equivocado.
El hilo de la autoconciencia.
Preocupación puramente egocéntrica de librarse de la agitación.
Gesto licencioso.
Expresión incrédula.
Las cosas pueden semejar vacías, su esencia se puede volatilizar, desaparecer por los cuatro puntos del horizonte, como impelidos por una siniestra fuerza centrífuga.
Un gesto nervioso.
Las vagas generalizaciones, charla frívola, un simple vehículo de las emociones.
Los procesos orgánicos complicados, que permiten llegar a una consecuencia inevitable, cualquiera que haya sido la cantidad original.
Dar cuerda a la conversación.
Levantar las manos en un gesto de impotencia.
Una actitud de ansiedad febril.
Gestos secos y precisos.
La disculpa era demasiado desenvuelta; no podía aceptarla.
Tono desusado, inexplicablemente exaltado.
Gestos malhumorados.
Una inesperada plenitud, que borraba la impresión de caos.
Desvanecerse en la memoria.
Cargar con obligaciones inútiles.
La diferencia entre algo y nada es nada.
No podía establecer una referencia entre las trivialidades absurdas que llenaban el día y la empresa seria de alinear palabras sobre el papel.
Alcanzar una disposición de reflexión a su juicio estético esencial.
Por momentos, la fiebre subía como una entidad separada de él.
El aire anónimo de un depósito.
Un choc de desagrado.
Tono de forzada solicitud.
Un gesto amplio.
Su error es tener miedo. Los signos nos son dados para nuestro bien, no para nuestro mal. Pero si tiene miedo los descifra mal y transforma en malas, cosas que habrían debido ser buenas.
El aire anónimo de un tendero.
La enfermedad reduce al ser humano a su condición fundamental; una cloaca en la que siguen los procesos orgánicos químicos. La hegemonía sin sentido de lo involuntario. Sofocó una náusea que pugnaba por salir.
El hilo que lo ataba a la racionalidad.
En el trasfondo, la histeria empezaba a tomar impulso.
Lágrimas de piedad.
El monólogo sin sentido del viento.
Cerró los ojos y tuvo la ilusión de contener el mundo en sus brazos, un mundo ardiente de trópicos, castigado por la tormenta.
En el interior, más abajo que el llanto por los años desperdiciados, encontró que se formaba y crecía un miedo espantoso.
La pequeña y dura caparazón de la existencia de la habitación.
El movimiento del caleidoscopio cuando gira muy lentamente y las partes del dibujo caen de golpe en el centro. Pero el centro en ocasiones era gigantesco, doloroso, crudo y falso; se extendía de un lado al otro de la creación, no había manera de decir dónde se hallaba; estaba en cualquier parte. Y en ocasiones desaparecía y el otro centro, el verdadero, el puntito negro y ardiente, estaba allí, en su lugar, inmóvil e inconcebiblemente pequeño, duro y distante.
Una vida de exilio lejos del mundo.
Cosas quietas como la página impresa, las animaba por debajo un terrible movimiento invisible y amenazador.
Todo era familiar y horrible; una existencia inmodificable, incuestionable, que había que soportar.
Una actitud desesperada.
Tono agradable.
Gesto displicente.
El hambre le apretaba cada vez más el estómago.
Un momento de claridad vertiginosa.
La reflexión es propiamente un hecho gratuito, como el trazado de un puro diseño.
Los glóbulos de materia en expansión.
Un arrebato de rabia.
El sabor de la culpa persistía fuertemente en su memoria.
El silencio total es demasiado poderoso cuando uno se ha recomendado a él, aunque sea un instante; su sortilegio es demasiado difícil de romper.
Cometer un error de táctica.
Ve más lejos, traspasa la fina trama del cielo protector, descansa.
No hay idea de la muerte, que tenga nada en común con la presencia de la muerte.
La muerte está siempre en camino, pero el hecho de que no sepamos cuándo llega semeja suprimir la finitud de la vida.
Debajo de la región vacía, que era su autoconciencia, en una parte oscura e íntima de su ánimo, se estaba gestando una idea.
Gestos premeditados.
Enérgicos gestos.
Tensión, grado de preocupación propia.
Protagonista de una causa célebre.
Humor locuaz.
Asociaciones del tema.
El deseo adquisitivo del coleccionista de trofeos.
Manifestar ruidosamente la simpatía.
El día enceguecedor, que el tiempo no ha empañado.
El cielo esconde detrás la noche; protege al que está debajo del horror de lo que hay arriba.
Con un tono que quería ser definitivo.
Un conflicto de emociones encontradas.
(El cielo protector)
Williams
Cuento de Paul Bowles, <<La presa delicada>>.
PAUL BOWLES
Las somnolencias ligeras, momentáneas, que suelen suceder a un sueño largo y profundo.
Un puro acto reflejo.
Conversar tranquilamente, como las gentes que tienen tiempo de sobra para todo.
Mientras el turista se apresura a regresar a su casa al cabo de algunos meses o semanas, el viajero, que no pertenece más a un lugar que al siguiente, se desplaza con lentitud, durante años, de un punto a otro de la tierra.
Una afable satisfacción.
Una inflexión de fingida inocencia.
El ciego, masivo deseo de vivir.
Una sensación infantil de triunfo.
Gestos característicos de impaciencia, casi de indignación.
Tono ofendido.
Tono brusco.
La eficacia de su sistema de presagios se alteraba totalmente.
Comentarios con todo el veneno de un humor execrable.
Esfuerzo consciente.
Expresión distraída.
Vacher recorrió Francia despedazando niños.
Tono exasperado.
Tenía una ligera indigestión, no acidez, sino la promesa de un dolor, que por el momento era sólo una minúscula infidelidad física, en algún centro no localizable.
Tensión desagradable.
Un vago disgusto.
Alcance intelectual.
Elemento inaccesible de una idea.
Una actitud de resignación divertida, aunque ligeramente ofendida.
En tono afligido, como si capitulara.
Un sueño simple, clásico.
Para no tener que aplicar valores relativos, había llegado a despojar la existencia de todo sentido; era más sencillo y reconfortante.
Gesto torvo.
La humanidad es todos excepto uno. Tu no eres nunca la humanidad; tu sólo eres tu propio yo desesperadamente aislado.
La parte más profunda de su inteligencia percibía la verdad.
Llegar por fin a una decisión precisa.
El ruido pastoso de una radio.
Libertad para expresar las preferencias.
Gesto de amenaza.
Tono que traslucía la mayor atracción.
Leve sospecha.
Una marca de respeto.
Hacer el gesto correcto o el equivocado.
El hilo de la autoconciencia.
Preocupación puramente egocéntrica de librarse de la agitación.
Gesto licencioso.
Expresión incrédula.
Las cosas pueden semejar vacías, su esencia se puede volatilizar, desaparecer por los cuatro puntos del horizonte, como impelidos por una siniestra fuerza centrífuga.
Un gesto nervioso.
Las vagas generalizaciones, charla frívola, un simple vehículo de las emociones.
Los procesos orgánicos complicados, que permiten llegar a una consecuencia inevitable, cualquiera que haya sido la cantidad original.
Dar cuerda a la conversación.
Levantar las manos en un gesto de impotencia.
Una actitud de ansiedad febril.
Gestos secos y precisos.
La disculpa era demasiado desenvuelta; no podía aceptarla.
Tono desusado, inexplicablemente exaltado.
Gestos malhumorados.
Una inesperada plenitud, que borraba la impresión de caos.
Desvanecerse en la memoria.
Cargar con obligaciones inútiles.
La diferencia entre algo y nada es nada.
No podía establecer una referencia entre las trivialidades absurdas que llenaban el día y la empresa seria de alinear palabras sobre el papel.
Alcanzar una disposición de reflexión a su juicio estético esencial.
Por momentos, la fiebre subía como una entidad separada de él.
El aire anónimo de un depósito.
Un choc de desagrado.
Tono de forzada solicitud.
Un gesto amplio.
Su error es tener miedo. Los signos nos son dados para nuestro bien, no para nuestro mal. Pero si tiene miedo los descifra mal y transforma en malas, cosas que habrían debido ser buenas.
El aire anónimo de un tendero.
La enfermedad reduce al ser humano a su condición fundamental; una cloaca en la que siguen los procesos orgánicos químicos. La hegemonía sin sentido de lo involuntario. Sofocó una náusea que pugnaba por salir.
El hilo que lo ataba a la racionalidad.
En el trasfondo, la histeria empezaba a tomar impulso.
Lágrimas de piedad.
El monólogo sin sentido del viento.
Cerró los ojos y tuvo la ilusión de contener el mundo en sus brazos, un mundo ardiente de trópicos, castigado por la tormenta.
En el interior, más abajo que el llanto por los años desperdiciados, encontró que se formaba y crecía un miedo espantoso.
La pequeña y dura caparazón de la existencia de la habitación.
El movimiento del caleidoscopio cuando gira muy lentamente y las partes del dibujo caen de golpe en el centro. Pero el centro en ocasiones era gigantesco, doloroso, crudo y falso; se extendía de un lado al otro de la creación, no había manera de decir dónde se hallaba; estaba en cualquier parte. Y en ocasiones desaparecía y el otro centro, el verdadero, el puntito negro y ardiente, estaba allí, en su lugar, inmóvil e inconcebiblemente pequeño, duro y distante.
Una vida de exilio lejos del mundo.
Cosas quietas como la página impresa, las animaba por debajo un terrible movimiento invisible y amenazador.
Todo era familiar y horrible; una existencia inmodificable, incuestionable, que había que soportar.
Una actitud desesperada.
Tono agradable.
Gesto displicente.
El hambre le apretaba cada vez más el estómago.
Un momento de claridad vertiginosa.
La reflexión es propiamente un hecho gratuito, como el trazado de un puro diseño.
Los glóbulos de materia en expansión.
Un arrebato de rabia.
El sabor de la culpa persistía fuertemente en su memoria.
El silencio total es demasiado poderoso cuando uno se ha recomendado a él, aunque sea un instante; su sortilegio es demasiado difícil de romper.
Cometer un error de táctica.
Ve más lejos, traspasa la fina trama del cielo protector, descansa.
No hay idea de la muerte, que tenga nada en común con la presencia de la muerte.
La muerte está siempre en camino, pero el hecho de que no sepamos cuándo llega semeja suprimir la finitud de la vida.
Debajo de la región vacía, que era su autoconciencia, en una parte oscura e íntima de su ánimo, se estaba gestando una idea.
Gestos premeditados.
Enérgicos gestos.
Tensión, grado de preocupación propia.
Protagonista de una causa célebre.
Humor locuaz.
Asociaciones del tema.
El deseo adquisitivo del coleccionista de trofeos.
Manifestar ruidosamente la simpatía.
El día enceguecedor, que el tiempo no ha empañado.
El cielo esconde detrás la noche; protege al que está debajo del horror de lo que hay arriba.
Con un tono que quería ser definitivo.
Un conflicto de emociones encontradas.
(El cielo protector)
Williams
Cuento de Paul Bowles, <<La presa delicada>>.
