sábado, 8 de enero de 2011

EL GERMEN DEL CUENTO 3 SIRENAS









Originalmente las sirenas no eran más que Keres (Parcas), unos seres fantasmagóricos. Los artistas griegos representaban las sirenas con forma de ave, pero durante la época helenista las sirenas perdieron el cuerpo de ave que fue sustituido por la cola de pez.

Las apsaras son ninfas acuáticas sobrenaturales que poseen dones proféticos y que pueblan el cielo de los dioses hindúes.

La divinidad Derceto, con cola de pez, es una diosa lunar semítica, una figura mitológica, que puede ser valorada también como la primera ninfa.

Odisea

Circe. Toparéis con las Sirenas, que encantan a los hombres, atraídos por sus seductores cantos y, embelesados, nunca pueden salir de una pradera donde hay montones de huesos y cadáveres, que el sol termina de secar.

Los dioses, el río, las náyades, las sirenas y las nereidas, rendían pleitesía a Poseidón.

Píndaro

Del seno de las olas, entre las ninfas del mar.

Licofrón

Las Sirenes, hijas de Aqueloo: Parténope, Leucosia y Ligea.
Y el hijo de Tetis (Aquiles) matará a las tres Sirenes que aprendieron el canto de su armoniosa madre, y que con salto suicida desde la alta atalaya se hundirán con sus alas bajo las olas tirsénicas (mar Tirreno), adonde el fatal hilo de sus hados las lleve. Se transformarán como islotes.

Arato

Dóride hija de Océano y consorte de Nereo era la madre de las Nereidas. Las Nereidas eran bellísimas y Casiopea rivalizó siendo la causa de la desgracia de su país.
Pánope, una de las cincuenta Nereidas.

Virgilio

Se abre a la parte opuesta de un negro bosque una caverna formada de pendientes riscos donde hay aguas dulces y asientos de la peña viva; la morada de las Ninfas.
Habían llegado a los escollos de las Sirenas blanqueados con los huesos de muchos naufragios.
Eneas sentado a la popa rige el timón y atiende las velas cuando, de pronto, le sale al encuentro el coro de sus compañeras las Ninfas a quienes de naves había trocado la alma Cibeles como Númenes del mar. Somos los árboles de la sacra cumbre del Ida, antes tu armada y hoy Ninfas del Piélago; cuantas antes con la forma de ferrados bajeles habían atracado a la playa rodean a su soberano mientras Cimodocea, la más elocuente, asida con la diestra a la popa de su nao que va siguiendo, levantando el busto encima del agua y batiendo con la izquierda a mano de remo las calladas olas le declara la situación de los suyos que él ignoraba instándole a acudir al rescate de los suyos. Y práctica con el arte empujó con la diestra al retirarse la alta popa. Tiene a la vista los Teucros, entonces con la siniestra mano levanta a lo alto su rutilante e invencible escudo que le dio el propio Vulcano y cuyos bordes cercó de oro. Al verlo los Troyanos desde sus muros lanzan un grito de alborozo hasta las estrellas, comienzan a disparar dardos que cruzan el espacio semejantes a una bandada de grullas del Strimón.

Horacio

Cuando nos llegue el turno cantaremos a Neptuno y las verdeantes cabelleras de las Nereidas.

Ovidio

Las sacras Ninfas de la fuente te den el agua fresca con abundancia para templar tu sed con sus corrientes.
Yo, Enone, hermosa ninfa celebrada de las selvas de Frigia me lamento de ti que fuiste mío y que soy burlada. / Yo era de Janto, caudaloso río, Ninfa y mi rostro con divinidad cubierto de grave majestad y señorío.
Por ti he rogado, oh padre del engaño, a las Ninfas del mar embravecido porque vinieses presto y con mi daño.
La isla que otro tiempo fue gloriosa a las coricias ninfas y es bañada del mar Egeo.

Petronio

Habite la sempiterna Atenas, la austera y fértil Lacedemonia o la morada de las Sirenas, dé a las musas sus primeros años y llene su corazón con el dulce manantial meonio.
Polieno, nombre que las sirenas dieron a Ulises. Adoptado por Encolpio en Crotona.

Artemidoro

Las Ninfas, hijas de Zeus, habitan en las aguas.

Arriano

La isla Nosala, dedicada al Sol. Si alguien ponía el pie en la isla por no saberlo, desaparecía al punto. Leyenda de una nereida, de quien desciende la raza de los ictiófagos.

Cuentos irlandeses

Mara-warra o sirena, peinando el pelo, no tenía cola de pez, era como cualquier otra mujer.
Conan, hijo de una sirena, irascible y pendenciero.

Salisbury

Encallece el oído, hazlo más sordo que el del remero Duliquio. Ulises, llamado de esta manera por Ovidio, "Remedio de amor", alusión al encuentro de Ulises con las sirenas.

Abelardo

No temo los terribles cantos de muerte de las sirenas. Divinidades marinas, su numero oscila entre dos y ocho.

Las ninfas y ondinas, aparecen en los bestiarios latinos de los primeros tiempos. Presentan claros rasgos de las sirenas de la antigüedad griega y de otras diosas del mar.

Geoffrey de Monmouth

Esos monstruos llamados Sirenas que, cercando la flota, están a punto de mandarla a pique.

Giraldus Cambrensis

Encantados escuchando los cantos de las sirenas.

Huon de Burdeos

La viola hizo un dulce sonido que semejaba ser el canto de las sirenas del mar.

Sir Gawain y el Caballero Verde

En las costas bretonas, las sirenas que tientan a los pescadores, matándolos con su abrazo marino, o arrastrándolos a su palacio submarino, eran llamadas Morganas.

Petrarca

Quien del cielo es sirena entre nosotros.

Chaucer

El gallo Chantecler cantaba con más alegría que una sirena en el mar. Fisiólogo declara que cantan acertadamente y con alegría.

Ariosto

Según la mitología, en Nápoles estaría enterrada la sirena Parténope.

Rabelais

Seducidos con el canto de una sirena.

Paracelso

Las sirenas nadan especialmente en la superficie de las aguas, más que en su interior y, aunque no tienen el aspecto de la mujer, se le semejan en parte. Supongamos que los ninfos engendren monstruos que nadan en la superficie de las aguas; estos serán sirenas. Estas sirenas saben cantar y tocar la flauta.
Las sirenas son los monstruos de las ninfas.
Las sirenas han sido creadas con un fin: deben prevenir de los acontecimientos graves a los hombres, indicarles que estalla un incendio, advertirles de la ruina de un reino.
Las sirenas anuncian especialmente la muerte de los reyes y los príncipes.

Lavater

Los tritones, las nereidas y las sirenas que viven en el mar tenían rostros de hombres. Algunos de estos monstruos son verdaderamente abejas del tipo de los monos y algunos son simplemente fabulosos o falsos.

