sábado, 6 de noviembre de 2010

DIAMANTES







Diamantes. Piedras prodigiosas. Diamante espléndido y durísimo, facetado y transparente.
En la imaginación medieval, la Fortaleza del Amor, posee una espléndida puerta de piedras de diamantes, con letras inscritas y esculpidas. Y las torres son de pórfido y diamante.
En el diamante no es posible podredumbre alguna. Se encuentran sólo en las tinieblas de la tierra. Habrá que tener en cuenta también los diamantes de río. Virgen y puro diamante, no tocado por la mano del lapidario, y que sale de la mina, donde ha madurado bajo las miradas del sol. El diamante es sólo carbón.
Las cosas que tienen un gran uso, poseen poco o ningún valor. Ocurre con el agua y el diamante.
El diamante, aunque es pequeño, vale diez mil lo que el granito.
En el Viejo Amsterdam, hacen su oficio los tallistas de diamantes. Una profesión es corredor de diamantes.
Diamantes de 9, 11, 13´5 y 17 kilates, sin tallar, piedras y piezas.
Diamante incrustado en su ganga.
Balzac revela el irradiar un diamante, la transparencia de un vasto diamante.
Diamante reconstruido. El procedimiento consiste en someter el polvo de diamante a una temperatura enorme, con objeto de fundirlo y, después, reconstruirlo en una sola pieza.
Parure de diamantes. Juego de diamantes, en conjunto con el vestido, popularizado en el siglo XVII.
Perforadoras de diamantes.
Voluntad de diamante.


Las minas de diamantes
El joyero Tavernier visitó las minas de Golconda y Visiapour, en Oriente.
Minas de Pannah o Punnah, las más antiguas conocidas de India. Son las Pannassa de Tolomeo.
Un descubrimiento había conmovido los dos Estados independientes y los bóers de Orange y del Transvaal. Alrededor de Kimberley y Criqualand, había oro y diamantes.


Los colores de los diamantes

Diamante negro, diamante azul, diamante coloreado.

Balzac
Diamante blanco.

Beecher Stowe
Diamante negro.

D´Aurevilly
Según una leyenda de los Urales, un famoso y fabuloso diamante, primero es rosa, luego se pone negro, pero sigue siendo un diamante, más brillante aún, negro que rosa.

Charteris
Diamante azul de Ullsteinbach, regalo de boda de Francisco José al archiduque Miguel de Presc, radiación de llama azul.


Diamantes célebres

Edgeworth
El diamante Pigot.

Hugo
El Sancy perteneció a Harlay de Sancy. Pesa ciento seis quilates. Famoso diamante, desde fines del siglo XVII, hasta 1835, formó parte de la corona de Francia.

Dumas
Gran traición de Enrique III a su primo Condé, seduciendo a su mujer. Aceptó el trono de Polonia. Los polacos le habían nombrado rey, y los abandonó, llevándose los diamantes de la corona.

Macauley
El abuelo de Pitt fue gobernador de Madrás, y trajo de India aquel célebre diamante, que el regente de Orleans, por consejo de Saint-Simon, compró por más de dos millones de libras, y que es considerado como la más preciosa de las joyas de la corona de Francia.

Ainsworth
Claro y grande diamante de Giamschid.

Heine
Los diamantes de la corona inglesa.

Ruskin
El diamante de Golconda puede endurecer las carcasas del corcel y brillar en el turbante de la esclava.

Proust
Regente. Uno de los diamantes más célebres.

Wren
El diamante Esperanza.

Rousselet
Tesoro de los Guicowars. Estrella del Sur, Estrella de Dresde, diamantes de tamaño considerable.

Yourcenar
Adriano puso a Trajano en el dedo, el anillo de diamantes que había recibido de Nerva, prenda de la sucesión al poder.


Smith
Jean Baptiste Tavernier, "Viajes por Oriente", 1670, visitó la corte del soberano mongol Aurangzeb. Pesó la piedra del brillante Gran Mogol y la etiquetó con 280 quilates, gema de un brillo extraordinario y un color claro y luminoso como <<la gran estrella del Norte que resplandece en el cielo>>. Joya obtenida de las minas de Golconda, la piedra bruta había registrado un peso de 787 quilates. La talla era una típica roseta redonda, pero no simétrica, ligeramente más alta en un lado. No ha sido encontrada. Suponen que era el Koh-i-noor o el Orloff. Cuando Nadir, Sha de Persia, entró en la India el año 1739 y capturó Delhi, se contentó con un nutrido botín que incluía el Koh-i-noor y el trono del Sha Yehan con forma de pavo real.


Preston
Diamante Blue Mandarin.

El diamante Pigot.


Estratón de Lampsaco.  Teoría del aire como elemento, doctrina de los espacios vacíos, excepción del diamante.

Apolonio de Rodas
El corazón hecho de diamante.
Hefesto forjó un arado de diamante inflexible de una sola pieza como agradecimiento a Helios quien lo había recogido en su carro cuando se desmayó tras la lucha flegrea (la lucha de los dioses y los gigantes).

Lucrecio
Deben los cuerpos duros y compactos tener unos orígenes más corvados, unidos y enlazados cuales son los diamantes que se burlan de golpes repetidos, el duro pedernal, el fuerte hierro y los bronces rechinantes de los quicios.

Ovidio
Firme diamante.
(Ariadna a Teseo) De un pedernal trajiste, de un diamante forjado el pecho: / ¿Cómo la flecha de un monstruo frente a ti fuera bastante?
Activo y fuerte diamante.
Verás el edificio peregrino de el Ilión y el muro cuyo asiento es fuerte, es eternal, es diamantino.
Tendré de hierro y de diamante el pecho si esa gran voluntad y amor del tuyo no acepto o como ingrata lo desecho.
Ni mis dedos adorno como amante por demostrar que un disfavor me agravia con el rubí, crisólito o diamante.

Amiano Marcelino
Pueblos del Ponto, los ixomatas, maeotas, yaziges, roxolanos, alanos, melanclenos, gelones, agatirsos, dentro de cuyo territorio hay gran abundancia de diamantes.

Von Eschenbach
El yelmo de Isenhart estaba hecho de un diamante grande y duro, un buen compañero para el combate.
Un caballero había echado sangre de macho cabrío en una larga redoma, que rompió sobre el diamante, y este quedó más blando que una esponja.

Salisbury
Que tu semblante sea más duro que el diamante y que tu piel aguante el fuego para que las palabras no puedan sonrojarte.

De Rémi
Esmeraldas, brillantes, zafiros, rubíes, jacintos y diamantes eran los florones que adornaban la diadema.

"Véltandro y Crisantza"
Espléndida puerta de piedras de diamante. Letras inscritas, esculpidas. Fortaleza del Amor.

Sir Gawain y el Caballero Verde
Una costosa diadema engastada con diamantes que refulgían con vivos destellos.

Mandeville
Encima de las rocas de la India crecen los buenos diamantes que semejan de muy bello color de cristal y azur. Otros tienen un maravilloso color como de aceite y son duros y fuertes. Pueden cortar acero y cobre muy ligeramente. Los mejores se hallan donde hay una mena de oro. Algunos son del grueso de una haba. Y los más gruesos como una nuez o una agalla y todos nacen cuadrados y agudos y los llaman los de las Indias amans. Y con el rocío del cielo engrosa el diamante. Todo diamante se debe llevar a la parte siniestra porque la fuerza de su nacimiento está a la parte de tramontana. 
El diamante da a aquel que lo lleva osadía y proeza y guarda los miembros del cuerpo enteramente y da la victoria de los enemigos de la guerra y del pleito si su causa es justa, mantiene el seso y guarda del encantamiento y los malos signos, de las visiones y el mal ánimo. Ninguna bestia salvaje osará acometer la persona que dicha piedra llevare.
El diamante debe ser dado sin codicia y sin compra y entonces hace más fuerte y firme frente los enemigos y guarda de todo lunático. Hay diamantes indianos que son balajes y más brunos que violas y son más duros y preciosos. Unos son de dos caras, otros de tres y otros de cuatro caras. 
Los diamantes son cortados con un zafiro, cristal o acero. Después se toma la piedra de los marineros llamada calamida y si el diamante es bueno y verdadero no habrá poder de tirar de la aguja hasta que el diamante sea quitado.

