martes, 15 de enero de 2019

LOUIS FEUILLADE. L´ENGRENAGE, 1919







Calvières, un pequeño pueblo de los Alpes Marítimos.
Los marqueses de Calvières, un matrimonio joven y elegante.
La familia Pascal había depositado la piedad en el corazón de la marquesa de Calvières, la cual visita a la madre postrada en el lecho.
Joseph Bossard, bajo la tapadera de contencioso, cobros e informes que ostenta la cartela de su establecimiento, oculta un usurero sin escrúpulos. Con la ubicuidad del marqués de Monferrat, el colega titular, Calvières se aprestaba apurado a socorrer tales abusos.
La señora de Calvières recibe a su hermano Roger, el cual pierde con frecuencia al juego. El marqués regala a la mujer un reloj de pulsera y pone la condición de no pedir más dinero. No le gustan los disimulos del joven.
En un desvencijado carro tirado por un pequeño y fatigado caballo, Bossard directo a reclamar el dinero a Pascal, exige la adolescente hija como sustituta de la actual ayudante, una entrometida.
Atrapado por el círculo del juego el hermano de la marquesa vuelve a perder. Esta ocasión acude al prestamista. Quiere 20 000 francos. Persuade a su hermana de firmar la deuda, que aporta 5 000 francos de ganancia a Bossard.
Unas semanas después, la señora recibe la notificación de la caducidad del préstamo. Una de las numerosas amigas cuenta que había jugado a la ruleta de Mónaco y ganado un montón de dinero.
El marqués había ido a un viaje de negocios. La marquesa se hallaba lista a arriesgarlo todo. Decide probar la suerte. En el hotel se inscribe bajo un nombre falso. La apuesta fue un fracaso.
Cuando llega al hotel alguien vigila. Sospechan que puede ser Sarah la Blonde, una mujer que enrola a los oficiales americanos. Es preciso escapar.
La voladura de tabaco negro de la habitación contigua sugiere a la marquesa un breve rescate. Araña la puerta y pronto se halla ante el capitán Kermor. Con la precipitada huida, el oficial de marina encuentra el reloj de la mujer en la alfombra.
El atemporal marqués de Calvières recibe un viejo amigo a cenar. No es otro que Kermor, el cual cuenta el extraño suceso de Mónaco. Cuando iba a sacar el reloj de la cartera, la llegada de la marquesa le impone discreción.
Esa noche, el hermano pequeño de Ana Pascal fue a verla a casa de Bossard. Escondido detrás de un sofá detecta el escondite donde el prestamista deposita la llave de la caja fuerte. La hermana recupera el recibo de la deuda de la señora Calvières. 
Por la mañana, Kermor vio el niño escalar el muro. Le registra y da con el sobre, del cual se hace cargo y entrega a la marquesa con la consiguiente satisfacción experimentada.
Llegado el día del vencimiento, Bossard reclama la deuda. En el bucólico y liviano palacio no obtuvo un buen recibimiento. La marquesa rehuía atenderlo. Repantigado cual tiburón en almohadones, busca inútilmente en el portafolio el recibo. Exasperado, tuvieron que echarlo los criados a empellones.
Bossard acusa hasta al ordenanza de la inexplicable desaparición material. Kermor efectúa un pago oficial con la promesa de pagar el resto. Aunque no será preciso, ya que el hermano de la marquesa reembolsa el dinero prestado.
La marquesa decide ocuparse de los niños de Pascal con el propósito de atemperar el saquito feudal, o sea el menester fiscal.



Ana Kontroversy


















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