sábado, 29 de enero de 2011

EL HOMBRE MÁQUINA 1





Las partes del organismo deben estar subordinadas a la totalidad del organismo. A partir de Aristóteles, el concepto de finalidad ha seguido siendo el fundamento de la noción de organismo y sigue cuando, con Descartes, se comenzó a examinar el organismo como una máquina. Un reloj o una máquina no existen sin una finalidad y equiparando el organismo a una máquina Descartes se proponía presentar la tesis de que la estructura finalista del organismo depende de la variedad y la coordinación de las partes, de la organización.
Kant fue el primero que distingue la finalidad de un autómata o de una máquina de la del organismo. Las partes de un organismo son causa y efecto una con respecto a la otra y a la totalidad del organismo. El organismo no posee la simple fuerza motriz como la máquina. Tiene también una fuerza formadora que se comunica a las materias que no la tienen y a las que puede organizar. Fuerza formadora que se propaga y que no puede ser explicada con la facultad del movimiento sólo. Aclara el finalismo intrínseco del organismo y hace inútil el finalismo total de la naturaleza.
Cuando con Descartes y Hobbes se puso de manifiesto la concepción mecánica de la vida y se comenzó a comparar al ser humano y al organismo viviente con una máquina perfectamente diseñada, el concepto de vida de Platón y de Aristóteles no varió, ya que la hipótesis mecanicista les fue sugerida a los filósofos por la creencia de que "Los autómatas pueden moverse propiamente". Lo que negaba era la identidad entre alma y vida. Se apreciaba posible que la materia corpórea, según algunas formas de organización estuviera en situación de moverse o desarrollarse.
Pavlov. Descartes, apreciando que la actividad de los animales -opuesta a la del ser humano- era automática, estableció la noción de reflejo, acto fundamental del sistema nervioso. La actividad del organismo representa la réplica precisa de este ante algún agente del mundo exterior, donde el órgano activo se encuentra con el agente dado según una referencia de causa a efecto que se establece a través de una vía nerviosa.
Es evidente que para Descartes con el origen de la noción de reflejo se hallaba la idea del determinismo. De aquí la concepción cartesiana de los animales-máquinas.
Durante el siglo XVIII no se podía concebir ni el progreso de la humanidad, ni la evolución de las especies. Sin embargo, la extensión del punto de vista mecanicista al terreno de la psicología, contribuyó a engendrar la idea de progreso, estimulando a desarrollar teorías evolutivas. La mente del hombre se hallaba determinada por los mecanismos fisiológicos internos del cuerpo. Entrañaba, que la humanidad podía progresar con el avance de la medicina. La mente humana se hallaba determinada por fuerzas condicionantes externas. El hombre podía progresar mediante la reforma de la educación.
El materialismo práctico o moral reconoce en el placer la guía de la vida, la tendencia al bienestar. La ética de Epicuro y de los materialistas del siglo XIX es hedonista, pero no la ética de Demócrito. El hedonismo puede ser inherente a filosofías no materialistas, y así fue aceptado por los cirenaicos y los empiristas del siglo XVIII.
Exaltación del placer en Helvetius, "De l´esprit", 1758, y La Mettrie, "L´arte de jouir ou l´école de la volupté", 1751.
El materialismo psicofísico admite la dependencia causal de los fenómenos psíquicos y los fisiológicos. Es la concepción del hombre máquina.

Algunas notas respecto del texto clásico de La Mettrie, "L´homme machine", 1748.