Spenser

La comparsa de Náyades de pies ligeros. Las ninfas de agua dulce compañeras de los faunos y los sátiros.
Un peligroso pasaje donde muchas sirenas acechan haciendo falsas melodías.
Donde habitaban aquellas sirenas era una bahía tranquila. / Allí aquellas hermosas hermanas tenían un comercio permanente / Y se bañan tras esa sombra engañosa.
Eran bellas damas hasta que pelearon con cariño / Con las doncellas heliconianas para el dominio. / Vencidas fueron privadas / De su orgullosa belleza y juventud; / Transformadas como peces por su audaz arrogancia. / Pero la mitad superior de su corte permanece / Y su dulce ejecución de la melodía habitual / Con el que después abusan.
Panopea y Panope eran dos de las Nereidas, las cincuenta hijas de Nereo y Doris y hermanas del apuesto Nerites.
Hylas amado de Heracles y raptado por las ninfas.

Sydney

Había sido criado con las ninfas del agua que lo habían hechizado de manera que si alguna vez le preguntaban su nombre debía desaparecer enseguida.
Ninfas que frecuentais los manantiales de valles agradables.

Nash

Una sirena sonríe cuando el mar ruge y los barcos son arrollados.
El mar no tenía sirenas.

Cantó una sirena y me ahogué al asistir a su descante. Habría legado mi maldición a su belleza pero cuando Cerbero ladra y yo me vuelvo a escuchar permíteme perecer mi piedad con el deleite de mi destrucción viva.

Shakespeare

No me atraigas mediante cantos, dulce sirena. Canta, pero canta para ti, mi sirena, y tu canto me volverá loco de amor. Esparce sobre las plateadas olas tus cabellos de oro; yo haré con tus cabellos mi lecho. ¡Que Amor, bien que sea todo luz, se apague en las olas de tus brazos!
Más vale cerrar los oídos a los cantos de las sirenas, que labrarse su propia ruina.

Reina, diosa, Semíramis, ninfa, sirena.
(Tito Andrónico)

Donne

Los cantos de sirena y los oráculos / de Delfos nos llenan los oídos.
Enséñame a oír cantos de sirena / o a mantener a raya el aguijón de la envidia / y a hallar / qué viento ayuda / a avanzar un ánimo honrado.

Galileo

Lo que imaginamos tiene que ser o algo ya visto, o compuesto de cosas o partes de las cosas ya vistas. Son las esfinges, las sirenas, las quimeras y los centauros.

Jonson

Las transformaciones que experimenta la divinidad fluvial Aqueloo, hijo de Océano y Tetis y padre de las sirenas, en las "Metamorfosis" (IX). Adoptó las formas encornadas del toro y de ser humano con cabeza de buey, para conseguir, rivalizando con Hércules, el amor de Dejanira. Hércules logró vencerlo, arrancándole un cuerno al pie del monte Oeta. Al hacerlo, brotó el agua que fertiliza la tierra y las ninfas lo transformaron en el cuerno de la abundancia, llenándolo de frutas y flores. Se acuñó una moneda, en la que se representaba a Aqueloo como un ser humano con cuernos.
La risa de esa sirena de tierra, casquivana.

Burton

La soledad voluntaria está familiarizada con la melancolía y lleva suavemente como una sirena un calzador o una esfinge a este abismo irrevocable.
Si hay verdadera felicidad para nosotros es solo un tiempo. Una hermosa mujer con cola de pez. Horacio, "Arte Poetica".
La variedad de monstruos marinos y peces, sirenas, marineros, caballos que brindan las profundidades.
Esos otros grados del amor que son la charla, el beso, el coqueteo, el discurso, el canto, el baile, los cuentos amorosos, los objetos, los presentes que como muchas sirenas roban el corazón de hombres y mujeres.
Tempestades y calmas de sirenas.

Butler

Las sirenas con sus encantadoras notas.
Las Sirenas eran tres monstruos marinos mitad mujeres y mitad peces; sus nombres eran Parthenope, Lignea y Leucosia. Su residencia habitual estaba próxima a la isla de Sicilia donde con la encantadora melodía de sus voces solían retener a los que las escuchaban para luego transformarlos como una especie de animales brutos.

La Rochefoucauld

La familia La Rochefoucauld desciende de los Lusignan, quienes fueron reyes de Chipre y Jerusalén, y en su árbol genealógico figura el hada Melusina, que todos los sábados, en la soledad de su tocador, recobra secretamente su forma primitiva de sirena.

Locke

Aunque no exista, ni jamás haya existido en la naturaleza un pez semejante a la sirena, sin embargo, implicando que ese nombre significa una idea compleja abstracta, que no conllevará ninguna incongruencia, la esencia de una sirena sería inteligible como la de un hombre.

Fenelon

Aqueloo, hermoso joven, hijo del Océano y de Tetis, padre de las sirenas.

Pope

Según los Rosacruces con los cuatro elementos habitan los ánimos de las ondinas (sirenas).
Ni en su triunfante carro glorioso / Febo se alzó sobre Nereo oscilante / De púrpura bañado que saliera / La rival de su luz vertiendo plata / Del Támesis soberbio a la ribera / Que anchuroso dilata; / Un coro de apuestas ninfas le seguía / Pero solamente los ojos atraía.
Siguiendo de amor las porfías / Del Támesis las ninfas escribiesen / Billetes dulces o mil citas dieren.

Richardson

Esta sirenita se halla con buena disposición para hacernos caer de la gracia de nuestros tíos.
Las voces sortilegio y sirena que se han soltado.
¿Os permitís engañar de esta sirenita?
Por qué no cierro mis oídos a estas sirenas que sabiendo mi aversión al matrimonio no cesan de tocar este punto.
Es preciso dar a la sirena los nombres que merece.

Winckelmann

Ninfas de Diana u Oréadas.
Ninfas del mar o Nereidas, con las Sirenas.

Smollett

Castalia era la ninfa que, huyendo de Apolo, se zambulló en la fuente que había al pie del monte Parnaso, dando nombre a uno de sus arroyos. Se creía que cerca de dicho manantial se reunían las musas y que sus aguas podían inspirar el genio de la poesía a quienes las bebieran u oyeran su murmullo.
La ninfa del manantial de Bristol.
Ninfas de Avon Street.
Una sirena con el cabellos despeinado.
Mandé al jardinero que devolviera el riachuelo a su viejo cauce para refrescar las desfallecientes náyades que llevaban largo tiempo languideciendo entre raíces mohosas, hojas marchitas y guijarros secos.

Humboldt

Platón pretende transmitir los tonos del mundo con una imagen graciosa colocando una sirena a cada una de las esferas planetarias que de las serias hijas del menester, las tres Moiras, promueven la eterna órbita del huso del mundo. La representación de las sirenas en cuyo lugar las musas aparecen como cantantes celestiales.

Malte-Brun

Nadar con la ligereza de las ninfas de la fábula.
Zucchelli y Cavazzi dan muchos detalles respecto de las mujeres-pescado o pesce donna del Congo, que semeja ser una foca o tal vez el manato (manatus).

Scott

La imaginación encuentra en el sombrío murmullo de las sombras del océano la voz de las ninfas y de los tritones; ¿por qué no veo surgir del seno de esos mares alguna sirena, algún Proteo que venga a desgarrar el velo de los misterios de mi destino?
Cantar a la luz de la luna con las sirenas desde las arenas del mar.

