martes, 15 de marzo de 2011

PLATA, UN METAL SIMBÓLICO 2








Vannoccio Biringuccio expone cómo debe forjarse el cobre con el plomo con el objeto de quitarle la sustancia de oro o de plata que pueda contener. Cómo afinar la plata por un lado y obtener el plomo fino por otro. Investiga la cuestión de la separación del oro de la plata y de llevar los dos metales preciosos a su ultima perfección. Experimenta la preparación de la acqua acuta (agua aguda), el ácido nítrico, que se utilizaba para el método empleado para esta separación. Describe otra manera, por vía seca, aplicando la mezcla metálica con azufre o antimonio.

Boccaccio
Popolinos de plata.
Un riachuelo que desde una de las quebradas que las colinas dividían caía por un lecho de piedra viva permitiendo oír un rumor grato al oído y esparciendo un salpicar de agua que a lo lejos viva plata semejaba.
Pomos de plata bellísimos llenos de agua de flor de jazmín y de aromas compuestos.
Una monedita de argento.

Chaucer
Dagas delicadas montadas con plata forjada cincelada haciendo juego con cinturones y bolsas.

Aretino
Cascabeles bellos de plata que tiene a los pies el Aquilón de la puerta del Embajador.
Capa con capuchón de brocado de plata como solían usarlo antaño los escolares con sus manteos.
Prestar cuando se presta a usura sobre garantías de oro o de plata.
Carlín, moneda de plata.

Rabelais
Un grueso y largo anillo de plata con el que había engarzado un enorme peligro.
Cubrirse con un saco mojado es como defender una mala causa, porque se decía que para ganar un pleito hacían falta tres sacos; uno de papeles, otro de plata y otro de paciencia.

Cennini
Filones de plata acompañados por minerales de cobre, azurita.

Cellini era un platero renombrado, un excelente soldado y un músico mañoso.

Paracelso
Los hombres reciben de los pigmeos plata.

Bodin
Reputación de falso monedero del rey Felipe el Hermoso, llamado por el poeta Dante falsificatore di moneta. Por primera vez, rebajó la moneda de plata a la mitad de su ley.
Es preciso ordenar en la republica que las monedas sean de metales simples y publicar un edicto por el que se prohíba, bajo pena de prisión y de confiscación de los materiales, mezclar oro con plata, o plata con cobre. Por ser imposible, como afirman los refinadores, refinar el oro a veinticuatro quilates, sin mezclar otro metal, ni la plata a doce dineros, sin que quede algo de la aleación, podría determinarse que la plata labrada y en moneda sea a once dineros y doce granos. Las monedas de oro y plata serán más sólidas y duraderas. A fin de que la justa proporción entre oro y plata -de doce a uno en Europa- sea mantenida en el peso de la moneda, es preciso acuñar las monedas de oro y plata con pesos iguales de 16,32 y 64 piezas el marco.

Holinshed
Plato de arco y vasija de plata.

Spenser
Ancla de plata.
Una fuente de sustancia rica / Pura y brillante que la plata inunda.

Sydney
La refrescante agua de los ríos de plata.
Sus manos como mineral de plata sin procesar.
Como fundidores de sudor extraían la plata pura de sus cuerpos del urato (sal) de sus ropas.
El cielo había encerrado tacañamente al completo / En un cofre de nubes oscuras sus monedas de plata.

Nash
Brillar salmuera de las olas de plata canosa.

Shakespeare
Casta Diana. Cintia, pudorosa, quiere oscurecer su fulgor de plata hasta que la falsaria naturaleza sea ganada de traición por haber robado al cielo los moldes divinos con los que te ha formado a despecho del prepotente Olimpo a fin de avergonzar al sol durante el día y a la luna durante la noche.
Lluvia de plata.
(Venus y Adonis)

Dinero, ¡antes se transformen como barro todo el oro y la plata! No valen más, sino para aquellos que adoran dioses de barro.
(Cimbelino)

Tapicería de seda y plata con la historia de la orgullosa Cleopatra cuando encontró a su romano y el Cidno hinchado por encima de las orillas, ya fuera por el golpearse de las naves o por orgullo. Tapicería perfectamente hecha, rica, competían la pericia y el valor, exquisita y exactamente hecha con la que estaba la vida propia.
Marco, moneda de plata alemana equivalente al chelín. Antes era una moneda sueca de un valor de 1/2 real de vellón. El marco de Hamburgo era la décima parte de un doblón de oro de España. Durante la Edad Media era moneda española. Aparece con el poema de Fernán González a causa de que se solía pesar el oro y la plata para ayudarse de estos metales no acuñados como moneda, como en Grecia con los talentos cuando eran cantidades grandes.
Siclo. Moneda de plata usada entre los hebreos de un peso de media onza ática.
Barba de plata.
Mentiras, eso es de mercaderes, que la dan a los soldados. Estos les pagan con plata contante; por tanto, no les dan nada.
Luna cual arco de plata.

Jonson
Lo que hacen, lo que dicen los bufones, ¡plata fina!
Coronas, monedas de plata, que llevaban grabada una corona.

