miércoles, 10 de enero de 2018

LOUIS DELLUC. L´INONDATION, 1924







A orillas del vasto Ródano, en la provincia de Vaucluse, una ciudad apacible. Cada mañana, semejante a cualquier otra, concentra en el bulevar el mercado de la comarca. Alban Perrin (Philippe Hériat), el joven y rico granjero, se encuentra con Margot, la cual será pronto su mujer. Las comadres, los mercaderes, exhiben las mercaderías.
Mr. Broc (Edmond Van Daële), el insignificante secretario del ayuntamiento, con su rutinaria existencia. En el desayuno, acaricia la foto de un bebé. La casa muestra un grave deterioro. Recibe noticias, desconcertado, ya que no conoce a nadie. Billete que no leerá, porque el viento lo impele hasta sumergirlo en el río.
Y en esta agria invernada llega en el tren una ingenua viajera. Germaine (Ève Francis, la actriz del eterno retorno, "La femme de nulle part", 1922). Marcha al lado de la carretera. La pesada valija de mimbre la hace desfallecer. Cuando descansa en la puerta de la casa de Alban, agarrada por el frío, la invita a reanimarse.
Margot encuentra a su primo. Demuestra ser una coqueta sin demasiados escrúpulos. Desafía a risotadas a Germaine, la cual, exhausta, emprende rauda el camino.
Llega a casa de Broc y se identifica como la hija de una madre frívola, por la que el padre ha sufrido, a quien había abandonado un día.
El día siguiente era domingo. Y Broc, orgulloso, pasea con su tesoro por la villa. Nunca había notado que le encontraran ridículo. Germaine sufre por las risas crueles que la saludan a su paso. El reencuentro de Alban le aporta una gran alegría.
Y cuando la noche llega, fiesta en la pequeña ciudad. Alban preferiría la compañía de Germaine, atractivo impedido por la prometida. El alcalde pretende que Alban invite a bailar a su vieja hermana, una verdadera estantigua.
La vida de Germaine deviene un sueño. Espejismos.... Ilusiones.... Amores.... Aunque la amarga realidad defrauda los deseos de la mujer. El eterno dolor humano. El abismo de la gran fiebre.
Y también la fiebre de la ciudad. Las campanillas desgañitadas, cual serpientes foráneas y tritones en la plenitud de su estridencia, proclaman la inminente crecida. Los diques de Ardèche reventaron con las ultimas lluvias. El agua devora los campos, las casas.
Y en breve, el terrible silencio de las aguas invasoras. Después, una breve calma.
Todos hablan de la cólera de Alban. No soporta la actitud de Margot con el primo.
La desolación de las aguas. Y la desolación en casa de Broc. Germaine delira por el desaire de Alban. Escudriña en los extremos del vacío. Broc es un espectador inútil. Broc ve pasar a la coqueta y la extraña risa, una preferencia por la carcajada, hiere al viejo.
La noche, implacable, misteriosa. No encuentran a Margot. La calma de Alban desconcierta a los amigos. La madre de Margot sospecha que la mataron. 
Cuando amainan los elementos y las aguas bajan, Germaine experimenta una recuperación. Y con el sol, en fin, hallan el cadáver de la desaparecida, ahogada.
Un accidente lamentable, no aceptado por la madre, la cual señala a Alban como un criminal.
Germaine persuade al padre, el cual declara a favor del acusado. El alcalde ríe de la defensa.
Germaine sospecha y Broc declara ser el autor del crimen. Había seguido a Margot y la precipitó en la corriente. La infelicidad de la hija le empujó a esa monstruosidad.
Desvalida queda la desdichada Germaine. Alban le infunde coraje y la promesa de rescatar los dos al padre. 



Ana Kontroversy



















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