Tras el espectral sepelio del padre, Yvan (André Jocelyn) arrastra desamparado la amarga pérdida rodeado de rostros sonrientes, la madre acompañada del tío y los sacerdotes ante la perspectiva de un pavo con castañas. Belerofonte deviene melancólico. Vaga por las orillas del Allione, devora su alma y escapa de los caminos frecuentados por los hombres.
Un patrono vale lo que otro. La raza de los Lesurf es violenta con los negocios. Los obreros de la fábrica quieren ir a la huelga y el fabricante tiene miedo.
Yvan llega a la taberna. Un ser cándido, afectado, decadente y extraño. La cosa publica escupe sin contenerse una sarta de charlatanería. La muerte del padre, el nuevo matrimonio. Todo queda dentro de la familia. No es de extrañar. La cabeza de Yvan se encuentra vacía. No se hallaba preparado. Lo que le hizo envejecer demasiado rápido. La familia Lesurf cuenta con un cobarde como cabeza, la mujer es una hermosa dama y respecto al hijo un globo flota por encima de su mente.
Las reflexiones de Yvan, de paseo a través de los yermos campos. ¿Por qué el aire puro debe ser el mensajero de palabras innobles pronunciadas por los hombres? El betún es menos bello que la tierra. Estropean todo lo que tocan. Tal vez haya equivocado el siglo. Habrá existido una época cuando era posible vivir. Pasa bajo cuervos linchados. Bestias.
La cancela con cadena le bloquea el paso. El hierro también se pudre lentamente. Si grita asustará a los guardianes y quedará fuera durante la noche. Como a un desconocido le exigen la consigna.
Adrien (Claude Cerval) lee a Claudia (Alida Valli) libros que abandonan el alma a la voluptuosidad. Para Claudia lee mejor que Gabriel. La madre y el tío son arrebatados ante la aparición de Yvan. El tío desconfía de los instigadores. Yvan arremete al piano con desacordes arpegios que ensordecen la voz del lector.
Yvan encuentra a Lucie (Juliette Maynel) esa noche. Un efímero saludo.
Durante la cena Yvan sigue con su insolente actitud. El querido tío habrá cometido alguna injusticia con sus comparaciones. Yvan no se encuentra cómodo dentro de sus zapatos. Adrien achaca la postura del joven a una pretensión de beneficio con la fábrica. Claudia al trastorno por la muerte del padre y su matrimonio. Una cena que se alarga con la comparecencia de André Lagrange, el padre de Lucie, el cual avisa que Yvan busca la manera de encontrar a la hija y contarle historias. Le preocupa verla desflorada, violada. Prometen arreglarlo.
Yvan poetiza con Lucie. La luz rinde homenaje a los árboles. El cielo es cómplice, pero no de los hombres.
Esta semana el cine de Ernelés programa el "Hamlet" de Laurence Olivier.
Llamada Lucie a la habitación de Yvan ensayan muecas ante el espejo. Hamlet iluminado por la luz de una lámpara. El cabello de Ofelia.
Yvan cuenta con un amigo, François, con quien desahoga un secreto que sofoca su corazón. Sabe de dos que cometieron un crimen atroz. La madre y el tío. Idéntica situación de Hamlet. Para desenmascarar a esta pareja sacrílega finge pasar por loco. Los aterrorizará hasta que declaren. La acusación evidente primero los turbará. Ya se sienten molestos, pero pronto se sentirán preocupados y seguidamente aterrorizados. Entenderán que no pueden escapar al castigo. Realizarán un film cuyo argumento será un ocultamiento del crimen. Cuando lo pasen la ratonera se cerrará atrapándolos.
Tras una invitación a almorzar, donde Yvan llama al padre de Lucie Polonio, la joven decide cortar la amistad con el voluble alucinado.
Un gran numero de invitados fueron a ver el film. El título era "La ratonera". Ferlus, un tendero, desatiende las coqueterías de la mujer mientras hace las cuentas de fin de mes. La tienda de comestibles no rinde mucho y la señora Ferlus no se halla contenta. Fred, el hermano de Ferlus viene a saludarlo. Pero su propósito es otro. Ferlus sigue sumergido con sus cuentas. La señora es sensual y Fred sabe aprovecharlo. Es preciso eliminar el inconveniente. La perfidia femenina es grande y grande la perfidia de los hombres. Administran un veneno con la taza. La impaciencia ha dado sus frutos. El crimen ha sido pagado.
Algunos espectadores califican el film como terrible, mórbido, divertido. La madre y el tío quedan perplejos.
Claudia llama al hijo loco. Creían que sufría, pero es innoble. Se había vuelto ciega. Significa que la odia. Yvan será rechazado como una bestia peligrosa. Ofendió a Adrien. Yvan replica que no es su marido, sino el hermano del marido. Y eso se llama incesto. Había entregado su cuerpo mientras el padre vivía. Mató al padre por dinero y lujuria. La acusa de incesto y homicidio.
Según Adrien la solución es simple. Yvan se vuelve loco. Y no se permite a un loco la libertad. Deben tenerlo encerrado.
El padre de Lucie, encargado de espiar, perece colgado de un árbol cuando pretendía alcanzar un nido.
Adrien bebe sin resuello y se persuade de no hacer nada más que los demás. Decide matar a Yvan. Con una pistola amenaza al joven, recostado a oscuras sobre el lecho. Aunque horrorizado retrocede. Bebe un veneno. Laura llama monstruo al hijo y no desea que se quede a verle fallecer. Aunque el moribundo reclama a Yvan, el cual se encuentra menos contento de lo que imaginaba. El agonizante condena al joven. Yvan desea que muera como una rata. Adrien ya no podía vivir. Yvan se equivocaba y sufrían por él. Pero Adrien no mató a nadie más que a él propio. A pesar de todo, se siente un criminal. ¿Cree que la muerte es el fin de este dolor? ¿Que será feliz? Le llama hijo y agoniza.
Yvan razona con Lucie por qué quiso administrar justicia. Es lo que siempre fue. Es Yvan y Lucie no es Ofelia. Es Lucie para quedarse a su lado.
Ana Kontroversy
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