Petrarca

Y al corazón heladas reflexiones
hicieron durísimo diamante
que ablandar no podía el cruel afecto.

Logrará deshacer antes el tiempo
una sólida imagen de diamante
que no tenga delante el dulce gesto
del que llenos están memoria y pecho.

Triste no de diamante, mas de vidrio.

Me escribió en diamante
aquellos tiernos dichos en el pecho.

El diamante que el pecho le endurece.

<<Nadie me toque -en torno al cuello escrito
con diamantes tenía y con topacios-:
a mi César le plugo hacerme libre>>  -  Trescientos años después de la muerte de César, según la leyenda referida por Solino, se encontró un ciervo con un collar en el que se leía: <<Noli me tangere, Cesarius sum>>.

Diamante. El corazón de Laura, firme y perfecto.

Boccaccio
La moza, la cual no era de hierro ni de diamante.

Chaucer
Los dioses escriben sus decisiones y decretos eternos en tablas diamantinas.
Templo de Marte Armipotente, construido de acero bruñido. La puerta estaba hecha de durísimo y eterno diamante, cruzado vertical y transversalmente con duros pernos de hierro.
Jefes de los heraldos, coronados con coronas elaboradas con diamantes en forma de rombo.

Aretino
Empañados por el vino, como el diamante por el aliento.
Diamantes venenosos.

Ariosto
Diamante fuerte.

Chaucer
Jefes de los heraldos coronados con coronas elaboradas con diamantes de forma de rombo.

Rabelais
Las agradables lazadas de orfebrería guarnecidas de finos diamantes.
Un diamante grueso como un huevo de avestruz engarzado con oro de Seraphis.
Un diamante de punta.
Los dijes, amuletos y rosarios eran de diamantes.
Diamantes hermosísimos.
El enlazamiento de puntas de diamante de la gran torre de Bourges.
Diamantes engarzados de oro de veinticinco quilates.
Un anillo de oro con un diamante tallado en tabla.
Las puntas de diamantes de una maza.
Gruesos diamantes engarzados de los eslabones septenarios de una cadena de oro.
Blanco, diáfano y transparente diamante.
Un gran libro dorado recubierto de diamantes.
Un vestido paramentado de gruesos diamantes.
Colgaba sobre las puertas un diamante indio del tamaño de una haba egipcia engastado con oro puro con dos puntas de figura hexagonal de línea recta.
Diamante de Libia.
El diamante anaquita brillante y resplandeciente como el rayo, una especie de diamante que según Plinio preserva de los venenos, de los sustos y de la locura.

Holinshed
Una especie de diamante muy bonito a la vista y mucho más suave (como los que se encuentran y crían al norte) que los que traen aquí desde otros países.

Spenser
Aborrecía las palabras, las vistas y los suspiros / Como roca de diamante firme.
El diamante es perfecto, puro y limpio.
Una caja de diamante.
Engranajes de diamante.

Sydney
Un diamante muy rico engastado en un cuerno negro.
Mi comodidad ese querido diamante donde la sabiduría tiene su asiento.
Desnuda como un diamante sacado de la roca.
Con diamantes en el cristal de la ventana grabó.
Los diamantes de las mentes justas que solo los dioses pueden igualar.
La desesperación dura como un diamante hermoso.
Al cuello llevaba un collar ancho y magnífico cuyas piezas se correspondían indistintamente; una era de diamantes y la otra de oro.
Los diamantes del mundo preciosamente engastados a los ojos de los hombres.
Una hermosa copa engastada con diamantes.
Un atractivo diamante.
Permite que el oro se oxide, que los diamantes se consuman en ti.
Cuanto más bello es un diamante más tristeza merece que le manche.
Pronto puede perderse un diamante.

Nash
La roca de diamante de la razón.
Diamantes puntiagudos.
Diamantes redondos.
Un corazón compuesto de hierro y diamante.
Era un diamante de lixiviación seca de delphinical (ácido obtenido de las raíces de la valeriana).

Un diamante falso más profundo en el bicho.

Shakespeare
Brillo del diamante.

Calderón
Orbes de diamantes.

Galileo
Los diamantes se tallan con muchas caras para que su agradable fulgor se perciba desde muchos lugares.

Jonson
Percibir un diamante con las manos.

Un diamante, que habría podido comprar
a aquella Lolia Paulina, que llegó, como una estrella,
del saqueo de provincias.

Según el relato de Plinio, esta mujer, esposa de Calígula, aparecía en las fiestas cubierta de piedras preciosas, que procedían del expolio de las provincias. Según Tácito, esa ostentación tendría consecuencias funestas, que desembocarían en el suicidio de Paulina.

Burton
Un pequeño diamante vale más que una montaña rocosa.
Una carraca de diamantes.
Unos dicen que la piedra preciosa llamada berilo, otros el diamante tiene la excelente propiedad de reconciliar hombres y mujeres para mantener la unidad y el amor.

Butler
Nuestros verdaderos diamantes inspiran / Y encienden vuestros amorosos corazones.
¿Qué son los labios, los ojos y los dientes / Con los cuales la belleza invade y conquista / Sino los rubíes, las perlas y los diamantes, / Un filtro, mandamientos de amor.
Un pulido diamante.

La Fontaine
Torres de pórfido y diamante.

Otway
Diamante del honor.

Locke
Una vez que hemos formado una idea oscura y relativa de la sustancia en general, forjamos después las ideas particulares de sustancias cuando unimos esas combinaciones de ideas simples que la experiencia de nuestros sentidos nos dicen que se dan unidas y suponemos que provienen de la particular constitución interna o de la esencia desconocida de esas sustancias. Cualidades comunes del hierro y el diamante. Siempre se supone que la sustancia es algo, además de la extensión, forma, solidez, movimiento, mente u otras ideas investigables.
Un diamante no es más sólido que el agua.
Son las cualidades comunes que se pueden advertir en el diamante unidas, las que forman la verdadera idea compleja de esas sustancias, que el joyero sabe bastante mejor que el filósofo.
La diafanidad, con mezcla de algunos colores brillantes y luminosos, que produce la refracción de los diamantes y de otros cuerpos traslúcidos.
¿De dónde sacan las partes del diamante su dureza e indisolubilidad?
Un diamante, cosa cuyo periodo de duración habitual desconocemos.

Fontenelle
El sol que ven los de Saturno es una estrella pequeña, blanca y pálida. El alcohol, que aquí no se hiela nunca, estaría duro como nuestros diamantes.
Un diamante tallado con facetas por todos lados si las facetas fueran muy pequeñas sería casi redondo como una perla de igual tamaño.

Pope
Agudas puntas de diamante.
Un cerco de diamantes.

Richardson
Remontar un aderezo de diamantes según el gusto moderno.
Los diamantes de la fortuna.
Enviar una parte de mis diamantes es sencillo de llevar. Si con alguna sospecha se quieren ver mis diamantes y no puedo manifestarlos se tendrá como demostración de algún designio con apariencias de delito.
Haciendo de modesto y volviendo el diamante de mi dedo.
Dar como prenda de lo que debía un diamante.
Lo que me cuestan los diamantes aunque sean alquilados solo tres días.
Una sortija de diamantes.
Un diamante para corromper, persuadir y favorecer la fuga.
Un rico cofrecito de diamantes, la felicidad de ver aumentar la brillantez de vuestra persona.
Respecto de los diamantes de mi abuela solo falta remontarlos, además de la guarnición que me había regalado mi padre y que llevaba los días particulares, alhajas, cosas portátiles.
Diferentes guarniciones de diamantes.
Un diamante para corromper y persuadir.
Aumentar la brillantez de los diamantes con la persona.
Una sortija de diamantes rosas.

Florian
Vistiendo plumas y diamantes.
Flores, diamantes, perfumes, vegetación.

La Mettrie
Llegaron las palabras, los idiomas, las leyes, las ciencias, las bellas artes y se pulió el diamante bruto de nuestro ánimo.

Smith
Las cosas que tienen un gran uso poseen poco o ningún valor. El agua y el diamante.

Smollett
Valiosos anillos de diamantes.
Broche de diamantes.
Un diamante auténtico de gran pureza. Un brillante auténtico de inmenso valor.
Un anillo engarzado con un rubí con forma de corazón y rodeado de pequeños diamantes.
Un valioso collar de diamantes y amatistas.
Tejidos exquisitos bordados de diamantes.
Un anillo, una curiosa antigüedad con diamantes rosados.