Al fin, aun cuando sólo el hombre hubiera recibido en herencia la ley natural, ¿seríamos por eso una máquina? 
Hemos recibido de la Naturaleza la fuerza intelectual.
El hombre es una máquina compleja, resulta imposible formarse primero una idea clara al respecto, y luego definirla en consecuencia.
El cuerpo humano es una máquina que pone en marcha sus propios mecanismos. Viva imagen del movimiento perpetuo.
El hombre, cuyo cerebro y cuyos nervios participan de la firmeza de todo lo sólido, tiene el espíritu, como las facciones, más nervioso.
El hombre es, de todos los animales, el que tiene más cerebro, y un cerebro más sinuoso, en referencia con la masa del cuerpo. Existe analogía de grados con respecto al cuerpo calloso. Es menester, además, que la cualidad esté de acuerdo con la cantidad y que los fluidos se encuentren en ese adecuado equilibrio que constituye la salud.
La organización es el primer mérito del hombre. Porque, ¿de dónde nos vienen la habilidad, la ciencia y la virtud, sino de una disposición que nos hace capaces de llegar a ser hábiles, sabios y virtuosos? ¿Por qué, pues, no he de estimar a los que tienen cualidades naturales como a los que brillan por virtudes adquiridas y, en cierto modo, prestadas?
Los hombres y los animales, máquinas perfectas, están hechos para reflexionar y sentir.
Las facultades dependen de la adecuada organización del cerebro y del cuerpo en general. He allí una máquina bien iluminada. Algunas ruedas o algunos resortes más que en los más perfectos animales, el cerebro proporcionalmente más cercano al corazón y, por tal causa, mejor irrigado de sangre.
Cada fibra o partícula de los cuerpos organizados se mueve por una ley que le es propia, cuya acción no depende de los nervios, como los movimientos voluntarios, puesto que los movimientos se ejercen sin que las partes que los manifiestan tengan con la circulación comunicación alguna. Si esa fuerza se hace notar hasta en los fragmentos de fibra, el corazón, que es un compuesto de fibras singularmente enlazadas, debe tener igual propiedad. 
El asiento de esa fuerza innata de nuestros cuerpos reside en eso que los antiguos han denominado parénquima, en la sustancia propia de las partes, abstracción hecha de las venas, las arterias, los nervios; de la organización de todo el cuerpo y, por consiguiente, cada parte contiene resortes más o menos vivos, según el menester que tiene.
Resortes de la máquina humana.Todos los movimientos vitales, naturales y automáticos, se producen por su acción. El corazón, las arterias, los músculos, se contraen durante el sueño igual que durante la vigilia. Ejerce el pulmón el cumplimiento de un fuelle en persistente ejercicio.
Pero existe otro resorte más sutil y maravilloso que a todos anima. Constituye la fuente de nuestros sentimientos, placeres y pasiones, porque el cerebro tiene sus músculos para reflexionar como los tienen para caminar las piernas. Ese origen incitante e impetuoso, que Hipócrates denomina enormon, el alma, tiene su asiento en el cerebro, en el nacimiento de los nervios, por los cuales ejerce su soberanía sobre el resto del cuerpo. Lo que imagina mi cerebro es una parte de esta víscera y, por consiguiente, de todo el cuerpo. La unidad material del hombre. Puesto que el poder de la voluntad se ejerce por los nervios, también por los nervios es suspendido.
Borelli logró dar una explicación mecánica a los movimientos de los vertebrados, reduciendo el sistema óseo a un sistema de palancas. El hombre es un animal o un conjunto de resortes, que se mueven sin que pueda decirse por qué punto del círculo humano ha comenzado. 
Esa oscilación natural o propia de nuestra máquina, semejante a la del péndulo, de la cual está dotada cada fibra y elemento fibroso, no puede ejercitarse siempre. Es preciso renovarla en cuanto se gasta, darle fuerzas cuando se debilita, debilitarla cuando es oprimida por un exceso de fuerza y de vigor.
El cuerpo no es más que un reloj, cuyo relojero es cada nuevo quilo. El primer cuidado cuando entra en la sangre consiste en provocar allí una especie de fiebre, a la cual los químicos, que sólo razonan en sus hornillos, han debido tomar por una fermentación. Esa fiebre procura una mayor filtración de espíritus, que maquinalmente van a animar los músculos y el corazón como si fueran enviados por la voluntad. Las causas o fuerzas de la vida mantienen, de este modo, durante cien años el movimiento perpetuo de los sólidos y los fluidos, imprescindibles.
Stahl no es el unico que ha rechazado la ley de oscilación de los cuerpos organizados. Otros talentos no han recurrido a él cuando pretendieron explicar la acción del corazón, la erección del pene. Boerhaave se ha visto obligado a laboriosos sistemas por no admitir una fuerza palpable en los cuerpos. 
Hoy, que se ha demostrado, frente a los cartesianos, stahlianos, malebranchianos y teólogos, que la materia se mueve propiamente, cuando está organizada como en un corazón entero, y también cuando tal organización ha sido destruida, la atención del hombre quisiera saber de qué modo un cuerpo, por el hecho de estar originariamente dotado de un soplo de vida, se halla adornado de la facultad de sentir y a través de esta de la reflexión. La materia organizada está dotada de un origen motor, que es lo que la diferencia de aquella que no lo es.
Sucede, que la obstrucción de ciertos vasos no basta para destruir o suspender la parte más sólida del movimiento, que está en el corazón como en la pieza de la máquina, ya que los fluidos cuyo volumen ha disminuido, teniendo que recorrer menos camino, lo recorren más rápidamente, empujados como por una nueva corriente, cuanto la fuerza del corazón aumenta a causa de la resistencia que halla en la extremidad de los vasos.
Terminemos osadamente. El ser humano es una máquina y no hay en el Universo más que una sola sustancia con diversas modificaciones. 


