El derrocamiento del derecho materno fue la gran derrota histórica del sexo femenino.
En Grecia la monogamia sólo es monogamia para la mujer y no para el varón. Actualmente mantiene este carácter.
Fuera de la procreación de los hijos la mujer no era para el ateniense sino la doméstica principal.
La primera división del trabajo fue la que se hizo del ser masculino y el femenino para la procreación de los hijos. El primer antagonismo que apareció a lo largo de la historia coincide con el desarrollo del antagonismo masculino y femenino con la monogamia. Y la primera opresión con la opresión del sexo femenino por el masculino.
Esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer.
Otro resto del matriarcado agonizante era el respeto casi incomprensible para los romanos que los germanos profesaban al sexo femenino.
La emancipación de la mujer pudo ser anticipada por Protágoras como muestra la parodia aristofánica de las "Asambleístas".
Tucídides
Los méritos femeninos de cuantas quedarán viudas.
Aristóteles
Epicleras. Mujeres herederas.
Sófocles, "Ayante". El silencio es un adorno de la mujer.
Entre los laconios muchas cosas eran administradas por las mujeres durante la época de la hegemonía. El periodo del fin de la Guerra del Peloponeso y la Batalla de Leuctra (403-371).
Muchas herederas con grandes dotes, hijas de herederas, según la ley ática.
La comunidad de mujeres, hijos y hacienda, las comidas comunes de las mujeres es lo peculiar de Platón.
La generación procede de un origen y el fin que parte de un verosímil origen es relativo a otro fin. La razón y la inteligencia son para nosotros el fin de nuestro carácter, de manera que a la vista de estos fines deben organizarse la generación y el ejercicio de los hábitos.
Con los alumbramientos las jóvenes sufren y perecen con mayor numero. Por eso afirman algunos que fue la causa del oráculo a los trecenios, porque perecían muchas por casarse las mujeres demasiado jóvenes, pero no tenía que ver con la recolección de las cosechas. La réplica del oráculo se reservó con una glosa marginal de algunos manuscritos de la "Política". "No aréis sobre el surco nuevo". El adjetivo néan, nuevo, sin arar, joven, hace reflexionar sobre el verbo neân, que puede aplicarse a una joven que pierde su virginidad demasiado pronto. El térmico puede evocar surco y esposa.
Licofrón
Femenino peplo.
Menandro
Tauropolias. Presencia de mujeres en fiestas nocturnas. Festival en honor de Ártemis Taurópolos, se celebraba en Braurón y el demo próximo de Halas Arafenides.
Por las dos diosas -Deméter y Core. Fórmula de juramento habitual entre las mujeres.
Tesmoforias y Esciriforias, festivales de Atenas conectados con el culto a Deméter, entre octubre y noviembre, los hombres eran rigurosamente excluidos. Thesmoí, dones sagrados de los cereales dados por Deméter a la humanidad, ofrendas y ritos conectados con el mundo vegetal y la fertilidad. Festival en honor de Deméter y Core, celebrado entre junio y julio, conexión con skíron, parason. En su origen la sacerdotisa de Atenea Polias y el sacerdote de Erecteo -Posidón, bajaban de la Acrópolis bajo un baldaquino; ofrendas de pasteles, imitando figuras de la fecundidad.
Adonias. Fiestas de Adonis, ritual procedente de Chipre, popular entre las mujeres de Atenas, este culto celebraba la resurrección de Adonis. Por la estrecha conexión con Afrodita, solían colaborar heteras. Carácter vegetal de los ritos de Adonis representado con la ofrenda de las bateas de Adonis, especie de tiestos, que las mujeres sembraban con semillas y regaban con agua caliente, para que brotaran en seguida.
Cicerón
Proveniente de Aricia, ciudad federada, la ley Voconia trataba de la sucesión de las mujeres.
La ley Voconia, atendiendo sólo a la utilidad y beneficio de los varones, resulta injusta con las mujeres. Se debió a la iniciativa de Catón, para restaurar la antigua sencillez de las costumbres romanas. El senado la aprobó en 169.
Bacanales. Fiestas en honor de Baco, que se celebraban durante la noche. Al comienzo sólo eran admitidas las mujeres y, desde 198, también los hombres. Los desórdenes que en tales fiestas se produjeron, obligaron al senado a suprimirlas, mediante un senado consulto. Los cónsules Espurio Postumio y Quinto Marco Filipo, que investigaron, en 186, los sucesos, tuvieron que castigar a los 7.000 culpables.
Lucrecio
No siempre la mujer con amor falso suspira. Cuando el cuerpo de su amante con su seno aprieta entre sus brazos, cuando sus labios húmedos imprimen besos y fluyen el deleite, entonces su amor es verdadero y deseosa de gozar el placer a los dos incita que termine la carera del amor.
Estériles quedan las mujeres cuando el semen es fluido o espeso con extremo. Muy fluido no puede fijarse a los parajes destinados, se corre y derrama al momento; muy espeso su consistencia no le permite saltar bastante lejos y penetrar los sitios, o penetrando con el semen de la mujer no es sencillo se entrevere.
Porque efectivamente hay mucha diferencia con la organización de las uniones y unos mejor empreñan unas que otras y muchas fueron antes infecundas de varios himeneos y, no obstante, llegaron a tener un buen marido que supo fecundarlas y quedaron enriquecidas con sabrosos hijos.
Cae la mujer adormecida con el olor subido del castóreo y la acción delicada se desliza entre sus tiernas manos si le huele al tiempo de pagar menstruo tributo.
La emancipación de la mujer pudo ser anticipada por Protágoras como muestra la parodia aristofánica de las "Asambleístas".
Tucídides
Los méritos femeninos de cuantas quedarán viudas.
Aristóteles
Epicleras. Mujeres herederas.
Sófocles, "Ayante". El silencio es un adorno de la mujer.
Entre los laconios muchas cosas eran administradas por las mujeres durante la época de la hegemonía. El periodo del fin de la Guerra del Peloponeso y la Batalla de Leuctra (403-371).
Muchas herederas con grandes dotes, hijas de herederas, según la ley ática.
La comunidad de mujeres, hijos y hacienda, las comidas comunes de las mujeres es lo peculiar de Platón.
La generación procede de un origen y el fin que parte de un verosímil origen es relativo a otro fin. La razón y la inteligencia son para nosotros el fin de nuestro carácter, de manera que a la vista de estos fines deben organizarse la generación y el ejercicio de los hábitos.
Con los alumbramientos las jóvenes sufren y perecen con mayor numero. Por eso afirman algunos que fue la causa del oráculo a los trecenios, porque perecían muchas por casarse las mujeres demasiado jóvenes, pero no tenía que ver con la recolección de las cosechas. La réplica del oráculo se reservó con una glosa marginal de algunos manuscritos de la "Política". "No aréis sobre el surco nuevo". El adjetivo néan, nuevo, sin arar, joven, hace reflexionar sobre el verbo neân, que puede aplicarse a una joven que pierde su virginidad demasiado pronto. El térmico puede evocar surco y esposa.
Licofrón
Femenino peplo.
Menandro
Tauropolias. Presencia de mujeres en fiestas nocturnas. Festival en honor de Ártemis Taurópolos, se celebraba en Braurón y el demo próximo de Halas Arafenides.
Por las dos diosas -Deméter y Core. Fórmula de juramento habitual entre las mujeres.
Tesmoforias y Esciriforias, festivales de Atenas conectados con el culto a Deméter, entre octubre y noviembre, los hombres eran rigurosamente excluidos. Thesmoí, dones sagrados de los cereales dados por Deméter a la humanidad, ofrendas y ritos conectados con el mundo vegetal y la fertilidad. Festival en honor de Deméter y Core, celebrado entre junio y julio, conexión con skíron, parason. En su origen la sacerdotisa de Atenea Polias y el sacerdote de Erecteo -Posidón, bajaban de la Acrópolis bajo un baldaquino; ofrendas de pasteles, imitando figuras de la fecundidad.
Adonias. Fiestas de Adonis, ritual procedente de Chipre, popular entre las mujeres de Atenas, este culto celebraba la resurrección de Adonis. Por la estrecha conexión con Afrodita, solían colaborar heteras. Carácter vegetal de los ritos de Adonis representado con la ofrenda de las bateas de Adonis, especie de tiestos, que las mujeres sembraban con semillas y regaban con agua caliente, para que brotaran en seguida.
Cicerón
Proveniente de Aricia, ciudad federada, la ley Voconia trataba de la sucesión de las mujeres.
La ley Voconia, atendiendo sólo a la utilidad y beneficio de los varones, resulta injusta con las mujeres. Se debió a la iniciativa de Catón, para restaurar la antigua sencillez de las costumbres romanas. El senado la aprobó en 169.
Bacanales. Fiestas en honor de Baco, que se celebraban durante la noche. Al comienzo sólo eran admitidas las mujeres y, desde 198, también los hombres. Los desórdenes que en tales fiestas se produjeron, obligaron al senado a suprimirlas, mediante un senado consulto. Los cónsules Espurio Postumio y Quinto Marco Filipo, que investigaron, en 186, los sucesos, tuvieron que castigar a los 7.000 culpables.
Lucrecio
No siempre la mujer con amor falso suspira. Cuando el cuerpo de su amante con su seno aprieta entre sus brazos, cuando sus labios húmedos imprimen besos y fluyen el deleite, entonces su amor es verdadero y deseosa de gozar el placer a los dos incita que termine la carera del amor.
Estériles quedan las mujeres cuando el semen es fluido o espeso con extremo. Muy fluido no puede fijarse a los parajes destinados, se corre y derrama al momento; muy espeso su consistencia no le permite saltar bastante lejos y penetrar los sitios, o penetrando con el semen de la mujer no es sencillo se entrevere.
Porque efectivamente hay mucha diferencia con la organización de las uniones y unos mejor empreñan unas que otras y muchas fueron antes infecundas de varios himeneos y, no obstante, llegaron a tener un buen marido que supo fecundarlas y quedaron enriquecidas con sabrosos hijos.
Cae la mujer adormecida con el olor subido del castóreo y la acción delicada se desliza entre sus tiernas manos si le huele al tiempo de pagar menstruo tributo.
Virgilio
Mujeriles congojas e iras.
Horacio
Una mujer casta cumpliendo con su oficio atiende la casa y los hijos queridos como la sabina o la esposa abrasada con el sol del ágil ápulo. De Apulia.
Propio de mujeres desgraciadas es no dar diversiones al amor.
Minerva era patrona de las labores femeninas.
La fuga de las generaciones.
Tito Livio
El vínculo más dulce que puede enlazar a los seres humanos, el de la maternidad.
El amor, excusa que ablanda el ánimo de las mujeres.
Lo que puede quebrantar el corazón de una mujer.
La risa ofendió profundamente el ánimo mujeril, pronto a conmoverse por las cosas más pequeñas.
Un debate estalló entre las señoras romanas en el reducido templo del Pudor patricio, situado en el Foro boario, cerca de la rotonda dedicada a Hércules. Virginia, hija de Aulo, patricia, había casado con el cónsul L. Volumnio, plebeyo, y para castigarla por aquel desigual matrimonio, las matronas la habían separado de sus ceremonias sagradas. De lo que nació un ligero altercado, que por consecuencia de la irritabilidad de las mujeres se llevó hasta la disputa violenta. Virginia erigió un altar al pudor plebeyo.
Aulo Gelio
Para designar la belleza media empleó Ennio una expresión elegante con su tragedia de "Menalippo". Al hablar de las esposas que no son infieles ni malas refiere que son stata forma, razonablemente hermosas.
Dionisio de Halicarnaso
Templo a la Fortuna Muliebris, a la Fortuna de las Mujeres. Fortuna es una antigua diosa italiana identificada con Týche. Originalmente tuvo referencia con la fertilidad y con la vida de las mujeres.
Columela
Delicado sexo de la señora.
Suetonio
El año 360 de Roma se estableció la costumbre de ensalzar publicamente a la mujer que perecía de avanzada edad como recompensa de haber dado otro tiempo cuanto tenía a fin de completar la cantidad que había de pagarse a los galos para el rescate de Roma. <<Pero -explica Plutarco- tal costumbre no alcanzaba a las mujeres jóvenes, siendo César el primero que pronunció la oración fúnebre de su esposa muerta muy joven>>.
Artemidoro
El oso señala una mujer, según cuentan los autores de fábulas relativas a las metamorfosis. Calisto de Arcadia se transformó como este animal. Ninfa a la que Hera transformó como oso a causa de sus amores con Zeus, de quien procede la denominación de Osa Mayor.
Astínomo, pedónomo, ginecónomo. Supervisor de la tranquilidad, la educación de los niños y el comportamiento de las mujeres.
El gato significa adulterio porque es ladrón de aves, que equivalen a mujeres.
Heliodoro
Las manzanas, fruto consagrado a Afrodita, cuando son ofrecidas por una mujer a un hombre, son símbolo de una declaración amorosa. Teócrito.
Ocurre a las mujeres, que vacilan y no tienen arrojo suficiente para hacer lo que está previsto; por otra parte, lo que tienen que realizar al instante, lo llevan a cabo con gran osadía.
Enfermedad connatural a las mujeres; los celos.
Horacio
Una mujer casta cumpliendo con su oficio atiende la casa y los hijos queridos como la sabina o la esposa abrasada con el sol del ágil ápulo. De Apulia.
Propio de mujeres desgraciadas es no dar diversiones al amor.
Minerva era patrona de las labores femeninas.
La fuga de las generaciones.
Tito Livio
El vínculo más dulce que puede enlazar a los seres humanos, el de la maternidad.
El amor, excusa que ablanda el ánimo de las mujeres.
Lo que puede quebrantar el corazón de una mujer.
La risa ofendió profundamente el ánimo mujeril, pronto a conmoverse por las cosas más pequeñas.
Un debate estalló entre las señoras romanas en el reducido templo del Pudor patricio, situado en el Foro boario, cerca de la rotonda dedicada a Hércules. Virginia, hija de Aulo, patricia, había casado con el cónsul L. Volumnio, plebeyo, y para castigarla por aquel desigual matrimonio, las matronas la habían separado de sus ceremonias sagradas. De lo que nació un ligero altercado, que por consecuencia de la irritabilidad de las mujeres se llevó hasta la disputa violenta. Virginia erigió un altar al pudor plebeyo.
Aulo Gelio
Para designar la belleza media empleó Ennio una expresión elegante con su tragedia de "Menalippo". Al hablar de las esposas que no son infieles ni malas refiere que son stata forma, razonablemente hermosas.
Dionisio de Halicarnaso
Templo a la Fortuna Muliebris, a la Fortuna de las Mujeres. Fortuna es una antigua diosa italiana identificada con Týche. Originalmente tuvo referencia con la fertilidad y con la vida de las mujeres.
Columela
Delicado sexo de la señora.
Suetonio
El año 360 de Roma se estableció la costumbre de ensalzar publicamente a la mujer que perecía de avanzada edad como recompensa de haber dado otro tiempo cuanto tenía a fin de completar la cantidad que había de pagarse a los galos para el rescate de Roma. <<Pero -explica Plutarco- tal costumbre no alcanzaba a las mujeres jóvenes, siendo César el primero que pronunció la oración fúnebre de su esposa muerta muy joven>>.
Artemidoro
El oso señala una mujer, según cuentan los autores de fábulas relativas a las metamorfosis. Calisto de Arcadia se transformó como este animal. Ninfa a la que Hera transformó como oso a causa de sus amores con Zeus, de quien procede la denominación de Osa Mayor.
Astínomo, pedónomo, ginecónomo. Supervisor de la tranquilidad, la educación de los niños y el comportamiento de las mujeres.
El gato significa adulterio porque es ladrón de aves, que equivalen a mujeres.
Heliodoro
Las manzanas, fruto consagrado a Afrodita, cuando son ofrecidas por una mujer a un hombre, son símbolo de una declaración amorosa. Teócrito.
Ocurre a las mujeres, que vacilan y no tienen arrojo suficiente para hacer lo que está previsto; por otra parte, lo que tienen que realizar al instante, lo llevan a cabo con gran osadía.
Enfermedad connatural a las mujeres; los celos.
Chrétien de Troyes
La mujer se enorgullece cuanto más se la quiere y alaba; pero quien la humilla ese la encuentra mejor.
Ser la primera que declara el amor es una iniciativa opuesta al honor femenino.
Von Aue
Una habitación con fuego destinada a las mujeres.
Salisbury
La audacia del impudor femenino.
Von Aue
Una habitación con fuego destinada a las mujeres.
Salisbury
La audacia del impudor femenino.
Villani
Una damisela sabia y hermosa la cual sabía trabajar con joyas, carteras y bolsas.
La carta del Preste Juan
Femenia. Tierra de las amazonas.
Von Eschenbach
La belleza de muchas mujeres es celebrada por doquier. Pero si su corazón es falso comparo su valor con el de unos añicos de vidrio engatados con oro.
Roberto el Diablo
Fragilidad e inconstancia del femenino género.
De Rémi
Fama de mujer admirable.
"Véltandro y Crisantza"
La naturaleza de las mujeres, presta al llanto, las lágrimas corren siempre entre sollozos.
Cualquier mujer proporciona consuelo a otra mujer.
Sir Gawain y el Caballero Verde
Mujer de rostro radiante.
Boccaccio
Las mujeres, dentro de sus delicados pechos,esconden timoratas y vergonzosas sus amorosas llamas, que cobran más energía que las ostensibles. Además viven restringidas de sus voluntades y placeres con los mandatos de padres, madres, hermanos y maridos. Las mujeres son mucho menos susceptibles de confortarse que los varones.
Proverbio. Comúnmente la mujer lleva con todo la peor parte.
El relámpago de los ojos de la mujer.
Desbordante piedad maternal.
Mujeres veleidosas.
Bellas y donosas damiselas.
Decorosas maneras, gentil belleza y ornado donaire, femenina honestidad.
Femenil agrado.
Las mujeres hacen perder la virtud a todo.
Era más medroso que una mujer.
Chaucer
Las mujeres generalmente sienten inclinación a seguir a los favorecidos de la Fortuna.
Una mujer hermosa y joven, con un cuerpo cimbreante y flexible como el de una nutria.
Tres ensayos antifeministas estaban en boga durante la época de Chaucer. Su propósito era promocionar el celibato eclesiástico. El primero se titulaba "Consejos de Valerio al filósofo Rufino para no casarse"; su verdadero autor era el oxoniense Walter Map. El segundo, "El librito dorado de Teofrasto sobre el matrimonio". El tercero, "La carta contra Joviano", de San Jerónimo.
Ningún varón nunca llega a ser ni la mitad de humilde y fiel que una mujer.
La maravillosa generosidad de las mujeres.
La ternura de corazón femenino.
El azul representa la fidelidad propia de las mujeres.
Sus réplicas eran circunspectas y su conversación sencilla y femenina, no utilizaba circunloquios para semejar culta.
Su corazón estallando de piedad maternal.
La mujer es preferible a la sabiduría.
Trótula, una doctora de Salerno, escribió un ensayo de las enfermedades de la mujer.
Preguntona como suelen serlo las mujeres viejas.
Castiglione
Calidades que se requieren en las mujeres. Ser buena y discreta, saber regir la hacienda del marido y la casa y los hijos, si fuera casada. La que anda en una corte o en otro lugar donde se alternen cosas de gala, de ninguna cosa tendrá menester como de una cierta afabilidad graciosa, con la cual sepa tener correa con cualquier suerte de hombres honrados, teniendo una conversación dulce y honesta y conforme al tiempo y al lugar y a la calidad de aquella persona con quien hablare. Tiene menester de guardar una cierta medianía difícil y casi compuesta de opuestos, con la cual llegue puntualmente a cierto término.
La carta del Preste Juan
Femenia. Tierra de las amazonas.
Von Eschenbach
La belleza de muchas mujeres es celebrada por doquier. Pero si su corazón es falso comparo su valor con el de unos añicos de vidrio engatados con oro.
Roberto el Diablo
Fragilidad e inconstancia del femenino género.
De Rémi
Fama de mujer admirable.
"Véltandro y Crisantza"
La naturaleza de las mujeres, presta al llanto, las lágrimas corren siempre entre sollozos.
Cualquier mujer proporciona consuelo a otra mujer.
Sir Gawain y el Caballero Verde
Mujer de rostro radiante.
Boccaccio
Las mujeres, dentro de sus delicados pechos,esconden timoratas y vergonzosas sus amorosas llamas, que cobran más energía que las ostensibles. Además viven restringidas de sus voluntades y placeres con los mandatos de padres, madres, hermanos y maridos. Las mujeres son mucho menos susceptibles de confortarse que los varones.
Proverbio. Comúnmente la mujer lleva con todo la peor parte.
El relámpago de los ojos de la mujer.
Desbordante piedad maternal.
Mujeres veleidosas.
Bellas y donosas damiselas.
Decorosas maneras, gentil belleza y ornado donaire, femenina honestidad.
Femenil agrado.
Las mujeres hacen perder la virtud a todo.
Era más medroso que una mujer.
Chaucer
Las mujeres generalmente sienten inclinación a seguir a los favorecidos de la Fortuna.
Una mujer hermosa y joven, con un cuerpo cimbreante y flexible como el de una nutria.
Tres ensayos antifeministas estaban en boga durante la época de Chaucer. Su propósito era promocionar el celibato eclesiástico. El primero se titulaba "Consejos de Valerio al filósofo Rufino para no casarse"; su verdadero autor era el oxoniense Walter Map. El segundo, "El librito dorado de Teofrasto sobre el matrimonio". El tercero, "La carta contra Joviano", de San Jerónimo.
Ningún varón nunca llega a ser ni la mitad de humilde y fiel que una mujer.
La maravillosa generosidad de las mujeres.
La ternura de corazón femenino.
El azul representa la fidelidad propia de las mujeres.
Sus réplicas eran circunspectas y su conversación sencilla y femenina, no utilizaba circunloquios para semejar culta.
Su corazón estallando de piedad maternal.
La mujer es preferible a la sabiduría.
Trótula, una doctora de Salerno, escribió un ensayo de las enfermedades de la mujer.
Preguntona como suelen serlo las mujeres viejas.
