domingo, 17 de octubre de 2010

LOS CONCEPTOS POÉTICOS. II. LA ENCINA





Primeramente queremos tener la visión total de un bosque, para, después distinguir detalladamente los árboles singulares.
Según Artemidoro, la encina simboliza el tiempo. Según Tylor, los dedos. Los paisajes de Watteau, demasiado idílicos, recuerdan los bosques vistos con los sueños.
La región arbolada procede de tres maneras. Con la frescura de la sombra, con la evaporación y con la irradiación frigorífica. Los bosques formados de nuestra zona templada de plantas de la familia de las coníferas o de las amentáceas (encinas, hayas y abedules) y de los trópicos de plantas no sociales, de especies diseminadas, ponen el suelo al abrigo del calor directo del sol esparciendo la humedad que engendran y refrescan las capas de aire próximas con la irradiación de órganos apendiculares foliáceos.
Los bosques primitivos, los bosquecillos virgilianos, tienen el sello de una majestad solemne.
La espesura de los robles silvestres y los claros encantados. La encina es nudosa y rebelde.
Por la imaginación, por su pincel lisonjero, hablan los bosques.
a lo largo de los jardines encantados del cuento de hadas una sola sílaba disolvía el hechizo.
Pongamos como indicativo las combinaciones más primorosas de la Naturaleza. El severo granito y el melancólico musgo, la indestructible encina y la delicada enredadera.
Las flores de las álsines incluyen el alcornoque, la encina, la flor de Pascua y la margarita.
Sobreviene una cruzada opuesta a los árboles y los bosques sagrados. San Bonifacio no se abstuvo, por escrúpulo religioso, de derribar las encinas sagradas de los paganos. E igual hizo San Martín.
Caen las hojas en los últimos días del otoño de las florestas, cuando el fiero aquilón, evocando al invierno, hace gemir los troncos de los viejos árboles y agita el ramaje.
La encina es la mejor madera del mundo.

Odisea
Vieja fábula. <<Hombres nacidos de la encina o de la roca>>.
<<Ulises en Dodona, para saber, por mediación de la encina sagrada, la voluntad de Júpiter sobre si convenía que llegase a su patria, manifiesta o encubiertamente>>.

Teócrito
Las fontanas donde están las encinas.
Las abejas con la juncia y las encinas son notas habituales del locus amoenus, pican a quienes han cometido actos deshonestos.
En el Ida hay encinas y crece la juncia. 
Pisa tu suelo, quédate tus encinas.
No pueden ser comparadas las manzanas del monte con bellotas; estas tienen fina corteza de la encina; aquellas la dulzura de la miel.
Fuera de la encina, cabra.
Lo lloraban las encinas de las orillas del río Hímeras.
Reclinado bajo las encinas entonando una suave melodía.
Elevadas encinas.
De la encina las bellotas son ornato, del manzano las manzanas.
En mi fuego de encina se cuece el embuchado. Khória son tripas o membranas rellenas de leche, miel u otros manjares y puestas a cocer. 
Corrí cual caminante corre bajo la umbrosa encina cuando abrasa el sol.
Silvestres hojas de frondosa encina.

Arato
Las encinas sobrecargadas de frutos son signos probados. Las encinas cuando tienen repetidamente una carga moderada de bellotas pronostican una tormenta que va a ser más fuerte. Mas no estén excesivamente sobrecargadas y que los labrantíos se puedan cubrir de espigas sin temor a la sequía. Arato distingue dos casos; 1) la producción moderada de bellotas es presagio de mal tiempo; 2) la producción excesiva es presagio de sequía. 
Tampoco hay indicios de buen tiempo cuando las cabras buscan con empeño los espinos de la encina.

Apolonio de Rodas
Un dosel de altas encinas que son las que tienen sus raíces más profundas de todos los árboles.
Coronar la frente con hojas de encina.

Mosco
Canta sentado debajo de la encina solitaria.

Bión de Esmirna
<<¡Ay, Adonis!>> dicen las encinas.

Licofrón
Gentes de la Encina.
El uno hiriendo el tronco hueco de la frondosa encina con su lanza matará a aquel gemelo, que a luchar se disponga cual león contra un toro. Idas matará a Castor.
Encina fértil o agreste y montaraz.

Lucrecio
Glandíferas encinas mantenían los cuerpos de los hombres primitivos con bellota y llevaba la tierra muchos y más crecidos madroños que al madurar durante el invierno ves cómo la púrpura coloran.

Salustio
Había por fortuna una grande encina entre las peñas, por una parte algo inclinada, el resto erguida, según la naturaleza de todo lo vegetable.