Tucídides
Maquinar a favor de la tranquilidad.

Jenofonte
Mago, Pokorny, referencia con la raíz magh, poder, poseer la aptitud de, ayudar. Se apoya con el testimonio del viejo indio maghavat, fuerte, del griego, mêchos, mechane, instrumento que ayuda, y del gótico magan, alemán mogen.

Lucrecio
Turba inmensa de sabios han creído firmemente no tener el ser humano sitio fijo para el sentimiento, empero del cuerpo era habitud vital llamada por los griegos armonía, porque anima la máquina y no tiene lugar concreto. Y siendo una manera de ser la sanidad que goza el cuerpo y no una parte, de igual manera al ánimo no asignan sitio verosímil, donde tengo la impresión que van errados. Porque frecuentemente sufre el cuerpo su cubierta exterior cuando el elemento interior se solaza, y al revés, si el ánimo es comido de pesares se regocija el cuerpo entero. Cuando los miembros entregados a blando sueño y el pesado cuerpo bajo momentos de calma sumergido está sin sentimiento, hay otro elemento agitado de infinitas maneras y que experimenta las alegrías y cuidados estériles del pecho.
Un elemento imprime el primero a nuestros miembros movimiento de vida. Al instante el calor, al soplo comunica y al aire el movimiento y seguidamente de manera general la máquina se mueve. La sangre bate; se hacen las vísceras sensibles; huesos y medulas de placer o dolor son afectados. Penetrar el dolor aquí no puede ni ningún mal violento sin que cause a la máquina entera tal desorden, que no encuentre la vida más asilo y el alma sale descompuesta por los poros del cuerpo. Felizmente limitan estos choques destructores sus impresiones con la superficie de los cuerpos.
Aire, calor y soplo, agente ciego, forman unidos con esta fuerza activa que comienza a darles movimiento y hace que nazca por la máquina entera el sentimiento.
Los miembros la edad robusteciendo el consejo también se robustece y el ánimo sus fuerzas va aumentando. Después, cuando el esfuerzo poderoso de los años el cuerpo quebrantado, el ingenio claudica y el ánimo y la boca delira y faltan todos los resortes de la máquina a un tiempo.
Cuanto más prolongada sea la columna que agitada delante toca al paso nuestros ojos semeja más distante cualquier objeto y este mecanismo de rara y portentosa ligereza nos hace ver objetos y distancias.

Salustio
Maquinar, prevenir y no reflexionar sino trazas y engaños.

Tito Livio
El núcleo de la maquinación.

Dionisio de Halicarnaso
Los cónsules y el Senado se dedicaron a maquinar todo tipo de ardides.

Columela
Vemos que se han brindado al ser humano los sentidos, para discernir aquellas cosas que se indagan y los ministerios de los miembros. Mezclados secreta y ocultamente los elementos sagrados con las leyes terrenas, se formó esta especie de máquina animada. A cada parte del cuerpo se le ha atribuido su actividad peculiar, la que le conviene.

Salisbury
Palanca de los aduladores.
Fábrica del cuerpo humano.

Petrarca
Los miembros al ánima obedientes.

Rabelais
El cerebro viendo este tren desconcertado quedará como reserva, negará sensibilidad a los nervios y movimiento a los músculos.
Para buscar los alimentos, prepararlos y condimentarlos actúan las manos, caminan los pies llevando esta máquina guiados con los ojos.
La diversión como una polea.

Shakespeare
La máquina de sus reflexiones torna a insistir.
(Venus y Adonis)

Butler
Manos mecánicas.