Locke
La humanidad ha hecho un convenio en otorgar un valor imaginario al oro y la plata, en razón de su durabilidad, escasez y dificultad de ser falsificados, y los ha convertido, por consenso general, en la prenda común, por lo que el hombre está cierto de recibir cosas igualmente valiosas, que aquellas de las que se ha desprendido por una cantidad de estos metales. En consecuencia, el valor intrínseco de estos metales, que los hace ser instrumentos de trueque, es la cantidad que los hombres dan o reciben. Porque igual que el dinero, no tienen otro valor que ser la prenda que nos proporciona aquello que uno precisa o desea. El valor intrínseco de la plata y del oro que se utilizan en el comercio es su cantidad.
Para poder calcular la paridad con la subida y bajada de la transformación, es menester saber el valor intrínseco, cuánta plata hay en las monedas de los dos países, en virtud de la cual estimáis y cobráis la letra de cambio.
Vírgula divina, capaz de descubrir minas de oro y plata.
La plata, que constituye el valor intrínseco del dinero, comparada consigo, sea el sello o la denominación de uno o de diferentes países, no puede ser subida. Porque una onza de plata, no importa si está en los peniques, los groats, las coronas, los stivers o los ducados, o en lingote, eternamente tendrá el valor de cualquier otra onza de plata, bajo cualquier denominación o sello. El valor de la moneda, comparada con otras monedas es mayor, menor o igual, en cuanto tenga más, menos o igual plata.
Como la mayoría de la plata del mundo, ya sea en dinero o platería, es una aleación (está mezclada con algunos metales), la plata fina (separada de los metales) es, habitualmente, más cara que una unidad igual de plata fundida, o mezclada con metales. Porque, además del peso de la plata, aquellos que precisan plata fina, como los florines, los wyre-drawers, etc., deben pagar, según sus menesteres, además del peso de la plata mezclada con otros metales, un excedente, para recompensar la habilidad y el esfuerzo del refinador. Y en este caso, la plata fina y la aleación o plata mezclada, son consideradas como dos mercancías diferentes. Pero como ningún dinero se acuña con plata fina, esto no concierne al valor del dinero, mientras que una cantidad igual de plata es de igual valor, no importa cual sea su sello o denominación. Entonces, lo que puede hacerse en lo que se refiere al gran misterio de la subida del dinero, es sólo transformar la denominación.
Esta subida de nuestro dinero, o darle a una cantidad menor de plata el sello o la denominación de una cantidad mayor, puede hacerse de dos maneras.
1. Subiendo sólo una especie de moneda de vuestro dinero. Se hace, acuñando cualquiera de las especies con menos cantidad de plata de la que requiere el valor que tiene vuestro dinero. La cantidad de plata que hay en cada especie de moneda, constituye su valor real e intrínseco. Por eso, la debida proporción de plata debe mantenerse en cada especie, conforme a los respectivos valores fijados por la ley para cada una.                                                        
2. Subiendo vuestras monedas de plata a un tiempo. La cantidad de plata pura separable del metal constituye el verdadero valor del dinero.                                                                         
La plata es un cálculo muy diferente a los demás. Es la cosa del negocio y el cálculo de ese negocio lo que determina la cantidad de plata de igual valor a la cosa vendida, que en el comercio pasa del comprador al vendedor. Determina el valor de la mercancía y se da como un valor equivalente. Pero esto se hace por su cantidad, y por nada más. Ya que la plata es también el instrumento de cálculo del comercio, que se da por las cosas que se comercian, y que todo el que desee obtener la mayor cantidad de plata que pueda por la mercancía que vende, calcula el valor de la mercancía que vende por la cantidad de plata que obtiene.
Sólo un metal puede ser el dinero de las cuentas y contratos, y el cálculo del comercio de un país. Los demás metales, el oro y el plomo, son mercancías. 
El dinero difiere de la plata no acuñada, en que la cantidad de plata que hay en cada moneda es determinada por el sello que lleva, que se pone para dar garantía publica de su peso y fineza.

Como el oro y la plata, al ser poco útiles para la vida de un ser humano, en comparación con la utilidad del alimento, el vestido y el transporte, adquieren su valor por el consentimiento de los hombres, siendo la tarea  lo que constituye dicho valor, es claro que los hombres han dispuesto que la posesión de la tierra sea desproporcionada y desigual. Con tácito y voluntario consentimiento, han encontrado el modo en que un hombre puede poseer más tierra de la que es capaz de usar, recibiendo oro y plata por la tierra sobrante. 
Esta distribución de las cosas, según la cual las posesiones privadas son desiguales, ha sido posible al margen de las reglas de la sociedad y sin contrato alguno. Y se ha logrado, asignando un valor al oro y la plata y acordando tácitamente la puesta en uso del dinero.
Se disuelve la plata en aqua fortis.


Mandeville
Si Demetrius u otro platero no hiciera otra cosa que relicarios de Diana, ahora que el culto a esta diosa ha pasado de moda, no le sería posible ganarse el pan.
España y Portugal, cuyas minas les proporcionan anualmente nuevas cantidades de oro y plata pueden, en cualquier momento, comprar con dinero contante, mientras sus ingresos anuales de oro y plata continúen. Pero, en este caso, el dinero es la riqueza y el producto del país.
Dejemos que el valor del oro o de la plata suba o baje, pues el provecho de las sociedades dependerá de los frutos de la tierra y del trabajo de la gente. Ambos son un tesoro más cierto, inextinguible y real, que el oro del Brasil, o la plata del Potosí.
El dinero no tiene valor intrínseco, sino que cambia con los tiempos; esto se debe al trabajo del pobre, del que se derivan las comodidades de la vida, y no al alza o la baja del valor establecido para el oro o la plata.


