De todos los lugares vienen a Selânger a
alabar su oficio. La aldea quiere ganar tierras al pantano. Cuentan desecarlo
con un canal de evacuación hacia el mar. Los campesinos saltan de gozo.
Marit (Jenny Hasselqvist) es una joven
huérfana recogida en la granja de Johan (Mathias Taube). Sólo conoció un
refugio: el afecto paternal del señor. Ve flirtear a un jornalero y se muestra
abatida.
Los jornaleros son albergados por los
granjeros. La granja de Johan acoge a algunos. El extraño (Urho Somersalmi) en
el que se fijó Marit, desplaza a un atrevido pretendiente que importuna a
aquella. Esa fue la primavera fugaz de su corazón. Porque cuando le puso el
desayuno, era de nuevo la joven de antes.
Todos los granjeros se congregaron para
asistir a la destrucción del dique. Las atenciones del extraño son un constante
fracaso. Es el primero que navega el canal proyectado.
En la granja, Marit se afana nerviosa; asume
las amonestaciones de la patrona, la madre de Johan.
Johan dispone unos troncos de madera y resbala
en el precipicio. Cuando un obrero tenía menester de atravesar el río, encendía
como señal un fuego en la orilla. La madre de Johan detecta la fogata y envía a
Marit, quien encuentra a Johan inconsciente. Sufrió un golpe en las piernas.
Enternecido por los cuidados de la huérfana,
tiene que enfrentarse a las recriminaciones de la madre.
Desde una mañana de Navidad, hace 18 años, fue
como un padre para Marit. Iba en trineo cuando encontró a una mujer moribunda,
desfallecida en la nieve, que le suplicó ayuda. A la luz de la antorcha,
descubrió un bebé y decidió acogerlo. Y hoy le pidió ser su mujer.
Marit había de dejar la granja antes de que
Johan se restableciese. El hombre ve la marcha, pero no puede moverse del
lecho. Desde la ventana exige que retorne. La madre pretende evitar la irrisión
de los paisanos. Pero mientras Johan viva, Marit quedará aquí.
Marido y mujer, cada día que pasaba la joven
mujer se alejaba de él.
El extraño aparece en escena. Marit ofrece
hospitalidad al viajero. El hechizo mantiene la intensidad. Johan es un ingenuo
testigo del cortejo.
Era ya pleno día cuando el forastero despertó.
No desaprovechó la ocasión de enamorar a Marit. Indolente, tirado en el prado,
no se había equivocado. Convence a la mujer para que marche con él. Fatigada,
agitada por el acoso, Marit ayuda al esposo con la red de pesca.
Una hoguera en la rivera. Es la madre que
llama. Johan resuelve que quede donde se encuentra. Marit le acucia a buscarla
en seguida, si no sería falta suya.
La mujer explica al extraño que cada verano
viene a atormentarla. La paciencia tiene límites. Siente ganas de dejar que
todo sucumba. El apasionado amante sugiere que le deje conducir y librar de
esta vida. Marit huye, desconcertada.
La madre de Johan descubre el pescado por
tierra, y tropieza con el visitante, que abandona el lugar. La señora exaspera
a la nuera, quien opta por alejarse. Johan, el cual cojea, advierte a la madre
que si atormenta a la mujer la conducirá de regreso.
Marit distingue al extraño a bordo de una
barca y, aunque duda marchar con él, no impide que la traslade en brazos a
bordo. La corriente es densa y los amantes se dirigen hacia los rápidos.
Informado, Johan atraviesa el arenal.
Los evadidos divisan los rápidos. Las fuertes
corrientes aterrorizan a Marit. La barca casi no puede sostenerse a flote. Con
dificultad, encauzan el bote a tierra. El extraño avisa a la mujer que se
enganche, lo peor queda por venir.
En consonancia con los films paleográficos de
Stiller, "Sangen om den eldröda blomman" (Canción de la flor de color
rojo sangre), 1919; "Gunnar Heder Saga", 1927, el torbellino los
arrastra en la fuga. Johan planea
movilizar a cien hombres, encontrará al raptor.
Los fugitivos consiguen por fin arribar a un
remanso de aguas tranquilas. Reposan en una cabaña desvencijada. Todo pasó como
en un sueño: la travesía de los rápidos, la atracada al islote. El extraño
descansa en la arena, con su peculiar inorgánica postura. Lanza al río los
troncos de la hoguera. Podrían reclamar la atención de los otros.
A la embriaguez de la victoria sucedió la
duda. ¿Qué hará él de la mujer de otro?
Ausente el extraño, llega un hombre anciano.
Cuando vio el humo supo que aquel había vuelto. Cuenta a Marit las numerosas
conquistas. Cada verano trae una nueva.
Johan había remado sin tregua, perdida la
noción del tiempo y obsesionado por Marit.
Los remordimientos asaltaron a la mujer.
Cabizbaja, explica al viejo que el extraño la persiguió y hostigó. Huyó sin
reflexionar. Quiere retornar con el marido.
El extraño cazó unas aves. Sin embargo, halla
el rechazo de Marit.
El anciano indica a Johan el paradero de la
esposa. Se apresura a ir en su busca. Marit abraza al marido. El aventurero le
desafía con una sonrisa. Enfurecido, Johan ataca con un gran tronco y derriba
al embaucador. Pide que muestre sus dientes de lobo y su risa de fanfarrón. Le
robó su unica fortuna.
Los esposos manifiestan frialdad. Marit
suplica. Si la abandona, no le quedará otra cosa que ahogarse. Perdió la
cabeza. Es a Johan a quien ama. Quiere reconstruir lo que destruyó. Con
lágrimas, Johan la invita a montar en la barca.
Lucharon contra la corriente y afrontaron su
destino. La niebla donde erraron no hace
mucho se disipó y la quietud de la felicidad se apoderó de los dos.
Ana Kontroversy
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