Shelley

Ione y Panthea (Oceánidas) sentadas a los pies de Prometeo.
Asia: ¿No oigo a mi hermana Panthea con la música eolia de sus plumas batiendo sobre el alba carmínea?
Panthea: No hace mucho dormía dentro de las glaucas cavernas de Océano, el viejo, bajo sombrías guaridas de musgo verde y púrpura. Yo dormía a los pies del Titán Prometeo con mi hermana Ione.
Relatan las Nereidas que el día que las aguas transparentes se abrieron para permitirte el paso y apareciste dentro de una concha veteada que flotaba sobre la calma superficie del mar cristalino, allí al centro de las islas egeas y a las orillas que te nombran, Asia, surgió de ti el amor.
Proteo el glauco con sus ninfas marinas verá las sombras de los barcos desde sus tronos vítreos.
Las Nereidas del fondo del mar. Sus miembros ondean a través de la corriente; sus brazos blancos se alzan sobre el cabello inquieto ornado de guirnaldas y coronas de flores; se apresuran a honrar con su gracia la dicha de su gloriosa hermana.
Y tu, Ione, cantarás un fragmento de música marina y aquí vendrán traídos por vientos encantados que se unirán de todos los puntos de los cielos los sonidos del mundo humano.

M. Shelley

Asia, una de las Oceánidas era la esposa de Prometeo (según otras interpretaciones mitológicas era idéntica que Venus y que la Naturaleza).

Chénier

Hermosa virgen de voz dulce, adorable sirena, ninfa alada.

Byron

Por mucho que encante, el placer es sirena
Seductora que desuella vivos a sus jóvenes adeptos.

Y los tétricos murmurios del mar
Ponían endechas de sirena a sus tristes oídos.

De la Fama conducido, esa sirena.
Sirenas con laúdes dulces.

O dicen que son sirenas de la virtud, de un lado
Rostros fascinantes y de otro peces sólo.

Astucias de sirena.
Pulsar la cuerda buena con la que atraen las sirenas a nuestros prohombres.

Balzac

De momento en momento, experimentaba las mayores dificultades al pretender adivinar la sirena de quien se prendaba, y al fin se vio forzado a suspender su juicio sobre una mujer que hacía consistir su juego en encerrarlos a todos.
Pasión, embrujos femeninos, desde el momento que una sirena es admitida en la lucha y despliega sus alucinaciones.
Náyade ingenua escapada de su fuente, tímida, blanca, candorosa.
Parisiense, sirena sin corazón y sin sentimientos; pero sabe crear artificiosamente los tesoros de la pasión, imitar los acentos del alma.
Una acariciadora sirena es la personificación de la desgracia, y la desgracia llega jugueteando.
París, grande y peligrosa sirena.
Vislumbraban aquel cabo del horizonte azul, que la Ilusión señala con su dedo a aquellos que llevan una vida azarosa, diciéndoles con su voz de sirena: Id, volad, y escaparéis a la desdicha por ese claro de oro, plata o azur.
Finas sirenas inventadas por los dibujantes ingleses, para sus libros de beldades.
Las bellas e inteligentes mujeres de París, esas sirenas que envuelven en sus frías escamas.

Dickens

Animales fabulosos (paganos) que cantaban en el agua. Los artificiosos cantos de la sirena.

Hugo

La nube de oceánidas de Esquilo se agita en un cielo tenebroso, como nube de pájaros perseguidos.

Musset

Gusto pastoril, que habían de llevar a tan alto grado de perfección Madame Dubarry y la reina María Antonieta. Fantasías campestres, en que se refugiaba el capricho estragado. Los Tritones mofletudos, las diosas graves y las ninfas sabias.

Pauly-Wissowa

Los hijos de las sirenas cuando mueren vuelven con sus madres.
Acheletides, las ninfas del río lidio Aheles.
Acheloïdes, Acheloïas Sirenum una, las hijas de Acheloos. Las Seirens como hijas de Acheloos y Melpomene.
Acheloos, río de Hellas, es el padre de Seirenen a quien engendró con una de las Musas (se nombran Calliope, Melpomene y Terpsichore) o con Sterope, la hija de Porthaon.
Aganippe, un manantial dedicado a las Musas al pie del Helikon y la Ninfa hija del río Termessus (Permessos).
La puerta del templo de Helio de Colchis representaba la persecución de la ninfa Aia por el río Phasis.
Akaste, Oceánide hija de Oceanus y de Tetis, compañera de juegos de Perséfone cuando fue rescatada por Hades.
Akragas, hijo de Zeus y de la hija de Océano Asterope, epónimo de la ciudad siciliana de Agrigento.
Amaltea como ninfa es Náyade, hija de Océano y hermana de Aqueloo a quien da su cuerno de la abundancia.
Amnisiades, las veinte ninfas del río Amnisos de Creta donde se encuentra una de las mesas sagradas de Eileithyia. Callimachos las transforma como compañeras de caza de Artemisa.
Anthedon, una ninfa a la que la ciudad debe su nombre.
Anthemussa, nombre de la isla de la Sirena. Hesíodo.
Aptera, ciudad de la costa norte de Chipre, la actual Sudabai. Deriva su nombre de que las sirenas despojadas por las musas se arrojaron al mar.
Arne. Un manantial y una ninfa de Arcadia. En el manantial Poseidón fue criado con los corderos para que pudiera escapar de Cronos. La ninfa Sinoesse crió al recién nacido Poseidón y lo ocultó y entonces fue llamada Arne.
Boibeis, ninfa homónima del lago de Tesalia.
Perno, ninfa epónima del lago tracio de Heracles, madre de Olynthos, envía los peces apópygis a Olynthos con gran cantidad.
La sirena Oreithya se transforma como caballo en el grupo de Delos y como la hija de Poseidón Erecteo. El rapto de Oreithya por Bóreas.
Con los Argonautas supo Orfeo paralizar el efecto del canto de las sirenas para todos tocando las cuerdas; solo Butes no pudo resistir la tentación de los demonios de voz dulce, se tiró (un verdadero hijo de Poseidón) a la inundación y se habría perdido si Afrodita (la diosa del Mar) no lo hubiera rescatado en Lilybaion donde engendró a Eryx.
Camenae. Diosas romanas de pie frente la Porta Capena en una arboleda a la izquierda de la Via Appia, fueron adoradas con Egeria; aquí se les ofrecía agua y leche. De aquí las vírgenes vestales sacaban de un manantial el agua que precisaban para rociar su templo. Estos puntos pueden distinguir la fuente de las ninfas. Las leyendas que rodean a Numa y Egeria. Tras el año 136 el área sagrada fue arrendada a corredores judíos con fines comerciales.
Con la equiparación de las Camenae con las musas que se produjo bajo la influencia de la literatura griega y la penetración del culto de las Musas que fue promovida con la sencilla transición de diosas de los manantiales a diosas de la profecía y el canto la naturaleza original de las Camenae romanas fue oscurecida y su culto suprimido a excepción de la dedicación a Granno et Camenis que se aplica a Apolo y las musas. Livius Andronicus y Naevius usan las Camenae de idéntica manera que los poetas griegos usan las musas. Desde el punto de vista griego se explica cuando la aedicula aenea es trasladada por M. Fulvius Nobilior al templo de Hércules Mussarum construido por él del año 189 al 179, cuando el poeta Accius con un aedes camenarum erige una escultura retrato de tamaño natural y si la Camenae antigua de la que existe una forma más antigua como Casmena y Carmena debe dar etimológicamente carmen y canere. Una interpretación diferente como castae mentis praesides se puede encontrar con Festo como diosa de los Indigitamenta.
Capreae, Capri como primeros habitantes aparte de las sirenas aquí localizadas la leyenda nombra a los Teleboanos o Tafianos, piratas de Acarnania. 
Chthon personifica las profundidades de la tierra, generalmente sinónimo de Gaia y madre de los titanes, los gigantes y de Tifón. Se la llama madre de los sueños y de las Sirenas enredadoras.