Virgilio
Se alzan con sus excelsas copas las aéreas encinas o los coníferos cipreses de las altas selvas de Júpiter o de los bosques de Diana.
Se alza a distancia del mar un risco que suele quedar sumergido cuando los cauros invernales ocultan las estrellas, cuando calla la mar serena es asilo grato a los mergos. Allí pone Eneas como meta una frondosa encina.
Esos mancebos a cuyas sienes da sombra una corona de cívica encina.
Venus puso al pie de una encina las radiantes armas de su hijo. Alborozado, Eneas coge y revuelve el terrible y penachudo yelmo que vibra llamas, la mortífera espada, la recia loriga de bronce, las ligeras grebas de plata y oro y la maravillosa forja del escudo.
En las márgenes del ameno Atesis se alzan dos altísimas encinas.
Se alzaba ya del mar la naciente Aurora y Eneas hace hincar a la cima de un collado una corpulenta encina limpia de sus ramas y suspende las brillantes armas, despojos del capitán Mecencio, trofeo consagrado a la gran divinidad de la guerra.
A la falda de un alto monte se alzaba un gran túmulo de tierra, sepulcro de Derceno, viejo rey laurento, cubierto de una sombría encina.
El padre Apenino cuando bate el viento sus relucientes encinas y levanta ufano al firmamento su nevada cumbre.

Ovidio
De alguna piedra o monte es tu simiente, los robles duros, las encinas viejas tus padres son, tu pecho una serpiente.

Tito Livio
Rómulo depositó en el Capitolio los despojos del soberano muerto de los cenenses al pie de una encina consagrada por la veneración de los pastores; los dedicó a Júpiter y trazó el recinto del templo de Júpiter Feretriano.
Una robusta encina se alzaba en el pretorio dando sombra a la tienda del general.
Encina sagrada.

Suetonio
<<Galbae. Gusanillos que nacen de la encina>>.

Petronio
<<Tipos de coronas concedidas a los poetas, en premio a sus composiciones. Guerna. Se otorgaba en los certámenes capitolinos. Era confeccionada de la encina, árbol dedicado a Júpiter Capitolino>>.
<<La toma de Troya. Hacía ya diez veranos que, vencidos por mil angustias y peligros y sitiados, se veían los frigios, sobre cuya cabeza prendía la profecía de Calcas, cual negra amenaza, cuando a una orden del dios de Delos, fueron despojados de sus bosques los flancos del Ida, y las encinas cortadas cayeron en masa, para construir la imagen de un caballo amenazador>>.

Horacio
Agrada al dichoso tumbarse bajo la añosa encina o sobre el tupido césped.
Se levanta el Aquilón fiero cuando sobre las altas montañas quiebra las encinas temblorosas. Viento del Norte.
De las islas afortunadas mieles manan de la hueca encina.

Orfeo con el arte aprendido de su madre poseía la aptitud de atraer con su hechizo al son de sus cuerdas sonoras un auditorio de encinas.
La belicosa Daunia con sus extensos encinares. Apulia, llamada Daunia a partir del legendario soberano Dauno.
Los encinares del Gárgano, monte de Apulia.
Teñida de violeta ten piedad de los que te suplican no más blanda que la áspera encina.
Oh fuente Bandusia serás contada con las fuentes famosas si yo canto la encina que se asienta sobre las huecas rocas de las que brotan tus linfas murmuradoras.
La víctima destinada al altar que pace el nevado Álgido entre carrascas y encinas. Monte donde se criaba el ganado destinado a los sacrificios.
Una encina podada con fuertes hachas del Álgido fecundo de sombrío follaje pasando por mutilaciones, por heridas del hierro saca su empuje y vigor.
El lánguido Cupido altanero abandona con su vuelo las encinas secas.

Orfeo persuasivo dominaba con su encanto las encinas atentas al hechizo del canto.

Lucano
Oráculo de Dodona, culto de Júpiter y su bosque de encinas.

Dionisio de Halicarnaso
En la ciudad de Tiora, la llamada Maciene, Matiene, fundada por los arcadios, hubo un oráculo muy antiguo de Marte. Y el tipo de oráculo era parecido al que, según cuenta la leyenda, existió una vez en Dodona, pero con una diferencia, pues allí se decía que una paloma hacía las predicciones sentada sobre una encina sagrada, mientras que entre los aborígenes, un pájaro enviado por la divinidad, al que ellos llaman picus y los griegos driocolaptés, picoteador de encinas, hacía lo propio apareciendo sobre un pilar de madera.
El Lupercal estuvo situado al pie del Palatino. Antiguamente, había una gran cueva bajo la colina, cubierta por un espeso encinar; fuentecitas surgían de la profundidad de las rocas y la cañada próxima al barranco era sombría por los espesos y altos árboles.
Lo más admirable en Italia son las encinas, que hay en las zonas escarpadas, en las cañadas y en las colinas sin cultivar, de los que obtienen madera en abundancia, buena para construir barcos y útil para otros trabajos.