Ford
Libros que se me antojan secretamente sobre mi vida de joven. "El cielo protector".
JANE BOWLES
Tuvo desde edad temprana una activa vida interior, que mutilaba su aptitud de experimentación de lo que sucedía a su alrededor, hasta tal extremo, que nunca adoptó los manierismos entonces en boga.
Tendencia a sumirse en innumerables batallas mentales.
Las manos unidas en actitud de plegaria.
Jaquecas nerviosas.
Compañía relajante y simpática.
Meridiana sensación.
Gloriosamente impredecible.
Veía el salón como quien ha dado finalmente por terminada una conversación de negocios.
Invadida por el horror, una pesadilla.
Una expresión de complacida curiosidad en el rostro.
El código personal, lo juzgo todo a través de él.
Ensombrecer el talante.
Expresión fatigada e indiferente.
Una decidida hostilidad en su rostro.
¿Qué diferencia al ser humano del lobo, sino que el ser humano busca su provecho?
Con expresión horrorizada.
Carácter fiero de león.
Celosa como una tigresa.
Dosis de violencia y valor.
La cara blanca de ira.
Sugerir la actitud a tomar, para defenderse.
La propiedad ha de estar en manos de quien la desee.
La idea consiste en transformar, por nuestra propia voluntad y, según nuestros impulsos interiores, antes de que estos nos impongan transformaciones completamente injustificadas.
Echando la cabeza hacia atrás, de manera exaltada.
Sorprendida de que pidiera algo para comer pronto después del almuerzo, decidió que este era el motivo de que estuviese gordo.
Indiferente y atraído a un tiempo.
Comportarse de una manera radical e independiente.
Un país estrafalario.
Aquel ser humano, para quien cada cosa desconocida era motivo de deleite.
Todo cuanto no fuese ya un viejo sueño, significaba un insulto.
Sentir un temblor en la boca del estómago.
Los turistas, por lo general, son seres persuadidos de la importancia y la inmutabilidad de su forma de vivir, tienen la aptitud de desplazarse a los lugares más fantásticos, sin experimentar nada más que una articulación visual. Los turistas más encallecidos suelen confundir un lugar con otro.
De expresión inteligente.
Se sintió presa del pánico más abyecto.
Por un momento, se persuadió de que el enemigo se desharía en lágrimas, como ocurre en los sueños.
Duquesas tomando el té.
Con expresión sombría.
Atmósfera balsámica.
Expresión de desencanto.
Detestaba tener que enterarse de lo que había a su alrededor, porque siempre era más extraño de lo que había temido.
Signo de actividad.
Los brazos extendidos, para mantenerse en equilibrio, de un funámbulo.
Selva significaba bosque tropical.
Expresión de perplejidad.
Expresión atontada.
Ternura casi opresiva.
Es dura. No tiene un solo nervio en todo el cuerpo.
El carácter, averiguar cómo somos.
El botón de la barriga. En inglés, coloquialismo para el ombligo.
Expresión soñolienta.
Echaba atrás la cabeza, cual presa de súbita exaltación y se ponía a cantar.
Me sentía como un conejo asustado; como si fuera sola por el mundo.
Calcular mentalmente.
No hay nada como las flores cuando se está triste o físicamente enfermo.
El ser humano que replica igual ante una buena noticia, que a una mala, es peligroso.
Actitud digna y distante.
Los ojos brillantes de una ninfómana insaciable.
Encantamiento del sueño.
El colmo de lo anormal.
Su gran angustia le impedía permanecer en el interior de la casa.
A fin de cuantas, ¿qué significa la vida, sino un soplo de humo, una hoja de árbol mecida al viento o una vela mal consumida?
¡Oh, noche! Suave como la mejilla de una virgen y misteriosa como la caviladora lechuza, como el Oriente. Cuánto tiempo te he ignorado, leyendo ante mi lámpara, inmerso en numerosas ocupaciones, que he decidido abandonar en tu favor. Acepta mis disculpas y permite que me cuente entre tus hijos e hijas.
La responsabilidad me pesa como un ancla atada al cuello.
Reflexionar seriamente.
Experimentaba ese júbilo común a algunas personas poco equilibradas, pero optimistas, cuando se aproximan al objeto de sus temores.
Tono realmente angustiado.
La noche era abrumadora.
Intensidad de la actitud.
Expresión ausente.
Participar en la conversación.
Difícil combate justo e inteligente.
Una agitación ganada es un adulto que debe matar su infancia de una vez.
Su forma de atribuirle cualidades no totalmente inherentes, confería a la conversación un tono misterioso, al tiempo que creaba una sensación de futilidad.
Tuvo la sensación muy clara de que algo dividía en dos su elemental cerebro, obligándole a revolverse entre las sábanas en vez de dormir y a llevar una existencia enteramente desdichada.
Solemne actitud.
Una negligencia propia, logra lo que la voluntad no tiene aptitud de hacer.
Respirar pesadamente.
Expresión mezquina y altiva.
La actitud que debería adoptar.
Actitud despreocupada.
El rostro de la victoria semeja al de la derrota. La victoria se desvanece deprisa y deviene apenas visible, y el rostro de la derrota es el que terminamos viendo.
Un sueño corto, al ser recordado después de mucho tiempo.
Escritores maníaco-cabales.
Una pieza revestida hasta el techo de anaqueles llenos de libros.
Yo duermo mucho mejor aquí, donde mis ojos puedan pasar por los libros; los libros constituyen un gran solaz para mí.
Temple, perseverancia, valor y carácter para ser artista.
Probar matemáticamente.
(Dos damas muy serias)
Williams
Jane Bowles, la mayor figura que haya dado la novelística americana. Sus libros respiran una sensibilidad incomparable, que yo encuentro incluso más conmovedora que la de Carson McCullers.
A la muerte, ocurrida tras una larga enfermedad, en un convento-hospital de Málaga, en 1973, aparecieron los libros de Jane Bowles en un volumen. Contenía una novela de incomparable calidad, "The Serious Ladies", una colección de cuentos breves como no los ha escrito de semejante sensibilidad ningún otro autor de su época, y una pieza de teatro: "In the Summer House".
Du Plessing Gray
Jane Bowles, quien aborda una redefinición de la libertad de la mujer, ha sido acogida con notorio silencio. Alan Sillitoe y Tennessee Williams la acogen como un hito de la literatura contemporánea.
Si existe un denominador común en los libros de la señora Bowles, es una persecución implacable de la autonomía por parte de las mujeres, el afán de liberarse de las estructuras convencionales. Y en manos de la señora Bowles, esta persecución se transforma en algo febril y demoníaco. En "Camp Cataract", una solterona que vive con sus dos hermanas decide refugiarse en la locura, en vez de seguir en el cobijo asfixiante de la domesticidad de sus hermanas. Escondida en un campamento de verano, en compañía de una camarera gorda, cuya mayor ambición es tener un garaje, alcanza un nivel de libertad nuevo y dudoso cuando, al negarse a corresponder al profundo afecto de su hermana mayor, empuja a esta al suicidio. El desenlace de "En la casa de verano", aborda brutalmente a una mujer entregada a una tarea igualmente implacable de autodefinición. La alcohólica señora Constable queda privada de su hija, cuya independencia había pretendido destruir por sus propios fines egoístas.
"Dos damas muy serias", la unica novela terminada de Jane Bowles, documenta con extraordinario talento la caída en el libertinaje de dos mujeres muy distintas pero igualmente serias. La señorita Goering es una rica solterona a la que su fealdad y sus severas inclinaciones místicas de infancia han transformado en una solitaria; la señora Copperfield, por su parte, está atrapada en un matrimonio de lo más próspero y respetable. La señorita Goering termina vendiendo sus posesiones mundanas, para ensayar <<su modesto concepto de rescate>>; se traslada a una desagradable casita de State Island y desde allí va y viene a tierra firme, para llevar una vida de merodeo por los bares, en la que remata de call girl elegante. La señora Copperfield, con la cual la señorita Goering intima casualmente, acompaña a su inquieto y mezquino marido a Panamá y le abandona, para unirse a un grupo de mujeres equívocas con las que ha contactado en Colón. Termina volviendo a Nueva York con una prostituta adolescente mestiza llamada Pacífica, admitiendo a la vez, que está <<destrozada>> pero ha encontrado un tipo nuevo de independencia y felicidad, que defiende <<como una loba>>.
El tema de la independencia de las mujeres, y sus frecuentes coeficientes de soledad y destrucción potencial, han sido analizados, en general, con una seriedad lessingesquiana, en un marco sociorrealista. Con lo que los libros de la señora Bowles devienen mucho más originales por su hilaridad gran guiñol, sus sorpresas y una mezcla de lo realista y lo grotesco, que nos recuerda a Ronald Firbank. Hay una tensión extraordinaria entre el mundo físico, firme, que describe la autora y los movimientos gloriosamente impredecibles y fantásticos de los excéntricos personajes que lo habitan. Estas mujeres maduras y superformales desmoronándose en sus vestidos de fiesta, abandonando su casa, para combatir sus inhibiciones en paisajes de literalidad fotográfica, hablan, se mueven y aceptan el libertinaje como el sueño en libertad de una pintura de Delvaux.
La conducta social se dispersa. Personas que recién contactan deciden vivir unidas tras tomar la primera taza de té. Hay revisores de tren, que prohíben a los pasajeros hablar, bajo la amenaza de llamar a los guardias. Las hermanas de "Camp Cataract" son muy torpes respecto a los primores domésticos y apenas pueden salir del comedor sin arrastrarse debajo de las mesas. El diálogo ágil y febril de la señora Bowles posee una mezcla de integridad infantil, candor surrealista y ágil precisión digna, a menudo, de Lewis Carroll.
Después de leer las disertaciones entusiastas de "Dos damas muy serias", en 1943, me asombró que algunos críticos la compararan con "El pozo de la soledad", la unica novela en idioma inglés que ha usado anteriormente el tema del lesbianismo. El acerbo genio de la señora Bowles para el outré, no permite soporte alguno a una comparación con el relato sentimental de Radcliffe Hall. Ni las caídas vertiginosas de sus heroínas se deben a preferencias por el lesbianismo, pues semejan asexuadas, independientes y nómadas, recurriendo a la carne como símbolo de independencia sin gozar ni un momento. Sus caricias gloriosamente desinhibidas, su voluptuosa liberación de la disciplina masculina se refieren más a una vuelta a la androginia sexual permisiva de raíz juvenil, que a cualquier referencia sexual. Es esa juguetona despreocupación infantil la que proporciona al libro de la señora Bowles su extraño poder y su luminosa originalidad, y que puede desconcertar a lectores aficionados a heroínas predeciblemente <<femeninas>> y <<maduras>>.
Biografía de Millicent Dillon, de Jane Bowles.
En los libros de la señora Bowles, la lucha novelística entre temperamentos débiles y fuertes termina inevitablemente en tablas. El propósito es una persecución rigurosa de la autonomía y la pesarosa aceptación de sus consecuencias, a menudo trágicas. Hasta los más fuertes quedan deshechos por no saber apreciar <<la fuerza terrible de los débiles>> y seguir un sendero hacia abajo, igualmente beodo, hasta la sabiduría. Se evita rigurosamente la moralización. Queda al lector decidir si las heroínas de la señora Bowles estaban mejor en el refugio de sus matrimonios represivos y sus solterías inhibidas, que en la anarquía de su libertinaje.