Castiglione
Calidades que se requieren en las mujeres. Ser buena y discreta, saber regir la hacienda del marido y la casa y los hijos, si fuera casada. La que anda en una corte o en otro lugar donde se alternen cosas de gala, de ninguna cosa tendrá menester como de una cierta afabilidad graciosa, con la cual sepa tener correa con cualquier suerte de hombres honrados, teniendo una conversación dulce y honesta y conforme al tiempo y al lugar y a la calidad de aquella persona con quien hablare. Tiene menester de guardar una cierta medianía difícil y casi compuesta de opuestos, con la cual llegue puntualmente a cierto término.
Rabelais
Seria pudicia matronil.
El omnipotente, omniforme y omnigenuo sexo femenino.
La acuchillada cofia de una albanesa.
Saber si de verdad la luna no estaba entera porque las mujeres tenían tres cuartos dentro de la cabeza.
Decía san Francisco adiós a los pelotones de nieve que hasta allí le habían ayudado como hembras.
Según el sabio, Allí donde no hay mujer, madre de familia y esposa legítima, la enfermedad es un dolor horrible.
Las mujeres todo lo que ven lo representan con su ánimo, imaginan y reflexionan que sea la entrada del sagrado Ithyphalo.
No es mejor la mujer que sea rica, hermosa, elegante y de linaje, sino la que más se esfuerce de afirmar y conformar las costumbres de su marido.
El carácter de las mujeres se nos ha representado con la luna porque enmudecen, reprimen y disimulan a la vista y presencia de sus maridos.
Las mujeres no despliegan la contención, sutilidad y oposición de sus ánimos sino a lo que saben que les está prohibido y vedado.
El pavor es epidémico para el sexo femenino.
Dicho francés, equívoco picaresco. <<Guardaos señora de caer, que tenéis delante una cueva muy profunda.>>
Aretino
La muerte, como las mujeres, huye de quien la llama y sigue a quien la huye.
Cardano
No lloréis si los demás os están viendo, que eso es cosa de mujeres.
El amor a los efebos es miserable y desabrido, el de las mujeres está lleno de peligros.
La mujer o aborrece o quiere.
La mujer cuando medita a solas o te halaga más de la cuenta es que abriga malas intenciones.
Las mujeres tienen poca sensatez y no tienen la aptitud de guardar un secreto.
Las palabras son femeninas y lo que se escribe con una carta de género neutro.
Las hembras nos ganan con esta aptitud de aguantar tormentos.
La muerte, como las mujeres, huye de quien la llama y sigue a quien la huye.
Cardano
No lloréis si los demás os están viendo, que eso es cosa de mujeres.
El amor a los efebos es miserable y desabrido, el de las mujeres está lleno de peligros.
La mujer o aborrece o quiere.
La mujer cuando medita a solas o te halaga más de la cuenta es que abriga malas intenciones.
Las mujeres tienen poca sensatez y no tienen la aptitud de guardar un secreto.
Las palabras son femeninas y lo que se escribe con una carta de género neutro.
Las hembras nos ganan con esta aptitud de aguantar tormentos.
Holinshed
El uso del azafrán con nuestras tortas de novias y las acciones de gracias de las mujeres.
Spenser
¿Quién conoce la inclinación de la fantasía femenina?
Lanzar gritos estremecedores y estridentes, / La ultima y vana ayuda de la gran angustia de las mujeres.
El ingenio femenino.
La pura doncella sin mancha.
La piadosa matrona.
Una mente impaciente y femenina.
De la raza generosa de la especie femenina brota la más bella flor / Y da frutos de honra y de todo puro deseo.
Fantasías al dudar del ingenio de las mujeres que nadie puede decir.
Sydney
El mástil cuya orgullosa altura se alzaba como una viuda que ha perdido a su compañero.
Decir no puedo es infantil y no quiero femenino.
La encantadora dulzura, el poder de la mujer.
El pudor femenino.
La delicadeza del sexo femenino.
Hay mujeres más sabias para juzgar lo que se puede esperar y más constantes para soportarlo cuando ocurre.
La engorrosa familiaridad de las mujeres o modestia.
El respeto de la condición femenina.
El sexo más simple e inofensivo.
Nash
Débil ánimo femenino de pusilanimidad.
Cortejar a las mujeres con acertijos.
Ninguna de las mujeres tiene un manto para la lluvia y puede nublar los ojos de su marido cuando quiere.
No era más que una mujer reservada y no podía prometer nada.
Una mujer come una manzana por el costado.
Shakespeare
Yo preferiría entregar la manteca de mi tienda a un holandés, el queso al cura Hugo, mis aguardientes a un irlandés o mi caballo a un cuatrero que mi honor a una mujer. La mujer es mala, conspira, trama. No para hasta que no logra lo que se propone.
Yo preferiría entregar la manteca de mi tienda a un holandés, el queso al cura Hugo, mis aguardientes a un irlandés o mi caballo a un cuatrero que mi honor a una mujer. La mujer es mala, conspira, trama. No para hasta que no logra lo que se propone.
Prestigio de mujeres piadosas.
Viejo dicho. Adulto ya como una mujer.
Poder de femenina persuasión.
El invierno doma todo. Hombre, mujer y bestia.
A la hija nueva, nueva dote. Poder de femenina persuasión.
Réplica de mujer conviene a las circunstancias.
Ansia femenina.
Las mujeres son ángeles en cuanto se les hace la corte; una vez conseguidas, las cosas pierden su precio. El alma del placer está en la persecución. La mujer amada no sabe nada, si no sabe que los hombres estiman lo que no han conseguido en más de lo que vale. Está por nacer la mujer que ha encontrado las dulzuras en el amor triunfante como en el amor suplicante.
Las mujeres dicen cualquier cosa. Son falsas como el negro reteñido, el agua o el viento, o cual los dados que desea el que no pone barrera entre lo suyo y lo mío.
Aquí está el punto. Debéis transformar el temor y la delicadeza (el lindo ser de la mujer) por un valor atrevido, dispuesto a burlas, rápido de réplicas, pícaro y peleón como la comadreja.
Poder de femenina persuasión.
El invierno doma todo. Hombre, mujer y bestia.
A la hija nueva, nueva dote. Poder de femenina persuasión.
Réplica de mujer conviene a las circunstancias.
Ansia femenina.
Las mujeres son ángeles en cuanto se les hace la corte; una vez conseguidas, las cosas pierden su precio. El alma del placer está en la persecución. La mujer amada no sabe nada, si no sabe que los hombres estiman lo que no han conseguido en más de lo que vale. Está por nacer la mujer que ha encontrado las dulzuras en el amor triunfante como en el amor suplicante.
Las mujeres dicen cualquier cosa. Son falsas como el negro reteñido, el agua o el viento, o cual los dados que desea el que no pone barrera entre lo suyo y lo mío.
Aquí está el punto. Debéis transformar el temor y la delicadeza (el lindo ser de la mujer) por un valor atrevido, dispuesto a burlas, rápido de réplicas, pícaro y peleón como la comadreja.
Donne
Como estampas o tapas coloridas / de libros para legos, ataviadas/ son las mujeres.
Las tumbas han aprendido eso muy femenino / como es ser hecho de más de uno.
Ninguna mujer es fiel, o sexo pervertido, / excepto esa que muy fiel me mata siéndolo.
Como estampas o tapas coloridas / de libros para legos, ataviadas/ son las mujeres.
Las tumbas han aprendido eso muy femenino / como es ser hecho de más de uno.
Ninguna mujer es fiel, o sexo pervertido, / excepto esa que muy fiel me mata siéndolo.
Burton
Las mujeres son las más débiles. Aman u odian.
Las mujeres irlandesas y las griegas con sus costumbres cometen muchas acciones indecentes y casi se vuelven locas.
La debilidad de las mujeres es que aman comúnmente al que está presente.
Butler
El valor es una ratonera, con una ginebra / Las mujeres a menudo son engañadas.
Mercancías: Un destino que ningún amante puede desviar / Con su cautela, ingenio y arte. / Es vano pretender adivinar / A las mujeres con las apariencias / Que pintan y remiendan sus imperfecciones / De tez intelectual / y embadurnan sus temperamentos con lavados / Artificiales como sus rostros.
La mujer corre mayores riesgos de su vida; / Se le encomienda la forma y la materia / De la humanidad con naturaleza cuidadosa / Donde el varón no trae más que la materia / De la que la mujer enmarca el maravilloso tejido.
Las mujeres rara vez fallan / Para hacer que los hombres más valientes retrocedan / Y desprecian valientemente dar la espalda / A los ataques más desesperados.
Tu cuyo ingenio materno / Está dotado de la totalidad de las gratificaciones.
La Fontaine
Gracias con atractivo sobrehumano, Venus con sortilegios peregrinos; ángeles femeninos.
La Fontaine
Gracias con atractivo sobrehumano, Venus con sortilegios peregrinos; ángeles femeninos.
La Rochefoucauld
Máxima 204. La severidad de las mujeres es un afeite y un tocado que añaden a su belleza.
Locke
La elocuencia como el sexo bello tiene encantos demasiado atractivos para que se permita hablar opuestamente.
Cuando una cosa formada de partículas que existían antes, cuando se refiere a una sustancia producida durante el curso de la naturaleza con comienzos internos accionados por algún agente externo o con alguna causa, lo llamamos generación.
Máxima 204. La severidad de las mujeres es un afeite y un tocado que añaden a su belleza.
Locke
La elocuencia como el sexo bello tiene encantos demasiado atractivos para que se permita hablar opuestamente.
Cuando una cosa formada de partículas que existían antes, cuando se refiere a una sustancia producida durante el curso de la naturaleza con comienzos internos accionados por algún agente externo o con alguna causa, lo llamamos generación.
Pepys
Había que tomar por <<Valentina>> a la primera mujer que se encontrara la mañana del 14 de febrero, hacerle regalos y quedar a su disposición todo el año.
Hélot, "La Escuela de las Mujeres". En 1672, el libro fue quemado en la plaza publica, y también el retrato del autor. Obra licenciosa, peor que "La Putana errante", de l´Arétin.
En Holborne se exhibe la mujer barbuda, es danesa, Ursula Dyan.
Mme. La Fayette
Las mujeres son incomprensibles.
Shaftesbury
El género femenino posee un odio y una cólera más intensos y duraderos.
Swift
Los caprichos de la mujer no se circunscriben a ningún clima o nación y son mucho más generales que lo que pueda sencillamente imaginarse.
Los palcos están construidos en círculo y elevados al nivel del escenario, como deferencia a las señoras, porque se ha observado que esa gran dosis de ingenio que se emplea en excitar en el bello sexo ciertos pruritos, avanza en línea recta y dentro de un círculo.
Viejos oráculos, cuyas inspiraciones eran debidas a unos efluvios subterráneos de viento, transmitidos al sacerdote con la fatiga y casi la influencia sobre el pueblo. Estos oráculos eran frecuentemente manejados y dirigidos por oficiantes femeninos (sibilas), cuyos órganos se entendía que estaban mejor dispuestos para la admisión de aquellas ráfagas proféticas, que entraban y salían por un receptáculo de mayor aptitud y causaban un prurito que, con el debido cuidado, ha sido refinado de un éxtasis carnal a un éxtasis del ánimo.
Los cuáqueros toleran que sus mujeres prediquen y oren.
Las galerías de los soportales en el ultimo Royal Exchange estaban llenas de tiendas regentadas por mujeres a la manera del Exeter Exchange, en el Strand, que ya no se puede ver, pues en su lugar se encuentra Exeter Hall. Igual uso se hizo del edificio Nuevo Exchange, en el Strand, derribado. Las vendedoras se trasladaron del Royal Exchange a Cornhill y ya no quedan mujeres del Exchange, sino en Exeter Change y no fueron vistas como primeros ministros de la moda.
Una alcahueta con sus viejas faldas de terciopelo, abandonada en las manos seculares de lo inconstante.
Aquellas hembras que ya habían usado de los materiales. Expresión devota para aludir al comercio carnal.
Mandeville
Las grandes escuelas de conducta y buenas maneras son las cortes para refinar a las mujeres.
Había que tomar por <<Valentina>> a la primera mujer que se encontrara la mañana del 14 de febrero, hacerle regalos y quedar a su disposición todo el año.
Hélot, "La Escuela de las Mujeres". En 1672, el libro fue quemado en la plaza publica, y también el retrato del autor. Obra licenciosa, peor que "La Putana errante", de l´Arétin.
En Holborne se exhibe la mujer barbuda, es danesa, Ursula Dyan.
Mme. La Fayette
Las mujeres son incomprensibles.
Shaftesbury
El género femenino posee un odio y una cólera más intensos y duraderos.
Swift
Los caprichos de la mujer no se circunscriben a ningún clima o nación y son mucho más generales que lo que pueda sencillamente imaginarse.
Los palcos están construidos en círculo y elevados al nivel del escenario, como deferencia a las señoras, porque se ha observado que esa gran dosis de ingenio que se emplea en excitar en el bello sexo ciertos pruritos, avanza en línea recta y dentro de un círculo.
Viejos oráculos, cuyas inspiraciones eran debidas a unos efluvios subterráneos de viento, transmitidos al sacerdote con la fatiga y casi la influencia sobre el pueblo. Estos oráculos eran frecuentemente manejados y dirigidos por oficiantes femeninos (sibilas), cuyos órganos se entendía que estaban mejor dispuestos para la admisión de aquellas ráfagas proféticas, que entraban y salían por un receptáculo de mayor aptitud y causaban un prurito que, con el debido cuidado, ha sido refinado de un éxtasis carnal a un éxtasis del ánimo.
Los cuáqueros toleran que sus mujeres prediquen y oren.
Las galerías de los soportales en el ultimo Royal Exchange estaban llenas de tiendas regentadas por mujeres a la manera del Exeter Exchange, en el Strand, que ya no se puede ver, pues en su lugar se encuentra Exeter Hall. Igual uso se hizo del edificio Nuevo Exchange, en el Strand, derribado. Las vendedoras se trasladaron del Royal Exchange a Cornhill y ya no quedan mujeres del Exchange, sino en Exeter Change y no fueron vistas como primeros ministros de la moda.
Una alcahueta con sus viejas faldas de terciopelo, abandonada en las manos seculares de lo inconstante.
Aquellas hembras que ya habían usado de los materiales. Expresión devota para aludir al comercio carnal.
Mandeville
Las grandes escuelas de conducta y buenas maneras son las cortes para refinar a las mujeres.
Pope
El genio femenil con sus histéricos / Y sus vuelos poéticos.
Femenil aliento.
Virago, amazona, de forma despectiva sinónimo de marimacho.
Smith
La humanidad es virtud propia de la mujer.
Burke
La consideración inconstante y caprichosa de una mujer.
Crébillon
Doblez que inspira a las mujeres el menester de disfrazarse y el deseo de ganar la estima de los demás.
En una mujer los prejuicios son sustento de la virtud, mientras que en un hombre la corrompen.
Las mujeres son de una singularidad... muy singular. Nunca han de saber lo que quieren. Siempre nos queda la duda de cómo comportarnos con ellas.
Consideración y respeto, inclinaciones que no las causa en las mujeres una disposición favorable previa.
Blake
Cuatro fuerzas o poderes, Zoas. Urizen (razón), Luvah (amor), Tharmas (vida sensual) y Los (intuición visionaria). Cada Zoa tiene un vehículo o emanación femenina. Ahania, Vala, Enion y Enitharmon.
Richardson
Cuando estamos satisfechas de nosotras escuchamos sencillamente las omisiones incluso voluntarias de aquellos cuya apreciación deseamos lograr.
Smith
La humanidad es virtud propia de la mujer.
Burke
La consideración inconstante y caprichosa de una mujer.
Crébillon
Doblez que inspira a las mujeres el menester de disfrazarse y el deseo de ganar la estima de los demás.
En una mujer los prejuicios son sustento de la virtud, mientras que en un hombre la corrompen.
Las mujeres son de una singularidad... muy singular. Nunca han de saber lo que quieren. Siempre nos queda la duda de cómo comportarnos con ellas.
Consideración y respeto, inclinaciones que no las causa en las mujeres una disposición favorable previa.
Blake
Cuatro fuerzas o poderes, Zoas. Urizen (razón), Luvah (amor), Tharmas (vida sensual) y Los (intuición visionaria). Cada Zoa tiene un vehículo o emanación femenina. Ahania, Vala, Enion y Enitharmon.
Richardson
Cuando estamos satisfechas de nosotras escuchamos sencillamente las omisiones incluso voluntarias de aquellos cuya apreciación deseamos lograr.
Las caribobas de buena índole.
La efusión de ternura maternal.
Una indulgencia maternal.
Un pretexto para acusarnos como preocupadas.
Las mujeres de garbo gustan del baile, del canto y de la música.
El grado de fuerza que la figura debe tener para obligar al sexo femenino. La buena figura debe tenerse como sospechosa.
La mujer discreta y racional reserva el amable carácter de la prudencia y los frutos de una experiencia útil.
Fama de no querer a las mujeres.
Las ocupaciones que dan al sexo femenino un airecito de vanidad y de satisfacción en los lugares publicos.
Se gloría una mujer de subyugar un corazón que ningún viviente tiene la aptitud de intimidar.
Carcaj femenino.
El sexo femenino excede al otro con las facultades que dependen de la imaginación.
Un genio atrevido se aprovecha de las ventajas para aumentar sus solicitudes del sexo femenino.
Una mujer de genio dulce y flexible.
Un ingenuo y de ninguna manera hipócrita, el carácter más odioso porque da motivo al sexo femenino para dudar de la justicia de los elogios.
Con grados llegaría a creer una mujer los vicios más escandalosos recompensados con méritos cortísimos y puramente quiméricos.
La perseverancia mujeril.
Además del placer general de nuestro sexo el de las mujeres de baja esfera de ver vestidos ricos.
Es ágil y pronta la voluntad para lo que le agrada. Cuántas dificultades hace nacer la repugnancia. Qué rápida y flexible de movimientos es una y qué lenta y pesada otra. El menor obstáculo que encuentra la aversión es una masa de plomo que se agolpa a los pies y los pone inmóviles.
Las mujeres de ingenio conciben extraños miedos con nada.
El viento no es más impetuoso ni más variable que las mujeres.
Fastidiado con las mujeres de la ciudad y con su aire libre y atrevido.
Es muy común de las mujeres dar oídos a los hombres que menos les agradan cuando no las galantean otros de su gusto.
La verbosidad pomposa de un alma falsa y presuntuosa que tiene a una mujer como loca o espera volverla tal con sus adulaciones.
La fuerza que da la obstinación a una mujer.
Es bueno que cuando las calamidades caen sobre nuestra cabeza echemos una ojeada sobre nosotras para llenarnos de un temor saludable.
Las mujeres gustan conducirse como Caballeros andantes según se lisonjean de incitar a los hombres.
Miedo maternal.
¿Quién desearía agotar un manantial que refrigera por la unica razón de que con sus inundaciones puede causarnos perjuicios graves? ¿Y quién no será indulgente con la admirable viveza de un ingenio que con un pequeño sentimiento que da a una mujer de gran sensibilidad le causa como recompensa cien deliciosos placeres que se originan naturalmente con esta sensibilidad?
Una lucha viva con una mujer.
Los fingimientos del sexo femenino para rehusar el amor.
El Argos de mi madre.
Las sospechas, averiguaciones y mal humor de las madres.
El sexo femenino nunca cesa de reservarse.
Una devota matrona que no habría querido faltar a la verdad por ningunos respectos mundanos.
Las cualidades maternales.
Con grados llegará a creer una mujer los vicios más escandalosos recompensados con méritos quiméricos.
La crédula sencillez femenina.
Una mujer indómita.
Una mujer constante y advertida.
Pregunta a una mujer aparentando dudar que se halle informada de lo que preguntas y pretenderá persuadirte de que nada ignora.
No hay mujeres que no gusten del ardor.
Las mujeres que tienen algo de mundo son demasiado experimentadas para fomentar los fatales caprichos de una joven casada.
Los celos de una mujer explican cien cosas inexplicables.
Las mujeres son más rencorosas que los hombres.
Mujeres persuadidas este instante y, de repente, inciertas. Pelear con pirronianas.
Las mujeres admiten tácitamente la inferioridad de su sexo con el placer orgulloso de ver un amante arrodillado a sus pies.
Una criatura arrogante, vengativa, artificiosa y osada que si el cielo la hubiera hecho nacer del sexo masculino habría jurado, maldecido, violado y diableado.
Abrió mucho los ojos con el ansia de una mujer que quiere averiguar un secreto.
Las mujeres están buenas o malas según les agrada.
Las mujeres inciertas, dudosas.
Desde las duquesas hasta las cocineras no hay mujer que no esté prendada propiamente cuando enamora a primera vista.
Una mujer moverá más una tempestad que ver el clima sereno estando contenta con tal que presida al huracán y que pueda dirigirlo.
Cien cosas que a los hombres semejan ligeras tienen un semblante muy diverso a los ojos de una mujer delicada.
Es menester obsequiar a las mujeres para hacerlas consentir lo que ha de traer su felicidad.
Las mujeres tienen formado un alto concepto de lo que pueden hacer por nosotros.
Cosas es el nombre que las mujeres dan a todo.
La voz delicada de una mujer.
Una mujer es propia para la intriga y la practica más o menos según pueden atestiguarlo los padres, los tutores y las ayas a quienes cuesta cara la experiencia siendo las mujeres naturalmente expertas y mucho más advertidas que los hombres para los asuntos de amor.
Las mujeres delicadas inspiran desconfianza a las demás mujeres como inspiran decoro a los hombres.
Verdaderas damas de Esparta que no se avergüenzan de nada.
Las mujeres de grande sensibilidad y de una imaginación exaltada son difíciles de poner al nivel común.
Los ojos perspicaces de la envidia de una hermana mayor.
La experiencia del sexo paciente.
Las mujeres no hacen nunca sus correrías sin paquete.
Estas atractivas hechiceras cuyos prestigios y poder encantador aumenta y favorece la ilusión de nuestras exaltadas imaginaciones.
Las mujeres aman con pasión a los hombres que fatigan mucho.
Afirman los anatómicos que las mujeres tienen el cerebro más húmedo que los hombres.
La modestia del sexo femenino.
Las lágrimas de una mujer son como un rocío de agua sobre el fuego que lo encienden incluso más.
¿Quién podría aguantar ser despreciado mayormente por su mujer?
Desazonar, vejar y causar con afectaciones y caprichos una mujer ordinaria.
Las mujeres solo se abandonan a su ira cuando pueden hacerlo sin peligro.
Una tropa de pusilánimes mujeres.
