domingo, 10 de marzo de 2013

INGMAR BERGMAN. MUSIK I MÖRKER (MÚSICA EN LA OSCURIDAD), 1948








En un campo de tiro, Bengt Vyldeke (Birger Malmsten), a cargo del cambio de las dianas, sufre un accidente por socorrer un perrito, que husmea en los alrededores. Como consecuencia, pierde la visión.
La novia de Bengt le devuelve el anillo. No es capaz de verle después de aquello. Agneta, la hermana, cuida y divierte al enfermo, aunque encuentra humillante la compasión.
Llegó el reloj de Bengt y recibió una máquina para escribir Braille.
Ingrid (Mai Zetterling), una joven ataviada de luto, ronda la casa. El padre de Ingrid falleció recientemente, y llaman a Bengt para que toque el órgano en el funeral.
Ingrid se traslada con el fin de cuidar el hogar de Bengt. En un paseo, le ofrece escaramujos helados y bayas, a los que califica de deliciosos. Hija de campesinos, sólo quiere aprender, dejar de tartamudear o de sentirse avergonzada.
Una nota en el desayuno, escrita en caracteres Braille, en la que agradece los momentos pasados, hace ganar la estimación del invidente por Ingrid.
Bengt presenta una solicitud al director de la Real Academia de la Música. No es admitido.
Responde al anuncio de un restaurante del Hotel Ritz, que precisa un pianista. El músico no quiere vestir el smoking por la mañana, no es un camarero, no es una cosa elegante.
Recibe noticias de la casa de Miramar. Ingrid estudia para sacar el graduado, y la señora Schröder, la profesora de piano, le envía abrazos. Un ayudante adolescente guía sus desplazamientos.
A Bengt le gustaría tocar música decente. Tiene que conformarse con "La oración de la doncella". Le acompaña al violín Klasson (Gunnar Björnstrand). El pianista ciego descubre que fue engañado al darle billetes de cinco, haciéndolos pasar por billetes de diez. El violinista apunta que es mejor que engañen por malicia que por lástima. El culpable es el  lazarillo, al que ajusta las cuentas. Y es que a Bengt le tienen por  un ricachón.
Considera que todo estaba planeado y no va a dar disculpa alguna. Preferiría no regresar al restaurante, pero firmó un contrato.
En una escuela para ciegos, los niños leen en común las aventuras de Nils Holgersson. Hacen labores de cestería. Bengt es empleado en el colegio como afinador de pianos. Pero al informarse de que es pianista,  sugieren que siga un curso para músicos de iglesia. Un examen de organista permitiría que trabajase en una parroquia. Bengt sólo quiere existir.
Una noche en el parque, distingue la voz de Ingrid, a la cual acompañan dos amigos de estudios. Ingrid no contestó a las cartas y es que no sabía cómo dirigirse a él. Pretende conformarse con los de su nivel. Bengt razona que, hiciera lo que hiciese, ¿no es una vergüenza suficiente la condición actual? Ingrid asciende en el escalón social, mientras que Bengt baja. La invita a la casa en la que reside.
Aunque sufre la desesperación de las tinieblas, entiende que luz y oscuridad son palabras sin sentido.
Ingrid comparte piso con un estudiante. En una invitación a cenar, la tensión roza el enfrentamiento de los dos hombres.
Fue desagradable. Los rivales no congenian.
Cuando Bengt acompaña a otro invidente y llega la novia del ultimo, la pareja abandona al protagonista. El  retorno en la oscuridad resulta para Bengt una calamidad, tirado en los raíles, a punto de ser atropellado. Ingrid celebra una fiesta de estudiantes, intuye algún daño y marcha en busca de Bengt. El hombre se encuentra desmadejado sobre un puente. No soporta lo que le ocurre. Abraza a Ingrid. Tenía la sensación de que se había perdido y que no podía encontrarle. El compañero de Ingrid les ve abrazados. Bengt  conmina al rival a que vigile el tono. Ingrid no es propiedad suya. Hace ademán de retenerla, pero es derribado. Nadie puede ser un obstáculo para Ingrid y Bengt.
El vicario aconseja que olviden la ridícula idea de casarse. Puede impedirlo hasta que sea mayor de edad, pero no que vivan juntos. No obstante, declara que conoce el modo de evitar que eso ocurra. Como tutor de Ingrid, su deber es procurar su bienestar. Lo primero es que termine los estudios. Luego, que escoja. Pero Ingrid responde que ya lo hizo. Podría ser un matrimonio precipitado, una esposa amargada en un hogar infeliz. Puesto que rechazan el consejo, las invitaciones serán enviadas.
Los recién casados viajan en tren. Es demasiado tarde para dejarlo. Ingrid no oye las ruedas, sólo el corazón de Bengt. Se encuentran unidos. Este no es un tren cualquiera.
    



Ana Kontroversy


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