Egipto. Rango de Comandante de las tropas de Choque a cargo del entrenamiento de los conductores de carros y de juzgar el desempeño de los Valientes del Rey, élite del ejército.
Vanguardia de exploradores, destacamento compuesto por doscientos carros capitaneado por el faraón Apofis y carros de aprovisionamiento. La flota acampó en Abidos.
Carros tirados por bueyes.
Toynbee
Los fundadores tebanos de Egipto tomaron prestado el caballo y el carro como arma de guerra de sus adversarios vencidos, los ex nómadas hycsos.
Toynbee
Los fundadores tebanos de Egipto tomaron prestado el caballo y el carro como arma de guerra de sus adversarios vencidos, los ex nómadas hycsos.
Odisea
Vino la aurora con su carro de oro trayendo la luz a los hombres.
Vino la aurora con su carro de oro trayendo la luz a los hombres.
Lampo y Faetón, velocísimos caballos que conducen el carro de la Aurora.
Tucídides
Los atenienses hicieron los funerales publicos con el siguiente ritual: cuando tiene lugar el cortejo fúnebre, transportan los ataúdes de madera de ciprés unos carros, uno por cada tribu. Dentro reposan los huesos de los individuos de cada tribu.
La basura se derrama del carro que la transporta al quitar el tablero que la impedía caer.
Alcibíades. Los griegos, que creían a nuestra ciudad agotada por la guerra, la valoraron por encima de su poder real, gracias a la fastuosidad de mi legación a Olimpia, ya que presenté siete carros -como ningún particular había presentado hasta entonces-, quedé vencedor, segundo y cuarto, e hice las demás celebraciones en consonancia con la victoria (416). Tales hechos significan honores, pero de lo llevado a cabo se deduce poder.
Jenofonte
Harmámaxai. Carros provistos de una capota, utilizados por las mujeres nobles.
Cireneos famosos por sus carros de estilo troyano, dotado de una caja sin consistencia.
Tei skenei. Especie de tienda encima del carro, a modo de capota.
El carro llevaba dos ocupantes. El conductor (heníokhos), que no combatía, y el guerrero combatiente (paraibátes).
Tucídides
Los atenienses hicieron los funerales publicos con el siguiente ritual: cuando tiene lugar el cortejo fúnebre, transportan los ataúdes de madera de ciprés unos carros, uno por cada tribu. Dentro reposan los huesos de los individuos de cada tribu.
La basura se derrama del carro que la transporta al quitar el tablero que la impedía caer.
Alcibíades. Los griegos, que creían a nuestra ciudad agotada por la guerra, la valoraron por encima de su poder real, gracias a la fastuosidad de mi legación a Olimpia, ya que presenté siete carros -como ningún particular había presentado hasta entonces-, quedé vencedor, segundo y cuarto, e hice las demás celebraciones en consonancia con la victoria (416). Tales hechos significan honores, pero de lo llevado a cabo se deduce poder.
Jenofonte
Harmámaxai. Carros provistos de una capota, utilizados por las mujeres nobles.
Cireneos famosos por sus carros de estilo troyano, dotado de una caja sin consistencia.
Tei skenei. Especie de tienda encima del carro, a modo de capota.
El carro llevaba dos ocupantes. El conductor (heníokhos), que no combatía, y el guerrero combatiente (paraibátes).
Graves
Medea se presentó a Pelias como una diosa de las islas Británicas, en un carro de fuego.
Mito griego de Triptolemo, a quien Deméter recompensa -en consideración a su padre- iniciándole en los misterios de la agricultura, y para enseñar ese arte recorre el mundo montado en un carro tirado por serpientes.
Helios tenía una hermana, Eos o Aurora. Se levantaba antes que el Sol, cogía otro carro color rosa y avisaba a los dioses del Olimpo, que su hermano estaba en camino.
Medea se presentó a Pelias como una diosa de las islas Británicas, en un carro de fuego.
Mito griego de Triptolemo, a quien Deméter recompensa -en consideración a su padre- iniciándole en los misterios de la agricultura, y para enseñar ese arte recorre el mundo montado en un carro tirado por serpientes.
Helios tenía una hermana, Eos o Aurora. Se levantaba antes que el Sol, cogía otro carro color rosa y avisaba a los dioses del Olimpo, que su hermano estaba en camino.
Arato
Las Osas son llamadas Carros porque giran en torno al eje. La etimología es elocuente, hámaxai es un compuesto de háma-áxon.
Erictonio el semirreptiliano rey de Atenas que Apolodoro presenta como el cuarto desde Cécrope, inventor de la cuádriga el cual rivalizó con el Sol.
Mírtilo, el cochero de Enómao.
Para Estrabón la Cabra Olenia tenía su origen en la ciudad de Oleno en Acaya. Sin embargo, este epíteto también puede entenderse a partir de su etimología "próxima del Codo (del Cochero)".
La metáfora del carro del Sol tirado con cuatro velocísimos corceles.
Cicerón
Ficción pacuviana, ser llevado por los aires en un carro de serpientes con alas.
Cicerón. "De la adivinación". A un corredor, que tenía la pretensión de dirigirse a los juegos de Olimpia, le dio la sensación en sueños, que era conducido en un carro tirado por una cuadriga. Fue a consultar a Antifonte, quien le dijo, <<Es menester que seas vencido. ¿No entiendes que cuatro han conseguido correr delante de ti?" Otro corredor había soñado que se transformaba en un águila. Antifonte le dijo, "Loco, ¿no ves que has sido vencido? Precisamente ese ave, puesto que persigue y da caza a las demás, es siempre la ultima>>.
Lucrecio
Montar un caballo y guiarlo con riendas y frenos combatiendo con la mano derecha fue primero que arrostrar los peligros de la guerra sobre un carro que tiran dos caballos y precedió este tiro a la cuadriga y a la invención de los falcados carros.
La ilusión de mi triunfo me animó a que subiese sobre el carro brillante de la gloria y nuevo aliento me han dado los obstáculos que había.
Cicerón
Ficción pacuviana, ser llevado por los aires en un carro de serpientes con alas.
Cicerón. "De la adivinación". A un corredor, que tenía la pretensión de dirigirse a los juegos de Olimpia, le dio la sensación en sueños, que era conducido en un carro tirado por una cuadriga. Fue a consultar a Antifonte, quien le dijo, <<Es menester que seas vencido. ¿No entiendes que cuatro han conseguido correr delante de ti?" Otro corredor había soñado que se transformaba en un águila. Antifonte le dijo, "Loco, ¿no ves que has sido vencido? Precisamente ese ave, puesto que persigue y da caza a las demás, es siempre la ultima>>.
Lucrecio
Montar un caballo y guiarlo con riendas y frenos combatiendo con la mano derecha fue primero que arrostrar los peligros de la guerra sobre un carro que tiran dos caballos y precedió este tiro a la cuadriga y a la invención de los falcados carros.
La ilusión de mi triunfo me animó a que subiese sobre el carro brillante de la gloria y nuevo aliento me han dado los obstáculos que había.
Virgilio
Habitaba Juno Cartago y allí tenía sus armas y su carro y de antaño revolvía su mente el propósito de llegar a ser señora de la totalidad de las gentes.
Estrechaba los troyanos desde su carro el penachudo Aquiles.
Héctor arrebatado con un carro de dos caballos manchado de sangre y polvo arrastrado por los pies.
Ideo armado y manejando su carro.
Salmonco padeciendo horribles castigos al haber querido imitar los rayos de Júpiter y los truenos del Olimpo, tirado de un carro de cuatro caballos y blandiendo teas iba ufano a lo largo de los pueblos de Grecia y cruzaba su ciudad de Elix reclamando los honores debidos, insensato que creía simular con el bronce batido con los cascos de sus caballos el crujido de las tempestades y el inimitable rayo, mas el Padre omnipotente le disparó un dardo y lo precipitó al abismo.
La diosa de Berecinto coronada de torres recorre con su carro las ciudades frigias ufana de ser madre de los dioses abrazando cien descendientes todos eternos moradores del excelso Olimpo.
Baco el vencedor que por las altas cumbres de Nisa maneja con riendas de pámpanos los tigres que arrastran su carro.
Ese vencedor de Corinto subirá al alto Capitolio con carro triunfal ilustrado con la matanza de los Aqueos.
Frente la ciudad de los Latinos una muchedumbre de mancebos se ejercitaban de cabalgar y manejar carros sobre el polvoroso llano.
Ostenta sobre el campo un carro decorado con palmas y sus vencedores caballos el hermoso Aventino hijo del hermoso Hércules llevando con su escudo la empresa paterna.
Los Cíclopes del Etna trabajaban para terminar un carro y unas veloces ruedas para Marte con el que concita hombre y ciudades.
Se apea Turno de su carro de dos caballos cual se arroja un león cuando ve un toro dispuesto a la pelea.
La belicosa Pentesilea vuela con su carro y en pos se embravecen armadas de luna dos broqueles.
La Aurora colorea el cielo con las purpúreas ruedas de su carro.
Horacio
Carro aqueo.
Nutricio sol que con fulgente carro sacas el día y lo escondes y naces otro idéntico.
Ovidio
Muchas ocasiones quisiera al leve carro correr y revolver con la arena.
Diré que con carros Hippodamia bella vino robada de Istmo, la cual corta dos mares que los lados baten.
Mientras con carro ardiente el sol camina por mi hemisferio gozo de consuelo, que al fin del día mi dolor declina.
Ya anochecía y el sol huyendo con su carro y llamas se mostraba la noche y se iba el día.
El agua enseña mi trillada vía como carrizo hecho de la rueda.
Columela
La yugada precisa veinticuatro carros de estiércol cuando se echa espeso y dieciocho cuando se echa claro.
Después de semejante ensayo, los bueyes han de uncirse a una carreta vacía y se les ha de ir haciendo alargar el camino con carga.
Dhammapada
Mente impura. Problemas como sigue la carreta al buey absorto.
Ira, carreta sin control.
Suetonio
Cayo Julio César tuvo en las pompas del circo un carro con el que era llevado religiosamente su retrato. La tensa prestaba ayuda a las fiestas del Circo para pasear las imágenes de los dioses. El ferculum era el lugar del carro donde descansaban las imágenes, siendo el conjunto arrastrado por caballos.
Essedario. Gladiador que combatía con un carro.
Dionisio de Halicarnaso
Piedras del largo de un carro.
Horacio
Carro aqueo.
Nutricio sol que con fulgente carro sacas el día y lo escondes y naces otro idéntico.
Ovidio
Muchas ocasiones quisiera al leve carro correr y revolver con la arena.
Diré que con carros Hippodamia bella vino robada de Istmo, la cual corta dos mares que los lados baten.
Mientras con carro ardiente el sol camina por mi hemisferio gozo de consuelo, que al fin del día mi dolor declina.
Ya anochecía y el sol huyendo con su carro y llamas se mostraba la noche y se iba el día.
El agua enseña mi trillada vía como carrizo hecho de la rueda.
Columela
La yugada precisa veinticuatro carros de estiércol cuando se echa espeso y dieciocho cuando se echa claro.
Después de semejante ensayo, los bueyes han de uncirse a una carreta vacía y se les ha de ir haciendo alargar el camino con carga.
Dhammapada
Mente impura. Problemas como sigue la carreta al buey absorto.
Ira, carreta sin control.
Suetonio
Cayo Julio César tuvo en las pompas del circo un carro con el que era llevado religiosamente su retrato. La tensa prestaba ayuda a las fiestas del Circo para pasear las imágenes de los dioses. El ferculum era el lugar del carro donde descansaban las imágenes, siendo el conjunto arrastrado por caballos.
Essedario. Gladiador que combatía con un carro.
Dionisio de Halicarnaso
Piedras del largo de un carro.
El cónsul Manio Tulio durante la procesión de los juegos sagrados llamados con el nombre de la ciudad Ludi Romani, cayó del carro sagrado del Circo y falleció tres días después de la procesión.
Arriano
Una vez Alejandro llegado a Gordio, se apoderó de él un vivo deseo de subir a la ciudadela, donde se encontraba el palacio de Gordio y su hijo Midas, para ver su carro y el nudo del yugo de su carro. Corría una leyenda respecto de este carro. Estaba vaticinado que quien tuviera la aptitud de soltar el nudo del yugo del carro mandaría en Asia. El nudo era de hilachas de cornejo y semejaba no tener comienzo ni fin. Alejandro cercenó el nudo con un golpe de su espada y exclamó, "¡Ya está desatado!" Falsedad histórica. Simbolismo mítico vinculado a la divinidad como lazo del universo. Aristóbulo, sin embargo, cuenta que Alejandro, desenganchando la clavija de la lanza del carro (consistía en una estaquilla que atraviesa de parte a parte la lanza) aguantó simultáneamente el nudo hasta liberar el yugo de la lanza del carro.
Luciano
Refrán. Más vale darse la vuelta que meterse dentro de una carreta funesta. Cita de un drama desconocido.
Aulo Gelio
Desempeñar el innoble oficio de comprar mulos y caros para alquilarlos al poder político, que los prestaba a los magistrados que iban a las provincias.
Filostrato
Expedición de los Siete contra Tebas. Anfiarao, el adivino, perseguido por Periclímeno, fue tragado con su carro por la tierra, en Cropo, frontera del Ática con Beocia.
Parte del ceremonial de la fiesta ática de las Coes y Leneas en honor de Dioniso, en la cual los que formaban parte en una procesión de carros, entonaban canciones satíricas groseras.
Escitas que van en carro, prisioneros, los limitan los Istros -el Danubio, el Termodonte, afluente del Halis, al oeste de Capadocia- y los Tanaides -el Don.
Amiano Marcelino
Carrozas más altas de lo habitual. Carruca, del latín carrucha, coche de caballos lujoso.
El carro de Triptolemo, al que en las fábulas, a causa de sus rápidas vueltas, representan como llevado por alados dragones voladores, Ovidio, "Metam." 5, temido por tierras y mares, sin que le hiciera demorarse obstáculo alguno.
Los espartanos Aufito y Cercio, aurigas de Cástor y Pólux y fundadores del país de los Heniocos.
Los alanos son gentes que tienen sus objetos queridos, su morada y sus viles utensilios en carros cubiertos de corcho, de manera que cuando lo quieren emigran sin obstáculo, llevando sus carros adonde les place.
Campamento de carros. Carrago. Disposición de los carros en forma circular con fines defensivos.
Historia Augusta
Pábilo. Carro pequeño de una rueda.
Carpentum. Carruaje de carga y castrense.
Pilentum. Carroza con suspensión empleada por las damas romanas.
La carta del Preste Juan
Calístenes cuanta cómo el río Estranga se hiela y hace pétreo con el frío permitiendo a las bestias de carga y a los carros cruzar su superficie. Al fundirse el hielo se transforma como un torrente. Alejandro lo franquea cuando se halla helado.
Arriano
Una vez Alejandro llegado a Gordio, se apoderó de él un vivo deseo de subir a la ciudadela, donde se encontraba el palacio de Gordio y su hijo Midas, para ver su carro y el nudo del yugo de su carro. Corría una leyenda respecto de este carro. Estaba vaticinado que quien tuviera la aptitud de soltar el nudo del yugo del carro mandaría en Asia. El nudo era de hilachas de cornejo y semejaba no tener comienzo ni fin. Alejandro cercenó el nudo con un golpe de su espada y exclamó, "¡Ya está desatado!" Falsedad histórica. Simbolismo mítico vinculado a la divinidad como lazo del universo. Aristóbulo, sin embargo, cuenta que Alejandro, desenganchando la clavija de la lanza del carro (consistía en una estaquilla que atraviesa de parte a parte la lanza) aguantó simultáneamente el nudo hasta liberar el yugo de la lanza del carro.
Luciano
Refrán. Más vale darse la vuelta que meterse dentro de una carreta funesta. Cita de un drama desconocido.
Aulo Gelio
Desempeñar el innoble oficio de comprar mulos y caros para alquilarlos al poder político, que los prestaba a los magistrados que iban a las provincias.
Filostrato
Expedición de los Siete contra Tebas. Anfiarao, el adivino, perseguido por Periclímeno, fue tragado con su carro por la tierra, en Cropo, frontera del Ática con Beocia.
Parte del ceremonial de la fiesta ática de las Coes y Leneas en honor de Dioniso, en la cual los que formaban parte en una procesión de carros, entonaban canciones satíricas groseras.
Escitas que van en carro, prisioneros, los limitan los Istros -el Danubio, el Termodonte, afluente del Halis, al oeste de Capadocia- y los Tanaides -el Don.
Amiano Marcelino
Carrozas más altas de lo habitual. Carruca, del latín carrucha, coche de caballos lujoso.
El carro de Triptolemo, al que en las fábulas, a causa de sus rápidas vueltas, representan como llevado por alados dragones voladores, Ovidio, "Metam." 5, temido por tierras y mares, sin que le hiciera demorarse obstáculo alguno.
Los espartanos Aufito y Cercio, aurigas de Cástor y Pólux y fundadores del país de los Heniocos.
Los alanos son gentes que tienen sus objetos queridos, su morada y sus viles utensilios en carros cubiertos de corcho, de manera que cuando lo quieren emigran sin obstáculo, llevando sus carros adonde les place.
Campamento de carros. Carrago. Disposición de los carros en forma circular con fines defensivos.
Historia Augusta
Pábilo. Carro pequeño de una rueda.
Carpentum. Carruaje de carga y castrense.
Pilentum. Carroza con suspensión empleada por las damas romanas.
La carta del Preste Juan
Calístenes cuanta cómo el río Estranga se hiela y hace pétreo con el frío permitiendo a las bestias de carga y a los carros cruzar su superficie. Al fundirse el hielo se transforma como un torrente. Alejandro lo franquea cuando se halla helado.
Mandeville
Cuando el Preste Joan va a la batalla no hace llevar otra bandera sino tres cruces grandes cada una asentada sobre un carro y para guardar cada carro diez mil hombres de armas a caballo y cien mil a pie de manera que guardan el estandarte.
Petrarca
Con su carro estrellado va la noche.
El Carro de Elías, un carro de fuego.
Automedonte, el auriga que guiaba el carro de Aquiles.
El Carro de la Osa Mayor, el norte.
Chaucer
San Eloy, el patrono de los carreteros.
Doce radios es el numero usual que tiene una rueda de carro.
Sucedió que aquella clara mañana, Plutón, el rey del Averno, acompañado por muchas damas del séquito de su esposa, la reina Proserpina -a quien había raptado del Etna mientras se hallaba recogiendo flores en los campos (podéis leer en Claudiano, "De raptu Proserpinae", siglo IV, el relato de cómo la llevó en su horrible carro)-, se hallaba sentado sebre un banco de verde césped fresco en el otro extremo del jardín, hablando con su reina.
Carretadas de años malos.
Aureliano (270-275) capturó el carro de combate de Zenobia, recubierto de oro y joyas, que trajo consigo para que el pueblo lo pudiera ver. Ella caminó delante de él, en su triunfo, con su corona de reina, con cadenas de oro alrededor de su cuello y con sus ropajes en que había gemas incustadas.
Por su odio al pueblo judío, el ilustre rey Antíoco partió hacia Jerusalén. Sin embargo, castigados sus alardes y arrogancias, cayó pesadamente de su carro de guerra, hiriéndose de tal modo que no podía andar ni cabalgar, sino que tenía que ser llevado en una silla a causa de sus magulladuras en la espalda y los costados.
Petrarca
Con su carro estrellado va la noche.
El Carro de Elías, un carro de fuego.
Automedonte, el auriga que guiaba el carro de Aquiles.
El Carro de la Osa Mayor, el norte.
Chaucer
San Eloy, el patrono de los carreteros.
Doce radios es el numero usual que tiene una rueda de carro.
Sucedió que aquella clara mañana, Plutón, el rey del Averno, acompañado por muchas damas del séquito de su esposa, la reina Proserpina -a quien había raptado del Etna mientras se hallaba recogiendo flores en los campos (podéis leer en Claudiano, "De raptu Proserpinae", siglo IV, el relato de cómo la llevó en su horrible carro)-, se hallaba sentado sebre un banco de verde césped fresco en el otro extremo del jardín, hablando con su reina.
Carretadas de años malos.
Aureliano (270-275) capturó el carro de combate de Zenobia, recubierto de oro y joyas, que trajo consigo para que el pueblo lo pudiera ver. Ella caminó delante de él, en su triunfo, con su corona de reina, con cadenas de oro alrededor de su cuello y con sus ropajes en que había gemas incustadas.
Por su odio al pueblo judío, el ilustre rey Antíoco partió hacia Jerusalén. Sin embargo, castigados sus alardes y arrogancias, cayó pesadamente de su carro de guerra, hiriéndose de tal modo que no podía andar ni cabalgar, sino que tenía que ser llevado en una silla a causa de sus magulladuras en la espalda y los costados.
Sir Tryamour
El carro de batalla dirigido se llama gran fuerza ya que mata a la fuerza, paga de hecho.
Ariosto
Aquel hijo de Vulcán sacado fuera del polvo y sin madre, en vida, que hizo criar Palas con cuidado, a Agraulos, que en mirar fuera atrevida, que cubría sus feos pies sentado, en su carreta del primero urdida.
Aretino
Carros con cirios de Siena.
Ariosto
Aquel hijo de Vulcán sacado fuera del polvo y sin madre, en vida, que hizo criar Palas con cuidado, a Agraulos, que en mirar fuera atrevida, que cubría sus feos pies sentado, en su carreta del primero urdida.
Aretino
Carros con cirios de Siena.
Rabelais
Si alguien después de haber vencido a los enemigos obtenía el don de entrar a Roma triunfalmente debía entrar con un carro tirado de caballos blancos e igual al que obtenía la ovación.
A los carneros de Suria se ajustaba una carreta.
La necedad del carretero aquel a quien se le había atascado su carro y de rodillas imploraba la ayuda de Hércules sin aguijar sus bueyes ni apalancar las ruedas.
¿Cuál fue la causa de que Erictonio inventara antes que nadie los coches, los carros y las literas? Pues el que Vulcano, que lo engendró, le hizo las piernas de serpientes y para ocultarlas gustaba más andar con litera que a caballo.
Tulio hizo pasar su carro sobre el vientre de su padre, Sergio Tulio, sexto rey de los romanos.
Aquí mueren muchos, la carreta de transportar los apestados corta por las ruedas.
Shakespeare
Fatigada del mundo, Venus se aleja de aquel lugar y aparea sus palomas de plumaje argentino con cuya viva asistencia su señora es transportada rápidamente sobre su alígero carro a lo largo de los cielos vacíos; dirigen su carro hasta Pafos donde su reina promete entrar a clausura y no permitirse ver nunca.
(Venus y Adonis)
Fatigada del mundo, Venus se aleja de aquel lugar y aparea sus palomas de plumaje argentino con cuya viva asistencia su señora es transportada rápidamente sobre su alígero carro a lo largo de los cielos vacíos; dirigen su carro hasta Pafos donde su reina promete entrar a clausura y no permitirse ver nunca.
(Venus y Adonis)
La grata somnolencia que distingue la vigilia del sueño cual distingue el día y la noche la hora que va antes de que el carro celestial inicie el curso dorado hasta el oriente.
(Enrique IV)
Aquiles, un carretero, un mozo de cordel, un verdadero camello.
Como un carro corroído que ha visto muchos reinados.
Uncido al carro de César, llevado en triunfo.
(Medida por medida)
Aquiles, un carretero, un mozo de cordel, un verdadero camello.
Como un carro corroído que ha visto muchos reinados.
Uncido al carro de César, llevado en triunfo.
(Medida por medida)
¡Ah, Proserpina, si tuviera esas flores que con tu espanto se te cayeron del carro de Plutón!
Marlowe
Saturno, cuando en su coche brillante, ceñido de fuego, es arrastrado por egregias águilas por el sendero de luciente cristal enlosado y engastado de estrellas.
