lunes, 4 de marzo de 2013

ROBERT BRESSON. LES DAMES DU BOIS DE BOULOGNE, 1945





A la salida del teatro, el acompañante de Hélène (María Casares) no consiguió distraerla. No hay amor, sino pruebas de amor.
Cuando llega a casa, la espera Jean (Paul Bernard), de quien se encuentra enamorada. Hace dos años, decidieron vivir el uno para el otro. Pero algo ocurrió. Jean sigue igual, pero Hélène ha cambiado. No sufre la impaciencia. Jean la ve maravillosa. Sería horroroso que uno amara más que otro. Evitan una ruptura grotesca. Ninguna perfidia. Recuperan la libertad. Algún día volverán a encontrarse.
Sin embargo, Hélène sufre la separación. Planea una venganza.
Agnès (Elina Labourdette) es una bailarina que ameniza fiestas privadas. La madre dirige la carrera de la hija. Después de un party sigue otro en casa. Hélène sigue sus pasos. Agnès baila con los invitados. A uno que excede las buenas maneras, responde apagando un cigarrillo en la barbilla. Abofetea a la artista. La madre repara en Hélène. Son antiguas conocidas y perdieron la pista hace tres años. Agnès y su progenitora sufren el revés de la calamidad desde que llegaron a París. Agnès quiere vivir para el baile. Hélène pretende proporcionarles una vitalidad menos peligrosa. Agnès dejará de exhibirse en publico. Hélène busca un piso y paga las deudas. A Agnès, el alojamiento se le antoja una prisión.
Citadas en el bosque de Boulogne, Hélène invita a pasear a Jean. Origina de la convergencia una casualidad y el hombre recibe un flechazo de Agnès.
Jean interroga a la antigua amante acerca de si tiene noticias de las mujeres del bosque de Boulogne. Quiere ver a la joven, divertirla.
Aguarda en la puerta del piso una noche de lluvia. Por fin aparece Agnès, la cual muestra desdén por el pretendiente. Un lazo le une desde que la vió. Se llama certitud. Permite que se cobije de la lluvia, pero no el acceso. Recuerda al galán que no reciben a nadie.
Jean envía lirios y rosas a Agnès. Pero, según Agnès, lo estropean todo. A través de las flores ve un rostro de hombre que la amenaza.
Agnès declara a Hélène que fueron descubiertas. La vengativa mujer aconseja alejar al cortejador. Conchabadas escriben una carta.
Jean expresa desesperación. Agnès es maravillosa. Hélène sugiere que las deje en paz. Muestra la carta. El hombre encuentra deliciosa la caligrafía. Tiene que prometer volver a verlas. No se trata de placeres. La ama, pierde la cabeza. Como marcha, la enigmática mujer promete arreglar un contacto.
Agnès, en su pasión por la danza, baila en la salita del piso unos aires de Europa Central. De pronto, se desvanece. Es el corazón.
Invitadas a cenar, se presentó Jean. Agnès señala que no se puede llegar de improviso. Desconcertada, dejó    deslizar un vaso al suelo. Jean resuelve que esa mujer tiene que pertenecerle.
Agnès no desea aceptar nada de Hélène. Sin embargo, sin su ayuda se encontrarían en la calle.
Jean las visita en el pisito. Con Agnès ausente, admira el ámbito que habita. La madre hace desaparecer unas fotos de Agnès vestida de bailarina y un sombrero de copa, surgido de un escondrijo, pasa por el atuendo de un disfraz. Jean alarga una carta.
Agnès regresa contenta porque encontró una colocación. Rompe la carta sin leerla, aunque de los pedazos vislumbra una frase, con la ilusión de que acuda a la cascada del parque. La preocupación de las dos mujeres es que reconozcan a Agnès en el empleo.
Agnès no es capaz de cruzar la puerta de salida de la tienda. Un séquito de admiradores la acechan. En la casa saben que fue bailarina.
¿La vida consiste en arrastrar eternamente el peso de un error? Entiende que los hombres son atroces. Pero tiene que dejar que las cosas se desarrollen solas. Prueba unos pendientes delante del espejo. Si las perlas fuesen verdaderas las tiraría por la ventana. Reciben una visita inesperada de Hélène. Desasosegada, descubre los pendientes. Cuando pasó por el joyero las perlas habían sido vendidas. Obliga a Agnès a quitarlas y no actuar como una zorra. Tiene que cooperar en el amparo que les brinda.
Agnès acude al encuentro de Jean en el bosque de Boulogne. Trae una carta que desea que lea. Pasean por las cuevas de las cascadas. De regreso, en el coche, escruta melosa a Jean. Citados en el andén para viajar a Lyon, Agnès prepara el equipaje. Informa a la madre, que no relató a Jean confidencia alguna del pasado.
Jean ya no posee ni una sombra de voluntad. Por momentos, ansía conducir hasta el agotamiento, la catástrofe.
Agnès atraviesa una crisis. Solicitan a la patrocinadora el consentimiento de poder actuar. Quieren oír que deja a Agnès libre de obligaciones. Hélène adivina que se halla a punto de casarse. Aunque entonces, Jean se enteraría de todo.
Jean expone la decisión irrevocable de la boda. Hélène sólo podría casarse con un hombre, con él. Fija el porvenir en sus manos. Tiene que comunicarles sus pretensiones. Hélène se encarga de organizar la boda.
En la lujosa ceremonia nupcial, una vez casados, el sentimiento de Hélène impulsa a contar a Jean la equivocación cometida. Incita a pasar la vista por los invitados.
Agnès, recluida en una habitación, no desea ver a nadie. Jean nada intuye, ni quiere descifrarlo. Agnès sufre un desvanecimiento. Recoge el cuerpo desfallecido y traslada a Agnès al lecho.
Jean monta en el coche y ve a Hélène. Pide explicaciones. Se casó con una zorra, una bailarina. Jean jugó a la amante una mala pasada, y respondió con similar sutileza.
Jean desahoga la pesadumbre con la velocidad.
Cuando vuelve, encuentra a la joven casada transida por el dolor. Sufrió tres síncopes. El corazón puede ceder de un momento a otro. Jean toma asiento al lado de la esposa. Con los ojos cerrados, Agnès aspira a que con el tiempo la excusará. Juzgará por su conducta. Es feliz si acepta un poco de su presencia. No tuvo la entereza de abrirle los ojos. Pero Jean exhorta a Agnès a agarrarse a la vida, indicación del camino del Tao. A agarrarse a él. Tiene que realizar una bravura, luchar. Es su mujer y la ama. Es preciso que se mantenga a su lado.
Según un cuento de Diderot. Diálogos de Jean Cocteau.  





Ana Kontroversy


1 comentario:

  1. tiene usted un fantastico blog de cine clasico y muy buenos temas Lo sigo con interes mis congratulaciones

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