Columela
Es mejor el rodrigón que la estaca y de aquel no uno cualquiera, sino el mejor, que es el que se hace de madera de olivo, de encina, de alcornoque o de roble.
También la encina puede plantarse de un modo semejante al castaño, pero se corta dos años más tarde que el castaño, por lo cual la razón pide que se gane más tiempo, poniendo castaño con preferencia; a no ser que los montes de malezas y de cascajo y aquellas tierras, que hemos dicho antes, pidan bellota y no castaño.
Por lo que hace a la encina, aun después de cortada, deja raíces dañosas al olivar y con su ponzoña mata estos árboles.
A la cantidad de forraje de los bueyes se añade bellota, si la abundancia de la que produce el país lo permite lo cual, si no se les da hasta que se harten, les causa sarna.
Hojas de carrasca, encina y laurel.
Un modio de bellota con paja.

Luciano
Fuerza enemiga de Faetonte. Los perribellotas, que habían enviado los habitantes de Sirio, hombres con rostro de perro, guerreros sobre bellotas aladas.
Apolonio de Rodas, "Argonáuticas". Habla la nave Argo, lo que se atribuye al hecho de que durante la construcción de la nave, Atenea había metido en la proa un madero procedente de una de las encinas sagradas de Dodona, en Épiro, a través de las cuales Zeus emitía sus oráculos.

Sexto Empírico
La argumentación del Primer Tropo, <<Según la diversidad de los animales>>. Es natural que los objetos exteriores se representen mentalmente de distinta forma, según la diferente constitución de los animales que soportan las representaciones mentales. La víbora se adormece con que la toque una rama de encina y el murciélago con una hoja de plátano.

Geoffrey de Monmouth
El odioso gigante Goemagog, de doce codos de estatura, blandía una encina previamante arrancada de raíz como si fuese una rama de avellano.
En esos días arderán las encinas por los bosques y brotarán bellotas en las ramas de los tilos.
El detestable alado plantará en la cumbre de una altísima montaña una encina y anidará en sus ramas. Tres huevos pondrá en el nido, y nacerán un zorro, un lobo y un oso.

Giraldus Cambrensis
Una encina arrancada con la violencia de los vientos.

Huon de Burdeos
Oberon se sentó bajo una encina y comenzó a llorar porque Huon había perdido su rico cuerno de marfil y su buena copa con su orgullo y necedad y yace desnudo.

Villani
Reunir las fuerzas en un campo debajo de una gran encina.

Petrarca
Del río y las encinas te has hecho rico empobreciendo a otros.

La verde hierba y flores de colores
bajo la encina aquella antigua y negra
piden que el bello pie las pise o roce.

Boccaccio
Ahorcar en una encina.
Robusta encina.
Las laderas que miraban a la parte de la Osa Mayor estaban llenas de bosquecillos de encinas.
Al primer golpe no se derriba una encina.
Advertimos que no son menos bellos, sino más, los jardines en que crecen diversas flores, que no los bosques sólo de encinas plantados.
Todos iban engalanados con hojas de encina y con las manos llenas de hierbas olorosas y flores.

Cennini
En la Edad Media, un tipo de tinta conseguida desmenuzando agallas de encina mezcladas con vitriolo romano o alemán.

Castiglione
Comer bellotas, agora que tenemos abundancia de trigo.

Ariosto
Una sombrosa mata de verde espino y colorada rosa,
del sol guardada por encina umbrosa.

La bellota de oro es el escudo del della Rovere.

No demasiado la vieja encina
o el muro de bien fundada torre
a Bóreas dura;
ni al airado mar peñasco duro,
que día y noche hiere la ola dura.

Rabelais
De un gran tronco de encina hizo una mula con gualdrapas para andar por casa.
De las encinas hay dos seres, macho y hembra.
El árbol que Alejandro Cornelio llamó Eonem, similar a la encina, que no podía ser consumido ni dañado por el fuego, del cual se hizo la fortificación del célebre navío de Argos.
Según Píndaro las diosas hamadríades tienen el mayor hilo, la mayor vida que nunca se hiló con las ruecas de las parcas inicuas como los árboles a aquellas consagrados; estos son las encinas de las cuales nacieron según opinión de Gallímaco y de Pausanias "in Phoci".
Escuchamos al aire un sonido agudo y estridente como si una gran encina estallara como dos pedazos.