Pepys
Casa de la Moneda. Nuevas piezas de oro y de plata realizadas por el Rey, a la manera de Blondeau. Comparadas con las de Oliver ejecutadas por Symons mientras las del Rey fueron ejecutadas por Rotyr, alemán, las ultimas son mejores debido a su suavidad, pero las del Protector son más reales, más semejantes al original.

Voltaire
Libra nominal, denominación empleada para designar una parte de un marco de plata. Generalmente, se expresa en libras el valor de los compromisos pecuniarios.
Deberían consistir las transferencias en las monedas,
1º, en llevar las valuaciones en monedas a un peso de uno solo de los dos metales preciosos y en no fijar ninguna referencia entre el valor de ese metal y el del otro; la diferencia entre la proporción fijada y la del comercio es una fuente de provecho para algunos particulares y de pérdida para otros;
2º, en transformar las denominaciones y las monedas, de manera que cada moneda se ajustara a un numero exacto de las divisiones de la libra nominal y del marco de plata y guardaran una referencia expresada por numeros enteros y redondos; podría agregarse al sello en cada moneda un numero que expresara su peso y en las de plata su valor nominal;
3º, en hacer las monedas de un metal puro,
a) porque es un material que hace sencillo saber la referencia de su valor con la de las monedas extranjeras y propicia a la propia la preferencia sobre las demás en el comercio,
b) porque representa la manera de llegar a la uniformidad del valor nominal de las monedas entre diferentes países, una gran ventaja; la uniformidad en un solo país se establece por la ley; puede establecerse entre varios cuando la ley se apoya en la naturaleza;
4º, en no sacar más provecho de las monedas que el preciso, para los gastos de su fabricación; esta fabricación consta de dos partes; las operaciones precisas para preparar el metal a un valor nominal dado y las que reducen el metal a piezas de moneda.

Smith
La libra esterlina inglesa, en la época de Eduardo I, contenía una libra, con el peso de la torre, de plata de una ley determinada. La libra de la Torre pesaba algo más que la libra romana y algo menos que la libra Troy, de una ley dada.
La libra de moneda escocesa contenía, desde los tiempos de Alejandro I hasta los de Robert Bruce, una libra de plata de igual peso y ley que la libra esterlina inglesa.
Hubo monedas de plata en Inglaterra en tiempo de los sajones, pero se acuñó muy poco oro hasta la época de Eduardo III, y ningún cobre hasta la de Jacobo I. Cuentas llevadas y valores de todos los bienes y propiedades computados en plata.
La reforma de la moneda de oro ha incrementado el valor de la moneda de oro y el de la moneda de plata en proporción al oro en barras.
La marca esterlina en los utensilios de plata proporciona al comprador garantía.
La plata se halla mezclada con otros minerales; el oro se halla virgen.
En el año dieciséis del reinado de Eduardo III, diez peniques contenían una media onza de plata, peso de la Torre, casi equivalente a media corona de nuestra moneda presente.
El cereal es algo de menester, la plata sólo superflua.
Reinado de Carlos II. Acusado envilecimiento de la moneda de plata por su desgaste y recorte. Valía un veinticinco por cien menos, que su valor legal.
El aumento en la cantidad de oro y plata en Europa y la expansión de su industria y agricultura, son dos acontecimientos que, aunque han casi coincidido en el tiempo, derivan de causas diversas. El uno ha surgido merced a un mero accidente; ni la prudencia ni la política han desempeñado papel alguno. El otro ha derivado de la decadencia del sistema feudal y del establecimiento de un gobierno, que ha otorgado a la actividad económica el estímulo que precisa; una tolerable garantía, de que va a disfrutar del fruto de su esfuerzo.
La sustitución de la moneda de oro y plata por el papel moneda equivale a reemplazar un instrumento de actividad profesional muy costoso por uno muy barato y útil.
Un banco que emite más papel que el que puede ser utilizado en la circulación del país, y cuyo exceso está retornando al banco, para su reembolso, debe incrementar la cantidad de oro y plata de sus cofres, en una proporción mayor a esta emisión excesiva de su circulante, porque sus billetes refluirán al banco mucho más rápido de lo que correspondería, según el exceso de su cantidad.
Establecidas las dos leyes, que la riqueza consiste en oro y plata y que esos metales pueden ser adquiridos por los países que no tienen minas, sólo mediante la balanza comercial, o exportando más de lo que se importa, el propósito de la economía política pasó a ser el disminuir la importación de bienes extranjeros para consumo local y aumentar la exportación de la producción. Restricciones a la importación, aranceles y prohibiciones y estímulos a la exportación -reembolsos, primas, tratados de comercio y establecimiento de colonias-, sistema mercantil.

Byron
Paul, vieja moneda italiana de plata.

La clara Musa de sus ámbitos celestiales
derrama su plata sobre la senda tenebrosa de los hombres.

Juan VI de Portugal huyó a Brasil cuando, siendo príncipe, Napoleón invadió Portugal. A su vuelta regaló a Wellington una bandeja de plata.

La riqueza de Colombia tiene poseedores industrialistas
No desconocidos y hasta tus tierras de plata, Perú,
Son llevadas al descuento por un judío    
Las sublevaciones de las colonias sudamericanas beneficiaron económicamente a Gran Bretaña.

