La frívola condesa Ysabel (Asta Nielsen con su mejor vena dramática) la cual juega con los hombres y sus sentimientos de idéntica manera desconsiderada con la que jugaba con muñecas durante la infancia organiza un bazar benéfico con la madre la condesa viuda Prosca (Augusta Blad). El viejo archidiácono Cordes acude a la fiesta.
El joven Sandro Grec (Anton de Verdier) un aventurero de las aguas más puras ha conseguido llegar a ser el dueño del corazón de la joven condesa.
La hija del profesor Manini, Inga, ama y adora a su primo Felix cuya mente solo se encuentra disponible para Ysabel.
La condesa no se adornará con la utilidad a la religión.
El albergue de la favela dirigido por el sacerdote pobre Elias Renato (Alf Blütecher) también realiza celebraciones... pero de diferentes formas.
La joven Wenka aprecia la muerte como una liberación. Con un padrastro borracho y brutal la vida era un infierno. Elias le ofrece un nuevo hogar.
Acompañada del hechizado Felix, Ysabel topa con una muchedumbre rodeando al sacerdote. Como una mosca que revolotea en la red dorada de la araña. El suyo es un asunto de la soledad. Aunque quien puede esperar siente ilusión.
Sandro Grec informa a la condesa viuda el compromiso con Ysabel. El poder de Sandro Grec sobre la mente de Ysabel la ilusiona creyendo que ha hallado la felicidad.
Inga ruega a Felix que destierre de su mente a la condesa. Es frívola y le encanta jugar con los corazones. Cuando Felix lee el compromiso con el italiano la decepción y la angustia lo envuelven. Resuelve ahogarse y redacta una carta de despedida.
Unos ricos benefactores han hecho posible que Elias Renato cree un hogar para los hijastros de la sociedad en una isla próxima a la ciudad.
Un mes después la condesa se adornó para la boda. Un juvenil traje de brocado favorece a la novia.
Esa noche cae el apuntador del juego de cartas del Club Excelsior al que Sandro Grec era asiduo.
El banquete nupcial incluye una luminosa maqueta de la futura residencia del matrimonio.
El apuntador delata a Sandro Grec el cual era concretamente Leon Spontazzi.
Durante el baile Sandro recibe la advertencia y el correspondiente cuidado. Fue solo una mala broma de la boda. La red se está cerrando para Sandro Grec. Es arrestado en el coche de los recién casados.
El profesor Manini explica a la vieja condesa que se vio obligado a acelerar el arresto para que al hija no comenzara una vida con un criminal. La desolada novia pide que guarde sus palabras. No quiere su simpatía. Ese fue el castigo que había que imponer a la imprudencia. Como una nueva Lorna Doone la novia tira el velo a la chimenea.
Seis meses después de aquella trágica fiesta de bodas la condesa desamparada viuda se encontraba totalmente destrozada.
La solicitud de divorcio fue concedida. Tras cumplir su condena el presidiario sería expulsado del país.
La gran hazaña de la poetisa ha consolado a Inga y el destino decide que la envíen a cuidar de la condesa viuda.
El poder de los tonos de la predicación del sacerdote Elias transporta a Ysabel con las personas sin hogar. Imaginó que los poderes eran inagotables y actuó de una manera superior pero el castigo la alcanzó y aplastó el orgullo. Pide ayuda para poder conseguir la paz de su alma.
La tentación y la emoción unen a Ysabel y Elias.
La isla de los sin hogar arde. Cuando amaneció era un puñado de ruinas humeantes.
Algun tiempo después. Tras su matrimonio con Elias, Ysabel se erige como un ángel brillante.
Ana Kontroversy
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