De Maistre

El deseo de ver a la sirena que me deleitaba con su canto aumentaba con proporción al encanto de la romanza.

Darwin

Los sirenios forman un grupo distinto de mamíferos y una de las particularidades del dugong y del manatí actuales es una falta de miembros posteriores. Pero el extinguido Halitheirium tenía el fémur osificado articulado con un acetábulo definido de la pelvis y constituye una aproximación a los mamíferos ungulados ordinarios, de los cuales los sirenios son afines. 

Poe

Thomas Browne. La canción que cantaban las sirenas o el nombre que adoptó Aquiles cuando se escondió entre las mujeres son cuestiones enigmáticas, pero que no se hallan más allá de la conjetura.

Keats

No me atormentes con palabras de sirena.

Ch. Brontë

Especie de delicada ninfa u ondina.

Gautier

Las ninfas termales.
La larga línea de colinas que desde Pausilipo al Vesubio dibuja el maravilloso golfo al fondo del cual Nápoles reposa como una ninfa secándose a la orilla después del baño.

Eliot

El canto de sirena que acalla un momento el rugir impetuoso de las olas.
Ninfa de las aguas, vestido de color verde claro, cabellos de un rubio pálido, mujer pálida de ojos fatídicos, nacida de algún frío arroyo bordeado de juncos, hija de un viejo río. Lírica alemana.

Flaubert

El eterno fantasma de las familias, la indeterminada perniciosa, la sirena, el monstruo que habita las profundidades del amor.

Melville

Una especie de hombre-sirena, un viejo con pelo como de tejón, jorobado y con un montón de algas como enagüillas.
¿O es que la reina es una sirena para que se le ragale la cola de la ballena?
El mar había arrastrado su alma viva a las misteriosas profundidades, donde desfilaban extrañas siluetas del mundo primigenio y Sabiduría, esa sirena, le manifestaba sus tesoros acumulados entre las alegres, despiadadas y siempre juveniles eternidades.
Desde el corazón de infinitos Pacíficos las sirenas gritan, "Venid hacia aquí los desgarrados de corazón, que hay otra vida sin la sanción de una muerte intermedia, maravilla sobrenatural cuya visión no exige perecer previamente."
Un salvaje alarido, la tripulación pretendió que eran sirenas y se estremecieron.

Heine

Había un sauce con largas trenzas colgantes que se levantaban cuando las olas le bañaban, de manera que semejaba una joven ninfa que alzase sus rizos verdes para poder oír mejor lo que murmuraban a su oído los enamorados ánimos del aire.
Me habría gustado ver las ondinas que se sientan sobre los blancos escollos y que peinan su cabello verde, pero solo las oía cantar.
Las ciudades sumergidas donde los hombres encantados con figura de pez llevan una vida maravillosamente profunda.
Las bellas sirenas con su seno y sus brazos blancos como la nieve, sentadas al fondo del mar con un círculo de sociedad y las atrayentes bellas de las profundidades viven eternamente.

Lady Gregory

Mitologías de las hadas del mar cristalizadas como leyendas. Caballos marinos de las hadas, barcos espectrales, sirenas
Mara, warra o sirena a la orilla del mar peinando el pelo, no tiene cola de pez, es como cualquier otra mujer..
Conan, pendenciero y bufonesco compañero de Finn Mac Cumhaill, era hijo de una sirena.

Mary de Morgan

La sirena canta a un barco. Seguirá insistiendo hasta que el barco, arrastrado por esa voz, siga el rumbo que ella le marque. Entonces, lo irá conduciendo a una zona de remolinos, y el barco se hundirá. Y los pobres marineros nunca volverán a ver a sus mujeres ni a sus hijos.
Hermosísima doncella, tenía unos ojos verdes, de mirada triste, y su larga cabellera era verde también. En vez de piernas, tenía una larga cola de escamas brillantes. Cantaba con voz triste y soñolienta, provocaba el intenso deseo irresistible de saltar a las olas, junto a aquella criatura.

Mark Lemon

Las ondinas son ninfas de extraordinaria belleza, que habitan el agua. Son casi humanas.
Las ondinas son ninfas que sólo salían de noche.

Dante Gabriel Rossetti

Ulises fue quien atado a su mástil, / allí donde las flores de las aguas ocultan cuevas repletas de huesos, / pasó frente a la isla do cantan las sirenas, / hasta que el dulce son se perdió sobre el agua.

Ch. Rossetti

Una simple posaba bajo la enseña y el nombre de Las Tres Sirenas, las cuales aparecían pintadas como jóvenes con cabello rubio, peines y unos rostros, que no terminaban de compaginar con la permanente complacencia de unos espejos de tocador; las colas apenas se sugerían entre sombras bajo unas olas del más profundo azul.

Keller

Lorelei, roca situada a orillas del Rin, según el folklore es el lugar de residencia de una hermosa mujer, que con su canto atrae a los pescadores hasta la roca, con la cual chocan y se hunden.
Una ondina, tras una indiscreción, amenaza con huir a las profundidades.

Ruskin

El ánimo femenino llamado Sirena es el engaño de las riquezas de los Evangelios ganando la obediencia con engaño. Es hermosa a la vista y engaña con su dulce canto, pero su matriz es repugnante.
La interpretación de Bacon. Las sirenas no son placeres sino deseos.
Las sirenas mortales son cosas opuestas al poder de Circe. Prometen placer pero nunca lo dan. No nutren, sino matan con muerte lenta. El campo de las sirenas está cubierto con los huesos y con las pieles de aquellos que han sido consumidos allí. Se refieren no a las pasiones de Ulises sino a su vanidad y quien solo llegó a oírlas y escapó sin tentación fue Orfeo al silenciar las vanas imaginaciones cantando las alabanzas de los dioses.
Del relato de Dante de la muerte de Ulises encontramos que no fue el amor al dinero sino el orgullo de saber lo que lo traicionó. Su sirena es por tanto la Philotimé de Spenser hija de Mammon. 

Tyndall
Si vemos un pez y vemos una mujer podemos permitir caer la mitad de cada uno y unir las otras dos mitades para formar una sirena.

