lunes, 25 de febrero de 2013

VSEVOLOV PUDOVKIN. DEZERTIR (EL DESERTOR), 1933








Unos astilleros navales en la ladera izquierda del río. Cruzan los puentes y a través de sus profundos túneles, cientos de profesionales pasan cada día.
Karl Renn comenta con su joven compañero de piso, que la sirena no ha sonado. Algo sucede. Aquí va de nuevo. El amigo apostrofa a Karl, que siempre se las arreglan a la hora de molestar.
Al negar el acceso a los astilleros, vadean el río en lancha. Saben que propondrán crear otro comité, para oír a los patronos y a los sindicatos. Supuestamente, podrían promover su causa, cuando el salario no se ajusta con la actividad realizada. Los sindicatos pueden proporcionar ayuda y apoyo. Sólo cuando es menester, deben recurrir a la huelga.
El orador socialista garantiza el apoyo completo de los propietarios y la legitimidad de los profesionales a la huelga. Pero cuando el gobierno se encuentra en crisis, esta huelga, que no dirige el sindicato, puede ser un desastre. Sugiere trasladar el asunto a la mesa de negociación.
El dirigente comunista Zelle, indica las grandes metas que tiene que conseguir el mundo profesional. Tienen que coordinar las decisiones con las metas. Huelga al punto.
Una explosión de flash. Suficiente vergüenza.
El astillero Nº. 1. Colosal realización. Pretenden silenciar el impacto.
Zelle recurre al apoyo de Karl. Organiza los obreros.
Zelle, frente una gran audiencia, apiñados tras la finalización de la construcción de la nave, insiste en no infligir un golpe a la Unión Soviética, a la vez que comunica la hora de iniciar la huelga. El orador socialista se opone y es desalojado.
Los piquetes en el túnel y los muelles. Pacíficamente sentados, con cartelas que proclaman no temer el hambre, perciben que vienen a reventar el piquete. Karl destaca en la lucha social y rehuye la violencia. Cuando llegó a casa traía un botón de uniforme en el puño.
Pasó un mes, luego otro. Y cada día de cada mes lucharon con el cansancio, la duda y el hambre.
Un día, Karl Renn no se presentó a cumplir en el piquete. Expresión desolada.
Zelle desecha las propuestas de abandonar. Escucha la acusación de que busca fama. Karl habla de cordura y organización. Alude a suicidios y  renuncias. No es una huelga liderada por el sindicato. No cree haber conseguido nada. Zelle anota que la Unión Soviética es una excepción. No hay explotación allí.
Otro mes. Cada día la lucha era más fuerte y el enemigo más contundente, en su pretensión de romper y destrozar, sin importarle el despido y el contrato de nuevos empleados.
Llegaron vagones de esquiroles, con la idea de que, de todos modos, los patronos los machacarían. Algunos compañeros de los insurgentes exigen que los dejen acceder al astillero. Karl no acudió a defender el piquete. Y los tanques atacaron a profesionales desarmados.
En el mitin, Zelle comunica el menester de desempeñar otra tarea de solidaridad. Apela a la fuerza en la feroz lucha. Como Karl decidió ir al mitin, el dirigente pregunta el motivo. Renn hace mención de la votación de los delegados a Rusia Soviética. Y el líder expone la lista. Karl Renn fue recomendado como cuarto delegado.
Las manifestaciones en Moscú son multitudinarias. Los representantes de los estibadores extranjeros en huelga fueron aclamados.
Por tres meses, Karl Renn cumplió la tarea en la fábrica de generadores de electricidad "Nuevo Diesel" y llegó a integrarse cada vez más. Sin embargo, "Metalstoy" advierte que la unidad "Nuevo Diesel" muestra un fallo en su modernización; eso significa que no se cumplirán los fines. Vergonzoso fallo, para los miembros de la Unión de Juventudes Comunistas, dan el compromiso de eliminar el deshonroso yerro. Superar las viejas técnicas exige un incremento de la actividad.
Karl recibe la noticia del homicidio de Zelle. Increpa a una ejecutante del bel canto.
La ultima noche, el rápido aceleramiento de la actividad enerva a los obreros. Cumplieron la labor con el país. Crearon un cuerpo con los profesionales más productivos. Renn, invitado a la mesa presidencial como líder de la brigada.
Karl no se cree digno de tal honor. Sugiere que la lucha social prende como el fuego..., ¡Más fuerte y global! Pero por la feroz lucha de los estibadores dejó su país. Temía el hambre y creyó a los socialistas. Escapó sólo en busca de empleo, para ganar dinero. Recibe una gran ovación.
De vuelta al país, lidera la marcha de los insurgentes.
Arriesgado film de Pudovkin. Respecto a una referencia posible, "Folkets Ven" (Amigo del pueblo), de Holger Madsen, 1918.



Ana Kontroversy




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