Si la modestia fuera una razón que pudiese dispensar al sexo femenino de presentarse a los tribunales para declarar los crímenes de los violadores.
Cuando las hijas se obstinan sobre un punto, la prudencia obliga a una madre a condescender a sus deseos, pues mantendrá la ilusión de tener las riendas.
La venganza y la obstinación impelen a las mujeres a extraños excesos.
El implacable resentimiento del bello sexo.
Un capricho diabólico de mujer.
En materia de amor lo que una mujer espera una vez lo espera siempre mientras puede haber algún fundamento para esperar.
El bello sexo gusta de las gentes alegres y festivas.
Cuando una mujer la cual puede o cree poder abandonar a quien recela prosigue con su compañía no es mala señal.
La satisfacción, el testimonio interno de los sentimientos preciso a una mujer para la dignidad del curso de esta vida.
La especie de economía que una mujer casada no debe avergonzarse tener para eludir el menester de violentas disposiciones.
La dulzura, la paciencia y la resignación del sexo femenino.
Las ninfas con sus ojos modestos y hablar de moral sin afectación.
La prudencia y las luces de la economía doméstica que corresponden a una madre de familia.
Incluso cuando uno cree arribar a la orilla le exponen a tempestades estas mujeres reservadas.
El efecto maravilloso del hábito. Se enseña a las mujeres que el rubor da lustre a sus gracias y se acostumbran a mostrarlo estando a su disposición como las lágrimas.
Una mujer, una criatura artificiosa.
He hallado las mujeres inciertas, dudosas.
Era una mujer y solo esperaba la formalidad de un convite para volver.
Es menester obsequiar a las mujeres para hacerlas consentir lo que ha de traerles su propia felicidad.
Las mujeres tienen formado un alto concepto de lo que pueden hacer por nosotros.
Gusto percibir las más secretas interioridades de la naturaleza humana y particularmente de la naturaleza mujeril.
Las mujeres son numerosos topos que minan debajo de la tierra.
Las sublimes enajenaciones de la imaginación mujeril.
Cuán a mal llevan las mujeres que se opongan a sus designios.
Las instigaciones de las mujeres.
El aire de lo que se llama una señora como se precisa.
Lo que la presencia de una bella señora exige de urbanidad.
Una viuda de pocas conveniencias pero de un mérito muy singular.
La dignidad de una señora de calidad muy brillante con sus piedras preciosas.
La venganza y la obstinación impelen a las mujeres a extrañas extremidades.
Los efectos terribles del implacable resentimiento del bello sexo.
Los hombres tienen menos repugnancia a perdonar que las mujeres.
Un furioso que solo respira sangre y que no conoce la piedad, un comedor de mujeres.
Generalmente los hombres tienen demasiada ventaja sobre la credulidad, la debilidad y la falta de experiencia del bello sexo.
Cuán sencillamente se permite mi sexo extraviar con las mejores pretensiones con la especiosa aunque loca ilusión de dominar hábitos radicados y mudar la naturaleza.
La afabilidad, la dulzura, prendas que son los atributos característicos e indispensables de una joven verdaderamente amable y cumplida.
Sabiendo a fondo las fullerías y fraudes del juego era una intrépida Lacedemonia.
Cuando ama una mujer rara vez guarda bastante desconfianza de su propia garantía.
Las personas del sexo más amable y tierno.
La naturaleza enseña al sexo femenino lo que con un largo periodo de actividad y estudio el masculino casi no consigue aprender.
El sexo femenino no hace retos.
La fórmula <<Mr.>> seguida del apellido usada por las damas para dirigirse a sus esposos.
El sexo femenino no hace retos.
La fórmula <<Mr.>> seguida del apellido usada por las damas para dirigirse a sus esposos.
Florian
La madre dulce, educada, modesta y encantadora.
Fielding
Con harta frecuencia deserta de un modo ruin y cobarde de esos ejemplares de mujer por los que los hombres suspiran, luchan y agotan los recursos de su poder, mientras que siempre está al alcance de ese tipo de mujer superior por el que el otro sexo siente un lejano y temeroso respeto y al que -supongo que por miedo a no conseguir triunfar- jamás se atreve a atacar.
La mujer es sui juris y de edad suficiente para ser responsable de su conducta.
Humildad y modestia, son la consecuencia natural de la inteligencia en las mujeres.
Las mujeres son aficionadas a comunicar las novedades a las de su propio sexo.
Timidez natural del sexo femenino.
Dominio que ayuda a una dama de la ciudad en una situación apurada y que la impulsa a dar una excusa o a discutir el asunto con el mayor desparpajo.
Esas sensaciones apacibles que son el corolario de un alma femenina virtuosa y elevada.
La delicadeza o los antojos con que la naturaleza ha dotado a las hembras.
Esa sonrisa de simpatía, que las damas tienen siempre a su disposición, para mostrar su buen humor, sus lindos hoyuelos y sus blancos dientes.
Digamos en honor de las mujeres, que son capaces de entregarse a una pasión amorosa violenta y desinteresada, por lo menos en apariencia, mucho más que los hombres.
La inventiva de las mujeres es mucho más ágil que la de los hombres.
Podemos extraer un argumento demostrativo de lo natural que resulta la virtud para el bello sexo.
Las mujeres aprecian más su reputación que su persona. Pese a la excelente maña que en la mayor parte de las ocasiones se dan las damas para manifestar sus temores con el más fútil pretexto -casi como emplea el sexo contrario para ocultar los suyos-, existe un valor que le casa a la mujer para cumplir con su deber. Es la idea de fiereza y no la del valor, la que destruye el carácter femenino, puesto que ¿quién puede leer la historia de la celebrada Arria sin concebir elevada opinión de su delicadeza y ternura, como de su energía?
Bienes parafernales. Patrimonio privativo de la mujer, que aporta al matrimonio sin incluirlo en la dote, y bienes que adquiere después de constituida esta sin agregarlos a ella.
Pope. Las mujeres, al conceder gran importancia a la forma, carecen de carácter, por lo menos en forma visible.
Los corazones de las mujeres no se destrozan con facilidad. Son enormemente sufridos.
Cuando los efectos de los celos femeninos no se muestran abiertamente en su propia salsa, hecha de rabia y furia, es como para sospechar que esa perniciosa pasión trabaja en secreto intentando minar el terreno, que no es igual que atacar a pecho descubierto.
Cuando una dama aplica su elocuencia a propósitos dañinos, puede resultar un abogado muy peligroso.
Razón diligente y presta de la mujer.
Hay una dignidad en la insolencia de las mujeres distinguidas, que sus inferiores aspiran en vano a imitar.
Un grado refinado de afecto platónico desprendido del peso de lo carnal, puro y enteramente anímico, es un don confinado en la parte femenina de la creación.
Los sentimientos de las mujeres son muy delicados, y cuando su espíritu se altera, no recobra su tranquilidad prontamente.
Las mujeres consideran una terrible desgracia verse contrariadas en sus inclinaciones amorosas, suponen que el colmo del odio es contrariar estas en la mujer odiada. Una mujer que haya gozado alguna vez de la posesión de un hombre, está dispuesta a entregar su alma al diablo con tal de impedir que otra mujer goce también de él.
Existen algunas mujeres selectas -no deseo hablar aquí en términos demasiado abstractos- en las que domina de tal forma su yo, que nunca lo relegan aparte en ninguna cuestión y como la vanidad es la regla que las rige, están dispuestas a atrapar cualquier elogio que escuchan, el cual se apropian sin más ni más, aunque vaya dirigido a otra mujer.
Las mujeres son mucho más expeditas que los hombres.
La delicadeza del sexo femenino no puede concebir la tosquedad del sexo masculino, ni lo poco que tienen que ver con el corazón ciertas especies de amor.
Distinción, refinamiento, las mujeres dejaron de ser juguetes apetecidos por mis sentidos.
Al comienzo lo recibió con algo de esa frialdad con que las mujeres de estricta virtud se presentan ante sus enamorados, haciendo gala de una compostura encomiable, aunque en ocasiones difícil de mantener.
Extralimitación de la naturaleza al formar a esa encantadora parte de la creación concebida para completar la felicidad del hombre, para aplacar la furia de este con su delicada inocencia, aliviar sus preocupaciones con su alegría y librarlo de los problemas y contrariedades, que le puedan acaecer, con su amistad.
Damas irlandesas de virtud acrisolada.
Sterne
La naturaleza ha dado a la mujer esta arma, el presentimiento, para que pueda defenderse de los peligros.
Mujeres, derecho de prioridad.
Smollett
Una vez que una mujer deposita su afecto no puede evitar juzgar con una parcialidad que se decanta a favor.
La solterona más anticuada y diabólicamente caprichosa que se pueda imaginar.
El cerebro de la dama era un auténtico molino de intrigas.
Si sus reticencias llegaran a ser insuperables declinaría educadamente la proposición, pues al escoger marido una joven no debía sacrificar los sentimientos de su corazón a ninguna otra apreciación sobre la tierra.
La vanidad, la fragilidad de la mujer.
Nos quejamos de cómo se aprovechan los hombres de nuestra juventud, inexperiencia, sentimientos y demás; he visto lo bastante para creer que por lo general nuestro sexo se dedica a atrapar al otro y que con ese propósito emplea materiales que no son de ninguna manera justificables. Por cuanto a la constancia no tenemos nada que envidiar a la parte masculina de la creación.
Beckford
El sexo femenino pone especial empeño con sobrepujar al que le disputa la supremacía.
El agradable cacareo de las mujeres.
Fielding
Con harta frecuencia deserta de un modo ruin y cobarde de esos ejemplares de mujer por los que los hombres suspiran, luchan y agotan los recursos de su poder, mientras que siempre está al alcance de ese tipo de mujer superior por el que el otro sexo siente un lejano y temeroso respeto y al que -supongo que por miedo a no conseguir triunfar- jamás se atreve a atacar.
La mujer es sui juris y de edad suficiente para ser responsable de su conducta.
Humildad y modestia, son la consecuencia natural de la inteligencia en las mujeres.
Las mujeres son aficionadas a comunicar las novedades a las de su propio sexo.
Timidez natural del sexo femenino.
Dominio que ayuda a una dama de la ciudad en una situación apurada y que la impulsa a dar una excusa o a discutir el asunto con el mayor desparpajo.
Esas sensaciones apacibles que son el corolario de un alma femenina virtuosa y elevada.
La delicadeza o los antojos con que la naturaleza ha dotado a las hembras.
Esa sonrisa de simpatía, que las damas tienen siempre a su disposición, para mostrar su buen humor, sus lindos hoyuelos y sus blancos dientes.
Digamos en honor de las mujeres, que son capaces de entregarse a una pasión amorosa violenta y desinteresada, por lo menos en apariencia, mucho más que los hombres.
La inventiva de las mujeres es mucho más ágil que la de los hombres.
Podemos extraer un argumento demostrativo de lo natural que resulta la virtud para el bello sexo.
Las mujeres aprecian más su reputación que su persona. Pese a la excelente maña que en la mayor parte de las ocasiones se dan las damas para manifestar sus temores con el más fútil pretexto -casi como emplea el sexo contrario para ocultar los suyos-, existe un valor que le casa a la mujer para cumplir con su deber. Es la idea de fiereza y no la del valor, la que destruye el carácter femenino, puesto que ¿quién puede leer la historia de la celebrada Arria sin concebir elevada opinión de su delicadeza y ternura, como de su energía?
Bienes parafernales. Patrimonio privativo de la mujer, que aporta al matrimonio sin incluirlo en la dote, y bienes que adquiere después de constituida esta sin agregarlos a ella.
Pope. Las mujeres, al conceder gran importancia a la forma, carecen de carácter, por lo menos en forma visible.
Los corazones de las mujeres no se destrozan con facilidad. Son enormemente sufridos.
Cuando los efectos de los celos femeninos no se muestran abiertamente en su propia salsa, hecha de rabia y furia, es como para sospechar que esa perniciosa pasión trabaja en secreto intentando minar el terreno, que no es igual que atacar a pecho descubierto.
Cuando una dama aplica su elocuencia a propósitos dañinos, puede resultar un abogado muy peligroso.
Razón diligente y presta de la mujer.
Hay una dignidad en la insolencia de las mujeres distinguidas, que sus inferiores aspiran en vano a imitar.
Un grado refinado de afecto platónico desprendido del peso de lo carnal, puro y enteramente anímico, es un don confinado en la parte femenina de la creación.
Los sentimientos de las mujeres son muy delicados, y cuando su espíritu se altera, no recobra su tranquilidad prontamente.
Las mujeres consideran una terrible desgracia verse contrariadas en sus inclinaciones amorosas, suponen que el colmo del odio es contrariar estas en la mujer odiada. Una mujer que haya gozado alguna vez de la posesión de un hombre, está dispuesta a entregar su alma al diablo con tal de impedir que otra mujer goce también de él.
Existen algunas mujeres selectas -no deseo hablar aquí en términos demasiado abstractos- en las que domina de tal forma su yo, que nunca lo relegan aparte en ninguna cuestión y como la vanidad es la regla que las rige, están dispuestas a atrapar cualquier elogio que escuchan, el cual se apropian sin más ni más, aunque vaya dirigido a otra mujer.
Las mujeres son mucho más expeditas que los hombres.
La delicadeza del sexo femenino no puede concebir la tosquedad del sexo masculino, ni lo poco que tienen que ver con el corazón ciertas especies de amor.
Distinción, refinamiento, las mujeres dejaron de ser juguetes apetecidos por mis sentidos.
Al comienzo lo recibió con algo de esa frialdad con que las mujeres de estricta virtud se presentan ante sus enamorados, haciendo gala de una compostura encomiable, aunque en ocasiones difícil de mantener.
Extralimitación de la naturaleza al formar a esa encantadora parte de la creación concebida para completar la felicidad del hombre, para aplacar la furia de este con su delicada inocencia, aliviar sus preocupaciones con su alegría y librarlo de los problemas y contrariedades, que le puedan acaecer, con su amistad.
Damas irlandesas de virtud acrisolada.
Sterne
La naturaleza ha dado a la mujer esta arma, el presentimiento, para que pueda defenderse de los peligros.
Mujeres, derecho de prioridad.
Smollett
Una vez que una mujer deposita su afecto no puede evitar juzgar con una parcialidad que se decanta a favor.
La solterona más anticuada y diabólicamente caprichosa que se pueda imaginar.
El cerebro de la dama era un auténtico molino de intrigas.
Si sus reticencias llegaran a ser insuperables declinaría educadamente la proposición, pues al escoger marido una joven no debía sacrificar los sentimientos de su corazón a ninguna otra apreciación sobre la tierra.
La vanidad, la fragilidad de la mujer.
Nos quejamos de cómo se aprovechan los hombres de nuestra juventud, inexperiencia, sentimientos y demás; he visto lo bastante para creer que por lo general nuestro sexo se dedica a atrapar al otro y que con ese propósito emplea materiales que no son de ninguna manera justificables. Por cuanto a la constancia no tenemos nada que envidiar a la parte masculina de la creación.
Beckford
El sexo femenino pone especial empeño con sobrepujar al que le disputa la supremacía.
El agradable cacareo de las mujeres.
Diderot
Ternura femenina.
Las comparaciones son la razón de las mujeres y de los poetas.
Godwin
Las mujeres y los niños se apoyan con un peso insoportable sobre los esfuerzos del varón.
Bentham
Muchas mujeres han obtenido una experiencia más correcta y completa de las causas internas que han decidido la conducta del esposo de la que él ha tenido. La razón es que por la autopreferencia el ser humano está impulsado a interiorizarse correcta y completamente como sea posible de los resortes de la acción por los cuales se delimitan las reflexiones de las personas de quienes depende más o menos para el bienestar de su vida. Pero por la autopreferencia se desvía del examen íntimo de los impulsos que marcan su conducta.
Saint-Simon
El testimonio de una mujer es más propio y más eficaz.
Ternura femenina.
Las comparaciones son la razón de las mujeres y de los poetas.
Godwin
Las mujeres y los niños se apoyan con un peso insoportable sobre los esfuerzos del varón.
Bentham
Muchas mujeres han obtenido una experiencia más correcta y completa de las causas internas que han decidido la conducta del esposo de la que él ha tenido. La razón es que por la autopreferencia el ser humano está impulsado a interiorizarse correcta y completamente como sea posible de los resortes de la acción por los cuales se delimitan las reflexiones de las personas de quienes depende más o menos para el bienestar de su vida. Pero por la autopreferencia se desvía del examen íntimo de los impulsos que marcan su conducta.
Saint-Simon
El testimonio de una mujer es más propio y más eficaz.
Burney
La protección de una madre precisa para la paz y la reputación.
La infelicidad de una madre injuriada.
Son muchos los motivos del tono de una señora como puede ser el rubor, la rabia, la mauvaise haunte.
Mujeres vanidosas.
La general dulzura del género femenino.
Di a una mujer que algo es razonable y entonces lo detestará.
Las mujeres son simples muñecas.
La delicada reputación de una mujer es lo más frágil y bello.
La gentileza y la modestia son atributos peculiares del sexo femenino.
La ternura maternal.
Honorabilidad, delicadeza femenina y amable carácter.
Fina y amable, un auténtico carácter femenino.
Una insuperable aversión a la fuerza sea de cuerpo o de mente de una mujer.
Edgeworth
Bella, graciosa, alegre y artificiosa.
La gracia y la belleza femeninas.
Una dama cuyo ingenio y belleza son indiscutibles.
El ingenio femenino algunas ocasiones depende de la belleza de quien lo posee pues constituye su reputación y el reino de la belleza es proverbialmente breve; a menudo la moda caprichosa abandona a sus favoritas antes que se marchiten sus encantos.
La modestia femenina.
Una mujer puede odiar a otra más de lo que odiará a un varón a menos que se haya enamorado de él.
Es una mujer de lo más inteligente que sabe cómo aprovechar el odio de sus amigos como su propio beneficio.
Una mujer con el corazón más cálido que el temperamento.
Según los grandes filósofos no hay placer en el mundo igual al de verse engañado y máxime por el bello sexo.
Una fémina de genuina delicadeza o verdadero sentido común.
La delicadeza conduce a la felicidad de la mujer.
Una especie de mujer excéntrica y tirada de verbo libre como su corazón.
Las mujeres casi no tienen ocasión de detectar la falsedad.
Con demasiada frecuencia la mujer se ve reducida a este dilema; o se casa con el que no ama o debe asumir que el mundo la culpe. Sacrifica una parte de su reputación o la totalidad de su felicidad.
Las mujeres que gustan desafiar al mundo con lo insignificante raras ocasiones respetan lo importante.
Mujeres elegantes, extravagantes e irreflexivas de insípida conversación.
Las sofisticadas esclavas del arte y la frivolidad.
La escandalosa dama inglesa.
Se movía con elegancia, no con timidez femenina, sino con sencillez, rapidez y decisión.
Existían algunas diferencias de las mujeres aparte de las que marcaban el rango y la fortuna y la apariencia.
Encontrar con las alegres insensateces de una dama una mejora para el ennui.
Acusar de ser una mujer perfectamente modesta.
Esa brujería de los buenos modales que para el sexo femenino es irresistible incluso para los temperamentos más violentos.
Torturar los vanos aplazamientos que impone la coquetería femenina.
Da Ponte
Mas las mujeres no saben juzgar, a mi buen natural llaman engaño.
Goethe
La mujer es ingeniosa; sabe rodear el obstáculo y alcanzar directamente su fin.
El corazón de las mujeres con su irresistible simpatía.
Femenil energía.
Presenciar la maternal abnegación con el alma penetrada de agradecimiento.
Jean Paul
Podemos conceder a las damas que sus ojos son bellos, pero no imprescindiblemente agudos.
Al igual que Eva extravió a Adán -contrariamente a la costumbre de las mujeres- hacia el pensamiento, Palas -en cuanto diosa de la sabiduría- también habrá extraviado a Júpiter.
Las bellas que se visten para mostrar su desnudez.
Las bellas -al igual que los niños pequeños- vienen siempre por delante.
Según un viejísimo libro de historia, las mujeres eran fieles.
Schopenhauer
La inteligencia se hereda de la madre.
Râdhâ o Râdhikâ simboliza el amor femenino perfecto y el alma humana en tensión por la consecución de una perfección ascética.
La constitución del cerebro y del sistema nervioso es la herencia de la madre.
Vertiginosa sucesión de las generaciones y su efímera y ficticia existencia.
Scott
Figuras femeninas de exquisita gracia y de maravillosa belleza empezaron a mezclarse en sus aventuras mentales.
Por <<una mera casualidad>>, una frase que en labios femeninos no excluye siempre malice prepeuse.
Las hijas de la casa eran colocadas demasiado alto para que las nubes de la pasión pudieran ofuscar su espíritu y su entendimiento. Se movían en otra esfera, estaban gobernadas por otros sentimientos y se guiaban por otras reglas que las del cariño indolente y fantástico.
A pesar de ser bella y amable no poseía, precisamente, el género de belleza que cautiva en la mocedad a una imaginación romántica. Era demasiado franca, confiada y expansiva, bondadosa; cualidades hermosas, pero destructoras de lo maravilloso con que un joven de imaginación se complace en revestir a la dama de sus pensamientos.
Voz dulce y suave, cualidad muy excelente en una mujer, pues lleva aparejadas la elocuencia y la convicción.
Voz femenina llena de encanto y de dulzura.
El varium et mutabile semper, de Virgilio. La mujer siempre variable y caprichosa.
El suelo de una habitación era un punto sagrado y objeto de grandes supersticiones. Una recién casada no lo atraviesa por su pie, sino que hay que levantarla, costumbre adquirida de los romanos.
Las mujeres, enamoradas siempre de lo maravilloso.
Mujeres volubles.
Inquietud maternal.
Honor y dignidad del carácter maternal.
Austen
Expansiones maternales.
Stendhal
El carácter de ingenio y obsequisidad perdió su gracia, desde que la opinión lo impone como una conveniencia a las mujeres de cierta edad, que no son devotas.
Sus rasgos tenían la fuerza y la dulzura, y no la fuerza y la dureza, como ocurre entre la mayoría de los hombres que miran sólo a su belleza.
Ninguna de sus acciones revelaba de una forma directa la idea del sentimiento exagerado de lo que una mujer se debe y, sin embargo, un cierto encanto de gracia y de comedimiento delicioso se extendía en torno a ella. No se permitía una multitud de cosas que la costumbre autoriza y que se encuentra a diario en la conducta de las mujeres distinguidas.