Marlowe
Saturno, cuando en su coche brillante, ceñido de fuego, es arrastrado por egregias águilas por el sendero de luciente cristal enlosado y engastado de estrellas.
Burton
Sócrates llama tirano al Amor y lo trae triunfante en un carro, a quien Petrarca imita con su triunfo del Amor y Fracastorio con un elegante poema, Cupido cabalgando, Marte y Apolo siguiendo su carro, Psique el llanto.
Fenelon
Los lucanienses traen carros armados de cortantes hoces.
Ericton, cuarto rey de Atenas, hijo de la Tierra y Vulcano, inventó el uso de los carros.
Winckelmann
Medallas de Eleusis. Ceres representada en un carro con alas tirado por dos serpientes.
La fábula menciona un carro alado de Neptuno, que Apolo hizo dar a Idas, para raptar a la ninfa Marpesa.
Eurípides atribuye al Sol un carro alado. Pteroforom ojematon, pennigerorum curruum. El poeta explica pteróforos, alado, como epíteto del carro del hijo de Teseo, para aludir a su velocidad.
Los lucanienses traen carros armados de cortantes hoces.
Ericton, cuarto rey de Atenas, hijo de la Tierra y Vulcano, inventó el uso de los carros.
Winckelmann
Medallas de Eleusis. Ceres representada en un carro con alas tirado por dos serpientes.
La fábula menciona un carro alado de Neptuno, que Apolo hizo dar a Idas, para raptar a la ninfa Marpesa.
Eurípides atribuye al Sol un carro alado. Pteroforom ojematon, pennigerorum curruum. El poeta explica pteróforos, alado, como epíteto del carro del hijo de Teseo, para aludir a su velocidad.
Blake
El carro o merkabá, es uno de los dos núcleos interpretativos del misticismo esotérico de los judíos, de la Cábala.
Byron
Kibitka, carruaje sin muelles típico ruso.
Shelley
Seres con mechones de hidra y alas de hierro que los aires surcan son las perras de Júpiter, que recorren tormentas y que él sacia con sangre y con gemidos cuando sobre su carro de sulfúreas nubes hace estallar los límites del cielo.
Llega el carro de la Hora. Demogorgon desciende y avanza hacia el trono de Júpiter.
Dumas
Nudo de amor, El gallardo pastor Endimión se encuentra durmiendo, y la diosa Diana, en su carro de nácar con diamantinas ruedas, viene a visitarle.
Nudo de amor, El gallardo pastor Endimión se encuentra durmiendo, y la diosa Diana, en su carro de nácar con diamantinas ruedas, viene a visitarle.
Chateaubriand
No hay cosa más triste que el no poder hallar el carril de una rueda moderna allí donde halláis el rastro de las ruedas antiguas.
Hugo
Adonai con su carro de doce ruedas de truenos y relámpagos.
Adonai con su carro de doce ruedas de truenos y relámpagos.
Grecia precisa el carro de Tespis.
El teatro de Salmideso era ambulante, un inmenso tablado que se transportaba por medio de ruedas cilíndricas, a la plaza Dórica o Epifania.
Voiture grillé, carruaje con rejas, negro y sucio, predecesor de los furgones celulares, vehículo para transportar a los condenados a muerte, de hierro o de madera, tirado por caballos, en el que solían viajar el confesor y el verdugo.
Caballos de posta, utilizados por el correo, por su especial resistencia.
Flammarion
La aparición de Venus nos anuncia la llegada del estrellado carro de la noche.
Morgan
Ocupándose Herodoto de los Massagetes, que se hallaban en el estadio mediano de la barbarie, expone que construían y usaban la carreta (amaxa).
Proust
A Tespis, poeta griego del siglo VII, atribuyeron los antiguos la invención de la tragedia y de la máscara, con la que cubrían la cara los comediantes. Viajaba en un carro representando sus obras en las plazas de los pueblos. La expresión el carro de Tespis se ha convertido en sinónimo de teatro.
Freud
Aquiles en el carro de guerra guiado por Diomedes.
Voiture grillé, carruaje con rejas, negro y sucio, predecesor de los furgones celulares, vehículo para transportar a los condenados a muerte, de hierro o de madera, tirado por caballos, en el que solían viajar el confesor y el verdugo.
Caballos de posta, utilizados por el correo, por su especial resistencia.
Flammarion
La aparición de Venus nos anuncia la llegada del estrellado carro de la noche.
Morgan
Ocupándose Herodoto de los Massagetes, que se hallaban en el estadio mediano de la barbarie, expone que construían y usaban la carreta (amaxa).
Proust
A Tespis, poeta griego del siglo VII, atribuyeron los antiguos la invención de la tragedia y de la máscara, con la que cubrían la cara los comediantes. Viajaba en un carro representando sus obras en las plazas de los pueblos. La expresión el carro de Tespis se ha convertido en sinónimo de teatro.
Freud
Aquiles en el carro de guerra guiado por Diomedes.
Jenofonte
Harmámaxai. Carros provistos de una capota, utilizados por las mujeres nobles.
Harmámaxai. Carros provistos de una capota, utilizados por las mujeres nobles.
En "Fedro", aparece el mito del auriga, la razón, guiando al carro tirado por dos caballos. Significado de bueno, ánimo, y malo, apetito.
El carro llevaba dos ocupantes, el conductor (heníokhos), que no combatía, y el guerrero combatiente (paraibátes).
Auriga. Eníochos.
El carro como arma, dífros pars pro toto.
De una moneda de la ciudad de Regimus vemos un vehículo de un caballo sobre el cual se sienta el conductor con posición encogida.
Amaxa. Carro de bodas. Al dejar la joven la casa paterna rompía los lazos de familia. Esta separación tuvo, entre los griegos de la antigüedad, su expresión simbólica en la costumbre de quemar, a la puerta de la casa del marido, el carro con dos ruedas, ricamente adornado, que llevaba a la novia y a su dote.
Herón, ingeniero jefe de una escuela técnica de Alejandría, realizó una invención útil, su odómetro. Un sistema de engranajes, que permite leer sobre un cuadrante el numero de vueltas que da la rueda de un carro, y medir la longitud del camino recorrido.
Hugo
Isaías, cuando oye el ruido de los carros, las fiestas y los triunfos, grita: <<¡Silencio!>>
Isaías, cuando oye el ruido de los carros, las fiestas y los triunfos, grita: <<¡Silencio!>>
Ch. Brontë
Juggernaut, uno de los avatares del dios Vishnu. Los adoradores se arrojaban bajo las ruedas del carro, que transportaba su imagen en procesión.
Cuerno de grasa. Cuerno de negro y rancio aceite de ballena, que suele verse colgado de los carros, y se emplea para engrasar las ruedas.
Cicerón
Próxima de Enna existe una caverna orientada al norte, de gran profundidad, de donde Plutón surgió de repente con su carro, raptó a la diosa Libera (Proserpina) y llevándola penetró súbitamente bajo tierra, no lejos de Siracusa, en un lugar que quedó cubierto con un lago.
Juggernaut, uno de los avatares del dios Vishnu. Los adoradores se arrojaban bajo las ruedas del carro, que transportaba su imagen en procesión.
Cuerno de grasa. Cuerno de negro y rancio aceite de ballena, que suele verse colgado de los carros, y se emplea para engrasar las ruedas.
Cicerón
Próxima de Enna existe una caverna orientada al norte, de gran profundidad, de donde Plutón surgió de repente con su carro, raptó a la diosa Libera (Proserpina) y llevándola penetró súbitamente bajo tierra, no lejos de Siracusa, en un lugar que quedó cubierto con un lago.
Suetonio
César tuvo en las pompas del circo un carro en el que era llevado religiosamente su retrato. La tensa servía, en las fiestas del Circo, para pasear las imágenes de los dioses. El ferulum era el lugar del carro donde descansaban las imágenes, siendo el conjunto arrastrado por caballos.
Petronio
En las carreras de caballos había cuatro banderías con las que se distribuían los conductores de carros del circo. Verde (factio prasina), blanca (factio alba o albata), encarnada (russata) y azul (ueneta).
Aulo Gelio
Carros armados con guadañas del rey Antíoco.
Dionisio de Halicarnaso
Según Plutarco, el primer Tarquino, o según algunos Publícola, fue el primero que usó carro en la procesión triunfal.
Carro real, y uno inferior que llaman ovatio.
Veleyo Patérculo
Pompeyo, que no era más que un caballero, la víspera del comienzo de su consulado entró en la ciudad subido en un carro, con ocasión de su triunfo.
Marco Antonio se había hecho llamar anteriormente nuevo padre Liber, cuando paseó en carro por Alejandría, ornado de hiedra, ceñido con una corona de oro, llevando en la mano un tirso y calzado con coturnos, representando al padre Liber. Sincretismo religioso Antonio-Dioniso-Osiris, pareja de Cleopatra-Isis para legitimar una nueva monarquía helenística del Oriente.
César tuvo en las pompas del circo un carro en el que era llevado religiosamente su retrato. La tensa servía, en las fiestas del Circo, para pasear las imágenes de los dioses. El ferulum era el lugar del carro donde descansaban las imágenes, siendo el conjunto arrastrado por caballos.
Petronio
En las carreras de caballos había cuatro banderías con las que se distribuían los conductores de carros del circo. Verde (factio prasina), blanca (factio alba o albata), encarnada (russata) y azul (ueneta).
Aulo Gelio
Carros armados con guadañas del rey Antíoco.
Dionisio de Halicarnaso
Según Plutarco, el primer Tarquino, o según algunos Publícola, fue el primero que usó carro en la procesión triunfal.
Carro real, y uno inferior que llaman ovatio.
Veleyo Patérculo
Pompeyo, que no era más que un caballero, la víspera del comienzo de su consulado entró en la ciudad subido en un carro, con ocasión de su triunfo.
Marco Antonio se había hecho llamar anteriormente nuevo padre Liber, cuando paseó en carro por Alejandría, ornado de hiedra, ceñido con una corona de oro, llevando en la mano un tirso y calzado con coturnos, representando al padre Liber. Sincretismo religioso Antonio-Dioniso-Osiris, pareja de Cleopatra-Isis para legitimar una nueva monarquía helenística del Oriente.
Essedario. Gladiador que combatía en un carro.
Pábilo. Carro pequeño de una rueda.
Carpentum. Carruaje de carga y militar.
Pilentum. Carroza con suspensión, empleada por las damas romanas.
Coash-t´ya bower, para el rey y la reina, carroza.
Fresnos para hacer los chasis de un carro.
Kalidasa
En los dramas y poemas épicos de India, el cochero no es un personaje vulgar por la razón de que se le exige hablar sánscrito y no prákrito. Los hindúes representan la divinidad Sol en su carro tirado por siete caballos verdes.
Geoffrey de Monmouth
Juvenal cuanta en su libro, cómo un ciego, que hablaba con Nerón acerca de un rodaballo que había capturado vivo, dijo: Harás prisionero a algún rey, o Arvirago caerá de su carro britano.
El carro de la Luna trastornará el Zodíaco y las Pléyades prorrumpirán en llanto.
Cuando la Osa comenzó a hacer girar su carro.
Kalidasa
En los dramas y poemas épicos de India, el cochero no es un personaje vulgar por la razón de que se le exige hablar sánscrito y no prákrito. Los hindúes representan la divinidad Sol en su carro tirado por siete caballos verdes.
Geoffrey de Monmouth
Juvenal cuanta en su libro, cómo un ciego, que hablaba con Nerón acerca de un rodaballo que había capturado vivo, dijo: Harás prisionero a algún rey, o Arvirago caerá de su carro britano.
El carro de la Luna trastornará el Zodíaco y las Pléyades prorrumpirán en llanto.
Cuando la Osa comenzó a hacer girar su carro.
Villani
Carroccio. Carro de guerra. Era conducido a lo largo de la republica y el pueblo de Florencia; era un carro de cuatro ruedas todo pintado de rojo y sobre él se alzaban dos altos mástiles rojos sobre los cuales estaba sujeto y tremolaba el gran estandarte de las armas de la comuna que estaba dimidiada de blanco y rojo. Era tirado con una gran yunta de bueyes cubiertos de tela roja destinados solamente a eso y pertenecían a los Hospitalarios de Pinti y quien los conducía era uno libre de la republica. Este carroccio fue utilizado para los triunfos y solemnidades, lo traían de la armería de S. Giovanni y lo conducían a la plaza del Mercato Nuovo y habiendo parado en un hito con la forma de una piedra tallada como un carro lo dieron a la custodia del pueblo y fue conducido por popolani en las expediciones de guerra y para custodiarlo fueron escogidos los mejores. Con las dos pompas del carroccio y la campana Martinella se mantenía el orgullo señorial de los pueblos de antaño en sus expediciones.
Chaucer
La efigie armada de Marte, con su rostro horrendo y frenético, se hallaba de pie montada en un carro de guerra. Sobre su cabeza centelleaban dos figuras estelares, que se nombran en los libros antiguos de astrología y geomancia: una era Puella, y la otra, Rúbeo.
Licurgo, rey de Tracia, se alzaba imponente en un carro de guerra dorado, tirado por cuatro bueyes blancos con arneses al estilo de su país.
Aretino
Siena, carros con cirios.
Rabelais
Una bella carreta de bueyes.
Poner la carreta delante de los bueyes.
Tirar del carretón.
Carretas de puerros, cebolletas y cebollas.
Treinta mil carretas de diablos te lleven.
Ayuda aquí, por quinientos mil millones de carretas.
Sé todo de carretilla.
Los brazos como una carreta.
Si movía la cabeza, carretas herradas.
El gran viento del Languedoc que se llama cierzo derribaba las carretas cargadas.
Holinshed
Incluso los verdaderos carreteros se esforzaron de hablar francés.
Nuestros compatriotas hacen poco uso de los ríos suponiendo que los carruajes y los caballos son el camino menos gravable.
La grava amarilla que se llevaba con carretas.
Los terratenientes honestos demandados y transportados de un condado a otro con carros.
Las groserías y obscenidades de los carreteros y los payasos.
La locura fantástica de nuestro país incluso desde el cortesano hasta el carretero.
Tampoco es lícito para ningun subdito montar carros para la carne sin su concesión.
Nuestros caballos de carreta o de arado (porque los usamos indiferentemente) son comunmente muy fuertes y cinco o seis pueden arrastrar tres mil pesos un largo viaje aunque no sea una carga comun que consiste en madera, fanegas de sal blanca, bayas o trigo.
Lavater
Los que voluntariamente se desechan sus cadáveres deben ser llevados muy lejos antes que metidos dentro de un saco puedan ser tirados al mar y estando colocados sobre una carreta el caballo casi no podía arrastrarlos colina abajo, pero arriba de la colina el carro corría muy rápido por su propia voluntad.
Los carreteros llevan su vida de día y de noche de viaje en bosques, colinas y valles.
Erigir un coche fúnebre como llamaban a los monumentos de los muertos.
Surgieron los coches fúnebres, las mentes de semana, las mentes de mes y los aniversarios.
Spenser
El abedul para los ejes.
La viga del carro.
Un carro de hierro.
Sydney
Un carruaje ricamente equipado de blanco y negro.
Cansado como un jade en un carro sobrecargado.
Había pasado de ser dueño de un carro a ser doctor de un coche con cubierta.
Un patán con sus payasos montados en sus carros y equipados.
Oh tiempo transfórmate como el carro de mis alegrías / Como tu te aproximas que mi dicha se aproxime también.
Es doloroso seguir el carro.
Boehme
El camino del paraíso queda incluido con la mente cuando el alma corre con la carroza del Ánimo.
Campanella
Los carros a vela caminan con el viento.
El camino del paraíso queda incluido con la mente cuando el alma corre con la carroza del Ánimo.
Campanella
Los carros a vela caminan con el viento.
Carro alado del tiempo. Versos de Marvel.
Donne
Los viajes largos son largos calvarios / y los barcos los carros del verdugo. / Muertes son; ¿pues no es volar / a otro mundo igual que perecer?
Donne
Los viajes largos son largos calvarios / y los barcos los carros del verdugo. / Muertes son; ¿pues no es volar / a otro mundo igual que perecer?
Burton
Los caballos salvajes huyen con un carro y no se permiten refrenar.
Bien y mal, placer y dolor Bernardo compara estas cuatro pasiones con las ruedas de un carro con el cual somos llevados a lo largo de este mundo.
Huir con un carro vacío.
Dicho. Como carreta a la que se fatiga en el camino.
Butler
El carruaje agrietado y roto.
Ladrones ascendiendo al carro.
Fuerte como quien canta su parte / En una carretilla o en un carro de nabos.
Encontrar pillerías y colas de carretas.
Carretas llenas de alcahuetas enviadas a prisión.
Petty
Hacer que las carreteras sean anchas, firmes y planas que se puedan reducir los gastos y el tedio de los viajes y los transportes.
Disminuir la fatiga de los carruajes y los viajes. Si los hombres de negocios y los artesanos vivieran a cinco millas unos de otros y si los que viven fuera de la ciudad gastaran solo los productos que crecen donde viven entonces el gasto del transporte y del viaje podría ser pequeño.
Pepys
En Hyde Park para ver desfilar a caballo o en carruaje a los cortesanos y la sociedad elegante.
Suntuosa carroza.
Carestía del carbón que se vende a cuatro libras la carretada de ochenta y seis arrobas.
Swift
Sinvergüenzas cocheros de alquiler.
Tres peniques es lo que costaba un coche de alquiler a los abogados, que lo tomaban de cuatro en cuatro al salir de los colegios de abogados de Westminster.
Racine
Un carro lanzado a velocidad a lo largo de una nube de polvo.
Diderot
Roger Bacon dijo que existe un modo de construir carros, con cuya ayuda se puede prescindir de los animales.
La cábala filosófica se divide en dos signos. Se dedica a imaginar las perfecciones divinas y las inteligencias celestes, y se llama Carro o Mercavá, porque los cabalistas están persuadidos de que Ezequiel ha explicado sus misterios en el Carro milagroso, del que habla al comienzo de sus revelaciones; y la Bereschit, estudia el mundo sublunar.
D´Alembert
La cábala filosófica se divide en dos clases. Una se dedica al conocimiento de las perfecciones divinas y las inteligencias celestes, y se llama Carro o Mercavá, porque los cabalistas están persuadidos de que Ezequiel ha explicado sus misterios en el Carro milagroso del que habla al comienzo de sus revelaciones.
Mandeville
Con Homero, soberanos y príncipes prodigan un léxico tal que ni nuestros faquines y cocheros soportarían sin ofenderse.
El lujo ostenta sus mayores excesos con los edificios, el mobiliario y los carruajes.
Carroza dorada.
Richardson
Postillón, mozo que guiaba los dos primeros caballos de un coche tirado por seis.
Postillón, mozo que guiaba los dos primeros caballos de un coche tirado por seis.
Este desabrido cochero debería suponer que no todos los requisitos de su empleo eran razonables, que no tenía ninguna ventaja para controlarme.
Una berlina de cuatro caballos.
Un coche de seis caballos.
Coche, berlina, carro o caballo.
Las armas en la berlina y en los jaeces.
No se encuentra coche ni con plata ni con oro a causa de estar muy entrada la noche.
Un coche decente.
La fatiga no le permitía soportar el movimiento de un coche.
En lugar de un coche para el paseo se me permitió tomar una berlina con la visión de darme total libertad para discutir el asunto.
Un carruaje ligero o pesado.
Prevenidos al amanecer un coche y un cochero.
Quién se atrevería hacer la menor pregunta al sujeto de posición que se presenta con un coche.
Mi cochero tenía el ojo alerta.
Prenevir un coche para partir.
Una silla volante.
Un coche enlutado.
El carro fúnebre y la berlina que lo seguía.
Hutcheson
Apliquemos los casos sobre el prisma y el tubo a nuestras máquinas más simples como dos ruedas de nuestros carruajes ordinarios. Cada círculo con radios iguales de longitud, grosor y forma; las ruedas se mantienen equidistantes; el eje fijado al centro de las dos y garantizado para que no salgan de su extremo.
Voltaire
El diablo que se llamó Morfeo, sobre su carro negro que durante la noche sombría arrastran dos búhos, sacudiendo su narcótico beleño sopla un vapor soporífero.
La negra divinidad de la Noche desde su carro de ébano esparce adormideras y los sueños y nos adormece sobre el seno de la Mentira.
Se inventó la comodidad de las carrozas adornadas con cristales y suspendidas con muelles, lujo que usaron los vencedores romanos para ir al Capitolio.
Fielding
En los vehículos que son designados coches de caballos, aunque son más grandes que los otros, nunca se intenta emplear el sistema de empaquetar a la gente.
¿No encuentras ningún placer con la idea de ostentar un escudo en tu coche?
Soltarlo todo de carretilla.
Los carruajes de alquiler, al igual que los falsos amigos, siempre se ofrecen cuando brilla el sol, pero nunca se los encuentra cuando de verdad los precisas.
Paine
La bolsa es el coche común donde montan todos. Es lo que se cuenta del campo. Montar a medias. Un ratito vas tu y otro rato voy yo.
La mayor parte del dinero de Francia es de plata y harían falta veinte carros grandes tirados por diez caballos cada uno para sacar un millón de libras esterlinas de plata.
Bentham
Ninguna parte de la materia puede ser nunca de uso sino hasta que llega al lugar que sea preciso que ocupe para ser empleada de esa manera al uso. De aquí se derivan dos maneras generalmente concomitantes de uso subordinado del cual son susceptibles de ser utilizados todos los instrumentos útiles por razón de su movilidad, la subordinación a manera de formación o aplicación y la subordinación a manera de transportación. A este lugar corresponde un sistema de división que con vista a un concepto claro, correcto e inteligible pueda no sin ventaja aplicarse a la masa conjunta de los distintos instrumentos de transportación. Estos son estacionarios, como los caminos, y movibles, o sean, vehículos.
Operaciones que ayudan al transporte. Carrocero, talabartero.
Jean Paul
Carro de la vulgaridad.
El carro de un poeta o de un artista.
Sade
Un carro cubierto con tela de oro, pues los carruajes con imperiales no se conocían.
Beckford
No paró de comer más que cien carreteros.
Sterne
Désobligeante. Coche con asiento para una persona.
Smollett
Silla de posta. Carruaje de dos a cuatro ruedas.
Un faetón con un tiro de cuatro caballos con cornos franceses.
¿Debo salir a la carretera de Londres o de Bristol para asfixiarme con el polvo o perecer ahogado con las sillas de postas, las diligencias, las carretas y los carros de carbón y las carrozas de las damas que van a hacer exhibición de sus tiros de caballos?
Aglomeración de carruajes.
Sois un granuja desvergonzado al suponer que podéis conducir una carroza delante de personas de alcurnia sin una camisa.
Un postillón elegante con un sombrero de ala estrecha, un cordón de oro, una peluca perfectamente cortada, una chaqueta azul, calzones de cuero y una camisa limpia de lino abullonada por encima de la cintura.
Los cocheros acicateaban sus caballos y el pavimento tremolaba a su paso.
No todo caballero tiene por qué mantener un caravasar a disposición de los viajeros.
Paine
La bolsa es el coche común donde montan todos. Es lo que se cuenta del campo. Montar a medias. Un ratito vas tu y otro rato voy yo.
La mayor parte del dinero de Francia es de plata y harían falta veinte carros grandes tirados por diez caballos cada uno para sacar un millón de libras esterlinas de plata.
Bentham
Ninguna parte de la materia puede ser nunca de uso sino hasta que llega al lugar que sea preciso que ocupe para ser empleada de esa manera al uso. De aquí se derivan dos maneras generalmente concomitantes de uso subordinado del cual son susceptibles de ser utilizados todos los instrumentos útiles por razón de su movilidad, la subordinación a manera de formación o aplicación y la subordinación a manera de transportación. A este lugar corresponde un sistema de división que con vista a un concepto claro, correcto e inteligible pueda no sin ventaja aplicarse a la masa conjunta de los distintos instrumentos de transportación. Estos son estacionarios, como los caminos, y movibles, o sean, vehículos.