Antoinette Peské
La Escocia de las Highlands, sus montes, cuyas cimas perdidas en la bruma dan la impresión de que tocan el cielo, sus lagos de plomo fundido, cuyas aguas son muy profundas, semejan las aberturas del infierno, hacen que las pasiones humanas experimenten alternativamente elevaciones y descensos increíbles.
Gesto huraño y duro.
Repasar en la memoria.
Una manera de poseer lo que se ama, asimilarlo, arrebatarlo a su sustancia.
Una extravagancia dicha al azar.
Hipótesis buena para satisfacer al publico hambriento de historias turbulentas, sanguinarias y mortíferas.
Unos ojos lúgubremente inteligentes.
El agua y el cielo dan vértigo.
Los laberintos oscuros de las reflexiones y el verdadero sabor del sufrimiento.
Comparaciones y transposiciones.
Los ojos podían ser, según su grado de agitación, como el ópalo o la esmeralda.
El mar recibe su color del cielo y su reflejo del sol.
Forjar hasta el infinito, realistas, mágicas, insensatas y humanas historias, que alimentan el misterio y el dolor oculto en la sombra del cerebro.
Consejos, apoyo, afecto.
Invadir un vértigo cuando se columbra demasiado el cielo.
La concha donde se ocultaba mi persona.
Cálida armonía.
Perecer aspirado por el vacío.
La envoltura con la que los seres se cubren, con el tiempo, es una capa de disposiciones de ánimo, de expresiones y reflexiones.
Mi turbación tenía el sabor de un recuerdo amoroso.
Ojos brillantes de emoción.
Primeras zancadas en el país de la locura.
Sólo él me proporcionaba la ilusión de que no había perdido la vista totalmente, por lo que lo mantenía con fervor.
Numerosas precauciones.
Las horas goteaban, cada vez más espaciadas.
Renacer a la dicha.
Boca de ceniza.
Rodeado de una aureola de talento.
Disposición mental y emocional.
Como si cuando se está muerto ya no se existiera.
Shock emocional.
Sondear el misterio de las expresiones.
Una claridad fija, de noche, sobre un mar embravecido, evoca su visión.
Gestos desmedidos.
Colmo de las inconveniencias.
Actitud triste.
Gesto descompuesto.
Las reflexiones daban vueltas en su cerebro como mariposas embriagadas.
Extrañas formas negras de desesperados gestos.
Oponía una reserva con un grado de burla infantil.
Ojos dilatados en una expresión de dicha.
¿Qué son al lado de nuestros amores los más bellos amores de la tierra? Joyas en cajas de hueso.
(La caja de hueso)
Albert Camus
El método más cómodo de ver una ciudad es averiguar cuál es su actividad, cómo se ama y muere.
Un enfermo precisa alrededor blandura y soledad.
La municipalidad empezó por reunirse en consejo, para deliberar.
Estrechez de la aorta.
La sorpresa de los primeros tiempos se transformó en pánico.
Nadar con manifiesto placer.
Fuerza de las cosas.
A título de documento.
Ciudad construida en forma de caracol sobre la meseta.
La estupidez insiste siempre.
El mar atestiguaba lo que hay de inquietante y sin posible reposo en el mundo.
La peste, o no se la imagina o se la imagina falsamente.
Organización de la estadística del gobierno.
La peste respetaba las constituciones débiles y destruía las vigorosas.
Cumplimientos del auxiliar municipal temporario.
Descripción clínica con cifras.
Estúpida cuidado humano.
Heridas que la reflexión inflige a los que poseen familiaridad.
El tiempo suscita angustia.
Presión del espacio.
Para el que ama, la manera de emplear el tiempo del amado es el manantial de sus alegrías.
Sufrir y esperar sin razón.
Hablar a la manera convencional de la simple referencia.
Idioma de la razón, la abstracción.
Tristeza y desconcierto manifiestos.
Sueros preventivos.
Separación y exilio. Miedo y rebeldía.
Periodo decisivo.
El hábito de la desesperación es peor que la desesperación propia.
El amor exige un poco de porvenir y, para nosotros, no había más que instantes.
Pan de exilio.
Mal aparentemente preciso y mal aparentemente inútil.
Peste bubónica o pulmonar.
Imprevistos rebrotes.
Consigna. Pan o espacio. Esta fórmula irónica daba la nota de aquellas manifestaciones rápidamente reprimidas, pero cuyo carácter de gravedad no pasaba inadvertido.
Gran guía Chaix.
Cómoda categoría del inculpado.
Prisión, actividad y valor.
Combate con el ángel de la peste.
Dar ocasión al azar, que en muchas ocasiones no actúa si no se le provoca.
Resplandor del valor.
El amor no es nunca suficientemente fuerte, para encontrar su propia expresión.
(La peste)
El aspecto de un fauno mohíno.
El alarido del viento, la bruma mineral espesa.
Colmar de asiduidades.
Expresión tierna.
Arrastrarse hasta el sueño, hasta la muerte.
Pegarse con una avidez inconsciente.
Locos que se disfrazan con el aspecto de la razón.
El peso de los seres, la vida demente o helada, la prolongada angustia de vivir o de perecer.
Qué dulces eran los agravios y el sufrimiento.
Una sola idea y, mulo inteligente, yo iba hasta el final.
Sol salvaje.
El poder total, que obliga al adversario a capitular.
La memoria extenuada.
El tiempo no era más que un chapoteo informe, en el que a pausas regulares iban a estallar gritos de dolor o de presión.
Un estupor perverso de ídolo.
La verdad es cuadrada, pesada, densa, no admite matices.
Era una huelga suscitada por la rabia y el sindicato había tenido razón en apoyarlos tibiamente.
Un cansancio que semejaba el peso de la derrota.
Cerrada expresión.
Un delegado sindical con su cabeza de tenorio.
Endurecer el rostro de tenorino.
La rabia y la impotencia.
Cuando influyen los músculos, la actividad profesional termina por hacerse una maldición, precede a la muerte y los días de grandes esfuerzos el sueño es justamente como la muerte.
El mar suave de la tarde.
Los ojos oscuros, de expresión afiebrada.
Expresión de inquietud y rebeldía.
Hacer un visible esfuerzo de reflexión.
Expresión asustada.
Expresión ausente y distraída.
Artista pintor, creía en su buena estrella.
Obtener mucho sin merecer nunca nada.
Disputar la gloria de haber encontrado un talento.
Manifestarse asombrado.
Sacar de la preocupación económica.
Lograr éxito, pero a fuerza de tenacidad.
Alimentar un tierno agradecimiento por los padres.
Educar distraídamente.
Casos de criminales sádicos entre los hijos de padres divorciados.
Mimar para ahogar en el huevo los gérmenes de una evolución enfadosa.
Rayar la inquietud en la locura.
Éxitos indolentemente obtenidos.
La admiración y la condescendencia.
Un ardor imprevisto, pero incansable.
Las mil invenciones de la máquina de matar el tiempo, desde los impresos oscuros de la seguridad social, hasta las disposiciones sin cesar renovadas del fisco.
Carácter decidido.
Como todos los artistas de su época, deseaba que se lo tuviera por un artesano.
El tiempo y el espacio se iban estrechando con igual movimiento alrededor.
Manifestar el descontento.
Con el éxito, los amigos se manifestaban en el teléfono o con ocasión de visitas, que nadie anunciaba.
Conversación trivial.
Lo frecuente es que alguien se haga discípulo por el placer desinteresado de enseñar algo a su preceptor.
Le habría gustado invocar el capricho, ese humilde amigo del artista; pero reflexionar respecto de su arte redundaba en beneficio suyo.
Los artistas de la capital tenía a fin de cuentas algún talento.
Ser amable con ingeniosidad.
Aceptar un aumento de la mensualidad con vivas protestas de gratitud.
No firmaba más que las protestas que se declaraban ajenas a todo ánimo de partido. Pero en su totalidad, pretendían gozar de esta hermosa independencia.
La vida es corta, el tiempo rápido y su energía tenía límites.
Las huelgas gastronómicas.
Un artista que declina está terminado.
Muchos artistas no están garantizados de que existen, ni siquiera los más grandes. Entonces buscan pruebas, discuten, condenan. Eso los fortifica. Es un comienzo de existencia. ¡Están solos!
Manifestar inquietud ante la curva de las ventas.
Una emoción punzante.
Sabía lo que decían a sus espaldas. Se cree un Rembrandt.
Huidizo y sombrío.
Retornar la benevolencia.
En el azar de los días y de las copas tuvo otros encuentros.
Ese rostro de ahogada, que dan la sorpresa y el exceso de dolor.
El desorden de los días vacíos.
Expresión inquieta y triste.
Morder la fatiga de la vida.
Expresión ansiosa.
Enflaquecido fantasma.
Manifestar inquietud.
Expresión desdichada.
El hermoso rumor que hacen los hombres.
Un profundo silencio fresco.
Los largos músculos líquidos del río.
Una navegación despavorida.
La figura y la cara de una comadreja amable.
Manifestar un malhumor evidente.
Se batió, de pronto, en retirada, con el aspecto de un niño cogido en falta.
El paso oblicuo del patán castigado.
Calamitoso personaje.
Una ágil conversación.
Con aspecto de sospecha.
Un clima de concordia y amistad.
El rumor monótono del río.
San Jorge, con aire atractivo, vencía a un dragón bigotudo.
Volver el cansancio y el vértigo.
Una muchedumbre en ebullición.
Lanzar en derredor ojeadas apagadas.
Esperar aligerar la carga por el movimiento.
Expresión huraña.
La ola de una alegría oscura y jadeante.
(El exilio y el reino)
Si el mundo tiene tres dimensiones, si las categorías del cinismo son nueve o diez.
Gesto definitivo.
Las acciones a las que compromete una cuestión.
Seguimos haciendo los gestos que la existencia pide por muchas razones, la primera de las cuales viene a ser la costumbre.
El carácter insensato de la agitación cotidiana y la inutilidad del sufrimiento.
Referencia entre lo absurdo y el suicidio.
Lugares desiertos y sin agua donde la muerte llega a sus confines.
Si el tiempo nos espanta es porque hace la demostración; la solución viene luego.
La inteligencia y su opuesto, la razón ciega.
Cerrar el camino real de la razón y volver a encontrar las rectas sendas de la verdad.
Partir de la aventura inteligente, para regresar a los gestos cotidianos.
El análisis directo.
Una reducción al absurdo se efectúa comparando las consecuencias del razonamiento con la realidad que se quiere instaurar.
Las filosofías existenciales proponen la evasión. A través de un razonamiento singular, partiendo de lo absurdo sobre los escombros de la razón, en un universo cerrado y limitado a lo humano, divinizan lo que los aplasta y hallan una razón de esperar en lo que los despoja.