Sydney
Bajo una antigua encina había encontrado cavando una gran piedra que con el ruido hueco que producía podría ser la tapa de una cupula mayor y un cofre con unos versos que significaban que al fondo estaban escondidos sus tesoros.

Shakespeare
<<He inflamado el trueno de fragor espantable y henchido la robusta encina de Júpiter con su propio rayo>>.
<<Los elfos corren, y en copas de bellotas se esconden>>.
<<Sinón, traidor que persuadió a los sitiados, para que introdujesen en la ciudad el fatal caballo de Troya>>.
<<Nudosas entrañas de una encina>>.
<<Tendrás por alimento moluscos de manantial dulce, raíces secas y las vainas en que se mecen las bellotas>>.
Según una vieja leyenda, Herne, el guardabosque de Windsor, aparece los inviernos a medianoche coronado de astas de ciervo, haciendo sonar unas cadenas con un ruido espantoso, seca los árboles que hay a su alrededor, junto a la vieja encina, ataca al ganado y hace que las vacas den sangre en vez de leche. Encina de Herne.
El viento irresistible hace que se dobleguen los troncos de las encinas nudosas.

Relámpagos, reflexiones y actividad en un destello, precursores de los rayos rajadores de encinas.
(El Rey Lear)

¡Oh, cielo clemente, hieres de mejor gana con tu rayo sulfuroso y mortífero la encina nudosa y rebelde al hacha, que el tierno mirto.
(Medida por medida)

Campanella
En los asaltos quien ayuda al compañero tiene la corona cívica de encina.

Burton
Allon Bakuth (encina del llanto) ese roble llorón bajo el cual Deborah la nodriza de Rebeca murió y fue enterrada puede que no sobreviva al recuerdo de los monumentos eternos.

Locke
Una encina que después de una planta pequeña se transforma como un gran árbol y que después es podado sigue siendo un árbol semejante. No es una masa exacta de materia aunque realmente es una encina. La razón consiste en que de una masa de materia y de un cuerpo vivo la identidad no se aplica a una cosa semejante.
Debemos reflexionar lo que difiere una encina de una masa de materia y sería lo siguiente: que la masa de materia sólo es una cohesión de partes de materia y su manera de estar unidas, mientras que el primer caso es una disposición de partículas de manera que lleguen a constituir partes de una encina u organizadas de forma que sean adecuadas para recibir y distribuir el alimento que precisan para que se formen la madera, la corteza, las hojas de dicha encina, lo que consiste su vida vegetal.

Fenelon
Hermosura de Calipso, tal como de las selvas descuella la frondosa copa de una encina corpulenta sobre los arbustos que la rodean.

Richardson
Una espesa enramada de hiedra extendida sobre unos troncos de encina.
Encinas de prodigiosa corpulencia rodeadas de hiedra y liga que han crecido solas como para dar más triste y sagrado horror a la majestad del lugar.

McPherson
Al norte de Escocia incluso modernamente queman un gran tronco de encina para sus festividades; fue llamado el tronco de las fiestas. El tiempo ha consagrado esta costumbre, al quitar este uso imagina el vulgo ser una especie de sacrilegio.
Allí yace como una grande encina repentinamente derribada con el viento.
Tus fulgores Morven / Están como la llama de la encina / Que al consumir los troncos con su abrazo / Alumbraba radiante tus salones / Hoy morada de sombras y de espanto.
Una encina abrasada ardía entera / Y su viva llama iluminaba el rostro de las bellas.
No era Ossian como la encina vieja / Que el fuego de la nube hirió la frente / Y que rodeada de maleza / Se conmueve al impulso de la brisa / O desesperada se doblega / Bajo el peso del viento tempestuoso / Que al río derrumba su grandeza.
El hacha que derriba el tronco secular de las encinas.
Una tumba humilde bajo una encina centenaria.
La frondosa encina del Estrumon.
Se adelanta el relámpago precursor del rayo cuando los vientos de Occidente amontonan las nubes y las viejas encinas de Morven gimen en las orillas.
Tendido al pie de una encina dormía arrullado con el torrente.
Las encinas se encorvan cuando las bate el huracán de invierno y los vientos hacen crujir sus secas hojas.
Las encinas encorvadas gimen al paso de los batallones.
Los vientos de la noche soplaban y las viejas encinas mecían sobre mi cabeza su trémulo follaje.
El hacha cae resonando sobre una y otra encina.
Una vieja encina de las orillas del Lubar inclina su cabeza sobre el río, cuyo tronco ha sido agrietado con el rayo.
Las jóvenes encinas han caído arrastradas por el torrente cuando sopla el viento de la montaña.
La tempestad reinaba aquella noche; las encinas gemían arrancadas de las montañas.
Las frondosas encinas que dan sombra a los muros de Selma.
Una encina de trémulo follaje.
Languidece la encina despojada de sus hojas abatida con los vientos para no levantarse nunca.
Los vientos hacen gemir con instantes las encinas seculares.