Operaciones que ayudan al transporte. Carrocero, talabartero.
Jean Paul
Carro de la vulgaridad.
El carro de un poeta o de un artista.
Sade
Un carro cubierto con tela de oro, pues los carruajes con imperiales no se conocían.
Beckford
No paró de comer más que cien carreteros.
Sterne
Désobligeante. Coche con asiento para una persona.
Silla de posta. Carruaje de dos a cuatro ruedas.
Un faetón con un tiro de cuatro caballos con cornos franceses.
¿Debo salir a la carretera de Londres o de Bristol para asfixiarme con el polvo o perecer ahogado con las sillas de postas, las diligencias, las carretas y los carros de carbón y las carrozas de las damas que van a hacer exhibición de sus tiros de caballos?
Aglomeración de carruajes.
Sois un granuja desvergonzado al suponer que podéis conducir una carroza delante de personas de alcurnia sin una camisa.
Un postillón elegante con un sombrero de ala estrecha, un cordón de oro, una peluca perfectamente cortada, una chaqueta azul, calzones de cuero y una camisa limpia de lino abullonada por encima de la cintura.
Los cocheros acicateaban sus caballos y el pavimento tremolaba a su paso.
No todo caballero tiene por qué mantener un caravasar a disposición de los viajeros.
McPherson
Noble por las armas, Car-borne, es el título de honor atribuido por Ossian indistintamente a todo jefe porque tenía un carro o litera.
Del turbulento mar se precipita. / Después indiferente sobre el carro / Del viento impetuoso se reclina.
El carro de batalla de Cuchulain vuela como un torbellino que lleva en su seno la muerte. Sus costados están cubiertos de brillantes piedras que centellean. El timón es de marfil, el asiento de blanco hueso y haces de lanzas están dispuestas rodeando al jefe. Mil correas mantienen el carro suspendido y los caballos tascan sus frenos brillantes y espumosos. Las riendas adornadas de preciosas piedras flotan sobre el cuello altivo de los corceles. El aire silba a su paso como los vientos del invierno sobre las nieves de Gormal.
Burney
El honor de ayudar a subir al carruaje.
Producir confusión a la hora de repartir los carruajes.
Ayudar a bajar de los carruajes.
Un carruaje de alquiler.
Pagar dos carruajes para un trayecto igual es tirar el dinero por la ventana.
No saturar el carruaje.
Un carruaje personal.
Acomodarse dentro del carruaje.
Chaise. Un carruaje ligero diseñado para llevar dos personas. Un transporte de lujo, podía recorrer nueve millas a la hora parando solo para reponer el caballo.
Faetón. Un carruaje abierto de cuatro ruedas, alto y ligero habitualmente tirado con dos caballos.
Edgeworth
Infelices aquellos que para las cuestiones de moral son necios como para poner la carreta delante del caballo.
Un elegante vis-à-vis nuevo. Un tipo de carruaje ligero y descapotable con los dos asientos encarados.
Cuando uno se casa compra carruajes nuevos y se deshace de amantes antiguas.
Unicornio, un carruaje tirado de tres caballos, dos detrás y uno delante.
La calesa sociable.
Dada su predilección por la magnificencia propia de las Indias Occidentales su carruaje era extraordinariamente lujoso.
Con sus pasatiempos y sus carruajes y sus extravagancias se transformó como una mina para los periódicos.
Extraordinarios coches y landós.
De enero a junio de 1809 estalló el escándalo del duque de York, tercero de la línea de sucesión al trono de Gran Bretaña y comandante supremo del ejército y su astuta amante la señora Mary Anne Clarke, la cual compensaba lo mucho que se demoraba el duque para pagarle su asignación vendiendo ascensos al ejército. Con los asombrosos gastos de la casa de la señora Clarke (unas diez mil libras anuales) se contaban dos carruajes y ocho o diez caballos. Durante el proceso por corrupción (1809) el tribunal supo que otro de los protagonistas del escándalo, el coronel Wardle, parlamentario, había enviado a su mujer con una calesa (o landó) a un hotel de la calle Brook con una carta a un tal mayor Hogan con la que el mayor encontró un billete de quinientas libras.
Una calesa ligera.
Un coche de alquiler de deplorable condición con el cuerpo montado a una altura prodigiosa sobre unos amortiguadores incapaces de doblarse e inclinado adelante con una puerta que se abría porque no cerraba perfectamente y tres persianas subidas porque no podían bajarse, el pescante atado por dos sitios, la llanta de hierro de las ruedas oxidada y casi salida, estacas de madera sustituyendo los ejes y cuerdas a la manera del arnés.
Paddy, cochero.
Un carruaje flamante y lacayos de uniforme que reforzaran la petición.
Malte-Brun
Era muy mentada la pericia de los habitantes de la Cirenaica con el manejo de sus carros.
Los mulos se emplean como bestias de carga, de tiro y de silla.
Goethe
Un magnífico coche abierto, construcción de Landau.
Con el gesto de quien se resigna a aguantar el traqueteo del coche.
Humboldt
La boussole (brújula) se instaló 1250 años a. n. e. con un odómetro para la construcción del carro magnético del soberano chino Ching-wang.
Ricardo
Un impuesto sobre los coches de lujo es pagado por los que se proporcionan esa satisfacción, según la proporción exacta con la que la disfruten.
Scott
Golpeaba con las manos el pecho suave y repetidamente como suele hacer el sustituto de un cochero de alquiler, cuando tiene que esperar a alguien en un helado día de invierno.
Transportar en sillas de manos.
La diligencia del Norte, antigua y grande cuba tirada por tres caballos, que hacía el viaje a Londres en tres semanas.
La carreta donde debían arrastrar a los reos estaba pintada de negro y tiraba de ella un caballo blanco. A una de las extremidades del vehículo iba sentado el verdugo; llevaba en la mano un hacha muy grande. En el extremo opuesto, en la delantera había un banco vacío para dos personas.
La dilación ocasionada por el modo de viajar de aquella época.
La pata de esos elefantes pintados en los tableros de algunos carruajes.
Sin dinero los pleitos no caminan más que sobre una rueda.
Pedro el Negro. En la jerga de los ladrones se llama Peter una maleta o un portamantas. Un biter of Peter (un mordedor de Pedro) es la persona que saca con destreza el equipaje de los carruajes.
Comulgar con ruedas de carro.
Blake
Proverbios del Infierno. Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
Entre las visiones del poeta Ezequiel se encuentra el carro o merkabá, uno de los dos nucleos interpretativos del misticismo esotérico de los judíos, de la Cábala.
Stendhal
Retahíla de fórmulas de respeto que sabía de carretilla.
Tienen un miedo atroz a los jacobinos, ven a Robespierre y su carreta detrás de cada árbol de sus parques.
El carrero quería expoliarme impunemente en la compostura de mis carros.
Bajo el temor de una revolución, de miedo al pueblo no se atreven a reñir a un postillón que los conduce fatal.
Volvió a abrumarle de denuestos atroces y dignos de un cochero.
Schopenhauer
Jaggernaut o Jagan-nâtha (dueño del mundo), uno de los nombres de Vishnu, bajo el cual se le venera en Bengala. En la ciudad de Puri (Orisa), se encuentra un templo dedicado a Vishnu, al cual se realizan grandes peregrinaciones durante la Ratha-yâtrâ o fiesta del Carro.
Byron
Titán, divinidad romana que representaba al sol, surgía por la mañana del océano y tras recorrer el cielo con su carruaje descendía hasta el mar por la tarde.
Aurora, diosa encargada de abrir las puertas del cielo al carro del Sol.
Medea, personaje y título de una obra de Eurípides, en la escena final, marcha en un carro tirado por dragones.
Buhoneros, botes y carros.
Las imprecaciones no afectan más que un relámpago a un cochero.
Se arrojaba agua a los ejes y los bordes de las ruedas de las carretas de modo que, al hincharse la madera, las piezas metálicas no hicieran ruido.
Nudo gordiano. Nudo que ataba al yugo la lanza del carro de Gordio, antiguo rey de Frigia, del cual no se podían descubrir los dos cabos.
De Maistre
El kibick es un cochecillo cuya caja, similar a la de una calesa toscamente construida, encaja sobre dos ejes y en invierno sobre dos patines y que forma un trineo. Es ordinariamente el vehículo de viaje en Rusia.
La constelación del carro de Casiopea.
Ricardo
Un impuesto sobre los coches de lujo es pagado por los que se proporcionan esa satisfacción, según la proporción exacta con la que la disfruten.
Scott
Golpeaba con las manos el pecho suave y repetidamente como suele hacer el sustituto de un cochero de alquiler, cuando tiene que esperar a alguien en un helado día de invierno.
Transportar en sillas de manos.
La diligencia del Norte, antigua y grande cuba tirada por tres caballos, que hacía el viaje a Londres en tres semanas.
La carreta donde debían arrastrar a los reos estaba pintada de negro y tiraba de ella un caballo blanco. A una de las extremidades del vehículo iba sentado el verdugo; llevaba en la mano un hacha muy grande. En el extremo opuesto, en la delantera había un banco vacío para dos personas.
La dilación ocasionada por el modo de viajar de aquella época.
La pata de esos elefantes pintados en los tableros de algunos carruajes.
Sin dinero los pleitos no caminan más que sobre una rueda.
Pedro el Negro. En la jerga de los ladrones se llama Peter una maleta o un portamantas. Un biter of Peter (un mordedor de Pedro) es la persona que saca con destreza el equipaje de los carruajes.
Comulgar con ruedas de carro.
Blake
Proverbios del Infierno. Conduce tu carro y tu arado sobre los huesos de los muertos.
Entre las visiones del poeta Ezequiel se encuentra el carro o merkabá, uno de los dos nucleos interpretativos del misticismo esotérico de los judíos, de la Cábala.
Stendhal
Retahíla de fórmulas de respeto que sabía de carretilla.
Tienen un miedo atroz a los jacobinos, ven a Robespierre y su carreta detrás de cada árbol de sus parques.
El carrero quería expoliarme impunemente en la compostura de mis carros.
Bajo el temor de una revolución, de miedo al pueblo no se atreven a reñir a un postillón que los conduce fatal.
Volvió a abrumarle de denuestos atroces y dignos de un cochero.
Schopenhauer
Jaggernaut o Jagan-nâtha (dueño del mundo), uno de los nombres de Vishnu, bajo el cual se le venera en Bengala. En la ciudad de Puri (Orisa), se encuentra un templo dedicado a Vishnu, al cual se realizan grandes peregrinaciones durante la Ratha-yâtrâ o fiesta del Carro.
Byron
Titán, divinidad romana que representaba al sol, surgía por la mañana del océano y tras recorrer el cielo con su carruaje descendía hasta el mar por la tarde.
Aurora, diosa encargada de abrir las puertas del cielo al carro del Sol.
Medea, personaje y título de una obra de Eurípides, en la escena final, marcha en un carro tirado por dragones.
Buhoneros, botes y carros.
Las imprecaciones no afectan más que un relámpago a un cochero.
Se arrojaba agua a los ejes y los bordes de las ruedas de las carretas de modo que, al hincharse la madera, las piezas metálicas no hicieran ruido.
Nudo gordiano. Nudo que ataba al yugo la lanza del carro de Gordio, antiguo rey de Frigia, del cual no se podían descubrir los dos cabos.
De Maistre
El kibick es un cochecillo cuya caja, similar a la de una calesa toscamente construida, encaja sobre dos ejes y en invierno sobre dos patines y que forma un trineo. Es ordinariamente el vehículo de viaje en Rusia.
La constelación del carro de Casiopea.
Lyell
Los surcos de las ruedas de los carruajes.
Fenómenos que acompañan los terremotos. Ruidos subterráneos como el correr de carruajes.
El traqueteo de los carruajes en el pavimento sacude los edificios más grandes; y en las canteras debajo de algunos barrios de París se encuentra que el movimiento se comunica a través de un espesor apreciable de la roca lo que demuestra que cada fibra con su total longitud ha sido hecha vibrar.
Hugo
Carruaje con rejas, negro y sucio. Voiture grillé, predecesora de los furgones celulares, vehículo para transportar a los condenados a muerte; de hierro o madera, tirado por caballos, en el que solían viajar el confesor y el verdugo.
Beneficio del departamento para gastos de carruaje.
Tartana, jamuga.
Adonai en su carro de doce ruedas de truenos y relámpagos.
Carro viviente del Apocalipsis.
Balzac
Nada pinta mejor a un país que la condición de su material social. Desde este punto de vista, el vehículo de la diligencia es digno de una honrosa mención. La Revolución no tuvo poder para destruirlo y rueda por nuestras carreteras. Cuando Turgot rescató el privilegio, que una compañía había obtenido en tiempos de Luis XIV, de transportar exclusivamente a los viajeros en todo el reino e instituyó las empresas denominadas las turgotinas, las viejas carrozas de los señores de Vousges, Chanteclaire y de la viuda de Lacombe refluyeron a las provincias. Detestables vehículos, esta turgotina era un mal cabriolé de dos ruedas muy altas, en el cual no se podían acomodar dos personas algo gruesas. La exigüidad de aquella frágil máquina no permitía cargarla mucho, y el cofre que formaba el asiento estaba destinado exclusivamente a la posta; de modo que si los viajeros llevaban algún equipaje se veían forzados a guardarlo entre sus piernas, ya bastante torturadas en la pequeña caja del coche, muy semejante por la forma a un fuelle. Su color primitivo y el de las ruedas proponía al viajero un enigma insoluble. Dos cortinillas de cuero, poco dóciles a pesar de sus largos servicios, debían proteger a los sufridos pasajeros contra el frío y la lluvia. El conductor, sentado sobre una banqueta semejante a la de las peores tartanas de París, participaba forzosamente de la conversación por la forma en que iba colocado entre sus víctimas bípedas y cuadrúpedas. Este tren gemía al rodar y crujía por momentos. Se balanceaba de atrás a delante, como si intentase resistir la violenta tracción de los dos caballitos bretones que le arrastraban por un camino bastante desigual. Monumento de otra edad.
El ruido de chatarra que producía el informe carruaje.
Perros de carromato, que duermen tendidos como una alfombra con el hocico entre las patas.
Esos postillones que hacen chasquear la fusta al arrancar, porque llevan ingleses, pero que apenas han galopado media legua, ya tienen que apearse para sujetar una correa o dejar que respiren los caballos.
En la actualidad, los atrevidos jugadores granujas mueren brillantemente uncidos al carro del vicio, enjaezados con los arreos de la fortuna. Van en carroza a saltarse la tapa de los sesos.
El acarreo, las postas, las posadas, la carretería, las empresas de coches publicos, industrias que viven a la sombra de la carretera.
La afluencia de coches.
El carro de la suerte.
La cifra se dejaba, según la confianza de los cocheros que os han llevado deprisa, a su generosidad.
La posta corre siempre más que el coche publico.
Procedía cuerdamente, pretendiendo alojar su carro bajo el techo protector de la administración.
Esa rapidez, que sólo la pasión o el negocio imprimen a las ruedas.
La elegante briska, coche ligero de camino.
Carroceros que terminaban de sustituir por los resortes cuadrados de los ingleses los cuellos de cisne y demás viejas invenciones inglesas.
Los ingleses cifran su orgullo con no despegar los labios, el alemán es tristón con su coche y los italianos son harto prudentes para enredarse a hablar, los españoles no tienen ya diligencias y los rusos no tienen caminos. Solo se distrae el viajero con los pesados vehículos franceses.
Diligencias góndolas.
Saltos de pulga uncida a un carro de cartón.
Los patrimonios individuales se expresan admirablemente en Francia por los carruajes de lujo que se prestan a la fiscalización.
En las carreteras ponen a las diligencias nombres asaz fantásticos; dicen la Caillard, la Ducler (el coche de Nemours a París), el Gran Buró. En tiempos de la empresa de Lecomte sus coches se llamaban la Condesa.
La carretela es muy maja y las ruedas son de patente. Dotadas de un dispositivo especial, que impide el desprendimiento de la tuerca que sostiene el huso del eje. Es idea de los ingleses, que han inventado esas ruedas. No se ve nada, todo queda encajado, es bonito, no se engancha, y se ha acabado aquel horrible pico de hierro, que sobresalía del eje.
Lindos cochecitos bajos, llamados caracoles, tapizados de seda gris de lino, con adornos de pasamanería azul.
El postillón se esforzó en recobrar el tiempo perdido.
Charaban. Coche descubierto.
Perdido ensimismamiento que invadía a los acusados a quienes se conducía en una carreta desde el Palacio a la Grève, hacia el cadalso tinto en la sangre vertida desde 1793.
Berlina de un agente de cambio.
Remise. Carruaje, vehículos que estacionaban en cocheras y no en la calle, como los de punto; eran más lujosos y su precio mayor.
Escribir al lado de las figuras, como los pintores primitivos, currus venustus o pulcher homo, carro elegante u hombre hermoso.
Hegel
En el famoso templo de Yaguernaut, en Orissa (golfo de Bengala), donde se reúnen millones de hindúes, se celebra la ceremonia de pasear la imagen de Visnú sobre un carro. Unos quinientos hombres son precisos para poner el carro en movimiento, y muchos se precipitan ante sus ruedas y se dejan aplastar.
Hugo
Carruaje con rejas, negro y sucio. Voiture grillé, predecesora de los furgones celulares, vehículo para transportar a los condenados a muerte; de hierro o madera, tirado por caballos, en el que solían viajar el confesor y el verdugo.
Beneficio del departamento para gastos de carruaje.
Tartana, jamuga.
Adonai en su carro de doce ruedas de truenos y relámpagos.
Carro viviente del Apocalipsis.
Balzac
Nada pinta mejor a un país que la condición de su material social. Desde este punto de vista, el vehículo de la diligencia es digno de una honrosa mención. La Revolución no tuvo poder para destruirlo y rueda por nuestras carreteras. Cuando Turgot rescató el privilegio, que una compañía había obtenido en tiempos de Luis XIV, de transportar exclusivamente a los viajeros en todo el reino e instituyó las empresas denominadas las turgotinas, las viejas carrozas de los señores de Vousges, Chanteclaire y de la viuda de Lacombe refluyeron a las provincias. Detestables vehículos, esta turgotina era un mal cabriolé de dos ruedas muy altas, en el cual no se podían acomodar dos personas algo gruesas. La exigüidad de aquella frágil máquina no permitía cargarla mucho, y el cofre que formaba el asiento estaba destinado exclusivamente a la posta; de modo que si los viajeros llevaban algún equipaje se veían forzados a guardarlo entre sus piernas, ya bastante torturadas en la pequeña caja del coche, muy semejante por la forma a un fuelle. Su color primitivo y el de las ruedas proponía al viajero un enigma insoluble. Dos cortinillas de cuero, poco dóciles a pesar de sus largos servicios, debían proteger a los sufridos pasajeros contra el frío y la lluvia. El conductor, sentado sobre una banqueta semejante a la de las peores tartanas de París, participaba forzosamente de la conversación por la forma en que iba colocado entre sus víctimas bípedas y cuadrúpedas. Este tren gemía al rodar y crujía por momentos. Se balanceaba de atrás a delante, como si intentase resistir la violenta tracción de los dos caballitos bretones que le arrastraban por un camino bastante desigual. Monumento de otra edad.
El ruido de chatarra que producía el informe carruaje.
Perros de carromato, que duermen tendidos como una alfombra con el hocico entre las patas.
Esos postillones que hacen chasquear la fusta al arrancar, porque llevan ingleses, pero que apenas han galopado media legua, ya tienen que apearse para sujetar una correa o dejar que respiren los caballos.
Pintorescos coucous, coche pequeño al servicio del publico. Literalmente, cuco.
Remise. Carruaje, vehículos que estacionaban en cocheras y no en la calle, como los de punto. Eran más lujosos y su precio mayor.
Currus venustus. Carro elegante.
Berlina de un agente de cambio.
El acarreo, las postas, las posadas, la carretería, las empresas de coches publicos, industrias que viven a la sombra de la carretera.
La afluencia de coches.
El carro de la suerte.
La cifra se dejaba, según la confianza de los cocheros que os han llevado deprisa, a su generosidad.
La posta corre siempre más que el coche publico.
Procedía cuerdamente, pretendiendo alojar su carro bajo el techo protector de la administración.
Esa rapidez, que sólo la pasión o el negocio imprimen a las ruedas.
La elegante briska, coche ligero de camino.
Carroceros que terminaban de sustituir por los resortes cuadrados de los ingleses los cuellos de cisne y demás viejas invenciones inglesas.
Los ingleses cifran su orgullo con no despegar los labios, el alemán es tristón con su coche y los italianos son harto prudentes para enredarse a hablar, los españoles no tienen ya diligencias y los rusos no tienen caminos. Solo se distrae el viajero con los pesados vehículos franceses.
Diligencias góndolas.
Saltos de pulga uncida a un carro de cartón.
Los patrimonios individuales se expresan admirablemente en Francia por los carruajes de lujo que se prestan a la fiscalización.
En las carreteras ponen a las diligencias nombres asaz fantásticos; dicen la Caillard, la Ducler (el coche de Nemours a París), el Gran Buró. En tiempos de la empresa de Lecomte sus coches se llamaban la Condesa.
La carretela es muy maja y las ruedas son de patente. Dotadas de un dispositivo especial, que impide el desprendimiento de la tuerca que sostiene el huso del eje. Es idea de los ingleses, que han inventado esas ruedas. No se ve nada, todo queda encajado, es bonito, no se engancha, y se ha acabado aquel horrible pico de hierro, que sobresalía del eje.
Lindos cochecitos bajos, llamados caracoles, tapizados de seda gris de lino, con adornos de pasamanería azul.
El postillón se esforzó en recobrar el tiempo perdido.
Charaban. Coche descubierto.
Perdido ensimismamiento que invadía a los acusados a quienes se conducía en una carreta desde el Palacio a la Grève, hacia el cadalso tinto en la sangre vertida desde 1793.
Berlina de un agente de cambio.
Remise. Carruaje, vehículos que estacionaban en cocheras y no en la calle, como los de punto; eran más lujosos y su precio mayor.
Escribir al lado de las figuras, como los pintores primitivos, currus venustus o pulcher homo, carro elegante u hombre hermoso.
Hegel
En el famoso templo de Yaguernaut, en Orissa (golfo de Bengala), donde se reúnen millones de hindúes, se celebra la ceremonia de pasear la imagen de Visnú sobre un carro. Unos quinientos hombres son precisos para poner el carro en movimiento, y muchos se precipitan ante sus ruedas y se dejan aplastar.
Whewell
Las diversiones de la juventud de Newton; la construcción de relojes y molinos, carros y diales.
Haliburton
Un habitante de Devonshire carga su carro lleno como pueda contener y lo más rápido que pueda con un tridente para estiércol y luego se queja de que semejante carga de abono es demasiado pesada.
Un enorme caballo con un carro que no pone al cuello ni por todo el lambistón (golosina) del mundo, pero gira la cabeza como si dijera "Qué cosa pesada es un carro vacío ¿no?"
Engrasar el eje hace que sea más difícil conseguir un carruaje.
Ese caballo eternamente rápido casi prende fuego a mi eje.
Casi nos tiramos del carro al romper uno de esos pequeños puentes de madera que son muy molestos y peligrosos para los viajeros.
Spencer
Los blasones pintados de un carruaje son descendientes directos de las primeras esculturas pintadas de los egipcios.
Pauly-Wissowa
César tuvo menester de un hechizo mientras se sentaba al coche desde que tuvo un accidente.
Pelias, el padre de Alcestis, quería dar la hija solo al que pudiera enganchar al león y al jabalí al carro.
L. Albinius tomó las vestales en su carro cuando los galos se aproximaron y las llevó a Caere.
Los atenienses donan un altar de Demetrios Kataibates al lugar donde Demetrios aparcó su carro la primera vez.