Un sentido de dirección, un valor topográfico.
El tema de lo irracional, tal como lo conciben los existencialistas, significa la razón que se enreda y que se libera negándose. Lo absurdo, la razón lúcida que comprueba sus límites.
El pan de la indiferencia.
Los temas de partida de la filosofía existencial, el retorno a la autoconciencia, la evasión del sueño cotidiano.
La libertad que consiste en no sentirse responsable.
La miopía del amante.
El hundimiento y la nada.
La cantidad constituye en ocasiones la calidad. La materia está formada por centros de energía. Su cantidad más o menos grande hace más o menos singular su especificidad. Mil millones de iones y un ion difieren en cantidad y en calidad. Es sencillo encontrar una analogía en la experiencia humana.
Jean Grenier, "Le choix". Filosofía de la indiferencia.
El salto existencial.
El fresco secular de las actitudes humanas.
Las derrotas de un ser humano no juzgan las circunstancias, sino a él.
En el mundo absurdo, el valor de una noción o de una vida se calcula por su infecundidad.
El genio, la inteligencia que sabe sus fronteras.
La comunión cede su puesto al valor solitario.
El Mañara de Milosz se condena por deseo de ser santo.
Una actitud sana incluye también defectos.
Sólo en las novelas se transforma la condición y se vuelve uno mejor.
Un escritor reserva la ilusión aunque sea poco apreciado. Supone que sus libros atestiguarán lo que fue.
La creación es el goce absurdo por excelencia.
La tensión que mantiene al ser humano frente al mundo.
Una creación artística encarna un drama de la inteligencia, pero no lo demuestra sino indirectamente. La creación absurda exige un artista consciente de sus límites y un arte en el cual lo concreto no signifique nada más que lo concreto.
El problema para el artista absurdo es adquirir el savoir-vivre que supera al savoir-faire.
La preeminencia lograda por la novela sobre la poesía y el ensayo representa sólo, pese a las apariencias, una mayor intelectualización del arte. Las grandes novelas llevan su universo consigo. La novela tiene sus razonamientos, su intuición y sus postulados. Tiene igualmente sus exigencias de claridad. Desde el instante que la reflexión prevaleció sobre el estilo, las multitudes invadieron la novela.
Los hombres más desprendidos terminaron por aceptar la ilusión. Esta aprobación emanada por el menester de paz es hermana interior del consentimiento existencial.
Revista "L´Arbalète".
La escritura optimista de Henry Bordeaux se me antoja singularmente desalentadora. Y es que todo está vedado para los corazones un poco difíciles. La mentalidad de Malraux es siempre tonificante. La ilusión y la desilusión.
(El mito de Sísifo)
Fischer
Escritores, los cuales desde Camus hasta Beckett, pretenden separar al ser humano de la sociedad, destruir su identidad y rodearlo de misterio como agente de las informes fuerzas originales. El ser humano es algo más que la simple máscara de un protagonista social. Pero la tendencia a convertirlo en jeroglífico, en un drama de misterios cósmicos, a difuminar su rostro con una niebla arcaica y mística, lleva a la pura nada.
Leduc
La sencillez, la desnudez del primer libro de Albert Camus, "Bodas".
Bataille
Camus tiene razón al postular como regla la fórmula "Me rebelo, luego soy". La verdad del yo se cuestiona cuando abandonamos subordinarnos, pero la rebelión no comienza el momento que nos rebelamos.
JANE BOWLES
Tuvo desde edad temprana una activa vida interior, que mutilaba su aptitud de experimentación de lo que sucedía a su alrededor, hasta tal extremo, que nunca adoptó los manierismos entonces en boga.
Tendencia a sumirse en innumerables batallas mentales.
Las manos unidas en actitud de plegaria.
Jaquecas nerviosas.
Compañía relajante y simpática.
Meridiana sensación.
Gloriosamente impredecible.
Veía el salón como quien ha dado finalmente por terminada una conversación de negocios.
Invadida por el horror, una pesadilla.
Una expresión de complacida curiosidad en el rostro.
El código personal, lo juzgo todo a través de él.
Ensombrecer el talante.
Expresión fatigada e indiferente.
Una decidida hostilidad en su rostro.
¿Qué diferencia al ser humano del lobo, sino que el ser humano busca su provecho?
Con expresión horrorizada.
Carácter fiero de león.
Celosa como una tigresa.
Dosis de violencia y valor.
La cara blanca de ira.
Sugerir la actitud a tomar, para defenderse.
La propiedad ha de estar en manos de quien la desee.
La idea consiste en transformar, por nuestra propia voluntad y, según nuestros impulsos interiores, antes de que estos nos impongan transformaciones completamente injustificadas.
Echando la cabeza hacia atrás, de manera exaltada.
Sorprendida de que pidiera algo para comer pronto después del almuerzo, decidió que este era el motivo de que estuviese gordo.
Indiferente y atraído a un tiempo.
Comportarse de una manera radical e independiente.
Un país estrafalario.
Aquel ser humano, para quien cada cosa desconocida era motivo de deleite.
Todo cuanto no fuese ya un viejo sueño, significaba un insulto.
Sentir un temblor en la boca del estómago.
Los turistas, por lo general, son seres persuadidos de la importancia y la inmutabilidad de su forma de vivir, tienen la aptitud de desplazarse a los lugares más fantásticos, sin experimentar nada más que una articulación visual. Los turistas más encallecidos suelen confundir un lugar con otro.
De expresión inteligente.
Se sintió presa del pánico más abyecto.
Por un momento, se persuadió de que el enemigo se desharía en lágrimas, como ocurre en los sueños.
Duquesas tomando el té.
Con expresión sombría.
Atmósfera balsámica.
Expresión de desencanto.
Detestaba tener que enterarse de lo que había a su alrededor, porque siempre era más extraño de lo que había temido.
Signo de actividad.
Los brazos extendidos, para mantenerse en equilibrio, de un funámbulo.
Selva significaba bosque tropical.
Expresión de perplejidad.
Expresión atontada.
Ternura casi opresiva.
Es dura. No tiene un solo nervio en todo el cuerpo.
El carácter, averiguar cómo somos.
El botón de la barriga. En inglés, coloquialismo para el ombligo.
Expresión soñolienta.
Echaba atrás la cabeza, cual presa de súbita exaltación y se ponía a cantar.
Me sentía como un conejo asustado; como si fuera sola por el mundo.
Calcular mentalmente.
No hay nada como las flores cuando se está triste o físicamente enfermo.
El ser humano que replica igual ante una buena noticia, que a una mala, es peligroso.
Actitud digna y distante.
Los ojos brillantes de una ninfómana insaciable.
Encantamiento del sueño.
El colmo de lo anormal.
Su gran angustia le impedía permanecer en el interior de la casa.
A fin de cuantas, ¿qué significa la vida, sino un soplo de humo, una hoja de árbol mecida al viento o una vela mal consumida?
¡Oh, noche! Suave como la mejilla de una virgen y misteriosa como la caviladora lechuza, como el Oriente. Cuánto tiempo te he ignorado, leyendo ante mi lámpara, inmerso en numerosas ocupaciones, que he decidido abandonar en tu favor. Acepta mis disculpas y permite que me cuente entre tus hijos e hijas.
La responsabilidad me pesa como un ancla atada al cuello.
Reflexionar seriamente.
Experimentaba ese júbilo común a algunas personas poco equilibradas, pero optimistas, cuando se aproximan al objeto de sus temores.
Tono realmente angustiado.
La noche era abrumadora.
Intensidad de la actitud.
Expresión ausente.
Participar en la conversación.
Difícil combate justo e inteligente.
Una agitación ganada es un adulto que debe matar su infancia de una vez.
Su forma de atribuirle cualidades no totalmente inherentes, confería a la conversación un tono misterioso, al tiempo que creaba una sensación de futilidad.
Tuvo la sensación muy clara de que algo dividía en dos su elemental cerebro, obligándole a revolverse entre las sábanas en vez de dormir y a llevar una existencia enteramente desdichada.
Solemne actitud.
Una negligencia propia, logra lo que la voluntad no tiene aptitud de hacer.
Respirar pesadamente.
Expresión mezquina y altiva.
La actitud que debería adoptar.
Actitud despreocupada.
El rostro de la victoria semeja al de la derrota. La victoria se desvanece deprisa y deviene apenas visible, y el rostro de la derrota es el que terminamos viendo.
Un sueño corto, al ser recordado después de mucho tiempo.
Escritores maníaco-cabales.
Una pieza revestida hasta el techo de anaqueles llenos de libros.
Yo duermo mucho mejor aquí, donde mis ojos puedan pasar por los libros; los libros constituyen un gran solaz para mí.
Temple, perseverancia, valor y carácter para ser artista.
Probar matemáticamente.
(Dos damas muy serias)
Williams
Jane Bowles, la mayor figura que haya dado la novelística americana. Sus libros respiran una sensibilidad incomparable, que yo encuentro incluso más conmovedora que la de Carson McCullers.
A la muerte, ocurrida tras una larga enfermedad, en un convento-hospital de Málaga, en 1973, aparecieron los libros de Jane Bowles en un volumen. Contenía una novela de incomparable calidad, "The Serious Ladies", una colección de cuentos breves como no los ha escrito de semejante sensibilidad ningún otro autor de su época, y una pieza de teatro: "In the Summer House".
Du Plessing Gray
Jane Bowles, quien aborda una redefinición de la libertad de la mujer, ha sido acogida con notorio silencio. Alan Sillitoe y Tennessee Williams la acogen como un hito de la literatura contemporánea.
Si existe un denominador común en los libros de la señora Bowles, es una persecución implacable de la autonomía por parte de las mujeres, el afán de liberarse de las estructuras convencionales. Y en manos de la señora Bowles, esta persecución se transforma en algo febril y demoníaco. En "Camp Cataract", una solterona que vive con sus dos hermanas decide refugiarse en la locura, en vez de seguir en el cobijo asfixiante de la domesticidad de sus hermanas. Escondida en un campamento de verano, en compañía de una camarera gorda, cuya mayor ambición es tener un garaje, alcanza un nivel de libertad nuevo y dudoso cuando, al negarse a corresponder al profundo afecto de su hermana mayor, empuja a esta al suicidio. El desenlace de "En la casa de verano", aborda brutalmente a una mujer entregada a una tarea igualmente implacable de autodefinición. La alcohólica señora Constable queda privada de su hija, cuya independencia había pretendido destruir por sus propios fines egoístas.
"Dos damas muy serias", la unica novela terminada de Jane Bowles, documenta con extraordinario talento la caída en el libertinaje de dos mujeres muy distintas pero igualmente serias. La señorita Goering es una rica solterona a la que su fealdad y sus severas inclinaciones místicas de infancia han transformado en una solitaria; la señora Copperfield, por su parte, está atrapada en un matrimonio de lo más próspero y respetable. La señorita Goering termina vendiendo sus posesiones mundanas, para ensayar <<su modesto concepto de rescate>>; se traslada a una desagradable casita de State Island y desde allí va y viene a tierra firme, para llevar una vida de merodeo por los bares, en la que remata de call girl elegante. La señora Copperfield, con la cual la señorita Goering intima casualmente, acompaña a su inquieto y mezquino marido a Panamá y le abandona, para unirse a un grupo de mujeres equívocas con las que ha contactado en Colón. Termina volviendo a Nueva York con una prostituta adolescente mestiza llamada Pacífica, admitiendo a la vez, que está <<destrozada>> pero ha encontrado un tipo nuevo de independencia y felicidad, que defiende <<como una loba>>.