Locke
Percibimos los caracteres que operan en la voluntad y en el apetito, sin que nunca abandonen ser los resortes y los motivos de nuestras acciones, a las que impulsan con fuerza.
Además del amplio numero de formas diferentes que existen en realidad en las masas coherentes de materia, la reserva que tiene la mente en su poder, sólo con variar la idea de espacio, y fabricando nuevas composiciones, con la repetición de sus propias ideas y la unión como le plazca, es totalmente inagotable.
La identidad del ser humano consiste, y no otra cosa, que la participación de la vida, partículas de materia constante, con una sucesión vitalmente unidas al cuerpo organizado.
Los resortes de estas admirables máquinas. Para entender correctamente la constitución de la que dependen las cualidades y potencias, tal vez fuera preciso buscar más allá de esta tierra y esta atmósfera nuestras, incluso más allá del sol o de la estrella más remota que nuestros ojos hayan podido alcanzar. De dónde proceden las corrientes que mantienen en movimiento estas delicadas máquinas, y de qué manera se mantienen o modifican, escapa a nuestra apreciación.
Como no tenemos idea de las afecciones mecánicas particulares de las partículas de los cuerpos que están dentro de nuestra vista y alcance, ignoramos sus constituciones, potencias y operaciones. Por la falta de una conexión perceptible entre aquellas ideas que tenemos, quedamos reducidos a la investigación y al experimento, estrechos y limitados.

Pascal
Hay resortes en nuestra mente, que están de tal manera dispuestos, que el que toca uno toca también el opuesto.
El razonamiento de la Máquina, de preparar la Máquina, de buscar a través de la razón. Las cosas que doblegan la máquina hacia el respeto y el terror. Componer la máquina, eso es ridículo.

Leibniz
Las operaciones internas de la naturaleza, y especialmente las del cuerpo humano, tienen lugar por destilaciones, volatizaciones, disoluciones, precipitaciones, fermentaciones, retornos. Química filosófica.

Bayle
Resulta evidente que para hacer un hombre que sea real y perfectamente una persona, basta con unir un cuerpo humano y un alma razonable. Pero la personalidad le es puramente accidental. Y todo accidente es de diversas maneras separable de su sujeto. Tal vez haya sólo una criatura en el Universo, multiplicada por la producción en diversos lugares y por la diversidad de cualidades.

Mandeville
El ser humano nunca se esfuerza, sino cuando le excitan los deseos. Mientras permanezcan adormecidos sin que haya nada que los despierte sus excelencias y pericias quedarán desconocidas y la indolente máquina humana sin la influencia de las pasiones podrá compararse a un enorme molino de viento sin un soplo de aire.
La fisiología de la época examinaba las fuerzas vitales nerviosas como unos fluidos circulando a través del cerebro y del cuerpo. Los humores (animales, naturales o vitales) y siguiendo hasta el fin esta materialista confusión de ideas se atribuía el grado de vitalidad de cada uno al vigor y la abundancia de los humores. Las estructuras comunes del cuerpo serían sólidas.
El oculto resorte que da vida y movimiento a los actos.
Tal vez la estructura y los movimientos del cuerpo puedan examinarse desde el punto de vista mecánico, por cuanto los fluidos se hallan sometidos a las leyes de la hidrostática. Pero la mecánica no puede auxiliarnos con la invención de cosas que se hallan a distancia infinita de la vista y que son desconocidas por lo que toca a sus formas y volúmenes. Nuestras reflexiones y las afecciones de la mente ejercen una influencia mecánica sobre diferentes partes del cuerpo. Siendo evidentes los efectos de la mente sobre el cuerpo, se producen diversos movimientos a través del contacto, mecánicamente. Pero los instrumentos y piezas con los cuales se realiza la operación se hallan alejados de nuestros sentidos y es prodigiosa la celeridad de la acción, sobrepasa infinitamente nuestra aptitud de reconstruirla. 
El laboratorio donde los humores se separan de la sangre para sublimarse y volatilizarse luego como partículas apenas corpóreas.
Solo las regulaciones precisas para deshacer y prevenir las maquinaciones y estratagemas que el ser humano utiliza para detrimento de su vecino son casi infinitas.

Swift
Apreciando que los escritores y filósofos aceptan en que existe una semejanza general entre el cuerpo natural y el político, ¿puede haber algo más obvio que el menester de proteger la salud de los dos y que sus dolencias se curen con igual recetario?
Hay algo especial en las mentes humanas, que sencillamente se inflama con la accidental aproximación y colisión de algunas circunstancias que, aunque de apariencia insignificante y ordinaria, se encienden en las mayores urgencias de la vida. Pues las grandes mudanzas no siempre son efectuadas por manos fuertes, sino por una adaptación debida a la suerte y en su momento apropiado; y no importa dónde se encendió el fuego si el vapor ha llegado al cerebro. Pues la región superior del ser humano está pertrechada como la región central del aire; los materiales están formados por causas muy diferentes, pero que producen al final una igual sustancia y efecto.