Anfitrión enseñó a Heracles el arte de conducir el carro.
Angaria, los vagones de transporte publico más lentos y pesados tirados por bueyes que formaron el Cursus clabularis , de otro lado el arreo más rápido de caballos y mulas mencionado la primera vez el año 320, Código Teodosiano.
Antheias, epónimo de la ciudad de Antheia de Acaya (más tarde Patrai). Según la leyenda fundacional hijo de Eumelos con quien se une Triptolemo. Cuando está dormido, el niño enjaeza los dragones y sube al carro para sembrar las semillas. Cae y muere, Eumelus y Triptolemo fundan una ciudad como honor suyo.
Antyx, el aro de madera que era el marco del parapeto bajo del carruaje simple o doble de los carros griegos y romanos.
Apéne, el carro de cuatro ruedas con asientos, vagones de viaje y transporte bloqueados atrás (oxos) comparado con el carro de guerra de dos ruedas (arma). El apéne se enjaeza preferentemente con mulas, "tirada de mulas".
El sistema estructural más extenso que requiere el hipódromo para lograr un comienzo uniforme para los caballos y especialmente para las carreras de carros se llama Aphesis.
Arcera, un vagón también para el transporte de personas y que luego se cubría con mantas, cerrado por todos los lados. Frente a plaustrum, carreta.
Arcirma, un carro pequeño con asiento para una persona, lustroso.
Adrastos escapó de la batalla de los siete contra Tebas con la ayuda de un carro de un solo caballo o del caballo Areion.
Ariontia, nombre o epíteto de una diosa adorada de Laconia en cuyo distrito se realizaban carreras de carros. Corresponde a la Afrodita Areia de Esparta.
Arístides, escultor discípulo de Policleto y fabricante de carruajes de cuatro y dos caballos como regalos votivos de las victorias de carros. Mejoró las elaboradas barreras del hipódromo de Olympia.
Sobre la designación del gran oso (la estrella polar) como carro (amaxa, plaustrum, currus, temo) los romanos solían llamarlo Septentrionis, los siete bueyes trilladores que andan en círculos como una era del cielo. Septem también significa triones, similar a arktoi, originalmente las siete estrellas de la constelación de la Osa.
Atymnios en Gortyn, Creta, es adorado como el hermano de Europa. Es un auriga, la manifestación cretense-caria del joven hermoso conductor de carros prematuramente desafortunado conductor del carro del sol, una fiesta de luto de los cretenses gortinianos del sol poniente.
Auriga es el nombre de todo carretero (también femenino, aurigan sororem) si conduce la carreta según un caso específico, o sea su ocupación permanente, sea libre o propietario del vehículo, sea asalariado o esclavo. Los cocheros contratados suelen llevar el nombre del tipo de vagón que conducen, cisiarius, redarius, quartarius. Se asocian con el cucullus, una capucha habitual de los carreteros italianos. Como regla general el auriga lleva las riendas (lora, habenae) con la mano izquierda y el látigo (sutica, flagelo) o bastón (estímulo) con la derecha. O camina con su equipo especialmente cuando los animales de tiro están enganchados o tiene su asiento en el carro. El auriga de los juegos del circo es el agitador.
Automedonte, auriga de Aquiles y Neoptolemo, nombre típico del auriga.
Bastaga. Una instalación para el transporte de materiales fiscales. Bajo Valens, para remediar un menester temporal el poder político colocaba una de cada nueva bestias de carga. La supervisión de los bastagarii se dio a los praepositi, cada uno de los cuales tuvo una calle particular. Según dirigían los transportes de los Fiscus o de la administración del dominio estaban bajo el Comes sacrarum largitionum o bajo el Comes rerum privatarum.
Basterna. Un tipo de silla de manos común de la época romana tardía. Era cerrado y tenía dos palos (amitas) al frente y dos atrás, solía ser transportado con mulas.
Benna, un carro de canasta, una cesta de transporte y también un carruaje que se utilizaba para transportar personas.
Bennius. Zeus o Hermes. Apodo conectado con la palabra tracia benna, carro. Zeus de pie sobre el carro, un estator de Júpiter.
Bigae. Originalmente dos animales de tiro unidos (biiugi). Biga como plural neutro puede denotar cualquier dualidad, un par. La mayoría de las ocasiones es un vehículo tirado con dos animales de tiro y el vagón solo sin los animales. El nombre no se aplica a los carruajes habituales de dos caballos, sino a los equipos utilizados para circos y ascensores. Estos bigae fueron de dos ruedas. Las ruedas suelen ser de cuatro radios y relativamente bajas para los coches de carreras muy ligeros y pequeños con lo que al bajar el centro de gravedad sería difícil que el coche volcara. Con idéntica razón los ejes eran largos como los modernos carruajes de trote. El umbral inferior de la caja estaba sujeto al eje de manera que el peso del carruaje se inclinaba adelante, el yugo descansaba sobre la cruz de los caballos. El parapeto de la caja hecho de mimbre en aras de la ligereza fue delante, pero no llegaba más allá de las rodillas del auriga. A la Luna se le asigna la bigae. Bigarius significa el conductor de los bigae. El epíteto infans indica que los niños pretendieron ser bigarius. Era la regla que uno prestara primero como bigarius antes de transformarse como quadrigarius.
El auriga de Anphiaraos se llamaba Schoinicus porque era delgado como un junco.
Bitón, hijo de la sacerdotisa argiva de Hera, Kydippe, hermano de Kleobis. Heródoto cuenta la leyenda del templo de la madre y sus dos hijos. Cuando la sacerdotisa Kydippe tuvo que ser conducida en un carro al santuario de la diosa para un festival de Hera y los toros de tiro no estaban allí el momento adecuado sus dos hijos se engancharon al carro y lo tiraron 45 estadios hasta el templo. La madre conmovida de su amor infantil rogó a la diosa que concediera a sus hijos lo más hermoso de la vida humana. Entonces los jóvenes cayeron bajo un sueño apacible dentro del templo, del cual nunca despertaron. Los argivos dedicaron las imágenes de los dos hermanos a Delphoi, aunque la leyenda piadosa del templo debe haberse originado en el Heraion de Argos.
La chapa de bronce para los carruajes y herrajes.
Poseidón enseña la doma del caballo; su doble Erichtonios engancha cuatro caballos al carro.
Los caballos pertenecientes a los carros eran conducidos con la cuerda del cabestro (capistrum) con lo que con las riendas y los anillos que lo unen se mencionan en la Tarifa máxima de Diocleciano el capítulo de la talabartería.
Carceres son las plateas del circo romano, los cobertizos bajo los que se alinean los coches de carreras para iniciar la carrera.
Carpentum, un carro de dos ruedas con el que viajaban las mujeres de la ciudad. Es un carruaje de dos ruedas y dos caballos con un techo protector abierto a los lados o cerrado y arqueado a la parte superior.
Carroballista, un cañón de campaña que se conducía en un carro.
Carruca. Un carro de viaje de cuatro ruedas de origen celta de una forma más magnífica que el reda. El bronce e incrustaciones de plata fueron una prerrogativa de la familia soberana permitido a los senadores, se podía configurar para dormir, carruca dormitorio. Como el carpentum y el den honorati también circula en la ciudad. La carruca y el cisio no son similares aunque los dos se aplican a una idéntica disposición.
Carrus, originalmente un nombre galo para camión se menciona con el esseda, camiones usados por los galos como carros. Podía tener cuatro o dos ruedas.
Catabulum de Roma, el lugar central del cursus publicus, una gran oficina de correos con establos situada en la Via Lata, el nombre proviene del hecho de que las mercancías provenientes de Oriente (especies anabolicae) se descargaban aquí para ser vendidas a los bazares de Saepta.
Certamina singularum, binarum, ternarum, quaternarum según el numero de carruajes que cada una de las partidas del circo presenta a cada carrera. Las certamina singularum quadrigarum a las que cada partido proporcionaba un carro eran las más comunes y la victoria obtenida la más honorable. También las certamina binarum, las carreras de ocho carros con cuatro partes eran bastante comunes. El certamen quaternarum, sin embargo, debe haber sido extraordinario porque de las 2.636 victorias inscritas de tres famosos aurigas solo se menciona una.
Chiramaxium, un pequeño carro tirado con humanos. El coche que conduce al favorito de Trimalcio de "El Satiricón" y se utiliza para dar un ejercicio moderado a los enfermos.
Los cimbrios llevaron las mujeres y los niños en carretas. Mientras los hombres iban a la batalla las mujeres y los niños quedaban detrás de los carros y ayudaban a aumentar el ruido del terrible rugido de la batalla golpeando las tapas de cuero de los carros.
Cingula, el cinturón abdominal del tiro de los animales de carga y de montar.
Circus, el hipódromo romano destinado a las carreras de carros. Los romanos al trazar sus hipódromos se inspiraron de los griegos a través de los etruscos. El circo se divide como tres partes, la pista abierta (arena), el área de salida (carceres, oppidum) y el auditorio (gradus, spectacula). Los lugares de reunión más concurridos y brillantes también se utilizó para procesiones ceremoniales, triunfos, asambleas publicas.
Cisio, carro de dos ruedas ligero y rápido utilizado por viajeros sin equipaje pesado; quienquiera que tuviera peso usaba la reda. Similar era el essudum, un carro abierto detrás, mientras que el cisio estaba abierto delante. Los gisiarii, cocheros alquilados.
Clabularis cursus, la sección del correo formada con lentos carros tirados con bueyes (angariae).
El conditor factionis pertenecía al personal administrativo de las sociedades hípicas romanas, debía guardar con llave el material de la carrera como los carruajes, las armas y las provisiones.
Culpa. El cochero que no sabe embridar los caballos es menos responsable de su omisión que de haber emprendido una tarea de la cual es consciente que tenía que hacer, que él no era rival para la tarea.
El cursus clabularis consiste en vagones lentos y pesados cada uno tirado con dos yuntas de bueyes que transportan 1500 libras como máximo legal. El vehículo completo como el animal se llama angaria. Se utiliza inicialmente para el transporte de materiales fiscales; el oro y la plata se promueven con el cursus velox.
Los vehículos postales son 1) redae tirados con ocho mulas el verano y diez el invierno y se les permite llevar hasta 1000 libras. 2) carri, se puede cargar hasta 600 libras. 3) birotae tirados con tres mulas y pueden llevar hasta 200 libras. Si el pasajero no llevaba equipaje en la birota no podían viajar más de dos personas, pero en la reda siete u ocho.
Ainsworth
Ejecutar una pirueta o un paso ante una hilera de carruajes.
Dóciles caballerías que pertenecían a los irritables especímenes de los caballos percherones criados para tirar de un carro.
Un cabriolé es particularmente sencillo de parar.
Corceles sudando como carros de aguadores.
Mejor perecer con honor que arrastrar la vejez tirando de un carro de basura.
El carro del tiempo con su precipitado paso a través de la Tierra.
A las doce de la noche la ciudad está despierta, viva, las calles resuenan con las risas y las ruedas resonantes.
Baudelaire
Me causan pánico los caballos y los carruajes.
Dickens
La silla de posta no admite más que dos.
Las rodadas de los carros.
Hay en Londres algunas viejas posadas, que fueron un tiempo cuarteles generales de célebres diligencias por los días en que dichos carruajes efectuaban sus jornadas según normas mucho más graves y solemnes que aquellas por que se rigen en la actualidad; pero venidas a menos, son no mucho más que paradores y centros consignatarios para los carromatos de la campiña.
Me dejo ir como una carretilla con el eje engrasado.
Cabriolé de blanca caja y encarnadas ruedas.
Los coches, como los cañones, requieren mucho cuidado para ser cargados antes de dispararse.
Sufragar los gastos de un coche.
Un carpintero de carretería, tenía contrato con la Casa de Correos para comprar los coches inutilizados.
Las portezuelas de los coches, los paños de los asientos, los herrajes, la pintura, las linternas, los almohadones y las hopalandas en las cajas de los coches; los mozos guardaban los paquetes en las bolsas; los empleados iban depositando las valijas; regaban los palafreneros las ruedas nuevas; otros mozos se ocupaban en fijar las lanzas en los coches; llegaban pasajeros; se cargaban los portamantas y se enganchaban los caballos.
Un coche del viejo estilo de los que llevaban el correo de Edimburgo a Londres.
Los postillones y los burros son eternos.
La diligencia, una especie de monstruo terrible.
Una calesa con una tumoración, garboso carruaje.
Los coches de alquiler numerados.
El carro de Juggernaut, un enorme carro sobre el que se transporta al ídolo de Krisná en el festival de Ragha latra, en Puri, ciudad al este de la India a orillas del golfo de Bengala y bajo cuyas ruedas se arrojaban -según los relatos de los ingleses- los adoradores de la divinidad, con la persuasión de que alcanzarían la felicidad eterna.
Una juerguista, disoluta y jactanciosa diligencia londinense, despierta de noche y dormida de día, que llevaba una vida diabólica.
Hay un sorprendente numero de personas, que mientras dependan sólo de sus propios zapatos y calcetines, siempre irán cuesta abajo siguiendo el arroyo, solos y calladitos sin hacer demasiado daño a nadie. Pero si das casa y un coche de caballos a uno, la de experiencias de conducción que mostrará.
Los cabriolés pasaban de un lado a otro, con la tarifa tan cuidadosamente oculta entre dos almidonadas cortinas de calicó, como cualquier cuadro misterioso de alguno de los castillos de Mrs. Radcliffe.
Coche de punto caro, para sus criterios económicos.
Coche de partida Inminente.
Postillones con sombreros de hule y blusas.
Cierto derrengado vehículo de color verdoso, forrado de roto y místico calicó.
Collins
Los carros de la impedimenta.
Gógol
Troika, trineo tirado por tres caballos con cascabeles.
Poe
Cuando las torvas tinieblas se extendían sobre la Tierra, temblaba como los trémulos penachos de la carroza fúnebre.
Un camino indiscutiblemente carretero. Las huellas de ruedas ligeras eran evidentes, no había ningún impedimento, ni siquiera para el paso de un carro montañés de Virginia, el vehículo más ambicioso, a mi juicio, en su especie.
Plumas que se ponen a los caballos en las carrozas fúnebres.
Soltar una carretada de mentiras.
Los carros resonaban.
Musset
Citadina. Vehículo parisiense característico de la época.
Postillones que duermen sobre el caballo.
Dos hermosos caballos tordos arrastrando suavemente, a trote corto, un cupé enguatado de seda.
Macarrones. Carruajes de alquiler, pertenecientes a particulares, que no han querido fusionarse con la Compañía Imperial. Son de poca elegancia.
El granjero inglés que cultiva 300 o 350 hectáreas de tierra es una especie de caballero agricultor. Tiene que disponer de un caballo de silla y un coche y tal vez de un capataz para vigilar a sus agricultores.
La mayor parte de los impuestos sobre el gasto son indirectos, pero hay algunos directos, ya que se imponen no al productor o al vendedor de un artículo, sino de forma instantánea al consumidor. Impuestos sobre los caballos y los carruajes.
La mayor parte de los impuestos sobre el gasto son indirectos, pero hay algunos directos, ya que se imponen no al productor o al vendedor de un artículo, sino de forma instantánea al consumidor. Impuestos sobre los caballos y los carruajes.
La Ideología Alemana
Cuando la diligencia y la carreta no satisfacían las exigencias más desarrolladas del comercio cuando, entre otras cosas, la centralización de la producción por la gran industria exigía nuevos recursos para el más rápido y voluminoso transporte de sus masas de productos, se inventó la locomotora y la aplicación del ferrocarril al tráfico en gran escala.
Ch. Brontë
Juggernaut. Uno de los avatares de Vishnu, los adoradores se arrojaban bajo las ruedas del carro, que transportaba su imagen en procesión.
Cuerno de grasa. Cuerno de negro y rancio aceite de ballena, que suele verse colgado de los carros y que se emplea para engrasar las ruedas.
A. Brontë
Chariot. Carruaje ligero de cuatro ruedas, los pasajeros van sentados de cara a los caballos.
Coches, carricoches de un caballo, carros con bancos, de dos ruedas, viejos cabriolés sin capota, jardineras con cortinillas de cuero, carretas.
Encontró un carricoche de ocasión que, una vez provisto de faroles nuevos y de guardabarros de cuero picado, parecía casi un tílburi.
Entre dos columnas giratorias unos arneses de coche y, alineados a lo largo de la pared, frenos, fustas, estribos, barbadas.
Los tiemblos de la carretera.
Melville
Un viejo conductor de diligencias exigente con la comodidad de su pescante.
Carro romano de guerra redondeado.
Un carruaje de ballestas.
Una vieja de tierno corazón usa con cuidado el tronco de su carruaje.
Los más grandes carretones se hicieron para los mayores vientos.
Carros fúnebres.
Broughams, carruajes cerrados, de un solo caballo.
Proudhon
El padre en la familia primitiva y el patriarca en la tribu son a la vez amos de la casa, del carro o de la tienda, herus, dominus.
Cabet
Stamaroli. Coche viajero enganchado a seis caballos, bello, leve y grande, perfecto bajo todos los conceptos que atañen a la protección de los caminantes, ofreciendo infinidad de minuciosas precauciones, para preservar al viajero del frío, especialmente en los pies y garantizarle contra la fatiga y los accidentes.
Staragomi. Coches populares, especie de ómnibus de dos cuerpos, capaz para contener cuarenta personas sentadas de frente sobre ocho bancos de cinco asientos cada banco, con entrada particular por el costado del carruaje. Las ruedas van encajadas en dos carriles de hierro y tiene dos caballos por tiro. Las calles, de dos en dos, tienen ómnibus suficientes para sucederse de dos en dos minutos, de suerte que todos los ciudadanos son conducidos por dondequiera con mayor comodidad, que si cada uno tuviese un coche propio.
Fanatismo creyente de los hindúes, que se hacen chafar poniéndose debajo de las ruedas del carro en el que va la enorme estatua de Jagrenat.
Carro de la Humanidad.
Los caballos de posta para carruajes particulares son suprimidos.
Liermontov
Los cocheros suelen llamar Vaska a su caballo preferido.
Gautier
Los Cascines de Florencia son lo que el Bois de Boulogne de París con la diferencia de que allí todos son amigables y que la glorieta forma un salón al aire libre donde las butacas han sido sustituidas con carruajes parados y alineados semicircularmente.
Una magnífica calesa, un maravilloso producto de la carrocería de Viena creación de Laurenzi, barnizado con un brillo resplandeciente, adornado de un blasón casi real, enganchado a los dos más hermosos caballos que nunca hayan relinchado a lo largo de Hyde Park o de Saint James del Drawing Room de la reina Victoria y conducido a la Daumont de la forma más correcta de un jovencísimo cochero con pantalones de piel blanca y casaca verde; las aplicaciones de cobre de los arreos, los cubos de las ruedas, los picaportes de las portezuelas brillaban como el oro y lanzaban destellos al sol.
Se había dirigido maquinalmente hacia su modesto broughman.
El broughman tapizado de damasco azul oscuro.
Un raso dorado acolchaba su cupé.
El ruido sordo de las ruedas de un coche de la calle.
Las calesas alrededor de los grandes hoteles esperando exclusivamente el capricho de los viajeros.
La tralla del látigo del cochero sabe hacer saltar la ultima chispa de vida escondida de las osamentas de los caballos.
Los rápidos caballos trotadores ingleses.
Un carricolo avanzando con sus grandes ruedas escarlatas.
Pasear por Hyde Park con calesa abierta.
Heine
Nuestro coche rodó todo el día a lo largo de un bosque cuyos oscuros estremecimientos son inolvidables para mí.
Los ingleses son los dioses del aburrimiento, pasan raudos a lo largo de todos los países con coches barnizados de blanco y abandonan atrás una nube gris polvorienta de tristeza.
Un coche suave y caliente.
Turguenieff
Tarantas. Coche de caballos.
Telega. Carruaje muy rápido.
Dostoievski
Coche de punto azul claro. Asiento trasero destinado a los criados.
Kibitka. Coche con caballos.
Auriga de la troika.
Cuadriga. Cuatro caballos ambladores en línea, como leones, llevan freno y arnés.
Stifter
El coche de posta.
Le Roy
Una carreta traqueteando duramente por un camino perdido, en el curso de uno de esos acarreos nocturnos que gustan a los campesinos.
Arnold
Algo equivocado, como sería que un hombre tuviera caballos, coches o cuadros, que no puede permitirse.
Leskov
Troika. Carro tirado por tres caballos.
Telega. Carro usado en el campo ruso para el transporte de mercancías.
Bebel
Se han criticado hasta hace poco los ferrocarriles, por lástima a los pobres carreteros.
Daudet
Carricoches que no circulan hasta después de las doce.
Carreta inglesa.
Grandes omnibuses de campo.
Trollope
Carros madereros.
Turguenieff
Tarantas. Coche de caballos.
Telega. Carruaje muy rápido.
Dostoievski
Coche de punto azul claro. Asiento trasero destinado a los criados.
Carretela de lujo.
Tarantás, carricoche de viaje, cubierto y sin muelles.
OstrovskiKibitka. Coche con caballos.
Auriga de la troika.
Cuadriga. Cuatro caballos ambladores en línea, como leones, llevan freno y arnés.
Stifter
El coche de posta.
Le Roy
Una carreta traqueteando duramente por un camino perdido, en el curso de uno de esos acarreos nocturnos que gustan a los campesinos.
Arnold
Algo equivocado, como sería que un hombre tuviera caballos, coches o cuadros, que no puede permitirse.
Leskov
Troika. Carro tirado por tres caballos.
Telega. Carro usado en el campo ruso para el transporte de mercancías.
Bebel
Se han criticado hasta hace poco los ferrocarriles, por lástima a los pobres carreteros.
Daudet
Carricoches que no circulan hasta después de las doce.
Carreta inglesa.
Grandes omnibuses de campo.
Trollope
Carros madereros.
Carlyle
Un vehículo Longacre de suave suspensión, de cuero pulido.
Los carruajes coronados.
Los taxis de Long-Acre con tigre de calzas blancas.
La ultima salida de todos nosotros es en un carro de fuego del dolor.
Jubón de carretero.
Ruskin
La antigua tarifa de la diligencia y de la carreta.
Tyndall
Debajo del ferry que cruza el río Niágara hay un puente colgante para carruajes y pasajeros a pie.
Boucicault
Un carro de dieciseis pies y una yunta de diez.
Cualquiera puede hacer un carro con un poco de reflexión.
H. James
Apreciaba a la señora como la quinta rueda de su coche.
Me he enganchado al carro, ¿por qué no habría de trotar hasta el final de la pista?
La amplia, ligera y ruidosa calesa.
De Coster
Speel-vagen. Carros de placer, en Flandes y Zelanda.
Zola
Mail-coach, con los dueños arriba, sobre las banquetas, permitiendo en el interior a los criados.
Tandems ligeros, finos, como ruedas de relojería.
Una oleada de coches pasaba con amplio gesto de victoria.
Ponson du Terrail
No lleva dinero ni para tomar un carruaje.
H. James
Apreciaba a la señora como la quinta rueda de su coche.
Me he enganchado al carro, ¿por qué no habría de trotar hasta el final de la pista?
La amplia, ligera y ruidosa calesa.
De Coster
Speel-vagen. Carros de placer, en Flandes y Zelanda.
Zola
Mail-coach, con los dueños arriba, sobre las banquetas, permitiendo en el interior a los criados.
Tandems ligeros, finos, como ruedas de relojería.
Una oleada de coches pasaba con amplio gesto de victoria.
Ponson du Terrail
No lleva dinero ni para tomar un carruaje.
Ya pasaron los tiempos que era menester cuatro largas jornadas de coche para recorrer la distancia de París a Bretaña. Actualmente basta una noche; el ferrocarril se encarga.
El tiempo preciso para mudar de carruaje.
Una vieja galera de dos caballos.
El cristal de la berlina.
Una victoria con dos trotones.