El tema de la independencia de las mujeres, y sus frecuentes coeficientes de soledad y destrucción potencial, han sido analizados, en general, con una seriedad lessingesquiana, en un marco sociorrealista. Con lo que los libros de la señora Bowles devienen mucho más originales por su hilaridad gran guiñol, sus sorpresas y una mezcla de lo realista y lo grotesco, que nos recuerda a Ronald Firbank. Hay una tensión extraordinaria entre el mundo físico, firme, que describe la autora y los movimientos gloriosamente impredecibles y fantásticos de los excéntricos personajes que lo habitan. Estas mujeres maduras y superformales desmoronándose en sus vestidos de fiesta, abandonando su casa, para combatir sus inhibiciones en paisajes de literalidad fotográfica, hablan, se mueven y aceptan el libertinaje como el sueño en libertad de una pintura de Delvaux.
La conducta social se dispersa. Personas que recién contactan deciden vivir unidas tras tomar la primera taza de té. Hay revisores de tren, que prohíben a los pasajeros hablar, bajo la amenaza de llamar a los guardias. Las hermanas de "Camp Cataract" son muy torpes respecto a los primores domésticos y apenas pueden salir del comedor sin arrastrarse debajo de las mesas. El diálogo ágil y febril de la señora Bowles posee una mezcla de integridad infantil, candor surrealista y ágil precisión digna, a menudo, de Lewis Carroll.
Después de leer las disertaciones entusiastas de "Dos damas muy serias", en 1943, me asombró que algunos críticos la compararan con "El pozo de la soledad", la unica novela en idioma inglés que ha usado anteriormente el tema del lesbianismo. El acerbo genio de la señora Bowles para el outré, no permite soporte alguno a una comparación con el relato sentimental de Radcliffe Hall. Ni las caídas vertiginosas de sus heroínas se deben a preferencias por el lesbianismo, pues semejan asexuadas, independientes y nómadas, recurriendo a la carne como símbolo de independencia sin gozar ni un momento. Sus caricias gloriosamente desinhibidas, su voluptuosa liberación de la disciplina masculina se refieren más a una vuelta a la androginia sexual permisiva de raíz juvenil, que a cualquier referencia sexual. Es esa juguetona despreocupación infantil la que proporciona al libro de la señora Bowles su extraño poder y su luminosa originalidad, y que puede desconcertar a lectores aficionados a heroínas predeciblemente <<femeninas>> y <<maduras>>.
Biografía de Millicent Dillon, de Jane Bowles.
En los libros de la señora Bowles, la lucha novelística entre temperamentos débiles y fuertes termina inevitablemente en tablas. El propósito es una persecución rigurosa de la autonomía y la pesarosa aceptación de sus consecuencias, a menudo trágicas. Hasta los más fuertes quedan deshechos por no saber apreciar <<la fuerza terrible de los débiles>> y seguir un sendero hacia abajo, igualmente beodo, hasta la sabiduría. Se evita rigurosamente la moralización. Queda al lector decidir si las heroínas de la señora Bowles estaban mejor en el refugio de sus matrimonios represivos y sus solterías inhibidas, que en la anarquía de su libertinaje.
Antoinette Peské
La Escocia de las Highlands, sus montes, cuyas cimas perdidas en la bruma dan la impresión de que tocan el cielo, sus lagos de plomo fundido, cuyas aguas son muy profundas, semejan las aberturas del infierno, hacen que las pasiones humanas experimenten alternativamente elevaciones y descensos increíbles.
Gesto huraño y duro.
Repasar en la memoria.
Una manera de poseer lo que se ama, asimilarlo, arrebatarlo a su sustancia.
Una extravagancia dicha al azar.
Hipótesis buena para satisfacer al publico hambriento de historias turbulentas, sanguinarias y mortíferas.
Unos ojos lúgubremente inteligentes.
El agua y el cielo dan vértigo.
Los laberintos oscuros de las reflexiones y el verdadero sabor del sufrimiento.
Comparaciones y transposiciones.
Los ojos podían ser, según su grado de agitación, como el ópalo o la esmeralda.
El mar recibe su color del cielo y su reflejo del sol.
Forjar hasta el infinito, realistas, mágicas, insensatas y humanas historias, que alimentan el misterio y el dolor oculto en la sombra del cerebro.
Consejos, apoyo, afecto.
Invadir un vértigo cuando se columbra demasiado el cielo.
La concha donde se ocultaba mi persona.
Cálida armonía.
Perecer aspirado por el vacío.
La envoltura con la que los seres se cubren, con el tiempo, es una capa de disposiciones de ánimo, de expresiones y reflexiones.
Mi turbación tenía el sabor de un recuerdo amoroso.
Ojos brillantes de emoción.
Primeras zancadas en el país de la locura.
Sólo él me proporcionaba la ilusión de que no había perdido la vista totalmente, por lo que lo mantenía con fervor.
Numerosas precauciones.
Las horas goteaban, cada vez más espaciadas.
Renacer a la dicha.
Boca de ceniza.
Rodeado de una aureola de talento.
Disposición mental y emocional.
Como si cuando se está muerto ya no se existiera.
Shock emocional.
Sondear el misterio de las expresiones.
Una claridad fija, de noche, sobre un mar embravecido, evoca su visión.
Gestos desmedidos.
Colmo de las inconveniencias.
Actitud triste.
Gesto descompuesto.
Las reflexiones daban vueltas en su cerebro como mariposas embriagadas.
Extrañas formas negras de desesperados gestos.
Oponía una reserva con un grado de burla infantil.
Ojos dilatados en una expresión de dicha.
¿Qué son al lado de nuestros amores los más bellos amores de la tierra? Joyas en cajas de hueso.
(La caja de hueso)
Albert Camus
El método más cómodo de ver una ciudad es averiguar cuál es su actividad, cómo se ama y muere.
Un enfermo precisa alrededor blandura y soledad.
La municipalidad empezó por reunirse en consejo, para deliberar.
Estrechez de la aorta.
La sorpresa de los primeros tiempos se transformó en pánico.
Nadar con manifiesto placer.
Fuerza de las cosas.
A título de documento.
Ciudad construida en forma de caracol sobre la meseta.
La estupidez insiste siempre.
El mar atestiguaba lo que hay de inquietante y sin posible reposo en el mundo.
La peste, o no se la imagina o se la imagina falsamente.
Organización de la estadística del gobierno.
La peste respetaba las constituciones débiles y destruía las vigorosas.
Cumplimientos del auxiliar municipal temporario.
Descripción clínica con cifras.
Estúpida cuidado humano.
Heridas que la reflexión inflige a los que poseen familiaridad.
El tiempo suscita angustia.
Presión del espacio.
Para el que ama, la manera de emplear el tiempo del amado es el manantial de sus alegrías.
Sufrir y esperar sin razón.
Hablar a la manera convencional de la simple referencia.
Idioma de la razón, la abstracción.
Tristeza y desconcierto manifiestos.
Sueros preventivos.
Separación y exilio. Miedo y rebeldía.
Periodo decisivo.
El hábito de la desesperación es peor que la desesperación propia.
El amor exige un poco de porvenir y, para nosotros, no había más que instantes.
Pan de exilio.
Mal aparentemente preciso y mal aparentemente inútil.
Peste bubónica o pulmonar.
Imprevistos rebrotes.
Consigna. Pan o espacio. Esta fórmula irónica daba la nota de aquellas manifestaciones rápidamente reprimidas, pero cuyo carácter de gravedad no pasaba inadvertido.
Gran guía Chaix.
Cómoda categoría del inculpado.
Prisión, actividad y valor.
Combate con el ángel de la peste.
Dar ocasión al azar, que en muchas ocasiones no actúa si no se le provoca.
Resplandor del valor.
El amor no es nunca suficientemente fuerte, para encontrar su propia expresión.
(La peste)
El aspecto de un fauno mohíno.
El alarido del viento, la bruma mineral espesa.
Colmar de asiduidades.
Expresión tierna.
Arrastrarse hasta el sueño, hasta la muerte.
Pegarse con una avidez inconsciente.
Locos que se disfrazan con el aspecto de la razón.
El peso de los seres, la vida demente o helada, la prolongada angustia de vivir o de perecer.
Qué dulces eran los agravios y el sufrimiento.
Una sola idea y, mulo inteligente, yo iba hasta el final.
Sol salvaje.
El poder total, que obliga al adversario a capitular.
La memoria extenuada.
El tiempo no era más que un chapoteo informe, en el que a pausas regulares iban a estallar gritos de dolor o de presión.
Un estupor perverso de ídolo.
La verdad es cuadrada, pesada, densa, no admite matices.
Era una huelga suscitada por la rabia y el sindicato había tenido razón en apoyarlos tibiamente.
Un cansancio que semejaba el peso de la derrota.
Cerrada expresión.
Un delegado sindical con su cabeza de tenorio.
Endurecer el rostro de tenorino.
La rabia y la impotencia.
Cuando influyen los músculos, la actividad profesional termina por hacerse una maldición, precede a la muerte y los días de grandes esfuerzos el sueño es justamente como la muerte.
El mar suave de la tarde.
Los ojos oscuros, de expresión afiebrada.
Expresión de inquietud y rebeldía.
Hacer un visible esfuerzo de reflexión.
Expresión asustada.
Expresión ausente y distraída.
Artista pintor, creía en su buena estrella.
Obtener mucho sin merecer nunca nada.
Disputar la gloria de haber encontrado un talento.
Manifestarse asombrado.
Sacar de la preocupación económica.
Lograr éxito, pero a fuerza de tenacidad.
Alimentar un tierno agradecimiento por los padres.
Educar distraídamente.
Casos de criminales sádicos entre los hijos de padres divorciados.
Mimar para ahogar en el huevo los gérmenes de una evolución enfadosa.
Rayar la inquietud en la locura.
Éxitos indolentemente obtenidos.
La admiración y la condescendencia.
Un ardor imprevisto, pero incansable.
Las mil invenciones de la máquina de matar el tiempo, desde los impresos oscuros de la seguridad social, hasta las disposiciones sin cesar renovadas del fisco.
Carácter decidido.
Como todos los artistas de su época, deseaba que se lo tuviera por un artesano.
El tiempo y el espacio se iban estrechando con igual movimiento alrededor.
Manifestar el descontento.
Con el éxito, los amigos se manifestaban en el teléfono o con ocasión de visitas, que nadie anunciaba.
Conversación trivial.
Lo frecuente es que alguien se haga discípulo por el placer desinteresado de enseñar algo a su preceptor.
