Historia del actor Lucien Guitry.
En la galería de Valois del Palacio Real, el comerciante Aubril tenía una tienda de cuchillos. Era un negocio surtido y próspero porque había inventado una excelente pasta, la pasta Aubril, para afilar navajas de afeitar. Era un bastoncillo plano con el cual se frotaba el cuero antes de afilar la navaja.
El patrón Aubril pretende asociar a Guitry, ya que llegaron a una buena amistad. Pretende por mil quinientos francos vitalicios venderle el negocio y el secreto de la pasta.
Aubril falleció dieciocho meses después y Guitry cogió la plaza. Y se hizo llamar Aubril discretamente.
En esta tienda se crió Lucien Guitry. Era un alumno regular, lo cual inquietaba a la madre. Sólo destacaba con la recitación, lectura y escritura. Pasaba días enteros en una sala de lectura. Leía creaciones de teatro y las aprendía de memoria. Cuando la directora de la sala de lectura lo comunicó al padre recibió la noticia con orgullo. Había heredado esa pasión del progenitor, el cual adoraba el teatro.
Por las tardes, cuando la Comédie Française había vendido escasas entradas, un empleado del teatro repartía a los comerciantes de las galerías pases para el patio de butacas. El señor Guitry nunca desperdició un pase.
Una tarde, a los trece años, Lucien Guitry se atrevió a llamar a la puerta de un viejo actor llamado Montrose. Quiere que le enseñe los intríngulis de las candilejas. Al recitar idóneamente "El Filósofo Casado", el papel de Scapin, Mollius, Pompeyo y Arnolfe, Montrose permite a Lucien asistir a la Escuela de Teatro.
A los diecisiete realizó su debut con el teatro de Étampes, con la comedia de Erckman-Chatrian "El amigo Fritz", que el padre alquiló para él cada domingo.
Tres años después viajó a San Petersburgo, ciudad que le deparó innumerables éxitos. Escenifica "Hamlet", "La dama de las camelias", "Kean". Permanece nueve años y representa una pieza cada semana. Una noche es Luis XI, otra noche representa "Sapho", "El Correo de Lyon", "Ruy Blas".
Regresa a París para interpretar los autores más famosos. Georges de Porteriche, Maurice Denais, Alfred Capus, Henri Bataille, Henri Lavedant. Comparte escenario con las actrices más ilustres, Sarah Bernhard, Réjane, Jeanne Granier, Marthe Brandeis.
Para indagar si puede interpretar el papel de "Crinquebille", de Anatole France, ensaya el personaje en la calle, un vendedor de hortalizas.
Finalizado el contrato, conversa con el autor del drama, Leclerc. Reprueba la calidad del guión. Tiene que ayudar a amar al publico las cosas hermosas que desprecia porque las ignora. No alcanza con enseñarle lo feo, sino con mostrarle lo hermoso. Tiene que coger gusto a la felicidad, a la profesión, al amor, a la gloria, a la salud. Todo lo que sea accesible. Sólo hacerle llorar cuando sea imprescindible. El publico es el país. Tiene que poder divertirlo, entretenerlo, conmoverlo, hacerlo reír, serle provechoso.
Un viejo amigo se presentó a saludarle. Hacía quince años que no se veían. Una sobrina se encuentra fascinada por el actor. Enamorada, la joven acompaña a Lucien al sur, cerca de Mónaco, con un viaje de relax.
Al la vuelta el tío exige explicaciones. No obstante, la joven se halla feliz y bellísima. Realmente ha retado a Guitry a desarrollar el papel de enamorado. Los del teatro el salir perfectamente lo llaman defenderse. Uno ama a través de cualquier periodo, pero ser correspondido exige tener una edad similar. Una pareja peculiar ama alternativamente.
Ante el fracaso de publico el director del viejo teatro suplica a Guitry retornar al escenario. La joven debutante entiende perfectamente el papel. Actuará con Guitry. Es una solución, ya que no desea compartir tablas con la vieja compañera de reparto.
Durante los ensayos la joven señorita imitaba los recitados y no lo hacía mal. Pero elevada al escenario cuando vio que actuaba pretendió imitar las pruebas y lo hizo fatal. No se es actor de un día para otro. Es un oficio difícil y es preciso aprenderlo. Obstinada con actuar, Guitry precisa explicar que el publico viene para ver una representación interpretada por actores. Es cuestión de luchar con el intrusismo, los que se dedican al teatro para salir del paso. La ofendida aspirante coloca al profesional ante el compromiso de actuar mañana o marchar esta noche.
Luego llegó "Pasteur", con el Théâtre du Vaudeville, que fue para Lucien Gruitry el momento más feliz de su vida. Leyó el texto con esa atmósfera siniestra y recogida con la que se elabora la actividad del actor. Esta ocasión es dirigido por el hijo, Sacha Guitry.
Una noche, durante la representación numero ciento diez de "Pasteur", Lucien Guitry no simulaba escribir, anotaba realmente mientras seguía su actuación. Es una improvisación. Manda el envío de la carta. Y desde un palco la gran actriz italiana La Duse abría el mensaje. Le dedicaba la realización de esta noche.
Demostró su deferencia hacia la felicidad, el amor por el oficio y el respeto por el teatro.
Ana Kontroversy

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