martes, 15 de diciembre de 2015

LÉONCE PERRET. LE ROMAN D´UN MOUSSE, 1913








En Biarritz, en casa del usurero internacional Werb. Recibe la visita del marqués Frantz de Luscky. El prestamista consulta una ficha. Dilapidada su fortuna con el juego y la relajación, el marqués no posee más que deudas. Mantiene su situación mundana gracias a su título y a su incomparable virtuosismo de violoncelista. Pretende obtener veinticinco mil francos, por salvar el honor, o se verá empujado al suicidio. La deuda alcanza una cantidad elevada. Werb no puede hacer nada.
Esa tarde, llegó al círculo internacional la noticia del accidente del marqués. En un paseo a caballo desarzonó con el automóvil de la condesa de Ker Armor. Fue trasladado a la villa de la condesa.
La condesa de Ker Armor era la joven viuda de un oficial de marina, hija del rico americano Patrick Porter, de quien había heredado una fortuna evaluada en más de cien millones. La condesa tiene un solo hijo, Charles-Henri.
El usurero Werb intuye el perverso plan del marqués. 
Dos meses después, la condesa y el marqués sincronizan estrechamente. La pasión por la música los envuelve con una suite de piano y violonchelo.
El pacto. Con el propósito del matrimonio con la condesa, el marqués firma un compromiso de quince millones con el avaro. Por supuesto, tras el óbito de la persona.
Aquel otoño fue programada la boda. La condesa no postergó el rescate emocional de Charles-Henri y acude a su lado. Llegó a París en el Sud-Express, seguida de dos cómplices. El esposo y el usurero.
Seis meses después, la condesa se había transformado en marquesa de Luscky.
El mozo Charles-Henri lamenta las circunstancias. Profundamente acongojado, vierte lágrimas de aflicción. Detesta al padrastro. Estima que robó a su mamá.
El usurero propone enviar de viaje a la marquesa y obtener la custodia del joven.
Tres semanas más tarde, los marqueses de Luscky partieron hacia Italia y Charles-Henri fue entregado al cuidado de Werb. El disgusto del joven es fenomenal.
Charles-Henri y su tutor llegaron a Saint-Malo, primera etapa de un viaje de estudios a Bretaña. El mozo mostraba simpatía por el falso profesor. La primera lección consiste en desarrollar, bajo la forma de una carta a su madre, los sentimientos de un joven a punto de embarcar.
Werb tenía un deudor, Jaquemin Dick, patrón del pesquero "Marie Jeanne". Saldará la deuda si navega hacia Islandia con la carga de un joven, que hará desaparecer en el curso del viaje.
A la sombra de la noche, Werb proporcionó un cigarrillo, que adormeció por completo a Charles-Henri. 
Cuando Charles-Henri despertó a bordo de la <<Marie-Jeanne>>, experimentó las amenazas del patrón, que aumentan su desolación.
El honrado padre Paimpol velaba por la suerte de Charles-Henri.
Pasado un mes, las pesquisas por localizar el joven resultaron vanas e inútiles. La marquesa sucumbía, postrada en el lecho; ocasión inesperada, como apunta el usurero, para agilizar la ejecución. El malvado marqués suministra un brebaje a la enferma.
Su crimen consumado, el marqués de Luscky se distrae con la fiesta y el ruido. Encuentra en Montmartre, en el Palacio del Tango, a su cómplice Werb.
El espanto. Ocurrió que, cuando el marqués volvió de madrugada, imaginó trágicamente que la marquesa había fallecido. Y como vio una jarra con agua, que era la que contenía el veneno y que no habían consentido que la convaleciente probara, azorado, bebió la ponzoña. En seguida detectó los fatales efectos. La muerte llegó justamente.
El misterioso envenenamiento del marqués de Luscky apasiona la opinión publica. La marquesa comparece ante el tribunal de instrucción. El informe Antropométrico constituye una carga pesada. Es arrestada.
El martirio de la prisión. Y el martirio del mozo secuestrado.
El patrón impuso a Charles-Henri las maniobras más peligrosas. Con la cooperación del padre Paimpol, programaron evadirse con la mar en calma, cuando llegaron a ver el cabo Graphe.
La evasión. Por la mañana, alegremente equipados, ganan tierra con la barca lo más rápido posible. Envueltos por la brisa, pasaron la noche en la mar. Una plegaria bajo las estrellas.
Con la aurora, el viento se levantó del noroeste y sopló la tempestad. El ataque de las oleadas frisó el desenfreno.
Los restos del naufragio. Columbran una nave, pero pasan desapercibidos, para su desesperación.
Por fin, los náufragos fueron rescatados por un barco de carga.
La juventud de Charles-Henri triunfó en esta ruda prueba, pero el padre Paimpol tuvo que pasar unos días en la enfermería
Llegaron al Hâvre una mañana brumosa de septiembre. 
El padre Paimpol accede a las instancias de Charles-Henri, toma el tren por primera vez en su vida y acompaña al mozo a París.
La declaración de Charles-Henri resolvió el proceso legal de la marquesa de Luscky. Cuenta sus dramáticas aventuras y acusa formalmente al usurero Werb. En las requisitorias, el padre Paimpol propicia la investigación del usurero.
Las pesquisas en el domicilio del testigo Werb demostraron su culpabilidad, tras arremeter a tiros frente sus guardianes.
La felicidad fue recobrada.



Ana Kontroversy











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