Le habría gustado invocar el capricho, ese humilde amigo del artista; pero reflexionar respecto de su arte redundaba en beneficio suyo.
Los artistas de la capital tenía a fin de cuentas algún talento.
Ser amable con ingeniosidad.
Aceptar un aumento de la mensualidad con vivas protestas de gratitud.
No firmaba más que las protestas que se declaraban ajenas a todo ánimo de partido. Pero en su totalidad, pretendían gozar de esta hermosa independencia.
La vida es corta, el tiempo rápido y su energía tenía límites.
Las huelgas gastronómicas.
Un artista que declina está terminado.
Muchos artistas no están garantizados de que existen, ni siquiera los más grandes. Entonces buscan pruebas, discuten, condenan. Eso los fortifica. Es un comienzo de existencia. ¡Están solos!
Manifestar inquietud ante la curva de las ventas.
Una emoción punzante.
Sabía lo que decían a sus espaldas. Se cree un Rembrandt.
Huidizo y sombrío.
Retornar la benevolencia.
En el azar de los días y de las copas tuvo otros encuentros.
Ese rostro de ahogada, que dan la sorpresa y el exceso de dolor.
El desorden de los días vacíos.
Expresión inquieta y triste.
Morder la fatiga de la vida.
Expresión ansiosa.
Enflaquecido fantasma.
Manifestar inquietud.
Expresión desdichada.
El hermoso rumor que hacen los hombres.
Un profundo silencio fresco.
Los largos músculos líquidos del río.
Una navegación despavorida.
La figura y la cara de una comadreja amable.
Manifestar un malhumor evidente.
Se batió, de pronto, en retirada, con el aspecto de un niño cogido en falta.
El paso oblicuo del patán castigado.
Calamitoso personaje.
Una ágil conversación.
Con aspecto de sospecha.
Un clima de concordia y amistad.
El rumor monótono del río.
San Jorge, con aire atractivo, vencía a un dragón bigotudo.
Volver el cansancio y el vértigo.
Una muchedumbre en ebullición.
Lanzar en derredor ojeadas apagadas.
Esperar aligerar la carga por el movimiento.
Expresión huraña.
La ola de una alegría oscura y jadeante.
(El exilio y el reino)
Si el mundo tiene tres dimensiones, si las categorías del cinismo son nueve o diez.
Gesto definitivo.
Las acciones a las que compromete una cuestión.
Seguimos haciendo los gestos que la existencia pide por muchas razones, la primera de las cuales viene a ser la costumbre.
El carácter insensato de la agitación cotidiana y la inutilidad del sufrimiento.
Referencia entre lo absurdo y el suicidio.
Lugares desiertos y sin agua donde la muerte llega a sus confines.
Si el tiempo nos espanta es porque hace la demostración; la solución viene luego.
La inteligencia y su opuesto, la razón ciega.
Cerrar el camino real de la razón y volver a encontrar las rectas sendas de la verdad.
Partir de la aventura inteligente, para regresar a los gestos cotidianos.
El análisis directo.
Una reducción al absurdo se efectúa comparando las consecuencias del razonamiento con la realidad que se quiere instaurar.
Las filosofías existenciales proponen la evasión. A través de un razonamiento singular, partiendo de lo absurdo sobre los escombros de la razón, en un universo cerrado y limitado a lo humano, divinizan lo que los aplasta y hallan una razón de esperar en lo que los despoja.
Un sentido de dirección, un valor topográfico.
El tema de lo irracional, tal como lo conciben los existencialistas, significa la razón que se enreda y que se libera negándose. Lo absurdo, la razón lúcida que comprueba sus límites.
El pan de la indiferencia.
Los temas de partida de la filosofía existencial, el retorno a la autoconciencia, la evasión del sueño cotidiano.
La libertad que consiste en no sentirse responsable.
La miopía del amante.
El hundimiento y la nada.
La cantidad constituye en ocasiones la calidad. La materia está formada por centros de energía. Su cantidad más o menos grande hace más o menos singular su especificidad. Mil millones de iones y un ion difieren en cantidad y en calidad. Es sencillo encontrar una analogía en la experiencia humana.
Jean Grenier, "Le choix". Filosofía de la indiferencia.
El salto existencial.
El fresco secular de las actitudes humanas.
Las derrotas de un ser humano no juzgan las circunstancias, sino a él.
En el mundo absurdo, el valor de una noción o de una vida se calcula por su infecundidad.
El genio, la inteligencia que sabe sus fronteras.
La comunión cede su puesto al valor solitario.
El Mañara de Milosz se condena por deseo de ser santo.
Una actitud sana incluye también defectos.
Sólo en las novelas se transforma la condición y se vuelve uno mejor.
Un escritor reserva la ilusión aunque sea poco apreciado. Supone que sus libros atestiguarán lo que fue.
La creación es el goce absurdo por excelencia.
La tensión que mantiene al ser humano frente al mundo.
Una creación artística encarna un drama de la inteligencia, pero no lo demuestra sino indirectamente. La creación absurda exige un artista consciente de sus límites y un arte en el cual lo concreto no signifique nada más que lo concreto.
El problema para el artista absurdo es adquirir el savoir-vivre que supera al savoir-faire.
La preeminencia lograda por la novela sobre la poesía y el ensayo representa sólo, pese a las apariencias, una mayor intelectualización del arte. Las grandes novelas llevan su universo consigo. La novela tiene sus razonamientos, su intuición y sus postulados. Tiene igualmente sus exigencias de claridad. Desde el instante que la reflexión prevaleció sobre el estilo, las multitudes invadieron la novela.
Los hombres más desprendidos terminaron por aceptar la ilusión. Esta aprobación emanada por el menester de paz es hermana interior del consentimiento existencial.
Revista "L´Arbalète".
La escritura optimista de Henry Bordeaux se me antoja singularmente desalentadora. Y es que todo está vedado para los corazones un poco difíciles. La mentalidad de Malraux es siempre tonificante. La ilusión y la desilusión.
(El mito de Sísifo)
Fischer
Escritores, los cuales desde Camus hasta Beckett, pretenden separar al ser humano de la sociedad, destruir su identidad y rodearlo de misterio como agente de las informes fuerzas originales. El ser humano es algo más que la simple máscara de un protagonista social. Pero la tendencia a convertirlo en jeroglífico, en un drama de misterios cósmicos, a difuminar su rostro con una niebla arcaica y mística, lleva a la pura nada.
Leduc
La sencillez, la desnudez del primer libro de Albert Camus, "Bodas".
Bataille
Camus tiene razón al postular como regla la fórmula "Me rebelo, luego soy". La verdad del yo se cuestiona cuando abandonamos subordinarnos, pero la rebelión no comienza el momento que nos rebelamos.
Della Volpe
La herencia de Kafka es patente con Camus en el Étranger" y el "Malentendu".
Abbagnano
Tras la Guerra, las acusaciones de la técnica y el maquinismo están presentes con el libro de Albert Camus, "Ni bourreaux ni victimes", 1946.
Sharpe
"El extranjero", de Camus, es un paradigma de novela filosófica.
Sviták
Iván Sviták tradujo al checo a Camus.
Aronson
Mantener dos ideas que se enfrentan es jugar con el absurdo y, según apuntó Albert Camus, el ser humano es una criatura que se afana pretendiendo persuadirse de que su existencia no es absurda. Reducimos la disonancia del saber transformando una o las dos experiencias o verosimilitudes para hacerlas compatibles (consonantes) o añadiendo nuevas condiciones que ayuden a tender un puente entre las originales.
Abbagnano
Tras la Guerra, las acusaciones de la técnica y el maquinismo están presentes con el libro de Albert Camus, "Ni bourreaux ni victimes", 1946.
Sharpe
"El extranjero", de Camus, es un paradigma de novela filosófica.
Sviták
Iván Sviták tradujo al checo a Camus.
Aronson
Mantener dos ideas que se enfrentan es jugar con el absurdo y, según apuntó Albert Camus, el ser humano es una criatura que se afana pretendiendo persuadirse de que su existencia no es absurda. Reducimos la disonancia del saber transformando una o las dos experiencias o verosimilitudes para hacerlas compatibles (consonantes) o añadiendo nuevas condiciones que ayuden a tender un puente entre las originales.
Zinn
En un mundo de conflictos de víctimas y verdugos la tarea de la gente reflexiva debe ser como sugirió Albert Camus no situarse en el lado de los verdugos.
Solomon
Albert Camus (1913-1960), filósofo francés, famoso por su concepto de <<el absurdo>>, al que describía como una sensitividad muy difundida en nuestro tiempo y que definía como una confrontación entre nuestras demandas de racionalidad y justicia y el indiferente universo. Camus exploró esta idea en las novelas "El extranjero" (1942), "La peste" (1947) y "La caída" (1956), como también en los ensayos filosóficos "El mito de Sísifo" (1942) y "El rebelde" (1951). Al igual que, un tiempo, su amigo y colega filósofo Jean-Paul Sartre, le obsesionaban las cuestiones de responsabilidad, de inocencia y culpa, ante el abrumador ambiente de tragedia dominante. En "La peste", enfrenta sus caracteres con un invisible, impredecible y letal enemigo, con vistas a explorar las vicisitudes de responsabilidad, en una situación de la cual no cabe culpar a nadie. Sin embargo, hay valientes y hay canallas. En oposición, en su anterior novela, "El extranjero", presenta un carácter francamente inocente, pese al hecho de que el personaje viola todos los mandatos de la sociedad decente, incluso la prohibición del crimen.
La noción del absurdo de Camus encuentra su mejor pauta en el mito de Sísifo. sin embargo, Sísifo es feliz. Acepta su inútil destino, pero también se rebela despreciando a los dioses. En "El extranjero", el protagonista había aceptado simplemente lo absurdo de la vida <<abriendo su corazón a la benigna indiferencia del universo>>. Pero Camus, igual que Sartre, muestra una profunda apreciación de la culpa original, inherente a nuestra real existencia. En "La caída", un personaje particularmente perverso, llamado Jean-Baptiste Clamence, que una vez fue abogado, torna a la combinación de culpa y de inocencia en una cuestión de ley filosófica. ¿Cómo se puede ser inocente en un mundo absurdo?
Milosz
Albert Camus en "La peste" siguió con un tema abordado en el Libro de Job. ¿Debemos devolver nuestra entrada como Iván Karamazov porque una lágrima de un niño basta para desequilibrar la balanza? ¿Debemos rebelarnos? ¿Puede existir un responsable, si permite que exista lo que nuestros valores condenan como una monstruosidad? Camus replica que no. Estamos solos en el universo; nuestro destino humano es desafiar eternamente ciegas fuerzas inhumanas, sin el confort de tener un aliado en algún lado, sin ninguna cimentación científica.
Lo primero de Camus fue su ensayo universitario sobre San Agustín. Camus era un cátaro, un puro, no podía justificar lo divino. La ultima novela escrita por Camus, "La caída", es un ensayo sobre la Gracia -Gracia ausente-, aunque también es una sátira. El hablador protagonista, Jean-Baptiste Clamence, invierte las palabras; ofrece el consejo, <<Juzgad y no seréis juzgados>>. Podría ser, tengo motivos para sospechar, Jean-Paul Sartre.