Sus rasgos tenían pronta la expresión, incluso en la calma, para responder exactamente a la idea que se ha hecho en Francia de la belleza que concierne a una muchacha.
Todos los sentimientos que el amor más exaltado, más tierno, más puro puede nacer en un corazón de mujer.
En madame de Rênal, la delicadeza femenina alcanzaba un grado excesivo.
Siempre hay algo descompuesto en esas máquinas, que son las mujeres.
Sin sentido, bobo, inconsistente, femenino.
Los pequeños detalles que suelen estorbar el interés de las mujeres.
Las mujeres, siempre se descompone algo en esas máquinas complicadas.
En la mayor parte de las mujeres hermosas, lo que primero envejece es la expresión del rostro.
Joyas, galas, terribles instrumentos de la artillería femenina.
Es una especie de síntesis, en altorrelieve, de todo lo que constituye el fondo del carácter de las mujeres de su rango.
Para las mujeres de rango, la soledad es horrible: es el emblema de la caída en desgracia.
Lo imprevisto, hijo de la sensibilidad, horroriza a las grandes damas: es el polo opuesto de las conveniencias.
Voz viva, cortante y nada femenina, que emplean las mujeres jóvenes de la alta sociedad.
Su conversación era un poco subida de color para la delicadeza femenina.
Surgieron las ideas del orgullo femenino.
Los movimientos de contención y timidez, naturales en una doncella de buena cuna.
Es difícil para los sentimientos que una mujer se debe, ceder incluso a una voluntad firme.
Los sentimientos de contención y de virtud femenina.
Pathos maternal.
Las elegancias de la vida, las alegres mujeres bonitas, frívolas y bien arregladas.
Doncella factotum, la mejor y más alegre de las jóvenes.
Chateaubriand
La maternidad es una especie de sacerdocio.
Existen misteriosas referencias entre la voz , el rostro y la visión de una mujer.
Los hombres célebres de Atenas amaron a mujeres extranjeras, Pericles, Sófocles, Sócrates, Aristóteles y el divino Platón.
Musset
Femenina ingratitud.
Coqueta, viva, mimosa y divertida.
Valores domésticos. La economía, la organización, la vigilancia, la estimación publica, la amistad del marido.
Tienen las mujeres un verosímil instinto que las avisa de la proximidad del combate. Las más se exponen a él porque se creen verídicas o porque aman el peligro.
Femenino orgullo.
Una de las puntas del pañuelo había sido anudada para ayudar de bolsillo; esta manera de guardar dinero no es propio más que de mujeres.
Una mujer, la cual sin ser verdadera y sinceramente religiosa tiene un confesor, es la mayor coqueta que la decadencia de la civilización ha producido.
Madre inquieta e indulgente.
La fortuna es mujer; cuando nos hace un adelanto hay que aprovecharlo.
Musset
Femenina ingratitud.
Coqueta, viva, mimosa y divertida.
Valores domésticos. La economía, la organización, la vigilancia, la estimación publica, la amistad del marido.
Tienen las mujeres un verosímil instinto que las avisa de la proximidad del combate. Las más se exponen a él porque se creen verídicas o porque aman el peligro.
Femenino orgullo.
Una de las puntas del pañuelo había sido anudada para ayudar de bolsillo; esta manera de guardar dinero no es propio más que de mujeres.
Una mujer, la cual sin ser verdadera y sinceramente religiosa tiene un confesor, es la mayor coqueta que la decadencia de la civilización ha producido.
Madre inquieta e indulgente.
La fortuna es mujer; cuando nos hace un adelanto hay que aprovecharlo.
Itard
La gran influencia para la mente del niño de las complacencias inagotables, las pequeñas naderías no oficiales del corazón de una madre que provocan las primeras sonrisas y alegrías de la vida.
Byron
Mujeres y estrellas destellan mejor de noche.
¡Ah, el amor femenino! Es sabido
Que constituye algo magnífico y espantoso,
Pues todo lo apuestan a ese lado
Y, si pierden, la vida no les importa
Sino el escarnio del pasado,
Y su venganza es como la del tigre al ataque,
Veloz, mortífera, cruel. Como los tormentos
Verdaderos son los suyos, los que infligen sienten también.
Las mujeres utilizan las lágrimas a voluntad. Las lágrimas de la mujer se funden.
Cuando una emoción surge intensa, extraordinaria,
El corazón femenino es terreno propicio
Para los buenos sentimientos.
Los libros teóricos sintetizados con precisión femenina.
Un rubor leve, un temblor ligero, una gentileza serena, dichosa, femenina.
Ese trueno silencioso que es una mujer que calla.
A las mujeres les gusta la exageración.
Esta edad deliciosa que equipara las de las mujeres.
Femineidad apoteósica.
Elizabeth Fry (1780-1845) formó una asociación para la mejora de las condiciones de las mujeres en la cárcel de Newgate.
Plácida navegación por los océanos femeninos.
La tierra carece de cosas como las misivas femeninas,
Y también el cielo, ya que es infinito.
Y por cuanto a mujeres, ¿quién puede penetrar
Los auténticos sufrimientos de su condición femenina?
Una humildad altiva, que denota una deferencia para el sentir femenino.
Fraudes con los que se complace la sonrisa femenina.
Los atributos primordiales de una bella donna.
Shelley
La posesión, cuando no va acompañada de un amor real, intelectual, bloquea al hombre, al tiempo que agudiza las ardientes e incontrolables pasiones femeninas hasta la locura.
(St. Irvyne o el Rosacruz)
Merimée
Costumbre de las mujeres y de los gatos, que no acuden cuando se les llama y vienen cuando no.
Leona, una mujer a la moda.
Hegel
Si la mujer permanecía tres noches fuera de casa durante el primer año, el matrimonio cesaba. La mujer volvía a casa de sus padres y era una matrona, que vivía independiente. La matrona romana sólo alcanzaba honor y dignidad cuando era independiente respecto de su marido, en lugar de alcanzarlo por su marido.
J. de Maistre
Es menester vivir con las damas amables para no hacernos agrestes.
Balzac
Con un tacto natural en las mujeres adivinó el secreto de la escena.
Esa visión entre despótica y lánguida con la cual, las mujeres que tienen derechos al respeto de un varón, saben expresar admirablemente sus deseos.
No te fíes del ganso. Sus ojos verdes me parecen pérfidos como los de la víbora y sagaces como de mujer que perdona a su marido.
Siempre hay un encanto inefable en la pregunta que hace una viajera desconocida.
Las vulgares vicisitudes de la vida doméstica no excitan mis pasiones. Es una desgracia para una mujer. ¿Por qué me he elevado por encima o he descendido por debajo de mi sexo?
Manifestó remilgos de damisela y, en fin, mostró menos carácter cuanto más anunciaban su rostro y sus maneras.
La sagacidad propia de las mujeres.
Su sencillez poseía ese encanto que proviene del arte con que una mujer, asaz bella para prescindir de joyas, sabe reducir su compostura al papel de un adorno secundario. Entró sonriendo con esa afabilidad natural en las mujeres, que pueden enseñar en una boca rosada dos blancas filas de dientes transparentes como porcelana y en sus mejillas dos hoyuelos frescos como los de un niño. Pudo emplear las mil pequeñas artimañas, inocentes en apariencia, con que una mujer subraya y hace admirar las bellezas de su rostro y las gracias de su cabeza.
Las mujeres tienen un tacto admirable de las conveniencias, lazos íntimos o tal vez un deseo vivo de emociones, siempre saben romper el hielo en ciertas ocasiones.
Inspirada por su natural, que arrastra a la mujer a lo mucho o a lo muy poco, juego habitual bajo el que las mujeres ocultan sus verdaderas emociones.
Visiones furtivas que sólo pertenecen a las mujeres y a los diplomáticos.
Arrebatada por esa obcecación que empuja a las mujeres cuando sienten atacado su amor propio, pero también halagada o impaciente por ejercer su poder.
Instinto de la mujer, que la convierte en déspota cuando no se siente oprimida.
Dominada por las convenciones sociales, que me hacen artificiosa, envidio los privilegios del varón. Pero la Naturaleza nos ha dado unos medios para dominar a los hombres y enlazarlos con las redes invisibles de una potencia a la que ninguno puede resistir. Las mujeres tenemos un instinto que nos hace presentir en las cosas una perfección, que es imposible de alcanzar.
La aptitud que poseen algunas mujeres para enterrar los sentimientos más exaltados y ese género de disimulo que les permite sonreír graciosamente mientras calculan la perdición de su víctima.
Ese grado de energía, tal vez desconocido del hombre, que la mujer arrebatada por la pasión posee momentáneamente.
Se tendió voluptuosamente sobre el canapé, para reposar y tomar una actitud de gracia y desmayo, que es de irresistible poder en ciertas mujeres.
El amable arte de decir a las mujeres esas lindas bagatelas que, después de todo, les convienen mejor que los arrebatos de pasión, que las fatigan muy pronto.
Chanzas sofísticas que las mujeres se complacen en oponer a una razón perentoria.
Es un carácter admirable de las mujeres, que nunca razonan sus acciones más vituperables, sino que el sentimiento las impulsa; hasta en su disimulo hay naturalidad, y es que sólo entre las mujeres se encuentra el crimen sin bajeza.
Sagacidad femenina, que abarca hasta los detalles más nimios.
Movilidad natural del espíritu femenino.
Afectuosa gentileza de movimientos que las mujeres despliegan, sobre todo en presencia de los hombres.
Siguiendo un instinto de mujer al que poco más o menos las mujeres obedecen.
Sonrisas que las mujeres reservan para su intimidad y cuya picante malicia los hombres nunca podrán comprender.
Instinto sagaz que nunca abandona a las mujeres.
Sagaces pretextos que las mujeres saben encontrar.
Gozaba de los prestigios de una mujer de moda.
Su genio impulsa a la mujer constantemente a buscar lo desconocido.
Para la mujer hila la joven india el pelo de cabra del Tibet; Tarara teje sus velos aéreos; Bruselas hace navegar pequeñas embarcaciones con cargamentos del más puro lino; Visapur disputa a las entrañas de la tierra piedras fulgurantes y Sèvres dora su blanca arcilla.
Las mujeres están pródigamente dotadas por los tesoros que deben a nuestras ardientes imaginaciones, saben vender caro lo que no tienen, y lo venden caro para que el precio compense la vulgaridad de lo que dan.
Las mujeres cuya educación privilegiada han desarrollado la afición a las artes, la facultad de sentir, de comparar y de reflexionar, tienen un sentimiento elevado de las conveniencias y de la política social, que dirigen las costumbres.
Las doncellas de Mileto se libraban del matrimonio con la muerte, pero el Senado condenaba a las suicidas a ser arrastradas desnudas, y las vírgenes quedaban condenadas a vivir.
La intimidad de las reuniones familiares, en que las mujeres suelen hacer declaraciones íntimas.
Frases misteriosas, que saben pronunciar las mujeres.
La ley sálica, un error legal, hizo triunfar la esclavitud política, sin destruir el poder que las costumbres daban a las mujeres, pues el entusiasmo que se apoderó de Europa por la caballería mantuvo el partido de las costumbres frente a las leyes.
En la mente femenina, la primera fidelidad determina el porvenir.
Un carácter nervioso, voluble, femenino, del que puede esperarse un crimen como una acción generosa. Su destino depende en cada instante de la presión interna que las pasiones violentas y fugaces ejerzan sobre su sistema nervioso.
Transformable como pueda serlo la belleza de una mujer rubia.
Era defendida por un orgullo natural de un pudor de mujer sensible.
La mujer es una santa y bella criatura, pero casi siempre incomprendida, y mal juzgada por incomprendida.
Esa distinción, aparentemente sutil, pero de una autenticidad sagrada, legal según el corazón, que las mujeres aplican instintivamente a todos sus sentimientos, incluso a los más irreflexivos.
La naturaleza da a la mujer una fuerza particular que la ayuda a sufrir y, alternativamente, una debilidad que le aconseja resignación.
Aptitud de las mujeres para sepultar las miserias en el fondo de su corazón y para impedir que afloren los hechos latentes.
Los corazones femeninos pueden adivinar los sentimientos.
Las mujeres son consoladoras y tiernas en las penas de la vida.
Perspicacia femenina.
Esa amargura que las mujeres saben echar en cara en su sumisión.
Los recursos del genio femenino.
Los hijos son para las madres una especie de prolongación de su propia existencia.
La satinada blancura de las mujeres.
Inquietud garbosa que sienten las mujeres por un ser que les pertenece.
Tienen ciertas mujeres un horror a los planes preconcebidos, que hacen honor a su delicadeza, gustan de ceder al arrebato y no a lo convenido.
Ligero paso femenino.
Más que los poderes políticos, tienen las mujeres el instinto del poder y el sentimiento de su dignidad.
Muchas aptitudes, muchas Atanasias Granson han de sucumbir ahogadas, como esos granos que caen en la pelada roca.
Una mujer animada de un sentimiento vehemente.
Influjo femenino.
En todo país, antes de juzgar a un hombre, el mundo presta oídos a lo que piensa su mujer y tiene de ese modo lo que los ginebrinos llaman un preaviso.
Se complació en elevarse por encima de las mujeres, no acatando sus menudos prejuicios, no haciendo el menor caso de las trabas que la sociedad les impone.
Distinguía a aquella mujer el garbo con que acogía el menor deseo de sus amigos.
Las mujeres y el papel blanco, que todo lo aguantan.
Mundillo de actrices, escritores, artistas y ciertas mujeres de suerte aleatoria.
Mujeres garbosamente inteligentes.
Una linda mujer hábil crea una cuasi atmósfera en que los nervios se relajan y los sentimientos se suavizan.
Esa linda impertinencia que las mujeres pueden permitirse con los hombres.
Capítulo del código femenino.
Lanzando una de esas miradas, que las mujeres tienen siempre en reserva.
Las mujeres son más fuertes por el sentimiento, que los hombres por su poder.
La agitación ha permitido a las mujeres de la vieja soberanía pocas lágrimas en los ojos. Primero el amor y, más tarde, el Terror, las han familiarizado con las más punzantes peripecias, de tal suerte que reservan en los peligros de la vida una dignidad fría, un afecto singular, mas poco expansivo, que las permite permanecer fieles a la etiqueta y a esa actitud que las modernas costumbres cometen la torpeza de repudiar.
La reclusión impuesta en pasados tiempos a la mujer en Grecia, en Oriente, y que se pone hoy de moda en Inglaterra, es la unica salvaguardia moral doméstica; pero bajo ese sistema, los atractivos del mundo perecen; ni la sociedad, ni la cortesía, ni la elegancia de las costumbres son entonces posibles.
Tono de voz siniestro, que agrada a las mujeres cuando se halagan sus antipatías.
Las suspicacias que dejan traslucir granjean a las mujeres grímpolas en las que asoma la falta de respeto.
Una mujer se expone a recibir una especie de afrenta cuando, suponiéndose amada, rechaza por anticipado un sentimiento lisonjero. Escenas de Arsinoé y Araminta.
Mujer imperiosa, para quien el placer radica sólo en la cabeza.
Distaba mil leguas de reconocer que las mujeres son estufas con tapa de mármol.
Las grandes damas amaban con carteles, diario en mano y anuncios; hoy la mujer comme il faut tiene pautada su pasioncilla como un papel de música.
La mujer comme il faut no tiene, como la gran dama de antaño, un andar de alta lucha, sino que sale rota.
Desplegaba esa gracia innata, que las mujeres garbosas ponen en el desempeño de las difíciles tareas de su lindo oficio de mujer.
La sociedad exige el sacrificio de muchas inclinaciones naturales. Uno es el sino del varón y otro el de la mujer. La mujer no posee la facultad de perseguir, a la luz del día, el cumplimiento de sus deseos. El pudor es la barrera infranqueable que guarda los secretos del corazón femenino.
Una mujer debe ser la rueda catalina de su casa y poner en todo ojos de esfinge.
Colocada en plan de mujer superior.
La mujer tiene buen cuidado de no hablar de sus cálculos.
Italianas tranquilas en apariencia y autoconcienzudas en su dicha, opulentas normandas de formas exuberantes.
(La piel de zapa)
La agitación ha permitido a las mujeres de la vieja soberanía pocas lágrimas en los ojos.
Una de las armas más fuertes del varón es ese terrible poder que hace que se ocupe de él una mujer cuya imaginación, voluble, se aterroriza u ofende ante una persecución.
La reclusión impuesta en pasados tiempos a la mujer en Grecia, en Oriente y que se pone hoy de moda en Inglaterra, es un rescate moral doméstico; pero bajo el poderío de ese sistema, los atractivos del mundo perecen; ni la sociedad, ni la cortesía ni la elegancia de las costumbres son entonces posibles.
(La mujer de treinta años)
Las mujeres tienen un instinto tal, que saben diferenciar perfectamente entre aquellos hombres que las aman sólo porque llevan faldas, que son felices por sólo estar cerca y que no piensan en pedirles tontamente el interés de su galantería.
Las mujeres, unicos seres que saben recibir porque pueden dar a su vez.
Todo caballero que ha vivido en otros tiempos con esta nación femenina, olvidada como las grandes cosas, como los filibusteros y arrendatarios, ha conseguido una economía irresistible, una graciosa sencillez, un dejar ir desprovisto de egoísmo, todo el incógnito de Júpiter con Alcmena, del rey que es víctima de todo, que arroja a todos los diablos la superioridad de su poderío y quiere saborear su Olimpo locamente, poco a poco, con femeninas prodigalidades, a poder ser, lejos de Juno.
Apoyo de las mujeres, las cuales adivinan el genio antes de su manifestación. Si no el genio, la forma con que se disfraza. Si no la fuerza de un gran corazón, la brillantez que le daba la mirada.
Las mujeres, no queriendo transigir con las pasiones de los artistas, les imponen el talión de sus virtudes.
Se mantenía investigando las circunstancias y aguardaba la hora propicia con esa sutileza propia del interés y de la maternidad.
En la mente femenina la primera fidelidad determina el porvenir.
(La solterona)
Augusta cara de las madres de familia, cuya vida irreprochable desafía los golpes del Destino, que las ha tomado por blanco de sus flechas y que forman la inmensa tribu de las Níobes.
Corazón henchido de delicadezas femeniles.
Mimo maternal.
La vanidad procede igual que la mujer. Las dos creen perder algo con los elogios y el amor concedidos a otro.
Maniobras que las mujeres se traen.
Recurrir a la ultima ratio de las mujeres, las calumnias.
Las mujeres son como Jano; ven lo que pasa a sus espaldas sin volver la cabeza.
(Modesta Mignon)
Acusar a las mujeres de rarezas.
Presciencia que usan las mujeres, para saber cuando y como hablan de ellas.
(Los pequeños burgueses)
Admirable sentido de lo que debe ser de la mujer, gran secreto de Cesonia con Cayo Calígula, de Diana de Poitiers con Enrique II.
Valiente española, arisca inglesa puritana, que reclama sus derechos conyugales.
(Historia de los Trece)
Hugo
La mujer representa la regla del varón.
Privilegio Magnates mulieris. Grandes damas.
Miriólogo. Canto fúnebre de las mujeres de los griegos modernos, vestidas de blanco y con los cabellos sueltos.
Mesalina, Teodora, Fredegonda, Agnes, Margarita de Borgoña, Isabel de Baviera, Catalina de Medicis, Catalina de Rusia, Carolina de Nápoles.
Mujer diablo perfeccionado.
Mujeres aéreas.
Byron
Mujeres y estrellas destellan mejor de noche.
¡Ah, el amor femenino! Es sabido
Que constituye algo magnífico y espantoso,
Pues todo lo apuestan a ese lado
Y, si pierden, la vida no les importa
Sino el escarnio del pasado,
Y su venganza es como la del tigre al ataque,
Veloz, mortífera, cruel. Como los tormentos
Verdaderos son los suyos, los que infligen sienten también.
Las mujeres utilizan las lágrimas a voluntad. Las lágrimas de la mujer se funden.
Cuando una emoción surge intensa, extraordinaria,
El corazón femenino es terreno propicio
Para los buenos sentimientos.
Los libros teóricos sintetizados con precisión femenina.
Un rubor leve, un temblor ligero, una gentileza serena, dichosa, femenina.
Ese trueno silencioso que es una mujer que calla.
A las mujeres les gusta la exageración.
Esta edad deliciosa que equipara las de las mujeres.
Femineidad apoteósica.
Elizabeth Fry (1780-1845) formó una asociación para la mejora de las condiciones de las mujeres en la cárcel de Newgate.
Plácida navegación por los océanos femeninos.
La tierra carece de cosas como las misivas femeninas,
Y también el cielo, ya que es infinito.
Y por cuanto a mujeres, ¿quién puede penetrar
Los auténticos sufrimientos de su condición femenina?
Una humildad altiva, que denota una deferencia para el sentir femenino.
Fraudes con los que se complace la sonrisa femenina.
Los atributos primordiales de una bella donna.
Shelley
La posesión, cuando no va acompañada de un amor real, intelectual, bloquea al hombre, al tiempo que agudiza las ardientes e incontrolables pasiones femeninas hasta la locura.
(St. Irvyne o el Rosacruz)
Merimée
Costumbre de las mujeres y de los gatos, que no acuden cuando se les llama y vienen cuando no.
Leona, una mujer a la moda.
Hegel
Si la mujer permanecía tres noches fuera de casa durante el primer año, el matrimonio cesaba. La mujer volvía a casa de sus padres y era una matrona, que vivía independiente. La matrona romana sólo alcanzaba honor y dignidad cuando era independiente respecto de su marido, en lugar de alcanzarlo por su marido.
J. de Maistre
Es menester vivir con las damas amables para no hacernos agrestes.
Balzac
Con un tacto natural en las mujeres adivinó el secreto de la escena.
Esa visión entre despótica y lánguida con la cual, las mujeres que tienen derechos al respeto de un varón, saben expresar admirablemente sus deseos.
No te fíes del ganso. Sus ojos verdes me parecen pérfidos como los de la víbora y sagaces como de mujer que perdona a su marido.
Siempre hay un encanto inefable en la pregunta que hace una viajera desconocida.
Las vulgares vicisitudes de la vida doméstica no excitan mis pasiones. Es una desgracia para una mujer. ¿Por qué me he elevado por encima o he descendido por debajo de mi sexo?
