Con una precaución permanente el padre estampa el metálico y la mujer y la hija amonedan. El troquelado cumplido despojan la habitación y toman la resolución de la simulación.
La madre y el padre adquieren todo tipo de mercancías con las falsas monedas. El periódico, pescado, el pan. La niña impaciente sale de la casa a jugar a la comba. En el prado encuentra una mendicante con la hija lamentando su suerte. Decide ayudarlas y ofrece como limosna una brillante pieza metálica.
Cuando la paria desesperada compra una barra de pan la panadera reclama el material y da como falso el dinero. Llama al guardia siendo conducidas las andrajosas de menester al puesto de reserva.
No tardó la atribulada madre para guiar hasta la hija del falsificador. Arrastradas al confinamiento las empobrecidas quedan libres.
La cruda investigación con la comprobación de la falsa moneda no perturba a la hija del acuñador la cual llega a escapar de los apresadores. La siguen hasta el domicilio y esperan a la puerta.
Al borde de la ceca identificadora la jovencita toma la ayuda de un niño vecino. Es preciso desaparecer cualquier cosa incriminatoria. Se valen de la canasta de mimbre del mozo.
Vuelven los padres casi sin tiempo de informarse de lo que ocurre. Ven cómo ponen patas arriba los enseres a la busca de pruebas. La damisela emite muecas de advertencia. No encuentran nada y marchan malhumorados y derrotados.
Los papás felicitan a la precavida hija.
Ana Kontroversy