Priestley
El diamante es de una naturaleza muy diferente de las demás piedras preciosas de ingrediente de la tierra silícea. Opuestamente el diamante es una sustancia combustible; pues con un grado de calor algo mayor que el que funde la plata arde con una llama ligera, disminuye el aire comun y suelta un hollín. Además si se tritura el polvo de diamantes con vitriólico ácido lo vuelve negro lo cual es otra prueba de que contiene flogisto. El diamante es valorado con su gran dureza, el exquisito pulido del cual es apto y su extraordinario poder de refracción; pues la luz que incide sobre su superficie interior con un ángulo de incidencia superior a 24 1/2 se reflejará totalmente mientras que con el vidrio se requiere un ángulo de 41 grados.

McPherson
Pálida estrella, casta visión de la noche, diamante luminoso de la azulada frente del crepúsculo.

Bentham
Artículos móviles. Adornos personales. Diamantes, joyería, relojes de lujo.
Adam Smith presenta los diamantes como una especie de artículos que tienen gran valor respecto a la transferencia y ninguno respecto al uso. El valor de los diamantes se ha distinguido como valores imaginarios pero, no obstante, es un valor de uso. No es esencial ni invariable como el del agua, pero esta no es razón para dudar de su utilidad respecto al placer.

Burney
Un anillo de diamantes al meñique.

Edgeworth
Las etiquetas de diamantes del cuello de las botellas.
Consciente de su bolsito de diamantes.
Una corona con diamantes engarzados.
Mi gusto por los diamantes se ha desvanecido.
Unos pendientes de diamantes.
Los diamantes son adornos que confieren distinción a quien los lleva porque la sociedad les otorga valor.
Admirar la prodigiosa calidad de los diamantes.
Un collar de diamantes.
Sus diamantes y su vestuario lujosos rivalizaban con la suntuosidad de las favoritas rusas.

Malte-Brun
El año 1841 fue hallada la mina de diamantes de Daladulo, Sumatra.
Diamantes de Landak, Borneo. Estas piedras preciosas se hallan sobre las tierras flojas y a pocos metros de profundidad.
El príncipe de Borneo posee el diamante mayor que se sepa; pesa 367 karats y pulido 183. El precioso diamante de la corona de Inglaterra koh-i-nur no es nada comparado con aquel. Su dueño no lo enseña nunca.
Diamantes de Pontianak.
Oro y diamantes de primera calidad de Bandjermassing.
De Túnez y Argel brillan el oro y los diamantes sobre los elegantes trajes de las mujeres, las cuales van descalzas.
Podría ser verosímil, según William Jones, que las montañas de las islas Comores contengan diamantes y metales preciosos escondidos cuidadosamente por la política, pero no han presentado ninguna prueba.

Saint-Simon
Un diamante de diez mil escudos.

Humboldt
En Brasil los distritos de diamantes de Minas Geraes y St. Paul las fuerzas plutónicas de las vetas de diorita han desarrollado mica ordinaria y mica de hierro con el cuarzo. Itacolumita. Los diamantes de Grammagoa están contenidos en capas de sílice sólido; yacen encerrados con escamas de mica. El más septentrional de los diamantes, los hallados desde el año 1829 debajo de los 58º de latitud de la vertiente europea de los Urales también están unidos geognósticamente con la dolomita carbonácea negra.

Beckford
Brazalete de diamantes.
Joyas sin par: había dieciséis, cuatro diamantes, cuatro carbunclos, cuatro esmeraldas y cuatro rubíes, cada uno del grosor de una naranja del Jotán.
Golconda, cerca de Hyderabad, en India, era famosa por la talla de diamantes.

Jean Paul
El diamante, a pesar de su dureza, abre paso a las luces y retiene hasta la del sol.
Diamante poético.

Stendhal
Quisiera hacer vender esos diamantes inútiles; pondría el importe de esa suma en el aumento de mis gastos.
Mi orgullo lleva un muro de diamante entre mí y los otros hombres.
Mirabeau: Al tallar este diamante, un lapidario inhábil le ha quitado algunas de sus más vivas chispas.

Schopenhauer
Silogismo. Todos los diamantes son piedras; todos los diamantes son combustibles; luego, algunas piedras son combustibles.

Scott
Le regaló un valioso anillo de diamantes (que llevaba mucho el sexo masculino en aquella época).
El diamante, aunque es pequeño, vale diez mil cantidades más que el granito.

Byron
Un diamante increíble levantó gran expectación.
Un Glorioso diamante lujosamente tallado.

Los rayos dorados centellean en lingotes desde la mina oscura y sobre él
Vierten los diamantes su brillante refulgencia.

Lyell
Los cristales de cuarzo actúan como el diamante sobre el vidrio.

Spencer
La parte de carbono, en que el químico hace sus experiencias, puede haber sido visible o invisible, bajo sus formas de diamante, grafito o carbón. Esto le es indiferente. La sigue en sus transformaciones diversas y en sus variadas combinaciones. La encuentra unida al oxígeno, para formar un gas invisible; oculta con otros elementos en compuestos más complejos, como el éter, el azúcar y el aceite; con ayuda del ácido sulfúrico la precipita bajo la forma de un residuo coherente o de un polvo impalpable; y por la aplicación del calor la obliga a revelarse como un elemento del tejido animal.

Musset

                                       Petrarca, con llanto y sonrisas lograba un momento
                                       con su pluma de oro sobre puro diamante.


Balzac
Destellos del diamante, no dan calor ni luz.
Diamante sin mancha al que no enturbian las corrupciones.
Pasiones furiosas, un diamante arrojado en el barro.
Los diamantes de la antigua familia.
Un diamante puro sin mácula.
La belleza y el resplandor del diamante.
Viajaba bajo un cielo de diamantes.
Es una mujer que usa camisa de batista y anillos de diamantes.
Un operario encargado de desbastar, tallar, pulir y montar el diamante, que ha de pasar un día de mano en mano, para ser admirado en todos los círculos.
El diamante se pule con su propio polvo.
El amor es un lujo social como los encajes y los diamantes.
Gastaba un diamante en la camisa.
Prendido el diamante.
El diamante sólo lo talla el diamante.
Un diamante del más bello oriente.
Lucía un diamante en la chorrera de la camisa.
Un diamante digno de ornar la más orgullosa corona.
Pasadores de diamantes.
Un diamante en una rica montura.
La historia de los diamantes del príncipe Galathione.
El reloj de repetición con cerco de diamantes.
Diamantes literarios.
El eterno diamante no ha de tener mácula.
Judíos examinando diamantes no habrían puesto tales ojos encandilados.
Ofreció a las miradas un diamante de seis mil francos en su chorrera.
Un alfiler de cabeza de diamante.
El diamante ignora su valor.
Lucía al cuello corbatas de seda a la moda, ornadas de anillos de diamantes.
Los destellos del diamante no dan color ni luz.
Irradiar un diamante.
Transparencia de un vasto diamante.
Sus ojos brillaron cual diamantes perdidos en el fango.
Somos implacables con las águilas, les exigimos las cualidades del diamante, una perfección incorruptible.
Poner diamante frente a diamante, una ecuación perfecta y cuyos términos mutuamente se equivalen.
Lebreles cuyas pupilas, al menor ruido, se encendían en un fuego, que los asemejaba a diamantes.

Hugo
Con el diamante no es posible podredumbre alguna.
Los diamantes se encuentran sólo tras las tinieblas de la tierra. Las verdades bajo las profundidades de la reflexión.

Whewell
Utilizando un diamante para la refracción más alta.
Linneo reunió el alumbre y el diamante debido a su forma octoédrica común.
Werner había colocado el diamante con los fósiles terrestres porque mineralógicamente era una piedra.

Pauly-Wissowa
Existen minas de diamantes en las tierras altas de Côta-Nagapur y Mala-giri; la mayoría de los diamantes se encuentran con la gente de Savara. Pippali (Kosamba) fue el viejo lugar de comercio de las piedras que venían de lejos.
Los Agathyrsoi pónticos tenían diamantes, las llamadas piedras preciosas de Marmarosh. Según la costumbre tracia tatuaban la cara y las extremidades con ayuda de una aguja, cuanto más alto era el rango más fuerte y con un tinte azul indeleble.
Platón. El mundo gira en torno al uso de diamante que mantiene Ananke en su regazo.