Kautsky
La agricultura de montaña que implicaba la obtención de oro, plata y sal se transformó como el llamado regale, un privilegio real. Con el debilitamiento del poder alemán el siglo XIII este regale pasó a manos de los grandes terratenientes.
La mejor mina de Bohemia fue la mina de Kutenberg que se explotó desde el año 1237 y que fue la mina que más plata produjo de Europa. A comienzos del XIV su producción anual aumentó a unas 50.000 libras de plata.
Las riquezas de plata de Freiberg datan de 1171.

Bloch
La plata de Europa desde el siglo XV y la del Nuevo Mundo desde el año 1554, con la puesta a punto del procedimiento de la amalgama con mercurio tiene la ventaja de ser producida de forma industrial, mientras el oro sigue siendo el producto artesanal de los buscadores de pepitas.

Las minas de plata de Cerdeña, presa codiciada por Pisa, Génova y Aragón. 

Braudel
Génova es a partir de los años 1570-80 el centro de redistribución de la plata americana controlada por los dueños de las finanzas, los Grimaldi, Lomellini, Spinola.
Aspros, monedas de plata.
A la Señoría le importaba menos la política diplomática que el dinero, las letras, los tejidos, las telas y las cuestiones de navegación. El mes de mayo de 1472, el Consejo de los Diez de Venecia  se reúne diariamente <<con la zonta de los 35>> para deliberar y discutir largamente. El tema que se discute es el menester de despreciar y finalmente prohibir la circulación de las monedas de plata, grossetti y grossoni y primero las que no habían sido acuñadas por la Zecca de Venecia. Hay que poner término a la invasión de la mala moneda. Se sabe ya durante esta época, antes de Thomas Gresham, que la mala moneda ahuyentará la buena, che la cativa cazarà via la bona, como escribe el agente de los Gonzaga, junio de 1472.
En Venecia, en 1603, y aunque los cofres de la ciudad están repletos, llega un momento que no hay monedas de plata, para pagar el salario de los obreros. Hay que reconocer al trueque agilidad. Preparó el camino a la economía monetaria, pero esta sólo puede animarse y prosperar con los pagos en contante.
El volumen total de moneda en circulación en Europa, antes de la expedición de América, era de 5 000 toneladas de oro y 60 000 de plata. La llegada de lingotes de América, del 1500 al 1650, representa 16 000 toneladas de metal blanco y 180 de metal amarillo.
En la Zecca de Venecia, la pirámide de salarios se eleva a 60 ducados con del salario de un partidor (1557), el empleado encargado de separar el oro de la plata.
En 1606, había setenta y dos profesionales empleados en la Zecca, cincuenta y cuatro para la plata y dieciocho para el oro. Se tendía a pagar más a los obreros de la plata.
La exportación masiva de plata, uno de los pilares esenciales del comercio de la Señoría con Levante.
Las aduanas se pagaban, en Venecia, en monedas de plata. La escasez relativa de piezas de plata abre las puertas, más ampliamente que de costumbre, a las monedas de plata rebajadas, de poco peso y mala aleación. Venecia se verá obligada a eliminarlas de la circulación. 
A mediados del XVII, se cierra el gran capítulo de la plata americana. Hace su aparición la moneda falsa.
La subida del precio del oro podía hacer descender la demanda de moneda de plata y, en consecuencia, obstruir el alza de los precios corrientes, dado que estos flotaban respecto de la plata.
De la bahía de Cádiz, veleros ingleses y holandeses, barcos de Saint-Malo y Génova, navíos de guerra o no de guerra, transportan a Génova y Liorna las piezas de a ocho, monedas españolas de plata, comúnmente llamadas piastras, expresión de Samuel Ricard,  abuelo de Ricardo.
El reinado de la plata abarca desde 1550 hasta 1680. El metal blanco es un viajero muy conspicuo. Precisa carros, barcos, animales de carga, gentes que deben darle escolta, un mínimo de 50 arcabuceros, cuando hay que transportar plata de Génova a Flandes, en diciembre de 1551.

Graves
Minas de plata de Potosí y de Huancavelica.

Vilar
El fantástico episodio de la plata española culmina el periodo y reúne sus características: saqueo en el origen, bajo coste de la producción, monopolio, transporte a tierras lejanas, transformación final de la inflación de la plata en inflación del vellón.
La plata tiene un valor industrial fundado en su coste de producción.
Las fases exactas de adaptación del precio de la plata a las condiciones de su producción en Indias siguen siendo un problema. Pero los poderosos de las colonias contaron con suficiente moneda para ofrecer cantidades mayores, a cambio de los productos europeos de que estaban ansiosos.
El croat de plata, garantizado por la Ciudad de Barcelona desde 1257, confirmado en su estabilidad por Pedro el Grande en 1285, había sido el símbolo monetario de un periodo de expansión; durante la primera mital del siglo XIV, se habían podido acuñar en croats 200.000 marcos de plata sin necesidad de prohibir la exportación de este metal, y sin desvalorizarlo frente al oro, corrientemente acuñado, sin embargo, en lo sucesivo por los países vecinos y las ciudades rivales.