Boucicault

París, esa ciudad sirena.
El mascarón de proa era una mujer verde colosal; un brazo extendido agarraba un arpa de oro, el otro estaba presionado a su cabeza con la actitud de sujetar su cabello salvaje y suelto.

Tylor

Cuando alguien se ahoga en Alemania la gente recuerda la teología de sus antepasados y explican que <<El ánimo del río reclama su sacrificio anual>> o <<La ondina se lo ha llevado>>.
Las ninfas viven bajo apacibles arboledas, dentro de los manantiales de las corrientes y a lo largo de las verdes praderas.

Frommentin

Bajo las aguas se bañan las sirenas de voz seductora levantando por encima de las olas un cuerpo de mujer de incomparable belleza, mientras queda oculta la otra parte semejante a una cola de pescado.
A orillas de los ríos se encuentra la Guivra, descendiente de la hidra griega, y la Wivra, mitad mujer y serpiente, que como sustituto de los ojos lleva un carbunclo que deposita a la orilla.

D´Aurevilly

Papel de sirena de la hospitalidad.
Visión de Ondina, glauca y burlona.

Wharton

Fantasmas insinuadores de buenas situaciones falsas. Temas, la sirena.
(Etham Frome)

Zola

Labios rojos, blandos y húmedos de alguna Mesalina gigante, doloridos por los besos.
(La Carnaza)

Hardy

Ninfas y Faunesas, Evas, Avicias.

Ponson du Terrail

Olimpia es uno de mis tres nombres; pero -añadió la sirena- uno solo me lo ha dado hasta hoy.

Mallarmé

El lucido y distinguido copete
en la frente invisible
centellea
luego cubre de sombra
una estatura amable tenebrosa
con su torsión de sirena
con impacientes escamas ultimas.

Clifford

La sirena canta a un barco. Seguirá insistiendo hasta que el barco, arrastrado por esa voz, siga el rumbo que le marque. Y los pobres marineros nunca volverán a ver a sus mujeres ni a sus hijos.
Hermosísima doncella, tenía unos ojos verdes de visión triste y su larga cabellera era verde también. En vez de piernas tenía una larga cola de escamas brillantes. Cantaba con voz triste soñolienta, provocaba el intenso, el irresistible deseo de saltar a las olas, al lado de aquella criatura.

Leskov

Cosquillas de las rusalkas del lago. Ninfas acuáticas de la mitología rusa.

Lee

Hojas de acanto retorciéndose hasta convertirse en colas de sirenas.

Wilde

Amarillos cabellos de las sirenas, que se sientan sobre un tronco de árbol.

Garin

Náyades del Dniéster.

Conrad

Cabellera de sirena.
Cantan las sirenas y con su canto atraen hacia la muerte. Sometida a aquella vida que habla a gritos a nuestros sentidos. Eterna verdad de un infalible origen, destinada a fascinar al sombrío navegante. Escándalo.

France

Visión de náyade o de ondina.

Chejov

Mujer maravillosa, sea inteligente. Por sus venas corre sangre de sirena, sea usted una sirena. Enamórese locamente de algún ánimo marino y arrójese de cabeza a las profundidades del mar.

Proust

Suspendido Prometeo del vuelo de las invisibles Oceánides, que venían de muy lejos a murmurar palabras deliciosas con la voz fresca y grave. Océano engendró de su hermana Tetis, símbolo de la fecundidad marina, varios miles de hijas, las Oceánides, personificación de los arroyos y las fuentes. Prometeo era hijo del titán Jápeto y de la oceánide Clímene y, por eso, las Oceánides acudieron a consolarlo cuando fue encadenado a una roca del monte Cáucaso, donde un águila le roía en las mañanas el hígado, que volvía a crecer por la noche. 

Joyce

Las sirenas de la sociedad pecadora afortunadamente se volvieron entusiastamente apegadas.
La Taberna de las Sirenas.
Vengan las dulces ninfas de Dingle beach para vivar a la / Reina Brinabride cabalgando las olas desde Sybil / En su curragh de conchas de la hija de la perla y su cuento / Argentino azul que la cobija.

Gould

Sirena de Barnum, ejemplar fabricado ingeniosamente, se exhibía en los museos.

Yeats

Las sirenas traen mal tiempo.
La sirena, the merrow, en irlandés Moruadh o Murrúgahch, de muir, mar, y oigh, doncella, es frecuente en las costas salvajes.
Los Merrows macho tienen dientes verdes, pelo verde, ojos de cerdo y nariz roja. Sus esposas son bellas, con cola de pez y pies palmípedos semejantes a los ánades. A veces, prefieren a pescadores apuestos. Algunas veces, ellas salen del agua y caminan por la orilla en forma de vacas, sin cuernos. Cuando recobran su verdadera forma llevan un sombrero cohullen druith, cubierto de plumas. Si alguien se lo roba no pueden volver a las ondas.
Sirenas moviéndose sobre la superficie del agua, con sus vestidos de niebla.
Hay igual numero de sirenas como langostas.
Sirénido. Cuerpo verde, sombrero de tres puntas, cola de pez, piernas con escamas y sombrero tricornio.

Symons

Tu sonrisa es como una traición, / Una traición adorable; / Como sonríe la sirena donde el mar / Canta a la concha inolvidable.
Una mujer al control de los años; / Undine ha encontrado un alma.

Lubbock

De los dioses y diosas de la mitología clásica o de nuestro folklore ninguno es más fascinante que los ánimos de la naturaleza: elfos y hadas, neckans o kelpies, duendecillos y ouphes, sirenas, ondinas, ánimos del agua y del mundo élfico. Salen sobre todo las noches de luna llena.

Mansfield

Sentada encima de una roca con hierbas marinas sobre el cabello y esperando el barco fantasmal que a las mujeres gusta imaginar que desean.

Kipling

En buena forma, como una sirena un día nebuloso.
Silbar una sirena.

Kafka

El silencio de las sirenas del episodio de Ulises.

Walser

Sonreír como una sirena.
Una ninfa salida del lago.

Giraudoux

La voz sale en ocasiones del centro del lago; otras de lo alto de la cascada.
Asustar con las cabezas que muestra por las ventanas, en las noches de tormenta. La del viejo con el cabello blanco y barba fluyente me estremece. Me gusta la de la señora de las perlas.
Una encantadora cabeza de náyade.
Qué lata ese trueno al final de cada frase.
Puedes contar hasta tres antes que vuelva a estallar el trueno.
Voz del rey de las ondinas.
Trenzas que semejan serpientes.
Las ondinas han nacido hace siglos y no mueren nunca.
El mundo reflejado en el lago.
En el mundo de las ondinas no ha habido nunca un esposo infiel, como no fuera por confusión o porque el agua estuviese turbia y, en ese caso, las ondinas están conformes, para que el traidor involuntario no se entere nunca. Creen que la virtud de los hombres es una horrible mentira.
Entre los seres del agua surgen de pronto grandes instintos y el primer tritón que llega es para siempre.
Grito que surge del río, de los estanques, de los pozos, fuentes y acueductos.
La ondina de madera del reloj.
Voz maravillosa, piel de terciopelo y formas delicadas. ¡El monstruo!
A las ondinas hay que juzgarlas sobre una elevación del terreno. Y a cierta distancia del río; y con cuidado, porque pueden alcanzarlo reptando como anguilas.