Badiamaioi un pueblo indio al sur de las montañas Adeisathron con la localidad de Tathiba. Eran dueños de diamantes.

Ainsworth
Los suaves rayos de la reina de a noche brillaban como polvo diamantino sobre las hojas.
Ojos gitanos negros como endrinas con el brillo de los diamantes.

Thackeray
La reina regaló al príncipe Eugenio, el cual era inmensamente popular en Inglaterra, una espada de diamantes, valorada en 4.500 libras. Espada de Honor.
(La historia de Henry Esmond)

Diamantes enormes como huevos de paloma.

Dickens
Temblor involuntario, enfermizo brillar de los diamantes.
Hombre capaz de emitir una apreciación más clara que un diamante.
Virtud que la costumbre atribuye a los diamantes, profetas de la desdicha, perdidos sus resplandores para tornarse opacos como un honor mancillado.
Los ojos encendidos como si fueran diamantes.

El río brillaba como una senda de diamantes al sol.
(Nicholas Nickleby)

Una fría escarcha centelleaba al caer igual que polvo de diamantes.
Unos diamantes espléndidos.
Los diamantes de su dedo relucían con el fulgor de las lágrimas y no tenían ningún rayo de ilusión en su brillo.
El agua despedía una lluvia de diamantes desde el filo de los remos.
Valorar los brillantes reflejos del diamante.
(Martin Chuzzlewit)

Lluvia de diamantes.
Diamantes de Golkunda.
(Nuestro común amigo)

Ch. Brontë
Acusar de poseer ambición de lucir diamantes, tener criados con librea, vivir en un chalet y marcar la moda.
Numerosos diamantes en el valle de Sindbad.

E. Brontë
Sus ojos centelleaban como dos diamantes.

Mérimée
Gruesa sortija de oro, incrustada de diamantes, que figuraba dos manos entrelazadas, alusión infinitamente poética. Era alhaja antigua, pero la habían retocado para engarzar los diamantes. Los diamantes añadidos le han hecho perder algo de su  carácter.

Gautier
La voluptuosidad, cadena de diamantes que une todos los seres.
Mariposas de diamante con alas de esmeralda y ojos de rubí.
El traje clásico del médico; levita y pantalones de paño negro, chaleco de seda de igual color y con la camisa un grueso diamante regalo de algún rajá o de algún nabab.
Un ángel con un escudo de diamante y flameante espada me guarda de todo tipo de seducción. Mi amor.
El traje de gala constelado de diamantes.
Un agua clara como el diamante.
Si las minas de diamantes de Golconda y Visapour me permitieran escudriñar sus brillantes gangas.
Nunca unos diamantes se lucieron menos.

Stuart Mill
El caso de una mina de piedras preciosas, estas se emplean con una pequeña proporción para las artes productivas. Los diamantes para tallar el cristal, el esmeril y el coridón para pulir, pero su principal destino, el adorno, es un uso directo, aunque precisan antes de usarse algún procedimiento de manufactura y nos autoriza a valorarlos como materiales.
¿Por qué negar el título de productivo y útil al cirujano que arregla un miembro, al juez o al legislador que confiere tranquilidad y darlo al lapidario que talla y pule un diamante?

Hawthorne
Diamantes de Golcanda de Oriente.

Melville
Aunque al aire transparente del día, colgado de un cuello surcado de venas azules la pura gota líquida del diamante fulgirá con salutífero brillo, sin embargo, cuando el sagaz joyero os enseñe el diamante bajo su más potente lustre lo descansará sobre un fondo sombrío y luego alumbrará no con luz solar, sino con el artificio de algún gas sobrenatural. Entonces brotan esas fieras iluminaciones infernalmente soberbias; el diabólico y refulgente diamante que fue durante los tiempos el más divino símbolo de los cristalinos cielos adquiere la apariencia de alguna joya robada de la corona del soberano de los infiernos.

Poe
El resplandor de un diamante.
Su cabello rodeaba, entre una lluvia de diamantes su clásica cabeza, llena de bucles similares al jacinto joven.
Diamantes extraordinariamente grandes y hermosos.
Miríadas de gemas, semejantes a diamantes.
Una ventana hecha de un diamante redondo.

El creciente adiamantado de Astarté,
preciso con su cuerno duplicado.

Como la roca diamantina
mi ánimo recibió y desafió el choque de tus ojos.

Heine
El sol brillaba sobre el agua, que refulgía como un diamante claro.

Flaubert
La luna parecía un monstruoso candelabro del que cayeran gotas de diamante en fusión.
(Madame Bovary)

Emerson
Si tuviéramos carbono puro, carbunclo o diamante, para hacer transparente el cerebro, el tronco y los órganos serían más groseros.
Los que aprecian lo sólido se creen arraigados y cimentados en diamante.

Trollope
Brillantes y cortantes diamantes, pero poco impresionables.

Liermontov
Alma fogosa, pura y diáfana como un diamante.
(Vadim el Jorobado)

Keller
Destello de un diamante, resplandece al reflejo de la luz con todos sus colores, azul, verde y rojo.

Hauff
Valle de los diamantes de Simbad el Marino. Analogías con pasajes de la "Odisea".

Christina Rossetti
Hermosos diamantes.

Lady Wilde
Las hadas llevan una vida gozosa con música y bailes y encantadoras cenas de néctar de flores de las cuevas de cristal alumbradas por los diamantes que tachonan las rocas.

Carlyle
El tipo de cosa más hermosa como un cielo todo diamantes centelleantes.

Ruskin
Cuánto gasta para tallar diamantes y rubíes que son las cosas más difíciles que puede encontrar con formas que no significan nada cuando podría estar tallando arenisca y piedra de sillería con formas que significan algo.
Cañadas llenas de diamantes en lugar de glaciares.
Si puedo permutar una aguja con un salvaje por un diamante mi poder para hacerlo depende de la ignorancia del salvaje de los arreglos sociales de Europa o de su falta de poder para aprovecharlos vendiendo el diamante a alguien por más agujas.

Marx
No podemos decir que el diamante es una mercancía. Cuando es un valor estético o mecánico es un diamante y no una mercancía.

Tyndall
Cuando el carbono cristaliza tenemos el diamante.
Un diamante que arde con oxígeno como una estrella de luz blanca brilla y arde como consecuencia de la caída de los átomos de oxígeno sobre él.
La ciencia como una fortaleza de diamante o una casa de barro.
La estructura del diamante y otros cristales formados en los laboratorios de la naturaleza y del ser humano.
El diamante es una estructura verdaderamente maravillosa que se produce con formas cristalinas a partir del juego de fuerzas moleculares.

Tylor
Cartomancia. El siete de diamantes significa un premio de la lotería y el diez un viaje inesperado.

Boucicault
Los diamantes no son ni la mitad de raros ni la décima parte de hermosos que esos ojos tuyos.
Diamantes con forma de perla.
Diamantes y esmeraldas de gran grosor y calidad.

Fromentin
Un lazo de diamantes refulgía en su corpiño.
Magnífica cabellera salpicada de diamantes como estrellas.

H. James
Enganchando el ultimo diamante en el pelo.
Una coiffure de rosas y diamantes.

Villiers de L´Isle Adam
Voluntad de diamante.

Mallarmé
Diamantes escogidos de una estrella que muere y que ya no brilla.

Stevenson
Brillaba un diamante de grandes dimensiones y de primerísima agua. La piedra, del tamaño de un huevo de pato, era muy hermosa de forma, sin el menor defecto y al recibir un rayo de sol brilló con un  resplandor eléctrico, como si ardiese con mil fuegos interiores.

Butler
Incluso si no encontrase terreno ¿no podría hallar oro o diamantes, o cobre o plata?
La indisposición como un hecho deplorable, pero motivado por unas causas previas, igual que si hubiese asaltado una joyería y robado un valioso collar de diamantes.

Wilde
Gran alquimista Pierre de Boniface. El diamante proporciona la invisibilidad.
Carlos de Inglaterra, cuando montaba a caballo, llevaba unas espuelas adornadas con cuatrocientos veintiún diamantes.
La lluvia corre sobre cada vitral tallado como un diamante.

