martes, 15 de enero de 2013

LOUIS DELLUC. FIÈVRE, 1921




El ajetreo de un bar del puerto de Marsella, centro de notable riqueza. Clientes heterogéneos, los habituales jugadores de cartas, el joven romántico aislado, el cual, probablemente, bebe absenta. Una joven fuma opio en una exótica pipa. Una viajera de paso conversa con la dueña de la taberna, Sarah Topinelli (Ève Francis), y muestra una distinguida melancolía. Topinelli (Gaston Modot) atiende las mesas. Los barcos llegan y salen incesantemente del puerto. Sarah rellena unas botellas en los toneles de la cava del bar. Un  sujeto de la partida de naipes la sigue, reclamándola. Lo ahuyenta con una carcajada.
Un nutrido grupo de marineros, con los petates, deciden escoger el lugar con el fin de repostar. El barman pone en marcha el Roller Organ, un aparato colosal con una gran decoración. Y, acto seguido, da un silbido, para que la señora regrese y atienda a los recién llegados. Tienen como mascota un pequeño mono. 
Un ramillete de jóvenes y maquilladas damiselas pretenden captar la atención de los marinos. No tardan en congeniar. En seguida comienzan los abrazos y las libaciones mutuas. Y la joven que fuma en pipa es pretendida, aunque al lanzar un pañuelo de seda rompe el hechizo. Los nautas portan vistosos regalos de un viaje a China, una cacatúa, un jarrón grande, kimonos, abanicos, sombrillas.
La dueña, cuando obsequia las bebidas, apoyada juguetonamente en un marinero, sufre un repentino sobresalto. Es innegable que no es un desconocido y, nerviosa, ofrece la espalda, dirigiéndose a la barra. El marino permanece tranquilo. Preguntado por las señoritas, las cuales notaron el impacto, cuenta una aventura sucedida en China, con una nativa. Un ritual de casamiento, la novia inmovilizada en cuclillas, en señal de sumisión.
Animados por las copas, bailan emparejados el ritmo de moda, la java de la bagnole. Sarah, tras unos momentos de retirada reflexión, decide acercarse a Militis (Edmond van Daële). Efectivamente, fueron dos apasionados enamorados. La mujer explica, resignada, que se encuentra con el dueño del bar. El marino también se halla casado con una joven china, la cual le cuidó cuando sufrió una enfermedad. Invita a Sarah a bailar y danzan al ritmo de los demás. Sonríen y reflejan la pasión del tiempo pasado.
Una joven oriental (Elena Sagrary), la compañera de Militis, la cual, extenuada por el opio arrastra el cuerpo en pos de una flor que, la hechiza desde la barra, es abordada por un maduro pretendiente. Militis pretende librarla del acoso y desplaza al extraño, empujándolo. Sarah no puede evitar injerirse y es rechazada. Topinelli reprende al adversario, motivo por el cual inician una pelea, en la que aquel sale herido. Sarah escarmienta a la mujer que provocó el percance. Provisto de una porra, un amigo del  hostelero hiere al marinero, quien pierde el sentido.
Sarah acude deprisa a socorrerlo. Los compañeros de Militis ajustan las cuentas al agresor, mientras que los amorosos abrazos de la vieja enamorada no consiguen que se recupere. El dueño del bar, trastornado, le pisa la cabeza.
El agredido sufre un shock letal. Los amigos del marino persiguen a Topinelli, escondido en la bodega. 
La esposa oriental alcanza la rosa. La dueña del bar es arrestada.





Ana Kontroversy







1 comentario:

  1. Muchas gracias por la aclaración sobre el relato del filme, tuve que verlo para la universidad y me costó un poco comprenderlo.
    Se agradece!!

    Mutsusho~

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