Albert Camus se refugió en el apartamento de Simone Weil el día que recibió el Premio Nobel y lo perseguían fotógrafos y periodistas.
Leys
En fechas tempranas como el año 1948, Camus comenzó a publicar, en una selección de la que era director en Gallimard (L´Espoir), dos de los ensayos de Simone Weil respecto de las cuestiones sociales y políticas, "L´enracinement" y "La condition ouvrière".
Camus se encontraba abrumado por la desconfianza propia.
El problema religioso ocupó un lugar significativo en la amistad entre Camus y Milosz. Camus fue un ateo, el cual dudaba de su propio ateísmo. La duda fue una preocupación común en los dos. La vesorimilitud mística de Simone Weil fue un faro en la niebla.
Lampedusa
Efímera verificación del poder que ejercía sobre hombres y edificios.
Cordialidad plebeya.
Parte realista y liberal.
Esplendor desportillado.
Carsella. Tipo de lámpara de aceite.
Pacchetto. Vapor correo, paquebote.
Cartucho de onzas de oro.
Reflexión política.
Deslindar confines, determinar superficies, valorar beneficios.
A lo largo de los siglos, la riqueza se había convertido en ornamento, lujo, placeres. La abolición de los derechos feudales había decapitado las obligaciones con los privilegios. La riqueza había ido depositando en el fondo de las cubas las heces de la codicia, los afanes y la prudencia; sólo quedaba el entusiasmo y el color. Había terminado anulándose. Aquella riqueza que ya había consumado el propio fin, sólo se componía de aceites esenciales y se volatilizaba velozmente.
Rey Fernando. Administración fantasmal.
"Journal des savants".
Cobro de los cánones. Proceder a intimar los pagos.
Enigmas sicilianos. La discreción es un mito.
Legitimidad de los Soberanos.
El fuerte sol actuaba como una levadura que suprimía el peso de las cosas.
Sol violento e irrespetuoso, soporífero, anulaba las voluntades y mantenía cada cosa en una inmovilidad rastrera.
Intuiciones políticas.
Liberales y masones.
Silencio luminoso y profundo, exquisito.
Vivimos en una realidad transformable, a la que pretendemos adaptarnos como se mecen las algas ante el empuje del mar.
Los cometas, al aparecer en el momento previsto, marcaban el triunfo de la razón humana, que de esa manera se exhibía y compartía la sublime serenidad de los cielos.
Guerra. Caos sucio y concreto.
Pulcro diagrama de fuerzas.
Resto de energía que en una cosa pasada alienta.
El término campo evoca la tierra transformada por la tarea.
Sol endémico.
Actos de estúpido e inútil vandalismo.
Devoto, adicto, fiel.
Celos carnales.
Ritmo de una iniciación masónica.
Gesto de hospitalidad y misericordia.
La nada queriendo escrutar los enigmas del nirvana.
Para los jueces, los abogados sólo son unos latosos, que pretenden demorar la aplicación de las leyes. En literatura, sátiras frente la solemnidad, ignorancia que puede achacarse a los jueces.
Los unicos que se desprecian son los labradores, y cuando aprendan a burlarse de los otros, el cielo estará cerrado y habrá que volver a empezar.
La nobleza no reside en los latifundios y los derechos feudales, sino en las diferencias.
Mar de los sueños.
Sorpresa manifiesta. Falsa.
Límite de la blasfemia.
Valor del oro coronario.
Valor monetario.
Sólo tenemos razón de odiar lo eterno.
Fluido vital, facultad de existir, vida.
Limbo de olvido y abandono.
Reserva y humildad.
Marisma del tiempo.
Pasiones. Pudor, miedo, generosidad, malevolencia.
(El Gatopardo)
El atractivo extraordinario que despiertan las novelas de DeFoe reside en el hecho de que son casi una suerte de diarios, apócrifos, pero geniales.
Alcahueta parisiense de la Réghence.
Los recuerdos de infancia consisten en una serie de impresiones visuales, muchas clarísimas, aunque carentes de nexo cronológico.
Tono excitado.
Punto de vista de lo ocurrido.
Accidente homicidio y suicidio.
La infancia agranda todo lo que la rodea.
La infancia es un Paraíso Terrenal y perdido.
Balconcillos en forma de pecho de pato.
Realidad efectiva.
Catodi, catoiu, en la forma italianizada catodio, del griego katógeion, subterráneo, indica en siciliano una vivienda miserable situada en la planta baja o en el subsuelo, término napolitano basso.
Hechizo de luminosidades y colores.
Broma malvada.
Poner en condiciones up to date.
Trigo segado, amarillo como las pieles de los leones.
El encanto de la aventura, de lo que encierra algún misterio.
El aristócrata del ocio envuelve su arrogancia en cortesía.
Encuadernaciones leonadas y doradas.
Voltaire, en la gran impresión de Kehl.
Periódicos satíricos del Resurgimento, el <<Fischietto>> y <<Lo Spirito Folletto>>.
Ambiente mellow, dulce, meloso.
Wicked joke. Broma maligna.
Novelas <<Malavoglia>>.
Dispositivo de relojería oculto, para despedir agua.
Objetos de escritorio del siglo XVIII. Inmensas hojas de papel de carta de puro hilo, haces de plumas de ocas, pais à caheter rojos y verdes y largas varillas de lacre.
Pochade francesa, apreciada indecente.
Pino doncel.
Un macizo de cannae rojas y amarillas.
Cantarinas vendimiadoras toscanas, trillas livonianas
Moscas cantáridas, cuyas cabezas pulverizadas son un poderoso polvo afrodisíaco.
I scecche, en siciliano, el asno, es casi siempre femenino, como los barcos en inglés.
Me había quedado en el cerebro una imagen fotográfica completa y precisa. Una fotografía mental extraída del archivo de la memoria.
Métodos pedagógicos de Pestalozzi y James.
(Recuerdos de infancia)
Billetes. Una pausa en la angustia, en eso consiste la verdadera alegría de los pobres.
Alegrías de los otros, alegrías materiales, de vainilla y cartón de colores.
Mala hierba del orgullo.
Piso de estilo abstracto y metálico.
Velas rojas entorchadas.
(La alegría y la ley)
Imprecaciones vernáculas.
Elegancia reconquistada.
Tric-trac. Juego de dados.
Lagunosa cultura periodística.
Publicación teubneriana. Benediktus Gotthelf Teubner (1784-1856), librero e impresor alemán, publicaciones de filología y ciencias matemáticas.
Profundidad científica.
Honor de un país y faro de los saberes.
Fastos, cánones, pesos.
Tono arrogante, indiferente.
Conseguir la eternidad física.
Sicilia eterna. Aroma de romero en los Nebrodi, el sabor de la miel de Melilli, ver ondear las mieses desde Enna, las soledades alrededor de Siracusa, las ráfagas de perfume que derraman sobre Palermo las plantaciones de agrios. Hechizo de las noches de verano frente al golfo de Castellammare.
Comer erizos de mar, miedo al tifus.
El erizo tiene que saber también a limón, el azúcar a chocolate, el amor a paraíso.
Tono jocoso.
Libros de aspecto humilde y encuadernación barata, que caracterizan las bibliotecas vivas.
El siroco, alas de murciélago viscoso.
El estudio de argumentos remotos tejían a mi alrededor un encantamiento, que predisponía al prodigio.
Paraísos de serenidades perdidas.
Nuestra desconfiada razón, aunque predispuesta, se irrita ante el prodigio y, cuando halla uno, pretende apoyarse en el recuerdo de fenómenos triviales.
Paso de los vientos sobre las olas lunares.
Gozar de la suprema voluptuosidad anímica y del placer elemental, totalmente exento de resonancia social.
Lujuria animal.
Construcción moral.
Manantial de saber, ética.
Relampagueos como las meditaciones de una divinidad.
El mar color de tórtola se lamentaba como una tórtola por sus secretas cuitas.
(El profesor y la sirena)
Untar con muérdago varillas de caña. Preparar entretenimientos.
Cómo se había formado aquel enorme patrimonio rural, fue una epopeya de astucia, falta de escrúpulos, desafío a las leyes, inexorabilidad, suerte y temeridad.
Préstamos astutos, de aspecto particular, que se conceden a personas que poseen un patrimonio.
Ganancias suficientes para satisfacer los dividendos.
Cautos desplazamientos de las lindes.
Locura genial.
Cánones enfitéuticos.
Desdén moralista.
La curiosidad es madre de las fábulas.
No consciente malestar.
Tiempo de lira-oro.
Judicialmente inmaculados.
Invenciones de siembra directa y de trasplante.
Carácter pasional, no estadístico, de la discusión.
Exclusivo en hacer informaciones indiscutibles.
Cifra surgida de la nada, por menester polémico.
Trágicos sobresaltos de un estrato, que veía escapar su supremacía latifundista, su razón de ser y su persistencia social y que en las exageraciones artificiosas buscaba desahogo a su ira y alivio a su miedo.
La ceniza del cigarrillo le nevaba el traje.
Libros de Catulle Mendès, nostálgicos recuerdos de casas de citas parisienses, deseos irrealizados, aunque por largo tiempo alimentados.
Grandes billetes de cien liras.
(La mañana de un aparcero)
En la tierra siciliana, la economía se fundaba, al igual que la de las ciudades pasadas, en la usura.
Zuccata. Calabaza escarchada, típica de la pastelería siciliana.
La curiosidad, la madre de las fábulas.
Frondosa y pueril imaginación de los estratos superiores.
De dinero y bondad, quita siempre la mitad.
Dureza de la lámpara de gas.
(Los gatitos ciegos)
Solomon
Albert Camus (1913-1960), filósofo francés, famoso por su concepto de <<el absurdo>>, al que describía como una sensitividad muy difundida en nuestro tiempo y que definía como una confrontación entre nuestras demandas de racionalidad y justicia y el indiferente universo. Camus exploró esta idea en las novelas "El extranjero" (1942), "La peste" (1947) y "La caída" (1956), como también en los ensayos filosóficos "El mito de Sísifo" (1942) y "El rebelde" (1951). Al igual que, un tiempo, su amigo y colega filósofo Jean-Paul Sartre, le obsesionaban las cuestiones de responsabilidad, de inocencia y culpa, ante el abrumador ambiente de tragedia dominante. En "La peste", enfrenta sus caracteres con un invisible, impredecible y letal enemigo, con vistas a explorar las vicisitudes de responsabilidad, en una situación de la cual no cabe culpar a nadie. Sin embargo, hay valientes y hay canallas. En oposición, en su anterior novela, "El extranjero", presenta un carácter francamente inocente, pese al hecho de que el personaje viola todos los mandatos de la sociedad decente, incluso la prohibición del crimen.