Hutcheson
Una planta, un animal, un ser humano con los numerosos vasos adaptados, las articulaciones, inserciones de músculos, difusión de venas, arterias y nervios. La improbabilidad de que esas máquinas sean efecto de la casualidad debe ser próxima a un infinitésimo de infinito a la unidad.

Diderot
El punto de vista fisiológico examina las conexiones entre los órganos sensoriales y el sistema central por un sistema nervioso, en el que el punto de conexión entre el cerebro y la periferia (el nervio) se concibe como una cuerda vibrante, que transmite al cerebro una modificación de su propia condición, en lugar de una imagen de los objetos exteriores.
En resolución con la disposición mecánica del sabio, el filósofo está amenazado con la levadura de la organización y de la regla, lleno de ideas sobre el bien de la sociedad, sabe sus leyes mejor que los restantes hombres.
En las acciones que hacen los hombres, no buscan más que su satisfacción actual. Es el bien o el atractivo presente, según la disposición mecánica en la que se encuentran, lo que les hace actuar.

Condillac
Es menester que el cerebro actúe sobre todos los músculos y sobre los órganos internos destinados a mover cada uno. Por consiguiente cuando el resorte principal, el cerebro, recibe verosímiles decisiones de los sentidos comunica otras decisiones a algunas partes del cuerpo y el animal se mueve.
Los hábitos corporales son movimientos organizados que se realizan sin que semeje que los dirigimos, puesto que a fuerza de haberlos repetido los verificamos sin tener menester de reflexionar. Son los hábitos que se denominan acción mecánica, instinto. Pero el cerebro es el órgano primordial, es un centro común donde todos se reúnen y de donde todo semeja emanar. Valorando el cerebro según los otros sentidos podremos deducir que las costumbres del cuerpo llegan hasta él y que las fibras que lo forman, adecuadas por su flexibilidad para los tipos de movimientos, adquieren la costumbre de obedecer a diferentes series de movimientos concretos. 
La acción mecánica, sea que experimente solo una sensación o que recuerde haberla experimentado, la memoria no es más que una manera de sentir. 
Principio es sinónimo de comienzo y esta significación es empleada como su origen; pero a fuerza de usarla se ha empleado por costumbre, maquinalmente y sin referirla con las ideas; y se han establecido como principios muchas cosas que son el comienzo o la raíz de algo. 

Richardson
Los músculos para las contorsiones habían girado sobre goznes ásperos y enmohecidos.
El ingenio puede compararse a una herramienta aguzada.
Qué débil y pasiva máquina es el cuerpo cuando el alma está perturbada.
Tocando los resortes de la vieja máquina que sean convenientes para mandar esta peligrosa hija.
No tengo un nervio, una fibra que no esté en disposición de contribuir al buen éxito de mis designios.
Un engranaje de invenciones.
La dificultad de su respiración, su excesiva debilidad y el fervor de sus oraciones daban a su frágil máquina impulsos opuestos del alma que aspiraba a elevarse al cielo y el cuerpo inclinado a la tierra.
El golpe que agitara mi máquina con un terrible acontecimiento.

El ser humano es una maquinaria muy frágil y con su irregularidad está sujeto a desajustarse como un reloj.

Fielding
La inteligencia capaz de penetrar en los gabinetes de los príncipes y descubrir los resortes ocultos que mueven las ruedas de las máquinas políticas de Europa. 
Yo siempre he tenido la impresión de que en la sospecha existen dos grados. El primero tiene su origen en el corazón, puesto que la enorme velocidad de su discernimiento parece denotar algún impulso interior previo; ve lo que no es, y más de lo que existe en realidad. Se trata de una facultad admirable, si al tiempo fuera infalible. Pero como no es posible esperar semejante grado de perfección, ha tenido tristes consecuencias para la inocencia y la virtud.
El segundo grado de este defecto proviene de la cabeza. Consiste, a mi modo de entender, en la facultad de ver lo que tiene ante los ojos y sacar conclusiones de lo que está viendo. Lo primero es inevitable, y lo segundo es consecuencia no menos cierta y necesaria de contar con un cerebro. Este grado es un enemigo violento de la culpa, como el primero lo es de la inocencia y no puede en modo alguno resultar antipático aunque, en ocasiones, debido a lo expuestos que los seres humanos están al error, puede resultar equivocado.
No compartía la opinión de aquellos que consideraban a los animales como simples máquinas y cuando clavan la espuela en los ijares de su caballo piensan que el caballo y la espuela poseen idéntica aptitud para sentir el dolor.
Aprendemos de memoria, como niños que repiten mecánicamente las cosas, a despreciar lo mejor y a apreciar en lo que valen encantos mucho más sólidos.