Manifestó remilgos de damisela y, en fin, mostró menos carácter cuanto más anunciaban su rostro y sus maneras.
La sagacidad propia de las mujeres.
Su sencillez poseía ese encanto que proviene del arte con que una mujer, asaz bella para prescindir de joyas, sabe reducir su compostura al papel de un adorno secundario. Entró sonriendo con esa afabilidad natural en las mujeres, que pueden enseñar en una boca rosada dos blancas filas de dientes transparentes como porcelana y en sus mejillas dos hoyuelos frescos como los de un niño. Pudo emplear las mil pequeñas artimañas, inocentes en apariencia, con que una mujer subraya y hace admirar las bellezas de su rostro y las gracias de su cabeza.
Las mujeres tienen un tacto admirable de las conveniencias, lazos íntimos o tal vez un deseo vivo de emociones, siempre saben romper el hielo en ciertas ocasiones.
Inspirada por su natural, que arrastra a la mujer a lo mucho o a lo muy poco, juego habitual bajo el que las mujeres ocultan sus verdaderas emociones.
Visiones furtivas que sólo pertenecen a las mujeres y a los diplomáticos.
Arrebatada por esa obcecación que empuja a las mujeres cuando sienten atacado su amor propio, pero también halagada o impaciente por ejercer su poder.
Instinto de la mujer, que la convierte en déspota cuando no se siente oprimida.
Dominada por las convenciones sociales, que me hacen artificiosa, envidio los privilegios del varón. Pero la Naturaleza nos ha dado unos medios para dominar a los hombres y enlazarlos con las redes invisibles de una potencia a la que ninguno puede resistir. Las mujeres tenemos un instinto que nos hace presentir en las cosas una perfección, que es imposible de alcanzar.
La aptitud que poseen algunas mujeres para enterrar los sentimientos más exaltados y ese género de disimulo que les permite sonreír graciosamente mientras calculan la perdición de su víctima.
Ese grado de energía, tal vez desconocido del hombre, que la mujer arrebatada por la pasión posee momentáneamente.
Se tendió voluptuosamente sobre el canapé, para reposar y tomar una actitud de gracia y desmayo, que es de irresistible poder en ciertas mujeres.
El amable arte de decir a las mujeres esas lindas bagatelas que, después de todo, les convienen mejor que los arrebatos de pasión, que las fatigan muy pronto.
Chanzas sofísticas que las mujeres se complacen en oponer a una razón perentoria.
Es un carácter admirable de las mujeres, que nunca razonan sus acciones más vituperables, sino que el sentimiento las impulsa; hasta en su disimulo hay naturalidad, y es que sólo entre las mujeres se encuentra el crimen sin bajeza.
Sagacidad femenina, que abarca hasta los detalles más nimios.
Movilidad natural del espíritu femenino.
Afectuosa gentileza de movimientos que las mujeres despliegan, sobre todo en presencia de los hombres.
Siguiendo un instinto de mujer al que poco más o menos las mujeres obedecen.
Sonrisas que las mujeres reservan para su intimidad y cuya picante malicia los hombres nunca podrán comprender.
Instinto sagaz que nunca abandona a las mujeres.
Sagaces pretextos que las mujeres saben encontrar.
Gozaba de los prestigios de una mujer de moda.
Su genio impulsa a la mujer constantemente a buscar lo desconocido.
Para la mujer hila la joven india el pelo de cabra del Tibet; Tarara teje sus velos aéreos; Bruselas hace navegar pequeñas embarcaciones con cargamentos del más puro lino; Visapur disputa a las entrañas de la tierra piedras fulgurantes y Sèvres dora su blanca arcilla.
Las mujeres están pródigamente dotadas por los tesoros que deben a nuestras ardientes imaginaciones, saben vender caro lo que no tienen, y lo venden caro para que el precio compense la vulgaridad de lo que dan.
Las mujeres cuya educación privilegiada han desarrollado la afición a las artes, la facultad de sentir, de comparar y de reflexionar, tienen un sentimiento elevado de las conveniencias y de la política social, que dirigen las costumbres.
Las doncellas de Mileto se libraban del matrimonio con la muerte, pero el Senado condenaba a las suicidas a ser arrastradas desnudas, y las vírgenes quedaban condenadas a vivir.
La intimidad de las reuniones familiares, en que las mujeres suelen hacer declaraciones íntimas.
Frases misteriosas, que saben pronunciar las mujeres.
La ley sálica, un error legal, hizo triunfar la esclavitud política, sin destruir el poder que las costumbres daban a las mujeres, pues el entusiasmo que se apoderó de Europa por la caballería mantuvo el partido de las costumbres frente a las leyes.
En la mente femenina, la primera fidelidad determina el porvenir.
Un carácter nervioso, voluble, femenino, del que puede esperarse un crimen como una acción generosa. Su destino depende en cada instante de la presión interna que las pasiones violentas y fugaces ejerzan sobre su sistema nervioso.
Transformable como pueda serlo la belleza de una mujer rubia.
Era defendida por un orgullo natural de un pudor de mujer sensible.
La mujer es una santa y bella criatura, pero casi siempre incomprendida, y mal juzgada por incomprendida.
Esa distinción, aparentemente sutil, pero de una autenticidad sagrada, legal según el corazón, que las mujeres aplican instintivamente a todos sus sentimientos, incluso a los más irreflexivos.
La naturaleza da a la mujer una fuerza particular que la ayuda a sufrir y, alternativamente, una debilidad que le aconseja resignación.
Aptitud de las mujeres para sepultar las miserias en el fondo de su corazón y para impedir que afloren los hechos latentes.
Los corazones femeninos pueden adivinar los sentimientos.
Las mujeres son consoladoras y tiernas en las penas de la vida.
Perspicacia femenina.
Esa amargura que las mujeres saben echar en cara en su sumisión.
Los recursos del genio femenino.
Los hijos son para las madres una especie de prolongación de su propia existencia.
La satinada blancura de las mujeres.
Inquietud garbosa que sienten las mujeres por un ser que les pertenece.
Tienen ciertas mujeres un horror a los planes preconcebidos, que hacen honor a su delicadeza, gustan de ceder al arrebato y no a lo convenido.
Ligero paso femenino.
Más que los poderes políticos, tienen las mujeres el instinto del poder y el sentimiento de su dignidad.
Muchas aptitudes, muchas Atanasias Granson han de sucumbir ahogadas, como esos granos que caen en la pelada roca.
Una mujer animada de un sentimiento vehemente.
Influjo femenino.
En todo país, antes de juzgar a un hombre, el mundo presta oídos a lo que piensa su mujer y tiene de ese modo lo que los ginebrinos llaman un preaviso.
Se complació en elevarse por encima de las mujeres, no acatando sus menudos prejuicios, no haciendo el menor caso de las trabas que la sociedad les impone.
Distinguía a aquella mujer el garbo con que acogía el menor deseo de sus amigos.
Las mujeres y el papel blanco, que todo lo aguantan.
Mundillo de actrices, escritores, artistas y ciertas mujeres de suerte aleatoria.
Mujeres garbosamente inteligentes.
Una linda mujer hábil crea una cuasi atmósfera en que los nervios se relajan y los sentimientos se suavizan.
Esa linda impertinencia que las mujeres pueden permitirse con los hombres.
Capítulo del código femenino.
Lanzando una de esas miradas, que las mujeres tienen siempre en reserva.
Las mujeres son más fuertes por el sentimiento, que los hombres por su poder.
La agitación ha permitido a las mujeres de la vieja soberanía pocas lágrimas en los ojos. Primero el amor y, más tarde, el Terror, las han familiarizado con las más punzantes peripecias, de tal suerte que reservan en los peligros de la vida una dignidad fría, un afecto singular, mas poco expansivo, que las permite permanecer fieles a la etiqueta y a esa actitud que las modernas costumbres cometen la torpeza de repudiar.
La reclusión impuesta en pasados tiempos a la mujer en Grecia, en Oriente, y que se pone hoy de moda en Inglaterra, es la unica salvaguardia moral doméstica; pero bajo ese sistema, los atractivos del mundo perecen; ni la sociedad, ni la cortesía, ni la elegancia de las costumbres son entonces posibles.
Tono de voz siniestro, que agrada a las mujeres cuando se halagan sus antipatías.
Las suspicacias que dejan traslucir granjean a las mujeres grímpolas en las que asoma la falta de respeto.
Una mujer se expone a recibir una especie de afrenta cuando, suponiéndose amada, rechaza por anticipado un sentimiento lisonjero. Escenas de Arsinoé y Araminta.
Mujer imperiosa, para quien el placer radica sólo en la cabeza.
Distaba mil leguas de reconocer que las mujeres son estufas con tapa de mármol.
Las grandes damas amaban con carteles, diario en mano y anuncios; hoy la mujer comme il faut tiene pautada su pasioncilla como un papel de música.
La mujer comme il faut no tiene, como la gran dama de antaño, un andar de alta lucha, sino que sale rota.
Desplegaba esa gracia innata, que las mujeres garbosas ponen en el desempeño de las difíciles tareas de su lindo oficio de mujer.
La sociedad exige el sacrificio de muchas inclinaciones naturales. Uno es el sino del varón y otro el de la mujer. La mujer no posee la facultad de perseguir, a la luz del día, el cumplimiento de sus deseos. El pudor es la barrera infranqueable que guarda los secretos del corazón femenino.
Una mujer debe ser la rueda catalina de su casa y poner en todo ojos de esfinge.
Colocada en plan de mujer superior.
La mujer tiene buen cuidado de no hablar de sus cálculos.
Italianas tranquilas en apariencia y autoconcienzudas en su dicha, opulentas normandas de formas exuberantes.
(La piel de zapa)
La agitación ha permitido a las mujeres de la vieja soberanía pocas lágrimas en los ojos.
Una de las armas más fuertes del varón es ese terrible poder que hace que se ocupe de él una mujer cuya imaginación, voluble, se aterroriza u ofende ante una persecución.
La reclusión impuesta en pasados tiempos a la mujer en Grecia, en Oriente y que se pone hoy de moda en Inglaterra, es un rescate moral doméstico; pero bajo el poderío de ese sistema, los atractivos del mundo perecen; ni la sociedad, ni la cortesía ni la elegancia de las costumbres son entonces posibles.
(La mujer de treinta años)
Las mujeres tienen un instinto tal, que saben diferenciar perfectamente entre aquellos hombres que las aman sólo porque llevan faldas, que son felices por sólo estar cerca y que no piensan en pedirles tontamente el interés de su galantería.
Las mujeres, unicos seres que saben recibir porque pueden dar a su vez.
Todo caballero que ha vivido en otros tiempos con esta nación femenina, olvidada como las grandes cosas, como los filibusteros y arrendatarios, ha conseguido una economía irresistible, una graciosa sencillez, un dejar ir desprovisto de egoísmo, todo el incógnito de Júpiter con Alcmena, del rey que es víctima de todo, que arroja a todos los diablos la superioridad de su poderío y quiere saborear su Olimpo locamente, poco a poco, con femeninas prodigalidades, a poder ser, lejos de Juno.
Apoyo de las mujeres, las cuales adivinan el genio antes de su manifestación. Si no el genio, la forma con que se disfraza. Si no la fuerza de un gran corazón, la brillantez que le daba la mirada.
Las mujeres, no queriendo transigir con las pasiones de los artistas, les imponen el talión de sus virtudes.
Se mantenía investigando las circunstancias y aguardaba la hora propicia con esa sutileza propia del interés y de la maternidad.
En la mente femenina la primera fidelidad determina el porvenir.
(La solterona)
Augusta cara de las madres de familia, cuya vida irreprochable desafía los golpes del Destino, que las ha tomado por blanco de sus flechas y que forman la inmensa tribu de las Níobes.
Corazón henchido de delicadezas femeniles.
Mimo maternal.
La vanidad procede igual que la mujer. Las dos creen perder algo con los elogios y el amor concedidos a otro.
Maniobras que las mujeres se traen.
Recurrir a la ultima ratio de las mujeres, las calumnias.
Las mujeres son como Jano; ven lo que pasa a sus espaldas sin volver la cabeza.
(Modesta Mignon)
Acusar a las mujeres de rarezas.
Presciencia que usan las mujeres, para saber cuando y como hablan de ellas.
(Los pequeños burgueses)
Admirable sentido de lo que debe ser de la mujer, gran secreto de Cesonia con Cayo Calígula, de Diana de Poitiers con Enrique II.
Valiente española, arisca inglesa puritana, que reclama sus derechos conyugales.
(Historia de los Trece)
Hugo
La mujer representa la regla del varón.
Privilegio Magnates mulieris. Grandes damas.
Miriólogo. Canto fúnebre de las mujeres de los griegos modernos, vestidas de blanco y con los cabellos sueltos.
Mesalina, Teodora, Fredegonda, Agnes, Margarita de Borgoña, Isabel de Baviera, Catalina de Medicis, Catalina de Rusia, Carolina de Nápoles.
Mujer diablo perfeccionado.
Mujeres aéreas.
Whewell
La luna y Venus son femeninos y nocturnos.
Haliburton
El camino hasta el corazón de una mujer pasa por su hijo.
La susceptibilidad femenina a los halagos.
La diferencia de una consorte y una novia es grande como la que hay de una sidra nueva a una dura.
Pauly-Wissowa
Agnodike. Ateniense, la primera de su sexo que practica la partería.
Agorachos. Una oficina femenina de Esparta.
Bady, una localidad con el santuario de Larisos donde las mujeres eliseas volvían a unirse sexualmente con sus maridos tras una larga separación.
Las vírgenes de estatura particularmente esbelta (iunceus) y delicadas fueron comparadas con el junco.
Ainsworth
Llegar a ser mujercitas convenientemente preparadas.
Las bellas hijas de Eva prodigaron sus sonrisas a los valientes.
Fantasías mujeriles.
Burckhardt
Para comprender el alto grado de refinamiento de la sociedad renacentista, es imprescindible subrayar que la mujer merecía tanto respeto como el hombre. La formación de las mujeres de las clases altas era básicamente la misma que se daba a los hombres. Clases de filosofía y literatura, conocimiento de las culturas del mundo antiguo. La cultura hizo que se desarrollara una verdadera individualidad en las mujeres de las clases altas, mientras que las mujeres no italianas no tuvieron relevancia personal, hasta que llegó la reforma. Excepciones fueron Isabel de Baviera y Margarita de Anjou.
Baudelaire
Théroigne y Sisina guerreras.
Apreciaba que la mujer era un objeto de arte, delicioso y apto para excitar el ánimo, pero un objeto de arte desobediente y turbador si se le entrega el dintel del corazón y que devora con glotonería el tiempo y las fuerzas.
Isis era la hermana y esposa de Osiris. Personificaba el origen femenino del universo, especialmente la fecundidad.
Flaubert
El túmulo simboliza el órgano femenino.
Preparativos en que la ternura de las madres cultiva la ilusión.
Dickens
Sentimientos de resignación y de humildad bajo el padecer, que ninguna humana criatura, excepto las mujeres, sabe abrigar.
Un exceso de amable y femenina sensibilidad.
Mujer, raro conjunto de bondad y belleza.
Las mujeres son la meta y el confort de nuestra existencia.
La viva tentación irresistible para todo cerebro femenino de oír la revelación de un misterio inquietante.
Una majestuosa hembra con turbante de gasa y peluca castaña.
La energía peculiar de las mujeres excitadas.
El día de San Valentín cruzan los enamorados galantes esquelas anónimas.
Valentina. Tarjeta que se envía el día de los enamorados.
Femenil piedad.
El poder de persuasión que atesoran las señoras.
Cuando una mujer está excitada, y sobre todo si añade a sus demás arrebatos los feroces impulsos de la indiferencia y la desesperación, hay algo en ella que son pocos los que se atreverían a provocar.
Desempeñar femeninos oficios.
Con un cuidado y una solicitud verdaderamente femeninos.
Se hallaba en el esplendor y en la primavera de la feminidad, edad angélica.
Las mujeres no ven nunca más que un lado de la cuestión, y es el primero que se les presenta.
Un tono de ternura femenina.
Con el Registro no consta la edad de las señoras que nacieron antes de la nueva ley.
Disposición de animación frecuente de las amas de casa los días de limpieza general.
(Nicholas Nickleby)
Ver a las señoritas darse palmaditas y fundirse en un abrazo, que expresaba sus distintas disposiciones fue delicioso y semejaba propio de épocas más bucólicas.
Es imposible que se produzca una diferencia de opinión entre mujeres sin que participe cualquier otra fémina.
Ideas femeninas respecto el deber, la gratitud.
Hablaba de manera misteriosa de mujeres espléndidas.
Hay un caballero en la sala a quien dos mujeres encantadoras ven con veneración por ser la fuente de su existencia.
Una mujer de impresionante talento masculino.
Las mujeres son unas inocentonas atolondradas, las cuales pasan el día revoloteando.
Una mujer de encantos trascendentales.
La agudeza de una mujer soltera.
La amaba con el alma, con un amor desprendido del que disfrutan muy pocas mujeres.
Ese peculiar temblor de la cabeza que, en las señoras de carácter nervioso, puede tomarse como una clara indicación de que están a punto de volver a estallar.
El manantial de ilusionada feminidad.
La mujer de carácter fuerte.
(Martin Chuzzlewit)
Estadios de furor femenino.
Espaldas de marfil de las damas.
Mujer por el valor, la previsión y lo mucho que ha sufrido.
Resabio de la altivez maternal.
(Nuestro común amigo)
Madre en actitud de musa trágica.
Collins
Descendía de una raza de mujeres, que mataban a sus esposos, hermanos e hijos, heridos con sus propias manos cuando se reunían con ellas, después de una batalla, deshonrados por la derrota.
Influjo turbador de las mujeres.
Instinto femenino de defensa propia.
Noble abnegación, común virtud del sexo femenino.
La abnegación es el lema de las mujeres.
El vestido de una mujer es el espejo en el cual podemos apreciar el reflejo de su naturaleza.
Inmemorial arma del sexo femenino; la persuasión.
Rápida intuición del afecto de mujer.
El bello sexo es reo de insuficiencia en nociones gastronómicas.
Había algo casi femenino en su total susceptibilidad a la influencia de una unica emoción. Los godos consideraron que las mujeres estaban sometidas físicamente a las misteriosas leyes de la naturaleza y el temperamento, y afectadas mentalmente por los instintos innatos de la humanidad.
La influencia social que mueve el mundo, la influencia de la mujer, fuente de virtudes y crímenes, de glorias y desastres terrenales.
Programa de establecer legalmente en Inglaterra el derecho de una mujer a tener propiedades y a mantener sus ingresos. Depurar las deformaciones que existen en las leyes matrimoniales. Cuestión social.
Transferencia de los cáusticos placeres de la conversación femenina.
Demonio apoderado, que induce a las mujeres a esa temeridad característica en los momentos críticos de su vida.
Por mucho que insistan en negarlo las teorías epicenas de los tiempos modernos, es una verdad evidente en la historia de los dos sexos, que la condición natural de una mujer es encontrar un hombre que sea su dueño. Instinto primitivo.
(Antonina)
Atractivo femenino, que conforman la gentileza y la docilidad.
Sencillez, falta de afectación propias de una mujer de alta cuna y excepcional crianza; se conduce con natural desenvoltura.
Incapacidad femenina de perder de buen grado en el juego.
Abogar por los derechos de la mujer. Libertad de manifestación femenina.
Hay en Inglaterra leyes que protegen a las mujeres de la crueldad y el ultraje. Apelar.
La mujer garantizada en su ingenio podrá encararse con un hombre no cierto de su propio temperamento.
Valor de una mujer.
Método. No aceptar el desafío que nos lance una mujer, animales o niños. Resolución tranquila y reposada.
Mujer demasiado auténtica.
(La dama de blanco)
Inmemorial arma del sexo femenino; la persuasión.
Rápida intuición del afecto de mujer.
(El Secreto)
Ímpetu precipitado de un juicio estético de mujer.
Influjo turbador de las mujeres.
(Dos Destinos)
Programa de establecer legalmente en Inglaterra el que una mujer pueda tener propiedades y reservar sus ingresos. Depurar las deformaciones que existen en las leyes matrimoniales. Cuestión social.
Instinto femenino de defensa propia.
Distinguida abnegación, común valor del sexo femenino.
Transferencia de los cáusticos placeres de la conversación femenina.
Apoderado demonio que induce a las mujeres a esa temeridad característica en los momentos graves de su vida.
La abnegación, lema de las mujeres.
Apreciación del otro sexo.
(Marido y Mujer)
Damas vienen y van con una suerte de misterio. ¿Una mentira dicha con una mirada es mala como una mentira dicha con palabras?
(El legado de Caín)
Modales y ademanes, distinción de buena cuna. Perfecta educación, exquisita finura, equilibrada cordialidad; demostraba una modesta y esmerada verosimilitud, en Inglaterra cualidad natural de la aristocracia del ocio. Modelo de mujer noble y completamente libre de vanidad.
Mujeres. Gran reserva de indulgencia, para con el que manifiesta precisarla.
Gaskell
Ser madre, ese prodigioso objeto de misterioso interés para las mujeres solteras, que ya no esperan disfrutar de semejante dicha.
Mulholland
Recordé cómo en aquellos días, yo apreciaba la belleza y poseía cierta ternura casi femenina, que me habían extirpado a fuerza de desdén.
Ainsworth
Llegar a ser mujercitas convenientemente preparadas.
Las bellas hijas de Eva prodigaron sus sonrisas a los valientes.
Fantasías mujeriles.
Burckhardt
Para comprender el alto grado de refinamiento de la sociedad renacentista, es imprescindible subrayar que la mujer merecía tanto respeto como el hombre. La formación de las mujeres de las clases altas era básicamente la misma que se daba a los hombres. Clases de filosofía y literatura, conocimiento de las culturas del mundo antiguo. La cultura hizo que se desarrollara una verdadera individualidad en las mujeres de las clases altas, mientras que las mujeres no italianas no tuvieron relevancia personal, hasta que llegó la reforma. Excepciones fueron Isabel de Baviera y Margarita de Anjou.
Baudelaire
Théroigne y Sisina guerreras.
Apreciaba que la mujer era un objeto de arte, delicioso y apto para excitar el ánimo, pero un objeto de arte desobediente y turbador si se le entrega el dintel del corazón y que devora con glotonería el tiempo y las fuerzas.
Isis era la hermana y esposa de Osiris. Personificaba el origen femenino del universo, especialmente la fecundidad.