Malte-Brun
La talla recta y esbelta de nuestros pinos y encinas.
La vegetación de Nueva Gales del Sur, árboles similares a la encina, pero la madera se rompe fácilmente.
Grandor de las encinas de Europa.
Especies de encinas. El quercustilex, el coccitera y el ballota.

Goethe
Un tronco de encina con dos recias cuñas.

Jean Paul
Nuestro tiempo está relegado a las selvas y encinas sagradas.

Scott
El resplandor rojizo de un fuego de carbón de encina.
Un valle se extendía sobre un florido anfiteatro lleno de abedules, jóvenes encinas y nogales.
Tenderse a la sombra fantástica de las vastas ramas de una encina secular.
Grandes encinas druídicas.
Hojas para recordar la milagrosa protección del soberano bajo la encina real, flores para indicar su feliz restauración.
Un recurso habitual de los caballeros andantes es dar rienda suelta al caballo para que pazca, mientras el jinete se dedica a soñar con la dama de sus sueños sin más cobijo que una encina.
A san Yván ataron a una encina y le obligaron a cantar misa mientras le desvalijaban. Chanza ejecutada por Gualter de Middleton.

Chateaubriand
La corriente del centro empuja al mar los inertes pinos y encinas.
Los picotazos de las aves sobre el tronco de las encinas.
Únanse la liana y la encina con largos abrazos.
Mi solitaria paloma entre las encinas del bosque.
Mucho tiempo ha, cuando los hombres vivían tres edades de encina.
Las encinas de la Florida están cubiertas de un musgo blanco que baja desde las ramas al suelo.
Unas encinas donde los genios semejaban haber trazado extraños caracteres.
Decrépitas encinas.
Una alameda de magnolias y encinas.
Las espigas hacían rodar sus olas de oro sobre el tronco de las derribadas encinas y los haces de un verano reemplazaban el árbol de tres siglos.
Recibir la bendición nupcial a la sombra de una encina.

Salvajes sentados tranquilamente en sus encinas.
Un viejo con sus recuerdos se asemeja a la encina decrépita, que ya no se adorna con su propio follaje, sino que encubre su desnudez con las plantas extrañas, que han vegetado sobre sus viejas ramas.
El musgo que estremecía el soplo del Norte en el tronco de una encina.
La encina ve germinar de su derredor sus bellotas; ¿sucede igual con los hijos de los hombres?

Los campanarios descollaban agrupados sobre las encinas y los cipreses.

Encinas muy viejas, venerables restos de algún bosque sagrado.
El comercio de Zea son hoy las bellotas de una especie de encina llamada Velan que se usan para los tintes.
Un terreno monstruoso cubierto de encinas, pinos, filireas y terebintos.
Los contemporáneos de los antepasados de las hordas americanas son las encinas viejas que se tienen de pie.

De Maistre
Una encina sacudida por el huracán.

Babeuf
Nos devuelve Rousseau al bosque, nos sacia a la sombra de una encina, nos refresca en el primer riachuelo y nos hace descansar bajo la encina en la que encontramos nuestro primer alimento.
Un apólogo, un Manifiesto, un proyecto de ley. Pero hay que comenzar por alguna cosa. La encina secular, que domina el bosque, no era, hace tres siglos, más que una bellota despreciable, que despreciaron los puercos hartos.

Lyell
Los conos del Etna de las partes de menor cota están adornados con castaños, robles, hayas y encinas.

Hugo
Isaías promete Nínive a las zarzas, frente las encinas de Basán.

Hegel
El oráculo más remoto estaba en Dodona (actual Janina), en un bosque de encinas, donde las hojas susurrantes inspiran al ser humano presentimientos, la profecía. Había también discos metálicos colgados. El origen de este oráculo se coloca en Egipto.

Balzac
Los campesinos cargaban al hombro un garrote de encina grueso y nudoso, de cuyo extremo pendía un largo zurrón de tela.
En torno de cada campo, desde tiempo inmemorial, los campesinos han levantado un muro de tierra, de una altura de seis pies, y en forma de prisma, en cuyo lomo crecen castaños, encinas o hayas. Este muro se denomina un seto (el seto normando) y las largas ramas de los árboles que lo coronan, casi siempre caídas hacia el camino, forman sobre este una inmensa bóveda.
Un día me encontré casada con Danton. Días más tarde, el huracán derribaba la encina inmensa que había rodeado con mis brazos.
Los matrimonios bendecidos al pie de las encinas fueron escrupulosamente reconocidos.
Los troncos huecos de las seculares encinas druídicas.
Se adhiere el muérdago a la encina.
Las regiones en que desmochan las encinas.
Prensas de imprenta, con los fuertes vástagos de madera de encina.
Estalló en furores Milón de Crotona, cuando vio cogidas las manos en la encina que hendiera.
Se estimó felicísimo, al verse adoptado por una familia, donde viviría como el muérdago en la encina.