Zola
Una piocha de diamantes.
Recortaba los vidrios con hierro al rojo vivo, desdeñoso del diamante.
Volquetes de diamantes y pedrería.

Hardy
La diminuta llama de la vela reflejada en sus pupilas brillaba como un diamante.
Infinitesimales diamantes líquidos colgaban de las pestañas o cubrían los cabellos a la manera de aljófar.
La gota cayendo sin cesar horada la piedra aunque sea un diamante.

Garin
Para calcular la cantidad de arcilla que tiene la arena se utiliza un tubo de ensayo en el que con un diamante se trazan las divisiones. Se echa arena al tubo hasta la mitad y agua. La arena tenía un ocho por cien de arcilla, la arena era buena.

Kropotkin
A pesar de las perforadoras de diamante el obrero perece de anquilosoma dentro del túnel de San Gotardo.

Rimbaud
Un diamante de ternura.
Una diligencia de diamantes.
Los fuegos en la lluvia del viento de diamantes, lanzada por el corazón terrestre, eternamente carbonizado por nosotros.
Saldo de diamantes sin control.
Traficar con diamantes.

Los jóvenes mares, llantos de noches estivales,
que se revuelven sobre los lechos de diamantes.

Maeterlinck
El Gran Diamante que hace ver. Cuando se tiene el sombrero puesto se gira un poco el Diamante; entonces el diamante presiona una protuberancia de la cabeza que nadie conoce y que abre los ojos.
Posee un Diamante que tiene el poder de liberar un instante nuestro ánimo.

Chejov
Las gotas de lluvia que salpicaban la hierba y las piedras brillaban al sol como diamantes.
Nuestra nietecita, nuestro diamante precioso.
Un gran broche de diamantes.
Ver el cielo cuajado de diamantes.
Te brillan los ojos como diamantes.
Un broche engastado de diamantes.

W. J. Locke
Puros aunque ocultos destellos del diamante en bruto.
Brillar la luz dura del diamante.
Unos momentos deliciosos, maravillosos, diamantinos.
La princesa había huido de Rusia con los diamantes escondidos en las recias trenzas de su pelo.
Un imperdible de esmalte y diamantes: dos cabezas de víbora con diamantes.

Stoker
En 1908, el ingeniero Lemoine vendió una técnica secreta e imaginaria para fabricar diamantes a la compañía De Beers.

Lee
Destellaban diamantes engarzados en el corpiño.
El fulgor de los diamantes.
Diamantes machacados mezclados en champagne.
La luna había salido, las ramas y hojas brillaban como si estuvieran hechas de diamantes.
Una corona de puntas de la plata más pura y diamantes engarzados.
Exigió que la maquillaran y la engalanaran con todos sus diamantes; semejaba como si ansiara reafirmar su dignidad.
Cabello rubio, trufado de destellos de diamantes.
Los destellos de sus diamantes centelleaban y relampagueaban mientras se movía con inquietud.
La constelación de destellos de diamantes en cuellos y cabezas.
Diamantes que arrojaban fuego.
El diamante arde para siempre. Diamante ardiente.

Chopin
Un magnífico racimo de diamantes rutilantes, que casi chisporroteaban en el pelo, justo en mitad de la frente.
Deslumbrante de belleza y diamantes.
(El despertar)

Una tiara de diamantes.
Las relucientes piedras del anillo de diamantes centellearon con su deslumbrante blancura.
(Cuentos)

Yeats
Una forma de belleza escogida, la Imagen sexual se dibuja como un diamante.
Dibujar sobre el cristal con un diamante.
El cono con forma de as de diamantes es solar, religioso y vital; los que forman un reloj de arena lunares, políticos y seculares.

Moore
Viste de blanco satén y diamantes.
El brillo del diamante.
El cabello negro, un destello de diamantes.

Lubbock
El rocío del sol resplandeciente con diamantes.

Joyce
Una vez el diamante cortó al granate.
La diamantina falacia de los diez mangos y el cash.
Diamantes de sota.
Nunca pierdas tu corazón hasta que le hayas ganado de vuelta su diamante.
Engalana los diamantes que nunca mueren.
Alguien le ha rapado ese cráneo de diamante en bruto limpito como un plato de pastas de nuncio. 
El viaje de bodas de diamante.

Ribot
Sólido como el diamante.

T. Mann
Un diamante resplandeciente en el delgado meñique de su mano izquierda.
Puro resplandor de diamante en la magia de la luna.
Un brillo de diamantes.
De qué preciosos y precisos joyeles se componían los copos de nieve.
(La montaña mágica)

Diamantes, piedras prodigiosas.
(El Elegido)

Chambers
Una diadema hecha del oro más puro y destellos de diamantes.
Los diamantes despedían fuego cuando me giraba ante el espejo.
Los diamantes brillaban y llameaban sobre mi frente.
Era una maravilla esa cuenca de agua diáfana como un diamante, simétrica y elegante como una fuente romana, situada entre la gema verde de hierba.
La tierra resplandecía como un diamante en el blanco claro.
Un brillante anillo de diamante en el delgado anular de la mano izquierda.
El brillo de un diamante enorme.
El diamante engarzado en el centro del anillo, donde se cruzan dos colas de serpientes.
El diamante apoyado en los colmillos de dos serpientes de oro.
Diamante refulgente.
Un espléndido diamante.
Cenizas de diamantes.
(El rey de Amarillo)

Barr McCutcheon
Un póquer de diamantes.

Oparín
Es común la presencia de carbono de los meteoritos de piedra. Carbón, grafito o diamante bruto.

Ball
El libro del poeta del siglo XI-XII Marbodio de Rennes, "De las piedras preciosas (Liber de gemmis), estudia la magia y los poderes de los diamantes. También la vidente de Prevorst y Kerner sabía del tema. Para que las piedras muestren su efecto, su portador ha de disponer de una gran sensibilidad.

Heidenstam
Fumando vemos que las mujeres se alhajan con diamantes. Mucho más hermoso que el verdadero diamante es el que arde a la punta de un cigarrillo y que reúne los tres colores, azul, rojo y blanco.
El grueso diamante de una sortija brillaba como si fuera una chispa.

Rousselet
Minas de diamante de Pannah o Punnah, las más remotamente célebres de la India. Pannassa de Tolomeo.

Barbusse
Brilla la gota suspendida de la nariz como un diamante.
Ver de lejos sin poder tocar como un diamante.
(El fuego)

Luxemburg
Formas mixtas en las minas sudafricanas de diamantes, Compounds de Kimberley y De Beers.
El capital inglés sólo se mostró enérgicamente con la ocasión de dos acontecimientos importantes; la exploración de los campos de diamantes de Kimberley, en 1867-70, y el de las minas de oro del Transvaal, en 1882-83. Estos acontecimientos inauguraron una nueva época en la historia del África del Sur. Pronto entró en acción la Compañía Británica Sudafricana, Cecil Rhodes. De 1885 a 1895, había sólo en Witwatersrand 100.000 ingleses emigrantes.
En 1871, los campos de diamantes de Witwatersrand fueron quitados a Orange y convertidos en colonia de la corona con el nombre de Griqualand occidental.
Los empresarios del ramo de artículos de lujo venden sus encajes, alhajas de oro y diamantes a las bellas mujeres de los estratos elevados.

Woolf
Una fría luz verde se filtraba a través de las hojas de los árboles, enviando destellos, que refulgían como pequeños diamantes sobre los manteles y las tazas.
(Fin de viaje)

El destello diamantino de los invernaderos al sol.
La larga curva de Picadilly cosida de diamantes se muestra mejor cuando está vacía.
(La habitación de Jacob)

Diamantes leves como el polvo.
Perecedera y brillante chispa, que destella en la superficie del diamante.
Raro diamante de indisoluble veracidad.
(Las olas)

Una señora vestida de negro y con diamantes.
El teatro de la Ópera, con sus caras y sus diamantes.
La visión de la carne cubriendo los diamantes le asqueó.
(Los años)

La luna y las estrellas resplandecían con la dura fijeza de los diamantes.
La naturaleza muchas malas pasadas nos ha jugado, haciéndonos por igual de barro y de diamantes, de arco iris y de granito, embutiéndolo todo en un estuche, con frecuencia del modo más incongruente.