Wassermann

Una mirada extraña y propia de una sirena.

Rohmer

El reclamo de las sirenas, que representa el viejo legado de la mujer oriental, una herencia más antigua que la tribu de los ghazeeyeh.

Faure

Símbolo supremo que Esquilo había imaginado, para fortalecer nuestro coraje, cuando vio volar alrededor de Prometeo el enjambre de las Oceánidas.

Larbaud

En las orillas de la isla de Calypso debieron presentarse a los ojos de Telémaco un millón de ninfas de pie o tumbadas en la arena; un millón de nereidas jugando con las olas, la mujer y la mar en presencia mezcladas la una con la otra, las melenas al viento de alta mar y la salpicadura de la espuma a la risa.

Marshall

El violín de su inteligencia emitió sonidos de sirena.

Musil

Se inventaron las ninfas, las ondinas, las sílfides, las rusalcas y las sirenas.

Woolf

Sirenas semitransparentes con extrañas colas sonrosadas, que flotaban sobre las olas.
Me dijo que no tenía corazón, que era simplemente una sirena.
(Fin de viaje)

Los delfines nadaron por las paredes llevando sirenas sobre sus lomos.
Una sirena nadando entre perlas, una sirena  en una gruta cantando, para que los remeros se arrojaran de sus botes y se hundieran, se hundieran para abrazarlos.

Savinio

Sirenas disfrazadas que practican en la trastienda acoplar el vuelo, rápidos juegos de amor, afrodismos provechosos.
La vida exagerada, entre frívola y esteticista de los emuladores de Ulises que atraídos por el nunca apagado canto de las sirenas convergen hacia Capri desde los lugares más remotos del globo.
El canto de las sirenas, las cuales ocultas cerca del extremo de la península amalfitana invitan de esta manera. <<¡Ven! ¡acércate! ¡Ancla la nave, ven a oír nuestras voces! Tras lo cual te ves más contento y más rico de experiencias, puesto que nosotras sabemos todos los males que los hombres obtienen de los dioses y cuanto la tierra nodriza ve realizarse.>>
Sirena de poca monta, afónica y desterrada.
La verdadera morada de las sirenas es el pequeño archipiélago que emergiendo a la izquierda del promontorio amalfitano custodia el estrecho de Capri. Son tres escollos llamados Galli, islotes rocosos o cráteres de viejos volcanes que dispuestos con forma de anillo encierran una tranquila rada donde los corsarios al acecho esperaban las naves que salían del canal. El escollo de la Marina Piccola estaba consagrado antaño a la Venus terrestre.

Morand

Una égloga doméstica. Una sirena en las aguas del marxismo.
Sonaron las vísperas más altivas que una sirena de fábrica.

Montgomery

Un arco iris perfecto, la dríada saldrá para utilizarlo de pañuelo; sentada, peina sus rizos con el arroyo como espejo.

Hasek

Puso una cola de arenque para representar una sirena.
Una vez, en Praga, uno halló una sirena y la expuso detrás de una cortina. Había hecho un agujero a través del cual podía verse un sofá y en él, estirada, una mujer de algún barrio periférico. Tenía las piernas envueltas en una gasa verde, que representaba la cola, había teñido el pelo de verde y llevaba unos guantes también verdes, en los que había cosido aletas de cartón verde. En la espalda le habían atado otra aleta. Respecto a los pechos no eran nada del otro mundo. Le colgaban hasta el ombligo como a una prostituta muy manoseada.

Morante

Una sirena cubriéndose con un paraguas.
Amar como las sirenas.
Sangre de los animales mitológicos, de los grifos y las sirenas. Los que tienen sangre mixta muy raramente se hallan contentos estando con los otros. Siempre hay algo, que les hace sombra.
Mi madre, mi reina oriental, mi sirena.
El rey Ulises, cuando dobló el cabo de las Sirenas, se sintió libre y solo ante la opción; la prueba o la renuncia.

Dunsany

Las sirenas, al igual que los elfos, están más allá de la idea de salvación.

Wolfe

Terminado el conflicto, santificado el crimen y coronada la virtud, se alejaba con su sirena, bajo el adecuado resplandor de un sol, que se ponía inextinguiblemente.
Sirenas sin escamas y adorables columnas del fondo marino.
"Wilhelm Tell". La canción irreal de la sirena al joven pescador, obsesiona con su música fantástica.

Cesbron

Escudos sembrados de leones, unicornios, sirenas, arpas.

Dinesen

Náyades y tritones danzaban en las olas, en su ultimo y gran épodo.

Steinbeck

Sirenas sucias.

Graves

Los ríos, las náyades, las sirenas y las nereidas rendían pleitesía a Poseidón.
Circe había prevenido a Ulises respecto de la isla de las sirenas. Eran mitad aves, mitad mujeres y cantaban con tal dulzura que, al oír sus voces, los marineros pretendían acercarse. Pero sus naves quedaban destrozadas al chocar con las rocas ocultas, que defendían la orilla. Aunque Ulises había tapado con cera los oídos de sus marineros y les había mandado que lo atasen al mástil, cuando la nave pasó cerca de la isla pudo oír la canción de las sirenas. Gritó que lo soltaran. Como los marineros no podían oír a las sirenas ni a Ulises, obedecieron su mandato anterior y le ataron más fuertemente al mástil. De esa manera fue como la nave se libró del desastre. Las sirenas se sintieron muy decepcionadas y se suicidaron.

Priestley

La joven diablesa, la sirena, la náyade, el hada blanca y oro, hija del rey Troll.

Peské

Las sirenitas que atraían, de los cuentos de Andersen.
Me tendió sus brazos blancos de ahogado o de sirena.

Waugh

La sirena disecada y los pozos de Salomón de Adén.
¿Te has portado bien? ¿No has cortejado a ninguna sirena?

A. Huxley

Las sentimentales sirenas de la Odisea.
Estas sirenas profesionales. Le abandonaba completamente frío.
Caer como un tonto a la vista de una sirena.
El protagonista hace reir a su sirena. 
Surgiría la sirena cantando halagos y lisonjas, ofreciendo frutos prohibidos con una impudicia de la que son solo aptos los totalmente depravados o inocentes.

Heard

El recurso de hacer oír el canto de la sirena.

Wilson

La serie de frases y sílabas onomatopéyicas situadas al comienzo del episodio de las sirenas del "Ulysses" -el canto del hotel Ormond- son temas musicales y el episodio es una fuga.
Cualquier especie de ornas y emblemas encubiertos; del capítulo de las sirenas chistes de términos musicales.

Highsmith

Reírse un poco como una sirena bajo el fondo del mar.

Vilar

Referencias sutiles, muy mediterráneas del mar y la montaña, del pastor y la sirena.