Cipolla
La ley de la plata estuvo definida por dineros (peso) y granos (peso) por onza (peso). Como por definición una onza correspondía a 12 dineros y un dinero a 24 gramos, cada ley de 11 dineros significaba una ley 916, 66 milésimas. Multiplicando el peso por la ley se obtiene la fineza de la moneda metálica.
El denario o dinero de plata de Carlomagno debía ser una pieza de plata casi pura, con una ley de 950/1.000. El peso (al no existir nuestro sistema decimal) se establecía de esta manera. De una libra de plata de la ley prefijada se sacaban 240 dineros, lo cual en el sistema decimal significa que cada pieza debía pesar teóricamente 1,76 gramos. Un sistema monetario consistente en una sola pieza de moneda era muy primitivo.
La moneda se devaluaba por dos motivos sustanciales. Por motivos fiscales y por razones monetarias; la adecuación a una distinta referencia de mercado entre el oro y la plata, pretensión de corregir una balanza de pagos pasiva y el menester de incrementar el volumen de la circulación monetaria interna.
La libra inglesa equivalía a 330 gramos de plata pura, hacia el año 800. Tenía 324 gramos de plata a mediados del siglo XIII. En torno al año 1500, estaba en 170 gramos.
El grosso genovés pesaba 1,7 gramos y valía 6 viejos dineros locales, llamados piccoli. El grosso veneciano pesaba 2,2 gramos y valía 26 de los dineros piccoli locales. La aparición de los gruesos abrió una fase en la cual se multiplicaron los múltiplos del dinero piccolo. Apareció la treina (3 d.), el quattrino (4 d.), el sesino (6 d.), el grueso de un sueldo, de dos sueldos, tres sueldos, cinco sueldos. El momento mágico llegó el año 1252, cuando Florencia y Génova emitieron una moneda de oro puro con un peso de 3,5 gramos. El monometalismo argénteo implantado por los carolingios quedó roto y fue sustituido por sistemas bimetálicos.
Venecia no acuñó su moneda de oro, el ducado, hasta el año 1248. Temía crear una moneda competidora de su grueso de plata y era la salida preferida de la plata alemana. 
El año 1268, el infante don Pedro empezó a acuñar una moneda de plata similar al grueso y el año 1346, en la ceca de Perpiñán, Pedro IV (1336-1387) importó en el numerario local una moneda que recordaba el florín de Florencia.
En la segunda mitad del siglo XV, en Tirol y Sajonia se hallaron ricos depósitos de plata. Producción de plata tirolesa en Schwaz, producción sajona de Schneeberg. Esta plata afluyó a los mercados de Venecia y Milán, con los cuales el sur de Alemania mantenía transacciones comerciales intensas.
Para empujar el deficit de la balanza comercial entre Europa y el Lejano Oriente, Europa usó la plata americana en forma de pesos mexicanos, reales o piezas de ocho acuñadas en Sevilla, ducados acuñados en Italia, rixdales acuñados en Holanda.