Flaubert
El túmulo simboliza el órgano femenino.
Preparativos en que la ternura de las madres cultiva la ilusión.
Dickens
Sentimientos de resignación y de humildad bajo el padecer, que ninguna humana criatura, excepto las mujeres, sabe abrigar.
Un exceso de amable y femenina sensibilidad.
Mujer, raro conjunto de bondad y belleza.
Las mujeres son la meta y el confort de nuestra existencia.
La viva tentación irresistible para todo cerebro femenino de oír la revelación de un misterio inquietante.
Una majestuosa hembra con turbante de gasa y peluca castaña.
La energía peculiar de las mujeres excitadas.
El día de San Valentín cruzan los enamorados galantes esquelas anónimas.
Valentina. Tarjeta que se envía el día de los enamorados.
Femenil piedad.
El poder de persuasión que atesoran las señoras.
Cuando una mujer está excitada, y sobre todo si añade a sus demás arrebatos los feroces impulsos de la indiferencia y la desesperación, hay algo en ella que son pocos los que se atreverían a provocar.
Desempeñar femeninos oficios.
Con un cuidado y una solicitud verdaderamente femeninos.
Se hallaba en el esplendor y en la primavera de la feminidad, edad angélica.
Las mujeres no ven nunca más que un lado de la cuestión, y es el primero que se les presenta.
Un tono de ternura femenina.
Con el Registro no consta la edad de las señoras que nacieron antes de la nueva ley.
Disposición de animación frecuente de las amas de casa los días de limpieza general.
(Nicholas Nickleby)
Ver a las señoritas darse palmaditas y fundirse en un abrazo, que expresaba sus distintas disposiciones fue delicioso y semejaba propio de épocas más bucólicas.
Es imposible que se produzca una diferencia de opinión entre mujeres sin que participe cualquier otra fémina.
Ideas femeninas respecto el deber, la gratitud.
Hablaba de manera misteriosa de mujeres espléndidas.
Hay un caballero en la sala a quien dos mujeres encantadoras ven con veneración por ser la fuente de su existencia.
Una mujer de impresionante talento masculino.
Las mujeres son unas inocentonas atolondradas, las cuales pasan el día revoloteando.
Una mujer de encantos trascendentales.
La agudeza de una mujer soltera.
La amaba con el alma, con un amor desprendido del que disfrutan muy pocas mujeres.
Ese peculiar temblor de la cabeza que, en las señoras de carácter nervioso, puede tomarse como una clara indicación de que están a punto de volver a estallar.
El manantial de ilusionada feminidad.
La mujer de carácter fuerte.
(Martin Chuzzlewit)
Estadios de furor femenino.
Espaldas de marfil de las damas.
Mujer por el valor, la previsión y lo mucho que ha sufrido.
Resabio de la altivez maternal.
(Nuestro común amigo)
Madre en actitud de musa trágica.
Collins
Descendía de una raza de mujeres, que mataban a sus esposos, hermanos e hijos, heridos con sus propias manos cuando se reunían con ellas, después de una batalla, deshonrados por la derrota.
Influjo turbador de las mujeres.
Instinto femenino de defensa propia.
Noble abnegación, común virtud del sexo femenino.
La abnegación es el lema de las mujeres.
El vestido de una mujer es el espejo en el cual podemos apreciar el reflejo de su naturaleza.
Inmemorial arma del sexo femenino; la persuasión.
Rápida intuición del afecto de mujer.
El bello sexo es reo de insuficiencia en nociones gastronómicas.
Había algo casi femenino en su total susceptibilidad a la influencia de una unica emoción. Los godos consideraron que las mujeres estaban sometidas físicamente a las misteriosas leyes de la naturaleza y el temperamento, y afectadas mentalmente por los instintos innatos de la humanidad.
La influencia social que mueve el mundo, la influencia de la mujer, fuente de virtudes y crímenes, de glorias y desastres terrenales.
Programa de establecer legalmente en Inglaterra el derecho de una mujer a tener propiedades y a mantener sus ingresos. Depurar las deformaciones que existen en las leyes matrimoniales. Cuestión social.
Transferencia de los cáusticos placeres de la conversación femenina.
Demonio apoderado, que induce a las mujeres a esa temeridad característica en los momentos críticos de su vida.
Por mucho que insistan en negarlo las teorías epicenas de los tiempos modernos, es una verdad evidente en la historia de los dos sexos, que la condición natural de una mujer es encontrar un hombre que sea su dueño. Instinto primitivo.
(Antonina)
Atractivo femenino, que conforman la gentileza y la docilidad.
Sencillez, falta de afectación propias de una mujer de alta cuna y excepcional crianza; se conduce con natural desenvoltura.
Incapacidad femenina de perder de buen grado en el juego.
Abogar por los derechos de la mujer. Libertad de manifestación femenina.
Hay en Inglaterra leyes que protegen a las mujeres de la crueldad y el ultraje. Apelar.
La mujer garantizada en su ingenio podrá encararse con un hombre no cierto de su propio temperamento.
Valor de una mujer.
Método. No aceptar el desafío que nos lance una mujer, animales o niños. Resolución tranquila y reposada.
Mujer demasiado auténtica.
(La dama de blanco)
Inmemorial arma del sexo femenino; la persuasión.
Rápida intuición del afecto de mujer.
(El Secreto)
Ímpetu precipitado de un juicio estético de mujer.
Influjo turbador de las mujeres.
(Dos Destinos)
Programa de establecer legalmente en Inglaterra el que una mujer pueda tener propiedades y reservar sus ingresos. Depurar las deformaciones que existen en las leyes matrimoniales. Cuestión social.
Instinto femenino de defensa propia.
Distinguida abnegación, común valor del sexo femenino.
Transferencia de los cáusticos placeres de la conversación femenina.
Apoderado demonio que induce a las mujeres a esa temeridad característica en los momentos graves de su vida.
La abnegación, lema de las mujeres.
Apreciación del otro sexo.
(Marido y Mujer)
Damas vienen y van con una suerte de misterio. ¿Una mentira dicha con una mirada es mala como una mentira dicha con palabras?
(El legado de Caín)
Modales y ademanes, distinción de buena cuna. Perfecta educación, exquisita finura, equilibrada cordialidad; demostraba una modesta y esmerada verosimilitud, en Inglaterra cualidad natural de la aristocracia del ocio. Modelo de mujer noble y completamente libre de vanidad.
Mujeres. Gran reserva de indulgencia, para con el que manifiesta precisarla.
Gaskell
Ser madre, ese prodigioso objeto de misterioso interés para las mujeres solteras, que ya no esperan disfrutar de semejante dicha.
Mulholland
Recordé cómo en aquellos días, yo apreciaba la belleza y poseía cierta ternura casi femenina, que me habían extirpado a fuerza de desdén.
Thackeray
¿Quién no ha de admirar las artimañas y delicadezas con que las mujeres "preparan" a sus amigas, para las malas nuevas?
¿Quién no ha de admirar las artimañas y delicadezas con que las mujeres "preparan" a sus amigas, para las malas nuevas?
¿Qué saben los hombres de los martirios de las mujeres? Enloqueceríamos si tuviéramos que soportar la centésima parte de las aflicciones que sobrellevan nuestras mujeres.
(La Feria de las Vanidades)
Ultima ratio, ultimo recurso que tienen las mujeres; las lágrimas, manifestación de la pena.
En presencia de la muerte, ese gobernante supremo, la coquetería de una mujer se asusta, y es difícil que sus celos atraviesen las fronteras de ese lúgubre reino. Ese sentimiento pertenece exclusivamente a la tierra y expira en el frío aire azul, que está más allá de nuestra esfera.
Ch. Brontë
El carácter femenino, en Poesía y Ficción, está hecho de sentimientos, sea para bien o para mal.
Paciente Griselda, modelo de la sumisión femenina, que describen Boccaccio y Chaucer.
Femenina y formal, refinado y clásico.
Calculadora previsión maternal.
A. Brontë
Expresión de maternal admiración.
Labores maternales.
(La inquilina de Wildfell Hall)
E. Brontë
La casa bajo el mando femenino había recuperado interiormente su aspecto confortable.
Stuart Mill
Lo que se llama la naturaleza de las mujeres es algo eminentemente artificial, consecuencia de una represión forzada y de un estímulo natural.
Un hombre puede desafiar la opinión publica; una mujer debe someterse a ella. Epígrafe de "Delphine", de Madame de Staël.
En Inglaterra, la alta sociedad ha otorgado a las mujeres unas facilidades semejantes al peculium del esclavo con el Derecho romano, por medio de contratos especiales en los que se deja de lado la ley, como los llamados de pin-money. Dinero para alfileres. En español se llamó alfiler a la cantidad que se da periódicamente a la mujer para el adorno de su persona.
Si las mujeres son mejores que los hombres en algo, será en su capacidad de sacrificio a favor de los miembros de su familia.
La igualdad de derechos mitigaría la abnegación exagerada, que es actualmente el ideal artificial del carácter femenino, y una mujer buena no sería más sacrificada que el mejor de los hombres; pero, por otra parte, con la igualdad de derechos, los hombres serían menos egoístas y más sacrificados que en la actualidad, pues no se les enseñaría el culto a su voluntad como cosa grandiosa, que hasta dicta la ley a otro ser racional.
La penetración vivaz del carácter, que es uno de los puntos reconocidos en que las mujeres son superiores a los hombres, acompañada de una cualificación, debe hacerlas más dotadas que los hombres para esa elección de agentes, que es casi la tarea más importante de cualquiera que tenga que gobernar a los seres humanos.
Cuando hablamos de la capacidad de percepción intuitiva de una mujer, estamos hablando de una visión rápida y correcta de los hechos presentes. Nadie ha percibido jamás por intuición una ley científica de la naturaleza, ni nadie ha llegado por intuición a una regla general de conducta o de prudencia. Estos frutos se alcanzan con un cultivo largo y cuidadoso, a base de comparar experiencias. Pero esa sagacidad intuitiva capacita especialmente a las mujeres para captar las verdades generales que pueden recoger por sus medios personales de observación. En consecuencia, cuando se da la circunstancia fortuita de que estas mujeres están familiarizadas con los resultados de las experiencias de otras personas, por medio de la lectura y la educación, entonces están mejor dotadas que los hombres del requisito esencial de la práctica hábil y afortunada. Esta sensibilidad ante lo presente es la cualidad de la que depende la capacidad para la práctica, a diferencia de la teoría. El descubrimiento de principios generales es propio de la facultad especulativa; discurrir y distinguir los casos particulares en que son aplicables o no estos principios constituye el talento práctico; y las mujeres tienen una aptitud peculiar.
Para los fines prácticos, desde los más elevados hasta los más humildes, la capacidad de pasar rápidamente de un asunto de reflexión a otro sin que pierda fuerza en el cambio el resorte activo del intelecto, es un poder valioso; y las mujeres poseen este poder en grado sumo, en virtud de ese carácter cambiante que se les achaca.
Ya en la época homérica, el aidós hacia las tróadas helkesipéplous (el respeto hacia las mujeres troyanas de largas túnicas) era un motivo reconocido y poderoso de los actos del gran Héctor.
La conversión de los anglosajones y la de los francos fue una labor iniciada por las esposas de Etelberto y Clodoveo.
El ideal caballeresco es la culminación de la influencia de los sentimientos de las mujeres sobre la cultura moral de la humanidad.
Algunos países han contenido de manera eficaz el aumento de la población debido a una costumbre muy primitiva con arreglo a la cual una joven no debía casarse mientras no hubiera hilado y tejido su amplio trousseau destinado a suplir sus menesteres a lo largo de su vida.
Idénticas razones que no hacen preciso que el pobre dependa del rico hacen igualmente innecesario que la mujer dependa del varón. Y lo menos que exige la justicia es que la ley y la costumbre no hagan forzosa esta dependencia (cuando la protección correlativa es ya superflua) decretando que una mujer que no haya heredado materiales de fortuna que le permitan vivir independiente no tenga casi ninguna posibilidad de obtener su subsistencia si no es como esposa o madre. Permitamos que adopten esta ocupación las mujeres que la prefieran; pero es una flagrante injusticia social que no haya otra opción posible, que no exista ninguna otra carrière para la gran mayoría de las mujeres si no es con las ocupaciones más humildes. La igualdad social y política de los dos sexos no es una cuestión de detalles económicos, sino la regla íntimamente unida con todos los puntos más vitales del perfeccionamiento humano, que ninguno puede estudiarse con independencia de aquel. Para nuestros fines instantáneos basta indicar entre las consecuencias probables de la independencia industrial y social de la mujer una gran disminución del mal de la sobrepoblación. Es verdaderamente vergonzoso que reinando una mujer no haya dado la ley ni un solo paso para hacer desaparecer ni la parte más pequeña de las injusticias que abruman a la mujer. La parte más brutal del populacho puede maltratar y matar a sus mujeres casi con completa impunidad.
La ley de Fitzroy para la Mejor Protección de la Mujer y del Niño es una tentativa intencionada, pero inadecuada para borrar el anterior reproche. La injusticia es más flagrante que nunca, ya que después se ha presentado otro programa de ley extendiendo el sufragio a muchas capas masculinas, pero abandonando a la mujer a su actual sumisión política y social. No pasará mucho tiempo sin que se examine que las ideas y las instituciones que han transformado el mero accidente del sexo como una desigualdad de derechos legales y una forzosa disparidad de actividades sociales son el mayor obstáculo al mejoramiento moral, social e intelectual.
Para mejorar la situación de la mujer la finalidad debería ser permitirles el libre acceso a los empleos industriales independientes y no cerrarles total o parcialmente los que tienen abiertos.
Las mujeres son por lo general, al menos según las presentes circunstancias sociales, de una versatilidad mucho mayor que la de los hombres y las ideas y experiencias de las mujeres han contribuido poco a formar las opiniones de la humanidad. Pocas mujeres abandonarían rechazar la idea de que la actividad es más vigorosa cuanto más prolongada y que falla su eficiencia durante algún tiempo al mudar de ocupación. La costumbre es causa de la diferencia. De cada diez hombres nueve tienen una ocupación especializada; de cada diez mujeres nueve tienen ocupaciones de carácter general que contienen numerosos detalles cada uno de los cuales precisa poco tiempo. Las mujeres practican el arte de pasar con rapidez de una operación manual o mental a otra y, por tanto, la transformación les cuesta muy poco esfuerzo o pérdida de tiempo. Pero algunas ocasiones se invierte la situación y los respectivos caracteres. Las mujeres no son menos eficientes que los hombres para las actividades uniformes de las fábricas o no se las emplearía de una manera general.
Cabet
Tributar a las mujeres una dignidad esmerada, respeto y homenaje, concentrar solicitud y dicha, trabajar incesantemente para agradarlas y hacerlas felices.
Eliot
Madre que ama con ternura.
Agitación femenina.
(El velo alzado)
Keller
Cada ama de casa da con el guiso un gusto especial a sus platos, que corresponde con su carácter.
Instituto, desde el siglo XVIII, denominación al uso para las escuelas femeninas.
El país de largos cabellos, las mujeres, es imprevisible, no es una consecuencia gratificante comprometerse con un buen consejo sin menester.
Símbolo de las viejas divinidades paganas de la luna, o comienzo femenino que trae luz a la noche del mundo.
Hawthorne
Las mujeres son más precavidas en sus casuales hospitalidades, que los hombres.
La desconfianza y la desaprobación de la gran masa social, atenaza las gargantas de las mujeres con manos de gigante.
Siendo apasionada, voluntariosa y dominadora, tenía un carácter ardiente y generoso, demostrando su riqueza por las simientes que florecían y que ahogaban las hierbas de la gracia. Extensas ventajas de su sexo.
La esfera ordinaria de la mujer semejaba ser más estrecha de lo que su desarrollo precisaba.
Gautier
Las mujeres saben llegar acertadamente.
Con un gracioso gesto de piedad femenina me pasó su pañuelo de batista por los ojos.
La réplica racional de un obstinado laconismo que las mujeres oponen a las preguntas embarazosas.
La inglesas no son sedentarias como las mujeres de otros países y aprovechan el menor pretexto para abandonar la isla.
Cuidado maternal.
La visión de una madre hace retroceder los leones.
Poe
El abandono femenino al amor.
Era lo que la gente califica una mujer fuera de común, capaz de arreglárselas en el mundo sin mi ayuda.
Nunca había penetrado hasta el fondo de mi corazón una expresión de romanticismo intenso, espiritual, como la que brillaba en sus ojos profundos. Esta peculiar expresión, que se graba en los labios, es el hechizo más poderoso que despierta mi interés por una mujer. Romántico y femenino son para mí términos equivalentes; y después de todo, lo que el hombre ama de veras en la mujer es simplemente su feminidad.
La magia de una bella forma de mujer, la nigromancia de la gracia femenina.
La cabeza rivalizaba en sus líneas con la Psiqué griega, y una toca de gaze aérienne, que me recordó el ventum textilem de Apuleyo.
Mis sentimientos diferían completamente de los que experimentara hasta entonces, aun en presencia de los parangones más célebres de hermosura femenina.
Comparada con su amiga, es como una bujía frente a la estrella vespertina... como una luciérnaga al lado de Antar.
Melville
Filósofos. Grado de apreciación en que los hombres tienen al sexo adorable, criterio justo sobre el grado de refinamiento de un pueblo.
Dulzura y transparencia femeninas.
Las nevadas alas de pequeñas aves inmaculadas semejantes a las dulces ideas del aire femenino.
Oír lamentaciones y alusiones de esposa vieja.
Darwin
Matrona romana, rasgo de noble amor a la libertad.
Por regla general, las hembras han sido menos modificadas que los machos.
Uniones precoces y esclavitud de las mujeres.
(La Feria de las Vanidades)
Ultima ratio, ultimo recurso que tienen las mujeres; las lágrimas, manifestación de la pena.
En presencia de la muerte, ese gobernante supremo, la coquetería de una mujer se asusta, y es difícil que sus celos atraviesen las fronteras de ese lúgubre reino. Ese sentimiento pertenece exclusivamente a la tierra y expira en el frío aire azul, que está más allá de nuestra esfera.
Ch. Brontë
El carácter femenino, en Poesía y Ficción, está hecho de sentimientos, sea para bien o para mal.
Paciente Griselda, modelo de la sumisión femenina, que describen Boccaccio y Chaucer.
Femenina y formal, refinado y clásico.
Calculadora previsión maternal.
A. Brontë
Expresión de maternal admiración.
Labores maternales.
(La inquilina de Wildfell Hall)
E. Brontë
La casa bajo el mando femenino había recuperado interiormente su aspecto confortable.
Stuart Mill
Lo que se llama la naturaleza de las mujeres es algo eminentemente artificial, consecuencia de una represión forzada y de un estímulo natural.
Un hombre puede desafiar la opinión publica; una mujer debe someterse a ella. Epígrafe de "Delphine", de Madame de Staël.
En Inglaterra, la alta sociedad ha otorgado a las mujeres unas facilidades semejantes al peculium del esclavo con el Derecho romano, por medio de contratos especiales en los que se deja de lado la ley, como los llamados de pin-money. Dinero para alfileres. En español se llamó alfiler a la cantidad que se da periódicamente a la mujer para el adorno de su persona.
Si las mujeres son mejores que los hombres en algo, será en su capacidad de sacrificio a favor de los miembros de su familia.
La igualdad de derechos mitigaría la abnegación exagerada, que es actualmente el ideal artificial del carácter femenino, y una mujer buena no sería más sacrificada que el mejor de los hombres; pero, por otra parte, con la igualdad de derechos, los hombres serían menos egoístas y más sacrificados que en la actualidad, pues no se les enseñaría el culto a su voluntad como cosa grandiosa, que hasta dicta la ley a otro ser racional.
La penetración vivaz del carácter, que es uno de los puntos reconocidos en que las mujeres son superiores a los hombres, acompañada de una cualificación, debe hacerlas más dotadas que los hombres para esa elección de agentes, que es casi la tarea más importante de cualquiera que tenga que gobernar a los seres humanos.
Cuando hablamos de la capacidad de percepción intuitiva de una mujer, estamos hablando de una visión rápida y correcta de los hechos presentes. Nadie ha percibido jamás por intuición una ley científica de la naturaleza, ni nadie ha llegado por intuición a una regla general de conducta o de prudencia. Estos frutos se alcanzan con un cultivo largo y cuidadoso, a base de comparar experiencias. Pero esa sagacidad intuitiva capacita especialmente a las mujeres para captar las verdades generales que pueden recoger por sus medios personales de observación. En consecuencia, cuando se da la circunstancia fortuita de que estas mujeres están familiarizadas con los resultados de las experiencias de otras personas, por medio de la lectura y la educación, entonces están mejor dotadas que los hombres del requisito esencial de la práctica hábil y afortunada. Esta sensibilidad ante lo presente es la cualidad de la que depende la capacidad para la práctica, a diferencia de la teoría. El descubrimiento de principios generales es propio de la facultad especulativa; discurrir y distinguir los casos particulares en que son aplicables o no estos principios constituye el talento práctico; y las mujeres tienen una aptitud peculiar.
Para los fines prácticos, desde los más elevados hasta los más humildes, la capacidad de pasar rápidamente de un asunto de reflexión a otro sin que pierda fuerza en el cambio el resorte activo del intelecto, es un poder valioso; y las mujeres poseen este poder en grado sumo, en virtud de ese carácter cambiante que se les achaca.
Ya en la época homérica, el aidós hacia las tróadas helkesipéplous (el respeto hacia las mujeres troyanas de largas túnicas) era un motivo reconocido y poderoso de los actos del gran Héctor.
La conversión de los anglosajones y la de los francos fue una labor iniciada por las esposas de Etelberto y Clodoveo.
El ideal caballeresco es la culminación de la influencia de los sentimientos de las mujeres sobre la cultura moral de la humanidad.
Algunos países han contenido de manera eficaz el aumento de la población debido a una costumbre muy primitiva con arreglo a la cual una joven no debía casarse mientras no hubiera hilado y tejido su amplio trousseau destinado a suplir sus menesteres a lo largo de su vida.