Zamiátin
El grafito y el diamante están compuestos de C, de carbono. ¡Pero qué perpetuo y transparente es el brillo del diamante!
(Nosotros)

Faulkner
Relucir del diamante.
Pendientes con diamantes de cuarenta quilates.
Diamantes amarillos grandes como guijos.

Dos Passos
Llevaba en la pechera un diamante del tamaño de un níquel.
Un alfiler, una herradura de diamantes.
Poner los botones de diamante en la camisa.

U. Sinclair
Las manos cargadas de diamantes y esmeraldas.
Se usaban diamantes y las joyas más variadas, para ornamentar cierres y hebillas y dotar de una mayor prestancia las prendas.
Un rey africano del comercio de diamantes.
Cuando Lloyd George alcanzó el poder, se las arregló para preservarlo, repartiendo títulos entre barones de la cerveza, figuras de la prensa y reyes de los diamantes sudafricanos.
¿Había sido conducido a los cuarteles el cardenal de Rohan, tras robar la gargantilla de diamantes?
(El fin del mundo)

S. Lewis
Un diamante prendido en el pañuelo lila.
Anillos de diamantes y rubíes.
El parabrisas rodeado de hielo era una lámina de diamantes cuando lo iluminaba la luz de la nieve de delante. Se dio cuenta, pero no pudo imaginar muchas cosas sobre los diamantes, aunque estuvieran en láminas.
Cecil Rhodes de Beers, famoso colonizador, empresario y político británico, fundador de la compañía de Beers, que en la actualidad controla el 60% del mercado de diamantes en bruto del mundo. Fue el colonizador del país que, a su muerte, llevaría su nombre, Rhodesia.

Blavatsky
Alma-Diamante (Vajrasattva) es un título del Buddha Supremo, el Dueño de todos los misterios, llamado Vajradhara o Adi-Buddha.
El diamante, profundamente sepultado en el corazón de la tierra, no puede reflejar las luces terrenas.

Salgari
Diamantes para apresurar el triunfo de la agitación.

Giraudoux 
Diamantes célebres extraviados.

Rider Haggard 
Ataviada como Isis, las doradas plumas del bonete de buitre estaban adornadas por zafiros y rubíes y de él surgía el sagrado símbolo egipcio hecho de rutilantes diamantes.
El centelleo verde y blanco de esmeraldas y diamantes.

Walser
Bordar los árboles con hilo de diamante.

Oparín 
En los meteoritos de piedra es común la presencia de carbono en forma natural, carbón, grafito o diamante en bruto.

Rohmer 
Estrella lejana, brillaba como un diamante solitario.

Bloch
Los grandes comerciantes del Renacimiento son a la vez comerciantes de lana, trigo, paños y compradores o vendedores de tapices flamencos, diamantes y piedras preciosas.

Musil
Si es permitido apreciar los diamantes como piedras.
Alguien encuentra unas piedras y por sus características especiales las llama diamantes. Pero una procede de África y la otra de Asia. La una ha sido extraída de la tierra por un africano, la otra por un asiático. ¿La diferencia es demasiado grande, que nos permite hacer caso omiso de sus propiedades comunes? En la casación "diamante + circunstancias = diamante", el valor fisiológico del diamante es muy grande y el de las circunstancias desaparece.
<<Uno tiene que ser sólido como un diamante y tierno como una madre>>. Una vieja definición del siglo XVII.
El resplandor propio de un diamante.
Qué tontería comparar, como lo hace ese tipo, el viajante del arte, esa flor con un diamante y esa piedra con una flor; como si lo prudente y sensato no fuera transformarlas, por breves instantes, en otra cosa distinta.

Hasek
Un anillo de oro con un diamante.

Wassermann
Señalar como con un cincel diamantino.
Refulgía un diamante en uno de sus dedos.
La igualdad que se da entre el carbón y el diamante.

Hodgson
Diamantes de 9, 11, 13´5 y 17 kilates. Sin tallar. Piedras, piezas. Valor del mercado actual de las piedras preciosas.

Wren
Diamantes. Carbono cristalizado.

Shólojov
Dijo tajantemente, como el diamante que corta el vidrio.

Wolfe
Cucharas de ámbar con mangos adornados con diamantes y carbunclos.

S. Lewis 
Comprador de diamantes.

Bábel
Viejo Amsterdam. Tinieblas del ghetto, filósofos, tallistas de diamantes.

Dinesen
Sobre el firmamento azul de aquella tarde de primavera se hallaba Venus, radiante como un diamante.
Stella Maris, la estrella alta y pura como un diamante.
Los adornos de radiante diamante, Rigel, Betelgeuse y Bellatrix.
Los diamantes u otros grandes adornos.

Steinbeck
Peces voladores, los espectros de los tesoros perdidos en la mar, las cosas terribles, esmeraldas y diamantes y oro.
Cuando tienes la honra es sencillo readquirir los diamantes.
Una cruz dorada tachonada de diamantes.
La pequeña pirámide ardiente de diamantes.
Una vieja había tragado un diamante, pero los buscadores también indagaban eso y lo encontraron.

Deval 
Diamantes del cetro del Zar.

Remarque 
Vaciló antes de abrir la mano, como si sostuviera un diamante que pudiera transformarse en carbón.
Clips con diamantes.
Claros diamantes sueltos. Un quilate, dos, tres, hasta seis y siete. Los diamantes se pueden esconder.
Collar de diamantes de forma de peras.
Las esmeraldas y los rubíes constituían riesgos. Los diamantes eran infalibles.
Los sellos postales son el objeto más pequeño y adecuado para esconder, mejor que los diamantes. Se camina mal cuando se los lleva escondidos dentro de los zapatos y se es conducido al tribunal. Tampoco se pueden vender sin gran pérdida y muchas explicaciones.

Fallada 
Diamante amarillo por un lado, reluce rojo del otro, tiene sus siete quilates y no tiene ni un carbón.

Toynbee 
Durante la segunda guerra mundial, se sospechó el contrabando de artículos de poco volumen y alto valor bélico, como platino, mica, oro, diamantes industriales, quinina, cafeína, extracto de hígado y colesterol.

Char 
Carbón susceptible de convertirse en diamante.

Ambler 
Materiales suntuarios. Pieles y diamantes.

Montherlant 
Si se trata de símbolos, hay cosas más puras que el diamante.

Fischer 
Tomemos el diamante, esta radiante apoteosis del carbono, el más extraño y versátil de los elementos. La estructura del diamante, en la que cada átomo de carbono es el centro de un tetraedro compuesto de cuatro átomos contiguos, corresponde exactamente a la estructura del carbono con sus cuatro electrones de valencia.

Ellery Queen
Procedimiento para la fabricación de diamantes.
Estructura molecular de un diamante natural perfectamente constituido.
Sistema para cultivar químicamente diamantes.

Bromfield 
Un marco de ónice y diamantes.
Un traje negro y diamantes.

A. Huxley
A la pendiente de su escote empolvado de color malva centelleaban diamantes.
Su empinada cabellera embutía diamantes; rutilaban a cada movimiento.
Un brazalete de platino con diamantes.
La nieve virgen era una piel suave delicadamente granulada al sol bajo la tarde rutilando de diamantes y lentejuelas.
Le rogaba que se contentase con un diamante.

Heard
Los diamantes no deberían engastarse con oro sino con plata como ocurría el tiempo pasado.
Un pequeño diamante engastado al centro de uno de los gemelos despedía una luz irisada; con un ligero movimiento de cabeza se veían desfilar los colores del espectro.
A pesar de ser el más duro de los materiales el diamante posee más delicadeza que todos y una apariencia accesible que permite ver la totalidad de sus caras.
Un fundamento de una dureza de diamante debajo de las mareas.
La fosforescencia ampliamente agitada de la Vía Láctea; estrellas como grandes joyas talladas y estrellas como toneladas de polvo de diamante cayendo con una inextinguible cascada.
Los egipcios llamaban al metal la cosa fuerte (o el diamante) que cae del cielo.

Lampedusa 
El sol, semblante de verdugo o risueño, aunque brutal donador de energía  y un mago que engarza diamantes en las ligeras encrespaduras del mar.

Williams
El incisivo filo de un diamante.

Cesbron
Ojos de diamante negro.

Cheyney
Un broche de diamantes, que tenía la forma de una mariposa y que llevaba prendido en la solapa de su bata.