De las enfermedades contraídas por los trabajadores en el ejercicio de su oficio se había ocupado Ulrich Ellenbory, quien el año  1472 escribió sobre las enfermedades de los plateros.
Descubrimiento de yacimientos de plata en Potosí (virreinado de Perú, hoy Bolivia), en 1545 y en Zacatecas (México), en 1546. La extracción del metal ganó eficacia gracias a la adopción del mercurio en el proceso de producción. Método de extracción dado a conocer en el libro de Bannoccio Bringuecio. Entre 1554 y 1556, Bartolomé de Medina, comerciante de Sevilla, introdujo este método en las minas de Zacatecas.
A la muerte de Lorenzo el Magnífico, en 1492, en Florencia el sistema de moneda metálica era de carácter medieval. Había tres tipos de monedas: 1) la moneda de oro, representada por el florín de oro; 2) la moneda de plata, representada por el grosso; 3) la moneda de vellón (con ley de plata muy baja), representada por el quattrino y el dinero (picciolo, pequeño). El grosso había ido perdiendo su contenido de fino, pero la ley permaneció, al nivel teórico de 958,333 milésimas (ley del popolino), y el deterioro progresivo de la moneda se plasmó en las variaciones de peso. El punto en el que el sistema florentino de moneda metálica había quedado anticuado en 1492, era la moneda de plata.
El año 1472, la ceca de Venecia, y dos años después la de Milán, emitieron monedas de plata, que rompían con el carácter medieval. Desde el punto de vista artístico y formal, la moneda veneciana llevaba el retrato del dux Tron, y la milanesa el del duque Galeazzo Maria Sforza. Retratos realistas y de carácter renacentista. La novedad de incluir el retrato realista del dux chocó con el sentimiento de los venecianos, y a la muerte del dux Tron se decidió que su efigie debía aparecer en las monedas igual que en el pasado, de manera simbólica, como un personaje arrodillado delante de San Marcos, algo que la costumbre veneciana medieval solía hacer en la acuñación de los ducados de oro.
Desde el punto de vista sustancial, las nuevas monedas se distinguían de las finas monedas del periodo medieval en su grosor y, por consiguiente, en su peso y contenido de plata. La nueva moneda veneciana pesaba 6,52 gramos, con una ley de 948 milésimas. La moneda milanesa, 9,79 gramos, con 963 milésimas. Estos módulos no tenían que ver con los módulos de los grossi en circulación, cuyo peso giraba en torno a los 12 gramos.
El modelo de Venecia y Milán fue seguido por las otras cecas del norte de Italia. A partir de 1483, se acuñaron monedas de plata de más de 9 gramos en Piamonte y Saboya, y a partir de 1490-91, en Génova. En 1493, en Ferrara, el duque Ercole d´Este acuñó una bellísima pieza de un peso de 7,7 gramos. Las monedas anteriores recibieron el nombre de testones, por llevar el busto del príncipe.
Florencia sólo se decidió a acuñar una moneda de plata cuyo peso se aproximara a los testones en 1503, época de la primera Republica, tímidamente, con el quinto de escudo, moneda de 7,7 gramos. Cuando apareció, se le atribuyó el valor de una lira 8 sueldos. Se batieron cantidades limitadas y no tuvo larga vida. En 1504, la ceca florentina empezó a batir otra moneda de plata, que por su contenido metálico se situaba entre los grossi y los testones. Al comienzo se llamó carlino, y barile (barril), porque pagaba la gabela en las puertas por un barril de vino. Pero el nombre (carlino, charlini o grossoni) y sus características numológicas sugieren un origen más lejano y profundo.
El carlino de plata había aparecido por primera vez en el reino de Nápoles, en 1278, en tiempo de Carlos I de Anjou, con un peso de 3,3 gramos y una ley de 934 milésimas. A comienzos del siglo XV, Carlos II aumentó su peso hasta 4 gramos, manteniendo la ley. Pese a que durante largos intervalos de su historia su acuñación fue interrumpida, durante los siglos posteriores el carlino se mantuvo entre 3 y 4 gramos y siguió siendo la unidad básica del sistema monetario napolitano. La popularidad de la moneda fue tal, que Roma, que mantenía estrechos vínculos económicos y financieros con Nápoles, adoptó el carlino como moneda básica del sistema monetario pontificio. Los carlini papales o grossi papali y, a partir de 1501, julios, se mantuvieron entre 3 y 3,7 gramos de peso.
En agosto de 1504, se acuñó en Florencia una moneda llamada al comienzo carlino, luego barile y, siguiendo el ejemplo romano, julio. La ley se atuvo a la ley florentina del popolino, 958,333 milésimas. El peso se fijó en 3,512 gramos, de modo que el fino era de 3,37 gramos. El valor nominal se fijó en 10 sueldos <<de quattrini blancos>>, lo que significaba 12 sueldos y 6 dineros de piccioli. Las características de peso y ley y el nombre de la nueva moneda de plata florentina delatan su origen napolitano-romano. La selección del modelo estuvo dictada por la intensidad de los lazos económicos y financieros entre Florencia, Nápoles y Roma. La moneda tuvo éxito y desempeñó en los siglos XVI y XVII el papel que había desempeñado el grosso en los siglos anteriores.
El carlino-barile-julio se vio arrastrado, con las demás monedas de plata, por la doble devaluación de los años 1530 y 1531. El fino se redujo a 3,30 gramos, mientras su valor se aumentó 13 sueldos 4 dineros. En marzo de 1535, el duque Alejandro de Medicis, el cual gobernaba en Florencia, trató de regular con una ordenanza general el sistema monetario y el de los pagos. Se dejó de acuñar el glorioso grosso y el julio se convirtió en el eje del sistema monetario argénteo florentino. Se retocó su valor intrínseco, que pasó a 3,21 gramos de fino y se mantuvo inalterado el valor de 13 sueldos 4 dineros. Además, se decretó la acuñación de un múltiplo y un submúltiplo, la pieza de tres julios y la pieza de medio julio. Dado que el valor del julio era de 13 sueldos 4 dineros (160 dineros), el múltiplo de a tres julios equivalía a 480 dineros, dos liras. Esta pieza pesaba 10 gramos y se batía con la ley del popolino (958,333 milésimas). En el anverso tenía el busto del duque Alejandro con la leyenda Alexander . Med. - R. P. Floren, Dux. Las estampas de estas monedas fueron realizadas por Benvenuto Cellini. Por la otra cara un san Cosme y un san Damián. Recibió el nombre de testón e hizo que fueran inútiles nuevas acuñaciones del quinto de escudo, que terminó su corta vida. 
La diferencia entre talla y entrega era el brazaje (costo de acuñación), más el señoraje. El peso teórico se ha calculado dividiendo el peso de la libra por la talla. El contenido de fino, multiplicando el peso por la ley. Se admitía una tolerancia (remedio) sobre la ley teórica, que en 1571 y 1597 era de 0,3 por 100.
Una vez acuñada una moneda con el valor nominal exacto de dos liras, años después, en 1539, se decretó la acuñación de una moneda de plata equivalente a medio testón, con un valor nominal de media lira. En el momento de su aparición, esta moneda pesaba 4,8 gramos, que con la ley del popolino daban un fino de 4,6 gramos. La moneda se llamó Cosimo, en honor al nuevo duque.