Lampedusa

Escamas nacaradas y azules.
El canto de las sirenas no existe; la música a la que no se puede escapar es sólo la de su voz.
Sirena, síntesis de animal y de Eternal.
Una sirena lo es todo, porque es corriente de vida sin accidentes; es eterna porque las muertes confluyen, se vuelven a transformar en vida, ya no singular y determinada, sino pánica y, por tanto, libre.
Tritones barbudos, glaucas grutas.
Fondo, ciego y mudo palacio de aguas sin formas, eternas, sin resplandores, sin susurros.
Sirena, la Indiferente, la Benéfica, joven lasciva, fierecilla cruel, madre sapientísima, que con su presencia desarraigó y disipó metafísicas. Ascetismo de vida derivado, no de la renuncia, sino de la imposibilidad de aceptar otros placeres inferiores, especie de gracia pagana.
Lamotte-Fouqué, "Ondine".
Ánforas y cráteras . Odiseo amarrado al mástil de la nave, las Sirenas se arrojaban desde lo alto de la peña, para ir a estrellarse con los escollos, como expiación por haber permitido escapar la presa.
Ligea, sirena hija de Calíope. Pertenecía a la fuente del saber y sabía expresar su superioridad innata con un idioma a la vez áspero y bello: "Soy todo porque sólo soy corriente de vida, carezco de accidentes; soy eterna porque en mí confluyen las muertes, hasta la de Zeus, y reunidas en mí se transforman en vida, una vida ya no determinada, sino total y, por tanto, libre".
Sirena Indiferente, es decir, Bienhechora.

Frisch

Mueve la cabeza reprobadora, una ondina de cabello verdoso, que también tiene labios de ciruela. Abrigo color de algas podridas.

Eliade

El palacio submarino de las Nereidas (el arquetipo de las hadas que protegen a los jóvenes).

Yevtushenko

El cuerpo de sirena color esmeralda.
Profundas cuencas laguneras con vivos ojos de sirena.
Una sirena de ojos grandes y tranquilos de los lagos de Carelia.
Dulce sirena.
Dejaba de ser sirena y se convertía en lucio.
Tímido agradecimiento de sirena.
Sus manos se posaron sobre mis hombros con cariño de sirena.

A. Wilson

Desempeñar el papel de doncella del Rin.

Le Goff

Melusina, mujer maravillosa medieval, avatar de una diosa madre de la fecundidad.

Burgess

Voces de sirena de la duda.

Yourcenar

Frescura de las grutas consagradas a las Ninfas y llenas de aves de paso.

Plath

Lorelei. Estas formas flotan / subiendo hacia mí, perturban el rostro / de la calma. Desde el nadir se alzan sus poderosos miembros / pesados, el cabello más recargado / que el mármol esculpido. Cantan / un mundo más pleno y claro / que el posible.
Hermanas, vuestra canción / lleva una carga insoportable / para el oído cansado de escuchar / aquí, dentro de este país materialmente guiado / por un poder equilibrado. / Trastornando con armonía / más allá de la organización mundana / vuestras voces cercan.
Os alojáis / sobre los altos arrecifes de las pesadillas, / y prometéis un puerto tranquilo; / durante el día disertáis desde las fronteras / de la pereza, desde el alféizar / de altas ventanas. Peor / que vuestro canto / enloquecedor, vuestro silencio.
Desde el origen / de la llamada de vuestros corazones helados -/ la embriaguez de las grandes profundidades. / Oh río, veo transcurrir desde tu profundo flujo de plata / a esas diosas de la paz. / Piedra, piedra, llévame al fondo.

Eco

Las sirenas con la cola cubierta de escamas seducen a los marineros.
Escila, la cabeza y el pecho de una joven, el vientre de loba y la cola de delfín.

Sirenas orientales.
De la línea de Yemanjá forman parte sirenas, ondinas, caboclas (el mestizo brasileño) del mar y de los ríos, marineros y estrellas guía.
También las sirenas eran bonitas.

Vonnegut

Una sirena sonaba dentro de su cabeza.

Morrison

Angelicales voces de sirena.

Guimard

Andadura de Ondina, condenada a olvidad el universo de los hombres y precipitando al Rhin el barroco mobiliario del burgo que va a abandonar para siempre, a fin de tentar la suerte, abolida su memoria, de encontrar en el fondo de las aguas, por la familiaridad de un objeto, difusas impresiones de su felicidad de pequeño ser humano.

Mailer

Plantas marinas, trenzas de sirena.

Orton

Una especie de rutilante traje de sirena.
El Churchill que se distinguió en la ultima guerra, por vestir un traje de sirena azul ciruela.


Chevalier


Cídipe. En el arte románico, el hombre de una sola pierna, antítesis de la sirena de doble cola.
Las Moiras, hijas del Menester, cantan con las Sirenas, haciendo girar los husos. Láquesis (el pasado), Cloto (el presente) y Atropos (el futuro).
Lorelei, análoga germánica de las sirenas de la mitología griega, a orillas del Rin.
Las Nereidas, nietas del Océano, son las olas innumerables del mar haciendo y deshaciendo sus bordados líquidos.
Las Ondinas, en las mitologías germánicas y escandinavas, hadas de las aguas, malhechoras, se ofrecen a conducir a los viajeros y extravían y ahogan. Cabellera verde glauca.


Charroux


Dahut, princesa de Ys (París) se ha convertido en una Morgana, una sirena del mar, de belleza fascinante y fatal.
El unicornio era con frecuencia mascarón de proa sobre los bajeles de alta mar, pero, como la sirena, pasaba por arrastrarlos al fondo de las aguas. Antaño, en los tiempos de lo maravilloso, unos marineros se arrojaban al agua, ciertos de ver el palacio de las sirenas y de los unicornios y habitar allí en el lujo.

James

Una sirena seductora.

McCullough

Numidia, la tierra de los comedores de lotos, las sirenas y las islas encantadas.