I. Shaw
Limpiado con cuidado, como un joyero que hiciera brillar un diamante de cincuenta quilates, para la amiga de un rey del mercado negro.

Leduc
Festiva luz de los diamantes. Los diamantes son radiosos.
Sed de diamantes.
Diseños de un especialista en diamantes.
Diamantes del alba en las orejas.
El mofletudo siete de diamantes.
El invierno, un diamante con el cobre resplandeciente.

Genet
Compuesto por perfiles severos y nítidos y una materia inatacable, una especie de diamante, que recibe el nombre de solitario.
Los joyeros llaman solitario a un diamante de buena talla y también bien tallado. Se habla de <<su agua>>, de su pureza, que es también su brillo.
El pivote del mundo, el eje de diamante sobre el que gira la tierra, según ciertas cosmografías hindúes.

Camus
Una faceta de diamante cuyo brillo exterior se resume sin limitarse.

Graves

Un diamante separa
la vista en porciones inútiles,
que no se pueden recomponer.

Cary
Una gota en su nariz, una perla, y dos más en los bigotes, diamantes.
Mesitas cubiertas de cajitas de rapé, algunas de oro y esmalte. Otras decoradas con diamantes y rubíes y pintadas por Boucher.

Waugh
La Guayana, un país repleto de oro y diamantes que, decían, solo precisaban explotación.
Los recursos minerales, el capital de Georgetown, diamantes y oro.
Oro aluvial o diamantes.
Los que remontan los ríos con pequeños grupos desorganizados a la busca de diamantes se les llama pork knockers porque se cuenta que cuando tienen fondos van a los almacenes y golpean el mostrador pidiendo cerdo (aunque como pasa con la mayoría de las derivaciones etimológicas no es del todo satisfactorio).
Para disipar la sospecha de que buscaba diamantes me ocupé de extender la noticia de que quería hacer fotografías de los indios primitivos.
Un viejo buscador de diamantes.
Diamantes del alto Potaro.
Diamantes aluviales del arroyo Mikraparu.
Lavaba oro aluvial y diamantes, para lo que había represado y canalizado el agua del riachuelo. La presa era de madera y adobe, estaba sujeta con lianas atadas a los árboles que la rodeaban. La tubería que conducía el agua al trommel era una madera hueca. El mecanismo entero, excepto una pequeña bomba de mano había sido construido sobre su ubicación. El trommel era una criba horizontal con forma cilíndrica fabricada con red de malla de alambre de grosor variable que giraba manualmente. La grava del cauce del río era traída con carretillas que se vaciaban posteriormente dentro del trommel, donde se lavaba con el agua del arroyo. Al caer el agua sobre las piedras las más pequeñas y de mayor peso se colaban al fondo y caían a un recipiente. Al fondo de la criba quedaban solo las piedras grandes amontonadas con palas.
El polvo de oro al ser el componente más pesado del barro que permanecía dentro del recipiente iba directamente al fondo pasando por un filtro de mercurio que atrapaba y recogía el mineral. Cualquier pepita de oro un poco más gruesa permanecía entre el barro donde también podrían encontrarse los diamantes. Eran aclarados y pasados a otro tamiz fino llamado jig. Se agitaba con cuidado con un tanque de agua hasta hacer desaparecer completamente la materia soluble. La consecuencia era una criba llena de fina grava que contenía todos los diamantes o pepitas de oro que contuviera la carga.
El contenido del jig estaba repleto de berilos, piedras de un blanco muy claro que mojadas y refulgentes apenas podían distinguirse de los diamantes. Un buen rendimiento significaba encontrar seis o siete quilates con veinticinco piedras, la mayoría deslucidas y opacas, con dos o tres trozos de oro del tamaño de granos de arroz durante un solo día. Se colocaban cuidadosamente dentro de un cartucho y eran pesados y precintados. (Los diamantes son limpiados con ácido hidroclórico y hervidos con agua regia antes de salir al mercado). Es opinión que sea posible confundir una piedra con un diamante, pero imposible confundir un diamante con cualquier otra cosa. Dicen que tienen un lustre metalizado que no tiene ninguna otra piedra.
El comercio de diamantes de la Guayana se daba a menor escala y estaba organizado de una manera menos meticulosa que los vastos yacimientos de diamantes de Sudáfrica. No había grandes compañías controlando el rendimiento, ni existía el tráfico o la compra ilícita de diamantes. Los buscadores eran todos prospectores solitarios o unos pocos amigos que probaban suerte conjuntamente.
El mercado de diamantes de Georgetown  lo dirigen los judíos y los portugueses, muchos de los cuales tienen contratados agentes que compran río arriba. Si los patronos sopesan que el agente ha pagado demasiado es probable que le devuelvan la piedra y descuenten el precio de su sueldo.
Algunos vendedores tienen la manía de ir de un joyero a otro a ver si alguno les ofrece una mayor cantidad de dinero. Pocos tienen la aptitud de distinguir los matices tonales que concretan el valor de una piedra. Pero tampoco sacan demasiado beneficio de sus negociaciones, puesto que al comprador nunca le gusta quedar con una piedra tras haber hecho la primera oferta, ya que significaría que ha sido la más elevada y que estaría dando mucho más que sus competidores. Hay algunas piedras famosas por sus defectos que han circulado por la colonia durante años, siendo ofrecidas a todo recién llegado que se incorpora al mercado.
Lavar la grava de una vieja mina de diamantes.
Permutar ron y comestibles por oro, diamantes y balata.
Buscadores de diamantes trabajando a gran escala.
El estilo de vida del buscador de diamantes.
Lucía un sombrero verde caído sobre los ojos con una aguja prendida que llevaba engarzado un diamante.
Una pequeña tortuga viva con las iniciales del nombre montadas con diamantes sobre el caparazón.
Los diamantes de su cabello y de sus dedos destellaban, pero sus manos amasaban nerviosamente pequeñas bolitas de miga y su cabeza estrellada se inclinaba con desesperación.
Unas piezas feísimas de diamantes y un collarín de diamantes victoriano que nadie se atrevería a llevar hoy.

Du Maurier
Diamantes, valor del mercado.

Greene
Diamantes artificiales.
Era absurdo pretender encontrar unos cuantos diamantes dentro de un barco de quince mil toneladas.
Un diamante puede ser calentado y escondido dentro de una lata de grasa.
El poder político está loco por los diamantes. Le hacen perder tiempo a usted y a la seguridad.
Hay diamantes industriales y piedras de pura agua.
Pasar diamantes dentro del buche de un pájaro.
Locos por los diamantes.
Un diamante, una piedra de agua.

Irish
Arreboles del cielo al Oeste, dos estrellas como bucles de diamantes sujetando el traje de la noche.
Su cerebro irradió una luz como un diamante.

Montherlant
Si se discute de símbolos hay cosas más puras que el diamante.

Clarke
Kimberley. Localidad del nordeste de Ciudad del Cabo, donde se hallan las minas de diamantes. Una es de De Beers.

Calvino
Diamante espléndido y durísimo, facetado y transparente.

Yevtushenko
Diamantes de Yakutia.
Empleado de aduanas en el aeropuerto de Moscú, permanecía consternadamente silencioso, debido a la vista de los numerosísimos diamantes que sacaba de los tacones ajenos.
Los diminutos diamantes de sudor de su naricita respingona.
El Fondo de Diamantes.
Con un dolor punzante en los ojos como si me estuvieran pasando un diamante por las pupilas.

East
Diamantes de río.

Foucault
Las similitudes de las que trata la analogía, basta con que sean las semejanzas más sutiles. Las referencias de los minerales y los diamantes a las rocas en las que están encerrados.
Visto la gran paradoja del valor, oponiendo la inútil carestía del diamante al buen mercado de esa agua.

Grass
Diamante casto y también implacable.
Una serpiente enroscada en tres vueltas, forjada en oro de colores diversos, cuya cabeza de talla fina adornaban unos topacios y dos diamantes, mientras los ojos eran dos zafiros.

Barthes
Según una imagen propuesta por la doctrina Hua-Yen, el cuerpo de los haikus es una red de diamantes, en la que cada diamante refleja a todos los demás, sin que nunca haya que mantener un centro, un núcleo primero de irradiación (la imagen de este juego de destellos sería la de un diccionario, en el que la palabra no puede definirse más que por otras palabras).