Vehículo, especie de barraca grande.
Macarrones, carruajes de alquiler pertenecientes a particulares que no han querido fusionarse con la Compañía, poca elegancia.
Torrente de la circulación.
Carretela de lujo.
Hardy
El árido y triste carro de Pegaso.
Macarrones, carruajes de alquiler pertenecientes a particulares que no han querido fusionarse con la Compañía, poca elegancia.
Torrente de la circulación.
Carretela de lujo.
Hardy
El árido y triste carro de Pegaso.
Un carro y un caballo de lo más lento.
Un raquítico carro.
Un tílburi flamante primorosamente barnizado y equipado.
Se había vuelto sumamente tímida en punto a las ruedas de los vehículos y el menor vaivén la sobresaltaba.
Corría el animal cuesta abajo con las ruedas zumbando zarandeando el coche de un lado para otro con el eje un poco oblicuo con referencia a la línea de la marcha.
Aquel recto camino semejaba dilatarse con la rápida marcha y las dos laderas iban separándose al paso del vehículo como hendidas con un estilete haciendo el efecto de rozar los costados a los viajeros.
Un tílburi, un coche de dos ruedas.
Un birlocho de alquiler.
Un carro de ballestas.
Las ruedas del carro cuando corría de vuelta del mercado removían la polvorienta superficie de la carretera abandonando atrás las blancas cintas de polvo cual si los viajeros hubieran vertido a su paso un reguero de pólvora inflamada.
Un carruaje cerrado que estaba arrumbado desde los tiempos de las diligencias. Tenía unas ruedas enormes, amplio y panzudo fondo, inmensas ballestas y una lanza como un ariete. El postillón era un venerable <<muchacho de sesenta años". Un descomunal y rechinante armatoste.
Los chirridos del carro.
Encargar un coche por carta.
Predicar desde lo alto de un carro.
La leyenda lúgubre del ruido de un coche imaginario que solo puede oír uno de la sangre de la familia y es señal de que va a ocurrirle una desgracia a causa de un crimen cometido.
Un tráfago estruendoso y alterno, los preliminares del general desplazamiento, el paso de los carromatos vacíos que iban a recoger los ajuares de las familias trashumantes; el vehículo del contratante trasladaba al bracero al lugar donde se había comprometido a trabajar.
Ajustar por su cuenta un carro pagando el transporte hasta del ultimo trasto.
El vehículo iba muy repintado y flamante tirado con tres fogosos caballos cuyos arneses lucían brillantes guarniciones de bronce.
Un carromato, un desvencijado armatoste que casi no soportaba aquella carga excesiva.
Butler
El carro de los condenados.
El coche del corregidor.
Twain
Hay en Inglaterra caballeros opulentos que durante el verano guían las diligencias de cuatro caballos y hacen el recorrido diario de veinte o treinta millas porque les cuesta mucho dinero. Pero si se les ofreciera un salario por su tarea eso la transformaría como actividad y entonces dimitirían.
Butler
El carro de los condenados.
El coche del corregidor.
Twain
Hay en Inglaterra caballeros opulentos que durante el verano guían las diligencias de cuatro caballos y hacen el recorrido diario de veinte o treinta millas porque les cuesta mucho dinero. Pero si se les ofreciera un salario por su tarea eso la transformaría como actividad y entonces dimitirían.
Bellamy
Comparar la sociedad como era entonces con un prodigioso carruaje al que fueron enganchadas las masas de la humanidad y arrastradas laboriosamente a lo largo de un camino muy accidentado y arenoso. Los asientos de la parte superior eran muy ventilados y cómodos. Estos lugares tenían una gran demanda. Los asientos eran inseguros y las personas caían al suelo donde se veían obligados a agarrar la cuerda y ayudar a arrastrar el carruaje. El temor a perder el asiento era una nube sobre la felicidad de quienes viajaban. La conmiseración era frecuentemente expresada. Se creía que no había otra manera de que la sociedad pudiera actuar excepto que muchos tiraran de la cuerda y muy pocos cabalgaran y ni siquiera era posible una reforma radical sea en el arnés, el coche, la calzada o la distribución de la actividad. Y los que estaban a lo alto generalmente compartían una singular alucinación de que no eran exactamente iguales a sus hermanos y hermanas sino de arcilla más fina. El efecto del engaño era moderar el sentimiento de compañerismo de los sufrimientos de la masa de hombres hasta una piedad distante y filosófica.
Korolenko
Amiguito. En Siberia, cocheros que trabajan por cuenta propia.
Lee
¿Cuáles son las sensaciones de un caballo de carreras retirado para tirar de un carruaje?
Un coche de alquiler, un carruaje color celeste de los años veinte, con capota y paneles esmaltados.
Pequeña berlina a la moda de los clérigos de Lombardía.
Carro de verduras para la feria.
Stevenson
El retumbar de los carros.
Un hansom con un caballo trotador.
Rimbaud
Espero que el dramático verano
me ate a la fortuna de su carro.
Wilde
El sol en su carro de oro y la luna en su carro de perlas.
El enorme Apis saltó de su carro para arrojar las gruesas flores del nenúfar, que tenía el aroma y el color de la miel.
Un ómnibus cruza como una mariposa amarilla a lo largo del puente, y aquí y allí un transeúnte parece una mosca inquieta.
Korolenko
Amiguito. En Siberia, cocheros que trabajan por cuenta propia.
Lee
¿Cuáles son las sensaciones de un caballo de carreras retirado para tirar de un carruaje?
Un coche de alquiler, un carruaje color celeste de los años veinte, con capota y paneles esmaltados.
Pequeña berlina a la moda de los clérigos de Lombardía.
Carro de verduras para la feria.
Stevenson
El retumbar de los carros.
Un hansom con un caballo trotador.
Rimbaud
Espero que el dramático verano
me ate a la fortuna de su carro.
Wilde
El sol en su carro de oro y la luna en su carro de perlas.
El enorme Apis saltó de su carro para arrojar las gruesas flores del nenúfar, que tenía el aroma y el color de la miel.
Un ómnibus cruza como una mariposa amarilla a lo largo del puente, y aquí y allí un transeúnte parece una mosca inquieta.
Chandler Harris
No me atosigues: no pongas el carro delante del caballo.
Conduciendo un carro lleno de dinero que sacó mareando la perdiz y comprando y vendiendo aquí y allá. Tenía lo que a mucha gente le falta; buena suerte, mente abierta, ojo rápido y mano ágil. Lo importante no es de dónde venga el dinero sino que uno lo tenga en la mano.
Esa gente a la que no le importa en qué dirección vayan si van montados en un carro.
Gould
Historia de Ceres, volando hacia el cielo en una carroza tirada por dos dragones, que prestó a Triptolemo, para que pudiera viajar por la tierra y distribuir maíz a sus habitantes.
Medea volando desde Jasón, en una carroza tirada por dragones alados.
Rousselet
Hag-ghary. Coche de fuego.
Yeats
Calesa, coche descapotable.
Gould
Historia de Ceres, volando hacia el cielo en una carroza tirada por dos dragones, que prestó a Triptolemo, para que pudiera viajar por la tierra y distribuir maíz a sus habitantes.
Medea volando desde Jasón, en una carroza tirada por dragones alados.
Rousselet
Hag-ghary. Coche de fuego.
Yeats
Calesa, coche descapotable.
La rueda del carro de la belleza cruel y la sabiduría charlatana.
Moore
Un gran carruaje familiar tirado de dos robustos caballos.
Mis estudios y mis placeres seguían un ritmo con gran curiosidad caminando como dos caballos de tiro entrenados.
Las cabalgadas polvorientas.
Tus espantosas prisas eran como una especie de caballo de tiro amarrado.
Cabriolés que hacen de taxi.
La piel de lobo que usaban para el carro.
Un carruaje deportivo tirado de cuatro caballos.
El ajetreo del tráfico.
Descargar un carro de heno.
Las camionetas, los carros y demás disparatados vehículos.
El cabriolé, un vehículo de cuatro ruedas hace mucho ruido especialmente cuando las ventanas están subidas.
Apilar hierbajos sobre la carreta.
Lubbock
Los carros cargados de heno tibio o de doradas gavillas de trigo o arrastran el arado de madera a lo largo de las laderas de los Down como mil años atrás.
Kipling
Daks. Coches de dos caballos.
Ruth. Carro familiar tirado por bueyes.
Conan Doyle
Una diligencia vieja de comienzos de siglo.
El chis-chas de las bridas.
Kropotkin
Cuando un coche de alquiler llevó a Luis Felipe fuera de Francia, París perdió el interés en el ex rey.
Los tranvías introducen el billete de abono mensual o anual, sin tener en cuenta el numero de viajes.
El carro de la humanidad.
Leskov
Troika. Carro tirado por tres caballos.
Telega. Carro usado en el campo ruso para el transporte de mercancías.
Garin
Yamschiks. Cochero de la troika.
Weber
La auri sacra fames del cochero o barcajuolo napolitano.
France
Los boyeros, a quienes una divinidad privó de la razón.
Aquilón, coche.
Fontane
Vehículos alargados sobre ruedas bajas, que los habitantes de la capital llaman <<carreta>>. En la parte de atrás los dos maderos que prestaban ayuda para descargar, erguidos en ángulo recto como estaba prescrito; delante, el cochero con barba y delantal de cuero.
Cabriolé de altas ruedas.
Carruaje familiar gig de dos ruedas, con altísimo asiento.
Florencia posee las Cascine, avenidas de las que están muy orgullosos los florentinos, y se ven allí carruajes de seis, doce y hasta veinticuatro caballos.
Stoker
Cuando, en 1576, el rey Sebastián de Portugal viajó a España para visitar a Felipe II en Guadalupe y pedir la mano en matrimonio de la infanta Isabel, y se arrodilló ante su anfitrión, el rey, ya mayor, le besó y se dirigió a él llamándole <<su majestad>>; aquella fue la primera ocasión en que ese gran título se empleaba para un rey de Portugal. Sin embargo, su naturaleza orgullosa salió a relucir en las postrimerías de aquellas jornadas, pues reclamó los derechos que gozaba el rey de España. Los dos reyes se negaban a subir al carruaje en el que debían viajar, hasta que el anfitrión propuso que podían entrar a un tiempo, habida cuenta de que el carruaje tenía dos puertas.
En Alemania, Cagliostro siempre se desplazaba en un carruaje de cuatro caballos con un ayuda y varios caballerizos vestidos con imponentes atavíos.
Antes de que se creara la red de ferrocarriles, los carros que transportaban mercancías entre Londres y el norte del país (especialmente el condado de Yorkshire, que fue uno de los primeros donde se abrieron fábricas y dominaba ya la mayor parte del comercio de la lana), pasaban por Camden Town.
Un enorme carruaje de mudanzas.
El fluir de carros, carretas y carretones con su acompañamiento escabroso de palabras malsonantes.
Bergson
Ruleta, la curva que describe un punto de la circunferencia de una rueda cuando el carruaje avanza. Dicho punto gira como la rueda, pero también avanza como el carruaje.
Chopin
Rockaway. Carruaje de cuatro ruedas, de techo alto y abierto por los lados, que recibe su nombre del lugar donde se fabricaba, Rockaway, Nueva Jersey.
Un landó de dos plazas.
Impecable carruaje victoria.
Grahame
Un carro de gitanos recién pintado de amarillo canario con adornos verdes y ruedas rojas.
El carro volcado como una ruina irremediable.
Daks. Coches de dos caballos.
Ruth. Carro familiar tirado por bueyes.
Conan Doyle
Una diligencia vieja de comienzos de siglo.
El chis-chas de las bridas.
Kropotkin
Cuando un coche de alquiler llevó a Luis Felipe fuera de Francia, París perdió el interés en el ex rey.
Los tranvías introducen el billete de abono mensual o anual, sin tener en cuenta el numero de viajes.
El carro de la humanidad.
Leskov
Troika. Carro tirado por tres caballos.
Telega. Carro usado en el campo ruso para el transporte de mercancías.
Garin
Yamschiks. Cochero de la troika.
Weber
La auri sacra fames del cochero o barcajuolo napolitano.
France
Los boyeros, a quienes una divinidad privó de la razón.
Aquilón, coche.
Fontane
Vehículos alargados sobre ruedas bajas, que los habitantes de la capital llaman <<carreta>>. En la parte de atrás los dos maderos que prestaban ayuda para descargar, erguidos en ángulo recto como estaba prescrito; delante, el cochero con barba y delantal de cuero.
Cabriolé de altas ruedas.
Carruaje familiar gig de dos ruedas, con altísimo asiento.
Florencia posee las Cascine, avenidas de las que están muy orgullosos los florentinos, y se ven allí carruajes de seis, doce y hasta veinticuatro caballos.
Stoker
Cuando, en 1576, el rey Sebastián de Portugal viajó a España para visitar a Felipe II en Guadalupe y pedir la mano en matrimonio de la infanta Isabel, y se arrodilló ante su anfitrión, el rey, ya mayor, le besó y se dirigió a él llamándole <<su majestad>>; aquella fue la primera ocasión en que ese gran título se empleaba para un rey de Portugal. Sin embargo, su naturaleza orgullosa salió a relucir en las postrimerías de aquellas jornadas, pues reclamó los derechos que gozaba el rey de España. Los dos reyes se negaban a subir al carruaje en el que debían viajar, hasta que el anfitrión propuso que podían entrar a un tiempo, habida cuenta de que el carruaje tenía dos puertas.
En Alemania, Cagliostro siempre se desplazaba en un carruaje de cuatro caballos con un ayuda y varios caballerizos vestidos con imponentes atavíos.
Antes de que se creara la red de ferrocarriles, los carros que transportaban mercancías entre Londres y el norte del país (especialmente el condado de Yorkshire, que fue uno de los primeros donde se abrieron fábricas y dominaba ya la mayor parte del comercio de la lana), pasaban por Camden Town.
Un enorme carruaje de mudanzas.
El fluir de carros, carretas y carretones con su acompañamiento escabroso de palabras malsonantes.
Bergson
Ruleta, la curva que describe un punto de la circunferencia de una rueda cuando el carruaje avanza. Dicho punto gira como la rueda, pero también avanza como el carruaje.
Chopin
Rockaway. Carruaje de cuatro ruedas, de techo alto y abierto por los lados, que recibe su nombre del lugar donde se fabricaba, Rockaway, Nueva Jersey.
Un landó de dos plazas.
Impecable carruaje victoria.
Grahame
Un carro de gitanos recién pintado de amarillo canario con adornos verdes y ruedas rojas.
El carro volcado como una ruina irremediable.
Chejov
Una alegre troika cascabeleante.
Un fiacre publico de dos caballos.
La cara ancha, colorada con expresión de cochero.
Dientes blancos, sólidos de un cochero.
Una pequeña berlina traqueteante.
Reparar carros.
Un carretón bajo.
Conducir un cabriolet.
Las expresiones y los gritos de los cocheros.
Los queridos simones húmedos.
Una calesa tirada de tres caballos.
Un carro de heno.
Seguían una carretera trazada a lo largo de una pared de rocas cortadas a pico y tenían la sensación de que pasaban a galope sobre una plancha fijada a un muro elevado y que los carruajes iban a rodar abajo al precipicio.
Con las sombras rápidamente caídas de la tarde los caballos se fundieron con los coches.
El vehículo pasó con un mugir de ruedas sobre la arena húmeda.
Iba a pie o en coche de punto a hacer mandados.
Había comenzado el deshielo y los cocheros utilizaban de nuevo sus coches.
La capota del cabriolé.
Una diligencia de posta.
Un cabriolé tirado de un caballo negro.
Enganchar el cabriolé para mostrar algún nuevo caballo.
Resonaban los cascabeles de los coches de dos o tres caballos.
Subió al coche de un salto y una vez sentado enderezó el cuerpo con una actitud gallarda, pues se creía guapo.
Pasar a gran velocidad, con gran estrépito de ruedas un carruaje abarrotado.
Los carros rechinaban.
Compra un cabriolé para no ir a pie.
Un cabriolé, un coche sin muelles, una simple carreta, uno de esos vehículos antediluvianos que solo poseen los viajantes de comercio, los negociantes de ganado y los popes pobres. Traqueteaba y chirriaba, era vetusto y listo para la demolición.
Un flamante sombrero de postillón adornado con una pluma de pavo real.
Una carreta de gavillas.
Ando a galope como Faraón sobre su carro.
Una calesa nueva, lujosa tirada de dos caballos negros. Al pescante iba un cochero de librea con un largo látigo a la mano.
El convoy de las carretas al llevar grandes balas de lana semejaban muy altas y voluminosas, mientras que los caballos daban la impresión de ser pequeños y de patas cortas.
Era cochero de una excelente familia y era visto como el mejor conductor de caballos del distrito.
Después de almorzar todos se tendieron a la sombra de los carros.
El cansino andar de la carreta le había fatigado.
Viajar con una caravana o con carretas de bueyes, se anda sin parar, la estepa sigue siendo ilimitada, no se ve el fin.
Solo se permitía la debilidad de tomar un coche las circunstancias excepcionales y las grandes fiestas.
Los rasgos característicos del caballo de tiro, los que le distinguen del ser humano de talento son un horizonte limitado y estrechamente restringido a la especialidad y una ingenuidad de niño.
Una caballería con arnés de cuerda.
Sus oídos tintineaban como las campanillas de una troika rusa.
Un elegante carruaje de cuatro plazas.
Una rica calesa deslumbrante con los caballos blancos deslumbrantes como cisnes.
Un caballito tiraba del tilbury.
La librea de un cochero de talle alto con los corchetes de las presillas sustituyendo los botones.
Una carreta cargada de leña seca.
Los cocheros animaban sus bestias con la voz.
Un ligero cabriolet tirado de un caballo.
Hermosos trineos arrastrados de magníficos caballos de vivísimo trote.
Se encargaba de los corretajes cuando alguien quería vender una finca, un caballo o un coche de ocasión se dirigía a él.
Anda con coche como si quisiera provocar.
Regatear cuando tiene menester de alquilar un coche.
Recorrer la primavera una buena carretera con un confortable coche era un verdadero placer.
Mandó enganchar un cabriolé y se fue a la aventura.
Emprendía alguna tarea inútil como sacar el cabriolé de la cochera y examinarlo por los cuatro costados.
Agamenón sobre la carroza triunfal.
Isvoschik. Los cocheros de los coches de alquiler.
Lagerlöf
Carretelas, carros, galeras, cabriolés y carretones cuya caja descansa sobre armazones de madera.
Trineos de carreras con los respaldos y los asientos rellenos de crin de caballo.
Era un carro de movimiento automático que subía y bajaba por las colinas variando la velocidad y que podía ser guiado, frenado y puesto a marchar según la voluntad de su poseedor. Era un coche admirable.
Dujardin
Carros y caballos orgullosos.
Afuera el rodar de un carro.
La calle una luz pálida y rojiza y el coche una masa negra obstruyendo la luz.
El frío de un carruaje abierto.
En las calles el carro en movimiento.
Los caminos confusos indistintos de los horizontes, la vibración de nuestro caminar onírico y bajo el murmullo armónico de las ruedas en las calles el vaivén del carro feliz.
El coche rueda bruscamente sobre los adoquines.
A lo largo de las masas de los árboles navega el carro y la apariencia gris del viejo cochero de lomo encorvado se eleva alto.
Una palmada del látigo al aire; el coche rueda ruidosamente sobre los adoquines.
Coches que aceleran y reducen la velocidad.
Sienkiewicz
Tabor. Convoy de carros.
Norris
Poner al caballo entre las varas de la carreta y proceder a engancharlo.
La gamarra patentada para caballos de tiro.
Chambers
Una carretilla llena de junquillos amarillos, pálidas violetas de la Riviera, oscuras violetas rusas y blancos jacintos romanos entre una dorada nube de flores de mimosa.
Shaw
En inglés hay una locución corriente, to upset the apple cart, volcar el carro de las manzanas, que significa <<hacer que se venga abajo el tinglado>>, algunas ocasiones <<tirar de la manta>> y en caló "chivarse".
Sienkiewicz
Tabor. Convoy de carros.
Norris
Poner al caballo entre las varas de la carreta y proceder a engancharlo.
La gamarra patentada para caballos de tiro.
Chambers
Una carretilla llena de junquillos amarillos, pálidas violetas de la Riviera, oscuras violetas rusas y blancos jacintos romanos entre una dorada nube de flores de mimosa.
Shaw
En inglés hay una locución corriente, to upset the apple cart, volcar el carro de las manzanas, que significa <<hacer que se venga abajo el tinglado>>, algunas ocasiones <<tirar de la manta>> y en caló "chivarse".
Gissing
El traqueteo del carro del pastor.
El balanceo de un cabriolé o el rodar de una calesa.
Poder permitirse tener una calesa.
El traqueteo de los coches.
El tráfico de la calle enviaba sus ruidos confusos.
Proust
Carreta inglesa. Carruaje ligero de dos o cuatro plazas y dos ruedas, tirado por un caballo.
Hansom. Cabriolé con pescante trasero, inglés.
Victoria. Carruaje de dos asientos, abierto y con capota.
Joyce
El perito constructor de ruedas ajusta al cubo de su rueda los equidistantes radios cada uno de los cuales es hermano del otro y los sujeta a todos con un cerco exterior y da de esta manera celeridad a los pies de los hombres.
Los hoi polloi de cocheros y estibadores.
Un carro cockney de alquiler con su cuota de jacas de Hardmuth.
El irlandés carro cantaría.
Su convoy rodaba circularmente en calesín rodeando el gigantesco árbol de la vida.
Descajetado en farras como carroza en llamas.
La fruta debajo de algún carro maltrecho.
Un coche de paseo.
Un carro elegante.
Bienvenidas estofadas cartas relevantes para ser carropostadas.
Las desnudas sugerencias de algunos carreteros.
Altos tílburis.
Rolland
Adoptaba un aire grave y desenfadado como quien está acostumbrado a ir en carricoche.
A lo lejos resonaban por la carretera las ruedas de una carreta.
Como el artista era muy indolente iba y volvía con el carruaje del príncipe.
Jurar colérico como un carretero.
Los pesados carros hacían vibrar las paredes.
Los embriagadores efluvios de una carreta cargada de fresas.
Sonaron a lo lejos las ruedas del carro haciendo vibrar los cristales de las ventanas, se extinguió su ruido.
H. G. Wells
Sueño yendo con el coche. Se borran las ideas.
Cochero. Automedonte.
Simones de ojo de águila.
Izvoshtchiks vestidos de azul. Cocheros.
Un carro-cuba de los usados para los extensos jardines, provisión de agua.
Charabán. Coche cubierto con dos o más filas de asientos.
Los asientos colgados de un tilbury irlandés.
Mantoux
Carretera transversal, que conducía de Carlisle a Newcastle, bordeando el pie de la muralla elevada frente los pictos, por Adriano.
Bajo Carlos II, se votó el primer turnpike act, leyes que establecían en ciertas carreteras derechos de peaje, producto consagrado a construcciones de mejora, bajo control de comisiones nombradas por los jueces de paz de los condados, surveyors y commissioners of turnpike.
Leblanc
Fiacre. Coche de alquiler, una especie de simón.
Luxemburg
En Norteamérica, los carros se hacían en la granja en uno o dos años. El material se hallaba en las cercanías; la madera en construcción a emplear, se determinaba exactamente con el vecino; había de ser suministrada en un tiempo fijo y después puesta a secar, durante un periodo determinado, de manera que, al terminar el carro, las dos partes sabían de dónde procedía cada trozo de madera y cuánto había sido secada.
El taller vecino, donde se construían carros, ha tenido que dejar el puesto a los enormes talleres de la ciudad, donde se hacen cien o doscientos carros por semana.
Woolf
Viejo coche de tablas.
El pesado carro puede que avance oscilando por la carretera con barreras de peaje.
Se inclinaba hacia adelante con verosímil vacilación, como un caballo viejo que se halla libre de las varas del carro del que suele tirar.