Stamer

Personaje de la maternal ondina, que emerge del reino de las aguas, para aparecer en el momento adecuado y ayudar a las personas, concederles protección y otorgarles su bendición, además de obsequiarlas con valiosos presentes.
Pequeña ciudad de Rossitz, en Moravia. El arroyo Berritz desemboca en la Laguna de las doncellas, de profundidad insondable, de misteriosas e incalculables profundidades. Roca cónica, abertura el Horado de sangre. Montaña de los enanos, con una roca con forma humana. 
Ninfas y doncellas hacían volcar las barcas de los pescadores y las rodeaban de una niebla densa. Las doncellas del agua poseían en su aspecto original un cuerpo de color verde mar y unos dientes de idéntico color, en ocasiones mostraban un cuerpo de serpiente. También eran capaces de adoptar la figura de un ser humano. Aguda mirada.
Ninfa fascinadora y seductora, sirena, lorelei, arrastra al hombre a las profundidades, atrayéndolo a su reino de las aguas, después de haberlo seducido con su belleza y sus cantos. Un acantilado de 130 metros de altura, en la orilla derecha del Rin, cerca de Coblenza, es la morada de una sirena, que con sus cantos atraía a los navegantes que viajaban por el río.
La ninfa del mar quiso tener la promesa por escrito. Entregaría lo que permanecía oculto en su casa.
Ninfa del mar, diablo marino.
Ondina amante, diosa del amor, Venus, Afrodita, nacida de la espuma, la que surge de las aguas y concede la felicidad y satisface los deseos del amado. Es la ninfa prometida, enamorada, la que puede unirse al hombre adoptando mil formas diversas.
El tema de la ondina precisaba redención. Los personajes de Melusina y la ondina, de los condenados y sin alma, constituyen la dramática agravación que experimenta la indefensión humana frente las elementales y poderosas fuerzas de la naturaleza.
Melusina era una hermosísima mujer hasta la mitad de su cuerpo, pero la mitad inferior terminaba en una repugnante cola de serpiente o de dragón de un color azul intenso, salpicado de blancos hilos plateados.
Melusina, hija de las galerías en el cielo, sus manos no tenían dedos, sino una concavidad crateriforme y en lugar de pies poseía una cola de serpiente -alas y cola de dragón-, cabeza de sapo y cola de dragón, que se enrollaba alrededor del cuerpo.
Verde doncella, pez y ser humano.
Multiformes como el agua, en ocasiones bella e iridiscente, otras tenebrosa y diabólica, esos seres femeninos se nos pueden aparecer adoptando las formas de ondinas, ninfas y nereidas; náyades, oceánidas y princesas cisne; pero también como mujer serpiente, bruja marina, monstruo marino y sirenas. Si vemos las ninfas y ondinas en un contexto fenomenológico, surge la gran figura central de la Gran Madre, representante de la fuerza viviente de las aguas. 
Podríamos ver las ninfas y ondinas de los cuentos y leyendas como imágenes simbólicas de aquellas arcaicas diosas madre y del agua, pero también como arquetipos de lo femenino, del ánima, que en su actividad positiva y creadora, pero también negativa y destructora, desempeñan un papel en la vida personal.
La divinidad Derceto, con cola de pez, es una diosa lunar semítica, una figura mitológica, que puede ser la primera ninfa. Derivación mitológica de la cola de pez descrita por el historiador Diodoro de Sicilia y por Lucano.
Otro rito muestra a Vishnu en forma de pez como encarnación de una diosa. Una mujer brillantemente adornada con cuatro brazos y una gran cola de pez.
Las apsaras (moviéndose en el agua) son ninfas acuáticas sobrenaturales, que poseen dones proféticos y pueblan el cielo de los hindúes.
Mitología griega. Nereo, sustituido posteriormente por Poseidón, es la divinidad propiamente dicha del Mediterráneo. Fue el padre de las Nereidas, llamadas también Leucoteas, las blancas hijas de la espuma, y de las ninfas marinas.
En la mitología griega, las oceánidas, hijas del Océano y de Tethis, son muy numerosas.
Las náyades o ninfas eran encantadoras adolescentes con colas de pez, que vivían en ríos y arroyos.
Con la oceánida Doris, Nereo engendró cincuenta nereidas o ninfas marinas, de las que Anfitrite, esposa de Poseidón, es la más famosa.
Las ninfas del agua griegas más famosas son las sirenas. Desde que Ulises resistió los hechizos de sus cantos -Circe se lo había previamente advertido-, se han convertido en la encarnación de las artes de la seducción femenina. Fue Homero (hacia 850) el primero en otorgarles una hermosa voz; en sus orígenes no eran más que Keres (también Parcas), unos seres fantasmagóricos. 
Los artistas griegos representaban las sirenas en forma de aves; pero durante la época helenística el cuerpo de ave fue sustituido por la cola de pez. 
Pero quien escuche el canto de las sirenas está irremediablemente condenado.
Las sirenas llevaban las almas de los muertos a las Islas Felices.
La diosa del mar y de los ríos, la sirène, pertenece a la mitología haitiana y constituye parte esencial de vudú. Se fundió con la figura de Santa Filomena. Si pierde el peine dorado durante su huida, traerá suerte a quien lo encuentre.
Iglesia de San Mauricio, en Hemsbach (1281), bei Osterburken. Desde la Edad Media, fue un lugar de peregrinación con un arcaico culto al agua. Existió un centro de culto romano-germánico, para la adoración de las ninfas marinas. Unos monjes de Worms respetaron el culto del agua. 
Cuento irlandés <<La ninfa Liban>>. Murgan, la nacida del mar.
Paracelso describe la ninfa como un ser precisado de redención, que busca ansiosamente un alma humana.
1457. Hyeronimus Bosch. Sus pinturas enigmático-apocalípticas muestran ninfas que nadan o vuelan.
El cuento <<La pequeña sirenita>>, de Hans Christian Andersen proporcionó el tema a la ópera "Rusalka", de Dvorak.
Ópera "Undine", de A. Lortzing, texto de De La Motte-Fouqué.
Telas pictóricas. Arnold Böcklin, "Las Rompientes", Franz von Stuck, Max Klinger.
Si el hombre es seducido por la ninfa-sirena y se convierte en su esposo, la humanidad lo perderá, porque en el reino de la madre de las aguas prevalecen otras leyes, espacios y tiempos. Mientras él permanece a su lado vive feliz, pero si regresa a la tierra está condenado.

Jennings
Doris era la hija de la divinidad pagana Océano.
Una tierna ninfa de las viejas leyendas.
Me quedé en la cubierta de proa para que no se me escapara ninguna sirena o monstruo marino que por casualidad pasara nadando por allí.
Cada marsopa blanca desciende de una princesa de lejanos tiempos, que se transformó por arte de encantamiento en una marsopa después de ahogarse en el lago Dongting a causa de un amor trágico.
El duyong, una criatura marina, la mitad inferior de su cuerpo era la de un pez y terminaba en una cola de pescado como un creciente. Estaba cubierto por una piel curtida, como la del delfín. En lugar de las aletas tenía una especie de muñones como brazos que terminaban en apéndices similares a patas palmeadas. Lo más notable es que tenía en su tórax dos inmensos pero inconfundibles pechos y su cabeza recordaba ligeramente la de una vaca muy fea.
La panorámica, una extensión infinita de agua azul celeste con escotillas blancas de espuma abriéndose y cerrándose aquí y allí, como si las sirenas estuvieran lanzando furtivas visiones al mundo de arriba.

Potter

La sirena de un cuento con grandes y limpios márgenes blancos.

Rutherfurd

Rusalki. Doncellas del agua, saldrían para matar, a fuerza de hacer burla y cosquillas.

Waisbard

No hay pescador del lago sagrado, que no se preocupe por resultar atrapado por alguna sirena del Titicaca, ya que, además, nunca se han encontrado los cuerpos de los ahogados.

Norfolk

El ánimo perdura como una arpía, una sirena, una esfinge, diferentes aspectos de los keres, los genios de la muerte violenta.




Reírse un poco, como una sirena en el fondo del mar.

Plantas marinas, trenzas de sirena.

Trapas, carne de castaña submarina, bajo los puñales, con una cáscara lisa y dura como cuero viejo, fruto de brujas y cazadores furtivos.




Ana Kontroversy
 

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