sábado, 5 de noviembre de 2016

ANTHONY ASQUITZ. A COTTAGE ON DARTMOOR, 1929









Las nubes y las parameras son el escenario de la fuga de Joe Ward (Uno Henning). Nerviosa y acelerada huida a campo abierto, con una meta concreta. El hogar de Sally (Norah Baring), la cual baña a su bebé.
El centinela pronto advirtió las rejas estranguladas del calabozo y la alarma cundió en la prisión.
Cuando Sally repara en Joe, pálido espectro agotado y apoyado en la pared, despiertan los acontecimientos pasados, indeleblemente grabados.
Empleados de una peluquería, con suficiente labor que realizar, poseían alguna afinidad, una familiaridad confidencial. La joven rechaza la invitación a un film sonoro; aunque sea terriblemente aficionada al cine. Joe tira al suelo los tickets.
La aparición de Harry Stevens (Hans Schletow) marca el alejamiento de sus existencias.
Ya que Sally da muestras de aceptar la invitación, Joe busca los tickets. Había ocurrido, que otro empleado los había rescatado. Sally invita al peluquero a cenar en casa, una casa de huéspedes.
Los residentes, de una edad avanzada, propician la intimidad de la pareja. Sally no atiende el cortejo y canta una canción acompañada con el piano. "My Woman". Sin prestar atención ninguna (probablemente no aprecia el porvenir del enamorado), ve la ocasión de distanciarse, con la aparición de sus viejas tías.
Madrugador, Joe regala unas violetas a Sally. Pero la tarjeta se desprende del bouquet y se pierde.
Un efímero contacto. Separados y perdidos con un artificio de disolución, los acontecimientos escapan a estos seres ingenuos. 
Harry es un asiduo cliente del salón y Joe espía las amabilidades de Sally con el rival. Harry muestra unas fotos de la granja, que ha comprado en Dartmoor. Melosa, Sally prefiere un rudo granjero, a un atractivo peluquero. Incluso acepta una invitación al Cine Elite, pase que Joe controla desde una butaca próxima. 
Los espectadores reviven intensamente encandilados las peripecias del film, mientras el enamorado desarrolla una sucesión de imágenes de la pasión errónea, que obceca su ánimo.
Tras la velada cinematográfica, Harry adornó el dedo de Sally con un anillo.
El ataque fue la consecuencia de las decepciones y la falta de ilusión. Fue torturado; es su turno. El peluquero corta con la cuchilla el rostro de su oponente. Un frasco de tónico derramado. Las imprecaciones de Sally hieren profundamente su amor.
Concentrada en las remembranzas, la joven madre se apresura a esconder al fugitivo. Ningún lugar más adecuado, que el cuarto del bebé, sobre todo, porque los perseguidores se retrepan en la granja.
Harry halla al intruso y el primer impulso es buscar el revólver. Sally exige que espere hasta que el cazador nocturno desaparezca. Un arrostrado cara a cara y una promesa de ayuda.
La fuga definitiva no fue realizada. El evadido, trastornado, fue abatido cuando volvía a la granja. Visiones de olas y nubes humosas.




Ana Kontroversy








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