Bo (Bilger Malmsten) llega a casa de permiso.
La ciudad le resultó pálida. No volvió desde hace diez años. Es músico en un
parque de atracción.
Esto comienza por un peso sobre el corazón,
que aumenta y cambia en otra cosa. Una sombra que sigue a Bilger y oscurece
mientras se acerca a casa. Una sombra de la que no puede desembarazarse y que
no cesó de frecuentar desde los doce años.
Bo recuerda la insolencia de los años
infantiles, cuando se enfrentaba al padre, un empleado de ferrocarril.
Escapó del hogar. En un vagón al aire libre,
viaja con unos aventureros. Una niña ciega canta y toca el acordeón. El
fabuloso Trío Tirolés de Friedel. Bo sólo responde al impulso adquirido. Odia a
los adultos y jamás tiene miedo.
Tiene un plan. Fugarse al alba con Marthe, la
niña ciega. Bo experimentó con el manejo de una locomotora y huyen.
Felices de tener a Bo en casa, Estocolmo
complacería a Frida. Las noticias son que circula un express nuevo, pero no
para aquí.
Bo camina por los raíles. No es la primera vez
que viene a este sitio preciso. Un precipicio. Pero no hay nada que ver aquí.
Por tanto, tiene que venir, quedar y recordar.
Visita la granja de Eva. La agonía del abuelo
impregna la atmósfera.
Bo y Marthe marchan a gran velocidad. Al
encontrar unos operarios, la locomotora desbarranca por el declive. La niña no
sobrevivió. El padre de Bo amenaza con el manicomio al estulto adolescente.
A Bo no le queda el recuerdo de cuando bailó
con Eva en San Juan, un día de otoño que recogieron frambuesas, el zorrito que
acogieron. La novia quiere volver a casa, altanera. Pero Bo ama a Eva. Aunque
todo llega a ser muy complicado. No hay problema, aparte de lo que siente
dentro.
Bo comparte piso con Susanne (Eva Dalbeck) y
Göran (Stig Olin), dos vividores. La ligereza de la mujer obliga a Bob a
recordarle que Göran es un amigo, que Susanne es la esposa y que se quieren. Una
foto de Eva indica que Bo tiene novia.
Eva y la abuela escuchan la radio en casa de
los Friedriksson, que retransmite una actuación con Bo a la trompeta, desde el
Tivoli.
La seductora Susanne recibe un abrazo de Bo,
ante el estupefacto marido, el cual le hace frente. Bo advierte que incluso un
ingenuo campestre sabe que la teoría y la práctica difieren. Ya que invita a
Susanne a la habitación, Göran tumba al atrevido.
Completamente ebrio, tirado en la cocina,
Susanne manda cortar el tubo del gas. Las
súplicas de Göran no son atendidas. Eva al encuentro del novio, Bo
despierta, sudoroso y atormentado, de un pesado sueño.
Bo prepara el equipaje sin perder tiempo. Todo
es negrura y vergüenza. En el fondo, no puede aceptar una cosa terrible. Una
cosa que inicia de un modo malvado. No es capaz de dominarse.
Llegan noticias de Eva y Bo. Pasan un momento
maravilloso en la isla Ytterskär. Bo es un marido gentil y atento. Pronto serán
padres. Aunque la minas explotan con terrorífico ruido.
Eva experimenta alternativamente la felicidad
y la tristeza. Las cosas suceden sin contexto.
Bo y el vecino de la isla acompañan a Eva a la
partera. La travesía es dificultosa. El bebé tiene ya carácter. Bo sostiene el
niño y todo deviene límpido. Decide llamar al bebé Mikael.
Guión de Ingmar Bergman.
Ana Kontroversy
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