Pauly-Wissowa
Las hojas de la encina cautivaron al león (Ael. Na 1).
El bosque de encino para la producción de bellotas.
El Algidus mons, la parte del grupo volcánico de las montañas albanesas estaba cubierto de bosques de encinas.
Plinio menciona la madera del Apenino, abetos, robles y encinas (ilex) como laudatissima.
La encina de Dodona es el árbol sagrado del culto de los griegos desde cuyo susurro la divinidad suprema pronunciaba su voluntad en cuyo trono estaba su morada.

Baudelaire
La trufa es un hongo subterráneo, que se da silvestre entre las raíces de los abetos, robles y encinas, hasta a 30 centímetros de profundidad. Es de color negro y grisáceo, cubierto de verrugas. Las trufas de los romanos eran blancas y de otra especie, Pompholyx sapidum, un hongo con cuerpos fructíferos redondeados que, no siendo trufa, hace su papel.

Flaubert
Encina de San Luis.

Mérimée
Encinas al abrigo del viento, refrescadas por la fuente y la espesa sombra.

Whitman
La encina del sur.
En Luisiana vi crecer una encina del sur. / Se erguía sola y el musgo colgaba de las ramas. / Sin compañeros crecía allí echando hojas felices de un verde oscuro / y su aspecto rudo, inflexible, vigoroso me hizo reflexionar dentro de mí.
Las poderosas gualdrapas de la encina del sur casi llegan al suelo movidas con un / viento silencioso.

Ostrovski
La indestructible encina.

Daudet
Refugiarse en el espacio llamado <<haragán>> por los provenzales, aislado, selvático, invadido por las zanjas y agallas de encina.

Tillier
La encina destrozada por el rayo no puede volver a transformarse como árbol.

Zola
Ninfas cuyo busto se desprende de las sagradas encinas.

Hardy
El título de Caballeros de la Regia Encina del reinado de Carlos II.
Los añosos encinares.
Encendiendo unas astillas de encina bajo el puchero del almuerzo.
La percha del dentado y pelado tronco de encina de las colodras. 
La fuerte tranca de encina que atravesaba la puerta.
Los tejos y las encinas perennes ocultaban la vista de los caminantes.

Wilde
Plutarco menciona la guirnalda de hojas de encina con la cual fue coronado Cayo Marcio.
Ha cavado una fosa al lado de la encina sombría.

Lee
Mientras escribo bajo las ramas de las encinas.
Como otros tiempos había actuado de acróbata no le resultó un esfuerzo escalar una encina que le brindaba una excelente vista del patio del Castillo.
Crujir una rama de encina.
Enormes y agrestes montañas de piedra rosada cubiertas de encinares.
Mala hierba y arbustos, grandes encinas y olmos.
Maleza de encinas y mirtos.
Las enormes encinas y los olmos centenarios.

Ibsen
Bureau de encina tallada.

Stevenson
Un extenso bosque de árboles similares al roble -encinas-, crecían como zarzas muy bajas por la arena, con las ramas enlazadas y el follaje compacto como una techumbre.
En una parte de la isla, las encinas crecían más apartadas y semejaban más a los árboles del bosque por su aspecto y tamaño.
El bosque seguía alto y denso, todo de abetos por el lado de tierra, pero mezclados con muchas encinas por el del mar.

Rimbaud
Las encinas seculares.
Agitando los clarines y nuestras hojas de encina.

Lagerlöf
Regulares y lisas hojas de las encinas de los bosques del monte Tabor.

Chejov
Una península cubierta de un viejo y frondoso bosque de abedules, encinas, sauces y álamos.

Chandler Harris
Sentado con las piernas cruzadas sobre el tronco de una encina.
El gorrioncete saltarín se posó sobre la rama de una encina a la vera del camino.
Se sintió cansado de forma que se sentó bajo una encina. Un pajarito chupasavias se puso a correr por el tronco de la encina.

Moore
Los grajos jóvenes graznando animadamente en las encinas.
Las encinas de hoja perenne.
Una elegante escalera de encina pulida iluminada con una gran ventana de cristal vidriado flanqueada con esculturas.
La puerta del paddock bajo los grupos de encinas.