La moneda de vellón constaba de crazie, quattrini blancos, quattrini negros y dineros llamados piccioli. La crazia era un quattrino grosso emblanquecido y equivalía a 20 dineros piccioli. El quattrino blanco se distinguía del negro por tener una ley ligeramente mejor, que le daba una aparición más clara. En 1531, tres quattrini blancos equivalían a cuatro negros, una aleación que se mantenía en 1545. El quatrino negro, que tenía el valor nominal de cuatro dineros piccioli, era una moneda fea y mísera, con un peso de menos de un gramo, casi de cobre (93 por 100 de cobre, 7 por 100 de plata). Era una herencia medieval, igual que el dinero piccioli, acuñada ocasionalmente y en pequeñas cantidades.
Ya en 1486, el archiduque Segismundo del Tirol, mandó acuñar una moneda de plata llamada guldiner, con un peso de 31,9 gramos. En Bolonia, con la plata extraída de la St. Joachimstahl (Jachymov), Esteban y sus siete hermanos, condes de Schlick y propietarios de la mina, habían acuñado, a partir de 1519, monedas de plata con un peso de 28,7 gramos, táleros. En España, Carlos V había acuñado en varias tandas piezas de ocho reales (reales de a ocho), con un peso de 30 gramos. Con Felipe II, esta moneda de plata se convirtió en la pieza española y el cambio más usado en las transacciones internacionales.
En Italia, la primera aparición de este tipo de macromoneda de plata, cuatro o cinco veces más pesada que los testones en circulación, tuvo lugar en 1551, en Milán, que formaba parte de la potestad española. El escudo de plata acuñado en Milán en los años cincuenta del siglo XVI, tenía 31-32 gramos, una ley de 958,3 milésimas y un fino de 31 gramos. Más adelante, esta pieza milanesa se llamó ducatón.
Venecia siguió el modelo de Milán, en 1563, cuando las autoridades venecianas, después de constatar que la ceca veneciana estaba hasta los topes de plata, y era descabellado pretender darle salida con las monedas  existentes, ordenaron la acuñación de una moneda de plata con las características: peso 32,896 gramos, ley 948 milésimas, fino 31,19 gramos y valor nominal 6 liras 4 sueldos venecianos. En 1567, Génova decretó la acuñación de un escudo de plata con un peso de 37,71 gramos, una ley de 958,3 milésimas, un fino de 35,71 gramos y un valor de 4 liras genovesas. En Florencia se decidió autorizar a mercaderes y cambistas a pagar las letras de cambio con moneda ducal de plata de valor no inferior al del julio, con un agio máximo del 1 por 100. La nueva moneda recibió el nombre de ducado de plata, escudo de plata, piastra o piastrone. La moneda tenía un peso de 32,5-32,6 gramos, la ley de 958,333 milésimas y, por tanto, un fino de 31,20 gramos. Con la acuñación de la piastra de plata en 1568, el sistema metálico florentino alcanzó un equilibrio que perduró hasta el final del siglo.
En Milán, durante el siglo XVI, las autoridades no supieron suspender  el envilecimiento intrínseco de la moneda de vellón, ni controlar el volumen de emisiones, por lo que el ducatón de plata (equivalente milanés de la pieza florentina) y las otras monedas grandes de plata siguieron aumentando su valor, un aumento mal visto por las autoridades monetarias, por sus implicaciones inflacionistas. En cambio, en Florencia, a partir de mediados de siglo, se aplicó una política de severo rigor monetario con la moneda baja -crazie, quattrini y dineros-, limitando el envilecimiento del intrínseco e impidiendo el aumento del volumen en circulación. De esta forma, las autoridades florentinas fueron capaces de neutralizar la carga desestabilizadora de la moneda de vellón, evitando que sus movimientos arrastraran en su caída a las unidades de cuenta. La consiguiente estabilidad de las cotizaciones de la moneda argéntea -piastras, testones, liras y julios-, en términos de moneda de cuenta, da la impresión equivocada de que esta ultima estaba vinculada a dicha moneda argéntea. En cambio, pese a la insistencia del gran duque, no se consiguió estabilizar el curso de la moneda de oro y los posteriores aumentos de valor del florín de oro y del escudo de oro dieron origen a las nuevas unidades de cuenta florentinas del siglo XVI.
Las acuñaciones florentinas, a causa de la desvalorización del oro, tendían a una situación de monometalismo argénteo. La afluencia de plata a partir de 1558, puso a prueba la ceca y su organización. La técnica utilizada era a mano y con martillo. Se decidió recurrir a la mecanización del proceso productivo con el uso de energía hidráulica. Esta técnica venía de Alemania, de manera que se trajeron técnicos alemanes, los cuales construyeron el molino de la nueva ceca a orillas del Arno. La nueva instalación, llamada de acuñación a molino, empezó a funcionar en mayo de 1576. En septiembre de 1577, la moneda de plata se acuñó en la ceca nueva y prevaleció la división del trabajo: oro en la ceca vieja y plata en la nueva. En las décadas de 1570-79 y 1580-89, las acuñaciones de moneda argéntea en la ceca de Florencia alcanzaron los niveles de 5,2 y 5,6 toneladas anuales de plata fina. Por tanto, por la ceca florentina pasó una cantidad de plata, que supone el 5 y el 3 por 100 de la que llegó de América.
En la ceca de Milán, en la década de 1581-1590, se batieron monedas de plata por un promedio de 13 toneladas anuales de plata fina. En la ceca de Londres, durante la década de 1560-1569, se batieron monedas de plata a un promedio de 26 toneladas anuales de plata fina. Pero en este promedio incide el excepcional volumen de acuñaciones de los años 1560-62, debido al recoinage general ordenado por Isabel y sus consejeros. En las décadas de 1570-79 y 1580-89, el nivel de las acuñaciones londinenses fue del orden de 10 y 13 toneladas anuales de plata fina.
En los años cuarenta y cincuenta, la plata amonedada que entró en la ceca para ser transformada en moneda florentina se hallaba en forma de monedas de Siena, Génova, Roma, Nápoles, Venecia, Lucca, Bolonia y La Marca, que eran cedidas a la ceca como metal, y valoradas a peso. Con el paso del tiempo, la moneda española tuvo un papel. En 1562, la ceca florentina acuñó monedas de plata por un importe de 17.535 libras (5.954 kilogramos) de argento popolino. Llevaron a la ceca metales de España: el banco de Federigo de´ Ricci, 2.274 kilos; el banco de Carnesecchi e Strozzi, 823; el banco de Gio. Battista Servi, 206; Niccolò y Francesco Capponi, 205 kilogramos. Pero la mayoría de los reales eran llevados a la ceca por mercaderes, banqueros, sederos y pañeros florentinos y no hay forma de saber si procedían directamente de España o habían llegado a través de Génova, Nápoles, Milán, o de las ferias de Lyon, Besançon o Piacenza, que se turnaron en el dominio del mercado internacional de cambios.