La noción del absurdo de Camus encuentra su mejor pauta en el mito de Sísifo. sin embargo, Sísifo es feliz. Acepta su inútil destino, pero también se rebela despreciando a los dioses. En "El extranjero", el protagonista había aceptado simplemente lo absurdo de la vida <<abriendo su corazón a la benigna indiferencia del universo>>. Pero Camus, igual que Sartre, muestra una profunda apreciación de la culpa original, inherente a nuestra real existencia. En "La caída", un personaje particularmente perverso, llamado Jean-Baptiste Clamence, que una vez fue abogado, torna a la combinación de culpa y de inocencia en una cuestión de ley filosófica. ¿Cómo se puede ser inocente en un mundo absurdo?
Milosz
Albert Camus en "La peste" siguió con un tema abordado en el Libro de Job. ¿Debemos devolver nuestra entrada como Iván Karamazov porque una lágrima de un niño basta para desequilibrar la balanza? ¿Debemos rebelarnos? ¿Puede existir un responsable, si permite que exista lo que nuestros valores condenan como una monstruosidad? Camus replica que no. Estamos solos en el universo; nuestro destino humano es desafiar eternamente ciegas fuerzas inhumanas, sin el confort de tener un aliado en algún lado, sin ninguna cimentación científica.
Lo primero de Camus fue su ensayo universitario sobre San Agustín. Camus era un cátaro, un puro, no podía justificar lo divino. La ultima novela escrita por Camus, "La caída", es un ensayo sobre la Gracia -Gracia ausente-, aunque también es una sátira. El hablador protagonista, Jean-Baptiste Clamence, invierte las palabras; ofrece el consejo, <<Juzgad y no seréis juzgados>>. Podría ser, tengo motivos para sospechar, Jean-Paul Sartre.
Albert Camus se refugió en el apartamento de Simone Weil el día que recibió el Premio Nobel y lo perseguían fotógrafos y periodistas.
Leys
En fechas tempranas como el año 1948, Camus comenzó a publicar, en una selección de la que era director en Gallimard (L´Espoir), dos de los ensayos de Simone Weil respecto de las cuestiones sociales y políticas, "L´enracinement" y "La condition ouvrière".
Camus se encontraba abrumado por la desconfianza propia.
El problema religioso ocupó un lugar significativo en la amistad entre Camus y Milosz. Camus fue un ateo, el cual dudaba de su propio ateísmo. La duda fue una preocupación común en los dos. La vesorimilitud mística de Simone Weil fue un faro en la niebla.
Lampedusa
Efímera verificación del poder que ejercía sobre hombres y edificios.
Cordialidad plebeya.
Parte realista y liberal.
Esplendor desportillado.
Carsella. Tipo de lámpara de aceite.
Pacchetto. Vapor correo, paquebote.
Cartucho de onzas de oro.
Reflexión política.
Deslindar confines, determinar superficies, valorar beneficios.
A lo largo de los siglos, la riqueza se había convertido en ornamento, lujo, placeres. La abolición de los derechos feudales había decapitado las obligaciones con los privilegios. La riqueza había ido depositando en el fondo de las cubas las heces de la codicia, los afanes y la prudencia; sólo quedaba el entusiasmo y el color. Había terminado anulándose. Aquella riqueza que ya había consumado el propio fin, sólo se componía de aceites esenciales y se volatilizaba velozmente.
Rey Fernando. Administración fantasmal.
"Journal des savants".
Cobro de los cánones. Proceder a intimar los pagos.
Enigmas sicilianos. La discreción es un mito.
Legitimidad de los Soberanos.
El fuerte sol actuaba como una levadura que suprimía el peso de las cosas.
Sol violento e irrespetuoso, soporífero, anulaba las voluntades y mantenía cada cosa en una inmovilidad rastrera.
Intuiciones políticas.
Liberales y masones.
Silencio luminoso y profundo, exquisito.
Vivimos en una realidad transformable, a la que pretendemos adaptarnos como se mecen las algas ante el empuje del mar.
Los cometas, al aparecer en el momento previsto, marcaban el triunfo de la razón humana, que de esa manera se exhibía y compartía la sublime serenidad de los cielos.
Guerra. Caos sucio y concreto.
Pulcro diagrama de fuerzas.
Resto de energía que en una cosa pasada alienta.
El término campo evoca la tierra transformada por la tarea.
Sol endémico.
Actos de estúpido e inútil vandalismo.
Devoto, adicto, fiel.
Celos carnales.
Ritmo de una iniciación masónica.
Gesto de hospitalidad y misericordia.
La nada queriendo escrutar los enigmas del nirvana.
Para los jueces, los abogados sólo son unos latosos, que pretenden demorar la aplicación de las leyes. En literatura, sátiras frente la solemnidad, ignorancia que puede achacarse a los jueces.
Los unicos que se desprecian son los labradores, y cuando aprendan a burlarse de los otros, el cielo estará cerrado y habrá que volver a empezar.
La nobleza no reside en los latifundios y los derechos feudales, sino en las diferencias.
Mar de los sueños.
Sorpresa manifiesta. Falsa.
Límite de la blasfemia.
Valor del oro coronario.
Valor monetario.
Sólo tenemos razón de odiar lo eterno.
Fluido vital, facultad de existir, vida.
Limbo de olvido y abandono.
Reserva y humildad.
Marisma del tiempo.
Pasiones. Pudor, miedo, generosidad, malevolencia.
(El Gatopardo)
El atractivo extraordinario que despiertan las novelas de DeFoe reside en el hecho de que son casi una suerte de diarios, apócrifos, pero geniales.
Alcahueta parisiense de la Réghence.
Los recuerdos de infancia consisten en una serie de impresiones visuales, muchas clarísimas, aunque carentes de nexo cronológico.
Tono excitado.
Punto de vista de lo ocurrido.
Accidente homicidio y suicidio.
La infancia agranda todo lo que la rodea.
La infancia es un Paraíso Terrenal y perdido.
Balconcillos en forma de pecho de pato.
Realidad efectiva.
Catodi, catoiu, en la forma italianizada catodio, del griego katógeion, subterráneo, indica en siciliano una vivienda miserable situada en la planta baja o en el subsuelo, término napolitano basso.
Hechizo de luminosidades y colores.
Broma malvada.
Poner en condiciones up to date.
Trigo segado, amarillo como las pieles de los leones.
El encanto de la aventura, de lo que encierra algún misterio.
El aristócrata del ocio envuelve su arrogancia en cortesía.
Encuadernaciones leonadas y doradas.
Voltaire, en la gran impresión de Kehl.
Periódicos satíricos del Resurgimento, el <<Fischietto>> y <<Lo Spirito Folletto>>.
Ambiente mellow, dulce, meloso.
Wicked joke. Broma maligna.
Novelas <<Malavoglia>>.
Dispositivo de relojería oculto, para despedir agua.
Objetos de escritorio del siglo XVIII. Inmensas hojas de papel de carta de puro hilo, haces de plumas de ocas, pais à caheter rojos y verdes y largas varillas de lacre.
Pochade francesa, apreciada indecente.
Pino doncel.
Un macizo de cannae rojas y amarillas.
Cantarinas vendimiadoras toscanas, trillas livonianas
Moscas cantáridas, cuyas cabezas pulverizadas son un poderoso polvo afrodisíaco.
I scecche, en siciliano, el asno, es casi siempre femenino, como los barcos en inglés.
Me había quedado en el cerebro una imagen fotográfica completa y precisa. Una fotografía mental extraída del archivo de la memoria.
Métodos pedagógicos de Pestalozzi y James.
(Recuerdos de infancia)
Billetes. Una pausa en la angustia, en eso consiste la verdadera alegría de los pobres.
Alegrías de los otros, alegrías materiales, de vainilla y cartón de colores.
Mala hierba del orgullo.
Piso de estilo abstracto y metálico.
Velas rojas entorchadas.
(La alegría y la ley)
Imprecaciones vernáculas.
Elegancia reconquistada.
Tric-trac. Juego de dados.
Lagunosa cultura periodística.
Publicación teubneriana. Benediktus Gotthelf Teubner (1784-1856), librero e impresor alemán, publicaciones de filología y ciencias matemáticas.
Profundidad científica.
Honor de un país y faro de los saberes.
Fastos, cánones, pesos.
Tono arrogante, indiferente.
Conseguir la eternidad física.
Sicilia eterna. Aroma de romero en los Nebrodi, el sabor de la miel de Melilli, ver ondear las mieses desde Enna, las soledades alrededor de Siracusa, las ráfagas de perfume que derraman sobre Palermo las plantaciones de agrios. Hechizo de las noches de verano frente al golfo de Castellammare.
Comer erizos de mar, miedo al tifus.
El erizo tiene que saber también a limón, el azúcar a chocolate, el amor a paraíso.
Tono jocoso.
Libros de aspecto humilde y encuadernación barata, que caracterizan las bibliotecas vivas.
El siroco, alas de murciélago viscoso.
El estudio de argumentos remotos tejían a mi alrededor un encantamiento, que predisponía al prodigio.
Paraísos de serenidades perdidas.
Nuestra desconfiada razón, aunque predispuesta, se irrita ante el prodigio y, cuando halla uno, pretende apoyarse en el recuerdo de fenómenos triviales.
Paso de los vientos sobre las olas lunares.
Gozar de la suprema voluptuosidad anímica y del placer elemental, totalmente exento de resonancia social.
Lujuria animal.
Construcción moral.
Manantial de saber, ética.
Relampagueos como las meditaciones de una divinidad.
El mar color de tórtola se lamentaba como una tórtola por sus secretas cuitas.
(El profesor y la sirena)
Untar con muérdago varillas de caña. Preparar entretenimientos.
Cómo se había formado aquel enorme patrimonio rural, fue una epopeya de astucia, falta de escrúpulos, desafío a las leyes, inexorabilidad, suerte y temeridad.
Préstamos astutos, de aspecto particular, que se conceden a personas que poseen un patrimonio.
Ganancias suficientes para satisfacer los dividendos.
Cautos desplazamientos de las lindes.
Locura genial.
Cánones enfitéuticos.
Desdén moralista.
La curiosidad es madre de las fábulas.
No consciente malestar.
Tiempo de lira-oro.
Judicialmente inmaculados.
Invenciones de siembra directa y de trasplante.
Carácter pasional, no estadístico, de la discusión.
Exclusivo en hacer informaciones indiscutibles.
Cifra surgida de la nada, por menester polémico.
Trágicos sobresaltos de un estrato, que veía escapar su supremacía latifundista, su razón de ser y su persistencia social y que en las exageraciones artificiosas buscaba desahogo a su ira y alivio a su miedo.
La ceniza del cigarrillo le nevaba el traje.
Libros de Catulle Mendès, nostálgicos recuerdos de casas de citas parisienses, deseos irrealizados, aunque por largo tiempo alimentados.
Grandes billetes de cien liras.
(La mañana de un aparcero)
En la tierra siciliana, la economía se fundaba, al igual que la de las ciudades pasadas, en la usura.
Zuccata. Calabaza escarchada, típica de la pastelería siciliana.
La curiosidad, la madre de las fábulas.
Frondosa y pueril imaginación de los estratos superiores.
De dinero y bondad, quita siempre la mitad.
Dureza de la lámpara de gas.
(Los gatitos ciegos)
Ana Kontroversy
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