Un carruaje de muelles.
Victorias negros circulan entre pomposas columnas con escudos de yeso pegados.
Dominante como una Victoria preparada para saltar al aire y echar a volar.
Los caballos de tiro que cruzan el London Bridge se ven de color gris, fresa y hierro.
Blavatsky
Yâna. Vehículo. Mahâyâna, el Gran Vehículo. Hînayâna, Vehículo Menor, escuelas del Buddhismo.
Mansfield
Maneja el trineo con endiablada elegancia.
Los coches de alquiler eran como góndolas que se deslizaran arriba y abajo, y sus luces, rielando fantasmagóricas -lenguas de fuego que lamían la calle mojada-, mágicos peces que nadaran en el Gran Canal.
Conrad
Gharry. Especie de cajón con ruedas del que tiraba un caballejo indio.
Walser
Hay también carruajes, que recuerdan torres panorámicas ambulantes.
Y el sueño, aparentemente por complacerme, empezó entonces a rodar como un carruaje.
(Jakob von Gunten)
Kafka
Carros de trigo.
Sueño yendo con el coche. Se borran las ideas.
Cochero. Automedonte.
Simones de ojo de águila.
Izvoshtchiks vestidos de azul. Cocheros.
Un carro-cuba de los usados para los extensos jardines, provisión de agua.
Charabán. Coche cubierto con dos o más filas de asientos.
Los asientos colgados de un tilbury irlandés.
Mantoux
Carretera transversal, que conducía de Carlisle a Newcastle, bordeando el pie de la muralla elevada frente los pictos, por Adriano.
Bajo Carlos II, se votó el primer turnpike act, leyes que establecían en ciertas carreteras derechos de peaje, producto consagrado a construcciones de mejora, bajo control de comisiones nombradas por los jueces de paz de los condados, surveyors y commissioners of turnpike.
Leblanc
Fiacre. Coche de alquiler, una especie de simón.
Luxemburg
En Norteamérica, los carros se hacían en la granja en uno o dos años. El material se hallaba en las cercanías; la madera en construcción a emplear, se determinaba exactamente con el vecino; había de ser suministrada en un tiempo fijo y después puesta a secar, durante un periodo determinado, de manera que, al terminar el carro, las dos partes sabían de dónde procedía cada trozo de madera y cuánto había sido secada.
El taller vecino, donde se construían carros, ha tenido que dejar el puesto a los enormes talleres de la ciudad, donde se hacen cien o doscientos carros por semana.
Woolf
Viejo coche de tablas.
El pesado carro puede que avance oscilando por la carretera con barreras de peaje.
Se inclinaba hacia adelante con verosímil vacilación, como un caballo viejo que se halla libre de las varas del carro del que suele tirar.
Un carruaje de muelles.
Victorias negros circulan entre pomposas columnas con escudos de yeso pegados.
Dominante como una Victoria preparada para saltar al aire y echar a volar.
Los caballos de tiro que cruzan el London Bridge se ven de color gris, fresa y hierro.
Blavatsky
Yâna. Vehículo. Mahâyâna, el Gran Vehículo. Hînayâna, Vehículo Menor, escuelas del Buddhismo.
Mansfield
Maneja el trineo con endiablada elegancia.
Los coches de alquiler eran como góndolas que se deslizaran arriba y abajo, y sus luces, rielando fantasmagóricas -lenguas de fuego que lamían la calle mojada-, mágicos peces que nadaran en el Gran Canal.
Conrad
Gharry. Especie de cajón con ruedas del que tiraba un caballejo indio.
Walser
Hay también carruajes, que recuerdan torres panorámicas ambulantes.
Y el sueño, aparentemente por complacerme, empezó entonces a rodar como un carruaje.
(Jakob von Gunten)
Kafka
Carros de trigo.
Richardson
Una carreta alta y ancha con toldo.
De la Mare
El carrito de institutriz alquilado para los picnic.
El rugido del carro alado del Tiempo.
Heidenstam
Una gran diligencia que por los vidrios de sus ventanillas levantados y los asientos de la baca indicaban su procedencia de un taller europeo.
La constelación de la Osa Mayor como un carro volcado.
Una carroza parisina finamente barnizada de laca.
El ruido rechinante de un carro cargado de hierros.
Musil
Los suprimidos omnibuses de caballos con su histórico tiro de tres caballerías.
Musil
Los suprimidos omnibuses de caballos con su histórico tiro de tres caballerías.
Owen
Mucha sangre había obstruido las ruedas de sus carros.
A. Huxley
Los establos de las caballerizas de tiro.
Un calesín tirado con los tranquilos y añosos shetlands.
Un carretero provinciano ruidoso y rústico.
Retumbar los carros de Termidor.
Si quieres viajar con un carro de mudanzas allá tu.
No tenía nada de vergonzoso haber sido atropellado por un carro.
Arrastrado a nuevas dignidades sobre un carro de gloria.
El coche dispuesto a propósito para llevarle a su prisión.
Hacer desfilar a uno por la vida con una carretilla llena de tripas.
Una calle de Londres llena de coches de caballos, sombreros de copa y faldas recogidas.
Un carro de caballos de equipajes.
Coches rococós esculpidos como tortas de boda o calesitas.
Heard
La carroza de Mercurio.
Mieli
Carretilla con una sola rueda de Agricola y de Pascal.
Carro movido con un cabrestante de Haupt.
Gramsci
Moscas de cochera.
Wassermann
Cochero alsaciano.
Karlfeldt
Flora con sus himnos murmurados
extiende perfumes desde su carro.
Marshall
Las horas pasaban arrastrándose como un carro sin ruedas.
Savinio
Amplio como una berlina de gala, el landó con las portezuelas bajas, las manijas brillantes, la madera reluciente, las ruedas amarillas fileteadas de negro, iba tirado por dos alazanes de enormes ancas, crines ensortijadas y emparamentadas con jaeces y cascabeles. El cochero del magnífico carruaje se sentaba en el pescante con librea color verde botella y botones dorados, chistera con escarapela y látigo con una cinta anudada en la punta.
Precedida por un zumbido de oro, por la arcana voz del milagro, la Carroza del Mañana, el faetón truncado avanza silenciosamente. Es negro, brillante, descuella entre sus ruedas. El fogonero ocupa el asiento delantero. Gobierna el timón con las manos enguantadas.
Mieli
Carretilla con una sola rueda de Agricola y de Pascal.
Carro movido con un cabrestante de Haupt.
Gramsci
Moscas de cochera.
Wassermann
Cochero alsaciano.
Karlfeldt
Flora con sus himnos murmurados
extiende perfumes desde su carro.
Marshall
Las horas pasaban arrastrándose como un carro sin ruedas.
Savinio
Amplio como una berlina de gala, el landó con las portezuelas bajas, las manijas brillantes, la madera reluciente, las ruedas amarillas fileteadas de negro, iba tirado por dos alazanes de enormes ancas, crines ensortijadas y emparamentadas con jaeces y cascabeles. El cochero del magnífico carruaje se sentaba en el pescante con librea color verde botella y botones dorados, chistera con escarapela y látigo con una cinta anudada en la punta.
Precedida por un zumbido de oro, por la arcana voz del milagro, la Carroza del Mañana, el faetón truncado avanza silenciosamente. Es negro, brillante, descuella entre sus ruedas. El fogonero ocupa el asiento delantero. Gobierna el timón con las manos enguantadas.
Morand
Las carretelas amarillas y negras, las berlinas y los cabriolés.
Dueño de un break guiando cuatro caballos.
Shólojov
La cuna chirrió como una carreta mal engrasada.
El convoy de carros entoldados con lonas blancas.
Los furgones seguían rodando fragorosamente.
El coche avanzaba penosamente en el barro.
Un vehículo vienés.
El ángulo izquierdo de la cochera se había desplomado y era menester fijarle dos sólidos puntales y recubrirlos con juncos.
Voz monótona como el chirrido de una carreta.
Coche, el viejo trotador gris.
Asomaba en el cielo, al lado de la Vía Láctea, la constelación de la Osa Mayor, que semejaba un carro volcado con las varas hacia arriba.
La carreta volaba feroz, los radios de las ruedas se confundían con las vueltas vertiginosas.
Droska, un vehículo con un estrecho eje, en el que se está sentado a horcajadas.
Las tejavanas de las cocheras.
Tarantass. Vehículo ligero para transitar por el campo.
Recalentado, el polvo se levantó de la carretera en nubes grises, girando y posándose en los tallos de las mieses y de las hierbas.
Una pintada carreta tauriciana.
Detrás de los carros y carretas se arrastraba el polvo en largos surcos grises.
Tarantass de ballestas.
La traqueteante carreta.
Una carreta aldeana.
No era raro encontrar carretas de dos caballos, cuyo cargamento estaba tapado con lonas o arpillera, y cuidadosamente atado.
Traqueteaban cadenciosamente ruedas con llantas de hierro.
Engrasar las ruedas del carro.
Una carreta con un adral recién puesto.
Era una carreta vieja de ruedas rechinantes. La forrajera estaba hecha pedazos, mísero vehículo.
Bábel
Bindiuzhniki, carreteros en Odesa.
Ludwig
Lanzar juramentos de carretero.
Mauss
Los primeros medios de transporte sobre tierra han sido del tipo de la carretilla: dos pértigas arrastradas cuyas extremidades superiores se juntan, apoyándose la carga en el centro de gravedad. Bajo el nombre de travoy (del antiguo francés travois), la carretilla existe también en América del Norte.
La carreta, que supone el conocimiento de la rueda, es muy vieja en Asia. En la carreta china, la rueda está situada en el interior del recipiente para la carga. La teoría de Mason y Powell sobre el origen del carro es muy verosímil: supone una carretilla, arrastrada por dos caballos, a la que se añade una rueda en el centro de gravedad. Los indios de América conocen el disco y, por otra parte, la carretilla sin rueda, pero jamás pusieron un travois sobre ruedas. Puede suponerse que, a su llegada a América, conocían el eje y la rueda por separado, pero no la idea de acoplar ambos elementos.
El empleo de animales en vehículos de tracción -animales de silla, de carga y de tiro- ha modificado enormemente las condiciones del transporte.
Zweig
Carros con adrales. Bastidor a manera de baranda.
Bloch
Carruca significaba, en principio, coche pequeño.
Toynbee
El viejo camino premecánico está lleno de vehículos: carretillas, carros, carretas, con una diligencia como el chef d´oeuvre de la tracción animal. Como el camino está muy concurrido, ocurre cierta cantidad de colisiones, pero a nadie importa. Estas colisiones no pueden ser graves, porque el tránsito es lento y la fuerza impulsora débil. El problema del tránsito en este camino es simplemente el de lograr cumplir la jornada. Consiguientemente, no hay ningún género de reglamentaciones del tránsito.
Se admite que el movimiento de la rueda se repite con respecto a su eje, pero la rueda se ha hecho y se ha adecuado a su eje con el fin de dar movimiento a un vehículo del cual la rueda es meramente una parte, y el hecho de que el vehículo, que es la raison d´être de la rueda, sólo se pueda mover en virtud del movimiento circular de esta alrededor de su eje, no obliga al vehículo a moverse, igual que un tíovivo, de un modo circular.
Los caminos sucios y polvorientos que recorrían coches tirados por seis caballos.
La regularidad de un movimiento reiterado, de una rueda que gira alrededor de su eje.
Giraudoux
Rechinan los tranvías.
Se empeñaba en seguirnos, con la amistad que unía antaño dos corbetas, dos diligencias.
Enganchados al carro de Baco, tigres, elefantes.
Febvre
La rueda es instrumento emblemático del culto solar, con el caballo, el carro y el disco, del culto que rinden al sol los hombres a los que vivifica, da alegría, salud y rescate.
Hubo ruedas mágicas antes que ruedas motoras.
Braudel
Grandes carros alemanes, carretoni, los cuales van a buscar, después de la vendimia, el vino nuevo de Venecia y el de Istria.
Carrozas a partir de los ultimos años del siglo XVI.
Para el mundo mediterráneo los carruajes no dan consecuencias.
Fallada
Cocheros de grandes casas, con sus patillas, llevaban hannoverianos caballos de tiro, pues en 1914 había mucha gente que seguía creyendo que el automóvil no era verdaderamente distinguido y seguían adictos a sus coches.
El cochero, en su lugar de espera, pertenece a la ciudad de Berlín igual que las columnas de anuncio y los faroles de gas.
Es un cochero de punto y está habituado al clap-clap regular del taxímetro, habituado a la meta a que hay que llegar, a la espera en los lugares de paro y al lento parloteo con otros cocheros y chóferes.
Bataille
Charrette alude a la carreta que llevaba a los condenados a la guillotina durante la Revolución Francesa.
J. Green
Una reina desde el fondo de su carretela.
Faulkner
Pasó el carro a regular velocidad.
El rumor del carro.
Hemingway
Hablaba con lentitud, claridad y desdén y le injuriaba de una forma regular como si estuviera arrojando estiércol sobre un campo descargándolo de un carro.
Arendt
La pura esfera de la investigación de la realidad representada por la cabalística del Merkabah, carro o carroza, referencia al carro místico que la imaginería de la Cabala judaica transporta el trono.
Frisch
El buey pertenece a la carreta.
Maurois
Hansom cabs, tranvías y ómnibus arrastrados por caballos.
Russell
Cuando David transportaba el arca en una carreta, esta dio una sacudida sobre un terreno desigual y Uzzah, que era el custodio, creyendo que iba a caer, extendió la mano para sujetarla. Por esta impiedad, a pesar de su loable motivo, cayó fulminado (Samuel, II).
Savinio
Una victoria muy bonita con capota y un caballo finamente enjaezado sobre cuya altanera cabeza agita un trofeo de plumas.
¿Cómo puede despertarse a un viejo cochero que duerme?
La cuna chirrió como una carreta mal engrasada.
El convoy de carros entoldados con lonas blancas.
Los furgones seguían rodando fragorosamente.
El coche avanzaba penosamente en el barro.
Un vehículo vienés.
El ángulo izquierdo de la cochera se había desplomado y era menester fijarle dos sólidos puntales y recubrirlos con juncos.
Voz monótona como el chirrido de una carreta.
Coche, el viejo trotador gris.
Asomaba en el cielo, al lado de la Vía Láctea, la constelación de la Osa Mayor, que semejaba un carro volcado con las varas hacia arriba.
La carreta volaba feroz, los radios de las ruedas se confundían con las vueltas vertiginosas.
Droska, un vehículo con un estrecho eje, en el que se está sentado a horcajadas.
Las tejavanas de las cocheras.
Tarantass. Vehículo ligero para transitar por el campo.
Recalentado, el polvo se levantó de la carretera en nubes grises, girando y posándose en los tallos de las mieses y de las hierbas.
Una pintada carreta tauriciana.
Detrás de los carros y carretas se arrastraba el polvo en largos surcos grises.
Tarantass de ballestas.
La traqueteante carreta.
Una carreta aldeana.
No era raro encontrar carretas de dos caballos, cuyo cargamento estaba tapado con lonas o arpillera, y cuidadosamente atado.
Traqueteaban cadenciosamente ruedas con llantas de hierro.
Engrasar las ruedas del carro.
Una carreta con un adral recién puesto.
Era una carreta vieja de ruedas rechinantes. La forrajera estaba hecha pedazos, mísero vehículo.
Bábel
Bindiuzhniki, carreteros en Odesa.
Ludwig
Lanzar juramentos de carretero.
Mauss
Los primeros medios de transporte sobre tierra han sido del tipo de la carretilla: dos pértigas arrastradas cuyas extremidades superiores se juntan, apoyándose la carga en el centro de gravedad. Bajo el nombre de travoy (del antiguo francés travois), la carretilla existe también en América del Norte.
La carreta, que supone el conocimiento de la rueda, es muy vieja en Asia. En la carreta china, la rueda está situada en el interior del recipiente para la carga. La teoría de Mason y Powell sobre el origen del carro es muy verosímil: supone una carretilla, arrastrada por dos caballos, a la que se añade una rueda en el centro de gravedad. Los indios de América conocen el disco y, por otra parte, la carretilla sin rueda, pero jamás pusieron un travois sobre ruedas. Puede suponerse que, a su llegada a América, conocían el eje y la rueda por separado, pero no la idea de acoplar ambos elementos.
El empleo de animales en vehículos de tracción -animales de silla, de carga y de tiro- ha modificado enormemente las condiciones del transporte.
Zweig
Carros con adrales. Bastidor a manera de baranda.
Bloch
Carruca significaba, en principio, coche pequeño.
Toynbee
El viejo camino premecánico está lleno de vehículos: carretillas, carros, carretas, con una diligencia como el chef d´oeuvre de la tracción animal. Como el camino está muy concurrido, ocurre cierta cantidad de colisiones, pero a nadie importa. Estas colisiones no pueden ser graves, porque el tránsito es lento y la fuerza impulsora débil. El problema del tránsito en este camino es simplemente el de lograr cumplir la jornada. Consiguientemente, no hay ningún género de reglamentaciones del tránsito.
Se admite que el movimiento de la rueda se repite con respecto a su eje, pero la rueda se ha hecho y se ha adecuado a su eje con el fin de dar movimiento a un vehículo del cual la rueda es meramente una parte, y el hecho de que el vehículo, que es la raison d´être de la rueda, sólo se pueda mover en virtud del movimiento circular de esta alrededor de su eje, no obliga al vehículo a moverse, igual que un tíovivo, de un modo circular.
Los caminos sucios y polvorientos que recorrían coches tirados por seis caballos.
La regularidad de un movimiento reiterado, de una rueda que gira alrededor de su eje.
Giraudoux
Rechinan los tranvías.
Se empeñaba en seguirnos, con la amistad que unía antaño dos corbetas, dos diligencias.
Enganchados al carro de Baco, tigres, elefantes.
Febvre
La rueda es instrumento emblemático del culto solar, con el caballo, el carro y el disco, del culto que rinden al sol los hombres a los que vivifica, da alegría, salud y rescate.
Hubo ruedas mágicas antes que ruedas motoras.
Braudel
Grandes carros alemanes, carretoni, los cuales van a buscar, después de la vendimia, el vino nuevo de Venecia y el de Istria.
Carrozas a partir de los ultimos años del siglo XVI.
Para el mundo mediterráneo los carruajes no dan consecuencias.
Fallada
Cocheros de grandes casas, con sus patillas, llevaban hannoverianos caballos de tiro, pues en 1914 había mucha gente que seguía creyendo que el automóvil no era verdaderamente distinguido y seguían adictos a sus coches.
El cochero, en su lugar de espera, pertenece a la ciudad de Berlín igual que las columnas de anuncio y los faroles de gas.
Es un cochero de punto y está habituado al clap-clap regular del taxímetro, habituado a la meta a que hay que llegar, a la espera en los lugares de paro y al lento parloteo con otros cocheros y chóferes.
Bataille
Charrette alude a la carreta que llevaba a los condenados a la guillotina durante la Revolución Francesa.
J. Green
Una reina desde el fondo de su carretela.
Faulkner
Pasó el carro a regular velocidad.
El rumor del carro.
Hemingway
Hablaba con lentitud, claridad y desdén y le injuriaba de una forma regular como si estuviera arrojando estiércol sobre un campo descargándolo de un carro.
Arendt
La pura esfera de la investigación de la realidad representada por la cabalística del Merkabah, carro o carroza, referencia al carro místico que la imaginería de la Cabala judaica transporta el trono.
Frisch
El buey pertenece a la carreta.
Maurois
Hansom cabs, tranvías y ómnibus arrastrados por caballos.
Russell
Cuando David transportaba el arca en una carreta, esta dio una sacudida sobre un terreno desigual y Uzzah, que era el custodio, creyendo que iba a caer, extendió la mano para sujetarla. Por esta impiedad, a pesar de su loable motivo, cayó fulminado (Samuel, II).
Savinio
Una victoria muy bonita con capota y un caballo finamente enjaezado sobre cuya altanera cabeza agita un trofeo de plumas.
¿Cómo puede despertarse a un viejo cochero que duerme?
Sartre
Un carretón tirado por un caballo.
Papp
Una invención útil de Heron de Alejandría es su odómetro: un sistema de engranajes, que permite leer sobre un cuadrante el numero de vueltas que da la rueda de un carro y calcular la longitud del camino recorrido.
Roger Bacon previó descubrimientos venideros. Carros con propulsión mecánica, máquinas voladoras.
Cesbron
Una marcha de carroza.
E. H. Carr
Un carruaje, con su tronco.
Dinesen
Los bandidos, que en tiempos pasados frecuentaban Dinamarca, tenían la costumbre de poner un hilo cruzando el camino, con una campanilla atada, para los carruajes.
El ómnibus del hotel, tirado por un caballo blanco.
Un tílburi tirado por mulas.
Llevar laboriosamente carromatos tirados por bueyes.
Remarque
Se escuchaba el traqueteo de un carro invisible a unas cuantas callejuelas de distancia.
I. Shaw
No sabría encontrar una carreta en una sala de baile.
Moravia
Efecto casi cómico que producen ciertos carritos napolitanos, lanzados a una carrera loca por los extravagantes carreros.
Bullock-carts, carros indios tirados por una pareja de buenes; son carros altos y estrechos, para el heno, de tosca factura, con las ruedas macizas y un largo y pesado timón.
Lampedusa
Calèche, coche.
El anacronismo permanente es el freno de las ruedas del carro siciliano percibido, pero al que nadie se sustrae o abandona cooperar.
Carrosse del siglo XVIII, de gala, llena de dorados y cristales cuyas portezuelas sobre un fondo amarillo estaban pintadas con escenarios pastorales en vernis Martin; los asientos para no menos de seis personas, estaban forrados con taffetas de un tono amarillo; debajo de los asientos había unas cajas acolchadas donde se guardaban las provisiones para el viaje.
Papp
Una invención útil de Heron de Alejandría es su odómetro: un sistema de engranajes, que permite leer sobre un cuadrante el numero de vueltas que da la rueda de un carro y calcular la longitud del camino recorrido.
Roger Bacon previó descubrimientos venideros. Carros con propulsión mecánica, máquinas voladoras.
Cesbron
Una marcha de carroza.
E. H. Carr
Un carruaje, con su tronco.
Dinesen
Los bandidos, que en tiempos pasados frecuentaban Dinamarca, tenían la costumbre de poner un hilo cruzando el camino, con una campanilla atada, para los carruajes.
El ómnibus del hotel, tirado por un caballo blanco.
Un tílburi tirado por mulas.
Llevar laboriosamente carromatos tirados por bueyes.
Remarque
Se escuchaba el traqueteo de un carro invisible a unas cuantas callejuelas de distancia.
I. Shaw
No sabría encontrar una carreta en una sala de baile.
Moravia
Efecto casi cómico que producen ciertos carritos napolitanos, lanzados a una carrera loca por los extravagantes carreros.
Bullock-carts, carros indios tirados por una pareja de buenes; son carros altos y estrechos, para el heno, de tosca factura, con las ruedas macizas y un largo y pesado timón.
Lampedusa
Calèche, coche.
El anacronismo permanente es el freno de las ruedas del carro siciliano percibido, pero al que nadie se sustrae o abandona cooperar.
Carrosse del siglo XVIII, de gala, llena de dorados y cristales cuyas portezuelas sobre un fondo amarillo estaban pintadas con escenarios pastorales en vernis Martin; los asientos para no menos de seis personas, estaban forrados con taffetas de un tono amarillo; debajo de los asientos había unas cajas acolchadas donde se guardaban las provisiones para el viaje.
Welch
Un culi llevaba un rickshaw. Sistema de transporte, una silla de mano de tracción humana. Los ingleses también llamaban coolies a los campesinos o a los chinos de origen humilde.
Graves
Una ley de origen anglosajón, llamada Deodand y no derogada hasta 1846, convertía en propiedad de la corona cualquier animal u objeto que causara la muerte de un hombre: buey, carro, viga caída. Su valor era distribuido en forma de limosna a los pobres o como donaciones.
