La matiné. El conde de Croisset (Svend Aggerholm) con los invitados. La bailarina Odette Blant (Rita Sacchetto) representa la pantomima "Pierrot y la mariposa". El animal toca la mejilla del soñoliento payaso el cual se apresta a combatirlo con la pluma del sombrero.
El conde visiblemente atraído con el espectáculo guía a la bailarina hasta el carruaje que la espera.
A la tarde el flirt se había transformado como ansiedad. Croisset adquiere numerosos retratos de la artista. Experimenta verosímiles visiones.
El pase de la tarde. El enamorado desde un palco sigue la etérea escenificación de un cuento de hadas. En el camerino Delange (Torben Meyer) el director del teatro entrega personalmente a la estrella las flores del conde con una tarjeta invitándola a cenar.
Un agradable balneario y un paseo en barca. Debe prometer una cosa. Abandonar el teatro.
Años después. La condesa Odette de Croisset en su boudoir da signos de apatía y encuentra una reseña del periódico; no se puede negar que Odette Blant fue echada de menos en la cartelera. Nostálgica da unos pasos de ballet ante la indiferencia del mayordomo. El conde prefiere pasar el tiempo en el club.
Una amiga bienvenida de la escuela de ballet. La invita a visitar el teatro y revivir los viejos tiempos.
El director Delange está muy ocupado. Recibe a su tío el boticario Michot. Cuando llegan Odette y la amiga marcha en su compañía. Ven los ensayos de los jóvenes bailarines.
Odette se encuentra ilusionada e inquieta. Prueba los memorables viejos disfraces depositados. Gorgueras, plumas, sombreros de aventurera, chales. Ataviada como un caballero romántico reflejada al espejo. El conde la apremia a no hacer esas payasadas.
Una nota de una bailarina con un pie dislocado espolea al director a telefonear a Odette para una entrevista personal. Un plano triple de los actores con el centro de asfalto de la ciudad.
La condesa recibe con escepticismo al director. Le ruega que acepte el papel esta noche. Cumplirá con su voluntad con la condición específica de que nadie sepa nada.
El instante de salir encuentra al esposo a quien da la disculpa de ir a ver a la tía enferma. Entonces el conde resuelve ir al teatro.
Estupefacto detecta a la mujer desenvolviendo el rol de los jugadores de laud. Sale presuroso del palco.
En el vestíbulo agasajan a la bailarina la cual oculta bajo las ropas el disfraz de la actuación.
El conde espía la llegada del auto que transporta a la mujer a la residencia. Recrimina severamente la conducta y la falta de la palabra dada. Sabe que rompió el límite pero desea que la perdone.
El conde toma al director como un amante y pretende insultarle. Se va y no volverá nunca. Pero antes debe darle una excelente lección. Califica de pícaro al director y pretende batirse en duelo. Abofetea a Delange.
Ese día el retado desempolva el estuche de la pistola. Odette reclama que ha de ayudarla. El director no es tonto como para batirse en un duelo en serio. Afortunadamente es quien decide las armas.
El atareado farmacéutico prepara dos pastillas idénticas cada una de las cuales puede aturdir una hora y una tercera pastilla que consigue anular el efecto de una de las otras.
El duelo. Los duelistas con sus respectivos padrinos. El tío Michot sugiere a la parte agraviada unas pastillas en lugar del arma. Una es instantáneamente letal. La propuesta aguarda la aprobación del conde.
Los dos ingieren las píldoras. El conde en seguida queda adormecido.
Cuando despierta del letargo lee el billete de Delange. Expresa el daño a la condesa como podrá atestiguar la mujer del director.
Los condes de Croisset consiguen la tranquilidad.
Ana Kontroversy
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