Smollett
Se reanimó poniéndose de pie como un resorte.
Tal vez deberíamos acelerar la máquina para desanquilosar el engranaje de la vida y bañarnos con las olas de los excesos a fin de endurecer nuestra constitución.

Godwin
El instrumento que ayudó a perpetuar graves males a través de las edades ha sido la regla que permitió transformar grandes multitudes humanas como simples máquinas por unos pocos.
Según la artificial situación política impuesta a los hombres es preciso emplear poderosos mecanismos para impedirles recuperar su nivel natural. No disponen de otros materiales adecuados para crear este atractivo ficticio que los derivados de la perversión de las gentes que se sienten recompensadas con títulos, cintas y gangas.
Las capas bajas de la sociedad que sepan leer y escribir abandonarán ser un mecanismo pasivo. Aquí se halla como forma embrionaria una filosofía de la sociedad humana.
Un mecanismo legal practicado por los seres humanos nunca puede ser infalible.
El ser humano como cualquier otro organismo cuya actividad puede ser percibida por nuestros sentidos, según términos generales y relativos posee dos partes utilitarias, interna y externa. La forma que asumen sus acciones ofrece un aspecto concreto, los orígenes que animan dichas acciones son distintos. Es posible que podamos experimentar y definir las primeras; respecto a las ultimas no poseemos nociones suficientes que permitan informarnos debidamente.

Bentham
Cuando el asunto es saber cuáles son los resortes de la acción que para la ocasión han impulsado o a cuya influencia ha sido expuesta la mente, la especie de entidad psicológica que hay que hallar primero es el motivo. 
Permita usted que alguien astuto detecte que usted tiene un punto de ventaja con sus negocios con él y sus sentidos se pondrán a actuar mecánicamente para impedirlo sin ponerse a averiguar el daño que le ocasionaría que usted se saliera con la suya.
Las imaginaciones de los escritores se han llevado al extremo de dar a los cuerpos políticos las propiedades de diferentes especies de cuerpos. Algunas ocasiones son cuerpos mecánicos, palancas y resortes, ruedas, choques, fricciones, equilibrio, preponderancia. Algunas ocasiones son cuerpos inanimados que han tomado el idioma de la fisiología; hablan de la salud, la enfermedad, el vigor, la imbecilidad, la corrupción, la disolución, el sueño, la muerte y la resurrección. 
La razón es incapaz de enseñarnos el camino del deber; por consiguiente se aconseja el empleo de un mecanismo equívoco que puede usarse igualmente para la justicia y la injusticia, pero que ocupará mejor su lugar con la segunda. 

Edgeworth
Maquinar con más arte de lo acostumbrado.

Malte-Brun
Mover resortes para atraer los ánimos ignorantes.

Beckford
Yo actué maquinalmente y con mano temblorosa.

Babeuf
Máquinas subalternas ejecutivas.

Jean Paul
El mundo orgánico domina, transforma, administra y enlaza el impulso mecánico.
Nuestro yo es el autor de lo que es distinto de la máquina del universo, y de esa potencia que se mantiene sobre ella y a su derredor.

Scott
No debemos vengarnos del instrumento, sino del cerebro que le impulsa y maneja.
Sus descomunales mandíbulas parecían funcionar, no por un acto de su voluntad, sino por el efecto interior de un mecanismo complicado.

Stendhal
¿Un ser todopoderoso y bueno podrá castigarme por dar el informe de los órganos que me ha dado?

Byron 

Su ánimo actuaba (como el galvanismo sobre un cadáver)
Sobre seres vivos cual hilos metálicos
para devolverles la más violenta ignición.

El cerebro no puede amilanarse
E insiste en sus llamamientos al cuerpo.
Lo cual es sorprendente hasta el límite
De alcanzar ver la llamada eternidad
Y no saber de lo de aquí y lo de allá.

La luz rodante de la luna llena rige el cerebro humano.





Ana Caterina






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