Walser
Una cavidad redonda de piedra arenisca se abría a orillas de un extenso bosque de hayas, pinos y encinas.

Faure
Bárbaro Dorio. Ídolos Xoana que tallaba con el hacha la encina y el olivo, toscos.

Gorki
Antaño los hombres tenían más vigor. Otro tiempo los hombres eran encinas.
La encina es un árbol magnífico, pero sus frutos no alimentan sino puercos. Consecuencia: la encina no es más que una cosa.

France
Entregar una hoja de encina y un ramito de avellano, símbolo de amistad.
Los colonizadores habían recogido barras de oro y rubíes abundantemente de los cóncavos de las encinas.

Rolland
El escenario se hallaba adornado con tallos de encina y de laurel florido.

Heidenstam 
Encaramarse sobre el gran bloque de encina.
Los toscos bloques de encina de las esculturas.

Giraudoux
El día de vuestra marcha, cuando me besabais a la sombra de la encina.
El que amaba, el que había escogido desde la infancia y que un día atraje bajo la encina donde desde niña había grabado su nombre, que crecía cada año con el árbol.

Morand
El jardín escocés donde hasta las encinas tenían un aspecto sepulcral.
Aspecto de encina.

Faulkner
Pesada y firme tallo de encina.
El sombrío puente de dos encinas arqueadas.
Apoyada en el brazo como en una rama de encina.
Las encinas del jardín estaban inmóviles, como petrificadas para recibir la ultima luz del crepúsculo, y en la palidez del cielo se había tejido una red de ramas inmóviles como un arrecife de corales en el fondo del mar.

Dos Passos
¡Oh la encina y el fresno y el llorón!

Musil
La gente llama a la ardilla "gatito de la encina".

Hasek
No entendía la palabra árbol y se vio obligado a explicar, que podía ser una encina, en fin, cualquier cosa con ramas fuertes.
Delante de la casa crecía una encina.

Leblanc
El Vellocino de Oro perteneció a un carnero alado, que llevó por los aires a los hermanos Frixo y Hele, quienes pudieron huir de la persecución de su madrastra Ino. El carnero fue sacrificado a Zeus y su vellocino colgado de una encina y vigilado por un dragón insomne.

S. Lewis
Hood es la denominación de un leño tallado de una encina sagrada, que se quemaba en las fiestas rituales de renovación agraria. En el leño se imaginaba que existía una especie de insecto llamado hood, que lograba saltar con las chispas del fuego, saliendo indemne del peligro.

Shólojov
Altas y robustas encinas.
Ramas de encina y de fresno, suspendidas en las puertas cocheras y en las graderías.
Una rechoncha encina centenaria
Un macizo de jóvenes encinas.
El lúpulo rodea a la encina.
El comedor, ricamente tapizado con un papel imitación de encina.
Una infusión de corteza de encina.
El fondo del torrente, invadido por una apretada espesura de encinas y alisos.
Bajo las encinas.
Un carnet encuadernado en piel color de encina.
Las manos semejaban raíces de una vieja encina lavadas con agua.
En el barranco, agitaba las ramas el encinar.
Los troncos de las encinas rugosas y añosas estaban historiados de manchas encarnadas, verdosas y oxidadas.
En noviembre, el bosque está lleno de las doradas hojas de encina.
Los troncos de las encinas, liberados del hielo, se tornaban negros.
Un montículo de arena protegido por un bosque de encinas y por desniveles del terreno.
Cerca del río, susurraban dormitando las oscuras y jugosas hojas de las encinas, de color verde oscuro.
Empezaron a preparar las posiciones: cavaban apresuradamente trincheras, abatían y cortaban chopos, sauces, encinas, preparaban reductos y nidos de ametralladoras.
Proyectiles con los cubiletes hechos de encina.
Un bosque de encinas escondía el terraplén.
Las coronas oscuras de las encinas.
Los habitantes abatían las encinas para hacer con su madera utensilios, pero de los altos troncos surgían en primavera los jóvenes retoños y el bosque había crecido casi sin que nadie lo advirtiera, se revestía en verano del verde malaquita de sus ramas extendidas, y en otoño de una coraza de oro formada por las hojas secas de las encinas, encendidas con el color del fuego por el sol de la mañana.
Lo colgaremos de la encina más alta.
Las hojas de las encinas, moldeadas, recortadas en arabescos, se estremecían y crujían al viento.

Cesbron
Un vagón-palacio ricamente decorado con escudos y guirnaldas. Por aquí y por allá, entre un follaje de laurel y de encinas, surgían los coqs gaulois (emblemas de Francia.
Bajo sus pies se extendía una alfombra roja, en donde el coq gaulois se movía con simetría perfecta, por hojas de encina y ramas de olivo.