Arendt
La Comuna de París, con sus secciones, y las sociedades populares, constituyeron los poderosos grupos de presión de los pobres, la <<punta de diamante>> de la necesidad perentoria a la que <<nada podría resistir>> (Lord Acton).

Kerouac
Universo por diez maravilloso de oscuridad y diamantes, de Avalokitesvara.
Olas de diamante.
Sutra del Diamante. No tengas ideas preconcebidas sobre la realidad de la existencia ni sobre la irrealidad de la existencia.

Eco
En los manuscritos de la biblioteca de San Víctor se leía que los que viajaban por Oriente topaban con ríos de diamantes.
Brillo del diamante.

Duras
Diamantes de los ojos.

Fleming
Ingleses ricos. Williamson, diamantes.

Fast
La antracita es el mejor carbón. Lo llaman diamantes negros, porque cuando finalmente se consigue hacerlo prender, arde con una llama hermosa y caliente y no despide apenas humo.
Recubrir su corteza de diamante en bruto con una sólida dosis de educación, experiencia y mundología.

Scheidegger
Un cambio físico a causa de la presión convierte al grafito en diamante, siendo ambos, hablando en términos químicos, carbono.

Aquistapace
Extracción de diamantes en Costa de Marfil.
Chad exporta diamantes.
Ghana exporta, principalmente a Gran Bretaña, Estados Unidos y Alemania, diamantes.
En Guinea se explotan minas de diamantes.
Diamantes tallados, productos exportados por Israel.
Producciones de Liberia de diamantes.
La Republica Centroafricana exporta algunos minerales (diamantes).
La próspera economía de la Republica Sudafricana se debe esencialmente a la exportación de diamantes.
La industria minera de Sierra Leona permite exportar diamantes.
Actividades mineras en Tanganika, diamantes.

Genovese
En 1760-1770, la administración racista de Le Cap prohibió a las mujeres mulatas, las cuales generalmente vestían a lo típico (impúdicamente), llevar zapatos por la calle. Pero las enfurecidas mujeres ganaron su pleito organizando una marcha ordenada por la ciudad durante la cual, en vez de los ilegales zapatos, pusieron en los pies diamantes.

Morrison
Los diamantes brillaban como cristal roto.

Vonnegut
Tenía casi cien gramos de diamantes que había tomado de personas muertas en los refugios.
Llevaba lentes trifocales con una montura de arlequín ribeteada con lentejuelas que hacían juego, por lo menos en el brillo, con el diamante de su anillo de prometida. El diamante estaba garantizado en mil ochocientos dólares.
Un diamante de dos quilates.
Trout había escrito un libro de un árbol que daba dinero. Tenía por hojas billetes de veinte dólares. Sus flores eran bonos y sus frutos diamantes. Atraía a los seres humanos, que se mataban los unos a los otros al pie del árbol, fertilizándolo.
El mayor diamante visto fuera del cine.

Robbins
Honolulu. Cabeza del diamante, colina que baja al mar, playa de Waikiki.

Chevalier
El diamante, en el budismo tántrico vajra, en tibetano dordje, es la reina de las piedras. Filo de la Iluminación, es la naturaleza propia, que se identifica con la naturaleza de Buddha. La inmutabilidad es por excelencia un carácter axial. Por esta razón el trono de Buddha, situado al pie del Árbol de la Bodhi, es un trono de diamante. En la iconografía tibetana, el dordje (cetro de diamante) se opone a la campana (tilpu), como el mundo adamantino al fenomenal.
Augusto, a la memoria de su enano, hizo elevar una estatua cuyos ojos eran dos diamantes.
Jano, el diamante, relámpago de la iluminación y la exploración.

Forsyth
Con el actual sistema laborista los diamantes son instantáneamente identificables dentro del ramo y menos fáciles de realizar que el oro.

Raucher
Su traje de baño centelleaba. Debía estar hecho de miles de diamantes cortados por los más expertos joyeros belgas, quienes terminada la obra murieron de felicidad.

Gigon
Parménides. La superficie esférica es la unica homogénea, con igual curvatura y distancia del centro en sus partes. Esta gráfica homogeneidad ilustra la homogeneidad en el concepto del ser puro, y la limitación de ella al diamante.

Yourcenar
Me puso en el dedo el anillo de diamantes que había recibido de Nerva, prenda de la sucesión al poder.

Guillain
Diamantes de Siberia.

Moorcock
Un anillo con un raro solitario de piedra de Actorios cuyo corazón se transforma perezosamente y toma nuevas formas como si fuera humo dotado de autoconciencia inquieto dentro de su prisión diamantina.
Brazaletes de diamantes, zafiros y oro.
Sartas de diamantes y zafiros se enroscan a sus cabellos.
Abundar los diamantes.

Vóronov
Fósiles útiles del Océano que se encuentran a la superficie del fondo; yacimientos de diamantes.
De los minerales raros existentes de los placeres marinos conviene destacar los diamantes. Existen arenas con diamantes de las costas del Sudoeste de África donde forman una ancha franja a 5 kilómetros de la costa y con 1.000 kilómetros de longitud. Debido al buen tamizado de la zona de constante lavado se concentran cristales de alta calidad; hasta 14 quilates con una tonelada de roca. Las reservas sumarias de la franja costera y la zona de la plataforma continental se valoran unos 40 millones de quilates.

Keneally
Diamantes, riquezas portátiles.
Medir la calidad de los diamantes y la graduación en quilates de oro.
Evaluar los diamantes y las perlas.
Un diamante tallado en brillante.
Costumbre centroeuropea sobre transacciones de la carne y el centelleo de grandes diamantes.

King
Con la aptitud de escribir diatribas que cortaban como el diamante.
Preciosos diamantes diminutos relucientes sobre el oscuro terciopelo de un joyero.
Las minas de diamantes de Kimberly. Algunas ocasiones los nativos robaban diamantes. Los envolvían con hojas y los metían dentro del recto. Si lograban escapar corrían. Si los ingleses los pescaban antes de que llegasen al Oranjerivier y se adentrasen al país de los bóers garantizaban que pudiesen seguir trabajando; pero también de que no volviesen a correr nunca más. La operación se llamaba hacer cojos.

McDowell
Las aristas de los diamantes.
Brazaletes de zafiros y diamantes.

D´Ormesson
Un hallazgo había conmovido los dos países independientes y bóers de Orange y del Transvaal. Alrededor de Kimberley y Criqualand había oro y diamantes. Los ingleses ocuparon el distrito de Kimberley y anexionaron el Transvaal. Los bóers se rebelaron y aplastaron a los ingleses. Gladstone tuvo que conceder la independencia de los bóers.

Lapierre
Movió una mano magnánima con la que un diamante amarillo canario hacía el efecto de un semáforo.

McCullough
Adamas. Diamante. Los primitivos sabían que era la sustancia más dura y la utilizaban como herramienta para cortar. Los diamantes de la época romana procedían de Escitia y de la India.

Jennings
Con el mapa las montañas más altas tenían diamantes sobre sus cimas representando la nieve.

Kosinski
Los diamantes destellaban con crisoles llevados al rojo blanco.

Rutherfurd
Los diamantes mantienen al ser humano liberado de la rabia y la voluptuosidad.

Briley
Un broche de rubí con diamantes.

Le Clézio
Oliver Le Vasseur, apodado El Buaro, con ayuda del bucanero Taylor se había apoderado del virrey de Goa y de un bajel que contenía un fabuloso botín de diamantes procedentes del tesoro de Golconde.

Preston
Sacatestigos de diamante de alta velocidad.
Broca de diamante, carborundo.

Clancy
Una mesa de forma aproximada al diamante.

McGrath
Diamantes de luz de la nieve.

Abécassis
Diamante del Pectoral.

Brown
Joya valiosa, el Diamante de los Illuminati, un diamante sin mácula, de enormes proporciones.

Ford
Un cinturón de piel de serpiente amarillo diamante.
Pequeños anillos de compromiso con un diamante.

El trío de la Dama Negra
El robo de un collar de diamantes de gran valor.

Tomalin
Unos gemelos de diamante.
Los gemelos de diamante de la pechera.





Ana Kontroversy

1 comentario:

  1. Muy interesante.La cita de Musset es una joya también.

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