Una tarde, París adormece. Y a la mañana siguiente, el guardián de noche de la Torre Eiffel (Henri Rollan), después de descansar en un catre, en un habitáculo de la torre, prendido un cigarrillo y tras echar una ojeada en la mañana gris, se pregunta por qué, en la ciudad, nada se mueve.
Es casi mediodía, y como no viene ninguna persona, desciende por la escalera de caracol hasta el suelo, y comprueba la desolación de las avenidas, los parques solitarios, los palacios y las catedrales, los museos vacíos. Encuentra a varias personas aisladas. Permanecen inmóviles, algunos en posturas decididamente inquietantes, como el que realiza el ademán de lanzarse al Sena y tiene una tarjeta en la mano, del comisario. Le regala unos billetes. Conductores inertes en los vehículos. Un elegante, vestido de etiqueta, apoyado en el alféizar de una ventana.
En el aeropuerto aterriza un avión, la tripulación compuesta por el piloto (Albert Préjean) y un grupo de pasajeros. Descubren al personal en idénticas condiciones. El guardián converge con estos raros especímenes. Comentan que, cuando ocurrió la transformación, aquel se hallaba en lo alto de la torre, y los otros en un avión.
En el aeropuerto aterriza un avión, la tripulación compuesta por el piloto (Albert Préjean) y un grupo de pasajeros. Descubren al personal en idénticas condiciones. El guardián converge con estos raros especímenes. Comentan que, cuando ocurrió la transformación, aquel se hallaba en lo alto de la torre, y los otros en un avión.
Emprenden en un auto una dirección determinada. Pero en la casa nadie contesta a la llamada. Consiguen acceder, y hallan a los moradores sentados, dormidos, ausentes. Deciden no dejarse abatir.
De nuevo a bordo del coche, recalan en un restaurante, en el que los comensales persisten en las mesas, los camareros como esculturas, y la banda de música en las posturas convencionales. Resuelven aprovechar la ocasión por su cuenta. Incluso entablan conversación con los inanimados acompañantes. Un collar y un moderno chaquetón, adornarán a la mujer consciente del grupo.
Se encargan de abrir las puertas de los almacenes y las tiendas, incluido el banco. Todo París es suyo.
Con bañador, juegan en una fontana. En la torre, echan unas partidas a las cartas. El guardián congenia con la joven. El piloto adopta una postura vigilante.
Toman posesión de un cajón lleno de dinero. Pero, ¿Cómo encaja la riqueza, cuando uno se aburre? Hacen papiroflexia con los billetes.
Una pelea en lo alto de la Torre Eiffel. Puede tener peligrosas consecuencias.
Reciben un mensaje por radio. Especifica unas señas, y el distintivo será un pañuelo en la ventana. Acuden rápidamente. Es una adolescente, la cual requiere silencio. Unida con los visitantes, después de salir por la ventana, explica que es del sótano de donde emanó el pesado y grave rayo, el que adormeció el mundo. Es una faena de su tío, el profesor Ixe. Inmovilizan al ejecutor. Es preciso despertar al planeta. El profesor no había previsto esto. Lo vapulean. Se dispone a ensayar una solución.
Llena la pizarra de fórmulas matemáticas y de figuras geométricas. El tiempo sigue detenido. Pero, al activar una palanca, las figuras recobran los movimientos. Algunos transeúntes encuentran billetes de mil, esparcidos por la calle.
El guardián de la torre y la sobrina del profesor regresan al laboratorio. La joven acciona la palanca, y todo queda inmovilizado nuevamente. El profesor vuelve a manipular la barra, y las figuras y los objetos recobran la energía.
El guardián es atrapado, mientras despojaba a un viandante del contenido de la cartera. En la comisaría, espeta que el mundo entero durmió durante cuatro días. Encuentra detenidos a los demás compañeros. Todos cuentan una historia similar.
La comitiva emprende el regreso en avión.
El guardián de la torre invita a la sobrina del profesor a atisbar el paisaje desde las alturas. El profesor Ixe permanece sentado en el pavimento del coloso de hierro.
Ana Kontroversy

Es linda la fotoes un truco de cine o se subieron alla para actuar??
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