Graves
Oráculo de la Paloma de Zeus del encinar de Dodona.

Maurois
Proverbio. Las grandes encinas salen de pequeñas bellotas.

Waugh
Lignito de encina.

Savinio
El día de la llegada de Augusto a Capri una encina seca milagrosamente reverdeció.

I. Shaw
Bancos de madera de encina.
Una casa de labor con enormes vigas de encina, que sostenían suelo y techo. Robusta finca normanda.
Pesada mesa de encina.
Los paneles de encina y los escenarios wagnerianos pintados en las paredes del restaurante Luchow, de Nueva York, en la calle Catorce.

Yevtushenko
Nudosas raíces de las encinas del bosque de Sherwood.
Una encina partida por un proyectil.

Beckett
Soñar con generaciones de encinas y olvidar al padre.

Kirk-Raven
Sabemos por Isidoro el Gnóstico, que el velo  bordado que Zes dio a Ctonia, estaba sobre una encina alada. La encina representa la subestructura sólidamente fijada y los orígenes de la tierra. Su tronco y sus ramas son el soporte y las raíces de la tierra, ya que forma parte de la imagen del mundo la idea de que la tierra tiene raíces y que las ramas semejan en invierno largas raíces invertidas. Diels y von Fritz creyeron que seguía una versión alegórica de Anaximandro. La tierra tiene la forma de un tronco de árbol, porque es cilíndrica. Una esfera de llama se ceñía en torno al aire y la tierra como la corteza en derredor de un árbol. La tierra es alada porque flota libremente en el espacio.

Ludlum
La baranda de encina gris.
Una pesada puerta de encina que alguna vez había pertenecido a un barco.
Una mesa de madera de encina.

Chevalier
La encina, símbolo de la fuerza, con una etimología analógica de Plinio, del griego drus.
Filemón y Baucis, encina y tilo, signo de tierna fidelidad.
Entre los fineses, se ve en la vía láctea el tronco y las ramas de un árbol inmenso, abatido a través del cielo, una encina gigante. Un ser minúsculo golpea su tronco con una segur de oro o de cobre. El árbol se derrumba, obstruyendo parte del firmamento, pero liberando el sol, la luna, las estrellas y las nubes.
La encina es el árbol sagrado investido de las distinciones de la divinidad suprema del cielo, porque atrae el rayo y simboliza la majestad. Encina de Zeus de Dodona, de Júpiter Capitolino de Roma, de Ramowe de Prusia, de Perun de las tierras eslavas. La clava de Hércules indica solidez, potencia, longevidad, altura con un sentido anímico y material.

Renault
Dodona, célebre por sus inviernos rigurosos y por su oráculo, el más primitivo del mundo griego. Su centro era una encina inmemorial que albergaba palomas cuyo murmullo era significativo y estaba rodeada de vasijas de bronce que retumbaban al son del viento. Su divinidad era Zeus, al que preguntaban escribiendo sobre un trozo de plomo. La sacerdotisa descalza analizaba la réplica de manera azarosa. Este santuario estaba conectado con el de Zeus-Amón de Siva.

MacAvoy
Flores de las álsines. Alcornoque, encina, flor de Pascua, margarita.

McCullough
Encinas de los espesos bosques de Arpinum, que durante el otoño sembraban el suelo de bellotas.
Una espléndida encina al lado del estanque.
¿Por qué no busco una buena encina y cojo unas hermosas setas y se las doy hasta que sangre por todos sus orificios?
En la Galia itálica había encinares cuidados, que daban una gran cosecha de bellotas para los millares de cerdos que en invierno andaban sueltos y las comían.
Corona civica, hecha de hojas corrientes de encina, concedida al soldado que hubiese salvado la vida de algún compañero, sin perder el terreno de la hazaña durante el resto de la batalla.

McDowell
El calor se acumulaba en las correosas hojas de las encinas.

Handke
Una docena de gorriones subidos a la rama de una encina poblada de hojas.

Stamer
La vida de Koschtschej está en la punta de una aguja, la aguja en un huevo de un pato, el pato está en una liebre y la liebre en una caja y la caja reposa a los pies de la vieja encina, vigilada por Koschtschej como si fuese su ojo izquierdo y derecho.

Waisbard
Pulseras de racimos de bellotas sonoras.

Vos
Mercader de los Dos Países, en busca del musgo de encina, para los muertos.

Sardou
Un bordón de peregrino de madera de encina.
Indestructible bordón de peregrino, tallado en una gruesa rama de encina.





Ana Kontroversy

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