miércoles, 15 de mayo de 2013

FRANÇOIS TRUFFAUT. L´ENFANT SAUVAGE, 1969









La historia comenzó en un bosque francés el verano de 1798. Un niño, transportado y manejado por el impulso natural y el estímulo,  es detectado por unos campesinos. Reducido a esconderse en una madriguera, lo atrapan, no sin dificultad. Es una criatura humana, pero salvaje. Cuestionan cómo habrá podido vivir aquí.
El doctor Itard (François Truffaut) recibe la noticia del hallazgo de Jean Chandon de Saint-Germain, de doce años, casi sordo y mudo. Se sustentaba de bellotas y raíces.
Si el doctor Itard consiguiera traer el muchacho a París, podría determinar, examinándolo, los grados de inteligencia y las ideas de un adolescente privado de educación, por haber vivido separado de los seres de su especie.
El salvaje de Aveyron, encadenado, semeja una bestia inagotable. Camina casi a cuatro patas y es maltratado por niños y mayores. Un anciano le protege. Fracasada la fuga, es recluido en la gendarmería de París.
En el examen, no atiende al ruido. Indiferencia total ante los ruidos. En cambio, se vuelve cuando alguien casca una nuez detrás de él. Tiene cicatrices, desolladuras, desgarrones por mordiscos de animales. Tuvo que matar para subsistir. El doctor Itard y el profesor Pinel (Jean Dasté) descubren sobre la tráquea una especie de sutura, cuya apariencia es la de una cicatriz de una herida hecha con un instrumento cortante. Quienes lo abandonaron quisieron asesinarle. Por una u otra razón, alguien quiso deshacerse del niño, degollándolo con un cuchillo. Le dejaron muerto en el bosque, luego cayeron hojas que se adhirieron a la herida, con lo cual cicatrizó. Debía tener tres o cuatro años. Pero esa herida no puede ser la causa de su mudez. La causa es el aislamiento en que vivió.
Prueba a tocarse en el espejo. Devora una manzana. En el Instituto es exhibido a la curiosidad de los parisienses. Prefiere dormir en el suelo. Los compañeros enfermos lo apalean.
El doctor Itard se hace eco de estas anomalías. Para su colega es un idiota. La anormalidad es obra del aislamiento. El doctor quiere la custodia del niño. El ama de llaves percibirá un dinero por los cuidados y desvelos.
Lo apasionante es que cuanto ha hecho desde que llegó, lo hacía por primera vez. Tiene el impulso de olfatear cuanto se le da. Actualmente es insensible a los aspectos afectivos y, pese a los malos tratos recibidos en la Institución, nunca se le vio llorar. En el baño disfruta sonriente. Oye sin escuchar, y mira sin ver. El doctor Itard quiere enseñarle a ver y a escuchar.
Con sus primeros zapatos, sufre un ataque histérico. Se vuelve sensible a la temperatura y le educan para que aprecie la utilidad de la ropa que rechazaba, dejándole expuesto al frío hasta que, con la ventana abierta, sentado al lado de sus ropas, decide ponerlas solo.
Cuando se quema con una vela, estornuda por primera vez, se asustó. Tiene la tendencia de la juventud a trotar y galopar.
Mejora visiblemente. Camina erecto y armonioso. Usa objetos no comestibles en el juego de los cubiletes.
Distingue de dónde proviene el sonido, principalmente el fonema o.Y le buscan un nombre, Victor (Jean-Pierre Cargol). Se le hizo familiar. Pretenden atraer la atención sobre los sonidos. Consigue lanzar un susurro aflautado. Tiene que despertar sus oídos comprensiblemente atrofiados, ya que durante años sólo los utilizó para percibir la caída de un fruto o la proximidad de un animal peligroso.
El doctor educa a Victor. (La exploración serial, el reconocimiento y la comparación). Emplea el diapasón y la pronunciación en la llama de la vela. Capta la colocación en la garganta de las vocales. La llave, el libro, el martillo, las tijeras, el peine, la pluma, son situados en los lugares indicados por los dibujos. Victor, ante los fracasos, sufre ataques. Del dibujo de un objeto a su representación alfabética la distancia es inmensa, y la dificultad insuperable para Victor en su fase de instrucción. Tiene que hallar un método afín a sus facultades embotadas, con el cual cada dificultad vencida lo ponga al nivel de la que habrá de vencer. El doctor Itard hace construir por un carpintero un alfabeto en grandes caracteres, de madera. El doctor advierte la agudeza de poner los caracteres del tablero en sentido inverso a la clasificación alfabética. Inventó un sistema, que le ahorra a la vez tener memoria, comparación y juicio. Pero la palabra es, además, una música que llegará a conocer. Las dificultades con el alfabeto desembocan en el cuarto oscuro. Pero en esa ocasión, Victor lloró.
El doctor Itard lamenta los fracasos, pero no abandona. Victor fabrica un portatiza con un hueso de carnero. Inventa algo, es ingenioso. Pone a prueba el corazón de Victor, castigándole con injusticia. Un castigo indignante y odioso, a fin de ver si se produce el efecto de rebelarse. El sentimiento de lo justo y de lo injusto ya no era extraño en el corazón del niño. Al provocarle ese sentimiento, elevó al hombre salvaje a la altura del hombre moral por su mayor característica y atributo.
Unos días que el doctor enfermó, el mychacho escapó a través de los campos. Duerme en la hojarasca y es perseguido como un ladrón por haber robado una gallina.
El doctor apunta que no volverá. Informa que el niño poseía el libre ejercicio de sus sentidos. Daba pruebas de atención, de reminiscencia, de memoria. Podía comparar, discernir y juzgar, aplicar su entendimiento a los objetos relativos a la instrucción. Este hijo del bosque había logrado soportar la vida en la casa y estas felices transformaciones habían ocurrido sólo en nueve meses.
Pero el jovencito retornó.
Un film con la idea del buen salvaje del siglo XVIII, según la "Mémoire et Rapport sur Victor de l´Aveyron", por Jean Itard.





Ana Kontroversy




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