Sombrero de cochero.
Baraja del Tarot. La Carroza presagia el triunfal término de un asunto amoroso.
Waugh
Carretillas provistas de neumáticos de caucho.
Los checos eran buenos cocheros.
Du Maurier
En Dover embarcar con el correo de Boulogne y cruzar Francia con la diligencia regular hasta Italia.
Bengtson
Siglo XVI. Importación del carro de guerra micénico.
La superioridad de los griegos micénicos sobre sus adversarios se apoyaba sobre la existencia de nobles guerreros que luchaban personalmente y que iban al combate con el carro de guerra.
Graves
Una ley de origen anglosajón, llamada Deodand y no derogada hasta 1846, convertía en propiedad de la corona cualquier animal u objeto que causara la muerte de un hombre: buey, carro, viga caída. Su valor era distribuido en forma de limosna a los pobres o como donaciones.
Sombrero de cochero.
Baraja del Tarot. La Carroza presagia el triunfal término de un asunto amoroso.
Waugh
Carretillas provistas de neumáticos de caucho.
Los checos eran buenos cocheros.
Du Maurier
En Dover embarcar con el correo de Boulogne y cruzar Francia con la diligencia regular hasta Italia.
Bengtson
Siglo XVI. Importación del carro de guerra micénico.
La superioridad de los griegos micénicos sobre sus adversarios se apoyaba sobre la existencia de nobles guerreros que luchaban personalmente y que iban al combate con el carro de guerra.
Calvino
Un carro tirado por un mulo, un carrito de dos ruedas que circulaba por la banquina cargado de sacos.
Amis
Me preocupa perder la ocasión de subir a su carro.
Eliade
En Schleswig el siglo pasado al enterarse del nacimiento de un nuevo hijo las mujeres de la localidad se dirigían bailando y gritando hasta la casa de la nueva madre. Si se cruzaban con un carro lo destrozaban y liberaban al caballo.
Bellow
No hacía mucho tiempo había tomado parte en el descalabro de algunos poderíos transportando con carretas los cadáveres de rusos y alemanes para ser sepultados en granjas polacas.
Si la abuela tuviese ruedas sería una carreta.
Una caja de bombones de color escarlata con ruedas de carreta.
Entiendo que los aristócratas ingleses tienen licencia de orinar si lo desean la rueda trasera de sus carruajes.
La cochería de los jinetes de San Juan.
Una carreta de cadáveres traqueteantes.
Un atolladero de carros y camiones.
Rikisha. Palabra de origen japonés; es un vehículo ligero de dos ruedas tirado con una o dos personas y con una capota.
El bus como el carretón sin muelles de tiempos pasados.
Conducid vuestro carro y vuestro arado sobre los huesos de los muertos.
Su enorme sombrero semejaba la rueda de un carro.
Un estrecho carro para el reparto.
Los carros de los buhoneros.
Cleveland
Subir al carro de la libertad política y de la economía de mercado.
Harrod
El profesor Mundell ha propuesto que renunciemos a enganchar dos caballos al carro, la política monetaria y la fiscal, pues los dos son fustigados o frenados a un tiempo. Propone que la política fiscal sea utilizada para mantener el pleno empleo, pero evitando la inflación de la demanda interior, mientras que la política monetaria debe utilizarse para garantizar el equilibrio de la balanza exterior.
Lersch
El provecho se expresa y calcula con la unidad valorativa del dinero y el éxito por el grado de los ingresos o ganancias y por el numero de los que aplauden, alaban y se unen al carro del triunfador. Se calcula por la cantidad.
Spillane
El carro estaba delante del caballo, pero si conseguía encontrar la correa que aflojar podría colocarlos correctamente.
Ginsberg
Solitario juggernaut.
Leduc
Carro merovingio.
Kirk-Raven
Océano tiene una conexión conceptual con el término hetita uginna, círculo, o el sánscrito a-çayana-h, lo que circunda. El mito de que el sol, tras cruzar el cielo con sus caballos y su carro, navega en un cuenco de oro en torno a la corriente del Océano, en dirección norte, regresando al este justamente antes el alba, presupone esta imagen del río circundante.
Nooteboom
Los tres escalones de la carroza de oro real de los Orange.
El tazón kuruma, la rueda del carro.
Bernhard
Viejas esclavinas de cochero.
Harrod
El profesor Mundell ha propuesto que renunciemos a enganchar dos caballos al carro, la política monetaria y la fiscal, pues los dos son fustigados o frenados a un tiempo. Propone que la política fiscal sea utilizada para mantener el pleno empleo, pero evitando la inflación de la demanda interior, mientras que la política monetaria debe utilizarse para garantizar el equilibrio de la balanza exterior.
Lersch
El provecho se expresa y calcula con la unidad valorativa del dinero y el éxito por el grado de los ingresos o ganancias y por el numero de los que aplauden, alaban y se unen al carro del triunfador. Se calcula por la cantidad.
Spillane
El carro estaba delante del caballo, pero si conseguía encontrar la correa que aflojar podría colocarlos correctamente.
Solitario juggernaut.
Leduc
Carro merovingio.
Kirk-Raven
Océano tiene una conexión conceptual con el término hetita uginna, círculo, o el sánscrito a-çayana-h, lo que circunda. El mito de que el sol, tras cruzar el cielo con sus caballos y su carro, navega en un cuenco de oro en torno a la corriente del Océano, en dirección norte, regresando al este justamente antes el alba, presupone esta imagen del río circundante.
Nooteboom
Los tres escalones de la carroza de oro real de los Orange.
El tazón kuruma, la rueda del carro.
Bernhard
Viejas esclavinas de cochero.
Laing
Un carrete de madera con un trozo de cuerda atado para arrastrarlo y jugar a que era un carro.
Bennassar
Galera. Especie de carreta grande tirada por mulas (de cuatro a ocho).
Beals
El mayor avance en el transporte terrestre acaeció con la invención de la rueda. En realidad, es un triunfo de la física aplicada, del que dependen nuestras máquinas. Es un elemento de transformar la fuerza o movimiento rectilíneo en movimiento giratorio. Aplicada al transporte, disminuye la fricción de tal manera, que una idéntica cantidad de fuerza puede mover un peso mayor. El hallazgo de la rueda debe parangonarse con otros inventos decisivos, la obtención del fuego, la fusión de los metales, la escritura y el arco. Como estos, fue ideada por algún desconocido primitivo del remoto pasado. Los primeros vehículos de ruedas fueron carros con dos ruedas, en los que estas y su eje se tallaban de un tronco grueso. Las ruedas y el eje giraban simultáneamente, estando el punto de fricción entre el eje y el fondo del carro. Sin embargo, en una fecha temprana las ruedas y el eje se hicieron por separado. El eje se fijó rígidamente al fondo del carromato y las ruedas daban vueltas en torno al eje. No obstante, las ruedas eran pesadas y vastas y se construían de una sola pieza de madera. Tales carros de dos ruedas eran arrastrados con una vara unica que se ataba a un yugo apoyado sobre el cuello de dos animales, bueyes y caballos. Ruedas más ligeras y con rayos se desarrollaron en Mesopotamia, empleadas para carros de guerra, hacia el 2300. Se protegieron con una llanta de metal. El uso efectivo de los vehículos de ruedas depende de las condiciones de los caminos. Los romanos, a pesar de que fueron los primeros grandes constructores de carreteras, diseñaron sus vías para favorecer la marcha de sus tropas de infantería y no para el tráfico rodado. Los viajes o el transporte terrestre a largas distancias se hacían mediante animales de silla o de carga.
Pacaut
Carrocio. Carro tirado por bueyes que las comunidades italianas llevaban con su ejército a la guerra.
Chevalier
Auriga, conductor de carros en los juegos del hipódromo y del circo.
Ocho, numero de los radios de la rueda.
En las leyendas célticas, la Osa mayor se llama El carro de Arturo, Cerbyd Arthur.
El simbolismo platónico del carro es el del ego y el plaustro no existe más que por la reunión de sus componentes.
Epopeya irlandesa, carro triunfal, vehículo del guerrero. Galés, carpentum, irlandés, carpat.
El carro de Cuchulain es un objeto precioso, de gran solidez, ornado con placas de bronce y de tejidos raros.
El carro del sol simboliza, desde tiempos prehistóricos, el desplazamiento del sol a lo largo de una curva que, pasando por el cielo, une las dos líneas opuestas del horizonte, del levante al poniente.
El relámpago se representa con un látigo en manos de Zeus y con un azote, que empuñan los Dióscuros espartanos.
El carro celeste de las nubes y del trueno rueda libremente, capricho del poder divino. Auriga de Delfos. El carro simboliza la autoconciencia.
La rueda posee la perfección sugerida por el círculo, pero con cierta valencia de imperfección; se refiere al mundo del devenir, la creación permanente, la contingencia, lo perecedero. Ciclos, repeticiones, renovaciones. Como el ala, es símbolo del desplazamiento solar.
N. Mann
En la época clásica un Triunfo era la celebración con la que se podía honrar a un general victorioso a su vuelta a Roma: una procesión por la ciudad hasta el Capitolio, en la que el vencedor iba en su carroza precedido de los cautivos y el botín.
Bauer
Caballos y carros, veleros y animales, no son esencialmente elementos idénticos de transporte, a pesar de que ninguna de estas formas de transporte haga uso de un motor de combustión interna. Aparte de otras implicaciones derivadas de las diferencias existentes entre estos diversos transportes, su marcha, incluso para fines determinados, no puede mejorarse con métodos sustancialmente semejantes.
Gigon
Se compara la órbita circular del sol con una rueda de carro que gira, en la que los rayos solares corresponden a los rayos de la rueda. Anaximandro.
Es una audacia la comparación de los círculos astrales con ruedas de carruaje, cuyos radios son los rayos y cuyo eje es la tierra.
La tierra "se halla asentada" en el aire. Anaxímenes usa epocheîsthai, que en la "Ilíada" aparece referida al cabalgar sobre un caballo o ir montado en un carruaje.
Parménides. El poeta va sobre un carro arrastrado de corceles acompañado de las doncellas solares. Porque el camino es el de Helios. Marcha a lo largo de las ciudades. El viaje comienza en la morada de la noche y la mansión del día es su meta.
Queda el camino del ser en el que como señales de tráfico (sémata) están las propiedades del ente.
Deane
Mejoras los años 1750-1830. Efectos de la rapidez, regularidad y comodidad de los viajes.
Bennassar
Galera. Especie de carreta grande tirada por mulas (de cuatro a ocho).
Beals
El mayor avance en el transporte terrestre acaeció con la invención de la rueda. En realidad, es un triunfo de la física aplicada, del que dependen nuestras máquinas. Es un elemento de transformar la fuerza o movimiento rectilíneo en movimiento giratorio. Aplicada al transporte, disminuye la fricción de tal manera, que una idéntica cantidad de fuerza puede mover un peso mayor. El hallazgo de la rueda debe parangonarse con otros inventos decisivos, la obtención del fuego, la fusión de los metales, la escritura y el arco. Como estos, fue ideada por algún desconocido primitivo del remoto pasado. Los primeros vehículos de ruedas fueron carros con dos ruedas, en los que estas y su eje se tallaban de un tronco grueso. Las ruedas y el eje giraban simultáneamente, estando el punto de fricción entre el eje y el fondo del carro. Sin embargo, en una fecha temprana las ruedas y el eje se hicieron por separado. El eje se fijó rígidamente al fondo del carromato y las ruedas daban vueltas en torno al eje. No obstante, las ruedas eran pesadas y vastas y se construían de una sola pieza de madera. Tales carros de dos ruedas eran arrastrados con una vara unica que se ataba a un yugo apoyado sobre el cuello de dos animales, bueyes y caballos. Ruedas más ligeras y con rayos se desarrollaron en Mesopotamia, empleadas para carros de guerra, hacia el 2300. Se protegieron con una llanta de metal. El uso efectivo de los vehículos de ruedas depende de las condiciones de los caminos. Los romanos, a pesar de que fueron los primeros grandes constructores de carreteras, diseñaron sus vías para favorecer la marcha de sus tropas de infantería y no para el tráfico rodado. Los viajes o el transporte terrestre a largas distancias se hacían mediante animales de silla o de carga.
Pacaut
Carrocio. Carro tirado por bueyes que las comunidades italianas llevaban con su ejército a la guerra.
Chevalier
Auriga, conductor de carros en los juegos del hipódromo y del circo.
Ocho, numero de los radios de la rueda.
En las leyendas célticas, la Osa mayor se llama El carro de Arturo, Cerbyd Arthur.
El simbolismo platónico del carro es el del ego y el plaustro no existe más que por la reunión de sus componentes.
Epopeya irlandesa, carro triunfal, vehículo del guerrero. Galés, carpentum, irlandés, carpat.
El carro de Cuchulain es un objeto precioso, de gran solidez, ornado con placas de bronce y de tejidos raros.
El carro del sol simboliza, desde tiempos prehistóricos, el desplazamiento del sol a lo largo de una curva que, pasando por el cielo, une las dos líneas opuestas del horizonte, del levante al poniente.
El relámpago se representa con un látigo en manos de Zeus y con un azote, que empuñan los Dióscuros espartanos.
El carro celeste de las nubes y del trueno rueda libremente, capricho del poder divino. Auriga de Delfos. El carro simboliza la autoconciencia.
La rueda posee la perfección sugerida por el círculo, pero con cierta valencia de imperfección; se refiere al mundo del devenir, la creación permanente, la contingencia, lo perecedero. Ciclos, repeticiones, renovaciones. Como el ala, es símbolo del desplazamiento solar.
N. Mann
En la época clásica un Triunfo era la celebración con la que se podía honrar a un general victorioso a su vuelta a Roma: una procesión por la ciudad hasta el Capitolio, en la que el vencedor iba en su carroza precedido de los cautivos y el botín.
Bauer
Caballos y carros, veleros y animales, no son esencialmente elementos idénticos de transporte, a pesar de que ninguna de estas formas de transporte haga uso de un motor de combustión interna. Aparte de otras implicaciones derivadas de las diferencias existentes entre estos diversos transportes, su marcha, incluso para fines determinados, no puede mejorarse con métodos sustancialmente semejantes.
Gigon
Se compara la órbita circular del sol con una rueda de carro que gira, en la que los rayos solares corresponden a los rayos de la rueda. Anaximandro.
Es una audacia la comparación de los círculos astrales con ruedas de carruaje, cuyos radios son los rayos y cuyo eje es la tierra.
La tierra "se halla asentada" en el aire. Anaxímenes usa epocheîsthai, que en la "Ilíada" aparece referida al cabalgar sobre un caballo o ir montado en un carruaje.
Parménides. El poeta va sobre un carro arrastrado de corceles acompañado de las doncellas solares. Porque el camino es el de Helios. Marcha a lo largo de las ciudades. El viaje comienza en la morada de la noche y la mansión del día es su meta.
Queda el camino del ser en el que como señales de tráfico (sémata) están las propiedades del ente.
Deane
Mejoras los años 1750-1830. Efectos de la rapidez, regularidad y comodidad de los viajes.
Ludlum
La batería de un carro de golf.
Un carrito de equipajes.
Puzo
Los sicilianos no suelen llevar tatuajes, aunque con sus carros y tartanas suelen pintar escenarios rurales llenos de gracia.
Los carros estaban pintados de alegres y brillantes colores, incluso los radios de las ruedas y los varales de las mulas.
El carro pintado semejaba un ser humano con todo el cuerpo cubierto de tatuajes.
Puzo
Los sicilianos no suelen llevar tatuajes, aunque con sus carros y tartanas suelen pintar escenarios rurales llenos de gracia.
Los carros estaban pintados de alegres y brillantes colores, incluso los radios de las ruedas y los varales de las mulas.
El carro pintado semejaba un ser humano con todo el cuerpo cubierto de tatuajes.
Vonnegut
Una carreta de dos ruedas.
Moorcock
Qué carromatos podrían cruzar las profundas dunas.
King
Volver a la parte trasera de un carro con los pies por delante.
Franceschi
Vehículos romanos. El pompaticum oficial, usado por los sacerdotes y las vestales. La elegante carruca. La ligera basterna, cuyo nombre significa <<devoradora de millas>>. El dormitorium, carroza arrastrada por cinco mulas.
Renault
Huye con un carro tirado por águilas y con una campana de cristal ve los monstruos de las profundidades.
Gordión, escenario del célebre nudo. Era una correa de cuero completamente enrollada alrededor del varal de un vehículo viejo, sobre el que había llegado su soberano más famoso, el legendario Midas. Plutarco afirma que el ser humano con la aptitud de deshacer ese nudo estaba destinado a mandar el mundo. Arriano expone que Alejandro lo cortó con la espada de la manera proverbial y, según otros relatos, tiró del varal y halló el extremo oculto. Hubo rayos y truenos.
Antes de agredir arrastrado y atado a la parte posterior del carro a Héctor, Aquiles lo había matado durante el duelo culminante de la epopeya.
Alejandro entró como soberano de Babilonia sobre un carro chapado de oro; los reales cantantes de alabanzas entonaron himnos; brillaba por su ausencia un adorno romano; el espectáculo de los cautivos humillados y encadenados.
Ataque sorpresa a la ciudad de Sangala defendida por una muralla de carromatos.
Roberts
Testimonio de la aplicación de la rueda a la tecnología militar en torpes carros de cuatro ruedas, en la primera fase en la historia de Sumer, 3360-2400.
El Segundo Periodo Intermedio en Egipto, estuvo marcado por la incursión extranjera de los hicsos, un pueblo semita que aprovechó la ventaja del carro de guerra para establecerse en el delta del Nilo, ante quienes rindieron tributo las dinastías tebanas.
Durante la dinastía XVIII, bajo la vigencia de Hatshepsut, se produjo una transformación de las técnicas militares con la adopción de instrumentos asiáticos, como el carro de guerra.
La introducción del carro de guerra de dos ruedas y de la caballería transformó las operaciones en campo abierto. Los soldados de Sumer son representados en torpes carretas de cuatro ruedas tiradas por asnos, que probablemente no fueran más que un medio para transportar a los generales hasta la refriega, donde poder utilizar la lanza y el hacha. El auténtico carro es un vehículo de combate de dos ruedas tirado por caballos, en el que iban dos hombres, el conductor y otro que lo utilizaba como plataforma de armas de lanzamiento, especialmente del arco compuesto fabricado con tiras de cuerno. Los casitas (procedentes de Caucasia, que gobernaron Babilonia desde 1600) fueron el primer pueblo que utilizó de esta forma el caballo.
En el segundo milenio, los carros tenían algunas partes de hierro y pronto tuvieron llantas de este metal.
Las primeras carretas iban arrastradas por bueyes o asnos; estuvieron en uso en Mesopotamia, alrededor del 3000, en Siria, en torno al 2250, en Anatolia doscientos años después y en Grecia continental, hacia el 1500.
Los hititas disfrutaron del virtual monopolio del hierro en Asia, lo que tuvo una gran importancia agrícola y, junto con su dominio de la fortificación y del carro, les dio una superioridad militar que fue el azote de Egipto y Mesopotamia.
Los celtas, el más importante de los pueblos europeos prehistóricos, una sociedad de guerreros más que de comerciantes o explotadores, conocía la rueda y la utilizaba para el transporte.
Chaisson
El avance tecnológico de la construcción de la rueda apareció hace cincuenta mil años.
Dieren
Las conchas se vendían a las caleras y a los constructores de carreteras.
McCullough
Carreras de carros. La longitud de cada carrera era de cinco millas, distancia que se conseguía dando siete vueltas alrededor de la división central de la spina, un promontorio estrecho y alto adornado con estatuas, que exhibía siete delfines en uno de los extremos, y en el otro siete huevos dorados colocados en lo alto de grandes cálices.
Mario regresó de Hispania y pudo solicitar un triunfo al Senado. En consideración a los botines y tributos con que había contribuido, el Senado no podía sino doblegarse a los deseos de las tropas, y Mario montó en el antiguo carro glorioso sobre el itinerario del desfile triunfal, precedido de las pruebas palpables de sus victorias y depredaciones, con carrozas que mostraban escenas étnicas de remotos lugares y extrañas costumbres tribales, y soñó con llegar a cónsul en el plazo de dos años.
Dionisos en su carro tirado por leopardos.
Secuela de los cimbros tras una guerra. Si una viuda consigue unirse con su hijo a otro guerrero, se le permite seguir igual que antes. Su carro es la dote. Poseer un carro ayuda mucho. Se les concede un tiempo de tres meses para encontrar pareja, el plazo de una estación. Si no lo consiguen, se les da muerte con los hijos, y los miembros de la tribu que no tienen carro se los reparten a suertes.
El carro con el toldo tenso y arreglado o parcheado, con las maderas engrasadas y limpias, igual que las grandes ruedas lubricadas con una mezcla de mantequilla y unto de buey en los ejes y los pivotes y a las que nunca faltaban radios ni segmentos de la llanta.
Cabriolé. Vehículo de dos ruedas tirado por dos o cuatro animales, generalmente mulas. Era muy ligero y elástico, dentro de las limitaciones de los vehículos de la antigüedad -no existían muelles ni amortiguadores-, y era el transporte idóneo para un romano con prisa por resultar simple de conducir y veloz, aunque en competencia con los factores atmosféricos. Su nombre latino era cisium y el coche ligero de dos ruedas se llamaba carpentum.
El circo era el lugar en el que se celebraban las carreras de carros. La carrera era larga y estrecha y estaba dividida en sentido longitudinal por una barrera central, la spina, los extremos de la cual eran unas piedras cónicas llamadas metae, que constituían el punto en el que debían dar la vuelta los carros. Estaba cubierto de gradas de madera. Las siete mangas de una carrera se contaban con siete huevos en unas copas y siete delfines; Agripa dio al Circo Máximo nuevos delfines especiales. La carrera solía durar veinticinco minutos, y los cuatro colores -rojo, verde, blanco y azul- se empleaban en las carreras desde mediados de la época republicana. Esos cuatro colores representaban a cuatro competidores.
Diverticulum, una carretera de conexión en las rutas radiales que partían de las puertas de Roma, una circunvalación.
Los peatones, cuando veían un buey con heno atado al cuerno, tirando de un carro por las calles de Roma, se apartaban. El dicho <<heno en el cuerpo>> se aplicaba a un hombre de falsa apariencia pacífica, que podía revolverse y golpear con verdadera saña.
Servio Tulio fue acorralado en una calleja del Clivus Orbius y su hija Tulia pasó varias tandas con el carro sobre su cuerpo.
Cada centuria de ochenta soldados y veinte no combatientes ocupaba su propia calle pequeña con la casa del centurión al extremo abierto y un establo para las diez mulas de la centuria y los seis bueyes o mulas que tiraban de la unica carreta para cerrar el otro extremo.
Otro motivo por el cual César pasaba más tiempo en Rávena, que en otro lugar de Iliria o de la Galia Cisalpina, es que las carreteras que llevaban hasta Roma, a trescientos kilómetros, eran excelentes. Lo cual significaba que los correos viajaban con gran rapidez y que las muchas personas que acudían desde Roma para ver a César, podían hacer un viaje cómodo.
Mackal
Las batallas entre Asiria y Egipto alcanzaron una nueva cota de destrucción, debido a la introducción de carros en ambos lados.
Lapierre
Telagarhi, largos carros de mano.
Antiguos palanquines y fiacres.
Dyer
Los caballos que se utilizaban de ordinario para tirar de los carros costaban el doble en 1310 que en 1210.
El mayor y más caro de los vehículos era un coche de caballos de cuatro ruedas, tirado por cinco o seis caballos. Están documentados algunos viajes épicos: el del carro de sir William Mountford, desde Stourbridge Fair (cerca de Cambridge) hasta Kingshurst, en 1433; o el del duque de York, desde Londres hasta el sur de Worcestershire, en 1410. Estos vehículos, además, requerían una inversión anual de algunos chelines para las reparaciones de los ejes, las ruedas y los arneses, y para pagar a un carretero experto.