Foucault
En Francia, el edicto de septiembre de 1577, decreta la subordinación de los otros metales al oro, en particular la plata, que guarda su valor liberatorio, pero pierde su inmutabilidad de derecho.
Thomas Mun, "England Treasure by foreign trade", 1664. Identifica la plata contante con la fortuna. Pues la plata no se convierte en riqueza real, sino en cuanto exactamente cumple con su eficacia representativa, cuando reemplaza a las mercancías, cuando les permite desplazarse o esperar, cuando da a la materia bruta la ocasión de convertirse en bienes de consumo, cuando retribuye la profesión. 
Smith. La equivalencia de los objetos del deseo se establece por un paso a lo que les es radicalmente heterogéneo. Si existe una organización en las riquezas, si esto puede comprar aquello, si el oro vale el doble que la plata, es porque todos están sometidos al tiempo, a la pena, a la fatiga y, llegado el límite, a la muerte. 

Goncharenko
El platero Grigori de Nóvgorod.
Famosos esmaltadores de Solvychegodsk. Los plateros del siglo XVII fueron los primeros que empezaron a emplear la pintura en esmalte. Esta técnica artística consistía respectivamente. Primero se cubría el objeto con una capa de esmalte de un sólo color, lo cocían, luego sobre él trazaban el dibujo con esmaltes especiales compuestos de óleos etéricos y volvían a cocer el objeto.
Platero de Moscú Alexéi Ratkov, mayordomo del conde Vladímir Orlov.
Dos coronas nupciales con las que se desposaron, el año 1831, A. Pushkin y N. Goncharova. Son de plata, doradas y lucen en lo alto bolitas azules de esmalte.
La casa Zazikov, fundada el año 1812, era famosa por sus esculturas de plata, realizadas según los modelos de escultores como I. Vitali y P. Clodt. Los motivos rusos viejos que ornamentaban los objetos de esta casa se deben al académico de pintura F. Sólntsev.
Piezas de plata holandesa del siglo XVII ostentan ornamento de caracol. Lo elaboraron los hermanos Paul y Adam Vianen. Imágenes repujadas de tulipanes y claveles estilizados. Los orfebres de Amsterdam recubrían sus piezas de plata con una mezcla de azufre y potasa, que daba a la plata una singular tonalidad oscura.

Seibt
La producción de plata de Kultenberg descendió -lo cual se muestra en la bajada del tipo de valor del groschen de Praga frente al ducado de oro-, pero el beneficio total de la regalía de la moneda era bastante alto, para que Kultenberg fuera una de las metas estratégicas de Segismundo.

Mueller
En 1948, Cipolla presentó la teoría de que una subida del tipo internacional (el valor de una moneda de oro en dinero de plata) significaba prosperidad, mientras que una estabilidad del tipo indicaba una sociedad sin crecimiento. Dado que los empresarios pagaban los salarios en dinero de plata, a la vez que llevaban sus negocios sobre la moneda de oro, una subida del tipo -causada por el deterioro o acuñación excesiva de monedas de plata- reducía sus costes salariales y elevaba los beneficios.

Munck
Las emisiones de vellón de cobre los años 1602-1603 y 1617-1621, agravaron la inestabilidad monetaria creada ya por una tendencia a la baja irregular de las remesas de la plata americana. El año 1607 produjo una de las habituales bancarrotas de la corona. Los arrendadores de impuestos y los asentistas que tenían sus contratos a elevados dividendos pagaderos a través de beneficios situados los veían transformados por obligaciones a bajo dividendo (juros), para desempeñar los nuevos ingresos.
Fue creciendo una mayor incertidumbre debido a que las importaciones de plata de América empezaban a ser irregulares por el creciente uso de las monedas de cobre (como el vellón español), que provocó un rápido incremento del valor de la plata, mayores ocasiones para la especulación y la práctica del resello y otras manipulaciones monetarias hechas por el poder político, como las drásticas devaluaciones de los años 1680 y 1686. La libra esterlina fue la moneda de cuenta que reservó su valor respecto a su proporción de plata a lo largo de la centuria, manteniendo una equivalencia exacta de 100 gramos de plata. Dentro de los países alemanes el tálero de plata se mantuvo y seguía siendo ampliamente aceptado porque ayudaba con la moneda de cuenta y tenía un valor originario de 26 gramos de plata. El florín holandés (guilder) equivalía a 10 gramos de plata hasta que se depreció durante el ultimo tercio y la libra tornesa de Francia sufrió depreciaciones durante la época de Luis XIV y llegó a decaer hasta los 7 gramos de plata el año 1700. Se depreció la lira veneciana (2/13 de un ducado) por debajo de los 3 gramos de plata.






Ana Caterina

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