Idénticas razones que no hacen preciso que el pobre dependa del rico hacen igualmente innecesario que la mujer dependa del varón. Y lo menos que exige la justicia es que la ley y la costumbre no hagan forzosa esta dependencia (cuando la protección correlativa es ya superflua) decretando que una mujer que no haya heredado materiales de fortuna que le permitan vivir independiente no tenga casi ninguna posibilidad de obtener su subsistencia si no es como esposa o madre. Permitamos que adopten esta ocupación las mujeres que la prefieran; pero es una flagrante injusticia social que no haya otra opción posible, que no exista ninguna otra carrière para la gran mayoría de las mujeres si no es con las ocupaciones más humildes. La igualdad social y política de los dos sexos no es una cuestión de detalles económicos, sino la regla íntimamente unida con todos los puntos más vitales del perfeccionamiento humano, que ninguno puede estudiarse con independencia de aquel. Para nuestros fines instantáneos basta indicar entre las consecuencias probables de la independencia industrial y social de la mujer una gran disminución del mal de la sobrepoblación. Es verdaderamente vergonzoso que reinando una mujer no haya dado la ley ni un solo paso para hacer desaparecer ni la parte más pequeña de las injusticias que abruman a la mujer. La parte más brutal del populacho puede maltratar y matar a sus mujeres casi con completa impunidad.
La ley de Fitzroy para la Mejor Protección de la Mujer y del Niño es una tentativa intencionada, pero inadecuada para borrar el anterior reproche. La injusticia es más flagrante que nunca, ya que después se ha presentado otro programa de ley extendiendo el sufragio a muchas capas masculinas, pero abandonando a la mujer a su actual sumisión política y social. No pasará mucho tiempo sin que se examine que las ideas y las instituciones que han transformado el mero accidente del sexo como una desigualdad de derechos legales y una forzosa disparidad de actividades sociales son el mayor obstáculo al mejoramiento moral, social e intelectual.
Para mejorar la situación de la mujer la finalidad debería ser permitirles el libre acceso a los empleos industriales independientes y no cerrarles total o parcialmente los que tienen abiertos.
Las mujeres son por lo general, al menos según las presentes circunstancias sociales, de una versatilidad mucho mayor que la de los hombres y las ideas y experiencias de las mujeres han contribuido poco a formar las opiniones de la humanidad. Pocas mujeres abandonarían rechazar la idea de que la actividad es más vigorosa cuanto más prolongada y que falla su eficiencia durante algún tiempo al mudar de ocupación. La costumbre es causa de la diferencia. De cada diez hombres nueve tienen una ocupación especializada; de cada diez mujeres nueve tienen ocupaciones de carácter general que contienen numerosos detalles cada uno de los cuales precisa poco tiempo. Las mujeres practican el arte de pasar con rapidez de una operación manual o mental a otra y, por tanto, la transformación les cuesta muy poco esfuerzo o pérdida de tiempo. Pero algunas ocasiones se invierte la situación y los respectivos caracteres. Las mujeres no son menos eficientes que los hombres para las actividades uniformes de las fábricas o no se las emplearía de una manera general.
Cabet
Tributar a las mujeres una dignidad esmerada, respeto y homenaje, concentrar solicitud y dicha, trabajar incesantemente para agradarlas y hacerlas felices.
Eliot
Madre que ama con ternura.
Agitación femenina.
(El velo alzado)
Keller
Cada ama de casa da con el guiso un gusto especial a sus platos, que corresponde con su carácter.
Instituto, desde el siglo XVIII, denominación al uso para las escuelas femeninas.
El país de largos cabellos, las mujeres, es imprevisible, no es una consecuencia gratificante comprometerse con un buen consejo sin menester.
Símbolo de las viejas divinidades paganas de la luna, o comienzo femenino que trae luz a la noche del mundo.
Hawthorne
Las mujeres son más precavidas en sus casuales hospitalidades, que los hombres.
La desconfianza y la desaprobación de la gran masa social, atenaza las gargantas de las mujeres con manos de gigante.
Siendo apasionada, voluntariosa y dominadora, tenía un carácter ardiente y generoso, demostrando su riqueza por las simientes que florecían y que ahogaban las hierbas de la gracia. Extensas ventajas de su sexo.
La esfera ordinaria de la mujer semejaba ser más estrecha de lo que su desarrollo precisaba.
Gautier
Las mujeres saben llegar acertadamente.
Con un gracioso gesto de piedad femenina me pasó su pañuelo de batista por los ojos.
La réplica racional de un obstinado laconismo que las mujeres oponen a las preguntas embarazosas.
La inglesas no son sedentarias como las mujeres de otros países y aprovechan el menor pretexto para abandonar la isla.
Cuidado maternal.
La visión de una madre hace retroceder los leones.
Poe
El abandono femenino al amor.
Era lo que la gente califica una mujer fuera de común, capaz de arreglárselas en el mundo sin mi ayuda.
Nunca había penetrado hasta el fondo de mi corazón una expresión de romanticismo intenso, espiritual, como la que brillaba en sus ojos profundos. Esta peculiar expresión, que se graba en los labios, es el hechizo más poderoso que despierta mi interés por una mujer. Romántico y femenino son para mí términos equivalentes; y después de todo, lo que el hombre ama de veras en la mujer es simplemente su feminidad.
La magia de una bella forma de mujer, la nigromancia de la gracia femenina.
La cabeza rivalizaba en sus líneas con la Psiqué griega, y una toca de gaze aérienne, que me recordó el ventum textilem de Apuleyo.
Mis sentimientos diferían completamente de los que experimentara hasta entonces, aun en presencia de los parangones más célebres de hermosura femenina.
Comparada con su amiga, es como una bujía frente a la estrella vespertina... como una luciérnaga al lado de Antar.
Melville
Filósofos. Grado de apreciación en que los hombres tienen al sexo adorable, criterio justo sobre el grado de refinamiento de un pueblo.
Dulzura y transparencia femeninas.
Las nevadas alas de pequeñas aves inmaculadas semejantes a las dulces ideas del aire femenino.
Oír lamentaciones y alusiones de esposa vieja.
Darwin
Matrona romana, rasgo de noble amor a la libertad.
Por regla general, las hembras han sido menos modificadas que los machos.
Uniones precoces y esclavitud de las mujeres.
Spencer
A una consorte puede producir diversos sentimientos una reprensión marital; tristeza al haberla merecido; ira o desprecio si es justa la reprensión; simpatía por el sufrimiento conyugal que la reprensión manifiesta; dudas de la causa de aquella.
La idea de la aurora carece de esa claridad de contornos y de esa constancia relativa de la idea de un ser. Pero la Aurora es un nombre que se da a guisa de cumplido a una bella joven que llega a la edad de mujer.
Marx
Heroicas, nobles y abnegadas mujeres del pasado.
Engels
La gens de derecho materno (enunciada por Morgan) es hoy el eje alrededor del cual gira la Ciencia Prehistórica.
En cualquier parte donde exista el matrimonio por grupos, la descendencia sólo puede establecerse por la línea materna y, por consiguiente, sólo se reconoce la línea femenina.
Esclavitud doméstica franca, o más o menos disimulada de la mujer.
Hasta en los tiempos de los vikingos, cuando apareció la Völuspá, el recuerdo del matriarcado no había desaparecido en Escandinavia.
El salvaje, guerrero y cazador, se había conformado con ocupar en la casa el segundo lugar, después de la mujer. El pastor, más dulce, engreído de su riqueza, se puso en el primer lugar y relegó al segundo a la mujer.
(El origen de la Familia)
El año 1819, Owen obtiene la primera ley que limita la actividad profesional de las mujeres y niños de las fábricas.
(Anti-Dühring)
Marx
Heroicas, nobles y abnegadas mujeres del pasado.
Engels
La gens de derecho materno (enunciada por Morgan) es hoy el eje alrededor del cual gira la Ciencia Prehistórica.
En cualquier parte donde exista el matrimonio por grupos, la descendencia sólo puede establecerse por la línea materna y, por consiguiente, sólo se reconoce la línea femenina.
Esclavitud doméstica franca, o más o menos disimulada de la mujer.
Hasta en los tiempos de los vikingos, cuando apareció la Völuspá, el recuerdo del matriarcado no había desaparecido en Escandinavia.
El salvaje, guerrero y cazador, se había conformado con ocupar en la casa el segundo lugar, después de la mujer. El pastor, más dulce, engreído de su riqueza, se puso en el primer lugar y relegó al segundo a la mujer.
(El origen de la Familia)
El año 1819, Owen obtiene la primera ley que limita la actividad profesional de las mujeres y niños de las fábricas.
(Anti-Dühring)
Heine
Deliciosas mujeres, damas angélicas y damiselas suaves como sorbetes de vainilla.
Las mujeres, las jóvenes solteras como las casadas, se dan cuenta al instante cuando atraen la atención.
Las mujeres consiguen sobrepasar a los hombres con las artes de la coquetería, el halago y la delicadeza.
La sensualidad opulenta de las mujeres. Si se muestran demasiado fogosas con el amor romántico y saben poco de las grandes pasiones del corazón no es culpa suya, sino del Amor, que pone a su arco flechas amorosas y que tira con malicia o con torpeza demasiado fuerte, de forma que suele dar no al corazón, sino al estómago.
Son las bellas inglesas sanas, apetitosas, sólidas, consistentes, naturales y con todo excelentes como un buen bocado de la vieja Inglaterra, el roastbeef, el asado de carnero, el pudding con coñac ardiendo, las verduras cocidas con agua y luego añadidas dos salsas, una de las cuales es manteca derretida. Allí no sonríe ningún frikassée ni ilusiona ningún vol-au-vent ni siquiera un ragout ni coquetean esos manjares rellenos de mil maneras, cocidos, amontonados, fritos, endulzados, picantes, declamatorios y sentimentales que encontramos en un restaurante francés y que ofrecen una gran semejanza con las bellas francesas.
Con las francesas lo esencial es el gusto, la gracia y la elegancia.
El pastel de Italia grueso y dorado, de condimento pasional, adornado humorísticamente y, sin embargo, ideal y endeble representa por completo el carácter de las bellas italianas. Cuán a menudo añoro los stuffados y zampettis lombardos, los fregatellis, tagliarinis y broccolis de la amable Toscana. Todo nada con aceite, blando y tierno y llora con el olor de cebolla y la nostalgia.
Llevan pantalones de franela las bellas hijas de la acuática Holanda.
Femenina indignación.
La insensatez rige la conducta de las mujeres y la ingratitud sus reflexiones.
Emerson
La mujer alcanza las elevaciones morales e intelectuales de su marido.
Emerson
La mujer alcanza las elevaciones morales e intelectuales de su marido.
Carlyle
Las Amazonas de Dahomey, un grupo bélico, una patrulla femenina desde el siglo XVII.
Kubin
La histeria es una manifestación frecuente de las mujeres.
Knowles
Las mujeres son irreflexivas y a menudo se arrepienten después de lo que han hecho.
Leskov
No plantear actividades como una profesión, sino tomarlas a la petersburguesa, como una ley inexorable, según la cual la mujer no puede escapar de la miseria si no es al precio de su propia caída.
Tillier
La más caracterizada de las mujeres es la más amable y bella.
Dante Gabriel Rossetti
Leyenda talmúdica de Lilith, la primera mujer de Adán, que rehúsa obedecer a su marido y vive por el aire como un demonio destructor de hombres. Encarna el lado negativo del eterno femenino, de belleza irresistible y crueldad inmiseridorde.
Christina Rossetti
Dulzura femenina, una reserva digna y sin pretensiones.
Hebbel
El pudor de la mujer se refiere a su cuerpo.
Liermontov
Las mujeres saben contenerse en ocasiones.
Las mujeres del siglo XVIII no eran exigentes como nuestras bellezas de la capital. Eran otros tiempos y, por tanto, distintas las costumbres.
Solamente cuando ha perdido la ilusión pierde la mujer el pudor. Ese sentimiento incomprensible e innato, esa consciencia de la inviolabilidad de sus sagrados encantos.
(Vadim el Jorobado)
Las mujeres han perdido, en nuestra bárbara época, la mitad de su pasada influencia.
En las mujeres, las lágrimas son sus instrumentos de ataque y defensa. La irritación, la alegría, el odio y el amor sin ilusiones tienen en las mujeres una sola expresión.
Dama importante, que impone las leyes y que es juez de salones.
Las damas mal vestidas suelen ser más amables y condescendientes, lo cual no significa que deban vestir mal.
(La Princesa Ligovskaia)
Incluso cuando la mujer no quiere, no le agrada que se busque consuelo lejos.
Las mujeres perdonan siempre el mal que se hace a una mujer. Máxima de La Rochefoucauld.
(Cartas)
Dostoyevski
Señoritas que señorean los ánimos.
Corazón de mujer, sin un átomo de firmeza.
Ostrovski
Por si sus ojos no lo vieran, tienen las madres un corazón que adivina; con el corazón puede sentirlo.
Madre severa.
Las mujeres no tardan en olvidar
Respetar la delicadeza de la mujer, su sentido del pudor.
La mujer, una persona. La persona decide libremente de su suerte. La consideran un objeto. Los objetos pertenecen a los que los ganan, los objetos no pueden ofenderse. Todo objeto debe tener dueño. Cada objeto tiene su valor. De ser un objeto, el consuelo está en ser un objeto caro, muy caro.
Wagner
La más bella virtud de la mujer, la fidelidad eterna. Sagrado deber de la mujer, supremo mandamiento de la fidelidad.
Trollope
Verosímil instinto femenino.
Artillería femenina.
Si no fuese por la bondad femenina, que al ver nuestra falta de valor, hace que en ocasiones las mujeres desciendan de su inexpugnable fortaleza y nos ayuden a consumar su propia derrota, con demasiada frecuencia escaparían invictas, aunque no ilesas; sin ataduras para el cuerpo, pero con el corazón magullado.
Una madre indulgente.
El tacto y el talento de las mujeres.
En el corazón femenino, los dulces manantiales del amor vuelven a abrirse después de muchos años, derramando aguas muy puras, como en días lejanos.
La madre-dragón no se permite persuadir de la inocencia.
Una mujer puede comunicar mejor con un joven que cualquier viejo; puede saber sus costumbres y enterarse mejor de sus deseos.
Despertar dentro del pecho un ánimo de tigresa por mor del abandono y los abusos.
Con la astucia inconsciente de su género sabía que para una mujer la piedad era un encanto a los ojos del otro sexo.
Con un matrimonio morganático la mujer de capa inferior no obtiene el estatus del marido, ni los hijos pese a ser legítimos heredan el título y las posesiones del padre. Tales matrimonios nunca han sido legales en Inglaterra.
La intensa ferocidad de una tigresa.
No era el tipo de mujer que permitía que ningún miedo ni ninguna preocupación sobre el respeto que se le debía se pusieran delante de su camino cuando tenía un deber que cumplir.
La dureza de menester para mantener la regla, una dureza exclusivamente femenina y que rara vez se echa a faltar es un rasgo asombroso del carácter de las mujeres.
El mundo no se podía permitir el lujo de condenar al ostracismo a los hombres, pero afortunadamente podía sentenciar a las mujeres.
La autoridad afectuosa que puede ejercer una madre.
Debilidad y ternura femeninas.
Stifter
Con los corazones femeninos, según la leyenda, debía haber actuado verdaderas pérdidas de juicio.
De la amistad más elevada es digna la mujer.
El hermoso ángel como aparece generalmente el niño a la madre.
El suelo caliente del amor materno.
El alma activa, productiva, exigente de la madre fluía paulatinamente con el hijo. Esta alma se extendía.
Nietzsche
Entre los romanos, se imaginaba que una mujer sólo podía ser culpable de pecado mortal en dos casos. Por cometer adulterio y por beber vino. El viejo Catón pretendía que se había instaurado la costumbre de besarse entre los parientes, para controlar a las mujeres en este aspecto. Las mujeres del sur de Europa eran afectadas por el fenómeno orgiástico y dionisíaco, al que los romanos tenían como una monstruosidad extranjera, que sacudía los fundamentos de la sensibilidad romana.
(La Gaya Ciencia)
Ingenua y solemne actitud con la que en los más dignos cultos femeninos de Atenas, se acogía la presencia de los símbolos sexuales. El acto de la generación constituye el secreto de las religiones no ascéticas. Una especie de símbolo de la perfección y las pretensiones secretas del futuro. El volver a nacer, la eternidad.
(La voluntad de poderío)
Bachofen
El matriarcado no pertenece a ningún pueblo determinado, sino a un estadio que, como consecuencia de la semejanza y el carácter humanos, no puede depender de ser restringido por una identificación con algún pueblo en concreto y, finalmente, la semejanza de las manifestaciones aisladas debe tenerse menos en cuenta, que la armonía de la concepción original.
El matriarcado se desarrolla en un periodo cultural más primitivo que el sistema patriarcal. Las formas de vida ginecocráticas se muestran en aquellos pueblos que se oponen a los griegos como razas más primitivas; son un componente esencial de aquella costumbre originaria cuya fisonomía peculiar está íntimamente unida con el dominio de lo materno, como la del helenismo con la supremacía de lo patriarcal.
La izquierda pertenece a la potencia femenina enfermiza.
Ya los primitivos alineaban la preferencia de la noche y de la mano izquierda con el dominio del origen femenino.
Peculiaridad del periodo preferentemente matriarcal por la distinción de la luna ante el sol, de la tierra engendradora ante el mar fecundante, del oscuro lado mortal de la vida ante el luminoso de los que serán, del luto ante la alegría.
Matriarcado, fenómeno homogéneo.
Apreciar la existencia humana desde un punto de vista materno-telúrico y no paterno-uránico.
En el origen materno destaca la generalidad, no conoce ninguna restricción, como tampoco la vida de la Naturaleza.
De la maternidad que da a luz surge la hermandad general de todos los hombres, cuya autoconciencia y reconocimiento se hunde con la formación de la paternidad.
La familia matriarcal lleva aquel carácter típico-general con el que comienza todo desarrollo y que caracteriza la vida material frente la anímica superior.
El origen de la libertad y la igualdad generales, que encontramos como rasgo de la vida de los pueblos ginecocráticos. Ausencia de discordia, antipatía hacia la discordia.
Partiendo del matriarcado demetríaco-organizado, hemos avanzado en la experiencia de los aspectos hetaíricos y amazónicos de la primitiva vida de las mujeres.
Los licios toman el nombre a partir de la madre. Linaje matrilineal.
El matriarcado licio se remonta a Belerofonte como su fundador. La doble referencia, victoria y derrota, muestra el matriarcado en lucha con la Ley masculina. El amazonismo, la mayor degeneración de la Ley femenina, es destruido por el hijo de Sísifo, el campeón corintio. Igual que la Tierra, madre de las cosas, se enfrenta a Poseidón, la mujer mortal, terrenal, se opone a Belerofonte. Gé o Gyné o Gaia aparecen una al lado de la otra.
La mujer ocupa el lugar de la Tierra y prolonga la maternidad originaria de esta entre los mortales. El agua es el elemento fecundante. Cuando se mezcla con la materia terrestre femenina, en el oscuro fondo del seno materno se desarrolla el germen de la vida telúrica. Belerofonte y Poseidón buscan lograr la victoria para la Ley paterna. Pero la sal del agua, el contenido y el símbolo del poder masculino, debe propiciar la fecundación de la materia. La victoria sobre el poder inmaterial del varón sigue perteneciendo al origen material de la maternidad. La kteís femenina domina al phallus masculino, la Tierra al mar, las licias a Belerofonte.
Las hojas del árbol surgen simétricamente del tronco. En la concepción de la Ley materna, el padre tiene significado de sembrador, que cuando esparce la semilla en el surco, desaparece de nuevo. Lo engendrado pertenece a la materia materna, que lo cuida, le ha dado el ser y lo alimenta. Esta madre representa la tierra, cuyo lugar ocupa la mujer terrenal con la sucesión de madres e hijas.
La Ley materna no diferencia al varón del resto de la creación telúrica y al igual que las plantas y los animales, lo juzga sólo a partir de la materia de la que él manifiestamente procede. La Ley materna pertenece a la materia y a un nivel teológico, que sólo experimenta la vida corpórea, por lo que como Belerofonte, llora desesperadamente la eterna decadencia de todo lo creado.
El matriarcado es el Apolo licio, que tiene como madre a Latona, que gobierna en el fondo del pantano y sólo los mortales, seis lunas de invierno permanecen en su país de origen.
La familia es un puro concepto físico, por lo que sólo está vigente en la Ley materna. El padre es una ficción jurídica y la madre un hecho físico. La Ley materna es natura verum, mientras el padre es meramente iure civile, como expone Plauto.
La mujer porta la ley penetrada por la materia. De forma inconsciente, la justicia habla por su boca. Antonoe, Diskaia, Fauna o Fatua, la profetisa que anuncia el Fatum, la Sibila, Marta, Phaenmis, Temis. Por eso, las mujeres pasan por ser invulnerables, detentadoras de la judicatura, fuentes de la profecía
En la cumbre de la vida telúrica está el origen femenino, la Gran Madre, que los licios llaman Lada, idéntica a Latona, Lara, Lasa o Lala.
Los romanos son Quirites por filiación materna. Todos proceden de madres sabinas. En la expresión populus Romanus Quiritium, aparecen unidos los dos aspectos. Populus Romanus señala el conjunto que tuvo a Rómulo por autor y Quirites el fondo material. A este aspecto material-maternal pertenece Numa, el soberano sabino.
Las grandes Madres de la Naturaleza llevan una doble existencia, como tierra y luna. Esta es material como aquella, una oyramé o aitherie gé. De esa manera resplandecen Atenea, Artemis, Afrodita, como brillantes estrellas en el cielo nocturno húmedo, fecundante. Helena e Ifigenia fueron llevadas a la luna.
Hýle, la materia, corresponde a la madre.
Estrabón. Ginecocracia de los cántabros, exclusiva ley hereditaria de las hijas. Dote nupcial de los hermanos por las hermanas.
El aspecto realzado por Humboldt de los grandes montones de piedras a lo largo de las fronteras de Galicia. Se deben a que cada uno que sale o regresa, debe añadir una piedra. El sentido original de esta costumbre, que recuerda el campus lapideus de Liguria, está en el concepto materno-telúrico de la generación humana, en referencia con el lanzamiento de la piedra de Pirra. Todo hijo de una madre es una piedra lanzada hacia atrás, el pueblo materno dominado por la idea de la cuenta adicional. Su imagen es un montón de piedras, que cada uno que se va o fallece, aumenta en un numerius.
En la historia del valle de St. Savin, en el Lavedan, la ley de sufragio de las mujeres en las asambleas publicas se atestigua y es concebible el año 1316.