En la Baja Edad Media, los campesinos acaudalados poseían alguna forma de vehículo de ruedas, ya fuera un carro de caballos o un carromato de bueyes. Las ruedas podían ser desnudas o ceñidas con llantas de hierro, dependiendo de si el carro se utilizaba para ir o venir de los campos, o para recorrer grandes distancias por carreteras malas hasta el mercado. El hecho de que un carro tuviera llantas de hierro lo hacía valioso, puesto que un carro de madera podía valer 1 o 2 sueldos, mientras que uno con llantas de hierro podía llegar a costar 10 o incluso 18 sueldos. Este valor incluía los arneses, la silla, cuerdas y collera.
En el siglo XIII, se exigió a los carniceros que tuvieran un carro para transportar los desperdicios fuera de la ciudad y se les amenazó con aplicarles multas si no cumplían con lo estipulado.
Jacq
Problemas de circulación, que envenenaban la vida cotidiana de los menfitas. Bueyes, carros, vendedores ambulantes, pasmarotes.
Briley
Carro Conestoga.
Laszlo
El concepto contemporáneo del mundo es distinto al del ultimo siglo, como el caballo y la calesa a la lanzadera espacial.
Smith
Carro de oro de Alejandro Magno.
Davis
Mansio. Parador de la carretera.
Dorada carroza del triunfo.
Retumbar de ruedas de un carromato.
Julio César, incluso en sus campañas por territorio enemigo, con la intendencia reducida al mínimo, llevaba carros con paneles de mosaicos, que extendía en el suelo de su tienda, como parte de la demostración del esplendor romano a las tribus bárbaras.
Litera de madera de cedro.
Guerreros con carros de mimbre.
Carro de bastidor de mimbre.
Goncharenko
Carroza inglesa de finales del siglo XVI, regalo de Jacobo I al zar Boris Godunov. A este tipo de carrozas abiertas, sin ballestas y sin rodete, lo llamaban en Rusia kolymaga.
Carroza de gala, hecha por el artífice inglés Buckendale, el año 1769, para Catalina II.
Rutherfurd
Los guerreros celtas, montados en carros, con grandes mostachos, el pelo untado con yeso formando un alto y aparatoso tocado, el cuello y los brazos adornados con magníficos collares y pulseras de oro, comenzaron a dirigirse hacia las costas del Canal de la Mancha y la Península Ibérica. Empuñaban una nueva y siniestra arma: las largas espadas de hierro. Los arqueólogos han denominado esta etapa de la cultura Hallstatt, por una aldea austríaca donde fueron hallados numerosos restos. Cuando fallecían, sus cuerpos eran enterrados con sus carromatos, ataviados con sus mejores galas.
La experiencia de La Tène (500 a.n.e.) construía carruajes, exquisitas joyas de oro, plata y bronce, fabricaban cerámica decorada con dibujos geométricos y confeccionaban figuras de animales de arcilla y metal, que con su cualidad abstracta, parecían poseer una vida propia. Confeccionaban túnicas y capas de deslumbrantes colores y adornaban los caballos que tiraban de sus carros de guerra con espléndidos jaeces.
Avance de Boadicea y su horda, a bordo de sus vetustos carros de guerra pintados de colores, armados con lanzas, palos, espadas y flameantes antorchas.
Troika o unicornio, transporte distinguido de origen húngaro, consistía en tres caballos enganchados uno al lado del otro, en el centro iba el guía, al trote, los de los lados marchaban al galope; tiro difícil de manejar, hermoso y elegante carruaje.
Authier
-2400. La rueda de radios sustituye a la rueda llena, en el Próximo Oriente.
-800. Herraduras y carros de cuatro ruedas con radios, Celtas.
Distl
Fiacres. Coche tirado por caballos, típico de Viena, simón.
Scott Card
Genios que inventaron la rueda.
Jennings
Los carros utilizados en la región de Kitai tenían ruedas inmensas con llantas protuberantes muy altas, que a menudo llegaban más arriba del techo del carro, que era de madera o de lona. Cada carro tenía una especie de toldo.
Un palanquín consular.
Montheilhet
Esedario. Essedarius, gladiador combatiente con un carro.
Franceschi
Vehículos romanos. El pompaticum oficial, usado por los sacerdotes y las vestales. La elegante carruca. La ligera basterna, cuyo nombre significa <<devoradora de millas>>. El dormitorium, carroza arrastrada por cinco mulas.
Renault
Huye con un carro tirado por águilas y con una campana de cristal ve los monstruos de las profundidades.
Gordión, escenario del célebre nudo. Era una correa de cuero completamente enrollada alrededor del varal de un vehículo viejo, sobre el que había llegado su soberano más famoso, el legendario Midas. Plutarco afirma que el ser humano con la aptitud de deshacer ese nudo estaba destinado a mandar el mundo. Arriano expone que Alejandro lo cortó con la espada de la manera proverbial y, según otros relatos, tiró del varal y halló el extremo oculto. Hubo rayos y truenos.
Antes de agredir arrastrado y atado a la parte posterior del carro a Héctor, Aquiles lo había matado durante el duelo culminante de la epopeya.
Alejandro entró como soberano de Babilonia sobre un carro chapado de oro; los reales cantantes de alabanzas entonaron himnos; brillaba por su ausencia un adorno romano; el espectáculo de los cautivos humillados y encadenados.
Ataque sorpresa a la ciudad de Sangala defendida por una muralla de carromatos.
Roberts
Testimonio de la aplicación de la rueda a la tecnología militar en torpes carros de cuatro ruedas, en la primera fase en la historia de Sumer, 3360-2400.
El Segundo Periodo Intermedio en Egipto, estuvo marcado por la incursión extranjera de los hicsos, un pueblo semita que aprovechó la ventaja del carro de guerra para establecerse en el delta del Nilo, ante quienes rindieron tributo las dinastías tebanas.
Durante la dinastía XVIII, bajo la vigencia de Hatshepsut, se produjo una transformación de las técnicas militares con la adopción de instrumentos asiáticos, como el carro de guerra.
La introducción del carro de guerra de dos ruedas y de la caballería transformó las operaciones en campo abierto. Los soldados de Sumer son representados en torpes carretas de cuatro ruedas tiradas por asnos, que probablemente no fueran más que un medio para transportar a los generales hasta la refriega, donde poder utilizar la lanza y el hacha. El auténtico carro es un vehículo de combate de dos ruedas tirado por caballos, en el que iban dos hombres, el conductor y otro que lo utilizaba como plataforma de armas de lanzamiento, especialmente del arco compuesto fabricado con tiras de cuerno. Los casitas (procedentes de Caucasia, que gobernaron Babilonia desde 1600) fueron el primer pueblo que utilizó de esta forma el caballo.
En el segundo milenio, los carros tenían algunas partes de hierro y pronto tuvieron llantas de este metal.
Las primeras carretas iban arrastradas por bueyes o asnos; estuvieron en uso en Mesopotamia, alrededor del 3000, en Siria, en torno al 2250, en Anatolia doscientos años después y en Grecia continental, hacia el 1500.
Los hititas disfrutaron del virtual monopolio del hierro en Asia, lo que tuvo una gran importancia agrícola y, junto con su dominio de la fortificación y del carro, les dio una superioridad militar que fue el azote de Egipto y Mesopotamia.
Los celtas, el más importante de los pueblos europeos prehistóricos, una sociedad de guerreros más que de comerciantes o explotadores, conocía la rueda y la utilizaba para el transporte.
Chaisson
El avance tecnológico de la construcción de la rueda apareció hace cincuenta mil años.
Dieren
Las conchas se vendían a las caleras y a los constructores de carreteras.
McCullough
Carreras de carros. La longitud de cada carrera era de cinco millas, distancia que se conseguía dando siete vueltas alrededor de la división central de la spina, un promontorio estrecho y alto adornado con estatuas, que exhibía siete delfines en uno de los extremos, y en el otro siete huevos dorados colocados en lo alto de grandes cálices.
Mario regresó de Hispania y pudo solicitar un triunfo al Senado. En consideración a los botines y tributos con que había contribuido, el Senado no podía sino doblegarse a los deseos de las tropas, y Mario montó en el antiguo carro glorioso sobre el itinerario del desfile triunfal, precedido de las pruebas palpables de sus victorias y depredaciones, con carrozas que mostraban escenas étnicas de remotos lugares y extrañas costumbres tribales, y soñó con llegar a cónsul en el plazo de dos años.
Dionisos en su carro tirado por leopardos.
Secuela de los cimbros tras una guerra. Si una viuda consigue unirse con su hijo a otro guerrero, se le permite seguir igual que antes. Su carro es la dote. Poseer un carro ayuda mucho. Se les concede un tiempo de tres meses para encontrar pareja, el plazo de una estación. Si no lo consiguen, se les da muerte con los hijos, y los miembros de la tribu que no tienen carro se los reparten a suertes.
El carro con el toldo tenso y arreglado o parcheado, con las maderas engrasadas y limpias, igual que las grandes ruedas lubricadas con una mezcla de mantequilla y unto de buey en los ejes y los pivotes y a las que nunca faltaban radios ni segmentos de la llanta.
Cabriolé. Vehículo de dos ruedas tirado por dos o cuatro animales, generalmente mulas. Era muy ligero y elástico, dentro de las limitaciones de los vehículos de la antigüedad -no existían muelles ni amortiguadores-, y era el transporte idóneo para un romano con prisa por resultar simple de conducir y veloz, aunque en competencia con los factores atmosféricos. Su nombre latino era cisium y el coche ligero de dos ruedas se llamaba carpentum.
El circo era el lugar en el que se celebraban las carreras de carros. La carrera era larga y estrecha y estaba dividida en sentido longitudinal por una barrera central, la spina, los extremos de la cual eran unas piedras cónicas llamadas metae, que constituían el punto en el que debían dar la vuelta los carros. Estaba cubierto de gradas de madera. Las siete mangas de una carrera se contaban con siete huevos en unas copas y siete delfines; Agripa dio al Circo Máximo nuevos delfines especiales. La carrera solía durar veinticinco minutos, y los cuatro colores -rojo, verde, blanco y azul- se empleaban en las carreras desde mediados de la época republicana. Esos cuatro colores representaban a cuatro competidores.
Diverticulum, una carretera de conexión en las rutas radiales que partían de las puertas de Roma, una circunvalación.
Los peatones, cuando veían un buey con heno atado al cuerno, tirando de un carro por las calles de Roma, se apartaban. El dicho <<heno en el cuerpo>> se aplicaba a un hombre de falsa apariencia pacífica, que podía revolverse y golpear con verdadera saña.
Servio Tulio fue acorralado en una calleja del Clivus Orbius y su hija Tulia pasó varias tandas con el carro sobre su cuerpo.
Cada centuria de ochenta soldados y veinte no combatientes ocupaba su propia calle pequeña con la casa del centurión al extremo abierto y un establo para las diez mulas de la centuria y los seis bueyes o mulas que tiraban de la unica carreta para cerrar el otro extremo.
Otro motivo por el cual César pasaba más tiempo en Rávena, que en otro lugar de Iliria o de la Galia Cisalpina, es que las carreteras que llevaban hasta Roma, a trescientos kilómetros, eran excelentes. Lo cual significaba que los correos viajaban con gran rapidez y que las muchas personas que acudían desde Roma para ver a César, podían hacer un viaje cómodo.
Mackal
Las batallas entre Asiria y Egipto alcanzaron una nueva cota de destrucción, debido a la introducción de carros en ambos lados.
Lapierre
Telagarhi, largos carros de mano.
Antiguos palanquines y fiacres.
Dyer
Los caballos que se utilizaban de ordinario para tirar de los carros costaban el doble en 1310 que en 1210.
El mayor y más caro de los vehículos era un coche de caballos de cuatro ruedas, tirado por cinco o seis caballos. Están documentados algunos viajes épicos: el del carro de sir William Mountford, desde Stourbridge Fair (cerca de Cambridge) hasta Kingshurst, en 1433; o el del duque de York, desde Londres hasta el sur de Worcestershire, en 1410. Estos vehículos, además, requerían una inversión anual de algunos chelines para las reparaciones de los ejes, las ruedas y los arneses, y para pagar a un carretero experto.
En la Baja Edad Media, los campesinos acaudalados poseían alguna forma de vehículo de ruedas, ya fuera un carro de caballos o un carromato de bueyes. Las ruedas podían ser desnudas o ceñidas con llantas de hierro, dependiendo de si el carro se utilizaba para ir o venir de los campos, o para recorrer grandes distancias por carreteras malas hasta el mercado. El hecho de que un carro tuviera llantas de hierro lo hacía valioso, puesto que un carro de madera podía valer 1 o 2 sueldos, mientras que uno con llantas de hierro podía llegar a costar 10 o incluso 18 sueldos. Este valor incluía los arneses, la silla, cuerdas y collera.
En el siglo XIII, se exigió a los carniceros que tuvieran un carro para transportar los desperdicios fuera de la ciudad y se les amenazó con aplicarles multas si no cumplían con lo estipulado.
Jacq
Problemas de circulación, que envenenaban la vida cotidiana de los menfitas. Bueyes, carros, vendedores ambulantes, pasmarotes.
Briley
Carro Conestoga.
Laszlo
El concepto contemporáneo del mundo es distinto al del ultimo siglo, como el caballo y la calesa a la lanzadera espacial.
Smith
Carro de oro de Alejandro Magno.
Davis
Mansio. Parador de la carretera.
Dorada carroza del triunfo.
Retumbar de ruedas de un carromato.
Julio César, incluso en sus campañas por territorio enemigo, con la intendencia reducida al mínimo, llevaba carros con paneles de mosaicos, que extendía en el suelo de su tienda, como parte de la demostración del esplendor romano a las tribus bárbaras.
Litera de madera de cedro.
Guerreros con carros de mimbre.
Carro de bastidor de mimbre.
Goncharenko
Carroza inglesa de finales del siglo XVI, regalo de Jacobo I al zar Boris Godunov. A este tipo de carrozas abiertas, sin ballestas y sin rodete, lo llamaban en Rusia kolymaga.
Carroza de gala, hecha por el artífice inglés Buckendale, el año 1769, para Catalina II.
Rutherfurd
Los guerreros celtas, montados en carros, con grandes mostachos, el pelo untado con yeso formando un alto y aparatoso tocado, el cuello y los brazos adornados con magníficos collares y pulseras de oro, comenzaron a dirigirse hacia las costas del Canal de la Mancha y la Península Ibérica. Empuñaban una nueva y siniestra arma: las largas espadas de hierro. Los arqueólogos han denominado esta etapa de la cultura Hallstatt, por una aldea austríaca donde fueron hallados numerosos restos. Cuando fallecían, sus cuerpos eran enterrados con sus carromatos, ataviados con sus mejores galas.
La experiencia de La Tène (500 a.n.e.) construía carruajes, exquisitas joyas de oro, plata y bronce, fabricaban cerámica decorada con dibujos geométricos y confeccionaban figuras de animales de arcilla y metal, que con su cualidad abstracta, parecían poseer una vida propia. Confeccionaban túnicas y capas de deslumbrantes colores y adornaban los caballos que tiraban de sus carros de guerra con espléndidos jaeces.
Avance de Boadicea y su horda, a bordo de sus vetustos carros de guerra pintados de colores, armados con lanzas, palos, espadas y flameantes antorchas.
Troika o unicornio, transporte distinguido de origen húngaro, consistía en tres caballos enganchados uno al lado del otro, en el centro iba el guía, al trote, los de los lados marchaban al galope; tiro difícil de manejar, hermoso y elegante carruaje.
Authier
-2400. La rueda de radios sustituye a la rueda llena, en el Próximo Oriente.
-800. Herraduras y carros de cuatro ruedas con radios, Celtas.
Distl
Fiacres. Coche tirado por caballos, típico de Viena, simón.
Scott Card
Genios que inventaron la rueda.
Jennings
Los carros utilizados en la región de Kitai tenían ruedas inmensas con llantas protuberantes muy altas, que a menudo llegaban más arriba del techo del carro, que era de madera o de lona. Cada carro tenía una especie de toldo.
Un palanquín consular.
Montheilhet
Esedario. Essedarius, gladiador combatiente con un carro.
Themerson
La porte-cochère de una vieja mansión del siglo XIX.
Neville
Los orinales, grupos de inquisidores autonombrados, cruzaban los caminos con unos vehículos de extraño diseño que les habían dado su apodo.
Guhl-Koner
Una moneda de la ciudad de Regium con un vehículo de un caballo sobre el cual se sienta el conductor con posición encogida.
Neville
Los orinales, grupos de inquisidores autonombrados, cruzaban los caminos con unos vehículos de extraño diseño que les habían dado su apodo.
Guhl-Koner
Una moneda de la ciudad de Regium con un vehículo de un caballo sobre el cual se sienta el conductor con posición encogida.
McEwan
El carro de anestesia.
Haefs
El nudo gordiano. Hay dentro del templo de Gordio un carro antiquísimo. La lanza está sujeta al carro con una clavija. Mil hombres listos han atado y vuelto a atar con dedos ágiles una cuerda de fibra de cerezo y de cuero alrededor de la clavija y la han anudado con cien vueltas. Según una profecía, quien logre deshacer el nudo dominará Asia. Ante el templo de Zeus se encontraba el carro que, según la leyenda, perteneciera al rey Midas y que estaba consagrado a la divinidad. Quien separe la lanza del carro dominará Asia.
Grimal
Las Vestales tenían ventaja, motivo de envidias, a circular con carruaje por las calles de la Ciudad. Podían impedir la muerte de los reos que encontraban por el camino.
frente a las reglas de la etiqueta se instala en el carruaje del príncipe.
El senado concede poder tomar asiento durante las celebraciones publicas dentro del carpentum, lo cual pone a la altura de las Vestales. Es un incómodo carretón, como se fabricaban durante otro tiempo, pero la cubierta protege del sol.
Cussler
Los chinos inventaron la carreta seiscientos años antes que se empezase a utilizar a través de Europa.
Moore
El primitivo Thor es denominado Donar, la divinidad terrible de la tormenta. Cuando retumbaba el trueno, se decía que eran las grandes ruedas del carro de Donar.
Una diosa solemne es Nerthus, la personificación de la Madre Tierra, también llamada Hertha o Eartha. Cuando paseaba por su isla sagrada en su carro velado, las espadas permanecían envainadas. Después que la invisible diosa era devuelta al santuario por sus sacerdotes, se limpiaba el carro de impureza en el mar, y a aquel que tomaba parte en el lavado se le ahogaba.
Ing, antigua deidad germana de la tierra, montaba un carro en las procesiones rituales.
Mee-Spawforth
Hipólito, el hijo de Teseo, era perseguido por su madrastra Fedra; él, que rechazaba sus aproximaciones, sería acusado de violación; juzgado por su padre, huyó, para fallecer cuando un monstruo marino atacó su carro.
Mito local peloponésico. Criminal carrera de carros, entre Pélope, que dio nombre a la península, y Enomao (Oinomaos), el rey de Pisa.
Franceschini
Vehículos. El pompaticum oficial, usado por los sacerdotes y las vestales; la elegante carruca; la ligera basterna, cuyo nombre significa <<devoradora de millas>>; el dormitorium, carroza arrastrada por cinco mulas.
Sardou
Landós entoldados.
El camino sin rodadas hacía que las ruedas se deslizaran hacia las cunetas.
Townson
En la década de 1730 comenzó un sistema de peaje para las carreteras. Estos peajes obligaban a los transeúntes y no a las parroquias, a pagar el mantenimiento de las vías. Se aprobaron leyes que concedían licencias de peaje a diversas compañías, en 1750 y 1770, y estas construían mejores carreteras y cuidaban de su mantenimiento regular, aunque la construcción no estalló técnicamente hasta 1820, en que Telford y Macadam lograron mejorar el alisado de la superficie. Londres estuvo por primera vez directamente conectado con Manchester en 1754 y con Glasgow, en 1773. En la década de los ochenta, había 24.000 kilómetros de carreteras de peaje.
Los canales en el proceso de industrialización. Un caballo tirando de una gabarra podía acarrear 25 toneladas, mientras para arrastrar un carro de seis toneladas se precisaban ocho caballos. Fletar los productos por el canal salía más barato que por carretera.
Haefs
El nudo gordiano. Hay dentro del templo de Gordio un carro antiquísimo. La lanza está sujeta al carro con una clavija. Mil hombres listos han atado y vuelto a atar con dedos ágiles una cuerda de fibra de cerezo y de cuero alrededor de la clavija y la han anudado con cien vueltas. Según una profecía, quien logre deshacer el nudo dominará Asia. Ante el templo de Zeus se encontraba el carro que, según la leyenda, perteneciera al rey Midas y que estaba consagrado a la divinidad. Quien separe la lanza del carro dominará Asia.
Grimal
Las Vestales tenían ventaja, motivo de envidias, a circular con carruaje por las calles de la Ciudad. Podían impedir la muerte de los reos que encontraban por el camino.
frente a las reglas de la etiqueta se instala en el carruaje del príncipe.
El senado concede poder tomar asiento durante las celebraciones publicas dentro del carpentum, lo cual pone a la altura de las Vestales. Es un incómodo carretón, como se fabricaban durante otro tiempo, pero la cubierta protege del sol.
Cussler
Los chinos inventaron la carreta seiscientos años antes que se empezase a utilizar a través de Europa.
Moore
El primitivo Thor es denominado Donar, la divinidad terrible de la tormenta. Cuando retumbaba el trueno, se decía que eran las grandes ruedas del carro de Donar.
Una diosa solemne es Nerthus, la personificación de la Madre Tierra, también llamada Hertha o Eartha. Cuando paseaba por su isla sagrada en su carro velado, las espadas permanecían envainadas. Después que la invisible diosa era devuelta al santuario por sus sacerdotes, se limpiaba el carro de impureza en el mar, y a aquel que tomaba parte en el lavado se le ahogaba.
Ing, antigua deidad germana de la tierra, montaba un carro en las procesiones rituales.
Mee-Spawforth
Hipólito, el hijo de Teseo, era perseguido por su madrastra Fedra; él, que rechazaba sus aproximaciones, sería acusado de violación; juzgado por su padre, huyó, para fallecer cuando un monstruo marino atacó su carro.
Mito local peloponésico. Criminal carrera de carros, entre Pélope, que dio nombre a la península, y Enomao (Oinomaos), el rey de Pisa.
Franceschini
Vehículos. El pompaticum oficial, usado por los sacerdotes y las vestales; la elegante carruca; la ligera basterna, cuyo nombre significa <<devoradora de millas>>; el dormitorium, carroza arrastrada por cinco mulas.
Sardou
Landós entoldados.
El camino sin rodadas hacía que las ruedas se deslizaran hacia las cunetas.
Townson
En la década de 1730 comenzó un sistema de peaje para las carreteras. Estos peajes obligaban a los transeúntes y no a las parroquias, a pagar el mantenimiento de las vías. Se aprobaron leyes que concedían licencias de peaje a diversas compañías, en 1750 y 1770, y estas construían mejores carreteras y cuidaban de su mantenimiento regular, aunque la construcción no estalló técnicamente hasta 1820, en que Telford y Macadam lograron mejorar el alisado de la superficie. Londres estuvo por primera vez directamente conectado con Manchester en 1754 y con Glasgow, en 1773. En la década de los ochenta, había 24.000 kilómetros de carreteras de peaje.
Los canales en el proceso de industrialización. Un caballo tirando de una gabarra podía acarrear 25 toneladas, mientras para arrastrar un carro de seis toneladas se precisaban ocho caballos. Fletar los productos por el canal salía más barato que por carretera.
El trío de la Dama Negra
El cochero tiró de las riendas hasta hacer encabritar los caballos.
Carrito sin barandas.
Betjaks, vehículo a pedal.
Ana Caterina
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