Fromentin
Con la madurez y la dignidad, fruto del sentimiento asumido del papel maternal que desempeñaba.
Hay entre las mujeres respetables una solidaridad instintiva de derechos de honor y de virtudes.
(Dominique)
Tylor
La costumbre de la sucesión por la línea femenina, común entre las razas inferiores.
En tiempos de Hipócrates, la emisión de réplicas oraculares por la ventriloquía, era practicada por mujeres como una profesión.
Las matronas subían a la montaña, vestidas con sus estolas, con sus pies desnudos y los cabellos sueltos y las mentes puras y rogaban a Júpiter que mandase agua. Entonces, de repente, llovía a cántaros y volvían a sus hogares mojadas como ratones ahogados.
Daudet
Mujer de seso.
(La Bella Nivernesa)
La sinvergonzonería de las mujeres.
Maternales consejos.
Esa ternura amedrentada de la mujer, cuya emoción de tristeza o alegría la acerca al que ama.
La mujer tiene el exclusivismo del amor, el olvido y la indiferencia de todo lo que no sea su pasión absorbente.
Kubin
La histeria es una manifestación frecuente de las mujeres.
Knowles
Las mujeres son irreflexivas y a menudo se arrepienten después de lo que han hecho.
Leskov
No plantear actividades como una profesión, sino tomarlas a la petersburguesa, como una ley inexorable, según la cual la mujer no puede escapar de la miseria si no es al precio de su propia caída.
Tillier
La más caracterizada de las mujeres es la más amable y bella.
Dante Gabriel Rossetti
Leyenda talmúdica de Lilith, la primera mujer de Adán, que rehúsa obedecer a su marido y vive por el aire como un demonio destructor de hombres. Encarna el lado negativo del eterno femenino, de belleza irresistible y crueldad inmiseridorde.
Christina Rossetti
Dulzura femenina, una reserva digna y sin pretensiones.
Hebbel
El pudor de la mujer se refiere a su cuerpo.
Liermontov
Las mujeres saben contenerse en ocasiones.
Las mujeres del siglo XVIII no eran exigentes como nuestras bellezas de la capital. Eran otros tiempos y, por tanto, distintas las costumbres.
Solamente cuando ha perdido la ilusión pierde la mujer el pudor. Ese sentimiento incomprensible e innato, esa consciencia de la inviolabilidad de sus sagrados encantos.
(Vadim el Jorobado)
Las mujeres han perdido, en nuestra bárbara época, la mitad de su pasada influencia.
En las mujeres, las lágrimas son sus instrumentos de ataque y defensa. La irritación, la alegría, el odio y el amor sin ilusiones tienen en las mujeres una sola expresión.
Dama importante, que impone las leyes y que es juez de salones.
Las damas mal vestidas suelen ser más amables y condescendientes, lo cual no significa que deban vestir mal.
(La Princesa Ligovskaia)
Incluso cuando la mujer no quiere, no le agrada que se busque consuelo lejos.
Las mujeres perdonan siempre el mal que se hace a una mujer. Máxima de La Rochefoucauld.
(Cartas)
Dostoyevski
Señoritas que señorean los ánimos.
Corazón de mujer, sin un átomo de firmeza.
Por si sus ojos no lo vieran, tienen las madres un corazón que adivina; con el corazón puede sentirlo.
Madre severa.
Las mujeres no tardan en olvidar
Respetar la delicadeza de la mujer, su sentido del pudor.
La mujer, una persona. La persona decide libremente de su suerte. La consideran un objeto. Los objetos pertenecen a los que los ganan, los objetos no pueden ofenderse. Todo objeto debe tener dueño. Cada objeto tiene su valor. De ser un objeto, el consuelo está en ser un objeto caro, muy caro.
Wagner
La más bella virtud de la mujer, la fidelidad eterna. Sagrado deber de la mujer, supremo mandamiento de la fidelidad.
Trollope
Verosímil instinto femenino.
Artillería femenina.
Si no fuese por la bondad femenina, que al ver nuestra falta de valor, hace que en ocasiones las mujeres desciendan de su inexpugnable fortaleza y nos ayuden a consumar su propia derrota, con demasiada frecuencia escaparían invictas, aunque no ilesas; sin ataduras para el cuerpo, pero con el corazón magullado.
Una madre indulgente.
El tacto y el talento de las mujeres.
En el corazón femenino, los dulces manantiales del amor vuelven a abrirse después de muchos años, derramando aguas muy puras, como en días lejanos.
La madre-dragón no se permite persuadir de la inocencia.
Una mujer puede comunicar mejor con un joven que cualquier viejo; puede saber sus costumbres y enterarse mejor de sus deseos.
Despertar dentro del pecho un ánimo de tigresa por mor del abandono y los abusos.
Con la astucia inconsciente de su género sabía que para una mujer la piedad era un encanto a los ojos del otro sexo.
Con un matrimonio morganático la mujer de capa inferior no obtiene el estatus del marido, ni los hijos pese a ser legítimos heredan el título y las posesiones del padre. Tales matrimonios nunca han sido legales en Inglaterra.
La intensa ferocidad de una tigresa.
No era el tipo de mujer que permitía que ningún miedo ni ninguna preocupación sobre el respeto que se le debía se pusieran delante de su camino cuando tenía un deber que cumplir.
La dureza de menester para mantener la regla, una dureza exclusivamente femenina y que rara vez se echa a faltar es un rasgo asombroso del carácter de las mujeres.
El mundo no se podía permitir el lujo de condenar al ostracismo a los hombres, pero afortunadamente podía sentenciar a las mujeres.
La autoridad afectuosa que puede ejercer una madre.
Debilidad y ternura femeninas.
Stifter
Con los corazones femeninos, según la leyenda, debía haber actuado verdaderas pérdidas de juicio.
De la amistad más elevada es digna la mujer.
El hermoso ángel como aparece generalmente el niño a la madre.
El suelo caliente del amor materno.
El alma activa, productiva, exigente de la madre fluía paulatinamente con el hijo. Esta alma se extendía.
Nietzsche
Entre los romanos, se imaginaba que una mujer sólo podía ser culpable de pecado mortal en dos casos. Por cometer adulterio y por beber vino. El viejo Catón pretendía que se había instaurado la costumbre de besarse entre los parientes, para controlar a las mujeres en este aspecto. Las mujeres del sur de Europa eran afectadas por el fenómeno orgiástico y dionisíaco, al que los romanos tenían como una monstruosidad extranjera, que sacudía los fundamentos de la sensibilidad romana.
(La Gaya Ciencia)
Ingenua y solemne actitud con la que en los más dignos cultos femeninos de Atenas, se acogía la presencia de los símbolos sexuales. El acto de la generación constituye el secreto de las religiones no ascéticas. Una especie de símbolo de la perfección y las pretensiones secretas del futuro. El volver a nacer, la eternidad.
(La voluntad de poderío)
Bachofen
El matriarcado no pertenece a ningún pueblo determinado, sino a un estadio que, como consecuencia de la semejanza y el carácter humanos, no puede depender de ser restringido por una identificación con algún pueblo en concreto y, finalmente, la semejanza de las manifestaciones aisladas debe tenerse menos en cuenta, que la armonía de la concepción original.
El matriarcado se desarrolla en un periodo cultural más primitivo que el sistema patriarcal. Las formas de vida ginecocráticas se muestran en aquellos pueblos que se oponen a los griegos como razas más primitivas; son un componente esencial de aquella costumbre originaria cuya fisonomía peculiar está íntimamente unida con el dominio de lo materno, como la del helenismo con la supremacía de lo patriarcal.
La izquierda pertenece a la potencia femenina enfermiza.
Ya los primitivos alineaban la preferencia de la noche y de la mano izquierda con el dominio del origen femenino.
Peculiaridad del periodo preferentemente matriarcal por la distinción de la luna ante el sol, de la tierra engendradora ante el mar fecundante, del oscuro lado mortal de la vida ante el luminoso de los que serán, del luto ante la alegría.
Matriarcado, fenómeno homogéneo.
Apreciar la existencia humana desde un punto de vista materno-telúrico y no paterno-uránico.
En el origen materno destaca la generalidad, no conoce ninguna restricción, como tampoco la vida de la Naturaleza.
De la maternidad que da a luz surge la hermandad general de todos los hombres, cuya autoconciencia y reconocimiento se hunde con la formación de la paternidad.
La familia matriarcal lleva aquel carácter típico-general con el que comienza todo desarrollo y que caracteriza la vida material frente la anímica superior.
El origen de la libertad y la igualdad generales, que encontramos como rasgo de la vida de los pueblos ginecocráticos. Ausencia de discordia, antipatía hacia la discordia.
Partiendo del matriarcado demetríaco-organizado, hemos avanzado en la experiencia de los aspectos hetaíricos y amazónicos de la primitiva vida de las mujeres.
Los licios toman el nombre a partir de la madre. Linaje matrilineal.
El matriarcado licio se remonta a Belerofonte como su fundador. La doble referencia, victoria y derrota, muestra el matriarcado en lucha con la Ley masculina. El amazonismo, la mayor degeneración de la Ley femenina, es destruido por el hijo de Sísifo, el campeón corintio. Igual que la Tierra, madre de las cosas, se enfrenta a Poseidón, la mujer mortal, terrenal, se opone a Belerofonte. Gé o Gyné o Gaia aparecen una al lado de la otra.
La mujer ocupa el lugar de la Tierra y prolonga la maternidad originaria de esta entre los mortales. El agua es el elemento fecundante. Cuando se mezcla con la materia terrestre femenina, en el oscuro fondo del seno materno se desarrolla el germen de la vida telúrica. Belerofonte y Poseidón buscan lograr la victoria para la Ley paterna. Pero la sal del agua, el contenido y el símbolo del poder masculino, debe propiciar la fecundación de la materia. La victoria sobre el poder inmaterial del varón sigue perteneciendo al origen material de la maternidad. La kteís femenina domina al phallus masculino, la Tierra al mar, las licias a Belerofonte.
Las hojas del árbol surgen simétricamente del tronco. En la concepción de la Ley materna, el padre tiene significado de sembrador, que cuando esparce la semilla en el surco, desaparece de nuevo. Lo engendrado pertenece a la materia materna, que lo cuida, le ha dado el ser y lo alimenta. Esta madre representa la tierra, cuyo lugar ocupa la mujer terrenal con la sucesión de madres e hijas.
La Ley materna no diferencia al varón del resto de la creación telúrica y al igual que las plantas y los animales, lo juzga sólo a partir de la materia de la que él manifiestamente procede. La Ley materna pertenece a la materia y a un nivel teológico, que sólo experimenta la vida corpórea, por lo que como Belerofonte, llora desesperadamente la eterna decadencia de todo lo creado.
El matriarcado es el Apolo licio, que tiene como madre a Latona, que gobierna en el fondo del pantano y sólo los mortales, seis lunas de invierno permanecen en su país de origen.
La familia es un puro concepto físico, por lo que sólo está vigente en la Ley materna. El padre es una ficción jurídica y la madre un hecho físico. La Ley materna es natura verum, mientras el padre es meramente iure civile, como expone Plauto.
La mujer porta la ley penetrada por la materia. De forma inconsciente, la justicia habla por su boca. Antonoe, Diskaia, Fauna o Fatua, la profetisa que anuncia el Fatum, la Sibila, Marta, Phaenmis, Temis. Por eso, las mujeres pasan por ser invulnerables, detentadoras de la judicatura, fuentes de la profecía
En la cumbre de la vida telúrica está el origen femenino, la Gran Madre, que los licios llaman Lada, idéntica a Latona, Lara, Lasa o Lala.
Los romanos son Quirites por filiación materna. Todos proceden de madres sabinas. En la expresión populus Romanus Quiritium, aparecen unidos los dos aspectos. Populus Romanus señala el conjunto que tuvo a Rómulo por autor y Quirites el fondo material. A este aspecto material-maternal pertenece Numa, el soberano sabino.
Las grandes Madres de la Naturaleza llevan una doble existencia, como tierra y luna. Esta es material como aquella, una oyramé o aitherie gé. De esa manera resplandecen Atenea, Artemis, Afrodita, como brillantes estrellas en el cielo nocturno húmedo, fecundante. Helena e Ifigenia fueron llevadas a la luna.
Hýle, la materia, corresponde a la madre.
Estrabón. Ginecocracia de los cántabros, exclusiva ley hereditaria de las hijas. Dote nupcial de los hermanos por las hermanas.
El aspecto realzado por Humboldt de los grandes montones de piedras a lo largo de las fronteras de Galicia. Se deben a que cada uno que sale o regresa, debe añadir una piedra. El sentido original de esta costumbre, que recuerda el campus lapideus de Liguria, está en el concepto materno-telúrico de la generación humana, en referencia con el lanzamiento de la piedra de Pirra. Todo hijo de una madre es una piedra lanzada hacia atrás, el pueblo materno dominado por la idea de la cuenta adicional. Su imagen es un montón de piedras, que cada uno que se va o fallece, aumenta en un numerius.
En la historia del valle de St. Savin, en el Lavedan, la ley de sufragio de las mujeres en las asambleas publicas se atestigua y es concebible el año 1316.
Fromentin
Con la madurez y la dignidad, fruto del sentimiento asumido del papel maternal que desempeñaba.
Hay entre las mujeres respetables una solidaridad instintiva de derechos de honor y de virtudes.
(Dominique)
Tylor
La costumbre de la sucesión por la línea femenina, común entre las razas inferiores.
En tiempos de Hipócrates, la emisión de réplicas oraculares por la ventriloquía, era practicada por mujeres como una profesión.
Las matronas subían a la montaña, vestidas con sus estolas, con sus pies desnudos y los cabellos sueltos y las mentes puras y rogaban a Júpiter que mandase agua. Entonces, de repente, llovía a cántaros y volvían a sus hogares mojadas como ratones ahogados.
Daudet
Mujer de seso.
(La Bella Nivernesa)
La sinvergonzonería de las mujeres.
Maternales consejos.
Esa ternura amedrentada de la mujer, cuya emoción de tristeza o alegría la acerca al que ama.
La mujer tiene el exclusivismo del amor, el olvido y la indiferencia de todo lo que no sea su pasión absorbente.
Rundle Charles
La querida, paciente, amorosa madre.
El horror de caer de los brazos amorosos de nuestra madre al frío y la oscuridad para temblar y gemir allí y no pertenecer a nadie.
Las mujeres tienen una fuerza con el sacrificio propio y una alegría misteriosa.
La mente femenina ansiosa y excitable.
Las mujeres tímidas y ansiosas.
Boucicault
Cuando veo una mujer con problemas siento ganas de vender la piel de mi espalda.
Un volante escrito con letra clara pero femenina.
Una dama elegante nunca se aventura con el aire de la mañana, es puramente postprandial y sagrada.
La actitud decaída encantadora, femenina, pero triste.
Luchaba internamente con esa compostura decente que algunas ocasiones distingue la dama de la simple mujer.
Como mujer había tomado cuidadosamente una copia de su consejo antes de desecharlo con desdén.
No había tiempo para escribir y las damas no usan el telegrama.
Las mujeres duran más que los hombres bajo las privaciones.
La fortaleza paciente de una mujer la hizo superior a un valiente.
Los impulsos inspirados del sexo femenino.
Voz tierna y plateada femenina.
Sus vagos temores la dominaron completamente. Entonces recurrió a una estratagema propia de su sexo; se escondió del peligro, cubrió la cara y quedó temblando y deseando el día.
La retuvo un sentimiento femenino fuerte como su amor a la vida.
Las mejores mujeres tienen la vanidad natural de dar como sentado el dominio que asumen sobre la existencia que se les somete.
Souvent femme vane. A menudo la mujer es vana.
La profunda sensación de flores que pertenece a la verdadera mujer.
Una mujer dulce, amorosa y apegada.
La mente femenina desdeñando lo demás de la explicación.
La desafortunada inquietud a la que el sexo femenino está particularmente sujeto los momentos extraños.
La forma femenina menos directa.
Las mujeres han amado desinteresadamente.
Flexible como una mujer.
El sexo y sus atributos habían sido una gran desventaja.
Con justicia femenina responsabilizaba de todos los actos cometidos dentro de su casa.
Sonreir maternalmente.
Había comenzado a reunir esas lágrimas que debilitan a una mujer.
El débil deseo de una mujer de provocar una distracción momentánea, de aplazar lo inevitable cinco minutos.
El ingenio de una mujer.
La fuente y el agua, como elemento asociado a la mujer, suele tener un valor simbólico, que significa a la vez un peligro y una salvación.
Zola
Tranquilo cinismo que gusta a las mujeres.
Blandura de mujer clorótica.
Risas claras de mujer.
Perspicaz mirada de mujer, que no se equivoca.
Autoridad inquieta de una madre.
La tentación aguda, el ataque de locura nacido del deseo, que chiflaba a las mujeres.
Desdén habitual propio de una mujer.
Fino y delicado instinto de mujer.
Torcido como una paja por el eterno femenino.
Sosegadas razones de una mujer práctica.
Grito furioso y triunfal de las madres.
Morgan
En la gens, el linaje se circunscribía en la tendencia femenina. Incluía las personas que derivasen su descendencia de un supuesto antepasado femenino común, a través de las mujeres, cuyo testimonio consistía en la posesión de un nombre gentilicio común. Incluiría esta antepasada y sus hijos, los hijos de las hijas y los hijos de sus descendientes femeninos. Tal era la gens en su forma arcaica, cuando no se podía precisar la paternidad de los niños, y su maternidad ofrecía el criterio cierto de descendencia.
Bachofen ha reunido y discutido los testimonios de autoridad femenina (derecho materno) y de gobierno femenino (gyneocracia) entre los licios, cretenses, atenienses, lemnios, egipcios, orchomenios, locrios, lesbios mantineos.
Hipótesis de que la descendencia por sucesión femenina fue la primitiva ley de las gentes latinas, griegas y grecoitalianas.
En Roma, la mujer en su calidad de mater familias era el ama de la familia. Salía a la calle libremente y sin restricciones de parte de su marido y frecuentaba con los varones los teatros, banquetes y festivales. Dentro de la casa no estaba excluida de la mesa de los hombres. Expone Plutarco, que después de la paz con los sabinos, realizada por el esfuerzo de las mujeres sabinas, fueron conferidas ventajas honrosas. Los hombres debían cederles el paso en la calle, no debían proferir palabras obscenas en su presencia ni presentarse desnudos. Sin embargo, el matrimonio colocaba a la esposa bajo la dependencia de su marido (in manum viri), aparentemente por la noción de que debía seguir bajo sujeción una vez que se había emancipado de la autoridad paterna. El marido cuidaba a su esposa como a una hija y no como a su igual. Tenía autoridad para castigarla y derechos de vida y muerte en caso de adulterio; pero el ejercicio de estos estaban sujetos al consejo de la gens de la mujer.
Villiers de L´Isle Adam
Mujer de ánimo excepcional y de influencia extraordinaria. Oculta su alma y talento con inviolable talento. Grado en que posee la intuición de las fisonomías.
Butler
Su talle era vigoroso, en cuanto es compatible con la belleza femenina y sin franquear los límites.
Un programa que genera mucha polémica, los derechos de la mujer en Inglaterra.
Bellamy
Un ideal femenino de la Abundancia con su cornucopia.
Las vidas enojadas y subdesarrolladas de las mujeres atrofiadas con el matrimonio, su estrecho horizonte limitado con las cuatro paredes del hogar y moralmente con un pequeño círculo de atractivos personales.
Kropotkin
La actividad doméstica, que hoy la sociedad descarga sobre el chivo expiatorio de la humanidad, la mujer.
Es misión del poder político que la Iglesia confunde el cerebro de la mujer.
Mujeres españolas, las cuales en un levantamiento han presentado el pecho a las bayonetas de los soldados opresores.
Se reunían bajo una lluvia de balas las mujeres de París, para animar a los hombres durante la Comuna y estimular su valor.
Rimbaud
El sueño maternal es el tapiz mullido,
que a los niños arropa en cotonoso nido.
La mujer
a fin de que nuestra alma pudiese enaltecer,
iluminando al hombre, siendo del amor guía,
de la cárcel terrestre a la beldad del día.
Lagerlöf
Más dura fue la lucha contra las mujeres de los tiempos pasados. Las fuerzas vitales eran más poderosas que sus esbeltos cuerpos.
Chambers
La letra larga y estilizada de una mujer educada en un convento francés.
Le Roy
Antaño existían formas diferentes de colocar el pañuelo. Las jóvenes permitían que una punta colgara por detrás, sobre el cogote, como para pescar un marido; las mujeres orgullosas de tener un esposo situaban esa punta sobre la oreja, hacia delante, mientras que las pobres viudas la ocultaban bajo su peinado, desoladas por su viudedad.
Genet
Las mujeres de 1910 llevaban manguito, sombrilla y vestido de polisón.
Proverbio. Cuando una mujer llora, un hombre pierde una parte de su corazón.
Kropotkin
La actividad doméstica, que hoy la sociedad descarga sobre el chivo expiatorio de la humanidad, la mujer.
Es misión del poder político que la Iglesia confunde el cerebro de la mujer.
Mujeres españolas, las cuales en un levantamiento han presentado el pecho a las bayonetas de los soldados opresores.
Se reunían bajo una lluvia de balas las mujeres de París, para animar a los hombres durante la Comuna y estimular su valor.
Rimbaud
El sueño maternal es el tapiz mullido,
que a los niños arropa en cotonoso nido.
La mujer
a fin de que nuestra alma pudiese enaltecer,
iluminando al hombre, siendo del amor guía,
de la cárcel terrestre a la beldad del día.
Lagerlöf
Más dura fue la lucha contra las mujeres de los tiempos pasados. Las fuerzas vitales eran más poderosas que sus esbeltos cuerpos.
Chambers
La letra larga y estilizada de una mujer educada en un convento francés.
Le Roy
Antaño existían formas diferentes de colocar el pañuelo. Las jóvenes permitían que una punta colgara por detrás, sobre el cogote, como para pescar un marido; las mujeres orgullosas de tener un esposo situaban esa punta sobre la oreja, hacia delante, mientras que las pobres viudas la ocultaban bajo su peinado, desoladas por su viudedad.
Genet
Las mujeres de 1910 llevaban manguito, sombrilla y vestido de polisón.
Proverbio. Cuando una mujer llora, un hombre pierde una parte de su corazón.
Ana Caterina
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